ANEXO ¡HONOR! AGO. 2012

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ANEXO FOTO: AFP ¡HONOR! Respaldo total de la Reserva Activa al Ministro de Defensa y a la cúpula militar Baltasar GarzónSu preocupante injerencia en asuntos internos del país y su vieja relación con el problema indigenista del Cauca.

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¡HONOR!; Perfil del sargento que lloró en Toribio; El sargento Rodrigo García; Respaldo total de la Reserva Activa al Ministro de Defensa y a la cúpula militar; Enérgico pronunciamiento de la Reserva Activa de las Fuerzas Militares

Transcript of ANEXO ¡HONOR! AGO. 2012

ANEXO

FOTO

: AFP

¡HONOR!

Respaldo total de la Reserva Activa al

Ministro de Defensa y a la cúpula militar

Baltasar Garzón…Su preocupante injerencia en asuntos internos del país y su vieja relación con el problema

indigenista del Cauca.

2 OPINIÓN

Sargento Rodrigo García

Perfil del sargento que lloró en Toribío‘Mono’, Así le dice con cariño su familia al sargento Rodri-go García Amaya, el militar que con lágrimas bajó humi-llado el martes del cerro Las Torres, en Toribío, presio-nado por la guardia indígena del Cauca.

El aguerrido comandan-te del Batallón de Montaña No. 8, de la Fuerza de Tarea Apolo, al que los colombianos vieron llorando por televisión -una imagen insólita en este país de ‘hombres de acero’-, es el consentido de una fa-milia de padres separados, tan unida que todos lloraron con él a la distancia.

García, soltero y sin hijos,

es el segundo de tres herma-nos. Los otros son Ernesto, que vive en Barcelona, y Pi-lar, una abogada de 28 años. Desde niño, este suboficial, nacido en Neiva hace 31 años, tuvo que ponerse a tra-bajar debido a que sus papás se divorciaron cuando tenía 8 años.

Con su madre, María del Carmen Amaya, de quien aprendió la templanza, dejó la cálida capital opita para internarse en la gris Bogotá, la jungla de asfalto donde enfrentó sus primeras bata-llas contra la pobreza, que -según él- “está en la mente”.

“Recuerdo que a los 13

años el ‘Mono’ se iba los do-mingos y festivos a trabajar a la plaza de mercado de Marruecos, en el sur de Bo-gotá, donde crecimos”, narra Pilar. Allí, con los primeros rayos del sol, el niño ayuda-ba a descargar camiones. También montaba las carpas donde se vendían los víveres y hacía mandados. “Por la tarde, volvía siempre sedien-to, con un bulto de comida al hombro y con unos cuantos pesos, que le entregaba a mi mamá”, agrega su hermana menor desde el juzgado bo-gotano en el que labora.

El primer comandante

que tuvo el sargento García fue su mamá, que no lo des-pertaba con la diana sino con un beso y un pocillo de agua de panela. “A mi prócer le tocó muy duro. Para ser bachiller, trabajó de día y estudió de noche hasta que se graduó, a los 17 años, en el colegio Los Molinos, del barrio donde vivíamos”, dice María del Carmen, que el 16 de julio cumplió 54 años.

Como tantas madres co-lombianas que levantan solas a sus hijos, María del Carmen fue ejemplo de disciplina y trabajo arduo. “Mi lema fue: ‘En una mano el pan y en la otra el rejo’, pero vea los re-

sultados. Me siento muy or-gullosa. Tengo un hombre que mostró tolerancia, con-trol y don de gente, lo que necesita este país”.

Como ella, Rodrigo García Borrero, de 63 años, lloró al ver por televisión la actitud de su hijo. “Es un verraco. Y no porque tenga un fusil al hombro y un uniforme, sino porque reaccionó con ente-reza y como buen militar, con su misión entre ceja y ceja: defender la patria”, dice este pensionado del magisterio, que prestó el servicio mili-tar en 1968 y que pide que su hijo sea ascendido cuanto antes.

