Adagio de Pasiones. Un palpitar en las sobras de la vida (2016). Shirley Ruiz Monge

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H E B E L ADAGIO DE PASIONES Un palpitar en las sombras de la vida P O E S Í A Shirley Ruiz Monge

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Tercer libro de la poeta costarricense Shirley Ruiz Monge, con varias colaboraciones desde Latinoamérica.

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H E B E L

ADAGIO DE

PASIONES Un palpitar en las sombras de la vida

P O E S Í A

Shirley Ruiz Monge

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Shirley Ruiz Monge

ADAGIO DE PASIONES

Un palpitar en las sobras de la vida

POESÍA

HEBEL

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HEBEL Ediciones

Micro-Bio | Poesía

ADAGIO DE

PASIONES Un palpitar en las sombras de la vida

P O E S Í A

Shirley Ruiz Monge

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ADAGIO DE PASIONES. UN PALPITAR EN LAS SOMBRAS DE LA VIDA.

© Shirley Ruiz Monge, 2016.

© HEBEL Ediciones

Colección Micro-Bio |Poesía

Poñén, Concepción, Chile, 2016.

www.issuu.com/hebel.ediciones

www.benditapoesia.webs.com

Qué es HEBEL. Es un sello editorial sin fines de lucro. Término hebreo que denota lo

efímero, lo vano, lo pasajero, soplo leve que parte veloz. Así, este sello quiere ser

un gesto de frágil permanencia de las palabras, en ediciones siempre

preliminares, que se lanzan por el espacio y tiempo para hacer bien o

simplemente para inquietar la vida, que siempre está en permanente devenir, en

especial la de este "humus que mira el cielo".

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Introducción

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Cada historia tiene una vida

y cada vida tiene mil historias

De niña no conocí el otoño, no tenía idea de lo

que se podía sentir en esta estación,

pero la vida con sus vientos me trajo

como una hoja,

a una nueva tierra y me permitió

enamorarme del Otoño.

¡Otoño que llevo en mi corazón!

¿Qué veo en las hojas?

Veo libertad, Pasión, Caída, Vuelo,

Miedo, Desenfreno,

Aventura, Desarraigo, Amor, Vida, Muerte!

Veo historias…

Me apasiono juntando hojas a donde vaya,

olerlas, tocarlas,

darles una vida nueva en mis cuadros,

otras, solo las guardo

en mi cuaderno lleno de letras sueltas

para luego hacerles un poema.

Amo sus colores, sus formas distintas,

su liviandad por dejarse

llevar sin oponerse al tiempo,

a las circunstancias, al destino,

a lo impuesto, amo su rebeldía

y su anormalidad, amo su esencia.

¡Amo las hojas!

Este poemario es un honor a ellas, a mí, a usted,

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que en algún momento hemos sido hojas que

vuelan con el viento.

Mi agradecimiento a los que me permitieron ser

parte de su mirada

y me regalaron sus letras

para compartirlas en este

poemario junto a las mías,

gracias por embellecer

la vida con sus inspiraciones

y por dejarse llevar conmigo en esta aventura.

"La razón obra con lentitud, y con tantas

miras, sobre tantos principios,

que a cada momento se adormece o extravía.

La pasión obra en un instante."

Blaise Pascal

Shirley Ruiz Monge

Argentina 2014/2015

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I Parte

Encuentro

“En llamas,

en otoños incendiados,

arde a veces mi corazón,

puro y solo.

El viento lo despierta,

toca su centro y lo suspende

en luz que sonríe para nadie:

¡cuánta belleza suelta!”

Octavio Paz

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Encuentro

Como la vida y la muerte,

sin pedirlas ¡Así llegó!

Prófuga de caminos

Peregrina en busca de otoños

Encontrando estaciones donde

su luz no se apaga

Vestida de pigmentos llenos de sombras

Donde pequeñas melodías mudas

de sonidos suenan en sus pasos

Una pasión que encamina sus lágrimas

y sus días giran en sí mismos sobre sus mañanas

Un atardecer dulce y tierno

Una noche silente

apasionada en las sombras

Dejó su manada

y como una hoja libre voló

con los vientos en una marcha lenta

¿Qué otra cosa podía desear?

Más no deja de buscar

Las antiguas llanuras se abren a su paso

y llena de esperanzas tiene frente a ella

todo el cielo en sus manos,

tiene un suspiro en su pecho

y una lágrima en su mejilla

Sigue su camino

Ella se encontró conmigo

y me mostró sus cicatrices

Tan hermosas como las

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cicatrices de mi alma

Un hermoso encuentro lleno de olor

donde sin pretextos la amé

y el perfume que destila será

un hermoso recuerdo pintado

con las manos de mi alma

Un día nos volveremos a encontrar

Porque la brisa que abraza,

es la ilusión de los caminos

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Mi alma, la metáfora que abraza mi cuerpo

La vida me eligió,

¡No lo recuerdo!

Yo elegí la vida,

¡De eso estoy segura!

Vivo entre las gentes,

respirando su mismo aire

y escuchando el sonido del viento

que me recuerda

la existencia a la que pertenezco

¿Qué quería ser?

