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Anticoncepción : Por Qué No ? Prof. Janet Smith La Dra. Janet Smith explica por qué la Iglesia Católica sigue insistiendo, en la cara de la oposición que sostiene la mayoría del resto del mundo moderno, que la anticoncepción es uno de los peores inventos de nuestro tiempo. El tema de hoy es la enseñanza de la Iglesia sobre anticoncepción y varios temas relacionados con la sexualidad. Como ustedes saben, vivimos en una cultura que piensa que la anticoncepción es uno de los más grandes inventos en la historia de la humanidad. Si ustedes le preguntaran a la gente, si quieren sacrificar su automóvil o su computadora o su método anticonceptivo, sería una decisión difícil de tomar. Realmente la anticoncepción se considera como algo que nos ha puesto de gran manera, en la era moderna y como uno de los grandes avances de la medicina en los tiempos modernos. Sin embargo, ahí está esa iglesia arcaica que nos dice que, realmente, éste es uno de los peores inventos de la humanidad. De acuerdo a la Iglesia, la anticoncepción es uno de los factores que

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Anticoncepción : Por Qué No ? Prof. Janet Smith

La Dra. Janet Smith explica por qué la Iglesia Católica sigue insistiendo, en la cara de la oposición que sostiene la mayoría del resto del mundo moderno, que la anticoncepción es uno de los peores inventos de nuestro tiempo.

El tema de hoy es la enseñanza de la Iglesia sobre anticoncepción y varios temas relacionados con la sexualidad. Como ustedes saben, vivimos en una cultura que piensa que la anticoncepción es uno de los más grandes inventos en la historia de la humanidad. Si ustedes le preguntaran a la gente, si quieren sacrificar su automóvil o su computadora o su método anticonceptivo, sería una decisión difícil de tomar. Realmente la anticoncepción se considera como algo que nos ha puesto de gran manera, en la era moderna y como uno de los grandes avances de la medicina en los tiempos modernos. Sin embargo, ahí está esa iglesia arcaica que nos dice que, realmente, éste es uno de los peores inventos de la humanidad. De acuerdo a la Iglesia, la anticoncepción es uno de los factores que

nos está hundiendo en el desastre. La mayoría de la gente no sabe que todas las denominaciones cristianas hasta 1930, enseñaban que la anticoncepción era algo malo. Había una enseñanza universal contra la anticoncepción en las iglesias cristianas. Fue recién en 1930 que la Iglesia Anglicana rompió esa tradición y aprobó la anticoncepción en el matrimonio por razones serias. En 1930, el Papa Pío XI escribió la Encíclica: Casti Connubii, traducida como: Acerca del Matrimonio Cristiano, y ahí reiteró lo que había sido la enseñanza de la Iglesia desde siempre. Dentro de la Iglesia Católica no hubo prácticamente ningún debate sobre este tema hasta mediados de 1960. El debate se inicia en 1963. Había una gran aceptación por parte de la Iglesia, de sus miembros, de las enseñanzas de la Iglesia. En 1960, un 66% de los católicos vivían de acuerdo a las normas de la Iglesia. ¡Sesenta y seis por ciento! Ahora se dice que cerca de un 80% de los católicos practican la anticoncepción. Treinta por ciento de los católicos se han esterilizado, lo cual es el mismo porcentaje del resto de la población. Sólo un 4% de los católicos usan la Planificación Familiar Natural. Personalmente creo que el número podría ser menor. Entonces, ¿cómo hemos pasado en los últimos 30 años de una obediencia del 66% a una de un 4% como máximo? Una razón es que antes de los años 60 no habían anticonceptivos muy buenos. La píldora no estaba aún en el mercado, recién se estaba comenzando a desarrollar. La mayoría de los anticonceptivos eran ilegales en casi todos los estados, por lo menos para compra interestatal. Las leyes que hicieron ilegales a los anticonceptivos fueron escritas por legisladores protestantes. La anticoncepción era vista como una fuente de gran libertinaje sexual en la sociedad y era considerada como algo que una sociedad moralmente recta prohibía. Pero como todos ustedes saben, debido a la doctrina del "derecho a la privacidad" encontrada en la "penumbra" de la Constitución, esas leyes fueron revocadas a principio de los 60. La decisión de la Corte Suprema, que desechó las leyes en contra de la venta interest al de anticonceptivos, fue realmente la precursora del caso Roe vs. Wade. El derecho a la privacidad está presente en el caso Griswold vs. el Estado de Connecticut y luego reiterado en el caso Roe vs. Wade, que legalizó el aborto. Fue también en ese tiempo, cuando para los católicos al menos, la obediencia era considerada como una virtud y no como una condición patológica. Así que los católicos estaban dispuestos a aceptar lo que la Iglesia les enseñara simplemente por ser una enseñanza de la Iglesia, sin importar si la entendieran o no. En los años 60 la píldora se puso a disposición y es cuando comenzó realmente la revolución de los anticonceptivos. Se consideró a la píldora como la gran salvación de la humanidad por varias razones. En ese tiempo, la gente empezaba a pensar que íbamos rumbo al desastre en lo referente a la población. De hecho, cuando yo estaba en la secundaria, teníamos afiches del mundo con los seres humanos cayéndose de él debido a la sobrepoblación. Pero, realmente no han habido dos personas más equivocadas que Malthus y Paul Ehrlich, quienes predijeron una gran hambruna y guerras enormes debido a la población. No tengo tiempo de ahondar en los “mitos” acerca de sobrepoblación, pero puedo recomendarles algunos libros: uno de Julian Simon y otro de Ben Wattenburg. Y hay muchos otros como Jacqueline Kasun, quien ha hecho una critica al trabajo de estos dos demógrafos. Malthus decía que la población se incrementaría geométricamente, mientras que los alimentos lo harían, en el mejor de los casos, aritméticamente. Es verdad que la población ha aumentado enormemente, pero eso no es necesariamente una mala noticia. Es simplemente un hecho: ha aumentado enormemente. La buena noticia es que el suministro de alimentos es muchísimo mejor de lo que Malthus soñó alguna vez. Los Estados Unidos podrían fácilmente suministrar alimento al resto del mundo. Eso no es un problema. Las técnicas agrícolas modernas han aumentado exponencialmente nuestro suministro de alimentos. Y dicen que ni siquiera hemos comenzado a explotar los recursos del océano en busca de alimentos. En lo que se refiere a los

limitados recursos minerales, Malthus pensó que el carbón, cobre y metales preciosos se acabarían, pero en la actualidad tenemos más cobre y carbón por persona en la tierra de lo que Malthus pensó que teníamos en su época. Hemos descubierto más recursos y los necesitamos menos, porque se han descubierto fuentes de energía como la energía atómica. Repito, no estoy aquí para discutir el temor a la sobrepoblación. Sólo estoy aquí para decirles que hay buenas razones para dudar de que esto sea un problema. Sin embargo, podrían preguntarse por qué vemos esos rostros demacrados de niños desnutridos en la televisión. Es fácil pensar que es porque estamos sobrepoblados, miren a estos niños muriéndose de hambre. Pero, a decir verdad, eso tiene poco que ver con la sobrepoblación. Tiene mucho que ver con una tribu o grupo étnico que odia y deja morir de hambre a otra tribu o grupo étnico. Tiene mucho que ver con gobiernos corruptos y con la falla en la distribución de alimentos. Tiene mucho que ver con desastres naturales, sobre los cuales tenemos muy poco control. De todas maneras, la preocupación por la sobrepoblación ha sido una de las razones para pensar que la píldora ha sido un gran avance para la humanidad. El feminismo también ha contribuido al entusiasmo por los anticonceptivos. Las feministas creían que debíamos tener anticonceptivos porque las mujeres no podían entrar al mundo del trabajo y realizarse, a no ser que tuvieran menos bebés; y que la única manera en que podían tener menos bebés era usando mejores anticonceptivos. También se creyó que los anticonceptivos, especialmente la píldora, ayudarían a tener matrimonios mucho mejores. ¡Matrimonios mucho mejores! Porque, claro, la gente podría usar anticonceptivos dentro del matrimonio y librarse así del temor de los embarazos que estaban dañando el gozo y la espontaneidad de la vida sexual que los esposos esperaban tener. La píldora eliminaría la tensión en la vida sexual causada por el temor al embarazo. No tomó mucho tiempo para que la gente se diera cuenta de algo. Vaya, si se podía quitar el miedo de un embarazo teniendo sexo dentro del matrimonio, también se podría quitar el miedo de un embarazo teniendo sexo antes del matrimonio, y ciertamente, entonces tendría sentido tener sexo antes del matrimonio. Yo era adolescente en los años 60 y esto se convirtió en la sabiduría de esos tiempos. De hecho, ninguno de ustedes compraría un automóvil sin probarlo antes. Es igualmente tonto, por supuesto, casarse sin haber tenido relaciones sexuales con la posible pareja. Y ninguno de ustedes realmente compraría un automóvil sin haber probado varios antes, ¿verdad? Eso también sería tonto. Ustedes quieren encontrar el modelo que les guste. Quieren experimentar cómo se siente cuando lo manejan. Fue lo mismo en los años 60. Esto era sabiduría en esos tiempos. Para las generaciones anteriores, era muy desafortunado que ellos tuvieran que reprimirse antes del matrimonio y casi meterse en el matrimonio porque estaban desesperados por tener sexo. Ahora podríamos estar libres de esa clase de desesperación teniendo relaciones sexuales antes del matrimonio y así podríamos hacer una evaluación más calmada, más serena, más sosegada de nuestro futuro cónyuge. También llegamos a pensar que con el uso de los anticonceptivos disminuirían significativamente los embarazos no deseados. Sin duda la anticoncepción ayudaría a la gente a no quedar embarazada cuando no quería quedar embarazada. Y al mismo tiempo que disminuirían los embarazos no deseados, disminuirían los abortos. Estas eran las expectativas para la píldora anticonceptiva en los años 60. Pienso que ninguna de éstas expectativas era estúpida. Pese a todo el sarcasmo en mis palabras, a primera impresión me parece que hay una gran cantidad de lógica en estas expectativas. Pero la Iglesia Católica en ese tiempo dijo que no, que ese no era el caso. El Papa Pablo VI escribió Humanae Vitae en 1968. Si alguno de ustedes vivió en aquel entonces y tenía uso de razón, tal vez recuerde que eso cayó como una bomba en la Iglesia y en el resto de la sociedad.

