A—O NòMERO DE OCTUBRE DE - El Diario de...

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PÁGINA 6 AÑO 1 NÚMERO 6 13 DE OCTUBRE DE 2001 Nueve futbolistas de Liga Mayor destruyen el estereotipo. Después del fútbol tienen oficios insospechados. PELOTA Después dela Después dela PELOTA PÁGINAS 10 A LA 15 OPINIÓN PARA NOVATOS ANÁLISIS Casi un cuarenta por ciento de la prome- sa de medallas del INDES para los Juegos Centroamericanos ‘Guatema- la 2001’ quedará en manos de jue- ces en deportes de apreciación. El béisbol salvadoreño tendrá un se- rio compromiso en los Juegos del 2002. No obstante, discusiones en- tre sus dirigentes y el INDES per- judican las expectativas. El ABC DE LAS PESAS PÁGS. 8-9 PÁGINAS 4-5

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P Á G I N A 6

A Ñ O 1 N Ú M E R O 6 1 3 D E O C T U B R E D E 2 0 0 1

Nueve futbolistas de Liga Mayordestruyen el estereotipo.

Después del fútbol tienen oficios insospechados.

PELOTADespués de laDespués de laPELOTAP Á G I N A S 1 0 A L A 1 5

O P I N I Ó NP A R A N O V A T O SA N Á L I S I S

Casi un cuarenta por ciento de la prome-sa de medallas del INDES para losJuegos Centroamericanos ‘Guatema-

la 2001’ quedará en manos de jue-ces en deportes de apreciación.

El béisbol salvadoreño tendrá un se-rio compromiso en los Juegos del2002. No obstante, discusiones en-tre sus dirigentes y el INDES per-judican las expectativas.

El ABCDE LAS PESAS

P Á G S . 8 - 9P Á G I N A S 4 - 5

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NEGRO • CIAN • MAGENTA • AMARILLO

2 : Sábado 13 de octubre de 2001 : El Diario de Hoy

EditorialFiguras y DEPORTE

Hay que hacer un gran pueblo en Centroamérica

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ING. ENRIQUE ALTAMIRANO MADRIZDirector Editor

• Miembro de la SIP y de la APC • Palma de Oro de la Cá-mara de Comercio e Industria de El Salvador 1985 • PremioCámara Salvadoreña de la Industria de la Construcción1986 • Premio Asociación Salvadoreña de Industriales 1986• Premio ASEIG 1989 • Premio UNICEF 1991, 1994, 1995,1996, 1997 • Premio ASDEMAC 1997 •Premio Nacional dePrensa en Ciencia y Tecnología 1997, 1998, 1999, 2000•E.A.M.: Socio honorario de FUSADES.

NAPOLEON VIERA ALTAMIRANOFundador

C R É D I T O SGERENTE DE REDACCIÓN

Lafitte FernándezEDITOR

Cristian VillaltaCOORDINACIÓN

Rodrigo Baires Q.REDACTORES

Carlos L. VidesJorge CarbajalDaniel HerreraOscar Guerra

Roberto ÁguilaDIRECTOR DE ARTE

Isaac De CossEDITOR GRAFICO

Enrique ContrerasDISEÑO

Héctor RamírezFOTOGRAFÍA

Bormán MármolHúber Rosales

INFOGRAFÍA E ILUSTRACIÓN

Agustin PalaciosJorge Castillo

Hay pueblos con talento para la catástro-

fe. Sobre todo aquellos que, en lugar de

prevenirla, parecen más propensos a cre-

arle un escenario idóneo.

Cuando se trata de un desastre natural, un

terremoto, un huracán, una erupción vol-

cánica, el tema acaba con el famoso “sólo

Dios sabe”. Mientras, si la ‘tragedia’ puede

achacársele a una persona o a un grupo de

ciudadanos, viene

el tan latinoame-

ricano ejercicio de

cazar brujas, pedir

cabezas, fusilar in-

fieles y organizar

largas filas de can-

didatos a la públi-

ca guillotina.

Si, además, la catástrofe no tiene lugar en

20,000 kilómetros cuadrados, sino en es-

pacios tan reducidos como el de los no-

venta metros que distan de una portería a

la otra, hay amenazas de turba.

El ejemplo más reciente tuvo lugar en Hon-

duras, donde miles de aficionados al fút-

bol casi linchan a once atletas por la derrota

ante Trinidad y Tobago.

“Cría cuervos y te sacarán los ojos” dice la

máxima. Los dirigentes del balompié ca-

tracho pueden darle unos retoques al re-

frán, y susurrar al oído de sus homólogos

del área “cría malos periodistas, y si te vi

no me acuerdo”.

No hay nada peor que un periodismo de-

portivo, en primer lugar nacionalista, y en

segundo, impreciso, arquitecto de fantasí-

as, experto en movilización de aficionados.

