Aisthesis Decolonial - Walter Mignolo

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  • 7/22/2019 Aisthesis Decolonial - Walter Mignolo

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    10 // CALLE14 // lume 4, mer 4 // eer - ju e 2010

    aiesthesisdECoLoniALArtculo de reflexin

    Walter D. MignoloUersa e duke / [email protected]

    Doctor en Semitica y Teora Literaria de la cole des Hautes tudes en Sciences Sociales, Pars. Es profesor en

    la Universidad de Duke, Estados Unidos, donde adems es director de Estudios Internacionales y Humanidades

    del Centro de Estudios Internacionales e Interdisciplinarios. Entre sus publicaciones se encuentran Historias

    Locales, Diseos globales: colonialidad, conocimientos subalternos y pensamiento fronterizo; The Darker side of

    the Renaissance: literacy, territoriality and colonization; La idea de Amrica Latina: la herida colonial y la opcin

    decolonial. As mismo, es editor de Nepantla: views from South.

    AUtorinvitAdo

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    ResumenEn este artculo, desde la experiencia personal del autor, se muestra la doble cara de la

    modernidad y su retrica, como relato salvfico y a la vez como colonialidad, en cuyo contexto

    se da la operacin cognitiva de colonizacin de la aesthesis por la esttica. Luego se muestran

    diversas trayectorias en trabajos de los artistas Fred Wilson, Pedro Lasch y Tanja Ostojic, quienes

    realizan procesos performativos en los que se hace visible su carcter decolonial. Estos trabajosbuscan hacer presin para lograr la decolonizacin de la historia y de la crtica de arte, hacia la

    construccin de aesthesis y subjetividades decoloniales.

    PalabRas clavesaiesthesis, colonialidad, decolonialidad, esttica, instalacin, modernidad

    Decolonial aesthesis

    abstRactIn this article, from the authors personal experience, the double face of modernity and its

    rhetoric its shown, both as salvation narrative and as coloniality, in which context the cognitive

    operation of colonization of aesthesis by aesthetics is given. Following it, diverse trajectories

    are shown in the art works of Fred Wilson, Pedro Lasch and Tanja Ostojic, who carry outperformative processes in which their decolonial character becomes visible. These works force

    the decolonization of history and art criticism, toward the construction of decolonial aesthesis

    and subjectivities.

    Key WoRDsaesthetics, aesthesis, coloniality, decoloniality, installation, modernity

    aiesthesis Dcoloniale

    RsumDans cet article, partir de lexprience personnelle de lauteur, on montre les deux visages de

    la modernit et sa rhtorique, comme un rcit de salvation et la fois comme colonialit ; dans

    son contexte se produit lopration cognitive de colonisation de laesthesis pour lesthtique.

    Ensuite, on montre des diverses trajectoires aux travaux des artistes Fred Wilson, Pedro Lasch etTanja Ostojic, qui ralisent des processus performatifs dans lesquels son caractre dcolonial est

    visible. Ces travaux ont lintention de faire pression pour parvenir la dcolonisation de lhistoire

    et de la critique dart, pour construire aesthesis et subjectivits dcoloniales.

    mots-clsaiesthesis, colonialit, dcolonialit, esthtique, installation, modernit

    Registro de Mimesis & Transgression / Mimesis y Transgresin [S3BM5A], de Black Mirror / Espejo Negro: Suites Fotogrficas,

    Pedro Lasch, 2007-2008.

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    aiesthesis Descolonial

    ResumoNesta matria, desde a experincia pessoal do autor, se mostram as duas faces da modernidade

    e da sua retrica, em tanto relato salvfico e a sua vez como colonialidade, em cujo contexto se

    da a operao cognitiva de colonizao da aesthesis pela esttica. A seguir se mostra diversastrajetrias nos trabalhos dos artistas Fred Wilson, Pedro Lasch e Tanja Ostojic, que realizam

    processos performativos nos que se faz visvel seu carter no colonial. Estes trabalhos foram

    a no colonizao da historia e a critica da arte, para a construo de aesthesis e subjetividades

    no coloniais.

    PalavRas-chaveaesthesis, colonialidade, descolonialidade, esttica, instalao, modernidade

    aiesthesis manaKay yuyayPa KichusKa KutijPi

    PisiyachisKaKay Kilkaskapi, kikinpa kilkaj yuyaymandata, kauachimi iskaypa aui kaypikutijkay uan paypa

    rimakuy, achka rimaskapi pakakuchiypi uan imasakay Yuyaypa kichuska kutijpi, chasa suyukaray kaj ruraypa yuyayujpa yuyaypa kichuska kutijpi kaj aesthesispa sumakaykama. Chillapi

    kauachinkuna sugpa ambikuna tuskuskayuyaypa ruray kaj paykunapa Fred Wilson, Pedro Lasch

    uan Tanja Ostojic paykuna ruraypi kauachinkuna yachachiypa nukajkay chikunapi ruray kauachispa

    paypa manakay yuyaypa kichuska kutijpi. Kay ruraskakuna tangaypa manakay yuyaypa kichuska

    kutij kaj ujpayuyaypa uan piaypa tuskuskayuyaypa rurachiykama aesthesispa uan kikinkaykuna.

    RimayKuna niy

    aiesthesis, kaypikutijkay, manakay yuyaypa kichuska kutijpi, ruray kauachypa, sumakay, yuyaypa

    kichuska kutij / misukutijpisina

    Recibido el 15 de diciembre de 2009

    Aceptado el 20 de enero de 2010

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    a dcolonl// Walter d. Mgl // 1

    As theoretician and artist, I can suggest an

    unconditional, clear re-politicization of a proper

    position. To position myself means to take a clear

    stance on a proper condition of working, living,

    acting We are living at a time when it is not only

    important to make a work of art, but it is also

    essential to question the condition(s) of our lives,

    the way in which our lives are produced ().

    After the fall of the Berlin Wall one could detect

    in the East (of Europe) the process of a very rapiderasure or our particular history, we found ourselves

    in a space without memory, identity. We have to take

    this as a kind of zero position. To maintain myself as

    being linked only to a particular identity and being

    a citizen of only the little Republic of Slovenia is not

    enough. I propose to broaden this situation by

    thinking about myself also as the citizen ofthe world.1

    Marina Grini , Situated Contemporary Practices.Art, Theory and Activism from (the East of) Europe

    i. e pr

    El siguiente relato est basado en tres experiencias

    personales. Son tres instalaciones museogrficas. No

    soy especialista en la historia ni en la crtica del arte.

