8-INTERACCION

16
261 UNIVERSITAS MÉDICA 2007 VOL. 48 Nº 3 Interacción madre-hijo, patrones de apego y su papel en los trastornos del comportamiento alimentario LILIANA BETANCOURT M. 1 MARITZA RODRÍGUEZ GUARÍN 2 JUANITA GEMPELER RUEDA 3 Resumen Objetivos. Realizar una revisión de las teorías sobre el desarrollo y la interacción madre- hijo propuestas por John Bowlby, Donald Winnicott y Margaret Mahler, y analizar las características de dicha interacción que pueden contribuir a la aparición de síntomas alimentarios. Método. Revisión de tres teorías del desarrollo normal y búsqueda de la literatura dispo- nible acerca de factores de riesgo materno en el comportamiento alimentario temprano de los hijos. Resultados. El patrón de apego que caracteriza el vínculo madre-hijo puede incidir en la aparición ulterior de psicopatología o puede ser un factor de protección frente a la aparición de un trastorno del comportamiento alimentario en su descendencia. Los estudios analiza- dos reportan patrones de comportamiento anormales de las madres con hijos con este trastorno. Se expresan por la actitud frente al embarazo, la lactancia materna y la comida; los horarios de las comidas, la percepción que tienen las madres de sí mismas, de su peso y su figura; su forma de expresar sentimientos negativos a las hijas a la hora de alimentarse, y los ideales de delgadez de las madres puestos en sus hijas. Estos son factores de riesgo que pueden favorecer la aparición de un trastorno del comportamiento alimentario. Ade- 1 Médica psiquiatra, Fellowship en psiquiatría infantil y de la adolescencia, Facultad de Medicina, Depar- tamento de Psiquiatría y Salud Mental, Pontificia Universidad Javeriana, Psiquiatra Consulta Externa Clínica La Inmaculada Bogotá, D. C., Colombia. 2 Médica psiquiatra, MSc en epidemiología clínica; profesora asociada, Facultad de Medicina, Departa- mento de Psiquiatría y Salud Mental, Pontificia Universidad Javeriana; directora científica, Programa EQUILIBRIO para el tratamiento de los trastornos del comportamiento alimentario y trastornos relacio- nados, Bogotá, D. C., Colombia. 3 Psicóloga clínica, diplomado en terapia cognoscitivo-comportamental; profesora Facultad de Medicina, Departamento de Psiquiatría y Salud Mental, Pontificia Universidad Javeriana; directora científica, Programa EQUILIBRIO para el tratamiento de los trastornos del comportamiento alimentario y trastor- nos relacionados, Bogotá, D. C., Colombia. Recibido: abril 23/2007. Revisado: mayo 22/2007. Aceptado: junio 25/2007. REVISIÓN DE TEMA

Transcript of 8-INTERACCION

Page 1: 8-INTERACCION

261

UNIVERSITAS MÉDICA 2007 VOL. 48 Nº 3

Interacción madre-hijo, patrones de apego ysu papel en los trastornos delcomportamiento alimentario

LILIANA BETANCOURT M.1

MARITZA RODRÍGUEZ GUARÍN2

JUANITA GEMPELER RUEDA3

Resumen

Objetivos. Realizar una revisión de las teorías sobre el desarrollo y la interacción madre-hijo propuestas por John Bowlby, Donald Winnicott y Margaret Mahler, y analizar lascaracterísticas de dicha interacción que pueden contribuir a la aparición de síntomasalimentarios.

Método. Revisión de tres teorías del desarrollo normal y búsqueda de la literatura dispo-nible acerca de factores de riesgo materno en el comportamiento alimentario temprano delos hijos.

Resultados. El patrón de apego que caracteriza el vínculo madre-hijo puede incidir en laaparición ulterior de psicopatología o puede ser un factor de protección frente a la apariciónde un trastorno del comportamiento alimentario en su descendencia. Los estudios analiza-dos reportan patrones de comportamiento anormales de las madres con hijos con estetrastorno. Se expresan por la actitud frente al embarazo, la lactancia materna y la comida;los horarios de las comidas, la percepción que tienen las madres de sí mismas, de su pesoy su figura; su forma de expresar sentimientos negativos a las hijas a la hora de alimentarse,y los ideales de delgadez de las madres puestos en sus hijas. Estos son factores de riesgoque pueden favorecer la aparición de un trastorno del comportamiento alimentario. Ade-

1 Médica psiquiatra, Fellowship en psiquiatría infantil y de la adolescencia, Facultad de Medicina, Depar-tamento de Psiquiatría y Salud Mental, Pontificia Universidad Javeriana, Psiquiatra Consulta ExternaClínica La Inmaculada Bogotá, D. C., Colombia.

2 Médica psiquiatra, MSc en epidemiología clínica; profesora asociada, Facultad de Medicina, Departa-mento de Psiquiatría y Salud Mental, Pontificia Universidad Javeriana; directora científica, ProgramaEQUILIBRIO para el tratamiento de los trastornos del comportamiento alimentario y trastornos relacio-nados, Bogotá, D. C., Colombia.

3 Psicóloga clínica, diplomado en terapia cognoscitivo-comportamental; profesora Facultad de Medicina,Departamento de Psiquiatría y Salud Mental, Pontificia Universidad Javeriana; directora científica,Programa EQUILIBRIO para el tratamiento de los trastornos del comportamiento alimentario y trastor-nos relacionados, Bogotá, D. C., Colombia.

Recibido: abril 23/2007. Revisado: mayo 22/2007. Aceptado: junio 25/2007.

REVISIÓN DE TEMA

Page 2: 8-INTERACCION

262

BETANCOURT L., RODRÍGUEZ M., GEMPELER J., INTERACCIÓN MADRE-HIJO

Abstract

A revision of the theories on the development andmother-child interaction proposed by John Bowlby,Donald Winnicott and Margaret Mahler ispresented, and the characteristics of the mother-child interaction that may contribute to the beginningof feeding disorders are analyzed.