El error, al menos en el caso de Honduras,

queda constreñido al balompié, que des-

pierta en ellos pasiones incomprensibles

incluso para un pueblo tan futbolero como

el salvadoreño. En tierras de Cuscatlán, la

superlativización de los aciertos y el inte-

resado desdeñamiento de los errores se

multiplica en diez o doce disciplinas.

Si bien es cierto que el Instituto Nacional

de los Deportes ha desarrollado deportes

como el tiro con arco, el tiro con arma, el

karate o el judo a niveles de quilataje pa-

namericano, no lo es menos que El Salvador

todavía no tiene un campeón mundial. A

medida que nos acercamos a los Juegos

Centroamericanos “Guatemala 2001” y a

los Centroamericanos y del Caribe “San

Salvador 2002”, observamos con preocu-

pación cómo en la radio, en la televisión y

en la prensa escrita crecen unas expectati-

vas infundadas, en lo absoluto acordes con

la verdadera realidad de algunos atletas.

Los consumidores de esa información pue-

den comenzar a formarse un panorama

ilusorio, y a reclamar, en noviembre de es-

te año y en en diciembre 2002, unos re-

sultados que no conseguiremos.

Es el peligro de medirlo todo con medallas,

y de soltar a los cuervos del periodismo.

No sigamoscriando cuervos

C R I S T I A N V I L L A L T A

E D I T O R D E D E P O R T E S

La distancia entre las posibili-dades reales de un deportista ylo que dicen los medios de co-municación, además de abismal,puede ser peligrosa.

Fotografía de portada Guillermo Vela

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Uno de ellos es pastor evangé-

lico; el otro, vigilante en un

vivero. Tenemos un orfebre,

un agricultor, un estudian-

te de computación, un miembro de

la policía, un vendedor de zapatos y

a otro, con un puesto en el mercado.

El denominador común entre oficios

tan separados es impensable: Todos

juegan al fútbol, en la Liga Mayor.

Domingo a domingo, los aficiona-

dos les aplauden o les abuchean, de-

pendiendo de la suerte que corran so-

bre la cancha. Sin embargo, antes y

después de cada partida, se juegan

otro encuentro, más duro y más re-

al, con la vida cotidiana. Futbolistas

sin uniforme. Hombres comunes y

corrientes.

NEGRO • CIAN • MAGENTA • AMARILLO

Reportaje

10 : Sábado 13 de octubre de 2001 : El Diario de Hoy Figuras y DEPORTE

juego En elde la

Ocho historias. Ocho hombres

con el fútbol corriendo por sus

venas y otra vida, la real, entre

domingo y domingo.

Alcides Hernández

OF Í C

I O:

JORNALERO

José Urbina

O F Í C I O : VENDEDOR DE VERDURAS

Celio

Rodr

íguez

OF Í

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EVA

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Oris Velásquez

O F Í C I O : ESTUDIANTE DE COMPUTACIÓN

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Sergio Iván MuñozO F Í C I O : ORFEBRE VIDA

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NEGRO • CIAN • MAGENTA • AMARILLO

Reportaje

El Diario de Hoy : Sábado 13 de octubre de 2001 : 11Figuras y DEPORTE

Cuarto de los nueve hijos de donRoberto y de doña Victorina,Alcides Hernández nació pa-

ra el jornal y la dura vida del cam-po migueleño.

Pese a ser el último de los tresvarones, “el Pirillo”, como le apo-dan todos sus vecinos en el cantónLas Flores, se convirtió en uno delos bastiones económicos de la fa-milia desde que tenía trece años.

La tradición de toda la comar-ca es trabajar a destajo en una delas haciendas colindantes. Ahí,desde que tiene memoria, apren-dió las artes de ordeñar, chapodar,alimentar ganado, echarle ojo a lasiembra y no ignorar un solo de lossecretos de esas dieciocho manza-nas de terreno.

Lo que no sabía Alcides es quedel jornal pasaría a ser noticia, pe-ro no apacentando al ganado, sinogambeteando futbolistas.

MÁS QUE UN PASATIEMPO¿Pirillo? Ni él mismo sabe el

por qué del apodo, pero el sobre-nombre comenzó a volverse popu-lar en las canchas de Las Flores.

Para paliar un poco el cansan-cio del trabajo, Alcides Hernándezjugaba al fútbol los domingos. Elequipo de la barriada era el SanRafael, de Primera Categoría fede-rada. Desde entonces comenzó asaber llevar a la par su primer amorcon el trabajo.

Lo suyo era hacer goles, pero lavida le metió uno en el corazón detanto visitar las empolvadas. “Ellallegaba a ver los partidos, despuésle hablé y fuimos a bailes. Despuésdecidimos acompañarnos”, cuen-ta emocionado sobre su historia deamor con Jessenia Marisol, conquien formó hogar y procreó a suprimogénita Katherine Julissa.