Fue un golpe para todos, que la Iglesia Católica reiterara su enseñanza constante contra la anticoncepción. El Papa Pablo VI, en la Sección 17 del Humanae Vitae, hizo varias predicciones sobre lo que sucedería en el mundo si los anticonceptivos se hicieran accesibles a todos y si llegaran a usarse ampliamente en la sociedad. Él dijo, primero que todo, que habría una disminución general de moral en la sociedad. Ahora, para aquellos que vivieron los años 60 y tenían uso de razón y que están aquí en los 90, no creo que cueste mucho convencerlos del descenso en la moral. Yo recuerdo los programas que veíamos en televisión en los años 60: el programa de Donna Reed, Yo Amo a Lucy, Papá lo Sabe Todo, todos de gran entretenimiento para la familia. Y ahora, casi no puedo ver los anuncios de televisión sin sentirme ofendida, sin mencionar las telenovelas que son pornografía sutil, los programas que presentan perversiones que jamás imaginé, sin olvidar, MTV que se acerca a ser pura pornografía. Yo llamo a esto: "el efecto de la rana en el agua". Algunos de ustedes habrán oído que si ponen una rana en agua hirviendo, ésta salta y se sale. Pero si ponen una rana en agua tibia y aumentan gradualmente la temperatura hasta que hierva, se dejará hervir tranquilamente hasta morir sin darse cuenta. Yo pienso que esto es lo que nos ha sucedido. En los años 60, mi padre y cualquier otro padre en la cuadra, hubiera tirado la televisión a la calle si MTV hubiera entrado en nuestros hogares; pero ahora nos estamos dejando hervir tranquilamente hasta morir con la televisión que tenemos. Sin mencionar, por supuesto, los crímenes en las calles, tiroteos, pandillas y todas las cosas que nos tienen atemorizados. Ustedes podrían preguntarse: "¿Qué tiene que ver esto con los anticonceptivos?" Yo se los contestaré en un minuto. Pero primero, quiero seguir con las predicciones del Papa Pablo VI. En segundo lugar, el Papa Pablo VI predijo que habría una menosprecio generalizado del bienestar físico y psicológico de la mujer por parte del hombre. La pornografía es un gran atentado al bienestar físico y psicológico de la mujer. Parece haber un incremento explosivo de abuso sexual contra la mujer. Las estadísticas de mujeres abusadas sexualmente por alguien en su propia casa son simplemente abrumadoras. También consideremos que el 60% de la pobreza en los Estados Unidos proviene de mujeres solteras con hijos. La mayoría de las personas que viven en estado de pobreza en los Estados Unidos son mujeres solteras con hijos. Esto claramente me parece un abuso físico y psicológico hacia la mujer. ¿Y cómo ocurrió esto? ¿Cómo resultamos con todas estas madres solteras con hijos? Hablaré de esto en un momento. La tercera predicción fue que los gobiernos usarían los programas de planificación familiar con propósitos coactivos una vez que la anticoncepción estuviera ampliamente disponible. Es atroz lo que está ocurriendo en el mundo a este respecto. Algunos de ustedes han venido observando los esfuerzos que las Naciones Unidas, apoyadas por los Estados Unidos, han hecho para poner como condición a la ayuda económica a los países del tercer mundo programas agresivos de control de la natalidad. Estos países deben tener programas de distribución agresiva de anticonceptivos, esterilización y acceso fácil al aborto si hemos de alimentar y ayudar a los pobres. No sé si habrán visto en las noticias, pero ha sido en la prensa Católica, que las mujeres delegadas de las Naciones Unidas están escandalizadas con esto. Ellas encuentran que esto es insultante y degradante. Sienten que las están tratando como a vacas. Lo que ellas quieren es un mejor cuidado médico y prenatal, un mejor acceso a la educación y alimento para sus hijos, que no esté ligado a programas anticonceptivos. Y tal vez algunos de ustedes estén familiarizados con el trabajo de Steven Mosher, muy bien documentado, acerca de los abortos forzados en China. En muchas áreas de China, si una mujer tiene más de un embarazo, más de un hijo, el segundo embarazo será abortado a la fuerza. De hecho, las mujeres son arrancadas de sus campos en los estados tardíos del embarazo y se les practica un aborto a la fuerza. Y ¿acaso alguno de ustedes ha oído o visto alguna muestra de indignación nacional por lo que está ocurriendo en China?

La cuarta predicción del Papa Pablo VI era que comenzaríamos a tratar nuestros cuerpos como si fueran máquinas. No tendríamos más respeto por la persona humana como unidad integral de cuerpo y alma, sino que el cuerpo sería ahora una máquina a la cual podríamos tratar como quisiéramos. Ahora, no hay evidencia más contundente que la del uso de las tecnologías reproductivas, de maternidad sustituta, por ejemplo, y muchas de las técnicas in vitro. Algunos de ustedes habrán oído la historia sobre la señora de 59 años en Inglaterra quien concibió un hijo por medio de la fertilización in vitro. Erma Bombeck dijo que esto nunca funcionaría. Dijo que las mujeres de 59 años dejarían al bebé en un cuarto y se les olvidaría donde lo habían dejado. O se presentarían a la graduación de su hijo y no se acordarían qué estaban haciendo ahí. Pero el punto es, que ahora, cualquier mujer puede comprar un bebé. Cualquier mujer puede ir a una clínica de in vitro y simplemente comprar semen, hacerse inseminar y tener el tipo de bebé que ella quiera. Esto le da un nuevo sentido a la expresión “genes de diseñador”. Si usted quiere un laureado del premio Nobel, vaya a la Universidad de Stanford. Si lo que quiere es un chico brillante del Instituto Tecnológico de Massachusetts vaya a una clínica a las afueras del ITM. Cualquier mujer, ya sea casada, soltera, homosexual, heterosexual, puede comprarse un bebé, cualquiera que tenga suficiente dinero. ¡Díganme si no estamos tratando nuestros cuerpos como máquinas! Bien, ¿y quién tenía razón? ¿El mundo secular o el Papa Pablo VI? ¿Y qué pasó con las predicciones del mundo secular que pensaba que la anticoncepción iba a ser la maravilla? ¿Qué pasó con la predicción que decía que los matrimonios iban a ser mejores? Pienso que hoy hay matrimonios mejores en algunos aspectos, pero el índice de divorcios nos muestra que hay muchos matrimonios muy malos, o por lo menos matrimonios que se acaban porque la gente cree que son muy malos. De hecho, el índice de divorcios se duplicó entre 1965 y 1975. El índice del divorcio había estado subiendo ligeramente durante ese siglo, hasta que a mediados de los años 60 llegó al 25%, y luego en 1975 subió al 50%. En un corto tiempo de 10 años el índice de divorcios se duplicó. Hay un sociólogo de la Universidad de Stanford, Robert Michael, quien estaba intrigado por este hecho y lo estudió. El descubrió que, a medida que la píldora anticonceptiva se hacía más asequible a más gente, el divorcio aumentaba en forma paralela. Entre 1975 y 1976 cuando ya casi toda mujer que quería la píldora tenía acceso a ella, se niveló el índice de divorcios. En esta investigación estadística, él descubrió tres razones que lo llevan a pensar que el uso de anticonceptivos ha contribuido al incremento masivo en el índice de los divorcios. El dice que el 45% de este aumento puede atribuirse al incremento en el uso de los anticonceptivos. Estas son sus tres razones. Yo pienso que hay otras más. La primera observación del doctor Michael es que los datos estadísticos muestran que aquellos que usan anticonceptivos tienen menos hijos y los tienen más tarde en el matrimonio. Sus datos estadísticos muestran que aquellos que tienen el primer hijo durante los dos primeros años del matrimonio y otro bebé en los próximos dos años, tienen un matrimonio mucho más duradero que los que se demoran más. Ahora, yo estoy segura de que cualquier persona en este auditorio puede decirme que conoce a alguien que ha estado casado por veinticinco años con ocho o diez hijos y que se ha divorciado, lo cual es muy triste, pero también muy raro. Sus datos muestran que aquellos que tienen bebés más pronto tienen un matrimonio más largo que aquellos que no. Les daré tres segundos para que piensen por qué es esto. El doctor Michael no da ninguna explicación. Yo pienso que hay varias. Una es, repito, que algunos de ustedes parecen que han estado juntos por un buen tiempo, otros son recién casados, y queda claro que, así como pueden ser gozosos y felices los primeros años del matrimonio, pueden también ser muy difíciles. Tenemos a dos personas con costumbres y expectativas diferentes, con formas de comunicarse distintas, tratando de construir una vida juntos. Yo me he fijado en mis amigos recién casados, en algún momento en el primer o segundo año, ya sea uno o el otro se mete al auto y se va a

dar vueltas alrededor de la cuadra y de las autopistas y realmente no sabe si va a regresar. Está realmente furioso por alguna razón. Pero si su hijito está en la casa, hay sonrisas de una personita que ustedes no quieren perderse por la mañana. Así que finalmente regresan y resuelven el problema con la persona con la cual están furiosos. Hay dos personas en la casa a quienes ustedes aman, con una usted está furioso y la otra cuyas sonrisas no se quiere perder. Y si usted tiene además otro hijo, habrá dos personas cuyas sonrisas no se quiere perder y una con la cual está furioso. Está furioso, pero regresa y resuelve el conflicto. Y eso es muy importante en el matrimonio, resolver los problemas a tiempo en el matrimonio. Yo también pienso que las personas, cuando tienen hijos, se vuelven mejores personas, y quiero decir, que se vuelven mejores casi instantáneamente. He tenido la suerte de haber estado con varios de mis amigos hombres a la salida de la sala de partos. Y seguro a algunos de ustedes también les ha pasado o han visto cómo generalmente estos individuos están como en delirio, balbucean, dicen cosas como: “Es increíble, es la cosa más milagrosa, maravillosa, misteriosa que he vivido en toda mi vida. Es el mejor día de toda mi vida. No puedo creerlo”. En algún momento dicen: “Todo es diferente ahora”. Y es absolutamente cierto, porque ayer a ellos no les importaba nada, quién era el alcalde o el jefe de la policía o quién era el presidente de la junta directiva de la escuela o si los patios de recreo eran seguros o cómo gastaban su dinero o cuántas películas habían que fueran para menores y qué programas pasaban en la televisión. Pero hoy sí les importa. Y hoy todo es diferente y ahora van a prestar atención a todas esas cosas. Cuando usted es soltero, qué le va a importar todo eso. No le afecta. Cuando trae un hijo al mundo, usted se convierte repentinamente en alguien que quiere proteger a ese niño y sabe que hay que prestar atención a todas esas influencias. También se vuelve más paciente y generoso, bondadoso y trabajador porque este bebé necesita mucho. Toma mucho de su tiempo y de su esfuerzo. Y es así que usted se vuelve una persona mucho mejor y quiere que su esposo/a lo sea para que su matrimonio también sea mejor. Esta es la primera razón del Dr. Michael. La gente que usa anticonceptivos tiene menos hijos y los tiene más tarde en el matrimonio y el matrimonio es más débil, y me queda clara la causa. Como segunda razón, dice que desde que aparecieron los anticonceptivos, hay mucho más adulterio que antes. Les doy dos segundos para que piensen cuál es la razón para esto. La gente ha sido tentada durante toda la historia de la humanidad. Es fácil desear tener un romance fuera del matrimonio, pero desear un hijo ilegitimo es otra cosa. Pero si la mayoría de las mujeres están usando anticonceptivos, entonces la mayoría están disponibles en cierto sentido y no hay ninguna razón seria para decir no al adulterio. El adulterio es absolutamente devastador para un matrimonio. La tercera explicación es que ahora las mujeres son más independientes financieramente. Tienen menos hijos, van al trabajo. Y repito, cuando tienen dificultades en el matrimonio, es mucho más fácil para estas mujeres decir: “Vete al diablo”, que trabajar en resolver la relación, porque ahora tienen una razón menos que antes para necesitar a sus maridos. Ahora, yo pienso que hay varias razones más por las cuales los anticonceptivos son destructivos y dañinos para los matrimonios. Es difícil obtener estadísticas claras sobre el asunto, pero recientemente en el periódico USA Today, leí que un estudio mostró que el 37% de los estudiantes de la secundaria tiene relaciones sexuales. Otro dijo que era el 57%. Y en otro leí que el 87% de los estudiantes de universidades tiene relaciones sexuales. Yo creo que la mayoría de ustedes saben que hay muy pocas personas que llegan vírgenes al matrimonio. Y yo pienso que toda esta actividad sexual antes del matrimonio no es buena para el matrimonio. La mayoría de la gente ha sido engañada en algún momento. La mayoría de las personas han hecho promesas y han roto esas promesas y a la vez han recibido promesas que han sido rotas. Y se casan con alguien que ha mentido y hecho promesas y que ha experimentado promesas rotas a su vez y ya no confían igual el uno en el otro. Ni siquiera confían en si mismos como antes. “Yo ya he prometido y dicho estas cosas antes, me he comprometido antes y ¿podré cumplirlas? El

