Alcala Galiano Y Osma Alvaro - España Ante El Conflicto Europeo 1914 - 1915
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ALVARO ALCAL GALIANO
Espaaanteel
Conflicto Europeo1914=1915
MADRID1916
La Verdad sobre la Guerra,Orgenes y aspectos del Conflicto Europeo,(cuarta edicin)
por
Alvaro Alcal Qaliano.
[H]
la Vrit surpar
la
finerre,
Origine et aspects du Conflit Europen,traduit de I'espagnol
Alfred de Bengoechea.Avant-Proposde
Paul Hervieu,de l'Academie Fran^aise
The Truth abont the Warby
Alvaro Alcal Galiano.(Translated from the spanisb)
Fisher Unwin. Ld. London
El estudio de Alvaro Alcal Galiano, sobre las causas j probables de la g-uerra europea, no es, solamente, la revelacin de un entendimiento fornido y de un caudal de lectura que pocos hombres han acumulado a la temprana edad del joven y brillante escritor; es tambin un noble gesto de asco, imposible de reprimir, para un espritu generoso, ante el presento espectculo de barbaverosmilesrie
que estn dando
las naciones.
Manuel Bueno, en
el
Heraldo de Madrid.
El folleto del Sr. Alcal Galiano no es un alegato fro y calculado; tiene la exuberancia cordial de la oratoria, que es tal oratoria; hablada o escrita, pues escrita la hay tambin y abunda en peridicos y piezas literarias menores. Es, adems, este opsculo un acto de independencia por parte de un escritor joven, procedente de un medio social donde, al parecer, predominan ideas opuestas a las
que en dicho E.
folleto se defienden.
GMEZ DE Baquero, en El Impar cial.
El folleto de D. Alvaro Alcal Galiano, La Verdad sobre la Guerra, ha producido en Francia grata, honda y saludable impresin. Saludable, porque ha venido mitigar los recelos y desconfianzas que inspira el estado de nuestra opinin pblica, con la gran ventaja de su procedencia, por el hecho de juntarse, en este caso, la representacin de un intelectual con la representacin de unaristcrata.
-Juan
de Bcon, en La poca.
El joven y distinguido escritor D. Alvaro Alcal Gaque ha obtenido ya muchos xitos literarios, acaba de publicar un tomo interesantsimo y de gran actualidad, que lleva el titulo La Verdad sobre la Guerra: Origen y aspectos del conflicto europeo, en el cual ha reunidoliano,
todos los documentos e impresiones quela opinin
han de7
influir
en
de la gente deseosa de conocerT ^ La Correspondencia7.
los aconteci-
mientos.
de iLspaa.
T-,
lecturas,
Escrito bajo la impresin de recientes discusiones y segn honradamente confiesa el autor, en el
prlogo, claro es que el libro no puede hallarse absolutalibre de apasionamientos; pero como el Sr. Alcal Galiano se ha tomado la molestia de pensar, buscando siempre elevacin para sus puntos de vista, y como, adems de pensar, ha estudiado los antecedentes del conflicto, abundan en su obra atinadas observaciones y comentarios y juicios personales llenos de inters.
mente
Diario Universal.... La Verdad sobre la Guerra, si bien delata un temperamento brioso y apasionado, no hace olvidar al hombre estudioso; al observador certero y agudo; al poltico subdito del ideal que sustenta; al aristcrata que, palmo a palmo, conoce la cultura y la nacin por l comentada;
al
hbil discutidor, al fervoroso apstol que, cual encenfe,
dido por la lumbre interior de sudel lector las doctrinas por l
graba en
el
nimo
pregonadas.
Adrin de Loyaete, en El PuebloEl autor, D. Alvaro Alcal Galiano, lleva
Vasco.apellido
un
en la vida poltica de su patria. Ya nos era muy ventajosamente conocido como novelista, as como por un estudio sobre la novela moderna en Espaa y por sus libros Impresiones de Arte y Del Ideal y de la Vida. Esta vez ha condensado, en menos de cien pginas, el alegato mejor concebido para ganar la causa de los aliados, ante aquellos compatriotas suyos en quienesilustr el siglo pasado,
que
puedan
subsistir
an
irreflexivos convencionalismos.
Paul Hervieu, de
la
Academia Francesa.
(Pre-
facio de la traduccin francesa.)
Espaa, incluso entre los liberarepublicanos y los socialistas; y francfilos incluso entre los miembros del clero y de la nobleza. Pongo como ejemplo La Verdad sobre la Guerra, una obra de formales, los
Hay germanofilos en
concisa y pura cuyo joven autor, lleno de talento, M. Alvaro Alcal Galiano, hijo del antiguo Embajador de Espa-
a en Londres, pertenece a
la aristocracia catlica.
Los
hechos, expuestos con franqueza y vigor, las ideas grandes y elevadas de derecho, de justicia y de humanidad,
atraern a cuantos haya ofuscado
el
bluff colosal de
Germania.
Maurice Barres, deL'Echo de Paris.
la
Academia Francesa, en
Tan buen sentido, tanto rigor en el razonamiento y tanta claridad en la expresin, causan una impresin reconfortante. La dialctica muy oportuna del Sr. AlcalGaliano, seguros estamos de que triunfar sobre muchasideas preconcebidas y que har caer muchas anteojeras. Escribiendo pginas tan repletas de verdades, el autor ha
prestado a sus compatriotas un eminente servicio, a la vez que ha dado prueba de un valor cvico por el cual se le debe felicitar ampliamente.
A. Morel-FAtio, en
La Eevue
des
Deux Mondes.
y de propaganda, La Verdad Alvaro Alcal Galiano ha reunido, con el propsito de combatir al partido germanfilo espaol, los principales argumentos que demuestran, con toda evidencia, la responsabilidad de Alemania en la guerra europea, sus apetitos ilimitados, su deformacin moral, su culto exclusivo de la fuerza.su obra de polmicala
En
sobre
Guerra,
el Sr.
Marcell Rouff, en
el
Mercure de France.
cin de
Tenemos verdadero gusto en discernir, bajo la discreun lenguaje atento en observar la neutralidad
nacional,
un sentimiento de
justicia debido a la causa de
y nos apresuramos a expresar nuestra gratitud al talento lleno de erudicin que nos ha expuesto las simpatas que siente por Francia la caballerosa Espaa.los aliados,
Le Gaulois.El autor, despus de haber sealado los excesos monstruosos cometidos por los alemanes en Blgica y en Francia, analiza las teoras que ha engendrado Alemania des-
de Fichte hasta Von Bernhardi.
Le Temps.Para orientar a sus compatriotas y paratrazates
decirles, a
veces, verdades bastante amargas, el Sr. Alcal Galianolos orgenes del conflicto y los lazos que los agenalemanes tienden a la hidalga Espaa. Han querido servirse de ella, en el orden espiritual, como en el orden material se han servido de Turqua.
Journal des Debats.
En un prefacio que encierra, acaso, las ltimas lneas que haya escrito, Paiil Hervieu ha hecho un bello y sobrio elogio del autor y de su traductor el poeta hispano-franA. de Bengoechea. Este librito es un alegato en defensa de la verdad y de la civilizacin, obra de un espritucs,
independiente y luminoso, como nacen a patria de Cervantes.
menr
lo
en la
La Revue, de
Pars.
Esta traduccin del llamamiento de un escritor espaol a sus compatriotas, har comprender a los ingleses las fuerzas contrarias que forman la opinin espaola respecto de la guerra. Con admirable claridad y elocuencia, el autor analiza el conflicto y denuncia la propaganda pangermanista como fatal para los intereses de su patria.
The Times.
Se trata de un folleto de 47 pginas, y es un excelente la guerra, dado el espacio en que est con(lensado el problema. Se ha traducido al ingls y, al rels de lo que suele pasar con otras traducciones, resulta (le fcil y amena lectura. Con un estilo de lo ms claro, el autor seala los verdaderos instintos belicosos de Ale-
resumen de
mania.
The Morning Post.Siemprees interesante el saber lo
que piensa un ex-
tranjero inteligente sobre los actos de sus propios compatriotas, sin dejarse influir
por
el
ambiente nacional. La
Verdad sobreI)aol
Guerra es la traduccin de un folleto esque vale la pena de leerse, puesto que Espaa eslaal parecer,
de las pocas naciones europeas que, cern alejadas del conflicto actual.
permane-
TTie Spectator.
La Verdad sobrel)re el
la
Guerra
es
una pequea obra
so-
origen y aspectos del conflicto europeo, traducida del espaol, que escribi D. Alvaro Alcal Galiano... Hay, por lo menos, un pensador en Espaa que se ha
dado cuenta del verdadero estado de
las cosas.
Nottingham GuardinMuchosde ven
escritores
han dado su opinin respecto
al
modo
las terribles dificultades del conflicto: algunos,
como
el espaol Alcal Galiano en La Verdad sobre la Guerra, condenan esta misma guerra por su falta de miras elevadas, su esterilidad y sus desastres incalculables.
The Review of Eeviews,El Sr, Alcal Galiano habla claro en su librito acerca de Alemania, de la Icultur y de Nietzsche. Empieza describiendo la bancarrota de la civilizacin y de la religin;
las
salpicaduras del socialismo y del internacionalismo
que
In
guerra ha esparcido por toda Europa. Termina pregun-
tndose: Cul ser el resultado de toda esta ruina y desolacin?... Su misma respuesta es: Nadie puede preverlo.
New
India (Madras).
Segn parece, hay una gran divergencia de opiniones en Espaa respecto la guerra, y el Sr. Alcal Galiano lux tomado la pluma contra los germanfilos que, a juzgar por lo que nos dice, deben ser muy numerosos entre los espaoles.
The Japan Chronicle (Japn).El Sr. Alcal Galiano ha conseguido en la aristocracia
y en
pblico en general un gran xito con este libro, para combatir las opiniones errneas que la propaganda alemana trata de introducir en Espaa.el
escrito
The Neic York Herald.Librito
muy
discutido en
Espaa y digno de meditarse.
La
Obra, de Buenos Aires.
El escritor espaol Alcal Galiano, en un libro reciente cuyas numerosas ediciones se han agotado en pocos meses, ha definido con extraordinaria claridad la verdadera cencia del imperialismo britnico. El hecho tiene su importancia en Espaa, pas de grandes arranques idealistas, y donde una politiquera clerical y de tauromaquia haba explotado, en contra de Inglaterra, la espina fantstica de Gibraltar.
M Da (Montevideo).
Espaa ante
el
Conflicto
Europeo
1914-1915
ALVARO ALCAL GALIANO
Espaaanteel
Conflicto Europeo1914=1915
MADRID1916
Es propiedad del autor.
Queda hecho el que marca la ley.
depsito
AL LECTOR
Este libro ha sido escrito duranteel
verano y otoo de 1915; es decir, en plena guerra euroel
pea. Reflejan sus pginas, en parte, la opinin
espaola, y en parte las evoluciones del conflicto
europeo^ vistas por un espectador desde estelado de los Pirineos.