En una de tantas partidas de do-mingo, Alcides tuvo un aficionadoparticular. “Miguelón (utilero eter-no del Dragón) llegó una vez a mi-rar un partido donde yo estaba ju-gando, y le dijo al ‘profe’ Brizuelaque si podía llegar a entrenar”.

La oportunidad era genial, yaque con los ¢1,400 colones que ga-naba en la Hacienda, Alcides ne-cesitaba mejorar sus ingresos paramantener a la familia. Para su suer-te, el entrenador de Dragón, Nel-son Brizuela, dijo que sí.

Ahora venía el lío de conseguir di-nero para el pasaje del bus. El due-ño de la hacienda, Rogelio Espinal,le dio la oportunidad de entrenarse,

y le prometió ¢200 colones extraspara transporte. Brizuela le dio el vis-to bueno definitivo y desde entoncesjuega como volante con Dragón.

DECEPCIONES Y ESPERANZASPor supuesto, los viajes del can-

tón a San Miguel no son fáciles decostear, y menos cuando se entre-na al menos cuatro días a la sema-na. Alcides recorre esos 19 kiló-metros a veces a pie, otras en bici-cleta. “Cuando el entreno es dema-siado temprano o terminará muytarde, me llevo la bicicleta y la de-jo en el desvío del cantón, ahí don-de una señora”, comentó.

Con todo y el sacrificio, en susdos años en el plantel mitológicoya ha estado a punto de dejar alequipo, sobre todo en la tempora-da anterior. Las deudas de los di-rigentes lo tenían en jaque, y aun-que “el patrón me había consegui-do una casa en San Miguel, cuan-do vi que no nos pagaban mejor nosvenimos con mi mujer”.

Afortunadamente, con el cam-bio de administración en el equi-po y la llegada de unos empresa-rios ecuatorianos, el tema del suel-do comenzó a normalizarse, y él arecibir puntual sus ¢4,000 colo-nes de sueldo. “He comenzado aconstruir mi casa. Espero que enel descanso de la temporada mequede tiempo de avanzar”, dijo.

Sus días transcurren así, levan-tándose a las 2:00 a.m. para el pri-mer ordeño del día, de los dos quese acostumbran -“sacamos mil bo-tellas diarias”-, montándose luegoen su bicicleta para atravesar los 17kilómetros de la hacienda al Esta-dio, y otros tantos en la vuelta.

No se queja. Mientras le paguena tiempo, seguirá sacrificándosede buena gana. Si no, pregúnteleal ADET, que se tragó tres golazosdel ‘Pirillo’.

Las artes del fútbol no le son ajenas, delantero efectivo, de piquedemoledor, tampoco las del ordeño, la chapoda y el ganado.

Hábil con las manos como conlos pies, Alcides dice sacar milbotellas diarias de leche.

Alcides luce la mar de contento‘chineando’ a Katherine Julissa,su primogénita.

Alcides Hernández

E Q U I P O : DragónP O S I C I Ó N : Volante

O F Í C I O : JORNALERO

D A N I E L H E R R E R A

al CAMPOPara muchos es un perfecto desconocido. Para los nativos del

migueleño cantón Las Flores es un héroe. Alcides Hernández,

mientras, confiesa ser sólo un jornalero con talento.

Del campo

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R O B E R T O A G U I L A

D A N I E L H E R R E R A

Aquello del “mañana te pago”tenía hastiado a José Urbi-na.Hacía dos años que había

juntado su vida a la de Tania AlciraNajarro para mirar el mundo másallá del amor. Y lo que vio no le gus-tó . Tenía 20 años y jugaba para elADET, equipo que hizo de los sa-larios retrasados una fea tradición.

No había dinero ni futuro ni na-da, y hasta la confianza de Taniase deterioraba, pensando que Joséno llevaba dinero a la casa porquetenía otra mujer.

Entonces Urbina tuvo una ideadesesperada: Un negocio de ver-duras. No sabía nada del negocio,desconocía los trámites comercia-les, a quién comprarle las verdurasy a quién vendérselas, pero TaniaAlcira sí lo conocía, porque su ma-má, Mercedes Najarro, la habíacriado con el sustento que produ-cía un puesto en el mercado.

Además, estaba el tío MarcoAntonio Najarro, un hombre du-cho en el negocio, de manera queun día de hace tres años José y sumujer amanecieron descargandoy cargando camiones en un pues-to, en el número 99 de la ramplade verduras del mercado mayoris-ta de La Tiendona.

HORARIO AGOTADORAllí puede encontrar al largui-

rucho zaguero ataviado con sus ‘je-ans’, sus tenis y su manta cruzadaal hombro despachando sacos degüisquiles, moras, camotes, tama-rindos, peras, ejotes, cebollas y za-nahorias. Tal como se estila en unmayorista, no despachan pedidosmenores a las cien unidades.