ha dicho esas cosas antes, él ha hecho esas promesas antes, ¿podrá cumplirlas esta vez? De hecho, he visto a mucha gente simplemente entrar en el matrimonio sin estar convencidos. Toda esta noción de que tener relaciones sexuales antes del matrimonio es bueno para escoger mejor a su pareja, pienso que es totalmente errónea. Me parece que la pasión sexual puede nublar las cosas en vez de aclararlas. La persona se acostumbra a la relación sexual y esto hace que no se fije en si la persona es egoísta o perezosa o egocéntrica, cosas que en dos años le pueden molestar mucho. Pero en ese momento, por estar comprometidos sexualmente se ignoran. Tengo una amiga que tenía un novio. Había una atracción sexual muy fuerte entre los dos. Comenzaron una relación sexual, pero se dieron cuenta que los estaba haciendo sentir miserables a los dos, sin embargo, no podían terminar la relación. Continuaron con la relación por cerca de cinco o seis años aunque vivían en costas opuestas. Se llamaban por teléfono y tenían conversaciones ardientes. En un momento dado, yo le pregunté: “¿Te vas a casar con este hombre? Es decir, parece que durará para siempre. No has salido con nadie más porque él ha estado en tu vida los últimos cinco o seis años”. Ella finalmente dijo: “Sabes, simplemente no me lo imagino como el padre de mis hijos. No puedo, él está loco. Tenemos valores muy diferentes. Yo soy una católica comprometida y él odia el catolicismo”. Y cuando dijo esto finalmente se dio cuenta de que tenía que terminar. Pero esa atracción y atadura sexual por años había oscurecido la realidad hasta que finalmente ella se dio cuenta. De hecho, el cohabitar, vivir juntos antes de casarse, es una de las claras señales de que un matrimonio no va a funcionar. El otro día oí una estadística que tengo que confirmar. Un sacerdote me dijo que había dado un taller en su parroquia sobre cohabitación y en sus estudios descubrió que el 75% de los que viven juntos antes del matrimonio, no sólo tienen relaciones sexuales antes del matrimonio, sino que se divorcian antes de los tres años. Yo he visto a gente que hace esto. Han estado viviendo juntos por dos o tres años y todo el mundo los molesta diciéndoles: “¿Por qué no se casan?” así que ellos se hacen la pregunta: “¿Por qué no nos casamos?” Y se dan cuenta que no están discutiendo mucho y ciertamente no quieren volver a comenzar de nuevo y deciden que efectivamente, podrían casarse. Piensan: “estos dos o tres últimos años han sido bastante difíciles, quién quiere volver a empezar, así que casémonos de una buena vez. Parece que ya es tiempo de hacerlo”. Este no es el mejor camino hacia el matrimonio, Así que, la anticoncepción no ha producido mejores matrimonios. ¿Ha contribuido a menos embarazos indeseados? Las estadísticas sobre este punto son asombrosas. En 1960, un 6% de los bebés blancos eran ilegítimos. ¡Seis por ciento! En 1992 el 22% de los bebés blancos fueron ilegítimos. Casi un aumento del cuádruple y este porcentaje sigue aumentando rápidamente. Sí, aumentando rápidamente. En 1960, alrededor de un 22%, la misma cifra, 22% de los bebés negros eran ilegítimos. ¿Alguien sabe el porcentaje actual? Sesenta y ocho por ciento. El 68% de los bebés negros nacen de uniones ilegítimas. Esto tomó treinta años. Yo no creo que vaya a tomar treinta años para que el 22% de los bebés blancos suban a un 68%, si seguimos en el camino en el cual estamos ahora. Esta es mi conexión: Primero que todo, el mundo nos dice que si tenemos más y mejores anticonceptivos podremos solucionar esos problemas. Habrá menos embarazos no deseados. Pero el punto es que en 1960, prácticamente no habían anticonceptivos disponibles, especialmente para los adolecentes. Uno tenía que conocer alguna estación de gasolina de mala clase y tener unos centavos y eso era lo máximo que uno podía hacer. Pero ahora cualquier adolecente puede obtener anticonceptivos del consejero de la escuela, de hecho, los recibe en alguno de los paquetes de bienvenida a algunas escuelas. Vivimos en una cultura en la cual se distribuyen condones en las escuelas, pero no biblias. Yo creo que esto dice todo lo que uno necesita saber del estado de nuestra sociedad. Así que, me queda claro que contar con más y mejores anticonceptivos no nos va a ayudar. Los adolecentes tienen un acceso increíble a ellos. Pero los adolecentes son tan buenos para usar los anticonceptivos como los son para tender sus camas y hacer sus tareas escolares o sus deberes domésticos, más o menos con el mismo grado de confiabilidad.

Yo solía colaborar en un centro de ayuda para embarazadas en South Bend, Indiana. Hablábamos con esas jovencitas y les preguntábamos: “¿Has usado anticonceptivos?”, y ellas decían: “No, no. Quería comprar un disco de Prince este mes y tuve que usar mi dinero para eso”, o “No me gustaron los efectos que me causaban así que los suspendí”, o “Terminamos y yo pensé que no nos veríamos más pero él volvió”. Y quedan embarazadas y se sorprenden. Y por supuesto tenemos millón y medio de abortos cada año. Entonces, ¿Cómo ocurrieron? El 50% de las mujeres que van a las clínicas de aborto, nos dicen que están allí por fallas de los anticonceptivos. ¡Cincuenta por ciento! El 80% nos dice que tienen experiencia con los anticonceptivos, que los conocen y los han usado anteriormente, pero que, por una razón o por otra, los han dejado de usar. Pero yo creo que la verdad es que los anticonceptivos han lanzado a la gente a un estilo de vida que promueve el sexo fuera del matrimonio, crea un tipo de relaciones sexuales en las cuales los bebés y los lazos afectivos no son bienvenidos. Y cuando ocurre un embarazo, se le considera un desastre. ¿Qué dice la gente ahora cuando tienen relaciones fuera del matrimonio y quedan esperando un bebé? Usan esta frase maravillosa: “Quedé embarazada por accidente”. Y yo siempre quedaba intrigada por esta frase y les decía: “Dígame, ¿cómo es que volvió a ocurrir?” Sé que soy bastante ingenua, pero ya aprendí hace tiempo y sé que una no queda embarazada por accidente. A uno lo atropella un automóvil o se cae de un precipicio por accidente, pero una no puede quedar embarazada por accidente. En realidad quiere decir que algo resultó bien con el acto sexual, no que algo resultó mal. Pero como la gente está usando anticonceptivos, queda embarazada y se sorprende. “¡Cielos, estoy embarazada! No teníamos esto en mente. No estaba en nuestros planes. Así que tendremos que hacer algo al respecto. ¿Qué tendremos que hacer? Tendremos que correr a la clínica de abortos”. Ahora, les daré la autoridad suprema de nuestra tierra, la Corte Suprema lo dice. Hay un artículo que yo escribí y que pueden obtener gratis. Se llama: “La Conexión entre la Anticoncepción y el Aborto”. Ahí cito el caso de Planned Parenthood vs. Casey. En esa decisión, la Corte Suprema dice que: “en muchos aspectos importantes, la decisión de usar anticonceptivos y la decisión de tener un aborto es la misma; y viceversa. Y continúa explicando. “Por dos décadas las parejas han basado sus relaciones íntimas en la disponibilidad del aborto en caso de que la anticoncepción falle”. Ahora, en toda esta decisión de la Corte Suprema, la cual es sobre el aborto, no hay una sola mención de la humanidad del niño no nacido, ni una sola mención de si el feto es una persona o no. Ni siquiera se planteó como pregunta. Ni siquiera se le consideró. Pero, sí se dice que tenemos que tener abortos porque tenemos anticonceptivos, que es una necesidad. Por dos décadas las parejas han contado con el aborto si les fallan sus anticonceptivos. La Corte Suprema lo dice. Ahora, repito, yo pienso que, en los años 60 no era una expectativa estúpida pensar que los anticonceptivos ayudarían a formar matrimonios mejores, a tener menos embarazos no deseados, menos abortos, pero yo pienso que la evidencia cultural hoy nos muestra absolutamente lo contrario. Y es muy difícil para nosotros verlo, porque nuestra cultura, nuestro presidente y su cabinete nos dicen que tener más y mejores anticonceptivos y tener más acceso al aborto es absolutamente necesario en nuestra sociedad, que es algo bueno. La Iglesia nos dice algo diferente. Como ya les dije el Papa Pablo VI no dio mucho detalle a su predicción, pero ciertamente predijo los puntos principales de lo que sucedió. Y usted podría decir: “¿Cómo lo vio él tan claro, cuando nosotros no lo vimos? ¿Qué sabía él que nosotros ignorábamos?” Pues bien, él tenía toda una historia de la iglesia, dos mil años de historia para apoyarlo. Y algunos de nosotros, por supuesto, creemos que tuvo la guía del Espíritu Santo y que no podía equivocarse porque no estaba usando sabiduría humana en este caso. La sabiduría humana mostró algo muy diferente y no pienso que la sabiduría humana fuera inverosímil, pero

