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    92

    1

    Cmo ensear a leer

    (comp.),

    Advances in applied psycholinguistics,

    Nueva York, Cambrid e Universi

    Press, vol. 2, 1987a, pags. 1-69. g

    ty

    Vellu.tino,

    ~ R

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    ., , Merrill-Palmer Quar

    terly, 33,

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    Vellutino, F R.; Scanlon, D. M.; Sipay,

    E.

    R. Small S G Pratt A . Chen R D kl

    M B e .

    .

    ,

    .

    , .

    y

    ene a

    .,

    ogmt1ve profiles of difficult-to-remediate and readily remetiated

    der E

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    d i s t ~ g u i s h i n g

    between cognitive and experien-

    ual deflctts as a basJ,c cause of specif1c readmg

    disability>>

    ,

    ]ournal o/ Educational Ps

    _

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    Vellutin?,

    F . ~ ~

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    Y

    Tanzman, M.

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    Wolf, M.,

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    e m ~ r g e n t ~ s que manifiesta el nio para leer y escribir, estudiadas muy a fondo por

    los mvestlgado,res centrados en esta rea que estn interesados en los aos prees

    colares. El

    ~ a p i t u l o

    concluye repasando

    el

    desarrollo de una capacidad que pare

    c ~ _ s e r muy I m p o r t a n t ~ c o ~ respecto

    al

    desarrollo de la naciente competencia del

    nmo para leer: la conciencia de que las palabras

    se

    componen de sonidos relacio-

    nados entre s es decir, la conciencia fonmica) .

    Una relacin de apego seguro como contexto para el desarrollo

    de la alfabetizacin

    Cu_ndo las i n t e ~ a c c i o n e s entre padres e hijos funcionan bien, los bebs crean

    unos vmc_ulos emocionales muy fuertes con sus progenitores. Estos bebs son ca-

    p_ces de mteractuar en gran medida con sus cuidadores principales, que se con

    VIerten,

    por

    tanto, en las principales figuras de apego. Una vez

    se

    ha establecido

    el

    apeg?, un beb har

    to o

    lo que pueda para mantenerse cerca de sus padres, lo

    cualmcluye gatear hacia ellos, llorar cuando los pierde de vista

    0

    aferrarse con

    fuerza a ellos cuando lo tienen en brazos.

    John

    Bowlby 1969) present una teora

    m u ~

    compl_ta_ ~ n t o

    s o b r ~ el

    proceso de esa relacin afectiva como sobre los me

    c a n ~ s _ : n o s

    ~ w l o g i c o s

    y sociales a los que sta se debe. El

    cutso

    evolutivo del vncu

    lo

    n m o _ - ~ ~ I d a d o ~

    ha sido estudiado intensivamente en el cuarto de siglo ulterior a

    la apancion del libro de Bowlby, contando su perspectiva con un importante apo

    yo

    de las investigaciones Sroufe, 1996) .

    Quiz_s el descu?rimiento ms importante en la literatura del apego, sea que

    u ~ t o mas responsivo se muestre el adulto o, mejor dicho, cuanto ms presente

    este para ayudar

    al

    beb cuando ste lo necesita, ms firme ser el vnculo emer

    gente entre ni Yadulto. u a n d ~ los investigadores midieron la sensibilidad pa

    ternal en lo s prim:ros m ~ s e s de vida de

    un

    beb, y la seguridad del apego a fina

    les su pnmer ano de vida, descubrieron que ambas cosas estn tremendamen te

    relaciOnadas Sroufe, 1996, cap. 10). Esto

    es

    importante con respecto a otras

    fa-

    cetas desarrollo , porque cuanto ms seguro sea el apego, ms eficiente ser el

    { progenitor para ayudar al nio a explorar el mundo Ainsworth, 1967; Schaffer y

    Emerson, 1964).

    La seguridad del apego

    y l

    desarrollo poster ior

    Bowlby 1969) afirmaba que un apego seguro era el precursor de una salud

    mental c o r r e ~ t a , que os nios ~ ? o una mejor relacin emocional con sus padres

    son los que ~ I e n e n mas probabilidad de estar bien adaptados y ser sociables una

    v e ~ han

    ~ r e c t d o

    Una las posibles interpretaciones de un apego seguro durante

    m f a n ~ I a

    es

    que

    r e f l ~ a

    el desarrollo de una confianza bsica, mientras que un

    v m c ~ o

    m e ~ t a b l e

    ~ e f l e a la desconfianza Erikson, 1968). La confianza bsica de

    un nmo esta relacionada con la seguridad y confianza en los dems

    al

    interactuar

    El desarrollo de la alfabetizacin 1 parte 1

    9

    con ellos, algo que afecta a la calidad de las interacciones que tenga el nio. Si la

    interaccin social juega algn papel en el desarrollo cognitivo, algo que personal

    mente creo, entonces el nio que disfrute de un apego seguro

    se

    beneficiar a ni

    vel cognitivo.

    En este aspecto,

    un

    factor especialmente relevante es la correlacin entre el

    apego seguro durant e la infancia y las consiguientes interacciones cognitivas con

    los padres .

    Por

    ejemplo, en

    un

    estudio bien conocido, Matas, Arend y Sroufe

    1978) demostraron que el apego seguro durante la infancia predeca la calidad

    del proceso de resolucin de problemas que realizaban nios de dos aos y sus

    madres, trabajando juntos. Los nios, interactuando con sus madres, eran capaces

    de imaginar cmo se poda sacar un juguete que estaba dentro de

    un

    tubo con

    ayuda de dos palitos. Tambin saban cmo colocar un contrapeso en uno de los

    extremos de un balancn para que la golosina que estaba al otro extremo subiera

    y pasara por un agujero practicado en la caja de plstico transparente donde esta-

    ba encerrada. Cmo

    es

    posible algo as? Las madres de los nios y nias de dos

    aos que haban establecido un apego seguro les ofrecan una ayuda ms eficaz /

    cuando los nios tenan que resolver un problema. La resolucin de problemas

    era ms fcil para los nios con apego seguro, comparados con aquellos otros con

    un apego ms inseguro, que solan rechazar con ms frecuencia los consejos de s-

    tas, y que incluso se mostraban agresivos cuando se les ofrecan sugerencias. Otros

    investigadores han reafirmado estos resultados Frankel y Bates, 1990).

    Por lo general, cuando existe un apego seguro, las instrucciones y respaldo de

    los padres suelen alcanzar un nivel correcto, ni excesivo ni deficiente Fagot y

    Ka-

    vanaugh, 1993

    ).

    Es decir, que en las dadas adulto-nio emocionalmente seguras,

    los padres ofrecen la ayuda que sea necesaria pero dejan de hacerlo, permiti-endo

    que el nio acte solo, cuando eso sea posible Borkowski y Dukewich, 1996;

    Moss, 1992) .

    l apego seguro y las primeras experiencias

    con l alfabetizacin

    La seguridad del apego est relacionada con la calidad de las experiencias de

    alf:abetizacin entr e madre e hijo/ a durante los aos preescolares. Los investigado

    res holandeses Adriana Bus y Marinus van I]zendoorn 1988) observaron a un gru

    po de nios de ao ymedio, tres aos y medio y cinco aos y medio mientras stos,

    junto con sus madres , vean Barrio Ssamo, lean juntos un libro con dibujos , y

    estudiaban un libro donde apareca el alfabeto; estos tres contextos son prototipos

    de las primeras experiencias de lectura y escritura. Los investigadores tambin

    eva-

    luaron

    el

    apego segn

    el

    patrn habitual, contemplando las interacciones de los ni

    os cuando se reunan con sus madres al cabo de una breve ausencia de stas

    Main, Kaplan y Cassidy, 1985

    ),

    y comprobaron que los nios con un apego ms

    seguro estaban ms contentos cuando sus madres regresaban que los otros.

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    1

    Cmo ensear a leer

    De

    forma coherente, las interacciones que tienen lugar durante las primeras

    actividades alfabetizadoras fueron ms positivas en el caso de los nios que dis

    frutaban de

    un

    apego seguro que en los dems. Los nios con un apego seguro po

    nan ms atencin y se distraan con menor frecuencia durante las primeras inte

    racciones alfabetizado ras. Hay otro elemento ms destacable respecto al desarrollo

    de una alfabetizacin emergente, y es que las parejas padre/m adre-hijo /a con una

    buena relacin afectiva prestaban ms atencin, durante sus interacciones, a la

    lectura y a las habilidades relacionadas con la lectura. Las madres de los nios con

    apego seguro les exigan ms, y los nios satisfacan esas expectativas .

    Bus y Van I]zendoorn (1995) estudiaron a un grupo de nios y nias de tres

    aos, que manifestaban cierta diversidad en

    la

    seguridad del apego con sus ma

    dres.

    Un

    descubrimiento importante fue que la frecuencia de lectura que las

    madres dijeron tene r con sus hijos estaba relacionada con la seguridad del apego,

    dado que los nios y nias con

    un

    apego seguro con sus madres lean ms juntos

    que las dadas madre-hijo con un apego menos seguro. Dur ante el estudio, los in

    vestigadores observaron a nios y madres mientras se dedicaban a la lectura de

    cuentos. Exista menor relacin

    mtua

    durante la lectura en el caso de las da

    das inseguras. Cuanto mayor era la inseguridad , ms tendan los nios a dis

    traerse, y ms se alejaban sus comentarios del cuento que estaban leyendo.

    Cuanto menos seguro era el vnculo, ms pareca costarles a los nios captar el

    mensaje del texto.

    n resumen, la seguridad del apego predice interacciones saludables cuando

    padres e hijos

    se

    enfrentan juntos a desafos intelectuales, lo cual incluye leer jun

    tos. Sin embargo, algunos nios corren

    un

    riesgo bastante mayor que otros de

    no

    desarrollar una relacin segura con sus padres durante la infancia, debido,

    por

    ejemplo, a sus temperamentos difciles (Chess y Thomas, 1987; Thomas y Chess,

    1977). Incluso en tales casos, la intervencin puede aumentar la probabili dad de

    un apego seguro, e inter_aq;_ones roductivas desde elpun... Q.4e vista cognitivo. Se

    pue>. Lo hice, y despus de h a c e ~ l o la i m p ~ e s o r a funcwno b_ien. A

    medida que iba pensando en lo que haba sucedido, me di cuenta de

    ~ ~ e .

    mis pen

    samientos y mi lenguaje interior estaban tan relacionados que era dificil separar

    uno de ot ro del mismo modo que haba afirmado Vygotsky {1962).

