Aprender Mandarin

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¿por qué el aprendizaje del chino mandarín puede generar beneficios de larga duración en el bienestar de un país como chile rodrigo a. fábrega-lacoa, ph.d ucorp-chile; jorge a. fábrega-lacoa, ph.d universidad adolfo ibáñez-chile y karina f. piña pérez mba (c) corporación cruzando el pacífico-china junio 2011 paper

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    por qu el aprendizaje del chino mandarn puede generar benef icios

    de larga duracin en el bienestar de un pas como chile

    rodrigo a. fbrega-lacoa, ph.d ucorp-chile; jorge a. fbrega-lacoa,

    ph.d universidad adolfo ibez-chile y karina f. pia prez mba (c)

    corporacin cruzando el pacf ico-china

    j u n i o 2 0 1 1

    p a p e r

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    DRAFT

    Paper

    Por qu el aprendizaje del Chino Mandarn puede generar beneficios de larga duracin en el bienestar de un pas como Chile?

    Apostar por aprender Mandarn

    Rodrigo A. Fbrega-Lacoa, Ph.D Ucorp-Chile

    Jorge A. Fbrega-Lacoa, Ph.D Universidad Adolfo Ibez-Chile

    Karina F. Pia Prez, MBA (c)

    Corporacin Cruzando el Pacfico-China

    Con la colaboracin de:

    Luis Schmidt Montes

    Embajador de Chile en China

    Felipe Cousio Donoso Director de Relaciones Internacionales

    Ministerio de Educacin de Chile

    Francesca Hanshing Urra, MBA (c) Agencia Hanshing - China

    Santiago, Beijing Junio 2011

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    Por qu el aprendizaje del Chino Mandarn puede generar beneficios de larga duracin en el bienestar de un pas como Chile?

    INTRODUCCIN

    DISCURSO EMBAJADOR

    Tercer Seminario Internacional Relaciones Econmicas y Comerciales Sino-latinoamericanas

    Universidad de Economa y Comercio Internacional (UIBE)

    Estimado Sr. Rector,

    Estimados acadmicos, profesores y alumnos:

    Les agradezco la invitacin que han hecho a mi persona para participar en esta ceremonia inaugural del Seminario de Relaciones Econmicas y Comerciales entre China y Latinoamrica, que organiza la Universidad de Economa y Comercio Internacional. Me gustara informarles que en diciembre de 2010, China y Chile conmemoraron el 40 aniversario de sus relaciones bilaterales, una iniciativa que nos permiti ser el primer pas de Sudamrica en tomar esta decisin e iniciar, de esta forma, cuatro dcadas de acercamiento y amistad entre los dos pases ms alejados del planeta. Nuestra relacin bilateral se ha fortalecido, especialmente, en el intercambio comercial, el que alcanz a US$ 25.624 millones, lo que convierte a China en nuestro principal socio comercial de Chile y mi pas, el segundo ms importante de Amrica Latina, tras Brasil. Pero ms all del tema comercial, nuestra tarea como Embajada de Chile es reforzar tambin todos aquellos mbitos que permitan un mayor y mejor acercamiento entre nuestros pueblos. Yo he tenido el privilegio de haber visitado China desde hace ms de 20 aos. No obstante esta larga experiencia, en cada viaje descubro una faceta nueva de China que me sorprende y fascina y me abre un mundo de interrogantes que busco contestar. Entiendo que la misma fascinacin y deseo de conocer ms de uno y otro pas, son el anhelo de mis compatriotas que han llegado en nmero importante a las aulas de las universidades chinas a aprender el idioma chino mandarn, una herramienta esencial en la comprensin de la cultura de todo pas. En Chile existe un creciente inters por la cultura china. En este sentido, desde el ao 2005 se viene desarrollando un proyecto para incorporar al chino mandarn como segunda lengua extranjera en los establecimientos de educacin media municipalizados y subvencionados. Igualmente, existen a la fecha dos Institutos Confucio, uno en la ciudad de Santiago, bajo el alero de la Pontificia Universidad Catlica de Chile (inaugurado en mayo del 2009), el segundo ubicado en la ciudad de Via del Mar y que funciona inserto en las dependencias de la Universidad Santo Toms, inaugurado el 29 de abril de 2008. En sentido contrario, vemos con gran inters la posibilidad que el programa acadmico titulado Cruzando el Pacifico, que cuenta con el auspicio de la UIBE, le dar posibilidad a los estudiantes chinos para que viajen a Chile para continuar sus estudios de espaol o bien, aprovechar las variadas alternativas acadmicas y laborales

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    que hoy da se ofrecen. Porque entiendo que a medida que la imagen de Chile mejora gracias al incremento del intercambio comercial y se hace ms patente nuestras cualidades como pas serio, amigo de China y con altos niveles de vida; despierta, igualmente, mayor inters en las familias chinas la alternativa de enviar a sus hijos a estudiar una carrera tcnica, perfeccionar su espaol, o bien, posgrados o MBA. Por ello, cada vez se hace ms frecuente este tipo de consultas ante nuestro consulado y seccin cultural, sobre cules son los requisitos para estudiar en Chile y si existe algn tipo de beneficio para los postulantes. Haciendo un poco de historia, les informo que en el ao 1980, se implement un nuevo marco normativo permiti la creacin y funcionamiento de instituciones de educacin superior privadas sin financiamiento estatal, y dispuso la reestructuracin de las universidades estatales existentes a la poca, Este nuevo marco normativo estableci que son instituciones de educacin superior a las Universidades, los Institutos Profesionales y a los Centros de Formacin Tcnica que han obtenido el reconocimiento oficial del Estado. Hoy en da existen 179 instituciones de educacin superior, las que albergan a ms de 750 mil estudiantes de pregrado. Se reconoce oficialmente tres tipos de certificaciones acadmicas: Ttulos Tcnicos de nivel superior, Ttulos Profesionales y Grados Acadmicos. En Chile, las universidades se encuentran facultadas para otorgar toda clase de ttulos y grados, los institutos profesionales slo pueden otorgar ttulos profesionales y ttulos tcnicos de nivel superior, mientras que los centros de formacin tcnica slo se encuentran habilitados para entregar ttulos tcnicos de nivel superior. Mantengo la esperanza que gracias a iniciativas como el presente seminario que hoy se inaugura, junto al empuje y esfuerzo de acadmicos, alumnos y profesores que hoy nos acompaan; la relacin entre Chile y China alcanzar en el corto plazo nuevos records y pioneras, pero esta vez en el mbito acadmico y cultural. Finalmente, permtanme finalizar estas breves palabras parafraseando a un conocido filsofo de la Dinasta Tang que dice Chile y China son amigos y al igual que las estrellas, pese a estar lejanas, podemos vernos mutuamente al mismo tiempo, lo que permite acortar las distancias que nos separan. ().

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    Por qu el aprendizaje del Chino Mandarn puede generar beneficios de larga duracin en el bienestar de un pas como Chile?

    En el siglo XIX nadie podra haber pasado por educado si no saba francs, en el siglo XX si no saba ingls. La situacin para el siglo XXI parece ser distinta, no habr un nuevo idioma que tenga tanto poder para desplazar a otros. El camino que viene parece ser el plurilingismo. Ser entonces cierto aquello que se dice, conocer idiomas es poder. A estas alturas del siglo XXI pocas dudas caben de ello y los gobiernos han retomado la idea de promover la enseanza de ms de un idioma en sus escuelas, por ejemplo el Council of Europe ha explicitado una poltica al respecto, de la misma manera como lo hace el Center for Applied Lingustic de los Estados Unidos de Norteamrica entre otros.

    Si bien en Chile se han hecho esfuerzos para asentar la enseanza del ingls como idioma extranjero, emerge como tendencia mundial el inters por aprender chino mandarn. por qu deberamos aprender mandarn?; ser esta una moda, como otras, en el campo de la educacin? o es una tendencia de la cual no tiene mucho caso resistirse?

    Estas son las preguntas que aborda este grupo de trabajo. Durante 8 meses se realizaron 3 talleres para discutir y comprender desde la perspectiva de una poltica lingstica.

    El estudio est organizado en cuatro secciones. En la primera seccin ilustramos cmo el mundo pas de ser uno policntrico a finales del siglo XVIII a otro eurocntrico durante los dos siglos siguientes. Dicho proceso explica porque es comn pensar en la historia de la modernidad como la historia de la occidentalizacin del planeta.

    En la segunda seccin se analizan los principales factores que explican la particularidad de China. Planteamos que existe una mentalidad china que es distinta en aspectos esenciales a la mentalidad occidental. A partir de ello, postulamos que la modernidad china no puede ser entendida como una mera occidentalizacin de su sociedad.

    En la tercera seccin analizamos el chino mandarn como vehculo de difusin de la cultura china. Su penetracin en otros pases y los esfuerzos del gobierno chino por expandir su aprendizaje en el mundo. Se concluye la seccin planteando las razones por las que aprender chino mandarn es una apuesta visionaria con efectos de larga duracin en el bienestar de los pases que formen a parte de sus habitantes en el aprendizaje de dicho idioma.

    La cuarta seccin describe los primeros pasos en la enseanza del mandarn en Chile y sus prometedores resultados.

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    Introduccin: Apostar por aprender Mandarn

    En 1978, dos aos despus de la muerte de Mao, la Repblica Popular China inici una serie de reformas pro-mercado focalizadas en el sureste de su territorio. Las reformas fueron implementadas con pragmatismo: los experimentos exitosos eran replicados en las provincias interiores y los fallidos eliminados rpidamente. Los objetivos eran, primero, impulsar la insercin de la economa China en los mercados globalizados (impulsando la inversin extranjera y reduciendo drsticamente las tarifas al comercio internacional) y, segundo, impulsar los mercados locales (para ello se entregaron tierras en concesin de largo plazo a los campesinos para que las cultivaran libremente, motivndolos para que comercializaran sus productos). El resultado de las reformas es elocuente: Creciendo a tasas promedio de un 10% anual, China logr duplicar el tamao de su economa en tan solo 10 aos y cuadruplicarlo en 30 aos. Para dimensionar la escala que representa este cambio, considrese que al comenzar el siglo XXI, el producto geogrfico bruto de la economa ms grande del mundo, Estados Unidos, era ocho veces mayor al chino y al finalizar la primera dcada del siglo la brecha ya se ha reducido a la mitad. El ao 2010 China super a Japn en su PGB y es ahora la segunda economa del mundo. Las proyecciones apuntan a que la brecha seguir reducindose hasta que el 2027 China se transformar en la economa ms grande del mundo (Ferguson, 2009).