El sargento Rodrigo García GENERAL ÁLVARO VALENCIA TOVAR Publicado en El Tiempo. 26 de julio de 2012

Si alguien personifica lo me-jor del Ejército de Colombia en el momento es este subo-ficial con su conducta ante el desbordamiento brutal de los indígenas del resguardo de Toribío hace un par de sema-nas. En el cerro Berlín, donde custodiaba unas antenas de comunicación, esenciales pa-ra el país y para sus Fuerzas Armadas, al mando de una escuadra de soldados, el sar-gento García, dando muestras de serenidad impresionante, estoicismo, dominio de sí mis-mo y respeto por la población civil -en este caso indígenas-, prefirió dejarse ofender, in-sultar y maltratar, que hacer uso de su arma en legítima defensa, suya y de sus hom-bres, que disciplinariamente siguieron su ejemplo y tam-bién recibieron vejámenes y ofensas de toda clase sin em-plear siquiera las culatas de sus fusiles para repeler la agresión despiadada.

Esta conducta de hom-bres instruidos y entrenados para luchar, combatir, reac-cionar en fracciones de se-gundo contra una embosca-da aleve, puede resumirse en una palabra: disciplina. Cabe imaginar lo que hubiese su-cedido si uno solo acciona su fusil al sentirse agredido y golpeado. La detonación en medio de la barahúnda se hu-biese contagiado al grupo en forma refleja. Y si el autor del disparo fuese el comandante de la fracción, habría reves-tido el carácter de una orden

de fuego. Al sargento García y a su don de mando se debe que una tragedia de fatales consecuencias se evitara. La ovación que el Congreso, puesto de pies, tributó al suboficial encarnó el home-naje que toda la nación co-lombiana rinde en silencio a un héroe nacional.

Conocí de cerca al sar-gento Rodrigo García como secretario-ayudante de la Di-visión simbólica José María Córdova, fundada por los ofi-

ciales de Infantería en retiro para perpetuar en la Reserva Activa los sentimientos y va-lores del Arma del sacrificio y de la gloria. Cuidadoso en su uniforme, cumplidor me-ticuloso de sus obligaciones, cortés y eficiente, ganó el aprecio de todos los infan-tes en retiro, que se expresó cuando fue llamado a curso de ascenso. Hombre de mérito excepcional, trabajó desde los 8 años para pagar sus estu-dios y ayudar a su mamá, que había quedado sola, hasta

lograr su admisión a la Es-cuela de Suboficiales. Ahora, solicitó volver al Cauca y al sitio donde fue maltratado, para ganar la buena voluntad de los indígenas.

La protesta del cabildo de Toribío deja como urgencia inmediata la complemen-tación de la Carta del 91 en lo que toca a las territoriali-dades étnicas, comenzando por definir la delimitación actual de los territorios in-dígenas, para protegerlas de la avidez de colonos invaso-

res y de las incursiones fe-roces de bandas criminales y seudorrevolucionarias. La precisión que en este or-den se requiere evitaría en gran parte desórdenes como los ocurridos recientemente. El Artículo 290 de la Cons-titución determina que la Nación “... realizará el exa-men periódico de los límites de las entidades territoria-les”. Cabe preguntar cuándo fue la última vez que se re-visaron tales delimitaciones, pues sin estas no es posible ejercer vigilancia sobre la propiedad de la tierra como tampoco para el ejercicio de las prerrogativas constitu-cionales de las etnias am-paradas, ni a tales etnias des-bordar la Carta como lo hicie-ron en el caso del personero de Bogotá, sindicado de ac-tos delictivos en el desem-peño de su cargo, y sus con-géneres caucanos rodearon con caciques armados de sus bastones de mando y algu-nos de garrotes la vivienda del personero reclamando derechos constitucionales para juzgarlo.

El segundo aspecto que urge precisar en la legis-lación es el alcance y las limitaciones que las pre-rrogativas étnicas conllevan, pues los indígenas reclaman con carácter absoluto lo que implicaría convertirse en repúblicas independien-tes dentro de una nación unitaria, contrariando es-píritu y letra de la Carta. FO

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3OPINIÓN

Respaldo total de la Reserva Activa al Ministro de Defensa y a la cúpula militarFrente a esta preocupante situación, el gobierno nacio-nal a través de ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón Bueno, ha dado a conocer con suficiente claridad, la verdadera dimensión del problema y todo lo que tiene que ver con el empleo de la Fuerza Pública en esta con-vulsionada zona del país.