    Un estudio tremendamen te importante en la psicologa sovitica se ha

    c e n t r ~ -

    do en el momento en que las personas subvocalizan (es decir, utilizan

    e l l e n g ~ a e

    interno como intermediario de sus actos), y cundo no lo hacen. La subvocaliza

    cin tiene lugar cuando las personas se dedican a

    r e s o l v ~ r

    problemas que les

    sultan difciles (Sokolov, 1975).

    Por

    ejemplo, Sokolov aflrmab,a que la

    s : ~ v o c a h -

    zacin tiene lugar durante la lectura, y que su intensidad ~ ~ n a en func10n de la

    dificultad que presente el texto que se lea, as como en

    r e l a c 1 0 ~

    a la tarea que se le

    exija al lector (por ejemplo, si se le pide que_ i n t ~ ? t e memonzar lo que lee, au

    mentar el grado de intensidad de

    la

    subvocalizacwn).

    El desarrollo de lenguaje interno

    Una de las contribuciones importantes de Vygotsky fue una teora

    o b r ~

    cmo

    se

    desarrolla el lenguaje interno durante

    la

    infancia. Durante los

    d o ~ ~ r 1 m e r o s

    aos de vida, el pensamiento no

    es

    verbal. El lenguaje juega

    un

    papellm_utado en

    el pensamiento, durante los primeros estadios del d e s a r ~ o l l o dellen?uae (es de

    cir hasta los dos aos de edad). E ntonces, los nios empiezan a manifestar lo q :e

    los psiclogos del desarrollo han dado en llamar lenguaje egocntrico dectr,

    que cuando los preescolares hacen algo, a menudo conversan con ellos

    ~ i s m o s

    so

    bre lo que estn haciendo. Vygotsky se dio cuenta de que la emergencia del len

    guaje egocntrico supona un importante progreso intelectual, porque este lengua

    je

    influye

    en

    lo que el nio piensa y en cmo acta. Cuntas veces el padre de

    un/a preescolar tiene que or el comentario Me voy a jugar con X , antes de que

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    el nio o la nia vayan a jugar con X? Y cuntas veces tienen que or: Voy a ver

    a X antes de que el nio lo haga? A menudo el preescolar hace estos comentarios

    mientras intenta decidir qu quiere hacer .

    Vygostky realiz estudios con preescolares, en los que a aqullos

    se

    les encar

    gaban tareas que, debido a algn obstculo, no podan llevar a cabo del todo (por

    ejemplo, cuando les faltaba

    un

    lpiz de colores,

    un

    papel o alguna pintura que les

    haca falta). Cuando se encontraban con estas dificultades, el grado de lenguaje

    egocntrico de los nios era muy superior al que se daba cuando

    no

    deban en

    frentarse a tales dificultades.

    Con el paso del tiempo,

    el

    lenguaje egocntrico evidente se convierte en un

    proceso interno y abreviado. Siempre puede volver a surgir al exterior si el nio

    encuentra algn problema. Recordemos el captulo

    2,

    donde veamos que cuando

    los buenos lectores se encuentran con palabras muy familiares para ellos, la lectu

    de esas palabras

    es

    automtica, sin que

    se

    vean implicados procesos de lengua

    Je; estos procesos conllevan deletrear la palabra slo cuando entran en juego tr

    minos difciles. Esto es coherente con el principio general que propugnan los

    tericos soviticos, como Vygostky, de que el lenguaje es una parte importante del

    pensamiento, en especial del pensamiento enfrentado a desafos.

    Los investigadores contemporneos sobre la alfabetizacin estn est udiando

    activamente cmo usa el nio el lenguaje durante el pensamiento.

    Por

    ejemplo,

    la investigadora sobre la alfabetizacin de la Purdue University, Beverly Cox

    (1994) observ un lenguaje autorregulado que estaba presente en los preesco

    lares, a medida que intentaban ela borar y dictar

    un

    cuento corto a un adulto, que_

    lo iba escribiendo. A medida que los nios pensaban en lo que podran aadir

    a

    la

    historia, Cox les escuchaba decir cosas como: Entonces

    ..

    Qu hice, en

    tonces?, Piensa en lo que vas a decir antes de decirlo y Eso

    es ..

    . Creo que

    eso est bien. Estas observaciones son coherentes con las de Vygotsky y otros

    psiclogos del desarrollo (como Kohlberg, Yaeger y Hjertholm, 1968), que de

    can que los preescolares utilizan

    el

    lenguaje audible para

    poder

    organizar sus

    pensamientos.

    l desarrollo del pensamiento en las interacciones sociales

    La importancia del pensamiento de Vygotsky con respecto al desarrollo ha

    alcanzado unas cotas altsimas durante los ltimos veinte aos , sobre todo debi

    do a la traduccin de una

    obra

    que propona una explicacin sobre los progresos

    en el pensamiento que slo

    se

    haban descrito en su ltima obra traducida

    (1962). n ind in Societ

    y,

    Vygotsky (1968) defenda que la interaccin con los

    dems constituye un motor fundamental del desarrollo de las habilidades inte

    lectuales de los nios.

    El

    desarrollo de la alfabetizacin 1 parte

    .1

    99

    El desarrollo de habilidades de resolucin de problemas

    Los adultos a menudo ayudan a los nios con los problemas que stos se van

    encontrando. Es posible que un nio no pueda solventar muchos problemas

    si

    no

    le ayuda alguien, pero con la ayuda de sus padres seguro que hace rpidos pro

    gresos. Lo que sucede en estas interacciones es un proceso de pensamiento, un

    pensamiento que involucra a dos mentes. Cuando el nio ha participado en estas

    interacciones durante aos, aprende a interiorizar el proceso. Es decir, que los

    procesos de pensamiento que una vez fueron interpersonales se convierten en in

    trapersonales . La cita de Vygostky que ms veces se ha impreso condensa esta

    progresin ?el desarrollo:

    Cualquiera de las funciones del desarrollo cultural del nio aparece dos veces, en

    dos planos. Primero, en

    el

    plano social, y luego en

    el

    psicolgico . Primero, aparece

    entre las personas como una categora interpsicolgica, y luego en el nio, como ca

    tegora intrapsicolgica. Esto tambin es cierto respecto a la atencin voluntaria, la

    memoria lgica, la formacin de conceptos y el desarrollo de la voluntad . . Las rela

    ciones sociales o las relaciones entre personas subyacen genticamente en todas las

    funciones ms elevadas y en sus relaciones .. Dentro de la esfera privada, los seres

    humanos retienen las funciones de las interacciones sociales (1978, pgs. 163-164).

    Segn el

    punto

    de vista de Vygotsky, el desarrollo cognitivo sigue adelante de

    una forma segura y plena

    si

    el nio vive en

    un

    entorno que le facilita ayuda cuan

    do la necesita y puede beneficiarse de ella. Sin embargo, este entorno que le ayu

    da no se inmiscuye en su vida, sino que ms bien le ofrece ayuda cuando la nece

    sita. Cuando los nios de dos o tres aos aprenden a resolver problemas solos, los

    adultos que reaccionen sensiblemente frente a ellos les dejan hacerlo. Cualquier

    padre o madre de un nio en edad preescolar conoce de sobras la frase Y o pue

    do solo , y cuando

    es

    cierto que puede,

    el

    padre respeta esa afirmacin. Por su-

    puesto, existen otras tareas que los nios y nias de dos o tres aos no pueden de

    sempear, por mucha ayuda que les proporcionemos. Un entorno social sensible

    ni siquiera intenta animar al nio o nia para que realice semejantes tareas, sino

    que, en realidad, procura que el nio no haga nada que caiga fuera del mbito de

    sus competencias, como cuando, por ejemplo, el nio se sienta en el asiento del

    conductor y le pide a su padre que le ensee a conducir, y el padre reacciona le

    vantndolo fsicamente del asiento. (Pensemos de nuevo en la investigacin sobre

    los vnculos afectivos que vimos antes , donde la seguridad del apego se centraba

    en que el adulto ofreciera su ayuda cuando el nio la necesitaba .)

    Entre estos dos extremos, las tareas que los nios pueden realizar de forma

    autnoma y las que no, tienen lugar unas interacciones del desarrollo que son cr

    ticas. Es decir, que las interacciones que fomentan el desarrollo tienen que ver

    probablemente con tareas que el nio slo puede hacer

    si

    recibe ayuda de un

    adt.Uto. El mundo social sensible que le rodea le ofrece ayuda para hacer aquellas

    cosas que caen dentro de la zona de desarrollo prxi' o de) nio, segn la teora de

  • 7/26/2019 Alfabetizacin-parte 1_Michael Pressley

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    100

    1

    Cmo ensear a leer

    Vygotsky.

    e

    hecho, esta zona se define como las conductas que van ms all

    de las posibilidades que tiene el nio de funcionar autnomamente pero que

    puede poner en prctica si se le ayuda. Los nios aprenden a hacer bien cosas

    que caen dentro de su zona mediante

    la

    interaccin con otras personas ms com

    petentes y sensibles a su voluntad, que les Rroporcionan pistas sobre cmo hacer

    las cosas y animan al nio, pero slo cuando ste lo necesita.

    e

    esta forma,

    el

    adulto sensible dirigir la atencindclnio hacia las dimen

    siones importantes de un problema , si parece que el nio no es capaz de apreciar

    las solo/a. A veces

    el

    adulto le sugiere

    al

    nio una estrategia. Cuando realiza una

    tarea contando con este apoyo,

    al

    final el nio

    es

    capaz de hacerla sin ayuda, ha

    biendo interiorizado los tipos de pensamiento que vio manifestar previamente

    al

    adulto. Sin la ayuda de una persona mayor, el nio no lograra descubrir muchos

    patrones de pensamiento, ya fuera solo o al interactuar con sus compaeros de la

    misma edad.

