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4 Introducción A unque el final de su vida estaba mucho más cerca que su principio Daidoji Masuhiro pensó que, personal- mente, no tenía mucho que lamentar, y menos ahora, sentado en un cómodo kotatsu y teniendo una agradable conver- sación sobre el arte de la guerra con una veintena de jóvenes y ansiosos oficiales de las Legiones Imperiales, situados en tatamis frente a él en una habitación del palacio del Campeón Esmeralda. Esto era lo más parecido a una escuela de oficiales que tenían las Legiones, y él era su sensei. Como era mucho más elocuente que la mayoría de los soldados, Masuhiro se consideraba muy adecuado para el trabajo. De hecho, a veces pensaba que sus talentos naturales no eran los del soldado, y que simplemente había quedado unido a la pro- fesión cuando era muy joven. Después de todo, había nacido en la familia de la Grulla de Hierro. A los cinco años lo mandaron como rehén político a las tierras de los Cangrejo; había acabado perdo- nando a los Daidoji por obligarlo a vivir con los Hida, y también tenía que admitir que la experiencia le había enseñado mucho de la guerra. Regresó a las tierras Grulla para completar su entrena- miento como samurái, pero tenía ya unos conocimientos notables sobre el arte bélico. Tras servir en los ejércitos Grulla durante la Guerra de los Clanes fue reclutado para las Legiones Imperiales, donde sirvió principal- mente como oficial del estado mayor. La vida en la Ciudad Impe- rial, sorprendentemente para él, le resultó agradable, y se convirtió en una rareza: un soldado que se sentía en casa tanto en los cuar- teles como en palacio, un guerrero que podía hacerse pasar por un caballero de la corte. Su astucia política le había servido para sobrevivir a las catástrofes, y había visto Campeones Esmeralda e incluso Emperadores llegar y desaparecer durante su tiempo al ser- vicio del Imperio. Al final, cuando envejeció demasiado para seguir en el servicio activo, Yasuki Hachi le asignó este cómodo puesto para que pudiera transmitir su sabiduría a los oficiales jóvenes. No, no lamentaba su vida. Rokugán... ah, esa era otra cuestión. Durante su vida adulta ha- bía visto cómo la Guerra de los Clanes acababa con la época que había sido denominada los Mil Años de Paz. Poco después llega- ron los conflictos conocidos como la Guerra contra la Oscuridad, y luego la Guerra de los Espíritus, cuando los fantasmas del pasado del Imperio volvieron para guerrear contra su presente y futuro. Y luego la destrucción de Otosan Uchi a manos de Daigotsu en 1159, y la lucha especialmente larga entre los León y los Unicornio por la Ciudad de la Rana Rica que había terminado hacía un par de años. Todo esto unido a las escaramuzas y las incursiones habi- tuales entre los Grandes Clanes, los alzamientos de los Portavoces de Sangre y demás, y los choques de las bestias de las Tierras Som- brías contra la firme Muralla Kaiu. Sí, Daidoji Masuhiro había tenido suerte, pero había vivido lo suficiente para ver al Imperio al que amaba y servía fielmente desangrarse con los años. Al menos había aprendido a apreciar las breves épocas de paz y usarlos para consolarse. Conversar con los jóvenes sobre las cosas que conocía mejor que ellos era un placer, y por lo tanto también un consuelo. En esos momentos pensaba que el mayor de sus pro- blemas era que sus piernas se enfriasen porque el kotatsu necesi- tase más carbón en el brasero, aunque en los días fríos de invierno como el de hoy ese era un problema real. De todas formas, Masuhiro se sentía contento cuando, en medio de una agradable charla sobre su propio comentario al Liderazgo de Akodo, una joven estudiante del fondo de la sala alzó la mano y dijo: “Sensei, ¿cuál de los ejércitos de los Grandes Clanes os preocu- paría más si tuvieseis que enfrentaros a él en combate?” Masuhiro se paró y frunció el ceño, pensativo. Un estudiante mayor, sentado al frente del grupo, que ya había participado antes en sus seminarios, levantó una ceja y sonrió. Sabía que a Masuhi- ro-sensei le hacían esta pregunta muy a menudo, y que tenía una respuesta preparada. La pausa y la mirada pensativa no eran más que un poco de teatro, para que la astucia de su respuesta parecie- se espontánea. Masuhiro lo miró con dureza. Y luego esbozó una sonrisa sabia y dijo: “Ya que me preguntáis, os diré: el Clan del León, porque inven- taron el arte de la guerra tal como lo conocemos, el Clan del Uni- cornio, porque aspiran a reinventar el arte, y el Clan del Cangrejo, porque disfrutan de él más que ningún otro.” La joven estudiante asintió con seriedad. Masuhiro reprimió una sonrisa: esa respuesta siempre funcionaba. Pero luego la joven volvió a levantar la mano y, sin esperar a que su sensei se diese por enterado, preguntó: “Sensei, ¿qué Grandes Clanes creéis que serán los próximos en ir a la guerra?” Masuhiro no tenía ninguna respuesta preparada, y cuando vol- vió a fruncir el ceño su mirada pensativa no era una pose. Pero no tuvo que pensar mucho para dar con la respuesta. “El Cangrejo,” dijo “porque nunca estarán en paz mientras el enemigo sin nombre camine sobre la tierra, y sé por experiencia Sample file

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Aunque el final de su vida estaba mucho más cerca que su principio Daidoji Masuhiro pensó que, personal-mente, no tenía mucho que lamentar, y menos ahora,

sentado en un cómodo kotatsu y teniendo una agradable conver-sación sobre el arte de la guerra con una veintena de jóvenes y ansiosos oficiales de las Legiones Imperiales, situados en tatamis frente a él en una habitación del palacio del Campeón Esmeralda. Esto era lo más parecido a una escuela de oficiales que tenían las Legiones, y él era su sensei. Como era mucho más elocuente que la mayoría de los soldados, Masuhiro se consideraba muy adecuado para el trabajo.

