Apuntes Para Una Critica a Espejo

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Eugenio espejo

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  • APUNTES PARA UNA CRITICA

    A LOS ESTUDIOS SOBRE

    EUGENIO ESPEJO

    ' . /. 179 1976

  • Muchos escritores e intelectuales ecuatorianos y extran-jeros se han ocupado de Eugenio Espejo desde su muerte has-ta nuestros das. Por nuestra parte, pretendemos hacer ver. en grandes lneas, la evolucin de los estudios ms representa-tivos sobre Espejo e intentamos, paralelamente, una evaluacin de los mismos. En esta hora de reencuentro crtico con nuestros valores culturales del pasado nos anima la intencin' de con-tribuir a la comprensin objetiva y a la valoracin.actualizada, ele uno de nuestros ms importantes hombres de la segunda mitad del siglo XVIII. La periodizacin utilizada en este traba-jo responde a la dinmica interna de los estudios considerados que reflejan, a su modo, los diversos momentos histricos por los que ha atravesado nuestro pas. (1)

    1796 1848

    Espejo muri el 26 27 de diciembre de 1795. De su obra, salvada la publicacin del Discurso dirigido a la Sociedad Pa-tritica "Escuela de la Concordia" y los siete nmeros de las "Primicias de la Cultura de Quito", no quedaban sino unos po-cos manuscritos en manos de personas generalmente adversas a sus ideas; de su actividad poltica, quedaban algunos documen-tos oficiales que hasta hoy no han sido esclarecidos en forma definitiva.

    El siglo XVIII fue un siglo fermental en todos los aspectos. Espejo desenvolvi su actividad en los ltimos 30 aos, cuando

    . Quito abandonaba morosamente los esquemas escolsticos ha-d cia una visin ilustrada de la realidad. El trnsito a esta nueva . '/ etapa s cumplila'""travs de un eclecticismo que se volvi po-

    lmico al enfrentarse a las condiciones socioeconmicopol-ticas del medio.

    Espejo es ciertamente el personaje paradigmtico de esta poca, que encarna todo este proceso. Educado por los Je-sutas en la Universidad de San Gregorio, pronto comprendi la insuficiencia de la escolstica como cosmovisin, como plan de estudios acadmicos y como mtodo de instruccin. Desde

    | una posicin eclctica critic el sistema pedaggico de los je-. ' suitas 'yTa ignorancia general de los quiteos. Ms tarde, des- de una posicin ilustrada ya, critic la realidad social, econ-

    mica y poltica ce la Real Audiencia de Quito.

    Las crticas implacables de Espejo provocaron la preven-cin de las autoridades, el odio ele los aludidos y el recelo de sus conciudadanos. El pueblo quiteo no comprendi el alcan-ce de la ideas y actividades de Espejo, y quienes comprenclie-

  • ron le persiguieron hasta llevarle a la crcel y a la muerte. Cuando muri, nadie acompa a su entierro. El olvido pare-ca el colofn apropiado para este hombre "rencilloso, travie-so, inquieto y subersivo". (2)

    Sin embargo, en esta ciudad de Quito se conserv y. se transmiti ele generacin en generacin la memoria de este hombre originndose, en todos los estratos, una tradicin de Espejo;

    En los estratos populares.se conserv la memoria del hom-bre de profundos conocimientos, del sabio y del patriota que vivi, lucho y muri por ideales de libertad.

    En los estratos sociales altos se conserv la memoria del indio o del mestizo que intent escalar posiciones socia-les por los mritos de su inteligencia.

    En los estratos acadmicos se conserv la memoria del crtico y del pensador, del gua y orientador de los nuevos rumbos. Jos Meja Lequerica afirmara en los primeros aos del siglo XX que Espejo fue el nico filsofo que conoci a su Patria.

    En los estratos polticos se conserv la memoria del Es-pejo inconforme y subersivo, como se nota, por ejemplo, en el proceso a Juan Po Montfar, Marqus de Selva Ale-gre, de quien se afirm en 1810 que fue "heredero de los proyectos sediciosos de un antiguo vecino, nombrado Es-pejo, que hace aos falleci en aquella capital (Quito)". (3)

    La tradicin seleccion y purific los aspectos ms sobre-salientes o ms conmovedores de nuestro compatriota y perfi-l paulatinamente la imagen del sabio, del crtico, del poltico, del indio inteligente. Las coyunturas independentistas del pri-mer tercio del siglo XIX subrayaron especialmente la imagen del luchador y del poltico hicieron .de Espejo, ante todo, el precursor de nuestra independencia.

    1848 - 1912

    Luego que el Ecuador se constituy como nacin indepen-diente, quienes se ocuparon de Espejo subrayaron la imagen del sabio. En 1848, Joaqun Acosta- public en Pars su "Com-pendio histrico del descubrimiento y colonizacin de Nueva Granada", en el que afirma que Espejo introdujo en Quito los primeros destellos de la civilizacin moderna. (4) Por esos mismos aos, Mr. Peinot llam a Espejo "sabio americano" en su "Diccionario biogrfico porttil". (5)

  • En nuestro pas, el primero que parece se ocup de Espejo fue Pablo Herrera. En 1860 public su "Ensayo sobre la Historia de la Literatura Ecuatoriana", obra en la que se en-frenta dos veces con Espejo. En 1884, Herrera-.public en las "Memorias de la Academia Ecuatoriana" una parte de las "Re-flexiones, sobre" las Viruelas" de. Espejo. Finalmente, en 1885, He-rrera puso un nota introductoria al Discurso que Espejo diri-gi .a la Sociedad Patritica llamada "Escuela de la Concordia", publicado .en;el vol. I de la "Antologa de Prosistas. Ecuatoria-nos"; De. estos tres escritas se puede extraer las ideas matri-ces que Herrera tena sobrp Espejo:

    - a. En una especie de caracterizacin general, Herrera sub-raya el origen indgena de Espejo y su talento univer-sal. "Se debi a la excelencia de su talento y a los esfuer-zos de su aplicacin dice sus ingentes conocimientos y la superioridad sobre la mayor parte de sus contempo-

    ! -. Teos". (6) "Lleg a ser uno de los ms grandes literatos de su poca en la Amrica del Sur". (7)

    b- . Luego subraya al sabio y afirma que fue el literato que ms conocimientos posey sobre medicina, jurispruden-cia y teologa. La vasta, erudicin de Espejo le "hizo de-masiado notable en-Nueva Granada, Quito y Per; pues a excepcin de un corto nmero de literatos y hombres eru-ditos, ningn otro haba abrazado conocimientos'tan ex-

    ' . . tensos como, variados''. (8) "... . '.'.' c. Presenta' tana-bin al poltico versado en historia antigua

    y n doctrinas.: sociales, que desde muy temprano conci-bi la idea de lindependeneia y el establecimiento de

    -un gobierno popular, "por este motivo las autoridades de Quito calificaron a Espejo de hombre rencilloso, tra-vieso, inquiet y subersivo y buscaron pretextos para des-hacerse de' l". (9)

    d. Finalmente, Herrera nos presenta al Literato que, con sus obras, quiso introducir en Quito el buen gusto litera-rio. (10) ,