¡No lo sé!

¿Qué soy?

¡Seguramente una gran metáfora!

Mi alma, esa es la metáfora

que abraza mi cuerpo frío

¿Qué puedo ser?

Seguramente, ser la metáfora de encajes negros

pegados a mi piel

Quizás, ser la metáfora del ciego que ve mi rostro

en su sombra

Tal vez, ser la metáfora del grito que en silencio

pronuncie mi nombre

Puedo ser, la hoja que navega con los vientos

Si tuviera que escoger, me perdería en la

grandeza de lo escogido

Mis letras no serían la libertad de lo que soy

Porque tal vez no lo soy

Pero busco ser

Porque nunca es nada y

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Nada es todo

Todo es mucho

Y allí, escojo la vida

Para ser la nada que abraza

mi propia existencia

servida en la calma desaforada de mis manos

mientras la espera de lo que soy

se pronuncia silenciosa en libertad

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Noche de hojas

Un segundo que no se posterga

Deshabitado por las hojas

abrazadas por el tiempo

Instantes despojados de ternuras

llenos de miradas

Donde se esconden

las noches tímidas con destellos

Las memorias se recuerdan en sus ojos

Y sus labios besan las angustias de

palabras llenas de suspiros

Ellas cantan humedeciendo sus almas

en letras pintadas con la lluvia

que tocan sus siluetas

La noche se cubre de hojas

vestidas con historias que

tocan las manos de las almas

en donde el destino arrulla

sus sonrisas y queman sus

cuerpos en el frío de los vientos.

Ellas bailan desnudas ante la vida

y la muerte, donde el aire bebe sus ahogos

y las horas del vacío condenan

sus placeres silentes de ecos

penados en la nada de sus caricias.

Y allí consuman sus vidas

en un instante donde la inocencia

es su mayor pecado y explotan frente

a paisajes donde las luces se extravían

en el vaho de la nada

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Libres vuelan en la noche anhelada

Sus brazos se dejan caer y como

plumas se levantan con las brisas del

crepúsculo que danza salvaje

ante las palpitaciones imponentes

del horizonte donde se devoran los miedos

y las esperanzas recuerdan los soles del ayer

y añoran las lunas del mañana.

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¿A dónde se van las horas?

¿Qué son las horas?

Pregunta el reloj

Donde las agujas nunca duermen

y la luna palpita fuerte

degollando las sombras

en el tic tac del tiempo

Donde el alma florece

y los pájaros sin plumas

alzan su vuelo con la

neblina del sol y recogen los

sueños donde las hojas nunca pasan

y cubiertas de historias

reviven los momentos

que quedaron en la muerte del recuerdo

Un segundo que no pasa

Un beso que nunca se va

Una sinfonía de noches eternas

Un camino congelado en el infinito

Un amanecer que sangra derretido

y se lleva el dolor que no respira

Una ciudad extraña

Tan inmensa que va de prisa

Y en su lentitud revela los rostros

desconocidos

¿Y si mejor no vemos las horas?

Pregunta el reloj

Donde solo seamos felices y

atesoremos los momentos

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y el tiempo no nos robe los instantes

que sin poder estar presentes

podamos estar juntos

¿A dónde se van las horas?

Pregunta el reloj

Y los instantes pausados

en la noción del tiempo

se llena de emociones

buscando su propia libertad

donde termina su día esclavo

de los minutos que apasionados

añoran el otro día y volar...

¿Y dónde están las horas?

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Enigma

Amo el viento que me

habla sin verlo

Que de pronto besa mi alma

y me acompaña

Que refresca mis días de calor

y arrulla mis días de frío

Que recorre mis tinieblas y

persiste en la oculta claridad

Amo la brisa que cala hondo y

esclarece las oscuridades

Amo la libertad que me

embriaga de ella y hace de mis

letras las vivencias

apasionantes del caminar

Me voy

No sé a dónde

No sé si vuelvo

Soy un misterio

Un enigma por descubrir

Una hoja en la lluvia de la vida

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Anido esperanzas

He construido mi hogar

El cual no explico con palabras

Donde ninguna verdad se asoma

Más todas ellas me abrazan

Palpito en cada letra

Y en ellas mi alma se desnuda

Vivo de esperanzas y ellas son

mis refugios

Amo la luz que ilumina mis noches

Y abrazo las sombras que cubren mis días

Bailo en la sed de mis caminos

Y me sacio en la mirada del encuentro

Anido la vida y suspiro el aire fugaz

Todo continúa y soy parte de este

mundo en movimiento

Vuelo con las hojas

porque ellas me enseñan

a volar libres

Atesoro las sonrisas y me mojo

con las lágrimas del mar

Camino ebria sobre cuerdas flojas

y me aferro a la libertad del vacío

Volveré a abrazar, porque mis letras

me abrazan todos los días

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Adagio del alma

Vivía entre amor y odio

A veces en silencio y

Otras veces a gritos

No pedía nada

Y aún así la vida le dio de todo

Algunas cosas las buscó

y supo encontrarlas

Otras, nunca las halló

Llovía por dentro y para secar

sus lágrimas escribió un poema

y sus hojas fueron el cuerpo

escrito en silencio

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Brote

Un lugar sin nombre

donde se asoma el sonido de la luz

Una memoria en el olvido

hace que renazca una vida

La fuerza de sus hojas acercan la noche

y el color de las horas no

abandonan su mirada.