    1 Como terica y artista, puedo sugerir una incondicional, clara

    re-politizacin de una posicin apropiada. Posicionarme significa

    tomar una postura clara sobre las condiciones apropiadas para traba-

    jar, vivir,actuar Vivimos en un tiempo en el que no slo es importante

    hacer una obra de arte, sino que tambin es esencial cuestionar la(s)

    condicin(es) de nuestras vidas, la forma en que nuestras vidas son

    producidas ().

    Despus de la cada del Muro de Berln, uno poda detectar en el Este

    (de Europa) un proceso muy rpido de borrado de nuestra historia

    particular, nos encontramos en un espacio sin memoria, sin identidad.

    Tenemos que tomar esto como una especie de posicin cero. Mante-

    nerme como si estuviera unida slo a una identidad particular y ser

    ciudadana slo de la pequea Repblica de Eslovenia no es suficiente.

    Yo propongo ensanchar esta situacin pensndome tambin como

    ciudadana del mundo.

    Mis observaciones, por lo tanto, son las de un ciuda-

    dano que como tantas otras y tantos otros visita

    museos y se interesa en el arte. Es tambin el relato de

    un turista en los museos, cuya mirada est basada en la

    creencia de que la modernidad es un relato de salvacin

    que necesita de la colonialidad, es decir, de la explota-

    cin, la represin, la deshumanizacin y el control dela poblacin para poder llevar adelante los procesos

    de salvacin. Vimos esta doble cara en el siglo XVI, y la

    seguimos viendo en el siglo XXI.

    Una vez que la mscara de la modernidad es puesta

    al descubierto, y la lgica de la colonialidad aparecedetrs de ella, surgen tambin proyectos decoloniales,

    esto es, proyectos que forjan futuros en los cuales la

    modernidad/colonialidad ser un mal momento en la

    historia de la humanidad de los ltimos quinientos aos.

    La tarea es gigantesca, y no consiste en tomarse al

    Estado o a los museos o a las universidades sin proyec-tos decoloniales que sostengan revoluciones materia-

    les. Lo que vi en estas instalaciones, la primera en 1992

    y las dos ltimas en 2008, son las formas en las que la

    esttica, sobre todo en el arte, pero no slo en el arte,

    contribuye a los procesos decoloniales.

    La palabra aesthesis, que se origina en el griego anti-guo, es aceptada sin modificaciones en las lenguas

    modernas europeas. Los significados de la palabra giran

    en torno a vocablos como sensacin, proceso de

    percepcin, sensacin visual, sensacin gustativa o

    sensacin auditiva. De ah que el vocablo synaesthesia

    se refiera al entrecruzamiento de sentidos y sensacio-

    nes, y que fuera aprovechado como figura retrica en elmodernismo potico/literario.

    A partir del siglo XVII, el concepto aesthesis se

    restringe, y de ah en adelante pasar a significar

    sensacin de lo bello. Nace as la esttica como

    teora, y el concepto de arte como prctica. Muchose ha escrito sobre Immanuel Kant y la importancia

    fundamental de su pensamiento en la reorientacin de

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    la aesthesis y su transformacin en esttica. A partir de

    ah, y en retrospectiva, se comenz a escribir la historia

    de la esttica, y se encontraron sus orgenes no slo en

    Grecia, sino en la prehistoria.

    Esta operacin cognitiva constituy, nada ms y nada

    menos, la colonizacin de la aesthesis por la esttica;

    puesto que si aesthesis es un fenmeno comn a todoslos organismos vivientes con sistema nervioso, la est-tica es una versin o teora particular de tales sensa-ciones relacionadas con la belleza. Es decir, que no hay

    ninguna ley universal que haga necesaria la relacin

    entre aesthesis y belleza. Esta fue una ocurrencia del

    siglo XVIII europeo. Y en buena hora que as lo fuera.

    El problema es que la experiencia singular del corazn

    de Europa traslada a una teora que descubri la

    verdad de la aesthesis para una comunidad particular(por ejemplo, la etnoclase que hoy conocemos con el

    nombre de burguesa), que no es universalizable. Lo

    anterior no quiere decir que civilizaciones no europeasdesconocieran aquello que en Europa fue definido

    como lo bello. Basta observar cualquier civilizacin

    del planeta de la cual se guarden documentos, paracomprobar que en el Antiguo Egipto y la Antigua China,

    as como en Tawantinsuyu y Anhuac, la satisfaccin

    de las sensaciones y el gusto por la creatividad en

    el lenguaje, en las imgenes, en los edificios, en las

    decoraciones, entre otros, no eran ajenos a nadie.

    Tambin en la Europa moderna, como en las civilizacio-

    nes antiguas, tales experiencias humanas existan. Porrazones complejas, que tienen que ver con la construc-

    cin de Europa a partir de 1492, la teorizacin particular

    de su experiencia se universaliz. Sin duda, Kant hizo

    una fiesta en torno a estas especulaciones, y teoriz

    el juicio con la belleza y por lo tanto con el marco de

    categoras que la explica, la esttica.

    As, la mutacin de la aeshtesis en esttica sent las

    bases para la construccin de su propia historia, y para

    la devaluacin de toda experiencia aesthsica que no

    hubiera sido conceptualizada en los trminos en los que

    Europa conceptualiz su propia y regional experiencia

    sensorial. En la lnea de la propia historia de las ideas yde las teoras europeas, si bien la aesthesis tiene origen

    en la lengua griega, esta categora no es una preocu-

    pacin para Aristteles. Fue acerca de lapoiesis que

    Aristteles teoriz en el discurso de la Potica; y en la

    potica, mimesis y catarsis. Sabemos que la primera es

    equivalente a representacin, y que la representacintiene varias caras. Pertenece, por un lado, a la familia

    de la de-notacin, un problema que Platn trat en

    su filosofa del lenguaje. En este universo de discurso,

    representacin significa tanto estar en lugar de

    (yo represento a Pedro en esta reunin) como fingir

    que soy (en esta representacin teatral yo finjo que

    soy Pedro). En este sentido, la representacin perte-nece al universo de la ficcin y del fingimiento. De

    ah que mimesis se traduzca como representacin o

    como imitacin. Por su parte, catarsis significa purgar

    emociones, deshacerse de tensiones emocionales. Talexperiencia se logra por variados caminos. El arte es

    uno de ellos, puesto que el psicoanlisis no era pensa-ble todava en Grecia.

    ii. mr m

    En 1992, momento de celebraciones e impugnaciones

    por los quinientos aos del descubrimiento de Amrica

    desde la perspectiva europea; por el ltimo

    ao de libertad para las civilizaciones de Anhuac y

    Tawantinsuyu; o por la invencin de Amrica paraeuropeos descendientes y disidentes como Edmundo

    OGorman; y por el preludio de aos de comercio de

    esclavos y esclavas africanas y africanos, Fred Wilson

    inaugur la instalacin que sin duda lo situ en el

    mundo del arte y en la historia del museo como institu-

    cin: Mining the Museum.