    Herrera recogi los datos que la tradicin haba conserva-do, sobre Espejo y los lanz oficialmente .a la opinin pblica, junto con sus propias observaciones no muy documentadas his-tricamente. El mrito de Herrera estuvo .en. su labor de anti-cuario (recuperador de datos, obras, nombres, etc., que el tiem-po iba sepultando en el olvido), pero al no probar sus afir-maciones dio. origen, en los escritores que le siguieron, a una cadena de confusiones, suposiciones, interpretaciones, conjetu-

    ro

  • ras y panegricos que hicieron de. Espejo uno, de los*''persona-jes ms controvertidos de nuestra'-^patria, hasta' que Gonzlez. Surez clarific definitivamente las equivocaciones de Herrera en el vol. II de los "Escritos de Espejo". (11)

    Al ao siguiente, 1861, Pedro Moncayo public un juicio crtico al "Ensayo - . e l e Pablo Herrera. lo tocante a Espejo, la crtica se redujo a acentuar uno de los aspectos que haba ofrecido el mismo Herrera. Para Moncayo, Espejo fue un "reformador", un "defensor del derecho y la justicia", un "aps-tol del dogma sagrado de la igualdad y libertad", un americano genial que concibi y propag la independencia americana. Ade-ms de jurisconsulto, telogo, mdico, escritor y orador, Espejo fue para Moncayo un poltico, un revolucionario, un au-tntico hombre de estado y no un "tmido y adocenado utopis-ta". (12)

    Moncayo: periodista, orador y publiscista, opositor siste-mtico a los gobiernos de Flores, Rocafuerte, Roca, Robles, Garca Moreno y Veintimilla, eptome del liberalismo romn-tico del "Quiteo Libre" y ele "La linterna mgica", nos ofrece un Espejo hecho a la medida de su ideologa liberal, un Espejo polemista, tribuno y revolucionario, como lo fue l mismo. (13)

    En 1870, Pedro Jfermn Cevallos publica el "Resumen de Historia del Ecuacor". Al ocuparse de Espejo lo realza como po-ltico y, ms an, como activista. Cevallos nos hace ver al au-tor de La Golilla, al desterrado en Bogot conspirando secre-tamente con Nario y Zea, al auspiciador de las Sociedades Pa-triticas en las cuales se poda difundir "con prontitud y seguri-dad algunas ideas de independencia", al autor de las bancleritas sediciosas de 1794. al luchador, en fin, que vivi y muri en el empeo justiciero de rehabilitar a su "raza vencida por Piza-rro". Cevallos no ha olvidado el origen indgena de Espejo; al Espejo-poltico aade, pues, el toque dramtico del indio que supera todas las adversidades de su tiempo. (14)

    Vctor Len Vivar, en 1892, publica en la Revista Ecua-toriana dos artculos bajo el ttulo

  • tado de. la cultura quitea, tanto literaria como artstica, duran-te la colonia. Habla de Espejo en el captulo III. Este Espejo que nos ofrece Gonzlez Surez en su Historia difiere un tanto del Espejo que nos ofrecer en 1912, cuando publique las obras de nuestro compatriota.

    El Obispo historiador acenta tambin el aspecto del Es-pejopoltico, pero 110 olvida los aspectos del sabio, del lite-rato y crtico, del mdico, bibliotecario, periodista, etc. Gonz-lez Surez formula algunas crticas a Espejo, pero en el ba-lance general afirma que fue "el ecuatoriano ms clebre y ms extraordinario, sin duda ninguna, entre todos los ecuatoria-nos que se han hecho famosos en la poltica: Espejo fue uno de esos ingenios superiores, cuya visin intelectual se dilata mucho ms all del horizonte de las ideas comunes, credas y aceptadas como verdades indiscutibles en su t iempo. . ." Y contina: "El sabio Espejo fue. literato, crtico, mdico, periodista y gran po-ltico, en una poca, en que, en Quito, se careca de todo re-curso para 110 languidecer tranquilamente en la ignorancia". (16)

    Fuera de nuestro mbito patrio, Marcelino Menndez y Pelayo se ocupa de Espejo en su "Historia de las Ideas Estticas de Espaa", en 1904. Menndez y Pelayo estudia ms al Espejo Literato y crtico, aunque no descuida el aspecto del poltico. Espejo fue, dice, "un descendiente de la raza indgena, mdico y cirujano con. fama- de muy hbil en el ejercicio de su profe-sin, 'y con fama todava mayor y bien merecida de hombre de conocimientos enciclopdicos, de gran variedad de aptitudes, de ingenio despierto y mordaz, y de grande inclinacin a las ideas novsimas, as en lo cientfico como en lo social y en lo religioso". (17)

    Es sabido que Menndez y Pelayo hizo duras crticas al mrito literario de Espejo, pero estas crticas no lastimaron ma-yormente al Espejopoltico, de quien afirma el historiador espaol que fue aitor de La Golilla, preparador del movimiento sedicioso de 1809 y que muri complicado en planes revolucio-narios. (18)

    En esta misma poca se refiri a Espejo tambin el escri-tor-. colombiano Ricardo^ Becerra, quien, siguiendo a Pedro Mon-cavo, hace de Espej~'"Tpoltico y un revolucionario. "Espejo dice (es) el ms audaz y uno de los ms videntes refor-madores, americanos de su tiempo". (19) Becerra ve en Espejo l fridador de la prensa literaria poltica y de la stira incisiva y revolucionaria, contra el rgimen colonial; ve al auspiciador de las sociedades literarias corno vehculos revolucionarios, ve

  • al activista encerrado en una crcel "donde acab en silencioso martirio, envejecido por los sufrimientos ms bien que por los aos, su azarosa cuanto noble existencia". (20)

    Por ltimo, en 1909, Roberto Espinosa public en "La Unin Literaria" un artculo sobre Espejo, al que llama "un sa-bio ecuatoriano". (21)

    De Joaqun Acosta a Roberto Espinosa transcurri ms de medio siglo en el que se resalt al Espejopoltico, sin que se conociera exactamente sus ideas polticas; al Espejolite-rato, sin que el gran pblico conociera sus obras; al Espejo-sa-bio, sin que se supiera en concreto qu conocimientos tena sobre tal o cual campo del saber que se le atribua. Se resalt tambin la figura del indgena que super todas las barreras, del luchador insobornable, del mrtir que muere por sus ideas. Espejo era lo ms grande que haba producido el Ecuador, y no se dio mayor importancia a sus limitaciones humanas, ni a los condicionamientos propios del medio social, poltico, eco-nmico, cultural' y religioso en el que le correspondi vivir.

    Los diferentes aspectos de Espejo subrayados por los au-tores de este perodo revelan, por lo general, ideologas encua-dradas dentro de un liberalismo de consolidacin, cuyos obje-tivos supremos eran el orden, la estructuracin poltica del pas y la bsqueda de na cierta identidad nacional.

