Amor de Mujer Para La Paz Mundial

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 AMOR DE MUJER PARA LA PAZ MUNDIAL Por Psic. Nibia Pizzo Sebastiani Presidenta del Capítulo Uruguay de Global Peace Women mor, se define como: “Un sentimiento que mueve a desear que la realidad a mada, alcance lo que se juzga su bien y a gozar como bien  propio el hecho de saberlo cumplido”(Diccionario. Real Academia Española). Unir esta palabra a la preposición de, indicaría el objeto a que se refiere como objeto amado, o a la persona que lo siente. En este caso el amor de mujer, nos dispone a pensar en la exclusividad de género, dentro de los aspectos que le son  propios de una condi ción antes que nada humana y por lo tanto no diferenciables del resto de su especie, pero que desde la realidad psicológica y social fe menina nos ha demostrado su veracidad. El amor de mujer define a los ro les tales como; hija, hermana, esposa, madre, ciudadana, los cuales t ienen formas de expresión que le son  propios de una ubicaci ón única e intransferible y por tal motivo puede ser calificada de  privilegiada para realizar los cambios que son necesarios para contextuar la paz mundial. Una mirada desde la psicología, más concretamente desde la corriente psicoanalítica, revela la importancia del amor y de los cuidados de madre para el desarrollo de los sentimientos de amor y gratitud en el niño. La teoría llamada Kleniana (Ref: Mélanie Klein) nos propone que: “el poder del amor, que es la manifestación de las fuerzas tendientes a preservar la vida, está presente en el niño, así como los impulsos A  “…En la familia se ama como Dios ama, es un amor que todo lo comparte. En la familia se experimenta la alegría de amar y amarse el uno al otro, el fruto del amor es el servicio, y el fruto del servicio es la paz…” (Madre Teresa de Calculta  

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AMOR DE MUJER PARA LA PAZ MUNDIAL

Por Psic. Nibia Pizzo Sebastiani

Presidenta del Capítulo Uruguay de Global Peace Women

mor, se define como: “Un sentimiento que

mueve a desear que la realidad amada, alcance

lo que se juzga su bien y a gozar como bien

 propio el hecho de saberlo cumplido”(Diccionario. Real

Academia Española). Unir esta palabra a la preposición

de, indicaría el objeto a que se refiere como objeto

amado, o a la persona que lo siente.

En este caso el amor de mujer, nos dispone a pensar en la

exclusividad de género, dentro de los aspectos que le son

 propios de una condición antes que nada humana y por

lo tanto no diferenciables del resto de su especie, pero

que desde la realidad psicológica y social femenina nos

ha demostrado su veracidad.

El amor de mujer define a los roles tales como; hija,

hermana, esposa, madre, ciudadana, los cuales tienen formas de expresión que le son

 propios de una ubicación única e intransferible y por tal motivo puede ser calificada de

 privilegiada para realizar los cambios que son necesarios para contextuar la paz

mundial.

Una mirada desde la psicología, más concretamente desde la corriente psicoanalítica,

revela la importancia del amor y de los cuidados de madre para el desarrollo de los

sentimientos de amor y gratitud en el niño. La teoría llamada Kleniana (Ref: Mélanie

Klein) nos propone que: “el poder del amor, que es la manifestación de las fuerzas

tendientes a preservar la vida, está presente en el niño, así como los impulsos

A

 

“…En la familia se

ama como Dios ama,

es un amor que todo

lo comparte. En la

familia se

experimenta la

alegría de amar y

amarse el uno al

otro, el fruto del

amor es el servicio, y

el fruto del servicio

es la paz…” 

(Madre Teresa de

Calculta

 

 

destructivos, y encuentran su primera expresión

fundamental en el vinculo con el pecho de la

madre, que al evolucionar se transforma en amor

 por ella como persona”. (M.Klein.”Amor Culpa

y Reparación”1937) 

En consecuencia ante estos mismos principios,

es entonces crucial velar por una posición de

mujer en el que están apostadas las capacidades

del hombre (como especie), de aceptar o recibir

de los otros amor y bondad y de brindárselos y

en retribución de recibir más aún.

Un contexto facilitador de esta relación madre-

hijo estaría colocando a esta mujer en la posición

de esposa en el que se vea acompañada o

contenida por un esposo y constituyendo un lazo

familiar que contemple las necesidades naturales

de este vinculo madre-hijo y lo ampare diligentemente.

Aunar estos criterios empíricos y científicos con concepciones religiosas que los

 promulgan no sería demasiado dificultoso ya que ambas subrayan la importancia de la

familia en el desarrollo de las potencialidades pacifistas del ser humano, así las

manifestaciones en el discurso católico, como las frases enunciadas por la Madre Teresa

de Calcuta nos plantea a la familia como principal vehículo de paz: “…En la familia se

ama como Dios ama, es un amor que todo lo comparte. En la familia se experimenta la

alegría de amar y amarse el uno al otro, el fruto del amor es el servicio, y el fruto del

servicio es la paz…” 

 Notoria es la importancia de este amor de mujer, presente como un elemento sustancial

en las instituciones formativas, educativas y estructurantes de la humanidad. No se

 puede pensar a un individuo privado de este sentimiento, no se puede pensar a la paz sin

la presencia determinante de la mujer, en los distintos ámbitos de decisión ,

 planificación y concreción de un atributo que sólo adjudicamos a Dios, pero que está

 presente en cada una de nuestras palabras y acciones, pues es un legado de su amor por

el hombre la presencia de la mujer en la tierra, para actuar en consecuencia, transgresora

desde la palabra bíblica, pero, también condenada a padecer los dolores que hacen sentir

al hombre (nuevo humano) como algo muy propio para cuidar y amar.

La mujer entonces reúne algunas cualidades que la hacen portadora de un ejemplo de

valores como:

- La compasión y la piedad o el amor por el enemigo, que nos representan los consuelos

que da a sus hijos aun en las discrepancias;

No se puede pensar

a un individuo

privado de este

sentimiento, no se

puede pensar a la

paz sin la presencia

determinante de la

mujer, en los

distintos ámbitos de

decisión

 

- La abnegación, que es la esencia de un amor verdadero, cuyo propósito es el sacrificio

 por el bien del otro (léase sus hijos).

- La cooperación altruista, que inspira a sus hijos a hacerse responsables de sus

acciones, y de los caminos de crecimiento personal por los que opten para afrontar las

inevitables consecuencias, en un intercambio o asociacionismo próspero para su bien,

 pero también para el de su núcleo familiar y contexto social.

A través de este amor de mujer, se evoca el dolor que como una madre siente la

humanidad toda, al perder a sus hijos en la adversidad y en la guerra y es por ello que un

llamado a renovar los fueros de paz, es un llamado a este gran amor.