#22.5 - Suplemento Especial Alienígenas

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    YAOI NIWA

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    Historia -a URORA bl ueIlustracion -CARO

    MaquetatacionVRIO.mayoh

    Historia -EME-SANIlustracion -k v

    Historia -v.RAIONIlustracion -LACK_HONESTY

    suplemento

    de a l iens !Esos seres misteriosos que, o bien nos enamoran o bien nos aterrorizan Y en el Yaoino podan faltar! . Tres pequeas historias con personajes literalmente fuera de este

    mundo.Historias que iran en Yaoi Niwa Aliengenas, pero por su ex tensin decidimos darles

    su propioEspacio.

    DISFRUTEN!

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    DENEB Y EL HUMANO

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    a nave descendi sobre la supercieterrestre, el leve impacto sacudi 600metros a la redonda. La vibracin fue tan

    mnima que solo la percibieron las formas devida ms primitivas y susceptible del planeta:animales y plantas.

    Bitcora: Deneb K-345, actualizandoUbicacin: Planeta Tierra, ao estelar: 2014.03.22.Aterrizaje previsto para las 0400 hora terrestre:Exitoso.

    Coordenadas de posicin actual: 385706S - 680428 O. Unos 360k de la entrada mscercana al punto de reunin.Dao a la nave: 17%. Sistemas de navegacin:Intactos. Propulsores: 60%sobre su capacidad.Se recomienda detener funcionamiento y dejarenfriar.

    Fuselaje: Daado. Tiempo de reparacin: 0,25minutos terrestres.

    MIN-DK.345, recongura la ubicacin.Deneb emiti la orden con una serie de ondassonoras y vibraciones incomprensibles paralas pequeas criaturas que haban salido desu madriguera a ver qu haba causado el

    impacto. La voz montona respondi a lasrdenes directo a su cerebro.

    Ubicacin: Planeta Tierra, ao estelar:2014.03.22.Coordenadas de posicin actual: 38 57 06S - 68 04 28 O. Unos 360k de la entrada mscercana al punto de reunin.

    Por qu estamos tan lejos del puntode reunin?

    ltima confguracin reconocida.Protocolo de emergencia: Dirigir la nave a lasltimas coordenadas establecidas.

    Escane la base de datos de la nave y loconrm por l mismo. En efecto, aquellas eranlas ltimas coordenadas programadas.

    Segn el registro de la ltima salida de lacpsula, las coordenadas haban quedadoestablecidas con fecha de quince aosterrestres atrs. Haba sido un descuido porparte de su padre no haber recongurado lascoordenadas de la cpsula de escape. Nadiems que su padre conoca las claves deacceso, y podra haberla tripulado.

    Se pregunt con qu n su padre se

    dirigira a la Tierra, y en ese punto enespecco. Su padre no monitoreaba la Tierra.Ese sector le haba sido asignado a l. Y supadre jams se entrometera en su trabajo, niutilizara sus pertenencias sin informarle.

    MIN, inicia la transferencia deinformacin. Acceso:Bitcora342.05

    Un pequeo golpe de corriente loatraves. De momento, su cuerpo se pusorgido, pero luego se relaj para recibir toda la

    informacin. Mientras imgenes, coordenadasy mapas del territorio en el que se encontraba,viajaban a toda velocidad por su Red Neuronaldirecto a su cerebro, Deneb repas la estructurade la Tierra y sus costumbres. No esperabapermanecer demasiado tiempo sobre lasupercie de este planeta, pero deba serprecavido si quera llegar al punto de encuentroa la mayor brevedad.

    Deneb tena sucientes informes en susbitcoras sobre esta primitiva especie, comopara arriesgarse a ser detenido por algnagente del gobierno o algn humano curioso.Gracias a aos de estudios, saba cmoreaccionaban los humanos a las cosas que

    desconocan. Para ellos, cualquier ser que no seles asemejara en apariencia representaba unaamenaza.

    Transferencia completada, cerebro asimilando yprocesando informacin.

    Deneb desactiv los seguros de sucasco. Se lo quit cuando las agujas quepermitan a la nave conectarse a su cortezacerebral se desplegaron. Desabroch sucinturn de seguridad y desliz la ventanillapara salir de la cpsula.

    Sus primeros pasos los realiz condesconanza, tanteando la supercie terrestre.La atmsfera era muy parecida a la de suplaneta. Respir y sus pulmones sintieron unpequeo escozor que lo hicieron toser. Tendraque aclimatarse a la cantidad de gasescontaminantes que existan en el aire terrestre.

    Escane el rea y comprob que seencontraba deshabitada. A excepcin delas primitivas formas de vida, que huyerondespavoridas en cuanto lo vieron salir de lanave. MIN, activa los Microbot reparadores einicia el protocolo de seguridad.

    Deneby el humano

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    Iniciando proceso de reparacinMicrobotreparadores activados y en funcionamientoBarrera activada Camuaje activado Navevisible para el ojo humano: 0%... Nave visible paralos radares humanos: 0%... Protocolo de seguridadcompletado.

    Deneb encamin sus pasos segn lascoordenadas indicadas por su MIN. Era laopcin ms factible en ese momento. Deballegar al punto de encuentro y completar sumisin, pero no podra acceder al lugar solo. Laentrada ms cercana al ncleo se encontrabaa medio camino de la montaa, lo cual erapeligroso para l, con su poco conocimientodel lugar. Tema que no lograra encontrar elcamino en tan corto plazo de tiempo.

    Lo ms razonable sera perforar la basede la montaa, y crear un tnel que lo llevaradirecto a la entrada. Pero ni contaba con lasherramientas necesarias, ni poda causar talconmocin y alertar a la autoridades locales.Tendra que contar con el humano. l debaayudarlo.

    Apur el paso. La pequea casaestaba alejada del pueblo, pero todavaa kilmetros de su posicin. Haba estadoobservando al humano por muchos aos. Enun principio, lo haca por puro aburrimiento.Era particularmente dbil. Se pasaba todoel tiempo con el rostro baado por el lquidoque producan sus glndulas lagrimales, yconectado a tubos y mquinas que le impedanmoverse con libertad.

    Con ayuda de los satlites terrestres, quehaban sido enlazados a su central de trabajo,Deneb haba hecho un seguimiento de la vidadel humano. Tena informes detallados de cadaetapa de su crecimiento y su llegada a la edad

    adulta. Haba recuperado la salud y ganadofuerza fsica, pero todava segua siendo dbil.Todos los humanos lo eran.

    Entenda muy bien por qu varios delos de su raza se haban asentado en la Tierraeones atrs. Los humanos haban resultadoser una especie demasiado fascinante. Conayuda de sus congneres, los humanos habanevolucionado a lo que eran ahora. Sin embargo,seguan siendo ajenos a la cantidad de vidaque exista en la galaxia. Y a la amenaza quese cerna sobre ellos.

    Deneb lleg a la propiedad en untiempo menor al esperado. Escane el rea yluego el interior de la casa. No haba sealesde actividad, excepto por el humano que,segn su sondeo de la frecuencia cardiaca, seencontraba en inactividad. Todo pareca seguro.

    Divis una ventana abierta en la segundaplanta y se impuls. Aterriz en el alfizar,sin causar el menor ruido. Entr, colndoseen la habitacin del humano. El humano seencontraba tendido e inmvil sobre la supercieacolchada de su cubculo de descanso. Denebavanz haca l, con la intensin de despertarloy llevrselo.

    No alcanz a tocarlo. El humano habasido alertado por sus instintos, y Deneb fuearrojado al piso de madera. El humano loinmoviliz, sentndose sobre l. Sujet susbrazos, imposibilitndole defenderse, y lo mircon sorpresa y desconcierto.

    Deneb activ sus microbot y utiliz suescudo para repelerlo. El humano fue arrojadovarios metros atrs, chocando contra la pareddel cuarto, aterrizando en el piso. Ay!, qucarajos. Qu demonios fue eso? se quej elhumano. Ests ests brillando? Abride forma exagerada los ojos, sentndose enel piso del cuarto, restregando su cabeza y elcostado de su cuerpo.

    Me atacaste. Tuve que activar losmicrobot. Quin demonios eres? pregunt elhumano, atnito. Deneb-K.345. Necesito llegar alpunto de reunin. Coordenadas: 37 51,8S 7110,3 W. Tu planeta peligra. Debesayudarme.

    El humano agrand an ms los ojos.Deneb crey que haba comprendido lagravedad de la situacin, pero no fue as.

    T t eres el ngel!. .. No s cuntasveces asegur a mis padres que me habasvisitado, pero no me creyeron. Pensaron queeran las fantasas de un nio enfermo. Sinembargo, cuando mejor de repente, no lesqued ms remedio que convencerse. Laexpresin del humano cambi y su rostropalideci. Entonces eso quiere decir queViniste por m?

    Tu planeta peligra. Debo llegar a lascoordenadas: 37 51,8 S 7110,3 W. Debesguiarme. Necesito tu ayuda.

    El humano se enderez y se levant delpiso, ayudndose de la pared. Comenz apasear por la habitacin, todava temblorosopor las descargas elctricas que habarecibido. Miraba de un lado para el otro, enbusca de algo. Deneb pens que por n habacomprendido y que lo guiara donde necesitabair, pero de nuevo se equivoc.

    Estoy en mi cuarto y hace dossemanas que regres de Irn. Se pas lasmanos por la cara, y comenz a deambularpor el pequeo cuarto. Nuestro refugio estabalejos del impacto de la bomba, por lo que solorecibimos daos menores. Tuvimos que evacuara todos los enfermos El humano lo mirpensativo.

    Deneb estaba perdiendo la paciencia.

    Deba reunirse con su gente en lascoordenadas, a las 0600 hora terrestre, y elhumano no estaba cooperando. Elev la vozpara ser tomado en cuenta.

    Tu planeta peligra! Debo llegar a lascoordenadas: 37 51,8 S 7110,3 W. Debesguiarme. Necesito tu ayuda. Argggg! Detente. El humano sesujet la cabeza con ambas manos, y tap susodos. Eso duele grit. No te entiendo! Noentiendo lo que me quieres decir!