    Cuando los adultos prestan este tipo de ayuda a un nio, se suele decir que

    -

    vantan andamios

    para l (Wood, Brune r y Ross, 1976), una referencia metafrica

    a los andamios de una obra en construccin. Es una metfora adecuada: el anda

    mio de un edificio en construccin ofrece la base necesaria cuando el edificio, an

    por terminar, no podr a mantenerse en pie solo. A medida que se va rematando la

    estructura nueva y se sostiene sobre sus cimientos, se puede ir retirando el anda

    mio. Lo mismo sucede con las interacciones nio-adulto, cuando existe un buen

    andamio. El adulto evala cuidadosamente

    si

    el nio ha recibido ya el suficien

    te

    input

    a nivel de enseanza como para permitirle progresar hacia determinada

    meta, y de esta manera ofrecer su ayuda slo cuando el nio la necesite.

    Si

    un

    nio aprende rpido, la formacin que le d el adulto ser menos intensa que si

    el nio tiene problemas con sus tareas.

    El desarrollo de las habilidades lingsticas

    A medida que van usando el lenguaje du rante sus aos preescolares, algunos

    nios reciben ms apoyo que otros. Los nios pertenecientes a una clase social

    baja no tienen tanta p robabilidad como los de clase media o alta de estar inmersos

    en interacciones comunicativas que les respalden (Bernstein, 1965). Esto

    es

    algo

    crtico, dado que el desarrollo de habilidades comunicativas verbales du;an te los

    aos preescolares constituye un requisito previo para, ms adelante, ser capaces

    17 de leer y escribir (Snow, 1991). Por ejemplo, dos psiclogos de la Universidad de

    Jr /jfJ ~ a n ~ ~ s .(Hart y i s l ~ ~ 1995)

    d o c ~ e t a r o n

    la correlacin entre las interacciones

    ~

    lingwstlcas de .l?s runos y su c o n s ~ g w e n t e desarrollo cognitivo. Sometieron a

    es-

    tudio a 42 familias durante

    un penodo

    de dos aos y medio, comenzando a estu

    diarlas cuando algn nio de esa familia tena entre siete y nueve meses. Durante

    estas observaciones, los investigadores procuraron registrar todo lo que suceda,

    usando grabadoras y apuntes. Estas observaciones se codificaron cuidadosamente

    El

    desarrollo de la alfabetizacin 1 parte 1 1 1

    y se analizaron en busca de los tipos de interacciones verbales que tuvieran lugar.

    Los resultados del estudio fueron muy claros: existan grandes diferencias en

    la calidad de las interacciones lingsticas en funcin de la clase social. La mayor

    parte de las interacciones de buena calidad se concentraba en hogares de profe

    sionales, ms que en los de personas de la clase obrera, y ms en estos ltimos que

    en hogares con asistencia social. Cuanto ms alto era

    el

    nivel socieconmico, ms

    escuchaban los padres a sus hijos, ms les animaban a perfeccionar su forma

    de expresarse y les decan qu vala la pena recordar, ensendoles cmo superar

    las dificultades. Estas diferencias en la calidad y cantidad de las interacciones ver

    bales se observaron du rante los dos aos y medio que du r el estudio, y eran no

    tables: frente a los cuatro millones de veces que los padres hab laban con el nio

    en un lugar acomodado, se encuentran las 250.000 de un hogar de beneficencia.

    Basndose en estas diferencias tan notables en el input sera de esperar que

    tambin los resultados fueran distintos, como en realidad sucedi. C uando los ni

    os rondaban los tres aos de edad, aquellos pertenecientes a hogares acomoda

    dos conocan mucho ms vocabulario que los nios de clase obrera, que a su vez

    saban ms que los nios de clase ms pobre. Sin embargo, dado que se produ

    jeron otras diferencias entre estos tipos de hogares, en este estudio no se pudo

    concluir con certeza que las diferencias en las habilidades lingsticas de los nios

    se debieran a las interacciones lingsticas que experimentaron.

    No

    obstante, cuan

    do combinamos las correlaciones obtenidas en este estudio con la evidencia pro

    cedente de otros, podemos respaldar bastante la conclusin de que la calidad de

    las interacciones lingsticas del nio est muy relacionada con su desarrollo lin

    gstico y cognitivo.

    En particular, los adultos sensibles pasaron mucho tiempo conversando con

    sus hijos sobre las cosas que les iban sucediendo a los pequeos, ayudndoles para

    que pudieran expresar correctamente sus propias experiencias.

    Judith Hudson

    (1990), psicloga de la Rutgers University, analiz las experiencias de su propia

    hija, Rache , cuando hablaba de cosas pasadas, y cmo esas experiencias incre

    mentaban la capacidad de Rache de describir los acontecimientos de su vida. Lo

    ms importante eran las muchas oportunidades que tena de hablar del pasado

    con mam,

    por

    medio de dilogos extendidos sobre las muchas cosas que le ha

    ban pasado a la nia. Cuando Rache tena dificultades para recordar, su madre

    la ayudaba, casi siempre formulndole preguntas.

    Por medio de la experiencia de tales dilogos, Rache aprendi a hablar sobre

    las cosas que le haban sucedido.

    e

    acuerdo con la teora de Vygotsky,

    Hudson

    (1990) concluy que esa habilidad intelectual tan importante, la de ser capaz de

    describir acontecimientos de la prop ia vida, se

    va

    desarrollando

    por

    medio de la

    interaccin social.

    - Cuando la nia no era capaz de recordar un acontecimiento de forma estruc

    turada, la madre la estimulaba con preguntas, ofrecindole el andamiaje que ne

    cesitaba. A medida que Rache se iba familiarizando con lo que deba decir cuan

    do hablara del pasado y de hecho comenz a recordar cosas con mayor precisin)

  • 7/26/2019 Alfabetizacin-parte 1_Michael Pressley

    6/17

    102

    1

    Cmo ensear a leer

    la madre redujo el apoyo materno que suponan las preguntas inductivas. La des

    cripcin que hace Hudson de los progresos de Rachel, que pas de expresar sus

    recuerdos con apoyo mater no a ser autnoma en este sentido, es coherente con di

    versas evidencias de que la habilidad de los nios para hablar sobre el pasado de

    pende de las conversaciones que mantengan con unos adultos sensibles Engel,

    1986; Nelson, 1993a, 1993b; Pillemer y White, 1989; Ratner, 1980, 1984; Reese,

    Haden y Fivush, 1993; Tessler, 1986).

    Prcticamente todos los que estudian el tema de la lectura creen que el xito

    a la hora de leer depende del desarrollo del lenguaje. As, para la comunidad do

    cente centrada en la alfabetizacin,

    es

    obviamente importante tener en cuenta

    el

    descubrimiento de que las conversaciones con los nios durante sus aos prees

    colares juegan

    un

    papel fundamental en el desarrollo de sus habilidades cogniti

    vas y comunicativas. Sin embargo, el trabajo de

    Hudson

    y de sus colegas parece

    an ms significativo.

    Hudson

    cree que las experiencias del dilogo padres-hijos

    no slo fomentan el desarrollo de las habilidades infantiles para expresar aconte

    cimientos del pasado, sino que tambin incrementan su capacidad para organizar

    y comprender las experiencias que tuvieron Nelson, 1996). Recordemos que en

    los captulos anteriores hemos visto que los conocimientos previos, basados en la

    experiencia, son importantes a la hora de comprender la informacin que apare

    ce en un texto.

    ado

    que los nios que han tenido experiencias de dilogo plenas,

    que les respaldaban, tienen unos conocimientos previos ms organizados y com

    pletos, deberan tener ventajas para comprender lo que leen , respecto a los nios

    que carecen de tales conocimientos. Los nios que

    se

    mueven dentro de un en

    torno interpersonal plenamente sensible a sus necesidades, y que aprenden a co

    municarse con otros, estarn por delante de otros nios , desde el

    punto

    de vista

    cognitivo.

    a lf betiz cin emergente

    En la mayor parte del anlisis presentado en este captulo, hasta este punto,

    hemos enfatizado las habilidades cognitivas y lingsticas que respaldan el desa

    rrollo de la alfabetizacin, comentando muy poco sobre la investigacin que estu

    dia aisladamente el desarrollo de las habilidades de lectura y escritura. e hecho,

    buena parte del desarrollo de la alfabetizacin tiene lugar durante la etapa prees

    colar, hasta tal punto que los tericos e investigadores en este campo suelen con

    siderar esos aos como la etapa de alfabetizacin emergente Clay, 1966, 1967).

    Ha

    habido muchas investigaciones centradas directamente en este primer

    es

    tadio de la alfabetizacin. El desarrollo de la misma comienza incluso antes del

    primer cumpleaos del nio ,

    por

    medio de experiencias que ste tiene, como

    por

    ejemplo, con los libros de plstico con dibujos de colores brillantes, o con unos

    padres que le leen versos para nios mientras lo acunan para que se duerma. Es

    tos comienzos se van expandiendo hasta llegar a ser una vasta gama de experien-

    ldesarrollo de la alfabetizacin 1

    1

    parte 1 103

    cas a nivel de lectura y escritura, desde escribirle cartas a la abuela hasta compar-

    tir un cuento sentado en su regazo. Los entornos gue fomentan

    la

    aparicin d e las

    ca

    acidades delectura y escritura i n c l u ~ e n : a ricas experiencias interperso_:Ues

    los padres, hermanos y hermanas , y con otras personas; b ) entornos flSlcos

    que incluyan materiales de lectura, desde las

    l ~ t r a s

    con i m ~ n que se pegan a la ne

    vera hasta los cuentos, pasando por los matenales de escntura;

    y

    e) una alta con

    sideracin de los padres y otras personas hacia la alfabetizacin del nio Ysu de

    sarrollo Leichter, 1984; Morrow, 1997).

    Dicho ms concretamente, en los hogares donde se fomenta la ~ a b e t i z a c i n

    emergente, los nios se ven expuestos a actividades de papel

    y

    lp1z, c a ~ . t a s e m

    cluso a la letra impresa, ya

    a una edad temprana. Los padres leen a sus hijos , Y es

    ayudan cuando stos intentan leer por su cuenta como, por ejemplo, c ~ a n d ~ co

    gen un cuento al revs y fingen que estn leyendo, mientras cuentru: la ~ ~ s t o n a

    y como la recuerdan). En los hogares donde se fomenta la a l f a b e t ~ z a c w n lo.s h

    bros y otros materiales de lectura ocupan un lugar destacado Bnggs Y Elkind,

    1973; Clark, 1976; Durkin, 1966; King y Friesen, 1972; Morrow, 1983; Plessas Y

    Oakes, 1964; Teale, 1978).

    a

    lectura de cuentos

    Una de las actividades que tiene un elevado potencial para fomentar

    co de las capacidades infantiles para leer y escribir es la lectura

    de

    cuentos. E ~ : s -

    ten fuertes y positivas correlaciones entre la cantidad de cuen tos que lee nmo

    durante la etapa preescolar y el consiguiente desarrollo de su

    vocabulano

    Y su

    lenguaje, el inters que demostrar

    por

    la lectura y su facilidad

    para a p r e ~ d e r

    a

    leer y escribir Sulzby y Teale, 1991) . Dada su aparente capacidad

    para s u m u l ~ r

    el

    desarrollo temprano de la alfabetizacin se han estudiado con cierta profundi

    dad las interacciones entre padres e hijos durante la lectura de cuentos.

