74762258 Almaraz Sergio Requiem Para Una Republica
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Uni versi dad Mayor de San Andr s
Rqui empara una Repbl i ca 1
________________________________________________________________ Ser gi o Al maraz Paz
SERGIO ALMARAZ PAZ
RQUIEM PARA UNA REPUBLICA
http://www.bv.umsa.bo
La Paz- Bolivia
1969
http://www.bv.umsa.bo/http://www.bv.umsa.bo/ -
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Primera Edicin: 1969
3000 Ejemplares
DERECHOS RESERVADOS
CONFORME A LEY
Cartula:
Luis Zilveti
Editores e Impresores:
Universidad Mayor de San Andrs
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SUMARIO
PRESENTACION...................................................................................... 4
CAPITULO I ............................................................................................ 5
PSICOLOGIA DE LA VIEJA ROSCA ................................................................................. 5
CAPITULO II ......................................................................................... 11
EL TIEMPO DE LAS COSAS PEQUEAS ........................................................................ 11
CAPITULO III ........................................................................................ 33
UNA CENA EN LA EMBAJADA ......................................................................................33
CAPITULO IV ........................................................................................ 48
LOS CEMENTERIOS MINEROS.....................................................................................48
CAPITULO V ......................................................................................... 58
ALTCAR, BOOTLE, LIVERPOOL....................................................................................58
CAPITULO VI ........................................................................................ 70
LOS DISTINTIVOS DEL OCUPANTE .............................................................................. 70
CAPITULO VII ....................................................................................... 75
EL SISTEMA DE MAYO ............................................................................................. 75
CAPITULO VIII.....................................................................................120
PSICOLOGIA DE LA NUEVA ROSCA............................................................................ 120
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PRESENTACION
La Universidad Mayor de San Andrs da a la publicidad la presente obra como
una contribucin a la cultura poltica boliviana. Es un libro que Sergio
Almarz no pudo concluir definitivamente a causa de su muerte. Sin embargo,
gradas a la extraordinaria capacidad de sntesis del desaparecido autor, estn
expresados en los captulos escritos sus ideas fundamentales, constituyendo
una unidad que contina la proyeccin del El Poder y la Cada.
Rquiem para una Repblica, titulo con que Almarz resumi el contenido
del libro, llamando la atencin sobre la hora luctuosa que vive Bolivia, es una
obra de lcida madurez como crtica de una realidad poltica y social
presentada con el magistral estilo del que, seguramente, era el mejor escritor
poltico contemporneo de nuestro pas.
Los originales de Rquiem para una Repblica han sido conservados por la
Sra. Elena Ossio de Almarz y entregados a la Universidad tal como el autor
los haba dejado al momento de fallecer. Son la expresin fiel de un legado
poltico a la Repblica, de una profundidad y valor civil sin paralelos en
nuestros das.
Se ha elegida para la solapo de la presente edicin un articulo publicado en
Caracas por el escritor argentino Rogelio Garca Lupo, en homenaje a la
valoracin latinoamericana que alcanz Sergio Almarz.
Los Editores
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CAPITULO I
PSICOLOGIA DE LA VIEJA ROSCA
Se sentan dueos del pas pero al mismo tiempo lo despreciaban. En ningn
momento pensaron que el dinero y el poder que posean lo deban a un pueblo
que los haba aceptado pasivamente, inconscientemente, sin resignacin ni
rebelda, porque fueron fruto de una entraa feudal descompuesta.
Descendan por la misma lnea histrica le los criollos adinerados quellegaron a la Asamblea Nacional en 1825 para proclamar la independencia del
Alto Per despus de haber sido liquidados los guerrilleros altoperuanos en los
15 aos de lucha contra el poder espaol. La Repblica fue proclamada sobre
e1 vaco: sus creadores estaban muertos.
As el criollaje se encontr viviendo en un pas de indios, pequeo y pobre, al
que, sin la competencia espaola, dominaban totalmente, pero esto no
significaba aceptarlo. La oligarqua, despus de 1850, inici su divorcio
psicolgico alentado por el contacto con Europa que introdujo elementos ideo-
lgicos y culturales que acentuaron la separacin. En el fondo se sentan
ofendidos por el pas. Esta es la motivacin ntima de la obra de Arguedas.
Ellos queran un medio a la europea, moderno, limpio, con indios vestidos con
overoly zapatos, sin sospechar que la occidentalizacin capitalista no era
posible precisamente a causa del poder feudal del que eran su expresin
material. Mientras subsistiese el feudalismo habra campesinos sucios y medio
imbecilizados.
Esta oligarqua causante de tanta miseria y atraso, fue creando un mecanismo
psicolgico autojustificativo a travs del cual se adaptaba sin aceptar y se
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daba a s misma los elementos de diferenciacin entre la lite y el pueblo.
Ideolgicamente la pugna entre catlicos y positivistas (con senadores yliberales), caracterstica comn a casi toda la oligarqua latinoamericana, no
define la intimidad de la oligarqua boliviana.
El modo como entendan el pas, cmo lo rechazaban y se situaban al mismo
tiempo dentro de l, las conexiones en el seno de la lite y sus relaciones con el
medio exterior, las valoraciones y mitos, reflejo de relaciones histricamente
determinadas, en suma, la psicologa social del pequeo grupo, es la nica
forma de encontrar la especificidad de una oligarqua cuyos segmentos ms
poderosos se fundieron, por diversas vas, con la minera a partir de 1850.
La tierra y la minera son las bases materiales. Los mineros ganan mucho,
pero ninguno de ellos deja de construir palacetes rurales, de comprar tierras o
invertir en las que ya tenan. Arce, Pacheco, Alonso, tienen sus haciendas. Los
del estao tambin las tienen. Aramayo, Chajrahuasi; Patio, Pairumani. A
Hochschild que es alemn no le interesa la casa solariega y prefiere Buenos
Aires y Via del Mar a Bolivia. Es un pas en e1que el viejo prestigio se da con
y por la tierra, es decir en funcin del pasado y la tradicin, en el que las
gentes de posicin se esfuerzan por encontrar abuelos espaoles, la
vinculacin con la tierra es fundamental; solamente ella separa a los
advenedizos de la familia de rango y tradicin. He aqu una forma cmo la
oligarqua minera se inserta en la sociedad boliviana, pero tambin es ste el
rasgo exterior de una minera que naci ms o menos soldada con la
propiedad feudal de la tierra. Es lgico: la actividad minera no necesita un
mercado interno y por tanto no slo no le interesa eliminar los obstculos que
estancan el progreso del pas, sino ms bien le favorece mantenerlos en cuanto
que de ellos resulta una mano de obra barata para el laboreo minero y un
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aprovisionamiento agropecuario igualmente barato. Aqu surge una paradoja
interesante. Los mineros desprecian ms-o menos abiertamente e1
rutinarismoy la mediocridad del propietario rural que ara con el dinero que tiene y no ha
hecho instalar un servicio, sanitario en su casa de hacienda. Pero, para
consagrar su prestigio social adopta algunos de los smbolos de ste y, entre
ellos, el principal, la propiedad de la tierra. Como es natural, la hacienda del
minero rico, moderna y confortable es mi lujo de escaso valor productivo, pero
al minero le gusta justamente as para desempear el papel del hombre de
empresa fatigado que se retira al campo a descansar.
La oligarqua de la plata se diferencia de la del estao porque el
eslabonamiento tierra-minera es mayor, lo que quiere decir, que los mineros
ms prsperos son tambin propietarios rurales, lo fueron antes y siguen
sindolo. Con el estao empieza la diferenciacin. Hay una oligarqua, pero la
parte que queda de ella en el pas est formada por funcionarios, y abogados
de origen rural. Son solamente funcionarios, estn al servicio de la gran
minera pero no forman parte de ella, sin embargo, junto a las personas de los
mineros, integran la lite. Es un hecho evidente que los abogados y altos
funcionarios de la Tosca minera no poseen acciones, y si excepcionalmente se
da el caso, la cuanta de ellas es mnima. Las inversiones en el estao por la
tecnificacin y el volumen de la actividad extractiva eran mucho mayores que
las de la plata, cuando los propietarios rurales estaban en condiciones de
formar pequeas sociedades mineras que trabajan con algunas decenas de
obreros.
Esta lite es la que se llam Tosca minera, cuya ms concentrada expresin
fue el bufete Calvo. Hoschschild contrat los servicios del Estudio en enero de
1924, Patio lo hizo dos aos ms tarde y Aramayo poco despus. La lucha
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entre las empresas, agudizada por los cupos de produccin, de-termin que ti
Estudio quedara desde 1938 con Hochschild con el que a lo largo de 30 aosse mantuvieron las relaciones ms estrechas. Pero estos abogados tambin
trabajaron para la Railway, la Standard Oil y empresas mineras tan
importantes como la American Smelting. En determinado momento los
negocios ms importantes del pas estaban concentrados en las oficinas de
este Estudio, situadas primero en la calle Comercio y despus en el Edificio
Ultima Hora de la avenida Camacho.
El Jefe del Estudio era el ahogado chuquisaqueo Carlos Calvo y sus sucios e
inmediatos, los ahogados cochabambinos Manuel Carrasco y Nstor y.
