47309803 Papini Giovanni Historia de Cristo Mejorado

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Giovanni Papini - Historia de Cristo - La Editorial Virtual GIOVANNI PAPINI HISTORIA DE CRISTO Edicin Original: 1921 Edicin Electrnica: 2010 INDICE http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages2/Papini_Giovanni/HistoriaDeCristo_00. htm (1 of 27) [15/01/2011 4:39:57]

Giovanni Papini - Historia de Cristo - La Editorial Virtual Giovanni Papini: Sinopsis biogrfica No Olvidemos a Papini (por Fernando Castelli) HISTORIA DE CRISTO EL AUTOR AL QUE LEYERE EL ESTABLO LOS PASTORES LOS TRES MAGOS OCTAVIANO HERODES EL GRANDE EL PERDIDO, HALLADO EL CARPINTERO PATERNIDAD LA ANTIGUA ALIANZA LOS PR OFETAS EL QUE HA DE VENIR EL PROFETA DE FUEGO LA VIGILIA EL DESIERTO EL RETORNO CAFARNAUM LOS CUATRO PRIMEROS LA MONTAA LOS QUE LLORAN EL RENOVADOR FUE DICHO PER O YO OS DIGO NO RESISTIR ANTINATURA ANTES DEL AMOR AMAD http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages2/Papini_Giovanni/HistoriaDeCristo_00. htm (2 of 27) [15/01/2011 4:39:57]

Giovanni Papini - Historia de Cristo - La Editorial Virtual PADRE NUESTRO OBRAS PODEROSAS LA RESPUESTA A JUAN TALITHA QUMI LAS BODAS DE CANA PANES Y PECES OCULTISTA, NO : POETA LA LEVADURA LA PUERTA ESTRECHA EL HIJO PRDIG O LAS PARBOLAS DEL PECADO LOS DOCE SIMON, LLAMADO PIEDRA LOS HIJOS DEL TRUENO OVE JAS, SERPIENTES Y PALOMAS MAMN EL ESTIERCOL DEL DEMONIO LOS REYES DE LAS NACIONES ESPADA Y FUEGO UNA SOLA CARNE PADRES E HIJOS MARTA Y MARA PALABRAS. EN LA ARENA LA PECADORA HA AMADO MUCHO QUIEN SOY? SOL Y NIEVE SUFRIRE MUCHAS COSAS MARAN ATHA LA CUEVA DE LOS LADRONES LAS VBORAS DE LOS SEPULCROS PIEDRA SOBRE PIEDRA OVEJAS Y CABRITOS http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages2/Papini_Giovanni/HistoriaDeCristo_00. htm (3 of 27) [15/01/2011 4:39:57]

Giovanni Papini - Historia de Cristo - La Editorial Virtual PALABRAS QUE NO PASAN LA PARUSIA EL INDESEADO EL MISTERIO DE JUDAS EL HOMBRE DEL CANTARO EL LAVATORIO DE PIES TOMAD Y COMED ABBA, PADRE SUDOR Y SANGRE LA HORA D E LAS TINIEBLAS ANAS EL CANTO DEL GALLO LA TUNICA SAGRADA LOS OJOS VENDADOS PONC IO PILATO CLAUDIA PROCULA EL MANTO BLANCO "QUE MUERA!" REY CORONADO LA PARASCEVE EL JUDIO ERRANTE EL LEO VERDE CUATRO CLAVOS DIMAS LA OSCURIDAD LAMMA SABACTANI LA CRUZ INVISIBLE AGUA Y SANGRE LA LIBERACION DE LOS DURMIENTES NO ESTA AQUI EMMAS N O TENIS NADA QUE COMER? TOMS, EL GEMELO http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages2/Papini_Giovanni/HistoriaDeCristo_00. htm (4 of 27) [15/01/2011 4:39:57]

Giovanni Papini - Historia de Cristo - La Editorial Virtual EL RESUCITADO RECHAZADO EL RETORNO AL MAR LA NUBE ORACION A CRISTO Otras Obras Recomendadas Denes Martos Los Deicidas Maestro Eckart Obras Alemanas Giovanni Papini: Sinopsis biogrfica Giovanni Papini, nacido en Florencia en 1881 y fallecido en 1956 fue escritor y poeta. Fue uno de los animadores ms activos de la renovacin cultural y literaria q ue se produjo en su pas a principios del siglo XX. Hijo de un modesto comerciante de muebles, lo bautizaron a escondidas para soslayar el agresivo atesmo de su pa dre. Adopt desde nio un talante escptico, pero lleno de curiosidad por las diversas doctrinas y religiones. Una de sus ilusiones tempranas, nunca abandonada, fue e scribir una enciclopedia que resumiera todas las culturas. Obtuvo el ttulo de mae stro y trabaj como bibliotecario en el Museo de Antropologa de Florencia, pero a p artir de 1903, ao en que fund la revista Leonardo, se volc con polmico entusiasmo al periodismo. Leonardo se convirti en un instrumento de lucha contra el positivism o que imperaba en el pensamiento filosfico italiano y, al mismo tiempo, contribuy a difundir el pragmatismo. Ese mismo ao se convirti en redactor jefe del diario na cionalista Regno, mientras que en 1908, finalizada ya la andadura de Leonardo, e mpez a colaborar activamente en La Voce, convirtindose en http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages2/Papini_Giovanni/HistoriaDeCristo_00. htm (5 of 27) [15/01/2011 4:39:57]

Giovanni Papini - Historia de Cristo - La Editorial Virtual uno de los representantes ms inquietos y ruidosos del movimiento filosfico y poltic o que surgi en Florencia alrededor de esa revista. Ms tarde fund tambin Anima (1911) y Lacerba (1913), de orientacin ms literaria y donde durante un tiempo defendi las tendencias futuristas de F.T. Marinetti. Agnstico, anticlerical, pero no obstant e siempre abierto a nuevas experiencias espirituales, su actividad periodstica le permiti dar rienda suelta a su aficin de sorprender y escandalizar a los lectores y de arremeter contra personajes ms o menos famosos. Se acerc al fascismo y obtuv o una posicin en la Universidad de Bolonia en 1935 (a pesar de que sus estudios sl o lo habilitaban para enseanza primaria). Las autoridades fascistas confirmaron l a "impecable reputacin" de Papini a travs de ese nombramiento. En 1937, Papini pub lic el primer y nico volumen de su Historia de la Literatura Italiana, que le dedi c a Benito Mussolini: "A Il Duce, amigo de la poesa y de los poetas", que fue de g ran consideracin para la academia, especialmente en el estudio del Renacimiento I taliano. Antisemita, crea en una conspiracin internacional de los judos, y apoyaba las leyes de discriminacin racial impuestas por Mussolini en 1938. Cuando cay el rg imen fascista (1943), Papini pas a integrar la cofrada de los "escritores malditos " que los medios polticamente correctos prefieren ignorar. Fernando Castelli [*] No Olvidemos a Papini http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages2/Papini_Giovanni/HistoriaDeCristo_00. htm (6 of 27) [15/01/2011 4:39:57]

Giovanni Papini - Historia de Cristo - La Editorial Virtual Muri en 1956, pero desde hace ya varios aos la cultura oficial se ha empeado en erigi r en torno a su obra el muro del olvido, y en parte lo ha logrado. Al toparse co n Papini, las historias literarias y las antologas salen del paso en forma rpida, como tomando nota de un caso literario definitivamente archivado, o bien lo igno ran enteramente, dando preferencia a escritores comprometidos aun cuando sean de t ercera o cuarta categora. Ciertamente, Mondadori tuvo el valor de publicar las ob ras completas de este escritor florentino y todava hay quienes hablan sin vacilar de Papini con la frente en alto. Con todo, el ostracismo del autor de la Storia di Cristo (Historia de Cristo) es un dato de hecho. Cules son las causas? Indudab lemente, en la obra papiniana hay elementos caducos y zonas en la sombra que es justo denunciar y olvidar, pero no residen en esto las causas de su ostracismo. s te se explica, en primer lugar, por la moda (o esclavitud?) consistente en ver y enmarcar todo en una ptica laicista y radical progresista. Ansiosos por no perder un pequeo lugar al sol, nos alineamos con devocin en las nuevas fronteras de la cu ltura, movindonos de acuerdo a las rdenes impartidas. Es comprensible, con esta per spectiva, la expulsin de Papini al silencio. Como escribe un crtico no alineado, l: http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages2/Papini_Giovanni/HistoriaDeCristo_00. htm (7 of 27) [15/01/2011 4:39:57]

Giovanni Papini - Historia de Cristo - La Editorial Virtual fue la anttesis del literato de nuestra poca, que se somete gustoso a la ideologa pr evaleciente ( ). Las grandes ideas, que agitan las almas de los hombres en el bie n y el mal , eran los temas que lo fascinaban, y sobre todo en sus escritos se pl asmaba la forma de esta pasin, que lo converta, antes que en escritor, en un hombr e batallador, un polemista ardiente, que desenmascaraba falsos mitos y exaltaba virtudes ya imposibles de encontrar. Y sin embargo, si bien era un hombre de par tido, en el sentido ms noble, siempre estuvo alejado del poder poltico, y cuando e n la posguerra el clima ideolgico-cultural le fue sumamente adverso, no procur por eso reorientarse, inventando puntos de contacto y de insercin en el marco del gu sto de los nuevos poderosos; por el contrario, no dej de manifestar su desprecio ante esos intelectuales que habiendo sido en el pasado aduladores y serviles, co mo nunca l lo fuera, en la posguerra se sometieron a otros jefes sin cambiar sus inclinaciones. Papini es por este motivo un personaje incmodo en la cultura de nu estro siglo XX; se deseara olvidarlo ( ). En una poca en que la aspereza polmica com plicara el pacfico reparto de la torta cultural, en que todos estn prcticamente de a cuerdo dentro del gran cauce del conformismo de izquierda, cuyas corrientes pued en ser ms lentas o ms veloces, pero todas conducen al mismo mar; en una poca en que los vanguardistas y los adversarios se transforman rpidamente en funcin de la ind ustria cultural; claramente, en una poca como sta, el ejemplo de Papini es demasia do anacrnico o quizs demasiado peligrosamente actual como modelo de una condicin hu mana posible, pero, por ser incmoda, temida por nuestros literatos, que no obstan te retricamente dan muestras de posiciones dramticas y de sacrificio [1]. Otra caus a del ostracismo es la conversin de Papini al catolicismo. Tuvo http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages2/Papini_Giovanni/HistoriaDeCristo_00. htm (8 of 27) [15/01/2011 4:39:57]

Giovanni Papini - Historia de Cristo - La Editorial Virtual una inmensa resonancia, suscitando polmicas, entusiasmos, desconfianza y excusas. Al igual que en el lejano 1919, tambin en nuestros das ciertos espritus, enfermos de iluminismo e incapaces de comprender el significado de una conversin religiosa , la visualizan como un acto de renuncia y sumisin, por lo cual envuelvenen un ma nto de conmiseracin a quienes han encontrado a Dios y han sintonizado con el Evan gelio. As ocurre en relacin con algunos disidentes rusos creyentes (Solzhenitsyn, Maksimov, Siniavsky). Imaginemos esto en el caso de esa mala lengua de Papini! Por l timo, el ostracismo se debe a la incomprensin. En Papini hay una multiplicidad de rostros, ms bien de almas. Es tambin literato, tambin polemista, tambin narrador, t ambin poeta, tambin erudito, tambin analista de su propia alma y su poca, y las quin ce mil pginas de su obra ofrecen de esto un testimonio perentorio; pero hay algo ms: trasciende inesperadamente los aspectos definidos y se presenta bajo posicion es angulares que no todos son capaces de asir. Quin era Papini? La mejor definicin de su personalidad de escritor la proporcion l mismo en una cart a del 3 de marzo de 1920 a Domenico Giuliotti. Al ser acusado por el Solitario d e Greve de escribir bajo la dictadura del demonio (Tu pluma ha escrito durante ve inte aos bajo la dictadura del demonio. Durante veinte aos has envenenado a los de ms y a ti mismo), Papini responda: Y realmente crees que toda mi obra anterior, inclu yendo las partes ms puras y atormentadas, fue escrita bajo la dictadura del demon io? No te parece que en ella se lee, cuando se sabe leer, sobre una aspiracin a lo absoluto y lo infinito, una intolerancia ante las imbecilidades comunes, burgue sas, filisteas y fariseas y un deseo anhelante de luz, certeza, elevacin espiritu al y liberacin de la materia y el mal?[2]. Ah est Giovanni Papini, un alma con refle jos agustinianos y pascalianos sobre un fondo enteramente peculiar. Queremos dec ir: apasionado http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages2/Papini_Giovanni/HistoriaDeCristo_00. htm (9 of 27) [15/01/2011 4:39:57]

