5 Razones por las que sigues sin pareja · autosabotaje. Se trata de un mecanismo inconsciente de...

5 Razones por las que sigues sin pareja

¡Bienvenido y enhorabuena por haber decidido leer este ebook! Dice mucho de ti: de tu interés por su desarrollo personal, de tus ganas de aprender y de tu valentía para descubrir, quizás, el obstáculo que te está impidiendo encontrar tu “trébol de cuatro hojas” en el amor.

Espero que lo disfrutes y que te sirva de verdad.

Me encantaría que, cuando lo termines, me enviaras un comentario diciéndome qué te ha parecido. Para mí es muy importante tu opinión, para poder seguir ayudando a otras personas de forma eficaz. Gracias de antemano y ¡buena lectura!

www.mariacampos.es Página 1

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“Los hombres no quieren comprometerse”, “Hoy día es muy difícil encontrar a alguien”, “Tengo mala suerte en el amor”… ¿Te suenan estas frases?

Y, lo más importante, ¿de verdad te las crees?

Entonces, es probable que haya llegado el momento para ti de abrir los ojos y descubrir cuál es la razón por la que todavía no has logrado establecer la relación de pareja consciente, plena y satisfactoria que anhelas, y de sentirte amada, respetada y digna de ser feliz en todas las facetas de tu vida ¡y de forma abundante! Se acabó recoger migajas de amor. No has llegado hasta aquí por casualidad.

Tengo que decirte algo: la mala suerte en el amor no existe

A lo largo de los últimos años he estado trabajando con personas que tenían problemas de adicción, y he entendido que la dependencia más grave no es siempre a las sustancias. Muchas veces, sobre todo en el caso de las mujeres, es la dependencia emocional (a los estados emocionales) lo que más dificulta alcanzar una vida plena, equilibrada y feliz.

“Queremos amar y sentirnos amadas. ¡Es un deseo lícito! Necesitamos vincularnos, abrazarnos, besarnos, reírnos… relacionarnos con otros seres

humanos para recordar el amor que somos”

Pero a veces, en algún rinconcito de nuestra mente, seguimos siendo niñas, y tenemos una percepción distorsionada del amor. ¿Te sientes, a veces, un ser inocente y confiado, y otras, una niña asustada y desprotegida? ¿Tan poco hemos cambiado? ¿O quizás es que necesitamos refrescar el concepto que tenemos de las relaciones, del amor y de nosotras mismas?

Este ebook tiene el objetivo de ayudarte a entender cuál es la razón por la que sigues sin pareja a pesar de anhelar con todo tu corazón tener una. Y acompañarte a iniciar el precioso camino que va del miedo al amor.

¿Empezamos?





{1} Miedo a ser herida

Beatriz no encuentra al

hombre adecuado. En

cada nueva relación,

s u r g e n d e f e c t o s

“insuperables” a sus ojos



1. Primera Razón: MIEDO A SER HERIDA

Beatriz busca un príncipe que no existe

“No encuentro un hombre que me guste de verdad. Siempre pasa lo mismo: conozco a alguien y al principio va bien pero después, empiezo a ver sus defectos, los errores que comete… Así que, poco a poco, la relación se resiente, nos distanciamos y, al final, o le dejo, o provoco que me deje. Me siento frustrada. Creo que nunca encontré una pareja estable”. (Beatriz, 38 años. Madrid)

Beatriz es una mujer atractiva, le va muy bien en el trabajo y tiene un grupo de amigos que la valora y con quien puede salir y divertirse. Todas las facetas de su vida van bien excepto una: la de pareja. ¿Cuál es la razón?

El autosabotaje Deseamos amar y ser amadas. Sin embargo, algo dentro de nosotras nos dice que no es posible, que no vamos a conseguirlo, que es muy difícil… ¡Es el miedo! Que fue gestado en la infancia…

“ La mayoría de nosotras hemos vivido situaciones que nos han marcado en relación con nuestro primer amor: papá o mamá”

Esas memorias de dolor, a veces producidas por situaciones graves como un abandono, maltrato o abuso, y otras por la percepción de una carencia (de amor, de cuidados, de ser vista, de ser atendida), son las que generan el autosabotaje.