    El motor de este crecimiento explosivo ha sido la inversin (sobre el 40% del producto geogrfico bruto sostenido por ms de dos dcadas). En una primera etapa, dicha inversin se sostuvo en una agresiva inversin exterior (especialmente de Hong Kong cuando an no eran reintegrados al pas) y la instalacin de empresas extranjeras que representan sobre el 60% de las exportaciones chinas. Pero el crecimiento exponencial de las exportaciones ha permitido reemplazar la fuente de inversin por ahorro interno el cual ha aumentado desde un 30% en 1981 a ms del 45% a mediados de la primera dcada del siglo XXI. Como resultado, actualmente, la familia china promedio ahorra un cuarto de su ingreso, una cifra astronmica comparada con el poco ms de 6% que ahorra la familia promedio en los Estados Unidos (Jacques, 2009, p. 160).

    La transformacin econmica de China ha ido de la mano de un cambio radical de la composicin de su economa, su fuerza laboral y sus ciudades. Con las reformas se desencaden un proceso migratorio desde el campo a la ciudad y desde el trabajo agrcola al industrial que ha reducido la importancia relativa del agro en el producto geogrfico bruto en tiempo record desde un 60% a mediados del siglo XX a poco ms del 15% al inicio del siglo XXI.

    Al ser China el pas con la mayor poblacin del mundo, la escala de los cambios que est experimentando supera todo lo observado previamente en la historia de la modernizacin en cualquier pas del planeta. Por ello, la transformacin de China est siendo monitoreada con atencin por intelectuales, polticos y empresarios en todo el orbe. El inters se debe tanto a factores internos de China (tales como su historia milenaria, su rgimen poltico, su gran tamao y su idioma, entre otros tpicos) como a factores externos a la misma (entre otras, el impacto de sus importaciones y exportaciones en los mercados internacionales, la complicada situacin financiera de los Estados Unidos, el impacto medioambiental de sus emisiones contaminantes, la relativa declinacin de poder de algunas instituciones multilaterales generadas bajo la influencia norteamericana como las Naciones Unidas y el surgimiento de nuevas formas de institucionalidad internacional).

    Ahora bien, hace diez aos, no exista consenso entre los especialistas sobre cmo interpretar el impacto que tendra el desarrollo chino en el orden geopoltico mundial y los mercados internacionales (Plate, 1999), pero al finalizar la primera dcada del siglo XXI dicho consenso se ha instalado por el peso de la evidencia (Ferguson, 2009). Los hechos sugieren que estamos ante el surgimiento de un nuevo orden mundial.

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    Ahora bien, la novedad que ha motivado a muchos a pensar que estamos ante el surgimiento de un nuevo orden mundial no se basa slo en el desempeo econmico logrado por China. Despus de todo, otras naciones asiticas tambin han experimentado milagros econmicos similares y lo han hecho antes que ella. A inicios de la dcada de 1970, Malasia, Tailandia e Indonesia ya haban iniciado su proceso de desarrollo econmico. Corea del Sur, Taiwn, Hong Kong y Singapur (los denominados tigres asiticos) ya llevaban veinte aos de crecimiento a altas tasas cuando China recin implementaba sus primeras reformas. Y cien aos antes sus vecinosJapn haba iniciado su despegue econmico. Por eso, si restringimos la mirada slo al mbito econmico, es comprensible que a finales del siglo XX, todava existiera escepticismo sobre los reales efectos mundiales que tendra el desarrollo econmico chino.

    No obstante, si analizamos el fenmeno ms comprehensivamente, la razn para pensar que s estamos ante el surgimiento de un nuevo orden mundial no descansa sobre la abstraccin de las cifras sino sobre la particularidad que esas cifras se produzcan en China. La novedad histrica es China en s misma. Antes de la Revolucin Industrial, China era una de las regiones ms dinmicas y avanzadas del planeta y su despertar obedece menos a influencias forneas como al aprovechamiento de condiciones que permanecieron prcticamente dormidas en ese perodo. Como ilustracin, considrese que Europa (y por su intermedio, el resto del mundo) le deben a la China milenaria importantes avances tecnolgicos y cientficos en hidrulica, agricultura, matemticas, teora musical, navegacin, entre muchas otras reas del conocimiento. De su vasto territorio salieron al mundo occidental desde la plvora, el sismgrafo y la brjula hasta las rosas, el brandy, el whisky, el t, el papel, sin dejar de mencionar los limones, las naranjas y los duraznos (Adshead, 2000).

    Pero su influencia sobre el resto del planeta se detuvo justamente cuando, con la modernidad, Europa despeg econmicamente. En ese tiempo, China se mantuvo al margen y aislada mientras Europa extenda su influencia por todo el orbe. Y mucho aconteci en aquellos doscientos aos. Las ideas e instituciones creadas en Europa fueron trasplantadas y copiadas a lo largo y ancho del orbe. De tal modo que el orden mundial fue configurado en torno a Estados-naciones independientes, con constituciones polticas y elecciones, organizados en torno a un centro de poder conformado por un grupo pequeo de grandes potencias industrializadas, en su mayora, de origen Europeo. En estos doscientos aos, se instal con fuerza la creencia en un ideal de progreso basado en la superioridad tanto moral como econmica de la democracia liberal, con mercados abiertos, y tendiente a la formacin de una sociedad de masas integrada por una gran poblacin consumidora de clase media.

    Entonces, la novedad es que ese gigante que ahora despierta logra en poco tiempo lo que en otros rincones del mundo ha costado muchas dcadas o, simplemente, no se ha podido. Y lo logra a su manera, es decir, sin las instituciones que constituyen aqul ideal del progreso.

    Por ello, la disyuntiva que ser resuelta en las prximas dcadas es si este despertar de China ir o no de la mano de un proceso de occidentalizacin de sus costumbres e instituciones. Es decir, hasta qu punto su apertura al mundo conllevar tambin un proceso de adopcin de influencias forneas y hasta qu punto ser el resto del planeta el que ser influido y deber adaptarse a China y sus propias creencias e instituciones. De ello depende el rol que juegue China en modificar el orden mundial que surgir con su creciente poder e influencia.

    En este documento exponemos brevemente las caractersticas de los cambios que est experimentando China. A partir de dicha exposicin sostendremos que la modernizacin de China no debe ser interpretada como un proceso de occidentalizacin de sus costumbres e instituciones. Las bases para dicha afirmacin descansan en la continuidad cultural que posee China por al menos 3000 aos. Bajo ese horizonte de tiempo, es ms apropiado pensar en China como una civilizacin ms que como un estado-nacin. Por ende, es ms adecuado entender la actual modernizacin por la que transita China como un proceso mediante el que el pueblo chino siente que

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    recupera su centralidad en el orbe y no como un proceso en el que dicha poblacin siente que alcanza estadios de desarrollo previamente logrados por otras naciones.

    Clave para entender la particularidad de China es constatar que a diferencia de Europa, China no experiment una ruptura cultural como base de su origen moderno. Fundamentales para la mantencin de su unidad han sido el confucianismo, el compartir un mismo sistema gramatical en todo su territorio, su homogeneidad racial y una concepcin del Estado cuya legitimidad no descansa en los procedimientos, sino en la mantencin de la unidad de la civilizacin china. Todo lo anterior permite esperar que el mandarn tendr un rol ms importante en las relaciones de China con otros pases a medida que su poder econmico, militar y poltico reviva y fortalezca el orgullo nacional del pueblo chino. Por ello, el aprendizaje del mandarn como segunda o tercera lengua abre una oportunidad a individuos y naciones a lo largo del orbe que, de cumplirse las expectativas de crecimiento y desarrollo proyectados para China, tendr efectos de largo plazo sobre su propio bienestar.

    1. El Despertar del Dragn

    1.1 Divergencia de caminos de dos civilizaciones: El ascenso de Europa y Estados Unidos versus el aparente estancamiento de China entre 1800 y 1978.

    Hasta finales del siglo XVIII, Europa (en especial, Gran Bretaa) no se encontraba en una etapa de desarrollo econmico ms avanzada que China e incluso en algunos aspectos China posea una ventaja considerable. Por ejemplo, el comercio de productos agrcolas en largas distancias en China (lo ms parecido al comercio internacional actual) era cinco veces superior al que se comerciaba en largas distancias en Europa (Pomeranz, 2000).Dicho dinamismo descansaba sobre bases slidas formadas tras un largo proceso de desarrollo de mercados libres en China que no haba tenido correlato en la Europa feudal del Medioevo. Ello porque mientras los campesinos chinos de la poca medieval eran libres y dueos de su cosecha, los campesinos europeos eran sirvientes de sus seores feudales y no tenan la libertad para comerciar sus productos fuera de los territorios de su seor. Todo aquello contribuy a la formacin de una mentalidad comercial sofisticada en la poblacin china y al desarrollo de un espritu emprendedor propicio para la innovacin tecnolgica. Ambos aspectos eran visibles en la poca en que Inglaterra an no iniciaba su revolucin industrial.

    Otros indicadores tampoco muestran una clara ventaja de Europa sobre China hacia comienzos del siglo XIX. Por ejemplo, la esperanza de vida al nacer en China y Europa eran similares (en rangos que oscilaban entre los 35 y 45 aos, segn gnero y zona), la ingesta de caloras eran del orden de 2.500 caloras por adulto equivalente en Europa y 2.600 en China y las tasas de natalidad tampoco diferan sustancialmente (Pomeranz, 2000). En suma, no existan razones para pensar que Europa posea una ventaja sustancial sobre China ni en capacidades, capital, espritu emprendedor, calidad de vida, ni conocimientos hacia finales del siglo XVIII. Todo lo anterior, hasta la invencin de la mquina a vapor en Inglaterra.

    Si en el siglo XVIII no haba muchas diferencias entre China y Europa y en muchos aspectos China apareca como una zona ms desarrollada, en el siglo XIX, las similitudes se desvanecieron. Mientras Gran Bretaa iniciaba un largo perodo de expansin que la llevara a ser la primera gran potencia de la historia moderna, China se sumergi en un proceso de estancamiento econmico hasta finales de 1970. Pomeranz (2000) sugiere que parte importante de la divergencia entre ambas regiones a partir del siglo XIX -sobre las cuales se funda el orden mundial actual- radica en un hecho fortuito ms que en una supuesta superioridad europea. Hacia 1750, ambas regiones enfrentaban un proceso maltusiano que reducira inevitablemente sus capacidades de desarrollo. Tanto Europa como China se enfrentaban al dilema de alimentar a una poblacin creciente con stocks decrecientes de

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    tierras cultivables y recursos energticos. No obstante, Europa pudo evitar las restricciones que impona la escasez de tierras gracias a dos factores: la colonizacin, que permiti acceder a una fuente prcticamente ilimitada de nuevas tierras y recursos naturales; y la sustitucin de tecnologas intensivas en mano de obra por mquinas a vapor gracias al descubrimiento de grandes reservas de carbn como fuente de energa alternativa a la madera.