En recientes intervencio-nes públicas, informó la de-cisión de ese despacho y del Comandante General de las FF.MM., de activar de inme-diato el Comando Conjunto del Sur-occidente del país, con participación de elemen-tos significativos del Ejér-cito, Armada, Fuerza Aérea y Policía Nacional, para que bajo la responsabilidad de un solo mando, se asuma el control y el mantenimiento del orden público en los de-partamentos del Valle, Cauca,

Nariño y Putumayo.Este Comando Conjunto

deberá trabajar en estre-cha coordinación con los integrantes de una mesa de diálogo creada por el Gobier-no Nacional para manejar todo lo concerniente a la pro-blemática política, económi-ca y social, que se ha venido registrando en esta zona del país, particularmente en el norte del departamento del Cauca.

La iniciación de este pro-ceso tiene que ver con la inter-vención del Ministro del Inte-rior, primer responsable del tema indigenista, quien tiene a su cargo la mesa de diálogo con las diferentes comuni-dades en busca de los acuer-dos necesarios para restable-cer el principio de autoridad y retornar a la normalidad.

En cuanto a la seguridad de la zona y a la interven-

ción de la Fuerza Pública, el Ministro de la Defensa iden-tificó con precisión el tipo de amenaza y la forma como será contrarrestada por las unidades destacadas en el sector.

Señaló el profesionalis-mo alcanzado por nuestras Fuerzas Armadas, su entre-namiento y capacidad sufi-ciente para derrotar la ame-naza que representa estas organizaciones terroristas. Indicó la gravedad de los da-ños causados a la población civil y la evidente intención de las Farc de proteger a toda costa los corredores del narcotráfico que vienen utili-zando para la exportación y comercialización de la droga.

Explicó también la nece-sidad de realizar grandes esfuerzos de inteligencia, mantener la iniciativa opera-cional, ejercer una ofensiva

permanente hacia las áreas base de los terroristas, incre-mentar la seguridad de las áreas críticas, y sobre todo, el monopolio exclusivo de la fuerza.

Habló también de la im-portancia de la moral de las tropas y de la urgente nece-sidad de establecer un mar-co jurídico apropiado para su protección legal en las distintas circunstancias del combate. Recalcó, en tal sen-tido, la urgente necesidad de recuperar y fortalecer en el menor tiempo posible el Fuero Militar.

A través de estas interven-ciones, ha sido enfático en afirmar que la Fuerza Pública y, en particular, las FF.MM., no tendrán vedado ningún sitio del territorio nacional y que bajo ninguna circunstancia se negociarán las pretensiones ilegales de las comunidades

indígenas manipuladas o in-filtradas por las organizacio-nes terroristas.

Consecuente con lo ante-rior, y una vez escuchado a nuestro Ministro en sus di-versas intervenciones, y de haber conocido las juiciosas directrices impartidas a la Fuerza Pública, debemos reconocer y respaldar su im-portante gestión en las dis-tintas tareas propias de su cargo.

Tenemos Ministro y una cúpula militar eficiente y, en estas circunstancias, re-afirmamos nuestro reciente pronunciamiento de apoyo y solidaridad que hicimos público el pasado 17 de julio del año en curso.

Brigadier General Jaime Ruiz Barrera Presidente Nacional de ACORE Bogotá, D.C., 24 de julio de 2012

Enérgico pronunciamiento de la Reserva Activa de las Fuerzas Militares

Las Reservas Activas de las Fuerzas Militares de Co-lombia, representadas en las distintas asociaciones que aquí aparecen, en nom-bre del cuerpo de Oficiales, Suboficiales y Soldados de la República, hacen pública su indignación y rechazan enér-gicamente la agresión física, humillante y sistemática de que han sido objeto algu-nos miembros de la Fuerza Pública destacados en el norte del departamento del Cauca.

Estas formas de agresión protagonizadas por parte de algunas etnias indígenas, claramente manipuladas por organizaciones terroristas de las Farc, han originado un franco rompimiento del orden jurídico, al declararse en franca rebeldía contra las autoridades legítimas de la nación, tipificándose de esta manera un manifiesto e into-lerable acto de desobedien-cia civil, que debe ser re-primido de inmediato.

Este ofensivo, desafiante e inaceptable proceder, con el agravante de utilizar mujeres y niños como escudo huma-no, no tiene aceptación ni an-tecedente alguno, que pueda ser comparado con hechos similares que hubieran suce-dido en el territorio nacional.