    Deneb suspir. Haba olvidado que loshumanos utilizaban solo el 10% de su cerebro.Su lenguaje deba de ser incompresible paraseres tan poco evolucionadas como l. Avanzdecidido, y el humano retrocedi al ver suexpresin seria. Deneb agarr con ambas

    manos el rostro del humano y se peg a suslabios. MIN, transferencia de microbot al 20%.

    Iniciando transferencia de microbot al 20%.

    El humano se puso tenso y trat deliberarse. Deneb rearm su agarre. El humanoforceje, pero su fuerza no se comparaba conla de Deneb, por lo que termin retenido contrala pared.

    Deneb sinti cmo parte de susmicrobot recorran vertiginosamente su

    torrente sanguneo, saliendo de su boca porlas glndulas salivales, directo a la boca delhumano. En ella, haran un recorrido similar,pero a la inversa, hasta alojarse en el cerebrodel humano y conectarse a la Red Neuronal.

    El humano volvi a forcejear y se tens.Una capa de sudor le cubri el rostro, mientrassus iban a la deriva: se abran y se cerraban.Las rbitas oculares daban vueltas comocaleidoscopios, y desaparecan dejando enblanco sus retinas. Deneb jams haba hechoesto y no saba si funcionara, pero necesitabala ayuda del humano.

    El procedimientos apropiado en estoscasos sera aplicar una cantidad mnima demicrobot al sujeto; no ms del 2% que Denebestaba alojando en su cuerpo. Se haca deese modo para acostumbrar al organismo yprepararlo para la invasin de ms agentes.Su raza ya vena preconcebida para tolerarlosy adaptarse a ellos, esperaba no haberseequivocado. El humano era su mejor opcinpara completar esta misin.

    Mientras los microbot hacan su recorridoal cerebro del humano, iban reparando losdaos que encontraban a su paso. La presinsangunea del humano aument y eso facilitel trabajo de los microbot, que avanzaron conmayor rapidez.

    El cuerpo del humano comenz arelajarse, cuando la primera carga se conectal Sistema Nervioso Central y se dispararon lasendornas. Las manos del humano sujetaron lacabeza de Deneb y se presionaron a sus labioscon mayor fuerza. La lengua del humano entren su boca, entrometindose en el camino delos microbot. El humano le dio la vuelta y Denebqued apresado entre la pared y el cuerpogrande del humano.

    Presin arterial elevndose a 140s/90d. Funcincardiaca aumentando a 120 pulsacionespor minuto. Temperatura corporal en 41 yaumentando. PELIGRO Humano en riesgo vital.Estado de la transferencia: Microbot al97% 98%... 99%... Transferencia completada.Conectndose a la Red Neuronal y enlazandocon Deneb-K345.

    Deneb sinti cuando la conexinqued establecida, sinti cada uno de lospensamientos caticos del humano: miedo,

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    confusin, sorpresa y excitacin?

    Todo el cuerpo del humano se pegy se amold al suyo. El aparato reproductordel humano se encontraba erguido, y estecomenz a restregarlo afanoso contra el cuerpode Deneb. El aumento de la adrenalina tena alhumano en un estado de alteracin febril.

    Los microbot alojados en el cuerpodel humano reconocieron a los de Deneb, yenviaron pequeos impulsos elctricos tratandode hacer contacto. Por alguna razn, aquellacercana le hizo sentir incmodo. El cerebro deDeneb emita seales de alerta, incapaz deprocesar las sensaciones que eran transmitidaspor los microbot directo a sus terminacionesnerviosas.

    Sinti su temperatura elevarse y a sucuerpo vibrar en sintona con el del humano.Trat de quitrselo de encima, la transferenciase haba completado, por lo que no eranecesario seguir conectados. Pero los microbotse haban encargado de enviar impulsos atodo el cuerpo del humano, fortaleciendo susmsculos y aumentando su fuerza.

    El humano lo presion contra la paredy se restreg con ms fervor contra su cuerpo.Mordi su labio, apretndolo con fuerza ycausndole un leve corte. Deneb se quej.Despus de un gemido ronco, que reson enla garganta de Deneb, el humano ces todaactividad y cay de rodillas sobre el piso.La respiracin del humano era agitada y lavelocidad de sus latidos se dispar, para luegodescender y comenzar a normalizarse.

    El olor a los uidos liberados por elhumano, se impregn en las fosas nasalesde Deneb y unas arcadas le sobrevinieron. Laatmsfera de este planeta estaba afectndolo

    demasiado. Haba experimentado dossensaciones desconocidas e incmodas en unlapso muy corto de tiempo.

    Qu me has hecho? pregunt elhumano, respirando con dicultad. Transferencia de microbot alorganismo. El cerebro de los humanos est muypoco desarrollado para comprenderme. Puedo entender lo que dices! exclam el humano, sorprendido. Bien, tenemos que marcharnos.Necesito llegar a las coordenadas: 3751,8

    S 7110,3 W. Tu planeta peligra. Deneb diomedia vuelta para abandonar la casa, segurode que el humano lo seguira.

    El humano lo sujet por el brazo y leimpidi avanzar. Qu carajos! Espera unmomento. De qu ests hablando? Quineres t en primer lugar?

    Deneb-K.345. Tu planeta peligra. Debesayudarme. Necesito llegar al punto de reuninen las coordenadas: 3751,8 S 7110,3 W. Punto de reunin y un carajo. Estsloco? De qu laboratorio te escapaste? Eresalgn tipo de experimento del gobierno?

    El humano no entenda la gravedad delasunto. Cada minuto que Deneb perda con l,pona en ventaja a los parsitos que invadiranla Tierra, cuando su planeta dejara de serles deutilidad. Tena que tomar medidas drsticas.

    MIN inicia descarga de informacin.Bitcora: 332.07 y transrela al cerebrohumano orden.

    Qu?

    Informacin siendo transferidaBitcora:332.07.

    Varios aos de estudio sobre aquellosparsitos invadieron la mente del humano. Losinti tensarse y sacudir la cabeza de un lado aotro.

    Reljate. No doler si te mantienestranquilo aconsej Deneb. Qu? Ay! Basta, detenlo! se quejel humano.

    La informacin ces despus de unoscuantos segundos. El humano permaneci conlos ojos cerrados, respirando con dicultad.

    Luego se restreg la cabeza con ambas manosy lo mir sorprendido.

    Qu demonios eran esas cosas? pregunt. Se llaman Gakrug. No sabemos dednde provienen, ni conocemos su verdaderaforma. Solo sabemos que se apoderan de loscuerpos de los individuos de cada planeta queinvaden. Se alimentan y se reproducen dentrodel organismo del individuo hasta consumirtodos sus uidos y energa vital. Vamos insisti Deneb, necesito que me lleves a las

    coordenadas mencionadas. Tu planeta est enpeligro.

    Nuevas imgenes fueron enviadasal cerebro del humano. Esta vez eran de losltimos recuerdo que tena Deneb de su planeta,posterior a la invasin del ejercito Gakrug.

    Ay! Otra vez! Te di je que dejaras dehacer eso replic el humano. Esas cosasson demasiado grandes para ser parsitos.

    Se apropian del cuerpo y laconciencia del individuo. Cuando ya no les sonde utilidad, saltan a otro planeta. Han estadohaciendo lo mismo en varias galaxias. Esto me parece una locura neg elhumano.Dices que pueden venir haca ac? Vendrn, en cuanto consuman todo loque les sirva de mi planeta. Deneb se tens yse puso serio. Debo reunirme con mi gente, alas 0600 hora terrcolas.

    Me puedes repetir las coordenadas?El humano se vea escptico. Coordenadas: 37 51,8 S 7110,3W. Ests loco! exclam el humano.Esa zona est en alerta roja. No se permite la

    entrada a vehculos, ni a personas. El volcnCopahue lleva varios aos haciendo erupcin.Los gases y las cenizas volcnicas que expulsatodos los das hacen imposible un intento deexcursin. Sin mencionar los temblores quesacuden la ladera todo el tiempo. Es unsuicidio! Si no vas ayudar, me ir. No puedoperder ms el tiempo. Deneb ya habaperdido por completo la paciencia.

    El humano no entenda, no era conscientedel peligro que le acechaba a l y a su gente.Deneb le haba prometido a su padre queprotegera a los sobrevivientes de su planeta, ypara eso necesitaba mantener a salvo la Tierra.

    Se dio media vuelta y se encamin a laventana, no sin antes mandarle otra carga deimgenes al humano sobre el peligro que se lesvena encima.

    Espera exclam el humano,sujetndolo de nuevo, ya entend. Ayudar.Solo deja de hacer eso. Me vestir, guardar enmi mochila lo que necesitaremos y partiremos.

    Deneb esper a que el humano estuvieralisto. Luego, encamin sus pasos a la ventana,

    salt desde la segunda planta y aterriz sobreel piso de tierra. Escuch cmo el humanorecorra a toda prisa las habitaciones de sucasa y sala por la puerta principal.

    Hay una puerta, sabes? dijo el humano,en un tono que Deneb no comprendi. Ok,entiendo, tienes prisa, nada de charla murmur el humano cuando lo alcanz.

    Recorrieron los senderos del bosqueuno al lado del otro. Por ms que Deneb quisohacerlo en silencio, el humano iba describiendoy sealando todos los lugares que iban dejandoatrs. Adems, lo asaltaba con preguntas queDeneb apenas contestaba.

    Llegaron a la ubicacin de su nave yentraron a la estrecha cpsula, partiendo endireccin a las coordenadas.

    Cuando llegaron al pie de la montaa,Deneb activ el camuaje de la nave y seencaminaron por un sendero poco transitado.El humano aseguraba que era ms rpido ydirecto por ese camino. Adems, que habamenos posibilidades de que los guardabosques

    los descubrieran y los detuvieran. Subieron la ladera a paso lento,estabilizndose con la ayuda de ganchos ycuerdas que el humano haba llevado.A mitaddel ascenso, el humano pidi descansar. Sesent sobre una roca y bebi de la botella conagua que haba llevado.

    Para Deneb, aquello era una prdida detiempo, pero el cuerpo del humano no estabaacostumbrado a largos periodos de actividadsin reponer sus energas. Cuando los microbotse asentaran por completo en el cuerpo delhumano, se encargaran de distribuir todas susreservas energticas y ya no necesitara de

    largos periodos de tiempo para recuperarse.

