Arequipa Historia y Tradicion

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AREQUIPA, HISTORIA Y TRADICIN

AREQUIPA, HISTORIA Y TRADICIN

Juan Jhonattan Ochoa Quille

Diego Gallegos Ayala

Arequipa Per

2009 Derechos Reservados conforme a Ley. Se autoriza la produccin parcial siempre que se cite la fuente.

PROLOGOArequipa es una ciudad rica en tradiciones y costumbres, gracias al paso de los tiempos y su constante evolucin histrica y urbana dejando de lado las modernidades, debemos recordar a nuestra Arequipa antigua es por eso que nos vemos en la obligacin de hacer este libro para dar a conocer una parte de la historia de esta magnfica ciudad. Con la publicacin de este libro buscamos que sirva de ayuda tanto a los estudiantes de turismo, guas de turismo y pblico en general, interesado en conocer y aprender de una de las ciudades ms importantes del Per.

DEDICATORIAA nuestros padres por su apoyo constante

ContenidoPROLOGO DEDICATORIA INTRODUCCIN PERSONAJES TRASCENDENTALES EN LA HISTORIA DE AREQUIPA ................................................................ 9 Bolvar en Arequipa ....................................................9 Juan Pablo Vizcardo y Guzmn y La Carta a los Espaoles Americanos ............................................16 El Patriota Montesinos .............................................25 El Aquelarre y Csar Atahualpa Rodrguez ........33 Arequipa, Mostajo y Rodrguez ................................40 La participacin de la mujer arequipea en la historia ..................................................................................47 CONSTRUCCIONES HISTRICAS DE AREQUIPA ......... 55 Las Tradicionales Quintas de Arequipa ....................55 Los hospitales y la salud en Arequipa ......................64 La casa arequipea que conquisto a Pars ...............72 EVOLUCION URBANA Y TRASCENDENCIA DE LA CIUDAD BLANCA EN LA HISTORIA ............................ 79 Arequipa y la confederacin Per - Boliviana ..........79 Arequipa en la Guerra con Chileel Len del Sur ruge .........................................................................87

Historia del Agua Potable en Arequipa ....................94 Historia de la migracin en Arequipa .....................102 Los Antecedentes del Periodismo en Arequipa .....111 Arequipa y el gran paso a la descentralizacin ......120 La Capital desconocida de Arequipa Tiabaya ...126 AREQUIPA RICA EN TRADICIONES ......................... 133 Tradiciones Arequipeas ........................................133 Arequipa y sus barrios Tradicionales......................138 Las Chicheras y Picanteras de Arequipa ...............145 El Carnaval Loncco de Acequia Alta .......................153 BIBLIOGRAFIA....................................................... 161

INTRODUCCINArequipa, la ciudad blanca de Per, es reconocida por sus bellos paisajes y rica historia, pero sobre todo por su gente amigable. Arequipa, la Ciudad Blanca, tambin conocida como la Ciudad Caudillo o el Len del Sur, est marcada por su rica historia; sus impactantes paisajes naturales y su gente sincera y querendona, con manifiesto amor por el terruo y entrega por las causas justas. En este libro encontraremos muchos aspectos de la historia de Arequipa que desconocamos, historias que nos muestran la trascendencia que tuvo Arequipa a travs del tiempo, historias como la de aquellos personajes que arriesgaron todo por conseguir sus objetivos, que no solo eran suyos, sino de todo el Per. Historias como aquellos hechos que siendo negativos o positivos marcaron a nuestra ciudad, hechos que nos muestra el valor que tiene Arequipa para oponerse a las adversidades del destino.

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PERSONAJES TRASCENDENTALES EN LA HISTORIA DE AREQUIPABolvar en ArequipaLos arequipeos no se pronunciaron abiertamente a favor de la causa patriota. El obispo Goyeneche fue sometido a la libertad. Y Simn Bolvar, con su viaje, quiso reforzar la causa patriota en Arequipa, considerada entonces, bastin realista. La presencia de Simn Bolvar en Arequipa, obedeci a su estudiado propsito de reforzar la causa patriota en este lugar considerado, por entonces, bastin realista. Los reparos del libertador sobre la posicin de Arequipa en relacin a la independencia, lo determinaron hacer la travesa por el sur, en un viaje que tuvo como destino final Bolivia. Y en realidad que su preocupacin no era infundada, ya que Arequipa no se mostr muy entusiasta con el nuevo sistema. Y esta situacin, en verdad, no era extraa, si tenemos en cuenta la natural desconfianza de los arequipeos a las nuevas instituciones republicanas. Quizs resulte emblemtico para entender ese grado de desconfianza, el manifiesto rechazo de los miembros de la Academia Lauretana de Ciencias y Artes de Arequipa, a la presencia del libertador. Actitud sta que merece ser analizada para entender el por qu

P g i n a | 10 los intelectuales arequipeos se negaron a pronunciarse abiertamente a favor de la causa patriota. O fue acaso que ms all de la propuesta patriota evidenciaron su rechazo a la presencia de un extranjero como libertador del Per con afanes autoritarios? Esta hiptesis en mi opinin es ms plausible, si consideramos la reaccin de Bolvar en contra de Evaristo Gmez Snchez y Jos Mara Corbacho, ste ltimo decidido patriota, que se opuso a la continuacin en el poder del Libertador Bolvar. En un reciente libro publicado por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Alejandro Rey de Castro sostiene que la conciencia nacional se forma en el Per a lo largo de un proceso de pensamiento poltico que permite el surgimiento de la idea de patria. Se logra reconocer que los intereses de los americanos eran distintos a los de la metrpoli espaola. Esto plantea el estado de la cuestin, que busca conocer las verdaderas causas que dieron origen a la independencia. Sobre el particular, como sabemos, existen dos tesis: una que postula la independencia concedida, y otra que contrariamente se ocupa de la independencia conseguida. Ambas, en mi opinin, son igualmente importantes. La primera, por ejemplo, afirma que la independencia no tuvo una trascendencia social. Pienso que fue as, desde que el poblador campesino del Ande no mejor en nada su condicin. Siendo considerado ms bien como no ciudadano.

P g i n a | 11 Mientras que la segunda tesis destaca, por el contrario, el papel de los peruanos en la lucha por la independencia. Por su parte, Rey de Castro seala de que los factores externos como la Revolucin Francesa y la Independencia de los Estados Unidos no fueron determinantes a la hora de decidirse por la independencia. Esta respondera ms bien, en opinin del autor, a la conciencia americana que cree llegado el momento de iniciar el autogobierno. Ese reconocimiento de s mismo, establece la diferencia entre peruanos y espaoles, as como tambin, expresa un sentido de pertenencia con el suelo nativo. Surge, de esta forma, un nuevo tipo de identidad, que redefine lo que es peruano. La bsqueda de un sistema alternativo al colonial, deriva del malestar por la crisis econmica que entonces se vive. Sin embargo, a lo dicho por Rey de Castro, habra que agregar los fuertes lazos que vinculan a mucha gente con el orden colonial. Fue difcil, por consiguiente, acabar con muchos aos de formacin colonial. Un claro ejemplo de ello fue la figura del prcer arequipeo Francisco Xavier de Luna Pizarro. El mismo que, a su vez, en 1815, consider a San Martn y a Bolvar como peligrosos personajes. No era fcil ciertamente para muchos peruanos educados en la obediencia al Rey, pasar de la noche a la maana, a identificarse con la causa patriota. Que dicho sea de

P g i n a | 12 paso, para muchas personas pudo significar algo incierto, en lo que no se poda creer. Recordemos que Arequipa recibi a lo largo de su historia los ttulos de muy noble y leal y fidelsima Ciudad Blanca, que constitua en aquella poca, la mayor expresin de servicio a la corona espaola. Su importante contribucin econmica a la causa realista, y el rechazo a la revolucin de Pumacahua, en 1814, hicieron que se acentuara el reconocimiento de la ciudad como bastin realista. Inclusive, cuando se produjo la victoria de Ayacucho (1824), fue nombrado nuevo Virrey, desde el Cuzco, el arequipeo Po Tristn. As las cosas, Bolvar lleg a Arequipa, despus de una larga travesa, convencido del realismo de los arequipeos, sobre todo de la elite local. Entre los que se encontraba el obispo Jos Sebastin de Goyeneche. Sin embargo, el recibimiento de que fue objeto en la ciudad contradice la imagen realista de Arequipa. Qu pas entonces con la lealtad de los arequipeos hacia el Rey? Ernesto Rojas Ingunza, en su libro sobre la vida del obispo Goyeneche, seala una cosa cierta sobre el supuesto cambio de actitud de Goyeneche. Fue dice sometido a la libertad. Es decir, que tuvo que ceder ante lo inevitable. Considero, adems, que existieron varias otras razones que explicaran este cambio. En primer lugar, hubo un descontento generalizado respecto a las medidas econmicas del rgimen espaol. De igual manera, hubo razones de orden

P g i n a | 13 prctico que impulsaron a los arequipeos a aceptar el nuevo sistema. El fundado temor de perder sus privilegios, o cargos en la administracin pblica, hizo que se transitara rpidamente hacia el otro bando. La fiesta que el comercio de Arequipa ofrece a Bolvar fue una demostracin clara de ello. Ante lo inevitable no haba ms que transigir, a riesgo de perder el poder poltico y econmico local. Pero como no exista conviccin sobre las nuevas instituciones democrticas, ni tampoco prcticas y hbitos democrticos que permitan estabilidad poltica en los primeros aos de vida republicana, ser difcil para el nuevo sistema poltico poder legitimarse. La relacin anmala entre sbditos y ciudadanos no permite a stos ltimos, durante la Repblica, relacionarse dentro del nuevo orden democrtico. El autoritarismo se convierte, entonces, en una prctica comn de la poltica peruana en el siglo XIX. Al mismo tiempo que la Constitucin es percibida por el imaginario colectivo como la solucin final a los problemas del pas. Nada ms alejado de la realidad. Simn Bolvar luego de permanecer unos das en Arequipa, se traslada al Cuzco y despus a Puno, donde fue recibido apotesicamente.

P g i n a | 14 Su figura histrica sigue siendo hasta hoy controvertida. Su protagonismo en la independencia de varias repblicas, entre ellas el Per, hace de l una figura continental, imprescindible para conocer la historia de los pases liberados por su espada. El hispanista ingls John Lynch, quizs el bigrafo moderno ms importante de Bolvar, destaca la tenacidad como una de sus principales cualidades. Sin duda, lo fue. Pero tambin, segn se sostiene, cay en un exceso de ambicin de poder. Su proyecto de federacin de los Andes, donde l sera proclamado presidente vitalicio, ha sido interpretado como una manifestacin de su ambicin poltica. Creo que Bolvar vio en las repblicas que contribuy a liberar, un panorama sombro de caos y anarqua. Y no se equivoc. Muchos padres fundadores de la independencia se desengaaron poco tiempo despus de iniciar el periodo republicano de gobierno. Las guerras civiles y la anarqua militar no permitieron a las jvenes repblicas sudamericanas alcanzar el ansiado desarrollo econmico. Tampoco hicieron posible trazar un proyecto nacional. En tal sentido, la solucin de Bolvar fue el proyecto de federacin de los Andes. Pero esto conspira contra la voluntad de los nuevos pases de gobernarse por s mismos. El nacionalismo surge entonces como arma poltica para sealar a los otros como extranjeros. Y, a comienzos de 1827, el pueblo de Lima se subleva pidiendo la

P g i n a | 15 repatriacin de los grancolombianos a su pas. El sueo de Bolvar no logra concretarse y los hijos del pas quedan como nicos dueos de su destino.