De hecho, a veces pensaba que sus talentos naturales no eran los del soldado, y que simplemente había quedado unido a la pro-fesión cuando era muy joven. Después de todo, había nacido en la familia de la Grulla de Hierro. A los cinco años lo mandaron como rehén político a las tierras de los Cangrejo; había acabado perdo-nando a los Daidoji por obligarlo a vivir con los Hida, y también tenía que admitir que la experiencia le había enseñado mucho de la guerra. Regresó a las tierras Grulla para completar su entrena-miento como samurái, pero tenía ya unos conocimientos notables sobre el arte bélico.

Tras servir en los ejércitos Grulla durante la Guerra de los Clanes fue reclutado para las Legiones Imperiales, donde sirvió principal-mente como oficial del estado mayor. La vida en la Ciudad Impe-rial, sorprendentemente para él, le resultó agradable, y se convirtió en una rareza: un soldado que se sentía en casa tanto en los cuar-teles como en palacio, un guerrero que podía hacerse pasar por un caballero de la corte. Su astucia política le había servido para sobrevivir a las catástrofes, y había visto Campeones Esmeralda e incluso Emperadores llegar y desaparecer durante su tiempo al ser-vicio del Imperio. Al final, cuando envejeció demasiado para seguir en el servicio activo, Yasuki Hachi le asignó este cómodo puesto para que pudiera transmitir su sabiduría a los oficiales jóvenes. No, no lamentaba su vida.

Rokugán... ah, esa era otra cuestión. Durante su vida adulta ha-bía visto cómo la Guerra de los Clanes acababa con la época que había sido denominada los Mil Años de Paz. Poco después llega-ron los conflictos conocidos como la Guerra contra la Oscuridad, y luego la Guerra de los Espíritus, cuando los fantasmas del pasado del Imperio volvieron para guerrear contra su presente y futuro. Y luego la destrucción de Otosan Uchi a manos de Daigotsu en 1159, y la lucha especialmente larga entre los León y los Unicornio

por la Ciudad de la Rana Rica que había terminado hacía un par de años. Todo esto unido a las escaramuzas y las incursiones habi-tuales entre los Grandes Clanes, los alzamientos de los Portavoces de Sangre y demás, y los choques de las bestias de las Tierras Som-brías contra la firme Muralla Kaiu. Sí, Daidoji Masuhiro había tenido suerte, pero había vivido lo suficiente para ver al Imperio al que amaba y servía fielmente desangrarse con los años.

Al menos había aprendido a apreciar las breves épocas de paz y usarlos para consolarse. Conversar con los jóvenes sobre las cosas que conocía mejor que ellos era un placer, y por lo tanto también un consuelo. En esos momentos pensaba que el mayor de sus pro-blemas era que sus piernas se enfriasen porque el kotatsu necesi-tase más carbón en el brasero, aunque en los días fríos de invierno como el de hoy ese era un problema real.

De todas formas, Masuhiro se sentía contento cuando, en medio de una agradable charla sobre su propio comentario al Liderazgo de Akodo, una joven estudiante del fondo de la sala alzó la mano y dijo:

“Sensei, ¿cuál de los ejércitos de los Grandes Clanes os preocu-paría más si tuvieseis que enfrentaros a él en combate?”

Masuhiro se paró y frunció el ceño, pensativo. Un estudiante mayor, sentado al frente del grupo, que ya había participado antes en sus seminarios, levantó una ceja y sonrió. Sabía que a Masuhi-ro-sensei le hacían esta pregunta muy a menudo, y que tenía una respuesta preparada. La pausa y la mirada pensativa no eran más que un poco de teatro, para que la astucia de su respuesta parecie-se espontánea. Masuhiro lo miró con dureza.

Y luego esbozó una sonrisa sabia y dijo:“Ya que me preguntáis, os diré: el Clan del León, porque inven-

taron el arte de la guerra tal como lo conocemos, el Clan del Uni-cornio, porque aspiran a reinventar el arte, y el Clan del Cangrejo, porque disfrutan de él más que ningún otro.”

La joven estudiante asintió con seriedad. Masuhiro reprimió una sonrisa: esa respuesta siempre funcionaba. Pero luego la joven volvió a levantar la mano y, sin esperar a que su sensei se diese por enterado, preguntó:

“Sensei, ¿qué Grandes Clanes creéis que serán los próximos en ir a la guerra?”

Masuhiro no tenía ninguna respuesta preparada, y cuando vol-vió a fruncir el ceño su mirada pensativa no era una pose. Pero no tuvo que pensar mucho para dar con la respuesta.

“El Cangrejo,” dijo “porque nunca estarán en paz mientras el enemigo sin nombre camine sobre la tierra, y sé por experiencia

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su clan. Es raro que un bushi de un Gran Clan no sea llamado para algún tipo de servicio militar en algún momento de su vida, y hasta los shugenjas, que en su mayoría se consideran almas pacíficas dedicadas a adquirir conocimientos y comulgar con la divinidad, son convocados para apoyar a los ejércitos de sus clanes con sus habilidades. Para los samuráis rokuganeses la guerra, incluido el entrenamiento, la preparación, el condicio-namiento y el combate propiamente dicho, forma parte de su deber, y por lo tanto de su vida.

Pero también se sabe perfectamente que no todos los clanes tienen la misma habilidad para la guerra. Hay tres que sobrepa-san especialmente a los demás: el Clan del Cangrejo, el Clan del León y el Clan del Unicornio. Aunque sus temperamentos y su historia son muy distintos, estos tres clanes son expertos, cada uno a su manera, en el arte de la guerra, y siempre se les respeta o incluso teme como enemigos en la batalla.