Giovanni Papini - Historia de Cristo - La Editorial Virtual buscador de la verdad, nostlgico de Dios, espritu totalitario, amante de la bellez a; pero tambin temperamento arisco, polemista violento, escritor paradojal y verb oso, combatiente audaz. En todos estos aspectos es inconfundible, a menudo desco ncertante y a veces magnfico. Y cmo se hace entonces para ubicarlo, por ejemplo, en una historia de la literatura? Pensemos en Lon Bloy. Quin no advierte una sensacin de incomodidad al recorrer, en una literatura francesa, las pocas pginas (o lneas?) dedicadas al plerin de labsolu, tan estimado por Papini y cercano al mismo? Vuelv e a la mente el famoso pensamiento de Pascal: () esperbamos encontrar un autor y en contramos en cambio un hombre [3]. Es un hombre que supo descubrir y expresar de una manera nueva ciertos componentes universales y por tanto esenciales del espri tu humano. Para comprender (y amar) a Papini, es necesario ir ms all de la mera li teratura (que de hecho no es verdadera literatura) y abandonarse a la bsqueda del hombre que trasciende infinitamente su propio ser: hecho para el infinito, pero circunscrito a caminar por tantas vas estrechas; anhelante de verdad, pero vacil ante en la ignorancia y la duda; con hambre de belleza, vida, superacin y amor, p ero envuelto en una maraa de carencias y lmites. Es en suma el hombre creado por D ios y para Dios, pero retenido por la tierra y para la tierra. En el fondo, la a ventura papiniana, como en tanta literatura de los siglos XIX y XX, es una parfra sis del axioma agustino: Por cuanto nos has creado para ti, oh, Seor, tenemos el c orazn inquieto mientras no descanse en ti [ 4]. Es una caracterstica de Papini habe r acogido y fomentado siempre esta inquietud metafsica, sin dejar jams de buscar, de llamar a todas las puertas, de interrogar a todos los transentes, superando la s tentaciones de abandonarse a la desconfianza y amodorrarse al borde del camino . En su carrera salvando obstculos a travs de la babel de las ms diversas corriente s de pensamiento del pragmatismo al idealismo, del pesimismo al misticismo mgico, de un moralismo de dudosa ley a un escepticismo exasperado y desesperado nunca se resign a permanecer quieto. Siempre http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages2/Papini_Giovanni/HistoriaDeCristo_00. htm (10 of 27) [15/01/2011 4:39:57]

Giovanni Papini - Historia de Cristo - La Editorial Virtual tuvo un instinto especialmente dispuesto a intuir lo falso y distinguir los equvo cos, dejndolos de lado para ir ms all. Es tambin digno de destacar, junto a esa furi bunda bsqueda de la verdad, el elevado concepto que siempre tuvo Papini de la vid a. Incluso cuando galanteaba con el pesimismo y escriba pginas negando los valores humanos y exaltando con locura el suicidio un suicidio ciertamente colectivo , t odo eso se explicaba por el hecho de que lo descubierto por l dentro y fuera de s mismo no responda a su concepcin de la vida. La abofeteaba porque le pareca banal, pero sin saber qu era necesario para hacerla digna de ser vivida. Cuando lo supo, fue tal su alegra como para transformar hasta las horas ms oscuras en canto de am or y sobresalto de juventud. Permtannos citar un trozo dictado poco antes de su m uerte. Es algo extenso, pero da la medida de su alma. Me asombran a veces quienes se sorprenden ante mi calma en el estado lastimoso al cual me ha reducido la en fermedad. He perdido el uso de las piernas, los brazos y las manos y me he vuelt o casi ciego y mudo (). Con todo, no es despreciable lo que me ha quedado y es mu cho y lo mejor (). Siempre tengo la alegra de poder escuchar las palabras de un am igo, la lectura de una bella poesa o una bella historia; puedo sentir un canto me lodioso o una de esas sinfonas que den calor nuevo a todo el ser. Y todo esto no e s nada en comparacin con los dones an ms divinos que Dios me ha dejado. He salvado, aun cuando haya sido a cambio de guerras cotidianas, la fe, la inteligencia, la memoria, la imaginacin, la fantasa, la pasin por meditar y razonar y esa luz inter ior llamada intuicin o inspiracin. He salvado tambin el afecto de los familiares, l a amistad de los amigos, la facultad de amar incluso a quienes no conozco person almente y la felicidad de ser amado incluso por quienes slo me conocen a travs de las obras. Y todava puedo http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages2/Papini_Giovanni/HistoriaDeCristo_00. htm (11 of 27) [15/01/2011 4:39:57]

Giovanni Papini - Historia de Cristo - La Editorial Virtual comunicar a los dems, aun cuando sea con dolorosa lentitud, mis pensamientos y mi s sentimientos. Y si pudiera moverme, hablar, ver y escribir, pero tuviera la men te confusa y obtusa, la inteligencia torpe y estril, la fantasa desvanecida y fati gada, el corazn rido e indiferente, mi desventura sera infinitamente ms terrible. Se ra un alma muerta dentro de un cuerpo intilmente vivo. De qu me servira poseer un len guaje inteligible si no tuviera nada que decir? Siempre he afirmado el predomini o del espritu sobre la materia: sera un estafador o un bellaco si ahora, habiendo llegado al punto de la nueva prueba, cambiase de opinin ante el peso de los padec imientos. Con todo, siempre he preferido el martirio a la imbecilidad. Y puesto q ue estoy en nimo de confesiones, quiero ir ms all de lo verosmil y avanzar hasta lo increble. Las seales esenciales de la juventud son tres: la voluntad de amar, la c uriosidad intelectual y el espritu agresivo. A pesar de mi edad y por encima de m is males, siento con gran fuerza la necesidad de amar y ser amado, tengo un dese o insaciable de aprender cosas nuevas en todos los mbitos del saber y el arte y n o evado la polmica y la batalla cuando se trata de la defensa de los valores supr emos. Por ms que pueda parecer un ridculo delirio, tengo la osada de afirmar que tam bin hoy me siento elevado, en el inmenso mar de la vida, por la alta marea de la juventud [5]. Adems de ser una esplndida pgina de antologa, este trozo revela la gran deza de alma del escritor y el secreto de su obra, ms bien de su vida, a partir d e esos aos lejanos en que, siendo un adolescente florentino y vido lector, se refu giaba para leer bajo los faroles de la Plaza Santa Croce en las noches de invier no o bajo los cipreses de San Miniato en las maanas de verano. http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages2/Papini_Giovanni/HistoriaDeCristo_00. htm (12 of 27) [15/01/2011 4:39:57]

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Las impaciencias de Papini En primer lugar, la impaciencia ante el saber. Alcanzar las fronteras extremas d e la ciencia, aventurarse en todos los senderos del saber, interrogar a vivos y muertos, asir los secretos del universo: stas son algunas expresiones de esa impa ciencia suya que lo indujo a devorar con pasin y furor enciclopedias y biblioteca s. Y me lanc de cabeza en todas las lecturas que me sugeran mi naciente curiosidad o los ttulos de los libros que encontraba en los libros que iba leyendo. Y empren d entonces, sin experiencia, gua ni proyecto alguno, pero con todo el furor de la pasin, la vida dura y magnfica del omnisapiente [6]. Estudi y renov en su espritu los grandes sistemas filosficos: pesimismo, positivismo, monismo, idealismo, solipsis mo, pragmatismo; escuch los mensajes de las grandes religiones; se embriag de poesa . Algunos autores se le presentaron como amigos siempre buscados, otros como adv ersarios para rechazar sin misericordia y otros ms como personas para apoyar y an imar. Junto a la impaciencia del saber, apareci enseguida la impaciencia del asal to. Era urgente derribar paredes para escrutar nuevos horizontes; inquietar los espritus e incitarlos a la bsqueda; invocar la tempestad para renovar el aire. As, Papini, armado con lanza para la defensa y la ofensa, penetra abusivamente, a com ienzos del siglo, en el reino de la cultura. Asume un tono inconfundible y su pl uma pronto adquiere prestigio, produciendo confusin en los ambientes tradicionale s. Como un nuevo cabecilla, conduce cuadrillas de jvenes talentos, que en l recono cen la gua tras la cual pueden agruparse con el fin de remover los olmpicos silenc ios de maestros adormecidos [7]. No se poda aceptar el mundo tal como era. Haba que rehacerlo con la http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages2/Papini_Giovanni/HistoriaDeCristo_00. htm (13 of 27) [15/01/2011 4:39:57]

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fantasa o transformarlo con la destruccin. En este clima de asalto, naci Leonardo ( 1903). Naci bajo la consigna de la intolerancia: intolerancia ante el servilismo n azareno de tantos cristianos, ante la cultura italiana cerrada y provincial, ante la vacuidad de los filsofos que vivan labrando variaciones de nomenclatura, ante el panburguesismo de la poltica y todo academicismo, ante las formas inferiores del ar te; intolerancia, por ltimo, ante todos los monismos, tanto materialistas como ide alistas [8]. Modificar a los hombres escriba en Leonardo (agosto de 1906) , amputar y engrandecer almas, transformar espritus: se es mi arte favorito. Mi objetivo es por tanto bien preciso: no se trata de un lema poltico o religioso, sino puramen te espiritual e interno (). Hacer sentir la necesidad de llevar a cabo algo import ante para que nuestra vida tenga sentido y cierta belleza. Arrancar a las almas de los surcos de la vida comn y elevarlas a la contemplacin desde lejos y en liber tad de los posibles destinos de los hombres y la terrible necedad de la existenc ia cotidiana. Cortaba y demola a causa de la impaciencia por una realidad distinta y mejor. Perennemente insatisfecho e inquieto, se aventurabaen las diversas cor rientes del pensamiento y luego las refutaba para buscar en otros mbitos, sin imp ortar en qu direccin ni en qu compaa. Judo errante del saber (como ms tarde se defin le resultaba imposible detenerse y establecerse ordenadamente en un territorio. En el fondo, su impaciencia aspiraba a lo absoluto. Un uomo finito (Un hombre ac abado) (1912) es el relato, idealizado y en tono pico, del drama de una concienci a inquieta, aguijoneada precisamente por la impaciencia ante lo absoluto. El lib ro analiza la gnesis, las etapas y la embriaguez de la tentacin de convertirse en D ios. Varios captulos reflejan tonos nietzschianos, delirios msticos, perspectivas d e quienes han procurado escalar hacia el cielo (Novalis, Lautramont, Nerval, Poe, http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages2/Papini_Giovanni/HistoriaDeCristo_00. htm (14 of 27) [15/01/2011 4:39:57]