    Dices que vienes de otro planeta.Cmo se llama? Queda muy lejos de laTierra? pregunt el humano.

    Deneb no respondi. Se concentr en lamontaa, evaluando el tiempo que les tomararecorrer la distancia que an les quedaba. Ellenguaje humano era agotador. No entendacmo los humanos no paraban de emitir esossonidos molestos por su boca, gastando deforma innecesaria su energa. Pero el humano

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    segua insistiendo en sus preguntas, as queutiliz la manera habitual de comunicarse entrelos suyos.

    Sedna nmero 90377. Distancia aproximadadel sol: 76 UA. 0,148 AL. Periodo Orbital Sideral:11.400 ao juliano.

    Ay! Te di je que no hicieras eso. Esque acaso no puedes hablar? se quej elhumano, molesto. Y qu es esa voz molestaque se mete en mi cerebro?

    Deneb escane los signos vitales delhumano para comprobar si se encontrabarecuperado. La frecuencia cardiaca se habanormalizado, ya estaban listos para retomar lamarcha.

    Continuemos, an nos queda camino.Deneb se encamin, dejando al humanoatrs. No eres muy conversador. De todasformas, a dnde nos dirigimos? Y qu sesupones que haremos cuando lleguemos? interrog el humano cuando lo alcanz.

    Debemos llegar a las coordenadas. S, s Eso ya lo has repetido unmontn de veces interrumpi el humano.Lo que quiero saber es qu suceder cuandolleguemos all.

    Deneb suspir. El humano lo miraba a laespera de una respuesta. Para Deneb era unamolestia tener que entregar tanta informacinal humano, ya que cuando completara sumisin, se instalara con los suyos en la isla yno lo volvera a ver. Su memoria sera borraday jams recordara su presencia o cualquierotra cosa referente a los suyos. Pero saba quesi no le entregaba aunque fuera un poco deinformacin, el humano terminara por negarlesu ayuda.

    Me reunir con los que lograronescapar de mi planeta respondi.

    Y se piensan quedar a vivir en elvolcn?! solt el humano, con un poco dealarma en su voz. No es que me importe,pero es un poco arriesgado. Te expliqu que elvolcn ha estado haciendo erupcin, verdad? No nos instalaremos en el volcn aclar. Debemos llegar al ncleo. Existe unaCentral muy antigua en centro de tu planeta,que nos permitir enlazarnos con la Matriz delnuestro, y activar las directrices de exterminio.

    Eso qu signica? sonde elhumano.

    Deneb volvi a suspirar. La curiosidadera una cualidad humana que siempre lehaba fascinado. Eran capaces de creargrandes cosas con solo perspicacia y agudaobservacin. Pero en estos momentos, le estabacomenzando a fastidiar. Respondi, porquesaba que si no lo haca, el humano seguirainterrogndolo.

    La Matriz activar nuestros protocolosde seguridad, haciendo explotar los reactoresque sustentan al planeta. De esa forma,provocar que el planeta explote y colapseen un agujero negro, arrastrando todo cuerpoceleste que se encuentre alrededor de surbita. Toda la ota Gakrug ser succionada yeliminada. Van a destruir su planeta! exclamel humano. Espera eso no es peligrosopara el nuestro? Pregunto por eso de la ondaexpansiva que arrastra partculas de rayosgamas, o algo as. Se activaran los escudos que fueronprogramados en los satlites terrestres. Lossednarianos residentes en este planeta debende haberse encargado de ello, en cuantorecibieron la seal de alarma proveniente denuestro planeta. Pero vas a destruir tu planeta volvi a repetir el humano, consternado. Es necesario, son una amenaza explic Deneb. Absorben el conocimiento delos antriones y lo utilizan para su benecio.Arrasaron con todos los planetas de sugalaxia y se hicieron con el conocimiento decmo ubicar los puentes de Einstein-Rosen,y atravesarlos. De esa manera, aparecieronen nuestra rbita e invadieron el planeta,tomndonos por sorpresa. Es un ejrcitoimparable que sigue devotamente las rdenesde su reina: invadir, neutralizar y someter naliz.

    Una presin, que no supo identicar, sealoj en el pecho de Deneb. Decidi ignorarlay concentrarse en el trayecto que an lesquedaba por recorrer.

    Pero, y los que quedaron en tuplaneta? Qu pasar con los que no lograronescapar? quiso saber el humano.

    Los que no lograron abandonar elplaneta, ya no pertenecen a nuestra raza. Sehan convertido en un cascarn vaco, que solo

    sirve a los propsitos de sus invasores. Una vezque terminen de alimentarse de nuestra gentey absorban todo su conocimiento, arrasarncon tu planeta y con todos los que existen enesta galaxia. Deneb volvi a sentir aquellamolestia en su pecho, pero continu avanzando.

    Imgenes de su planeta siendo invadidopor aquellas formas de vida destructivas,invadieron su cerebro. Por ms que orden a laMIN que las desplazara al fondo de su cerebro,siguieron apareciendo una y otra vez. Su presin

    arterial se elev, pero sus microbots actuaron deinmediato y la regularon.

    Los sednarianos eran gente de ciencia,investigadores que monitoreaban todos losplanetas del sistema solar y de otras galaxias.Eran vigilantes, encargados de repeler cualquiercuerpo celeste sospechoso que se acercarademasiado a su rbita, poniendo en peligro lasformas de vidas existentes en la Va Lctea.

    No haban estado preparados paradefenderse contra aquella amenaza. LosGakrug-eran una raza en la que se encuentransoldados de todas las especies de la galaxia.La reina conservaba con vida los cuerposde los antriones con mayor poder y los quele eran de mayor utilidad. Para qu? Paradepositar en ellos sus huevos y controlarlospor completo para que hicieran su voluntad.Su padre conoca el peligro que representabanaquellos invasores, por ello lo haba enviado ala Tierra a iniciar un contraataque. Aun a riesgode la destruccin del planeta ms antiguo de lagalaxia.

    Las ltimas rdenes que haba recibidode su padre a travs de su MIN, antes de perderpor completo la conexin, haba sido loscdigos de seguridad de la Matriz. Y la misinde activar el exterminio.

    Nuevas imgenes de su planeta y de supadre siendo capturado por la reina, invadieronel cerebro de Deneb. Aquella horrible criatura,que se pareca a una mantis religiosa de colorazulado y rostro alargado, casi humanoide.Haba apresado a su padre con sus cuatroextremidades superiores y haba depositado enl varios de sus huevos. Se haba hecho con suvoluntad y ahora ya no perteneca a los de suraza. Lo haba perdido para siempre.

    Advertencia: Ondas cerebrales en estadocatico. Estado de Deneb-K.345: Incierto.

    Palpitaciones: 100 pulsaciones por minuto y enaumento. Actividad de las glndulas lacrimales:Sin consentimiento de la MIN.

    La presin en el pecho de Deneb sehizo ms intensa y sinti el rostro hmedo. Sepalp con las manos, incapaz de entender loque ocurra en sus globos oculares. Su caraestaba cubierta por aquel lquido salado, quese escurra de sus ojos. Era un comportamientotan extrao e inusual, que detuvo su paso y sequed contemplando sus manos y palpando

    aquel lquido que no paraba de salir.

    Las manos del humano se posaron ensus hombros y lo sujetaron con rmeza. Unaserie de vibraciones calmantes atravesaron sucuerpo y lo recorrieron.

    No s qu has metido en mi cuerpodi jo el humano, apoyndolo contra su pecho,pero puedo sentir tu angustia. Lamento mucholo que ha ocurrido con tu planeta y con tupadre. Era tu padre el que apareca en micabeza?

    Deneb asinti, ya que sus ondascerebrales no respondan como l quera y suscuerdas vocales se negaban a emitir sonido.

    Yo tambin perd a mis padres haceunos aos continu el humano, e imgenesde la que deba de haber sido su familia secolaron en la cabeza de Deneb. S lo muchoque duele la prdida de un ser querido, peropronto te reunirs con la gente de tu planeta.Podrs consolarte con ellos. Seguro que tienes amuchos amigos entre tu gente. Amigos? pregunt Deneb. Noentenda el signicado de aquella palabra,busc en su base de datos algunas referencias.

    AMIGO: proviene del latn amictas.AMIGO: deriva de amare, amar.AMIGO: persona que mantiene una relacinafectiva con otra persona.AMIGO: persona que mantiene una relacin decompaeros

    Ya, detente! El humano alz lavoz, y Deneb se sobresalt. Lo siento, esque esa cosa me pone de los nervios. No sexactamente qu es, pero no me gusta queinvada mi cerebro. MIN-DK.345, MicroprocesadorIntegrado Neuronal explic Deneb.Comanda a los microbot alojados en mi cuerpo

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    y los dirige para que optimicen de mejormanera su funcionamiento. Tambin es unabase de datos, que nos permite almacenartodas las investigaciones de nuestras bitcoras,entre otras cosas. El humano no necesitabasaber todo el alcance de su MIN. Tienes un jodido computador en lacabeza? exclam el humano, sorprendido. Microprocesador Integral Neuronalrepiti Deneb. Nosotros no utilizamostecnologa tan primitiva. S, s. Pero sigue siendo una mquina.

    Acaso eres un mquina? pregunt elhumano, inquisitivo. Para m pareces un serhumano.

    No soy una mquina se defendi.Aunque compartamos muchas semejanzasorgnicas con los humanos, tampoco se nospuede comparar con ustedes. Puede que losSednarianos hayan inuido en la evolucin detu especie, experimentando con las criaturasprehistricas de este planeta. Sin embargo,siguen siendo una raza muy primitiva.

    Deneb retom la marcha y avanzsiguiendo las coordenadas que le iba indicandola MIN. Haba adelantado solo unos cuantosmetros, cuando un temblor sacudi la montaa

    y perdi el equilibrio, cayendo sobre el pechodel humano. Este lo rode con sus brazos, yambos cayeron al suelo rodando cuesta abajotodo lo que haban avanzado.

    Ay! Ese fue fuerte coment elhumano en su odo.

    Deneb haba terminado bajo el cuerpodel humano, sintiendo los latidos aceleradosde su corazn. El cuerpo grande del humanoy sus gruesos brazos lo haban apresado. Sinembargo, este mantena un rme control sobresus msculos, por lo que Deneb no se sentaaplastado, sino ms bien, protegido.