Dejando correr
la
pluma a comps de
los
acontecimientos, han quedado impresas en mis
pginas las mil fluctuaciones del aspecto poltico
y del militar en esta etapa histrica de 1914 a 1915. As, en lo que se refiere a la poltica espaola, el Gabinetelos
Dato rige nuestros destinos enel
primeros captulos de mi obra y enel
ltimo
cambia
decorado nacional con la subida alliberal.
poder del partidopues,
El lector no tiene,ltimo
ms que recordar ao que ha pasado ya a
los sucesos della Historia,
para vivir
en plena actualidad.
VI
ESPAA ANTE EL CONFLICTO BUR0PE30
Espaa ante el Conflicto Europeo es como una ampliacin de lo esbozado en La Verdad sobrela Guerra.
Pero sta fu una obra de polmica,
lanzada como refutacin a toda una campaa decalumnias, errores e intereses que desorientaban
a la opinin pblica, mientras que la de ahora,escrita
con mayor serenidad,
si
bien con igual
convencimiento, es obra de anlisis y de observacin. Describen sus pginas el estado de opi-
nin del pblico espaol,
ms que
la tragediael libro, al
misma, y amenos,enla cual
falta
de otras cualidades,
revelar al lector
una gran sinceridad,
no influyen
ni el
medio ambiente, ni
prejuicios de clase, ni etiqueta de partido.
El Autor.
LOS PROGRESOS DE LA CIVILIZACIN
Al estallar el magno conflicto de la civilizacin, que hemos llamado la guerra europea, Espaa, una vez declarada la neutralidad, para calmar sus inquietudes, se conmovi y agit en pro o en contra de los beligerantes con el ardor del pblico romano presenciando la lucha de los gladiadores en el circo. Esta vez el circo era la vasta arena de Europa,
y
el
espectculo visto desde este lado de los Pi-
rineos prometa ser gratis, aunque luego haya-
mos pagado, tambin, nuestra parte involuntariaen los gastos que haba de causar la tragediauniversal.
Por
el
momento,
el
vulgo, siempre infantil e
impresionable, no advirti las consecuencias,sino el inters enorme, palpitante de la luchagigantesca... Vencer Alemania?... Se defende-
r Blgica?... Resistir Francia?... Qu harInglaterra?...1
i
ESPAA ANTE EL CONFLICTO EUROPEO
Las apuestas,
las suposiciones, las noticias, co-
rran de boca en boca con ansiedad febril.
Somos
dados a las emociones violentas. No en balde son las corridas de toros nuestra fiesta nacional, bamos, al fin, a ver los toros... desde la barrera, como se dijo hasta en la prensa. Tambin omos, entonces, aquello de... ahora les toca a ellos; lo cual quera decir que pasado el
muy
mal rato
del desastre colonial, antehistrico, hacindonos
una Europael
espectadora, la suerte nos favoreca en
actual
momentodores.
ahora especta-
El primer caonazo en Europa trajo,ters,
como
es
natural, pnico, incertidumbre, espectacin, in-
y sobre todo, un general asombro. La mayor parte de las gentes no crean probable una conflagracin europea. Las teoras pacifistas, los Congresos de la Paz, el internacionalismo obrero, haban desviado, hasta estos tiempos recientes, la atencin pblica de las teoras agresivas de algunos escritores alemanes, de los armamentos colosales de Alemania, de la competencia entre el Imperio y la Gran Bretaa al construir ambas sus naves con febril impaciencia y creciente rivalidad... Oamos con frecuencia decir en charlas polticas: Veremos la guerra naval de Inglaterra y Alemania?... pero se hablaba de ello como de un peligro menos prximo y terrible que otras evoluciones de nuestra civilizacin. Acaso la guerra, en el exterior, haya retrasado un tanto otras guerras interiores; no creo que
LOS PROGRESOS DE LA CIVILIZACINlas borre,
3
como
se figuran los militaristas. Estas
amenazas, paralizadas en la hora actual, constituan un grave peligro en cada pas. Era el formidable avance del socialismo, el asalto del radicalismo al capital, escalando primero los parlamentos, despus los gobiernos. Era el problema obrero, los sindicatos, las huelgas, unas veces con legtimas aspiraciones, otras con carcter marcadamente revolucionario que producan el choque inevitable de las dos fuerzas contrarias: la masa obrera y las tropas, el pueblo y latradicin, la revolucin contra la autoridad.
En algunos
pases, la anarqua haba vencido
todo obstculo, saciando su sed de odio y de venganza con el apodo de Repblica; vase el triste
y vergonzoso desquiciamiento de Portugal, entregado a las turbas de aventureros polticos que expoliaron a la Monarqua y hoy explotan a unpueblo engaado... Y, sobre todos los tronos y todos los caudillos gobernantes, bien fuesen radicales o conservadores, amenazaban de continuo los trgicos nubarrones del atentado; caanvctimas del crimen unperatriz de Austria,
Rey Humberto, una Emun Carnet... y tambin un
Cnovas, un Stolypin, un Canalejas. El socialismo revolucionario y el anarquismo disolvente parecan las dos ms graves amenazas deesta
humanidad culta y progresiva, cuyas armas son la violencia y la destruccin, lo misentre los individuos que entre los distintos
mo
Estados europeos.
4
ESPAA ANTE EL CONFLICTO EUROPEO
sas, hacindolaste.
La guerra ha empequeecido todas estas codesaparecer momentneamen-
Los problemas sociales padecen un eclipse. hay que suponer, por eso, que han dejado de No existir. Volvern con la paz, ms apremiantes,
ms amenazadores.la
Si el militarismo vence en hora actual, quiz venga luego una formida-
ble reaccin contra su agresiva preponderancia,
cuando de entre las ruinas humeantes aparezca, muerte triunfadora, coreada por el hambre y la miseria. Negra pesadilla que debesiniestra, la
turbar ya a algunos ministros y soberanos responsables!...
A pesar de que dice Treischke, y repiten sus admiradores inconscientes, que ... entre los pueblos civilizados la guerra es la nica forma del progreso, la guerra no es ms que un lamentable retroceso en la Historia. Podr ser un progreso material para el usurpador, como lo es para el ladrn y el criminal el asaltar al prjimo y robarle su dinero. Eso es indiscutible. Pero huelgan entonces las palabras progreso, civilizacin, cultura y otros motes con quepretenden adornarla los modernos profesores alemanes. Despjese de sus ropajes de falso idealismo y llmense las cosas por su nombre: codicia, robo, violencia, crimen. Criminales son los monarcas y los polticos que, por ambicin personal o anhelo de conquistas, provocan una
guerra y lanzan millares de vctimas
al
abismo
LOS PROGRESOS DE LA CIVILIZACIN
O
de la muerte. As se explica que despus de alel despertar de los pueblos derrotados y estallen sangrientas revo-
gunas guerras, sea terrible
luciones. El pueblo vencido quiere liquidar las
cuentas,
y no hay botn para reparar
tantas pr-
didas de hombres y dinero. Y entonces se desborda la ira colectiva y la sed de venganza confundiendo, en su ciego furor, a inocentes y culpables. Mientras dura la lucha, el patriotismo apagalos rencores
de los partidos polticos e idealiza la causa de la guerra. En la guerra lo que se pideSi lasal
es sntesis,co.
accin; no anlisis y espritu crtimasas tuviesen esa frialdad de ni-
mo
juzgar los hechos de sus gobiernos, acaso
disminuira un tanto el patriotismo de los pue-
Leyendo la Historia serenamente, aumenen nosotros la conviccin de que no hay ms que una guerra santa, legtima: la de un pueblo que defiende su territorio patrio contra el invasor. Fu lo que hizo noble y heroica nuestra guerra de la Independencia contra Napolen. Enblos.
ta
la conflagracin actual europea, es lofica la
que dignicausa de Francia, invadida otra vez por los alemanes, sus implacables vencedores. Hace de Blgica, un pas pequeo en el mapa y grandioso en la Historia; un pas que no quiso claudicar su nacionalidad ni servir de objeto utilizable por miedo y servilismo. Digna tambin de
mencin es Servia, de quien el Imperio AustroHngaro, acaso inspirado por un vecino desptico, exigi
unas condiciones vergonzosas y humi-
6
ESPAA ANTE EL CONFLICTO EUROPEOEl caso ^era provocar una negativa y un pretexto, aun cuando fuese
liantes.
hallar pronto
malO; para encender la mecha. Si la anexin de la Bosnia y la Herzegovinatrajo,
como
represalias de
una raza humillada,
el
terrible atentado de Sarajevo, imagina el lector
qu foco de legtimas venganzas no sera el da de maana Blgica, sometida al yugo alemn? Si esto, en efecto, sucediese y fueran los Prncipes prusianos a visitar sus nuevos Estados, amparndose en las tropas y la polica, iba a sorprender a nadie una repeticin de Sarajevo? No; sera el natural recibimiento que el hambre, la ruina
y
el
patriotismo herido, dispensa-
ran a la tirana. Vencidos y pisoteados el derecho y la justicia por las armas, no tendran ms remedio que hacer uso de las mismas, contra los usurpadores.
Los entusiastas partidarios del militarismoprusiano, dicen a esto y a todo: /La guerra es la guerra! Tanto equivale decir con Perogru11o,
inspirador de aquella frase: el robo es el
robo, o bien la fuerza es la fuerza... Todoello es
muy cierto, por desgracia. Lo triste es no poder decir, en pleno siglo xx: la razn es la fuerza o el derecho es nuestra ley. Haber vuelto a las mismas carniceras humanas deotros tiempos, sin idealismos religiosos o caballerescos, ni
ms pretexto que el dinero y la expansin territorial, prueba que somos gente muy despreciable comparada con el hombre pri-
LOS PROGRESOS DE LA CIVILIZACIN
mitivo de las cavernas, que no presumira decultura.
Y
modernos quela
a esto dirn los superhombres prcticos y desdean los sentimentalis-
mos... pero en qu cabezaversal, mientras
de un soador, cabe el haya naciones y fronteras?... Bueno ser insistir en que no hemos credo semejante absurdo. La guerra podr ser una de las mayores plagas humanas, pero el deber de
humana, no siendo creer en una paz uni-
en sofocarla, como hacen la ciencia y la higiene en las ciudades, aislando las epidemias. Decir que siempre ha habido guerras, como un mal irremediable, equivale ala civilizacin consiste
decir que todo ser
'humano ha de morirse, ycuidados intiles, re-
que huelgan, por
lo tanto,
y consultas de mdicos. Con tan sanchopancesca teora, claro est que al primer catarro fuerte se iba uno al otro mundo sin necesidad de medicinas. La ciencia mdica y la ciruga no habran dado un paso en estos veinte siglos, puesto que no habran de suprimircetas facultativasla muerte.