Giovanni Papini - Historia de Cristo - La Editorial Virtual Strindberg, Mallarm). Las pginas ms logradas (adems de las que recuerdan la infancia del autor) son las que describen la destruccin de los sueos locos: en ellas se pu ede encontrar el iter de quienes, incapaces de tolerar la condicin humana, han os ado traspasar las columnas de Hrcules. Cmo puede contentarse con poco quien todo lo ha deseado? Cmo puede gozar de la tierra quien ha buscado el cielo? Cmo puede confor marse con la humanidad quien ha avanzado en el camino de la divinidad? Todo ha t erminado, todo se ha perdido, todo est cerrado. Nada ms hay que hacer. Consolarse? Ni siquiera. Llorar? Pero para llorar se necesita otra vez energa, se necesita un p oco de esperanza! Ya nada s, ya no cuento, nada quiero: no me muevo. Soy una cosa y no un hombre. Tocadme: estoy fro como una piedra, fro como un sepulcro. Aqu est e nterrado un hombre que pudo convertirse en Dios [9]. Acabado, por tanto, pero nicame nte porque no logr ser infinito (Algo distinto a acabado. Pero si an no he comenzado (). Lo mejor viene ahora: solamente hoy nazco. En el naufragio de los locos espeji smos, sus compaeros de impaciencia fueron presa de la mana suicida, el pesimismo r esignado o la ofuscacin de la conciencia. l tuvo la fuerza para dirigir la proa ha cia orillas ms humanas. Pudo as invocar un poco de certeza en pginas que tienen el ri tmo de una oracin y la resonancia de una nostalgia que se confunde con la voz pro funda de la naturaleza humana. La impaciencia ante un loco espejismo se convirti en la impaciencia ante la verdad que salva. No pido pan, gloria ni compasin (). Per o pido y clamo humildemente, de rodillas, con toda la fuerza y la pasin de mi alm a, por un poco de certeza; una sola, una pequea fe segura, un tomo de verdad (). Nec esito un poco de certeza necesito algo verdadero. No http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages2/Papini_Giovanni/HistoriaDeCristo_00. htm (15 of 27) [15/01/2011 4:39:57]

Giovanni Papini - Historia de Cristo - La Editorial Virtual puedo prescindir de eso; no s vivir sin eso. No pido otra cosa, nada ms pido, pero esto que pido es mucho, es una cosa extraordinaria: lo s. Pero la quiero de todo s modos a toda costa debe drseme, si es que en el mundo hay alguien a quien le im porta mi vida (). Sin esta verdad ya no logro vivir y si nadie tiene piedad de m, s i nadie puede contestarme, buscar en la muerte la felicidad de la luz plena o la quietud del vaco eterno [10]. Llegada a la fe Le respondi ese Dios siempre presente en las invocaciones sinceras y sufrientes. En las Memorie dIddio (Memorias de Dios) (1911), libro definido como satnico por e l mismo Papini [11], el atesmo es un estribillo cantado en todos los tonos. En va rias pginas abunda una insolencia a veces en el lmite del sacrilegio, como al form ularse una mstica del atesmo. Dios no slo es despersonalizado, sino adems reducido a a miseria y recubierto de escepticismo hasta el punto de dudar de s mismo. Slo exi ste porque algunos mortales todava piensan en l. Negaba a Dios y lo maldeca, pero e n el fondo senta nostalgia de l y lo invocaba secretamente. Tena una energa espiritu al, oscura y prepotente, que le impeda abandonarse al positivismo, el pragmatismo y el escepticismo. Su alma era ms fuerte que su cerebro: un alma profundamente r eligiosa, naturalmente cristiana. Al leer los Evangelios, San Agustn, Pascal, la Introduction la Vie Dvote de San Francisco de Sales, los Ejercicios espirituales de San Ignacio, los msticos espaoles (Lull, Santa Teresa, San Juan de la Cruz) y a lemanes (sobre todo Meister Eckhart, Suso, Bhme) crea seguir la cultura, pero en r ealidad segua a Dios e invocaba a Cristo. El Papini de los aos anteriores a la con versin da la idea del enamorado que se enoja con la amada, pero porque la ama. Y l amaba a Cristo, desde http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages2/Papini_Giovanni/HistoriaDeCristo_00. htm (16 of 27) [15/01/2011 4:39:57]

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haca varios aos, sin saberlo. En el Crepuscolo dei filosofi (El ocaso de los filsof os), lo defendi contra Nietzsche (Cristo vino al mundo no slo para anunciar el Rein o de los Cielos, sino tambin como portador de salud y fuerza). Si no se decida a te ner el encuentro definitivo, era ya sea por carecer de un conocimiento interior y profundo del cristianismo, por la dificultad de deshacerse de tantos aos de muc ho polvo anticristiano [12] o por temor a agruparse con la nueva oleada de inclin acin catlica que recordaba [13] llegaron a integrar, despus de Huysmans y Verlaine, Claudel y compaa. En Italia, form parte de eso Domenico Giuliotti, del cual se esper mucho, pero slo surgi del mismo un pequeo volumen de poesas terriblemente impersonal es y literarias. La conversin se produjo en 1919. La guerra, con su carga de tragedi a, y el remordimiento por haberla invocado y pretendido; la primera comunin de su s hijas y la dulzura cristiana de su esposa; las reprimendas amigables, pero pun zantes, de Giuliotti: todo eso allan el camino; pero el elemento decisivo adems de la gracia reside en una necesidad interior e impostergable del escritor: necesi dad de certeza, de atracaderos seguros, estables y liberadores, de un orden mora l e intelectual. Sin embargo, como l mismo escribiera, la conversin no fue un refu gio en un cmodo asilo ni la aceptacin supina de una norma moral o un esquema doctr inal. Fue ciertamente un atracadero, pero tambin un rebote hacia alta mar para co nquistar orillas de mayor exaltacin. En la Storia di Cristo (1921), al presentar al Hombre-Dios, Papini da testimonio del mismo, lo exalta y sobre todo lo invoca , con el entusiasmo del nefito, con la alegra del caminante que, tras aos de extravo , llega a la casa del padre, con la necesidad de expresar a gritos a todos, pero especialmente a los hombres de la cultura, la urgencia de un regreso al Salvado r. Ambiciones desmesuradas http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages2/Papini_Giovanni/HistoriaDeCristo_00. htm (17 of 27) [15/01/2011 4:39:57]

Giovanni Papini - Historia de Cristo - La Editorial Virtual Entre las notas que caracterizan la personalidad de Papini, podemos recordar el d elirio de grandeza, la ambicin de lo grande y excesivo y la volubilidad. Si bien la conversin, con la posesin de la verdad definitivamente alcanzada y la superacin de resentimientos e impaciencias, puso un freno a su recelo intelectual, no aplac lo s ardores de su espritu. Con sesenta y cinco aos cumplidos, escriba: Es curioso cmo a esta edad conservo ambiciones desmesuradas que reafloran todos los das: de const ruir una nueva filosofa, de escribir una historia de la humanidad, de hacer un dr ama fantstico que abarque toda la vida, etc. etc. [14]. La imagen de Papini al lee r el Diario, de publicacin pstuma, es de un volcn en fase de erupcin permanente. Nos asombra cmo el cerebro de ese hombre pudo resistir una ebullicin continua de proy ectos, sueos y propsitos: son tantos que si se suman, se llega a la conclusin de qu e las obras materializadas constituyen nicamente la dcima parte de aquellas purame nte ideadas. Careca de sentido de la medida y no supo superar la ambicin de escrib ir obras que abarcasen todos los campos, obras inmortales bajo la estela de su D ante y su Miguel ngel, para cuya realizacin toda una vida no habra sido suficiente y para las cuales no dispona de una adecuada preparacin. Durante ms de cincuenta aos acarici el proyecto de una obra inmensa, redentora, enorme, pavorosa, sobrehumana, e dedic tiempo, estudio e impulsos. Debera haberse llamado Rapporto sugli uomini ( Informe sobre los hombres) o Adamo (Adn). Hecha, deshecha y rehecha varias veces, de ella qued un montn de carpetas, testimonio de un gran sueo desvanecido. Se apoy el Rapporto en la idea de un Giudizio Universale (Juicio Universal), otro proyec to que lo exalt y ocup durante muchos aos, otro sueo desvanecido. http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages2/Papini_Giovanni/HistoriaDeCristo_00. htm (18 of 27) [15/01/2011 4:39:57]

Giovanni Papini - Historia de Cristo - La Editorial Virtual Hay un canto dentro de m que nunca podr salir de mi boca, que mi mano no sabr escrib ir en trozo alguno de papel (). Hay un canto dentro de m que siempre se quedar dent ro de m [15]. En estas expresiones se encuentra todo el drama del escritor florent ino. Intua el milagro de la transfiguracin artstica, pero no lograba traducirla en acto al escribir el Giudizio (ni las otras obras titnicas), de donde surgi la idea d e quemar el manuscrito. No lo quem, pero tampoco lo public, lo cual es testimonio de honestidad y buen sentido. Llegar al ltimo da con el alma entera Es tarea ardua seguir a Papini a travs de su obra: ms de sesenta volmenes, sumament e densos en problemticas, erudicin e intuiciones; inspirados por la nobleza de los propsitos, el amor y el respeto por lo que es genuinamente humano, el culto a la verdad y la dignidad; geniales, envueltos en poesa, vigor estilstico y capacidad de evocacin. La aparicin de algunos de ellos fue como la explosin de una bomba en l a soolienta provincia italiana, y suscit polmicas, contiendas, confrontaciones, inv estigaciones y ardores, todo menos indiferencia. Pensemos en Un uomo finito, Str oncature, Storia di Cristo, SantAgostino, Dante vivo, Gog, Storia della letteratu ra italiana, Lettere agli uomini di papa Celestino VI, Il diavolo. En todo caso, Papini nos ofreci su ms bella sorpresa en sus ltimos aos de vida. Quien se opusiera , como l, durante toda la vida a hombres e ideologas, no poda no oponerse a la sumi sin del alma al cuerpo, gracias a una especie de milagro en el cual la fuerza de la fe se manifest a la par con la fuerza de voluntad. Cada vez ms ciego, cada vez ms inmvil, cada vez ms silencioso. La muerte no es sino inmovilidad taciturna en las tinieblas. http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages2/Papini_Giovanni/HistoriaDeCristo_00. htm (19 of 27) [15/01/2011 4:39:57]

Giovanni Papini - Historia de Cristo - La Editorial Virtual Muerto por tanto un poco cada da, en pequeas dosis, segn el modelo homeoptico. Pero e spero que Dios me conceda la gracia, a pesar de todos mis errores, de llegar al l timo da con el alma entera [16]. Lleg efectivamente con el alma entera a ese da. No estando solo, y superando dificultades gravsimas, logr dictar una cantidad de mate rial tan grande como para constituir varios volmenes: La spia del mondo, La felic it dellinfelice, Schegge. Se encuentran entre sus cosas ms logradas. La serenidad e spiritual, alcanzada con esfuerzos heroicos, se despliega en la pgina en oleadas de poesa que cubre a todas las criaturas, desplegndose con tranquilidad juicios so bre los ms diversos argumentos, con riqueza de cultura, ansia de conquistas siemp re nuevas y conceptuosa densidad. Un da lejano, en una de sus profecas sorprendent es, haba anunciado con anticipacin: Hay un canto dentro de m que debo escuchar yo so lo, que debo padecer y soportar slo yo. Este canto no se pronunciar sino en la ltim a hora de mi vida; este canto ser el principio de una feliz agona [17]. Qu canto? El canto del paraltico, que en la inmovilidad del silln hace el Inventario delle feli cit (Inventario de las bienaventuranzas) [18]. En estas pginas ya no est presente e l flujo de palabras sonantes ni la violencia del polemista centrado en no abando nar la presa; est el canto de un Job nuevo, que se reitera el haber nacido hombre y no bestia, a imagen y semejanza de Dios, un ser vertical que mira el cielo, ilumin ado por el espritu, capaz de ser purificado y redimido por el mismo dolor, con un alma tan noble que puede venerar el genio y desear la santidad, con un pensamiento tan poderoso que adems de hacerte copropietario de un planeta, te permite exaltart e junto a David, Sfocles, Platn, San Francisco, Dante, Petrarca, Leopardi, http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages2/Papini_Giovanni/HistoriaDeCristo_00. htm (20 of 27) [15/01/2011 4:39:57]