Este libro examina a cada uno de estos clanes a través del arte de la guerra para mostrar parte de sus almas, así como para facilitar una mayor comprensión de la guerra y de su papel en la vida en el Imperio. Cada uno de los capítulos siguientes se centra en un clan: primero el del Cangrejo, luego el del León y finalmen-te el del Unicornio. Cada capítulo describe extensamente sus estamentos militares, incluida la organización, la composición y la distribución de sus ejércitos, su pensamiento estratégico y táctico y la forma en que sus familias ven la guerra, y cómo sus unidades militares de élite, sus fortalezas y sus dojos militares reflejan su historia y su forma de ser. Se muestran algunos PNJs para dar cierta idea de qué clase de soldados conforman estas famosas unidades. Además encontrarás diversas Escuelas Bási-cas y Avanzadas nuevas, así como Sendas y beneficios de dojos, que te ayudarán a crear personajes que sigan las tradiciones y posean la reputación de las unidades de élite de sus clanes.

Adéntrate, pues, en los corazones y las almas de los Cangre-jo, los León y los Unicornio. Colócate su armadura, blande sus armas, marcha hombre con hombro con sus mejores guerreros, sigue las órdenes de sus taisa y rikugunshokan. Lucha por la victoria, la gloria y el honor del clan. Conviértete en uno de los Señores de la Guerra.

que preferirán morir a fracasar en su deber. El Unicornio, porque el Khan nunca descansa, y su ambición no tiene límites. Y el León, porque si el Unicornio guerrea ellos también lo harán: siguen te-niendo asuntos sin resolver.”

De repente se oyó un estrépito en el pasillo, y no era un sirviente trayendo brasas calientes. Un joven soldado vestido con una arma-dura ligera y que llevaba las insignias de las Legiones entró en la habitación y se arrodilló.

“Perdonad, sensei, pero se me ha ordenado que os informe de que el Khan ha entrado en las tierras de los Ikoma al frente del ejército del Clan del Unicornio. Todos vuestros estudiantes deben reunirse inmediatamente con sus unidades y esperar órdenes.”

Bueno, hasta aquí el interludio pacífico. La habitación se llenó de gritos y murmullos de excitación. Masuhiro estaba desilusiona-do y le costó hacerse oír.

“Muy bien. Todos vosotros tenéis vuestras instrucciones. Las clases se cancelan hasta nuevo aviso.”

Tampoco es que fuera muy necesario. Al escuchar que el León y el Unicornio estaban de nuevo en guerra los estudiantes se levan-taron de un salto, reunieron sus pertenencias y empezaron a irse, hablando entre ellos excitados.

Masuhiro fue uno de los últimos en dejar la habitación. El estu-diante que le había sonreído poco antes salió tras él.

“Bueno, sensei, parece que el Khan acaba de convertiros en un adivino.”

Masuhiro rió, pero sin mucha alegría.“Eso parece, Ryunnosuke-kun. ¿No veis cuánto me alegro?”

Aunque la mayoría de los rokuganeses están convencidos de que el Imperio vivió Mil Años de Paz entre el Día del Trueno y la Guerra de los Clanes a principios del siglo doce, nadie podría afirmar que el arte de la guerra no ayudó a dar forma a Rokugán en esa época. Ha estado, sin duda alguna, siempre presente en la vida rokuganesa desde entonces, dando lugar a las tradicionales quejas de los historiadores de que la historia no es más que un acontecimiento desdichado tras otro.

Además, todo samurái que merezca su daisho sentirá verda-dero orgullo ante la idea de servir con las armas a su familia y

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n Muchos esperaban que el Daimio Yasuki cometiera seppuku para protestar, pero ese no era el estilo de la familia.

Lo que hizo el daimio fue pedir ayuda a los Cangrejo, y orga-nizar la captura por parte de este clan de varias de las provin-cias Yasuki más importantes. Cuando los Grulla respondieron enfadados los Yasuki desertaron y juraron lealtad al Campeón de los Cangrejo. Airados, los Grulla declararon la guerra a los Cangrejo, y el conflicto subsiguiente duró más de una década.

Calendario387 – El Daimio Yasuki, harto de las prohibiciones del Cam-peón de los Grulla, pide en secreto al Campeón de los Cangrejo que tome varios territorios Yasuki. Los Yasuki abandonan ofi-cialmente a los Grulla y pasan a formar parte de los Cangrejo, y los combates causados por ello hacen que los Grulla pierdan aún más territorios.400 – Un decreto imperial acaba con la guerra y prohíbe formal-mente la guerra abierta entre los Grandes Clanes. También reco-noce tácitamente la lealtad Yasuki al Cangrejo, y exige a este clan que devuelva a los Grulla parte de la tierra que han ocupado.

Principales enfrentamientos: Cangrejo - Grulla.Alianzas importantes: ninguna, no participaron más clanes.

Dirigir una partida durante la guerra Yasukipqqqs

La primera guerra Yasuki tuvo lugar poco después del principio de la historia de Rokugán, y al ser el primer con-flicto a gran escala de este tipo causó un gran impacto en todo el Imperio. Prácticamente todos los Grandes Clanes se interesaron en ella y enviaron consejeros y observa-dores, y muchos de ellos no hicieron sino complicarlo todo, implicándose en formas que los clanes enfrentados no esperaban o a las que no daban importancia. La ac-tividad criminal en la zona aumentó dramáticamente, y las primeras actividades ronin a gran escala comenzaron cuando algunos Yasuki abandonaron a ambos clanes para buscar su propio camino. Cualquier campaña que intente mostrar el ambiente de la época debería concen-trarse en la sensación que tenía mucha gente de que la guerra podría acabar con el Imperio a medida que en las diversas cortes aumentaban las discusiones sobre la lega-lidad del conflicto y las acciones que deberían realizarse como respuesta a él.