Galindo; los tres dirigentes del partido liberal, varias veces ministros,
parlamentarios y embajadores.
El conocimiento de las intimidades de este grupo de ahogados, es pues
indispensable para definir la mentalidad, psicologa, hbitos y rasgos
ideolgicos de la oligarqua boliviana. A partir de 1938, Patio y Aramayo
formaron sus propios ncleos de influencia, pero para el conocimiento de los
tpicos sealados, el bufete Calvo es suficiente.
Carlos Calvo es el centro de las vinculaciones. De una familia adinerada de
Sucre, fue alto miembro del Partido Liberal, Senador y Canciller de la
Repblica.
Manuel Carrasco, procedente de una familia modesta de la provincia Totora de
Cochabamba., fue uno de los principales accionistas de El Diario, cuya
direccin ejerca a travs de su hermano Jos. Tambin fue Senador,
Embajador y Director del Banco Central de Bolivia.
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Nstor V. Galindo, tambin cochabambino y liberal, provena de una familia
acomodada, descendiente de un general colombiano que llegara al Alto Percon el Ejrcito de Sucre. Era primo del Presidente Quintanilla; hermano de
Arturo Galindo, Presidente del Congreso durante el gobierno de Pearanda;
otro hermano era alto funcionario de la Cancillera. Enrique Finot, canciller en
el gobierno de Toro y despus embajador en varios pases de Amrica Latina,
era su cuado. El mismo fue embajador en Lima y la Santa Sede.
Estos hombres pasaban cmodamente del bufete a la diplomacia, el
parlamento o los directorios bancarios. Nada les estaba negado; si surga al-
guna dificultad cuando perseguan una embajada, se deba a la competencia
de otro candidato, ms que a diferencias propiamente polticas. Aunque la
militancia partidaria les aproximaba los liberales en este sentido formaban
un clan mejor unido que los republicanos, ms o menos mediatizados por la
presencia de los cholos saavedristas en cualquier momento llegaban a
acuerdos de caballeros con los oponentes de los partidos tradicionales. Los
dirigentes de esos partidos de un modo u otro estaban vinculados y
subordinados a la rosca minera, la que les impona cierto grado de cohesin,
una relativa identidad de puntos de vista sobre la poltica nacional, y, sobre
todo, el respeto que todos deban guardar a los grandes intereses mineros; les
daba, en suma, una conciencia de clase. Esta particularidad puede mostrarse
en hechos an pequeos como el destierro del Dr. Carlos Calvo, ordenado por
el Presidente Busch despus de la nacionalizacin del petrleo. Aquel como
Jefe del bufete que serva al poderoso trust petrolero y como la cabeza de la
oposicin a la poltica anti Standard Oil, era ciertamente peligroso. Fue des-
terrado a Buenos Aires, pero desde all segua utilizando la valija diplomtica
para enviar a La Paz sus obsequios y su correspondencia personal. En Buenos
Aires estaba Enrique Finot y haba amigos en la Embajada y la Cancillera de
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La Paz. En el perodo de Busch, uno de sus ms radicales colaboradores, el
mayor Elas Belmonte, ministro de Gobierno, comunic pblicamente un daque Calvo no podra retornar al pas. El bufete se movi, se habl con el
Presidente de la Repblica, el Canciller y varios parlamentarios; el Canciller
fue llamado a una informacin reservada en e1 Parlamento y luego se le hizo
saber a Calvo que poda retomar al pas cuando lo deseara. Todo esto suceda
en un gobierno y una Convencin que se definieron fuertemente contra la
rosca minera y el, trust petrolero. Tal era el poder de esa rosca, el ministro
Belmonte fue desautorizado y poco despus destituido.
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CAPITULO II
EL TIEMPO DE LAS COSAS PEQUEAS
Lo difcil en efecto es asistir a los
extravos de una revolucin sin perder la
fe en la necesidad de sta.
Para sacar de la decadencia de las
revoluciones lecciones necesarias, es
preciso sufrir con ellas, no alegrarse de
esta decadencia
Albert Camus.
El gobierno del Movimiento Nacionalista Revolucionario antes de su cada viva
el tiempo de las cosas pequeas. Una chatura espiritual lo envolva todo. Un
semanario partidario, un ao ms tarde, se expresara en una frase:
Laicacota, sepelio de tercera clase para una revolucin arrodillada (1). Un
gobierno vencido de antemano por la desilusin y la fatiga, no poda resistir.
1 En Laicacota, elevacin estratgica en La Paz, un grupo de civiles armados del MNR intent unaresistencia desesperada el 4 de noviembre de 1964. El gobierno habla cado dos horas antes. El reductofue bombardeado y ametrallado por la aviacin y sus ocupantes murieron o tuvieron que buir. La accin
fue innecesaria y Sangrienta, y no tiene otra explicacin que cl ardor combativo de algunos aviadoresmilitares. Los milicianos habran depuesto las armas si se les daba la oportunidad. Pero estaban los quedeseaban que el 4 de Noviembre se produjera el derrocamiento en forma, que el adversario fuera. de-finitivamente aplastado, que se viera su sangre en las calles y se lo pasara aplastado por la humillacin yla derrota. Pero como era demasiado dbil para ofrecer resistencia se hundi blandamente dejando des-concertados y jadeantes a los grupos ms agresivos de la contrarrevolucin, que horas despus sevengaron rechiflando al general Ovando e, la plaza Murillo. Lo consideraban cmplice del MNR. porhaber facilitado cl exilio del presidente Paz Estenssoro.
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Estaba solo. En las cuarenta y ocho horas que precedieron a su cada tuvo que
pagar agravios y errores. El pueblo qued espectante, atrapado por una som-bra duda. Abandonado por sus dirigentes, l tambin estaba solo.
Nunca la historia de Bolivia toc tan desmesuradamente los extremos de la
lgica y el absurdo.
En Laicacota se dispar sobre el cadver de una revolucin.
El impulso constructor de la revolucin estaba muerto. La revolucin fue
achicndose hasta encontrar las medidas sealadas por los americanos, cuyas
proporciones las descubrieron a su vez en la propia miseria del pas. Se
consideraba posible hacer la revolucin sirvindose de su dinero. Alianza para
el Progreso armonizando con esta filosofa mostraba sus abalorios: una
letrina, una posta sanitaria o motocicletas para la polica. Era el tiempo de la
menor resistencia. El tiempo de las cosas chicas, sensatas y realizables,
como se repeta a menudo.
La historia sera simple si los avances y retrocesos respondieran
exclusivamente al juego alternativo de gobiernos revolucionarios y contrarre-
volucionarios. La revolucin desde el gobierno tambin puede capitular con
retrocesos lentos, a veces imperceptibles. Una pulgada hasta para separar un
campo del otro. Se puede ceder en esto o aquello, pero un punto lo cambia
todo; a partir de l la revolucin estar perdida. Por esto suena falsa la
proclamacin de la irreversibilidad de la historia cuando se confunde la
totalidad del proceso con una de sus reas particulares. Bolivia no volver,
efectivamente, a 1952; en este sentido la totalidad de la historia es irreversible,
pero no se debe abrigar la menor duda acerca de que la desnacionalizacin de
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las minas est en marcha; en este otro sentido, e1 retroceso ha sido fcil y
posible.
La revolucin boliviana se empequeeci, y con ella sus hombres, sus
proyectos, sus esperanzas. La poltica se realiza a base de concesiones, y entre
stas y la derrota no hay ms que diferencias sutiles. Cundo se tom el
desvo que condujo a la capitulacin? Previamente debiera interrogarse: los
conductores estaban conscientes de que capitulaban, se dieron cuenta de que
llegaron a aquel punto desde el que no hay retorno posible?
En 1953 llegaron los primeros alimentos norteamericanos. En 1957 se impuso
el plan de estabilizacin monetaria. Ms tarde se reorganiz e1 ejrcito. Se
aceptaron asesores norteamericanos en los mecanismos ms importantes del
Estado. Se vot el Cdigo del Petrleo. Una cosa predispona a la otra. En este
complejsimo juego, la entrega alternaba con la defensa. La lucidez no estaba
ausente: nos mantenemos firmes aqu para ceder all; esto es mas importante
que aquello. Estas valoraciones, productos de circunstancias dadas, tenan el
inconveniente de escapar al propio control. En 1953 el gobierno estaba
dispuesto a realizar ciertas concesiones a cambio de la ayuda norteamericana,
pero le habra parecido una locura aceptar un plan como el que impuso el
Fondo Monetario Internacional cuatro aos ms tarde. En 1957, jams se
habra pensado que para operar un crdito destinado a la minera nacionaliza-
da, se impondra como condicin e1 empleo de la fuerza contra los
trabajadores. En 1960 se habra considerado estpido aceptar el rescate libre
de minerales a cambio de un crdito para el Banco Minero. Seis anos ms
tarde, antes de recibir un solo dlar, ya estaba decretado e rescate libre.