Giovanni Papini - Historia de Cristo - La Editorial Virtual Rousseau, Kierkegaard, Dostoievski y Nietzsche. Eres mortal como las yeguas de lo s campos, pero slo en ti resplandece la esperanza que para algunos es certeza de la victoria final sobre la muerte. Eres, tambin en la crcel de la carne y el tiemp o, la impaciente larva de un Dios. El Inventario prosigue. Nacimiento en medio de un pueblo civil, en una nacin cristiana (cuyos santos demuestran que el hombre pu ede ser ms que humano cuando se une, l muerto, al Cristo vivo), en una de las comarc as ms maravillosas y gloriosas de la tierra, en tiempos de sangre, colapso y espant o (que pueden por tanto orientarnos hacia esos bienes que realmente vale la pena r ecuperar). Levantemos entonces la cabeza para buscar con los ojos un trozo de ciel o, un beso de sol. La mayor infelicidad se convierte en razn suficiente del ascen so a una felicidad mayor. Y la alegra ms verdadera para los actores de esa Divina Comedia que es la vida humana ya no consiste en poseer, sino en reconquistar la felicidad, que es nuestra por derecho de nacimiento y guerra. Y por consiguiente t, hombre de afliccin y rencor, levntate del tugurio de zarzas, sacdete el polvo del ictuoso y recoge tus bienaventuranzas abandonadas. Seala el cielo, mira bien; desa parecen las estrellas en la niebla, pero en la lnea de oriente una sombra de oro anuncia la revancha del Padre de regreso. Rara vez un escritor ha alcanzado semej ante grandeza moral; rara vez el canto de un hombre ha girado en tonos tan eleva dos; rara vez una juventud ha explotado con semejante plenitud de vitalidad. http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages2/Papini_Giovanni/HistoriaDeCristo_00. htm (21 of 27) [15/01/2011 4:39:57]

Giovanni Papini - Historia de Cristo - La Editorial Virtual Limitaciones y mritos de Papini Es imposible negarlo. Estuvieron muy lejos de favorecer a Papini sus excesos de estilo, el hecho de abusar demasiadas veces de su habilidad lxica y llegar a acuar cierta terminologa demoledora cuando no le bastaba la del vocabulario, que adems conoca perfectamente. Resultan poco gratas sus complacencias verbales, los frecue ntes tonos forzados, la mano cargada en el color, la tendencia a expresarse en s uperlativo y el uso destemplado de la paradoja. Adems, pocos autores consiguen co n tanta frecuencia, como Giovanni Papini, atraer vigorosamente al lector y luego , en medio del placer que le han entregado, alejarlo con algo inadecuado. Y es c iertamente inadecuado ese ademn altanero de legislador absolutista, as como la sis tematizacin de las cosas mediante afirmaciones categricas ms que con argumentos vlid os, la insistencia demasiado excluyente en un aspecto determinado de un asunto o un personaje o la excesiva seguridad en la propia manera de interpretar incluso ciertas figuras histricas, como Dante, Miguel ngel y otras. stas son las limitacio nes de Papini [19].Sera grave, en todo caso, detenerse en esas limitaciones sin s aber llegar al alma del escritor y descubrir as el significado de su presencia en la cultura de nuestro siglo. Fue ante todo el hombre de la bsqueda inquieta. Su rebelda, su provocacin, su delirante arrojo hacia todos los puntos del horizonte y su forma de aventurarse en todos los caminos para abatir los andamiajes circuns tantes no son sino reacciones ante la mentira del pensamiento oficial, la histor ia oficial y la vida oficial. Esta oficialidad se le presentaba como traicin a la s exigencias naturales y tradicionales de nuestro pueblo, como parlisis intelectu al y moral [20]. Al ir contra la corriente y despedazar los dolos del pasado y la s formas cristalizadas de la inteligencia y la cultura del pas, pretendi actuar so bre el hombre, reivindicando su dignidad y originalidad, es decir, su capacidad de http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages2/Papini_Giovanni/HistoriaDeCristo_00. htm (22 of 27) [15/01/2011 4:39:57]

Giovanni Papini - Historia de Cristo - La Editorial Virtual investigacin y su vocacin para proyectarse a s mismo, construir su destino y rechaz ar toda forma de deshumanizacin en curso y de servilismo intelectual. Buscador de lo absoluto y la verdad, trabajador comprometido a actuar en el alma para redescu brir y rehacer al hombre, sostenedor del primado de la vida sobre la ideologa, am ante de la conquista riesgosa ms que de la posesin negligente: nicamente en esta pe rspectiva adquiere unidad y significado su aventura. En una poca de servilismo co n la esttica idealista, tuvo el valor de escribir un ensayo titulado Lo scrittore come maestro (El escritor como maestro) [21], que marca un final y propone una meta. Al arte como juego, arte por el arte, arte por placer, arte desvinculado d e toda finalidad espiritual, contrapuso el arte como vida y moralidad, como comp romiso y misin. El centro de su obra es el hombre. Con incansable pasin, lo persig ui por todos los caminos para interrogarlo, conocerlo y salvarlo. De ese modo, er igi una galera de bustos, esbozados con bro e inmediatez, y al recorrerla podemos e ncontrar al hombre eterno, sujeto a infinitos llamados, en manos de Dios y Satans . Detrs de cada busto se encuentra sobre todo Papini, hombre de diversas almas, irr itado, exaltado, proftico, pero siempre valeroso, sincero y comprometido. Papini nunca brome con su misin de escritor ni trampe con la verdad. Una vez encontrada, p ermaneci fiel a ella, conservando con todo en el mbito de la ortodoxia la libertad de movimiento y la posibilidad de tener resbalones (como ocurri con Il diavolo ( El diablo)). No se olvida, por ltimo, la fascinacin que brota de sus pginas, debido al atractivo de una prosa robusta, de estructura firme y sabia, de una lengua m odulada en todos los tonos, viva, expresiva, lmpida. Por qu amo a Papini http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages2/Papini_Giovanni/HistoriaDeCristo_00. htm (23 of 27) [15/01/2011 4:39:57]

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Lo amo porque fue un hombre. Vivi intensamente, animado por la pasin por las batal las y las conquistas, dirigiendo siempre la mirada hacia horizontes de dignidad, elevacin moral e inteligencia en lo tocante a los valores autnticos de la vida. L o amo porque yendo contra la corriente, supo decir que no a todo lo que es fcil, cmodo, comn, consuetudinario. Tuvo pasin por el debate constructivo con miras a un mundo distinto, ms digno, ms humano, ms cvico. Lo amo porque rechaz la concepcin de u a literatura banal, de diversin, artificial, que explota los instintos animales, venal, desprovista de alma, anmica. La literatura nos ense , adems de arte, debe ser pedagoga y profeca, cultura y mensaje. Lo amo porque describi ms bien cant las gra s razones del vivir: el ansia de lo absoluto, el estremecimiento ante la belleza , el llamado del amor, la necesidad de Dios, la impaciencia por la verdad. Lo am o porque, una vez que encontr a Cristo, permaneci siempre fiel al mismo, desafiand o miserias, temores y fatigas. Y adems supo reanimar en cristianos soolientos la a legra de una fe que libera y el entusiasmo de una lucha que se refleja en la eter nidad. Lo amo porque al final de su vida ofreci a todos un ejemplo sumamente elev ado de la forma en que se puede y debe sublimar el sufrimiento, transfigurar lo trgico cotidiano, conservar la juventud del espritu y vivir abiertos a la historia . Lo amo, por ltimo, porque catorce das antes de morir, en medio de sufrimientos i nauditos, logr dictar estas palabras: Mira las estrellas. Las estrellas son maravi llosas. Las estrellas dicen a quien sabe leer una palabra ms precisa que los http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages2/Papini_Giovanni/HistoriaDeCristo_00. htm (24 of 27) [15/01/2011 4:39:57]

Giovanni Papini - Historia de Cristo - La Editorial Virtual retricos y los expendedores de vanidades. El pequeo trozo de barro apagado sobre e l cual pones tus pies no es sino un grano estelar en un precipicio sin orillas. No te infles con el soplo de la soberbia, no te creas un dios amo, un rey terres tre; confiesa que no eres creador, sino criatura. Nuestras filosofas son como la h ierba de los techos, que se seca antes de florecer: sentencias de ceniza y razon es de viento. Estamos solos al borde del infinito. Por qu rechazaremos la mano de un padre? Somos lanzados, nosotros, efmeros, desde lo alto de la eternidad. Por qu rechazaremos un apoyo, aun cuando sea a cambio de ser fijados con los clavos de una cruz de campo? [22] Continuar --> Notas *)- Publicado en http://humanitas.cl/html/biblioteca/articulos/552.html Co nsultado el 24/07/2010 1)- F. GIANFRANCESCHI, Attualit di Papini, en Il Tempo, 29 d e octubre de 1972. http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages2/Papini_Giovanni/HistoriaDeCristo_00. htm (25 of 27) [15/01/2011 4:39:57]

Giovanni Papini - Historia de Cristo - La Editorial Virtual 2 Extractado de L. DEL ZANINA, D. Giuliotti profeta in estilo, en Letture, 1967, 6 67. 3 B. PASCAL, Pensamiento (29). 4. SAN AGUSTN, Le confessioni, Sulmona, Ed. Pa oline, 1968, 49. 5 Schegge, Florencia, Vallecchi, 1971, 250-251. 6 Un uomo finit o, Florencia, Vallecchi, 1926, 39. 7 B. GOGO, Giovanni Papini apprendista dellinfi nito, en Profili di scrittori, 6, Miln, Ed. Letture, 1966, 48. 8 Ver P. BARGELLINI , Pian dei giullari, XI, Florencia, Vallecchi, 1953, 37. 9 Un uomo finito, op. c it., 202. 10 Ivi, 246-250. 11 Ver J. LOVREGLIO, Une odysse intellectuelle entre D ieu et Satan. Giovanni Papini. Lhomme, Pars, Lethielleux, 1973, 97, en nota. 12 Hij o de padre ateo, bautizado a escondidas, habiendo crecido sin prdicas ni misas, n unca tuve las llamadas crisis espirituales, noches de Jouffroy o descubrimientos de l a muerte de Dios. Para m, Dios nunca estuvo muerto porque nunca estuvo vivo en mi alma (Un uomo finito, 12). 13 En Puzzo di cristianucci, escrito en 1913, referido en la recopilacin Testimonianze e polemiche religiose, Miln, Mondadori, 1960, 14 Diario, Florencia, Vallecchi, 1962, 382. 15 Poesia in prosa, Florencia, Vallecch i, 1933, 273. http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages2/Papini_Giovanni/HistoriaDeCristo_00. htm (26 of 27) [15/01/2011 4:39:57]