    En esta poca se present, pues, en forma literaria, la tradicin existente sobre Espejo, pero no se realiz propiamen-te una investigacin histrica. De all que junto a datos veraces se encuentren ciatos errneos, exageraciones, elogios indocumen-tados. Se empez, por tanto, a sentir objetivamente la necesi-dad de darle a la figura engrandecida de Espejo una'base real, un fundamento que lo bajara de la pura afirmacin sentimental al documento histrico, de la imaginacin a la razn, de la li-teratura a la historia.

    El Concejo de Quito, consciente de esta necesidad, acord en 1907 publicar las obras de Espejo y encarg este trabajo al Obispo Gonzlez Surez, junto con el estudio previo, las notas y comentarios que fueren del caso. Los dos primeros volmenes de las obras de Espejo aparecieron, por fin, en 1912.

    1912 1930

    En el estudio previo a las obras de Espejo, Gonzlez Su-rez pone de relieve la clara intencin de fundamentar la figura

  • engrandecida de Espejo cuando afirma que la fama, fundada solamente en una admiracin tradicional, se ve expuesta al fracaso cuando se publican las obras de los autores tradicional-mnte respetados y admirados. Y se pregunta: "Suceder esto con Espejo a quien solemos llamar sabio por antonomasia?" Responde: "La publicacin de los escritos de Espejo no dar en tirra con su fama sino que la equilatar". (22)

    Las notables cualidades de historiador de nuestro Obispo, le permiten situar, al parecer correctamente, su stuclio sobre Espejo: "Para juzgar reciamentedice acerca de los mritos ) literarios de un autor, es necesario conocer a fondo las condi-ciones ele la sociedad en medio de la cual naci y vivi el escri- i tor; estudiar l ndole.-de" :s ingenio y las prendas morales y los i defectos de su alma; y no exigir nunca s.ino una perfeccin j relativa, que sea compatible con las condiciones as morales como intelectuales de la poca y del escritor". (23) . *

    Dentro d-este marco, Gonzlez Surez esboza ama bio- . grafa de Espejo en-la. que revisa los principales acontecimien-tos de su vida, subrayando los episodios polticos. "Espejo era ) un criollo muy sospechoso para los gobernantes coloniales" di-ce. (24) Y ante el rigor ele su ltima prisin se pregunta: 'w "Cual era el crimen ele Espejo?" (25) Responde: "Nuestro com- o patriota haba discurrido la emancipacin poltica no solo de la Audiencia de Quito, sino de todas las colonias hispanoameri-canas, las cuales, emancipadas de Espaa deban constituirse . en naciones independientes bajo la forma de gobiemo..republi.: ( Gariodemocrtica!!. (26)

    , /I-!'-) :.-El viaje a Bogot sirvi a Espejo para atizar su convic-

    cin revolucionaria, y lo sorprendente del caso, afirma Goriz& lez Surez, es que "el mdico quiteo haba meditado no sol en la emancipacin de las colonias, sino en las reformas; soci- -. les que deban llevarse a cabo precisamente para que la inde-pendencia produjera benficos resultados; Espejo no se conten-taba solo con la independencia: quera que se organizara^un buen goj3erno_j2aG-ional sobre una base igualitaria entre todos -, \ los ciudadanos". (27) ik&Bti

    Los planes de Espejo fueron denunciados al Presidente de la Audiencia; se le apres junto con su hermano PablOJ y"se X, le acus de criminal contra la religin, contra el gobierno eM^p: Rey y contra la tranquilidad pblica y el servicio de:' S '^M-^ V" jestad. En sntesis, para el Obispo historiador, "Espejo fue j,on- \ tre nosotros el iniciador ele la idea de emancipacin de las \ colonias americanas y el sostenedor de la forma de gobierno, i!

  • no .solo republicana sino democrtica, y tambin la prfiera vc-tima del patriotismo ecuatoriano". (28)

    Las inquietudes polticas de Espejo y su actividad en tor-no a ellas encuentran su base documental segn Gonzlez Surez en . la correspondencia secreta del Presidente Molina al Gobierno de Espaa y en el proceso seguido contra el clri-go Juan Pablo Espejo. (29) Desgraciadamente, ningn historia-dor posterior a Gonzlez Surez ha vuelto , a rastrear esos do-cumentos, sobre todo la correspondencia secreta, para esclare-cer definitivamente y comprender mejor la* actividad poltica de Espejo,

    Gonzlez Surez analiza despus al Escritor y, de manera ms breve, estudia al telogo, al mdico y orador sagrado. El momento histrico por el que atravesaban los estudios sobre Espejo, llev a Gonzlez Surez a acentuar los aspectos del Po-ltico y del Literato: "Para resumir en pocas palabras nuestro juicio sobre Espejo concluye insistiremos en la distincin ya enunciada del poltico y del escritor: 'como politico, es verda-deramente un gran hombre: su idea "de la emancipacin de las colonias hispanoamericanas, su plan para que el proyecto de la emancipacin se lleve a cabo con buen xito, y la forma de. gobierno que haba de adoptarse para las colonias emanci-padas, manifiestan que Espejo posea cualidades nada comunes. Como escritor 110 raya tan alto como poltico; no es elocuente sino erudito: amaba la literatura, pero no fue literato", (30)

    As, pues, el aporte de Gonzlez Surez fue fundamental en dos aspectos: en la biografa y en la publicacin de las obras de Espejo. Pero este trabajo no era todava completo ni per-fecto.

    En la "Unin Literaria", entregas IV, V y VI de 1913, Alberto Muoz Vernaza hace una resea biogrfica de Espejo en la que aacle ms datos y corrige los errores vertidos por Gonzlez Surez. Hace resaltar todos los sinsabores que el In-dio-Espejo tuvo que sufrir para pocjer labrarse un'sitio en la-cerrada sociedad de entonces; habla las vicisitudes polticas ele Espejo, sobre todo de sus tres prisiones. En esta parte, Mu-oz Vernaza nos presenta ai luchador por un ideal ce libertad y al mrtir que muere por ese ideal. Llega a comparar a Espejo con Jesucristo, al comentar cmo el proceso contra Espejo iba de juez a juez, ele Quito a Bogot y de Bogot a Quito, sin que ningn tribunal se animara a dar resolucin definitiva. Para solidificar ms la imagen del poltico, Muoz Vernaza trans-cribe la Representacin que Espejo elev desde la crcel al Vi-

  • rrey Espeleta en su ltima prisin, en la que describe su mise-rable estado y las "muchas muertes" que ha tenido que soportar como "reo de Estado". Concluye esta parte con un llamamiento a que se erija una estatua del "sabio Espejo". (31)

    En la ltima parte, Muoz Vernaza se refiere a la "Re-presentacin de los Curas de Riobamba" y ai "Marco Porcio Ca-tn", obras de Espejo que no estaban incluidas en los dos vol-menes publicados por Gonzlez Surez. Finalmente, hace ob-servaciones a la publicacin del "Nuevo Luciano" y restaura los nombres verdaderos de las "Cartas Riobambenses" que ha-ba reemplazado por otros en la publicacin- de dichas Cartas que el mismo Vernaza hiciera en 1888. (32)

    (Como historiador, Muoz Vernaza se basa tambin en documentos histricos, pero estos son utilizados no tanto co-mo fundamento de la verdad histrica, sino solamente como garanta de un cmulo de afirmaciones sobre Espejo lanzadas desde medio siglo atrs.. Por esta razn, creemos que los docu-mentos y las obras de Espejo necesitan hoy un nuevo escla-recimiento y una nueva interpretacin, bajo criterios histricos propios ele nuestro tiempo.