Una sed eterna

Una estación en el tiempo

Un latido en la azotea

Tal vez una esperanza

Tal vez una ausencia silente

Tal vez un fin

Tal vez inicio

Tal vez un fuego soñado

Tal vez unas hojas vivas

Tal vez la muerte del ocaso

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Un disparate me habita

La vida es tan cuerda que me tropiezo con ella

La envuelvo con mi locura y flaqueamos juntas

Ella no sabe de juegos y yo no sé de

comportamientos

Somos unas locas que merodeamos libres e

invisibles

¿De qué serviría no ser locos?

Se nos iría la vida poco a poco sin sabor

Sin la faceta de soñadores ilusos

Sin pensamientos ardientes que nos quemen por

dentro

La locura es mi compañera silente

Ella canta a mi alma y me impulsa

Saca de mí lo mejor o peor y me confronta

En mi locura

/re-nazco/

/re-surjo/

/re-invento/

Soy la hoja desaforada

Soy la esencia en su esencia

Soy la insignificancia del todo y el objeto de su

mirada

Soy lo que temo y lo que amo

Soy mis tormentas y tranquilidades

Soy yo y mi disparate apasionante

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¡Allí estás, mi Dios!

Y mientras, entre el silencio y la palabra

Entre la mirada y la interpretación de mis ojos

Entre mi piel y la sangre que pulula por mi cuerpo

Entre el amor y la ausencia

¡Allí estás, mi Dios!

Y me descubres, desnuda de mi alma

Donde no puedo esconderme y mi cuerpo

es el mensaje subliminal ante tu grandeza

y gimo como una niña llena de emociones

donde río y lloro al abrazar ese sentimiento

huérfano de la vida en toda su esencia y

haces que en cada segundo me deleite

en lo desconocido de tus caminos

¡Allí estás, mi Dios!

Una caricia en mi rostro

Una hoja que vuela sin rumbo

Un aire que refresca mi ser

Un ahora donde me dejo llevar por un

dulce que pone amargo mi café

y llena de vitalidad mis caminos

¡Allí estás, mi Dios!

Soy la acción consumada en los sueños

vestidos de melancolías,

donde he amado aún llena de dolor

y he pintado con mis manos

la esperanza del otro que sufre igual a mi

Y sé que en cada gemido cantado

aunque no pueda verte,

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sentirte, ni escucharte

Sé, muy dentro de mí,

Que:

¡Allí estás, mi Dios!

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Lluvia que transmuta

Amo la lluvia,

de nuevo llueve

Parece que el cielo quiere gemir conmigo

Yo me destiño con sus gotas

y el me pinta como quiere

Me siento mojada

pero estoy seca

Recojo agua para que no me falte

y esta padece sequías

Estoy sulfurada

el sol me quema

pero sigue lloviendo

Estoy en dos partes

Transmuto mi tiempo

Y esa soy…

Agitada en el vaho solar que llueve en mis

entrañas

Dejó de llover y yo me mojo

yo humedezco la tierra y hago que vibre

Florecen los campos y es mi lluvia la que los

alimenta

Y yo como una hoja,

parece que ahora sonrío

porque la lluvia que sale de mi tiene olor

y ese olor me gusta y me acaricia y acaricio la

tierra mía y la tierra de nadie.

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Canto de un poeta

Un poeta cantó al oído, dijo:

¿Hay crepúsculos de infinitos?

¿Existe el Dios de silencios eternos?

¿Acaso el día no vendrá?

Allí, sentado en sus sombras,

el poeta en su canto melodioso creó al artista,

cubierto de paisajes inolvidables que

brotaban la paz simulada al caer las hojas

y tocar el suelo,

paz en las razones de recuerdos,

quimeras que bailaban al escuchar

el canto del poeta.

Su canto, esperanza de un paisaje.

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II Parte

De otros poetas y sus hojas

Bella y semejante

“Un rostro al fin del día

Una cuna entre las hojas

muertas del día

Un ramo de lluvia desnuda

Todo Sol oculto

Toda fuente de los espejos

en el fondo del agua

Todo espejo de los espejos rotos

Un rostro en las balanzas del silencio

Un guijarro entre otros guijarros

Por las frondas de los últimos

resplandores del día

Un rostro semejante a todos

los rostros olvidado”

Paul Éluard

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Hojas

Caer

Siempre se está cayendo

y no hay fondo que nos reciba.

Nos queda gritar en la escritura,

mientras otoñamos.

Juan Esteban Londoño

Colombiano

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Hoja de otoño

Así el paso de las estaciones

donde el color se atenúa

los filamentos se secan

lo firme se resquebraja

y la soledad deviene

tras el inesperado sopetón

del devenir súbito e ineluctable

que extirpa de lo más seguro,

de lo más firme sobre la tierra

cuya fortaleza no puede evitar

el zarandeo de la misteriosa brisa

que poco a poco

hace llegar su sentencia.