Pero el sentido comn y la experiencia nos dicen que la ciencia y el progreso pueden con frecuencia vencerla y alejarla en varios casos. Ya no se mueren las personas de los mismos males que se moran hace un siglo. Hay enfermedades, antes incurables, que hoy tienen rpida y fcil curacin. Y aun sabiendo la muerte inevitable,el
ser
humano, egostamente,
prefiere,
o
ESPAA ANTE EL CONFLICTO EUROPEO
enfermo y todo, seguir viviendo a dejar de existir. Si est sano y bueno, soar como suma felicidad morirse de viejo.
la
Las mismas observaciones son aplicables a vida de los pueblos, aunque sean dbiles, y
segn los apstoles del militarismo, no tengan derecho a la vida. Con tan rigurosas medidas me temo que iba a estar nuestro planeta muy poco habitado. Claro est que para el General von Bernhardi, teorista neroniano, el ideal sera que lo habitaran slo los alemanes. Desde su punto de vista, es todo un programa patritico, no cabe negarlo. Lstima grande que la Providencia, al hacer el mundo, no tuviera esto en cuenta, y poblara el universo de tantas razas menos cultas, aunque a veces ms humanas! Verdad es que en tan remotos tiempos bblicos y en los orgenes del cristianismo, la Providencia sigui mostrando cierta preferencia por los humildes, los perseguidos y los pobres. Luego, dejando a un lado la Biblia y los Evangelios, incompatibles con la misin providencial de los pueblos modernos, cultos y progresivos, la Providencia, siempre sabia en sus decisiones, acab por germanizarse, y sin quitarle del todo sus amplios poderes de representacin al Vaticano, confi sus intereses, por lo visto, a los ejrcitos del Kaiser, con grandes muestras de regocijo por parte de muchsimos catlicos latinos y, lo que es an ms raro, de multitud de clrigos.
LOS PROGRESOS DE LA CIVILIZACIN
9
Sin
duda en
el
clamor de
la...
eco de aquellas palabras:este
lucha se ahog el mi reino no es de
nos, que
mundo. Tales son los ciegos impulsos humaaun en aqullos a quienes vemos apar-
mundo, sus pompas y vanidades, puede ms, a veces, el amor a un rgimen poltico, que el espritu de conformidad ante los males del siglo o la aureola del martirio y del sacrificio.tarse desinteresadamente del* * *
Ante el trgico espectculo que representa Europa, hay que aceptar humildemente el fracaso de la civilizacin. La palabra fracaso no es excesiva. Otro tanto diramos de la organizacin sanitaria de un pas que no hallara medio de sofocar una epidemia de tifus o de clera, aislando los focos de infeccin. Europa en guerra por un conflicto austro-servio, refleja algo ms desolador que la bancarrota de la diplomacia y de las teoras pacifistas; es la resurreccindel espritu primitivo con los refinamientos de laciencia. Equivale a
un ataque de
parlisis
quelos
detiene el progreso de la humanidad...tratados, de las conferencias
De
Congresos de la Paz, puede decirse, como Hamlet: ...palabras, palab^'as, palabras... En cuanto a las restantes naciones neutrales, viendo esta magna y brutal hecatombe con los brazos cruzados, hacen el efecto de unos bomberos que presenciaran
y de
los
10
ESPAA ANTE EL CONFLICTO EUROPEO
tranquilos un colosal incendio, en vez de apagarlo.
Aunque enhubo guerrascontribuido,
la historia de los pueblos
europeos
injustas, agresiones feroces
y
tira-
nas incalificables, la Historia del siglo
xx habr
vergonzosamente, a glorificar la fuerza bruta al hacer la apologa de la guerra.
la verdadera civilizacin de los superhombres alemanes, que han precipitado a su Imperio en esta lucha mundial. Aunque Moltke haya dicho que: ... la guerra es un eslabn en el divino sistema del Uni-
Nunca podr aceptarlas teoras
verso,l
factor
y Von Bernhardi, que ... la guerra es ms grande en el avance de la cultura(!),
y
del poder)
a nosotros, los decadentes
ci-
vilizados, nos parece la guerra el resurgimiento
detir
la barbarie antigua
y
eliminar
como una
que hemos debido combaplaga, en vez de fomenSi
tarla en libros
y en discursos.
algunos lectores
belicosos son capaces de entusiasmarse con estosfilsofos del militarismo, que no son ms que apaches intelectuales, despreciando leyes, tratados, razones y sentimientos humanitarios, vuelvan la vista a Blgica y digan si para este pas, hoy arruinado, ha sido la guerra... un avance
poder Quien escribi estas lneas, paradjicas y absurdas, slo debi pensar en el triunfo desptico del guila Imperial, saciando sus desenfrenados apetitos en la sangre y los despojos de otros pueblos destrozados!... La guerra ofensiva no puede nunca repreel
en la cultura y en
LOS PROGRESOS DE LA CIVILIZACIN
11
sentar el derecho
y
la
justicia.
El valor,
el
herosmo, la caridad, son casos aislados que no idealizan, a pesar de sus ejemplos, su vergonzoso origen: la codicia
y
el odio.
Y aun mirada bajola
su aspecto prctico, la guerra es la bancarrotadel progreso;
un eclipse de
Nada puede compensar
los millares
razn humana. de vidas sele-
gadas que pudieron servir para las artes, lastras, las ciencias, la civilizacin,
y han servido
slo de carne de can... Millones gastados en
armamentos y en acorazados que se van a pique en unos minutos... Hambre, miseria, emigracin de muchedumbres... Ciudades en ruinas, monumentos destrozados, cataclismos financieros hasta en los ms remotos confines de la tierra... Dnde est entre tantos horrores ese avance en la cultura?... No lo vemos, pero es, sin duda, por un absurdo sentimentalismo. Nuestro superhombre pangermanista dice, como el anarquista, que es preciso destruir para construir los Estados modernos. A fin de llevar a cabo con la mayor rapidez posible esta necesaria operacin quirrgica que salve a tiempo a la humanidad, no se ha reparado en gasto alguno al preparar los utensilios. Como siempre, la organizacin sanitaria de Berln previo todos los casos y todas las medidas; admirables ejrcitos,
colosales morteros, taubes
bombas y hasta gaseste
asfixiantes...
y zeppelines, Era preci-
so regenerar Europa, extirpando radicalmen-
toda raza
decadente y pueblo moribundo
12
ESPAA ANTE BL CONFLICTO EUROPEO
que perjudicara su organismo vital: Prusia. Nadie, por obcecado que sea, puede negar los grandes progresos realizados por el Imperio alemn para su obra redentora. Antao, tras largas y fatigosas luchas, moran miles de hombres. Hoy, gracias a los progresos de la artillera, mueren cientos de miles con relativa facilidad. Se recibe una lluvia de fuego sin saber de dnde, y se muere uno sin ver quin le ha matado. La ciencia militar, al extender tanto las distancias, ha dificultado la estrategia, pero ha proporcionado a los beligerantes el placer de no verse casi nunca. Los dreadnoughts, que tardaron meses en ser construidos, se van a pique en unos minutos, gracias a la pericia de los submarinos. Esta es otra gran ventaja, no bastante apreciada desde el punto de vista humanitario; son pocos los que se salvan, pero la habitual rapidez del hundimiento acorta los sufrimientos. Y as los zeppelines, que no haban sido de gran utilidad durante la paz, traen a las ciudades la viva expectacin de nuestros premios de loteras. Nunca se sabe dnde caen, ni cuntas bombas tienen la atencin de echar al indefenso vecindario, repartindolas equitativamente entre hombres, mujeres y nios. Algunos anticuados persisten en creer que esto no tiene utilidad bajo el aspecto militar. Se equivocan: estos medios se emplean para aterrar al enemigo, agotar su paciencia,destruir su resistencia fsica o moral.
El Estado
Mayor alemn, en su
patritico
LOS PROGRESOS DE LA CIVILIZACIN
13
afn de llevar a cabo esta dificilsima operacin quirrgica
inaplazable,
llegando
cuanto
antes con su bistur al tumor infeccioso, Pars,
todo lo tena previsto. Ni las neutralidades, ni los pedacitos de papel, ni los pactos haranvacilar su estoica serenidad ante
una guerrave-
necesaria. Pero el organismo
humano a
ces proporciona grandes sorpresas a los sabios
de la ciruga, y el bistur prusiano tropez con un quiste inesperado: Blgica. Ya sabemos elresto...
Europa, casi adormecida por el cloroformo del pacifismo, auxiliar de sus operadores, ha vuelto en s^ y a estas horas el paciente lucha contra los cirujanos que intentan seguir su operacin con ligaduras y sin anestsicos...*
tos,
1914, con sus modernos adelanhace de las guerras anteriores unos juegos de nios. Alejandro, Csar, Napolen, se quedaran asombrados al ver el progreso de la humanidad y sus nuevos medios de destruccin. Lo que va de ayer a hoy!, dira el prisionero de Santa Elena, sepultado en el Panten. Pero, acaso, al contemplar las inmensas hecatombes de Blgica, de Rusia y de Polonia, tuviera el gran artista de la guerra, un gesto de desdn para esta hecatombe europea sin arte, sin belleza, sin reglas, sin piedad, que difcilmente
La guerra de
14
ESPAA ANTE EL CONFLICTO EUROPEO
hallar el pincel de un Meissonier capaz de idealizarla.
La guerra, en
s,
puede slo idealizarse
al tra-
vs del arte, de los cuadros, de los libros, y, sobre todo, al cabo de los aos. El tiempo, ate-
nuando
el efecto de los odios y de los rencores, nos permite hoy la admiracin hacia un Napolen, invasor de Espaa, como hacia un Bolvar, libertador de la Amrica latina (1), Contemporneos suyos no habramos sabido, como espaoles, ms que odiarles. La guerra, idealizada por toda una retrica admirativa, es una plaga espantosa que debimos vencer y sofocar. Queden los conquistadores para lucir en los museos, entretenernos en los libros y ser admirados en los monumentos; tal
debi ser la orientacin social del siglo xx.
Y
ob-
serve
el lector
que
el
pacifismo no es un sueo
antimilitarista, sino antibelicoso.
No
se dice
(1)
No
obstante, dejando aprtela mentalidad
rcter de esos dos colosos de la Historia, es
y el cams hermosa
y humana
la
ptieblos, luch por la
obra de Bolvar, que dio la libertad a varios Independencia y deslig a todo unsin
continente de la vieja Europa, que la epopeya napolenica,
verdadera sangra mundial,las
provecho para ning\i-
na de
naciones conquistadas o vencidas, ni siquiera para Francia. Napolen es el sublime egosta cuya trgica aureola inspira pavor y admiracin. Su obra genial de
conquistador se desvanece en Waterlo, no dejando sino el recuerdo. l mismo, en Santa Elena, parece el fantasma de su Imperio muerto.
LOS PROGRESOS DE LA CIVILIZACIN
15
suprimir
el
ejrcito,
sino
evitar la
guerra.
Nocia,
se intenta acabar con las Juntas de Sanidad,
sino con la epidemia.
En cuanto a
la
diploma-
debi ser una medida preventiva, no ofen-
siva y demoledora. Su preparacin incesante
ha
contribuido a fomentar el incendio, en lugar deapagarlo, que es para lo que sirven losberos...
bom-
en el gran incendio que enrojece el horizonte de Europa, Espaa qued cruzada de brazos, mirando la hoguera mundial, sin saber an si el viento traer hacia ac las chispas e incendiar lo nuestro.
Y
II
LA NEUTRALIDAD Y LA OPININ
Qu hubiera sido de Espaa de no haber sidodeclarada la neutralidad porSr. Dato?...el
Gobierno del
En la memoria de todos estn aquellos das de inquietud, de apasionamiento, de acaloradas discusiones. Mil rumores confusos agitaban adiario ese caos de la opinin pblica, incierta,
voluble, impresionable
y
sin
rumbo
fijo,
cuya
ideologa se ha formado slo en los artculos deperidicos.