    ' . En .1920 publica Homero Viteri Lafronte un extenso ar-tculo titulado "Un libro autgrafo de Espejo". Viteri Lafronte se da cuenta que al estudio biogrfico de Espejo le falta orden y resulta necesario agrupar datos que se encuentran dispersos. Pa^ ra ello pretende hacer un bosquejo de la vida y obra de Es-pejo en ibase a los aportes de Gonzlez Surez y Muoz Verna-za, con la incorporacin de nuevos datos y documentos, la acla-racin ele ciertos puntos oscuros y la apertura de nuevos inte-rrogantes sobre Espejo. Los aportes concretos de Viteri Lafron-te se refieren a la familia de Espejo, a los influjos sufridos en el "Nuevo Luciano", a su prisin por haber rehusado ir al lVlaran, a la prisin por La Golilla, a las representaciones que Espejo escribi desde la crcel, a la Sociedad Patritica de Amigos del pas, al papel peridico "Primicias de la Cultura de Quito", al' EspejoBibliotecario, a las Banderitas de 1794, a su ltima prisin, a su muerte, etc. (33)

    En la segunda parte de su escrito, Viteri Lafronte pre-senta un ejemplar autgrafo y desconocido de las "Reflexio-nes sobre las Viruelas". Esta obra' haba sido publicada ya por Gonzlez Surez en el vol. II de los "Escritos de Espe-jo". En este aspecto, el aporte de Viteri Lafronte no era de importancia. El verdadero aporte est en el campo de la biogra-fa de Espejo. Se intenta superar las biografas fragmentarias

  • de los escritores anteriores, se organiza sistemticamente los da-tos y se aporta documentos desconocidos. En su estudio, Vite-ri Lafronte subraya tambin los aspectos del poltico y del m-dico.

    En 1923, Viteri Lafronte publica el Tercer volumen de las obras de Espejo. En la introduccin revela su intencin ele ofre-cer nuevos datos sobre la vida de Espejo y sobre las obras incluidas en este volumen: "La Defensa de los Curas de Riobam-ba" y el "Marco Porcio Catn". (34)

    Si en 1920 Viteri Lafronte se preocup fundamentalmente de la biografa de Espejo; en 1923, centra su inters en la pu-blicacin de las obras no conocidas todava. En las dos ocasio-nes, muestra su inters por consolidar la imagen de Espe-jo en base al conocimiento fundamentado de la vida y obra d nuestro compatriota.

    El Obispo Manuel Mara Plit Laso publica, en 1923 tambin, el "Marco Porcio Catn" en las Memorias de la Aca-demia Ecuatoriana correspondiente de la Real Espaola. Dice el Obispo Plit: "En nuestro empeo de contribuir con algo tam-bin a la honra ele nuestro compatriota, nos proponemos ir pu-blicando. .. los escritos que an quedan inditos de Espejo" (35) Con este criterio publicar adems, la traduccin que hiciera Espejo del "Tratado de lo Maravilloso y lo Sublime" de Dioni-sio Casio Longino, y de la "Oracin Moderna de Elocuencia" ele Antonio Leonardo Thoms, literato francs del siglo XVIII. La publicacin de estas traducciones avanz hasta 1929. (36)

    La figura de Espejo estaba ya slidamente asentada tanto en el aspecto biogrfico como en el de las obras. Sus contor-nos estaban claramente definidos y faltaban solamente algu-nos detalles que el mismo Obispo Plit se preocupa ele dar en su artculo "Para la Segunda Edicin del Nuevo Luciano". En este trabajo se precisan los textos de la obra mencionada, del Marco Porcio Catn y de la Ciencia Blancardina, precisiones que debern tenerse en cuenta en una nueva edicin ele los es-critos del "gran precursor de nuestra independencia". Por otra parte, en la nueva edicin se deber tener en cuenta tam-bin un plan ele clasificacin de las obras de Espejo, atendien-do a un orden cronolgico y a un orden lgico que pueden integrarse fcilmente en el caso de nuestro compatriota. (37)

    Esta etapa de los estudios sobre Espejo coincide con la etapa positivista en la historia de nuestras ideas. Esta corriente se estructur dentro de una definitiva consolidacin del libe-

  • ralismo en, nuestro pas. Algunos ele los autores que hemos re-visado se definieron ms tarde como liberales, pero en esta poca estaban agrupados en torno al Obispo Gonzlez Surez, mentalizador de la naciente Sociedad Ecuatoriana de Estudios Histricos Americanos. Este grupo realiz una verdadera inves-tigacin histrica sobre Espejo, a tal punto que tendremos que esperar la dcada del 70 para constatar algn avance en las in-vestigaciones sobre nuestro compatriota.- El influjo del Positi- j vismo se hizo patente v tambin en estos autores que, conven-cidos de la validez absor ta de sus mtodos, nos ofrecieron se- gn ellos las definitiva^ dimensiones de Espejo,

    As, pues, para 1930 la imagen de Espejo est muy bien fundamentada en extensas biografas, en publicaciones de sus obras y . . en estatuas. Ha llegado la hora de las alabanzas, de los homenajes, de los discursos; en definitiva, del culto a Espe-jo.

    1930 1957

    El perodo comienza en 1930 con la publicacin de las "Reflexiones Mdicas sobre las Viruelas" por parte del Muni-cipio Quiteo. Se trata de una publicacin de homenaje, pues la obra era ya conocida. Gualberto Arcos escribi el prlogo de esta publicacin . haciendo resaltar el aspecto mdico de Es-pejo. (38) En 1938, Arcos volver a ocuparse de Espejo en su trabajo "La evolucin, de 'la Medicina en el Ecuador", e igual-mente acentuar los mritos mdicos ele nuestro compatrio-ta. (39)

    En .1932, Edouard Clavery publica en Pars su estudio "Trois prcourseurs ele 1'independence des democraties sucla-mericaines: Miranda, Nario y Espejo". Se rinde homenaje aqu al Espejo luchador por la democracia, al precursor de la inde-pendencia. . (40)

    En 1934 Augusto Arias publica su obra biogrfica de Es-pejo titulada "El Cristal Indgena". Se trata de una biografa interpretativa en la que se abandona la' rigurosidad histrica para dejarse guiar por la pasin esttica. Arias acenta el as-pecto literario ele Espejo y las pocas virtudes que descubre en l no impiden un largo discurso sobre el IndioEspejo, sobre el mdico, el precursor, etc., que cjuiere realizar todo cuanto es-cribe y critica.