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Juan Pablo Vizcardo y Guzmn y La Carta a los Espaoles Americanos

El autor de la carta, Juan Pablo Vizcardo y Guzmn (1748 1798), nacido en Pampacolca Arequipa. Proclama que el nuevo mundo es nuestra patria, su historia es la nuestra. Surge as la idea de patria y el derecho de los criollos americanos de ocupar los cargos pblicos. Fue la figura mas importante de la emancipacin Peruano. Corra el ao de 1798, en la pensin de New Road, Marylebone, Juan Pablo Vizcardo y Guzmn, estando en su lecho de moribundo, encarga sus papeles a Rufus King, ministro estadounidense en Londres. Haca dos

P g i n a | 17 aos que se conocan y desde entonces King recibi el encargo de Vizcardo para conservar sus papeles. Su trabajo como agente secreto del gobierno ingles, que actuaba bajo el seudnimo de Paolo Rossi, le haca temer por su vida. Pero Qu hacia un Peruano nacido en Pampacolca-Arequipa en Europa? Llego all, conjuntamente con otros jesuitas expulsados de las colonias de Hispanoamrica, por rdenes del rey Caros III de Espaa, que dispuso tal medida con el objetivo de acabar con la influencia de los jesuitas en la Amrica espaola. Radicado en Espaa con su hermano Jos Anselmo, viajo luego a Inglaterra para conseguir el apoyo del gobierno ingles a la causa de la independencia latinoamericana. A cambio, Inglaterra conseguira la hegemona comercial en el Pacifico Sur. Vizcardo muri en Londres sin haber visto publicada su carta a los espaoles americanos. La misma ser redactada en francs y publicada por primera vez en 1799. Su autor, es acaso, la figura mas importante de la emancipacin Peruana. Pero, por qu fue la carta escrita en francs? segn Javier de Belaunde Ruiz de Somocurcio obedeci a dos razones: 1) por ser el de mayor prestigio intelectual y tener, adems, el propsito de hacerla circular en Europa; y 2) con el fin de burlar la vigilancia de los espas del gobierno espaol. Y es que para entonces Juan Pablo figuraba como prfugo, se ignoraba su paradero, al menos entre las autoridades espaolas.

P g i n a | 18 Posteriormente, Juan Pablo paso a Londres, siempre entusiasmado por conseguir el apoyo del gobierno ingles, pero como fracaso otra vez en sus gestiones, entro esta vez en conversaciones con el ministro norteamericano all residente, Rufus King. Hasta entonces se desempeo como agente secreto del gabinete ingles, cuyo trabajo consisti en informar a las autoridades britnicas de los sucesos de la Amrica hispana, principalmente de la situacin social del Per y de las poblaciones de Caracas, quito y Santa fe, que Vizcardo conoci bien. Durante esa poca, sea entre 1796 y 1798, tambin anduvo el compatriota venezolano Francisco de Miranda en Londres, de igual modo en comprometer la ayuda britnica al logro de la emancipacin hispanoamericana. Sin embargo tanto Vizcardo como Miranda se llegaron a conocer, pese a servir ambos a la corona ingles. La razn esta, segn una memoria annima citada por Salvador Rodrguez Amesquita. En que la corte de Saint James que a tiempo se complace con esta idea (de la emancipacin de Sudamrica) mantena a sus expensas () a varios agentes que no se conocan entre s. Solo despus de la muerte de Juan Pablo, ocurrida en febrero de 1798, Francisco de Miranda tomara conocimiento de los voluminosos papeles que dejo el precursor Peruano al ministro norteamericano King. Este, debido a que ignoraba el espaol, le entrego a Miranda los legajos del ilustre

P g i n a | 19 pampacolquino, con el fin de que los traduzca a ingles o francs. Al leer sus varios manuscritos, sinti Miranda la necesidad de dar a luz el mensaje del precursor de Vizcardo. Es por esto que dio a luz la clebre carta a los espaoles americanos, supuestamente impresa en filadelfia (estados unidos), pero que en realidad lo fue en Londres, porque se quizo evitar cualquier problema con Espaa, ya que con Inglaterra eran aliadas contra Francia, por lo que tampoco pudo Vizcardo persuadir al gobierno ingles a secundar sus gobiernos revolucionarios. Ahora bien la carta constituyo el mas vigoroso y enrgico alegato a favor de la emancipacin de las colonias de Espaa y en Amrica hispana. Y como tambin agrega Javier de Belaunde, para la formacin de un gobierno independiente y republicano, en cambio, Cesar Garca Rosell sostiene que Vizcardo busco organizar las colonias emancipadas a travs de una monarqua constitucional. Sin embargo, del tenor de la carta y de su dems correspondencia publicada se deduce que Vizcardo quiso implantar un neocolonialismo comercial con Inglaterra, aunque a su vez se queja del monopolio comercial ejercido por la metrpoli espaola. Al respecto dijo: el gobierno obliga a comprar lo que necesitamos a los precios ms altos y a vender nuestras producciones a los precios ms bajos. Para que esta violencia tuviese el suceso

P g i n a | 20 ms completo, nos han cerrado, como en una ciudad sitiada, todos los caminos por donde las otras naciones pudieran darnos a precios moderados y por cambios equitativos las cosas que nos son necesarias. Y si acaso pretendi un gobierno monrquico constitucional , este se debera fundar con prescindencia de Europa. Dicho proyecto poltico, segn lo presume Garca Rosell, debi obedecer al conocimiento que tuvo del estado sociocultural imperante en Amrica, donde un rgimen tan perfecto como democrtico sera imposible de adaptarse. Lo cierto es que Vizcardo lucho porfiadamente por la emancipacin de Espaa, y lo hizo de conformidad con lo expuesto en su clebre carta, por las siguientes razones: 1) por el monopolio comercial de Espaa; 2) por la postergacin de que eran objeto los espaoles americanos en los empleos; 3) por la falta de seguridad pblica, puesta en manifiesto por la expatriacin de los jesuitas; 4) por el despotismo de la corona espaola; 5) por el abuso cometido a los indgenas y mestizos, a travs de los repartimientos; 6) por la falsa igualdad entre Espaa y sus colonias; 7) por la idea de patria; 8) por el ejemplo que dieron las colonias inglesas en Norteamrica al independizarse. Asimismo, reivindico para los espaoles americanos (conocidos tambin como criollos) su derecho a disponer del continente americano con autonoma, esto es sin injerencia de alguna potencia europea, dado

P g i n a | 21 que son ellos los legatarios legtimos de quienes conquistaron esos territorios. Por ltimo, fue Vizcardo opuesto al absolutismo, que consigo trae la ruina de los estados unidos. en cuyo caso legitimo el derecho a la insurreccin; de all que la causa hispanoamericana estaba legalmente amparada. Otro hecho importante fue la rebelin de Tpac Amaru II en 1780. Sobre la particular, Vizcardo se preguntaba en la carta Por qu haba fracasado el movimiento? segn el, por la falta de apoyo de los criollos que rechazaron la pretensin de Tpac Amaru de coronarse inca. El proyecto de resucitar el imperio inca, es una de las interpretaciones que da el historiador norteamericano Charles Walker acerca de la rebelin de Jos Gabriel Condorcanqui, cacique de Tungasuca. Sin embargo, por otro lado, la perplejidad genealgica de la que habla el historiador australiano David Cahill para referirse a la situacin social de Tpac Amaru, que por su condicin de mestizo, no perteneca a la republica de los espaoles ni tampoco a la republica de indios, intenta explicar el rechazo de la nobleza inca, pero tambin la desconfianza de los criollos hacia l. Su movimiento intenta inicialmente aglutinar a todos los sectores sociales del virreinato. Sin embargo, los protagonistas del movimiento fueron fundamentalmente indgenas y la plataforma de lucha, sobre todo, fueron reivindicaciones a favor de sus hermanos de sangre. Hubo, en opinin de Vizcardo,

P g i n a | 22 reciproco celo entre las razas del Per, que impidieron una accin conjunta contra el rgimen colonial. Adems, la esperanza de apoyo de Inglaterra desaparece cuando Francia declara la guerra a Espaa en 1793, y gran Bretaa se ala con la monarqua espaola. Considera el profesor David Brading al respecto que a Vizcardo se le puede reprochar haber escogido a Inglaterra para llevar a cabo el proceso de emancipacin en Hispanoamrica. Teniendo en cuenta, adems, que poco tiempo despus Inglaterra se anexara como colonia a la ciudad de santo domingo y extender sus conquistas en Australia y la india. Otro aspecto importante que enfatiza el autor es el sentimiento de patria que anida en los espaoles americanos, Vizcardo proclama que el nuevo mundo es nuestra patria, su historia es la nuestra. El sentido de pertenencia cobra, as, carcter de ciudadana en el nuevo continente. La idea de patria surge como expresin de pertenencia al lugar donde se ha nacido. En el caso Peruano, poco despus de la conquista espaola, los criollos americanos comenzaron a establecer la diferencia entre ellos y los peninsulares, a quienes no vean como hijos del pas. Esta situacin permite identificarse mas con el territorio nacional. Y por lo mismo exigir una mayor preferencia en los cargos pblicos.

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Hasta antes de 1750 los criollos americanos ocupaban ms del 50% de las magistraturas en Hispanoamrica. Con las reformas borbnicas implementadas por Areche, durante la segunda mitad del siglo XVIII, los criollos fueron desplazados de los cargos pblicos. Cuando a partir de 1810 ellos exigen al consejo de regencia y a las cortes de Cdiz igualdad en el acceso a los puestos pblicos, no estaban solicitando algo nuevo (como afirma John Fisher) sino la restauracin

P g i n a | 24 de una antiguo derecho, del que haban sido privados despus de 1750. Juan Pablo Vizcardo y Guzmn fue un separatista que lucho desde el extranjero por conseguir la independencia de la Amrica espaola. Su mensaje cvico de identidad nacional, nos invita hoy a replantear el destino de Amrica del sur. Hacia dnde vamos? Qu queremos? Que el pensamiento de su obra ojala sea rescatado por las nuevas generaciones de peruanos.