Se trata de un mecanismo inconsciente de protección que nos hace cargarnos las relaciones, a veces incluso antes de que empiecen. De esta manera, evitamos el riesgo y la posibilidad de sufrir, sí, pero también la de arriesgar… ¡y la de ganar!

Suele suceder que empezamos a ver defectos en el otro, nos deja de atraer, vemos algún impedimento insuperable, le damos vueltas y más vueltas, no nos apetece quedar con él… Y nos cerramos a la relación.




La razón principal por la que una mujer permanece sin pareja es el miedo a tenerla y lo que ello implica: el miedo a ser herida. Sin embargo, sabemos que nada que merezca la pena está exento de riesgo.

¿En qué momento se rompió tu corazón? Nada nos da más miedo que volver a ser heridas. Así, cuando empezamos una relación, nos aterra que la herida que se produjo cuando éramos niñas, se abra de nuevo con la persona que tenemos enfrente, y nos haga sentir igual que entonces. A nivel inconsciente, incluso creemos que no seremos capaces de soportarlo.

A veces la situación que nos marcó no viene de la infancia, sino de la adolescencia, un momento en el que la mayoría de nosotras todavía somos tiernas niñas, y tenemos una visión idealizada del amor. Quizás el primer novio nos abandonó, despreció o minusvaloró. Ahí se rompió la confianza en el amor, y empezaron a fraguarse creencias negativas e irreales respecto a este. Y ahí levantamos la coraza para que ningún otro hombre nos hiciera daño en adelante.

“Esas memorias de dolor, reales o percibidas, nos hacen levantar barreras infranqueables ante una posible pareja”

LA SOLUCIÓN: sanar a la niña que hay en ti Mientras la herida inicial no sea curada, cada nueva relación será percibida de modo inconsciente como un peligro inminente. Por eso es necesario entender, lo que sucedió en el pasado, desde la mujer adulta que eres en el presente. Hay que recolocar tu percepción del pasado, aceptarlo y hacer las paces con él. Si no puedes sola, con la ayuda adecuada para que el autosabotaje no siga impidiéndote amar y ser amada.

Se trata de buscar las cualidades que tienes hoy y que en ese momento no estaban contigo. Es probable que ahora tengas herramientas como la fuerza, la capacidad de comprensión, que entonces, por tu corta edad, no tenías. Puedes entender lo que sucedió con nuevos ojos. Y en la mayoría de los casos, esto cambia tu percepción de la vida, en el terreno afectivo, de forma radical. Puede ser como un nuevo amanecer, si tú quieres…





{2} Fidelidad a los

padresC o m o s u m a d r e n o

consiguió ser feliz en

pareja, Olga cree que ella

tampoco tiene derecho a

lograrlo



Segunda Razón: FIDELIDAD A LOS PADRES

Olga no puede ser feliz porque su madre tampoco lo fue

“Desde niña he escuchado que los hombres son mentirosos, que no te puedes fiar de ellos. Cuando era jovencita y salía con algún chico, me daba vergüenza presentárselo a mi madre. Ella siempre decía que era poca cosa para mí, o que no me merecía. Ahora soy yo la que les rechazo. No me fío de ninguno. Sospecho que tiene que ver con que mi padre no ha estado presente en mi vida, y no sé si le he perdonado”. (Olga, 29 años. Valencia)

El caso de Olga es más frecuente de lo que parece: su madre se encargó sola de la educación de la familia, y, de alguna manera, trasladó a sus hijos la frustración y la rabia que supuso para ella que su marido se marchara de casa. ¿Cómo marcó esto a Olga?

Herencias inconscientes Cómo se llevaban nuestros padres, la relación que hay o hubo entre ellos, si se separaron o no… el patrón afectivo de las personas que nos educaron marca y condiciona nuestro propio estilo afectivo.

“Cuando en casa se respira amor, apoyo y respeto entre unos y otros, los niños suelen crecer con un concepto positivo de lo que es una pareja”

Pero muchas otras veces, cuando una de las partes o las dos están enfrentadas y no han solucionado ellos mismos sus conflictos internos, estos pasan directamente a los hijos.