Cuando se entreg el petrleo, se crey que los americanos dejaran tranquila
a la minera nacionalizada; antes, para salvarla, se haba aceptado indemnizar
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a los ex-barones. Entonces se pens: se llevan el petrleo, pero nos dejan el
estao. Con el tiempo no solamente se perdi el petrleo, 22 millones dedlares por concepto de indemnizacin a los ex-propietarios de las minas, se
arruin la economa y la organizacin de COMIBOL, se debilit a YPFB con el
enfrentamiento de Gulf, sino que se predispuso la prdida del estao.
Como era lgico, las concesiones se hicieron mayores y ms frecuentes en una
dinmica en la que no es posible distinguir la gravedad de cada paso que se
da. Todas las cesiones fueron comprometedoras en grados y medidas siempre
crecientes. La revolucin no se derrumb de un solo golpe: cay poco a poco,
pedazo a pedazo. La contrarrevolucin no pas sobre el pas como una
aplanadora y si sus efectos fueron demoledores, necesit varios aos para
echar abajo lo que encontraba a su paso. Porque se resisti. Se resisti mal,
con debilidades y aturdimiento, pero se resisti. Alexander Firfer, jefe de la
misin econmica americana, cuando regres a Washington despus de
Noviembre del 64, dijo de los militares: con este gobierno trabajamos mucho
mejor... Las discusiones con Paz Estenssoro tomaban meses y a veces anos.
Por su parte Paz Estenssoro pensaba: Nuestra posicin se manifestaba en los
detalles....
La experiencia boliviana desemboca en el punto ms ardiente del debate sobre
la revolucin en nuestro tiempo. Los bolivianos hicieron la suya y su
instrumento fue el MNR. La observacin de que habra sido preferible otro tipo
de revolucin es pueril, porque la historia no es un escaparate. La revolucin
fue esa y no otra, sin mrgenes de eleccin. La izquierda tradicional,
enfrentada con los hechos fue incapaz de superar sus insuficiencias; al
rechazar la nica posibilidad que 1e brindaba la historia para vencer su propia
alienacin, perdi el camino. El 4 de Noviembre tuvo la ltima postura
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aberrante: pensaba estar haciendo 1a verdadera revolucin; en realidad era
un acoplado ms en el carro de la reaccin. (2
).
Aunque la fuerza de la revolucin estaba casi aniquilada y el gobierno se
refugiaba en su habilidad para sacar algo ms de lo que los norteamericanos
quisieran dar, existan puntos de tensin: la minera nacionalizada, YPFB, la
fundicin de antimonio, las relaciones con checos y cubanos, los convenios
francs y yugoslavo, el Banco Minero. Eran reductos de la defensa desde los
que la resistencia adquira a momentos las proporciones de un conflicto por
razones de principios, como sucedi en las relaciones con Cuba. En los
ltimos tiempos la presin de los norteamericanos para precipitar el
rompimiento aument. La prensa a su servicio realiz campaas intimidantes.
El embajador Henderson explic a su vez que estaba presionado por el
Pentgono, concretamente por el Coronel Edward Fox. Paz Estensoro, tratando
de impedir el rompimiento hasta ltimo momento, dijo sin rodeos a Henderson
en tono violento: entonces que venga Fox a ocupar la presidencial Cuando se
produjo la reunin de cancilleres en Washington para rematar el aislamiento
diplomtico de Cuba, se encontraba negociando crditos en los Estados
Unidos la delegacin boliviana encabezada por el Ministro de Economa,
Eduardo Arauco Paz. Unas horas antes de procederse a la votacin, Paz
Estenssoro recibi un cable de Johnson requiriendo el voto de Bolivia contra
Cuba. Era una formalidad porque la mayora anti-cubana estaba asegurada.
Paz Estenssoro respondi negativamente. La misin del ministro Arauco Paz
fracas.
2Al hablar de la izquierda tradicional nos referimos al Partido de la Izquierda Revolucionaria (PW), PartidoObrero revolucionario (POR) y a los dos partidos comunistas, descendientes ambos del viejo PIEL El 21 de Juliofue posible por la accin combinada del PIR y la rosca. La muerte de Villarroel es el estigma de esta izquierda.
Nacida antes del Citado, con los primeros grupos marxistas, en la post-guerra se transform en la corriente obrera ypopular que, encabezada por intelectuales y lderes estudiantiles, organizara el PIR en 1940. (N. del A.)
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Los restos dispersos de la antigua oligarqua y los retoos de la nueva se
organizaban. La minera mediana, los abogados vinculados a las grandesempresas, los funcionarios bolivianos de USAID, la rosca importadora y los
industriales de La Paz, crearon primero puntos de contacto y luego meca-
nismos para la accin poltica y econmica, en cuya cumbre se situaron los
intereses americanos y los vinculados con la exportacin del estao. Uno de
estos mecanismos fue la organizacin del Banco Industrial con dinero
norteamericano y que en su seno recoga a agentes de la vieja y nueva rosca.
El gobierno retard la aparicin de este foco contrarrevolucionario hasta donde
pudo, pero era demasiado dbil para poder contrarrestar la presin
americana- La aparicin del Banco fue una pieza ms del 4 de Noviembre.
La revolucin estaba condenada. Se perdieron sus lneas generales, se
abandonaron obras fundamentales y los norteamericanos acapararon el poder:
institucin por institucin, organismo por organismo, programa por programa.
Si los organismos econmicos estaban bajo su dependencia, los de seguridad,
trabajaban prcticamente bajo su reaccin (3)
En el ejrcito empezaron ofreciendo alimentos para luego dominar en su alto
mando. Varios pases de frica, Asia y Amrica Latina tienen la misma
historia, pero los resultados bolivianos se alcanzaron a un costo bajsimo. El
general Barrientos se refiri a Accin Cvica como al origen de la carrera
poltica que lo llev al 4 de Noviembre., Este aviador, sin esas circunstancias,
habra satisfecho sus impulsos megalomanacos de modo ms inocente. El
33 Mucho tiempo despus del 4 de Noviembre el Ministro de Gobierno del nuevo rgimen Dr. Antonio Arguedas, sin medir elpaso que daba, acus al ex-titular en el cargo, Dr. Jos Antonio Arze Murillo, Ministro dc Gobierno del MNR, de haber retenidoarbitrariamente un vehculo oficial en su poder. Arze Murillo no hizo ms que dirigir una carta a Henderson en la que recordabaque se trataba de la donacin de 30 vehculos para los servicios de seguridad del Estado (Control Poltico) que, por razndesconocida, fueron inscritos bajo nombres de oficiales y funcionarios bolivianos. Los norteamericanos no queran aparecerreforzando pblicamente el aparato policial del MNR. Henderson, en cuanto recibi la carta de Arze Murillo, se dirigi aArguedas advirtindole que no se deba volver a recordar cl asunto ni a molestar al ex-ministro porque ste haba amenazadocon efectuar una denuncia pblica. Desde entonces Arze Murillo pudo seguir viviendo tranquilo. (N. del A.)
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hombre que jug el primer papel en todo lo sucedido fue el coronel Julio
Sanjins Goitia, hijo de los propietarios de Pillapi y estudiante de West Point.En los primeros aos de la revolucin vivi fuera del pas. Los obreros
armados de fusiles y ametralladoras constituan un espectculo intolerable
para su sensibilidad de militar pure sang. Vuelto a Bolivia, encontr
colocacin inmediata en un organismo norteamericano. Para sus modestas
funciones de ingeniero, tena demasiada influencia, como que un tcnico
norteamericano fije retirado del servicio porque tuvo dificultades con l. Un
amigo suyo cuenta que en las cordiales disputas que mantena con l, sola
decir: ustedes los del Pentgono sostienen al presidente norteamericano
solamente porque se sirven de l. A veces impresionaba a sus ntimos
declarando: yo soy el hombre de confianza de los norteamericanos. Su
mediano talento no le permiti proteger su porvenir poltico sacrificado a la
vanidad de hombre influyente. Sus primeros pasos fueron cautelosos. Salvaba
del hambre a sus camaradas de armas, les brindaba iniciativas y los
vinculaba. En reuniones ntimas y entre marchas alemanas se recordaba el
pasado con nostalgia. En 1964 proclamaba abiertamente que la solucin era el
gobierno militar. Fue detenido pocos das antes del 4 de Noviembre con lo que
recibi su consagracin poltica de valiente que enfrenta las hordas policiales.
Despus del golpe, fue nombrado ministro de Economa y ms tarde
embajador en Washington. Su paso por el ministerio dej el recuerdo del
negociado de la harina. Cuando un periodista le pregunt por qu no llam a
licitacin para conceder el permiso para importarla, contest con ingenuidad:
porque no hubo tiempo.
La autonoma poltica del Estado Boliviano estaba perdida. En 1960 se haba
convenido que el sucesor en la Presidencia de la Repblica, a la terminacin)
del mandato del Dr. Paz Estenssoro, seria Juan Lechn Oquendo, uno de los
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lderes de mayor prestigio en los niveles obreros y populares del MNR. En los
aos que siguieron, los conflictos sociales a los que dio lugar la polticaambigua del MNR en materia econmica, motivada directa o indirectamente
por la intervencin americana, colocaron a Lechn ante alternativas extremas.