    Los microbot de Deneb volvieron areaccionar ante los que se alojaban en elcuerpo del humano, tratando de establecer unaconexin. La temperatura corporal de Denebcomenz a elevarse, y el cuerpo del humanose volvi demasiado caliente y sofocante. Podasentir cada latido del corazn del humano y surespiracin agitada.

    Deneb intent salirse de debajo de aquelcuerpo, pero solo consigui ser aplastadocontra el suelo. Imgenes de los pensamientosdel humano llegaron a su mente y se sonroj.

    Seales de alarma fueron disparadas a sucerebro por la MIN.

    Sus microbot exigan conectarse conel humano; era inusual que actuaran porsu cuenta y no respondieran a sus rdenes.Este planeta iba a causarle muchos daosa su organismo, por lo que senta que eraimprescindible terminar con la misin ydeshacerse del humano.

    Estaba a punto de ordenarle a sus

    microbot que repelieran al humano y se losacaran de encima, cuando este se incorporde golpe y lo ayud a levantarse.

    Ya pas el sismo di jo el humano,mientras se sacuda su ropa y evitaba mirarlo.Las palpitaciones del humano todava eranirregulares y su rostro se encontraba colorado.Despus de unos segundos en los que Deneblo observ suspirar y pasarse las manos por elpelo, retomaron la marcha. El humano lo cogide la mano y comenz una acelerada marcha. Cortemos por aqu indic, guindolopor un sendero cubierto de maleza. Conozcoun atajo, llegaremos ms rpido a la cueva poreste camino.

    Deneb se dej guiar, todava sobrecogidopor aquellas emociones que el humanocontinuaba enviando a su cerebro.

    Estas cosas Los microbot queintrodujiste en mi cuerpo se sienten ex trao coment el humano, pero a la vez es bastantecool. No me encuentro para nada cansado,a pesar de que hemos avanzado varioskilmetros desde la ltima vez que paramos. Los microbot se encargan de regulartu frecuencia cardiaca explic Deneb yacondicionar tus msculos para un rendimientoms ptimo. Te vas a sentir ms gil y fuertetambin. Puedo escucharte en mi cabezacontinu el humano, ignorando suexplicacin. Y tambin toda la informacinque te enva esa cosa que llamas MIN.

    Microprocesador Integra S, s, como sea interrumpi elhumano de nuevo. Es aterrador, pero tambinfascinante. Ustedes se comunican as siempre?pregunt. La mayor parte del tiempo respondi Deneb. Y pueden sentir todo lo que los

    dems sienten? continu indagando elhumano. Cada da nos conectamos a lamatriz y compartimos toda la informacinde nuestras investigaciones. Hacemosobservaciones de cada bitcora y analizamostoda la informacin, corrigiendo las fallasque encontramos en los reportes. Nuestrospensamientos deben permanecer siempre ensintona.

    El humano se mantuvo en silencio por

    varios minutos. Deneb aprovech ese espaciode tranquilidad para enlazarse con el satliteterrestre y tener una visin ms clara del estadode la montaa.

    Todo se ve tan montono y fro para mobserv el humano. Tienes ms familia,aparte de tu padre? interrog. Hermanos,madre? Madre? pregunt Deneb. Estabaa punto de buscar el signicado de aquellapalabra en su base de datos, cuando elhumano lo interrumpi. S, una madre, como la mujer que teda a luz, te amamanta de pequeo, te cuida.

    Deneb indag en el cerebro del humanoinformacin ms concreta a lo que se refera.

    Te reeres a la contraparte femeninade los humanos? No existe en nuestro planetanada que se asemeje a la madre quedescribes. No? Y cmo nacen?! pregunt elhumano, sorprendido.

    Deneb no respondi. Se limit a enviar alcerebro del humano la informacin del procesode creacin de los sednarianos. Podra versecomo un mtodo fro y articial a los ojos delhumano, pero era la forma en la que se habahecho desde los tiempos de sus antepasados.

    Son todos copias? Aqu se les llamaclones seal el humano, boquiabierto. Todos somos creados por la matriz,en base a la informacin gentica de nuestroprogenitor. Solo nos parecemos a l, no somosuna copia. Cada familia tiene un cdigogentico distinto, somos similares fsicamente,pero no somos iguales.

    Entonces, no hay mujeres ni nada desexo. Qu aburrido murmur el humano.Todos en tu planeta son como t? siguiinterrogando.

    Ya te lo expliqu, no somos copias.Solo nuestro progenitor No me refera a eso lo cort elhumano. Eres no s, diferente a cualquierser humano que haya visto. S, lo s, lo s seanticip el humano, impidindole replicar. Sque no eres un humano. Me reero a que eresmuy esbelto y delicado; tu piel es plida y tersa;tu cabello es tan dorado que parece brillar bajola luz de la luna. Te ves casi irreal. El humanolo mir de reojo.

    Deneb poda ver que el sonrojo habavuelto al rostro del humano.

    A m nunca me han gustado loshombres. Pero creo que no me molestaraintentarlo, si es contigo. Aquel comentario vinocon una serie de imgenes que tena el humanode la apreciacin de su cuerpo. Eres tanhermoso. Creo que por eso te confund con unngel cuando me visitaste de pequeo.

    Yo no he visitado la Tierra. Estsconfundido objet Deneb. Lo hiciste. No recuerdo muy bien quocurri en ese entonces, pero te vi. Eras t. Ests equivocado contradijo

    Deneb. Debi haber sido mi padre, aunque noentiendo qu pretendera visitando la Tierra.

    No! Eras t insisti el humano,apretando su mano. Apareciste en mihabitacin del hospital vestido de la mismaforma que ahora. No recuerdo muy bien de qucharlamos. Supongo que no entend tu lenguaje,pero me visitaste. Todas las imgenes sonconfusas en mi cerebro. No puedo recordarlobien, pero eras t. Yo s que lo eras.

    Los pensamientos del humano seestaban volviendo caticos. Deneb orden alos microbot del humano que enviara impulsostranquilizadores al cerebro y calmaran suexaltacin.

    Hiciste lo mismo aquella vez sequej el humano. Invadiste mi cerebro. T mehiciste algo.

    El humano continuaba alterado, el agarreen su mano se hizo ms fuerte. Llegaron a lacueva, y Deneb se solt. Su mano se sentaclida, los microbot resintieron de inmediato lafalta del contacto humano.

    Atravesaron la entrada, y Deneb conrmque se trataba de la cueva que andaba

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    YAOI NIWA

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    ojos cuando los algoritmos fueron asimiladospor su cerebro.

    Tienes una MIN?! preguntsorprendido. Yo la llamo PITA, por lo molesta quees. Me recuerda a un cachorro que tuve cuandonio. El humano sonri. Deneb segua sin comprender. Eraimposible que una cantidad tan mnima demicrobot se ensamblara y creara su propia MIN.

    Recuerdas que te di je que me habas

    visitado cando era nio Yo no Deneb quiso negar, pero elhumano lo ignor y sigui hablando. Lo record todo. Me haban realizadomi tercera quimioterapia y llevaba casi dossemanas hospitalizado cuando apareciste enmi cuarto. Te quejaste de que mi constantelloriqueo te desconcentraba de tus obligaciones,por lo que viniste a averiguar qu era lo queme suceda. Dijiste que no entendas cmo unhumano tan pequeo y dbil poda expulsartanto lquido de su retina y an conservar tantodentro de su cuerpo.

    Deneb estaba muy sorprendido. Nodebera ser posible. Aquellas mquinas existan

    dentro de sus organismos con un n: Seguirrdenes y guiarse por un patrn establecido.Entonces, cmo era que

    Yo estaba igual de sorprendidoque t intervino el humano leyendo suspensamientos. Esta molesta voz empez alanzar una serie de comandos incomprensiblespara m y de repente todos mis recuerdosvolvieron. Aquella vez me hiciste lo mismocontinu. Introdujiste unas cosas en micuerpo y me recuper de forma milagrosa. Teencargaste de que lo olvidara, y yo reemplactu recuerdo con la visita de un ngel que habavenido a hacerme el milagro. Los doctoresestaban muy sorprendidos, y mis padres felices.Por n, pude llevar una vida normal y eso meanim a estudiar Medicina.

    Deneb escane las ondas cerebralesdel humano. En ellas se encontraba registradala invasin de los primeros microbot aosatrs. Estos haban quedado inactivos despusde reparar las clulas madres daadas enel cuerpo del humano, pero no haban sidoeliminados. Una parte del ADN del humanohaba sido modicado, por lo que se habaadaptado fcilmente a la invasin de los nuevosagentes.

    Esto ya lo haba estudiado Deneb.Varios de los sednarianos residentes en esteplaneta haban hecho el mismo procedimientocon sus compaeras humanas. De ese modo,alargaban su promedio de vida y adaptabansus cuerpos para concebir a sus hi jos. Denebhaba iniciado aquel cambio cuando lo habavisitado por primera vez. Por qu lo habahecho? Y por qu lo haba borrado de sumemoria?

    Quin sabe volvi a intervenir elhumano. Capricho de un prncipe estelar,seguramente. Estos insectos molestos quedepositaste en m han estado esperandoque regresaras. Ahora tendrs que tomar laresponsabilidad y ensearme a controlar estascosas.

    El humano se sali de encima suyo yse sent en el piso del cuarto, cruzando laspiernas. Deneb se incorpor y permanecisentado delante del humano, observndoloy procesando toda la informacin que habarecibido.

    Comencemos desde el principio di jo

    el humano, interrumpiendo sus pensamientosy extendiendo la mano. Gabriel Quezada,mucho gusto. Bienvenido a la Tierra.

    Deneb observ la mano extendida,reconociendo el gesto como un saludo terrcola.Extendi la suya y dej que el humano laestrechara con fuerza. Su piel cosquille conel primer contacto con el humano en muchotiempo. Sus microbot enviaron varios pulsoselctricos por todo su cuerpo recibiendo conagrado aquel toque.

    Deneb Kaitos, el placer es mo respondi, siguiendo el protocolo que seacostumbraba en estos casos. El humanoesboz una amplia sonrisa que aceler laspalpitaciones del corazn de Deneb.