Tienen un horario de hierro. Selevantan a las 3:00 a.m., y mediahora más tarde ya están al frente

NEGRO • CIAN • MAGENTA • AMARILLO

Reportaje

12 : Sábado 13 de octubre de 2001 : El Diario de Hoy Figuras y DEPORTE

José Urbina pasa embebido durante dieciocho horas en el negocio de la venta de verduras.

Oris Velásquez

E Q U I P O : LimeñoP O S I C I Ó N : Volante

O F Í C I O : ESTUDIANTE DE COMPUTACIÓN

La apertura de la opción encomputación en el migue-leño Instituto de Comer-

cio despertó su interés cuan-do estaba por iniciar el bachi-llerato. Tres años más tarde, lainclinación de Oris Velásquezpor el mundo de la cibernéti-ca era mayor.

La convocatoria a una se-lección sub-20 le supuso irseun par de días a San Salvadory estudiar en la Nacional. Na-tivo de Pasaquina, municipiounionense donde ha vivido lamayor parte de su vida, le cos-tó adaptarse. “Extrañaba la ca-sa y nunca pude hacer amigosallá. Por eso me regresé”, dijoel volante de Limeño,.

Volvió a Pasaquina. Sunombre ya comenzaba a sonaren Limeño , mientras daba suspininos en la licenciatura encomputación en la Universi-dad de Oriente.

A sus 24 años de edad, es-tá a punto de egresar. “Me hedescuidado de la parte acadé-mica por el fútbol pero graciasa Dios he tenido gente alrede-dor que me ha apoyado en lasdos cosas”, señaló.

Sus intenciones son conti-nuar con el fútbol y la compu-tación a la par. El próximo año,en el caso de egresar a finalesde este, tendrá que redoblaresfuerzos para continuar conel seminario de graduación.

Sueños CIBERNÉTICOS

del negocio. A esa hora comienzana llegar los camiones que se lleva-rán los pedidos de los clientes ubi-cados en la zona metroplitana.

Este es el momento más duropara José y Tania, porque los ca-miones deben estar cargados contodos los pedidos antes de las6:00 a.m. “El trabajo más pesa-do le toca a José, como echarse losbultos a la espalda, subirlos a loscamiones y ordenarlos. Yo hagolabores menos pesadas porquetengo menos fuerzas”, dice Tania,riéndose.

Una vez que los pedidos han si-do surtidos, los camiones se van yellos tienen tiempo para servirseuna taza de café o comer algo. A las7:00 a.m., religiosamente, José to-ma su equipo deportivo y se mar-cha a los entrenos con apenas unahora de descanso.

A las 11:00 a.m. está de vueltapara revisar lo que hace falta enmercadería y formular los pedidos

a sus proveedores, cuyos camionescomienzan a llegar a las 6:30 p.m.

Desde esa hora hasta las 9:00p.m., revisan las cargas que serándespachadas en la madrugada delsiguiente día. En resumen, un ho-rario de 3:30 a.m. a 9:30 p.m.

VIENTOS DE MEJORAA sus 23 años, José Urbina de-

jó al ADET y se incorporó al Alian-za desde el inicio del Apertura, pa-ra alternar la zaga central con Ma-rio Elías Guevara y Alexander Me-rino. Para él fue un paso enorme

que deseaba desde hace años. “Nogano gran cosa en Alianza, pero almenos cobro seguido y tengo laoportunidad de afianzarme en unequipo grande”, dice el jugador.

Tras esas realizaciones comofutbolista y el negocio cada vezmás creciente de las verduras, vensu futuro con esperanza. No estáncasados porque acordaron unaunión de sondeo marital avaladopor los padres, pero esa unión yadura cinco años y se muestra tanfirme como si los lazos de la feli-cidad fueran más fuertes que lasfirmas estampadas en un acta ma-trimonial.

Sin embargo, han sido muy rí-gidos en el aspecto de procrear unhijo, pero ahora que las cosas pin-tan mejor... Tania no disimula lamalicia: “Nos hemos dado libreslos miércoles, sábados y domingospara tratar de concebir un niño”. Ylos dos se ríen. Porque hasta eso:los dos han aprendido a sonreír.

El caso de José Urbina es singular. Para tener un respaldo

económico detrás del fútbol, atiende un negocio de

verduras en el mercado “La Tiendona”.

Del entreno

a los GÜISQUILES

José Urbina

E Q U I P O : AlianzaP O S I C I Ó N : DefensaO F Í C I O : VENDEDOR

DE VERDURAS

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El primer ángel que vio no erauno venido del cielo, sino otro,arraigado en Usulután, de

nombre Luis y apellido Firpo.Hace nueve años que Celio Ro-

dríguez llegó al país, para inte-grarse al plantel de Luis Ángel Fir-po. En esos momentos valoraba lavida con la misma simpleza conque lo hace un muchacho de vein-te y tantos años, viviendo el día dehoy sin pensar en el mañana, dis-frutando de una juventud que leparecía eterna.