Allí la fragilidad

y la obstinación

de aquella hoja de otoño

llevada a la deriva

por las afanosas bocanadas

del estridente viento invernal,

como espíritu que peregrina

tras el deseo y el destino

entre la forma

y el sueño.

Precipitar y caer

resistir y dejarse llevar

lo irrevocable y lo inesperado,

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yaciendo en la soltura de los tiempos

y la violencia de los retornos,

embelleciendo de tonalidades los pasajes

y evocando el aroma de nuevos tiempos.

Así lo absurdo

donde lo permitido

es el antídoto para el alma

herida de muerte,

que nunca renuncia

al coraje y el resplandor

de la pasión por existir.

Nicolás Panotto

Argentina

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Hojas

Claroscuro y hojas

De grises y sombras

dejando atrás

dejando caer

pasando las hojas...

hojas como páginas de un libro

Hojas de un árbol

que tienen una vida en el árbol

y luego vuelan,

cierran su ciclo

y vuelven otras hojas...

Silvia Cháves

Argentina

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Hojas

Después de su ciclo de vida

de sombra

antes de caer

el viento se las lleva bailando

a un lugar

que jamás pensaron

que podían estar

y así se van bailando

con el viento

Un día,

Así espero acabar mis días

Andrés Rocha

México

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Carta de otoño

Al pequeño príncipe…

Viene despacio

como quien levita

por alguna razón que

desconozco

y se postra votiva ante mis pies

Tiembla

- no sé si es este su mensaje…

Tiembla de brisa y luz

- tal vez quiere la piense como estrella.

Se estremece

se inquieta enfrente mío

y se vuelve en su signo otro lenguaje,

la metáfora inquieta del

mensaje que espero:

tus ojos …

Tus ojos centelleantes

y profundos que alguna vez

perdí por esta calle el día

aquel que decidí no ver ya nada

más que el cielo del asfalto

con sus cráteres por no perderme

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cósmica como una luz fugaz

o un asteroide huérfano sin rosa

ni volcán en tu universo,

allí, pupila adentro….

Mírala,

ahora me guiña sus pestañas

rojas me roza se aproxima…

ya no sé si es caricia o

auxilio lo que pide y me da…

Mírala…

tan frágil como es tan

de la brisa cómo me impide

el paso y no me deja marcharme

hasta escucharla,

hasta entendernos…

Me conmueve saberla así

valiente y tenue peregrina

del cosmos leve sola….

estremece pensar que viajó

lejos por sobre el mar sin

días de tu calle solo para

decirme que tú eres de verdad

que existes aunque

vives más allá de mis sueños,

que no debo olvidarte a

pesar de los baobabs

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de las hojas que hoy caen,

de este otoño…

Daylins Rufín Pardo

Cuba

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Hojarasca Otoñal

Luces rojas en el tráfico

incendios

que esta lluvia no logra sofocar

sopla el frío invernal que

solo congela el corazón

la mirada

tu sonrisa

tu ilusión

más un cálido resplandor surge

entre la noche

La hojarasca otoñal

no se sabe donde terminará

y al ser pisadas suenan en un

crujir divertido

ese recuerdo lejano que ocultas

en la vigilia durante la faena diaria

y que solo aparece en estos

momentos mientras esperas

que la luz cambie a

verde y puedas cruzar

para seguir en tu olvido

Raúl Méndez

México

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La caída de una hoja

Siempre cubierta

Y dejas ver tus venas de clorofila

Que sanan, que curan

Los malestares del exceso

Excesos estacionarios de la tierra.

Y estas hecha

Tan pero tan hecha

Para caer algún día

Para enseñar el desprendimiento

La renovación y la muerte.

En ese viaje hasta tu valle

Te liberas como un ave

Ninguna caída podría ser más armoniosa

Que la tuya, verde, amarilla, roja

Preciosa hasta sin color serías exótica.

Toda rebelión, guerra y disputa

Triviales son en el tiempo de tu vida

El mundo no cambia

Nadie importa

Mientras le dices adiós a tus raíces.

Xiomara Nuñez

Colombia

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Hojas

Las hojas caen haciendo

la danza de la muerte

Se desprenden de sus raíces.

Como recuerdos que van muriendo.

Así,

nuestras vidas,

como los árboles,

quedan vacías

y llenas de cicatrices,

Pero es seguro que se

han marchitado las memorias

Así la vida se desviste

para recibir con

valentía la muerte

Ana Rodríguez

Colombia

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Hojas

De las hojas aprendí

que hay más que venas,

sangre

y savia,

que sin el otoño

jamás nos pisaran

y nos perderíamos

la oportunidad

de ser crujido

y eternidad

Un bosque que habla

bajo tus pies.