    En el mejor de los casos, la lectura de cuentos incluye interesantes conver:a

    ciones entre el lector/la lectora 1nio. El adulto y el nio van extrayendo el s1g- 1.

    nificado del texto, y lo pasa la mar e bien hacindolo Morrow, 1997). ?urgen -

    preguntas, tanto

    por

    parte de a to como del nio;

    el

    adulto ofrece el eJemplo

    de lo que es un dilogo, y en ocasiones el nio participa; el adulto ala?_a los es

    fuerzos que hace el nio para extraer sentido

    al

    texto basndose tamb1en en las

    ilustraciones el

    adulto le ofrece informacin

    al

    nio y reacciona frente al modo en

    que

    el

    nio ;

  • 7/26/2019 Alfabetizacin-parte 1_Michael Pressley

    7/17

    104

    1

    Cmo ensear a leer

    los cuentos, u ~ d o los nios se sienten atrados

    por

    ella. Los padres que tienen

    una buena capacidad de contar cuentos animan a sus hijos a reaccionar frente a la

    historias, y

    - p a r t i c i p a r

    lo m e j o ~ ~ u e sepan en la propia lectura. Ofrecen su ayud:

    cuando el runo

    la

    necesita, SUfninlstrando un

    input

    que el nio pueda comprender

    C ~ e L o a c h e

    y DeMendoza,

    1987).

    A medida que van creciendo, y a lo largo de sus

    anos preescolares, los nios van prestando atencin a segmentos de texto cada

    vez

    ms

    a ~ p ~ o s

    (Heath, 1982; Sulzby y Teale, 1987). A medida que van adquiriendo

    expenenc1a en leer cuentos, los adultos y los nios comentan ms a fondo las di

    versas historias (Snow,

    1983;

    Sulzby y Teale,

    1987).

    Los nios que estn acostum

    brados a leer muchos cuentos saben cmo interactuar con los adultos durante su

    lectura, mucho ms que otros nios y nias de la misma edad que no estn habi

    tuados a leerlos (Bus y Van IJzendoorn,

    1988).

    Se ha prestado cierta atencin a las diferencias de estilo a la hora de leer cuen

    tos,

    Y

    a los efectos que tienen stas sobre el desarrollo cognitivo. Los nios desa

    rrollan mejor su vocabulario cuando interactan con adultos que son hbiles a la

    hora de fomentar las interacciones verbales con ellos, mientras les leen los cuen

    tos (Ninio,

    1980;

    Pellegrini, Galda, Perlmutter y Jones,

    1994).

    Tambin existen

    correlaciones entre el grado en que los padres comentan el contenido de los libros

    Y

    el xito de los nios cuando aprenden a leer y a escribir (Heath,

    1982).

    En resu

    men, no todos los tipos de lectura de cuentos son ideales; la calidad de esa lectura

    afecta, en gran medida,

    al

    desarrollo cognitivo del nio.

    Las correlaciones entre la calidad de la lectura de cuentos y

    el

    desarrollo de la

    alfabetizacin (Sulzby y Teale,

    1991)

    impulsaron a Gr over White hurst y a sus co

    legas, de la

    S t ~ t e

    l nivc:rsity Nueva York en Stony Brook (Whitehurst y otros,

    1988),

    a

    ~ s t u d i a r

    sena postble me'orar la destreza de los padres durante la lec

    tura y las InteracciOnes derivadas de ella, afectando as positiMente

    al

    desarrollo

    de la capacidad infantil de leer y escribir. Los padres de

    14

    nios entre casi dos

    ~ o s

    Y

    participaron en un experimento de un mes diseado para mejorar la

    mteraccton entre padres e hijos durante la lectura de cuentos. Se ense a los

    padres a formular preguntas ms abiertas a sus hijos sobre las funciones y atribu

    tos de los elementos que aparecen en las historias, a medida que iban leyendo

    cuentos a los preescolares. Tambin se ense a los padres a reaccionar adecua

    d a m ~ n t e

    a los

    c o m e n t a r i o ~

    de sus hijos durante la lectura, y cmo incitarlos a que

    a ~ p h a r a n

    t ~ ~ s coment.anos.

    Lo s

    padres dentro de ese grupo de estudio apren

    dieron. t ~ b t e n a reducir la longitud de los prrafos que lean de una vez, a la vez

    1

    que

    e l i m m ~ b a n

    p ~ e g u n t a s

    que

    el ~ i o ~ ~ d r a

    responder simplemente sealando

    una las ilustraciOnes. Otr os qumce nmos y sus padres, que func ionaron como

    participantes de control en este estudio, fueron animados a continuar leyendo

    cuentos, como

    ya so ffii

    hacerlo antes.

    Primero, los padres sometidos

    al

    estudio lograron aprender a interactuar de

    forma distinta

    ~ o n

    sus hijos ?urante la lectura de cuentos, de modos que incre

    ~ e t a r a n

    la

    c ~ d a d

    de

    ~ s a s

    ~ t e r a c ~ i o n e s entre nios y padres. Aunque al prin

    cipio del estudio no habtan diferencias entre los nios estudiados y los de control,

    l desarrollo de la alfabetizacin 1

    1

    parte \ 105

    con respecto a diferencias lingsticas, al final del mes

    s

    que se dieron diferencias

    'notables que favorecan a los nios estudiados: al final del estudio, los participan

    tes en

    el

    estudio superaban a los de control en una prueba estandarizada de capa

    cidad psicolingstica, y en dos pruebas de vocabulario. Lo ms notable de este

    estudio fue que, cuando se aplicaron estas mismas pruebas nueve meses despus,

    los participantes en el estudio seguan teniendo ventaja sobre los de control, aun-

    que las diferencias no fueron tan prominentes. . .

    Resulta notable constatar que el grupo de Whitehurst tambten ha producido

    efectos positivos sobre la lectura de cuentos cuando los participantes en el estudio

    han sido nios mexicanos (Valdez-Menchaca y Whitehurst,

    1992).

    Whitehurst y

    sus colaboradores tambin han progresado en hacer que su

    punto

    de vista sea ren

    table desarrollando vdeos para que las madres aprendan a interactuar con sus ni

    os edad preescolar mientras leen historias juntos (Arnold , Lonigan, Whi

    tehurst y Epstein,

    1994).

    Otras personas estn haciendo progresos en disear las

    experiencias de lectura de cuentos.

    Por

    e j e m p l ~

    Crain-Thorc:sen

    ~ D a l e

    (1995)

    / '

    ensearon

    al

    personal de centros preescolares a Interactuar mas activamente con

    los nios mientras stos lean cuentos. Los alumnos objeto de estudio fueron ca-

    paces, ms adelante, de superar mejor algunos

    ~ x m e n e s s o ? ~ e

    su

    c o m p e ~ e n c i a

    lingstica, incluyendo un examen de vocabulano y

    a ~ a l i s 1 s

    de la longitu?,

    Y

    complejidad de sus frases. Dickinson y Smith

    (1994) d i s e ~ a r o n

    una mte.rvencwn

    parecida que produ jo resultados similares.

    n

    resumen,

    al

    mvolucrar activamente

    a nios en edad preescolar en debates como parte de la lectura de cuentos, los

    adultos pueden fomentar el desarrollo lingstico de los nios:

    p r e s ~ i b l e m ~ n t e

    cuanto antes den comienzo este tipo de experiencias, mucho meor (Lomgan,

    Anthony y Burgess,

    1995).

    esarrollando l correcta emergencia del alfabetismo

    en los centros preescolares

    Neuman y Roskos

    (1997)

    han presentado hace poco un interesante anlisis

    que demuestra hasta qu punto tan desarrollado puede llegar

    . e m ~ : g e n c i a

    de la

    capacidad que tienen los alumnos de preescolar para la alfabetizacwn,.

    ~ e n

    os

    cuando estn inmersos en

    un

    entorno que les ofrece abundantes posibilidades

    desarrollarla. Estudiaron a

    30

    alumnos de preescolar, que participaron en sus

    centros con tres rincones de juego que posibilitaban actividades de alfabetiza

    cin temprana: una oficina de Correos, un restaurante y la consulta de un m

    dico. Se observ a los nios duran te un perodo de siete meses.

    Lo que Neuman y Roskos

    (1997)

    descubrieron fue que los nios aprenda? los

    nombres y las funciones de objetos muy relacionados con la lectura y la escntura

    que aparecan en los rincones de juego, incluyendo los

    s i ~ e n t e s : ~ e s

    lpiz,

    carta, buzn, men, cuenta, cheque, pliza de seguros y graficos. Tambten .apren

    dieron a hacer muchas cosas relacionadas con la alfabetizacin, como por eemplo

  • 7/26/2019 Alfabetizacin-parte 1_Michael Pressley

    8/17

    106 j Cmo ensear a leer

    las

    s i g ~ e n t e ~ :

    compra r sellos, meter la carta en

    el

    sobre y cerrarlo, enviarla,

    poner

    desunata_no,

    r e ~ r t i r e

    correo, hacer de camareros tomando nota de las peti-

    CIOnes , pedir comida basandose en el men, repasar la cuenta, hacer comentarios

    agradables durante

    la

    comida, hacer inventario en

    el

    restaurante, apuntar datos

    (en a

    ~ o n s u l t a

    extender recetas, firmar en la consulta del mdico y describir pro-

    cedimientos medicas de urgencia. Neuman y Roskos (1997 ) tambin observaron

    c m ~ o s ~ o s

    Y

    nias utilizaban e s ~ r t e g i s de alto nivel, parecidas a las que usan

    los mnos mas mayores cuando escnben, leen o realizan actividades relacionadas

    con

    ~ l e n g u a j e .