    El humano quera aprender de l, peroDeneb tena la seguridad de que sera l quienacabara aprendiendo sobre los humanos. Y,sobre este en particular, que por alguna extraarazn lo haba mantenido fascinado muchotiempo atrs.

    FIN

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    JARDIN YAOI

    NO MAS SACRIFICIOS

    No mssacrificios

    Pues no te agrada el

    sacrificio,

    si ofrezco un

    holocausto no lo

    aceptas.

    Salmo 51, 16

    gazapada en la oscuridad, la bestia espe-raba a que su presa estuviera a su alcan-ce. El robusto leador, que recoga sus

    herramientas despreocupado, nunca imaginaralo que le esperaba a unos cuantos metros fuerade la zona de seguridad. Saba que haba alie-ngenas en las montaas, pero era un hombredemasiado curtido por la rudeza de su estilo devida como para dejar que esto lo atemorizara.Sin embargo, cuando escuch el rugido y viosaltar sobre l a aquella criatura esgrimiendosus terribles garras, tembl de pies a cabeza,

    moj sus pantalones y cay al suelo desvaneci-do. Suerte para l que la criatura no era la nicaque le haba estado espiando. De la copa delos rboles, se precipit la gura imponente deun agente de las fuerzas especiales.

    Aquel sper soldado se interpuso en el caminode la bestia y la lanz por los aires con una cer-tera patada. La criatura se incorpor de inme-diato. Era un espcimen muy joven, y aunque sucontrincante era el doble de alto, no se ame-drent y volvi a lanzarse al ataque mostrandosus terribles colmillos.

    El soldado ya tena el arma preparada y, comodictaba el protocolo, la intensidad de la descar-

    ga iba a ser mortal. No dispar, no fue necesa-rio, ya que su atacante qued suspendido enel aire por unos segundos antes de descenderlentamente al suelo, inconsciente. Nunca habavisto algo semejante en los aos que llevabasirviendo en los comandos anti-aliengena. Sinbajar la guardia, revis los alrededores.

    A unos metros surgi de entre los arbustos otroinvasor. Por su aspecto, dedujo que no se trata-ba de un ero Xar, como el que estaba tumba-do a sus pies, sino de una especie ms inofen-siva clasicada como Selex.

    Lamentamos mucho los problemas quenuestro compaero te ha causado, capitn IlanFalcon di jo el recin llegado, con un tonoy una expresin amable. Ilan no pudo evitarsorprenderse. Sabes que los de su raza songuerreros, y este ha estado impaciente por pro-bar su habilidad.

    Hablas bien mi idioma. Fue lo nico que sele ocurri decir a Ilan.

    Preeres que use el mo? S que lo conoces.El semblante amigable de aquella criatura lopona ms nervioso que los gruidos de un

    Xar. Los Selex nunca perdan su forma humanacomo lo hacan sus temibles camaradas, perotenan rasgos que haca muy difcil no distinguir-los de los terrcolas: tanto el color de sus ojoscomo el de sus cabellos eran inusuales y, comono posean pigmentacin en la piel, parecanhechos de mrmol.

    El cabello que caa en delicados mechonesalrededor del rostro del ejemplar que acaba -ba de aparecer, era de un tenue color azul. Surostro era andrgino y hermoso; sus ojos celes-

    tes no expresaban animadversin alguna. Suestatura era la de un humano promedio, veintecentmetros por debajo de los dos metros quemeda Ilan, dando la impresin de que no eramuy fuerte. Su indumentaria, compuesta poruna tnica hasta las rodillas, un pantaln ybotas altas, era muy elaborada; estaba llena deligranas simtricas insinuando que era alguiende alto rango. Denitivamente, no era la ropa deun guerrero.

    Sabemos que eres inteligente y justo, capitnFalcon continu el aliengena, que conocesa nuestra gente y no te dedicas a ex terminarnossin razn. Por eso, no queremos causar proble-mas que desemboquen en tu sustitucin como

    guardin de esta zona.

    Pues los ataques de este mes demuestran locontrario se quej Ilan con cierto retintn.

    No hemos sido nosotros. Algunos de los re-sidentes del pueblo han aprovechado nuestraproximidad para adjudicarnos sus crmenes.Los asesinatos del dueo de la tienda de ali-mentos y del ocial de polica fueron realizadospor los hombres que poseen una licorera enla tercera avenida. Llevaban tiempo realizandocontrabandos, y el ocial los haba descubierto.El robo a la tienda debi ser motivado por suambicin desmedida. Son lo peor de tu raza.Lo sospechaba. Despus de todo, para quiba tu gente a tomar el dinero de la caja fuertede la tienda?

    As es. Por desgracia, cegados por el odio yel temor, los dems ciudadanos no pensaroncon claridad y nos echaron la culpa. Igual hapasado con este joven dijo, sealando a susemejante en el suelo que tampoco pensracionalmente y vino hasta aqu buscando al-guien contra quien luchar.

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    YAOI NIWA JARDIN YAOI

    NO MAS SACRIFICIOS20

    No est herido exclam Ilan, aliviado alinclinarse sobre el cuerpo del Xar. Le llam laatencin que vesta jean y camiseta de algo-dn; quiz haba intentado mezclarse con lagente del pueblo. Era un iluso, pues los sensoresque rodeaban la zona de seguridad, lo habrandelatado.

    Los Xar solan ser de cabellos negros, pielligeramente bronceada y ojos color miel. Podanpasar con facilidad por terrcolas, terrcolasmuy altos y fuertes. Sin embargo, su aspecto

    cambiaba cuando se enojaban. En un instante,sus ojos se tornaban rojos, les creca el cabellovarios centmetros, su piel se tornaba dura y os-cura, y sus manos se convertan en garras ne-gras, largas y fuertes como el acero. Adems, lamandbula pareca dislocrseles y su dentadu-ra llegaba a igualar a la de un animal salvaje.Algunos desarrollaban extremidades adiciona-les que brotaban de sus espaldas, semejantesa las patas de un cangrejo.

    Falt poco para que sufriera una regresincompleta reconoci el otro aliengena.

    Apenas es un muchacho, me daba lstimamatarlo. Pero de haberlo capturado, le espera-ba un destino peor en nuestros laboratorios. Sidejo que te lo lleves, volver a causar proble-mas? Porque si vuelve a atacar a un ciudadano,tendr que frerlo, y me gustara ahorrarme esedesagradable momento.

    Le llevar con su padre y ser l quien seencargue de que no repita este mal comporta-miento. Entre nosotros, un hi jo es tan valioso quesolo los progenitores los juzgan y sentenciansus crmenes.

    Eso no lo saba.

    Es obvio que ustedes no saben todo sobrenosotros. Ahora debo marcharme, Ilan Falcon.Me dio gusto conocerte. Tom en sus brazosal joven Xar sin ningn esfuerzo y se encamina lo profundo del bosque.

    Espera! Ahora mismo debo llevar a esteleador idiota a su casa, pero quisiera hablarcontigo de nuevo. Tengo muchas preguntas queme gustara hacerte. Quiero que esta guerratermine, y quiz conocindonos un poco mspodamos encontrar una manera de que nues-tras especies se entiendan.

    De acuerdo. Pero ser despus de que deten-gas a esos delincuentes. Ninguno de nosotrosva a acercarse al pueblo para darles a ellosuna coartada que les permita continuar susfechoras. Prueba nuestra inocencia y volvers averme, Ilan Falcon.

    Puedes estar seguro de que lo pondr comoprioridad en mi agenda. Ilan sonri de supropio sentido de humor. Era la primera vez quesonrea desde haca mucho tiempo y muchasbatallas. Se sinti bien al hacerlo. Por cierto,

    cmo te llamas?

    Aagax.Al escuchar aquella palabra algo en el cuerpode Ilan pareci despertar. Cuando quiso deciralgo ms, Aagax ya haba desaparecido con eljoven Xar. Por qu se haba sentido as? SuADN alterado y mezclado con el ADN de los alie-ngenas estaba reaccionando ante ellos? Nuncaantes le haba pasado. La mayora de las pre-guntas que bullan cada da en su cabeza sereferan a las ex traas sensaciones y reaccio-nes de su cuerpo. Su cuerpo haba sido disea-do articialmente para ser capaz de enfrentar ydestruir a los visitantes que haban descendidoen nuestro planeta treinta aos atrs.

    La guerra que se haba desatado haba sidoganada por los terrcolas, gracias a soldadoscomo l. Sin embargo, ni l ni sus compaeroshaban recibido alguna muestra de gratitud queles compensara el precio que pagaron por serel fruto de la ingeniera gentica. Eran esclavos,eran productos, eran desechables, eran efme-ros.

    Lo que Ilan deseaba saber ms que nadaera si exista una posibilidad de salvarse de lamaldicin de todos los sper soldados: enveje-cimiento prematuro y prdida total de la razn.Suspir, recogi el cuerpo del leador y se en-camin al pueblo, no le quedaba ms remedioque esperar.

    No fue difcil probar la culpabilidad de los cuatroneonazis que regentaban la licorera. Ilan lesllamaba as porque solan raparse la cabeza,presumir de ser mejor que los dems y recurriral bullying con las minoras. Tambin gustabande escupir el suelo cada vez que lo vean hacersus rondas de vigilancia, expresando el ascoque les daba que tuviera ADN aliengena en lasclulas. De verdad disfrut cuando la policaregistr el stano de su local y encontr su-

    cientes pruebas para adjudicarles el robo y losasesinatos. Esos tontos se haban conado tantoque no haban tomado ninguna precaucin.El alcalde y dems autoridades, aquellos queen el pasado le haban criticado por permitirque los extraterrestres llegaran hasta sus puer-tas y atacaran a los ciudadanos, lo felicitaronpblicamente.

    Ahora sabemos que esas bestias nuncaentrarn a nuestro pueblo, mientras tengamosun guerrero como usted custodindonos ex-

    clam el alcalde, mientras posaban ante losperiodistas.

    Simples palabras que no signicaban nadapara Ilan, sobre todo, porque saba que l lesinspiraba a los honorables ciudadanos el mis-mo miedo que los extraterrestres. Y tenan ra-zones para temerle, ya que su apariencia eraintimidante. Era un coloso de msculos pronun-ciados, con cabello negro hasta la cintura, quellevaba atado en una cola alta, emulando a unsamurai. Sus ojos negros eran el nico rasgoque lo distingua de los Xar, ya que su cuerpopoda sufrir la misma regresin que ellos. De he-cho, ltimamente le costaba mantener los col-millos ocultos. Tena el aspecto de alguien querondaba los veinticinco, aunque su edad realapenas alcanzaba los diecisiete, pero envejecaa tal velocidad que algunas veces le costabareconocerse en el espejo. Su expresin adustasiempre le conrmaba que segua siendo elmismo del da anterior.

