6. Díaz, R. Archipélago de Rituales

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Notas sobre ritual

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    Luis Daz G. Viana es cientfico titular del Consejo Superior de Investigaciones Cientficas en el Departamento de Antropologa de Espaa y Amrica del Instituto de Filologa. En 1987 obtuvo el Pernio Nacional de Artes y Tradiciones Populares del Ministerio de Cultura. Es autor, entre otros trabajos de Rito y tradicin oral en Casti-lla y Len, (Valladolid, 1984), Literatura oral, popular y tradicional. Una revisin de trminos y conceptos (Valladolid, 1997), Castilla y Len. Imgenes de una identidad Notas para un manual de Etnografa, (Valladolid, 1997).

    Jess NT Usunriz Universidad de Navarra

    Daz Cruz, Rodrigo, Archipilago de rituales. Teoras antropolgicas del ritual, Barcelona, Anthropos, Universidad Autnoma Metropolitana, 1998, 333p. ISBN 84-7658-541-1.

    Prlogo: Los cazadores de significados. Introduccin: Memoria argumental de un archipilago. I. La exploracin de la distancia: creencias, prcticas, lenguaje rituales. 1. Los rituales descarnados: creencias rituales, equvocos de la razn. 2. La sociedad proyectada: prcticas rituales, acciones simblicas. 3. Las voces transfigura-das: lenguaje ritual, proyectiles verbales. //. Horizontes rituales, rituales ambiguos. 4. Los rituales como mscaras. Anlisis situacionales, horizontes rituales. 5. El "giro lingstico" del ritual. Mensajes colectivos, memoria del ritual. Eplogo: Dimensiones plurales de la vida ritual. Bibliografa.

    Hace ya algunos aos que historiadores como Edward P. Thompson, o Natalie Z. Davis, muy atrados por lo que la Antropologa poda aportar a su investigacin, propusieron la necesidad de una aproximacin entre ambas disciplinas. Nos advirtieron, sin embargo, del peligro de aceptar sin ms los conceptos emanados de la literatura antropolgica, como si stos estuvieran plenamente asumidos por la comunidad de antroplogos, cuando la realidad era muy diferente: una abrumadora serie de escuelas junto con aportaciones individuales, que hacan -hacen- muy difcil la existencia de consensos con-ceptuales que pudieran servir a otras ciencias sociales. De esta manera cuando leemos los trabajos de los antroplogos, y en especial sus trabajos de campo, nos ocurre -y el propio Daz Cruz la trae a colacin- como a la Alicia de Carroll: "Me parece muy bello, pero ms bien difcil de entender. Sin embargo, me llena la cabeza de ideas, aunque no s, precisamente de qu ideas se trata."

    El concepto de ritual es, precisamente uno de esos conceptos a los que la Antropologa acude una y otra vez, pues, como bien afirma Daz Cruz, "la imaginacin antropolgica ha hecho de los rituales un dispositivo privile-giado para producir conocimientos sobre el otro". As, entre los antroplogos encontramos lo que el autor denomina el "paradigma Aleph del ritual", es decir, la posibilidad de contemplar el ritual "como un punto de la cultura que contiene todos los puntos culturales". Pero esta apariencia de unidad es eso,

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    apariencia. Por eso cuando los historiadores nos hemos decidido a abordar desde diferentes pticas el estudio de los rituales en su diacrona, nos encon-tramos, a la hora de encontrar guas para una interpretacin, con una maraa de la que resulta difcil salir: no existe una unidad de concepto, al contrario, es un archipilago. Por eso es de agradecer, sin duda, una tesis como sta, que tiene el valor de hacernos ms asequible lo que denomina "la historia de bronce del ritual".

    Cul es el objeto de Archipilago de rituales! Ni ms ni menos que el anlisis "a partir de la memoria argumental del archipilago de rituales, de sus lecciones y crticas, de sus datos y materiales, una red conceptual, unos compromisos, ciertas guas para la investigacin, algunos argumentos tiles para su discusin contempornea" (p.230).