Giovanni Papini - Historia de Cristo - La Editorial Virtual 16 La spia del mondo, Florencia, Vallecchi, 1955, 794. 17 Poesia in prosa, op. c it., 273. 18 La spia del mondo, op. cit., 722-723. 20 Ver F. CASNATI, Papini, ope raio della vigna, en Vita e Pensiero, agosto de 1956. 21 Citado en La pietra infe rnale, Brescia, Morcelliana, 1934. 22 Il cielo sopra i dormienti, en Schegge, op. cit., 293. Giovanni Papini - Historia de Cristo http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages2/Papini_Giovanni/HistoriaDeCristo_00. htm (27 of 27) [15/01/2011 4:39:57]

Giovanni Papini - Historia de Cristo Giovanni Papini - Historia de Cristo EL AUTOR AL QUE LEYERE I Desde hace cincuenta aos, los que se dicen "espritus libres" porque han desertad o de la Milicia por los Ergstulos, deliran por asesinar por segunda vez a Jess. Po r matarlo en el corazn de los hombres. No bien les pareci que esta segunda agona de Cristo estaba en los penltimos estertores, se adelantaron los necrforos. Bfalos pr esuntuosos que haban tomado las bibliotecas por establos, cerebros aerostticos que crean tocar el cielo subiendo en el globo de la filosofa, profesores enardecidos por fatales borracheras de filologa y de metafsica se armaron el Hombre lo quiere! como cruzados contra la Cruz. Ciertos frvolos revoloteadores quisieron hacer ver, con una fantasa que avergonzara a la famosa Radcliffe, que la historia de los Eva ngelios era una leyenda a travs de la cual se poda a lo sumo reconstruir una vida natural de Jess, quien habra tenido un tercio de profeta, un tercio de nigromante y otro tercio de enredapueblos; y no habra hecho milagros, fuera de la curacin hip ntica de algn obseso, ni muerto en la cruz, sino que se habra despertado en el fro d e la tumba y reaparecido con aire misterioso para hacer creer que haba resucitado . Otros pretendan demostrar, como dos y dos son cuatro, que Jess es un mito creado en los tiempos de Augusto y de Tiberio y que todos los Evangelios se reducen a un tosco mosaico de textos profticos. Otros representan a Jess como un buen hombre , pero demasiado exaltado http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages2/Papini_Giovanni/HistoriaDeCristo_01. html (1 of 91) [15/01/2011 4:42:56]

Giovanni Papini - Historia de Cristo y fantstico, educado en la escuela de los Griegos, de los Budistas y de los Eseni os, que habra amasado como pudo unos plagios para hacerse creer el Mesas de Israel . Otros hicieron de l un humanitario manaco, precursor de Rousseau y de la Democra cia: hombre excelente para su tiempo, pero a quien hoy se sometera a la cura de u n alienista. Otros, en fin, para acabar de una vez, recogieron de nuevo la idea del mito y, a fuerza de calendarios y comparaciones, concluyeron que Jess no haba nacido nunca en lugar alguno del mundo. Pero quin ocupara el puesto del gran Desahu ciado? Cada da era ms profunda la fosa y, con todo, no conseguan soterrrnoslo por en tero. Y he aqu un escuadrn de faroleros y pintureros del espritu, dispuestos a fabr icar religiones para el consumo de los irreligiosos. Durante todo el siglo XVIII las sacaron del horno a pares y por medias docenas. La religin de la Verdad, del Espritu, del Proletariado, del Hroe de la Humanidad, de la Patria, del Imperio, d e la Razn, de la Belleza de la Naturaleza, de la Solidaridad, de la Antigedad, de la Energa, de la Paz, del Dolor, de la Piedad, del Yo, del Futuro, y as sucesivame nte. Algunas no eran sino refundiciones de un Cristianismo desmochado y deshuesa do, de un Cristianismo sin Dios; las ms eran polticas o filosficas que intentaban t rocarse en msticas. Pero eran pocos los fieles y flaco su entusiasmo. Aquellas he ladas abstracciones, aunque sostenidas a veces por intereses sociales o por pasi ones literarias, no llenaban los corazones de los que se haba querido desarraigar a Jess. Se intent, entonces, barajar simulacros de religiones que tuviesen algo m ejor que las otras lo que los hombres buscan en la religin. Los Francmasones, los Espiritistas, los Tesofos, los Ocultistas, los Cientificistas creyeron haber enc ontrado el substituto del Cristianismo. Pero estas mezcolanzas de mohosas supers ticiones y de cabalstica cariada; estos guisados de inspido racionalismo y de cien cia fracasada, de simbolismo simiesco y de humanitarismo avinagrado: estos zurci dos mal hechos de http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages2/Papini_Giovanni/HistoriaDeCristo_01. html (2 of 91) [15/01/2011 4:42:56]

Giovanni Papini - Historia de Cristo budismo de exportacin y de Cristianismo traicionado, contentaron a unos miles de mujeres ociosas, de asnos en dos pies, de condensadores del vaco, y pare usted de contar. En tanto, entre un presbiterio alemn y una ctedra suiza, se vena aprestand o un nuevo Anticristo. "Jess dijo el tal, descendiendo de los Alpes al sol ha mor tificado a los hombres; el pecado es bello, la violencia es bella; es bello todo aquello que halaga la Vida." Y Zarathustra, despus de haber arrojado al Mediterrn eo los textos griegos de Leipzig y las obras de Maquiavelo, comenz a brincar a lo s pies de la estatua de Dionisio con la gracia que puede tener un alemn nacido de un pastor luterano y recin llegado de una ctedra helvtica. Pero aunque sus cantos eran dulces al odo, no consigui nunca explicar qu es esa adorable Vida a la que pre tenda sacrificar una parte tan viva del hombre como es la necesidad de reprimir l os propios instintos de bestia, ni supo decir en qu manera Cristo, el Cristo verd adero de los Evangelios, se opone a la vida, cuando l precisamente quiere hacerla ms alta y feliz. Y el pobre Anticristo, cuando estuvo prximo a la locura, firm su l tima carta: "El Crucificado". II Con todo, despus de tanta dilapidacin de tiempo y de ingenio, Cristo no ha sido expulsado de la tierra. Su memoria est por doquier. En las paredes de las iglesi as y de las escuelas, en las cimas de los campanarios y de los montes, en las er mitas de los caminos, a la cabecera de las camas y sobre las tumbas, millones de cruces recuerdan la muerte del Crucificado. Raspad los frescos de las iglesias, quitad los cuadros de los altares y de las casas, y la vida de Cristo llenar tod ava los museos y las galeras. Arrojad al fuego misales, breviarios y eucologios y seguiris encontrando su nombre y sus palabras en todos los libros de literatura. Hasta las blasfemias son un involuntario recuerdo de su http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages2/Papini_Giovanni/HistoriaDeCristo_01. html (3 of 91) [15/01/2011 4:42:56]

Giovanni Papini - Historia de Cristo

presencia. Hgase lo que se quiera, Cristo es un fin y un principio, un abismo de misterios divinos entre dos perodos de historia humana. La Gentilidad y la Cristi andad no pueden soldarse. Antes de Cristo y despus de Cristo. Nuestra Era, nuestr a civilizacin, nuestra vida, comienzan con el nacimiento de Cristo. Podemos inves tigar y saber lo que hubo antes de l, pero ya no es nuestro, est sealado con otros nmeros, circunscrito en otros sistemas, no mueve ya nuestras pasiones: puede ser bello, pero est muerto. Csar hizo, en sus tiempos, ms ruido que Jess, y Platn enseaba ms ciencias que Cristo. Todava se habla del primero y del segundo, pero quin se acal ora por Csar o contra Csar? Y dnde estn hoy los platonistas o los antiplatonistas? Cr isto, por el contrario, est siempre vivo entre nosotros. Hay todava quien le ama y quien le odia. Hay una pasin por la Pasin de Cristo y otra por su destruccin. Y el encarnizamiento de tantos contra l dice que no est todava muerto. Los mismos que s e esfuerzan en negar su existencia y su doctrina se pasan la vida recordando su nombre. Vivimos en la Era Cristiana. Y no ha terminado. Para comprender nuestro mundo, nuestra vida, para comprendernos a nosotros mismos, hay que ir a l. Cada e dad debe volver a escribir su Vida. Tambin la nuestra la ha escrito y ms que otra alguna. De suerte que el autor de este libro debera en este punto justificarse de haberlo escrito. Pero la justificacin, si es que hace falta, aparecer manifiesta a los que quieran leerlo hasta la ltima pgina. Ningn tiempo estuvo tan separado de Cristo y tan necesitado de l como el nuestro. Mas para hallarlo de nuevo no basta n los viejos libros. Ninguna vida de Cristo, ni aun escrita por un escritor de g enio superior a http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages2/Papini_Giovanni/HistoriaDeCristo_01. html (4 of 91) [15/01/2011 4:42:56]

Giovanni Papini - Historia de Cristo cuantos fueron, podr ser ms bella y perfecta que los Evangelios. La cndida sobrieda d de los cuatro primeros historiadores no ser nunca superada por todas las maravi llas del estilo y de la poesa. Y bien poco podemos aadir a lo que dijeron. Pero quin lee, hoy, a los Evangelistas? Y cuntos los sabran leer de veras si los leyesen? La s glosas de los filsofos, los comentarios de los exgetas, las variantes y la erudi cin de los apostilladores de poco aprovechan acomodos de la letra, pasatiempos de pacientes cerebros. Pero el corazn quiere otra cosa. Cada generacin tiene sus pre ocupaciones y sus pensamientos y sus locuras. Es menester retraducir el antiguo Evangelio para ayuda de los extraviados. Para que Cristo est vivo siempre en la v ida de los hombres, eternamente presente, es forzoso resucitarlo, por decirlo as, de cuando en cuando. No ya para repintarlo con los colores del da, sino para rep resentar con palabras vivas, con referencias a lo actual, su eterna verdad y su historia inmutable. De tales resurrecciones librescas, doctas o literarias, est l leno el mundo; pero al autor de sta le parece que muchas han sido olvidadas y otr as no son apropiadas. Especialmente en Italia, despus de las ltimas experiencias. Para contar la historia de las historias de Cristo sera menester otro libro, aun ms voluminoso que ste. Pero las historias ms ledas y conocidas se pueden distribuir, a ojo de buen cubero, en dos grandes divisiones. Las escritas por gente de Igle sia para los creyentes, y las escritas por hombres de ciencia para uso de profan os. Ni aqullas son perfectas ni stas pueden satisfacer a quien busca, en una vida, la Vida. III Muchas de las vidas de Jess destinadas a los devotos exhalan no s qu de http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages2/Papini_Giovanni/HistoriaDeCristo_01. html (5 of 91) [15/01/2011 4:42:56]