    Estas incluiran buscar informacin, corregir a los dems y pro-

    o r c i o n a r l ~ s feed

    ack

    corregirse a ellos mismos, comparar un escrito con un es-

    tandar (p.e. , comprobar que en la oficina de Correos las cartas se clasifican como

    deberan) Yreunir los

    r e ~ u r s o s

    necesarios antes de comenza r una tarea. n breve,

    muchas conductas, relaciOnadas con

    la

    alfabetizacin se pueden aprender en un

    aula preescolar, diseada para fomentar las habilidades emergentes de lectura

    y escntura.

    as controversias interpretativas acerca de las experiencias

    emergentes de

    l

    alfabetizacin

    Ya

    e ~ d e

    la

    i n f ~ ~ i a

    existen posibilidades, para adultos ynios, de interactuar

    c o ~ matenales y actividades relativas a la lectura y la escritura. Algunos nios son

    mas ~ o r t u n a d o s que otros , dado que participan en muchas ms interacciones de

    e s t ~

    tipo. Estos nios con suerte viven en familias en las que las experiencias lite-

    ranas son tan frecuentes que son una costumbre , y que por supuesto se extien-

    den a los nuevos miembros de la unidad familiar, poco tiempo despus de que lle-

    guen_

    del hospital

    por

    vez primera. El hecho de que algunos nios preescolares

    no d i s p o n g a ~ de e ~ t s experiencias primeras en el campo de la lectura y escritura

    ha llevado _Investigadores, tales como Whitehurst, Neuman y Roskos, a comen-

    ~ a r

    a

    d i a r

    modos de inc rementar la interaccin entre padres, docen tes y nios,

    : n ~ e r a c c i o n que promueve la emergencia del alfabetismo en estos ltimos. Los

    i ~ ~ s

    que han tenido

    ~ s t a el ~ o ~ ~ t o

    promueven el entusiasmo frente a

    la

    po-

    s i b ~ d a d

    que

    ~ c h i s i m o s

    mas nmos puedan prepararse mejor para la escolari-

    zacwn oficial, mediante el incremento de la calidad y cantidad de las interacciones

    relativas al alfabetismo du rante su etapa preescolar.

    Sin ~ m b a r g o , antes _de cerrar esta seccin, debo admitir que hay ciertas dis-

    c r e p a ? c ~ a s

    a la hora de Interpretar las investigaciones sob re este tema.

    Por

    ejem-

    plo , si bien todo el

    mundo

    est de acuerdo en que el efecto de la lectura de cuen-

    tos

    s o b r ~ e l l e ~ g u a j e Y

    el desarrollo de la alfabetizacin

    no

    es demasiado intenso,

    ~ g u n o s Investigadores contemplan las asociaciones estadsticas que se han obte-

    mdo hasta la fecha como evidencias del poder que tiene la lectura de cuentos

    Van I}zendoor? y Pellegrini, 1995; Dunning, Masan y Stewart, 1994; Lo-

    mgan, 1994). Es decir, que a pesar de los mltiples problemas que presenta la

    l

    desarrollo de la alfabetizacin, 1 parte 1 107

    evaluacin de nios preescolares y son muchos, uno de los cuales, y no el menos

    importante, es lo poco que podemos fiarnos de las evaluaciones de preescolares,

    comparados con otros nios ), a pesar de la falta de respaldo estadstico de mu -

    chos estudios (lo cual reduce la probabilidad de descubrir asociaciones estads-

    ticas importantes), y a pesar de la gran diversidad de los procedimientos, que

    varan de

    un

    estudio a otro, algunos investigadores se han visto impresionados

    por la coherencia de, como mnimo, las asociaciones positivas entre actividades

    como la lectura de cuentos y el progreso en las capacidades del nio para leer y

    escribir. Como contraste, otros (Scarborough y Dobrich, 1994) examinan las

    mismas correlaciones exactas entre la lectura de cuentos y el alfabetismo emer-

    gente, y las descartan considerndolas como potencialmente atribuibles a otros

    factores; ellos sugieren que quiz las correlaciones entre la lectura de cuentos, el

    lenguaje y la alfabetizacin reflejan, en realidad, otras relaciones (p.ej., quizs

    el nio est ms interesado en cosas relacionadas con la lectura y escritura, y/o es

    posible que aquellos ms capacitados a nivel de comunicacin verbal tengan ms

    probabilidades de implicarse en la lectura de cuentos, ms de lo que lo harn los

    nios menos interesados en el tema y/o con mayores dificultades) . Mi propia ma-

    nera de interpretar la evidencia es que hay muchas razones para pensar que las

    interacciones de alfabetizacin en los primeros aos de vida son importantes. Me

    impactan sobre todo los estudios prcticos experimentales que desarrollan Whi-

    tehurst y sus colegas. Sin embargo, an hace falta investigar ms a fondo este tema.

    Una de las posibilidades es que la aparicin de experiencias de alfabetizacin

    no sea igualmente positiva para todos los nios . Por ejemplo, cuando leemos los

    estudios de Adriana Bus y de Marinus van I}zendoorn (1988, 1992, 1995), sor-

    prende que cuando los nios interactan con sus padres ,

    si

    no tienen un apego se-

    guro con stos, la lectura de cuentos no supone esa experiencia ldica y atractiva

    que puede serlo cuando los que interactan son adultos y nios que tienen un

    apego seguro. Bien pudiera ser que estas interacciones negativas con los libros

    mermen el inters

    por

    la lectura (Bus, 1993, 1994). Tenemos que descubrir esto , y

    luego, claro est, debemos entender cmo se pueden fomentar las interacciones

    positivas entre

    un

    preescolar y un padre que an

    no

    han desarrollado una relacin

    de confianza mutua.

    Por muy positivos que sean los primeros pasos de un nio en el mundo de la

    lectura y la escritura, no suponen una base muy estable para el desarrollo de una

    competencia que

    es

    muy importante para que tenga xito cuando el nio empie-

    ce a leer. n la siguiente seccin me dedico a comentar esta competencia .

    a conciencia fonmica

    y

    su desarrollo por medio de la enseanza

    Los nios que tienen dificultades para aprender a leer durante los primeros

    aos de escolarizacin, a menudo carecen de una competencia fundamental , que

    es la conciencia fonmica (.

  • 7/26/2019 Alfabetizacin-parte 1_Michael Pressley

    9/17

    1

    08 1 Cmo ensear a leer

    Stanovich , 1986, 1988), que consiste en darse cue d

    ponen de sonidos separables

    (es

    decir fone ) nta e que

    l ~ s

    palabras se coro

    palabras. Existen diversos grados de , .

    m ~ s

    l que se combman para producir

    O'Connor y Jenkins 1993 Stahl

    MconcienCia

    wnmica (Adams, 1990;

    Slocum

    L h . ' ' Y urray, 1994 en

    pr

    . w y '

    _a_ug on, immons y Rashotte , 1993) A . ~ n s a _agner, orgesen,

    mon, entre los diversos investigado . d u n d i ~ u e d e x i a l s t e n Ciertas diferencias de opi-

    , . dif, res e ca os estudio d 1 .

    nemica,

    erencias basadas en los d t b 1 d. e a conCiencia fo-

    nio es ms o menos consciente d a os, so re

    as

    Iversas tareas que reflejan si el

    (1990) es vlida en trminos generale ellaS, la_conceptualizacin de Marilyn Adams

    . . . es . egun su

    punto

    de

    vi

    t 1 r

    ffiitlva

    consiste

    sencillamente en t b , s a, a wrma ms pri-

    . 1 . ener un uen mdo para 1 .d 1

    P ~ _ C l t a a n io para recordar mejor las alabra . os som os, o cual ca-

    ~ que dispone de este grado de co:ciencias q u ~ r ~ a n que_las que no riman. El

    nmas

    de

    la

    guardera que aquel

    ot

    -

    fonemica

    es mas capaz de recordar

    Bradley, 1987).

    En l

    siguiente

    r a d ~ o

    r y n ~ que carece de l (Maclean, Bryant y

    bra que

    no enea}

    a dentro de g : ednmo es capaz de detectar cul es la pala-

    d una sene e ellas re d .

    entro de la serie

    lata, bata

    y

    beso

    la al b '

    conoCien

    por

    ejemplo,

    que

    que entre

    uno , sal,

    y malla que sobr'

    f

    a. ra que

    no

    encaJa es esta ltima, o

    de conciencia,

    el

    nio es capaz de a t

    r ~ e r a .

    En grado a n ms elevado

    bras;

    por

    ejemplo, si oye los sonidosunir os d i v ~ r s z s somdos para produ cir pala

    os que manifiestan el nivel

    mximomd:

    y r e. orma: palabra

    mar.

    y los ni

    traer sonidos de palabras intactas .conyencia

    fonemica

    son capaces de ex

    nios que borre l primer sonido ci/or J ~ { J o, cuando

    se

    le pide a uno de estos

    nmica culmina cuando los alum

    mar,

    e ce

    ar.

    De este modo, la conciencia fo-

    .d nos son capaces de man ul

    ---.;.;

    ;: ::.:.;: ;:

    m os que orman as p abras . P ar activamente

    los

    so-

    en

    e s ~ a

    manipulacin, porque siel g

    e ~ ~ ~

    Quiero enfatizar l factor ldico

    practican mezclando aadi.endo bp q d e o servado aulas en las que los nio s

    ' , orran o e msert d d

    enseanza de la conciencia fo , . , an o som os como parte de la

    te bien.

    nemica,

    parecia que se lo estaban pasando realmen-

    . estudio que, ms que los dems ha d 1 . ,

    cia fonemica . Connie

    ]u l (1988) ' , centra o a atenCion en la con cien-

    , se concentro en una m t d 54 .-

    tras estos pasaban del grado 1

    al4

    . d ues ra e nmos men-

    variedad de lecturas y mtod

    1

    ~ e u n i d e n

    o como parte del estudio una amplia

    d

    1

    os re aClona os con

    l

    tem L -

    r

    parte e a muestra 23 hispanos 14 f . a. os nmos que rormaban

    diaban en

    la

    misma'

    escuela

    U ' d la r o d a m e n b c a ~ o ~ y 13 norteamericanos, estu-

    di

    no e os escu nmien t ,

    estu o tuvo que ver con la e . t . os mas sorprenden tes del

    1

    h

    P rsis

    encia

    de la inefi d 1 -

    eer: aba un 88 de probabili d d d .caCla e os nmos a la hora de

    1

    1

    a es e que un

    mo

    q t . bl

    eer en e grado 1 siguiera tenind 1 1 d .ue UV1era

    pro

    emas para

    d o os en e gra

    0

    4

    m

    b

    1

    , .

    tante entro de este contexto fu 1 . . . . em argo, o mas lmpo r-

    en el grado 1 fue la

    conciencia

    q ~ e meJor mdicador de la ineficacia para leer

    wnemica

    para

    q

    1 - b .