La Guerra de los ClanesMuchos historiadores consideran la Guerra de los Clanes la mayor y más destructiva de las guerras que han tenido lugar en Rokugán a lo largo de su historia. Aunque los denominados ‘mil años de paz’ habían terminado dos años antes con el Golpe Escorpión, este conflicto suele considerarse la primera guerra a gran escala desde la primera guerra Yasuki, siglos atrás. La Gue-rra de los Clanes fue manipulada por el dios oscuro Fu Leng, pero los clanes estaban ansiosos de enfrentarse entre ellos, e incluso sin esta influencia lo más probable es que la época hu-biese estado marcada por costosos conflictos a gran escala.

La Guerra de los Clanes comenzó con una alianza funesta entre los Cangrejo y las Tierras Sombrías. Estas dos fuerzas enemigas, unidas por primera vez, marcharon sobre el Imperio con la intención de hacerse con el trono, vacío por la debilidad de la Dinastía Hantei. El ejército de los Cangrejo y las Tierras

Un samurái es, por encima de todo, un sirviente, y según la tradición su principal tarea, la más sagrada, es morir si es ne-cesario en nombre de su señor. La mayoría de los bushi aspi-ran a este destino, y aunque los que siguen la senda del shu-genja suelen ser gente pacífica, muchos de ellos apreciarían una muerte tan honorable.

Por suerte o por desgracia, según a quién se pregunte, la historia del Imperio ha estado siempre repleta de guerras y conflictos, dando a los samuráis rokuganeses numerosas opor-tunidades para sacrificarse. A pesar de que se suela decir que Rokugán disfrutó de “mil años de paz” hasta el siglo doce, no habido casi ninguna generación desde el alba del Imperio que no se haya encontrado con algún tipo de conflicto. Que siga dándose este nombre a la época en los registros históricos se debe más a una forma creativa de organizarlos que a otra cosa, ya que lo único que permite a los historiadores llamarla así es la ausencia de una declaración de guerra formal.

Una batalla, pero no una guerrapqqqqs

Hay muchos conflictos importantes de la historia de Rokugán que no se han incluido en esta lista. Por ejem-plo, la lucha entre el Imperio y las Tierras Sombrías es básicamente constante, sin respiros y sin que pueda esperarse, siendo realistas, un final próximo. Otros en-frentamientos importantes pero de corta duración, como el Golpe del Clan del Escorpión o la Batalla del Ciervo Blanco, no cumplen los criterios que designan lo que es una guerra, ni siquiera un conflicto, sino que es mejor describirlos como una sola batalla que duró unos pocos días. La mayoría de los conflictos incluidos aquí son gue-rras prolongadas que requirieron la atención de ejércitos enteros durante períodos de tiempo considerables.

La primera guerra YasukiLa primera guerra Yasuki tuvo lugar en el siglo cuatro, y fue el primer gran conflicto entre dos Grandes Clanes. Tuvo mu-chas consecuencias importantes para la sociedad rokuganesa, entre ellas un decreto imperial que prohibió formalmente las declaraciones de guerra entre los Grandes Clanes y la primera deserción de una familia de un clan a otro. La guerra también creó una rivalidad que aún continúa entre los Grulla y los Can-grejo, que ha llevado a innumerables escaramuzas fronterizas a lo largo de los siglos, a una segunda guerra por los Yasuki y a un conflicto actual que la historia probablemente recordará como la tercera guerra Yasuki.

Las semillas de este conflicto se plantaron cuando los Grulla empezaron a prohibir prácticas cuestionables de la familia Ya-suki. Los líderes Yasuki protestaron, diciendo que se les había permitido ocuparse de sus tareas a su manera durante siglos y que los Grulla siempre se habían beneficiado de su trabajo. Sin embargo el Campeón de los Grulla no cedió, creando un cisma.

Guerras de la historia de Rokugán

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derrotado, se expulsa a las fuerzas de las Tierras Sombrías y se corona al ronin Toturi como nuevo Emperador.

Principales enfrentamientos: Cangrejo - Grulla, Can-grejo - Escorpión, León - Grulla, Imperio - Tierras Sombrías.Alianzas importantes: Dragón - Naga, Cangrejo - Tierras Sombrías, Grulla - Mantis, diversos Clanes Menores (Alianza de Yoritomo).

La Guerra contra la OscuridadLa Guerra contra la Oscuridad fue mucho menos definida que el resto de los conflictos que indicamos, principalmente porque durante la mayor parte de ella los clanes no conocían la natura-leza ni la identidad de su enemigo. El conflicto lo iniciaron las maquinaciones de una entidad primordial e inabarcable llamada la Oscuridad Mentirosa. Esta entidad era una parte del universo que existía antes de que la Dama Sol y el Señor Luna dieran nombres a todas las cosas, por lo que podía tomar la forma que desease. La Oscuridad lanzó a unos clanes contra otros en un enrevesado intento de deshacer la creación y devolver el reino mortal e incluso los Cielos Celestiales a la oscuridad primordial de la que surgieron.

Es difícil concretar cuándo empezaron a tomar forma los pla-nes de la Oscuridad, pero el conflicto que causaron comenzó cuando sus agentes secuestraron al Emperador Toturi I. Los cla-nes no tardaron en echarse la culpa unos a otros, y el Escorpión se convirtió en el chivo expiatorio del Imperio. Fueron desterra-dos a las Arenas Ardientes, pero esto no sirvió para apaciguar la inquietud que crecía entre los clanes.