Giovanni Papini - Historia de Cristo enmohecido y flojo que repele, desde las primeras pginas, al lector hecho a ms del icados y sustanciosos manjares literarios. Hay un humo de cirio apagado, un vaho de incienso desvanecido y de aceite malo que ahoga el aliento. No se respira bi en. El incauto que se acerca y recuerda las vidas de los grandes hombres escrita s con grandeza, y tiene alguna nocin del arte de escribir y de la poesa, se siente desfallecer cuando se adentra en esa prosa blanda, floja, deshilachada, toda re miendos y zurcidos de lugares harto comunes que fueron vivos mil aos ha, pero que ahora estn exnimes, petrificados, reunidos como las piedras de un lapidario o las recetas de un formulario. Pero todava es peor cuando estos corredores exhaustos quieren emprender de pronto el galope de la lrica o el trote de la elocuencia. Es as gracias fuera de uso, ese dulzor que sabe a Arcadia purista y a modelos de bu en estilo para academias provincianas, ese falso calor templado y de melosa dign idad, acobardan a los ms resistentes y temerarios. Y cuando no se abisman en las intrincadas cuestiones de la escolstica caen en la desvada oratoria de la homila do minical. Son libros hechos, en suma, para quien cree en Jess, es decir, para quie n podra, en cierto sentido, prescindir de ellos. Los hay ptimos tambin, pero los le gos, los indiferentes, los profanos, los artistas, los acostumbrados a la grande za de los antiguos y a la novedad de los modernos, no buscan esos volmenes o, ape nas los cogen, los dejan. Con todo, son precisamente estos lectores los que ms se ra menester conquistar, porque son los que se han apartado de Cristo y los que ho y constituyen la opinin y hacen ruido en el mundo. Los otros, los doctos que escr iben para los no creyentes, logran todava menos atraer a Jess las almas que no sab en ser cristianas. Primeramente, porque no es se casi nunca el fin que se propone n, y ellos mismos, casi todos, son de los que deberan ser conducidos de nuevo al Cristo vivo y verdadero; y luego, porque su mtodo que quiere ser, segn dicen, histr ico, critico, cientfico los lleva ms bien a detenerse en los textos y en los hecho s exteriores, con el fin de determinarlos o destruirlos, que a considerar el val or y la luz que, si quisieran, podran hallar en esos textos y en esos hechos. La mayora de ellos tiende a encontrar el hombre en el Dios, http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages2/Papini_Giovanni/HistoriaDeCristo_01. html (6 of 91) [15/01/2011 4:42:56]

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la normalidad en el milagro, la leyenda en las tradiciones, y sobre todo buscan las interpolaciones, las falsificaciones y los apcrifos en la primitiva literatur a cristiana. Los que no llegan a negar que Jess haya vivido, sustraen cuantos tes timonios pueden de los que de l nos quedan, y a fuerza de "ses", de "peros", de "c onsideraciones" y de "respeto", de dudas y de hiptesis, no llegan a escribir una historia cierta, aunque tampoco, por fortuna, a deshacer la contenida en el Evan gelio. Tantas son las contradicciones entre ellos mismos, que todo sistema nuevo tiene, por lo menos, el mrito de reducir a nada los excogitados anteriormente. E n suma, estos historiadores, con todo su aparejo de retazos y de andrajos, con t odos los recursos de la critica textual, de la mitologa, de la paleografa, de la a rqueologa, de la filologa semtica y helenista, no hacen sino triturar y diluir, a f uerza de desmenuzamientos y capciosidades, la sencilla vida de Cristo. La conclu sin de todo este afn y agitacin sera, segn ellos, que Jess no ha venido nunca a la ti rra, o que, si por acaso vino en verdad, nada podemos decir de cierto. Les queda todava por explicar el hecho del Cristianismo; pero lo mejor que saben hacer est os enemigos de Cristo es andar buscando en Oriente y Occidente las "fuentes", se gn dicen, del pensamiento cristiano, con la intencin, nada disimulada, de resolver lo todo en sus prejuicios judaicos, helnicos y hasta indios y chinos, como para d ecir: veis?; se vuestro Jess. En el fondo no solamente fue un hombre sino un pobre h ombre, pues no ha dicho nada que el gnero humano no supiese de memoria antes que l. Se podra, entonces, preguntar a estos negadores de milagros cmo explican el milag ro de un sincretismo de antiguallas que habra creado en torno a la memoria de un oscuro plagiario, un movimiento inmenso de hombres, de pensamientos y de institu ciones, tan fuerte y avasallador, que cambi la faz del mundo. Pero, al menos por ahora, no haremos sta y otras preguntas. En pocas palabras, si del mal gusto de c iertos compiladores devocionales se pasa, en busca de luces, a los monopolizador es de "la verdad histrica", se cae de la vaguedad pietstica en el barullo estril. L os primeros no saben http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages2/Papini_Giovanni/HistoriaDeCristo_01. html (7 of 91) [15/01/2011 4:42:56]

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llevar de nuevo a Cristo los extraviados, y los otros lo dejan en los zarzales d e la controversia. Ni los unos ni los otros invitan a leer. Es decir: escriben m al. Si la fe los divide, la cacografa los une. Tanto el nfasis untuoso como la gel idez de los universitarios repugnan a los espritus cultos que conocen, aunque ms n o sea de pasada, la poesa del Evangelio, idilio divino y tragedia divina. Tan es as, que la nica vida de Jess leda hoy todava por muchsimos laicos, despus de tantos y tantas mudanzas de gusto y de opinin, es la del apstata Renn, que repugna, sin em bargo, a todo cristiano verdadero por su diletantismo, insultante hasta en la al abanza, y a todo historiador puro por sus componendas y su insuficiencia crtica. Pero el libro de Renn, aunque parezca la obra de un novelista escptico maridado co n la filologa o de un semitista que padece nostalgias literarias, tiene el mrito d e estar "escrito", es decir, de hacerse leer aun por aquellos que no son especia listas. Hacerse leer de buen grado no es el nico ni el mayor mrito que puede tener un libro, y quien se satisficiera con eso slo y no diese importancia a lo dems, d emostrara ser ms antojadizo que enamorado. Pero convengamos en que es un mrito, y n o tan pequeo, para un libro: es decir, para una cosa que se propone precisamente ser leda. Especialmente cuando no quiere ser nicamente instrumento de estudio, sin o llegar a lo que antes se deca la "mocin de los afectos", o, por decirlo a la bue na de Dios, quiere "rehacer a la gente. Al autor del presente libro le ha parecid o y si se equivoca agradecer el ser advertido por quien est ms al da que l que ent tantos miles de libros que hablan de Jess falta uno que pueda satisfacer a quien busque, en vez de doctas disquisiciones, un alimento apropiado al alma, a las ne cesidades actuales y de todos. Intenta escribir un libro vivo, que muestre ms viv o a Cristo, viviente siempre, con amorosa vitalidad, a los ojos de los vivos. Qu e lo haga sentir presente, con una presencia eterna, a los presentes. Que lo rep resente en toda su viviente y presente grandeza perenne y, por tanto, actual a l os que le han vilipendiado y recusado, a los que no le aman porque no han http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages2/Papini_Giovanni/HistoriaDeCristo_01. html (8 of 91) [15/01/2011 4:42:56]

Giovanni Papini - Historia de Cristo visto nunca su rostro verdadero. Que manifieste cunto hay de sobrenatural y simbli co en sus primeros pasos humanos, en sus principios tan oscuros, sencillos y pop ulares, y cunto de familiar humanidad, de popular sencillez se trasluce an en su m ansin de libertador celestial, en su fin de ajusticiado y resucitado divino. Que muestre, en fin, en aquel epos trgico, en el que verdaderamente han puesto mano c ielo y tierra, cuntas enseanzas a propsito para nosotros, adecuadas a nuestro tiemp o, a nuestra vida, se pueden deducir, no slo de la lectura de los discursos, sino tambin de la misma sucesin de vicisitudes que se extiende desde el establo de Beln hasta la nube de Betania. Un libro escrito por un seglar para los seglares que no son cristianos, o que solamente lo son en apariencia. Un libro sin ternezas p ietistas y sin la aridez de la literatura que se llama "cientfica" nicamente porqu e siente un perpetuo terror de la afirmacin. Un libro, en fin, escrito por un mod erno que tenga un poco de respeto y conocimiento del arte y sepa llamar la atenc in incluso de los hostiles. IV El autor no pretende haber hecho un libro de esa ndole, aunque confese haber pensa do en ello muchas veces; pero, cuando menos, ha intentado, en cuanto su capacida d le ayuda, acercarse a ese propsito. Y declara desde ahora, con sincera humildad , no haber hecho labor de "historiador cientfico". No la ha hecho porque no hubie ra podido hacerla; pero, aun habiendo posedo toda la ciencia que fuera menester, tampoco hubiera querido hacerla. Tngase en cuenta, entre otras cosas, que el libr o ha sido escrito, casi todo l, en el campo, y en un campo lejano y selvtico, con poqusimos libros, sin consejos de amigos ni revisiones de maestros. No http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages2/Papini_Giovanni/HistoriaDeCristo_01. html (9 of 91) [15/01/2011 4:42:56]

Giovanni Papini - Historia de Cristo ser, pues, citado por los Porteros de la Alta Crtica, ni por los escudriadores de c udruple anteojo, entre las "autoridades en la materia". Poco importa si puede hac er algn bien a un alma aunque sea una sola. Porque quiere ser, segn se ha dicho, co mo un nuevo hallazgo del Cristo del Cristo embalsamado por algunos en aromas eva porados o descarnado por los escalpelos universitarios y no ya otra inhumacin. El escritor se ha fundado en los Evangelios: tanto, bien entendido, sobre los Sinpt icos como sobre el cuarto. Las infinitas disertaciones y disputas sobre la autor idad de los cuatro historiadores, sobre las fechas, sobre las supuestas interpol aciones, sobre su dependencia recproca y sobre las verosimilitudes y derivaciones , le han dejado indiferente, lo confiesa. No poseemos documentos ms antiguos que esos; ni otros contemporneos, judos o paganos, que nos permitan corregirlos o desm entirlos. Quien se arriesgue en semejante trabajo de tamizacin y de verificacin po dr dilapidar mucha doctrina; pero no har progresar un paso el verdadero conocimien to de Cristo. Cristo est en los Evangelios, en la Tradicin apostlica y en la Iglesi a. Fuera de ah todo es tinieblas y silencio. Quien acepte los cuatro Evangelios h a de aceptarlos enteros slaba por slaba , o rechazarlos desde el principio al fin y decir: no sabemos nada. Querer distinguir en esos textos entre cierto y probabl e, entre histrico y legendario, entre fondo y aadiduras, entre primitivo y dogmtico , es empresa temeraria, que termina casi siempre, en efecto, con la desesperacin de los lectores, los cuales, en medio de aquella zalagarda de sistemas que de di ez en diez aos se contradicen y destrozan, acaban por no entender y los dejan a t odos. Los ms famosos histlogos neotestamentarios convienen todos en que la Iglesia ha sabido escoger, en el gran aluvin de la primitiva literatura, los Evangelios ms antiguos, reputados desde entonces como fieles. No se pide ms. Junto con los Ev angelios, el autor de este libro ha tenido presente aquellos "loga" y "agrapha" q ue tenan ms sabor evanglico, y tambin algunos http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages2/Papini_Giovanni/HistoriaDeCristo_01. html (10 of 91) [15/01/2011 4:42:56]

Giovanni Papini - Historia de Cristo textos apcrifos, usados "con juicio. Y, en fin, nueve o diez libros modernos, entr e los que tena a mano. Le parece, por lo que ha podido ver, que se ha apartado al guna vez de las opiniones comunes, y que ha pintado un Cristo que no siempre tie ne las facciones de los conos ordinarios; pero no podra asegurarlo con certeza ni tiene en mucho la novedad que pudiera haber en su libro, escrito con la esperanz a de que resulte bueno antes que bello. Tanto ms cuanto que le suceder, en cambio, repetir cosas dichas por otros, que su ignorancia le ha impedido conocer. En es tas materias, la sustancia, que es la verdad, es inmutable y no puede haber en e lla de nuevo sino la manera de representarla con formas ms eficaces, para que sea ms fcilmente aprehensible. Como ha querido huir de los laberintos de la alta crtic a erudita, no ha pretendido tampoco detenerse demasiado en los misterios de la T eologa. Se ha acercado a Jess con la simplicidad del deseo y del amor, como se ace rcaban a Jess, cuando hablaba, los pescadores de Cafarnaum. Aun mantenindose fiel a las palabras de la Revelacin y a los dogmas de la Iglesia Catlica, ha procurado a veces representar aquellos dogmas y aquellas palabras en trminos diferentes de los acostumbrados, con un estilo violento de contrastes y de escorzos, animado p or expresiones crudas y fuertes, para ver si las almas de hoy, avezadas a las ac res especias del error, podran despertarse a los golpes de la verdad. El autor ha tenido presente, no slo el mundo hebreo, sino el antiguo, con la esperanza de mo strar la novedad y la grandeza de Cristo frente a todos los que le haban precedid o. No siempre ha seguido el orden de los tiempos y de los acontecimientos, porqu e convena ms a su fin particular que no es, como ya ha dicho, propiamente histrico recoger ciertos grupos de pensamientos y de hechos, para iluminarlos con ms fuerz a, en vez de dejarlos dispersos aqu y all en el curso del relato. http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages2/Papini_Giovanni/HistoriaDeCristo_01. html (11 of 91) [15/01/2011 4:42:56]