    La instalacin se inaugur en el Museo Histrico de

    Baltimore, en el tercer piso. Al salir del ascensor,

    quien llegaba se encontraba con tres pedestales de

    mrmol a la derecha, y al frente, tres a la izquierda. 2

    A la derecha, en pedestales ms bajos, se vean losbustos, reconocidos, de insignes prohombres de la

    civilizacin occidental. A la izquierda, en los pedestales

    ms altos, no haba bustos. Al acercarnos a ellos,

    veamos nombres de personas inscritos en placas de

    plata. Uno de ellos era el esclavizado negro, y luego

    liberto, Frederick Douglas. Los otros dos nombres eran

    tambin de esclavizados negros. Una buena introduc-cin a lo que vendr.

    Al recorrer la exposicin, nos encontramos con salas e

    instalaciones que siguen la misma lgica. Por ejemplo,en una vitrina titulada Metal Work (Trabajo en meta-

    les) vemos, desde la distancia, una formidable coleccinde platera. Nos acercamos curiosos, como nos acer-

    camos a todo objeto expuesto en el museo. Al llegar,

    vemos que en el medio de la vitrina han sido colocadas

    las esposas que se usaban para sujetar a los esclavos.

    2 Vase la imagen disponible en .

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    a dcolonl// Walter d. Mgl // 1

    En la prxima sala se anuncia Medios de Transporte

    (Modes of Transport, 1770-1910). De nuevo, desde ladistancia se ven pequeas carrozas que nos llevan a

    imaginar el modo de vida de la elite de Baltimore a fina-

    les del siglo XVIII y durante el siglo XIX.

    Metal Work, 17931880, from Mining the Museum: An Installation by Fred Wilson, The Contemporary Museum and Maryland Historical Society,

    Baltimore, april 4, 1992february 28, 1993, photograph courtesy PaceWildenstein, New York, copyright: Fred Wilson, PaceWildenstein, New York.

    Desde la distancia vemos tambin un cochecito para

    transportar a los nios antes de que comiencen a cami-nar. Al acercarnos, en lugar de un beb, nos encontra-

    mos una capucha del Ku Klux Klan.

    Detalle de Modes of Transport, 1770-1910, de Mining the Museum, Fred Wilson, The Contemporary Museum and Maryland Historical Society,

    Baltimore, 1992-1993.

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    La sala que lleva el nombre de Cabinetmaking es un

    ejemplo ms. Una serie de sillas antiguas que apuntan

    en la misma direccin. Quien supuestamente se sienteen ellas tendr su mirada dirigida hacia el frente, hacia

    un objeto de madera en exhibicin. Evidentemente, lassillas pertenecan a las antiguas familias de la elite de

    Baltimore. La escultura es el poste en el que los escla-

    vos eran sujetados para azotarlos en la espalda.

    Qu est en juego entonces en estas y otras tantas

    instalaciones de Fred Wilson? Intentemos entender

    la instalacin al complementarla con algunas de sus

    entrevistas.

    Wilson estuvo a cargo de la instalacin de apertura del

    Museum of World Culture, en Gotemburgo, Suecia. Elttulo de la instalacin fue Site Unseen: Dwellings of the

    Demons. En una conferencia de prensa, la directora del

    Museo, que lo invit, Jette Sandahl, declar que le pidi

    a Wilson que sacara a relucir lo que se encontraba bajo

    la superficie del Museo. Esto es precisamente lo quehizo Wilson en Baltimore: arm la instalacin con piezas

    archivadas en el depsito del museo. Sandahl agreg que

    le pidi que sacara los demonios a la superficie, porque

    Wilson es muy diestro en mostrar de manera interesante

    y sutil los pilares delpoder colonial, lospresupuestos

    evolucionistas, elracismo y el sexismo, aspectos funda-

    mentales que estn en el interior de nosotros mismos,

    pero que han sido olvidados con el correr del tiempo

    (Museum of World Culture, 2004).

    Los demonios que Wilson sac a relucir esta vez no

    fueron los de la historia de la esclavitud en Estados

    Unidos, sino la historia del Museo de Gotemburgo, que

    se apropi de objetos de las civilizaciones indgenas,

    principalmente de los Andes y de Amrica Central. Por

    ejemplo, en 1931, Rubn Prez Kantule, un indio kuna,fue a Suecia para observar, en el Museo, una coleccin

    de objetos de su propia comunidad!3

    3 De la exhibicin de Fred Wilson, Site Unseen: Dwellings of

    the Demons. La mayora de las fotografas de la exhibicin estn

    disponibles en . Yo tuve el privilegio de ver una

    experiencia similar, en marzo de 2009, al visitar el Museo, invitado

    por la curadora Adriana Muoz, para preparar un informe relativo a

    una coleccin boliviana particular, la coleccin Nio Korin. Las figuras

    centrales del informe eran el mdico aymara y Kallawaya Walter

    Quispe y la doctora Carmen Beatriz Losa, ambos de Bolivia. El informe

    resalta la confrontacin de conocimiento: cmo la coleccin fue

    interpretada por su padre sueco, el doctor Henry Wassen, director

    del museo alrededor de 1970, cuando se llamaba Museo Etnogrfico.

    Cabinet Making, 18201960, from Mining the Museum: An Installation by Fred Wilson, The Contemporary Museum and Maryland Historical

    Society, Baltimore, april 4, 1992february 28, 1993, photograph courtesy PaceWildenstein, New York, copyright: Fred Wilson, courtesy

    PaceWildenstein, New York.

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    a dcolonl// Walter d. Mgl // 1

    La pregunta entonces sera: cul es el proyecto de

    Fred Wilson?

    El 30 de abril del 2004, Holland Cotter public un

    artculo en el New York Times acerca de las instalacio-nes de Wilson entre 1979 y 2000. El texto se bas en

    la exhibicin Objects and Installations 1979-2000 enel Studio Museum de Harlem. El ttulo que a Cotter se

    le ocurri para su artculo fue sugerente: Pumping Air

    Into the Museum, So Its as Big as the World Outside.