    . Arias analiza las obras de Espejo con la clara intencin de descubrir detrs de ellas las pasiones y las angustias ele nes-

  • , 77 tro compatriota y hacer la exegesis respectiva. A nuestro au-tor 110 le interesa tanto la obra en s, sino la vida que est; detrs de ella con sus conflictos, sus luchas y sinsabores. El estilo ponderativo de Arias nos ofrece un Espejo agigantado so-bre las miserias de su ciudad en la segunda mitacl del siglo XVIII. (41)

    Isaac Barrera haba publicado su libro "Quito Colonial" en 19'2 y en l haca un largo estudio de Espejo,' (42) Barrera enfrentaba a nuestro compatriota ms desde la Literatura que desde la Historia y aunque utilizaba documentos, estos le ser-van nicamente para realzar la figura de Espejo. "Los que han escrito acerca de Espejo deca, en su mayor parte se con-tentaron con trazar los lineamientos generales de su carcter, mas nunca pusieron el fervor que requiere el reconocimiento de una gloria". (43) Barrera quera poner ese fervor, tanto ms que por ese tiempo el indio se estaba colocando ya en el centro de la investigacin seria (Po Jaramillo Alvarado, por ejemplo) y en el centro de la produccin literaria. Para Barrera, "Espejo (fue) el indio genial, el que prepar el movimiento in-dependiente, el que escribi obras notables-, el genio revol-toso y bueno ele la colonia mediocre, quien despus de haber puesto o inspirado las inscripciones que una maana fresca y alegre de Quito ostentaron las cruces de la ciudad, muri so-bre la cruz de sus ideales, apenas salido de la prisin". (44)

    Esta intencin estrictamente literaria y sentimental im-pide a Barrera estar "conforme con el criterio de nuestro emi-nente historiador, cuando quiere bajar muy humanamente el pedestal de gloria de Espejo: ese indio;-genial fue grande no solo por ser una figura que tuvo gran talento, una asombrosa erudicin, una curiosidad insaciable' para aprender, una nervio-sidad altanera y temible y el anhelo heroico que empuja ha-cia las cosas grandes". (45)

    En 1935, Barrera publica su "Historia de la Literatura His-panoamericana"; (46) en 1943 escrib^' el-'prlogo .para la segun-da edicin del "Nuevo Luciano" y ej',1944 da a' luz su "Histo-ria de la Literatura Ecuatoriana" (47)\ El carcter imaginativo de Barrera y su entusiasmo sin lmites por Espejo lo llevaron a glorificarlo como cientfico, como literato y como poltico. Ba-rrera convirti a Espejo, a pesar de sus defectos, en "la con-crecin del nuevo espritu que alentaba la colonia". (48) en el representante autntico del "nuevo hombre que se levantaba en Amrica y que sera el futuro ejemplar humano que adoptara la civilizacin occidental", (49) en el "prototipo del ecuatoria-no que se formaba en la colonia". (50) No le bast a Barrera

  • haber atribuido simblicamente todas las virtualidades posi-bles, sino que quiso hacer de l, el arquetipo ideal del mdico, del sabio y del poltico.

    La ideologa indigenista fue para Barrera ms una tram-pa que una brecha apropiada para entender a Espejo.

    En 1949 se levanta una voz discordante, la de Leopoldo Bentez Vinueza, para advertirnos en su artculo "Un Zapador de la Colonia" la necesidad de un estudio crtico tanto del hom-breEspejo como de sus obras, para defenderle de dos peligros propios de nuestro tropicalismo intelectual: la admiracin y e] odio. El contexto histrico exegtico por-el que atravesaban los estudios sobre Espejo impidi que se escuchara esta voz y, por el contrario, siguieron producindose estudios laudatorios que revelaban un verdadero culto a nuestro compatriota. (51)

    Enrique Garcs nos ofrece en 1944 su pintoresco "Eugenio Espejo: Mdico y Duende". Este autor, mdico y admirador in-condicional de Espejo, sita su trabajo en una regin fronteriza entre la Historia..y.Ja-Literatura .entre la ciencia y la fantasa, entre la viveza de su estilo y la sobriedad de los documentos y obras de Espejo, Aunque revisa prcticamente toda su vida, se preocupa ms de hacernos ver al "insigne mdico" y al "Duende" que todo lo ve y a tocios asusta, Para Garcs, Espejo "fue un hombre de talento y visin y un despercudido de su poca". Tambin este libro sobre Espejo abunda en expresio-nes laudatorias que en nada favorecen a la dimensin verdade-ramente histrica de Espejo. (52)

    En 194.7 Antonio Montalvo nos ofrece una Biografa de Eugenio Espejo. Como confiesa el mismo autor esta biografa no es una interpretacin de Espejo, ni una explicacin o exge-sis de alguna de las mltiples facetas ele su personalidad; no es un estudio analtico o crtico de su obra. Se trata solamen-te de una sntesis biogrfica para rendir homenaje a la me-moria ele quien, al cumplirse doscientos aos de su nacimien-to, est an vivo entre nosotros,'por la vigencia de sus ideas. (53)

    Tambin en 1947, Virgilio Paredes Borja publica su estu-dio: "Eugenio Espejo, un Mdico quiteo del siglo XVIII" (54) Aunque da una visin general de Espejo se concentra luego en el aspecto mdico. Igual esquema conserva al hablar ele Espejo en su "Historia de la Medicina en el Ecuador". (55) Para Pare-des, Espejo fue literato, crtico, libelista, poltico, periodista y mdico. Fue "nuestro primer mdico humanista" dice. (56) A pesar de la seriedad de estos trabajos, resalta inevitablemen-te un cierto fondo laudatorio.

  • Gonzalo Rubio Orbe nos ofrece su libro "Eugenio de San-ta Cruz y Espejo" en 1950. Ms que una biografa es una me-ditacin sobre el personaje; meditacin que, como es inevita-ble, depende mucho de la ideologa del autor. La intencin exe-gtica de Rubio Orbe es clara el presentarnos un Espejo ex-cepcional que se levanta inconmensurable en una poca "tarada ele prejuicios, supersticiones y fuerzas negativas para el pro-greso humano". (57) .En el estudio de Espejo, el autor sigue una lnea histrica y se nota, a veces, el esfuerzo desplegado para hacer coincider a Espejo con su ideologa indigenista. (58)

    En 1952, Luis Len y Enrique G-arcs publicaron los "Escritos Mdicos" de Espejo, junto con algunas de las mono-grafas que sobre el tema se haban publicado en el pas. Se trata de una publicacin especializada realizada con el deseo de rendir homenaje antes que con el deseo de promover un es-tudio especializado de Espejo. (59)

    Este perodo en los estudios sobre Espejo coincide con la etapa indigenista de nuestra Literatura. Estos aos son los ms fecundos en cuanto a produccin literaria sobre Espejo, pero tambin los ms estriles en. cuanto a datos nuevos o a aco-pio de documentos. Como que se abandona ex-profeso el campo de la historia para enfocar a Espejo nicamente desde la Literatura. Y desde ella podamos asistir solamente a una glorificacin del IndioEspejo, antes que. a una investigacin rigurosa.