    En aquella poca, China tambin posea grandes reservas de carbn en la zona norte de su territorio, que en la actualidad est utilizando como recurso energtico, pero los costos de transporte de la poca eran prohibitivamente altos para hacer atractiva la sustitucin de la madera como fuente energtica. El resultado fue que China se vio forzada a entrar en una poca de estancamiento econmico y, en paralelo, Europa influida por la rpida revolucin industrial en Gran Bretaa, inici un largo perodo de expansin econmica, militar y de influencia global que dio forma al orden mundial que predomin durante todo el siglo XIX.

    1.2 La Supremaca de Occidente

    El desarrollo europeo del siglo XIX se consagr en la emergencia de varios imperios colonizadores entre los cuales el ms poderoso fue el britnico. Dichos imperios europeos mantuvieron su vigencia y expansin hasta que se enfrentaron unos a otros en la primera guerra mundial. Tras dicha guerra, su declinacin fue rpida y termin con la ascendencia de los Estados Unidos como superpotencia despus de la segunda guerra mundial. No obstante por el origen anglosajn de Estados Unidos, la cada de Europa y ascenso de este ltimo ha tenido mucho de continuidad histrica de la influencia occidental sobre el resto del orbe. De forma tal que el rol supervigilante que adquiri Estados Unidos al ser la nica superpotencia vigente a finales del siglo XX constituye el punto ms lgido de un orden mundial occidentalizado.

    Para explicar la occidentalizacin del orden mundial actual es necesario tomar en cuenta un factor poltico que se suma a los aspectos econmicos mencionados en la seccin anterior: hubo una importante divergencia entre las prioridades de la lites polticas en China y Europa al inicio del siglo XIX. La lite poltica europea de la poca fue receptiva ante las nuevas posibilidades de desarrollo industrial y expansin territorial que se abrieron con las nuevas tecnologas basadas en el uso del carbn y la colonizacin. En virtud de aquello, los Estados-nacin europeos se transformaron en mquinas militares con intenciones imperialistas y expansionistas. En cambio, el confucianismo del estado chino (que ya era un imperio), estaba ms preocupado de mantener un equilibrio armonioso entre las distintas regiones bajo su dominio y, por ende, fue reticente a desencadenar un proceso de desarrollo que inevitablemente producira inequidad entre sus regiones (Jacques, 2009).

    En gran medida, el desinters de la elite poltica china -antes del ascenso de Deng Xiaoping tras la muerte de Mao-por maximizar riqueza mediante mecanismos de mercado se deba a que, en China, el control poltico nunca fue (y nunca ha sido) compartido o desafiado por lites econmicas con poder autnomo al poder estatal. Mientras los gobiernos europeos siempre tuvieron que compartir el poder con otras fuerzas polticas, desde la naciente burguesa hasta las organizaciones religiosas, el gobierno chino nunca enfrent amenazas a su hegemona. As, en China, los mercaderes dependan de relaciones con las elites gobernantes para mantener y proteger sus negocios. En cambio, en Europa, las lites mercantiles se transformaron en un grupo con poder autnomo dentro de cada Estados-Nacin de forma tal que las lites polticas fueron forzadas a compartir el poder poltico con ellas. Todo lo cual contribuy a la formacin de un Estado sensible a la proteccin de los intereses comerciales de sus elites econmicas, generador de reglas de proteccin de sus derechos de propiedad y promotor de la expansin de su riqueza.

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    Las consecuencias econmicas de la gran divergencia que separ los destinos de Europa y China durante el siglo y medio posterior fueron inmensas. El naciente imperio britnico aument rpidamente su podero militar y econmico, as como, su influencia cultural en el orbe. Por ello, a mediados del siglo XIX, China no pudo contrarrestar la amenaza britnica sobre su territorio cuando se negaba a abrir su comercio al opio proveniente de India (colonia britnica en aqul entonces). El resultado fue que China fue invadida y derrotada en las guerras del opio. En los cien aos posteriores, Europa se urbaniz e industrializ y China se mantuvo como una economa agraria y rural casi sin variaciones hasta mediados del siglo XX.

    En suma, el siglo XIX se inici como un mundo policntrico y paulatina pero sistemticamente se transform en otro eurocntrico. La supremaca de Europa y, posteriormente de Estados Unidos, en el mundo moderno se ha traducido en una expansin de ideales, valores e instituciones surgidas como parte de la formacin de los Estados-Nacin europeos. En ese perodo, los idiomas nativos de europea se difundieron a travs de las colonias a todo el orbe. Como el Imperio Britnico fue la principal potencia y, posteriormente, Estados Unidos ocup ese sitial, el ingls devino en la lingua franca del comercio internacional, las ciencias y el conocimiento. En la actualidad, todo lo anterior, implica que sea natural el pensaren el proceso de desarrollo como uno de creciente adopcin de las costumbres e instituciones surgidas en la civilizacin europea. Esto es: democracia, libertad individual, e igualdad sin distincin de credo, raza o cualquier otra caracterstica adscrita de los individuos.

    1.3 Modernizacin como Occidentalizacin

    En toda sociedad, la bonanza econmica motiva a sus habitantes a sentirse orgullosos de sus orgenes, a valorar sus modos de vida y sus instituciones. Por ello, el xito econmico que est experimentando China debera motivar en su poblacin una revalorizacin de sus races, tradiciones y costumbres, siendo clave para ello vitalizar su idioma. Como aquella es una historia que est todava por escribirse, es til, a modo de ilustracin, mirar como dicho proceso se dio en el caso europeo y norteamericano.

    En la raz de la civilizacin europea moderna existe un profundo sisma cultural. Tal sisma se haba iniciado en el siglo XVI, tras las guerras religiosas entre catlicos y protestantes que se derivaron de las reformas luteranas y, posteriormente, revivieron en las luchas de clases sociales en el proceso de formacin de los Estados-nacin y en las sucesivas luchas que se generaron en su proceso de industrializacin entre clases obreras y capitalistas.

    Por eso, cuando se produjo el despegue econmico en los pases europeos, la poblacin no tena en el pasado reciente muchos sobre lo cual basar el orgullo que sentan por el xito presente. De aqu que la necesidad de reconstruir sentidos sobre los cuales basar la vida en comn motiv la valorizacin tanto del pasado lejano como del futuro imaginado. Bsicamente, tres aspectos comunes de su pasado adquirieron relevancia: (i) una reinterpretacin benvola de la democracia ateniense (destacando su concepcin de ciudadana y su predisposicin al debate como fundamento desde el cual se ha de construir un orden consensuado), (ii) la constitucin de un imperio legal fundado en las leyes del antiguo imperio romano (sobre el cual se construy la nocin de un contrato constitucional mutuamente vinculante entre individuos originalmente autnomos y la proteccin de los derechos de propiedad) y (iii) la secularizacin de la influencia judeo-cristiana (abstrayendo de ella, primero, la nocin de ser todos hijos de Dios y transformndola en la filosofa segn la que todos somos iguales y; segundo, rescatando de la escatologa cristiana de la salvacin ms all de la muerte la idea segn la que el sentido de las cosas est en el futuro y no en el pasado).

    Con el apogeo que se inici con la revolucin industrial, Europa se reinvent sobre los tres pilares anteriores como un territorio donde el vnculo social se fundamentaba sobre el debate entre iguales que se realiza en la

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    arena pblica y que luego se transforma en reglas vinculantes de carcter constitucional. Todas estas ideas dieron un sentido de continuidad al proceso de transformacin que sufri Europa con la revolucin industrial y poltica de los siglos XVIII y XIX. De este modo, el xito econmico pudo ser acompaado de un discurso y sentido identitario, un sentido civilizatorio. Como resultado, hacia 1800, en Europa haba emergido un conjunto de activos culturales tales como el principio de racionalidad, el marco de la ley, la divisin de poderes del Estado, la creencia en la igualdad entre los hombres y la nocin de Progreso. Esos principios dotaron de sentido al capitalismo que emerga con la Revolucin Industrial.

    Las ideas y las instituciones creadas en Europa aparecen en la actualidad tan omnipresentes que es difcil imaginarse un proceso de desarrollo que no se funde en estos principios. En breve, esos principios suponen un matrimonio indisoluble entre capitalismo y democracia. La penetracin de esta idea es de tal magnitud en las sociedades occidentalizadas que cualquier variante de desarrollo que no se ajuste a esos cnones es entendida como una sociedad en transicin, esto es, una sociedad que no est plenamente desarrollada.

    En otras palabras, existe en el imaginario colectivo la impresin que, para tener xito, todo nuevo aspirante al desarrollo debera occidentalizarse, es decir, apropiarse de esas ideas e instituciones. Es posible que como indicara Max Weber el acervo cultural genuinamente europeo fuese fundamental para el desarrollo de un espritu capitalista y, por ende, toda regin que desee alcanzar el desarrollo debera experimentar un proceso de asimilacin de dicho acervo cultural. Si ello es cierto, todo proceso de desarrollo debera tener al menos las seis caractersticas que Ferguson (2009) destaca en el despegue europeo: (i) basar la actividad econmica en empresas capitalistas, (ii) adoptar el mtodo cientfico, (iii) crear un sistema legal y poltico basado en la propiedad privada y los derechos individuales, (iv) poseer una voluntad expansionista, (v) desarrollar una tica del trabajo centrado en la acumulacin y (vi) formar una gran masa consumidora.

    China est transitando por un proceso de desarrollo que cumple todos los criterios de Ferguson excepto el tercero. De aqu que sea un lugar comn mirar a China con ojos occidentales, preguntndose cunto tiempo ms resistir el rgimen comunista chino las (a ojos de Europa) inminentes presiones de su poblacin por ms libertades polticas. No obstante, como el pueblo chino no ha sufrido un proceso de quiebre cultural como el experimentado por Europa, tampoco posee una mentalidad centrada en el individuo libre y autnomo y no concibe al Estado como un contrato social. Lo que es importante de rescatar para los fines de este documento es que, mirado en retrospectiva, la naciente modernidad China podra darse sin occidentalizacin.

    El despegue econmico de la civilizacin europea del siglo XIX se dio a partir de condiciones que no son extrapolables al despegue que est experimentando la civilizacin China al iniciarse el siglo XXI. Primero, cuando Europa se desarroll no exista una amenaza externa como la que siempre han experimentado todas las sociedades que se han modernizado despus de los pases europeos (excepto por Estados Unidos, Canad, Australia y Nueva Zelandia que por afinidades culturales siempre recibieron tratos distintos a otras colonias y territorios extraeuropeos). Segundo, como se indic al inicio de esta seccin, Europa pas por un largo perodo de conflictos internos, primero de origen religioso y luego de origen ideolgico. Y tercero, las guerras fratricidas europeas, el permanente conflicto, y el consiguiente quiebre cultural contribuy en Europa al desarrollo de una concepcin del hombre como individuo autnomo que debe debatir racionalmente sus ideas con otros, sobre las cuales deber crear instituciones para generar orden. Todo lo anterior es muy distinto a la mirada de las culturas del sudeste asitico y China donde la unidad esencial de la sociedad son grupos, no individuos.