Si bien es cierto que la Constitución y las leyes de la República disponen que los territorios indígenas sean gobernados y reglamenta-dos, según usos y costum-bres de sus comunidades, la misma carta magna estable-

ce la obligación que tienen de preservar y mantener el orden público en sus áreas de responsabilidad, en con-cordancia con las instruc-ciones y disposiciones que en tal sentido, imparta el go-bierno nacional.

En ningún momento se excluye de la geografía pa-tria y del ejercicio de sobera-nía del Estado colombiano, los territorios ocupados por estas comunidades. La actitud de quienes par-ticipan en este tipo de hos-tilidades contra la Fuerza Pública, evidentemente transgrede lo dispuesto por la normatividad jurídica de la nación, y en consecuencia le corresponde al Gobierno

y a las autoridades judicia-les de la República, hacer cumplir las normas que ga-ranticen plenamente la inde-pendencia, la soberanía y la integridad nacionales.

Los vergonzosos y hu-millantes hechos conocidos a través de múltiples foto-grafías y videos presentados por los distintos medios de comunicación, constituyen pruebas suficientes para pro-ceder de inmediato contra los líderes y demás actores de esta grave perturbación del orden interno. Corresponde a la Fiscalía General de la Nación, iniciar de inmediato las acciones pertinentes que permitan sancionar penal-mente, a todos los respon-

sables de tan oprobiosos y repudiados acontecimientos.

Por otra parte, la presen-cia no autorizada y la inje-rencia indebida de ciudada-nos extranjeros en asuntos internos del país, actuando como activistas o agitadores dentro de estas comunidades indígenas, es totalmente ina-ceptable y corresponde a las autoridades competentes pro-ceder de conformidad para aplicar rigurosamente los pro-cedimientos establecidos por la ley, que sin lugar a dudas, no son otros que la de su expul-sión inmediata del territorio nacional como mínima san-ción. Entre estas personas, se encuentra el ciudadano espa-ñol Baltasar Garzón, su hijo

y varios miembros de ONG internacionales, que desde hace mucho tiempo, al igual que los grupos subversivos exis-tentes en el área, vienen incitando a los aborígenes a desafiar el ordenamiento ju-rídico vigente.

Finalmente, hacemos un llamado a los distintos sec-tores de la sociedad colom-biana, para que en estos momentos de preocupante alteración del orden público que se presenta en el sur del país, rodeen a su Fuerza Pública y a sus mandos natu-rales, en cabeza del Ministro de la Defensa Nacional, para puedan cumplir digna y ca-balmente la misión institucio-nal que les corresponde.

General Héctor Fabio Velasco ChávezPresidente Cuerpo de Generales y Almirantes en Retiro

Brigadier General Jaime Ruiz BarreraPresidente Nacional ACORE, Asociación Colombiana de Ofi-ciales en Retiro

Mayor General Rodolfo Torrado Quintero Presidente Confecore, Confederación Colombiana de las Reservas

Sargento Mayor Luis Enrique Villalobos Presidente Nacional Acolsure

Soldado Profesional Germán Hernández Cáceres Presidente Nacional Acosipar

Bogotá, D.C., 17 de julio de 2012

FOTO: AFP

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Baltasar Garzón…Su preocupante injerencia en asuntos internos del país y su vieja relación con el problema indigenista del Cauca.BRIGADIER GENERAL JAIME RUIZ BARRERAPresidente Nacional de ACORE

Definitivamente muchas de las cosas que ocurren en este país no tienen explicación ni justificación alguna. A principios de este año, el anterior ministro del Interior, Germán Vargas Lleras, ante los múltiples cuestiona-mientos que generó el anuncio de que el exjuez Baltasar Garzón, sepa-rado deshonrosamente de la carrera judicial y condenado por la justicia española, trabajaría para el gobierno de Colombia, se vio obligado a des-mentir públicamente esta preocu-pante noticia.