    J ^Pa ra 1950 la produccin literaria sobre Espejo es tanta que^curre algo as como un hasto ele tanto discurso: Estudios de homenaje, estudios interpretativos, estudios indigenizan-tes-.. , todo se haba ciado en este perodo de la exgesis, tanto ms que el bicentenario del nacimiento de Espejo representa-ba la ocasin propicia para todos los discursos, para todas las apoteosis y para todos los entusiasmos literarios. ^

    1951 1975

    En 1967 Jos M. Leoro publica un trabajo de Gonzalo Zaldumbide sobre Espejo. Este trabajo haba estado conclui-do y destinado a la publicacin en 1957, pero por razones cjue desconocemos no se public sino diez aos ms tarde.

    El estudio de Zaldumbide rene una. serie de reflexiones sobre Espejo en referencia constante a los escritos de Isaac Ba-rrera, Augusto Arias y el P. Vsconez; sobre todo Barrera, a quien. Zaldumbide prcticamente destroza.

  • El, primer mrito que hay que reconocerle a Zaldurnbide es el haberse dado cuenta que la, "glorificacin"- de Espejo ha-ba llegado haca rato a- su pice. '60) "Con esta clara concien-cia del momento histrico-que viv-fa-mi) fue difcil ya que ini-ciara una nueva etapa en los estudios sobre Eugenio Espejo,

    ' ' Bajo' :una crtica implacable revisa al EspejoPrecur-sor, (61)'al literato, (62) al crtico, (63) y al indio (64),' y llega a definirlo mediante un juego espectacular de contradicciones: "Ah hombre singulate^ Espejo! atrayente, repelente, inquietan-te, disfrazado bajo non^bres ajenos, temerario y elusivo, incoer-cible, simptico y antiptico".-

    Sistematizando un.poco las reflexiones de Zaldurnbide, el Espejo que nos ofrece sera este.: ~

    / . En :general: un hombre vidrioso, punzante, receloso,, que-bradizo, solitario, acomplejado.

    Como Precursor: fue, sin duda, uno de nuestros precurs-. res ele la independencia; no el nico, ni el ms circuns-

    pecto y discreto. Como escritor: mal escritor, salvo quiz en su Discurso

    a la-,Sociedad Patritica denominada "Escuela de la Con-... eprdia". .

    '""' Como producto social: un mestizo arribista.

    En sntesis, un hombre singular; pero solo eso: un hom-bre, y no el extraordinario personaje que nos haban entregado nuestros hombres de letras. -

    Zaldurnbide hace un esfuerzo por entender sin apasio-namientos a Espejo desde sus mismas obras. Pero as y todo, no puede ocultar una cierta prevencin contra Espejo que por poco le lleva de la exgesis al insulto. De todas maneras, Zal-durnbide nos ofrece una crtica punzante,. sangrienta casi, aun-que, no muysistematizada todava.

    .Zaldurnbide no puede ocultar su ideologa conservadora ni su extraccin de .clase en este trabajo sobre Espejo. Senta una fobia generalizada para todo "espritu revolucionario"; (65) pero no era una fobia de tipo intelectual, era la fobia del hom-bre refinado, contra el quebradizo Espejo, del "estilista' por an-tonomasia" contra-el. .heterclito Espejo, y del aristcrata con- i tra el mestizo Espe$0. ' . ..

  • Leopoldo Bentez Vinueza escribe en 1960 un estudio pre-liminar para el vol. 12 de la Biblioteca Ecuatoriana Mnima, dedicado a los Precursores. (66) El trabajo crtico ele Bentez Vinueza radica en la bsqueda de una clave para entender a Espejo; quiere encontrar una luz, un hontanar esclarecedor que ilumine toda la obra y vida de Espejo. Hay, por tanto, un deseo de entender a Espejo en base a sus obras y a los hechos sobresalientes ele su vida.

    Bentez Vinueza comienza por hacer una breve cronolo-ga ele la vida de Espejo y se fija en un texto autobiogrfico en el que el mismo Espejo afirma que a los quince aos "dese ardientemente ser un bello espritu y, aunque logr las cele-bridades de los jesutas, el vulgo lo despreci". Y comenta nuestro autor: "El ansia de ser conocido c.omo "bello espritu", mediante el cultivo de su vivaz inteligencia, poco poda lograr en un medio dominado por el sistema de castas y los prejui-cios sobre el color de la piel que constituan su base de susten-tacin... Y quiz el drama del hombre Espejo fue el de esa frustracin prematura del nio idealista y soador que ambi-cionaba ser conocido como 'bello espritu', hasta que 'el vulgo lo despreci, por lo que siguiendo opuestos dictmenes, se ocult lo ms que pudo y as ha conseguido el arte de esconderse'." (67)

    La clave para entender a Espejo est, por tanto, en la tensin entre el deseo de expresarse (deseo de ser un bello espritu) y el afn de esconderse (desprecio del vulgo), entre la accin y la evasin, entre la marginalidad ele su raza y su deseo de pertenecer a la clase alta, aunque fuera por la esti-ma de su espritu. La fluctuacin entre estos dos extremos constituir el drama personal de Espejo que lo amargar du-rante toda su vida y conferir a su carcter una tendencia a la acritud, a la burla, al desprecio.

    Por otra parte, Espejo lastim a mucha gente con la mor-dacidad de sus crticas y provoc una conspiracin de odios sr-didos que trataron de alejarlo de la. ciudad de Quito. Ante el fracaso ce su "Bello espritu", que hj,zo de Espejo un arribista, canalizar su amargura hacia la poltica, la economa, el perio-dismo, y el "arte ele esconderse" le har un zapador, un hombre subterrneo, clandestino, difcil. Esta actitud de insurreccin le llevar finalmente a la crcel y a la muerte.

    Como se ve, aqu hay un esquema para entender a Es-pejo, hay un esfuerzo racional y una .actitud crtica bastante lejanos ya del entusiasmo sentimental con que se entenda a Espejo en aos anteriores.