ha resultado ser, yo pienso, completamente errada. ¿Qué sabía el Papa? Bueno, la Iglesia siempre ha basado sus enseñanzas no en algo privado para los católicos, sino en lo que se conoce como la Ley Natural. Y yo les voy a dar un curso de tres minutos sobre la Ley Natural. La Ley Natural dice que si usted quiere que las cosas prosperen, tiene que usarlas de acuerdo con su naturaleza. Si quiere cultivar buenos tomates, tiene que tratar las plantas de tomate de acuerdo con su naturaleza. Tiene que darles sol, agua, fertilizantes y buena tierra. Y si quiere que su automóvil funcione tiene que ponerle gasolina y aceite. No puede poner la planta de tomate en el armario o dejar de regarla y esperar que crezcan buenos tomates. No puede ponerle melaza al automóvil y esperar que funcione. La Iglesia ha dicho que la sexualidad humana tiene una cierta naturaleza y que, si no vive de acuerdo a esa naturaleza, resultará un caos. No tendrá ni su tomates, ni llegará de aquí a Cleveland. No funcionará si no vive de acuerdo con la naturaleza de las cosas. La Iglesia dice que sus enseñanzas acerca de la sexualidad no son sabiduría revelada. Es algo que el hombre puede descubrir con la base de su propia razón, si su entendimiento no se oscurece por su cultura, y la nuestra no es una cultura clara. ¿Cuál es el propósito, el significado y la naturaleza de las relaciones sexuales? Me parece que es bien clara. Es para dos cosas. Es para tener bebés y para crear lazos afectivos. Y eso es lo que pasa cuando se tienen relaciones sexuales, se tiene bebés y se crean lazos afectivos con la otra persona. Mi punto es, que si uno no quiere tener bebés y no quiere crear lazos, no debe tener relaciones sexuales. Mi punto de vista es que los bebés y los lazos afectivos que vienen con las relaciones sexuales pertenecen exclusivamente al matrimonio. Me encantaría que un “grupo de música rap” me hiciera una canción con este tema. “Si no quiere tener bebés ni crear lazos, no tenga relaciones sexuales. No debe tener relaciones sexuales sino está casado porque ahí es donde tanto los bebés como los lazos afectivos son apropiados”. Tenemos toda una cultura que dice que tener relaciones sexuales y establecer lazos, son dos cosas totalmente distintas. Hoy en día uno puede decir: “Quiero salir a almorzar contigo, quiero jugar tenis contigo, quiero ir al cine contigo, y quiero tener relaciones sexuales contigo”. No hay ningún problema. Son los anticonceptivos los que permiten que hagamos esto. Repito, si la mujer se da cuenta que está embarazada, se aterra. Si dos individuos se sienten encariñados el uno con el otro, se aterran. Todos sabemos de esas mujeres realmente maravillosas que se encuentran atadas a hombres terribles. “¿Cómo puede suceder?” Ella no puede dejarlo. Está comprometida sexualmente con él, eso es un lazo. Nuestra sociedad tiene la idea de que el sexo, los bebés y los lazos afectivos son independientes y la Iglesia dice: “No, van juntos”. Algunas personas quieren decir: “Bueno, no, no, no. Ustedes están olvidando algo. Claramente el sexo es para tener placer y aquellos que están teniendo relaciones sexuales, están haciendo aquello para lo cual es el sexo; están teniendo placer”. Yo les diría: “No, no, no. Ustedes no lo entienden”. Hay muchas cosas que producen placer. El placer no es el propósito: el placer es el motivo; el placer es la consecuencia, pero no es el propósito. De hecho Dios le agregó placer a aquellas cosas que realmente quiere que hagamos y que son necesarias para nuestra supervivencia y nuestra felicidad. Así que, comer produce placer, es placentero beber, es placentero dormir y es placentero tener relaciones sexuales. ¡Es placentero! Pero ese no es su propósito. Esa no es la razón por la cual comemos aunque algunos lo hagamos. Esa no es la razón por la cual comemos o dormimos aunque algunos lo hagamos. Ese no es el propósito real de estas acciones. Son restauradoras en muchos aspectos. Son necesarias para nuestra supervivencia. Es por ello que Dios les agregó placer a todo lo que quiere que hagamos, no para nuestra salvación, sino para nuestro propio bienestar. Pero tenemos que hacerlo en su debido tiempo, en el debido lugar, de la debida manera, con la persona apropiada, etc., etc. Ciertamente, comer es placentero, pero hay límites en lo que debemos comer. Las relaciones sexuales son placenteras, pero hay límites en lo que debe hacerse, y se debe buscar el placer de acuerdo con la naturaleza y realidad de aquello con lo que se está tratando.

En muchos aspectos, el mundo moderno está completamente contrario a lo que dice la Iglesia. Vivimos en una cultura en la cual se le da a la vida humana un valor absolutamente insignificante. Si no fuera así, no tendríamos clínicas de abortos. Es en este punto del valor de la vida humana en el cual ustedes pueden ver la enorme diferencia entre la Iglesia Católica y el resto del mundo; o entre los cristianos o mayoría de las tradiciones religiosas y el resto del mundo. Porque nosotros vemos a cada ser humano como una nueva alma, como una nueva alma que Dios ha traído a este mundo y cuyo fin es existir con Dios por toda la eternidad. Entiendan, nosotros realmente no vemos la vida humana como la ve nuestra cultura. Nuestra cultura piensa, claro, que la gente puede tener bebés. Eso está bien. De algún modo tenemos esta necesidad primitiva de reproducirnos, así que está bien tener dos. Ciertamente, podemos entender que quieran tener su niño y niña. Eso es comprensible. Pero si tienen más de dos, ya la gente los mira con cierta suspicacia. ¿Qué están haciendo? Hoy en día pensamos en los bebés como amenazas ambientales, pequeñas amenazas a los bosques tropicales. Es decir, mis amigas me han contado que cuando esperaban su tercer hijo, la recepcionista les decía: “Señora, tal o cual, el resultado de su prueba de embarazo es positivo. ¿Va a continuar con este embarazo?” ¿Va a seguir adelante con este embarazo? Y a otros: “Señora, tal o cual, quisiera programar una ligadura de trompas esta vez, porque estoy segura que usted y su esposo no van a tener más de tres”. O: “Aquí tienen estos folletos (que se entregan cuando das a luz al tercer niño), sobre diferentes anticonceptivos, porque obviamente su esposo y usted no saben lo que están haciendo. Necesitan ayuda en esto”. Y aquellas familias que tienen tres o más niños les contarán que en ascensores, en consultorios médicos o en supermercados, la gente se les acerca y dice las cosas más sorprendentes como: “¿Su esposo y usted no saben cómo controlarse?” o “¿Señora, son suyos todos?” o “¿Cuántos más va a tener? Simplemente se asombran de que alguien pueda querer más de dos hijos. Pueden tener tres si los dos primeros son niños o niñas porque obviamente querrán tener su niño y su niña, pero más de tres es algo inconcebible en nuestra sociedad. Pero por supuesto, la visión cristiana no es ésta. La visión cristiana es que el universo total existe para nosotros. Es nuestro sistema de soporte. Nosotros estamos donde tenemos que estar. Dios creó el universo para la vida humana. Y Él desea almas, quiere muchísimas almas. “Vayan, multiplíquense y llenen la faz de la tierra”. Ahora, una muestra que da evidencia de esto es que la mayoría de las mujeres tienen mayor deseo sexual cuando están ovulando. Es como si Dios les estuviera dando un incentivo. Adelante eso es lo que se quiere aquí, es lo Natural. Dios hizo la naturaleza. Pónganse a pensar en esto, que es totalmente asombroso. El esperma, el pequeño esperma, no tiene un alma inmortal. Tiene una vida corta y a veces muy feliz, pero no un alma inmortal. Y el óvulo no tiene un alma inmortal, también puede tener una vida corta y feliz, pero no tiene un alma inmortal. Y cuando los dos se unen, ¿de dónde viene esta alma inmortal? El esperma no la tiene. El óvulo no la tiene. ¿De dónde viene? Viene de un acto creador de Dios. En cada concepción, tiene que haber un nuevo acto creador de Dios. Uno de mis amigos sacerdotes dice que, “cuando se crea una nueva vida humana, el universo entero cambia, porque alguien que no existía antes ha sido creado y vivirá para siempre”. Es como cuando Dios hizo el universo, Él hizo algo de la nada. Y ahora ha hecho un alma de la nada. No existía antes. No es que haya un grupo de almas esperando por una pista de aterrizaje, es que Dios realmente realiza un nuevo acto de creación. Así que, cuando un hombre y una mujer participan en un acto sexual, han abierto este campo que Dios ha diseñado para traer nueva vida humana. Y cuando practican la anticoncepción, le están cerrando la puerta en la cara a Dios. Están diciendo: “Queremos disfrutar de este acto placentero que nos diste, pero no queremos permitirte que realices Tu acto creador”. Ahora, yo no estoy diciendo que las parejas que usan anticonceptivos, sean concientes de que eso es lo que están haciendo. Pero eso es lo que significa. Es algo así como tomar jugo de naranja con unas gotas de veneno. Usted puede no saber que están ahí, pero tendrán su

efecto en usted. Usted no lo está haciendo intencionalmente, pero eso es lo que este acto significa. Así que, en primer lugar, la Iglesia se opone a la anticoncepción porque ésta impide que Dios lleve a cabo su acto creador en el medio que Él escogió para hacerlo. Usted sabe, Dios hubiera podido crear la vida humana de maneras diferentes. De hecho, así lo hizo anteriormente. Me temo que voy a apalear un poco al hombre con esto, pero ustedes están acostumbrados, así que lo pueden soportar. Ustedes saben, que Dios hizo al primer hombre del barro e hizo a la primera mujer de una costilla de una criatura racional. Esto explica muchas cosas cuando uno lo piensa. En fin, en nuestra sociedad, la vida humana tiene muy poca valía. No entendemos el regalo tan grande que es participar en este acto con Dios. Dios ha escogido a los esposos como el medio para producir nueva vida humana y es precisamente nuevas vidas humanas lo que Dios quiere en este universo. De hecho, cada uno de nosotros debería poner todo su esfuerzo, todo nuestro esfuerzo en llegar al cielo y en ayudar a otros también. Ese es nuestro deber. Y los esposos juegan un papel primordial en esto al traer al mundo vidas nuevas que todos estamos llamados a formar. Es una tarea asombrosa la que nos ha puesto Dios. No es algo que debamos posponer. No es algo que deba suceder por accidente. Tener sexo, tener bebés por accidente, no es el plan de Dios. Tener bebés debe ser dentro del contexto del amor de los esposos, porque Dios quiere que los padres amen a sus hijos de la misma manera en que Él nos ama a todos nosotros, de una manera incondicional y comprometida. Dios nos ama incondicionalmente y de forma comprometida, y quiere padres que se comprometan el uno al otro para toda la vida y que amen a sus hijos de manera incondicional. Y nuestra sociedad no entiende esto, no lo ve así. Los bebés son sólo opciones, cargas, peligros ambientales, algo que debe ser llevado a las clínicas de aborto y acabado. Ahora, junto con nuestro desprecio por el valor de la vida humana hay un tremendo desprecio por la fertilidad, no tenemos en alta estima la fertilidad, los anticonceptivos son manifiestamente hostiles a la fertilidad. Piense en la palabra anticoncepción, significa contra el comienzo, contra el inicio de una nueva vida, y lo que hace posible una nueva vida es la fertilidad. Así que hablamos sobre la “píldora”, es una de mis palabras favoritas, la píldora. ¿Cuándo toman una píldora? Cuando están enfermos. Pero el embarazo no es una enfermedad ni la fertilidad tampoco. La fertilidad es una condición saludable en una persona adulta. Son aquellos que son infértiles, los que necesitan ayuda para ser fértiles. Ellos son los que necesitan medicinas. La fertilidad es una condición perfectamente saludable. Yo quisiera poner el reto para los doctores en esto y a cualquiera que me quiera corregir luego, bienvenido. Pero cuando pienso en un muchacho de quince años que va al consultorio del doctor y le dice: “Doctor, sabe, quiero conseguir muchachas. Quiero a las muchachas y la manera en que las consigo es con músculos grandes. Por favor, ¿me podría recetar esteroides?”. Cualquier doctor que valga algo, le diría: “Hijo, vete de aquí. Participa en un equipo de lucha, levanta pesas, haz flexiones. No te voy a dar esteroides. Son malos para la salud. Te podrían destruir. No te daré esteroides”. Pero si una niña de quince años entra al consultorio y dice: “Doctor, quiero tener relaciones sexuales con mi novio o novios”, el doctor le dice: “Aquí tienes tu receta””. Y es mucho peor a la larga para su salud psicológica y física el ser lanzada a un estilo de vida que el anticonceptivo la lleva, que el efecto de los esteroides para el otro muchacho; y yo quiero saber qué es lo que está pasando. ¿Por qué nuestra cultura nos ha dicho que todo esto tiene sentido? ¿Por qué nos dice que tiene sentido que un médico haga esto? Hay un libro maravilloso escrito por la Dra. Ellen Grant, La Píldora Amarga. Ella estuvo muy metida en la distribución de anticonceptivos en Londres en los años 60, pero comenzó a ver mujer tras mujer llegar con diferentes patologías, que ella encontró que estaban relacionadas con la píldora: presión alta, trombosis, quistes de seno y toda clase de problemas. Entonces ella dijo: “No voy a prescribir esto nunca más”. Estudió esto más a profundidad y descubrió que, cuando estuvieron evaluando la píldora por primera vez, trataban de encontrar una píldora