Marcaba goles y los celebraba.De paso cobraba por meter el za-patazo hasta la red, y todo parecíaestar bien en un trabajo que lo acer-caba al festejo continuamente.Estaba en lo suyo y lo disfrutaba atodo lo largo de una alegría cons-truida a fuerza de halagos. ¿Qué lefaltaba? Hasta ese momento, CelioRodríguez no lo sabía.

CARGA TU CRUZ Y SÍGUEMELo supo desde hace siete años,

cuando un amigo lo invitó a escu-char la palabra de Dios en un ta-bernáculo bíblico y sintió que ha-bía encontrado el camino de unavida más ordenada, menos frívola.Y no porque él fuera un hombre en-tregado a los vicios y a la irrespon-sabilidad, sino porque descubrióque dentro de la fe religiosa habíaun remanso de paz espiritual quevalía la pena vivir.

Desde entonces no faltó nuncamás a sus citas con el evangelio, ypoco a poco se fue transformandoen un hombre de fe que alternabalos goles del domingo con su Bibliade todos los días, hasta que deci-dió no ser sólo un oyente sino elmensajero de Dios que llevaba enel pecho desde siempre.

“Sentí que aquella alegría inte-rior que yo disfrutaba, debía com-partirla con mis semejantes. Fuecomo una orden impartida por unavoz poderosa que me dijo que mehiciera pastor de almas”, dice Celio.

Y SE HIZO PASTORSi usted cree que para hacerse

pastor basta y sobra con tener la pa-labra encendida y la disposición depararse frente a un micrófono pa-ra gritar alabanzas, se equivoca.

Según Celio Rodríguez, se ne-cesita, primordialmente, una vo-

cación nacida desde el fondo del al-ma y arraigada en una fe inque-brantable, y, luego, un estudio pro-fundo de la Biblia y de todos los te-mas teológicos.

Por eso es que él, para ser unpastor con toda propiedad, se ma-triculó en el Instituto de Teologíade El Salvador, y asiste a ese cen-tro desde 1996. “El próximo mes denoviembre me gradúo”, nos contóCelio, muy emocionado de coronaruna carrera que para él significa suvida misma y los peldaños para es-tar cada vez más cerca de Dios.

Esa permanente comunión conel Señor y con sus ovejas, y las no-ches de vigilia tratando de inter-pretar la Biblia hasta en sus ca-racteres más profundos, le cambióel carácter en lo que toca a su pro-fesión de futbolista. El cambio nofue en dirección a su capacidad pa-ra sortear rivales y meter el gol, si-no en la manera de reaccionar fren-te a una contingencia.

Ya no es el jugador que respon-de a un golpe con otro, porque laagresión descarada no figura den-tro de su nobleza. Le pegan y se le-vanta como si nada. Para él todo esfortuito, parte de un juego fuerteque también es bendecido por Dioscomo cualquier otro trabajo.Defender a su equipo y marcar go-les para sus colores es una obliga-ción que asume con agrado porquetambién es parte de su vida.

Admite que, para el adversario,una derrota puede producir desen-canto, pero que de ninguna mane-ra debe considerarla una ofensa oun castigo.

“El fútbol es un juego y no unaguerra, y por lo tanto es bendeci-do por Dios”, dice Celio. Por ello esfeliz transitando desde la cancha alpúlpito, desde la pelota a la Biblia.Pero siempre con Dios.

NEGRO • CIAN • MAGENTA • AMARILLO

Reportaje

El Diario de Hoy : Sábado 13 de octubre de 2001 : 13Figuras y DEPORTE

Con la Biblia

y la PELOTAEs inevitable. Muchos feligreses aprovechan para pedirle autógra-fos tras el sermón, merced a la fama que brinda el fútbol.

Su vida es ahora un remansode paz, y la vive con alegría jun-to a su familia.

Celio Rodríguez se ha aplicado a la fe y al pastoreo con fruición. Sudedicación le ha llevado al púlpito y a un serio estudio teológico.

R O B E R T O A G U I L A

Celio Rodríguez

E Q U I P O : FirpoP O S I C I Ó N : Delantero

O F Í C I O : PASTOR EVANGÉLICO

En Firpo, su tarea es destrozar la fe de los rivales. Afuera

del fútbol, la misión de Celio Rodríguez es restablecerlas.

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Un tío suyo trabajaba joyas,pero no fue él quien le ense-ñó el arte de trabajar el oro,

sino don Carlos Turcios, amigo desu padre que le tomó como apren-diz de orfebre cuando Sergio IvánMuñoz tenía apenas once años .

“Me gustó trabajar con el oroporque no me ensuciaba tanto”,comenta ‘el Gigio’ Muñoz, a quienle llevó cuatro años aprender ladepurada técnica.

A los 18 años ya tenía su pro-pia joyería y poco a poco se iba ha-ciendo de la maquinaria necesa-ria. El dinero que recibía del Dra-gón -equipo migueleño con el quese ha identificado a pesar de ves-tir la camisa de Águila- contribu-yó con su deseo de empresario.