Diego Felipe Albarracín Ramírez

Colombia

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Hojas

Cuando la vi,

irremediablemente supe que era yo

Y me aferro a esa vida que me abraza

Pero no será por siempre

En aquel momento en que esa vida me suelte

Y entonces volaré

Libre

Aún respirando

Dejando que se diluya de mi cuerpo

Poco a poco

Esa esquiva y juguetona vida

Esa que cuando abandone mi cuerpo

Dejará tras de sí belleza

Una que sólo será apreciada por quien la ve

Una que para ser apreciada,

deberá unirse a sus pares

Una que se niega a negarse

David Gaitán

Colombia

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Hojas

Continuidad de vida

Libertad

Alboroto

Grande

Pequeña

Lo complejo

Lo sencillo

Sentimientos puros

Verdaderos y la dicha

para quien le interese

Silvina Lampugnani

Argentina

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Hojas

Livianas,

se dejan amasar por la caricia tardina,

despojadas enteramente de cualquier atadura,

de toda presión ajena a la voluntad inminente

de ser...

Naturaleza libertaria,

que emerge de la materia,

perfecto delineado geométrico

depositarias de los tintes de la luna...

Desprendidas de toda atadura,

abandonan la corteza vegetal originaria

alzando el vuelo hacia el infinito,

para cerrar el círculo de la vida,

sin protestos,

sin reclamos,

libres,

libres...

Isska Coranit

Chile

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Hojas

Me gustan la hojas

Me gustan en los sauces

a la orilla del río;

Lastimeras,

jadeantes,

suplicando.

Me gustan amarillas en otoño;

Moribundas,

agónicas,

viejas.

Me gustan en el suelo para pisarlas

y escuchar su tronar.

Me gustan cortadas verdes

en mi mano con su aroma floral.

Me gustan en ensalada

con limón y sal.

Me gustan en la entrada de un

hospital Me gustan esclavas

de las paredes en algún cálido hogar.

Me gustan en la ciudad,

grises,

llenas de hollín,

fuera de los bosques,

de su lugar.

Me gustan pintadas con óleo en un mural.

Pero más me gustan blancas,

cuando de celulosa se hacen blancas,

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para llenarlas de negro y color.

Esas subyugadas,

juntadas a fuerza de pegamento,

empaste, clip y corchete.

¡A mi servicio!

Esclavas de tinta y grafito.

Iluminadas de lámparas nocturnas

y anteojos de policarbonato.

Me gustan.

Me gustan las hojas muertas.

Bien muertas y a mi servicio.

Dayan Didier Castillo Silva

Chile

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Hojas

Se dejan llevar por el viento

Livianas para volar en dirección de la brisa

No tan pesadas como para no poder viajar

Como para ser arrastradas

Es mejor ser hoja que árbol

Se necesitan raíces para volar

Pero también muchas raíces

nos enredan

Juan Manuel Gómez

Colombia

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Cuando un árbol es un árbol

Un árbol es un árbol

Cuando piensa como árbol

Cuando canta

Escucha y recuerda como árbol

Un árbol es un árbol

Cuando nos mira como árbol

Cuando nos acaricia

Nos conversa y nos abraza como árbol

Un árbol es un árbol

Cuando juega como árbol

Cuando sueña

Danza y llora como árbol

Pero un árbol deja de ser un árbol

Cuando sólo se mece

Sólo crece silencioso

y se deshoja lentamente

Cuando sólo es nido o leña

Columpio o quitasol

Un árbol es un árbol

Cuando escribe poesía

sobre sus hojas.

Luis Cruz-Villalobos

Chile

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III Parte

Una Pasión

Un sentir

Una hoja

libre al viento

Más allá del olvido

“Alguna vez de un costado de la luna

verás caer los besos que brillan en mí

las sombras sonreirán altivas

luciendo el secreto que gime vagando

vendrán las hojas impávidas que

algún día fueron lo que mis ojos

vendrán las mustias fragancias que

innatas descendieron del alado son

vendrán las rojas alegrías que

burbujean intensas en el sol que

redondea las armonías equidistantes en

el humo danzante de la pipa de mi amor”

Alejandra Pizarnik

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Mujer Diáfana

Palabras van y vienen

Un respirar profundo y luego ya no está

Una lágrima que cae y se va secando en las

mejillas

Un abrazo inexistente que quiebra mis huesos

Decimos todo para sobrevivir

Y callamos todo para morir dignamente

Escribimos para no olvidar

Y no tengo nada

La verdad me golpea con sus mentiras

Y las mentiras son las verdades que me sostienen

Y aún así, mis ojos contestan en silencio

Una página en blanco me esconde sus líneas

Y las palabras construyen el amor complejo de los

amantes

Se duerme para olvidar, más el silencio se asusta

y despierta el cuerpo ahogado en pesadillas

Hay voces falsas

Voces tiernas

Voces que cantan en la espera de un final

Y suena la música que aliviana el dolor de la vida

Un poema escrito con cinco vocales

¿Quién esconde las consonantes?

¿Dónde están las letras en los lienzos?

