6.062.- Aqu te extrao. Me encanta escucharte aunque sea un minuto, adoro tus tequieros y tu voz, mi dicha. Gracias por iluminar mis das y mi sendero. Eres aurora, ocaso, dulzura en el infinito. Te recuerdo a lo largo de mi da, de rato en rato; cuando me siento feliz e imagino contarte mis cosas, cuando converso conmigo mismo y te sumo a mi conversacin, imaginando. No sabes cunto adoro que t seas la ltima persona con la que converso antes de dormir, la primera persona en la que pienso al despertar y a quien ms me inspira el tenerla en mi sueo. Te quiero. Y ya quiero volver a encontrarte entre mis ojos y mi corazn, mgica y soada, dulce y efusiva, sonriente e iluminada, celestial y despistada como solo t sabes serlo. 11/07/15 Autor: Adrin Bonilla