Pero fueron seis meses de tra-bajo en Estados Unidos los quele significaron un gran paso parahacerse con lo básico. El equipomínimo indispensable para tra-bajar el oro anda por los $9,000dólares.

MECENAS MITOLÓGICOLa casa de sus padres le sirvió

de sede para la joyería por una dé-cada, pero desde hace tres añostiene su local, al que bautizó co-

mo “Ónix”, en el edificio Sinaí, enel centro de San Miguel.

Miguel Angel Lovo, ex presi-dente de Dragón, se lo alquila.

“El ónix es una piedra colornegro. No tiene un gran valor co-mo las piedras preciosas, pero megusta la combinación que hacecon el amarillo del oro”, dijo elguardameta migueleño.

Gran parte del cargamento delmetal precioso le viene de Hon-duras y Nicaragua, y los mayorescompradores son personas deSanta Rosa de Lima.

Sergio dijo que, comparandoel sueldo que recibe en Aguila consus ingresos en la joyería, su ne-gocio le deja 40% más que el fút-bol. “Las mejores épocas son lasque vienen: octubre, noviembrey diciembre. Las graduaciones yla gente que se casa en este tri-mestre son las de mayor deman-da”, afirmó el cancerbero.

NEGRO • CIAN • MAGENTA • AMARILLO

Reportaje

14 : Sábado 13 de octubre de 2001 : El Diario de Hoy Figuras y DEPORTE

Alexander Merino es soltero y sin hijos, pero tiene gran

capacidad para manejar niños y cuidarlos como el mejor

padre. Lleva cuatro años transportando escolares.

Un volante de ESCUELA

Nomás agarró como pudo losprimeros colones que le dabael fútbol, el aliancista Alexan-

der Merino decidió invertirlos enalgo que le brindara seguridad eco-nómica en caso que el equipo le re-trasara los sueldos de toda la tem-porada, como ocurría frecuente-mente. Tenía 20 años y sabía, co-mo tantos otros jugadores, que elfútbol en nuestro medio es comoun billete de lotería cuyo númerocasi nunca juega.

Entonces, con la plata en la ma-no que podía servir para la primade algo, se juntó con su tío LázaroArgueta para barajar entre todaslas actividades comerciales que seles venían a la mente, la que fueramás rentable y más fácil de admi-nistrar. Se decidieron por el trans-porte escolar, que sólo necesitabaadquirir un microbús y de repar-tir tarjetas en los colegios con laoferta de “se transporta niños”.

“Di la prima para dos microbu-ses pequeños. Uno lo iba a manejarmi tío, y el otro yo. No eran nuevos,pero estaban enteros y seguros”, re-cuerda Merino. De eso hace cuatroaños, tiempo justo en el que el za-guero albo ha ido acumulando ex-periencia para prestar un serviciocada vez mejor. Actualmente trans-porta niños de tres colegios: WálterDeininger, Hermanas Somascas yLiceo Cristiano, en horarios de ma-ñana y tarde.

CINCUENTA NIÑOSEn cada microbús caben quin-

ce niños, y las tarifas mensualeshan sido trazadas por Merino deacuerdo a las distancias que hayque recorrer para trasladar a los ni-ños de su casa al colegio y vicever-sa. ¿Cuánto cuesta la más barata?

A Merino le produce sonrisas lapregunta, pero la contesta: “Cobra-mos entre cien y doscientos colo-nes por niño. Como le digo, depen-diendo si el niño vive cerca o vivelejos. Por trasladar un niño desde

las Somascas a San Jacinto, porejemplo, cobramos 200 colones”.

Alexander Merino dijo que elnegocio del transporte escolar noes para hacerse rico, pero al menosle deja algo como para no vivir afli-gido cuando no sale el sueldo co-mo futbolista. “Descontando losgastos por combustible y mante-nimiento de los vehículos, me vie-nen quedando como seis mil colo-nes mensuales”, explica.

BUEN HIJOSu fe en el futuro descansa más

en el negocio que en el fútbol, pen-sando en que la edad de un futbo-lista es muy corta y se gana muy po-co como para pensar en tener unrespaldo sólido para la vejez. En-tendemos esas precauciones por-

que es en un hombre que provie-ne de un origen humilde y de per-manente lucha para sobrevivir.

A los seis años perdió a su pa-dre, y su mamá, María Esperanzade Merino, tuvo que afrontar losavatares de la vida con lo poco quele daba su tiendita situada en la ve-reda del final del Boulevard Vene-zuela. Ahora, con su hijo futbolis-ta y el negocio del transporte es-colar, las cosas han cambiado pa-ra doña María.