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El Patriota MontesinosEl prefecto accidental Jos Domingo Montesinos busc garantizar la paz en la ciudad ante la huda del presidente Montero y la inminente ocupacin chilena de Arequipa, luego de la firma del tratado de Ancn, el 20 de octubre de 1883. La guerra con Chile y la participacin de Arequipa en el conflicto de 1879 siguen siendo hasta hoy tema de controversia. Sin embargo, la investigacin histrica de los ltimos aos intenta explicar las causas de la derrota peruana y por qu razn Arequipa no ofreci resistencia al invasor extranjero. Lo cual en otro momento dio origen a una leyenda negra sobre la participacin de Arequipa en dicho conflicto. Al respecto debo decir lo siguiente: En primer lugar, que Arequipa no escatim recursos para contribuir a los gastos de la guerra. En segundo lugar, que el Congreso Extraordinario que se instal aqu en 1883 autoriz al gobierno de Lizardo Montero a firma la paz con cesin de territorio. Aunque un grupo de ellos llamados los guerreros se opusieron a tal decisin. En tercer lugar, el gobierno de Montero consider que no se poda ofrecer resistencia sin desmedro de la ciudad, por lo que resolvi retirarse a Puno. Esta decisin fue ratificada por su Consejo de Ministros, contraviniendo el temperamento del pueblo que reunido en cabildo se pronunci a favor de la

P g i n a | 26 resistencia. De ah que consider una traicin el retiro de Montero y sus tropas hacia Puno. Situacin esta que trata de ser explicada por el historiador Daniel Parodi Revoredo, cuando afirma que la decisin de Montero obedeca a un concertado plan con el presidente boliviano Narciso Campero, de reunir ambas tropas en la zona de Puno para contraatacar al ejrcito enemigo. Sin embargo, el pueblo no lo entendi as, y tom por asalto los cuarteles de la ciudad para armarse contra la inminente invasin chilena por la zona de Puquina en Moquegua. En medio del inicial caos, el alcalde Diego Butrn fue asesinado por el pueblo en represalia por la actitud traidora del gobierno. Lo cierto es que en medio de estos sucesos sobrevino la firma del Tratado de Ancn en Lima y el final de la guerra con Chile. Luego del Grito de Montn, el general Miguel Iglesias proclam la firma de la paz con Chile. Para mucha gente era insensato mantener la resistencia en la sierra central. Salvar la dignidad del Per para otros pasaba ms bien por firmar la paz sobre la base de la cesin de territorio. En tales circunstancias, el ejrcito chileno ingresa a la ciudad de Arequipa, por entonces a cargo de nuevas autoridades elegidas con carcter provisional. El nuevo prefecto accidental fue Jos Domingo Montesinos, ex magistrado de las Cortes Superiores del Cuzco y Apurimac, que junto a su hermano, el mdico

P g i n a | 27 arequipeo Jos Benedicto Montesinos Garzn, alcanzaron una notable figuracin en la ciudad, durante la segunda mitad del siglo XIX. Gracias a un amigo comn del doctor Alfonso Montesinos Beln, descendiente de ambos personajes, podemos hoy dar a luz el trgico testimonio de Jos Benedicto Montesinos acerca de cmo se produjo la ocupacin chilena de la ciudad. De un libro de apuntes suyo trascrito por su nieto Alfonso Montesinos y Montesinos, distinguido maestro universitario y orador parlamentario, fallecido el ao 2001, leemos el siguiente testimonio, del da 29 de octubre de 1883 en que los chilenos entraron a la ciudad: A las 11: 30 a.m. entran primero dos oficiales chilenos con 200 hombres. Una comisin del Concejo y los cnsules, celebr en Paucarpata un tratado en que se entregaba la plaza, y se les avis a los chilenos que la paz haba sido firmada en Ancn por Iglesias. Los chilenos entraron con todas sus fuerzas (ms de 7,000 hombres) en la noche yo estuve cerca de la plaza en casa del doctor Hunter con mi familia, y me postr en tierra, porque me pareci el Juicio Final cuando o el clarn chileno que me hizo saltar de rabia, como un condenado humillndonos. Esta narracin describe con realismo la entrada de los chilenos a Arequipa. Asimismo, nos aproxima al estado emocional que entonces se viva por parte de los

P g i n a | 28 arequipeos que impotentes asistieron a una ocupacin inevitable que se hizo bajo las condiciones de paz establecidas por el tratado de Ancn. En tal sentido, fue imposible cualquier intento de resistencia dentro del marco de la paz celebrada con Chile. Y, sin embargo, pese a ello, se produjeron graves incidentes en Quequea que provocaron el fusilamiento de 6 hombres por rdenes del ejrcito chileno en la zona. Esto echa por tierra la leyenda negra que acusa a los arequipeos de timoratos. Vencer o morir! Fue el lema que proclam Hiplito Snchez Trujillo en un artculo publicado en el diario La Bolsa en 1881. El pueblo de Arequipa, deca el famoso astrnomo arequipeo, necesita armas para luchar. Actitud esta que se corrobora con el cabildo abierto convocado por Montero para escuchar la opinin del pueblo. Ocasin en que se pronunci a favor de la resistencia armada. El posterior retiro de Montero que cont con el aval de sus ministros fue una decisin contradictoria a los ojos del pueblo que vio en ello una traicin. En este punto resulta importante conocer las impresiones del prefecto accidental Jos Domingo Montesinos sobre el retiro de Montero de la ciudad. En un oficio que dirige a la Municipalidad dando cuenta de sus actos, dice a ese respecto lo siguiente: Si en esas circunstancias el Vicepresidente, por medio de una proclama repartida con profusin, hubiese hecho

P g i n a | 29 conocer al pueblo su propsito de combatir junto con l, como lo manifest poco despus de palabra, es muy probable que todo hubiera calmado y concluido. Pero cundi la voz de traicin: entre el pueblo y el ejrcito se hicieron fuego; y cuando S. E. sali a los cuarteles, en algunas partes se descarg sobre su comitiva. Esto no obstante, la presencia de S. E. en las calles, calm algo la poblacin. Su decisin de abandonar Arequipa, sin embargo, ya estaba tomada. Y en las primeras horas de la madrugada del da 26 de octubre se retir con su ejrcito. Al respecto Jos Domingo Montesinos dijo lo siguiente: A las dos a.m. del 26 se retir el gobierno y Arequipa se encontr sin autoridades en la maana de este da, en medio de la alarma general. A l correspondi, justamente, como prefecto accidental reponer el orden dentro de la ciudad. Como afirma su hermano Jos Benedicto, arrostr dignamente la situacin, desamparado de casi todos. Montado a caballo recorri las calles y distritos aledaos con el propsito de restablecer el orden y tranquilizar a la poblacin, a la cual se ofreci las garantas necesarias para su seguridad ante la inminente presencia del ejrcito chileno. De igual manera, estableci las |coordinaciones necesarias para que el cuerpo consular garantice la entrada pacfica de los chilenos a la ciudad. Su labor entonces fue

P g i n a | 30 eminentemente pacificadora, teniendo en cuenta adems el nuevo escenario en que deban desenvolverse las relaciones entre Per y Chile. En ese sentido dijo lo siguiente: Nunca se acumularon en esta ciudad tantos elementos para un desborde; y sin embargo, no hemos tenido, desde el 26, acto alguno deplorable, ni contra las personas, ni contra las propiedades. Es que el pueblo estuvo resuelto, en ltimo caso, al sacrificio; y que los nobles sentimientos, como las ideas elevadas, excluyen el crimen. Aos despus, en 1886, el senador por Arequipa Luis Llosa plante en su Cmara un pliego de acusaciones contra Montero, donde le preguntaban, entre otras cosas, lo siguiente: por qu desert de la ciudad la noche del 26 de octubre sin dar orden alguna ni al ejrcito ni a la Guardia Nacional? Cmo se explica su conducta si todos estaban por la guerra? Segn Luis Llosa, la poltica vacilante del gobierno de Montero hizo que proclamara la guerra sin hacer nada para llevarla a cabo. En los das que siguieron al retiro de Montero y sus tropas a Puno, el prefecto accidental Jos Domingo Montesinos cumpli un papel clave en el restablecimiento del orden pblico. En una proclama que dirige a los habitantes de Arequipa, sintetiza as su misin: Nuestra misin es de paz y de tranquilidad, durar breves horas y no debemos desviarnos del camino que nos hemos trazado.

P g i n a | 31 Elogiando su actitud, Francisco Mostajo dijo: en honor de Montesinos, que con su carcter entero, salv a Arequipa del horror de la matanza catica, indistinta y sin objeto ya, entre paisanaje e invasores. Junto con l, el alcalde accidental Armando de la Fuente jug tambin un papel importante durante la ocupacin chilena de Arequipa. Una comisin del Concejo Provincial y del Cuerpo Consular en la zona de Paucarpata se entrevist con el jefe chileno del ejrcito de ocupacin a fin de garantizar la entrada pacfica de sus tropas a la ciudad de Arequipa. Lo cual se verific el da 29 de octubre, de acuerdo al compromiso que asumi el jefe del ejrcito chileno con el Decano del Cuerpo Consular en el siguiente sentido: Puede Ud., dice, garantizar al H. Cuerpo Consular y a la Ilustre Municipalidad, que el ejrcito chileno, llevar el orden y la tranquilidad a la ciudad de Arequipa. Y, sin embargo, el testimonio del mdico Jos Benedicto Montesinos refleja el dramtico momento que debieron vivir los arequipeos cuando sintieron sonar el clarn del ejrcito de ocupacin por la calles de la ciudad. Ese sentimiento de impotencia y frustracin, como lo reconoce el propio Jos Domingo Montesinos, se sobrepuso ante la necesidad de garantizar la paz firmada con Chile.

P g i n a | 32 Este captulo de la historia de Arequipa todava no se agota. S creo, sin embargo, que la actitud del pueblo de Arequipa y del gobierno de Montero frente a la guerra, se ir aclarando cada da ms, en la medida que no se confundan las decisiones polticas del gobernante con la resuelta decisin del pueblo de Arequipa por mantener la resistencia.

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El Aquelarre y Csar Atahualpa RodrguezEl poeta arequipeo (1889 1972) fue tmido y hurao, pero de una gran sensibilidad potica. Fue elogiado por Abraham Valdelomar y considerado por Manuel Gonzlez Prada como la nueva expresin de la lrica nacional. Fue rebautizado por el poeta Percy Gibson con el nombre de Atahualpa. Ambos fundaron la tertulia de El Aquelarre que funcion en la ltima cuadra de la calle Puente Grau, donde viva una de sus hermanas. All bajo el hechizo fascinante de la noche solan reunirse con otros escritores para conversar sobre la vida, el motivo permanente de su inspiracin. El sabtico cenculo llamado El Aquelarre a modo de los concilibulos de brujos, representaba una generacin de poetas, que se parangonaba con el grupo Colnida de Valdelomar (Lima); el Grupo Norte, de Antenor Orrego (Trujillo); y el grupo Orkopata, de Gamaliel Churata. Csar Atahualpa Rodrguez fue llamado el poeta del Colegio, cuando todava era escolar. De aquella poca datan sus primeros poemas, que segn se cuenta alguna vez le costaron una severa reprimenda de su madre, por el tono sensual de sus versos.

P g i n a | 34 Ya en edad de optar por una carrera profesional, viaja a Lima para seguir estudios de medicina en la Escuela de San Fernando. Sin embargo, el poeta en ciernes cae seducido por la vida mundana de la capital, que lo atrapa hasta hacerlo descuidar sus estudios. Al cabo de los aos, regresa a Arequipa sin ttulo pero cargado de una amplia experiencia vital. En la capital, el joven poeta se ha vinculado a los escritores del grupo Colnida y conoce a Abraham Valdelomar, el intelectual del momento. Segn su bigrafo Manuel Pantigoso, tres hechos marcaron la carrera en ascenso del poeta Rodrguez. El primero fue la carta que recibe de Abraham Valdelomar elogiando sus primeras composiciones literarias. El segundo momento fue cuando el poeta recit un verso suyo: Canto a la Raza en una actuacin literaria con motivo del cincuentenario del combate del Dos de Mayo, que le gan el aprecio de la crtica especializada. Y, finalmente, la mencin que hizo de l Manuel Gonzlez Prada, al considerarlo parte de una generacin de poetas que le imprima nueva personalidad a la lrica nacional. Estos acontecimientos, sin duda, marcaron su trayectoria como poeta, convirtindolo a partir de entonces en el referente ms importante de la poesa en Arequipa.