Víctimas de víctimas Por ejemplo, una mujer que vivió el dolor de un abandono, y no pudo o no supo canalizar adecuadamente sus emociones, puede trasladar sus creencias negativas sobre la pareja a su descendencia. Esto sucede tanto a través de lo que dice: “no confíes en nadie”, “estarás mejor sola”, “no te arriesgues”, como a través de sus acciones y ejemplo de vida (permaneciendo sin pareja, impidiendo que su hija salga o se relacione, etc.)




Por una especie de “fidelidad” a su madre, es probable que la hija, de forma inconsciente, repita el mismo patrón: o bien elija a hombres “no disponibles”, es decir, poco confiables, o bien no se arriesgue nunca a tener una pareja estable. De esta manera, la profecía familiar se autocumple. Y la hija validará la creencia que aprendió: “No te puedes fiar”.

Así, la cadena de “víctimas de víctimas” puede ir sucediéndose a lo largo de muchas generaciones, hasta que alguien con afán de cambio y superación toma conciencia de todo esto y rompe la cadena. Entonces sucede una milagrosa sanción de todo el sistema familiar.

“Si estás leyendo esto, quizá eres tú la persona que puede cambiar su destino, y el de todo su clan. Ya no estás condenada a repetir la misma historia”

LA SOLUCIÓN: reconciliarte con la familia Entender que, a pesar de la herencia emocional, eres una persona independiente que puede elegir el tipo de vida que quiere llevar es lo primero.

Conviene entender la forma de actuar y de pensar de nuestros padres para comprender las creencias que desarrollaron y, después, reconocer que están en nosotros. Una vez identificadas, habremos de revisar si esas creencias limitantes y cambiarlas por otras potenciadoras, más acordes con nuestra actual manera de pensar, y con nuestros objetivos.

Es importante que no guardemos resentimiento a nuestros padres por haber recibido esta “herencia”, y que estemos dispuestos a hacer, en caso necesario, un trabajo de aceptación, perdón y reconciliación, tanto con ellos como con la historia personal que hemos vivido.

Siempre es posible la reconciliación, por muy difícil que haya sido la relación. El único requisito es el deseo de hacer las paces con la familia en nuestro corazón, tal como explica Joan Garriga en su revelador libro “Dónde están las monedas”.





{3} Enganche a una

exparejaAndrea idealizó tanto a

su primer amor… que

a h o r a l e r e s u l t a

imposible encontrar a

alguien “a la altura”



Tercera Razón: ENGANCHE A UNA EXPAREJA

Andrea y su visión infantil de amor

“Nadie va a parecerse a él. Ha sido la persona que más me ha marcado y, aunque al final lo pasé mal, sigo enganchada a aquella relación. He intentado salir con otros hombres pero, cuando conozco a uno, no puedo evitar hacer comparaciones, y todos salen perdiendo. A veces pienso que nunca voy a volver a sentir el amor con la intensidad, la confianza y la entrega que puse aquella primera vez”. (Andrea, 42 años. Barcelona)

Quedarse atrapada en el primer amor fue, para Andrea, algo parecido al enganche que cenicienta experimentó por el príncipe. ¿O acaso te has imaginado alguna vez que cenicienta pudiera salir con otro hombre que no fuera “el que se quedó con su zapato”?

Confundir el encuentro con el amor Cuando tenemos una visión algo infantilizada del amor, corremos el riesgo de pensar que sólo hay un hombre que puede hacernos felices, como el príncipe que en los cuentos encuentra a su amada y, tras besarla, todo son perdices y más perdices… En estos cuentos de color de rosa, lo más difícil era que los amantes se encontraran, lo que ha instalado en la psique de muchas de nosotras la irreal idea de que, como ya encontramos el amor una vez, no vamos a poder volver a encontrarlo. ¡Grave error!

“Esa primera vez que nos enamoramos queda grabada en nuestra mente con tanta fuerza que, inconscientemente, le atribuimos a esa persona cualidades y

valores desproporcionados”

Ocurre lo mismo que cuando una niña idolatra a su padre. Cuando esa figura es una referencia afectiva tan poderosa, puede suceder que, después, ningún hombre llegue a colmar nuestras expectativas. En nuestra psique infantil creemos que papá es el más generoso, cariñoso y maravilloso del mundo, y es imposible que ningún ser humano pueda competir con él.