    Como vemos, el ttulo pone de relieve la frontera que

    salvaguarda al Museo, como institucin, del mundo

    que se supone que el Museo nos ayuda a entender.Para convencer a sus lectores de la importancia de la

    obra creativa de Wilson, Cotter no tiene otra alternativa

    a la cual recurrir que al postmodernismo. Segn elautor, la grandeza de Wilson consiste en responder a

    las premisas del postmodernismo, interpretacin que

    choca con lo que yo haba visto en Mining the Museum.A mi modo de ver, la obra de Wilson no es postmoderna,

    sino decolonial.

    Sin embargo, Cotter presiente que algo no encaja

    exactamente entre la obra de Wilson y los objetivos

    del pensar, sentir y hacer postmodernos, por lo cual se

    detiene en una justificacin del trmino:

    Call it an attitude, a phase or a fad, but postmo-

    dernism did at least one good, big thing. It rainedhard on the mostly white, mostly male, by-invita-

    tion-only party that had long been Western art.It did so by asking pushy, deflating ques-

    tions about beauty, quality, authority and who

    really owns what. It pegged as corrupt an aesthe-

    tic hierarchy shaped by a cozy alliance of market

    interests and critical read personal opinion.

    It told reigning tastemakers: sorry, but your bestthinking is old, parochial, stale. It forced inside

    players to either look outside their suddenly

    un-charmed circle or be un-cool.To me, post-modernism primarily meant

    that art and the world expanded, and connected.

    My white, middle-class, American credentials nolonger put me at the center of the picture, but

    over there somewhere, among the many others

    over there. And this was fine, since Over There

    turned out to be the new Here. If such repositio-

    ning made sense to you, you were unlikely to look

    Site Unseen: Dwellings of the Demons, Fred Wilson, Gotemburgo, 2004. Una foto de Rubn Prez Kantule, indgena kuna que visit el Museo

    Etnogrfico de Gotemburgo en 1931. El Museo Etnogrfico fue reconvertido en el Museum of World Culture.

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    at art, or the art world, or museums, or yourself

    the same way again.

    They made sense to the artist Fred Wilson,

    who is the subject of a traveling survey now at theStudio Museum in Harlem, and who played a signi-

    ficant role in defining a fresh critical perspective

    on art and its institutions.4 (Cotter, 2004)

    En este punto, el lector dir si intuye o no que la obra

    de Wilson y el postmodernismo van de la mano. Por miparte, veo en Wilson todos los signos de un pensar y

    un hacer decoloniales. Los suyos son actos de desobe-

    diencia aesthtica e institucional. La esttica es abier-

    tamente poltica y decolonizadora, como lo es tambin

    la inversin del papel que el Museo juega en la esfera

    pblica y en la educacin. En una entrevista con Leslie

    King-Hammond, Wilson no deja mucho espacio paramaniobras interpretativas y para justificaciones post-

    modernas. King-Hammond lo invita a hablar sobre su

    experiencia al sentirse extranjero en Europa, en relacincon su sentirse extranjero (como afroamericano) en su

    propio pas. Wilson responde:

    There I was feeling bad about myself becau-

    se of how I was being treated, and meanwhile

    everybodys acting like theres no problem. In the

    museum, youre in this environment youre suppo-

    sed to understand and youre supposed to feel

    good about. All of these supposed tos and the

    artworks all there, but theres all this stuff thats

    4 Llmenlo una actitud, una fase o una novedad, pero el post-

    modernismo hizo al menos algo muy bueno. Llovi a cntaros sobre

    la fiesta principalmente blanca, principalmente masculina, slo-con-

    invitacin que durante mucho tiempo haba sido el arte occidental.

    Lo hizo cuestionando, con preguntas insistentes y desalentadoras, la

    belleza, la calidad, la autoridad y la propiedad de cada cosa. Clasific

    como corrupta una jerarqua esttica formada por una cmoda alian-

    za de intereses del mercado y opiniones crticas lase personales.

    Les dijo a los reinantes hacedores del gusto: lo siento, pero su mejor

    pensamiento es viejo, provinciano, rancio. Forz a los jugadores

    de adentro a mirar fuera de su crculo, de repente desencantado o

    pasado de moda.

    Para m, el postmodernismo signific principalmente que el arte y el

    mundo se expandieron y se conectaron. Mis credenciales estado-

    unidenses, de clase media blanca, ya no me ponan en el centro del

    cuadro, sino all en alguna otra parte, entre muchos otros que estn

    all. Y eso estaba bien, puesto que el All result ser el nuevo Aqu. Si

    tal reposicionamiento tuvo sentido para usted, es probable que nunca

    volviera a ver el arte, o el mundo del arte, o los museos, o a usted

    mismo, de la misma manera.

    Esto tuvo sentido para el artista Fred Wilson, quien es ahora sujeto de

    un estudio de viaje en el Studio Museum de Harlem, y quien jug un

    papel significativo en la definicin de una perspectiva crtica fresca

    sobre el arte y sus instituciones.

    not being talked about as it relates to the real

    world.5 (King-Hammond, 1994: 29)

    El supposed to (lo esperable, lo que debera ser)corresponde, como lo argument en otros textos, a

    la retrica de la modernidad, la retrica que crea las

    expectativas de lo que debe ser. Son estas expectati-

    vas naturalizadas las que operan en la colonialidad delser, del sentir (aesthesis) y del saber (epistemologa).

    Como debera ser es el horizonte trazado por la fepuesta en la marcha hacia adelante; como debera ser

    es precisamente el horizonte de la colonialidad del ser

    y del sentir. Wilson apunta la barra /, que divide y une

    modernidad/colonialidad. Denial es la palabra que usa

    Wilson para referirse a estos fenmenos:

    All this denial, all this history of America, all thishistory of Europe, and the relationship between

    people is not being talked about. Museums just

    pretend that we can overlook it, that we can expe-rience culture without having those feelings of

    oppression. This compounds those feelings. Thats

    why I like working in museums, because theyreso much of America to me, unconsciously.6 (King-

    Hammond, 1994: 29)

    Opresin y negacin son dos aspectos de la lgica de la

    colonialidad. El primero opera en la accin de un indi-

    viduo sobre otro, en relaciones desiguales de poder. El

    segundo lo hace sobre los individuos, en la manera enque niegan lo que en el fondo saben. Los procesos deco-

    loniales consisten en sacar a ambos de sus lugares repri-

    midos, mostrando tambin las caractersticas imperiales

    de la negacin. La opresin y la negacin no se limitan

    al sujeto europeo moderno el trabajador asalariado de

    Marx o el sujeto moderno europeo que analizaba Freud.Operan en la opresin racial/colonial, y tambin en la

    negacin de los sujetos imperiales y coloniales: el negro

    que quiere ser blanco, y el amo que se niega a ver que

    5 All me senta mal conmigo mismo por la forma en que

    estaba siendo tratando, y mientras tanto todos actuaban como si no

    hubiera ningn problema. En el museo, usted est en este ambiente

    al que se supone que entiende y en el cual se supone que se siente

    bien. Todos estos supuestos y la obra de arte est all, pero

    tambin estn todas esas cosas de las cuales no se habla porque se

    refieren al mundo real.