    Ilan entr en el bunker, con aspecto de unareliquia de otros tiempos, que le serva de basey que estaba ubicado en las afueras del pue-blo. Extraaba su anterior base de operaciones,llena de equipos a la ltima moda de la inge-niera militar. Tambin extraaba la compaade sus camaradas, los dems miembros de laUnidad Falcn con los que haba vivido desdeque tena memoria. Aquellos que no estabanmuertos, compartan su situacin de estar asig-nados a algn puesto de vigilancia solitario. lera el nico elemento en aquella base rodeadade montaas en la frontera con Canad. Erauna prueba del poco riesgo que representabanlos aliengenas escondidos en la zona, o laconstancia de la capacidad letal que posea unsper soldado de su clase.

    Como mandaba el protocolo, comprob losmonitores. Todo estaba en orden. Mir su rostroen el reejo de una de las pantallas y suspir.

    Se le estaba haciendo costumbre suspirar; erael nico gesto en el que demostraba que no erauna mquina. No era considerado un ser hu-mano por la gente que protega y, sin duda, losaliengenas tampoco lo consideraban uno delos suyos. Pero l tena ese terco sentimiento deser parte de las dos especies, de ah que ansia-ra el nal de aquella guerra.

    Temo que te equivocas, Ilan. Escuch decirdesde las sombras. Al instante salt variosmetros para poner distancia y tom posicin de

    combate. Esto nunca ha sido una guerra, sinoun genocidio. Mi gente nunca ha luchado contrala tuya.

    Aagax se encontraba en el interior del bunker,sentado plcidamente delante de uno de losmonitores. Vesta como lo hara cualquiera delos leadores del pueblo. Algo intil si querapasar desapercibido, ya que el color inusual desu cabello y su cara bonita siempre llamaranla atencin. Ver que de nuevo le sonrea ama-blemente, le hizo guardar su arma.Adems, qu importaba si aquel ser le ataca-ba y asesinaba? Estaba en uno de esos das enlos que senta que no tena razones para seguirluchando. Ni siquiera pensaba alterarse por elhecho de que un aliengena haba llegado has-ta el interior de su base, sin que los sensores lodetectaran.

    Sin embargo, el que estuviera de semejantehumor no signicaba que renunciara a la opor-tunidad de obtener algunas respuestas. Sirvidos vasos de bebida energtica, ofreci uno asu visitante y se sent delante de l dispuesto adiscutir.

    Y qu dices de los combates en el MedioOriente hace treinta aos?

    Algunas de nuestras naves cayeron en eldesierto, un lugar inhspito y sin refugios natura-les para escondernos. Guerreros Xar de sangrepura y mestizos se ofrecieron como anzuelopara atraer la atencin de tu gente, que nos viocomo hostiles desde un principio y rechazaronnuestros intentos de comunicacin, iniciandouna cacera inmisericorde. Nuestros guerrerosestaban agotados por el largo viaje, no poseanarmas sucientes y, debido a la gran desventa-ja numrica, optaron por provocar su regresinpara luchar. Se sacricaron por los dems,demostrando mucho valor y nobleza.

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    YAOI NIWA JARDIN YAOI

    NO MAS SACRIFICIOS22

    Ilan sigui preguntando sobre cada incidenteregistrado como agresin aliengena. Aagaxcontest calmadamente. Le explic que mu-chos de los enfrentamientos que ocurrieron sedebieron a la naturaleza de los guerreros Xarde sangre pura, que haba jugado en contrade ellos mismos porque perdan el control confacilidad o preferan morir como guerreros aestar ocultos. Los Selex, en cambio, evitaban losenfrentamientos a toda costa. Estaban tambinlos que llamaban mestizos, que posean ras-gos de ambas razas y por eso sus reacciones

    variaban.

    Casi todos los que emigramos a tu planetasomos mestizos. Nuestro rey tambin lo era, perouna rebelin de varios clanes de Xar de sangrepura, lo destron. Los que permanecimos lea-les a l no tuvimos otra opcin que huir para noterminar siendo esclavos. No conocamos esteplaneta, no sabamos comunicarnos con uste-des y no nos dieron tiempo de aprender. Decidi-mos escondernos pero eso tampoco result.No haca falta preguntar ms, Ilan saba a quse refera. La llegada de los extraterrestres cau -s que se formara una coalicin de nacionesque invirtieron toda su tecnologa y fuerza militaren descubrir las naves aliengenas que se ha-ban escondido por todo el planeta. La primeraque fue localizada y reducida en el Amazonasse publicit como la ms grande victoria de laTierra sobre los invasores. El nico detalle inc-modo era que apenas haba habido resistenciay la mayora de los cadveres que pudieronreconocerse pertenecan a mujeres, nios yancianos.Aquella matanza exacerb a algunos denuestros guerreros Xar de sangre pura queintentaron vengarse por su cuenta continuAagax. Atacaron bases militares importantesen diversas naciones provocando ms miedo,desconanza y odio en tu gente. Esos terriblessentimientos los llevaron a crear sper solda-dos.

    Aagax guard silencio y baj la mirada por unmomento, como si quisiera disculparse. Ilansenta su corazn palpitar a un ritmo ms velozque de costumbre. No escuchaba nada nue-vo, saba que su existencia se deba a la gue-rra, que haba sido creado para destruir a losinvasores, y que el da en que ya no sirviera asu propsito sera desechado. Su origen estabamarcado por el odio, y al nal de sus das loque le esperaba era la locura. Sonri con amar-

    gura mientras volva a saborear su bebida. En-tonces, se dio cuenta de que era la primera vezque conversaba de esa manera con alguien, yque ese alguien fuera un aliengena le pareciasombroso.

    Cmo es que eres amable conmigo? pregunt al n. Soy tu enemigo natural, mismanos estn manchadas con la sangre de tugente.

    T no nos odias y no nos temes. Incluso, nos

    respetas y compadeces. Eres otra vctima enesta absurda matanza.

    Ilan sinti que los ojos se le llenaban de lgri-mas y tuvo que ocultar el rostro entre las manos,era la primera vez que lloraba.Aagax se acerc a l y puso su delicada manosobre su cabeza. Lamento todo lo que haspasado. Si mi gente no hubiera venido a tu pla-netaEntonces, yo nunca hubiera existido y esono sera nada conveniente para m repusocon rmeza Ilan, limpiando sus lgrimas rpi-damente, tratando de mostrar una sonrisa.No puedo renegar de mi existencia. Me agradahaber nacido, aunque algunos das sean unasco, as que estoy agradecido de que ustedeshayan venido a la tierra Aunque no s si seacorrecto sentirme as, despus de todo lo queha pasado tu gente.

    Gracias. Aagax sonri lleno de gratitud,mientras los sentimientos de culpa se aliviabanen su interior. Ilan no pudo reprimirse y le abra-z. Era la primera vez que mostraba afecto, legust hacerlo. Tambin le gust sentir cmo lecorrespondan abrazndolo a la vez.El olor de Aagax le inund; era delicioso. Queraquedarse rodendolo con sus brazos indenida-mente y estrecharlo con ms fuerza, pero sabael dao que era capaz de hacer y le solt pocoa poco. Sonri con timidez ante la mirada cari-osa que irradiaban aquellos ojos claros.

    Aagax, por su parte, era capaz de leer los pen-samientos y sentir las sensaciones que expe-rimentaba Ilan. Sonri halagado y acarici elrostro de aquel muchacho que haba vivido tanpocos aos y que no conoca otra cosa que elhorror de la guerra. Cmo poda ser tan cn-dido y amable? Sin duda, era un milagro. Sesinti empujado a protegerlo y acogerlo como

    alguien valioso y nico.Gracias a ti no me arrepiento de haber veni-do a tu planeta le di jo dulcemente.

    No reprimi el impulso de acariciar aquel rostroque mostraba la sorpresa de un nio ante suspalabras, y le bes en los labios con ternura.Ilan volvi a abrazarlo, primero con dolorosaintensidad y luego delicadamente. Le escuchllorar mientras se estremeca, le dio la impresinde estar ante una or que se abre por primeravez a la vida. Aagax se jur a s mismo que iba

    a salvar a aquella hermosa criatura sin impor-tar el costo.

    Todos los sper soldados tenan un margen devida menor a veinticinco aos. Comenzabansu entrenamiento a la edad de seis, cuando sucuerpo tena la madurez de un adolescente, yaprendan con rapidez gracias a su elevadocoeciente intelectual y asombrosa destreza. Alcumplir los nueve aos, estaban listos para ir alfrente de batalla y tenan el aspecto de alguiencon el doble de su edad.

    Durante su formacin, nadie llegaba a verlos ymucho menos tratarlos como nios. Eran pro-ductos elaborados en masa y sin identidadpropia hasta que el paso del tiempo, las expe-riencias vividas y su propia naturaleza humanales llevaban a desarrollar cierta individualidad.Esto poda ser un arma de doble lo, porquealgunos enloquecan al preguntarse el sentidode sus vidas.

    En el caso de Ilan, el desarrollo de su personali-dad no haba obstaculizado el cumplimiento desus deberes. Se mantena saludable fsica, men-tal y emocionalmente. Perteneca a ese ochentapor ciento de sujetos que lograba los resultadosesperados y que eran la prueba viviente delxito del proyecto. No importaba el veinte porciento que enfermaba, perda la razn o se reve-laba contra su destino provocando su elimina-cin. Tampoco era considerado un problemaque todos los sper soldados, sin excepcin,enloquecieran alrededor de los veinte aossufriendo una regresin permanente. An en eseestado podan ser tiles.