    Europa, sus colonias y EEUU fueron los nicos lugares del Orbe donde se produjo industrializacin en la primera mitad del siglo XIX. Ello tuvo largas consecuencias en el siglo XX. Empezando por el sistema de comercio. El mayor poder en el mundo de la poca, el Imperio Britnico, impuso un nuevo sistema de comercio de acuerdo a sus intereses. Dicho orden consisti en vender productos manufacturados a sus colonias y comprar alimentos y

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    materias primas desde ellas. Convenientemente, la expansin del ideal de la poltica de laisez-faire le permiti tomar ventaja de su superioridad industrial y su superioridad militar le permiti prevenir los esfuerzos proteccionistas de las nacientes industrias en otras naciones.

    Hacia la cuarta parte del siglo XIX, la hegemona de Europa era total. A ningn otro territorio excepto aquellos con claras afinidades raciales con Europa (Australia, Nueva Zelandia, Canad) se les permiti competir industrialmente con el centro europeo. La bonanza de los imperios europeos se acrecent alcanzando su punto ms lgido en la primera dcada del siglo XX. Finalmente, en 1914, los intereses expansionistas de los distintos imperios colisionaron desencadenando la primera guerra mundial. Mortalmente heridos, su declinacin definitiva como centro del mundo se dio al finalizar la segunda guerra mundial con la oleada de procesos independentistas (India, casi toda frica, Indonesia, China, etc.) y la paralela emergencia de Estados Unidos. Simultnea pero irremediablemente, su poblacin (entre ella sus mejores cientficos) emigr masiva y silenciosamente hacia los Estados Unidos, el hijo que superaba al padre.

    El despegue econmico que vive China no se da en un contexto en el que el mundo sigue siendo eurocntrico, sino en otro donde la nica superpotencia vigente es los Estados Unidos. Este pas representaba menos de un 2% del producto mundial hacia 1820. Hacia 1870, su producto era similar al de Gran Bretaa (en torno al 9%). Hacia 1914, Estados Unidos ya era la principal economa del mundo y despus de 1945 la principal superpotencia mundial. En dicho proceso, su moneda pas a ser medio de cambio internacional y sus universidades empezaron a atraer a las mentes ms brillantes de Europa que huan de un territorio blico. El mundo post segunda guerra mundial se cre bajo la supervisin de la nueva superpotencia americana, al punto que las sedes de los organismos de la diplomacia y las finanzas internacionales (Banco Mundial, FMI, GATT, etc) se ubicaron en su capital. Ahora bien, a diferencia de Europa, la modernizacin de los Estados Unidos no surge sobre estructuras sociales preestablecidas. Pero tampoco sobre la base de una raza comn. Aquello permiti a los padres fundadores del estado norteamericano crear un sistema de reglas basados en principios abstractos de igualdad e individualidad sobre el que descansa la idea del sueo americano. As, el acceso a oportunidades se elev como un ideal para todos y el modelo del self-mademan americano dio origen a una gran mercado de consumidores. Pese a estas diferencias, existe una clara lnea de continuidad entre la supremaca de Europa y la posterior supremaca de los Estados Unidos (partiendo por el idioma). En 1989, la cada del muro de Berln simbolizaba el fin de la guerra fra y dejaba a los Estados Unidos como la nica superpotencia mundial en un mundo donde las sociedades de Europa del Este transitaban hacia regmenes tanto polticos como econmicos ms parecidos a los del mundo occidental. El cambio histrico abra un perodo en el que el capitalismo con democracia pareca imponerse como modo de organizacin social superior a todas las otras alternativas. Ese hecho motiv a algunos acadmicos a pronosticar que en el futuro mediato todos los pases desaventajados seguiran procesos de democratizacin e integracin en un emergente sistema econmico de escala planetaria dominado por la combinacin de poder duro y blando emanado de los Estados Unidos. Al finalizar el siglo XX, doscientos aos despus de la gran divergencia, occidente consagraba su dominio sobre el mundo al punto que modernizacin y occidentalizacin eran entendidos como sinnimos. No obstante, al iniciarse el siglo XXI el orden mundial occidentalizado est cambiando de la mano de una creciente influencia del este asitico, especialmente China, y un debilitamiento relativo de las condiciones que transformaron a Estados Unidos en la nica superpotencia que sobrevivi al siglo XX.

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    1.4 Modernizacin sin Occidentalizacin

    En 1989, la cada del muro de Berln sugera un mundo no occidental en decadencia. La interpretacin compartida durante la dcada de 1990 era que desaparecan los ltimos bastiones de desarrollo que no respondan plenamente a los ideales de una democracia capitalista. Fukuyama (1992) es el que mejor resume el espritu de la poca al argumentar que tras la cada del muro de Berln, las luchas ideolgicas se haban acabado y el liberalismo se haba impuesto como el nico sistema posible en un mundo desarrollado. En dicho ambiente, se pensaba que los das de China estaban contados. No obstante, veinte aos despus de aqul episodio, no se vislumbran esas transformaciones como parte del futuro imaginable de China en las prximas dcadas. Jacques (2009) incluso sugiere que el pragmatismo y flexibilidad con la que opera el rgimen comunista chino en la prctica no torna imposible la coexistencia de un gobierno comunista centralizado con experiencias locales de mayor democracia en algunas regiones del pas.

    Ese pragmatismo es una necesidad que supera cualquier intento de control ideolgico. Ello debido a la escala que posee China. Mientras Estados Unidos inici su expansin econmica cuando la habitaban poco ms de 40 millones de habitantes hacia 1870. En 1978, cuando China inici su propio despegue econmico era habitada por 960 millones de personas. La magnitud de la transformacin que est experimentando China en pleno proceso de industrializacin sera inmanejable por un gobierno centralizado que intente mantener un frreo control de todo cuanto acontece en su territorio. Al final el siglo XX, el rgimen poltico chino segua fundamentalmente intacto y al mando de una revolucin industrial

    Paralelamente, un ataque terrorista sobre las torres gemelas uno de los mayores smbolos del poder americano iniciaba una dcada muy complicada para Estados Unidos donde ejercera un unilateralismo extremo en sus relaciones internacionales que no le permiti aumentar su podero militar y que, en cambio, lo embarc en aventuras militares que han generado ms dudas que certezas sobre su capacidad de mantener su predominancia militar en el orbe, y que ha socavado parte de la legitimidad y la tcita aceptacin de su rol de Estado lder y dominante con la que qued tras la cada del bloque sovitico. Poco tiempo despus, el creciente dficit financiero de los Estados Unidos se catapultara a niveles que no podran ser pagados en una o dos generaciones. Las dcadas de opulencia de los Estados Unidos como importador neto slo podrn ser financiadas por sus futuras generaciones. Por ello es posible prever un ajuste y contraccin de la sociedad de consumo americana en las dcadas siguientes. Si aquello era previsible al iniciarse el nuevo milenio, la crisis financiera del 2008 lo transform en una certeza. El colapso de su sistema financiero, oblig al gobierno de los Estados Unidos a la mayor intervencin sobre el modelo econmico de libre competencia en su historia reciente. De esta forma, la confianza en el neoliberalismo expresado en el Consenso de Washington se resquebrajaba al finalizar la primera dcada del nuevo milenio.

    De tal modo que, al finalizar la primera dcada del siglo XXI observamos algunos signos de declinacin en el podero de los Estados Unidos. Jacques (2009) sostiene que Estados Unidos est enfrentando un perodo clsico de la declinacin de un imperio consistente en la contradiccin de tener que financiar su podero militar (en el caso de Estados Unidos significa mantener ms de 800 bases americanas distribuidas en el mundo) con falta de recursos derivados de una poblacin acostumbrada a estndares de vida que ya no puede financiar (en este caso, un creciente dficit interno acompaado del hecho que Estados Unidos es un importador neto). A ello debemos sumar el declive de las instituciones de la diplomacia internacional creadas al alero de los Estados Unidos. Fallows (2010) cuenta que recientemente el CEO de una importante empresa de Silicon Valley planteaba que si bien es cierto que Estados Unidos sigue liderando en la produccin de conocimiento (lo que se ratifica al observar que cientficos instalados en su territorio sigan acumulando la mayor parte de los premios Nobel) en gran medida aquella superioridad fue construida con inversiones realizadas treinta o cuarenta aos atrs que no podan ser igualadas por otras naciones, pero que sin embargo dicha supremaca se est diluyendo.

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    En suma, la visualizacin de un necesario ajuste en el patrn de consumo de la economa norteamericana, una necesaria reestructuracin de su presencia militar fuera de su territorio y una lenta pero visible prdida de su unicidad como polo de generacin de conocimiento tornan natural que muchos observadores planteen que estamos ante el fin del ciclo de la hegemona norteamericana. Al mismo tiempo, la emergencia de pases en desarrollo como India, Brasil y China sugiere que los principales focos de las oportunidades se estn gestando en sociedades que no son continuadores naturales del modelo anglosajn. Por ello, un futuro posible tras la declinacin de la hegemona norteamericana es el del fin de un ciclo de hegemona occidental en el mundo y que, por ende, estemos ad portas de un perodo de transformaciones donde China ser eje central.

    As, mientras Estados Unidos reduce su ventaja sobre otras naciones, el dragn que haba permanecido dormido por ms de siglo y medio ha despertado con energa. China no muestra atisbos de modificar su rgimen poltico, se ha transformado en el principal exportador mundial, el principal prestamista de los Estados Unidos y uno de los actores claves en la contencin de la mayor crisis financiera desde la Gran Depresin.

    No obstante, en el mundo occidental todava existe la sensacin generalizada que las transformaciones que son esperables a futuro no nos enfrentarn a un orden social completamente nuevo, pues se parte de la base que China, para desarrollarse, tendr que asimilar las instituciones, modos de vida y caractersticas que poseen los pases desarrollados de Occidente. En otras palabras, como postulara Fukuyama (1992) se piensa que un mundo con China como superpotencia mundial no debera ser muy diferente al mundo que se ha desarrollado con el Imperio Britnico primero y con Estados Unidos despus en aqul rol. En esa lnea, Fallows (2010) plantea un punto que obliga a moderar el asombro frente a los cambios que se avecinan. Un indicador de la supremaca de una sociedad sobre otras es el deseo que puedan tener personas nacidos en otros territorios a integrarse en esas sociedades adquiriendo su nacionalidad. Ello es algo que an acontece con fuerza a los Estados Unidos, pero que est lejos de producirse en China. Segn su propia experiencia tras vivir tres aos en Beijing, Fallows concluye que los extranjeros que van a China lo hacen persiguiendo oportunidades, haciendo negocios o porque desean estar donde est cambiando el mundo, pero que es poco comn que esos inmigrantes deseen adquirir la nacionalidad china. As, la fascinacin que produce China en muchos analistas no debe enturbiar el juicio al punto de concluir que estamos ante un cambio de guardin del orden mundial. El cambio ser mucho menos dramtico que aquello.