    6 De toda esta negacin, de toda esta historia de Estados

    Unidos, de toda esta historia de Europa, y de la relacin entre las

    personas no se habla. Los museos simplemente pretenden que pode-

    mos pasarlo por alto, que podemos experimentar la cultura sin tener

    esos sentimientos de opresin. Esto compone esos sentimientos. Por

    eso me gusta trabajar en los museos, porque, para m, inconsciente-

    mente, ellos tienen tanto de Estados Unidos.

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    a dcolonl// Walter d. Mgl // 1

    la opresin y explotacin de otro ser humano es tica-mente reprobable y humanamente inaceptable. Por estas

    y otras razones, la obra de Fred Wilson es un constante

    proceso de decolonizacin de la aesthesis, de las formas

    de sentir y de saber (teorizar) lo que sentimos.

    iii. Dprdr prdd

    Al entrar al Nasher Museum de la Duke University en

    Durham, Carolina del Norte, a ver la instalacin Black

    Mirror-Espejo Negro de Pedro Lasch, te encuentras con

    una escena un tanto sorpresiva: todas las estatuillasque al entrar uno presume que son lo que el visitante

    debe ver, estn de espaldas a l. Todas se encuentran

    frente a un espejo negro, como mirndose en l. Como

    visitante de la instalacin observas la escena, la miradageneral de la instalacin, puesto que merece ser obser-

    vada antes de recorrerla pieza por pieza.

    Luego te acercas a una composicin. Miras el ttulo

    Mimesis y transgresin.Te sitas para observarla:

    Miras el frente de la estatua reflejado en el espejo. Enese momento te das cuenta de que hay otras figu-

    ras en el espejo, pero que no estn reflejadas. Si lo

    estuvieran, esos personajes deberan estar parados a

    tu lado. Pero no lo estn. Esas figuras estn mirando

    la estatua que se mira en el espejo. Quizs te estn

    mirando tambin a ti, que ests mirando la estatua ylas figuras no reflejadas. Alguien a tu lado dice: Las

    figuras en el espejo provienen del cuadro de Jos

    Rivera, 'La mujer barbuda' (1631), que se guarda en

    el Hospital de Tavera, en Toledo, y pertenece a la

    fundacin del Duque de Lerma. Y cmo sabe eso?,

    preguntas. Oh, dice la persona a tu lado, soy histo-riador del arte. La mujer barbuda, piensas t, a la vezque miras la espalda de la estatua que se refleja en

    el espejo negro, una figura femenina sin duda. Y la

    estatuilla?, preguntas. Ah, eso no lo s, dice el histo-

    riador del arte. Es una estatuilla de piedra volcnica,

    una figura femenina erecta. Data de ms o menos el

    ao 1000 de la era cristiana, y se guarda en los depsi-tos del Museo Nasher. Al igual que todas las estatuillas

    que se muestran aqu, viene del depsito del Museo.

    Registro de Mimesis & Transgression / Mimesis y Transgresin

    [S3BM5A], de Black Mirror / Espejo Negro: Suites Fotogrficas, Pedro

    Lasch, 2007-2008.

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    Se dispersan los tres. Caminas hasta la estacin

    siguiente, pensando en la complejidad de la instala-

    cin. Pero te das cuenta de que no es una complejidad

    que pueda explicarse a travs de Edgar Morin, o por lapasin geomtrica de Edmund Husserl. Lo que parece

    estar en juego aqu es otra lgica, la lgica del espa-

    cio y del tiempo de las civilizaciones mayas y aztecas,

    enfrentadas a la cosmologa hispnica.

    Te detienes en la prxima estacin. Como siempre lo

    haces, miras primero el ttulo: Lenguaje y opacidad.Esta vez miras primero el espejo negro, y ves el retrato

    de Gngora. Lo recuerdas de la escuela secundaria. Tu

    maestra tena un doctorado en el Barroco Hispnico.

    Caramba, murmuras por lo bajo, aqu Gngora

    est reducido a sus justas y humanas proporciones.Adems, enfrentado con sus silencios. Tanto mirar

    hacia Grecia, exaltar la tradicin grecorromana, yGngora realmente recuerdas ahora tus lecciones de

    secundaria, realmente no supo qu hacer con gran-

    des e iguales civilizaciones, como la azteca y la maya,

    que sus compatriotas estaban en proceso de destruir.

    Claro, el pasado maya y azteca no era el suyo. Peroes el nuestro, de todos los que vivimos en Amrica,

    seamos descendientes de los habitantes originarios,

    de africanos forzados a radicarse aqu, o de descen-

    dencia europea de variadas especies, pero sobre todo

    de la costa atlntica, desde la Pennsula Ibrica hasta

    las islas de Gran Bretaa.

    Y la estatuilla?, preguntas a la arqueloga que est atu lado y que explic la naturaleza y proveniencia de la

    figura anterior. Ah, creo que esta es de la cultura muisca,

    del la regin central de Colombia, fechada tambin

    entre 1000 y 1500 de la era cristiana. La figura de lamujer, en la estacin anterior, est confeccionada con

    piedra volcnica. Esta es de cermica. Miras de nuevo la

    composicin. El brillo naranja de la cermica, la luminosi-dad y la alegra, tanto en la espalda como en su imagen

    en el espejo, frente al grisceo triste, opaco, deslucido

    de la cultura del conquistador, convocada por la imagen

    de Gngora. Piensas tambin que el barroco de Indias

    fue un silenciamiento de lo indgena y la celebracin

    de Espaa en Indias. Ahora te das cuenta de por qula geometra de Husserl y la complejidad de Morin se

    quedan cortas. Porque se ha invertido el proceso: ya noes Europa construyendo indgenas a partir de grandes

    civilizaciones, sino la memoria de las civilizaciones que

    vuelven, afirmndose y reduciendo a su medida la, en

    aquel momento, emergente civilizacin europea.

    Hay un banco en la sala. Aquel que viste al entrar (vase

    la vista general de la instalacin). Te sientas. Piensas.