    Para ello Rodrigo Daz estudia cinco aportaciones clsicas al estudio an-tropolgico de los rituales: Los antroplogos Victorianos y sus sucesores los neotylorianos, Durkheim, Malinowski, Gluckman y Leach. Como se ve, britnicos en su mayora, pues es en la "escuela britnica, donde nos es dable hallar las investigaciones ms fructferas y enriquecedoras" sobre el ritual. (p.305)

    Qu era el ritual para hombres como Edward B. Tylor o James G. Fra-zer? Los rituales son acciones. Las acciones rituales nacen a partir de unas creencias. Los rituales son pensamientos y creencias que se representan en acciones. En otras palabras las prcticas rituales representan el sistema de creencias con las cuales una comunidad, una sociedad, pretende explicar, controlar y predecir el mundo. Gracias a su estudio era posible conocer el pensamiento primitivo, la cosmologa primitiva. La herencia de los victoria-nos ser recogida en los sesenta -salvo en la distincin entre magia y reli-gin, que ahora desaparece-, por autores como R. Horton o C. Jarvie "entre-nados" por el pensamiento de Kart Popper. Los rituales son nicamente la representacin de una cosmologa, analizada como una teora cientfica. Pero se pueden inferir creencias a partir de acciones? Esta es la crtica de Daz Cruz: no se puede, porque los rituales no son un mero reflejo de las creen-cias, fortalecen stas s, pero no son ellas.

    Para analizar la obra de Durkheim en torno al ritual , se hace necesario partir primero de la obra del escocs William Robertson-Smith. Para ste, a diferencia de los intelectual islas, lo interesante no eran analizar las creencias de los pueblos primitivos, sino sus prcticas rituales. Por qu? Porque cada practicante asigna un significado singular al ritual. Por tanto el proceso es el contrario hay que partir de la variedad de las interpretaciones de los rituales para reconstruir las creencias, y no al revs, pues si se parte de la creencia, del credo, se establece una explicacin unvoca del ritual que es irreal. (pp.70-71). Los pueblos primitivos actan de forma inversa: primero expre-san unas prcticas, y a partir de ellas establecen un sistema de creencias. Adems slo a partir de los rituales pueden llegar a conocerse las creencias, pues stas, como pertenecientes a la conciencia privada, son inaccesibles. Un

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    paso ms del escocs fue, en su estudio sobre los sacrificios rituales, la con-clusin -la intuicin genial de la que habla Durkheim- de que el sentido de stos se explica por sus consecuencias benficas para el grupo, que tales rituales expresaban simblicamente una sociedad, que los rituales se conver-tan en un lenguaje.

    Siguiendo a Robertson-Smith Durkheim expres su idea de que los ritua-les interesaban por sus prcticas, no tanto por sus creencias. Que las acciones rituales simbolizaban una sociedad, que eran pantallas donde la sociedad se proyecta. Su estudio permitira descodificar los valores, las normas, las cos-movisiones de una sociedad. Desde aqu Durkheim, segn Daz Cruz, llegara a tres concepciones de ritual: la fundamentalista (los rituales tiene un valor universal, solidificando las relaciones sociales, generando solidaridades y evitando la desintegracin de la comunidad (p.93); la sociolgica, que se deriva de la anterior (el ritual depender de la historia y del espacio de una colectividad, lo que explicara la diversidad de prcticas religiosas); por l-timo la integracionista (los rituales muestra y dicen algo de la sociedad en donde se ejecutan, son algo parecido al lenguaje que puede descodificarse (pp. 105-106).

    Los rituales mgicos fueron el centro de atencin del polaco B. Mali-nowski, que tambin rompi con los intelectualistas. Siguiendo en parte los caminos abiertos por Robertson-Smith y Durkheim, Malinowski consider que los rituales no eran el instrumento para controlar la naturaleza, sino que su funcin era la de aliviar la inseguridad y la tensin de las relaciones entre los nativos y la naturaleza. Es decir "los ritos mgicos ejercen una disciplina sobre el cuerpo y la mente; constituyen un instrumento humano que trans-forma las flaquezas psicolgicas en fuerzas emotivas". De los rituales, por tanto, slo surgen resultados positivos, y por tanto inducen a que se sigan practicando, (p.120).