  • En 1968, Jos_ Mara Vargas nos ofrece una "Biografa de Eugenio Espejo"". Se trata de una biografa hecha desde el mismo Espejo,, por eso, las obras del compatriota y la docu-mentacin conocida constituye las fuentes ele Vargas. (68)

    Este esfuerzo por ofrecernos la biografa que el mismo Espejo dej, en sus obras supona comprender a nuestro com-patriota desde dentro de l mismo, supona descubrir ese n-cleo ntimo y objetivo ltimo que iluminaba y daba sentido a todos sus actos, ideas, escritos, disputas, insultos, etc. Esta in-quietud vital y objetivo ltimo de Espejo que Vargas descu-bre, radica en la ambicin que tuvo nuestro compatriota por "superarse, mediante el estudio, para poder romper con los obstculos e imponer un nuevo ideal en la cultura, economa y organizacin poltica de su pas". (69) Y contina Vargas: "Obsesionado por el adelanto de su Patria, (Espejo) arremeti contra todo lo que le pareca mediocre: la enseanza, la orga-nizacin econmica, el favoritismo administrativo, la prctica rudimental de la medicina y en todas estas ramas del saber y ele la poltica expuso sus ideas renovadoras y de avanza-da para el ambiente".. (70) ^ ^ >

    L Esta posicin impide a Vargas hacer de Espejo el pre-cursor por antonomasia o el indio colosal o el prototipo del ecuatoriano; para Vargas, Espejo no es ms que "el inconforme con el. ambiente". (71) el "fiscalizador velado de cuanto no le pareca bien en la enseanza, en la poltica y en las costumbres de su tiempo", (72) el hombre que se modela en la tensin con-tinua con. su medio. Se da aqu una visin totalizadora e inte-grativa ele. Espejo, y no la desintegracin usual en base a sus actividades de literato, mdico, poltico, etc.

    Sin embargo, debemos anotar a Vargas que si la vida de Espejo fue el resultado de una lucha contra el medio, este de-ba establecerse no solo desde sus obras (subjetividad de Espe-jo), sino tambin desde la misma objetividad de ese medio. La realidad sociopolticaeconmicaculturalreligiosa de un pueblo en una determinada poca parece tener sus condiciones propias de existencia ms all, de una. determinada subjetividad.^

    En 1969 aparece la obra "Eugenio Espejo" de Philip Loms Astillo. (73) Este autor enfrenta a Espejo con la fra ob-jetividad del investigador que realiza cientficamente su traba-jo, y no tarda en darse cuenta que "alrededor de este 1-mmhrp

  • se ha tejido un misterioso velo que lo ha convertido en uno de los mitos ecuatorianos". (74) Y aade: "Este estudio preten-de levantar el velo de confusin y de misterio que rodea a este polemista y mdico ecuatoriano de la Ilustracin en el Nuevo Mundo, determinando los hechos de su vida, obras y activida-des". (75)

    El libro de Astuto viene a llenar as el vaco ele una obra que ."penetrara en la esencia de la obra y la vida unimis-madas, en su accin y reaccin, profundamente enraizadas en el medio social" como observa Bentez Vinueza en la In-troduccin al libro. (76)

    Astuto nos ofrece una visin integral, muy objetiva y sis-temtica de la vida y obras de Espejo. Para nuestro autor, Es-pejo no es nicamente el precursor, ni el indio prototpico, ni el sabio, ni el mrtir; es el autodidacta que, al darse cuenta de la superioridad de sus conocimientos sobre la ignorancia de

    r o s quiteos, se convirti en el terico de la educacin y refor-/ mador de la oratoria, en el reformador economista -y polti-j co, en el reformador mdico y social, en el crtico; literario y

    en el instigador de la independencia. Para Astuto, Espejo fue un hombre de "Iluminismo" que, como tal, intent dar: "luces" a

    j las "oscuridades" educativas, polticas, econmicas, socailes, ! mdicas y hasta telgicas de Quito de la segunda: mitad del

    siglo XVII. !.

    Los elementos crticos de la obra de Astuto estn en el desapasionamiento, en el rigor metodolgico, en la objetividad de su trabajo, en la intencin de descorrer todos los velos, en interpretar correctamente todos los textos de Espejo y en el deseo ele entregarnos un estudio sistemtico y cientfico. Pero, salvados estos aspectos metodolgicos, en la obra ele Astuto no encontramos un aporte verdaderamente significativo sobre Espejo.

    Entre 1972 y 1973 se publica la Coleccin Clsicos "Ariel" de Autores Ecuatorianos, cuyos nmeros 56 y 73 contienen "El Nuevo Luciano de Quito" de Espejo. Estos dos volmenes venan introducidos por sendos estudios de Hernn Rodrguez Castelo, a los cuales nos vamos a referir por separado.

    En el vol. 56 Rodrguez Castelo nos ofrece sin mayores aportes un ensayo sobre la "Vida y obra,- personalidad y va-loracin total de Espejo".. (77) Lo ms significativo de este estudio es el deseo de sistematizacin (estudia las diversas fa-cetas de Espejo) y la clara conciencia de la necesidad de cri-

  • terios ms. realistas y menos mitificantes para comprender a Espejo en su exacta dimensin histrica. Dice Rodrguez Caste-lo: "Espejo no se nos aparece descomunal y~aqui hay tam-, bin que reducir a sus justos lmites a los mitiicadores ni \ como crtico ni como mdico ni como economista y socilogo ni como terico de la educacin ni como precursor de la inde- \ pendencia; es' la suma de sus pasiones, inquietudes, y obras en cada uno de los campos lo que hace crecer la figura del criollo quiteo por encima de todos sus contemporneos, y no solo en la Audiencia de QuiiV (78)

    Y " Es en el vol. 73 donde Rodrguez Castelo nos entrega un

    excelente estudio literario sobre la Prosa de Espejo. Y es en el campo de la crtica literaria donde hay que reconocer la visin y la penetracin de Rodrguez Castelo. No es des-deable la revisin histrica que hace de las crticas literarias que se haban escrito sobre Espejo desde Gonzlez Surez (1912) hasta Galo Ren Prez (1972). Pero es en "Facetas y Horas de la Prosa de Espejo" (79) donde Rodrguez Castelo nos ofrece un oportuno y magnfico aporte de investigacin literaria y anlisis estilstico en confrontacin lo que es ms valioso' con .-el contextos-global ele la vida y obra de Espejo. Y- puede considerarse este ensayo como uno de los primeros estudios especializados sobre la prosa de Espejo.

    Y llegamos a 1973. El investigador alemn Ekkehart Keeding publicaren el Boletn de la Academia Naciona~He^His-toria un artculo'titulado "Las Ciencias Naturales en la Antigua Audiencia de Qui to '^En este artculo Keeding no se ocupa exclusivamente de Espejo, pero habla de l y pone las bases para un artculo posterior en el que se ocupar de Espejo. (80)

    En el primer artculo Keeding nos da algunos datos sobre el EspejoBibliotecario. Luego nos habla del Curso de Fsica que en 1761-62 dio el P. Juan de Hospital en la Univer- * sidad de San Gregorio, en el cual se ense por primera vez ^J de manera - oficial el sistema copernicano. Espejo fue alumno de este curso y los coocimienfbreque adquiri entonces le siriveron para criticar ms tarde el hecho ele que en la Uni-versidad de Quito se regresara al sistema ele Tico Brahe, en lugar del sistema copernicano.