Sin embargo, distintos medios de comunicación en su momento, pudie-ron comprobar que efectivamente, y en coordinación con la Fiscalía Ge-neral de la Nación, sí estuvo investi-gando todo el proceso de desmovili-zación de las autodefensas adelanta-do por el pasado gobierno. Algunos días después, el mismo Ministro se vio obligado a aceptar que esto era cierto y que realmente había cumpli-do varias tareas en tal sentido, pero que sus honorarios, habían sido can-celados en su totalidad por la OEA, y no por el Gobierno Nacional. Con esta cínica y olímpica explicación, justificó su presencia en el país.

Ahora nuevamente, según anun-cio hecho por el propio Fiscal Gene-ral de la Nación, el exjuez que aún continua en condición sub judice, trabajará otra vez con esta misma institución, como asesor especial en materia de derechos humanos y en la aplicación de toda la normatividad jurídica relacionada con la Ley de víctimas, Restitución de tierras, Ley de justicia y paz, Justicia transicional y Marco jurídico para la paz.

Para completar y hacer más preocupante esta situación, el se-ñor Baltasar Garzón anunció a los medios de comunicación, que es-taría dispuesto a participar ‘como conciliador’, entre el Estado colom-biano y las comunidades indígenas del Cauca, ya que estas le habían hecho saber que deseaban que fuera su interlocutor, frente a los graves problemas que atraviesan. Poste-riormente, hizo efectivo su anuncio y, acompañado de otras personas, se hizo presente en el norte del Cauca para tomar contacto con las comuni-dades rebeldes en un supuesto plan de ‘pacificador’. Según versión del Ministerio de Defensa, este ciudada-no estaría actuando a motu proprio y sin autorización del Gobierno.

La inexplicable intervención de este exjuez en medio del conflicto desatado con las comunidades indí-genas, sin duda alguna surtirá graves efectos en los procesos de diálogo

que se han concertado con el Gobier-no, dada su reconocida condición de izquierda radical y activista interna-cional en materia indigenista. Hace unos años ya había sido participe y mediador en las distintas reclamacio-nes territoriales (unas justas y otras no), que siempre han formulado es-tas comunidades.

En 2001, a raíz de una invitación que le formuló María Emma Mejía, a quien conoció como embajadora en España, para dictar unas conferen-cias sobre la Corte Penal Internacio-nal, condicionó su visita al país a que se le diera la oportunidad de visitar algunas comunidades indígenas, es-pecialmente las del departamento del Cauca.

El compromiso se cumplió, y Baltasar Garzón permaneció en la región de Toribío y Piendamó por varias semanas, en contacto con las comunidades y con los goberna-dores indígenas. Es bien sabido que su influencia sobre estas comuni-dades es bastante grande y que dada su posición ideológica de izquierda radical, le ha permitido un gran en-tendimiento con los grupos armados de las Farc que operan en esta zona. Estas circunstancias hacen del exjuez persona no confiable para cualquier intervención a nombre del Estado, ya que su sesgada mediación sería muy desfavorable para la seguridad y fu-tura estabilidad de la región. Es tan notoria y preocupante la constante injerencia de esta persona en tales comunidades, que su hijo, en esa época un adolescente (año 2001), se quedó en la región caucana por varios meses. Tiempo después, volvió a visitar el país en repetidas ocasio-nes como integrante de unas ONG internacionales que trabajan con las comunidades indígenas, para lo cual siempre ha gozado de la plena acep-tación de las Farc.

Sobra advertir que en esta impor-tante región del país se registra desde hace mucho tiempo múltiples facto-res de desestabilización relacionados con tenencia de tierras, cultos religio-sos, minería ilegal, bandas criminales, narcotráfico, y sobre todo, presencia de organizaciones terroristas.

La asociación más poderosa de las comunidades indígenas del norte del Cauca, es el CRIC (Consejo Regional Indígena del Cauca). Creado en To-ribio en 1971, bajo los auspicios de la antigua ANUC (Asociación Na-cional de Usuarios Campesinos), en esa época, organización de fachada del PCC (Partido Comunista Colom-biano). Agrupa en este momento más de cien cabildos conformados por

una población aproximada de cien mil aborígenes. Desde su creación, el CRIC se ha dedicado principalmente a la tarea de reclamación de tierras, utilizando todo tipo de procedimien-tos (algunos legales y otros de carác-ter ilegal), como la intimidación a colonos y campesinos, los desalojos, las invasiones, etc. Legalmente ha lo-grado el reconocimiento de muchos privilegios que les permite a estas comunidades mantener por derecho propio algunos escaños en el Con-greso de la República y el control de reservas o resguardos territoriales. El hecho de permitirles la siembra legal de pequeñas parcelas de coca por razones ancestrales y culturales, ha dado origen a ciertas alianzas con las Farc para explotar y comerciali-zar clandestinamente el producto de estos cultivos. Esta podría ser una de las verdaderas causas por las cuales exigen la desmilitarización del norte del Cauca.