    Mayor atencin presta a los dos ltimos autores de esta historia del bronce el ritual. Uno, Max Gluckman, fundador de la escuela de Manchester, para el que los rituales expresaban tambin la unidad del grupo: "el ritual y la ritualizacin hacen recordar a la comunidad que comparte valores y creen-cias, que comparte los preceptos adecuados para cada desempeo de rol, contribuyendo as necesariamente a su solidaridad; son ambos concebidos como necesarios para la estabilidad social" (p.196). Incluso lo que denomina rituales de rebelin , servan tambin para reforzar la unidad grupal. Incluso las acciones individuales, deban ser entendidas - , a travs del concepto desa-rrollado por Gluckman de "anlisis situacional"- en los procesos y en las estructuras sociales.

    Finalmente se hace indispensable la referencia a Edward Leach cuando se quiere estudiar el ritual. Sobre todo porque desde Leach el ritual adquiere autonoma (modelo autnomo, frente al modelo "acotado" de los autores anteriores), se desliga de la exclusividad de lo mgico-religioso: el ritual es para Leach, como antroplogo racionalista, un aspecto comunicativo de todo

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    comportamiento humano. Leach no se preocupar tanto de las conductas, como de las ideas vigentes en una sociedad, "ms por lo que se dice que por lo que se hace" (p.260). Y es aqu donde radica su particular "giro lings-tico". Influido por la perspectiva semiolgica de Saussure, los rituales, "suce-sos comunicativos" deben ser concebidos como un lenguaje, hay que recons-truir un cdigo.

    De la visin de estos antroplogos Daz Cruz extrae la existencia de unas ideas comunes en todos ellos: el ritual se identifica con orden, con unidad. Es una "concepcin domesticada del ritual". Ahora bien, este mnimo comn denominador que la tradicin antropolgica ha establecido en tomo al ritual "se trata de un acuerdo vaco o ciego, pues las diferencias aparecen cuando se le quiere dar contenido a caracterizacin tan sinttica que casi nadie pone en duda" (p.317). Por otro, todas ellas tienen en comn el estar basadas en el "principio de caridad" (las mayora de las creencias, aunque no las compren-damos son correctas, hay que interpretar las creencias de tal forma que todas tengan un sentido), cuando, segn Daz Cruz, deben fundamentarse en el principio de humanidad: los rituales, las creencias deben hacerse inteligibles, sin olvidar el agente humano: "los rituales son organizados y celebrados por sujetos con intenciones, creencias, deseos, intereses y emociones que 'estn ah' desempeando algn 'papel' en las interacciones sociales. Intenciones, creencias, deseos, intereses y emociones que nos permiten articular, entender y explicar ya no digamos las vicisitudes de otras formas de vida, sino incluso la propia" (p.317).

    La aportacin de Daz Cruz, es sobre todo la de clarificar esta historia del bronce, la de sintetizar posturas, la de establecer interrelaciones, la de intro-ducir crticas. No obstante, la impresin final que le queda al lector que busca respuestas es otra. "De los rituales y los sueos se puede decir -parafrasea Daz Cruz-, en palabras de Ronald L. Grimes, que al menos un punto tienen en comn: nuestra habilidad para analizar a los primeros es tan rudimentaria como nuestra capacidad para interpretar a los segundos" (p.223). Como Ali-cia el lector encontrar ideas atractivas, pero no hallar certezas absolutas. Se asomar de nuevo a un pilago de incertidumbre.

    Rodrigo Daz Cruz es profesor del Departamento de Antropologa de la Universi-dad Autnoma Metropolitana de la ciudad de Mxico. Este libro es fruto de su tesis doctoral en Antropologa defendida en la Universidad Nacional Autnoma de M-xico.

    Jess M" Usunriz Universidad de Navarra