    -;::>puntuacin en l test de luel (1988) . , e nmo o tuviera una mayor

    conciencia fonmica. Lo ms sorp d requdenla disponer de un mayor grado de

    , ren ente e caso es qu 1

    neffilca en l grado 1 predeca b . e a escasa conCiencia fo-

    mas de lectura en el grado 4. con astante exactitud que

    el

    nio tendra

    prob

    le-

    El desarrollo de la alfabetizacin, 1

    1

    parte 1109

    Este ltimo hallazgo, en especial, foment que cierto nmer o de investigado

    res reflexionaran a fondo sobre el tema, y realizaran muchos anlisis posteriores,

    estudiando l tema de la conciencia fonmica y cmo sta se relaciona con la

    competencia lectora. Basndonos en estos anlisis, ahora sabemos que los malos

    lectores, de cualquier edad, a menudo demuestran una conciencia fonmica mu- V

    cho menos intensa que la de los bu enos lectores de esa misma edad (Pratt y Brady,

    1988; Shaywitz, 1996). Los nios que carecen de conciencia fonmica tienen has-

    tantes problemas para desarrollar su comprensin de las relaciones que existen

    entre letras y sonidos, as como para aprender a deletrear (Griffith, 1991; Juel ,

    Griffith y Gough, 1986). Desde el estudio deJ uel, h an ido apareciendo evidencias

    adicionales de qu e una conciencia fonmica pobr e entre los 4 y los 6 aos de edad

    predice dificultades par a leer a lo largo de los cursos de pri maria (vase Bowey,

    1995 ; Naslund y Schneider, 1996; Stuart y Masterson , 1992; Torgesen y Burgess,

    en prensa). La evidencia de que las dificultades en la conciencia fonmica en los

    primeros aos estn asociadas a problemas par a aprend er a leer se ha demostrado

    con mayor firmeza en anlisis ms recientes, demostran do unas relaciones incluso

    ms fuertes entre la conciencia fonmica y la capacidad lectora que e ntre otras di

    ferencias individuales potencialmente importantes y la capacidad para leer y es

    cribir (como,

    por

    ejemplo, el procesamiento y pronunciacin rpidos de letras y

    nmeros individuales; Torgesen, Wagner, Rashotte, Burgess y Hecht, 1997). Un}

    descubripento particularmente importante es que las formas ms avanzadas de

    conciencia fonmica (es decir, la capacidad de dividir las palabras en sus sonidos

    componentes) predicen la eficacia lectora ms que las formas ms simples de

    aqulla (p.ej., ser capaz de detectar rimas; Nation y Hulme, 1997).

    r

    La falta de conciencia fonmica parece ser qu e d pie a

    un

    crculo vicioso. Las

    deficiencias en la conciencia fonmica pueden obstaculizar el aprendizaje de la

    descodificacin, lo cual a su vez obstaculiza la posibilidad de leer una amplia

    gama de materiales, comprendiendo lo que se lee. El resultado a largo plazo es

    que se tiene menos prctica a la hora de leer, y se est menos expuesto a la infor

    macin proporcionada en un texto; a su vez, las competencias de lectura de nivel

    superior se desarrollan menos (p .

    ej

    ., la capacidad de entender una sintaxis com

    pleja), y se obtienen menos conocimientos acerca del mundo, que podr an ayudar

    para comprender el texto (Juel, 1988). Esto no deja de ser la historia de que los ri-

    cos cada vez son ms ricos y los pobres ms pobres, algo a lo que Stanovich (1986)

    se refera como el efecto Mateo de la lectura. - -

    Para que se puedan desarrollar los niveles ms elevados de conciencia fon

    mica, ensear formalmente a leer parece ser algo esencial (es decir, que slo un

    pequeo porce ntaje de nios desarrollan los niveles avanzados de conciencia fo

    nmica a pesar de no recibir esa formacin; vase Lundberg, 1991). Resulta nota

    ble constatar que la nica experiencia relativa a la emergencia de la alfabetizacin

    que predice la conciencia fonmica es cuando los padres ensean a sus hijos las le

    tras y sus sonidos (Crain-Thoreson y Dale, 1992). Sin embargo, hay muchos pa

    dres que no se dedican a ensear esto a sus hijos, de mo do que la enseanza que

  • 7/26/2019 Alfabetizacin-parte 1_Michael Pressley

    10/17

    O 1 Cmo ensear a leer

    influye sobre la c ~ n c i e n c i a fonrnica debe tener lugar, tpicamente, en la escuela.

    De e ~ : e rnod.

  • 7/26/2019 Alfabetizacin-parte 1_Michael Pressley

    11/17

    112 1 Cmo ensear a leer

    durante

    ocho

    meses ejercicios para rimar; divisin

    de

    palabras en slabas e iden

    tificacin de fonemas , incluyendo la divisin de palabras en fonemas y la sntesis

    de fonemas en palabras) . Las aulas de control

    no

    recibieron esta formacin. Tres

    aos despus, los alumnos de las aulas que recibieron esa enseanza tenan ms

    facilidades en los deberes de lectura y escritura que los alumnos de las aulas de

    control.

    De

    forma parecida, Ball y Blachman 1988) imparti este tipo de enseanza a

    n i ~ s

    de

    5

    a?s.

    Dentro

    del rea de la conciencia fonmica , los alumnos de la guar

    deria se reuruan en grupos pequeos durante 20 minutos , cuatro das a la semana

    Y

    durante siete semanas. Los alumnos movan fichas para representar los sonidos

    de las palabras, y realizaban clasificaciones como las que se usaron en el estudio de

    Bradley

    Y

    Bryant.

    Dentro

    del rea

    de

    las actividades lingsticas, los alumnos

    de c o n ~ r ~ l recibieron lecciones sobre vocabulario, escucharon cuentos y practica

    ron act.J.vidades

    de

    clasificacin semntica. Tambi n se les ense el

    nombre

    de las

    letras Ysus sonidos, de una forma idntica

    a

    como se les enseaba a los alumnos

    del

    grupo

    de conciencia fonmica. En el estudio tambin

    hubo un

    rea de control

    de

    no

    enseanza.

    El

    grupo de conciencia fonmica super a los dos grupos de con

    trol en un examen centrado en la lectura de palabras , aunque durante su for

    macin de conciencia fonmica

    no

    se les haba enseado a leer palabras .

    En

    los

    estudios de seguimientos con alumnos de guardera, la misma formacin de

    conciencia fonmica

    produjo un

    mejor reconocimiento y pronunciacin

    de

    las pa

    labras por parte de los mismos, comparados con los del grupo de control Ball y

    Blachman, 1991 ; Blachman, 1991; Tangel y Blachman, 1992, 1995) .

    Lie 1991) ense a un grupo de alumnos noruegos de grado 1 a analizar pa

    l a b r ~ s

    nuevas segn su estructura fonolgica. Esta formacin foment la lectura y

    escritura en el grado 2, con respecto a alumnos de control que no recibieron estas

    e n s ~ ~ n z s tipo fonolgico. Los alumnos con ms problemas para leer se be

    neficiaron mas de este proceso q ue aquellos otros con menos dificultades.

    Cunningham 1990) compar dos estilos para incrementar la conciencia forr

    mica de alumnos de preescolar y

    de

    grado

    l Uno

    de estos estilos era el de habi

    lidad

    Y

    examen, que pon a el nfasis en la segmentacin y combinacin de fone

    mas; E.n el

    s e g u ~ d o

    estilo, se debata el valor

    de

    la descodificacin y la conciencia

    fonemica, Yel c ~ n : o aprender a segmentar y combinar fonemas poda aplicarse a

    la lectura. ?ste

    wrn::=o

    enfoque .era muy rico desde el

    punto de

    vista metacogniti

    vo, y ofrecia a lo.s ~ o s mucha informacin sobre cundo, dnde y por qu deb

    an usar el conocimiento que estaban adquiriendo sobre los fonemas.

    Aunque

    am

    bos enfoques fueron muy efectivos, la enseanza metacognitiva lo fue ms en el

    ~ r d o 1; esto

    es

    algo que encaja en el

    punto de

    vista general que presento en este

    l i ~ r o :

    que la

    ~ s e n z

    q u ~ .fomenta que los nios sean conscientes de

    cundo

    y

    donde deben sus habilidades cognitivas debera

    dar

    como resultado un uso

    ms general y efectivo de stas. -

    He

    plasn:ad.o

    ;m c i e ~ o

    detalle los resultados de estas evaluaciones experi

    mentales, autenucas y relauvas a la conciencia fonmica, porque considero que esos

    El desarrollo de la alfabetizacin

    ;;

    parte

    1

    113

    estudios son muy importantes. Por lo general, aparte de los mtodos concretos

    que se usen pa ra evaluar la concienc ia fonmica o las condiciones _especficas de l.a

    comparacin p.ej., los controles de no enseanza o los de ensenanzas alternau

    vas), la enseanza de la conciencia fonmica ha tenido xito

    en n c r e m ~ n t a r l a

    Mu

    rray, 1995). Tal como hemos visto, este tipo de formacin llega ms l e o s ~ a.fectan-

    do positivamente a los xitos. que tienen los nios a la hora leer y .escribir.

    1

    J.

    He escuchado comentarios de aquellos que se oponen a Impartir una forma-

    Jr

    cin destinada especficamente a fomentar la conciencia fonmica, que aseguran

    que

    no

    existen evidencias causales que relacionen esa conciencia

    ~ o n una

    mejora

    de la alfabetizacin. Esta afirmacin no es cierta. Cuando se marupula de forma

    experimental la enseanza de la conciencia fonmica es decir, que algunos nios

    la reciben y otros no , sobre una base de eleccin aleatoria), s que h ~ y un funda

    mento

    para

    establecer afirmaciones causales sobre los ef.e.c.to_s que tiene la

    ense

    anza de la conciencia fonmica sobr e la facilidad con que los alumnos aprenden

    a leer. Aparte de los estudios causales que ya hemos c o n s i d e r a d ~

    lo:

    lectores in

    teresados

    en

    el tema

    pueden

    consultar las obras

    de

    Byrne y Fielding-Barnsley

    1991, 1993, 1995); de

    O Connor,Jenkins

    y Slocum 1995); Vellutino YScanlon

    1987); Williams 1980) y Wise y Olson 1995).