Más un verso excitante se asoma tímido

Y se hace la vida

Una noche apasionante

Una mujer deseada

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Un invierno que abraza

Una hoja escondida en la nada

Y se continúa

La belleza se posa frente a los rostros

Y se persiguen en los callejones oscuros

El tiempo se enloquece

Y para todo lado se viste de esperanzas

La vida no ha mentido, ella ha sido honesta

No conspira contra nadie

Y se ha sentado a escuchar el clamor de las

almas

La muerte está

Un borracho en una esquina

Una extraña soledad

Todo va y viene

Y la mañana busca el sentido de las horas

Y se despierta

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Un alma, un cuerpo, un sentir

Hay un lugar sombrío,

lleno de destellos que caen de la tierra

Muchos sueños que vagan en el limbo de la vida

Ellos quieren partir, más yo los aferro a mí y los

escribo

Podría escribir cartas todos los días

Aún sabiendo que nunca llegarán a su destino

Porque los destinos los cambia el tiempo

Y yo no creo en los destinos

Más ellos se aferran a existir

Miro los pasos y tienen una fría calma

y revelan la ausencia de mis miradas

Aún así, sigo escribiendo

Puedo escribir en mi cuerpo

envolverme en una hoja

y meterme en una botella

lanzarme al mar y llegar a Praga

ciudad soñada por mi alma

ver sus luces y volar con ellas

Deshojarme en sus calles

Oler sus vientos otoñales

Y pintar frente a un cristal mi sonrisa

de placer provocada por la lluvia

de una tarde humedecida

Un instante, solo un segundo extasiado

Y volver a la botella y de nuevo lanzarme al mar

llegar a una Isla secreta, donde no haya frío ni

calor

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donde la calma abrace mi alma y el silencio

sea el canto para mi paz y despertar

volver a mi realidad, correr entre la vida

apresurada, llena de incertidumbres y egoísmos

pasearme entre las gentes con cuello blanco y

oler sus perfumes costosos

Y de nuevo quiero ser la hoja dentro de la botella

No salir de ella, sonreír en un sueño no encontrado

Y navegar sin rumbo hasta llegar al lugar soñado

Ver de nuevo las hojas de otoño

Y pintar sobre ellas mis versos

Acariciar el dolor de ellas, arrullar

el miedo que les produce el viento incierto

y cubrir sus lágrimas pintadas por la lluvia

Unas letras, unas hojas,

un cuerpo, una botella

un destino, un sueño, una realidad,

Y sigo divagando, en el sentir apasionante

de las horas que galopean en el reloj y achican

mis tormentos.

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Sentir

Desde el aún

y el no vivido

Desde la noche

y el silencio que la abraza

Desde la memoria

y el recuerdo que baila

Desde un instante de paz

y un momento convulsionado

Desde el dolor

y la alegría

Desde la incertidumbre

y lo conocido

Desde la hoja que cae

y se levanta dormida

Sentir

Desde el corazón que palpita

y la vena que lo alimenta

Solo eso...

¡Sentir!

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Callar es vivir muriendo

He callado,

Decir es no decir,

porque hablar es vivir los últimos días en juicio

y callar es vivir muriendo

Siento alegría y esperanza

Tristeza y enojo

¿Será que he aprendido a saborear la amargura

de la vida?

Tan irrepetible como cada momento donde

puedo mirar sin volver atrás.

Este mundo que acompaña mis silencios

que hizo del silencio la sombra de mi alma

sin ruido, sin ecos y estos van y vienen,

dignidad de la belleza escondida

Y me encontraron!

Como una hoja que cayó

Perdida en el mundo de mis sombras

En el limbo de lo conocido por ellos

Y en la muerte conocida por mí

Allí me encontraron

Brillo y me visto como una rosa donde

las espinas clavadas en mis pechos

lloran la paz embriagada de eternidad

¿Y qué es la eternidad?

Sensaciones agridulces, momentos maravillosos

Embargos que me roban los sueños

y se acuestan en mis pupilas

Y he callado

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Plumas del alma

Ella

Títere del espacio y el tiempo

Artista de su vida y peregrina de

caminos nuevos y desconocidos

Pasos que le iban anunciando

cada florecimiento que transitaba

se daba vuelta y caía sobre ella misma

decisiones que solo ella podía tomar

Una hoja verde

Una hoja roja

Una hoja invisible

Una novela vivida,

un cortometraje sin comillas,

todo escrito tal cual

y como lo vivía cada día

así como la escuela de la vida le iba enseñando

ella escribía las páginas con las plumas del alma

y sus espectadoras arterias vibrantes de acción

no se negaban a sentir desaforadamente.