    Mirado desde esa perspectiva, Fallows (2010) tambin realza otro punto de moderacin en las conclusiones. Es inevitable que China algn da produzca ms que los Estados Unidos, simplemente, porque tiene una poblacin cuatro veces mayor. Por eso, sugiere, lo importante no es que China supere a Estados Unidos (para ello basta que su poblacin alcance un cuarto de la productividad de la poblacin norteamericana), sino que se transforme en imn de las mentes ms creativas o en general de capital humano especfico. Si bien es cierto que China posee el sistema universitario ms grande del mundo con ms de 20 millones de estudiantes universitarios, los incentivos de sus mejores investigadores sigue siendo emigrar a los Estados Unidos por la mayor disponibilidad de fondos y rigurosidad cientfica.

    Todo lo anterior sugiere una tendencia esperable a futuro en la que China emerger como un actor importante, pero Estados Unidos no ser desplazado a un segundo o tercer plano. Es decir, no estamos ad portas de un colapso de occidente sino ante la perspectiva de un retorno de un mundo policntrico como el que exista al final del siglo XVIII. Con todo, no es posible concluir que el modelo de desarrollo chino necesariamente deber ajustarse a lo ya conocido (democracia y capitalismo). Es decir, no es correcto mantener la creencia que modernizacin es sinnimo de occidentalizacin.

    En los ltimos 30 aos, China est recuperando un dinamismo econmico y social que ya posea sin conocer ni ser influido por Occidente y sus instituciones. Por ello, la clave para entender el posible impacto que tendr el

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    proceso de desarrollo chino no est en las cifras econmicas sino en los cambios sociales que se esconden detrs de dichas cifras. Es decir, el foco de atencin debe estar en cmo el desarrollo es aprehendido por la poblacin china en virtud de la mentalidad china (sus modos de relacionarse, sus valores y creencias, sus costumbres, rituales y festivales, el rol que le dan a la familia y al grupo y a su lenguaje). 2. La Mentalidad China China se percibe a s misma como un territorio formado por una unidad racial que ha permanecido as por milenios. Eso no es completamente cierto. Los ms de mil trescientos millones de habitantes que tiene el pas no tienen un mismo origen tnico. Histricamente, existi una multiplicidad de razas pero, en la actualidad, ms del 90% de sus habitantes dice ser de un origen comn: ser chino han. El chino han es el resultado de una mixtura de razas del norte, sur y centro de China producto de cientos de aos de migraciones internas y conquistas. No obstante, el mito del origen comn racial el que es relativamente reciente en la historia China pudindose rastrear hacia finales del siglo XIX forma parte del folklore chino que ha sido potenciado con el pasar de las dcadas de prosperidad. Nada permite presagiar que una visin distinta pueda surgir en el futuro en su poblacin. As como sucedi con el rescate del pasado griego y romano entre la poblacin europea, el progreso chino revitaliza el orgullo por su pasado milenario. Ese orgullo conlleva una creencia fuertemente arraigada en su poblacin que China es el centro del mundo. Los ltimos 150 aos en que China estuvo estancada y parcialmente sometida al control de potencias extranjeras son interpretados como un perodo de desvalorizacin de su civilizacin. Por eso, en el futuro, slo es posible esperar que se fortalecer un rescate de su pasado y se consolidar el mito del origen comn entre su poblacin. En ello, cumple un rol central el proceso de indoctrinamiento que se da mediante el sistema educacional que, como se comenta ms adelante, tiene un alto componente moral en su formacin. Como ilustracin, considrese que al ensearse el proceso de formacin de la actual China en las escuelas y libros de historia, las relaciones interraciales que no siempre fueron pacficas no son interpretadas como conquistas de una raza sobre otras (lo que sera una interpretacin natural para un observador occidental) sino como procesos de unificacin de la civilizacin china. Ahora bien, por ms esfuerzos que se hagan por generar un sentido de unidad en una poblacin, aquello slo se logra si efectivamente existen trazos de cultura comn sobre los cuales construir un discurso identitario. En esta segunda parte, revisamos brevemente cuatro de esas huellas: la idea de civilizacin China, el rol de la familia y las redes sociales, el valor moral del Estado, el sistema educacional y el lenguaje. 2.1 Civilizacin-Estado Por su gran tamao poblacional y territorial China posee una gran diversidad de costumbres y un sin nmero de contrastes. No obstante, existe un sentimiento de unidad ampliamente compartido por la poblacin china a lo largo de todo su territorio. Como se indic anteriormente, esa unidad no es multirracial como sucede en Estados Unidos (donde la identidad no se funda sobre la imagen de un pasado comn, sino sobre el sentimiento de estar compartiendo el sueo americano de la libertad y esfuerzo individual que conllevara el progreso material), sino basada en la idea de compartir un origen o pasado milenario.

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    Un observador casual podra pensar que China es un actor relativamente reciente en la historia humana puesto que la Repblica Popular China fue proclamada como tal recin en 1949 tras la victoria del ejrcito comunista de Mao Zedong que logr reunificar el territorio chino tras ms de un siglo de divisiones y ocupaciones. Pero, en el sentir de su poblacin ese momento no es fundacional. Para el pueblo chino, los grandes hitos de su historiano tienen relacin con los tiempos ni con las categoras relevantes en occidente. Por ello, la formacin del Estado-nacin chino no califica como momento central en su historia; al menos no por ese motivo. China posee su propio calendario y nocin de la historia. Grandes episodios de la historia de Occidente (como la Revolucin Francesa, la Gloriosa Revolucin, la Independencia de los Estados Unidos, la Revolucin Bolchevique, las dos guerras mundiales y la cada del Muro de Berln) son pequeos momentos de una historia muy reciente a ojos chinos. Dada la historia milenaria que posee, para China, grandes momentos de su historia abarcan varios milenios, tales como: el imperio Han (206 AC al 220 DC), las dinastas Tang (del 610 al 907 DC), Song (del 960 al 1279 DC), Ming (desde 1368 a 1644 DC) y Qing (1644 a 1912),las guerras del opio contra Inglaterra en la segunda mitad del siglo XIX, la revolucin de 1911 que puso fin al perodo Qing, la colonizacin japonesa entre 1931 y 1945, la revolucin de 1949 (pero no porque se formara el Estado-nacin, sino por la emergencia del comunismo chino)y las reformas econmicas iniciadas en 1978 (Jaques, 2009).

    Por lo anterior, es un error pensar a China como un Estado-nacin, siendo ms apropiado concebirla como una civilizacin-nacin que ha ocupado bsicamente el mismo territorio por ms de tres mil aos. Un territorio que, adems, es vasto como un continente. En l, el valor que tienen los conceptos de unidad y armona no pueden ser exagerados. Ellos conectan al ciudadano corriente con una cultura milenaria y es motivo de un orgullo chino que hace que la lite poltica y el ciudadano comn por igual sientan que China es una sociedad superior. Por ello, incluso ante la adversidad, sus habitantes nunca han dejado de sentir que China es el centro de la civilizacin humana.

    Dado el horizonte de tiempo relevante que tienen los chinos para mirarse a s mismos, lo que ha acontecido en el mundo mientras su civilizacin dorma no pasa de ser un fragmento de su historia. Por cierto, un siglo de desvalorizacin (1840s-1940s) en el que estuvieron sometidos a la invasin de potencias extranjeras (Inglaterra y Japn). No obstante, as como sucedi en el pasado con la invasin Menchu, Mongol e India, incluso bajo el dominio externo, China nunca tuvo que adaptarse a las imposiciones forneas; al contrario, lo recurrente fue que al invasor debi adaptarse para mantener su control sobre China por qu? Precisamente por la gran escala que representa China. Curiosamente, parte central de la fortaleza como civilizacin que posee China es la enormidad de su territorio y la variedad de sus razas. Ambas cosas desmotivaron (o simplemente tornaron inviable) cualquier intento de los invasores por intentar impregnar a la sociedad china con las ideas e instituciones propias. Simplemente, tal empresa hubiese implicado un esfuerzo tan gigantesco como oneroso. Como resultado, los invasores siempre dejaron en la prctica que la poblacin china siguiese sus estilos de vida y costumbres pese al sometimiento a un rgimen forneo.

    Por lo anterior, en la concepcin de su lugar en el mundo, el pueblo chino considera que su escala es tan grande que no existe nacin ni fuerza en el mundo que realmente pueda someter al pueblo chino bajo su dominio. En forma paralela, su poblacin siente que China es el centro y quienes deseen interactuar con ella tarde o temprano debern reconocen esa superioridad y centralidad de su cultura y civilizacin. Histricamente, aquello signific entender su relacin con otros pueblos como la de un centro al cual otros rinden tributos y que la armona con aquellos descansaba en el reconocimiento de los otros de aqul orden natural de las cosas. En la actualidad, no se vislumbra una insercin de China que de luces sobre el resurgimiento de un orden con China al centro y el resto de los pases rindindole tributos. No obstante, ya es un hecho que China se ha convertido en el centro neurlgico de la actividad econmica en Asia y el principal motor extranjero tras el incipiente desarrollo en varias naciones africanas. Aquello se ha generado a partir de alianzas que, por ahora, adquieren un sentido

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    fundamentalmente comercial, pero que no podra descartarse adquieran otro cariz en el futuro, a medida que China se afiance en el concierto internacional.