    Cuando

    consideramos todos los

    datos relevantes, podemos afirmar con aplastante seguridad

    que

    el desarrollo de

    la conciencia fonmica en nios de entre 4 y 6 aos tiene unos efectos rotundos

    y positivos sobre su proceso de alfabetizacin.

    ~ p r e ~ d e r

    a_

    e ~ r

    les resulta ms

    f

    cil y eficaz a los nios con cierto rado de concienCia fonemica ue a los ue

    no

    a tienen.

    Desgraciadamente, muchos nios

    no

    reciben esta

    f o r m ~ i n ~ o n m i c ~ .

    A ve

    ces se ha argumentado que , dado que el lenguaje integrado rmpli.ca trabaar

    m -

    cho con la poesa, los nios que estn

    en

    guarderas

    donde

    se a p l i ~ u e ~ l l e n g ~ a

    integrado ya tienen que hacer muchos trabajos que les exigen conciencia f ~ n ~ m i -

    ca. Sin embargo, recordemos que ser conscientes de cundo un texto esta rima

    do que es

    el

    aspecto de la conciencia fonmica que parece estar m.s e s t i m ~ a d o . l i

    por sus experiencias con la poesa) slo constituye

    una

    forma rudimentaria de

    conciencia fonmica.

    Otras

    veces

    he

    constatado que hay personas que describen la enseanza de la

    conciencia fonmica como algo aburrido, que no motiva. Aunque no conozco

    . ningn estudio formal sobre este

    punto,

    reitero que he

    estado.:n

    m u ~ ~ s aulas

    donde

    se practica esta enseanza, y

    que

    la verdad es .que los

    n m ~ s

    y nmas p a r ~ -

    cen pasarlo muy

    bien

    jugando con los sonidos. En mis conferencias, suelo p ~ d i r

    que levanten la mano los/las maestros/ as de guardera y de grado 1 que ensenan

    conciencia fonmica, y les pregunto

    si

    sus alumnos se aburren con este tema o lo

    disfrutan. Incluso antes de que les comente mi

    punto

    de vista sobre el tema,

    los docentes que

    han

    aplicado esta enseanza me informan, invariabl:mente,

    de

    que a los nios les encanta. Si alguien necesita pruebas de que la ensenanza de la

    conciencia fonmica

    puede

    ser muy divertida,

    puede

    ver

    Daisy s ~ a s t l e

    tsy-

    Quest

    Blue Wave Software, distribuidos actualmente

    por

    e catlogo

    Pro-Ed

    ),

  • 7/26/2019 Alfabetizacin-parte 1_Michael Pressley

    12/17

    114

    / Cmo ensear a leer

    dos programas informticos que desarrollan la . . , .

    contex to creativo de fantasa y qu d d d concrenCia fonemrca dent ro de un

    T

    ' e e ver a cumpl 1

    Y

    orgesen,

    995;

    Foster, Erickson

    Po

    t B . km en o que prometen (Barker

    Ttm, est encantado con esos

    pro

    ; ser,

    nn

    an

    Y

    Torgesen, 1994). Mi hijo

    nudo, porquelos hijos de mis col; amas. 'hora los engo que prestar muy a

    sus padres siempre me dicen gas e ~ t a n aprendrendo conciencia fonmica

    Y

    hijos. que estos

    os

    programas son todo un xito con

    s ~ s

    Sin embargo, me da la sensacin de ue e h

    los/las

    docentes no se interesan

    ' .

    n

    m ~ c

    casos el motivo

    por

    el que

    , d - por ensenar c o n c r ~ o c i a f u ,

    esarrollarla en

    los

    nios (Est . . , b memu::a es nue no saben

    h

    - - asuposrctonse a l

    que me acen

    los

    docentes sobre u es . .

    sa

    en_ mue as preguntas

    de desarrollar en los alumnos ) E l concrencra fonemrca, Ycmo

    se

    pue-

    . xrste una verdader d d d

    tes sean conscientes de cm . a necesr a e que los docen-

    o Incrementar la conciencia fonmica de sus

    al

    umnos.

    l desarrollo de la conciencia fonmica mediante la lectura

    Del mismo modo que el desarrollo d . .

    ..,__

    mejora de l capacidad para leer t b", el al concrencra fonmica conduce a una

    ci

    t , .

    (G , am

    ren

    a ectura aumenta

    el

    d d

    a onemrca oswami y Bryant 1990) E . gra o e concien-

    y

    H (

    19

    ) ntre otros Wtmmer L d L.

    ummer 91 y Perfetti (1992 p rt

    .

    B k ' an er, mortner

    sentado evidencias de que

    l

    c o n c i ~ n c ~

    ~ t t i 'Bell y Hughes, 1987), han pre

    ra, con

    l

    implicacin de que cuanto

    o n ~ r r : ; c a

    aumenta en funcin de la lectu

    to, ms crece su conciencia fonem mas se m u i f ~ e a los alumnos a leer y, por tan-

    1 V 1 tea, menos tcultad t d ,

    eer. o vemos a lo mismo los ri . es en ran para, a su vez

    He

    odo cmo los e n t u ~ i a s t a s

    ~ ~ f l : : ; : n q ~ e c e n

    ms

    ..

    leyendo ,

    ta de que la conciencia fon, . aJe Integrado, que se dan perfecta cuen-

    , emrca aumenta a medid 1

    que esa es la prueba de que una - d . a que se ee, argumentaban

    ll 1

    .

    ensenanza estmada

    ifi

    ar a conciencia fonmica (como 1 d "b' espec camente a desarro-

    inn

    S

    a que escn ramos en

    ecesana. I ~ n d o coherentes con la filosofa d 11 . a. secct?n anterior)

    es

    tan que la concrencia fonmica se desarr

    ll ,

    le enguaJe Integrado, argumen

    la lectura. Pero no cabe duda d o ara s? a cuando sumerjamos

    al

    nio en

    in

    1

    h

    e que esto constituye el t .

    bl

    a o e uevo, porque el ni , . tprco pro ema de la ga-

    .

    e

    0

    que no esta bren

    fo

    d a1m

    concrencta wnmica tiene grand bl rma o InlCI ente en la

    el

    siguiente capitulo hablar m , esbproel emas para descifrar la letra impresa (en

    d 1 as so re tema)

    Y

    po . .

    paz e eer que otros nios y a su

    vez se

    b .

    .

    r consrgwente,

    es

    menos ca-

    esto empieza a resultar aburrido p ' eneftcta menos cuando lee.

    y

    a

    s

    que

    . , ' ero

    es

    que

    se

    vuelve . 1

    neos aun son ms ricos, porque 1 - . a repettr e caso de que

    los

    la conciencia fonmica aprende

    os

    lnmos

    q ~ e

    tienen un buen dominio inicial de

    d

    1

    . n a eer meJor y

    por

    t t ,

    e

    as

    oportunrdades que tienen h an

    o,

    sacan mas provecho

    N b para acer

    o.

    o o stante, la comunidad cientfica h

    de la gallina o el huevo y aun

    1

    a progresado para resolver este dilema

    masiado detallados como,para mqule. ols puntosbconcretos de cada estudio son de-

    e wr

    os

    aqu aste d .

    .

    ' ecrr que a conciencia fon-

    El

    desarrollo de la alfabetizacin, parte / 115

    mica parece contribuir ms a aprender a leer de lo que aprender a leer contribu- V

    ye a la conciencia fonmica (Wagner, Torgesen yRashotte, 1994; Wagner y otros,

    1997).

    a enseanza de

    la

    conciencia fonmica y el lenguaje integrado

    Existe otro conjunto de datos que es contundente con los crticos de la ense

    anza de conciencia fonmica. Cuando en las aulas del lenguaje integrado

    se

    po

    nen en prctica actividades destinadas explcitamente a aumentar la conciencia

    fonmica de los alumnos, se producen beneficios evidentes. En un estudio sobre

    la

    enseanza australiana en las guarderas, Jillian Castle, J acquelyn Riach y T om

    Nicholson (1994) manipularon la presencia o ausencia de la enseanza de la con

    ciencia fonmica entre unos alumnos preescolares que reciban una formacin

    propia del lenguaje integrado. Elaboraron dos estudios, uno de los cuales

    se

    cen

    traba en el desarrollo de las habilidades de pronunciacin y el otro en el desarro

    llo

    de la capacidad infantil de leer palabras que no haban visto nunca. La formacin

    a nivel de conciencia fonmica implic dos sesiones semanales de 10 minutos, du

    rante

    10

    semanas. Aunque los resultados no fueron muy prominentes, cuando los

    alumnos recibieron esta formacin fonmica, hicieron progresos evidentes en las

    habilidades de pronunciacin y la lectura de palabras falsas

    (es

    decir, inventadas,

    para garantizar que los alumnos jams las haban visto antes), comparados con los

    alumnos de control.

    Si

    bien Castle y otros (1994) han documentado la incorporacin ms cuida

    dosamente controlada de la enseanza de conciencia fonmica en lo que eran, sin

    duda alguna, aulas de lenguaje integrado, existen otros estudios en los que se ha

    seguido este mismo proceso de insercin. As, Byrne y Fielding-Barnsley (1991,

    1993, 1995) registraron unos beneficios a largo plazo cuando se aadi la forma

    cin a nivel de conciencia fonmica a las experiencias preescolares de nios y ni

    as de cuatro aos (en doce sesiones de media hora, una

    vez

    por semana). Ade

    ms, los nios preescolares en el estudio de Blachman, Ball, Black y T angel (1994)

    ya haban experimentado una formacin tan incompleta con respecto

    al

    desarro

    llo de habilidades, que los nios slo conocan un promedio de dos letras a mitad

    del primer ao de guardera; sin embargo, cuando

    al

    final del ao

    se

    aadieron

    once semanas ms de formacin sistemtica de la conciencia fonmica, esto pro

    dujo un gran efecto sobre la calidad de las pronunciaciones inventadas de los ni

    os, dado que los que haban recibido la formacin correcta eran capaces de de

    letrear las palabras reflejando con mayor precisin su verdadero sonido que los

    participantes de control. Los nios que haban recibido formacin tambin solan

    deletrear las palabras con mayor precisin que los otros .