anticonceptiva masculina y otra femenina. Y en el primer grupo de estudio masculino, encontraron que hubo un ligero encogimiento de los testículos de un hombre, entonces detuvieron todas las pruebas de la píldora anticonceptiva masculina. Pueden notar que no existe esta clase de cosas en el primer grupo de estudio femenino. Tres mujeres murieron y entonces sólo reajustaron la dosis. Ahora, no sé lo que esto les pueda decir a ustedes, pero a mí me dice que hay algo siniestro aquí. Hay mujeres que aún están muriendo a causa de la píldora. Si miran en el panfleto de cualquier caja de píldoras, pueden obtenerlo de los farmacéuticos si es que no pueden encontrarlo en algún otro lugar, éste dice que las píldoras pueden causar trombosis, presión alta, enfermedades del corazón, gran incremento de algunas clases de cáncer, infertilidad. Ahora, estos son en un pequeño porcentaje, pero hay alrededor de dieciséis millones de mujeres en los Estados Unidos tomando la píldora. Dieciséis millones. E incluso un muy pequeño porcentaje es aun un gran número de mujeres. Sin mencionar los efectos secundarios diarios, que siempre llaman mi atención. La mayoría de mujeres, de hecho, el 50% de las mujeres que empiezan a tomar la píldora, se detienen en el primer año a causa de los desagradables efectos secundarios. Así que, estos efectos secundarios son realmente muy grandes para los dieciséis millones que continúan tomando la píldora; pueden imaginarse cuán malos deben ser para el 50% que dejó de tomar la píldora. Pero, ¿cuáles son estos efectos? La mayoría de las mujeres se quejan de: · Incremento en la irritabilidad · Incremento en la propensión a la depresión · Aumento de peso · Disminución de la líbido Ahora, yo no sé acerca del resto de ustedes las mujeres, pero yo he estado buscando una píldora que me haga más irritable, más deprimida, que me ayude a ganar peso y reduzca mi libido para poder tener sexo. Y estoy segura que a todos los hombres les gustaría que su mujer sea más irritable, esté más deprimida, que gane peso más fácilmente y que tenga una disminución de la libido, ¿Sí o no? Ahora, ¿Por qué la píldora le produce esto a una mujer? ¿Por qué le causa esto a la mujer? Bueno, el hecho es que la píldora hace que el cuerpo de la mujer piense que está embarazada. Hace producir las hormonas que están presentes en los primeros dos meses del embarazo. Y en esos primeros dos meses, una mujer está irritable, deprimida, gana peso y tiene una disminución de la libido. Y las mujeres están en esta condición cuando toman la píldora, semana tras semana, mes tras mes, año tras año. Es una cosa asombrosa. Ahora, no les he dicho realmente la peor verdad acerca de la píldora, que ésta en realidad induce al aborto. He estado hablando de ella como si sólo fuera un anticonceptivo, pero también trabaja como abortivo. Al menos lo dice en las indicaciones que vienen con la píldora. Dice que funciona de tres maneras distintas: Una es que detiene la ovulación, y repito, está suficientemente claro. Si hace que su cuerpo piense que está embarazada, el cuerpo no ovulará porque cuando ya estás embarazada, no puedes “quedar embarazada”. Cuando estás embarazada no ovulas porque tienes un bebé creciendo dentro de tí y no hay razón para ovular. O si eso no funciona, puede producirse la interrupción de la ovulación, y ninguna mujer sabe cuándo pasa esto en su cuerpo. Como saben, las mujeres tienen el sistema hormonal más complejo. Si alguna vez han visto el cuadro de un sistema hormonal femenino, hay tres principales en lo referente al sistema reproductivo. Y estos van arriba y abajo como picos y valles entrecruzados. Le mostré esto a una de mis amigas y me dijo: “Sabes, nunca me he sentido la misma persona cada día y ahora veo que no lo soy. Estoy tratando con un sistema químico completamente nuevo cada día”. Y como ustedes saben mujeres, se despiertan por la mañana diciendo: “Bien, hoy día ¿voy a ser la persona más dulce en el mundo o voy a ser la persona más mala del mundo? ¿Cómo lo sabré? Veamos cómo me siento después de mi café”. Y esto tiene que ver mayormente con sus hormonas. Ustedes conocen el sistema hormonal del hombre, es simplemente maravilloso.

¿Saben cuánta fluctuación hay en él? Hay dos. Línea recta, todo el mes. El tipo se muestra constante día a día, el mismo tipo ayer, hoy y mañana, en cambio tú no sabes quien eras ayer, hoy y mañana. Existen explicaciones para esto y se les llama hormonas. Una mujer no sabe cómo actúan sus hormonas mes tras mes, sea que no esté ovulando cuando está tomando la píldora o si hay una interrupción de la ovulación. La píldora puede cambiar la ‘viscosidad’ de la mucosa. Hay cierta mucosa que ayuda al esperma a llegar al óvulo y cierta mucosa que impide que el esperma llegue al óvulo. A veces, la píldora cambia la mucosa o previene la implantación del óvulo fertilizado. Esto quiere decir, el óvulo fertilizado, el pequeño nuevo ser humano, bajando por la trompa de Falopio, trata de implantarse en la pared uterina de su madre pero falla en el intento, en la nidación. La píldora lo impide y entonces el útero se deshace del nuevo óvulo fertilizado. Una mujer no sabe cómo trabaja la píldora en su sistema. El Norplant es un producto que induce el aborto, al igual que el DIU (Dispositivo Intra Uterino) y el Depo-Provera. Y piensen en las otras formas de anticoncepción, verdaderos anticonceptivos, los métodos de barrera. Es una palabra maravillosa. Quiero hacer el amor contigo, pero tengo que tener mi barrera en su lugar. Suena un poco como hacer la guerra y no hacer el amor. Tengo que ir a traer mi espermicida. El espermicida se usa para matar el esperma. Quiero hacer el amor contigo, pero voy a matar cualquier esperma que se me acerque. Hay algo hostil en ese acto y es que puedo afirmar que la anticoncepción es fundamentalmente hostil, especialmente para la fertilidad de la mujer. Porque, como saben, son los hombres los que pueden tener sexo y no quedar embarazados. Entonces, lo que hace la píldora y lo que hacen los anticonceptivos es convertir a la mujer en una criatura que puede tener sexo y no quedar embarazada. Pero, eso no es lo que somos. Y no es una gran carga ni un gran defecto ser una persona que puede tener sexo y quedar embarazada. Resulta que es un gran regalo. Pero aun así, lo tratamos como si fuera un gran déficit, algo que necesita medicamento, dispositivos, etc. Entonces, hasta ahora les he dado dos razones por las que la Iglesia les enseña que la anticoncepción es algo malo. Una es que le cierra la puerta a Dios en Su acto procreativo. La otra es que trata al regalo natural de la vida y la fertilidad como si no fueran regalos, como si mas bien fueran cargas y defectos. La tercera razón es la observación de Juan Pablo II de que la anticoncepción viola no sólo el significado procreativo del acto sexual, sino también el significado de unidad del acto sexual. No sólo previene el nacimiento de bebés, sino tambíen impide que se formen vínculos afectivos. Les voy a contar otra broma sobre Adán y Eva, para alegrarlos un poco. Adán y Dios están en el jardín, teniendo una pequeña conversación y Adán le dice a Dios: “Dios, me gustaría agradecerte por Eva, la criatura que hiciste para mí”, “Ella es maravillosa”. “Muchas gracias”. Dios le dice: “De nada Adán”. Adán le dice: “Pero Dios, tengo una queja”. Dios le contesta: “Muy bien Adán, ¿cuál es tu queja?” Adán dice: “Bueno, ¿por qué tenías que hacerla tan bella? Sabes, ella es tan bella que sólo pienso en ella todo el tiempo y me distraigo, no puedo terminar mi trabajo. No tenías que hacerla tan bella. ¿por qué la hiciste tan bella?” Y Dios le responde: “Bueno Adán, no sólo quería que tuvieras una compañera. Quería que tuvieras a alguien a quien amar y que estuvieras feliz”. Y Adán dice: “Bueno, como sea. Gracias Dios. Es muy considerado de tu parte”.

Entonces dice: “Pero tengo otra queja”. Y Dios dice: “Muy bien Adán. ¿Cuál es tu segunda queja? Adán le dice: “Bueno Dios, ¿Por qué tuviste que hacerla tan tonta? Sabes, ella es tan tonta, no tiene ningún sentido, es irracional, hablas con ella y no se le entiende. Un día soy el tipo más importante del universo, al día siguiente soy el peor del universo. ¿Por qué tuviste que hacerla tan tonta?”. Y Dios le dice: “Bueno Adán, no sólo quería que tú la amaras, quería que ella también te amara a ti”.