Alexander, ahora de 24 años,sigue viviendo con su madre en elmismo lugar en que nació. Los dossiguen atendiendo la misma pul-pería que ahora lleva por nombreEl Progreso, acaso porque en sushumildes anaqueles se agregaronotros productos que antes eran“suntuosos”. Pero son otros tiem-pos. Alexander sigue soltero, pero

pensando en serio en casarse y con-vertir en abuela a su madre.

“Queremos adquirir una casaen otro lugar. Ya hice la solicitud yel financiamiento está en trámitede aprobarse. Mi mamá se sacrifi-có mucho por mi, y ya es hora queyo haga algo por ella”, dijo Merino,como una promesa.

Mientras tanto siguió subiendoniños a su microbús. Porque esa essu otra vida. La esperanza de unmañana mejor.

Alexander Merino

E Q U I P O : AlianzaP O S I C I Ó N : Defensa

O F Í C I O : TRANSPORTISTA ESCOLAR

Sergio Muñoz ha sabido llevar de la

mano su pasión por la orfebrería

y el cuidado de la meta aguilucha.

en sus MANOS

Alexander Merino ya cerró la puerta del microbús y se dispone allevar a los quince niños de ese viaje en el hermoso regreso a casa.

Sergio Iván Muñoz

E Q U I P O : AguilaP O S I C I Ó N : PorteroO F Í C I O : ORFEBRE

D A N I E L H E R R E R A

El arquero de Águila, Carlos Muñoz, tiene las manos tan grandespara parar un pénal, y tan finas para trabajar joyería.

R O B E R T O A G U I L A

El don

Page 9: A—O NòMERO DE OCTUBRE DE - El Diario de Hoyarchivo.elsalvador.com/noticias/galeria/figuras/Portada.pdf · 2016-12-27 · Jorge Carbajal Daniel Herrera Oscar Guerra Roberto çguila

Administra la zapatería junto asu esposa, aunque desde el sá-bado pasado todo el trabajo le

toca sólo a él, pues la doña le hon-ró con un segundo hijo.

René Galán militó esta tempo-rada con Atlético Balboa, despuésde varias temporadas con Muni-cipal Limeño, que le abrió las puer-tas en la Liga Mayor en 1995.

Oriundo de Quezaltepeque, pa-

só, de la Liga de Ascenso, auna selección sub-20 y deahí al equipo ‘cuchero’.

Rodeado de santarro-seños, los mejores comer-ciantes de Oriente, se ca-só con una nativa, y “des-de hace cinco años traba-jamos como distribuido-ra comercial Julissa, y te-nemos un año de venderzapatos”, dijo.

Los ingresos libres mensuales

rondan el 150% de lo que sele paga en el fútbol. SegúnGalán, el producto que seimporta desde Panamá esdel que mayor ganancia seobtiene. Avezado en estaárea (en 1997 tomó un cur-so para vendedores), su ob-jetivo es ir mejorando lastécnicas del comercio. “Mipropósito es comenzar a

incluir implementos deportivos. Sa-bemos que existe demanda”, dijo.

C A R L O S V I D E S

NEGRO • CIAN • MAGENTA • AMARILLO

Reportaje

El Diario de Hoy : Sábado 13 de octubre de 2001 : 15Figuras y DEPORTE

R O B E R T O A G U I L A

Guillermo García cheque la salida de uno de los camiones de laAlcaldía de San Salvador. Trabaja en eso desde hace 13 años.

Si usted mira a Guillermo Gar-cía jugando como todo un pro-fesional, yendo al anticipo con

la precisión de un reloj o realizan-do cruces exactos como experto enlas coberturas de la última línea dezaga, no pensaría que este hom-bre, ya curtido por el sol de sus añosde fútbol, una vez finalizado el par-tido se quita la camiseta del Firpoo de la Selección y se pone el uni-forme azul que lo acredita comovigilante del vivero que la AlcaldíaMunicipal de San Salvador tienecerca de los Tanques de Holanda.

¿Insólito? No, porque Guiller-mo tomó este empleo recién gra-duado de la secundaria, con ape-nas 17 años y su idea de cobrar porjugar al fútbol estaba muy lejos.

TRABAJO DE TURNOS“Yo jugaba al fútbol en el insti-

tuto, y no lo hacía mal. Y en ese mo-mento la Alcaldía de San Salvadorestaba formando un equipo parajugar en el Torneo Burocrático, yempleaban muchachos que juga-ran al fútbol. Entonces un amigomío de nombre Baltazar, que tra-bajaba en los talleres de la Alcaldía,

me avisó que había una plaza de vi-gilante en el vivero, que la solicita-ra. Lo hice y me la dieron”, dice.

Comenzó a trabajar el 15 de ene-ro de 1988. Desde entonces, por 13largos años, el zaguero ha vivido sudoble vida: del vivero a la cancha,o viceversa. Forma parte de un gru-po de nueve vigilantes que se re-parten el trabajo en turnos de 24horas ininterrumpidas en tandas

de tres vigilantes por turno. Termi-nado el turno de los tres vigilantesson relevados por otros tres paraque descansen por dos días.