Para mantener sus posibilidades presidenciales deba plegarse a la lnea
norteamericana. Trat de hacerlo; hasta se impuso un viaje a Formosa. Pero a
Stephansky interesaba ms lo que Lechn poda hacer ce las minas, que las
relaciones de aqul con Chiang Kai Shek. En la medida en que Lechn fuese
leal a los trabajadores era un obstculo, y en esa misma medida las razones
para descartarlo de la sucesin presidencial se hicieron imperativas. 5e
produjo el rompimiento del partido y del movimiento obrero. Sobre la base
quebrada los norteamericanos pudieron actuar ms libremente. Paz
Estenssoro postulara a un tercer periodo. El campo de maniobra del partido
haba quedado liquidado y esta era la solucin ms razonable, aunque nadie
dudara de que el fin estaba prximo. Haba que buscar la segunda parte de la
frmula, y Stephansky se puso a la tarea. Ofreci la vice presidencia al
canciller Fellman Velarde y comprometi la iniciacin inmediata de una
campaa de prensa que seria iniciada por El Diario, al da siguiente de que
fuese aceptada la propuesta, y la asignacin de un fondo especial que poda
abrirse bajo el nombre que indicara el interesado. Fellman inform de la
propuesta a Paz Estenssoro, y ste ltimo la desaprob indicando que volviese
a hablar con el embajador para aceptar la creacin del fondo. Hubo una
segunda entrevista en la que Fellman comunic el resultado de su consulta,
declin la invitacin, pero Stephansky abri una cuenta corriente a nombre de
un alto funcionario de Hacienda. La intervencin americana en este punto de
la crisis no concluy aqu. El embajador busc nuevos candidatos y consigui
e1 compromiso del ministro de gobierno Jos Antonio Arze Murillo, que con la
cooperacin de El Diario inicio una violenta campaa contra Juan Lechn a
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quien, entre otras acusaciones, hizo vctima de cargos tan graves como los de
trfico ilegal de estupefacientes. La lucha poltica estaba reducida al nivelgangsteril norteamericano.
El Diario es un buen ejemplo de lo que pasaba con la prensa. Cuando el Dr.
Mario Holn Anaya se hizo cargo de su direccin, un da encontr junto al
cheque pagado por la empresa, otro por 500 dlares que proceda de la
Embajada Americana. Lo rechaz dando lugar a que Mario Carrasco
comentara que por primera vez El Diario tena un director honesto. Adems
de esta modesta asignacin, por tratarse de la direccin del diario ms
importante del pas, la embajada paga 1.500 dlares mensuales a la empresa.
No se puede decir que a los norteamericanos les cueste mucho controlar la
opinin pblica en Bolivia.
El Pentgono trabaj con increble simplicidad. Ningn plan complicado,
ninguna habilidad poltica. Se parta de una base ideolgica homognea que se
traduca en la lnea simple de un plan certero. Hacia 1960 el presupuesto del
ejrcito no alcanzaba a cubrir los gastos de alimentacin y vestuario de la
tropa. Les oficiales estaban tan mal pagados como los civiles. Sanjins Goitia
propuso a los jefes del ejrcito un programa de obras pblicas que poda ser
financiado por los americanos. Se trataba de construir escuelas rurales a un
costo mnimo con los soldados de las guarniciones. La Misin Militar
Americana proporcionaba vveres y algunos recursos en dinero. El asunto
consista en dejar pasar parte de los vveres al resto de las unidades. Todo
ello deba hacerse con la mayor discrecin. As se hizo, pero poco despus un
militar yanqui sorprendi al general Ovando al preguntarle qu era lo que se
propona con el asunto. Ovando nunca dej transparentar sus dudas: haba
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sido sorprendido por los americanos, o, por e contrario, haba cado en su
juego mediante las habilidades de Sanjins Goitia?
Ms adelante las escuelitas de Accin Cvica empezaron a rendir rditos
polticos y fue necesario encontrar un beneficiario. Eligieron al General
Barrientos.
Miseria y propaganda.
Hay varios y divertidos ejemplos de la cooperacin norteamericana al ejrcito
boliviano. A fines de 1962 hubo tina ceremonia de gran empaque publicitario:
se trataba de la entrega de equipos camineros a un batalln boliviano de
ingenieros. Las fotografas mostraban una larga hilera de camiones y otras
mquinas con un cartel: Equipo donado por... El protagonista de este
episodio fue otra vez Sanjins Goitia. El ejrcito tena entonces dos batallones
de ingenieros y proyectaba equipar un tercero pero le faltaba dinero. Aqul,
siempre oportuno, propuso que se tramitara un crdito americano, el que
fcilmente fue acordado en la suma de 750.000 dlares. Con estos recursos se
compraran equipos sobrantes por los que se pagara la mitad de los precios de
plaza. Pero result que el oficial norteamericano miembro de la misin en
Bolivia, constat que en las prioridades del Pentgono figuraban a la cabeza
pases en, conflicto: Corea, Viet Nam, etc. La compra efectuada en el
comercio del ramo fue mala, no solo por los precios pagados, sino porque las
topadoras tenan la cuchilla fija, de modo que no servan para el trabajo en
laderas. Estos artefactos fueron los que aparecieron en las fotografas. A una
omisin se aadi otra: no se dijo que los Batallones de Ingenieros, de todos
los ingresos que reciben por los trabajos que realizan, deducen el 10% para
pagar el equipo donado.
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El anillo de hierro fue estrechndose cada da ms. En un momento dado ni el
propio mecanismo gubernamental responda a la voluntad del gobierno. Lamediacin extranjera fue necesaria para influir sobre funcionarios y dirigentes
del partido; el equilibrio estaba definitivamente comprometido en el tringulo
partido-militares-sindicatos, que con tanta habilidad, durante aos
mantuviera Paz Estenssoro. Contra una revolucin dbil surgieron los
generales fuertes y el gobierno, abreviando su existencia, hubo de depender
cada vez ms de ellos. La derrota era doble: que la revolucin hubiera de
depender de los militares ya era el signo de la capitulacin, pero que stos en
doce anos no hubiesen cambiado de mentalidad, dice del fracaso ideolgico de
un proceso de influencias totalmente desparejas.
La absorcin del poder por los norteamericanos trajo un fenmeno ms
general y ms impreciso, los bolivianos empezaron a sentirse incmodos entre
si. Si un extranjero se impone como intermediario permanente si de l
dependen planes tan diversos como la electrificacin, los caminos o las
escuelas; si l tiene que decirnos cmo tenemos que vivir y cmo pensar; si los
funcionarios nacionales no saben cmo tratar a sus colegas de otra oficina
porque ignoran la relacin de stos con el extranjero si, en ltimo trmino, las
cosas que se hacen o dejan de hacer dependen de los intereses de una nacin
extranjera, entonces los ciudadanos quedan segregados, incomunicados1
sospechan que la unidad est vulnerada, que la nacin empieza a disolverse.
Esta fragmentacin tiene lugar en los niveles administrativos, en la prensa y
los medios de cultura; se hace visible en las capas altas de la poblacin1 donde
pequeos crculos se disputan el privilegio de ser amigos del extranjero; des-
ciende basta el pueblo cuando la desesperacin de la pobreza bat-e consentir
que se puede lograr alguna ventaja sacrificando la dignidad. Si es repulsivo el
espectculo de burgueses apretujndose en torno al embajador y sonriendo
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servilmente para conseguir un crdito, es doloroso va a campesinos tendiendo
arcos de flores para testimoniar su gratitud por la escuelita o el pozo de aguarecibidos en obsequio. La pobreza extrema facilita la colonizacin; los hombres
en Bolivia tienen un precio menor. Hay un cierto nivel en que la pobreza des-
truye la dignidad; ese nivel lo han descubierto los norteamericanos y trabajan
sobre l: a sus ojos y para sus bolsillos, un boliviano cuesta menos que un
argentino o un chileno.
Al autor le toc ser testigo de una extraa ceremonia en Riberalta a fines de
1966. Se trataba de la reinauguracin de un hospital militar: pequeas
construcciones de madera y ladrillo, un quirfano miserable y ningn enfermo.
Desde La Paz vol un DC4 con una comitiva de ms de 20 funcionarios,
periodistas y boinas verdes americanos, que despus de los discursos y los
flashes fotogrficos asistieron a un almuerzo servido en el comedor del club
social de la pequea ciudad. Su aporte consistente en algunas drogas y
equipo, y algo de dinero para obras de refaccin del edificio, no pasaba de los
cinco mil dlares, suma menor a la gastada en el vuelo del DC4 y los salarios
pagados a la nutrida burocracia que asista complacida a la curiosa
inauguracin. En todo caso, la salud de los ciudadanos de Riberalta costaba
menos que la propaganda que se hacia de ella.
El Departamento de Estado y la opinin americana miden la eficiencia de
una misin por el nmero de fotografas que publica la prensa local. Esta
ridcula insistencia sobre la generosidad norteamericana es el aspecto externo
e ingenuo que se toma en serio cuando se trata de petrleo, negocios mineros
o comercio exterior. El representante de la Gulf, en reunin realizada en el
Ministerio de Relaciones Exteriores, dirigindose al Canciller cort en seco las
explicaciones del delegado de YPFB: No estoy para discutir dijo con adustez
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de patricio romano he venido para preguntar si se cumplir e1 Cdigo del
Petrleo. Con una empresa que tiene a su servicio la prensa, una legin desoplones y cuenta con simpatizantes adhonorem en el mismo gabinete, no se
puede jugar. Segn la expresin del Dr. Paz Estenssoro, los Gulfmen forman
la mitad del gobierno y la mitad del pas; los asuntos petroleros los hacia
tratar en reuniones especiales a las que concurran solamente ciertos
ministros.