Y como en los comienzos de la guerra no llegaban las noticias, stas se fabricaban con gran urgencia en las redacciones bajo el encabezamiento de partes oficiales. nicamente no conociendo este pas puede uno sorprenderse de la lucha verbal y escrita que se ha entablado aqu durante la guerra europea. En los primeros momentos la confusin fu enorme y el vocero ensordecedor. Hasta reconocerse los partidarios de unos y otros ban-
18
ESPAA ANTE
BI.
CONFLICTO EUROPEO
dos^ rein una verdadera anarqua. Luego, los ataques han sido colectivos y han pasado de las polmicas personales al artculo, al libro y al
discurso poltico.
Nunca hubo en Espaanales,
ni aspiraciones nacio-
propiamente dichas, ni comunidad en las ideas, ni fraternidad en los sentimientos. La Historia de Espaa, con sus guerras civiles, susluchas interiores, sus fracciones polticas, es la
de una anarqua bajo la corona real. Este es el y de los antagonismos. Antagonismo de reyes, primero; de nobles, despus. Ms tarde rivalidad de partidos y eterna codicia del poder. Siempre hostilidad de clases, de creencias, de opiniones, y, sobre todo, incompatibilidad de razas, de regiones, que hacen de nuestra tierra un pintoresco mosaico ingobernable. Hay algo ms vago y abstracto que el llamarse espaol? Para el extranjero puede parecer esto, a primera vista, una clasificacin tnica. Para nosotros, no. Vemos un abismo entre un cataln y un castellano; entre un andaluz y unpas de las individualidadesgallego. El
mapa ha marcado
diferencias imposi-
bles de borrar; de ah se explica nuestra falta
de unin social y nuestro
tibio patriotismo.
el porqu de tan diversas opiniones: el germanofilismo de unos, el francofilismo de los otros y el sanchopancismo de los ms; cmoda postura de indiferencia en cuanto a la guerra europea que adoptan varios patriotas: para no discutir, segn
Tambin, quiz, pueda explicar sto
LA NEUTRALIDAD Y LA OPININdicen. Pudiera decirse: para
19
no
discurrir... es
ms
exacto.
Los preludios de la guerra despertaron, sin embargo, la conciencia adormecida de la mayora de los espaoles indiferentes, por lo comn,a cuanto sucede allende los Pirineos. Tenemos tantos problemas por resolver en nuestra mis-
que son aqu de un inters muy reproblemas internacionales. No es de extraar, por lo tanto, que, al romperse las hostilidades, los partidarios de unos y de otros beligerantes, poco enterados de los acontecimientos, dieran rienda suelta a la fantasa, compitiendo en inexactitudes y, sobre todo, en decir majaderas. Debo aadir con toda sinceridad que la mayor parte de los absurdos y de las monstruosidades las he odo de entusiastas germanfilos. El germanofilismo en Espaa ha sido, ms que nada, un delirio belicoso. Esto atena, en gran parte, la irresponsabilidad detierra,
ma
lativo los
sus desvarios.
Furor enles
la prensa, furor
en las personas:
ta-
fueron los primeros sntomas, mantenidos desde entonces con increble agresividad. Rencores antiguos, odios revividos, encuentros de
pasiones polticas reflejadas en la gran tragedia europea, y pocos razonamientos, escasa reflexinentre tantas discusiones y disputas. De la impresionabilidad meridional y de la ignorancia del
vulgo pudieron ciertos elementos polticos sociales formar una gran masa de opinin espaola
20
ESPAA ANTE EL CONFLICTO EUROPEOla causa
que crey justa y sagradania,
de Alema-
y hasta esa inicua falsedad de que el Imperio germnico se vea obligado a hacer una guerra defensiva.
En aquella hora de incertidumbre y de temor, una amenaza nublaba el horizonte de Espaa... bamos a entrar en la contienda?... Pareca, en efecto, como si el incendio se propagara de pronpor toda Europa. La chispa balknica de Servia y Austria sirvi al Imperio Alemn para encender la mecha y provocar el fuego en Rusia y luego en Francia. Fu todo cuestin de unas horas, de unos das. Europa, distrada por los telegramas, lasto
declaraciones periodsticas y los ultimtums, no vio la garra imperial del ave de rapia echandolea al fuego que iba a darle de pronto la supre-
maca mundial, sueo de su imperialismo. Armada y preparada durante largos aos para caersobre sus vecinos indefensos, crey llegadoel
momento. En estose equivoc. Alemania, modelo de organizacin militar y naval, formidable mquina guerrera, fracas en sus proyectos, debido a sus clculos errneos. A pesar de su inmensa red de espas, extendida por todos los pases, desconoci lamentablemente la psicologa de losotros pueblos.
polticos.
Esos clculos se fundaban en vulgares aspectos En el endiosamiento de su avasalladora fuerza, jams pudo figurarse que la insignificante y pequea Blgica haba de cerrar el paso su
LA NEUTRALIDAD Y LA OPININatropello.
21
Tambin desconoci a
Inglaterra, al
creer que el egosmo de la prfida Albin la apartara de la lucha europea mientras no ata-
caran directamente sus intereses. Este fu el gran golpe inesperado; la intervencin de Inglaterra en la guerra, cuando se la crea tan dividida en su interior con sus reformas financieras y autonmicas, con el lime rule de Irlanda y la amenaza de una guerra civil... No previo Alemania lo que era el patriotismo ingls, un arraigadosentimiento colectivo que apaga todos los odios
y
los rencores de partido, hasta cristalizar en un Gobierno nacional de antiguos adversarios. Si Blgica salv a Francia con su herosmo, solo
Inglaterra puede salvar a Europa del tirnico
pangermanismo. Ya vio el Kaiser cmo el pequeo e insignificante ejrcito ingls, lejos de ser aplastado^ segn su profeca, ha ido en aumento, a pesar de diezmarse lo ms florido de su juventud. No obstante sus escasos medios militares, el genio ingls, con su inteligencia y su tenacidad, podr a la larga ms que la fuerza y la preparacin guerrera de Alemania. Recordemos que el Imperio Britnico venci ^ a Felipe II, a Luis XIV y a Napolen. Los desatados sueos de ambicin del solitario de El Escorial y del Csar moderno, que tuvieron en ascuasal
mundo
entero, se estrellaron contra la realila
dad
supremaca inglesa, dos fechas memorables: la Armada Invencible y Santa Elena. Podr elhistrica, es decir,
reflejada en esas
22
ESPAA ANTE EL CONFLICTO BDROPRO
Imperio de los HohenzoUern derribar a la, hasta hoy, invencible Inglaterra?... Y sobre todo, conviene a Europa que el Imperio colonial ingls se vea sustituido en el globo por el Imperio militarista de Alemania?... Los partidarios ciegos de la Tcultur invocarn en vano la superioridad de la ciencia germana, pero los espectadores imparciales de esta guerra no podrn menos de lamentar la degeneracin intelectual de esta Tcultur pangermanista, que predica egostamente la supresin do los pueblos dbiles y el jDeutschland her alies!, justificando y hasta glorificando verdaderos atentados de lesa humanidad contra el mundo civilizado...
Pero los espaoles no vieron esto al estallar la guerra, y juzgaron la magna contienda como otra guerra franco-alemana. Prescindieron de Rusia, de Servia y de Austria. Slo as puede explicarse la repentina divisin que se oper en nuestra sociedad; es decir, la de francfilos y germanfilos.
Hablando en trminos generales, las izquierdas eran francfilas y las derechas germanofilas. En las izquierdas, o sea los amigos deFrancia, pudieran agruparse los republicanos y radicales partidarios de la poltica actual francesa,
y tambin monrquicos,
liberales o inde-
pendientes, intelectuales y escritores; la
ma-
LA NEUTRALIDAD Y LA OPININ
23
yora do los polticos y la minora de los aristcratas...
Frente a stos, los germanfilos, o sea las derechas: el clero, los carlistas, la oficialidad del
parte de las damas aristocrticas
conservadoras y la mayor y de los sportsmen elegantes que antes nos traan de Londres y Pars las modas, y ahora nos traen de Berlnejrcito,
las clases
las teoras.
El germanofiUsmo, al estallar la guerra, reunisus huestes bajo
un estandarte, cuyo partido moreli-
nopolizaba la representacin de Dios, la
gin, la autoridad y la moral frente al ates-
mo,
la corrupcin, la
democracia y otros estig-
mas de
Repblica francesa. El lema era el Kaiser, representante de la autoridad frente a la Repblica, smbolo de la Revolucin... Puede nadie sorprenderse de que ante bandera semela
jante, clrigos, carlistas, militares
y aristcratas
abrazaran la causa germanfila sin ms detenimiento ni mayor reflexin? Para estos partidarios, entusiastas del Kaiser de sus ejrcitos, la victoria de Alemania era el ytriunfo de la religin, de la autoridad, del mi-
litarismo
y de
la disciplina.
La derrota de Franlas derechas
cia signicara, sobre todo, la bancarrota de laRepiiblica.
Eso y nada ms vieron
un Gobierno vecino, peligroso para nuestros intereses, la revancha de la persecucin religiosa y, sobreespaolas: la posible desaparicin detodo, la de ciertos sinsabores entre Francia
v Es-
24
ESPAA ANTE EL CONFLICTO EUROPEO
paa, hoy resucitados inoportunamente. Con tanlisonjera perspectiva, los germanfilos no quisie-
ron ahondar ms detalles ni les import la grave responsabilidad de Alemania en el origen de la guerra europea. Para ellos, el Kaiser era el Mesas redentor de Europa. En cambio para los que vieron claro desde el principio de la conflagracin, el guila Imperial apareca de pronto transformada en buitre. Los primeros caonazos causaron la natural expectacin ante sucesos grandiosos. Todo el mundo -crea el avance de los alemanes sobre Pars una ola irresistible. El alto ah! que dio Blgica, fu tema de asombro para el mundo.
En nuestro
siglo escptico se cotiza
muy
bajo el
herosmo y se le llama temeridad, absurdo, falta de sentido prctico. Estos y otros calificativos llovieron de labios germanfilos. Los idlatras de Alemania no podan concebir que un pigmeo mirase de frente a un coloso. Debieron olvidar, sin duda, que en este mismo sagrado suelo sepultse en una hoguera la ciudad de Sagunto poco prctica por ser excesivamente heroica, y, en suma, que de aqu parti el grito 2 de Mayo y de nuestra Independencia... ... No fueron tambin locos sublimes aquellos gloriosos marinos espaoles que se ofrecieron estoicamente en Santiago de Cuba a ser carne de can de los acorazados norteamericanos?... As acab nuestra historia naval con una pgina sublime, dando aspectos de epopeya a lo
LA NEUTRALIDAD Y LA OPININque,si
25
no, hubiese sido nicamente
un lamenta-
ble sanete poltico.