    Pero Espejo no aprendi las ciencias naturales solo en San Gregorio sino que se form l mismo, sobre todo du-rante los diez ltimos aos de su vida, en escritos publicados en Pars, Lausane, Leyden, Venecia, Marburgo. Y, junto a Espejo, se form tambin en Quito, un crculo de personas gra-:

    ! A

  • duadas en la Universidad de Santo Toms que posean despus de 1790 las mejores obras de Ciencias Naturales de la poca, Por supuesto, la biblioteca privada de Espejo no dejaba nada que desear en lo que se refiere a ciencias exactas. De esta manera, "la burguesa laica comenzaba a influir por sus cabezas ms ilustradas en la vida culturalsocial de Quito colonial a par-tir de ;i?9Q'\ (81)

    Entre los componentes de ese grupo figuraba Miguel Antonio Rodrguez. Su padre, Joaqun Rodrguez, haba sido compaero de Espejo en el curso ce Fsica dictado por el P. Hospital. Pero Miguel Antonio, que haba estudiado la Physica en el Curso ele 1785-86, no tuvo la suerte de aprender la Physica Copernicana sino la ele Tico. Poco despus Miguel Antonio ga-naba un concurso en la Universidad y deba ensear justamente la Physica. Consciente de la insuficiencia de su preparacin, acudi a la Biblioteca en busca de orientacin por parte de Espejo, que estaba de Bibliotecario. Espejo le instruy gusto-samente en las ciencias naturales y posibilit que Miguel An-tonio Rodrguez introdujera por segunda vez en Quito la Physica Copernicana en el Curso de 1795/96.

    Pero, al parecer, Espejo no slo ense a Miguel Antonio las ciencias naturales, sino que lo adoctrin tambin en sus ideas libertarias . Espejo tena probablemente algn ejemplar de la_ Constitucin Norteamericana de 1796 o de la Constitu-cin f rancesa de 1791. Miguel Antonio saba en qu parte de la Biblioteca estaban estos escritos y los sac en 1796, cuando la Biblioteca se reabri despus de la muerte de Espejo. Todo esto parece probable si se piensa que Miguel Antonio Rodr-guez fue quien escribi la primera Constitucin ecuatoriana en 1812. De esta manera, "Rodrguez realiz el proyecto de Espejo, tanto con respecto a las ciencias naturales, en 1795, co-mo respecto de la renovacin poltica del pas en 1812, como autor ele la Constitucin del Estado de Quito". (82)

    Con estos antecedentes, Keedjag publica en 1974 un es-tudio titulado "Espejo y las BanderitsS de Quito ele 1794". (83)

    Como es sabido, la historiografa ecuatoriana ha atribuido a Espejo las banderitas de 1794, pero nadie se ha preocupado ele probarlo' con algn documento. Keedig lo hace en base a documentos encontrados por l, que no afirman taxativamente que Espejo haya sido el autor, pero ele los que se puede dedu-cir, con mucha probabilidad, la paternidad de Espejo sobre las banderitas.

  • Para comprender mejor el texto de las banderitas ("Liberi Sto. Felicitatem et Gloriam Consecunto Salva Cruce".Se-gn Keeding.), el historiador en mencin establece el marco histrico con su fondo ideolgico libertario, precisa luego el texto mismo de las banderitas con sus diversos matices, y prue-ba su tesis en base a un documento encontrado por l, en el que se afirma que los autores materiales de las banderitas han sido los proceres Mariano Villalobos y Juan Po Montfar; el pri-mero las coloc en las cruces de piedra de la ciudad y el se-gundo le pag una cantidad de dinero por ese hecho. Ahora bien, Juan Po Montfar era el protector y albacea de los idea-les revolucionarios de Espejo, de donde se desprende que Es-pejo fue el autor espiritual de las banderitas de 1794. Esta accin "tan refinada mentalmente, tan bien organizada y al mismo tiempo atrevida y peligrosa, parece imposible en el Quito de 1794 sin el autorazgo por parte de Espejo" dice Keeding. (84)

    Luego Keeding interpreta el texto de las banderitas y prueba la paternidad de Espejo sobre las mismas en base a la admiracin que nuestro compatriota senta por las ciencias exactas; europeas del siglo XVIII y en base a la evolucin en su concepcin econmica que iba del mercantilismo al libre co-mercio. En el texto de las banderitas estaran incluidas, pues, una reforma educativa que separara las ciencias de la religin, (85) y una transformacin poltica de las bases de la sociedad quitea, dado el deplorable estado de la economa. (86) En su-ma, en el texto de las banderitas ele 1794, estara involucrada una transformacin total de la sociedad quitea en todos- los rdenes. (87)

    Pues bien, con notable objetividad Keeding nos ofrece un significativo trabajo sobre Espejo. Su labor se concentra en un aspecto que necesitaba de mucha visin crtica: el del pre-cursor. El investigador alemn nos hace ver en qu sentido Espejo puede ser considerado un precursor y bajo qu ideolo-ga, Y io hace en base a documentos histricos desconocidos, emendse a una investigacin rigurosa y a la utilizacin de recursos propios de historia comparada y hermenutica hist-rica, Keeding nos ofrece un trabajo que constituye un verdade-ro aporte a los estudios sobre Espejo. Se trata, quiz, del pri-mer estudio especializado sobre el aspecto ms conflictivo de nuestro compatriota.

    En 1795, Angel Bedoya Maruri publica la biografa ms reciente de Eugenio Espejo, en los nmeros 124 y 125 del Bo-letn de la Academia Nacional HP T T I O + N - M ^ qq\ A ' + -I

  • ptulos como: el Pitagrico, el Higienista, el Crtico de la Econo-ma, el Bibliotecario, el luchador por la cultura y la libertad, nos ofrece un Espejo humano, inquieto y de extraordinaria .pe-netracin, Pero nada ms, Espejo no es el personaje colosal, sino el hombre, y ms an, el hombre que l mismo se descri-bi en sus obras. Por eso, en este trabajo, no abundan las apre-ciaciones subjetivas, ni las adjetivaciones grandilocuentes, ni las conjeturas, ni las suposiciones. Bedoya no dice ni quiere decir ms de lo que se encuentra en los documentos histri-cos y en las mismas obras de Espejo.

    Ciertamente resalta la sobriedad del trabajo y la inten-cin del autor de situarse en un plano objetivo, imparcial, para realizar un trabajo tcnico. Es, en definitiva, una biografa de laboratorio, sistemtica, armnica y que incorpora una gran cantidad de documentos; aunque todos ellos conocidos.

    CONCLUSION

    Esta ltima biografa de Espejo parece significar el punto muerto al que han llegado los estudios so-bre nuestro compatriota, mientras no se emprenda otra vez una rigurosa y definitiva investigacin. Esta investigacin, si quiere ser eficaz, deber tomar por separado los diferentes aspectos de Espejo que se quieran abordar, para acceder por este camino a una visin global de Espejo. Parece abrirse, pues, la etapa de las investigaciones especializadas en los aspectos ele nuestro compatriota ms significativos actualmente. Inves-tigaciones que han empezado a aparecer ya en nuestro mbito ecuatoriano. Por otra parte, nuestra generacin np puede ni debe eludir este compromiso histrico.