Los agentes de la Oscuridad se infiltraron en los clanes y suplantaron a consejeros importantes de muchos líderes y oficiales militares, fomentando el caos en todas las situacio-nes. Los Mantis y los Grulla lucharon por el control de los territorios Escorpión, y los Grulla se sumieron rápidamente en una guerra civil mientras los Mantis marchaban sobre los te-rritorios Fénix. La influencia de la Oscuridad hizo enloquecer a la Campeona de los Dragón, que ayudó sin saberlo a sus lacayos a hacer su voluntad. Los nómadas Moto de más allá de las Arenas Ardientes llegaron al Imperio acompañados por el Clan del Escorpión y la Kami Shinjo, poniendo a gran parte del Imperio en movimiento. La Oscuridad llegó a manipular al Señor Luna para que se manifestase en el reino mortal, donde la Campeona de los Dragón le dio muerte y lo reemplazó. Esto llevó a la Dama Sol a cometer jigai, siendo reemplazada por el Campeón de los Cangrejo.

Tras esto las fuerzas de la Oscuridad se reunieron en las ruinas de la ciudad trol de Volturnum, donde planeaban abrir la Puerta del Olvido y usar el artefacto para destruir los reinos espirituales de más allá. Los Grandes Clanes se aliaron y marcharon a través de las Tierras Sombrías para derrotar tanto a sus poderes como a los de la Oscuridad en la Batalla de la Puerta del Olvido.

Calendario1130 - El Emperador Toturi I es secuestrado por agentes de la Oscuridad Mentirosa. Se culpa a los Escorpión, que son deste-rrados del Imperio.1130 - Hitomi, la Campeona del Clan delDragón, cae bajo la influencia de la Oscuridad y empieza a tatuar a miembros de otros clanes, poniéndolos a su servicio y enfrentando a los Naga con el Clan del Dragón.

Sombrías arrasó gran parte de los territorios Grulla y Escorpión antes de ser derrotado en el Paso Beiden por una coalición de Dragón, Unicornio y Naga liderada por el ronin Toturi, el anti-guo Campeón de los León. A pesar de su derrota, la campaña de los Cangrejo inició luchas entre los clanes por todo el Imperio, gran parte de ellas alentadas por fuerzas aliadas con las Tierras Sombrías, lo que acabó llevando a una alianza sin precedentes de los Clanes Menores del Imperio y alcanzó su clímax con una batalla en la Ciudad Imperial, Otosan Uchi. Tras la guerra To-turi se convirtió en el Emperador y fundó una nueva Dinastía, y los Mantis obtuvieron el estatus de Gran Clan.

Dirigir una partida durantela Guerra de los Clanespqqqqs

La época de la Guerra de los Clanes se encuentra entre las más populares para las campañas de la Leyenda por su gran dramatismo y todo lo que está en juego en el con-flicto. Sin embargo, puede resultar especialmente compli-cado reunir a un grupo de samuráis de distintos clanes en este período a causa del gran número de conflictos entre clanes. Pero la burocracia imperial de la época, sobre todo los Miya y los pocos Magistrados Esmeralda con su-ficiente poder para reunir a sus subordinados, reconoció los problemas a los que se enfrentaba el Imperio y trabajó desesperadamente para combatirlos.

La tradición rokuganesa del musha shugyo es otra for-ma viable de crear una campaña: muchos samuráis se convirtieron temporalmente en ronin o comenzaron un peregrinaje del guerrero para seguir el estandarte de Totu-ri, el carismático León Negro.

CalendarioLos siguientes acontecimientos fueron cruciales para el desarro-llo de la Guerra de los Clanes, aunque, por supuesto, sucedió mucho más de lo que podemos contar aquí.

1123 - El shugenja Escorpión Yogo Junzo abre el Pergamino Negro llamado Enfermedad Debilitante y causa una peste que se extien-de por todo el Imperio y debilita prácticamente a todos los clanes.1126 - Hida Kisada, aconsejado por Kuni Yori, que había sido corrompido en secreto, llega a una alianza temporal con las Tie-rras Sombrías para hacerse con el trono.1127 - La batalla del Paso Beiden acaba con una campaña de los Cangrejo contra los territorios de los Escorpión y los meri-dionales de los Grulla. La Guerra de los Clanes toma fuerza tras la derrota de los Cangrejo a manos de una coalición de tropas lideradas por el ronin Toturi.1127 - Los Fénix abren más Pergaminos Negros en un intento de comprender la amenaza de las Tierras Sombrías a la que se enfrenta el Imperio, liberando sin saberlo más partes de la esen-cia de Fu Leng y dando más poder a las fuerzas de las Tierras Sombrías que atacan al Imperio.1127 - Los ejércitos Cangrejo asaltan Otosan Uchi sólo para descubrir que el Emperador ha sido poseído por Fu Leng. Se extiende la noticia y el Imperio comienza a darse cuenta de la verdadera amenaza a la que se enfrentan.1127 - Los ejércitos de los Grandes Clanes se reúnen en las llanuras que rodean Otosan Uchi y asaltan la ciudad con la intención de acabar con Fu Leng, ahora mortal. Fu Leng es

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n La Guerra de los EspíritusLa Guerra de los Espíritus siguió a la Guerra contra la Os-curidad, y en realidad fue consecuencia directa de esta. Además de un largo conflicto militar también representó una importante batalla teológica y filosófica. En un bando estaba el Emperador por derecho, Toturi I, nombrado so-berano de Rokugán por los Cielos, y en el otro el espíritu de Hantei XVI, que buscaba devolver el poder a la Di-nastía Hantei. Estos dos líderes crearon fuertes divisiones entre muchos samuráis de cada uno de los Grandes Cla-nes: los tradicionalistas apoyaron el derecho legítimo del Hantei mientras que los más progresistas apoyaron a la Dinastía Toturi.