Tales fueron los hroes de Lieja;, de Namur y de Lovaina. Prefirieron luchar contra el tirano a una abdicacin vergonzosa de su nacionalidad y de su independencia. El mundo entero palpit de emocin y de ira ante el atropello inicuo. Caan de un golpe los tratados, las garantas y el derecho. Fu una mancha imborrable en la historia de Alemania. Pero los germanfilos no tuvieron la lealtad de reconocerlo. Culparon a los belgas de hacerle el juego a Inglaterra, porque no haban consentido el servir la alevosa prusiana. Y cuando Inglaterra declar la guerra a Alemania, saliendo a la defensa de los dbiles, estall el jbilo, no slo en Francia, sino en el mundo entero. Los germanfilos clamaron con-
y la hipocresa brituna palabra de censura para la iniquidad alemana. Por lo visto, la necesidad es ley y la guerra es la guerra,tra la perfidia inglesa
nica, sin haber tenido
les
pareca slo aplicable a las conveniencias de Alemania. Cuando otra potencia sali a cum-
plir sus tratados, se la
tach de prfida y en-
vidiosa.
Espaa, dividindose en dos bandos, sigui,fascinada, la contienda, puestos los ojos en Pars.
Llegaran los alemanes?...
La movilizacin
francesa en cuarenta y ocho horas haba causado el asombro de los mismos adversarios de Francia, Pero...
y
el espritu del ejrcito?
Los
reg-
26
ESPAA ANTE EL CONFLICTO EUROPEO
mientos ingleses iban desembarcando en Francia, pero qu eran esos miles de bravos frente al formidable empuje alemn? En esos das heroicos iban cayendo las ciudades belgas. Los famosos
morteros de Krupp reducan a polvo las fortalezas que se crean inexpugnables hasta entonces... El monstruo germano avanzaba, arrollndolo todo. La colosal batalla de Mons-Charleroi, choque de los aliados contra las legiones imperiales, pregonaba, con su espantosa carnicera humana, la victoria del guila Negra sobre la Europacivilizada.
Esa hecatombe nuncaen efecto,el
vista, pareca anunciar,
ocaso de los aliados. Las lneas de
French y de Joffre se replegaban, precipitadamente, hacia Pars. En toda Francia son ungrito de alarma. El pnico financiero, el asalto
de los trenes, en la capital, por muchedumbres que buscaban su refugio en playas lejanas o enel
extranjero, traan a la mente una nueva deb-
cle
mando
digna de la pluma de otro Zola. Pars, bajo el del General Gallieni, se aprestaba yn al
ataque de los ejrcitos alemanes. Entonces fu cuando el Gobierno y el Presidente de la Repblica decidieron trasladarse a Burdeos, causando ese traslado el asombro y el pesimismo de la prensa mundial. Lo que era medida de habilidad
y previsin, para no verseefecto
el
Gobierno aislado
del resto de Francia, se juzg, superficialmente,
moral de
la derrota.
No
necesitaron
ms
los germanfilos
y los
LA NEUTRALIDAT) Y LA OPININ
27
enemigos de
la Repblica,
para pregonar, a
los
cuatro vientos^ en la calle y en la prensa, la cada inevitable de Pars y la revolucin...
En
aquellos das de ansiedad, tan semejantes
a los de 1870, no poda yo
menos de recordar dosdel
figuras eminentes en la tragedia
segundo
Imperio.
Unato
era
el
octogenario Emile Ollivier, muer-
pocos meses antes, sin poder concluir su re-
habilitacin histrica en su obrare Liberal. des
magna L'EmpiNo haca mucho tiempo que La Revue
vidables artculos sobre lapoltico se defenda,lasl
Deux Mondes acababa de publicar esos inolcampaa del 70 y las
causas del desastre. El gran orador y escritor en sus intensas pginas, deacusaciones y calumnias que llovieron sobre y su Gobierno. Los pueblos todo lo perdonanerror y la derrota son culpas imborrables a de los contemporneos. Luego, la Histoel
a sus caudillos mientras les lleve al triunfo, peroel
los ojos
ria, tribunal
tivamente
le Ollivier,
supremo, es la que reparte equitapeso de las responsabilidades. Emiantes de ver revisada su defensa,el
baj a la tumba sin sospechar, tan cercana, la
revancha, y acasotriotas.
perdn de sus compa-
al
La otra figura a que me refiero pertenece an mundo de los vivos, y fu ya protagonista de
28
ESPAA ANTE EL CONFLICTO EUROPEO
las grandes tragedias de la Historia. Subi inesperadamente a un trono imperial, y tras de un sueo de esplendor y podero, tuvo aos despus que abandonar su alczar, invadido por las turbas revolucionarias. En su augusta frente el dolor y la soledad han puesto espinas donde antao luca su corona uniendo el cetro a la hermosura. Winterhalter la ha inmortalizado en un clebre lienzo, donde la contemplamos rodeada por las damas de su fastuosa corte... Estas horas trgicas de 1914 debieron evocar en la memoria de la anciana Emperatriz, los desastres franceses de 1870, el eplogo sangriento de su Imperio y el asalto al Palacio de las TuUeras por una muchedumbre sanguinaria, buscando a la vctima expiatoria en su propia soberana, como en el siglo anterior descargara sus iras populares en la regia cabeza de Mara Antonieta. El lector disculpar que en un libro de esta ndole haga yo mencin de un recuerdo personal. Nunca podr olvidarme de aquella entrevista en que, siendo yo todava nio, la infortunada Emperatriz, con serenidad y melancola, iba relatndome, una tarde, en su triste residencia de
una de
Farmborough
(Inglaterra), los terribles episodios
de esos das nefastos para ella y para Francia. Fu una intensa tragedia del Destino, que tuve la suerte y la emocin de or a la augusta Majestad cada, Eugenia de ]\Iontijo, viuda de Napolen III, familiarmente conocida en el mundo por la Emperatriz Eugenia.
III
LA NEUTRALIDAD, LA PRENSA Y EL GOBIERNO
El pnico de las grandes catstrofes se apoder de la opinin pblica. Las noticias de Francia
no podan ser ms pesimistas: baja repentina de los fondos en las Bolsas de Londres y Pars: imposibilidad de cambiar dinero espaol al otro lado de los Pirineos. Tras de los recientes desastres militares parecan anunciarse los financieros.
Venan
los trenes atestados
de gentes, cuya
precipitada vuelta a Espaa, haba sido detenida
por la movilizacin francesa. Vimos llegar a San Sebastin toda una muchedumbre invasora que llenaba, no slo los hoteles, sino las fondas y las casas de huspedes de la ms nfima categora. No estaban las cosas
para hacer remilgos, y el poder instalarse en cualquier parte era motivo de satisfaccin. Familias ilustres y acaudaladas llegaban de Francia, de Inglaterra, de Alemania, extenuadas tras de largo itinerario. Cada una contaba su
30
ESPAA ANTE EL CONFI^ICTO EUROPJCO
viaje hecho de pie, en los vagones, entre una democrtica plebe, invadiendo los coches. Haban padecido hambre y mil incomodidades por no ha-
en esos malos ratos, quien les cambiase dinero espaol. Ignoro si este contratiempo y el que nuestros veraneantes tuviesen que abandonar Luchn, Biarritz^ Cauterets y dems balnearios, para dejar los hoteles convertidos de pronto en hospitales, fu motivo de que aumentara el nmero de germanfilos. Haba personas resentidsimas con los franceses por esta falta de consideracin... Mire usted que echarnos a nosotros del Hotel^ cuando vamos all todos los aos No volvan de su asombro sin caer en la cuenta que quienes ms lo sentanllar,!.
.
,
,
eran los hosteleros. Parecales una desconsideracin, por parte del Gobierno republicano, el echar de aquellos lugares a extranjeros de abolengo.
Sin embargo, las autoridades tuvieron que tomar medidas rpidas para la instalacin de los heridos. Da por da iban llegando trenes llenos de lisiados y de enfermos. El espectculo eradesolador.rritz,
Vimos
los
los Casinos
y
las Villas
grandes hoteles de Biacambiar brusca-
mente de aspecto. En vez de una alegro muchedumbre cosmopolita, paseaban silenciosos por los jardines y las terrazas grupos de soldados mutilados o convalecientes. Apesar de sus vendajes, de sus uniformes harapientos y de sus miembros lisiados, parecan felices en aquel
LA NEUTIIALIDAD, LA PRENSA Y EL GOBIERNO
31
sereno ambiente. Despus de los rigores de la campaa hallaban los cuidados de la caridad.Casi todas las seoras se convirtieron en nurses
No olvidemos que hubo, numerosas damas espaolas.de hospital.el
entre ellas,
Esto compensar, en la memoria de todos, porall algunos germacuyas opiniones agresivas, dieron lugar a no pocos sinsabores. Sin embargo, la cortesa francesa hizo que pudieran volver a su pas con los huesos sanos. An, hasta hoy da, les omos referir con inexplicable orgullo cmo se quedaron en Biarritz... hasta lo ltimo... Cualquiera dira, al orles, que estaban defendiendo una trinchera!... Y todo... para qu?... Para hablar mal de Francia?... Pues no era ni oportuno ni corts el ofender a un pas invadido, en su propio
mal recuerdo que dejaron
nfilos,
territorio.
Hicieron esas personas gala de su tacto y desus sentimientos delicados... Pero debieron tener
en cuenta que, estando de husped o de turistas, la educacin debe ser el freno de la sinceridad.
Dejemos
las
verdades para decirlas en casa,
sin rodeos.
Y en casa era, en efecto, donde ms se oan, aunque tenan poco esas verdades de verdicas. Fu el apogeo de la inventiva y del rumor sensacional. Su agencia principal estaba establecida en San Sebastin, no slo por sus vas de comunicacin y su proximidad de la frontera,sino por residir ah la corte los veranos.
32
ESPAA ANTE EL CONFLICTO EUROPEO
Encontrbase en dicha playa, adems del gran elemento espaol y sud-americano de todos losaos, una extraordinaria afluencia extranjera. Es-
tabanlia; el
el
Rey D. Alfonso XIII y su augusta
fami-
Ministro de Estado y el personal de jornada y los Embajadores y Ministros extranjeros,
cuyas relaciones haban sido cordiales hasta el da de la conflagracin, y cuya situacin era, ahora, de lo ms tirante. No faltaban tampoco personajes polticos y periodistas para dar ms variedad a los rumores de crisis o de intervencin, en la terrible guerra europea. Esto era bastante para que francfilos y germanfilos desenfrenaran sus apasionamientos. Recargbase el ambiente de amenazas y presagios. En vano, en Madrid, el Presidente del Consejo, aconsejaba prudencia y cordura al recibir a los periodistas. En vano el Ministro de Estado pretenda cal-
mar
la
opinin pblica al hacer, a diario, discre-
tsimas declaraciones diplomticas. Reinaba
una
profunda agitacin en toda Espaa, ante la ideade pasar de espectadores a interventores. El de los germanfilos, ante el desastre francs, se torn en ira e indignacin, cuando los republicanos de por ac intentaron arrastrarnos a la guerra, no tanto como auxilio a Francia,jbilo
sino
como adhesin a
su Repblica.