En el caso contrario, en el que el padre es una figura negativa (padres ausentes o que no colmaron nuestras necesidades), puede suceder algo muy diferente: tratamos de buscar personas con el mismo patrón para lograr superar aquello que no conseguimos de nuestro padre. Por ejemplo, es frecuente que mujeres con padres alcohólicos vuelvan a encontrar parejas con el mismo problema, con la inconsciente intención de ayudar, en ellos, al padre que no fueron capaces de ayudar.

Atribuirle poderes sobrenaturales Ningún hombre, por muy feliz que hayas sido en sus brazos, está carente de defectos, y tampoco es sólo un conjunto de virtudes. Es un ser humano: con virtudes y defectos. No es un dios. Lo que ocurre es que cuando nos enganchamos a una pareja, nuestra mente sólo se enfoca en lo positivo de manera desproporcionada, como una niña hace con su papá. Lo idealiza.

La solución: No esperar al “superhombre” Tampoco ningún hombre va a salvarte. Es decir, no va a solucionar tus carencias o problemas. Sólo tú, como ser humano completo que eres, tienes la capacidad de entender cuáles son tus necesidades y cuál es la forma de colmarlas. ¿Te interesa?

“Es imprescindible hacer un trabajo de autoconocimiento que te permita ver quién eres y qué es lo que quieres para ser feliz. A nivel personal tienes que

encontrar tu sentido de vida propio: tus gustos, valores, necesidades… “

Por otra parte, a nivel transpersonal podrás hallar, si así lo decides, una conexión con algo mucho más profundo que ninguna persona puede darte, porque es algo que ya está en tu interior. Es el tesoro del Ser.

El trabajo transpersonal, a través de la meditación y otras técnicas orientales que por fin empezamos a valorar en occidente, es una joya sin igual. Aprenderlo y practicarlo nos permite acercarnos a la plenitud y la paz interior que, probablemente, anhelamos profundamente sin ni siquiera saberlo. Para quienes se atreven a tomarlo, un camino fascinante de conexión con el Amor con mayúsculas…





{4} Adicción al amor

L a u r a v i v e e n u n a

montaña rusa continua.

En cuanto una pareja

deja de ser “novedosa”,

sale corriendo a por otra



Cuarta Razón: ADICCIÓN AL AMOR

Laura su enganche a la novedad

“Cada vez que conozco a un hombre, me subo a una montaña rusa. Mi vida se llena de ilusión, tengo energía para todo… mientras dura en el enamoramiento. Después, cuando la relación avanza, empiezo a perder fuerza, me desmotivo. No soporto la rutina, me aburro y enseguida aparece otra persona más atractiva. Así que paso de una a otra. Esa es la historia de mi vida, pero ya no soy una adolescente y temo quedarme sola”. (Laura, 40 años. Madrid)

Lo que le ocurre a Laura con la atracción física y emocional es algo parecido a lo que les ocurre a los consumidores de ciertas drogas: buscan una y otra vez el subidón que les proporciona su consumo. Para ella, ¡ese nuevo chico que conoce es absolutamente irresistible!

Un cóctel de hormonas A muchos nos fascina el cóctel hormonal que provoca el enamoramiento. Helen Fisher, antropóloga de la Universidad de Rutgers (EEUU) y una de las personas que más han estudiado el tema, explica que la primera fase del amor (deseo) está guiada por la segregación de hormonas sexuales tanto de hombres como de mujeres: estrógenos y testosterona a raudales. Y en un segundo momento (atracción), también se pone en juego la dopamina, la sustancia que segrega nuestro organismo en situaciones placenteras, como las relaciones sexuales, comer chocolate o un chute de cocaína. Casi nada…

“El enamoramiento es un estado emocional pasajero que, cuando todavía no hemos madurado, nos resulta tan atractivo como irresistible.

¿Quién renunciaría a un pastel de chocolate cuando es lo que más le gusta del mundo, aunque pueda sentar mal?”