Method: Revision of three theories of normaldevelopment and the search of the availableliterature pertaining to the factors of material riskin the early feeding behavior of the children.

Results: The pattern of fondness that ischaracteristic of the mother-child bondage may fallinto the start of ulterior psychopathology or it maybe a factor of protection before the start of a eatingdisorder in her children. The analyzed studies reportabnormal behavioral patterns in mothers withchildren with eating disorders that are expressedfrom the attitude before pregnancy, nursing, theattitudes in front of food, feeding times, theperception mother have of themselves, of theirweight and figure, the way that mothers have ofexpressing negative sentiments to their children at

dinner time, the ideals of slimness of the mothersplaced upon their daughters, as risk factors thatmay favor the start of a eating disorders. Also thereare family characteristics reported likedisorganization, poor management of conflicts,criticism, scarce unions, rigidness, overprotection,restricted autonomy, and an amalgam that areconsidered possible of risk in this type of pathology.

Conclusions: The origin and the significance ofthe feeding symptoms may be enriched in the lightof analyzes of the theories of the early infantiledevelopment underscored in one part by therevilement included in the treatment of these patientsthe mothers and/ or their families and in the otherpart, the role that prevention can do in woman witha history of eating disorders before their pregnancy.

Key words

Attachment, relation, mother-child, feedingbehavior disorders, feeding disorders of infants.

Introducción

La naturaleza de los cuidados propor-cionados por las madres a sus hijos du-rante su crecimiento es de fundamentalsignificado en el futuro de su saludmental. Las dificultades que surjantempranamente en el vínculo mater-no-filial pueden contribuir a generarserias alteraciones en el desarrollo.Una de estas dificultades puede surgirdurante el ejercicio materno de cuida-dos tempranos del niño, entre los cua-les la función de alimentar y nutrir escrucial. Una madre ansiosa frente a suspropios hábitos alimentarios, con sín-tomas anoréxicos o bulímicos (activoso no durante el período del embarazoy los primeros años de crianza) e in-

más, se reportan características familiares comodesorganización, pobre manejo de conflictos, críti-cas, unión escasa, rigidez, sobreprotección, res-tricción de la autonomía y amalgamamiento, queson consideradas como posibles factores de riesgoen este tipo de patologías.

Conclusiones. El origen y significado de los sín-tomas alimentarios puede enriquecerse a la luz delanálisis de las teorías del desarrollo infantil tem-prano resaltando, por una parte, la relevancia deincluir en el tratamiento de estos pacientes a susmadres y familiares, y por otra, el papel de la pre-vención que se puede hacer en mujeres con histo-ria de trastorno del comportamiento alimentariofrente a sus embarazos.

Palabras clave

Apego, relación madre-hijo, trastornos del com-portamiento alimentario, trastornos alimentarios dela infancia.

Page 3: 8-INTERACCION

263

UNIVERSITAS MÉDICA 2007 VOL. 48 Nº 3

satisfecha con su corporalidad, puedeinterferir seriamente la alimentación desus hijos, generando alteraciones enla interacción madre-hijo que, en pre-sencia de otros factores de vulnerabi-lidad, podrán contribuir a la apariciónde alteraciones de la alimentación enel niño o, ulteriormente, de un trastor-no del comportamiento alimentario enla adolescencia.

Tres importantes autores, Bowlby,Winnicott y Mahler, han estudiado enprofundidad las características delvínculo normal y sus alteraciones yrepercusiones en el desarrollo psi-coafectivo. En el presente artículo seexponen sus principales planteamien-tos, aproximándose a las implicacionesque pueden tener dichas alteracionesen los patrones anormales de alimen-tación durante la infancia. Además, serevisan los posibles factores de ries-go maternos que pueden interferir enla relación temprana madre-hijo, laalimentación del niño y su papel enla aparición de los trastornosalimentarios.

Método

Se revisaron las teorías del desarrollonormal de los tres autores menciona-dos y, posteriormente, se hizo una bús-queda de la literatura disponible enPubMed, usando los términos MeSH:attachment, mother-child relationship,eating disorders, pediatric feeding

disorders, child, parent, bulimia, ano-rexia, genetic predisposition, riskfactors, female, offspring y maternalbehavior.

Se encontraron 12 citas bibliográ-ficas entre las cuales se seleccionaronlos nueve artículos pertinentes que sediscuten.

La relación madre-hijo segúnJohn Bolwby

Bowlby considera esencial para la sa-lud mental del recién nacido y del niñode corta edad, el calor, la intimidad yla relación constante con la madre, enla que ambos se encuentren en satis-facción y goce[1].

La relación del niño con su madrees el nexo más importante que tienelugar durante la primera infancia. Esla madre quien lo alimenta y lo asea,la que le abriga y le presta las atencio-nes que constituyen la respuesta fren-te a sus primeras necesidades debienestar.

El padre aporta la determinación dela estabilidad emotiva de la madre yla ayuda a mantenerse en el estado deeuforia que constituye el mejor climamoral para el desarrollo del niño.

Para Bowlby, la ausencia de esarelación materno-filial se llama pri-vación materna, término muy am-

Page 4: 8-INTERACCION

264

BETANCOURT L., RODRÍGUEZ M., GEMPELER J., INTERACCIÓN MADRE-HIJO

plio que comprende varias situacio-nes. Se considera que un niño sufreesta privación cuando vive en elmismo hogar de su madre y ésta esincapaz de proporcionarle el cuida-do amoroso que necesita o cuandopor cualquier motivo se separa desu madre, como sucede en algunoscasos de adopción si la madre sus-tituta es inadecuada.