Terminó el baile

un rato marioneta

otra titiritera

Y la canción, volvió a empezar

62

Tiemblo

Me tiemblo en mis adentros

aurora de mis pensamientos

mi cuerpo como un destello

cantos que fluyen de mi interior

Una hoja sedienta de pasión

Y la noche es larga

Un silencio eterno la acompaña

Y en unos párpados cansados

se escucha una música que

acaricia mi alma

63

Caen las melancolías

Lloré con toda mi alma

Desgarré mis huesos en el llanto

Molesta en mis adentros

Molesta con la vida

Molesta con el espejo

Miro hacia mi interior

Ventanales cerrados que nadie puede abrir

Secretos profundos que me mantienen con vida

Secretos profundos que ahogan mi respiración

Agobio en mis letras

Letras que no puedo escribir

Ruegos que me piden y los odio

Y no me voy

No me quieren

Y aún así permanezco

Y sigo llorando

Porque el llanto es la risa de mi alma

Porque mi alma necesita del llanto

Y me tomo un café

Como en un velorio

Y soy yo misma la que me entierro

Pero sigo viva

Porque la molestia me hace vivir

Me impulsa a ignorar el ruego de mi ausencia

Soy terca

Y busco

Y un día conoceré lo secreto

Un día veré a los ojos

64

Un día oleré al viento

Un día seré la hoja en manos de las letras

Seré la lluvia

Porque yo conozco mis lluvias

Ellas huyen fugitivas

Buscan las nubes

Y riegan los arcoíris

Caen las melancolías

Como miles de cristales rotos

Dios de una lluvia

Silencio de una boca

El día se va acabando

La noche empieza a despertarse

Mi corazón palpita fuerte

Mi alma llora la ausencia

Un libro, refugio de mis ojos

Un día cara a cara con el destino

Destino de conversaciones sin terminar

Luceros en manos de la soledad

65

Limbo

Acá

Vestida de fantasmas

Mirando las paredes

Paredes pintadas de preguntas

Preguntas sin respuestas

Ciega ante los espectros

Luces en mis ojos

Ojos llenos de figuras

Figuras pintadas de sombras

Acá

Acostada en el aire

Volando en el limbo

Transitando horizontes

Montañas de hojas llenas de ecos

Ecos silenciosos que cantan a mi alma

Acá

Y yo

Allá

Y nada

66

Párpados de luz

Soñé que tenía alas

Que viajaba libre como las hojas

Desperté en tus miradas

Navegué en tus besos

Acaricié tu alma

Un suspiro tan profundo que

se roba mi aire

y me deja sedienta de más aire

Mis ojos

estos ojos cansados

Ojos que no ven

Ojos que buscan las sombras

Ojos sedientos

Ojos llenos de párpados de luz

Saltar al vacío

saber que no hay fondo

que nada detendrá mi caída

que nada robará mis alas

67

Un deseo en el olvido

Te busco

Y en mi esperanza está el deseo

Dejo que abraces mis noches

Y no te das cuenta

Mis pecados te consumen

Mis pecados me liberan

Me aferro a tu mirada

Al roce de tu boca

A una fantasía llena de placeres

Huyes de mí

Yo corro hacia ti

No quiero correr

No quiero salir a buscarte

Y un día tocaré a tu puerta

Oleré tu cuello

Y me iré

Te dejaré un pedazo de mi vida

Mi alma sedienta se irá conmigo

Mis sábanas quedaran limpias

Mis letras quedaran solitarias

Volaré como una hoja

Y con la brisa me llevo tu aroma

No tengo olvido

No tengo arrepentimientos

¡Que Dios perdone mis pasiones!

¡Que la vida no me castigue más!

¡Que la vida abrace mi alma desaforada!

68

¡Que la vida me conceda un placer!

Solo pido un deseo

Un deseo en el olvido de mi alma.

69

Lágrimas

No puedo llorar

No tengo ese derecho

Si me detengo la vida sigue

Y me roba el tiempo

No puedo preguntarle a las lágrimas

¿Qué quieren?

¿Porqué no se detienen?

¿Porqué escriben tanto?

¿Porqué dejan a mis ojos secos?

¡Oh lágrimas!

Llenas de figuras

Llenas de vida

Llenas de libertad

Llenas de dolor

Llenas de redenciones

Lágrimas difuminadas en las hojas

Lágrimas no expriman mi alma

Porqué sé que aún faltan muchas

historias por llorar

Muchos duelos por vivir

Mucha vida por caminar

70

Tregua

Espero a la vida de frente

Su furia con la que me abraza

Un poema escrito en las hojas

Un camino lleno de espinas

Unas letras que sangran

Unas lágrimas secas

¡Oh vida!

Me has pateado

Me sigues pateando

Hagamos una tregua

Dame un espacio

Un respiro

Un amor

Una sonrisa

Una luz

Mi cuerpo te ruega un descanso

Un placer por vivir

Un deseo por cumplir

Vida

No me castigues por mis deseos

Redime mis pasiones

Déjame morir en paz

Déjame vivir extasiada

71

Viento silente

Hay un silencio

Un sonido

Un grito entre tú y yo

La mirada de una hoja en el horizonte

¿Existe?

Rebelde silencio

Silencio que hace que mi alma llore

Silencio que no es mío

Ojos mudos ante mi rostro

Palabras mudas que me roban el abrazo

Abrazos que no me dejan

Besos que no me das

Y te pienso...

72

Sueños en un recuerdo

Cerrar los ojos

Ecos que consumen los gritos

Un segundo de paz que redima los caminos

Una esperanza en la nada

Invisibles insignificancias

entre el cielo y el abismo

Abrir los ojos

Pintar las hojas

Saborear los sueños

Que el viento

se lleve las culpas de cenizas

que visten las noches...

73

Viajante al viento

Llegó a aquel lugar

su refugio

se sentó

sacó sus hojas

y empezó a viajar.

De maletas ligeras emprendió su camino

conoció los más hermosos paisajes

descubrió los pigmentos nunca vistos

olió la lluvia

y cada estación era una experiencia afrodisíaca.