¡Peter pan también es mujer! Sin embargo, según vamos madurando, nos damos cuenta de que no es posible -o al menos resulta agotador- pasarnos la vida en una montaña rusa emocional. Porque esta situación de enamoramiento intermitente nos quita




fuerzas, concentración y foco para ocuparnos de otra facetas de la vida que, sin duda, también pueden resultar interesantes. Cuando una mujer tiene el síndrome de peter pan, tiene como prioridades de vida el juego, la sorpresa, lo novedoso, lo que le hace volar… La psicología ha hablado de este síndrome refiriéndose sobre todo al hombre pero cada vez hay más mujeres que lo padecen. Están, inconscientemente, tratando de vivir en el “país de nunca jamás”, ese donde nunca se envejece, no hay problemas, obligaciones ni responsabilidades: un mundo ideal pero de ficción.

La solución: aceptar los ciclos de la vida En la vida real, y por lo tanto también en las relaciones amorosas, se suceden los ciclos que conforman la dualidad. De la misma forma que hay frío y calor, luz y oscuridad, invierno y verano, hemos de aceptar que en la pareja también se suceden ciclos de vida y ciclos de muerte.

¿Qué es esto? Momentos en los que la relación se expande y otros en los que se contrae. Y aceptarlo es una de las garantías de que vamos a poder mantener el amor a lo largo de los años. Esto lo explica muy bien Clarissa Picola en su magnífica obra “Mujeres que corren con los Lobos”. Para que haya vida y renovación, hay que aceptar los periodos de muerte (distancia, enfados, desencuentros en la pareja). No pasa nada, si hay solución.

Profundiza en tus emociones Hacer un buen trabajo emocional interior también ayuda a que la vida afectiva pueda ser una feliz realidad. Es necesario que seamos capaces de identificar y aceptar nuestras emociones, tanto si son las que consideramos “positivas”, como “negativas”. En realidad, ambas son necesarias y tienen su función. Por ejemplo, la tristeza nos ayuda a recogernos en nosotras mismas, a digerir algo doloroso que nos ha sucedido, a pasar un duelo, a digerir un abandono o una infidelidad… No podemos ignorarla o taparla.

Pretender que toda nuestra vida sea un camino de rosas, y estemos sólo en la alegría y la diversión, además de poco realista, es una garantía de fracaso vital a largo plazo. Nos convierte en personas superficiales, incapaces de profundizar en nosotras mismas para mantener el contacto con lo que en realidad somos. ¡Es mucho más pleno el camino de la conciencia!





{5} Creer que no lo

merecesC o m o t o d a s l a s

personas, Marian fue

“prog ramada” desde

niña. En su caso, con el

virus del miedo…



Quinta Razón: CREER QUE NO LO MERECES (o no puedes, o no sabes)

Marian y su falta de fe en ella misma

“No encuentro pareja. Siempre he sabido que me quedaría sola. Sabía que me iba a resultar difícil eso de casarme y tener hijos. Y sin embargo, creo que me gustaría. Pero hay algo en mi mente que me dice que no es lo mío. Quizá desde niña he visto en mi familia muchos desastres. Y ahora me resulta difícil hacerlo bien en este aspecto”. (Marian, 28 años. Madrid).

¿Sabes que la mente es como un ordenador, que es programado desde la infancia con lo que escucha, ve y aprende en casa? Desde que somos bebés, lo que vivimos va conformando nuestra visión del mundo, que es diferente para cada persona. Esta está compuesta, entre otras cosas, por creencias respecto a nosotras mismas, a las relaciones de pareja y, como no, al amor.

Tus creencias crean tu vida Las creencias son afirmaciones que damos por ciertas, y que están grabadas a fuego en nuestra mente. Pueden ser potenciadoras o limitantes.

Por ejemplo, si desde niña te han dicho que eres cariñosa, y que vas a ser feliz cuando seas mayor, es probable que tu autoestima sea fuerte y creas que puedes lograrlo. Pero si lo que has escuchado es que no vales para nada, o que nadie te va a querer, es posible que desarrolles la creencia de que no vales, no puedes o no mereces triunfar en el amor.

Sin embargo, hay una buena noticia: las creencias pueden cambiarse. Hoy sabemos, gracias a la Programación Neurolingüística (PNL), que es posible transformar una creencia limitante en una potenciada. Necesitamos identificar de dónde viene la falta de confianza en nuestras capacidades, para trabajar desde ahí y lograr establecer un nuevo surco en nuestro cerebro, que nos ayude a encaminarnos hacia nuestro objetivo, en este caso amoroso.

