ISBN: 978-84-16848-92-8

alas de amapola

JESÚS LÓPEZ JIMÉNEZ

La imaginación abre las puertas de la fantasía y de nuestra vida real. El efímero vuelo de una mariposa y la sutil presencia de una flor nos

evocan imágenes de nosotras.

Alas de Amapola nos muestra los caminos que tomamos, las personas que se cruzan en ellos, las decisiones que nos marcarán en el resto de nuestras vidas, siempre teniendo presente de dónde hemos venido porque no debemos olvidar lo que realmente deseamos y queremos.

Alas de Amapola ofrece una visión de la lucha diaria y cruel por aquello que se desea y se ama. Ese día a día nos abre las puertas del conocimiento en nuestras propias vidas.

Jesus López nace en una pequeña ciudad en el norte de África en 1970. Ha vivido en diferentes pueblos y ciudades. Su vida universitaria le conduce a la arqueología, años durante los cuales escribe su primera novela y dos obras de relatos cortos.

El mundo de la literatura y de la investigación siempre han estado muy unidos en él, de ahí el fruto de sus numerosas publicaciones científicas que aúnan años de estudios entre el Sáhara y la vieja al-Ándalus.

Hoy, junto a Exlibric, abre las puertas de su primera obra literaria, la que nos conducirá al otro lado del espejo junto con sus futuras publicaciones.

alas de amapola

alas de amapola

EXLIBRIC

ANTEQUERA 2017

JESÚS LÓPEZ JIMÉNEZ

ALAS DE AMAPOLA© Jesús López Jiménez© de las imágenes de cubiertas e interior: Jesús López JiménezDiseño de portada: Dpto. de Diseño Gráfico Exlibric

Iª edición

© ExLibric, 2017.

Editado por: ExLibricc/ Cueva de Viera, 2, Local 3Centro Negocios CADI29200 Antequera (Málaga)Teléfono: 952 70 60 04Fax: 952 84 55 03Correo electrónico: exlibric@exlibric.comInternet: www.exlibric.com

Reservados todos los derechos de publicación en cualquier idioma.

Según el Código Penal vigente ninguna parte de este ocualquier otro libro puede ser reproducida, grabada en algunode los sistemas de almacenamiento existentes o transmitidapor cualquier procedimiento, ya sea electrónico, mecánico,reprográfico, magnético o cualquier otro, sin autorizaciónprevia y por escrito de EXLIBRIC;su contenido está protegido por la Ley vigente que establecepenas de prisión y/o multas a quienes intencionadamentereprodujeren o plagiaren, en todo o en parte, una obra literaria,artística o científica.

ISBN: 978-84-16848-92-8Depósito Legal: MA-1600-2017

Impresión: PODiPrintImpreso en Andalucía – España

Nota de la editorial: ExLibric pertenece a Innovación y Cualificación S. L.

alas de amapola

JESÚS LÓPEZ JIMÉNEZ

A él, Indicavía, a mi maestro, Michael Ende,por abrirme las puertas del tiempo

y aquel que compartimos al otro lado del espejo,mostrándome las letras

y descubriendo mi imaginación.

A ellas, África, Manoli, Juani, quienes me han enseñado y enseñan

el mundo de las mujeres.

A quien nos ha tratado como si fuera nuestro padre y se ha convertido en nuestro hermano y amigo,

gracias por habernos dado alas Dani.

A Isa, Celia y Claudia,por ser ellas el sueño del reflejo

del espejo en el espejo.

ALAS DE AMAPOLA

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¿Cuál fue su castigo? Cortarle las alas a la mariposa.

Por eso la amapola es roja, es una mariposa condenada a no volar nunca más.

JESÚS LÓPEZ JIMÉNEZ

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La pradera estaba tamizada de blanco, las nieves ya habían pasado y las pocas que quedaban, reposaban en las alta cumbres, resplandeciendo al sol como faros en la niebla. Algo más arriba de las paredes verticales, se alzaban majestuosos los riscos negros, ellos quedaban junto con los eternos Edelweis, allí donde nada permanecía.

ALAS DE AMAPOLA

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Las flores vivían tranquilas en el prado. Cuando las observabas, parecían que estaban solas en los claros del bosque. Amapolas y margaritas completa-mente blancas. Las brisas de aire las sobrevolaban sonrientes, deteniéndose tan solo un instante, conociéndolas una a una, para dejarlas poco después, al ser arrastradas por el viento.

JESÚS LÓPEZ JIMÉNEZ

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Aquel jardín no era muy grande, estaba en el interior del bosque azul, entre altos y vetustos árboles que lo coronaban. Abedules, olmos y hayas miraban entre los abetos azules aquellos maravillosos ojos blancos que todo lo sentían.

Su cuerpo era delgado, casi efímero y de una delicada tonalidad verde, las hojas que le daban vida eran pequeñas, casi inexistentes, y arriba, en lo más alto del tallo, unos enormes pétalos blancos se abrían a las montañas y a las altas copas mirando el azul del cielo.

La amapola desde su más tierna infancia se dio cuenta de que perma-necería aferrada a la tierra.

Los pétalos blancos se mecían junto con la voz del viento.

ALAS DE AMAPOLA

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