La Batalla de la Puerta del Olvido, que marcó el final de la Guerra contra la Oscuridad, llevó al regreso de miles, quizá cientos de miles, de espíritus (nadie ha determinado nunca el número exacto) provenientes de los distintos reinos es-pirituales, entre ellos el del déspota Hantei XVI. El antiguo Emperador, que la historia recuerda como el Crisantemo de Acero, no perdió mucho tiempo organizando sus fuerzas y estudiando el Imperio. Los tradicionalistas se unieron bajo su estandarte en los primeros meses, lo que llevó a un con-flicto de varios años entre ellos y los seguidores de Toturi. La Batalla del Paso Beiden acabó con la guerra, pero le costó al Imperio una de sus principales rutas comerciales a través de la Cordillera del Espinazo del Mundo, ya que las montañas que la rodeaban fueron derrumbadas para aplastar al ejército del Crisantemo de Acero. Después Hantei XVI perdió todo salvo una pequeña mansión personal en la capital, y así ter-minó la Guerra de los Espíritus.

1131 - La Campeona del Clan delLeón lleva a gran parte de su ejército a la Muralla para ayudar a los Cangrejo a recuperar Shiro Hiruma y llevar a cabo sus tareas.1131 - La familia Agasha deserta a los Fénix avergonzada por los actos de Hitomi.1132 - Se encuentra al Emperador con vida en tierras Fénix. Nadie lo sabe, pero la Oscuridad Mentirosa lo ha corrompido.1132 - El Clan de la Mantis asedia las provincias Fénix.1132 - El avatar del Señor Luna muere, y la Dama Sol se suicida apenada. Hitomi se convierte en la nueva Dama Luna y Hida Yakamo en el Señor Sol.1133 - El Emperador Toturi comete seppuku para purificarse de la influencia de la Oscuridad.1133 - Los Grandes Clanes van a la guerra contra la Oscuridad y las Tierras Sombrías en la Batalla de la Puerta del Olvido, en las profundidades de las Tierras.

Principales enfrentamientos: Grulla - Mantis, León - Unicornio, Mantis - Fénix, Dragón - Naga.Alianzas importantes: Cangrejo - León.

Dirigir una partida durante la Guerra contra la Oscuridadpqqqqs

Esta época de la historia de Rokugán es especialmente pro-blemática y puede ser difícil de entender. La mejor opción para ambientar una campaña en esta época es utilizar a la Oscuridad Mentirosa o las personas a las que manipu-la como antagonistas directos del grupo. Por ejemplo, si el grupo está aliado con el Clan de la Mantis un villano perfecto sería un Grulla corrupto por la Oscuridad, o un Fénix manipulado para dejarle en una situación terrible. El engaño es la temática principal, y una gran paranoia, incluso entre los distintos miembros del grupo, resulta muy adecuada para dar el tono adecuado.

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Dirigir una partida durantela Guerra de los espírituspqqqqs

La Guerra de los Espíritus es un período lleno de conflic-tos y confusión. Ninguno de los Grandes Clanes estaba realmente en guerra con otro, aunque gran parte de los Fénix se vieron obligados a colaborar con el Crisantemo de Acero porque les chantajeó secuestrando a muchos niños del clan.

La Incursión YobanjinEl conflicto denominado como la Incursión Yobanjin en los registros históricos fue el segundo conflicto importante entre el Imperio y fuerzas de más allá de sus fronteras, y duró bastante más que la Batalla del Ciervo Blanco de unos siglos antes. En-tre las muchas características notables de este conflicto estuvo el que dio fama a Toturi Tsudao, la mayor de los hijos legítimos de Toturi I, que acabaría convirtiéndose en Toturi II. También fue el primer enfrentamiento a gran escala en el que la mayor parte del peso lo llevaron las Legiones Imperiales y no los ejér-citos de los Grandes Clanes.

La Incursión Yobanjin comenzó con un acontecimiento sin precedentes: la unión de muchas tribus Yobanjin bajo un solo señor de la guerra. Las tribus, normalmente divididas y enfrentadas entre ellas, llevaban viviendo en las montañas del norte de Rokugán desde la fundación del Imperio, sin

Calendario1138 - El espíritu de Hantei XVI, que ha regresado, exige pú-blicamente que el Emperador Toturi I le ceda el trono. Toturi I se niega, y el Hantei declara la guerra al “usurpador”.

1145 - Toturi I recompensa al guerrero Morito por su campaña contra los ejércitos espirituales creando el Clan del Buey. Morito reúne a muchos samuráis bajo su es-tandarte y el nuevo clan se hace más grande que muchos otros Clanes Menores.

1150 - Con la ayuda de su campeón Hida Tsuneo, conocido como el Cangrejo de Piedra, y del traidor Agasha Tamori, el Hantei pide la ayuda del Fénix tras secuestrar a decenas de hijos de los líderes y los miembros de alto rango del clan.

1150 - Los ejércitos del Crisantemo de Acero quedan destrui-dos cuando, gracias a una colaboración entre los Escorpión y algunos Fénix vengativos, el Paso Beiden se derrumba sobre ellos mientras lo atraviesan.

1150 - Tras la destrucción de la mayor parte de sus fuerzas Hantei XVI acepta la misericordia de Toturi I y queda bajo arresto domiciliario en una mansión de Otosan Uchi. Al resto de sus fuerzas se les permite volver al Yomi, el Reino de los Antepasados Bendecidos. Como parte del tratado el hijo me-nor de Toturi adopta el nombre de Hantei y se convierte en alumno del Crisantemo de Acero.

Principales enfrentamientos: lealistas - tradicionalistas.

Alianzas importantes: Fénix - espíritus.

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n León que rodeaban la ciudad, pero no podían o querían expul-sar a sus enemigos de la ciudad.

Los Dragón se involucraron a petición del Emperador e intentaron acabar con los combates, pero no tuvieron éxito. Al final los dos clanes lucharon una batalla definitiva en la pequeña ciudad de Sukoshi Zutsu. Los dos Campeones de los clanes se enfrentaron y el Unicornio venció. Su clan se hizo con Sukoshi Zutsu, pero a los León se les concedió el dominio permanente de la Ciudad de la Rana Rica, terminando con la guerra con un decreto imperial aplicado por los ejércitos del Clan del Dragón.