Entre las ms extraas consecuencias de la Revolucin hubo una
verdaderamente inquietante: los norteamericanos se sirvieron de ella. Este
concepto podra formulrselo en trminos ms groseros; los amos
tradicionales, grandes mineros y latifundistas liquidados en 1952, dejaron un
vaco de poder que los lderes polticos y la lite boliviana, no liberados an
mental y espiritualmente de medio siglo de servidumbre, trataron de llenar
ingresan do al servicio de un nuevo poder. Tratar de buscar un nuevo amo no
es cuestin de poltica: es el primer movimiento psicolgico del liberto descon-
certado. Por otra parte, la revolucin interrumpi el letargo resignado de los
campesinos. Pidieron escuelas, centenares y miles de escuelas. La conciencia
de sus necesidades los hizo libres. Se volcaron a La Paz en grandes
delegaciones para pedir al gobierno que los ayudara. Esa impaciencia
majadera, ese interminable regateo, sus obsequios y la continua presin sobre
ministros y presidentes, era la mejor prueba de confianza y la demostracin de
que por primera vez se sentan entre los suyos. Pero el Estado era pobre. Era
otra oportunidad para la colonizacin Para los campesinos, la procedencia de
la escuela no importaba, en tanto que era una reivindicacin diferida por
siglos. A partir de ese momento, los norteamericanos pudieron hablar ante
auditorios aymaras y quechuas
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jerga ininteligible careca de efectos ideolgicos, el hecho es que la Revolucin
a ellos tambin les abri las puertas del campo.
EL Embajador obsequia 300 dlares.
Las contradicciones entre el Departamento de Estado y el Pentgono,
agudizadas desde la muerte de Kennedy, repercutieron en Bolivia precipitando
el desenlace final de un proceso que, por lo dems era inevitable. Un alto jefe
militar americano en La Paz, expres a la muerte del presidente norte-
americano: Ahora las cosas van a cambiar para el gobierno de Paz
Estenssoro. El MNR no era sin duda popular en los crculos representados
por el belicoso senador Goldwater, para quien ese gobierno era un parsito
que viva a costa de la democracia. Esta brutalidad habra preservado mejor a
la Revolucin que el liberalismo de Stephansky que, en algn momento, fue
considerado un comunista solapado por un alto personero de la Gulf.
El embajador Henderson, en una entrevista con dirigentes del MNR, pocos das
despus del 4 de Noviembre, y cuando algunos ingenuos o cmplices acuaron
la frmula de revolucin dentro de la revolucin, se mostr descontento con
los militares porque no haban cumplido su promesa de dejar tranquilo a Paz
Estenssoro por unos seis meses ms. Henderson nunca acept de buen gra-
do el derrocamiento de Paz Estenssoro, a quien defini ante una delegacin de
parlamentarios bolivianos, invitados a visitar los Estados Unidos, como el
corcho que impeda que se vertiera el contenido de la botella. No es pues
inexplicable el desagrado de Henderson ante Noviembre. No era partidario de
la revolucin ni tena pacto alguno con Paz Estenssoro; simplemente el control
de la situacin escap de sus manos. Otra vez, como en la Argentina y el
Brasil, el Pentgono desplazaba al Departamento de Estado. En Bolivia gan la
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partida un agente del servicio de inteligencia (CIA), el agregado areo de la
misin militar americana, coronel Edward Fox.
Los vnculos de ste con Barrientos eran antiguos. Veinte aos antes, haba
sido su instructor militar y lo que sucedi entre ellos en los aos siguientes,
demuestra hasta dnde la camaradera con los hombres del Pentgono puede
servir a la accin poltica cuando sta se la planea desde un servicio secreto.
tina de las actuaciones decisivas de Fox en la preparacin del golpe militar, fue
impedir el exilio de Barrientos simulando un atentado criminal- Despus de la
ltima convencin del M.N.R., que no pudo resolver la designacin de can-
didato vicepresidencial y cuando el pas todo comprenda que marchaba
directamente a un golpe militar, por gestiones de Paz Estenssoro, Henderson
intervino para persuadir a Barrientos y a los miembros de la misin militar, de
que era prudente que ste se alejara del pas temporalmente para evitar una
crisis que poda desembocar en la violencia ms sangrienta. Barrientos se dej
convencer. Paz Estenssoro todava poda amenazar. Viajara a Londres, todo
estaba listo, dinero, pasajes y valijas. Pero en la vspera, despus de asistir a
una reunin social de militares, se produjo e1 misterioso atentado contra
Barrientos. Ningn mdico boliviano tuvo oportunidad de verlo y en la madru-
gada parta a Panam en un avin de la misin norteamericana, que estaba
listo desde la vspera en el aeropuerto de La Paz. Pocos das despus, Ba-
rrientos reciba en su lecho del Hospital Militar de la Zona del Canal un cable
de Paz Estenssoro invitndolo a integrar su candidatura como vicepresidente.
El ms experimentado dirigente del nacionalismo boliviano haba sido vencido
por Fox.
La intervencin no estaba limitada a los altos niveles de gobierno, tena va
libre aun tratndose de burcratas de segundo rango y de pinches. En una
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oportunidad en Potos, el ministro de Asuntos Campesinos, Carlos Ponce
Sangins, escoltado por dos funcionarios de la embajada asista a un banqueteque le ofrecan las autoridades locales. Martn, un espa y provocador sindical
que trabajaba para Stephansky, (4) dijo en su discurso: ...Yo tengo el dinero
de los Estados Unidos y las ideas las tiene Ponce... si ustedes apoyan a Ponce
tendrn el dinero...
Bajo la inspiracin del pequeo e inteligente Ben Stephansky, los mtodos
evolucionaron mucho. Este intelectual conoca la realidad latinoamericana por
sus largos aos de permanencia en Mxico. Rooseveltiano sobreviviente, amigo
de escritores y profesores, tena en su despacho una nutrida coleccin de
autores oficiales de la que tomaba el ejemplar que poda interesar al visitante
si le adivinaba alguna inclinacin intelectual. Fue el creador de un nuevo
estilo; le gustaba que la gente lo tomara por un liberal desprejuiciado y en el
fondo tal vez lo fuera. Entre sonrisas y presiones hizo ms dao que todos sus
toscos predecesores: tejanos con olor a ganado, maniticos que coleccionaban
encendedores y burcratas sin imaginacin, entre los cuales se destac uno de
aspecto aristocrtico, cuya misin tuvo un escabroso final cuando fue
trasladado a Cuba.
Ben, como lo llamaban los ministros empleando ese tono familiar que tanto le
complaca, mostr la mano dura en el conflicto minero de 1963. La huelga
4El otro americano result ser homosexual y causo escndalo cuando al ayudante del ministro lepropuso una aventura pon cincuenta dlares. La reunin termin en un aquelarre cuando Martn,ya borracho, desafi al ministro a beber un trago por tres suyos, luego ret a un funcionarioboliviano a tirar con pistola. Martn hizo algunos servicios a Ponce, a cambio de los cuales tuvoacceso a los centros campesinos en los que distribua cuadernos escolares en cuyas cartulasapareca en gran tamao el smbolo de la Alianza para el Progreso. Estos eran los nuevosmtodos de la diplomacia directa de Ben Stephansky. (N. del A.)
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empez con un paro en el nivel 650 del Siglo XX. La Corporacin Minera de
Bolivia tena un plan para la reorganizacin de Catavi, que fue rechazado porlos dirigentes sindicales. La huelga se ampli y paraliz la actividad durante
tres meses. El duelo entre los dirigentes sindicales y la empresa daba la
oportunidad a Benn. Aquellos proclamaron con ingenuidad que estaban
dispuestos a llegar hasta las ltimas consecuencias. Pensaban que se batan
bizarramente contra el oportunismo del gobierno de Paz Estenssoro, perdiendo
de vista que la verdadera batalla se produca silenciosamente entre ste y los
americanos. Ben se mantena expectante y no perda oportunidad para
demostrar al gobierno que frente a la anarqua sindical no tena otro recurso
que emplear mtodos drsticos. El gobierno vacilaba; se senta aplastado por
dos presiones. Los dirigentes mineros habituados al viejo estilo de lucha, no
saban o no queran saber que los norteamericanos tenan la cuerda puesta en
el cuello del gobierno: sin la reorganizacin de Catavi no concederan el dinero
que requera COMIBOL para proseguir sus operaciones. Catavi no era ms que
un punto en una estrategia ms ambiciosa. Lo que se buscaba era la
liquidacin del sindicalismo minero, 1as negociaciones se suspendieron y los
dirigentes sindicales comprendieron tardamente que no tenan otra
alternativa que buscar la retirada honorable. El ltimo encuentro tuvo lugar
en el Ministerio de Minas a gestin personal del ministro, que a duras penas
convenci a COMIBOL para que enviara representantes. Los dirigentes obreros
alertados sobre la situacin, se mostraron comprensivos. Aceptaron el
convenio formulando reservas sobre detalles poco significativos.