    Ilan haba llegado a la edad en la que no se leconaban misiones de vanguardia para evitarque el estrs le causara una regresin involun -taria. Todava serva para custodiar una zonade poca importancia y justicar la inversinque haban hecho al crearlo. Cada dos meses

    deba pasar por un chequeo neurolgico quedeterminaba el avance de su degeneracin.Cuando alcanzara cierto punto crtico, se le tras-ladara a otra base para ser encerrado hastaque su regresin se presentara de forma irrever-sible. Entonces, pasara a formar parte de unanueva unidad, la de los Perros Rabiosos, queeran usados para destruir nidos.

    Aagax haba visto muchas veces los resultadosde las acciones de aquellos soldados enloque-cidos. En los escondites que invadan, atacaban

    como bestias hambrientas a guerreros y niospor igual; porque a eso se haban reducido alperder sus facultades por la inecaz ingenieragentica con la que haban sido creados. LosXar y mestizos de su raza que sufran regresio-nes permanentes conservaban su personali-dad, ms violenta e impulsiva, pero sin llegar alnivel de enajenacin de los Perros Rabiosos.Pensar en que Ilan terminara en pocos aos ensemejante estado, era doloroso.

    Quiz yo pueda ayudarte se aventur adecir. Si me dejas, puedo intentar detener tudegeneracin.

    Cmo sabes?

    Puedo ver los que piensa y sentir lo que sien-tes. Tienes genes de los Xar y los Selex en ti,eres como uno de nosotros. No quiero dejar quete conviertas en una bestia. S que es muchopedir que confes en m, pero realmente quieroayudarte.

    Confo en ti. Todo mi ser me dice que confeen ti. Es ms, quiero conar en ti le asegurcon vehemencia.

    Entonces, desndate completamente Ah!,ser mejor que usemos tu cama.Ilan parpade varias veces mientras asimilabaestas palabras. En el rostro de su interlocutor, lonico que pareca verse era un sincero deseode ayudarle.

    Si es para un chequeo mdico, podemosusar la enfermera sugiri, preguntndose sihaba interpretado correctamente la situacin.

    Perfecto exclam Aagax solcito, hacien-do suspirar decepcionado a Ilan, que hubierapreferido que sus palabras hubieran tenido otrosentido.

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    YAOI NIWA JARDIN YAOI

    NO MAS SACRIFICIOS24

    Ilan lo gui resignado hasta la enfermera, unahabitacin equipada con toda clase de equiposnecesarios para analizar su cuerpo. Su nuevoamigo no necesitaba ninguno de aquellos apa-ratos. En cuanto le tuvo desnudo y recostado enla camilla, puso sus manos a unos centmetrossobre su pecho y cerr los ojos.

    Verle as, hizo que el sper soldado pensaraque quien estaba dando muestras de conanzano era l, sino aquel frgil aliengena al que po-da lanzar por los aires con un simple manota-zo. De nuevo sonri, estaba ante alguien que nosenta miedo de l y que incluso quera sanarlo.Volvi a experimentar una extraa sensacin.Su vida estaba cambiando rpidamente.

    Poco a poco sinti una sensacin de calor reco-rrerle todo el cuerpo. Despus, desaparecieronciertos dolores que, aunque soportables, repre-sentaban una molestia permanente. Su mentepareci estar ms clara que nunca y tanto susmsculos como sus nervios se relajaron. Seme-jante alivio no lo haba experimentado ni conlas drogas que les hacan tomar para paliar losdolores de crecimiento.

    Le extra ver en el rostro de Aagax una expre -sin de angustia, todo lo contrario a lo que leestaba haciendo sentir. Quiso decir algo, perono pudo hablar ni moverse hasta que, casi unahora despus, su amigo retir las manos y abrilos ojos. Ilan se sent ante l sintindose el hom-bre ms saludable del mundo.Lo siento se lament Aagax al borde de laslgrimas. No he conseguido detener de formapermanente tu degeneracin. Con el poder quetengo ahora, me resulta imposible.Bueno, yo me siento de maravilla. Jams creque podra sentirme as Gracias!

    Tenemos un gran sabio en uno de nuestrosescondites. l podra ayudarte, pero no me atre-vo a pedirle que venga hasta aqu. Sera mejorque t me acompaaras a verle. S que migente no va a conar en ti al principio, pero

    No, no puedo ir contigo.

    Por favor, confa en m!

    Confo en ti, ya te lo he dicho. Durante lashoras que hemos pasado juntos hoy, he vivido

    ms intensamente que en todos los aos quellevo respirando. Te has convertido en alguientan importante en mi vida que no puedo dejarque corras ningn riesgo por m. Acarici elangustiado rostro ante l, deseando transmitirletoda la ternura que le inspiraba.

    No correremos ningn riesgo. Ya ves que lossensores terrcolas no pueden captarme y

    Tengo un aparato en mi cabeza que le indicaa mis superiores dnde estoy Si descubrentu escondite, puedes imaginar lo que pasardespus.Esa cosa en tu cabeza no es para sanarte?Aagax haba percibido el diminuto artefactodentro del cerebro de Ilan y crey que se tra-taba de algn paliativo para su degeneracin,como las prtesis que le haban ido colocandodespus de salir herido en distintas batallas.Siempre le haba asombrado la manera enque la medicina terrcola optaba por introducirartefactos en los cuerpos. Su gente prefera utili-zar el ujo de energa para hacer que el propioorganismo se sanara.

    Es un localizador y un neutralizador. Sirvepara mantenernos vigilados y mandarnos alotro mundo si damos problemas.

    Cmo se han atrevido a poner dentro de tialgo as? Aagax se volvi la viva imagen defuria e indignacin. Puso sus manos a amboslados de la cabeza de Ilan y volvi a cerrar losojos.

    Qu vas a hacer?Puedo sacarte esa cosa sin hacerte daoNo. Si lo haces, vendrn a investigar qu hapasado conmigo.

    Aagax abri los ojos y los j en los suyos.Ambos saban que tenan muchas posibilidadesa partir de ese momento, el problema era quelegira cada uno.

    Ven conmigo, Ilan.

    Si desaparezco, enviaran un equipo de reco-nocimiento y podran encontrar tu escondite. Nopuedes arriesgar a tu gente por m. Adems, novivir mucho tiempo.

    Nosotros podramos curarteNo ests seguro de que eso sea cierto.

    Nuestro Rey podra. En unos aos, su poderse restaurar por completo y seguramente tesanar. Cuando volvamos a nuestro planeta,puedes venir con nosotros.

    Puede que yo no tenga unos aos... Escucha,Aagax, dudo que me acepten entre los tuyos.Asesin a muchos de tu raza, no solo a guerre-ros, sino a mujeres, ancianos y nios indefensostambin. Quiero hacer algo para resarcir eso.Como desertor nicamente te causar proble-mas. En cambio, si permanezco en mi puesto,puedo evitar que descubran tu refugio. Desea-ra encontrar la manera de terminar con estaguerra. No me importa el poco tiempo que mequede, si logro al menos ayudar a cambiar lascosas aunque sea un poco. No solo por tu gentey por mis compaeros, sino por m y sobre todopor ti.

    Ilan tom entre sus manos el rostro baado enlgrimas de Aagax y le bes en los labios. Unbeso clido, suave, lleno de expectativa. Unbeso que contena un descubrimiento.

    Te amo.

    Lo s. Aagax sonri y correspondi a aquelgesto con otro beso, lleno de tristeza. Noquiero que sufras, no quiero que mueras. Te heobservado desde hace mucho tiempo y te hasmetido dentro de m. Mi gente ama de muchasformas, Ilan. Pero lo que siento por ti es comple-tamente nuevo, no hay ningn deber o lazo en-tre nosotros y an as quiero ser uno contigoCasi tengo miedo de lo que siento.

    T tienes miedo? Yo nunca he sentido o re-cibido afecto antes. Para m es como si todo se

    pusiera de cabeza. Para colmo, eres del bandocontrario. Menuda telenovela! Ri entre lgri-mas, provocando que Aagax tambin lo hiciera.

    Las cosas son peores de lo que piensas,sabes? Temo que debo confesarte algo quepuede sorprenderte y molestarte.

    No me digas que eres casado? brome.

    Ah, bien Nosotros no denimos nuestrasrelaciones de esa forma. Pero efectivamente for-m una familia en mi planeta con una Selex de

    sangre pura, ella muri ayudndome a esca-par. Nuestra unin fue un deber que cumplimoscon gratitud y esmero, engendramos un hi joque traje conmigo.

    Bueno, ahora s parece una telenovela. Perono me molesta.No era eso lo que quera decirte. La verdad esque soy Aagax, el rey de los Selex y los Xar. Elvigsimo octavo de mi estirpe y padre de Agax,el nuevo rey que tomar mi lugar en cuantoalcance la madurez necesaria.

    Ilan sinti que le faltaba el aliento. Ahora enten-da por qu aquel nombre le haba resultadofamiliar, muchas de sus vctimas lo habanpronunciado mientras agonizaban. La existen-cia de un lder nico de los aliengenas habasido revelada por ellos mismos, diecisis aosdespus de su aterrizaje, cuando enviaron em-bajadores a los representantes de la coalicinde naciones buscando la solucin pacca delconicto. Las negociaciones fallaron y los en-viados terminaron en los laboratorios sometidosa interrogatorios brutales hasta que desapare-cieron misteriosamente causando pnico entretodas las fuerzas de seguridad. El Rey no volvia intentar la diplomacia y se limit escondersecon su gente.

    Desde entonces, le haban buscado, en cadanueva guarida descubierta, esperando captu-rarlo y as terminar la guerra. Pero, claro, comobien haba dicho Aagax, aquello nunca habasido una guerra, sino un genocidio. Y un geno-cidio solamente se detiene cuando el agresordeja de tirar del gatillo. Ahora que tena al reyante l, saba que apresndolo no terminaranada.

    Ahora s que me has sorprendido alcanza decir mientras volva a sonrer.

    No ests disgustado? Yo soy el objetivo quehas buscado por aos.

    Y ahora que te he encontrado, no piensoentregarte a nadie. Volvi a besarlo, esta vezcon vehemencia. Bes su boca, sus ojos, eserostro que le cautiv desde que le vio en el bos-que. Descendi por el cuello y no pudo refrenarel deseo de lamerlo. Aagax gimi complacido ypareci invitarlo a continuar. Sinti que su cuer-po se excitaba hasta lo incontrolable y clavlas uas ennegrecidas y losas en unos brazos

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    cin que causaban mayor placer a su pareja.Ambos sentan lo del otro, duplicando su goce,su entrega y su acogida. Eran uno completa-mente y como uno, llegaron al clmax, abraza-dos, sonrientes y sin aliento.