    Abres el catlogo. Lees el texto escrito por Pedro

    Lasch. Te detienes en el ltimo prrafo:

    Registro de Language & Opacity / Lenguaje y Opacidad [S3BM9A], de

    Black Mirror / Espejo Negro: Suites Fotogrficas, Pedro Lasch, 2007-2008.

    Registro de Liquid Abstraction / Abstraccin lquida [S2BM1A], de

    Black Mirror / Espejo Negro: Suites Fotogrficas, Pedro Lasch, 2007-2008.

    (vista general de la instalacin).

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    Through the Claude Glass and into the Age of

    Surveillance

    The Spanish Colonial works appearing in this

    installation can be seen as early examples of two

    key modern and contemporary forms of represen-

    tation that resemble the obsidian black mirror: the

    ever-present photographic camera and the ClaudeMirror of 18th-century Europe. Named for atmos-pheric painter Claude Loraine, the Claude Mirror

    was a portable, convex tinted glass or mirror, which

    painters and photographers used to create their

    pictures. This optical device marked a shift to a new

    period, when ritual and magic gave way to scientific

    illusionism and Colonialist expansion. We no longeruse black mirrors to speak with the dead, or to fix a

    gaze on objects that may last a little longer than we

    will. Yet little black eyes still hover all around us in

    the form of cameras placed in many public buil-

    dings and outdoor spaces. These black mirrors stillact as go-betweens between the present and the

    absent, the visible and the invisible, the colonizerand the colonized.7 (Lasch, 2009)

    Te das cuenta de que no habas prestado atencin al

    espejo de obsidiana ubicado en el mismo centro de la

    instalacin.8 Lees que se supone que proviene de la

    civilizacin azteca, del tesoro personal de Moctezuma oMoctecuzoma. Pero tambin hay una historia del espejo

    de obsidiana en Europa. Su historia recorre la trayectoria

    de la adivinacin a la ciencia. Esto lo habas aprendido en

    una clase arte, con un profesor al que los estudiantes

    7 A tras el Espej Claue y e la Ea e la vglaca

    Los trabajos coloniales espaoles que aparecen en esta instalacin

    pueden ser vistos como ejemplos tempranos de dos formas claves

    modernas y contemporneas de representacin que se parecen al

    espejo negro de obsidiana: la omnipresente cmara fotogrfica y el

    Espejo Claude de la Europa del siglo XVIII. Nombrado por el pintor

    atmosfrico Claude Loraine, el Espejo Claude era un vidrio o espejo

    porttil, tinturado y convexo, que pintores y fotgrafos usaban para

    crear sus cuadros. Este dispositivo ptico marc un cambio hacia un

    nuevo periodo, cuando el ritual y la magia le dieron lugar al ilusionis-

    mo cientfico y a la expansin colonialista. Nosotros ya no usamos los

    espejos negros para hablar con los muertos, o para fijar la mirada en

    objetos que pueden durar un poco ms que nosotros. Pero todava

    pequeos ojos negros se mantienen flotando alrededor de noso-

    tros en la forma de cmaras ubicadas en muchos edificios pblicos

    y espacios al aire libre. Estos espejos negros todava actan como

    intermediarios entre el presente y el ausente, lo visible y lo invisible, el

    colonizador y el colonizado.

    8 "Liquid Abstraction/Abstraccin lquida" [S5BM1B], de Black

    Mirror/Espejo Negro: The Photographic Suites (2007-2008), 24x28

    pulgadas, impresin Cibachrome. Disponible en .

    llamaban el loco, porque saba y hablaba de cosas de

    las que nadie hablaba. Ahora te das cuenta de que quie-

    nes decan que tu profesor era loco seran las figuras

    grisceas detrs del espejo, quienes miraban sin darsecuenta de que eran mirados y siguen siendo mirados todo

    el tiempo, y que son lentamente reducidos al gris. Esto

    es quizs lo que quiere decir Lasch en el prrafo, cuando

    habla de lo visible y lo invisible, del colonizador y delcolonizado. En ltimas, el espejo de obsidiana es el lugar

    donde la geografa de la razn se vuelca, es el lugar del

    pachakuti esttico-epistmico, piensas, un poco aturdida.

    Colonizador, colonizado, ah caramba!, te dices. Pues lo

    que estamos viendo aqu es realmente un acto decolo-

    nial, en el mismo museo donde en este mismo momento

    hay una exhibicin, en otras salas, de El Greco a Vels-quez. Poco a poco te vas dando cuenta de que el arteno tiene mucho que ver con la representacin, como

    aprendiste en la escuela secundaria. Y en el primer ao

    de collage. O, mejor an, que la decolonizacin de laesttica imperial, basada en la representacin, consiste

    en crear y hacer que lo creado no pueda ser cooptado,

    enflaquecido y achatado mediante el concepto derepresentacin, o la unilateral y limitada concepcin de

    la complejidad de Morin. Una complejidad que, como la

    geometra de Husserl, desconoce la geometra egipcia y

    la maya, para dar un par de ejemplos y no hacer la cosa

    ms compleja, invocando la geometra de la civilizacin

    china. Esto es pues lo que la colonialidad debe signifi-

    car (recordabas un taller de hace dos semanas sobre elconcepto de colonialidad, del que no habas odo hasta

    ese momento).

    Observando de nuevo la instalacin recordaste a Fred

    Wilson, Mining the Museum. Y tambin unas entrevistas

    que habas ledo. Caas en la cuenta, poco a poco, deque si Wilson opera desde la morada de los afroameri-

    canos, Lasch lo hace desde la aquella de los chicanos

    y las chicanas o, ms general, latinos y latinas. Obser-

    vas de nuevo la instalacin en su totalidad, desde el

    banco donde ests sentada. Piensas en la estatuilla

    de la mujer parada frente a la mujer barbuda, y en la

    brillante y colorida estatuilla de la cultura muisca frenteal grisceo Gngora, y a la transculturacin del espejo

    de obsidiana. Piensas que todo lo aprendido es de poca

    utilidad para entender a Wilson y a Lasch. Los datos que

    tenas son tiles, pero la lgica de la comprensin en la

    que te educaron ya no lo es. Llegas as a la conclusin

    de que era necesario desaprender lo aprendido y volvera reaprender. Quizs esto podra ser una lectura decolo-

    nial de la esttica, a la vez que las instalaciones son ya

    estticas decoloniales.

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    iii. e d erpd e?

    Estabas en el caf del Museo cuando se acerc el histo-

    riador del arte y se invit a continuar la conversacin. Por

    alguna razn, dijo, la instalacin de Lasch me recuerda

    las instalaciones de Tanja Ostojic. Quin?, preguntaste.