La situacin se torn auspiciosa, apareca la solucin a la vista. Los dirigentes
trataban de capear la tormenta mientras que el gobierno buscaba, no menos
desesperadamente, evitar la violencia. Pero todo se vino abajo cuando la
prensa anunci la reunin bajo el capcioso titular de renegociacin del
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convenio. A las 9 de ese da Stephansky se present en el despacho del
presidente de COMIBOL. El sonriente Ben estaba serio. Mostrando el peridicodio el ultitnatum: si hay nuevas negociaciones, despdanse de los cinco
millones. Era la cantidad requerida para proseguir operaciones hasta fin de
ao. No quedaba nada por hacer; el gobierno estaba atrapado. Los contactos
quedaron nuevamente interrumpidos y el conflicto sigui su curso. COMIBOL
suspendi el suministro de vveres a Catan; los mineros respondieron con el
envo a La Paz de un grupo de mujeres que declararon huelga de hambre. El
derrumbe fue rpido. Mineros y gobierno cortaron sus ltimas amarras e
intensificaron su guerra fra que los llev al 4 de Noviembre. Stephansky ya no
estaba en el pas, los acontecimientos tambin a l le jugaron una mala
pasada: todos sus esfuerzos por asegurar la reeleccin de Paz Estenssoro y
comprometer el apoyo del Departamento de Estado, remataron bruscamente
con la victoria del Pentgono.
Entre las sonrisas y presiones de Stephansky, el poder concentrado por las
empresas extranjeras y la conspiracin militar sistemtica que lleg an al
empleo de movimientos guerrilleros concertados con un partido de la
oposicin, el gobierno empez a hundirse. Nada ms poda hacer para soste-
nerse. El movimiento obrero estaba paralizado y dividido, el partido
abandonado a una lucha interna gangsteril, y definitivamente perdida la orien-
tacin del movimiento popular cuya consigna extrema y aberrante fue la que le
permiti unirse con la accin contrarrevolucionaria de la oligarqua que, como
en tiempos de Villarroel, 20 aos antes, permiti la formacin de un frente
anti-popular con la participacin de la Izquierda; esa consigna fue la de
cualquiera menos Paz Estenssoro.
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Al patriotismo no le quedaba otro recurso que expresarse furtivamente. Pocos
das antes del 4 de Noviembre, la Gulf fue burlada por una vez. Se aprob undecreto por el que todas las reas petrolferas renunciadas por las compaas
privadas y otras que estuvieran vacantes, pasaban a la reserva fiscal. La
Nacin, rgano oficial en su ltimo nmero, como si hubiera querido gastar
una broma antes de su muerte, public la medida. Todo el xito consisti en el
sigilo que puso el ministro para tramitar el decreto; no dejo copias ni consult
a tcnicos hasta conseguir la firma del presidente. La compaa, que se dej
sorprender, no tuvo tiempo de mover a la prensa ni acudir a su embajador.
Cuando Alexander Firfer dijo.:con este gobierno trabajamos mucho mejor,
estableca una diferencia un tanto vaga y reticente. Los que sintieron el
cambio en carne viva fueron los mineros de Milluni, Catavi, Colquiri. En
efecto, despus de Noviembre era ms fcil trabajar con el nuevo gobierno,
pero no se trataba de simple eficiencia burocrtica porque un grado ms en la
poltica norteamericana puede determinar diferencias casi importantes como
la destruccin del movimiento obrero, la reduccin de salarios o el
aplazamiento de obras fundamentales. Los matices cuentan. Y los americanos
no han tardado en descubrirlo. Antes se resignaban a perder tiempo: ciertas
cosas no podan imponerlas a rajatabla. La desnacionalizacin de las minas o
el rescate libre de minerales eran objetivos cuya realizacin dependa del debi-
litamiento del gobierno y de una mayor imbecilizacin de la opinin pblica.
Con Noviembre la poltica norteamericana dio un salto porque la resistencia
estaba paralizada; tuvieron que reconsiderar su propio estilo. Los crditos se
restringieron, determinados proyectos ya aprobados se cancelaron, las
condiciones se tornaron sbitamente ms duras. FI nuevo gobierno no mereca
demasiadas consideraciones. Era ms fcil entenderse con militares
acostumbrados a obedecer que con polticos marrulleros. Henderson que
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haba visto con desagrado la intromisin del Pentgono en Noviembre, cosa
que sin duda no fue un tanto a favor de su carrera, trat de evitarseinconvenientes adoptando el duro estilo de Thomas Mann, a quien, por
razones que se ignoran, quiso complacer por todos los medios. El regateo y los
subterfugios movimientistas haban terminado. No ms veleidades en poltica
internacional, no ms ambiciones desarrollistas. Para la nueva etapa no hacia
falta un diplomtico sonriente y astuto como Stephansky, bastaba el trato
ruido del coronel Fox y la aspereza natural de un hombre poco inteligente
como Henderson.
Las cosas pequeas para el deprimente Conjunto latinoamericano son
expresin feliz de la filosofa oficial americana; dispersas, insignificantes, sobre
su incoherencia los americanos se mueven con la ciega confianza de las
hormigas. Bolivia es un buen ejemplo de este neocolonialismo tonto y sin
dignidad. El que lee los anuncios de obra de Alianza para el Progreso o
donacin del pueblo de los Estados Unidos podra pensar que en este pas
son los norteamericanos los nicos que hacen algo. Han perdido el sentido de
la proporcin; lo mismo les da reproducir la fotografa de su embajador junto a
una escuela que junto a una letrina. En un almuerzo de trabajo, despus del
4 de Noviembre, ante la dramtica exposicin del ministro de Educacin sobre
el estado de los locales escolares, que para repararlos y construir otros se ne-
cesitaba de 5 a 10 millones de dlares, Henderson luego de consultar con sus
asesores, anunci gravemente: Haremos una donacin de 300 dlares.
Dos horas despus de la partida del Presidente Paz Estenssoro al exilio, los
militares hacan conocer su primer comunicado sorprendentemente
conciliador: ni vencedores, ni vencidos. Era la frmula apaciguadora. La
nacionalizacin de las minas dijeron evolucionar rpidamente hacia la
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codificacin de la metalurgia. Aunque la expresin era impropia, se entendi
que se trataba de la fundicin de estao. Discretamente prefirieron eludir elproblema petrolero.
La noche del 12 de Noviembre tuvo lugar el primer contacto entre los
norteamericanos y la nueva direccin de COMIBOL. A la reunin asistieron el
embajador Henderson, dos de sus expertos y el coronel Lechn Surez. Aquel
dijo que el programa de fundiciones le pareca interesante y que era posible
realizarlo con la cooperacin americana, pero retorn a la vieja exigencia que
Paz Estenssoro por tanto tiempo logr aplazar: reprimir a los mineros. Los
crditos correspondientes a la ltima fase de la operacin triangular
dependan de esta condicin. En los das siguientes insistieron sealndola
como una de las condiciones para otorgar el reconocimiento y continuar con
los programas de asistencia econmica (5). De momento era mucho pedir. Los
compromisos adquiridos por el general Barrientos con sus amigos de Panam
no podan ser satisfechos de un solo golpe. Gentes de buena fe recibieron a los
militares con muestras de optimismo y simpata. Entrar a tiros en las minas y
sacrificar ese modesto prestigio, era lo mismo.
La posicin de los norteamericanos respecto de la fundicin, poda resumirse
en que sin ser partidarios de ella y causndoles desagrado como todo proyecto
industrial, sin embargo no la vetaban. Pero cambiaron de orientacin en los
siguientes meses. Poco antes de Noviembre, Roberto Jordn Pando, ministro
5 El da 6 de Noviembre el primer secretario de la Embajada Americana manifestconfidencialmente a un alto funcionario de COMIBOL que la embajada haba hecho conocerextraoficialmente sus condiciones a la Junta para el reconocimiento entre ellas figuraba laintervencin en los sindicatos mineras. El funcionario boliviano coment: Hace ms de un aoque el Dr. Paz Estenssoro estuvo luchando para hacerles comprender que no era posible emplearla violencia. en las minas. (N. del A.)
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de planeamiento, uno de los partidarios ms entusiastas de la fundicin de
estao, consigui que USAID destinara una partida de milln y medio dedlares para estudios de factibilidad. Alexander Firfer firm el acuerdo sin
entusiasmo, pero despus de Noviembre destin los recursos a otro fin.
Felizmente la antipata de Firfer por el proyecto result provechosa, porque si
se mantena el acuerdo de Jordn Pando, los enemigos de la fundicin habran
encontrado una nueva y cmoda oportunidad para prolongar el sabotaje por
dos o tres aos mas.