Los efectos contraproducentes deesta privación varían en intensidad yconducen a la movilización de emo-ciones e impulsos en la organizaciónmental del menor inmaduro fisiológi-ca y psicológicamente. La perturba-ción en la organización psíquicaresultante de esos estados genera unavariedad de reacciones frecuentementerepetidas y acumuladas, que se tradu-cen en la aparición de síntomasneuróticos y de inestabilidad.

Además, Bowlby señala la existen-cia de otros problemas que puedensurgir: a) la actitud inconsciente derechazo oculta bajo la apariencia deotra de afecto, b) la excesiva exigen-cia de cariño y de confianza requeri-dos por el padre o la madre y c) lasatisfacción inconsciente y sustitutivaobtenida por uno de los padres comoconsecuencia de la conducta del niño,a pesar de condenarla abierta y cons-cientemente. En resumen, las nocio-nes centrales expuestas por Bolwbyson tres.

1. Existe un comportamiento instin-tivo que evoluciona durante el ci-clo vital y no se hereda, destinadoa la conservación del individuo. Loque se hereda es el código genéticoque permite desarrollar sistemas decomportamiento o estrategias.

2. El concepto de vinculación queconsiste en la capacidad de la ma-dre para reconocer la existencia denecesidades primarias de su bebéy que ocurre en la interacción ma-dre-hijo. El vínculo cumple unadoble función: una función de pro-tección, que es la seguridad pro-porcionada por el adulto capaz dedefender al niño, y una función desocialización positiva que le per-mite al niño tener la certeza de re-emprender el contacto con sumadre si lo desea y en el momentoque lo desee, y llegar a ser capazde explorar su entorno.

3. Debe establecerse una auténticaconcordancia entre las demandasreales del niño y la capacidad dela madre para responder a esas de-mandas. De este modo, se vaincrementando la seguridad con laedad, aunque, ante una amenazade pérdida se crea la angustia yante una pérdida real aparece laaflicción e, incluso, la depresión.

Para Bolwby, esta angustia vincu-lada al miedo a la pérdida forma partedel desarrollo normal y sano de cada

Page 5: 8-INTERACCION

265

UNIVERSITAS MÉDICA 2007 VOL. 48 Nº 3

individuo. Sin embargo, el autor se-ñala situaciones en las que se presen-ta lo que él llama “vinculaciónangustiante”. Es el caso de una madrepresente físicamente pero insensible alas necesidades de su hijo; una madreausente, a veces de manera temporal,con duración soportable acorde con laedad, y a veces definitiva como ocu-rre en el duelo o en las situaciones enlas que la madre amenaza con el re-chazo, el abandono y la deserción dela familia.

El resultado de este tipo de vincu-laciones angustiantes es un niño queconstruye un modelo de vínculo inac-cesible, inseguro, en el que crece laangustia y la cólera. Cuando esto esmuy acentuado puede “hipotecar” elestablecimiento de su autonomía y suscapacidades de adaptación social.

Cualquier falla en este diálogo pre-coz de las primeras relaciones tiene unimpacto decisivo en el desarrollo dela personalidad e implica alteracionespsicopatológicas importantes como lasque describiremos más adelante[2].

Winnicott y el concepto de lamadre “apenas buena”

Winnicott definió las característicasde la salud mental con un nombre cla-ve: dependencia[3]. En este sentido,el autor estima que el potencial innatode un niño sólo puede convertirse en

niño si se le unen los cuidados mater-nales. Los cuidados maternales permi-ten prevenir las distorsiones precoces.El yo de la madre suple al yo del niñoque todavía no está constituido, ofre-ciéndole un ambiente favorable parasu desarrollo. Al comienzo, son nece-sarios unos cuidados maternales sufi-cientemente buenos, que despierten enel bebé el placer de vivir, que susciteel placer de las sensaciones y elautoerotismo, pues la tendencia inna-ta al placer es variable de un ser a otroy, sin la madre, la tendencia al placerno puede tomarle la delantera a otrastendencias.

De la identificación de la madrecon el lactante surge la preocupaciónmaternal primaria como un sentimien-to continuo de existir suficiente, sinque se haya interrumpido por reaccio-nes a intromisiones exteriores.

La madre también cumple un pa-pel de espejo para el niño. Se trata dela función de soporte que el yo de lamadre aporta al yo del niño. Para mu-chas madres no es fácil desempeñareste papel; entonces, la madre reflejasu propio estado de ánimo y la rigi-dez de sus propias defensas, e inclu-so, no responde a lo que el bebé leestá dando. Por lo tanto, se atrofia lapropia capacidad creativa del niño,que no tiene ningún reflejo de sí mis-mo, haciendo imposible el comienzode un intercambio con el mundo ex-terior.

Page 6: 8-INTERACCION

266

BETANCOURT L., RODRÍGUEZ M., GEMPELER J., INTERACCIÓN MADRE-HIJO

Winnicott señala que, paralela-mente a los procesos de integración,personalización y establecimiento dela relación con el objeto y su utiliza-ción, aparece la capacidad de estarsolo. Es la continuidad de la existen-cia de la madre y la seguridad que éstaofrece lo que hace posible una expe-riencia positiva de soledad durante untiempo limitado.

El bebé escapa de la aniquilaciónen el estado de descanso y reposo,mientras que el yo se fortalece por lasexperiencias instintivas reflejadas enel rostro materno. Así, el niño puededescubrir su vida personal.

Para Winnicott, esta relación con elyo es la base futura para la amistad yes la matriz de la transferencia. Másadelante, el niño progresa hacia la in-dependencia y su capacidad de estarsolo evoluciona paralelamente con elestablecimiento de relaciones, mien-tras adquiere el sentido de la respon-sabilidad y la autonomía, a través dela experiencia de las relacionesinterpersonales.