P g i n a | 35 Fue por aquellos aos en que Csar Atahualpa Rodrguez comenz a dirigir el cenculo de El Aquelarre. Hasta su casa ubicada en la calle Puente Grau llegaron Percy Gibson, Luis Duncker Lavalle, Renato Morales, Belisario Calle, entre otros. Constituyndose as, dicha bohemia literaria, en expresin del momento cultural que por entonces viva Arequipa. De la misma manera, fundaron una revista que llevaba el mismo ttulo y en donde colaboraron algunos jvenes escritores de la poca. Parece ser que inicialmente se reunan en el hoy Portal de San Agustn, donde tambin quedaba el famoso estudio fotogrfico de los hermanos Vargas. Fue, justamente, en una de esas reuniones en que el poeta Percy Gibson lo rebautiz como Atahualpa, como expresin del nacionalismo que por entonces experimentaba la poesa peruana. El propio Rodrguez cuenta en una entrevista que le hizo el diario La Prensa de Lima en 1947, que el poeta Percy Gibson le dijo en cierta ocasin, con bastante irona y sentido del humor, que era demasiado llevar el nombre de dos emperadores romanos (Csar y Augusto), siendo l tan peruano, razn por la cual, como ya se dijo, fue rebautizado como Csar Atahualpa. Segn afirma Tito Cceres Cuadros, la poesa de Rodrguez tuvo bastante emocin social y un marcado

P g i n a | 36 acento regionalista. Un poema suyo le canta as a la patria chica: Aqu, respirando ancestro, se forj mi loco empeo: Yo no he nacido peruano; yo he nacido arequipeo. Esto es muy importante, porque exhibe al poeta comprometido con su entorno social. Siendo la suya una poesa comprometida con la problemtica nacional. Fue hurao y de carcter hosco. Pero en el fondo fue un ser humano sensible a las cosas de la vida. En cierta ocasin Mario Polar Ugarteche lo visit para solicitarle un consejo literario. El poeta se mostr displicente al principio, pero luego iniciaron juntos una larga y entraable amistad, que lo llev a decir a Mario Polar que con l haba aprendido quizs ms que en la Universidad. Csar Atahualpa Rodrguez, cuyo nombre verdadero era Csar Augusto Rodrguez Olcay, trabaj muchos aos en la Biblioteca Pblica Municipal de Arequipa, donde lleg a ser director, hasta su jubilacin en 1955. De ese periodo de su vida existen varias ancdotas. Se cuenta, por ejemplo, que en cierta ocasin Don Csar revisando las estanteras de los libros advirti que un lector extraa uno de ellos, a lo que el poeta repuso diciendo: No lo toque! La razn? Haba sido revisado en otro momento por el poeta Oquendo de Amat que se asegura muri tuberculoso.

P g i n a | 37 Como testimonio de su paso por la Biblioteca Municipal, se conservan hasta hoy una extensa coleccin de volmenes bajo el ttulo de Anales de Arequipa, que recapitula cronolgicamente varios aos de la historia de Arequipa, sobre la base de la informacin periodstica del momento. Se trata, entonces, de una importante fuente de informacin que debera ser ms consultada. El poeta Atahualpa Rodrguez fue invitado tambin a ensear en la Universidad Nacional de San Agustn. Se cuenta que antes del inicio de sus clases, fue al local de la Universidad en la calle San Agustn, y se ubic en uno de los arcos del patio de Letras para observar desde all a sus futuros alumnos. Cuando los vio sinti una inexplicable confusin de sentimientos que hicieron que no regresara ms a la Universidad. Su carcter solitario seguramente lo empuj a tomar esa decisin. Imagino que se senta ms cmodo en la biblioteca rodeado de libros y a solas con sus pensamientos. Que adems era el espacio adecuado para la inspiracin potica. En reconocimiento a su trayectoria potica recibi durante el primer gobierno de Fernando Belaunde Terry la Orden del Sol del Per, que le fue otorgada personalmente por Mario Polar Ugarteche, que entonces era Segundo Vicepresidente de la Repblica. Lo inusual del hecho fue que se le entreg dicha

P g i n a | 38 condecoracin en su propio domicilio de la ciudad de Arequipa. Ya para entonces viva en la calle 28 de julio, en la Urbanizacin El Vallecito. Hasta all llegaron representantes del gobierno para tributarle un merecido homenaje al poeta de El Aquelarre. a en el periodo otoal de su vida, viaj a Europa, donde visit Espaa, Francia, Inglaterra, Italia y Alemania. A su regreso a Arequipa, dio una de las pocas entrevistas que se recuerdan de l. Dijo entonces: Regres ms peruano que nunca, ms arequipeo que jams. Y agreg: En el viaje entend que el Per es uno de los pueblos de Amrica mejor dotados por la naturaleza para ser un gran pas. Durante esta poca, Don Csar haca tertulia en la casa de Carlos Augusto Meneses Cornejo, padre del actual director del diario El Pueblo. Hasta all iba el poeta llevado por su hija Berta, alrededor de las 11 de la maana. Segn refiere Carlos Meneses (hijo), la amistad entre ambos amigos se hizo entraable. Luego que conversaban sobre asuntos domsticos, el poeta se quedaba velando el sueo del amigo. Cuando vena por l su hija Berta, recoga todos los papeles que el poeta haba desechado. As era Csar Atahualpa Rodrguez, un repentista en constante inspiracin potica.

P g i n a | 39 Fue autor de los libros La Torres de las Paradojas, Sonatas en tono de silencio, Los ltimos versos, Dios no nos quiere y Cien poemas. Un buen da muri el poeta en su casa de El Vallecito. Aos ms tarde Mario Polar Ugarteche haba dicho de l: Este hombre hurao que, como dije alguna vez, es de los tmidos que atacan con el escudo, esconde detrs de su hosquedad una naturaleza generosa y apasionada; y los que logran traspasar la muralla de su aislamiento, descubren un conversador extraordinario y fascinante. La figura de Csar Atahualpa Rodrguez subyuga al igual que la de Benigno Balln Farfn. Uno en el campo de la poesa y el otro en la msica. Pero ambos tienen en comn que comparten el sentimiento arequipeo, de la patria chica.

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Arequipa, Mostajo y RodrguezEn la picantera La Cabaa de Selva Alegre, un da del ao 1947, se reunieron alrededor de una mesa Francisco Mostajo y Csar Atahualpa Rodrguez, para conversar sobre diversos temas, incluido el proceso de la literatura en Arequipa. El encuentro de entonces fue considerado de trascendencia histrica, por la envergadura intelectual de ambos personajes. Voy a contar la historia de un encuentro entre dos figuras representativas de Arequipa. Uno era Francisco Mostajo y el otro Csar Augusto Rodrguez. El inolvidable momento fue recordado por un periodista del diario La Prensa de Lima, que estuvo en Arequipa reunido con ellos en una picantera de la ciudad. El artculo periodstico apareci en la edicin del martes 2 de septiembre de 1947, con el ttulo El perfil de las cosas, escrito bajo el seudnimo de Fulano de tal. El autor de la crnica destaca el hecho que es muy difcil reunir en una mesa a dos personajes como Mostajo y Rodrguez, por varios razones, pero principalmente porque ambos viven en distintos lugares y desarrollan actividades diferentes. Mostajo viva en Yanahuara, en la calle Misti, junto a su familia; mientras que Rodrguez viva en El Vallecito, en la calle 28 de Julio. El primero era docente universitario y decano de la Facultad de Derecho en la Universidad Nacional de San Agustn, labores que cumpla por la

P g i n a | 41 maana, y por la tarde se desempeaba como Vocal de la Corte Superior de Justicia de Arequipa. El segundo era bibliotecario y ocupaba el cargo de Director de la Biblioteca Pblica Municipal. Imposible que pudieran juntarse, salvo en alguna reunin protocolar. El milagro ocurri un da del mes de octubre de 1947, cuando el autor de la crnica periodstica logr reunir a ambos personajes en la Plaza de Armas, primero, y luego en una picantera de la zona de Selva Alegre. En el portal de San Agustn de la Plaza de Armas, los tres juntos degustaron de un aromtico cctel de papaya. De ah fueron al Hotel de Arequipa, ubicado en Selva Alegre, donde tomaron whisky. Junto al Hotel haba una picantera llamada La Cabaa, ltimo lugar del recorrido que hicieron el periodista de La Prensa, Francisco Mostajo y Csar Augusto Rodrguez. Una vez sentados a la mesa los tres comensales, comenz la tertulia. El ambiente que rodea el lugar es propio de la campia arequipea. La vegetacin abundante y el sonido de los animales del campo nos aproximan un poco ms a la escena del momento. Mientras conversaban, una seora serva los tradicionales platos locales que saboreaban con un vaso de chicha de jora. Don Francisco beba con deleite la chicha, aunque no coma aj, segn se anota. Fue entonces que Csar Augusto Rodrguez record como el poeta Percy Gibson lo rebautiz con el nombre de Atahualpa. Fue una noche del ao 1912, en su casa

P g i n a | 42 de la calle Puente Grau, donde se reuna el grupo literario Aquelarre, que Percy Gibson le dijo que era demasiado llevar el nombre de dos emperadores romanos juntos: Csar y Augusto, siendo l autnticamente Peruano, llamndolo a partir de entonces Atahualpa, que luego consagr en una publicacin que hizo acerca de su poesa. A lo que agreg Francisco Mostajo diciendo que Csar Atahualpa Rodrguez perteneca a la mejor generacin de poetas de aquel tiempo, integrada adems por Renato Morales de Rivera, Percy Gibson y Belisario Calle. En otro momento, Francisco Mostajo record que fue l quien puso la pluma en la mano de Federico More. Declar tambin que Augusto Aguirre Morales se dio a conocer publicando en la revista Juventud, que l haba fundado. En ese estado de la tertulia, Rodrguez recit un soneto de Mostajo que era algo as como su definicin y su credo. Lo dijo de memoria, quiz de tanto haberlo odo escuchar en los cenculos. No, no, la identidad, el nivel nunca Sobre m pasar cual sobre todos; Soy el picacho de la cresta trunca, La alzada tromba en cinaga de lodos. Entre la chusma me hallo y no me enjunca El vulgar gregarismo de sus modos Me aslo en mi interior honda espelunca! Cual fro temperante entre beodos.