    Tanja Ostojic, dijo el historiador del arte extendiendohacia ti, sobre la mesa, un libro donde apareca su

    nombre. Ah, interesante, nunca o su nombre. Naci en elBelgrado de la ex Yugoslavia, de la generacin de Lasch,

    poco ms o poco menos, nacidos ambos en los tempra-

    nos setenta. A primera vista resulta extrao relacionar

    la instalacin de un chicano con la de una artista nacida

    y educada en el Belgrado de la ex Yugoslavia, que ahora

    reside en Alemania. La razn puede ser, comentaste yareeducada por Wilson y Lasch, que Lasch es mexicano en

    Estados Unidos, y Ostojic es tambin del sur balcnico

    de Europa, en Alemania. Ah, dijo el historiador, buena

    observacin. La cuestin de la frontera, el significadode la frontera para quienes moran en su exterioridad.

    Cmo, qu, qu?, preguntaste. Exterioridad, dijo, puesto

    que ni Mxico ni los Balcanes estn fuera de Europao de Estados Unidos. Estn separados por la frontera

    fsica, pero existen en el interior del imaginario y de los

    miedos de los europeos del oeste y de los estadouni-

    denses, principalmente blancos y blancas. Ah, pues, s,

    respondiste. Y quin es Ostojic, cuntame, dijiste en

    tono curioso, ojeando el libro que te haba extendido,

    Integration Imposible? The Politics of Migration in the

    Artwork of Tanja Ostojic (2009).

    Fjate en la portada, dijo el historiador del arte. Si, ya me

    fij, respondiste. Aunque ya era conocida por susperfor-mances anteriores (particularmente Ill Be Your Angel(Venecia, 2001) y una pelcula en video Be my guest,

    tambin de 2001), el pster, que es ahora la tapa del

    libro, invadi Europa en el ao 2005. La foto de la propia

    Ostojic es una emulacin exacta del cuadro de Gustave

    Coubert El origen del mundo (1866). En el contexto

    de la inmigracin en Europa, una feminista serbia como

    Ostojic hace patente que las mujeres de la Europa de

    servicio (los pases ex comunistas) son consideradas yaceptadas en la Unin Europea como mujeres de servicio

    tambin. Ah, interesante, comentaste.

    Ms interesante en esta misma onda, dijo el historia-

    dor del arte, es el proceso (puesto queperformancee instalacin son palabras que ya no expresan lo que

    Ostojic hizo) que culmin en relato de imgenes de

    variada procedencia, agrupada con el ttulo Looking

    for a Husband with EU Passaport, 2000-2005. En este

    proceso entendemos el radicalismo esttico, poltico

    y filosfico de sus acciones-procesos. Fjate, dijo,

    mostrndole la fotografa de la instalacin, al final delproceso.

    Ves, en la pared? Hay una foto de ella desnuda. Pues

    distribuy esa foto por Internet y la puso tambin en laweb, en la cual solicitaba a los interesados que envia-

    ran su dossiercon sus calificaciones para el puesto.Recibi, archiv, al final eligi y se cas con un alemn

    (razn por la cual pienso que est ahora en Alemania),

    al cabo de tres aos se divorci, celebr el divorcio, y

    todo ello es parte de la instalacin con ese nombre, es

    decir, el proceso-instalacin en el cual no slo se borran

    los lmites entre el arte y la vida, como se sola deciro, de manera ms sofisticada, la sobreidentificacin,

    que Marina Grini ve en losperformances de Ostojic, a

    travs de Slavoj iek. Cmo es eso de la sobreiden-

    tificacin?, preguntaste. Pues s, dijo el historiador delarte, Ostojic estara haciendo visible, ponindolo en tus

    propias narices, lo que t no quieres ver, pero que est

    ah. Y lo que t no quieres ver y que est ah es lo que tecontrola. Pues, si sabemos que las mujeres de las mrge-

    nes de Europa juegan sus destinos buscando un hombre

    con pasaporte europeo, pero que lo hacen jugando el

    juego de la sensualidad, el amor, el romance, Ostojic

    derriba todo eso y lo hace abierto, distribuyendo una

    foto desnuda. En vez de jugar al glamour y a la sensua-

    lidad-sexualidad, lo hace convocando la imagen de unaprisionera de guerra, mostrando la imagen de un cuerpo

    despojado de todo glamour. Un cuerpo desnudo en el

    sentido literal de la palabra (Ostojic, 2000-2001).

    Ah, comienzo a entender la relacin que viste con

    Lasch, comentaste. Y pensaste, aunque no lo mencio-naste, con Wilson tambin. Digo, no es que en el caso

    de Lasch la sobreidentificacin como la explicas sea

    tan evidente como en Ostojic. Pero Lasch est tambien

    haciendo visible lo invisible. Poniendo frente a tus

    narices la belleza y creatividad de civilizaciones que

    fueron destruidas en nombre de la civilizacin y que

    no queremos ver, o slo vemos una civilizacin lacivilizacin que destruy a otras y que cont el cuento

    vendiendo la imagen de procesos civilizatorios. S,

    en eso tienes razn, dijo el historiador del arte. Pues,

    estaba pensando que en el caso de Lasch (y de Wilson,

    aunque no lo mencionaste) lo que tenemos son proce-

    sos de estticas decoloniales, pero podramos hablarde esttica decolonial en Ostojic? podramos ver la

    Europa del Este como un espacio colonizado, al igual

    que en las Amricas?

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    Pienso que s, dijo el historiador del arte. En ltimas, la

    inmigracin de Amrica del Sur a Estados Unidos no

    es muy diferente a la inmigracin de la Europa del Sur

    y del centro a Europa, despus de la cada del murode Berln. Hay una escuela de pensamiento en Amrica

    del Sur y en Estados Unidos que distingue entre colo-

    nizacin y colonialidad. En este caso, la colonizacin

    se tratara de procesos histricos especficos. En esesentido, la colonizacin rusa de Europa central y los

    Balcanes es diferente en los detalles, pero no en la

    lgica, a los procesos anteriores y occidentales decolonizacin. Por otra parte, la integracin a la Unin

    Europea de pases bajo el control de la Unin Sovitica

    no es sino otra forma ms sutil de colonizacin y de

    conversin de estos pases en lugares de servicio. Creo

    que es ante esto que responden Ostojic e intelectua-

    les y activistas como Marina Grini . Marina Grini ?,preguntas. S, Grini es eslovena, y ha colaborado con

    Ostojic, adems de haber escrito sobre su obra.9

    Ah, entonces Ostojic no es un caso aislado. No, de

    ninguna manera, es parte de un proceso que comenz

    en la ex Yugoslavia despus de la cada del muro. Grinicuenta y analiza este proceso en un librillo importante,