    2.2 Tiempo, Pragmatismo y Redes Familiares

    La historia de la modernizacin de los estados es tambin la de la urbanizacin de su poblacin; la cual transita desde la actividad agrcola a la produccin industrial o la provisin de servicios. Junto a ese desplazamiento econmico y geogrfico se produce tambin un cambio en la concepcin del tiempo y el entorno social. Las rutinas cclicas de la vida rural se cambian por la vorgine de la ciudad y la inmediatez del presente. Histricamente, las sociedades que han pasado por ese proceso de modernizacin lo han hecho al ritmo de las generaciones. Un traslape generacional donde los abuelos son habitantes de las zonas rurales con baja escolaridad y que viven en un entorno predecible con pocos cambios; y los nietos viven en ciudades, tienen estudios secundarios o terciarios y forman parte de un mundo dinmico e incierto. As es el caso de Europa y Estados Unidos. En esas zonas, la urbanizacin aconteci en plazos de tiempo muchos mayores a los cuales transita China hoy. Por ejemplo, a Gran Bretaa le cost 70 aos de desarrollo alcanzar el estadio que a China le ha tomado treinta aos. En lo que respecta a urbanizacin por ejemplo, hacia 1970 slo el 17% de la poblacin china viva en ciudades y en la actualidad, sobre el 40% de su poblacin vive en centros urbanos. Nuevamente, la escala de China debe tomarse en cuenta: estamos hablando de un desplazamiento de ms de 300 millones de personas desde el campo a las ciudades en menos de 30 aos. La presin sobre la ciudad que ello implica es simplemente enorme, creando muchas desigualdades y desorden social a escalas nunca vistas en la Inglaterra victoriana. Pero casi tan importante como lo anterior, mientras en Inglaterra los abuelos o bisabuelos eran los que vivan la vida rural y los nietos o bisnietos los que vivan la urbe moderna; en China, son primos los que representan ambas realidades. El pasado, el presente y el futuro se entremezclan vorazmente en la China actual. La dinmica econmico-demogrfica de China ha implicado en la prctica una mezcla nica de generaciones en una misma familia que viven en una China muy distinta las unas de las otras. Ello ha conformado maneras de vivir y percibir el paso del tiempo que, probablemente, son distintas a las que se experimentaron en occidente durante su proceso de modernizacin. As, por ejemplo, la experiencia de lo nuevo y la actitud hacia el cambio en la poblacin china es mucho ms pragmtica y vertiginosa que en los ciudadanos europeos o norteamericanos. A diferencia de los anteriores los cambios no constituyen desafos a la propia identidad (la que se encuentra anclada a la pertenencia a una cultura milenaria) sino meras situaciones. As como la identidad China se construye sobre la idea de pertenecer a una cultura milenaria, el vehculo para la transmisin de esa identidad son las redes familiares y sociales. En tal sentido, ser chino no es una categora individual, sino colectiva. Como en la rutina diaria todo puede cambiar rpidamente incluyendo la fisonoma del barrio donde se vive la fuente de sentido y perdurabilidad no est en el mundo material que rodea al habitante chino, sino en su identidad china como parte de una civilizacin milenaria y las redes de pertenencia (su familia, amigos y personas con las que mantiene relaciones cara a cara). As, por ejemplo, el guanxi el uso de las redes sociales para obtener favores y apoyo recproco es crucial para los funcionamientos tanto del sistema econmico como el poltico. Ambas actividades se encuentran profundamente enraizadas en relaciones sociales, de forma tal que las reglas de igualdad y no discriminacin asumidas como legtimas (o superiores) en una sociedad liberal colisionan con las reglas de lealtad y pertenencia que son necesarias en China para darle continuidad y sentido a la propia existencia y valor a la accin econmica o poltica.

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    2.3 El Valor Moral del Estado A diferencia de otros Estados-nacin, el estado chino no ha tenido que compartir el poder con una clase econmica de mercantes, una burguesa, o con una institucin religiosa. Por ello, su legitimidad nunca ha estado asociada a equilibrios de fuerzas o a la necesidad de construir procedimientos que doten de legitimidad ciudadana a su existencia (como las elecciones en las democracias occidentales). Entre la poblacin china, la legitimidad del Estado no depende de procedimientos; ms bien, se basa en un principio de moralidad (presente tanto en el pasado confuciano como en el presente comunista), segn el que es labor del Estado mantener la unidad y la armona de la civilizacin china. As como los ejrcitos invasores saban que para mantener su control sobre China no deban intentar mantener un control al detalle sobre el territorio; el Partido Comunista Chino tambin ha dejado amplios espacios de libertad a las comunidades locales en la medida que sus acciones no contravengan la autoridad centralizada. Es decir, una forma de gobierno que emula la nocin de Estado tributario que exista durante los perodos imperiales. En ese sentido, el comunismo chino ha tenido mucho ms cosas en comn con el pasado confuciano contra el que Mao Zedong se revel que con el comunismo sovitico. El comunismo chino es menos ideolgico y ms pragmtico que aqul. En el origen del rol moral que cumple el Estado en la cosmovisin China existe una gran diferencia con Occidente. China no ha sufrido un quiebre cultural como el que existi en Europa en la antesala de su modernidad. Las razones de sus divisiones han estado asociadas ms a conflictos producto de las ocupaciones que a divisiones internas entre sus habitantes o conflictos de poder. De este modo, el rgimen mantiene un control del sistema, pero sin limitar por completo las capacidades locales. Las lites econmicas en China siempre se han entendido como actores dependientes del gobierno central. Nunca ha existido en la historia de China un conjunto de individuos con poder autnomo o capacidades de contrarrestar el poder estatal. En consecuencia, las condiciones para la emergencia de movimientos civiles o grupos de inters que se opongan a las determinaciones del Estado son mnimas. Todo ello repercute en que las razones de la legitimidad del Estado Chino no radican en la delegacin de soberana de los ciudadanos en un Estado que acte en su nombre. De hecho, la mera nocin de ciudadana como fuente de soberana no es propia de la historia del pas. Como se mencion anteriormente, el rol central del Estado como eje moralizante de la vida social es comn al confucianismo de los tiempos dinsticos y al comunismo del rgimen actual. Dicha creencia es la base de legitimidad sobre la que descansa el modelo poltico Chino. En este punto, Confucio (quien vivi entre el 551 y el 479 antes de Cristo) es el principal referente moral y filosfico de China en sus ms de tres mil aos de historia. En sus escritos, Confucio ubica al gobierno como un referente moral sobre el cual se construye y mantiene el orden y la armona social y dada su autoridad moral, el Estado posee el legtimo derecho a intervenir activamente en la interaccin social. Estas ideas estn en las antpodas de la nocin liberal y occidental del Estado (que en su versin ms purista entiende al Estado como un mal necesario para proteger la propiedad e iniciativa privada). Por ltimo, no es aventurado plantearse la posibilidad que China, al concebirse a s misma como una civilizacin, experimente con diversos sistemas polticos a nivel local en la medida que ellos no comprometan el sentido de unidad chino que descansa sobre la idea de un Estado central poderoso. As, del mismo modo que la civilizacin occidental ha logrado dar forma a distintos regmenes polticos desde democracias unicamerales a federaciones, no es descartable que bajo la unidad del rgimen chino (comunista o no) se constituyan una diversidad de experimentos socio-polticos.

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    2.4 La Educacin y el Lenguaje

    Una de las implicancias centrales de la nocin de Estado en China que probablemente ms ntidamente lo separa de Occidente es que all es considerado legtimo (tanto en su tradicin confucionista, como bajo el rgimen comunista) que el Estado adoctrine y moralice a los habitantes. No se trata simplemente de dar derechos a educarse, sino de la obligacin moral de formar el carcter de los estudiantes y su buen comportamiento. Tanto en las enseanzas de Confucio como en el rgimen comunista es aceptado y considerado un deber ser del Estado el que ste forme el temperamento de la poblacin. Aquello implica formar a los menores en la obediencia hacia los mayores y la autoridad, la autodisciplina y en el perfeccionamiento de la prctica de una tcnica (cualquiera sea sta). Con dicha formacin, no es casualidad que a ojos del mundo occidental, el ciudadano chino sea percibido como paciente, perseverante y trabajador. Fundamental en la formacin de dicho carcter es la enseanza-aprendizaje de la escritura ideogrfica que caracteriza su idioma. Para adquirir dominio del idioma chino se debe aprender a dibujar con precisin miles de caracteres diferentes. Pequeas diferencias en los trazos dibujados generan cambios significados de significado. Por eso, la precisin y la prctica son pasos fundamentales para aprender a leer y escribir en China. Por ello, el aprendizaje de memoria es clave en la educacin china, lo que contrasta con el impulso a la creatividad e innovacin que se persigue en los sistemas educacionales occidentales. No obstante, el aprendizaje por imitacin le ha permitido a China reducir la brecha tecnolgica, aunque a velocidades que no ponen en riesgo la supremaca de centros de alta tecnologa tanto en Boston como en Silicon Valley. Al inicio hemos visto que la magnitud de cambios que implicaba el reciente desarrollo chino. All estudiamos sus similitudes y notables diferencias con respecto a toda la historia de la modernidad previa a su despegue econmico y constatamos que su desarrollo reciente impone disyuntivas sobre la creencia, muy popular en Occidente, que el desarrollo de los Estados-nacin a lo largo del orbe consistira en la apropiacin sucesiva de los valores, ideas e instituciones surgidas en Europa a partir del siglo XIX (cuya expresin mnima consiste en la adopcin de la democracia capitalista de corte liberal). Vimos adems que el despegue de China debe muy poco a Occidente. Por el contrario, el desarrollo Chino parece estar ms relacionado con el resurgimiento de caractersticas que permanecieron dormidas desde inicios del siglo XIX y que constituyen lo que podramos denominar la mentalidad china. En esta seccin hemos constatado que la mentalidad china posee rasgos distintivos que la separan de Occidente. La modernidad no ha llegado a China tras un perodo de crisis cultural que la ha obligado a buscar su identidad tras cada nuevo cambio. Por el contrario, la identidad anclada en un pasado milenario le permite al pueblo chino transitar frente a los vertiginosos cambios con serenidad y paciencia china. Por ende, su nocin del tiempo es diferente. Fundamental para la transmisin de estas cosmovisiones es el fuerte sentido de unidad familiar. Como ilustracin, mientras el disciplinamiento y la enseanza del buen comportamiento en las sociedades influidas por la tradicin judeo-cristiana descansa en el sentimiento de culpa; en China tal disciplina descansa en el sentido de vergenza. Ms all de las pequeas comunidades de pertenencia, el pueblo chino espera del Estado que asuma un rol activo en mantener la armona y asegurar la reproduccin cultural de la civilizacin. Todo lo anterior se logra mediante la formacin en el dominio de la tcnica, partiendo por el aprendizaje del propio idioma. Hemos realizado un camino largo pero necesario para mostrar porque el despegue econmico de China puede significar una reconfiguracin de fuerzas en el mundo que nos aventurar en un orden nuevo. Si China sigue por el camino de desarrollo industrial por el que est transitando, en dos dcadas ms se transformar en la mayor economa del mundo. Y dados los antecedentes anteriormente citados, no lo har adaptndose, cambiando y adoptando formas de vida occidentales. Por el contrario, en conjunto con el apogeo econmico, aumentar la valoracin de la propia identidad y de los rasgos culturales distintivos de China. Por lo anterior, para el pueblo