Lo siento chicos, pero saben, esto es para ambas partes. Pero ese no es el punto, ¿no es acaso que Dios hizo al hombre y a la mujer para amarse el uno al otro, tener bebés y formar un vínculo afectivo? Bien, pensemos sobre cómo el violar el significado procreativo del acto sexual es también violar el significado del vínculo afectivo del acto sexual. El Papa Juan Pablo II tiene cosas muy profundas y bellas que decir acerca del significado del acto sexual y aquí sólo puedo darles las más breves descripciones al respecto. El dice que el acto sexual fue creado para ser un acto de auto entrega total. En él quieres dar todo de ti a quien amas. Y cuando niegas tu fertilidad, estás reteniendo algo que pertenece al acto sexual, algo que realmente debería estar presente allí. Retenerlo significa que no te estás entregando completamente. Escuché a alguien comparar los anticonceptivos con alguien que dice: “Sabes, hoy tu cabello no luce bien. ¿Te importaría ponerte una bolsa de papel sobre tu cabeza? Sabes, quiero hacerte el amor, pero no soporto mirar ese cabello. Me desespera”. Eso es lo que un condón y un anticonceptivo son. Se dice: “Te amo pero no quiero una parte muy importante de tí aquí, algo que realmente pertenece a este acto”. Piensen en la diferencia entre estas dos frases: "Quiero tener sexo contigo" y "Quiero tener un bebé contigo". La diferencia es impresionante. Nuestra sociedad dice: " Quiero almorzar contigo, quiero ir al cine contigo, quiero jugar tenis contigo, y quiero tener sexo contigo". No es ningún problema. Pero si alguien viniera y les dijera: " Quiero tener un bebé contigo", ustedes se caerían de espaldas. Porque, si tienen alguna idea de lo que están diciendo, ellos están diciendo: "Quiero estar contigo de ahora en adelante por siempre. En primer lugar, estaríamos produciendo una nueva alma inmortal y tenemos un enlace inmortal a través de esta alma inmortal que no existiría si no nos hubiéramos comprometido en este acto. Esto también significa, me gustan tus ojos y tu sonrisa y el modo en que caminas y quiero traer otro ser como tú a este mundo. Y me gusta la manera como piensas y quiero que mis hijos piensen como tú. Y estoy dispuesto a estar allí para las mamilas de medianoche y para el desayuno y para las reuniones de padres y para las bodas y para la larga travesía. Quiero tener un bebé contigo”. Es increíble decirle eso a alguien. "Quiero tener sexo contigo". Decimos eso con la más grande soltura de huesos del mundo. Pero, "Quiero tener bebés contigo". Si saben lo que están diciendo, es una declaración increíble. Están expresando el deseo para un vínculo increíble con una persona cuando todos sus actos sexuales dejan abiertos la ordenación para la procreación. Sea literal o simbólico, por lo menos está ahí y está conservando un cierto sentido. Ahora voy a mi último punto. Han sido pacientes pero aun tengo algo más que decir. Y es esto, todos querrán saber de qué se trata. No querrán moverse todavía. Se trata de "Las diferencias entre la anticoncepción y la planificación familiar natural". Ahora, mucha gente dice: "¿Cuál es la diferencia? " Tienen a dos parejas que no quieren tener bebés pero quieren tener sexo y están haciendo la misma cosa. Están tratando de tener sexo sin tratar de tener bebés o sin el deseo de tener bebés. Están haciendo la misma cosa. Y esa es una confusión muy común y una queja muy común, y voy a intentar ayudarlos a estar claros al respecto. Lo primero que quiero decirles a este tipo de parejas, a esta clase de gente es: "Bien, si la anticoncepción y la Planificación Familiar Natural son lo mismo, ¿por qué no usar sólo la Planificación Familiar Natural? " Y saben lo que ellos dicen: "Pero eso sería totalmente diferente. Yo tendría que cambiar todo". Yo digo: "Esperen un segundo. Acaban de decirme que no hay ninguna diferencia y ahora me dicen que sería totalmente distinto". Pero, por supuesto, lo que ellos quieren decir es que no hay diferencia moral, pero reconocen que habría una diferencia enorme en el estilo de vida. Yo digo: "Pero esperen un segundo. Si hay una diferencia enorme en el estilo de vida, entonces eso puede ser un indicio de que también hay alguna clase de diferencia moral”. Primero, intento señalarles este principio simple en la ética, de que los fines no justifican los medios. Dicho de otra manera: "Ustedes deben tener buenos medios para obtener buenos finales. No sólo debe ser buena su meta, sino también el modo en que ustedes la

logren debe ser bueno". Entonces consideren a una pareja que no quiere un niño probablemente por una razón muy buena. Una pareja que practica la anticoncepción. Otra pareja que usa la Planificación Familiar Natural. Consideren dos hombres, o dos individuos, ambos quieren apoyar a su familia. Uno roba un banco y uno consigue un trabajo. Ambos están haciendo la misma cosa, ambos están apoyando a su familia, pero han escogido medios muy distintos. He tratado de señalar por qué pienso que la anticoncepción es incorrecta. Esta le dice ‘no’ a Dios en Su acto creador. Esta dice que la fertilidad es una condición mala en oposición a que es una condición maravillosa. Pone una traba en la entrega entre un esposo y su esposa. Y tiene consecuencias terribles para la sociedad. Quiero declarar que la Planificación Familiar Natural no está abierta a esas mismas clases de objeciones. No hace esas mismas cosas. La mayoría de las parejas tiene miedo de emplear la Planificación Familiar Natural, y ‘tiene miedo’ es la palabra correcta. Ellos tienen miedo de usar la Planificación Familiar Natural y en gran parte por dos razones. La primera es porque piensan que no funciona. Pero están equivocados. En un artículo en el British Medical Journal, del 18 de septiembre de 1993, un doctor revisó la evidencia sobre la Planificación Familiar Natural y dijo que es más efectiva que el anticonceptivo más eficaz. ¡Más efectiva! El cita estudios de todas partes, en Calcuta. ¿Y ustedes saben quién enseña el método de Planificación Familiar Natural en Calcuta? Una diminuta monja católica. El autor ha descubierto que la mayoría de gente a quienes ella enseña son musulmanes e hindúes. La Planificación Familiar Natural tiene, lo que se llama, un índice de embarazo ‘cero virtual’, el índice de embarazo es .004. No obstante, tal información no parece convencer a la gente. Muchos confunden la PFN con el antiguo ‘método del ritmo', que era ineficaz en un 27% aproximadamente. Hay una diferencia enorme entre el 'método del ritmo' y los métodos modernos de Planificación Familiar Natural. Daré un curso de repaso sobre estos en un minuto. La segunda razón por la que las parejas tienen miedo es que se requiere de abstinencia. Piensan que la abstinencia es demasiado difícil. Sobretodo las mujeres son las que tienen miedo, y tienen miedo por los hombres. Ellas piensan: " Mi marido se volverá demasiado irritable, se pondrá demasiado renegón. Se apartará y estará distante. No será cariñoso y se alejará de mí durante ese tiempo. ¿Y, cómo arreglaremos nuestras peleas? ¿Y, cómo hablaremos? Estoy nerviosa sobre lo que irá a pasar". Los hombres piensan que se sentirán privados enormemente. "¿Quién puede soportar tanto; quién puede soportar de siete a doce días? No está bien. No me casé para esto”. Estos temores son más comunes entre los que han practicado la anticoncepción antes del matrimonio. Aquellos que han usado la anticoncepción antes del matrimonio y la siguieron usando dentro del matrimonio le temen a la abstinencia, porque el sexo ha llegado a ser la llave para su relación. Piensan que cuando quitan el sexo de una relación, ¿dónde va a estar el amor? ¿dónde va a estar la intimidad? Las parejas que se abstienen antes del matrimonio, tienen poco o ningún problema con la Planificación Familiar Natural. ¡Poco o ningún problema! De hecho, piensan que la abstinencia es una manera de expresar amor y no esa privación enorme. La razón por la que se abstuvieron antes del matrimonio no fue porque no se sintieran atraídos el uno al otro, no fue porque sus hormonas no se alborotaran, sino porque ellos se amaban el uno al otro. Dijeron: “No voy a tener sexo contigo antes del matrimonio porque te amo. No quiero lastimarte. No quiero tener un compromiso más grande del que ya he tomado. No quiero que nos pongamos en el peligro de tener un bebé cuando no estamos realmente preparados para ese bebé. El matrimonio es la preparación para formar los vículos y también para ese bebé. Y te amo y puedo esperar. Así es cuánto te amo". Dentro del matrimonio, la abstinencia tiene ese mismo aspecto. "No es una buena idea para nosotros tener un hijo ahora. Podemos abstenernos. Lo hicimos antes. Sabemos cómo demostrar nuestro afecto durante este tiempo. Sabemos cómo ser cariñosos el uno al otro durante este tiempo porque lo hicimos antes". Y ellos pueden hacerlo.

Las mujeres que usan la Planificación Familiar Natural tienen un sentido asombroso de amor propio y de bienestar. Saben que su fertilidad es venerada por sus esposos y saben que tienen especialmente buenos esposos. "Yo tengo un marido que es particularmente bueno. El es un hombre maravilloso. Tiene altos estándares morales y no me trata como un objeto sexual. Puedo confiar en él. Me quiere incluso cuando no tenemos sexo. Es un gran hombre. Me conseguí un buen esposo". Y los hombres tienen una gran reverencia por sus esposas, por su fertilidad. No quieren dañar el cuerpo de sus esposas. No quieren que ellas tomen todas estas píldoras ni que usen esos dispositivos. Ellos dicen: "No. La amo. No la pondría en esos riesgos. Y ese deseo de tener un bebé para mí, es maravilloso. ¡Qué gran mujer! Y voy a respetar eso". Entonces, hay este vínculo profundo entre ellos dos. Y la PFN no le dice no a Dios. Ven, la PFN respeta la fertilidad de la mujer, no tiene ninguna consecuencia social negativa (de hecho tiene consecuencias maravillosas, el índice de divorcio es casi inexistente entre las parejas que usan la Planificación Familiar Natural) y la PFN no le dice no a Dios, porque Dios dijo: "Quiero estar allí en el momento fértil. Yo creé el tiempo fértil para traer una nueva vida humana. Si te comprometes en un acto sexual, quiero Mi opción de crear una nueva vida humana. Pero te di la mitad de un mes, tres cuartos de un mes, donde eres infértil y si quieres ir tras el vínculo poderoso del acto sexual sin bebés, hazlo entonces. Yo estoy dormido. Estoy fuera de la ciudad. No espero que me inviten en ese momento. No estoy. Ni siquiera puedes hacer que venga. No lo haré, no puedo. Hice tu cuerpo de cierta manera". Entonces no le decimos no a Dios. Las parejas que practican la PFN respetan el período fértil como si estuvieran sobre tierra sagrada. Uno no camina allí a menos que se esté preparado para las consecuencias. La gente dice que la Planificación Familiar Natural es como hacer dieta. Ahora tenemos este fenómeno de la bulimia. La gente come y luego vomita. Eso es un poco como la anticoncepción. Quieren el placer pero no quieren las consecuencias. Se enganchan en el acto y violan el acto. Mientras que la Planificación Familiar Natural es muy parecida a la dieta pero mucho mejor. Cuando hacen dieta, no pueden comer el pastel de chocolate; tienen las zanahorias y el apio. El sexo durante el tiempo infértil aparentemente es mucho mejor que las zanahorias y el apio. Las opciones son mejores. Hay una pizca en esto. Es difícil, pero no imposible y hace cosas grandiosas por el matrimonio. Las parejas les dirán, siempre me lo han dicho, uno lee esto en toda la literatura de la PFN: Los que usan la Planificación Familiar Natural se comunican mejor. Siempre me he preguntado lo que significa esto. ¿Significa que la gente o bien está teniendo sexo o está hablando, pero no ambas cosas y al no tener sexo durante el tiempo fértil hace que ellos hablen más? Pero hay algo de eso. Leí en alguna parte que las parejas, yo no estoy casada y por supuesto, envidio el matrimonio en muchos aspectos, especialmente por la compañía; pero uno lee algo como que la gente dice que a la semana, las parejas se comunican veintisiete minutos, en promedio. Y digo: "Cielos, si eso es todo, no vale la pena". ¡Veintisiete minutos! Pero, bueno, estas parejas que practican la Planificación Familiar Natural deben usar bien esos veintisiete minutos. Me imagino, eso es lo que dicen. Es algo así. Tienen esta conversación una vez al mes, quizás doce veces al año. Y sucede en ese fin de semana en que la suegra se lleva a los niños o tienen un corto y agradable viaje de negocios y esperan con ansias pasar este bonito fin de semana juntos. Un almuerzo tranquilo, tal vez salir de compras, una película, una cena romántica y una noche agradable de hacer el amor sin niños, sin tensiones, sólo una noche agradable. Y la mujer se levanta en la mañana y dice: "Querido, estoy asustada, he entrado en mi fase fértil". Entonces hay esta deflación, esta decepción. El fin de semana no va a ser exactamente lo que pensaron que sería. Esta pequeña conversación comienza generalmente con la pregunta: "¿Por qué estamos haciendo esto? ¿Por qué nos estamos absteniendo? " Y a veces eso propicia una conversación