    9 Aqu se refiere a Situated Contemporary Art Practices. Art,

    Theory and Activism from (the East) of Europe (2004). Tambin cola-

    bor en la edicin de Integration Impossible? (2009), y escribi un

    artculo titulado Decoloniality of Knowledge.

    donde adems analiza la primera obra de Ostojic, de

    2001 a 2004. Creo que ahora Grini vera en los proce-

    sos performativos de Ostojic el aspecto decolonial en

    la complicada historia de la Europa marginal (esto es,de los pases relevantes en el Renacimiento y en la

    Ilustracin).10 Obviamente no lo eran los pases que se

    desprendieron del imperio austrohngaro o del sultanato

    otomano (fundamentalmente los Balcanes), que pasarona depender de la Unin Sovitica, y ahora caen bajo el

    imperialismo del capital de la Unin Europea.11

    Y a qu se refiere Integration Imposible?, el ttulo de

    este libro? Ah, responde el historiador del arte, es el

    ttulo de un proceso performativo tambin. Hay todo

    un sector del trabajo de Ostojic que entra directamente

    en el debate sobre inmigracin y sobre minoras como

    los rom. Pero en todo caso, Integration Imposible esuna serie interactiva de compilaciones performticas

    acompaadas de videos e imgenes digitales. Una vez

    ms, son procesos que en algn momento culminan enuna suerte de resumen, aunque el resumen no es lo que

    fueron los procesos que llevaron a l. Fjate en esta foto:

    10 El historiador del arte se refiere al catlogo No War but Class

    War! (2009), escrito con su colaboradora Aina Smid, as como al

    artculo Decoloniality of Knowledge.

    11 El historiador quizs no est al tanto del panel que Grini

    organiz en la conferencia de Transmediale, en Berln, en febrero de

    2009 y que se puede ver en .

    Tanja Ostojic: Looking for a Husband with EU Passport, 200005, Participatory web project /combined media installation. Installation view,

    Kunstpavillon Innsbruck, Austria, 2008. Photo: Rupert Larl, copyright: Tanja Ostojic.

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    No s cul ser la ciudad, quizs Londres. Pero ves?,Ostojic est vestida con un atuendo de diseo musul-

    mn, pero con tela de uniforme militar, hoy general,

    pero originalmente de Estados Unidos. Lleva una

    mscara, como los zapatistas, pero roja. En el perfor-

    mance, en el teatro, se quitar el atuendo de diseo

    musulmn y tela militar, y quedar con un vestido ajus-

    tado rojo, zapatos rojos y la capucha estilo zapatista,

    roja. Ves el mecanismo de todos los proyectos perfo-

    mativos de Ostojic?: te enfrenta con los fantasmas que

    no quieres ver y te saca de las identificaciones cmo-das (mujer musulmana, militar estadounidense, mujer

    zapatista vestida de alta costura). Fjate en esta foto,12

    S, veo, y cada vez me convenzo ms de que el conec-

    tor entre Lasch (piensas en Wilson, pero no lo mencio-

    nas) y Ostojic consiste en acciones decolonizadoras

    agarrndose, como podra decirse, de la historia delarte y de los museos, y del teatro. Pero mientras

    12 Ah la ves: .

    que artes, museos y teatros fueron codificados enOccidente, en su formacin misma como civilizacin

    occidental, y como tales estuvieron involucrados, a

    sabiendas o no, con los proyectos imperiales-colo-

    niales, la decolonizacin esttica es una de las tantasformas de desarmar ese montaje y construir subje-

    tividades decoloniales. Las estticas decoloniales

    desplazan las estticas imperiales, ahora sometidas al

    mercado y a los valores corporativos.

    Pues s, as es, dice el historiador. Fjate, lee esteprrafo de Ostojic:

    Integration impossible is an interactive compila-

    tion of performances, art actions and documen-

    tary that questions EU migration policies and the

    notion of terrorism. I am familiar with popular

    border-crossing strategies that migrants haveused for decades, and I reuse them as part of

    my performance. In order to re-claim my own

    rights that I have been restricted from by current

    Tanja Ostojic: Integration Impossible, 2005. Performance with video and digital images projections, followed by integrated discussion (total

    duration 120 min.) copyright: Tanja Ostojic.

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    EU laws, I have explicitly applied strategies of

    provoking the public with violations of these

    laws. Broadly, the performance summarizes my

    experiences and investigations related to thesituation of being a woman migrant in France and

    Germany.13 (Ostojic y Grini (eds.), 2009: 106)

    iv. c

    Las instalaciones y procesos performativos que describen las secciones anteriores son ya construcciones de

    futuros decoloniales. La crtica y la historiografa del

    arte que acompaan estos procesos se transforman

    ellas mismas de crtica a historiografa decolonial. Es

    ms, son las instalaciones y procesos performativos

    decoloniales los que fuerzan la decolonizacin de lahistoria y la crtica de arte, y la construccin de aesthe-

    sis decoloniales. En ltima instancia, quienes controlan

    la autoridad (gobiernos, ejrcitos, instituciones esta-

    tales) y quienes controlan la economa (corporaciones,

    ejecutivos, creativos de Wall Street) son consciente-

    mente subjetividades imperiales que ya es muy tarde

    para cambiar. Pero es temprano, muy temprano, paraconstruir futuros globales en los cuales ya no existan

    las condiciones y las posibilidades para la formacin de

    tales sujetos y subjetividades.

    Rfr

    Cotter, Holland (2004). Pumping Air Into the Museum,

    So Its as Big as the World Outside, en The New York

    Times, Art Review, 30 de abril. Disponible en .

    Grini , Marina (2004). Situated Contemporary Practi-

    ces. Art, Theory and Activism from (the East of) Europe .

    Lujbjana: Collegium Graphicum.

    13 Integracin imposiblees una recopilacin interactiva deperformances, acciones de arte y documentales que cuestionan las

    polticas migratorias de la Unin Europea y la nocin de terrorismo.

    Estoy familiarizada con las estrategias populares de cruce de fron-

    teras que los inmigrantes han usado durante dcadas, y las reutilizo

    como parte de mi actuacin. Para re-clamar mis propios derechos

    de los que me he visto restringida por las leyes actuales de la Unin

    Europea, he aplicado estrategias que explcitamente provocan al

    pblico con la violacin de estas leyes. Ampliamente, la actuacin

    resume mis experiencias e investigaciones relacionadas con la situa-

    cin de ser una trabajadora inmigrante en Francia y Alemania.

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