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CAPITULO III
UNA CENA EN LA EMBAJADA
Si la capacidad mundial de fundicin del estao es de 300 a 330 mil
toneladas, significa que las fundiciones carecen del material necesario para
trabajar a pleno rendimiento. Quiere decir tambin que entre fundidores las
relaciones no siempre suelen ser pacficas cuando se trata de procurarse
concentrados y, hecho inslito, se ven compelidos a competir entre s. Tal es el
perturbador origen de los corto circuitos que a veces interrumpen la
caballerosa relacin de Williams Harvey y Billiton. Los austeros directores
pierden la cabeza ante problemas como la tirantez en las relaciones de
Sukarno y el gobierno de Su Majestad Britnica Billiton con ofendido gesto
rompi relaciones con los ingleses cuando stos fundieron en las Malayas el
mineralque los indonesios dejaron de enviar a Holanda, paralizando la planta
de Arnhem. No es sin duda conducta de caballero dejar al socio en la estacada,
tanto ms si la alianza se haba sellado con el intercambio de acciones y la
solemne posesin de directores comunes. Pero los negocios son los negocios.
En Bolivia la contienda fue ms agria debido a la presencia de un advenedizo
que ignorando las reglas del juego tir la casa por la ventana. La pretensin
era grande: alucinar al gobierno boliviano para que repudie a su cnyuge
quebrando as el que hasta entonces fuera un slido matrimonio entre el
gobierno de Bolivia y el seor Patino durante los primeros doce aos de la
nacionalizacin. Williams Harvey con tres de sus seis hornos paralizados,
estaba la situacin lo bastante complicada como para no dejarse intimidar por
las argucias de Wa-Chang. Decidi hacerle frente. Fue en este perodo que
propuso instalar hornos en Bolivia. La oferta era dramtica viniendo de
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Williams Harvey y mucho se pareca a un incoherente eplogo impuesto por las
extravagancias de Wa-Chang, que pudieron ms en el nimo del seor Patioque los implorantes pedidos de los gobiernos bolivianos para que se instalaran
plantas en el pas.
El secreto se mantuvo hasta una noche de noviembre de 1963...
Esa noche hubo una pequea reunin social en la Embajada de Bolivia en
Londres. El Embajador Barrau y su esposa con su sencilla cordialidad crearon
un ambiente agradable, predispuesto a la conversacin ntima. Haba unos
pocos invitados, que se encontraban de visita en Inglaterra, entre ellos, el
Embajador de Bolivia ante el gobierno de Bonn, Dr. Federico lvarez Plata. La
conversacin recay en el estao y Williams Harvey. El Embajador lvarez
Plata empez una amena relacin de hechos que se los haba mantenido en el
mayor secreto entre el Palacio de Gobierno y COMIBOL. Cont que en los das
en que se discuta la propuesta de Wa-Chang los personeros de Williams
Harvey, acompaados por el Embajador de la Gran Bretaa, Sr. Holliday,
visitaron al presidente de la Repblica. lvarez Plata record que aguardaba
en la antesala para ser recibido por el presidente- Nadie en ese momento
adivinaba lo que se discuta con el Dr. Paz Estenssoro ni mas tarde la opinin
pblica lleg a enterarse de la extraordinaria proposicin de los ingleses.
Cuando lvarez Plata fue recibido por el presidente pregunt si los ingleses
traan algo nuevo. El presidente fue evasivo y dio a entender que no haba
ninguna novedad.
A los pocos das de esta entrevista, el senador lvarez Pinta concurri a una
recepcin en la Embajada Britnica y all el Embajador Holliday le pregunt
qu opinaba de la propuesta inglesa El senador pidi detalles y qued
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sorprendido. Su informante le comunic que Williams Harvey estaba dispuesta
a instalar plantas en Bolivia que serian de propiedad mixta entre COMIBOL ylos fundidores. La propuesta se haba presentado en la entrevista presidencial-
lvarez Plata pregunt al seor Holliday si el hecho podra ser revelado y si
sera factible contar con una carta confirmatoria de la propuesta. El seor
Holliday estuvo de acuerdo, y como prometiera, al da siguiente envi una nota
al seor lvarez Plata confirmando y oficializando la propuesta de Williams
Harvey.
La noche de la cena en Londres, lvarez Plata no dijo qu haba hecho con la
nota ni qu partido tom en el asunto, pero sus revelaciones causaron,
sorpresa al Embajador Barran, quien, molesto, empez exclamando: Ahora
me doy cuenta por qu Cliffor Waite, (6) siendo amigo mo, me vena rehuyendo
ltimamente. El seor Barrau mencion a su vez una curiosa experiencia que
con las revelaciones de lvarez Plata quedaba explicada. Ocurri que el seor
Holliday pasaba sus vacaciones en Londres y se encontr con el Embajador de
Bolivia en una recepcin de Canning House. En cuanto lo distinguiera cruz el
saln para saludarlo muy cordialmente. En ese momento acert a pasar cerca
de ellos el Sr. Waite a quien Holliday llamndole le dio: Ha dado usted la
buena nueva a nuestro Embajador? Waite turhndose no supo qu
responder. Holliday hacindose cargo de la situacin cambi rpidamente de
conversacin. EI Sr. Barran concluy su relacin con este comentario: Qu
papel puedo hacer si me ocultan estas cosas? Acaso no se tramitan aqu los
negocios ms importantes del estao?
La propuesta Williams Harvey, como otros episodios de la contienda librada
con Wa-Chang, se mantuvo en secreto. El movimiento empez a mediados de
6 Prominente ejecutivo de Williams Harvey. (N. del E.)
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1962 cuando se discuti la posibilidad de un contrato con la reabierta
fundicin Longhorn de Texas City cedida a Wa-Chang, un fundidor de origenchino. Los representantes de Patio, encabezados por el Sr. Waite, llegaron tan
pronto como pudieron a La Paz. No se mostraron tmidos en sus contraofertas.
Mejoraron el precio del mineral, ofrecieron anticipos sobre las entregas,
acordaron premios al mayor tonelaje y hablaron da sociedad con COMIBOL
para la fundicin de los minerales. Por su parte Wa-Chang mejor los precios
de las ofertas y tendi ha carnaza con los contratos tol que Consisten en que
el productor no pierde ha propiedad del metal limitndose a pagar los gastos
de operacin del fundidor. Las propuestas de Wa-Chang eran tanto ms
generosas cuanto ms desesperada era su situacin. La planta no tena
minerales.
Lo que ocurra era nuevo y los tiempos parecan haber cambiado para los
productores. El menudeo de buenas ofertas habra sido imposible si no
hubiera un dficit cada vez mayor en la produccin mundial de estao- Lo
esencial es que al mundo le faltaba estao y haba demasiadas fundiciones
que no saban cmo obtenerlo. En fin, la suerte esta vez estaba del lado del
productor.
Varios hechos marcaron el curs de las negociaciones, las que perdiendo su
discreta reserva comercial se convirtieron en disputa abierta entre los
fundidores. Pronto el conflicto alcanz el mbito poltico donde estall con
sonoridades de escndalo. Ahora los compradores llegaban hasta La Paz cam-
biando la figura tradicional. La situacin no era cmoda para nadie. El
gobierno boliviano se senta mejor cuando negociaba contratos que desde su
origen podan ser mantenidos en las cajas fuertes de COMIBOL. E igualmente
los fundidores. Era ms prudente encerrarse en la intimidad de una gerencia
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que exponerse al escndalo poltico. Adems era un problema poltico. Los
ingleses teman que Wa-Chang se aprovechara de la influencia norteamericanapara obtener contrato; Wa-chang a su vez tema que el gobierno de Bolivia
cediera una vez mas ante el Sr. Patio dejndolo sin mineral el gobierno tema
a la opinin pblica y al sector nacionalista del MNR que aprovechara la
oportunidad para criticar su poltica vacilante en materia de fundiciones. En
suma, todo el mundo desconfiaba de todo el mundo.
Wa-Chang tuvo el cuidado de proteger sus movimientos sirvindose de la
poderosa influencia de Grace y Cia. Quin sino Grace para auspiciar un
nuevo negocio en Bolivia? Este consorcio, conocido por la tradicin catlica de
sus propietarios norteamericanos, es capaz de has combinaciones comerciales
ms ingeniosas- No desprecia nada. Vende igual alfileres y botones como
maquinaria pesada y cemento. Hace negocios tan singulares como comprar
azcar a una entidad boliviana para ganar revendindola entre mayoristas
locales. Sus directivos, curiosamente casi siempre suizos, tienen ese sombro
aspecto que recuerda las tradiciones puritanas de Ginebra. Adems, parecen
tener la tacaera de los calvinistas. Estos hombres donde ponen el ojo,
ponen la bala en materia de negocios. En los ltimos aos a Grace le ha au-
mentado el apetito por los negocios mineros, y a consecuencia de ello, son ya
varias las minas que se ha comido y varios los mineros medianos que yacen
en su sistema digestivo porque un da de apuros tuvieron la debilidad de tocar
las puertas de Grace.