Principales enfrentamientos: León - Unicornio, León - Dragón, Dragón - Unicornio.Alianzas importantes: Cangrejo - Unicornio.

Dirigir una partida durante la Guerra de la Rana Ricapqqqs

Introducir directamente la Guerra de la Rana Rica en una campaña puede resultar difícil, ya que el conflicto estuvo restringido a una región relativamente pequeña. Si no se juega una campaña militarista en la que los personajes estén aliados a uno de los tres clanes participantes no quedan muchas posibilidades. Sin embargo, la partida podría centrarse en las acciones de personajes que hayan quedado atrapados en la ciudad ocupada, o tengan que tratar con los distintos combatientes en nombre de algún tipo de grupo imperial.

La Guerra del Fuego y el TruenoLa Guerra del Fuego y el Trueno, como la de la Rana Rica que la precedió, estuvo entre las primeras de un nuevo tipo de guerra entre Grandes Clanes. Como muchos conflictos anteriores, la cau-só una fuerza oscura que buscaba la destrucción del Imperio: en este caso el Clan del Fénix fue manipulado desde el interior para provocar una guerra con los Mantis. Fue relativamente sencillo, ya que los Fénix reaccionaron con su arrogancia habitual y los Man-tis estuvieron encantados de retomar su enfrentamiento periódico con los seguidores de Isawa.

La guerra comenzó cuando Asako Kinuye, antigua Portavoz de la Sangre, usó su influencia para acusar a los Mantis de utilizar uno de los Pergaminos Negros para destruir un pueblo Fénix. Los Fénix querían creerlo, ya que aseguraba que este hecho corrupto no tenía nada que ver con ellos. Los distintos puntos fuertes de los clanes hicieron que el conflicto quedase restringido a escaramu-zas costeras, ya que los Mantis superaban fácilmente a cualquier Fénix que se alejase de la costa y los Fénix destruían a cualquier Mantis que se adentrase demasiado tierra adentro.

El conflicto sólo terminó cuando la Campeona de los Mantis se impacientó y acercó demasiado su flota a la costa Fénix, hacien-do que tanto los Shiba como el Consejo de Maestros Elementales respondieran. La batalla se vio interrumpida por la aparición de la Ola Oscura, una flota de navíos Mantis corruptos, lo que confirmó las sospechas de mucha gente de que el conflicto había estado siendo manipulado desde el principio. La Ola Oscura quedó casi totalmente destruida, pero la Campeona del Clan de la Mantis y el Maestro de la Tierra Fénix murieron. Al final los Fénix se rindieron simplemente para evitar más muertes, y los Mantis recibieron un archipiélago situado frente a la costa Fénix por su “victoria”.

crear más conflictos que alguna incursión de alguna tribu desesperada. Sin embargo con más de una docena de tribus unidas bajo un solo líder los Yobanjin se convirtieron en una amenaza militar, descendiendo sobre las provincias Fénix como una plaga de langostas que quemaba y saqueaba todo lo que encontraba a su paso. Los Shiba, situados como de costumbre en los territorios meridionales, respondieron lo más rápido que pudieron, pero el daño estaba hecho y el enemigo se había atrincherado.

El Emperador envió rápidamente a las Legiones Imperia-les bajo el mando de su joven hija y las fuerzas rokuganesas avanzaron poco a poco durante semanas, derrotando conti-nuamente a los gaijin y recuperando kilómetro tras kilómetro de territorio Fénix. La batalla final se luchó cerca de la peque-ña Aldea del Fin del Camino, y Toturi Tsudao derrotó al señor de la guerra de los Yobanjin en combate singular.

Principales enfrentamientos: alianza Yobanjin - Fénix, alianza Yobanjin - Imperio.Alianzas importantes: diversas tribus Yobanjin, Fénix - Legiones Imperiales.

Dirigir una partida durantela Incursión Yobanjin

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La Incursión Yobanjin es una etapa casi inexplorada de la historia rokuganesa. Nunca se ha tratado el conflicto en profundidad, por lo que puede adecuarse todo lo que sea necesario a las necesidades de cada campaña.

La Guerra de la Rana RicaLa Guerra de la Rana Rica fue, en muchos aspectos, la primera muestra de un nuevo tipo de guerra en el Imperio. Enfren-tó a las dos fuerzas militares más importantes de Rokugán, y fue un conflicto largo y, en su mayor parte, lento, una guerra de desgaste y paciencia. En el clima traicionero posterior a la Guerra de los Clanes cualquier conflicto que llevase a batallas a gran escala entre dos clanes haría que al menos uno de los participantes, y seguramente los dos, se quedara sin recursos e indefenso ante los ataques de los demás clanes. Ni siquiera el León y el Unicornio, los dos principales combatientes de la Guerra de la Rana Rica, podían arriesgarse, por lo que el con-flicto duró casi un año entero, de 1165 a 1166, antes de que se alcanzase una victoria decisiva.

La Guerra de la Rana Rica comenzó a causa de una ciudad pequeña pero próspera, llamada, como puede suponerse, la Ciudad de la Rana Rica. Esta ciudad, situada en la pequeña franja de tierras no alineadas entre los territorios de los Cla-nes del Unicornio y del León, había estado protegida durante mucho tiempo por los primeros, pero los segundos la habían tomado como protectorado durante la guerra de sucesión entre los herederos de Toturi I. Cinco años después de que Toturi III ascendiera al trono los Unicornio atacaron en un intento de re-cuperar la ciudad.

Los León sabían que iban a ser atacados, aunque no el mo-mento exacto, y estaban deseando poner a prueba su poderío militar contra el Clan del Unicornio. Los dos clanes lucharon con fuerza durante semanas, y luego se asentaron en una si-tuación en la que los Unicornio habían tomado los terrenos

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Principales enfrentamientos: Dragón - Grulla.Alianzas importantes: Grulla - León, Dragón - Escorpión.