P g i n a | 43 Quin se me iguala? Quin? Yunta, Tras yunta Pasa el hato humanal, de m, qu vario; A ras no me hallo de su imbcil calma. Soy cual la roca terminada en punta; Soy cual rspido cactus solitario; Soy un nico hombre soy un alma! Despus de recitar con grave acento de poeta, Csar Atahualpa Rodrguez recuerda como se iniciaron Alberto Guilln y Alberto Hidalgo, sus errores y lo que han dejado desperdigado en la literatura Peruana, de la cual considera a Martn Adn (seudnimo de Rafael de la Fuente Benavides) uno de sus mejores exponentes. Sigue la conversacin girando en torno a Arequipa, sus poetas y escritores. El mismo Mostajo es calificado por el autor del reportaje como prcer de la intelectualidad arequipea. De hecho lo fue. Su reconocido prestigio intelectual, hicieron de l el ms notable historiador de su tiempo. Pero tambin fue hombre de accin y luchador social, por lo cual es considerado uno de los ms importantes smbolos de la Arequipa republicana del novecientos. Se puede decir que encarna muchos de los atributos caractersticos del pueblo arequipeo. Aspecto este importante para comprender cmo los arequipeos fueron construyendo su identidad y la imagen de una ciudad de caudillos y poetas que no solo cantaron a la naturaleza sino tambin a la heroicidad del pueblo. En

P g i n a | 44 ese sentido, personajes como Mariano Melgar y el Den Valdivia encarnaron, en el siglo XIX, ese espritu dscolo y contestatario que, segn el imaginario colectivo, caracteriza a los arequipeos. Francisco Mostajo rene igualmente esas cualidades. A su espritu guerrero se suma el diletante que cultiva la poesa, pero tambin encontramos en l al historiador, al hombre de leyes, como expresin de una antigua tradicin jurdica. En cambio, Csar Atahualpa Rodrguez fue la expresin ms depurada del lirismo en Arequipa, cuya poesa tambin tuvo un contenido social. En lo que s coincidieron fue en el marcado sentimiento localista. Arequipa: sus costumbres y tradiciones, su historia y su comida, fueron el motivo de sus obras. El provincialismo de ambos personajes, obedeci a razones histricas y de orden comercial, cuya gnesis se remonta por lo menos hasta la poca colonial. Pero volvamos a ese memorable encuentro, donde Arequipa fue el gran tema de conversacin. Como no poda ser de otro modo, el poeta Rodrguez, acostumbrado a la bohemia literaria desde los tiempos del famoso Aquelarre, sorprende a sus compaeros de mesa con las siguientes disquisiciones: El hoy es tan fugaz, dice, que vivimos con medio cuerpo metido en la sombra del maana indeciso. Somos como un ro sin orillas que se desborda sobre una tierra que siendo

P g i n a | 45 nuestra quizs ya no lo sea cuando nos demos cuenta de estar manejados por impulsos ajenos. Rodrguez tiene, como todo poeta, su blasn afirmativo. Oigmosle: Ebrio de meloda y de pereza, largo Como un hombre del Greco quisiera ser; quisiera Que mis ojos en xtasis no vieran para fuera Sino como las aguas en un azul letargo. Ser dueo de m mismo en m; mas, sin embargo, Poderme desdoblar sobre la vida entera Como algo que buscndose a s propio se reitera Y se embebe de formas y evita el trago amargo. Ir silenciosamente por el mundo. Una alfombra Para no herir los pies; y slo con mi sombra Tener dilogos locos de una lgica muda. Cansarme cierto da de andar y, sooliento, Al pie del obelisco de mi fiel pensamiento Aguardar a la muerte con la actitud de Buda. La tertulia se prolonga y tanto Mostajo como Rodrguez hablan de sus futuras publicaciones. El San Gil de Cayma es lo ms arequipeo que pensaba publicar Mostajo. Por su parte, Rodrguez comenta que tiene entregado al Fondo de Cultura Econmica de Mxico, un volumen sobre El proceso de la cultura Peruana. La hora apremia y Mostajo se retira como fugitivo de la reunin, con direccin a la calle San Francisco, donde entonces quedaba la Corte Superior de Arequipa. Lo

P g i n a | 46 propio hace Rodrguez, quien trepa al mnibus que pasa y se marcha hacia la Biblioteca Municipal, donde labora ocho horas diarias. El encuentro con estos dos personajes fue descrito por el cronista como inusual. Tras despedirse de ambos, el periodista reflexiona acerca de cmo el torbellino de la vida distrae a las genialidades del tiempo que necesitan para pensar y compartir el fruto de su talento. A manera de reflexin final dice lo siguiente sobre ambos personajes: En realidad Arequipa est aprisionada en la fuerza intelectual de Mostajo y de Rodrguez, las dos figuras prstinas, agudas y al mismo tiempo hondas del carcter de este pueblo romntico y soador, beligerante y aguerrido, inspirado y dicharachero, pero al mismo tiempo, por su volcn y su clima nervioso, lleno de sorpresas. As acaba la entrevista, con la sensacin de habernos detenido por un momento en el tiempo, escuchando a Mostajo y a Rodrguez hablar de su poca. Para finalizar, el presente artculo ha querido recrear el preciso momento en que dos personajes histricos de la ciudad comparten sus impresiones acerca de temas de trascendencia cultural para Arequipa.

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La participacin de la mujer arequipea en la historiaLa condicin de la mujer fue muy precaria, en el siglo XIX. En muchos casos, anularon su personalidad y expectativas. Mientras que las mujeres populares gozaron de mayor autonoma econmica, trabajando como vendedoras en los mercados o administrando un negocio propio. La idea de la mujer dcil corresponde a un marcado patrn machista, en la cual ellas fueron consideradas el sexo dbil y, por lo tanto, incapaces para realizar trabajos que requeran carcter, temperamento y fuerza. Nada ms alejado de la realidad. Pero no siempre se pens as. Recordemos slo para ejemplarizar este caso a Trinidad Enrquez, la abogada cuzquea que no lleg a serlo, porque se le impidi graduarse en la Universidad San Antonio Abad del Cuzco, donde haba seguido estudios de derecho. Luego que inici una batalla legal que la llev hasta la Corte Suprema de Justicia, este tribunal resolvi en su contra, alegando que el temperamento de la mujer no era afn a la abogaca, que exiga carcter. Una situacin increble hoy, pero que describe con exactitud el pensamiento de la poca, de marcado acento patriarcal. Y ello debido a la influencia romana de la legislacin nacional, que privilegi la figura del varn sobre la mujer. As, por ejemplo, l fijaba el

P g i n a | 48 domicilio conyugal, y ella deba seguirlo adonde fuera, bajo pena de incurrir en causal de divorcio. Aunque, por otro lado, el primer cdigo civil peruano de 1852 permiti la patria potestad de ambos padres, en lo que viene a constituir un elemento evolucionado en relacin a su referente romanista. La condicin de la mujer en aquella poca era muy precaria, si tenemos en cuenta que no poda dedicarse a otras actividades que no sea el hogar. Su mayor realizacin era ser madre de familia y vivir para educar a sus hijos. Lo que ciertamente era bastante, pero tampoco lo era todo en la vida. Hay que precisar, sin embargo, que el rol femenino en la sociedad estaba jerarquizado. Es decir, que en el caso de las mujeres de la elite social, desempaaron roles vinculados a una vida social intensa, en crculos donde se practicaba la tertulia y las reglas de urbanidad. Era lo socialmente correcto y, en cierta forma, estaba condicionado a los usos y costumbres de la sociedad de su tiempo. Esto quiere decir que los fuertes mecanismos de control social anulaban su personalidad y expectativas, reducindola a un rol bsicamente domstico, mientras que el hombre del hogar era el encargado de trabajar para dar una vida decorosa a su familia. En ese sentido, los roles del varn y la mujer de los estratos sociales alto y medio, estuvieron muy bien definidos; lo contrario era ir contra las convenciones sociales establecidas, que no

P g i n a | 49 consideraban socialmente correcto que las mujeres de su clase trabajaran o, incluso, estudiaran. Lo que no ocurra con las mujeres de los sectores populares, que si bien es cierto la mayora de ellas no contaban con educacin bsica; sin embargo, s tenan mayor libertad de accin. Para el caso de Lima, en el siglo XIX, se sabe, por ejemplo, que muchas mujeres del pueblo fumaban y se divertan con amplitud, que igualmente trabajaban o administraban sus propios negocios. Claro est que socialmente fueran marginadas por sus hbitos y costumbres; lo que implic en muchos casos que ellas fueran el sostn de sus hogares. En realidad, si bien por un lado, el pensamiento de la poca limita a la mujer de sociedad en su desarrollo personal; por otro lado, en el sector popular ella desarrolla un trabajo considerado marginal, pero que al mismo tiempo era vital para la subsistencia de los suyos. Si en Lima las negras trabajaron como nanas y las indias como vendedoras de mercados, en Arequipa cumplieron similar funcin como lecheras, placeras del mercado, servicio domstico, campesinas o administradoras de un negocio propio. Qu otras actividades realizaron? En aquella poca, fueron la retaguardia de los ejrcitos, durante las guerras civiles que sacudieron al pas en el siglo XIX. Quizs el mejor retrato de la Arequipa de entonces, ha sido suministrada por las memorias de viajeros, que no

P g i n a | 50 slo describieron las costumbres de la poca, sino tambin las diferencias raciales de una sociedad jerarquizada. Un texto que merece un comentario aparte, es el libro de Flora Tristn titulado Peregrinaciones de una paria, donde formula una critica a la sociedad arequipea que ella conoci hacia la dcada de 1830. Un caso que llam particularmente su atencin fue el de la monja Gutirrez, joven perteneciente a la elite social de la ciudad, que fue obligada contra su voluntad a abrazar la carrera religiosa en el monasterio de Santa Teresa. Vctima de las circunstancias, decidi huir un buen da y tal decisin le cost el rechazo social de sus contemporneos, que no alcanzaron a entender su actitud, que en realidad pugnaba por mantener su libertad. El libro luego ser quemado y prohibida su lectura, por estimar que se trataba de un texto ofensivo a las prcticas sociales de la ciudad. En este contexto fue difcil un rol protagnico de la mujer en la sociedad. Salvo algunas historias singulares como el caso de La Mariscala, personaje que tambin provoca la atencin de Flora Tristn, o el que protagoniza Mara Nieves y Bustamante, en el campo de las letras, como periodista y escritora. Al igual que Mercedes Cabello de Carbonera o Clorinda Matto de Turner. Sin dejar de mencionar a Juana Gorriti y Juana

P g i n a | 51 Alarco de Dammert, en lo que es cultura y trabajo social, respectivamente. Mara Nieves y Bustamante, autora del popular libro Jorge o el hijo del pueblo, fue una destacada escritora y periodista arequipea, que tambin milit en la Accin Catlica que agrupaba a hombres y mujeres, considerados conservadores. Se opusieron, por ejemplo, a la tolerancia de cultos y al matrimonio civil. Se cuenta que en cierta ocasin, un grupo de ellas encabezadas por Mara Nieves y Bustamante atacaron la casa del liberal Mariano Lino Urquieta, ubicada en la calle Santa Marta, como rechazo a su propuesta de acabar con la religin oficial del Estado. En la poltica nacional, la mujer arequipea tambin jug un papel importante. En muchos casos, no slo se limitaron a desempear el rol de esposas y madres, sino que tambin fueron consejeras y apoyo poltico importante para sus maridos. En esa lnea, mencionaremos, en el siglo XIX, a Cipriana de la Torre de Vivanco, a Juana Prez de Salaverry, a Francisca Diez Canseco de Castilla y a Magdalena Ugarteche de Prado; y, en el siglo XX, a Mara Jess Rivera de Bustamante y a Mara Delgado de Odra. As llegamos a una poca de cambios sociales, que acelera la participacin de la mujer en otras actividades, como el trabajo en las fbricas, por ejemplo. De otro lado, el feminismo se vuelve un tema

P g i n a | 52 recurrente que plantea un nuevo rol de la mujer en la sociedad. De ah que ya en el debate constitucional de 1931, se plantee el voto femenino. Vctor Andrs Belaunde se pronuncia por el voto femenino irrestricto. Como razn arguye que la mujer trabaja como nosotros. La mujer paga los impuestos como nosotros y si no presta el servicio militar, da los hijos que lo prestan. En cambio, los apristas tienen una proposicin singular. Se oponen al voto femenino irrestricto, defendiendo solamente el derecho a voto de las mujeres trabajadoras. Mientras que en Arequipa una joven mujer con inquietudes sociales, Adela Montesinos y Montesinos, publica en el diario local Noticias un artculo titulado Feminismo, donde destaca la figura de la mujer ms all de los roles tradicionales que siempre desempe. Bajo el seudnimo de Alma Moreva, Adela Montesinos (1910 1976) dio a luz varios artculos sobre el mismo tema que provocaron la reaccin de la escritora Hortensia Mlaga de Cornejo Bouroncle. Su hija, Dunia Espinoza Montesinos, refiere que Adela escribi usando seudnimo para protegerse de las crticas sociales de su tiempo. Afirma tambin que Juan Manuel Polar Vargas fue el intermediario entre ella y el peridico.