El CRIC, desde su aparición, siem-pre ha estado infiltrado por orga-nizaciones de la extrema izquierda. En un principio por el PCC y luego, y en distintas épocas, por el Eln, el M-19 y últimamente por las Farc. Para este tipo de organizaciones terroristas siempre ha existido la importancia de una salida al mar para satisfacer sus principales necesidades logísti-cas. Para el caso de las Farc, la pér-dida de valiosísimas zonas bajo su control como eran Urabá y Chocó, esta zona del Cauca se ha converti-do en su principal baluarte y corre-dor estratégico que no abandonara fácilmente.

Hay que entender que las Farc en este momento no han logrado el con-trol territorial de la zona, tal como se pretende afirmar, pero sin lugar a dudas, si tienen el control político suficiente a través del CRI y de la mayoría de las comunidades que lo conforman. La humillante situación que ha tenido que sufrir la Fuerza Pública al tener que permitir el des-alojo de sus propias instalaciones, ofensas verbales y otras de distinto tipo, junto con continuas manifesta-ciones de desobediencia civil, hacen cada vez mucho mas crítica la situa-ción. La gran preocupación de las tropas y de sus comandantes, radica principalmente en que de llegarse el caso de tener que repeler un ataque terrorista, es muy posible que la muerte accidental de uno o más in-dígenas en estas circunstancias se podría convertir en razón suficiente para condenar y encarcelar sin for-mula de juicio a estos defensores de la legalidad.

Carta abierta de los soldados profesionales de las Fuerzas

Militares

Respetados compatriotas:Las lágrimas emanadas por el sol-dado atropellado por la guardia indígena en Cauca, son también las lágrimas de la patria humillada vilipendiada e impotente ante las arremetidas del terror que se ocul-ta a la sombra de los raizales que tradicionalmente han habitado los departamentos del sur del país. Es también el símbolo de la ab-negación, del honor, el valor, fren-te una guerra de cuartel jurídico y político de que han sido víctimas miembros de la Fuerza Pública por el accionar de organizaciones internacionales supuestamente de derechos humanos alineadas por la insurgencia de izquierda que operan en nuestro país.

Nuestro pronunciamiento es un llamado a la unidad y a la inte-gración de los soldados regulares, bachilleres, campesinos, volunta-rios, grumetes e infantes de mari-na, pensionados por discapacidad psicofísica afectados por el con-flicto armado, a los soldados con asignación de retiro por 20 años de servicio en las fuerzas militares y a todos los reservistas en gene-ral, para unirnos en calidad de ciu-dadanos identificados con un alto sentido patriótico, para conformar una fuerza de cohesión social, para el apoyo y fortalecimiento institu-cional de las diferentes entidades y organizaciones que representan a la Reserva Activa de la Fuerza Pública; para continuar sirviendo y dando lo mejor a Colombia, coope-rar, coadyuvar significativamente en lo que sea posible a nuestras Fuerzas Militares integradas por oficiales, suboficiales, soldados y la Policía Nacional, que hoy en-frentan el más terrible flagelo del terror y los vejámenes inhumanos que utilizan los violentos enemi-gos de la paz y de la tranquilidad de los colombianos, es también la oportunidad de brindar un apoyo digno, moral, social e institucio-nal a lo que concierne en la justa causa y reclamaciones que en diferentes escenarios han venido ejerciendo ante las dilaciones del Gobierno Nacional, las diferentes organizaciones de la Reserva Ac-tiva de la Fuerza Pública que nos representan como, ACORE, Cuerpo de Generales y Almirantes, Asope-col, Acocipar, Acorpol, Interlanza, Asusalud M.P., Analvet, Aprobisor, Acolsure, Asoproclub, Cooleguisa-mo, Coomilitar y Underponal.

José Iván Ochoa SLV. Afectado por el conflicto armadoSecretario General de Asopecol

OPINIÓN