Creer que mereces, eres capaz y puedes tener una relación de pareja plena, feliz y correspondida, es posible.




La solución: trabajar en tu interior Encontrar una relación de pareja que funcione no tiene tanto que ver con tus curvas, tu belleza, tu edad o tu cuenta bancaria, como con tu propio crecimiento interior.

Es muy interesante poder dedicar el tiempo en soledad, sin pareja -que a veces tanto sufrimos- a prepararte para tu plenitud afectiva. Se trata de que con la ayuda adecuada, aprendas a identificar tus carencias y creencias negativas, las arranques como si de malas hierbas se tratara, y empieces a sembrar creencias positivas sobre ti misma y sobre el amor.

”Sólo cuando estés completa en ti, podrás amar de verdad y ser correspondida. Es decir, cuando hayas hecho el trabajo interior que te toca.

Es un precioso camino hacia el centro de ti misma. Y no hay otro. La búsqueda hacia fuera es infructuosa, si antes no has ido hacia dentro”

¿Cargarle con tu mochila? Cuando establecemos una relación desde la carencia, es difícil que funcione. Esto sucede cuando consideramos que el otro debe llenar nuestros vacíos, nuestras inseguridades, nuestros miedos, como si de un dios se tratara.

Conocemos a un hombre e inmediatamente le entregamos nuestra “mochila” (los problemas no solucionados) para que se haga cargo de ella. Al principio quizá el chico tenga buena voluntad, y la trate de llevar con agrado y buena disposición pero, al cabo de un tiempo, se cansará. ¿Por qué? Sencillamente, porque es un peso que no le corresponde. Entonces la dejará al borde del camino. Y nosotras nos sentiremos abandonadas, “otro más que nos ha fallado”. Surgirá el resentimiento, y éste terminará por romper del todo la relación.

El amor hacia ti misma, primero Si te toca estar sola una temporada, atrévete a hacerlo. La relación más satisfactoria que vas a tener en tu vida es la que puedes, si así lo decides, establecer contigo misma. Desde luego, puedes estar segura de que es la única que va a durarte para siempre. ¿Te animas a empezar a amarte, a cuidarte, a apoyarte? ¡Pues estamos contigo!





La Solución

Buscar dentro de ti, en

lugar de fuera, el amor y

la plenitud que sólo tú

puedes crear. ¿Quieres

saber cómo?



“INVIERTE EN AQUELLO QUE UN NAUFRAGIO NO TE PUEDA ARREBATAR”

El anhelo de amar y ser amado es lícito, natural e incluso imprescindible para la supervivencia de la especie. El problema está cuando este vínculo se establece de forma tóxica, desde el ansia y la necesidad (desde el miedo), en lugar de establecerse desde el amor.

¿Qué disfraz ha tomado el miedo en tu vida?

1. Ninguna pareja es lo suficientemente buena 2. La relación con tus padres no está resuelta 3. Sigues pensando a menudo en un antiguo “ex” 4. Estás enganchada al enamoramiento y odias la rutina 5. Crees que no vas a conseguir la relación que quieres

Lo contrario del Amor es el Miedo. Y, a veces, conviene preguntase de qué manera el miedo está manifestándose en nuestra vida afectiva.

Todos los miedos tienen una intención positiva. Surgieron para ayudarte en algo. Pero, déjame decirte algo: lo más probable es que su función haya caducado, ¡que ya no te haga falta! Necesitas saber la forma de librarte de ellos, para que el autosabotaje no siga amargándote la vida.

“Lo peor que puede pasar es que no pase nada. Y lo mejor, que cambie todo”

María Campos MENTORA & COACH. Directora de Ama-t Creadora del Programa de Liberación de Dependencias Emocionales para Mujeres (LDEM). Psicoterapeuta en Adicciones.


¿Quieres encontrar tu “trébol de cuatro hojas” en el Amor? ¿Abrir el corazón, sentirte libre y capaz de amar y ser amada?

Mi propuesta es simple y no te costará nada. Pincha aquí: http://www.mariacampos.es


https://mariacampos.es/quieres-cambiar-tu-suerte-en-el-amor/

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