Las declaraciones del Sr. Lerroux incitando a Espaa a intervenir en el conflicto a favor de los aliados, produjo un revuelo difcil de olvidar. Indignse la opinin pblica en contra del leader
ul neutralidad, la prinsa t bl qobibrroradical. El Sr. Lerroux,
38
que goza fama bien funorador parlamentario, la tiene dada de hbil tambin de agitador y revolucionario harto sospechoso. En las columnas de la prensa le han echado en cara, varias veces, su opulencia actual, que contrasta con su penuria de ayer. Esta y otras razones hicieron correr la voz de que Lerroux, de acuerdo con el Gobierno francs, quera arrastrarnos a la guerra para satisfacer sus miras personales. Ello es que, habiendo llegado el Sr. Lerroux a Irn en su automvil, a raiz desus declaraciones, la gente, al reconocerle, se
amotin, queriendo asaltarder revolucionario no tuvolir
el carruaje, y el leams remedio que sa-
dras.
escapado, bajo una lluvia de insultos y de pieTom la direccin de San Sebastin, y al
llegar a
un hotel, indicronle las autoridades que abandonara la ciudad cuanto antes. Los nimosestabancia.
muy
exaltados al saberse
all
su presen-
Temanse nuevos
disturbios. As es
que
el
agitador pblico opt, sabiamente, por cruzar de nuevo la frontera y refugiarse en Francia. Meses despus intent abogar en nuestra patria por la misma causa, con igual tenacidad, pero siempre con igual fortuna.
No
obstante las declaraciones tranquilizadoras
del Presidente del Consejo, Sr. Dato, afirmandola neutralidad
una y cien veces , la prensa y la opinin agitaron el ambiente con la inverosmil
amenaza de intervenir Espaa en esta guerra. Los republicanos y revolucionarios de por ac,
34
espaSa ante el conflicto europeo
deseaban auxiliar materialmente a la Repblica para contribuir a su triunfo y contar con su apoyo en el porvenir. Los germanofilos, reconociendo la imposibilidad en que estaba Espaa de entrar en la pelea, como los turcos, y a ayudar al Kaiser, su protector, amenazaban con un tumulto general. Espaa, en verdad, no tena por qu intervenir en el conflicto europeo. Pero dejando aparte el grave problema de su reorganizacin militar y naval, ha podido y puede an mejorar su situacin comercial y financiera. No slo posee medios suficientes para mostrar sus simpatas hacia la causa anti-teutnica, sino que tambin se le presenta una ocasin inaplazable para estrechar nuestros lazos de unin con Sud- Amrica y, en especial, con la gran Repblica Argentina (1). De esta crisis mundial debiramos salir intactos y ms fuertes. Espaa ha de aprovechar este doloroso parntesis europeo y armarse para la paz,
se comprende, dados los Lazos espirituales y macada vez ms estrechos, entre Espaa y la gran Repblica Argentina, como el Gobierno de S. M. el Rey no colma los deseos de la mayor parte do los espaoles all residentes, elevando nuestra Legacin a la categora de Embajada. La cordialidad de los sentimientos que tiene la Argentina por Espaa se ha exteriorizado mil veces en las atenciones con nuestros compatriotas la hospitalidad y la admiracin con que agasajan a nuestros artistas, escri(1)
No
teriales,
,
tores
y catedrticos
y,
por ltimo,
el
inolvidable recib-
LA NEUTRALIDAD, LA PRENSA Y EL GOBIERNO
35
no para la guerra. Ello significara que en la paz tendramos voz y representacin europea. Nuestros acorazados y nuestro ejrcito serviran, no como medio de agresin funesta, sino como reflejo
de prosperidad nacional y defensa de nues-
tros intereses.
Recurdese el efecto inmediato producido en Lisboa cuando, al estallar otra revolucin, entr el Espaa en la baha. Nuestros compatriotas, desamparados en medio del odio de los revolucionarios, hallaron de pronto su salvacin. Loslejanos caones del acorazado detuvieron el bra-
zo asesino.
Ojal en
Mjico hubiesen podido
salvar tambin nuestro honor y nuestra hacienda! No tendramos que recordar ahora, humilla-
dos y entristecidos, las numerosas vctimas de Carranzas, sanguinarios bandoleros que se llaman generales.los Villas, los Zapatas, los
Sirva esto de leccin
Espaa y hganos abrirquela Historia
los ojos ante la ocasin actual
miento dispensado en Buenos Aires a S. A. la Infanta Isabel. Miles de compatriotas nuesti'os emigrados unen con su trabajo y sus caudales los intereses do Espaa y de la Argentina. Vamos a desconocer esta reciproca influencia de la sangre y del idioma?... Seria lamentable que otras naciones europeas se llevaran por astucia lo que se nos ofrece por simpata. Si la opinin pblica vio conindiferenciael que nuestra Legacin en Washington se elevaba a la categora de Embajada, vera en cambio con
agrado el que se hiciese otro tanto respecto a de Buenos Aires.
la
Legacin
36
bspaSa ante el conflicto europeo
europea nos ofrece! El porvenir de la Espaa del siglo XX puede comenzar a cimentarse ahora. Hay en nuestro mismo suelo patrio y en el Nuevo Mundo horizontes de prosperidad que no nos dara Gibraltar, recuperado, ni ha de aportarnos la zona de Marruecos.
Pero no estaban los nimos en aquellos das para meditar serenamente sobre el porvenir de Espaa. Incidentes como el de Lerroux y rumores sensacionales en la prensa, aumentaba la polmica entre francfilos y germanfilos. Cruzbanse apuestas y profecas desastrosas para los adversarios. Tambin surgieron, de pronto, ignorados estrategas de har o de caf, anunciandocosas que an no han sucedido, y corrigindoles, desde sus respectivas mesas, los planes de cam-
paa a Hindenburg y a Joffre. Desde luego, el germanofilismo de las clases altas no poda ser ms extrao. El simpatizar conlos aliados atraa en seguida la clasificacin de radical, republicano, ateo y acaso intervencionista a favor de Francia. Lo s por la extraeza que caus a varias gentes mi concepto de Alemania en la guerra actual. Para ellas, sta era un pugilato entre el Kaiser y Mr. Poincar... Cmo explicarse, pues, que un monrquico y un aristcrata no aplaudiese, con fervor, la causa del Imperio castigando a la Kepblica?...
liA
NEUTRALIDAD, LA PRENSA Y EL GOBIERNO
37
Equivala a patente de apstata y a patriota sospechoso. Sin embargo, a estos adversarios del
momento,
blica a quien castigaba otra
no era slo la Repvez el Imperio vesino a Francia. Que antes, el guila prucino, siana haba destrozado al Reino catlico de Blhceles notar quesin consideracin a su debilidad
gica,
troceder ante su propio desprestigio.
y sin reQue junto
a Francia y Blgica estaban la autocrtica e imperialista Rusia y la realista y liberal Inglaterra. Y, en suma, que todas las naciones adversas a Alemania, independientemente de su rgimen, representaban a Europa sorprendida por la organizacin, la premeditacin y la agresividad del pangermanismo. Pero toda la elocuencia de Cicern no hubiese desvanecido los errores que, en cierta prensa, lanzaba un germanofilsmo bien organizado. Tan pronto sus partidarios culpaban a Rusia de haber movilizado antes que Alemania, obligando a sta a defenderse (!!), como acusaban a Inglaterra de haber preparado la guerra para aplastar a Alemania. Fcil hubiera sido entonces, y ms an despus, el demostrarles que la movilizacin rusa fu slo un mal pretexto del Gobierno alemn. Nada ms inexplicable que la actitud agresiva de Alemania saliendo a la defensa de su aliada Austria en el incidente austro-ruso, y declarando la guerra a Rusia, antes que la misma Austria, la ofendida (!), al par que enviaba un ultimtum a Francia, apartada por completo del
38
ESPAA ANTE EL CONFLICTO EUROPEO
conflicto.
Tanto ms claro era demostrar la
incul-
pabilidad de Inglaterra interviniendo, cuando la violacin de Blgica, para cumplir los tratados,
despus de haber propuesto una Conferencia internacional para evitar la guerra... Y la guerra la sorprendi sin hombres y sin municiones, como ha podido verse en el curso de la campaa. Las medidas eficaces, pero atrasadas, del Gobierno ingls, bastaran para demostrar la falta de preparacin de Inglaterra en esta luchaeuropea.
Bien es verdad que la agitacin pblica enaquellos das y la escasez de noticias fomentaban el rumor sensacional. No contribua sto a calmar
a una fra reflexin. La fantasa, que parece en estos tiempos haber abandonado la literatura para refugiarse en las esferas periodsticas, nos brindaba entonces muylos espritus ni a invitarles
curiosas noticias.
Segn sus partes
oficiales
tuvo lugar en el mar del Norte el anhelado encuentro de las escuadras inglesa y alemana. El almirante ingls, Sir John Jellicoe, que en la hora actual sigue gozando de buena salud, haba muerto gloriosamente, como antao Nelson, en Traf algar. Las prdidas eran enormes por ambos lados, consiguiendo, sin embargo, la victoria naval Inglaterra, gracias a la superioridad numrica de sus unidades. Puede imaginarse el efecto que esto hizo en la opinin pblica. No fu menor el asombro general cuando se desminti la trgicanoticia.
LA NEUTRALIDAD, LA PRENSA Y EL GOBIERNO
39
inventiva.
Sin embargo, la prudencia no puso freno a la Era preciso entretener al pblico, y
no haba nada nuevo que contarle. La batalla del Marne transformaba el aspecto de las cosas.
La avalancha germnica retroceda bruscamente. Pars se haba salvado; Francia respiraba y todo corazn latino senta un alivio inmenso. Losgermanflos no volvan de su asombro. Frente ala
magna
figura del Kaiser todopoderoso surga
otra figura
ms modesta, pero no menos impor-
tante: la de Joffre. Francia, alentada por el triun-
reorganizaba. Ese patriotismo segn sus detractores, no exista, iba a poque, ner una muralla indestructible a la codicia del guila Imperial. Ese ejrcito, indisciplinado y desmoralizado por las propagandas anti-militaristas, iba a luchar, heroicamente, contra la formidable mquina guerrera preparada para sufo inesperado, se
destruccin...
Desilusionados con este nuevo aspecto de lascosas, los germanflos variaron de tctica. Esas
mismas personas que venan anunciando una y otra vez la ocupacin de Pars, nos aseguraban luego que el ejrcito alemn no haba proyectado nunca la toma de Pars (!!). Tal afirmacin no poda ser ms humorstica. Dados los planes alemanes y la misma orientacin de la campaa, era cosa de preguntar a estos seorescapital de Franciasi
la
no vala la pena de tomarse o si la Torre Eiffel haba causado decepcin en el nimo de los conquistadores.