P g i n a | 53 En Lima se vincula al grupo de Jos Carlos Maritegui y, hacia 1939, participa en la primera huelga de telefonistas, que lucharon por mejores condiciones de trabajo. Esta mujer arequipea poco conocida, fue poeta y luchadora social, precursora del feminismo en Arequipa y la primera mujer dice Dunia Espinoza Montesinosen proclamarse comunista, en un mitin realizado por su partido poltico en Lima. Hasta entonces la mujer estuvo al margen de las decisiones polticas. No poda elegir ni ser elegida. Fue recin para las elecciones generales de 1956 que se hizo por primera vez presente el voto femenino. En resumen: las mujeres populares fueron mucho ms independientes econmicamente que las mujeres de la elite social, que en la mayora de casos tan slo dependan de sus maridos. Esta mayor autonoma de las mujeres que trabajan, hizo que a la vez se replanteara su rol dentro de la familia. Finalmente, la mujer arequipea en la historia cumple hoy en todos los sectores sociales un rol igualmente importante en la poltica, en el trabajo y en la vida profesional, contribuyendo as al progreso de la ciudad y el pas.

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CONSTRUCCIONES HISTRICAS DE AREQUIPALas Tradicionales Quintas de ArequipaEn la Quinta de Tirado echaron a volar sus ilusiones los fogosos rebeldes de la poca de la emancipacin. La Quinta Corbacho sirvi de lugar estratgico para las campaas militares. La Quinta de Landzuri fue igualmente escenario de momentos dramticos para la historia local. Arequipa en el siglo XIX todava mantiene la antigua demarcacin que trazaron los primeros fundadores de la ciudad. Alrededor se encuentra la campia que marca el contraste entre el campo y la urbe. Esta se caracteriza por el trazado, estilo damero, de las calles; sus edificaciones de sillar y el uso de los espacios pblicos para la construccin de plazas y alamedas. Como un oasis la ciudad de Arequipa se encontraba incomunicada del resto del pas. Los pocos caminos servan para unir la costa y la sierra, con el tiempo que supona cruzarlas y a riesgo de perder la propia vida en uno de esos viajes inseguros. La travesa por mar era la otra opcin que, sin embargo, no fue de uso masivo. La campia arequipea fue en otro tiempo motivo de odas por parte de inspirados poetas. El chacarero fue el personaje smbolo del hombre del campo; por

P g i n a | 56 contraste, el hombre de la ciudad estuvo dedicado a otro tipo de actividades ms urbanas. La vida social de la Arequipa del siglo XVIII era hasta cierto punto montona. Esto no quiere decir que las diversas clases sociales no socializaran en reuniones familiares o en las famosas chicheras, el espacio pblico ms importante de esos aos, en que todava no existan instituciones sociales de esparcimiento. En esa poca de ausencia de luz elctrica, el ritmo de la ciudad tena otro tipo de caractersticas. Los paseos en el campo eran los ms frecuentes. Era comn, asimismo, que las personas adineradas tuvieran sus casas de campo fuera de la ciudad. As se levantaban alrededor de ella mansiones solariegas con estilo arquitectnico parecido a las ubicadas en la ciudad. En su tiempo, las ms conocidas fueron: la Quinta de Tirado, ubicada en El Vallecito, la Quinta de Corbacho, ubicada en Tiabaya, la Quinta de Landzuri, en la zona de Selva Alegre, y otras ms, como la Quinta de Vargas, la Quinta de Menaut y la Quinta de Arvalo, que encierran mucho valor histrico. De todas ellas la nica que sobrevive a la fecha, aunque muy precariamente, es la Quinta de Tirado. Esta casona data del siglo XVII y actualmente es propiedad del seor lvaro Corzo Portocarrero. All, por el ao de 1811 se conspiraba en contra del rgimen colonial.

P g i n a | 57 En las chacras anejas a la Quinta de Tirado sesionaban clandestinamente Jos Mara Corbacho y Abril, Benito Laso, Mariano Jos de Arce, Manuel Jos de Rivero y Aranbar, Juan Crisstomo Corso y Salazar, Francisco de Paula Quiroz y Mariano Melgar, entre otros que formaban parte de la logia patritica. Luego, el fino presidente invita a los concurrentes a tomar un tentempi (refrigerio) en la Quinta, cuyos dueos eran primos suyos y su propio hermano mayor don Antoln, de gran figuracin social, viva all al desposarse con la prima de ambos, doa Mara Manuela Tirado y Abril, de notoria personalidad conservadora que no vea bien las amistades de Batilo, seudnimo de Jos Mara Corbacho, segn Francisco Mostajo. Acaso a estas reuniones subrepticias alude Melgar en su conocida Oda a la Soledad: O al dulce Batilo Cantar al prado hermoso Yerbas y flores, fuentes y ganados. Pero no slo se reunan para conspirar. All tambin se renen para declamar sus producciones poticas unos, otros rasgar las guitarras con el yarav del adolescente Melgar o de canciones folclricas. Corbacho, pues, encabez en Arequipa el grupo, a la vez literario y poltico, que renov el ambiente de la ciudad y del que Melgar fue secretario. El nombre del grupo de jvenes poetas fue Tertulia Literaria.

P g i n a | 58 En la Tertulia Literaria de Arequipa (anota Aurelio Mir Quesada) parece haberse reunido un equipo entusiasta y juvenil, al que la seriedad de los poemas, o las angustias ciertas o imaginadas de su vida amorosa, no impidieron rer o sonrer, a veces a costa de ellos mismos. Por otro lado, cabe destacar que todos los all reunidos tuvieron actuacin protagnica durante la Emancipacin y la Repblica. Basta mencionar a la triloga revolucionaria: Corbacho, Arce y Melgar, y su participacin en la rebelin de los hermanos Angulo y Pumacahua en 1814. En la Repblica, los hermanos Jorge, Gustavo y Xavier Bacacorzo sostienen que la Quinta de Tirado sirvi de baluarte para defender a la ciudad de los ataques del coronel Mariano Ignacio Prado en 1867. Su propsito era tomarla, pero no lo lograron. Gustavo Bacacorzo refiere tambin que en la Quinta de Tirado, el jurista arequipeo Francisco Garca Caldern, que lleg a ser Presidente Provisorio del Per, durante la guerra del Pacfico, prepar su famoso Diccionario de la Legislacin Peruana, en dos tomos, hacia el ao 1860. La propietaria de la Quinta era, por entonces, su prima hermana materna Mara Mercedes Martnez Landa y Corbacho. All como dice Bacacorzo don Francisco tuvo una sala para estudio y preparacin del Diccionario; y que se destruy con el sismo de 1868.

P g i n a | 59 En realidad, del resto de la casona qued muy poco, salvo algunas habitaciones que se conversan hasta hoy en da. En su tiempo de esplendor, debi contar con fuentes de agua y patios con arcos que la rodeaban. Quedaron all muchas historias que el tiempo se las llevaron. La Quinta de Landzuri quedaba en el acceso a Selva Alegre. El nombre del patriota venezolano Trinidad Morn est ntimamente vinculado a la historia de esa casona, hoy desaparecida. Cuenta el Den Valdivia en sus memorias, que el general Morn fue vencido en 1854, despus de un encuentro con el ejrcito rebelde de Ramn Castilla. El encargado de las operaciones militares en Arequipa contra el gobierno del general Echenique, que defenda Morn, era el poltico y hacendista Domingo Elas, quien no vacil en ordenar la muerte del general venezolano, que haba luchado en otro tiempo por la independencia del Per. En la Quinta de Landzuri, Trinidad Morn fue hecho prisionero y all mismo redact su testamento y se confiesa. Enseguida ser conducido por la calle Rivero hasta Santo Domingo y luego la calle Morn, que hoy lleva su nombre, donde quedaba su casa, junto al teatro Fnix. Desde aquel lugar su esposa, la arequipea Rafaela Zereceda y Zaconeta, sus suegros y sus hijas, protagonizaron escenas dramticas de dolor

P g i n a | 60 ante su inminente fusilamiento. Mientras tanto, la banda de msicos que lo acompaaba interpretaba una triste meloda conocida desde entonces como la Marcha Morn. En la Plaza de Armas ser finalmente fusilado por rdenes de Elas, que no cedi ante las splicas de muchos vecinos de la ciudad, como la esposa del general Pedro Diez Canseco y Corbacho. Este ltimo sola pasar largas temporadas en su casona de Tiabaya, conocida como la Quinta de los Corbacho, porque inicialmente perteneci a Toms Snchez Corbacho y luego pas a su hijo Antonio y despus a la hija de ste, Mercedes, la madre de Pedro Diez Canseco, encargado tres veces de la presidencia del Per. A la Quinta Corbacho se dio en llamarla despus Quinta Canseco, porque sus dueos pasaron a ser -por herencia- la familia Diez Canseco Vargas y luego la familia Belaunde Diez Canseco. En 1958, por efectos del terremoto de ese ao, desapareci un monumento histrico que fue testigo de las inquietudes polticas de varios personajes de aquel tiempo. Pero tambin fue escenario de algunos romances. Como aquel que protagonizaron Ramn Castilla y Francisca Diez Canseco. En una carta que dirige desde Quequea, el 18 de mayo de 1835, Ramn Castilla le dice: M querida Panchita de mi corazn. Y luego de manifestar que la extraa mucho, agrega lo siguiente: Te devuelvo mi manta de Castilla y tambin mi poncho

P g i n a | 61 colorado para que te sirva en los paseos a Tiabaya, que era el lugar donde quedaba la Quinta Corbacho. Doa Pancha, como popularmente ser conocida la esposa del presidente Castilla, fue hermana de los generales Pedro, Manuel y Francisco Diez Canseco, de notable figuracin en el siglo XIX. Don Pedro fue un hombre del campo, que a pesar que goz de la cercana al poder, siempre busc refugio en su natal Arequipa y, particularmente, en su Quinta de Corbacho, adonde iba desde montado a caballa, cubierto por su poncho de lana y su sombrero de jipijapa. Ah mismo lo fueron a buscar varias veces para sacarlo de su retiro voluntario y comprometerlo en una nueva causa rebelde. La ltima de ellas fue la que protagoniz en 1867, a raz de la Constitucin liberal de ese ao, que atentaba contra los fueros de la Iglesia Catlica. Fue entonces que Pedro Diez Canseco se puso a la cabeza del movimiento y dio a luz un manifiesto dirigido a la nacin en que protestaba del carcter liberal de dicha Constitucin. Al final, el movimiento triunf y Diez Canseco ocup por tercera vez la presidencia del pas. Los ltimos das de su vida trascurrieron apaciblemente en su ciudad natal de Arequipa, adonde regres siempre a pesar de que pudo vivir en Lima. La misma casona fue visitada aos despus por Vctor Andrs Belaunde, nieto del ex presidente peruano,

P g i n a | 62 siendo todava nio de pantalones cortos. Su descripcin acerca de la Quinta Corbacho fue la siguiente: La casa de los Corbacho es una tpica mansin de hacienda, rodeada de corrales para el ganado y zagun y patio a la moda arequipea, cuadras o salones espaciosos; el comedor con vista al ro est sostenido por columnas con zapatas; descendiendo al jardn, una terraza que remataba en un oratorio a la usanza de Arequipa; y ms abajo, el pozo y la huerta. Cuenta Belaunde que, desde la Quinta Corbacho, el Den Valdivia vio el movimiento de las tropas del general Salaverry, despus de la batalla de Uchumayo; prevenido Santa Cruz por l, se ubic en una zona ms favorable para su ejrcito, lo que determin la victoria de Socabaya sobre el joven caudillo limeo (1836). Agrega adems que la Quinta Corbacho fue lugar de descanso del Estado de Mayor de Castilla; en la poca que el general Vivanco encabez el movimiento rebelde contra la Constitucin liberal de 1856, y se produjo el asedio de la ciudad de Arequipa por ocho meses. El estilo clsico de sus construcciones hizo de esas Quintas verdaderas muestras de gusto arquitectnico, al lograr conjugar la belleza del diseo con el uso adecuado de los espacios dedicados al paseo y la distraccin.