Principales enfrentamientos: Fénix - Mantis.Alianzas importantes: ninguna.

Dirigir una partida durante la Guerra del Fuego y el Truenopqqqqs

Sus formas de pensar únicas hicieron que tanto los Fénix como los Mantis rechazaran la ayuda de otros clanes en el conflicto, por lo que puede ser complicado introducir en él a personajes que no pertenezcan a estos dos cla-nes. Sin embargo, y como siempre, las fuerzas imperiales intentaron conseguir la paz durante todo el conflicto, por lo que un grupo que trabaje en nombre de un oficial del Imperio podría involucrarse de distintas formas y en cual-quiera de los bandos. Por otra parte, la rápida construc-ción de la Ciudad de la Ola Rota en las islas Mantis frente a la costa Fénix podría dar un lugar nuevo e interesante en el que ambientar una campaña que explore los resul-tados de la guerra entre los dos clanes.

La Guerra de Seda y AceroLa Guerra de Seda y Acero terminó hace poco, con grandes pérdidas humanas tanto entre los Dragón como entre los Gru-lla. La guerra se debió a una desafortunada confusión y a que ambos clanes infringieron las leyes imperiales. Por desgracia la Campeona de los Grulla no era consciente de ciertas activida-des ilícitas llevadas a cabo en nombre del clan por la familia Daidoji, lo que hizo que rechazara con sequedad las quejas de los Dragón. Por su parte estos pensaban que los Grulla estaban ocultando deliberadamente actos deshonrosos de los suyos y que, si no se les obligaba a admitirlo, el clan acabaría cayendo en desgracia frente al Imperio y causando un derrumbamiento sistemático del sistema político imperial.

El conflicto comenzó en 1168, cuando un grupo de explo-radores Dragón se adentró en territorio Grulla sin permisos de viaje en regla ni permiso de los Grulla. Ayudados por un zokujin los Dragón descubrieron sin pretenderlo un almacén de armas y pólvora cerca de la frontera con los León. Fueron atacados por un grupo de Cazadores Daidoji, y acabaron haciendo explotar la pólvora por accidente. El único superviviente Dragón consi-guió llegar a sus tierras e informar antes de morir, y los Grulla recuperaron al único de los suyos que sobrevivió.

Los Dragón enviaron magistrados a Kosaten Shiro para bus-car más pólvora, pero fueron traicionados por un Grulla que intentaba ocultar que allí se encontraba encerrado un miembro de los Perdidos. El desacuerdo se convirtió en una batalla entre los guardias del castillo y los pocos Dragón que estaban en él, empeorada por la fuga del prisionero, que dañó los cimientos de la fortaleza. El conflicto siguió aumentando durante el final del otoño y el invierno, y sólo terminó en primavera, cuando los dos Campeones de clan parlamentaron. La Campeona del Clan de la Grulla admitió haber descubierto la deshonra entre los suyos y juró eliminarla, y el Campeón del Clan del Dragón, contento con su palabra de honor, retiró sus fuerzas del frente, acabando con la guerra.

Unidades ashigaru y su papelen los ejércitos rokuganesespqqqqs

Este libro no suele tener en cuenta las grandes legiones de ashigaru y otras fuerzas no samuráis que emplean los clanes a la hora de tratar el arte de la guerra rokuganés. Los ashigaru suelen ser miembros de la casta bonge re-clutados o forzados a combatir bajo códigos de servicio feudal. Algunos son mercenarios con pagas exiguas. Para saber más de los ashigaru y su lugar en el orden social consulta el capítulo 4 de El Imperio Esmeralda.

La cantidad de fuerzas de este tipo disponibles de-penden mucho de la época del año, el lugar donde ocu-rra la batalla y otras muchas variables. Sin embargo, y por norma general, puedes suponer que un ejército que contribuya con sus tropas a un enfrentamiento contará con un número de ashigaru cercano a la tercera parte de sus samuráis. Esta cantidad puede variar mucho según las circunstancias, y es perfectamente posible que los ashigaru lleguen a ser más que los samuráis para los que luchan.

Por su propia naturaleza los ashigaru están peor equi-pados y entrenados que los samuráis; por lo tanto, sue-len ser mucho menos fiables en combate. Su principal ventaja es que se pueden reunir sin grandes gastos y que son relativamente prescindibles, más que los ronin para la mayoría de generales rokuganeses. Suelen desplegarse entre unidades de mayor confianza o en zonas del campo de batalla en las que no se esperan grandes problemas, ya que nadie espera que resistan sin ayuda una carga de las Doncellas de Batalla Utaku. Sus oficiales son, al me-nos en teoría, samuráis escogidos por su capacidad de mantener una disciplina estricta entre sus inferiores en la escala social: por ejemplo el Clan del Cangrejo suele confiar en sus bushi Supervisores Yasuki para dirigir a sus unidades de ashigaru.

Dirigir una partida durantela Guerra de Seda y Aceropqqqqs

Este conflicto representa una oportunidad interesante para la interpretación porque en su transcurso los cla-nes participantes no tienen otros enemigos importantes, si exceptuamos el enfrentamiento entre los Dragón y los León. De hecho, hay mucha gente que no tiene ni idea de por qué se han enfrentado los clanes, y sólo saben que los Dragón atacaron Kosaten Shiro como respuesta a una ofensa desconocida de los Grulla. Por lo tanto ha habido intensas discusiones en las cortes acerca del asunto, y podría basarse toda una campaña en los asun-tos políticos que rodearon la guerra. Por otra parte el pueblo ronin de Nanashi Mura se convirtió en uno de los focos del conflicto, y un grupo de personajes que es-tuviera pasando el invierno en él habría sido testigo de casi todos los acontecimientos.

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