El concepto de fases del desarrollode Margaret Mahler

Margaret Mahler propone tres gran-des etapas sucesivas del desarrollo,que son: la fase autista, la fase de sim-biosis normal y la fase del proceso deseparación e individuación[4].

La fase autista, cuya duración se-ría de 4 semanas según la autora, dalugar al proceso de maternaje que fa-vorecerá gradualmente el desplaza-miento de la energía desde el interiordel cuerpo del bebé (sobre todos losórganos abdominales) hacia la perife-ria, aumentando la sensibilidad a losestímulos exteriores. En el siguienteperíodo, el simbiótico, madre e hijoforman una unidad dual. No hay dife-rencia entre el yo y el no yo. Duranteesta fase se realiza la transición de unaorganización biológica a unapsicobiológica.

Finalmente, se pasa a la fase de se-paración e individuación. La separa-ción implica la evolución hacia ladiferenciación, el distanciamiento, laformación de límites y la desvincula-ción con la madre. La individuaciónda cuenta de las funciones autónomascomo percepción, memoria y capaci-dades cognitivas. La garantía para queeste proceso ocurra es el medio repre-sentado por la madre, cuya disponibi-lidad física y emocional debeadaptarse perfectamente a la evolucióndel niño.

Según Mahler, cada niño sigue unavía de diferenciación individual y úni-ca, cuya especificidad está determina-da por las características de lainteracción madre-hijo. La selecciónrecíproca de sus señales depende, a lavez, del talento innato del niño y de lamadre con su inconsciente. Así, pues,

Page 7: 8-INTERACCION

267

UNIVERSITAS MÉDICA 2007 VOL. 48 Nº 3

las primacías del yo corporal se ela-boran en relación con el cuerpo de lamadre y los inicios de la diferencia-ción se realizan por extensión fuera dela esfera simbiótica. En este períodoel niño se separa físicamente de sumadre, pero siempre sujetándose. Lue-go evoluciona libremente de pie y sinapoyo. De esta manera, se establecela distancia óptima característica de lainteracción entre la madre y el niño,que le permite explorar el mundo per-maneciendo próximo a su madre. Elniño modifica gradualmente su com-portamiento en función de su madre,al cual éste se ajusta. Si tenemos unamadre ansiosa, inconstante e imprevi-sible, el niño en vías de individualiza-ción no podrá hacer contrapruebasperceptivas y emocionales tranquilizan-tes y la estructuración de su personali-dad puede perturbarse gravemente.

Teorías del desarrollo y trastornosdel comportamiento alimentario

Lo que nos muestran todos estosaportes, es que las perturbaciones pro-ducidas en el desarrollo precoz delpsiquismo provocan modificaciones yalteraciones de la personalidad y delcomportamiento específicos, cuyasparticularidades localizables remiten alestadio en el que ocurren. Las pertur-baciones de los procesos del desarro-llo psicoafectivo pueden atribuirsetanto a los defectos innatos propios delniño como a las alteraciones del me-

dio, ya sea por comportamientos ma-ternales inadecuados o eventostraumáticos iterativos.

Al no haber el proceso de separa-ción e individuación, en términos deMahler, no hay una formación de lí-mites, ni tampoco una desvinculaciónde la madre, existiendo a la vez difi-cultades en el proceso de individua-ción. En los trastornos de alimentación,especialmente en la anorexia y la bu-limia nerviosa, se observa con frecuen-cia la alteración de este proceso deseparación e individuación entre ma-dres e hijas: se desarrolla una díadasimbiótica que funciona como un todo,que no permite la autonomía de la hijao el hijo. Las alteraciones en la per-cepción y cognición de estos niños se-rán evidentes de acuerdo con eltrastorno que el individuo desarrolle.La incapacidad para autoalimentarseo nutrirse adecuadamente es una es-pecie de denuncia del fracaso en ellogro de independencia y autonomíabásicas. Pero, al mismo tiempo, laspacientes con anorexia nerviosa bus-can en el síntoma restrictivo-purgativouna salida en falso para alcanzar laindividualidad. El síntoma se erigecomo un preciado espacio de control,tal vez el único posible frente a unamadre tan absorbente y difícil de com-placer.

La necesidad de percibir la auto-nomía y la imposibilidad de lograrla através de un vínculo sano con las prin-

Page 8: 8-INTERACCION

268

BETANCOURT L., RODRÍGUEZ M., GEMPELER J., INTERACCIÓN MADRE-HIJO

cipales figuras de apego, son un estí-mulo importante para buscar la liber-tad e independencia a través de lossíntomas, en los cuales son notorioslos actos de autoagresión.

A la luz de la teoría del apego, si launidad madre-hijo se rige por una fi-siología adulta, asegurará al reciénnacido la supervivencia. Este procesorequiere por parte de la madre de unaempatía estrechamente involucradapara asegurar la madurez fisiológicadel niño. Resolver la autonomía supo-ne desacoplarse de la fisiología adultay adquirir la certeza de unidad sepa-rada; éste es el proceso de individua-ción que va construyendo el aparatomental de cada ser humano.

En los trastornos de alimentación,muchos hijos están excesivamenteinvolucrados con sus madres, como sila vida de ambos dependiera de laexistencia del otro. Es así como estaconstrucción relacional altera el fun-cionamiento mental y predispone a losadolescentes a buscar soluciones deautonomía fisiológica, como las ob-servadas en muchos de los síntomasde los trastornos de alimentación.

Factores de riesgo para lostrastornos alimentarios de lainfancia

La anorexia y la bulimia nerviosasuelen aparecer alrededor de la puber-

tad o la adolescencia temprana, épo-cas de especial importancia en la vi-vencia de una corporalidad cambiante,en la cual se enmarcan funciones deextrema importancia como la defini-ción de roles sexuales y el ejerciciode una vida sexual activa.