sobre la anticoncepción y por qué o por qué no, pero generalmente eso pasa. Y generalmente la pregunta significa: "¿Por qué decidimos que no es una buena idea tener un bebé? ¿Por qué nos estamos absteniendo?" Y el esposo puede decir: "Bueno, tú sabes, la razón por la que decidimos no tener un bebé ahora, es porque tú dijiste que estabas muy cansada. Has tenido muchos hijos o has conseguido un trabajo y estas realmente fatigada, y verdaderamente no puedes imaginarte con otro niño. ¿Todavía estás cansada?". Y ella puede decir: "Bueno, no. De hecho, no estoy muy cansada en este momento. Nuestros hijos más pequeños están un poco más grandes y sabes, pienso que tal vez puedo manejar otro bebé. Tomemos el riesgo. Disfrutemos este día del modo en que realmente lo planeamos". O ella puede decir: "Por supuesto, aún estoy cansada. Tú nunca ayudas. Dijiste que bañarías a los niños y no lo haces. Dijiste que me dejarías tener libres los sábados por la tarde; nunca he tenido un sábado por la tarde libre. Por supuesto que aún estoy cansada". Y él puede decir: "Empezaré a bañarlos desde mañana, querida". O ella puede decir: "La razón por la que no tenemos un hijo en este momento es porque tú dijiste que tus cargas financieras son demasiado grandes. No puedes imaginarte manteniendo a la familia que ya tenemos, menos a uno más. ¿Aún estás cargado financieramente?" Y él puede decir: "Bueno no, no lo estoy. Refinanciamos la casa y estaba al borde del pánico. Estoy por recibir un ascenso. Las cosas están bien. Tomemos el riesgo". O él puede decir: "Por supuesto aún estoy cargado financieramente. Tu amiga Jane adquiere una cerca para su casa, tu tienes que tener una cerca para la tuya. Tu amiga Jane compra una cocina nueva, tú necesitas una cocina nueva. Tu amiga Jane compró nueva vajilla, tú necesitas nueva vajilla". Y ella puede decir: "Yo no necesito esa vajilla nueva". Pero lo importante es que están teniendo esta conversación y está enfocada en cosas muy importantes, en el por qué ellos tienen bebés y por qué no los tienen. Y cómo está yendo su vida juntos y cómo están compartiendo las cargas o no. Las parejas que usan la anticoncepción me dicen que puede pasar mucho tiempo sin tener esa conversación. Ellos pueden decir: "No vamos a tener bebés por otros tres a cinco años más y hablaremos sobre eso cuando llegue el momento", y es cuando ellos hablan de eso. Y se separan. Van a sus trabajos y regresan para cenar y van a sus trabajos y regresan para cenar. Y eso es todo lo que hay. Entonces estoy diciendo que la Planificación Familiar Natural no tiene malas consecuencias sociales. Es muy difícil de usarla fuera del matrimonio. No le dice no a Dios en Su acto procreativo. Atesora la fertilidad de la mujer y mejora, no aliena, la relación entre los esposos. No está sujeta a las mismas objeciones como la anticoncepción. Ahora, cerraré con una historia final y luego les daré la oportunidad de hacerme algunas preguntas. Doy charlas sobre sexo premarital a mis estudiantes con cierta frecuencia, y he descubierto que ellos se sienten totalmente aterrados con la idea del divorcio. Odian el divorcio porque ellos han sido niños de hogares divorciados y han experimentado por si mismos el dolor y el trauma, o han visto a sus amigos pasar por esto. Y ellos no lo quieren. Cuando se casan, quieren estar casados para bien y no están convencidos del todo de que esto pueda ser así, porque han visto muchos divorcios a su alrededor. Tengo un cuñado que es hijo de padres divorciados. Cuando él era muy joven, su padre los abandonó. Mis padres han estado casados ya por unos cincuenta años. Y él frecuenta a mi padre. Mi padre representa una curiosidad enorme para mi cuñado. Ustedes saben, algo como: ¿de dónde vino este hombre que puede estar casado con la misma mujer por cincuenta años? ¿Y cómo lo hizo? Y él puede ver cuán felices estamos todos con este hogar intacto y maravilloso, así es como lo llamamos ahora. Así que, les hago esta oferta a mis estudiantes, y algún día o bien seré una mujer muy pobre o seré reconocida como una profeta en mi propio tiempo. Les hago esta oferta: "Les daré mil dólares si se divorcian pese a seguir la fórmula que les doy". Realmente me gusta decirle a la gente qué hacer y esto es lo que les digo a ellos que hagan: "Primero que todo, me alegra que hayan escuchado mi charla. No es necesaria, pero ayuda. Éstas son las cuatro cosas que necesitan hacer si quieren casarse y no divorciarse jamás. En

primer lugar, no pueden tener sexo antes del matrimonio. Si ya lo tienen, paren. Y paren por lo menos un año y medio o dos años antes de casarse y empiecen a pensar lo que realmente es el sexo y por qué es una buena idea no tener sexo antes del matrimonio. En segundo lugar, cuando se casen, háganlo en una iglesia y vayan a la iglesia todos los domingos y recen allí. Cásense en una iglesia. Vayan a la iglesia. En tercer lugar, cuando se casen, usen la Planificación Familiar Natural y no la anticoncepción. Y en cuarto lugar, practiquen el diezmo, den el diez por ciento de su dinero a la iglesia o a una entidad de caridad". Les digo: "Si le entregan a Dios, el sexo, y el dinero en el lugar correcto, todo lo demás es sencillo". Bien, he seguido y seguido hablando como lo prometí y recién estoy en el segundo paso en el programa de doce pasos en nuestro grupo de apoyo para habladores sin parar. Lo que quisiera decirles, una vez más, es que nuestra cultura piensa que la anticoncepción es una de las más grandes cosas que tenemos. Es muy difícil escapar de esa perspectiva en la cultura en que vivimos. Pero cuando uno ve la realidad más profunda que la Iglesia ve, pueden empezar a ver por qué la Iglesia tiene una explicación para el caos que ha resultado de una sociedad anticonceptiva, caos que el resto del mundo no puede ver, y mucho menos entender las razones que lo causan. Les agradezco mucho y ahora me gustaría responder algunas de las preguntas que puedan tener. Gracias por ser tan pacientes. ¿Cómo ha recibido su mensaje el clero católico? El clero católico... ¿Cómo me recibe el clero católico? Esa es una pregunta mas bien triste. Ellos son mi grupo más difícil. He recibido tal vez de media docena a diez invitaciones para dirigirme al clero católico y a los diáconos y como mandato de su obispo. Bien, incluso en estas reuniones, muchos de los que se oponen verdaderamente a mí, ni asisten, entonces las empiezo con una audiencia bastante amable. Repito, las estadísticas sobre esto son difíciles de conseguir y son variables, pero algunos estudios muestran que sólo el 35% de los sacerdotes católicos apoyan la enseñanza de la Iglesia al respecto. Lo he visto como máximo en un 47% y espero que esté tan bajo como un 35% o aun menos. Podría ser cínica pero pienso que hay razones para su falta de apoyo. Razones por las que puede ser que no sean tan culpables como podemos juzgar que son. Antes de 1968, en los sesentas, como dije, el 66% de los católicos vivían según las enseñanzas de la Iglesia. Los sacerdotes que recibieron entrenamiento antes del Humanae Vitae no fueron entrenados para defender las enseñanzas de la Iglesia o explicarlas. Simplemente fueron instruidos para afirmarla y los católicos, en general, las aceptaron. Después de 1968, muy rápidamente los disidentes tomaron control sobre la mayoría de los seminarios y la mayoría de los sacerdotes que instruyeron después de 1968 fueron instruidos en que la Iglesia iba a cambiar su enseñanza algún día, y que los católicos de buena conciencia podrían disentir con la Iglesia si su conciencia les decía que esto era lo correcto. La pregunta de la conciencia es otra pregunta totalmente distinta. Quiero decir, cuántos católicos han consultado realmente con su conciencia sobre este asunto, pero dejémoslo ahí. Así pues, cuando les hablo a los sacerdotes, estoy hablando a una audiencia que ha estado, a lo largo de veinticinco años, haciendo realmente lo que les dijeron a ellos, decirle a la gente que la anticoncepción está bien si sus conciencias así se los dice. Y puedo sentir una resistencia verdadera por parte de los sacerdotes cuando empiezo, por decir lo mínimo. De hecho, generalmente, puedo identificar muy rápidamente a los sacerdotes que apoyan la enseñanza de la Iglesia,. Están marginados y realmente se sientan en el margen. Puedo verlos. A menudo observo que cerca de veinte minutos en mi charla, siento esta verdadera caída de ciertas defensas y esto podría ser enteramente subjetivo de mi parte, pero eso es lo que experimento. Siento que piensan: "Muy bien, hay algo aquí. Mejor escucho esto". Y después de otros cuarenta y cinco minutos en la charla, tengo esta sensación como: " ¡Guau! Lo que ella habla realmente está empezando a tener sentido. Tal vez debería ser más amable con esas parejas que usan la Planificación Familiar natural y darles más apoyo”. Y eso es lo más lejos que siento que puedo llegar. Me siento mucho más segura sobre el clero emergente, aquellos por

debajo de los cuarenta años. He encontrado que ellos son más propensos a apoyar la enseñanza de la Iglesia sobre este tema. En parte porque han visto las consecuencias de una cultura anticonceptiva. Muchos de estos jóvenes se han parado en la fila de manifestantes que protestan por el aborto y no tienes que pararte en esa línea por mucho tiempo para hacer la conexión entre la anticoncepción y el aborto y las otras cosas que devienen de esto. Y muchos de ellos están mucho más inclinados a pensar que este Papa tiene sabiduría y están dispuestos a apoyarlo pues él ha hecho realmente de la enseñanza de la Iglesia sobre la anticoncepción, una de las mayores partes de su pontificado. Entonces, pienso que hay esperanza en ambos casos. Los sacerdotes se han hecho sacerdotes porque quieren ofrendar sus vidas y servir a los demás. Son almas buenas. Si permiten la anticoncepción no es porque quieran conducir a la gente otra vez al Jardín del Edén, sino porque están haciendo realmente lo que por lo general les han enseñado, y pienso que le toca al laicado ayudarlos a ver lo que la anticoncepción les ha hecho a los matrimonios. Gracias por su pregunta. ¿Hay un impacto en la pérdida de la gracia de Dios para las parejas que practican la anticoncepción? Es una pregunta muy buena. Que si hay un impacto de la pérdida de la gracia de Dios en los matrimonios. Y pienso que el hecho, de que el 50% de los matrimonios terminan en divorcio, entre católicos así como en el resto de la población, sugiere que hay un impacto de la pérdida de la gracia en esto. Pienso que los que practican la anticoncepción, incluso estando seguros de que están haciendo lo correcto, no pueden sentirse tan entusiastas sobre su Iglesia como los que no lo practican. No pueden competir por ser miembros totalmente devotos de esta Iglesia. Muchos de ellos son muy activos en sus parroquias y aman a su Iglesia, pero tienen esta visión: "Mi Iglesia enseña algo que está equivocado". Y no pueden aceptarla por completo. No están confesando que practican la anticoncepción porque no piensan que están equivocados. No obtienen las gracias de sanación ni las gracias resultantes de la confesión. Las parejas que usan la Planificación Familiar Natural les dirán que la oración y los sacramentos son el centro de sus acciones. Necesitan de esa ayuda para ser fieles a lo que creen y así poder criar a los hijos que tienen. Pienso que siempre es difícil medir el impacto de la gracia de Dios porque es una realidad que no se ve. Está allí, pero para medirla… Pienso que la pérdida de la gracia se puede ver de lejos en lo que está sucediendo con los matrimonios. Repito, pienso que si a su alrededor tienen a parejas que usan la Planificación Familiar Natural, realmente sentirán la cercanía totalmente espectacular que ellos tienen, y el respeto propio, y la admiración mutua que pienso no es tan clara en las parejas que usan la anticoncepción. Pienso que la mayoría de los que usan la anticoncepción son los que llamaría subjetivamente inocentes. Ellos están haciendo algo que es objetivamente incorrecto, pero no es que se levanten por la mañana y digan: "Quiero ofender a Dios, quiero ser hostil con mi familia, y no quiero entregarme completamente a mi esposo(a)". No están diciendo eso, pero repito, su acto dice eso. Y pienso que ellos van a sufrir consecuencias dañinas por lo que hacen y se sorprenderán, de alguna manera, por las malas consecuencias. Déjenme contarles esta pequeña anécdota. Tengo un amigo que tiene siete hermanos, hermanas. Todos fueron criados en la fe católica y muy pocos de ellos son católicos practicantes ahora. Todos usan la anticoncepción excepto una pareja. La pareja que no usa la anticoncepción sino la Planificación Familiar Natural, tuvo cuatro hijos, todos planeados, etc. Las otras parejas, repito, no tienen hijos, todos practican la anticoncepción, tienen dos ingresos familiares, muchos ingresos para despilfarrar, mucho tiempo para romance y diversión. Y una noche los ocho estaban conversando abiertamente sobre sus vidas sexuales. Y todas las mujeres, las que usan la anticoncepción, se quejaban de que ellas sentían que estaban siendo usadas en el acto sexual. Sentían que el sexo era sólo una cosa más que se esperaba de ellas y se sentían usadas. Y los hombres se quejaban, se quejaban de que habían sido reducidos a individuos que ruegan por sexo, lo cual encontraban degradante. Además añadían que estaban enganchados sexualmente