Los de Grace son terribles cuando se trata de negocios nuncios. Tienen dos
hbiles conductores, Meister y Speelvogel, este ltimo especializado en
minera. Buen negociador, suave en el trato, emplea ha sugerencia indirecta y
repite -frecuentemente aqu no hay gato encerrado. Otro alto funcionario es
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Carlos Alberto Echaz, tarijeo simptico, locuaz, que recuerda an las
maneras que aprendi cuando era estudiante en La Plata. Ha estado presenteen los negocios ms importantes de la minera nacionalizada como hombre de
confianza del gobierno. Fue uno de los negociadores que trat con Patio el
pago de la indemnizacin. Como miembro de ha Comisin de Operaciones Mi-
neras participo en reuniones donde se traz la lnea de conducta frente ah
Consejo Internacional del Estado y ante has ventas de la reserva estratgica
norteamericana. A su vez como director de COMIBOL ha tenido opinin en
todas las negociaciones importantes para obtener crditos, aprobar los con-
venios de la llamada operacin triangular (BID, USAID y alemanes) y adoptar
medidas tcnicas y administrativas decisivas para la minera nacionalizada.
Un hecho que lo puso en dificultades fue el referente a la compra de dinamita
que realiza COMIBOL de marcas cuya representacin comercial la tiene
Grace. Con o sin fundamento se dijo que Echaz poda influir en la eleccin.
Pero si ste era un extremo de susceptibilidad, lo que en efecto pareca ser, el
conflicto para el Sr. Echaz no desapareca, as quedara formulado solamente
en el campo de ha hiptesis. El Sr. Echaz, un capitn de la industria privada
desempeaba funciones al servicio de la minera nacionalizada y los conflictos
eran inevitables. En el caso de la dinamita, si el directivo de Grace sala
ganando perjudicaba los intereses representados por el director estatal, y a la
inversa.
Se ignora cul debi ser la condicin impuesta por Grace para ayudar a Wa-
Chang, pero no debi ser pequea ya que en cuanto a proporciones Wa-Chang
no sera ms que una pieza en la maquinaria de Grace.
Las propuestas de Wa-Cbang desde el primer momento suscitaron
desconfianza no tanto por su contenido mismo como por la presencia de sus
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activos gestores conocidos por sus habilidades comerciales. Se trataba ms de
traficantes sagaces que de hombres de negocios. Familiarizados con ciertasparticularidades del medio y sin duda dndoselas de ingeniosos, empezaron a
difundir conceptos polticos en torno al estao. Se hicieron anti-im-
perialistas. Sostenan la necesidad de neutralizar la influencia britnica
oponindole otros intereses-El nacionalismo acuado en Grace y en los
crculos de la minera mediana, era de una curiosa factura: descubra peligros
en los ingleses y exclusivamente ventajas en los norteamericanos. La
atmsfera poltica se enturbi ms pronto de lo que pensaban los negociadores
de los contratos. La prensa empez a husmear y los diputados Augusto
Cspedes y llen Zavaleta llamaron al Ministro de Minas a responder en el
parlamento. Sin duda todo ello se produca contra los deseos del gobierno y de
COMIBOL. Los diputados para lanzar el ataque eligieron los puntos
notoriamente ms dbiles, reprocharon al gobierno su indiferencia para resol-
ver el problema de la fundicin y se encarnizaron con los de trace, uno de
cuyos personeros era hombre de confianza en la minera nacionalizada y en
ese momento se esforzaba para conseguir eh contrato a Wa-Chang. El
gobierno qued en situacin incmoda cuando en el parlamento se estableci
que una misma persona tena responsabilidades en ha conduccin de los
organismos mineros del Estado, representaba los intereses de una firma
extranjera dedicada a negocios mineros y, finalmente, era una de las cabezas
visibles para las tratativas con Wa-Chang. FI Ing. Carlos Alberto Echaz,
Gerente de International Mines, subsidiaria de Grace y Cia y hombre de
confianza del gobierno en asuntos de poltica minera, fue puesto por primera
vez en el banquillo por los propios diputados del gobierno.
La actuacin parlamentaria tuvo alcances relativamente importantes al
entorpecer la negociacin amenazndola con el fracaso, pero tuvo mayor
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significacin al arrojar luz por primera vez sobre la poltica minera oficial y los
factotums que la inspiraban. La idea de formar sociedad con Wa-Chang sobrehierres que se hallaban en los Estados Unidos, fue considerada simplemente
absurda. Esta fue la respuesta que se dio a la proposicin del consorcio
norteamericano de formar una sociedad mixta con el Estado Boliviano sobre la
planta de Texas City. El argumento de hay que quebrar el monopolio
britnico no impresion a nadie. En el fondo haba una situacin psicolgica
muy interesante- En electo, todo el mundo convena en que haba monopolio
britnico. Que detrs de Williams Harvey estaba Patino que seria nuevamente
favorecido si se rechazaba a los americanos. Que la nacionalizacin de las
minas hasta entonces no haba hecho ms que trabajar pura Patio y que ya
era tiempo de pensar en fundiciones propias. Todo esto se admita, pero a
pesar de todo eran preferibles los ingleses a los americanos. Por esto la
operacin Wa-Chang para ser definitivamente apreciada, tendra que ser vista
no solamente como un negocio minero porque, fuera de las relaciones con
Williams Harvey, no haba ninguna otra de regular importancia que se hubiera
librado de caer bajo control norteamericano. El estao era lo ltimo que
quedaba al margen de esa rbita.
Pero Wa-Chang tuvo su victoria aunque en una medida que no corresponda a
sus pretensiones iniciales y a las iniciativas de sus entusiastas gestores
bolivianos. No se llev la parte del len, pero qued con 5.000 toneladas,
alrededor de un cuarto de la produccin total boliviana.
El Senador lvarez Plata sostuvo en esos das una entrevista con el Presidente
de la Repblica. Mientras conversaba con l pasaron al Presidente una
comunicacin telefnica del Ministro de Minas. El Dr. Paz Estenssoro cuenta
el Senador lvarez Plata instruy a su ministro que no deba firmar el
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contrato. Concluida la conversacin, mostr copia de un cable que acababa de
ser enviado al Sr. Guillermo Bedregal, Presidente de COMIBOL que seencontraba en Estados Unidos, en el que prohiba igualmente llegar a un
acuerdo con Wa-Chang. Sin embargo el contrato se firm y nadie ha dado una
explicacin sobre los factores que pesaron en el nimo del Presidente para esta
determinacin pero lo Cierto es que el pas se vio ante el hecho consumado.
No hay ninguna evidencia de la intervencin de personeros de la Embajada
Americana para obligar al gobierno a aceptar el contrato Wa-Chang, pero es
un hecho presumible porque algunos meses mas tarde, cuando deban
realizarse los primeros embarques, ha Embajada se dirigi al Palacio y al
Ministerio de Minas pidiendo que se acelere eh cumplimiento del contrato.
Varios hechos producidos en eh gobierno del Dr. Paz Estenssoro no tienen una
explicacin clara dada la Oposicin del propio Presidente y muchas veces de
sus colaboradores a aceptar determinadas sugestiones sino se torna en
cuenta las presiones continuas ejercidas por los norteamericanos. Algunas de
ellas degeneraron casi en batallas como se ver cuando se mencione la
experiencia del Banco Minero y el crdito norteamericano.
Paz Estenssoro se distingui por realizar una sutil poltica pro-britnica en
materia de estao. Discreta y firmemente favoreci los intereses britnicos y
no cabe duda que vea con desagrado la posibilidad de que un da cambiara eh
rumbo tradicional de la exportacin enderezndose a los Estados Unidos.
Como ningn otro hombre tuvo en sus manos la oportunidad de resolver eh
problema de la fundicin pero se decidi a actuar demasiado tarde.
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Los intereses dominantes antes de la nacionalizacin y despus de ella, fueron
los de Patio. El primer contrato que se firm despus del 31 de Octubre de1952, fecha de la nacionalizacin de las minas, fue con Williams Harvey por
18.000 toneladas anuales durante tres aos. En 1953 no exista otra
alternativa. Antes de proyectar paso alguno el pas necesitaba estabilizar su
comercio de minerales y asegurar ingresos normales que permitieran
continuar la exploracin minera. Pero mucho tiempo haba transcurrido desde
entonces, y la que fuera una acertada solucin tctica se convirti en una
condicin permanente del pas. En efecto, en lugar de abrirse nuevas
perspectivas para el desarrollo metalrgico se ingres a la etapa mas ambigua
de la vida nacional, a un perodo verdaderamente extrao por sus
posibilidades y contradicciones, por las posiciones aberrantes de los partidos
polticos y una dramtica confusin de la que nadie, excepto los enemigos de
la solucin nacional, pudo librarse.
Crditos que matan.
La etapa de la vida nacional que acaba el 4 de noviembre de 1964 en poltica
minera podra resumirse as: se sigui una orientacin inconsecuente en
materia de fundiciones en general. En cuanto al estao persisti el juego de
Williams Harvey, es decir Patio, que hasta hoy contina. En lo que se refiere
al antimonio, no se llev adelante la fundicin de Vinto (Oruro) por la
interferencia de los norteamericanos contra el crdito checoslovaco, no
obstante que a ellos se les dio la oportunidad de intervenir en el negocio. En el
hierro se realizaron tentativas dbiles y aisladas para movilizar Ushpa Ushpa y
se lucieron estudios que no se concretaron en nada en lo referente al Mutn.
El oro fue copado por una compaa americana, la South American Placers. E