Rome ES, Amuerman S, Rosen DS,Keller RJ, Lock J, Mammel KA, O’TooleJ, Mitchell J, Sanders MJ, Sawyer SM,Schneider M, Sigel E, Silber TJ, señalanentre los factores de riesgo que se de-ben tener en cuenta en estas pacientes:la historia familiar de trastornos de ali-mentación y obesidad; enfermedadafectiva o alcoholismo en primer gradode consaguinidad; características deperfeccionismo en la personalidad, bajaautoestima y falta de satisfacción con laimagen corporal; historia de dietas ex-cesivas, con omisión frecuente de co-midas, y ejercicio compulsivo o eldesempeño de algunas actividades dealta exigencia en la figura corporal y laapariencia física, como el ballet, la gim-nasia o el modelado[5].

Sin embargo, también existen con-ductas anormales relacionadas con laalimentación durante los primeros cin-co años de vida (pediatric feedingdisorders) entre las cuales se han des-crito la pica, la rumiación, el packing(embuchar la comida en la boca ymantenerla durante mucho tiempo) yla intolerancia a los cambios en la tex-tura, los colores o nuevos sabores des-pués del segundo año de vida, etc.

Page 9: 8-INTERACCION

269

UNIVERSITAS MÉDICA 2007 VOL. 48 Nº 3

Dichas alteraciones con frecuenciainterfieren las funciones de nutricióny alimentación, se acompañan de bajopeso y talla para la edad y, también,se han estudiado como posibles fac-tores de riesgo temprano de futurostrastornos del comportamientoalimentario propiamente dichos.

Se ha observado que las patologíaspsiquiátricas de los padres influyenprobablemente en la de sus hijos yconstituyen un factor de riesgo parael desarrollo de enfermedades psiquiá-tricas en ellos; esto, asociado con elfactor genético. Los hijos de padrescon enfermedades mentales presentanun riesgo sustancial de aumento deriesgo de desarrollar trastornos psi-quiátricos durante la infancia. Tenien-do en cuenta esta asociación, hayinformación sorprendente acerca delos efectos de los trastornos de alimen-tación maternos sobre sus hijos[6].

Los factores de riesgo derivadosdel antecedente o la concurrencia deuna alteración alimentaria materna,han sido descritos y estudiados pordiferentes autores, evaluando el pesodel componente genético (la transmi-sión hereditaria de la enfermedad) yel papel de la interacción que estasmadres establecen con sus hijos, es-pecialmente en funciones de cuidadobásico, como la nutrición.

Stice E, Agras S y Hammer M, es-tudiaron una cohorte de 216 recién na-

cidos sanos que fueron seguidos, aligual que sus madres, durante los pri-meros cinco años de vida con el obje-tivo de analizar los factores de riesgopara trastornos del comportamientoalimentario de aparición tempranadurante la primera infancia[7].Los autores compararon los hallazgosen los hijos de madres con historia detrastorno del comportamientoalimentario y sin ella, y encontraronque el riesgo de aparición de altera-ciones en la alimentación, como nocomer, comer a escondidas, comer enexceso y presentar vómitos, seincrementa alrededor de los cinco añosde edad y se va incrementando aúnmás en una niñez más tardía.

La falta de satisfacción de la ma-dre con su figura corporal, lainternalización del ideal de ser delga-da, las dietas, los síntomas bulímicos,la masa corporal paterna y materna,predicen la aparición de trastornos dealimentación en la niñez; además, loscomportamientos alimentarios de losniños y su masa corporal durante elprimer mes de vida también predicensu aparición. Agras et al. observaronque las madres con sobrepeso desa-rrollan una preocupación por el pesoque se refleja en comportamientos deno comer en sus hijos. El manejo dela delgadez de la madre, como tam-bién el índice de masa corporal delinfante, predicen la emergencia decomidas excesivas durante los prime-ros cinco años de vida.

Page 10: 8-INTERACCION

270

BETANCOURT L., RODRÍGUEZ M., GEMPELER J., INTERACCIÓN MADRE-HIJO

Posteriormente Agras S, Hammer Ly McNicholas F, estudiando la mismacohorte, encontraron que los infantesde madres con trastornos de alimenta-ción al recibir la lactancia maternachupaban más rápido y se destetaronnueve meses más tarde que los hijosde mujeres que no padecían el trastor-no[8]. Además, notaron que dichasmadres alimentaban a sus hijos enhorarios menos regulares, usaban ali-mentos poco nutritivos y demostraronuna gran preocupación por el peso desus hijas a partir de los dos años deedad, al compararlas con las que nopadecían el trastorno. También, en lashijas de las madres con la patología,observaron afectos más negativos queen las hijas de quienes no presenta-ban ni habían presentado un trastornodel comportamiento alimentario.

En otro estudio Waugh and Bulikrealizó un diseño de casos y controlescon 10 mujeres que padecían o habíanpadecido un trastorno del comporta-miento alimentario y 10 que no lo pa-decían, con sus respectivos hijos entrelas edades de 12 y 48 meses[9]. Losautores aportan observaciones intere-santes, como la importancia del factorgenético en la transmisión de la pato-logía; también, resaltan que el creci-miento intrauterino fetal se encontróafectado en las mujeres con trastornodel comportamiento alimentario y queesos menores presentaban tallas máspequeñas y peso al nacer que los me-nores del grupo control.

Además, las madres con trastornodel comportamiento alimentario pre-sentaban mayor dificultad para alimen-tar a sus hijos con pecho y realizabancomentarios poco positivos en relacióncon la comida durante el momento dela alimentación, que las mujeres delgrupo control.