con una mujer con la cual no se habían comprometido sólo para eso. Ella podía también sólo estar viendo la televisión. Y estaban conversando de todo esto y la pareja que usa la Planificación Familiar Natural, se miraba el uno al otro intrigados diciendo: "¿De qué están hablando? ¿No es el sexo interesante? ¿No es el sexo tan interesante como la televisión? ¿Rogar por sexo? No sé de qué están hablando. Nosotros estamos bien". Ahora, si miran a estas parejas: Las parejas que usan la anticoncepción, dos ingresos, gimnasios, ropa de diseñador; por otro lado, la pareja con los cuatro hijos, engordando, llenándose de canas, estresados financieramente, no duermen bien, etc. ¿Qué pareja está teniendo una vida sexual satisfactoria? Es sorprendente, pero es lo contrario a lo que uno esperaría. Y pienso que hay algo allí, en la Planificación Familiar Natural, que causa esta clase de proximidad y de amor entre una pareja que es realmente el corazón y el alma, lo cual hace que el sexo sea bueno para ellos. No es tener un cuerpo de diseñador y ropa de diseñador ni muchos ingresos disponibles. Eso no le comprará una buena vida sexual. Es realmente confiar y amar, tener ternura y conocer bien y comunicarse con el individuo con quien estás teniendo sexo. Y eso es de lo que se trata la Planificación Familiar Natural. Sería asombroso para las parejas que usan la anticoncepción pensar que la anticoncepción puede ser la fuente del problema en sus vidas sexuales. Pero hay una buena razón para pensar que tal vez, de hecho, eso es lo que está haciendo las cosas monótonas en su relación. ¿Piensa usted que se debería impartir clases de educación sexual? Definitivamente. El mensaje de abstinencia no basta. Éste parece ser sólo el consejo para reprimirse, en gran parte por sus consecuencias desagradables o por algunas de las enfermedades sexuales, lo cual, por supuesto no se debe menospreciar. Ciertamente existe el mortal SIDA pero también otros treinta y cinco problemas más en cuanto a enfermedades sexuales que se pueden transmitir y que son extremadamente dañinas. El gran aumento en los casos de infertilidad es más fácil de seguir que los de enfermedades transmitidas sexualmente. Las mujeres tienen sexo con más de un compañero, se contagian dejando cicatrices en sus trompas de Falopio, etc. Todo esto deberían saberlo los jóvenes. Definitivamente deberían saber todo esto. Pero enseñar sobre la castidad va mucho más allá de enseñarles a los jóvenes a abstenerse. La castidad realmente significa entender para qué son los poderes sexuales, y en cierto modo, para ordenar la vida de uno de tal manera que se reserven estos poderes para el tiempo apropiado. Esto es algo en lo que, pienso, la Planificación Familiar Natural, realmente ayuda. Como han notado, nuestra sociedad está totalmente saturada de estímulos sexuales. ¡Totalmente saturada! Es difícil pasar una hora de la mañana sin que algo atente contra tus sentidos. Manejas al trabajo y ves 3 letreros con personas vestidas con poca ropa. Prendes la TV y ves gente envuelta en algún tipo de actividad sexual. El otro día fui a Dillard’s, que es una tienda por departamentos, a comprar una cafetera. En cada pasillo había un cartel publicitando un perfume con la figura de un hombre y una mujer abrazándose apasionadamente. Y pienso: “Quiero comprar una cafetera, no quiero ver pornografía aquí. Me están agrediendo con esto. Dios no ha colgado estas cosas en los árboles. No era parte de Su diseño que sufriéramos estas agresiones a nuestros sentidos”. Conozco amigos que se levantan el domingo en la mañana y retiran todos los anuncios de lencería de su periódico porque hacen tanto mal como la revista Playboy. No hay razón para que sus hijos varones de quince años tengan que ser atacados por esto. Pero no lo puedes evitar. La música, etc. Piensen en el hombre que ha estado en la oficina todo el día. Ha sido asaltado con estimulaciones sexuales todo el día, cuando iba al trabajo, cuando prendía la TV, cuando la gente contaba chistes sucios, cuando miraba a mujeres con ropa ligera en su oficina, su imaginación comienza a rodar. Todo el día está fantaseando con alguna mujer. Llega a casa de noche listo para la acción. Y encuentra a una mujer en la cocina, ven, que está casi disponible y entonces tiene sexo con esa mujer. No hace el amor con esa mujer, sino que tiene sexo con ella. Está fantaseando con alguna otra mujer, no ha pensado en su esposa en todo el día. La Planificación

Familiar Natural pone un alto a este tipo de sexo impersonal. Cuando las parejas usan PFN tienen que abstenerse de siete a doce días al mes. No funcionará si uno llega a casa así. Uno tiene que empezar a dejar esas cosas afuera. Tienes que decir: “No quiero oír eso. No quiero ver esto. No quiero ver esta revista, no quiero ver esta película, porque me va a llenar de pensamientos que no voy a ser capaz de manejar y no es justo para mi esposa de ninguna manera. He empezado a valorar a esta compleja mujer con la que estoy y cuando hago el amor, quiero hacerlo con ella”. El Papa Juan Pablo II dice que la Planificación Familiar Natural trae consigo, lo que el llama, la virtud del autodominio que es lo mismo que la virtud de la castidad. Dice que en realidad hace que la gente sea mejores amantes pues están haciendo el amor con la persona que aman y no con alguna fantasía. En vez de satisfacer una necesidad sexual, las pueden controlar y actúan, repito, por un impulso amoroso y no uno sexual. La educación a la castidad debería ayudar a los jóvenes a aprender que ellos son asaltados virtualmente por su cultura. También necesitan aprender sobre el pecado original, que todos tenemos apetitos desordenados en casi todos los aspectos de nuestras vidas. Necesitamos comer más, dormir más, beber más y tener más sexo del que es bueno para nosotros en modos, con gente, etc. que no son buenos. Y esto es el resultado de nuestra perdida naturaleza. Podemos esperar esto y no nos debería sorprender ni molestar que estas cosas nos estén sucediendo. Es parte del curso de las cosas. Pero tenemos que aprender a reordenarnos. Y le digo a los jóvenes: “Sí, este desorden sexual te va a pasar a ti y mucho de él no es tu culpa. Es culpa de nuestra cultura. El otro problema es que eres un ser humano pero tienes que buscar la castidad y las recompensas son maravillosas”. Las parejas que he conocido que se han casado y que han sido castas antes del matrimonio tienen esta inocencia y euforia en el matrimonio, las cuales son totalmente envidiables. Hay una verdadera confianza entre ellos y un sentido real de que el sexo es limpio y no sucio. En el sexo premarital, la gente a menudo llega a pensar que el sexo es algo sucio, algo malo, algo que haces a escondidas. Mientras que las parejas que esperan a estar casadas, para ellas el sexo es bueno, limpio, puro, es algo que guardé para esta persona. Los jóvenes no saben lo que están perdiendo cuando permiten que la cultura los arrastre. Los adultos no les han enseñado bien a los jóvenes. Nos hemos hundido en algunos senderos de la vida y algunos han tenido finales fatales. Necesitamos advertirles: “No es bueno probar eso. No lo intentes, no vale la pena”. Enseñar la castidad es muy diferente a dar un mensaje simple de abstinencia. Nuestra cultura no sabe cómo enseñar la abstinencia porque cada momento del día funciona en contra de la castidad. ¿Cómo podemos evangelizar a los amigos y familia con esta información? Creo que contaré con ustedes para esto. Ustedes suenan muy capaces de hacerlo. Es muy difícil evangelizar, especialmente a los amigos y familiares de uno. Una buena manera de hacerlo es empezando a darles material como videos y documentos. “Escuchen esto, lean esto”, en vez de hablar. Decirles: “Después de que lean y/o visto esto, hablemos”. Pienso que ese es el primer paso. Es sólo eso, abrir la línea de comunicación. Muy poca gente ha reflexionado en los daños morales de la anticoncepción y se entiende, pues nada ha provocado en ellos esta reflexión. Pocos católicos han leído alguna vez alguna de las encíclicas, menos el Humanae Vitae. Somos la sociedad más letrada en la historia de la humanidad, pero leemos Newsweek, el Reporte del Consumidor y la revista “People”, pero nunca una encíclica de la Iglesia. Bueno, por ahí podemos empezar. Y el Consorcio Familiar (Familiaris Consortio) también es excelente. Todos ellos son fabulosos. Una vez que comienzan, empiezan a aprender cómo leerlos y entenderlos y son maravillosos. Entonces, yo empezaría con esto. Los jóvenes deberían empezar grupos de estudio. Reúnanse con sus amigos, cada quince días y lean juntos el Consorcio Familiar. Reúnanse y léanlo página por página juntos. No hagan que la gente lo lea con anterioridad aisladamente, reúnanse, lean dos páginas y discútanlas. Las parejas de casados deberían hacer lo mismo. Inviten a algunos de sus amigos a casa y díganles: “Leamos esto juntos”. Se sorprenderán gratamente de lo que surge de esas sesiones. Esto es sólo una pequeña

sugerencia, pero estoy segura que los seminaristas como ustedes harán la diferencia por nosotros. Muchas gracias a todos. La presentación de la profesora Janet Smith: Anticoncepción: ¿Por qué no?, fue registrada en mayo de 1994, en una reunión del Gremio de Médicos Católicos en la Universidad Pontificia Josephinum en la ciudad de Columbus, Ohio.