P g i n a | 63 Como deca la evocacin de Batilo, seudnimo de Jos Mara Corbacho, el campo, el ganado y las fuentes formaron parte de un solo cuadro. Por all echaron a volar sus ilusiones los fogosos rebeldes de la poca de la emancipacin. Otras veces sirvieron de lugar estratgico para las campaas militares. Fueron tambin escenario de momentos dramticos para la historia local. Ojala el lector haya podido transportarse a la poca en que Arequipa era una ciudad ms proyectada hacia el campo, rodeada de campia, adonde iban a pasear y hacer vida social los arequipeos.

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Los hospitales y la salud en ArequipaEl hospital de San Juan de Dios, que vena funcionando desde la poca colonial, fue reemplazado en 1912 por el hospital Goyeneche, que lleva el nombre de su benefactor Jos Sebastin de Goyeneche y Barreda. Fue considerado en su tiempo el mejor de su clase en Sudamrica. La vida en la ciudad exige las condiciones mnimas de servicios bsicos para que la poblacin pueda acceder a un buen nivel de educacin y salud. Desde que se fund Arequipa, esos servicios eran pocos, pero muy importantes para la poca. As, con el paso del tiempo fueron aumentando los requerimientos de salubridad y hubo la necesidad de dotar a la ciudad de una mejor infraestructura hospitalaria. Sin pretender agotar un tema que exige mayor profundidad de anlisis. A continuacin, voy a ocuparme de la situacin hospitalaria en Arequipa. As como tambin de la importancia que tuvo, en su tiempo, la construccin del hospital Goyeneche. Primero porque en su tiempo fue considerada una construccin moderna que ofreca los mejores servicios del sur del pas. De hecho, contaba con los mejores equipos quirrgicos del momento. Segundo porque el hospital paso a convertirse en el ms importante

P g i n a | 65 centro de salud de la ciudad, reemplazando e importancia al desaparecido San Juan de Dios. Tercero, porque exhibe una belleza arquitectnica singular. Su estilo neogtico, el adecuado diseo de sus pabellones y la capilla que en otro tiempo ocupaba un lugar central del hospital, ofrecan una visin de conjunto impresionante. Adems, el lugar donde fue construido era por aquella ve estratgico, porque estaba alejado de la poblacin. Esta circunstancia sin embargo, hizo que luego se poblara esta zona con magnificas construcciones de diseo moderno. Pero Quin construyo el hospital? La historia se remonta a la disposicin testamentaria del obispo de Arequipa y despus del obispo de lima, Jos Sebastin de Goyeneche y Barreda, una de de las figuras eclesisticas mas influyentes de su tiempo. Su propia familia, de origen vasco, era ms importante en la ciudad. Tenan muchas propiedades y tambin recursos econmicos, que en su mayora se dedicaban a obras filantrpicas, como el hospital Goyeneche que lleva el nombre de su benefactor. Por testamento otorgado en lima el 31 de diciembre de 1871, el entonces arzobispo Jos Sebastin de Goyeneche dispuso la suma de 150mil pesos, con destino para la construccin de un hospital de mujeres en Arequipa, el que sera entregado por sus albaceas a la junta de beneficencia o a la corporacin o autoridad

P g i n a | 66 que estuviera a cargo de los establecimientos de piedad. Pasado el tiempo y en circunstancias en que el pas hacia fuente a la guerra con chile, el gobierno de 1880 tomo la suma legada por el arzobispo Goyeneche para atender a los gastos que demandaba esa situacin. Luego de que la deuda fue reconocida por el gobierno nacional, la familia Goyeneche y Gamio, herederos del arzobispo, cumpliendo la voluntad de su to, construyeron el hospital, no solo para mujeres, sino tambin para hombres, En el folleto titulado apuntes para la historia mdico quirrgica y hospitalaria de Arequipa del doctor Javier Lozada Benavente, indica el autor que la colocacin de la primera piedra la hizo el presidente de la republica, don Jos Pardo, en 1904, con ocasin de la visita que hizo a Arequipa. Una vez terminado fue entregado a la sociedad de beneficencia, por escritura pblica el 26 de noviembre de 1911, en administracin y usufructo. La inauguracin tuvo lugar el 11 de febrero de 1912. Fueron entonces trasladados los enfermos del antiguo hospital de San Juan de Dios al nuevo nosocomio. Mas adelante la seorita mara Josefa de Goyeneche y Gamio hizo construir a sus expensas la seccin de infecto-contagiosos, que se entrego tambin a la

P g i n a | 67 beneficencia, como parte complementaria de hospital y con las mismas restricciones de este. En 1932, los patronos, que lo eran los hermanos Goyeneche de la puente, entregaron definitivamente el hospital a la sociedad de beneficencia publica, siendo el director de la misma, Pedro Jos de Noriega. Cuando se inauguro el hospital, el consejo provincial de entonces. A cargo de Arturo P. Linares, acord determino denominar Avenida Goyeneche a la que de norte a sur deba abrirse delante de la fachada del edificio del hospital que lleva el mismo nombre, y que era el mejor de su clase en Sudamrica, construir delante del hospital un parque y en centro de este un monumento que simbolice la gratitud del pueblo de Arequipa hacia su gran benefactor, el arzobispo Goyeneche. Para ello se formo una junta especial encargada de llevar a cabo la suscripcin popular para la construccin del citado monumento. Esta obra fue inaugurada el 21 de agosto de 1921, siendo padrino el presidente de la republica Augusto B. Legua. El monumento fue modelado en roma por el comendador Talodini, y dirigido en Arequipa su levantamiento por el doctor y arquitecto Gerardo Cornejo Iriarte. El hospital de San Juan de Dios fue fundado por el ayuntamiento de 1552. A lo largo del periodo colonial,

P g i n a | 68 fue el principal nosocomio de Arequipa. Sin embargo durante la primera mitad del siglo XIX, el hospital languideca como consecuencia de los aos. Fue entonces que se encargo al medico Juan Manuel Vargas tronco de la distinguida familia arequipea, de la cual descienden los hermanos Juan Manuel y Jorge Polar Vargas-, la reorganizaron del primer centro hospitalario de Arequipa. Hasta fines de la colonia, en Arequipa, solo se enseaban algunos cursos de medicina en los colegios de los jesuitas y san francisco. Con el primer ao de la republica, sostiene Jorge Arias Schneider Pezet, comienza la enseanza de la medicina en Arequipa, a raz de la fundacin de la academia lauretana de ciencias y artes de Arequipa en 1821. En la primera etapa de su historia, la academia lauretana fue un centro de enseanza superior, donde se estudiaba para ser abogado o medico. Entre sus miembros fundadores figuraba el protomdico Juan Manuel Vargas. Sin embargo, como institucin docente duro poco, ya que luego fue reemplazada con el colegio nacional de independencia americana y despus por la universidad nacional de san Agustn. Se seguan los estudios superiores de medicina y derecho, en el colegio de la independencia, mientras que en la universidad de San Agustn, se obtenan los

P g i n a | 69 ttulos de bachiller y doctor. Recin en 1866, durante el gobierno del coronel Mariano Ignacio Prado, se define a la universidad de Arequipa como un centro de enseanza superior, destinndose el colegio independencia a la enseanza secundaria. En esta etapa de la historia de la medicina ena Arequipa, juega un papel muy importante el doctor Manuel Mara Prez Aranibar, propulsor (como lo define Jorge Arias Schneider Pezet) de la enseanza de la medicina del sur del Per a mediados del siglo XIX. Notables mdicos nacidos en Arequipa, en los siglos XIX y XX, dieron mucho prestigio a la ciudad, por su calidad profesional. Mencionaremos a Francisco Zegarra (Padre del fundador del diario el Pueblo, Edilberto Zegarra Balln), a Manuel Mara Prez Aranibar (padre del medico y filntropo arequipeo Augusto Prez Aranibar), a Jos Benedicto Montesinos Garzn (gran amigo del notable medico norteamericano, radicado en Arequipa, Jacobo Dickson Hunter) a Jos Antonio Morales Alpaca (medico y poltico, que durante la guerra con chile mando a fundir caones para la defensa de Arequipa), a Pedro Jos Ramrez Broussais (padre del notable medico, Benigno Ramrez del Villar), a Luciano Bedoya Zegarra, a Max Gonzales Olaechea (gloria de la medicina Peruana), a Edmundo Escomel, a Gustavo Corso Masas, a Alberto Balln Esteves, a Luis Alberto Chaves Velando, a Juan Luis Moscoso, a Julio Ernesto Portugal, y a otros ms.

P g i n a | 70 Despus de ocho dcadas gracias a los esfuerzos en conjunto de los rectores Manuel Suarez Polar, Alberto fuentes e Isaas Mendoza del solar. La universidad de San Agustn logro contar en 1958 con una moderna facultad de medicina, digna sucesora de la escuela mdica que tuvo Arequipa a mediados del siglo XIX. Las enfermedades que asolaron a la ciudad a travs del tiempo, por falta de higiene y salubridad, fueron siendo superadas, gracias al esfuerzo de la ciencia mdica que en Arequipa alcanzo notable desarrollo , en tres centros de enseanza superior: la academia lauretana, el colegio de la independencia y la universidad de San Agustn, asimismo nosocomios como el desaparecido hospital de San Juan de Dios y el actual hospital Goyeneche guardan mucha tradicin e historia, que no basta solo con recordarla, hace falta seguir manteniendo viva esa tradicin, con mayor trabajo pero tambin mejorando la calidad en el servicio que como siempre redundara en el creciente nmero de pacientes que a diario asisten a los principales hospitales pblicos de la ciudad.

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La casa arequipea que conquisto a ParsLa casa est ubicada en la segunda cuadra de la calle La Merced y fue construida a comienzos del siglo XX por el abogado y arquitecto arequipeo Gerardo Alberto Cornejo Iriarte (1876 1970), el mismo que tambin vivi all. Tiempo despus de que el arquitecto Fernando Belaunde Terry dejara el poder en 1985, fue entrevistado por el periodista arequipeo Carlos Meneses Cornejo en su departamento de la ciudad de Lima. En esa oportunidad dijo ante la pregunta de cul era la cuadra ms bonita de la ciudad de Arequipa, que a su juicio de arquitecto era la calle La Merced, porque ella reuna variados estilos arquitectnicos en la construccin de sus casas. Desde aquellas de estilo colonial, como la casona Goyeneche, hasta otras de factura republicana como la casa que fue de la familia Lira. Sin embargo, pocos saben que en la segunda cuadra de la misma calle se levanta una casa solariega que fue construida a comienzos del siglo XX por el genial arquitecto y diseador arequipeo Gerardo Cornejo Iriarte. La misma que hoy ocupa la sede local de la Universidad Tecnolgica del Per (UTP) y que en 1911 gan un premio internacional en Pars por el excelente diseo de su fachada.