Algunas escuelas de pensamiento,como la teoría sistémica, han realizadoel análisis de la relación madre-hija eneste tipo de enfermedades y han obser-vado un tipo especial de familia concaracterísticas comunes bien definidas,en las que se encuentra el ambiente pro-picio para que se desarrolle un trastor-no del comportamiento alimentario.Minuchin, menciona las característicasque se encuentran en estas familias y,particularmente, en la relación madre-hija, como son: la sobreprotección, unacrianza excesiva y restricción de la au-tonomía restringida, con las que se es-timulan y se dan respuestas de tipoprotector entre los miembros de la fa-milia; la rigidez, es decir, la tendenciaa mantener patrones fijos no funciona-les, con una familia resistente al cam-bio; la evitación del conflicto y la pobrecapacidad de resolverlo son caracterís-ticas familiares frecuentes[10]. Son fa-milias con poca tolerancia al conflictoy amalgamadas, es decir, sus miembrosestán excesivamente involucrados en-tre ellos y muestran tendencia a entro-meterse mutuamente en suspensamientos, sentimientos, acciones ycomunicaciones.

Page 11: 8-INTERACCION

271

UNIVERSITAS MÉDICA 2007 VOL. 48 Nº 3

Un vínculo con cualquiera de lascaracterísticas descritas puede influirtanto en el inicio como en el manteni-miento de la evolución de la patología.

Lynn Humphrey, realizó un estu-dio comparativo en 40 familias com-puestas por padre, madre e hijasadolescentes, de las cuales, 24 teníanuna hija que presentaba anorexia obulimia, y 16 familias en las que no sepresentaba el trastorno del comporta-miento alimentario[11]. Estos dos gru-pos se compararon mediante lasescalas tipo FES (escala del desempe-ño familiar) y tipo FACES (escala dela evaluación de la cohesión), que fue-ron respondidas por cada uno de losmiembros.

Los hallazgos describen a las ma-dres de hijos con trastorno del com-portamiento alimentario, comomujeres con dificultades para expre-sar sus sentimientos y, en especial, paramanifestar su felicidad con su mater-nidad, quienes no se involucran o nose comprometen, y no dan soporte.

Además, es significativo que estasfamilias mantengan a sus hijos aisla-dos, sin apego, y establezcan relacio-nes interpersonales muy conflictivasy con dificultades en el control, encomparación con aquéllas en las queno existen hijos con este trastorno.

Los autores aclaran que en este es-tudio es imposible definir si es la ano-

rexia o la bulimia la que produce ladisfunción familiar o es la disfunciónfamiliar la que favorece la aparicióndel síntoma. Además, señalan la ne-cesidad de tener en cuenta la existen-cia de otras patologías mentales quepudieran padecer los padres y que nose tuvieron en cuenta en este estudio.

La literatura consultada sugiereque, entre las características de los vín-culos familiares de estas pacientes conanorexia o bulimia nerviosa, prevale-ce la existencia de poco apoyo y com-promiso, con mucho aislamiento ycaos, los cuales se constituyen en po-sibles factores de riesgo.

En relación con el proceso de se-paración-individuación señalado porMahler, también existen alteracionessignificativas entre estas pacientes ysus madres. Las madres tienden a pre-sentar excesiva solidaridad, acompa-ñamiento y sobreprotección a sushijos, lo cual llega a sofocar su identi-dad; se convierten en individuos muycomplicados en su manera de ser, muydependientes y poco estructura-dos[11].

Por otra parte Jane Scourfield, des-cribe tres casos en que la anorexia ner-viosa materna lleva a una malanutrición en sus hijos, causando “unaanorexia por proximidad”. Con res-pecto a las actitudes y creencias acer-ca de la alimentación en sí, se exponeque hay evidencia de que los niños

Page 12: 8-INTERACCION

272

BETANCOURT L., RODRÍGUEZ M., GEMPELER J., INTERACCIÓN MADRE-HIJO

hacen dieta como respuesta a la pér-dida de peso de sus padres y que, des-de muy temprana edad y a medida quecrecen, adquieren las preferencias dealimentación de sus padres y tambiénsus actitudes frente a la comida[12].

El que los menores observen encasa la restricción de los padres en sualimentación, favorece que presentenrestricción, alta selectividad frente alos alimentos o períodos de excesivaingestión de alimentos en horas dife-rentes, generalmente a escondidas, locual aumenta el riesgo de desarrollarun trastorno del comportamientoalimentario.

Alan Stein y Helen Wooley presen-tan un estudio en el cual se comparan34 madres con trastorno del compor-tamiento alimentario, 39 con depresiónposnatal, y un grupo control “saluda-ble”, todas con sus hijos de 12 mesesde edad, que fueron observados a lahora de jugar y de comer, en aspectoscomo la manera de ejercer las madresel control, ya fuera de manera verbalo no[13]. Se encontró que las madrescon trastorno del comportamientoalimentario utilizaban más el controlverbal fuerte y estuvieron todo el tiem-po controlando a sus hijos, en espe-cial, en la hora del juego, encomparación con las madres de losotros grupos.

Las madres de los tres grupos fue-ron más controladoras durante el jue-

go estructurado que durante la hora delas comidas. El aspecto del comporta-miento materno más estrechamenteasociado con el control del lenguajeverbal, fue la restricción dietaria ma-terna. Esto pone en evidencia que lospatrones de control parental tienen re-lación con la psicopatologíaalimentaria de la madre. Otro aspectoseñalado es que, cuando existen críti-cas del esposo, las madres ejercenmayor control verbal sobre los bebés.En las madres con depresión posnatalno hubo muchas diferencias en loscomportamientos de control compara-dos con los del grupo de mujeres “sa-ludables”.