Giovanni Papini - Historia de Cristo Para no dar un aspecto pedante al libro, ha suprimido todas las referencias de c itas y ha querido prescindir de notas. No quiere parecer lo que no es, a saber: un doctor en bibliografa, y no quiere que la obra huela ni de lejos al aceite de las luces de la erudicin. Los que entienden de estas cosas se darn cuenta de las a utoridades no citadas y de las soluciones que ha escogido respecto de ciertos pr oblemas de concordancia. Los otros, los que buscan nicamente cmo se ha mostrado Cr isto a uno de ellos, sentiran fastidio de tanto aparato textual y de las disertac iones al pie de la pgina. Una sola palabra quiere decir aqu respecto de la Pecador a que llora a los pies de Jess: si bien la mayora ve en los Evangelios dos escenas diversas y dos mujeres diversas, el autor se ha permitido, por razones de arte, reunirlas en una sola, y de ello pide perdn, que espera le ser concedido, porque no se trata de materia dogmtica. Debe tambin advertir que no ha podido desarrollar a su manera los episodios donde comparece la Virgen Madre: por no alargar demas iado el libro, ya extenso, y especialmente por la dificultad de mostrar de pasad a todo el rico fondo de religiosa belleza que hay en la figura de Mara. Sera neces ario otro volumen, y el escritor est tentado de arriesgarse, si Dios le da mimbre s y tiempo, a "decir de ella lo que nunca an se dijo de ninguna. Advertirn, al meno s aquellos que tienen prctica de leer los Evangelios, que otras cuestiones de men or importancia se dejan a un lado, y algunas, por el contrario, se alargan de un modo inslito. Porque stas le han parecido al que escribe ms apropiadas que aqullas a su fin, que es para decirlo con un trmino desusado y casi repugnante a los bell os ingenios la edificacin. V ste quiere ser un libro la risotada est prevista de edificacin. No ya en el senti do de beatera mecnica, sino en el sentido humano y viril de http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages2/Papini_Giovanni/HistoriaDeCristo_01. html (12 of 91) [15/01/2011 4:42:56]

Giovanni Papini - Historia de Cristo renovacin de las almas. Edificar una casa es una accin santa y grande: es dar un r efugio contra el invierno y la noche, un ascender a lo alto. Pero edificar un alm a, construir con piedras de verdad! Cuando se habla de "edificar" no se ve ms que un verbo abstracto, gastado por la costumbre. Edificar, en el significado ordin ario, quiere decir obra de albail. Quin de vosotros ha pensado nunca en todo lo que es menester para construir, para construir bien, para hacer una verdadera casa, una casa que se sostenga, que est asentada en tierra, con las paredes maestras a plomo, con el techo que no deje pasar el agua? Y todo lo que es menester para e dificar; piedras escuadradas, ladrillos bien cocidos, vigas no carcomidas, cal d e buena hornada, arena fina y no terrosa, cemento no envejecido ni disipado. Y p oner en su sitio cada cosa, con vista y paciencia; hacer ensamblar las piedras u nas con otras; no poner demasiada agua o demasiada arena en la argamasa; tener hm edos los muros; saber rellenar las hendiduras y pulir convenientemente el enyesa do. Y la casa sube da tras da al cielo, la casa del hombre, la casa adonde llevar a su mujer, donde nacern sus hijos, donde podr hospedar a los amigos. Pero la mayora cree que para hacer un libro basta con tener una idea y despus coger unas cuanta s palabras y reunirlas de cualquier modo. No es verdad. Un tejar, una cantera, n o son una casa. Edificar una casa, edificar un libro, edificar un alma son traba jos que comprometen a todo un hombre y todas sus responsabilidades. Este libro q uisiera edificar almas cristianas, porque sta le parece al escritor en estos tiem pos, en este pas, una necesidad que no admite dilaciones. S lo conseguir o no, no p uede decirlo hoy quien lo ha escrito. Pero reconocern, as lo espera, que ste es un libro, un verdadero libro y no un muestrario, un conglomerado de remiendos. Un l ibro que puede ser mediocre o equivocado, pero que est construido: una obra edifi cada adems de edificante. Un libro con su plan y su arquitectura, una verdadera c asa con su atrio y sus arquitrabes, con sus tabiques y sus bvedas, e incluso http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages2/Papini_Giovanni/HistoriaDeCristo_01. html (13 of 91) [15/01/2011 4:42:56]

Giovanni Papini - Historia de Cristo con alguna ventana a los cielos o al campo. El autor de este libro es o por lo m enos quisiera ser un artista, y no hubiera podido olvidar esta cualidad suya en esta ocasin precisamente. Pero declara no haber querido hacer obra, como se deca a ntes, de "bella literatura", o, como se dice ahora, de "pura poesa; porque le inte resaba ms la verdad que la belleza. Pero si aquellas dotes suyas, por escasas que sean, de escritor aficionado a su arte pueden persuadir, aunque no sea sino a u na sola alma, estar ms contento que antes de los dones que ha recibido, Su inclina cin a la poesa le ha servido, tal vez, para hacer ms "actual" y en cierto modo ms fr esca la evocacin de las cosas antiguas, que parecen petrificadas en el hieratismo de las imgenes consagradas por el uso. Para el hombre de imaginacin todo es nuevo y presente. Toda estrella grande que se mueve de noche puede ser la que nos ens ea la casa donde nace un hijo de Dios; todo establo tiene un pesebre que se puede convertir en cuna cuando se llene de heno seco y paja limpia; toda montaa desnud a, encendida de luz en las maanas doradas sobre el valle todava en sombras, puede ser el Sina o el Tabor; en los fuegos de los rastrojos o de las carboneras que br illan de noche sobre las colinas podemos ver la llama que Dios enciende para gui arnos en el desierto; y la columna de humo que sube de la chimenea del pobre ens ea de lejos el camino al bracero que regresa. El asno que lleva sobre la albarda a la pastora que viene de ordear es el mismo en que cabalgaba el profeta hacia lo s campamentos de Israel, o el que baj haca Jerusaln por la fiesta de Pascua. La pal oma que arrulla sobre el alero del tejado recuerda la que anunci al patriarca el fin del castigo o la que baj sobre el agua del Jordn. El autor, con todo, pide per dn a sus austeros contemporneos si, ms a menudo de lo que conviene, se dej llevar de la que hoy se llama, casi con repugnancia, elocuencia hermana carnal de la retri ca y madre adulterina del nfasis y de otras hidropesas de la bella elocucin. Pero t al vez se admitir que no se poda escribir la historia de Cristo con el mismo estil o http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages2/Papini_Giovanni/HistoriaDeCristo_01. html (14 of 91) [15/01/2011 4:42:56]

Giovanni Papini - Historia de Cristo llano y pacato que le va bien a la de Don Abundio. El propio Manzoni, cuando can t la Navidad y la Resurreccin, no recurri a los modos del habla florentina sino a l as imgenes ms solemnes del Antiguo y del Nuevo Testamento. Sabe muy bien el autor que la elocuencia disgusta a los modernos como las telas de un rojo vivo a las s eoras de ciudad y el rgano de iglesia a los bailarines de minu; pero no siempre ha conseguido prescindir de ella. La elocuencia, cuando no es pura declamacin, es de sbordamiento de fe, y en una edad que no cree, no hay sitio para la elocuencia. Mas la vida de Jess es un poema y un drama de tal ndole, que requerira siempre, en vez de las palabras harto usadas de que podemos disponer, aquellos "vocablos des garrados y convulsos" de los que habla Pasavanti. Bossuet, que algo saba de elocu encia, escribi cierta vez: "Plut a Dieu que nous puissons dtacher de notre parole tout ce qui flatte 1 orelle, tout ce qui delecte 1 esprt, tout ce qu surprende l im agination, pour ne laisser que la vert toute simple, la seule force et l efficace toute pure du Saint Esprit, nulle pense que pour convertir!. [1] Justsimo; pero, cons eguirlo...? En algunos momentos el autor de esta obra hubiera querido poseer una elocuencia animosa y arrebatadora, capaz de hacer temblar a todo corazn; una imag inacin suntuosa capaz de transportar las almas, por sbito encanto, a un mundo de l uz, de oro y de fuego. En otros momentos, por el contrario, se dola de ser demasi ado artista, demasiado literato, demasiado miniador y mosaicista, y de no saber dejar las cosas en su poderosa desnudez. Un libro no se aprende a escribir como se debiera sino cuando se ha acabado de escribirlo. Llegados a la ltima palabra, con la experiencia adquirida en el trabajo, sera menester empezar otra vez y reha cerlo del todo. Pero, quin tiene, no digo ya la fuerza, pero ni la intencin de hace rlo as? Si este libro tiene en alguna pgina el tono del sermn, no ser un mal muy gra nde. En estos tiempos en que a los sermones de las iglesias donde frecuentemente se dicen mediocremente cosas mediocres, pero donde ms http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages2/Papini_Giovanni/HistoriaDeCristo_01. html (15 of 91) [15/01/2011 4:42:56]

Giovanni Papini - Historia de Cristo frecuentemente an se repiten verdades que no se debieran olvidar no van generalme nte ms que mujeres y algn viejo: es menester pensar tambin en los dems. En los sabih ondos, en los "intelectuales", en los refinados, en aquellos que no entran nunca en la iglesia, pero que entran alguna vez en casa del librero. Los cuales por n ada del mundo querran escuchar el sermn de un fraile; pero se dignan leerlo si est impreso en un libro. Y nuestro libro sea dicho una vez ms est hecho para los que e stn fuera de la Casa de Cristo. Los otros, los que han permanecido dentro de ella , unidos a los herederos de los apstoles, no han menester de mis palabras, Pide t ambin perdn el escritor por haber hecho una obra de muchas demasiadas pginas en tor no de un solo argumento. Hoy que la mayor parte de los libros incluso de los suy os no son sino manojos o hacecillos de pginas reunidas de los peridicos, o novelil las de corto aliento, o apuntes de cartera, y no pasan por lo comn de las doscien tas o trescientas pginas, haber escrito ms de seiscientas [2] sobre un tema nico pa recer presuncin, y hasta de las grandes. El libro, ciertamente, parecer largo a los lectores modernos, ms hechos a los bizcochillos ligeros que a los panes caseros de un kilo; pero los libros, como los das, son largos o breves, segn como se llena n. Y el autor no est tan curado de soberbia que crea que el libro, por su extensin , no ser ledo por nadie, y llega hasta a forjarse la ilusin de que pueda ser ledo co n menos tedio que otros volmenes ms pequeos. Tan difcil es que consigan salvarse de l a vanidad los mismos que a los dems quisieran curar de ella? VI El autor de este libro escribi otro, aos ha, para contar la melanclica vida de u n hombre que quiso por un momento ser Dios. Ahora, en la madurez de los aos y de la conciencia, ha intentado escribir la vida de un Dios que se hizo hombre. http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages2/Papini_Giovanni/HistoriaDeCristo_01. html (16 of 91) [15/01/2011 4:42:56]