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    chino la difusin y reforzamiento de su idioma es un elemento estratgico de su insercin en el mundo. A travs de l no solo forma el carcter chino, tambin extiende su influencia sobre otras naciones. Y para las naciones que deseen aprovechar las oportunidades que se abren con el despegue de China ser fundamental entender los cdigos, formas de vida y carcter del pueblo chino. Para ello ser necesario conocer su idioma. A continuacin abordamos los desafos que ello implica y, de esa forma, responde a la pregunta que se plantea al comienzo del texto: por qu fomentar que los habitantes de un pas como Chile aprendan chino mandarn es una apuesta que puede tener efectos de larga duracin sobre el pas. 3. El Chino Mandarn

    Las proyecciones de crecimiento indican que China ser la principal economa del mundo en veinte aos ms. Lo anterior en un contexto en que Estados Unidos deber enfrentar en las prximas dcadas un ajuste significativo de su patrn de gasto y una relativa disminucin de su influencia y podero (en una magnitud suficiente como para que sea visible el resurgimiento de un mundo multicntrico como el que existi hacia finales del siglo XIX). Por los rasgos descritos en las pginas anteriores, la modernidad china desafa la creencia que modernidad y occidentalizacin son lo mismo. Por ello, una China desarrollada, con su autoimagen de centralidad en el mundo y su orgullo por poseer una civilizacin milenaria, necesariamente desafiar los moldes con los que se interpreta el mundo actual. Estas perspectivas explican el creciente inters por entender mejor a esta potencia que permaneci dormida se occidentalizaba. As mismo, explica porque las propias autoridades de China desean expandir su influencia sobre el resto del planeta sin que ello signifique colonizar o imponerse militarmente.

    En ese contexto, saber el idioma chino tendr un impacto de larga duracin sobre el propio bienestar de quienes inviertan en ello. No slo por las obvias oportunidades de negocios que se abre al poder hablarle a China en su propio idioma, sino por las an ms importantes razones de poder entender una civilizacin que se est desarrollando pese a no seguir el molde occidental de desarrollo y, as estar en condiciones de visualizar los nuevos equilibrios y desequilibrios mundiales que se avecinan.

    El idioma chino necesariamente se transformar en uno mucho ms influyente de lo que ha sido hasta ahora en el resto del mundo porque a medida que China siga creciendo, ms y ms pases desearn entender mejor su cultura. Ahora bien, no existe un nico idioma chino, pero s un nico set de caracteres chinos para sus diversas formas (mandarn, cantons, wu y min). Entre ellas, la ms popular es el mandarn, el cual es hablado por ms de mil millones de personas. De hecho, el mandarn es la lengua en la que se establecen los negocios en el Asia del Este.

    Existen varias razones para pensar que el ingls seguir siendo la lengua principal para los negocios, la ciencia y la diplomacia en el horizonte previsible. No obstante, esto no significa que otros idiomas (y en especial el chino mandarn) declinarn o se transformarn influenciados por el ingls. Utilizando datos demogrficos mundiales, Graddol (2004) postula que las tendencias poblacionales del siglo XX y las proyecciones para el siglo XXI sugieren que el porcentaje de hablantes de ingls como primera lengua declinarn hasta un 5% de la poblacin mundial hacia el 2050 (a mediados del siglo XX era de un 9%) y el chino mandarn continuar siendo el idioma ms hablado como primera lengua en el mundo. Segn Graddol (2004) es posible apostar a que el futuro ser ms multi-idomtico. Es decir, un mundo en el que el ingls perder lentamente su posicin dominante.

    A su vez, a medida que contine el proceso de acelerado crecimiento que ha experimentado China, el mandarn se ir convirtiendo en el idioma a aprender en muchos pases, especialmente en otras naciones asiticas. Los idiomas nativos de Japn, Corea y Malayo tienen mucho ms en comn con el Chino-mandarn que con el ingls.

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    Por ese motivo, ya se est produciendo un proceso de expansin de la enseanza del chino-mandarn en la regin. En Japn, el nmero de escuelas que ofrecen mandarn en su currculum se han ms que triplicado desde mediados de la dcada de 1990, al punto que el chino mandarn es la segunda lengua extranjera ms hablada despus del ingls (Ramzy, 2006). En Corea del Sur su enseanza ha pasado a ser obligatoria en los colegios y ms de trece mil estudiantes surcoreanos estudian en universidades chinas (constituyendo el grupo de estudiantes extranjeros ms numeroso en china segn origen, vase Ding 2008). En Indonesia, se produjo una explosin de inters por cursos de mandarn despus que el presidente Abdurrahman Wahid levant la prohibicin por ensearlo existente desde el gobierno de Suharto. En Singapur, el aprendizaje del mandarn es vigorosamente promovido por las autoridades.

    China posee actualmente 190.000 estudiantes extranjeros en su red de educacin superior (75-80% de los estudiantes son de Asia), ofreciendo ms 70 millones de dlares en becas a ms de 185 pases en el mundo. Por otra parte en el ao 2010, 1.27 millones de alumnos chinos siguen estudios de educacin superior en el mundo.

    En Europa las estadsticas favorecen la enseanza del mandarn. La Universidad Autnoma de Madrid toma exmenes de acreditacin de nivel de mandarn (HSK), contando al 2008 con ms de 300 participantes de todas las edades. Las motivaciones son variadas: negocios, turismo, estudios.

    En Inglaterra, ya se encuentra en funcionamiento, desde el ao 2006, en algunos establecimientos primarios y secundarios la enseanza del mandarn (entre 10 y 13% de los establecimientos de educacin primaria y secundaria privada o estatal, proveen al alumnado de algn tipo de enseanza del mandarn) la que se ha unido al francs, espaol y latn. China ya tiene una economa ms poderosa que Gran Bretaa y estn enseando aceleradamente ingls, lo novedoso es que ahora tambin se est estudiando chino mandarn a las nuevas generaciones en Inglaterra.

    Por otro lado, Francia cuenta con 27 universidades que han abierto algn curso o carrera de mandarn. De igual manera se hace en establecimientos secundarios. Al ao 2004 ms de 9.000 estudiantes franceses solicitaron visas de estudio para China.

    Fuera del continente asitico, los estudiantes de mandarn en Gran Bretaa aumentaron cerca de un 60% en la primera mitad de la dcada pasada. En algunas escuelas estudiar mandarn es obligatorio desde los 10 aos. En Pars, el nmero de estudiantes que eligieron aprender mandarn se elev en un 170% entre 1994 y el 2002 y en la actualidad, Francia es el pas donde ms personas estn tomando test de proficiencia en chino mandarn en el mundo. En Estados Unidos, el inters por aprender chino mandarn (4% de las escuelas) sigue siendo menor en trminos absolutos en comparacin con el aprendizaje del espaol (93% de las escuelas) o el francs (46 % de las escuelas), pero China se ha transformado en el destino con mayor crecimiento en el nmero de estudiantes de intercambio norteamericanos (al respecto, Graddol, 2004, pronostica que mandarn ser el idioma que atraer ms estudiantes durante las prximas dcadas en todo el mundo desarrollado). Con todo, en los ltimos 10 aos la enseanza del mandarn se ha multiplicado por 10, mientras el francs y alemn pierden seguidores. El ao 1997 un 64% y un 24% de las escuelas ofrecan francs y alemn respectivamente, observndose que para el 2008 esos nmeros haban retrocedido al 46% y al 14% (Foreign Language Teaching in U.S. Schools: Results of a National Survey 2009). En el congreso de Panam est en discusin la obligatoriedad de la enseanza del chino mandarn en las escuelas (China es el principal usuario del canal de Panam).

    Segn Ding (2008), el nmero de no-nativos aprendiendo chino mandarn en el mundo alcanzaba a 13 millones de personas. Ms de 2300 universidades a lo largo de casi 100 pases ofrecen en la actualidad cursos de mandarn en sus currculos. Si ese proceso contina, el mandarn, la lengua ms hablada en el mundo como primer idioma pasar tambin a ser la lengua ms hablada como segundo idioma. Estas tendencias ya estn

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    siendo valoradas en los mercados: una encuesta entre profesionales del rea de recursos humanos de empresas en Australia y Nueva Zelandia arroj que sobre el 38% de los especialistas esperaban que el chino mandarn se transformar en la lengua ms valiosa en los negocios en las prximas dcadas (Ding, 2008). En suma, sera incorrecto pensar que el proceso de evolucin del chino mandarn apunta hacia su declinacin. As como sera incorrecto concluir que China terminar adoptando los valores e instituciones de Occidente.

    El gobierno chino ha hecho grandes esfuerzos por transformar al chino mandarn en el idioma de los negocios en el sudeste asitico, para expandir el uso del idioma a lo largo del planeta, expandir su influencia y reducir las reticencias que existen en pases influidos por Occidente sobre el sistema de gobierno chino. En 1987, el gobierno chino cre la Oficina Nacional para la Enseanza del Chino como Lengua Extranjera. Durante los ltimos quince aos, ms de seis mil personas han sido certificadas como profesores capacitados en la enseanza del mandarn como lengua extranjera. A su vez, China cre un plan de voluntarios (el Programa de Voluntarios como Profesores Internacionales de Chino) como un mecanismo de acelerar el proceso de difusin del idioma. Con la combinacin de profesores y voluntarios, hacia el 2006, China logr enviar 1004 profesores a ocho pases y 1050 voluntarios a 34 pases. El 2004, el Consejo de Estado Chino aprob el proyecto de puentes chinos consistente en la formacin de los Institutos Confucio destinados a la difusin de la cultura china en otros pases. Hacia el 2010, ya se haban creado ms de 322 institutos y 369 aulas en 91 pases en todo el orbe. Por ltimo, 38 millones de chinos repartidos por el mundo tambin contribuyen a la difusin del mandarn debido a que los emigrantes mantienen fuertes lazos con China. Ello ha sido aprovechado e impulsado por el gobierno chino otorgando acceso a cursos de pre y postgrado para chinos en el extranjero en reas relacionadas con el lenguaje chino y la literatura tradicional china. En suma, el despertar econmico de China no es un epifenmeno del mundo actual. Su desarrollo traer a la par un aumento de su influencia. Como China es una civilizacin que permaneci al margen del desarrollo de la poca moderna, su actual proceso de desarrollo debe poco a lo que la humanidad ha aprendido de Occidente y mucho a condiciones internas de su cultura que permanecieron dormidas por doscientos aos. Cuando en 1978, el gobierno comunista chino opt por facilitar el desarrollo de mercados y abri espacio al desarrollo capitalista, el xito fue inmediato porque aquello no era ajeno a una sociedad que gozaba de ser la zona ms desarrollada del planeta doscientos aos antes. China sigue siendo un pas en vas de desarrollo, con grandes contrastes y acelerada transformacin. Es posible que en su proceso de desarrollo se produzcan tensiones polticas que permitan el surgimiento de alternativas de gobierno ms parecidas a las de Occidente. No obstante, no hay ninguna garanta de que aquello ocurra. Fundamentalmente, porque en el origen del Estado chino no existe una ruptura cultural como la que caracteriz a Europa en el siglo XIX. Por eso, el proceso de modernizacin de China tiene mucho ms de expansin cultural de una sociedad que se entiende a s misma como una raza homognea con un sentido del tiempo mucho menos inmediatista y enfocado al presente del que existe en occidente. Para entender a esta sociedad llena de contrastes es necesario comprender las continuidades que conlleva el poseer una cultura milenaria. El vehculo de acceso a ese vasto mundo es el chino mandarn. No es aventurado adelantar que el chino mandarn, el idioma con mayor nmero de nativos parlantes en el mundo, evolucionar hacia ser lengua franca en muchos aspectos de la relacin entre naciones, especialmente en Asia. Entender el chino mandarn tiene efectos que van ms all de las oportunidades de negocios. El aprendizaje del chino requiere memorizar miles de caracteres, un proceso que forma el carcter del pueblo chino y que es central para comprender su visin del mundo y su relacionarse con otros. Los pases que se aventuren a formar parte de su poblacin en el aprendizaje del chino mandarn, probablemente estarn un paso adelante en el