En otro artículo de Stein Woolleyse comparan 34 madres con trastornodel comportamiento alimentario conhijos de un año de edad, con un gru-po de 24 mujeres sin la patología. Sehace una observación con cámaras devideo durante la comida y se conclu-ye que el conflicto que se presenta enlas madres con trastorno del compor-tamiento alimentario sí interfiere conlos patrones de respuesta materna ha-cia sus hijos.

En el estudio muestran cómo lasmadres con trastorno de alimentaciónde cualquier tipo, presentan conduc-tas disruptivas en cuanto a su funciónmaterna. Su trastorno de alimentacióninterfiere con sus respuestas ante an-tecedentes que sean potencialmenteconflictivos. Presentan actitudes extre-

Page 13: 8-INTERACCION

273

UNIVERSITAS MÉDICA 2007 VOL. 48 Nº 3

mas en relación con el cuerpo y elpeso; estas preocupaciones interfierencon su función maternal y llegan has-ta ignorar las necesidades inmediatasde sus hijos, por lo cual se encuentranniños que se autoalimentan, bajo mu-cho estrés, y son incapaces de expo-ner lo que piensan acerca de lascomidas [14].

Las que padecen el trastorno sonque toman medidas extremas en la ali-mentación para mantener el peso. Estípico que las madres con anorexia tra-ten de minimizar o negar los proble-mas que presentan alrededor de estapatología, aspecto que es similar en laconducta de los hijos.

Justine Evans y Daniel Le Grange,realizaron un estudio en el cual com-paran 10 familias con trastorno delcomportamiento alimentario con 10familias sin la patología. Entre ambosgrupos de madres, encontraron simi-litudes en relación con la preocupa-ción por su propia talla y peso, y porla talla y la figura corporal de sus hi-jos[15].

Estos autores también encontraronque en el grupo con el trastorno exis-tía una preocupación exagerada porlos horarios de las comidas recomen-dados por los médicos en la primerainfancia. De esta manera, no percibíanlas señales de hambre de sus hijos ylos alimentaban cada cuatro horas,mientras que las otras madres, sin el

trastorno, alimentaban a sus hijos se-gún la demanda y tenían una mejorcapacidad para reconocer las señalesde hambre de los menores. Además,las madres con trastorno del compor-tamiento alimentario reportaron másconflictos emocionales en sus hijos,los cuales iban desde la depresión has-ta la conducta agresiva desafiante.

Este comportamiento materno dealimentar según un horario estricto,puede contribuir posteriormente a laaparición de un control excesivo o ala pérdida del control sobre las fun-ciones alimentarias en los pacientescon anorexia y bulimia. Estas madresse beneficiarían de una cuidadosa ins-trucción que permita más flexibilidady soporte en los cuidados y la alimen-tación de sus bebés.

En ambos grupos se mostró que hayuna fuerte asociación entre el gradode satisfacción de las niñas con sucuerpo y la satisfacción de la madrecon su propio peso y forma. Esta ob-servación nos indica que las madrescomunican a sus hijos su propia acti-tud hacia el cuerpo de ellos y éstos lainteriorizan.

En este mismo artículo se encuen-tran comentarios sobre otros estudiosque vale la pena resaltar, como los si-guientes:

1. Las investigaciones empíricas en elcampo de los trastornos de la ali-

Page 14: 8-INTERACCION

274

BETANCOURT L., RODRÍGUEZ M., GEMPELER J., INTERACCIÓN MADRE-HIJO

mentación realizan todo el esfuer-zo para acertar en su etiología, suprevalencia y su impacto sobre losadolescentes que lo sufren y sobresu familia de origen.

2. Actualmente, se ha comenzado ainvestigar sobre los efectos a largoplazo de la patología alimentaria ysu influencia sobre la sexualidad,el matrimonio, la fertilidad y, en es-pecial, el embarazo.

3. Los estudios en mujeres embara-zadas y con la patología activa(trastorno del comportamientoalimentario), muestran que la ma-yoría de ellas aprenden a manejarla ganancia de peso y hacen cam-bios temporales en los hábitos dealimentación buscando una ali-mentación saludable. Esos hallaz-gos guían a muchos investigadoresa pensar que el embarazo tiene unefecto benéfico en este tipo de pa-cientes y que ellas comienzan ahacer cambios en su conductaalimentaria como todo un esfuer-zo para proteger la salud de losbebés. Sin embargo, los mismosinvestigadores muestran que estasventajas son a corto plazo, ya quelos comportamientos anoréxicos ybulímicos vuelven a aparecer ape-nas nacen los hijos.

4. Se considera que los patronesanormales de interacción entre es-tas madres y sus hijos comienzana observarse durante el puerperio.

5. La evidencia muestra una fuerterelación entre las restriccionesdietarias de las madres y sus niñasde 10 años. Hay una similitud en-tre el agrado que sienta la madrecon su propio cuerpo y su sexuali-dad, y el desarrollo de la imagencorporal y de la alimentación en sushijas. Fitcher, Meister y Kotch(1986) observaron en estas madresdistorsiones en la percepción visualde sus cuerpos por sobrestimar latalla y se argumenta que las niñasadoptan la misma percepción anor-mal de sus cuerpos de manera tem-prana.

6. Autores como Woodside (1990),Fahy y Treasure 1989, describenpatrones de relación en los cualeshay mucha tensión de los padrescon los hijos, y también son evi-dentes el abandono y los patronesdistorsionados de conducta en ladíada padre-hijo.

En su estudio Pike y Rodin lleva-ron a cabo un análisis de las caracte-rísticas de las actitudes y loscomportamientos alimentarios de 77madres con trastorno del comporta-miento alimentario y sin él, y sus hijasadolescentes. Se observó que las ma-dres de las niñas con el trastorno dealimentación pensaban que sus hijasdeberían perder peso, y que eran me-nos atractivas de lo que se considera-ban las mismas niñas, en comparacióncon las madres del otro grupo. Estas

Page 15: 8-INTERACCION

275

UNIVERSITAS MÉDICA 2007 VOL. 48 Nº 3

madres con trastorno del comporta-miento alimentario fueron tan críticasconsigo mismas sobre su peso y apa-riencia como con sus hijas, y las pre-sionaron más para alcanzar ladelgadez ideal y el atractivo físico.