    Resumiendo, podemos decir que cuando la formacin a nivel de conciencia

    fonmica se aade a los entornos educativos en los que se ensean pocas habili

    dades, se detectan beneficios evidentes en los alumnos que la reciben. Aunque los

  • 7/26/2019 Alfabetizacin-parte 1_Michael Pressley

    13/17

    116

    1

    moensear a leer

    efectos positivos de la enseanza de conciencia fonmica en Castle y otros 1994),

    que es el estudio ms fcilmente interpretable

    de

    los que existen en torno

    al

    len

    guaje integrado, no fueron muy destacados, s eran evidentes en cierta medida.

    Adems, la enseanza de conciencia fonmica en Castle y otros 1994) fue breve,

    si la comparamos con otras versiones de

    la

    misma, de modo que ya el hecho de de

    tectar ciertos efectos en ese experimento concreto es notable. El hecho de que la

    formacin fonmica impartida en el estudio de Byrne y Fielding-Barnsley

    1991)

    y Blachman y otros 1994) fuera tambin breve, y sin embargo produjera efectos

    positivos comparada con la enseanza propia de las aulas que no formaban mu

    cho a los alumnos a nivel

    de

    habilidades, nos anima a llegar a la conclusin de

    1

    que la enseanza de la conciencia fonmica puede llegar a ser un instrumento po

    deroso.

    esumen

    Muchos alumnos de preescolar y de grado 1 no son conscientes de que las pa

    labras son cadenas de sonidos que se pueden separar unos de otros, y que se pue

    den volver a unir para formar otras palabras. Carecen de conciencia fonmica,

    ___ vr

    una percepcin metalingstica que parece ser esencial para aprender a leer. Afor

    tunadament e, esta conCiencia se puede desarrollar

    por

    medio de la enseanza, y

    produce unos claros beneficios sobre la consiguiente adquisicin de habilidades

    de lectura.

    Las firmes asociaciones entre la conciencia fonmica y la buena capacidad de

    lectura han llamado la atencin de los investigadores sobre este aspecto concreto

    del desarrollo de la alfabetizacin. El resultado

    ha

    sido el de un conocimiento in

    crementad o sobre la conciencia fonmica y su desarrollo, de

    modo

    que hoy da se

    pueden

    ofrecer pautas claras para que los docentes

    de

    preescolar en activo sepan

    cmo desarrollar la conciencia fonmica en sus alumnos . El parvulario es el mo

    mento ms adecuado para recibir esa formacin, dado que la conciencia fonmi

    ca es un importante requisito previo para aprender a descodificar, una prctica

    que constituye tpicamente uno de los punto s clave del grado 1, que es cuando se

    aprende a leer.

    He ledo una afirmacin muy frecuente que dice que los nios pueden desa

    rrollar esta conciencia fonmica si pasan mucho tiempo escuchando cuentos e in

    teractuando con libros repletos de muchos y variados sonidos, desde una pers

    pectiva ldica, como

    por

    ejemplo rimas y aliteraciones. Aunque ahora mismo no

    logro record ar ningn estudio que re spalde esta aseveracin, vale la pena destacar

    que se

    ha

    elaborado una lista de los libros que podran usarse en este sentido

    p.ej., Yopp, 1995). Como mnimo, muchos de esos libros, presentes en los par

    vularios, ofrecern un tremendo estmulo a los alumnos para que piensen en los

    sonidos de las palabras.

    l

    desarrollo de

    la

    alfabetizacin 1 parte

    1

    117

    esumen

    1.

    A lo largo del siglo xx, los psiclogos han es tu_iado la

    ~ a l p o r t a n c i a q ~ e

    tie

    nen los aos preescolares y las primeras relac10nes soCl es que mantlenen

    los nios. Bowlby 1969) y otros psiclogos del desarrollo l l e g a ~ ? n a com

    prender la importancia que tiene que un nio desarrolle una rel_clon de con

    fianza con

    un

    adulto, tpicamente su madre, ya desde sus

    p r l f f i ~ ~ o s

    meses

    de vida. Esta relacin constituye el contexto en el que madre e h1o pueden

    explorar juntos nuevas cosas, incluyendo las letras del alfabeto, las palabras

    y los textos. . ,

    En los aos noventa se est explor ando a fondo la relaCion entre el de-

    sarrollo psicoemocional en la infancia y durante los ~ ~ o s

    p r e e s c o l a r e ~ Y

    las

    interacciones cognitivamente orientadas

    entre

    el

    nmo

    sus progemtores

    y otras personas. El trabajo del grupo holands ~ u s y IJzendoorn, 1995J,

    que

    ha

    establecido que las interacciones alfabeuzadoras son mucho

    productivas cuando existe un vnculo de apego

    se

    uro e ~ t r e m_adre e]Lo

    cada vez atrae ms la atencin, y no cabe duda de que los mvestlgadores

    se-

    guirn atentos a esta corriente en

    H o l a ~ d a

    y en muchos otros lugares. Una

    implicacin significativa de esta mvest1gac10n es que no es p r o b a ~ l e que

    la enseanza alfabetiza dora demasiado condensada sea

    u ~ a

    _ e s t r a ~ e g l ~

    efec

    tiva para garantizar que los nios aprendan a leer y escnb,lr. Mas b1en, el

    mensaje que se deriva de los datos holandeses es que habna que hacer

    dos los esfuerzos posibles para garantizar que las madres sean muy sensi

    bles con sus bebs, po rque esta sensibilidad constituye la ?ase de un apego

    seguro. Afortunadament e, los investigadores van d e s c u b n ~ ~ d o maneras de

    estimular a los padres a que sen ms s e n ~ i l e s con sus h 1 o ~ dado que l_a

    responsividad paternal/maternal es la clave para desarrollar vmculos afecti-

    vos sanos entre padres e hijos. . .

    Un apego seguro es importante par a el desarrollo cognltlvo,

    P?rque

    las

    habilidades intelectuales se desarrollan interactuando con otros; este es un

    punto de vista que introdujo Vygotsky hace medio siglo, y que o l a m ~ n t e

    ahora se est estudian do en serio en Occidente. Vygotsky

    Y

    otros

    ~ v e s t l g a -

    dores rusos han establecido la importancia que tiene

    e l l e n ~ u a e p ~ r a

    el

    pensamiento y para su organizacin;

    e ~ t ~

    tiene una importanCia espec1al en

    relacin a cmo aprender a leer y escnb1r.

    2. Los captulos 2 y 3 introdujeron los p:ocesos

    f ~ n ~ l g i c o s

    que

    c o n l l e v ~ l a

    lectura, es decir, el lenguaje como el mtermediano para

    reconocery

    a-

    bras. En los captulos siguientes elaboro la teora de _que los mecanismos

    del habla son esenciales para la lectura. Lo que conv1ene d e s t a c a r _ ~ ~ e ~ t e

    punto es que Vygotsky tambin afirm que el d e s a r ~ o l l o de habili a es

    para la resolucin de problei)1aS relativos al

    l e n g u a ~

    ~ r a l uene ~ ~ g a r _ m e -

    diante la relacin con otras personas. Segn los sov1et1cos los nmos

    ~ t e -

    riorizan los dilogos que mantienen con los adultos cuando deben reso ver

  • 7/26/2019 Alfabetizacin-parte 1_Michael Pressley

    14/17

    118 Cmo ensear a leer

    un problema. Desde este

    punto

    de vista, hay muy buenos motivos para que

    los adultos y los nios pasen tiempo conversando sobre los problemas

    que resultan difciles para estos ltimos.

    3.

    En

    diversos puntos de este captulo he mencionado algunas investigacio

    nes que ayudan a los padres a interactuar con sus hijos, de manera que esa

    relacin sea ms sana y productiva. Incluso las intervenciones ms breves

    pueden provocar tremendos cambios en estos estudios. Esta obr a deja cla

    ro que las interacciones padres-hijos son plsticas: los padres que no son lo

    bastante sensibles a sus hijos pued en a prender a serlo. Es to anticipa tam

    bin un tema que reitero a lo largo de este libro: algunas interacciones

    adultos-nios tienen ms probabilidad de fomentar el desarrollo cognitivo

    infantil que otras. Por ejemplo, una caracterstica importante de las rela

    ciones efectivas padres-hijos, que

    ya

    hemos enfatizado en este captulo,

    es

    que el

    input

    debe estar den tro del nivel que pueda alcanzar el nio. En

    el

    caso de las interacciones saludables, el adulto no exige del nio ni dema

    siado ni demasiado poco, sino que se limita a respaldarlo a medida que va

    adquiriendo nuevas competencias. Esta observacin

    es

    coherente con un

    tema recurrente en la literatura de la motivacin, que dice que para que

    una perso na tenga xito en algo tiene que estar muy motivada pero, ade

    ms, que cuan do intente alcanzar una meta sta no debe ser inalcanzable.

    Es todo un estmulo trabajar en los lmites de nuestra competencia, porqu e

    cuando esto sucede, conseguimos que aumente. sta es una idea que han

    reiterado muchas veces los tericos que estudiaban la motivacin humana

    (p.ej., White, 1959). Volveremos a ella cuando hablemos de la naturaleza

    de la enseanza efectiva para leer y escribir, tema que exploraremos en los

    captulos siguientes, sobre todo en el8.

    4. Las interacciones padre-hijo, por s solas, no son suficientes para pr eparar

    al nio para que tenga xito cuando aprenda a leer y escribir; esto lo vemos

    con gran claridad sobre todo en la investigacin sobre la conciencia fan

    mica. En trminos ms positivos, hemos aprendido mucho sobre cmo

    pueden interactuar los adultos con los nios para desarrollar en stos la

    conciencia fonmica; y lo cierto es que

    no

    se

    trata slo de sumergirlos en

    lecturas, escrituras y actividades de alfabetizacin. Antes bien, esto se con

    sigue mediante una enseanza que tenga sentido desde nuestra

    -

    sin de la conciencia fonmica, enseanza que es producto de una cuida

    JOSa mvest1gac1n .

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