40
ESPAA AITB BL CONFLICTO EUROPEO
En vista del resultado, las iras germanfitas se volvieron contra Verdn. Cuatro veces nos anunci la prensa la cada de esta fortaleza, sin que,en realidad, haya cado una sola vez. Las profecas
y
las afirmaciones,
un tanto precipitadas,
contribuyeron a hacer de esta guerra la guerrade los errores. Segn los financieros y los expertos militares, una guerra moderna haba de ser
que que Amberes era inexpugnable... y Amberes cay. Se daba por descontado el sitio de Pars, y Pars no fu sitiado. La toma de Dieppe y de Calais era cuestin de das, y es an cuestin sin resolver. Ni en Londres lleva trazas de firmarse la paz por el Kaiser, ni Londres ha sido destruida (!!!) por los zeppelines. El famoso rouleau ruso que, segn varios diarios, llegara a Berln en unas semanas, vise detenido en los Crpatos. Las esperanzas de los aliados se estancaron en los Dardanelos. En cambio, las promesas y los halagos de Alemania no lograron mantener, perpetuamente^ la neutralidad de Italia. La ruptura de la Trplice fu, acaso, el mayor de sus fracasos diplomticos. Fu, sobre todo, un rudo golpe para los germanfilos, que adjudican a Italia, desde entonces, el papel del traidor de melolo corta
forzosamente corta>.
Ya hemos visto
va siendo. Aseguraban
los estrategas
drama...
No me
sera posible consignar siquiera la mni-
ma
parte de los errores
y noticiones
si.n
funda-
mento, que produjo la prensa en esos das. Slo
LA HEUTRALIDAD, LA PRENSA T EL GOBIERNOel
41
bombardeo de Belgrado, publicado tantas y
tantas veces, hace ya dudar a cualquiera de que
haya quedado en pie una sola casa de dicha capital, a menos que la arquitectura servia poseacondiciones de resistencia ignoradas por otros
Y no es menos digno de mencin el... reina pnico en Smirna, suceda o no suceda algo en Oriente. Tan lamentable estado de nimo, provocado, segn los peridicos, al menor conflicto, nos hace juzgar desfavorablemente a sus nerviosos habitantes.constructores europeos.*
muchos rumores utilizronse en prensa mientras se restablecan las comunicaciones. La relativa atona que iba precediendo a la campaa de invierno con la reorganizacinEstos y otrosla
del ejrcito francs, ya atrincherado, y el alejamiento de la lucha gigantesca al teatro oriental de operaciones, nos trajo aqu la lucha periodstica.
La prensa de Madrid, que
es la
que
orienta la opinin de toda Espaa, dividise tam-
bin en francfila y germanfila, bien reflejando el criterio de sus lectores o de sus ideas polticas, bien atendiendo a intereses propios que perma-
necen entre bastidores. En un pas donde el libro suele ser poco ledo, el peridico sustituye a stCj dando al pueblo un ligero barniz intelectual. Si la prensa ya no tiene la fuerza poltica de ayer, en que un artculo de
42
ESPAA ANTE EL CONFLICTO EUROPEO
fondo derribaba un Ministerio, conserva, sin embargo, su gran influencia social en todos los dems ramos. Es la gran fuente de informacin en que bebe la opinin pblica, indiferente, por lo comn, a las revistas y a los libros. La mayora de los ciudadanos no tienen ms concepto del mundo exterior que el formado, cotidianamente, en las hojas periodsticas. El peridico es el breviario intelectual del espaol.
Lajo
guerra, con sus rumores
y sus
noticias, tra-
inevitablemente mil comentarios. Llovieron
los artculos
y
los diraes
y
diretes de
un peri-
dico a otro. Tras del entreacto, algo humorstico,
en que las Embajadas establecidas en Madrid se bombardeaban, casi a diario, con notas oficiales, rectificando una lo que afirmaba la otra, vino la avalancha de publicistas, estrategas, polemistas y dems luchadores de la pluma. Todo esto ha agitado nuestro adormecido ambiente nacional. La exageracin y la agresividad rechazaron con xito la serenidad y la reflexin. Si hubiera de otorgarse un premio a lo sensacional, habra de recaer la recompensa en El Correo Espaol. El rgano tradicionalista,
repre-
sentante de una Espaa negra, que slo es fuerte en sus negaciones, ha sido el portaestandarte del
germanofilismo. Lo que antes era slo peridico de carlistas, de neos y de clrigos, ha llegado a ser, con la guerra, la lectura predilecta de casitodas las derechas, incluyendo a los dinsticos
y a varios liberales. Su venta, segn
dicen, se
ha
LA NEUTRALIDAD, LA PRENSA Y EL GOBIERNO
43
duplicado. El Correo Espaol, que no cuenta, al
parecer, con la aprobacin deroz
Don Jaime en su fesigue la lucha agre-
campaa germanfila,
sivamente, publicando triunfos germanos vistos con cristal de aumento. No ha cesado de echarlea al fuego
y mantener vivos
los odios contra
Francia e Inglaterra. La Tribuna, peridico de ruda oposicin gubernamental, sirve tambin los ideales del germanofilismo Pregona, con entusiasmo belicoso, los reveses de los aliados e infunde en el nimo de sus lectores la inevitable decadencia de In.
glaterra.
El Debate, diario de tinte clerical, apoya la causa de Alemania con la misma paradjica fe en el Kaiser luterano que sienten la mayor parte de nuestros catlicos exaltados. En cambio. El Universo, tambin de tinte clerical, pero de criterio menos restringido, no sigue con tanto mpetu las huellas de los anteriores y ha publicado artculos muy sensatos sobre el caso de Blgica.
Tampoco debe omitirse, al hablar de germanofilismo^ la enorme influencia de ^ J3 C en lasmasas.
ABC, por su increble precio, sus fotograbados y su perfeccin editorial, ha alcanzado una venta superior a la de ningn otro peridico espaol. Es hoy da el diario
ms ledo en toda Espaa. Debe esta popularidad a su servicio de informacin, sus crnicas amenas y variadas, pero,sobre todo^ a campaas de defensa nacional
como
44
ESPA*A ANTE EL CONFLICTO EUROPEO
la sostenida contra la
prensa extranjera que en-
salz el hluff grotesco de Ferrer. Tambin, a su habitual cortesa en la rplica o en la polmica,
a no hacer blanco de sus ataques a ninguna personalidad poltica y a no ser rgano tampoco de ningn partido determinado. Son stas condiciones muy loables, a las cuales no nos tena acostumbrados antes la prensa espaola. Mas no es menos cierto que la imparcialidad Q A B C respecto a la guerra europea ha decrecido visiblemente con sus arraigadas simpatas germanfilas. A pesar de lo variado de su colaboracin extranjera, de reflejar las opiniones de los aliados y de publicar de cuando en cuando cartas de Pars o de Burdeos, el germanofilismo e A B C resalta en cada nmero, no obstante su habilidad de publicar artculos tan independientes en su criterio internacional, como los de D. Gabriel Maura y Gamazo y el ex subsecretario de Estado D. Manuel Gonzlez Hontoria. Pero, qu diferencia si prestamos atencin al humorista desconocido que redacta el Graneo de la Guerra y a la nube de redactores que envan sus impresiones de todos los frentes imaginables, no obstante las distancias y la interrupcin de comunicaciones! Y an ms si tenemos en cuenta a los que bajo el pseudnimo parecen ocultar su nacionalidad germana, as como el tono en que se comentan las noticias, segn sean los partes oficiales del cuartel general alemn, o de Pars y Londres. A veces cae en el olvido
LA NBUTRALIDAD, LA PRB1N8A T EL GOBIERNOesta neutralidad aparente,
45
y la francofohia y an-
glofohia se desborda en sabrosos comentarios. El
A B Cha, reunido los elementos ms hetereogneos de la sociedad espaola bajo la bandera del germanofilismOf y su influencia podr o no lamenpero es indiscutible. Quiz La poca, rgano oficial del partido conservador, sea el peridico de ms prudente neutralidad. Ello es debido, sin duda, a la excesiva cautela y a la disciplina que le imponen la poltica gubernamental del Sr. Dato. En otro orden de clasificacin hllase La Correspondencia de 'Espaa, que ha puesto su peso en la balanza a favor de los aliados. Su tacto, su moderacin al juzgar los acontecimientos, y su admirable estudio del desenvolvimiento de la guerra europea, reflejada a diario en artculos polticos y estratgicos, ha hecho de este popular diario una de las ms interesantes e instructivas lecturas cotidianas. El Imparcial, de larga historia en la prensa y en el partido liberal, se ha mantenido en su critetarse,rio
de estricta neutralidad, reflejando ideales al
parecer en pugna. Con sertud, tiene el
muy
sensata esa acti-
gran inconveniente de no dejar satisfechos ni a los unos ni a los otros, porque la neutralidad suele nicamente admitirse como programa gubernamental. En cambio su colega del trust periodstico, el Heraldo de Madrid, no ha ocultado un momento sus francas simpatas por los aliados. El gran diario democrtico, don-
46
espaSa ante el conflicto europeo
de colaboran las primeras plumas del periodismo, difcilmente poda renegar su orientacin intelectual afilindose al Imperio de los HohenzoUern.
Respecto a la tercera entidad del poderoso trust periodstico, El Liberal, su germanofobia es republicanismo agudo, tendencia poltica que le identifica con sus hermanos menores El Pas y Espaa Nueva. Su entusiasmo es para Francia, y sobre todo para su Repblica. Ms le interesa, acaso, el sostenimiento del rgimen republicano que la suerte o el sacrificio del pueblo francs en esta guerra. Sus amigos y correligionarios los tiene, principalmente, en las esferas polticas de Pars y de Lisboa. Su credo es la democracia y el radicalismo que le inspiran, tanto algunos prohombres de nuestro mundo parlamentario, como la brillante agrupacin de publicistas y literatos que firman sus hojas cotidianas. Esa diversidad en las opiniones haba de traer, forzosamente, un desbarajuste en nuestra sociedad. Pero el sentido comn, en una de sus rarasvisitas a la Pennsula, inspir al pas,
como
al
Go-
bierno, el prudente criterio de la neutralidad,
que fu bien acogido por unos y por otros. Hubo, sin embargo, una nota discordante. El hallon d'essai, lanzado, segn dicen, por el propio Conde de Romanones desde su rgano en la prensa, el Diario Universal, fu poco afortunado. Su ya famoso artculo Neutralidades que matan produjo un revuelo en toda Espaa. El
liA
NEUTRALIDAD, LA PRENSA Y EL GOBIERNO
47
temor de una intervencin armada a favor de los aliados, sin que lo exigiesen las circunstancias, desencaden un clamor de protestas contra el Conde. Y el jefe del partido liberal, cuya perspicacia e intuicin rara vez fallan, recogi entonces velas e hizo ms tarde suya la polticade la neutralidad. Pero justo es reconocer que la poltica de laneutralidad estricta, desde que estall la guerra
europea, fu un xito personal del Sr. Dato des-
de la Presidencia del Consejo. Su tacto, su discrecin, su claro sentido de la realidad, tranqui-
lizaron al pueblo espaol en esas horas de in-
quietud.
La prohibicin de
mitins o manifestacio-
nes y la habilidad con que supo evitar en el Parlamento todo debate acerca de la guerra, le captel
aplauso general de amigos y adversarios. Pocas
veces se habr visto en Espaa un criterio tan
unnime a favor de un gobernante.
No quedaba,
pues, otro recurso, para desaho-
gar los nimos, que la polmica verbal o escrita.