Giovanni Papini - Historia de Cristo Este mismo escritor, en el tiempo en que dejaba vagar su humor voluble y loco po r todos los caminos del absurdo, juzgando que de la negacin de todo lo trascenden te resultaba la necesidad de despojarse de toda hipocresa, incluso profana y mund ana, para llegar al atesmo integral y perfecto y era lgico, a su manera, como el " negro querubn" del Dante, porque la nica eleccin posible al hombre es entre Dios y la Nada, y cuando se niega a Dios no hay razn vlida para someterse a los dolos de l a tribu y a todos los dems fetiches de la razn o de la pasin ; en aquel tiempo de fi ebre y de orgullo, el que escribe ofendi a Cristo como pocos lo haban hecho antes que l. Con todo, no bien transcurridos seis aos pero seis aos que fueron de gran tr abajo y devastacin fuera de l y dentro de l , despus de muchos meses de agitadas refl exiones, de pronto, interrumpiendo otro trabajo comenzado muchos aos ha, como sol icitado y empujado por una fuerza ms fuerte que l, empez a escribir este libro sobr e Cristo, que ahora le parece insuficiente expiacin de aquella culpa. Ha sucedido frecuentemente que amen ms tenazmente a Jess los que antes le odiaban. El odio, a veces, no es sino amor imperfecto e inconsciente, y de todas maneras, es mejor noviado del amor que la indiferencia. Sera relato harto largo y difcil el de cmo el escritor ha llegado a encontrar a Cristo caminando por muchas sendas que, al fi n, desembocaban todas al pie de la montaa del Evangelio. Pero su ejemplo es decir , el de un hombre que tuvo siempre, desde nio, una repulsin por todas las creencia s reconocidas, por todas las iglesias, por todas las formas de vasallaje espirit ual y luego pas, con desilusiones tan profundas como haban sido fuertes sus entusi asmos, a travs de muchas experiencias, las ms diversas y nuevas que poda encontrar , el ejemplo de este hombre, digo, que ha consumado en s mismo las ambiciones de u na poca inestable e inquieta como pocas lo fueron; el ejemplo de un hombre que de spus de tanto desbarrar, soar y delirar, vuelve a acercarse a Cristo, tal vez no t iene solamente un significado privado y personal. http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages2/Papini_Giovanni/HistoriaDeCristo_01. html (17 of 91) [15/01/2011 4:42:56]

Giovanni Papini - Historia de Cristo No ha vuelto por cansancio, porque, antes bien, comienza para l una vida ms difcil y una obligacin ms fatigosa; no por el miedo a la vejez, porque todava se puede lla mar joven; no por el deseo del "rumor mundano", porque en el ambiente de estos ao s le valdra ms ser adulador que juez. Pero este hombre, vuelto a Cristo, ha visto a Cristo traicionado, y, lo que es ms grave, olvidado. Y ha sentido el impulso de recordarlo y defenderlo. Porque no slo le han dejado sus enemigos. Pero aquellos mismos que fueron sus discpulos, viviendo l, le comprendieron a medias y temporal mente le dejaron durante la pasin; y muchos de los que han nacido en su Iglesia h acen lo contrario de lo que l mand y tienen ms dileccin por sus imgenes pintadas que por su ejemplo vivo, y cuando han gastado sus labios y sus rodillas en cualquier devocin material creen estar a la par con l y haber hecho cuanto peda, cuanto pide casi siempre en vano juntamente con sus Santos desde hace mil novecientos aos. U na historia de Cristo, escrita hoy, es una respuesta, una rplica necesaria, una c onclusin inaplazable: el peso que se pone en el platillo vaco de la balanza que es t en alto, para que de la eterna guerra entre el odio y el amor salga, al menos, el equilibrio de la justicia. Y si le dicen a quien la ha escrito que es un reta rdatario, no le hieren. Retardatario parece muchas veces quien ha nacido demasia do pronto. El sol que se pone es el mismo que, en aquel momento, tie la maana nuev a de un pas lejano. El Cristianismo no es, como dicen, una antigualla asimilada y a, en lo que tena de bueno, por la estupenda e imperfectible conciencia moderna, sino que para muchsimos es tan nuevo que no ha empezado siquiera. El mundo busca hoy Paz ms que Libertad, y no hay paz segura sino bajo el yugo de Cristo. Dicen q ue Cristo es el profeta de los dbiles, siendo as que vino, por el contrario, a dar fuerza a los que languidecan y a poner a los pisoteados por encima de los reyes. Dicen que la suya es una religin de enfermos y moribundos, cuando cura a los enf ermos y resucita a los durmientes. Dicen que es contraria a la vida, y vence a l a muerte. Que es el Dios de la tristeza, http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages2/Papini_Giovanni/HistoriaDeCristo_01. html (18 of 91) [15/01/2011 4:42:56]

Giovanni Papini - Historia de Cristo mientras exhorta a los suyos a alegrarse y promete un eterno banquete de gozo a sus amigos. Dicen que ha introducido la tristeza y la mortificacin en el mundo, c uando, por el contrario, durante su vida mortal coma y beba, se dejaba perfumar lo s pies y los cabellos y le repugnaban los ayunos hipcritas y las vanidosas penite ncias de los fariseos. Muchos le han dejado porque no le han conocido nunca. A st os, especialmente, quisiera ayudar este libro. Libro que est escrito, perdnese el recuerdo, por un florentino; esto es: salido de aquella nacin, nica entre todas, q ue escogi a Cristo por Rey propio. El primero que tuvo tal idea fue Jernimo Savona rola, en 1495; pero no pudo llevarla a cabo. Se suscit de nuevo en las penurias d el asedio inminente, en 1527, y fue aprobada por gran mayora. Sobre la puerta may or del Palacio Viejo, que se levanta entre el David de Buonarrotti y el Hrcules d e Bandinelli, se coloc en el muro una lpida de mrmol con estas palabras: JESVS CHRI STVS REX FLORENTINI POPVLI P. DECRETO ELECTVS Esta inscripcin, aunque cambiada po r Csimo, subsiste; aquel decreto no fue nunca formalmente derogado ni desmentido, y el escritor de esta obra est orgulloso de declararse, aun hoy, despus de cuatro cientos aos de usurpaciones, sbdito y soldado de Cristo Rey. *************** http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages2/Papini_Giovanni/HistoriaDeCristo_01. html (19 of 91) [15/01/2011 4:42:56]

Giovanni Papini - Historia de Cristo HISTORIA DE CRISTO EL ESTABLO Jess naci en un establo. Un establo, un verdadero establo, no es el alegre prtico l igero que los pintores cristianos han edificado al Hijo de David, como avergonza dos de que su Dios hubiese nacido en la miseria y la suciedad. Y no es tampoco e l pesebre de yeso que la fantasa confiteril de los imagineros ha ideado en los ti empos modernos: el pesebre limpio y amable, gracioso, de color, con la pesebrera linda y bien dispuesta, el borriquillo exttico y el compungido buey y los ngeles sobre el techo con el festn volandero y los muequitos de los reyes con sus mantos y los pastores con sus capuchas, de rodillas a los dos lados del zagun. Este pued e ser un sueo de los novicios, un lujo de los prrocos, un juguete de los nios, el " vaticinado albergue" de Alessandro Manzoni; pero no es, en verdad, el Establo do nde naci Jess . Un Establo, un Establo real, es la casa de los animales; la prisin de los animales que trabajan para el hombre El antiguo, el pobre establo de los pases antiguos, de los pases pobres, del pas de Jess, no es el prtico con pilastras y capiteles, ni la cientfica caballeriza de los ricos de hoy da o la cabaa elegante de las vsperas de Navidad. El Establo no es ms que cuatro paredes rsticas, un emped rado sucio, un techo de vigas y lanchas. El verdadero Establo es oscuro, descuid ado, mal oliente: no hay limpio en l ms que la pesebrera donde el amo prepara el h eno y los piensos. Los prados de primavera, frescos en las maanas serenas, ondean tes al viento, hmedos, olorosos, han sido segados; cortados con el hierro las hie rbas verdes, los altos follajes finos y junto con ellos, arrancadas, las bellas flores abiertas: blancas, rojas, amarillas, celestes. Todo se ha marchitado y, s eco http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages2/Papini_Giovanni/HistoriaDeCristo_01. html (20 of 91) [15/01/2011 4:42:56]

Giovanni Papini - Historia de Cristo ya, toma el color plido y nico del heno. Los bueyes han llevado a casa los despojo s muertos de mayo y de junio. Ahora, aquellas hierbas y flores, aquellas hierbas ridas, aquellas flores que siempre huelen, estn en la pesebrera para el hambre de los Esclavos del Hombre Los animales las toman despacio, con sus grandes labios negros, y ms tarde el prado florido vuelve a la luz, sobre la paja que sirve de lecho, trocado en hmedo estircol. Este es el verdadero Establo donde naci Jess. El l ugar ms sucio del mundo fue la primera habitacin del ms puro entre los nacidos de m ujer. El Hijo del Hombre, que deba ser devorado por las Bestias que se llaman Hom bres, tuvo como primera cuna el pesebre donde los Brutos rumian las flores milag rosas de la primavera. Jess no naci en un Establo por casualidad. No es el mundo un inmenso Establo donde los hombres engullen y estercolizan? No cambian, por infer nal alquimia, las cosas ms bellas, ms puras, ms divinas, en excrementos? Luego se t umban sobre los montones de estircol, y llaman a eso "gozar de la vida". Sobre la tierra, porqueriza precaria donde todos los hermoseamientos y perfumes no puede n ocultar el estircol, apareci una noche Jess, dado a luz por una Virgen sin mancha , armado solamente de su Inocencia. Los primeros que adoraron a Jess fueron anima les y no hombres. Entre los hombres buscaba a los sencillos; entre los sencillos , a los nios; ms sencillos que los nios, ms mansos, le acogieron los animales domstic os. Aunque humildes, aunque siervos de seres ms dbiles y feroces que ellos, el Asn o y el Buey haban visto a las multitudes arrodillarse ante ellos. El pueblo de Je ss, el pueblo de Jehov, el pueblo santo que Jehov haba libertado de la servidumbre d e Egipto, el pueblo a quien el pastor haba dejado solo en el desierto para subir l a hablar con el Eterno, http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages2/Papini_Giovanni/HistoriaDeCristo_01. html (21 of 91) [15/01/2011 4:42:56]

Giovanni Papini - Historia de Cristo ese pueblo haba forzado a Aarn a hacerle un Buey de Oro para adorarlo. El Asno est aba consagrado en Grecia a Ares, a Dionisio, a Apolo Hiperbreo. La Burra de Balaa m, ms sabia que el sabio, haba salvado con sus palabras al profeta. Ocos, rey de P ersia, coloc un Asno en el templo de Fta e hizo que se le adorara. Pocos aos antes de que naciera Cristo, Octaviano, descendiendo haca su flota, la vspera de la bat alla de Azio, encontr a un asnero con su borriquillo. El animal se llamaba Nicn (e l Victorioso), y, despus de la batalla, el Emperador hizo levantar un asno de bro nce en el templo que recordase la victoria. Reyes y pueblos se haban inclinado ha sta entonces ante los Bueyes y los Asnos. Eran los reyes de la tierra, los puebl os que preferan la Materia. Pero Jess no naca para reinar sobre tierra ni para amar la materia. Con l acabar la adoracin de la Bestia, la debilidad de Aarn, la superst icin de Augusto. Los Brutos de Jerusaln lo matarn, pero en tanto los de Beln lo cali entan con su aliento. Cuando Jess llegue, para la ltima Pascua, a la ciudad de la Muerte, cabalgar en un asno. Pero l es profeta ms grande que Balaam, ha venido a sa lvar a todos los hombres y no slo a