P g i n a | 73 All mismo tambin naci en otro tiempo el prcer de la independencia nacional Jos Mara Corbacho, al igual que ex Presidente del Per Pedro Diez Canseco, que ocup ese cargo por tres veces con el carcter interino. Por muchas razones la casona de la calle La Merced 209 se constituye en patrimonio histrico de la ciudad. No slo porque en ella nacieron dos ilustres personajes de la historia nacional, sino tambin porque su arquitectura actual mereci un reconocimiento internacional de la Municipalidad de Pars en Francia, en 1911. ltimamente ha sido puesta en valor por el empresario arequipeo y Rector de la UTP Filial Arequipa, doctor Jaime Mujica Caldern, que ha rescatado una joya arquitectnica para la ciudad que en los ltimos das ha cumplido ocho aos de haber sido declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO. Como sabemos, parte del atractivo turstico de la ciudad son sus monumentos histricos. Y uno de ellos es, justamente, la casona Corbacho, llamada as porque en ese lugar naci el prcer arequipeo. Gracias al doctor Jorge Valdez Cornejo, descendiente de Gerardo Cornejo Iriarte, pude acceder a la publicacin donde se dio cuenta del reconocimiento internacional de la casona Corbacho. La revista de construccin moderna titula La Construction

P g i n a | 74 Moderne. Art, throrie applique. La edicin corresponde a los aos 1911 1912 y fue publicada en Pars. El artculo sobre la casa que dise y construy Gerardo Cornejo Iriarte titula Maison a Arequipa (Prou). El texto figura en francs y dice ms o menos lo siguiente: La feliz iniciativa que ha tomado la Municipalidad de Pars en instaurar los concursos de fachadas ha hecho escuela en todas partesHoy en da en Per encontramos una fotografa interesanteSe trata de una casa recientemente construida en Arequipa. Esta es como se dice la segunda ciudad del Per. Es una ciudad comercial e industrial y es una de los principales centros literarios de Amrica del Sur. Dentro de los ltimos concursos abiertos entre los arquitectos, el premio ha sido otorgado a la fachada que se reproduce. Ella ha sido hecha por el autor Gerardo Cornejo Iriarte y esta queda en la calle La Merced nmero 89La fachada ha llamado la atencin del jurado mayormente por sus caractersticas arquitectnicas muy diferente al estilo empleado en ese pas, por la feliz eleccin de los materiales y su empleo juicioso. Su relieve es de granito, al igual que los muros de la puerta principal. Los muros son en piedra tallada de color blanco. Esta es una roca de origen volcnico. El relieve y los pilares, cornisas, son de la misma roca y de color rosa. Todos los materiales estn perfectamente unidos por argamasa interna en

P g i n a | 75 hierro, destinada a asegurar la estabilidad del edificio. Esto no hace olvidar, en efecto, que la ciudad de Arequipa est edificada sobre un suelo volcnico constantemente expuesto a los temblores de la tierra, debido a la proximidad del volcn Misti. Aquel que dio origen a la formacin de diversas rocas volcnicas que se han encontrado a los alrededores. La construccin de la casa que nos ocupa no puede ms que contribuir a la buena arquitectura en la ciudad donde se ha elevado. Gracias a la idea de los constructores de buscar el estilo al mismo tiempo que se estudian los procedimientos de construccin destinados a garantizar la seguridad de los habitantes. La publicacin en referencia destaca las caractersticas de la construccin, pero tambin la notable combinacin de belleza arquitectnica y seguridad que ofrece la vivienda, ambos elementos importantes para garantizar la trascendencia de la obra. Su autor, como ya dijimos, fue Gerardo Alberto Cornejo Iriarte, abogado, arquitecto e ingeniero constructor, que hizo sus estudios tanto en Arequipa como en Espaa. Se trat de un personaje fascinante, de una gran creatividad, que uni a su gran talento una fuerza de espritu inquebrantable, que lo llev a realizar las ms importantes obras de la ciudad.

P g i n a | 76 Fue l quien construy la antigua capilla del Hospital Goyeneche. Gracias a l se produjo la expropiacin del terreno donde luego se construy el Mercado San Camilo. Intervino adems en la edificacin del monumento al sacerdote lazarista Hiplito Duhamel, ubicada en la plaza que lleva su nombre. Teniendo la oportunidad de ser muy amigo del acaudalado industrial cataln Jos Miguel Forga, dentro de un marco de exigencias de un muy privilegiado gusto para el arte, el seor Forga le pidi que disee las casas para su familia en Arequipa, en el boulevard de la Avenida Parra, y luego la casa de verano en Mollendo, donde aprovech Cornejo Iriarte sus conocimientos para lograr con majestuosidad plasmar las ideas de Forga en un Palacete, que luego fue conocido con el nombre de castillo Forga, El Castillo de Mollendo, o simplemente el Palacete Forga. Construy la Iglesia de la Recoleta y su torre, as como dirigi la reconstruccin de la misma daada por el terremoto del ao 1958. Hizo diversas reparaciones en las estructuras de iglesias de nuestra ciudad, y efectu los primeros diseos y trazos de la carretera al Santuario de Chapi, as como los planos para la construccin de la Iglesia. Tambin particip en la construccin de la Iglesia del Pilar, a la cual le hizo una donacin en dinero.

P g i n a | 77 Cedi un lote de terreno para la construccin de una escuela en la Urbanizacin Mara Isabel, denominada as en recuerdo de su amada madre, y que la form como tal para favorecer a los pobres proporcionndoles lotes a precios de regalo y a largos plazos. Vivi en la segunda cuadra de la calle La Merced, en la casa que l construy y gan un premio internacional. Fue gran devoto de la Virgen de las Mercedes que se venera en la Iglesia de la Merced y, gracias a la feliz iniciativa del doctor Jaime Mujica Caldern de crear una Sala de Exposiciones para eventos culturales, en el local de la Universidad Tecnolgica del Per en Arequipa, hoy lleva el nombre de Gerardo Cornejo Iriarte como un justo homenaje y reconocimiento al arequipeo que pens en grande a la hora de disear y construir los principales monumentos histricos de la ciudad, que a la fecha son atractivo turstico y que, adems, debera figurar en el circuito turstico de las casonas ms emblemticas y representativas de Arequipa.

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EVOLUCION URBANA Y TRASCENDENCIA DE LA CIUDAD BLANCA EN LA HISTORIAArequipa y la confederacin Per BolivianaPor qu fracas la Confederacin Per Boliviana? Fue posible un sistema federal en el Per? Ms all de las razones geopolticas, los intereses econmicos jugaron tambin un rol determinante en esta historia. El tema de la Confederacin Per boliviana sigue sucintando marcado inters hasta el da de hoy. Muchos consideran que ella signific una oportunidad perdida para la integracin de dos pases considerados gemelos. Que el sueo integrador de Santa Cruz fue incomprendido por los propios Peruanos, que lucharon contra ella. Que adems se desperdici la oportunidad de formar un gran pas que opusiera resistencia a los afanes expansionistas de Chile. Por todo ello la Confederacin es vista como el proyecto frustrado que permiti la posterior incursin de Chile en territorio Peruano. Sin embargo, es bueno tambin establecer algunas precisiones. Una de ellas se refiere a la situacin del Alto Per durante la colonia. Hasta 1776 form parte del Virreinato del Per. A partir de entonces, debido a las reformas borbnicas, fue segregada para ser

P g i n a | 80 incorporada al recin creado Virreinato del Ro de la Plata. Con ello el Per perda el centro minero ms importante de produccin de plata, pero tambin un eje comercial que articulaba la zona sur del pas con Oruro y Potos. Luego, cuando sobrevino el estallido rebelde de Mayo de 1810, en la actual Argentina, y la consiguiente instalacin de la Junta de Gobierno de las Provincias Unidas del Ro de la Plata, el Alto Per que se mantuvo neutral busc ser atrada por las autoridades patriotas del Congreso de Tucumn, en 1815, que propuso proclamar a un inca como nuevo soberano. Sin embargo, esta medida extrema fue mayoritariamente rechazada, y el Alto Per opt por decidir su propia suerte. Fue la elite boliviana la que puj por lograr la autonoma de su territorio. Cuando Antonio Jos de Sucre, por encargo del libertador Bolvar, se traslada al Alto Per, no hizo ms que recoger el clamor de su elite para constituir la nueva Repblica de Bolivia. As surge a la vida independiente, con un extenso territorio que cuenta adems con el puerto de Tocopilla, que se encuentra bastante alejado de la capital Sucre y era poco rentable para los comerciantes del pas. La necesidad de un puerto ms prximo a su circuito comercial fue la verdadera razn que impuls a los sucesivos gobiernos de Bolivia a estrechar mayores lazos con el Per, a travs de la va diplomtica, pero

P g i n a | 81 tambin promoviendo logias que intentaron anexar el sur Peruano. Ms all de los muchos vnculos que unen a ambos pueblos, el inters de Bolivia fue siempre acceder a un puerto natural en territorio Peruano. Se trat del puerto de Arica. Su mayor proximidad a las zonas comerciales de Bolivia, hizo que este pas, desde que se proclam independiente, buscara con el Per la firma de un tratado. En 1826, se firma uno de lmites sobre la base de la cesin del puerto de Arica, que lesionaba abiertamente nuestro territorio. En aquella oportunidad, Andrs de Santa Cruz, encargado del mando supremo en Per, se opuso a la firma de ese tratado, considerado a su juicio perjudicial para el pas. En tal sentido, queda de manifiesto el real inters de los bolivianos por acceder al puerto Peruano de Arica. Lo que ser una constante en su poltica exterior. Los intentos de desmembrar la regin sur del Per para anexarla a Bolivia se inscribe dentro de ese objetivo. La tensin fronteriza entre ambos pases refleja esa permanente acechanza por conseguir la supremaca de uno sobre el otro. La rivalidad poltica entre Andrs de Santa cruz, Agustn Gamarra y Antonio Gutirrez de la Fuente fueron la nota caracterstica de los primeros aos de vida republicana. En un primer momento, los tres lderes polticos formaron parte de lo que se dio en llamar el

P g i n a | 82 triunvirato. Los tres mantenan estrecha comunicacin y buscaron la federacin de sus respectivos pases. La oportunidad lleg en 1835, a raz de la guerra civil de ese ao, que enfrent al presidente provisorio Luis Jos de Orbegoso con el general Pedro Bermdez, que lo depuso del mando supremo. Restablecido en el poder, el general Felipe Santiago Salaverry lo vuelve a deponer del mando. Se refugia, entonces, en Arequipa y su autoridad se reduce tan slo al sur del pas. Por su parte, Salaverry domina la parte norte, adems de la capital, donde se instala con ttulo de Jefe Supremo. La difcil situacin que atraviesa Orbegoso en Arequipa hizo que finalmente se decida a pedir la intervencin del ejrcito boliviano de Santa Cruz. El panorama poltico n