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    acceso a las oportunidades que se abrirn en el nuevo orden multipolar que est adquiriendo forma en el siglo XXI. 4. Qu se ha hecho en Chile? Los vnculos entre Amrica Latina y China eran muy limitados cuando en 1990, el entonces presidente Yang Shangkum, visit cinco pases de Amrica Latina, entre ellos Chile. A partir de ese momento, se intensificaron las relaciones comerciales y polticas con la regin. Amrica Latina es todava un mercado modesto para China, sin embargo, las relaciones comerciales bilaterales han crecido vigorosamente en la presente dcada. El dinamismo de la economa china y el inters de sus autoridades y empresarios han estimulado las exportaciones latinoamericanas y simultneamente ha contribuido a atraer inversiones directas en proyectos de extraccin de recursos naturales. Pero, por otra parte, tambin est presente el inters de las empresas chinas en Amrica Latina para ampliar sus espacios de mercado para las crecientes exportaciones, cada vez ms diversificadas. Finalmente, debemos valorar el inters de la poltica exterior china por tener una diplomacia ms activa en Amrica Latina, demostrando con ello su voluntad de convertirse en potencia mundial y no slo regional. En este sentido, al manifiesto inters de China en APEC se une a su participacin en el G-20, grupo de pases con posiciones comunes en las negociaciones comerciales multilaterales, liderado por Brasil, y del que Chile tambin es miembro activo. Nuestro pas tambin ha optado por una profunda insercin en la economa mundial. Entonces, nuestros acuerdos comerciales abren camino para la construccin de una relacin especial e indita con China y sus empresarios. En consecuencia, se abren espacios para generar vigorosas inversiones e integracin entre Asia y Amrica Latina. Chile pas-plataforma intenta estimular a empresarios chinos para que procesen y exporten desde territorio chileno, aprovechando los beneficios de apertura de mercado que hemos negociado con los pases de Amrica Latina. 4.1 Relaciones entre Chile y China Noticias de los primeros chinos que llegaron al pas se tienen desde 1850. La relacin de amistad con China se extiende por casi un siglo, ya en 1915 se suscribi un Tratado de Amistad que dio inicio a un incipiente proceso de conocimiento e intercambio. Un paso fundamental fue el establecimiento de relaciones diplomticas durante el Gobierno del Presidente Salvador Allende, siendo Chile el primer pas de Amrica del Sur en establecer este tipo de relaciones con China. En el mbito econmico, Chile y China son socios en la Cuenca del Pacfico y participan de los mismos mecanismos de cooperacin all establecidos. Adems existen otras instancias de dilogo en espacios multilaterales como el Foro de Cooperacin Econmica del Asia Pacfico (APEC), el Consejo de Cooperacin Econmica del Pacfico (PECC), el Consejo Econmico de la Cuenca del Pacfico (PBEC) y el Foro de Amrica Latina- Asia del Este (FALAE). Sin duda, el logro ms importante en materia de cooperacin econmica es la

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    suscripcin del Tratado de Libre Comercio entre ambos pases, el cual da cuenta de la voluntad de los Gobiernos por fortalecer los vnculos econmicos, pero tambin de consolidar el desarrollo de una base tecnolgica, cultural y educativa que beneficie a ambos pases. Este tratado ha permitido en el mbito comercial llegar a un intercambio comercial de 17 mil millones de dlares el ao 2010. Se cuenta con la apertura del mercado chino a determinados productos frutcolas y pecuarios de nuestro pas y el ingreso al mercado chileno para las manzanas chinas. Especialmente destacable es la alianza estratgica del cobre que se ha consolidado entre ambos pases. Chile es el mayor productor de este metal en el mundo y China su cliente individual ms importante. Chile garantizar el suministro de ms de 55 mil toneladas anuales de cobre durante al menos 15 aos. Esto es parte del acuerdo suscrito entre la empresa estatal chilena Codelco y la comercializadora estatal Minmetals de China. La proyeccin de Codelco es que la demanda china de cobre seguir aumentando (se calcula que en unas 300 mil toneladas anuales). El mayor inters est dado, tambin, por las posibilidades de inversin de empresas chinas en la produccin de cobre, as como la instalacin en ese pas de empresas navieras de connacionales. 4.2 El tratado de Libre Comercio En el captulo XIII del Tratado de Libre Comercio entre China y Chile, que trata sobre la cooperacin; en su artculo 104 establece, entre otras cosas, el reforzamiento y la expansin de la cooperacin, colaboracin y muto intercambio de sus reas culturales. Este artculo reafirma todas las formas de cooperacin, con especial atencin en lo econmico, financiero, tecnolgico, educacional y cultural; esto contribuir a los objetivos y principios derivados de este acuerdo. Se debe destacar que en este captulo, en su artculo 107, establece la especificidad de los acuerdos sobre educacin. Este artculo tiene tres intereses generales. El primero acerca de la construccin de la existencia de acuerdos de cooperacin en educacin, promoviendo las redes de trabajo, el entendimiento mutuo y el acercamiento de las relaciones de trabajo en el rea de educacin. El segundo propsito es facilitar los apropiados intercambios entre sus respectivas instituciones, organizaciones y agencias relacionadas con la educacin; esto implica la certeza de la calidad de los procesos en el sistema educativo, por ejemplo de la educacin a distancia y on line, de la educacin bsica, media, superior y colaboracin en el perfeccionamiento industrial y tcnico. El tercer propsito nos habla de los focos de la cooperacin en educacin, es decir, intercambio de informacin, ayuda tcnica y demostracin de materiales, planificacin e implementacin de programas y proyectos, desarrollo y colaboracin en el perfeccionamiento a travs de estudios de pre y postgrado, intercambio de profesores y estudiantes en relacin a los programas de mutuo beneficio. En el marco del sistema y polticas educativas, es el entendimiento de la informacin relevante para la interpretacin y evaluacin de calificaciones, lo que debe direccionar y potenciar los discursos entre instituciones de alto aprendizaje y acreditadas, con la finalidad de la transferencia mutua de los crditos acadmicos y la posibilidad del reconocimiento de los ttulos profesionales; la colaboracin en el desarrollo en la calidad de la innovacin de los recursos en los soportes y bases de aprendizaje y el desarrollo y perfeccionamiento profesional de los profesores de educacin.

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    4.3 Enseanza de Mandarn en Chile En Chile se est desarrollando una incipiente poltica de idiomas. Hasta la dcada de los 60 para graduarse de enseanza media haba que someterse a una prueba de idioma (al azar: ingls o francs), el ao 1967 se elimin la prueba de idioma. Con todo a comienzos de los 70 Chile particip de una evaluacin internacional donde se midi el nivel de ingls y francs de nuestros estudiantes. Los resultados no fueron buenos, tampoco impusieron el sentido de urgencia para la alineacin de la enseanza con estndares internacionales. Si bien en el siglo XIX nadie se consideraba plenamente educado ni acceda a las posiciones de privilegio sin el dominio del francs, durante el siglo XX era necesario el ingls todo indica que para este siglo se precisa apostar por plurilingismo. All el mandarn ya est siendo considerado.

    La reunin de la APEC en Santiago signific dos hitos importantes. Se firm el Tratado de Libre Comercio y un Memorando de entendimiento para la educacin. Al ao siguiente llegaron 2 profesoras de Mandarn para atender a 3 escuelas y 200 alumnos. Los establecimientos municipalizados que participaron del proyecto fueron: Liceo Marta Brunet de Chilln, Liceo Jos Francisco Vergara de Via del Mar, Liceo Francisco Araya Bennett de Valparaso y Liceo Experimental de la Universidad de Magallanes de Punta Arenas. El principal promotor de la iniciativa, el Ministro Sergio Bitar encarg a la Oficina de Relaciones Internacionales del Ministerio de Educacin se transformara en la conductora de esta iniciativa, la que al tercer ao de funcionamiento tena a 3 docentes chinos atendiendo a 350 alumnos en 4 liceos. A nivel Universitario se instalaban dos Institutos de Confucio en la Universidad Catlica y Santo Toms. El ao 2008, se cre el Programa de Chino Mandarn al alero del Programa Idiomas Abren Puertas del Mineduc. Para el ao 2010 se encontraban en Chile 11 docentes de mandarn enviados por el Gobierno de China, se organizaron competencias de dilogos en mandarn. As, en 6 aos los liceos que participaban eran 26, llegando a 3500 alumnos. Una vez finalizada la primera etapa se tom un examen que buscaba medir el nivel del idioma mediante el test Young Chinese Test (YCT) y al mismo tiempo, entregar - a los que aprobaran - una acreditacin oficial e internacional. Esta aplicacin cont con el apoyo del Centro de Cultura Chino de Santiago, autorizados para tomar este examen en Chile.

    El examen se aplic a 140 alumnos. El 38% de los participantes obtuvo la ms alta categorizacin dentro del Nivel bsico: Grado 1, Nivel 1. Los resultados tuvieron efectos inmediatos. El gobiernos de China, apreci los avances de la estrategia y a travs de la Directora de la Oficina Internacional de Difusin del Chino Mandarn Han Ban, Dra. Xu Lin ofreci a la Ministra de Educacin, Mnica Jimnez, que aquellos que haban obtenido el puntaje 100% seran invitados a China, al Campamentos Juvenil. Solo un ao antes durante la visi