Se observó también que las madresde las hijas con trastornos del compor-tamiento alimentario tenían una histo-ria crónica de dietas y de trastornosde alimentación en sí mismas. [16]

Discusión

Todos estos hallazgos señalan quetanto las madres anoréxicas como lasbulímicas experimentan algún tipo deproblemas en su vida familiar y, parti-cularmente, en la interacción madre-hijo y el tipo de vínculo que establecencon sus hijos, colocándolos en un ma-yor riesgo de presentar patologías dediversa índole entre las cuales son fre-cuentes las alteraciones alimentarias.

El desarrollo de un vínculo tempra-no normal o adecuado funcionaríacomo un factor de protección frente ala aparición de patologías como lostrastornos alimentarios durante la in-fancia o la adolescencia.

De los estudios analizados se pue-de deducir la importancia de lainteracción entre la genética y el am-biente para el desarrollo de un trastor-no del comportamiento alimentario.

El trastorno de alimentación puedeser el resultado de la conjugación devulnerabilidades genéticas y de lasconductas aprendidas. Las actitudes ycomportamientos de la madre frente ala comida contribuyen a que sus hijosmanifiesten sus conflictos psicológi-cos y emocionales de determinadamanera.

A nivel familiar, la amplia gamade problemas descritos en el funcio-namiento de las familias de estas pa-cientes, señalan la importancia deinvolucrar a la familia y, en particu-lar, a la madre (o excluirla, como pro-ponen algunas escuelas) en eltratamiento.

Las actitudes y comportamientosde las madres con el embarazo, la lac-tancia materna, las dietas, la comida,los ideales de delgadez, la percepciónque tienen de sí mismas, de su peso ysu figura, la forma de expresar sussentimientos negativos a sus hijas ala hora de alimentarse, los horariosde la comida y la elección de los ali-mentos para sus hijos, deberían sertópicos obligatorios de trabajo pre-ventivo en las mujeres durante quehayan sufrido o sufran un trastornodel comportamiento alimentario du-rante sus embarazos o épocas decrianza, dadas las implicaciones deestos comportamientos maternos enel riesgo de configuración de un tras-torno similar en los hijos.

Page 16: 8-INTERACCION

276

BETANCOURT L., RODRÍGUEZ M., GEMPELER J., INTERACCIÓN MADRE-HIJO

Conclusión

El estudio de las teorías sobre elapego y el desarrollo infantil tempranoarroja elementos básicos para la com-prensión de la génesis de los síntomasanoréxicos y bulímicos en niños y ado-lescentes. Igualmente, la comprensióndel fenómeno se enriquece con el aná-lisis de los comportamientos maternoscon sus hijas y de las características dela dinámica familiar.

Finalmente, resaltamos dos aspec-tos: la importancia de incluir en el tra-tamiento a las madres y familias deestos pacientes, y la importancia de laprevención en mujeres que han pade-cido o padecen la patología y se en-cuentran ad portas de iniciar sus tareasde crianza con su descendencia.

Bibliografía

1. Bowlby J. Los cuidados maternos ysalud mental, OMS, Washington 1968.

2. Bowlby J. Una base segura, Aplicacio-nes clínicas de la teoría del apego, Bue-nos Aires, Paidós, 1989.

3. Winnicott, D. Proceso de maduraciónen el niño. Colección papel 451. Bar-celona Laia, 1981.

4. Mahler M. El desarrollo psicoafectivoe intelectual del niño. Buenos Aires,Masson 1987.

5. Rome ES, Amuerman S, Rosen DS,Keller RJ, Lock J, Mammel KA, O’TooleJ, Mitchell J, Sanders MJ, Sawyer SM,Schneider M, Sigel E, Silber TJ.Children and adolescents with eatingdisorders: the State of the art.Pediatrics. Jan. 2003; 111, 1: 98-108.

6. Rutter M, Quinton D. Parentalpsychiatric disorders effects onchildren. Psychological Medicine1984; 14: 853-80.

7. Stice E, Agras S, Hammer M. Risk factorsfor the emergence of childhood eatingdisturbances: a five-year prospectivestudy. 1998.

8. Agras S, Hammer L, McNicholas F. Aprospective study of the influence ofeating-disordered mothers on theirchildren. Int J Eat Disord 1999; 25: 253-62.

9. Waugh and Bulik. Offspring of womenwith eating disorders. InternationalJournal of Eating Disorders 1999; 25,123-33.

10. Minuchin S et al. Psychomaticsfamilies, anorexia nervosa in context.Harvard University Press, 1978.

11. Humphrey L. Family relations inbulimic-anorexic and nondistressedfamilies. International Journal ofEating Disorders 1986; 5: 223-32.

12. Scourfield J. Anorexia by proxy: are thechildren of anorexia mothers an at riskgroup? International Journal of EatingDisorders, 1995; 18: 371-4.

13. Stein A, Wooley, H. Influence ofpsychiatric disorder on the controllingbehaviour of mothers with 1 year-oldinfants. Br J of Pychiat 2001; 179: 157-62.

14. Woolley S. Conflict between motherswith eating disorders and their infantsduring mealtimes. Br J Psychiat 1999;175: 445-61.

15. Body size and parenting in eatingdisorders. A comparative study of theattitudes of mothers toward theirchildren. International Journal ofEating Disorders 1995; 18.

16. Pike and Rodin. Mothers, daugthersand disordered eating. Journal ofAbnormal Psychology 1991; 100.