El trabajo consiste en cuidaruno de los portones, controlar el in-greso de los vehículos anotando enuna libreta el número de placas yla hora de su ingreso, y luego revi-

sar que no transporten más plan-tas que las que señala el envío auto-rizado. A las 4:00 p.m., cuando sevan los empleados administrati-vos, los portones cierran hasta elotro día y la vigilancia es interna.

HACIENDO MALABARES¿Cómo alterna el jugador su tra-

bajo con el fútbol? Memo García di-ce que tiene que hacer malabares.Cuando se trata de ausentarse deltrabajo para integrar la selección nohay problema, porque hay un decre-to que autoriza a cualquier emplea-do del gobierno o municipal a dejarel trabajo si es requerido para inte-grar una delegación que representeal país, y una selección nacional lo es.

El problema grande está cuan-do entrena o juega con Firpo. “Mu-chas veces recurro a la compren-sión del técnico para que me per-mita no ir a entrenar, y otras vecesa la de mis jefes inmediatos paraque me den permiso. Pero siemprees complicado”, aduce. Agrega queúltimamente ha encontrado unrespaldo enorme en la voluntad desus compañeros para auxiliarlo.“Me hacen el turno cuantas veces

se los pido. Claro que después ten-go que pagárselos, ya sea con tiem-po o con dinero”, aclara.

Para Memo García este trabajode vigilante ha sido su principalresguardo dentro de las injusticiasdel fútbol, y que nunca lo va a de-jar a no ser que sus jefes disponganotra cosa, porque representa su se-guridad para no andar pidiendo yade viejo. “El sueldo es poco, perocomo del fútbol uno no puede sa-lir de pobre porque tampoco se ga-na suficiente, siento que ese suel-do de vigilante va a ser mi sosténcuando ya no pueda jugar”, afirmó.

García tiene 31 años. Aunque semantiene soltero y vive con su pa-pá y su hermano, es padre de dosniños de un amor extraviado quetuvo en Ilobasco cuando jugaba pa-ra El Roble: Vanessa, de 7 años, yGuillermo, de cinco. Sin embargo,tiene novia y piensa casarse, pen-sando que su trabajo de vigilanteserá siempre parte de su futuro.

Lo mismo piensa EncarnaciónSantos Rugamas, su fiel compañe-ro en la vigilancia , y que lo quieretanto que por él se hizo aficionadoa muerte del Luis Angel Firpo.

El señor

VIGILANTEGuillermo García no sólo cuida el área

de Firpo, sino también las plantas de

un vivero municipal.

Guillermo García

E Q U I P O : FirpoP O S I C I Ó N : DefensaO F Í C I O : VIGILANTE

Suenan los radios en la de-legación. Son agentes so-licitando apoyo. Nuestro

personaje, ataviado con el uni-forme de la corporación, se en-carga de dar información.

Lo hace tres días consecu-tivos, sin descanso, en jorna-das de 24 horas. Cuando ama-nece el miércoles, el trabajoqueda atrás, y regresa a la pa-sión de su vida: Jugar fútbol.

Con el desvelo de tres díasencima, el ‘agente futbolista’ via-ja al entreno con su equipo, unviaje de tres horas. Todo vale lapena al tocar el balón, pasiónque lo domina desde que juga-ba en la Colonia Minerva,al sur de San Salvador.

SUS PININOSSu solidez de-

fensiva atrajo laatención de equi-pos de ligas infe-riores, hasta que seenamoró del gol.Su calidad en perfo-rar las redes lo llevóaños más tarde a rutilaren un equipo de Liga Mayor.

El fútbol mismo le proveyótrabajo, cuando conoció a unjefe policial en un partido. En-tonces tuvo oportunidad de en-trar, casi adolescente, a laComisión de Investigación deHechos Delictivos, en la extin-ta Policía Nacional, como ope-rador de comunicaciones. Viajóa San Miguel, y ahí recibió en-treno especial, incluyendo eluso de armas. Ahora sigue co-mo enlace operativo en la PNC.

Ya ha pensado en dejar sutrabajo como ‘agente’ pero lacorporación le garantiza unseguro médico y una pensióntras su retiro. Aparte, necesi-ta ambos ingresos para apoyarel estudio de las dos hermanasque viven con él y su madre.

GOLEADOR

NOTA: El Diario de Hoy contactó y

entrevistó a este futbolista con la

condición de que no se publicara

su nombre.. Agradecemos la com-

prensión de nuestros lectores.

D A N I E L H E R R E R A

René Galán cifra su futuro en un negocio donde

los zapatos no fabrican goles, sino dinero.

René Galán

E Q U I P O : BalboaP O S I C I Ó N : DefensaO F Í C I O : VENDEDOR

DE CALZADO

Con la fe CALZADA

René Galán revisa su zapatería,en Santa Rosa de Lima.

Un policía