No le preocupaba lo que llevaba puesto

ni las miradas de los otros

tomó su perfume ácido-dulce

su bufanda turquesa

su abrigo rojo

su sombrero azul

y bailó con el viento.

Su aroma llegaba tan exquisitamente

que en cada terminal era recordada.

Y siguió viajando

74

Desgajar el alma

Entrar dentro de mi

Serena en la nada

Desgajar mi alma en historias

Y ser la hoja que reposa en

las horas convulsionadas

que abrazan la calma

75

Historia de los vientos

Un día mi cuerpo habrá cambiado

Tendré miles de historias

y mi juventud se habrá ido con los vientos

Me miraré al espejo

y veré en mis arrugas los recuerdos vividos

Ayer tenía 15

Mañana tendré muchas vivencias

Me encontraré en el fuego de los

jóvenes y recordaré la belleza de la vida

Fui bella

Fui amada

Fui un instante

Fui una hoja

Mi corazón seguirá palpitando

con la fuerza de mi vejez

Y en lo que soy, seré todo los miedos

y la tranquilidad de los que

con mi canto pueda abrazar.

El tiempo me hizo suya y

en mi mirada verán las pasiones vividas

Seguiré viviendo intensa,

profunda

secreta

y mientras tenga historias que contar

seré en otros lo que hoy soy.

76

Mujer Hoja

Soy mujer

Soy la nada

y en la nada soy todo

Hoy no me conquistan

Yo conquisto

El mundo habita en mis ojos

Y los sueños habitan en mis manos

La tierra se abre al sentir mis pasos

y germina con el aroma de mi piel

Soy mujer hoja

Y la brisa acompaña mi camino

Mi canto embruja los horizontes

y mis letras vuelan como melodías

llenas de fuerza, de coraje, de pasión.

Tengo bosques de sueños dibujados

en mis venas y con ellos la sangre

que fluye en las luminosas montañas

El silencio es mi fuerza y el dolor

de la vida es la esperanza que no me detiene

Amo violentamente y con locura

y mis brazos no tienen cadenas

Mi mente se enciende y mis cenizas

serán el recuerdo de mi camino

El miedo me impulsa

y estoy jodidamente radiante

Y no soy nada

Y en la nada soy todo

77

Una canción en la vida

Entre el espacio y el tiempo

tu música como sangre por mis venas

palpitan al dorso de mi corazón

llevándome a contemplar a Dios

en el vaho de la vida

Tu voz destruye la belleza y es tan bella

como poemas escritos a mi alma

Una vida secreta que acompaña las

melodías cantadas en la nada y en el paraíso

Del presente fluyes como remembranzas

anidadas en la tinta de las manos

Navegas como una hoja llena

de sinfonías

De tu voz me viene la tristeza y

de tus letras me viene la esperanza.

Y en el ahora, nada

Y en el ayer, un tiempo

Y en el mañana, un eco en las montañas

78

Adagio de pasiones

Me di cuenta que no era un sueño

que al despertar y abrir mis ojos

mi estado de muerte volvería a reactivarse

mis pulmones volverían a respirar

y mis latidos por cada minuto

indicarían que no estaba ausente.

Yo tenía un inicio, ilusa de un final

pero el contenido no sabía cómo vivirlo.

Cada día escribo mil hojas y de todas

solo una queda sin ser desechada

No sé si es la correcta

si esa historia es la que quiero recordar como la

vivida.

Sé que todo tiene un momento indicado

que no puedo divagar todos los días en un no saber

que la ausencia no es tan cierta

y que la incertidumbre no es para siempre

El reloj me marca el tiempo

Y este sigue su curso.

Todo tiene un antes y un después

aprendo a amar mentes, almas y miradas,

aprendo a amar fantasías

aprendo a reescribir travesías

Dibujo punto y seguido a mis recuerdos.

Aprendo de aquellos instantes

donde huelo a café recién hecho

a restos de pasado y a cigarro

Huelo las montañas,

las llanuras,

79

huelo la libertad,

Siento el mar en mis venas

Siento en mis manos los suspiros

Saboreo la intermitencia.

Respiro arrebatos,

de esos que me mantienen viva

Encuentro refugios en murallas llenas de leyendas

Aprendo a amar mis errores,

mis recuerdos recurrentes,

amo los tatuajes de mi alma.

Suelo hablar de todo, y a callarlo todo.

Cierro mi cuaderno y no me atrevo a escribir un final

Me gustan mis infiernos porque

estos terminan siendo mis paraísos

Abrazo la esperanza de la vida

con todos sus llantos y alegrías

Porque la aventura vivida y la aventura por vivir…

…Aún continúa!

80

Vida

Una lágrima cae sobre mi mejilla

y fue un mar profundo

entre mis manos

y el tiempo

Y si la vida me sorprende,

que esté yo como

niña ilusionada bajo un árbol

esperando la caída

de las hojas en Otoño

Vie

Une larme se tombe sur ma joue

et c'était une mer profonde

entre mes mains et le temps

Et si la vie me surprend,

que je sois ravie comme

Una fille sous une arbre

en attendant la chute

des feuilles en Automne

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