Espaa entera, contemplando
la guerra, iba a dar rienda suelta a sus rencores o a sus prefe-
rencias. La lucha tenaz, all en Oriente, entre Hindenburg y el Gran Duque Nicols, vena a sustituir en el nimo del vulgo, durante los meses invernales, a esos dos dolos populares que se llaman Gallito y Belraonto
IVEL GERMANOFILISMO
Si hubiera de analizarse las mltiples causas que han provocado en Espaa la epidemia del germanofilismo tendramos que afirmar lo siguiente: el germanofilismo se funda en antipatas atvicas hacia Francia e Inglaterra, y en un entusiasmo por el Kaiser y Alemania que ha fomentado un ncleo de interesados entre una muchedumbre de inconscientes. Hablando en trminos generales, para estas huestes germanfilas, a un lado de la balanza pesan los odios histricos que ahora se resucitan contra Inglaterra y Francia, y al otro, Alemania, grande y poderosa, que ha de vengar nuestros agravios y engrandecernos por carambola. Se ha dicho una y mil veces que Alemania no nos ha hecho dao... Cabe tambin preguntarse, si ha de hacernos un bien y si de encontrarnos un da en su camino tendra para nosotros ms consideraciones de las que tuvo,.
.
.
4
50
ESPAA ANTE KL CONFLICTO EUROPEO
con Blgica. Nuestra impresionabilidad es tan y nuestra memoria tan infantil, que nos olvidado ya del incidente de las Carolihemos nas (1). Y desde entonces ha llovido mucho; los Convenios de arbitraje y los tratados son pedazos de papel, las naciones dbiles no tienen derecho a la vida (Blgica lo ha aprendido), 'y las teoras de algunos polticos y escritores han pasado a ser artculo de ley para los propagandistas del Deutschland iiber alies! Dios nos libre de ese vecindario! Si en lugar de franceses tuvisemos alemans a nuestro lado en Marruecos, no nos iban a dejar ni Ceuta como revariable
cuerdo.
Y quien todava lo dude, vea cmo Prusia, despus de anexionar a su corona los distintos estados de Alemania, ha ido sangrando a todos sus vecinos y desquiciando el mapa de Europa. Esta hazaa iba a repetirse, con mayores probabilidades de xito, en 1914. La misin(!) de germanizar el mundo, fu que provoc, por parte de Alemania^ esta guerra defensiva (!!). El Gobierno de Berln, ms ducho en fabricar armas y municiones que razones diplomticas, brind este burdo pretexto a la risa mundial. Sin embargo, en ese ro revuelto de la guerra y sus orgenes, cayeron en las redes germanfilas millares de peces... espafloles. La propaganda alemana ha hecho muchsimo. El
providenciallo
(1)
Vase Alemania contra Eupaa, por Joaqun Costa.
EL GHRMANOFILISMOerror, la parcialidadlo
l
y
la indiferencia
han hecho
dems.Slo as puede explicarse la
enorme paradoja
del germanofilismo en Espaa. Quin la sostiene?...
Ni los polticos, ni los escritores, ni los artistas, ni los hombres de ciencia, en la mayora
de los casos. Estos, que son los que mejor conocen y admiran a Alemania por dentro, demasiado saben la responsabilidad poltica del Imperiola grandeza intey artstica de sus hombres eminentes, con la rapacidad y dureza de sus hombres de Estado. Admiran la Alemania de Goethe, de Schiller, de Wagner, pero no se entusiasman con la de Bismarck o la del actual Kaiser, fundada en la opresin, la amenaza y la fuerza. Alemania, antes de la guerra, nos pareca el faro de la civilizacin y del progreso. Desde la guerra nos parece una
en esta guerra.
No confunden
lectual
resurrecin de la barbarie, fundada,o, en el despotismo militar.es
como
anta-
La
ciencia
alemana
moderna, pero su espritu poltico es arcaico. II resulta un monarca de mentalidad medioeval en pleno siglo xx. Quiz por esto mismo los ms anticuados elementos de la sociedad espaola defiendan con tanto ardor la causa del campen de la tradicin y del feudalismo. Para ellos, el Kaiser es el enemigo de las democracias que vengar a Espaa de sus agravios, castigar a Francia por sus extraGuillermovos religiososfida Albin,
y polticos, y aplastar a la prcausa de todas nuestras desdichas.
52
.
bspaSa ante el conflicto europeoal
Ante porvenir tan lisonjero se aclama
Kaiser
nuestro redentor, y hasta se olvida quin provoc la guerra. Blgica misma no es la vcti-
ma del brutalauxilio.
atropello prusiano; es la vctima de(!)
Inglaterra, que la enga
ofrecindole ku
Francia e Inglaterra iban a hacer lo mismo. Los alemanes as lo han declarado, y eso debe bastarnos. Personas tan francas y honocrdito. Los alemanes son nobles, honrados, valientes, religiosos, castos y desinteresados; tienen de todo esto el
rables
merecen
el
mayor
monopolio, como
el de la supremaca militar. Para franceses e ingleses, pueblos ya en decadencia, quedan como estigmas la calumnia, la
perfidia, la hipocresa, la corrupcin, la falta de
ideales, los instintos perversos
y
la
desmoraliza-
cin
ms lamentable que vieron los siglos. Hemos odo cosas estupendas. Con ser muy grande Alenania, resulta mezquina la realidad ante las peracciones ignoradas que le descubren sus parti-
.
f
d.irios.fui ida,
El grmanofilismo de las derechas se principalmente, en un conocimiento vago
de la psicologa del pueblo alemn. Su hostilidad hac'a Francia e Inglaterra los hace germanfilos, com los hace turcfilos o los hara chinfilos1
una guerra anglo-china. La venganza y
el
odio
son si's dos mviles; la inconsciencia, su mayor excusa Y al i^ecir esto no supongo que sus caudillos y directorc s desconozcan la verdadera mentalidad alemana, ni los orgenes del conflicto europeo.
EL GERMANO FILI8M0
53/"o-
Pero
el inters
puede ms que la verdad, y las
bias polticas
y
religiosas
huyen de un examenlos entusiasmos.
analtico
que pudiera apagar
Incluso algunos de estos germanfilos creen de
buena fe, que el verdadero patriotismo nos veda estar en buena armona con Francia y con Inglaterra. En vano intentaramos disuadirles, no ya con sentimentalismos de raza o de amistad, sino con ms eficaces pruebas de nuestros intereses financieros y polticos. En vano les preguntara-
mos
cules son los lazos tnicos, intelectuales o re-
unen a Alemania. No sabran decirlo. La francofohia y la anglofobia son las dos columnas en que se sostiene ese culto paradjico por el triunfo del Kaiser y sus huestes. Ante delirio tan belicoso no oponen razonamientos,ligiosos,
que
les
ni lgica^ ni reflexin.
Es preciso agitar
los es-
pritus
con frases heroicas, evocando desastres histricos, reanimando odios moribundos, apelando a la religin catlica, aunque tenga que apoyarse en los brazos de Lutero y de Mahoma... Y ante los arrebatos mstico-polticos de esos caudillos de una Espaa fsil viene a arrodillarse, creyente y sumiso, el gran rebao social e jaimistas rencorosos, inquisidores de levita,clrigos exaltados,
damas devotsimas,
militares
entusiastas
y
aristcratas anticuados.
En
esa
aglomeracin de las derechas espaolas entran los enemigos del rgimen actual con los leales; predomina la pasin poltica sobre elespritu cristiano; el error sustituye ventajosa-
54
ESPAA ANTE EL CONFLICTO EUROPEOla informacin; las simpatas o antipa-
mente aticia
tas personales,
a las nociones humanas de la Jus"Y en las clases eleyadas, donde poda esperarse un mayor conocimiento de los
y
del Derecho.
pases beligerantes, vemos, con sorpresa, que la
causa de Alemania se hace cuestin de elegancia, de buen tono, de aristocratismo y de religin (!). El efecto es deplorable. Mas no puede esperarseotra cosa, ni debe exigirse mayor reflexin en personas que, hasta hoy da, no han visto en el mundo otros problemas que el automvil, elpolo, el tennis o el golf. Otro tanto pudiera decirse de ciertas virtuosas
trato con la letra de
y linajudas damas, cuyo molde se limita al devocio*
nario.
publicado a raiz de estallar la guerra, L'attitude de l'Espagne dans la Guerrefolleto
En un
Europene,
el ilustre hispanfilo
Morel-Fatio re-
conoca que el germanofilismo tiene sus ms decididos defensores en el partido jaimista, en la
mayora del clero y en el elemento militar. La afirmacin no puede ser ms rigurosamente exacta. Falta aadir la enorme propaganda alemana preparada y lanzada por toda la Pennsula conincreble rapidez.
La organizacin alemana no perdisino que
el
tiempo,
tom
la delantera
a todas las manifes-
taciones en pro de los aliados. Alemania, rica
BL GERMANOFII.ISMO
00
en agentes, informadores y espas, hasta en los la tierra, conoce Espaa y la psicologa de su pueblo. Sabe que hallar aqu medios de expansin pacfica cuando los dems pases le cierren las puertas de Europa. A Espaa han de venir millares y millares de alemanes que antes andaban diseminados por Francia, por Italia, por Inglaterra. Espaa es de las
ms remotos rincones de
pocas naciones europeas donde podrn vivir sin que les persiga el odio. La indolencia de sus habitantes ser un factor muy apreciable parainstalarse en nuestro suelo
y
explotarlo.
La
si-
tuacin poltica de Espaa tambin. Les con-
viene tener, por este lado de Europa, un foco dehostilidad hacia Francia
y
la
Gran Bretaa, queyles
pueda molestar a
permita (sea cual sea el resultado de la guerra) ampliar su esfera de influencia en el Mediterrneo y en Marruecos. Hay actualmente en nuestro pas cuarenta y tantos mil alemanes; es decir, un pequeo ejrcito de gente activa, laboriosa, observadora y tenaz. Si este pequeo ejrcito no ha contribuido a auxiliar con sus muchos medios materiales un levantamiento jaimista, como se anunci, ha hecho, no obstante, entre bastidores una formidable campaa de propaganda panlos vecinos
germanista.
faltado dinero.
No han faltado razones, ni habr No faltaron tampoco auxiliares
fogosos, peridicos de influencia, ni ovejas sumisas para seguir a estos pastores.
La maniobra no pudo
llevarse con
mayor
ha-
56
espaSa ante el conflicto europeo
bilidad.
Cuando
estall el conflicto europeo, es-
tos caudillos de las derechas, bien aleccionados, sacaron aqu los trapos sucios a relucir. Res-
pecto de Inglaterra era fcil mostrar uno: Gibraltar! La toma de Gibraltar haba sido un robo,
No diremos porque todos los pases han cometido parecidas iniquidades. Pero sta es siempre de actualidad. Gibraltar sigue siendo de los ingleses. Al tomarlo, indignaron, con justo motivo,una iniquidadhistrica sin atenuante.sin precedente,
a los espaoles, y si lo devolviese su gobierno indignara tambin a sus propios compatriotas. El problema es pavoroso. Reconocen aquel robo, del cual los espaoles protestamos, pero discul-
pan su grave responsabilidad diciendo como los alemanes: La necesidad es ley!, y dando de comer a no pocos espaoles de esa zona que viven del contrabando. Sin embargo, los anglfobos van ms all en sus odios. Ing