    Quiero que este momento sea eterno susu-rr Ilan.

    Aagax respondi con un largo y apasionadobeso que encendi de nuevo el deseo entreellos. Volvieron a amarse con la intensidad deun amor en el que ninguno se reservaba nada,con una pasin capaz de incinerarles y laconanza de quienes han estado juntos por unaeternidad.

    Cuando al n se agotaron sus fuerzas, ya erams de media noche. Ilan se qued dormidocon una sonrisa apacible adornando su rostro.Por primera vez, pudo librarse de las pesadillas.Aagax le contempl satisfecho hasta que, pocoa poco, en su beatco rostro fue apareciendouna expresin de amargura.

    La idea de que aquel joven que yaca junto a lestaba condenado le morticaba ms que an-

    tes. No iba a permitir que se degenerara hastaconvertirse en una bestia. l saba lo que era vi-vir con semejante temor. Encontrara la manerade retrasar su proceso envejecimiento hasta quesu hi jo tuviera pleno control de sus poderes, en-tonces podran sanarle y escapar de la Tierra.

    Cerr los ojos y puso su mano derecha so-bre cabeza de Ilan, extendiendo la otra. Unossegundos despus aparecieron en su palmaextendida minsculas piezas de un artefactoterrcola. Haba desarmado la bomba que suamigo tena en el cerebro, dejando el localiza-dor todava funcional.

    No voy a permitir que te conviertas en un sa-

    cricio ms de una guerra que no es tuya.

    Le bes de nuevo y se recost a su lado. Alcerrar los ojos, pudo sentir a su gente en cadauno de los refugios, comprobando con alegrasu bienestar. Se comunic con su hijo, acordan-do verle en unas horas para contarle sobre Ilan.Monitore las comunicaciones del ejrcito de lacoalicin terrcola, como siempre se mostrabanautosucientes e implacables en la bsquedade su gente, pero l no dejara que volvieran ahacerles dao.

    Por ltimo, sonde ms all, a su propio planetay recibi malas noticias. Una ota de naves deguerra haba sido lanzada hacia la Tierra. Elcrecimiento de su hi jo no haba pasado desa-percibido por los usurpadores y la intensidadde su poder les haba revelado su paradero.Aagax se incorpor, su rostro era una mscarainexpresiva. El tiempo se les haba agotado. Laguerra, que llevaba tres mil aos librndose,vena por l para devorar todo lo que amaba.Pos su mirada sobre Ilan, y la calidez volvi areejarse en sus ojos. Se recost sobre su ama-do y le susurr con ternura. Te amo. Aunquesolo tengamos este instante juntos, estoy feliz dehaber atravesado el universo para llegar a ti.

    Ilan sonri en sueos ajeno a la tragedia que secerna sobre ellos.

    FIN?

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    EL INTERCAMBIO 33

    Hansel lo mir sin saber si Ubaldo esperaba al-gn tipo de reaccin o comentario de su parte.Mi madre dijo que mi nombre signica regalode Dios. Se encogi de hombros.

    Oh, eres um cristiano, catlico, budista olo que sea? pregunt Ubaldo un poco inc-modo. l era agnstico.

    Hansel neg. Su mam jams haba pisadouna iglesia, aunque encenda velas a los san-tos.

    Bien. Ubaldo recuper su viveza. Qutraes en la mochila?

    Mis cosas. Hansel mir las manos vacas,con uas pintadas de verde, de Ubaldo.

    Yo tambin traje mis cosas! anunci, rin-dose y mostrndole su equipaje recostado dela pared a su lado: una mochila y varios bul-tos con imgenes de extraterrestres tanto en elequipaje como en las etiquetas que llevabansu nombre. Crees que nos acepten? Porquellevo dos horas aqu y solo han aceptado a unodesde que llegu.

    Hansel se encogi de hombros.No eres de mucho hablar, verdad? Mi exno-vio, el hi jodeputainel, deca que yo hablabapor diez. Ubaldo revis su celular, que tenauna cubierta de otra imagen de aliengenas.

    Hansel se rasc el cuello. Se le haca un pocodifcil seguir la lnea de pensamiento del chico.

    Por qu nmero van? pregunt un hombredetrs de Hansel, haciendo que se sobresalta-ran.

    Ubaldo y l se voltearon a mirar al hombre. Sutraje gris, maletn y lujoso reloj gritaban Ejecuti-

    vo.

    Hansel dej que Ubaldo contestara, porque lprcticamente acababa de llegar tambin.

    No nos dieron nmero. Segn me han expli-cado, solo di jeron que hiciramos una lnea. Yallevo dos horas aqu. Ubaldo mir al hombrede pies a cabeza. Era guapo, aunque jodida-mente serio. Ests aqu por el intercambio ovienes acompaan?

    Maldicin! Tendr que llamar a mi ocina y

    decir que no podr volver en lo que resta de latarde refunfu el hombre. Sac el celular delbolsillo interno de su chaqueta y, tras dar unospocos pasos para alejarse, procedi a hacer sullamada.

    Por qu siempre me atraern los idiotas?refunfu Ubaldo en voz baja. Qu edadcrees que tenga? pregunt, pegndose aHansel para cotillear, pero sin dejar de mirar alserio ejecutivo.

    Treinta? di jo Hansel, encogindose dehombros, mirando hacia la lnea. Tenemosque movernos.

    Qu? Ubaldo mir por encima de su hom-bro. Carajo!, en qu momento se movierontanto? Agarr su equipaje y se movi deprisa.

    Hansel mir al ejecutivo y luego a Ubaldo quelo llamaba con la mano. Disculpe, tenemosque movernos. El hombre no le hizo caso. lse encogi de hombros y camin a paso lento,reunindose con Ubaldo.

    Dios, s que eres lento. Tem que fuera a llegaralguien y se parara detrs de m, vindome as

    forzado a pelear por tu espacio. Creme, nosoy hombre de pelea. Mi lema es Hagamos elamor, no la guerra. Ubaldo le gui pcara-mente un ojo.

    Hansel se rasc el cuello. No me hizo caso. Seal con el pulgar por encima de su hombroal ejecutivo.

    Oye, guapo, muvete! grit Ubaldo, logran-do que tanto el ejecutivo como varias personasms lo escucharan y miraran.

    Hansel se encogi un poco. No le gustaban losgritos, lo ponan nervioso.

    No haba necesidad de gritar refunfu elhombre, detenindose detrs de Hansel.

    Bueno, guapo, mi amigo Hansel intent avi-sarte que la lnea se haba movido, pero lo igno-raste. Ubaldo sonri coquetamente.

    El ejecutivo abri mucho los ojos, dio un pasohacia atrs y carraspe. Estaba hablando portelfono dijo a modo de explicacin.

    Te perdonamos ronrone Ubaldo, extendien-do su mano. Yo soy Ubaldo, y l es Hansel.

    Cmo te llamas, guapo?

    El hombre se vea incmodo. Mir de la manode Ubaldo al rostro del chico, despus mir aHansel y luego a la carretera. Pareca estar ana -lizando sus posibilidades: marcharse o quedar-se.

    Cuando Ubaldo comenzaba a pensar que lodejara con la mano en el aire, el hombre lasujet. Ubaldo se estremeci. El apretn fue rmepero no triturador.

    Federico Mon

    No hay necesidad de dar los apellidos lointerrumpi Ubaldo, acercndose un poco ms,quedando justo al lado de Hansel. Federico,tu nombre signica jefe.

    La manera en la que lo dijo el chico, comosaborendoselo, hizo que el hombre soltara sumano y diera un paso atrs.

    Ubaldo se rio. Hansel mir de uno a otro y serasc el cuello.

    Ojal y todos se mueran! Espero que se los

    coman vivos! grit uno de los rechazados alsalir del edicio, despechadamente, hacien-do gestos groseros a todos los que lo estabanmirando.

    Que mal perdedor. Ubaldo chasque lalengua y se volte a mirar la lnea. Rayos!Cmo es que de repente nos estamos movien-do tan rpido? Llevo poco ms de dos horas yapenas nos movamos gru, agarrando suequipaje y apresurndose a recuperar su lugar.

    Hansel camin detrs de l con toda la calmadel mundo. No saba cul era la prisa. Todavafaltaba bastante para que les llegara su turno.

    Federico mir a Ubaldo y luego a Hansel.Tanta conanza tienen de que sern acepta-dos?

    Hansel lo mir e inclin la cabeza. No entendaa qu vena esa pregunta.

    Tu mochila y su equipaje seal el hombre.

    Hansel se encogi de hombros. No saba sinos dejaran volver a nuestras casas en casode aceptarnos.

    Maldicin! No pens en eso gru Federi-co, volviendo a sacar su celular. Mirta, pue-des ir a mi casa y prepararme una maleta? S,s, lo de siempre. De acuerdo, gracias.

    Mirta? Ests casado, guapo? preguntUbaldo que se haba acercado para seguir co-tilleando porque delante de l haba un hombresin hogar que, adems de tener muy mal olor,no hablaba con nadie. Y, por supuesto, Hanselya era su amigo, y Federico no estaba nadamal.

    Me llamo Federico. No saba para qu lehaba preguntado su nombre si iba a seguir conaquello de guapo para aqu y para all.

    Ubaldo sonri angelicalmente. Lo s.

    Federico suspir y mir la lnea. Personas sinhogar? En serio? Qu podan aportar ellos?Pregunta que lo llev a volver a mirar a losjvenes delante de l. Estudiantes? Sera unaexperiencia enriquecedora para ellos, perosiendo sinceros, dudaba que fueran a aportaralgo valioso en el intercambio. Los jvenes dehoy en da solo saban hablar de sexo, drogasy estas.

    Y bien, guapo? Ubaldo chasque losdedos delante de la cara del hombre. Pla-neta Tierra llamando a Federico. Eso le hizomucha gracia. Tanta que tuvo que agarrarsede Hansel para rerse. Pla-planeta Ti-ti-tierrarepiti, agarrndose la barriga con la manolibre. Lo-lo captas?

    Federico frunci el ceo. S, nada valioso. Ybien qu?

    Ests casado? repiti Ubaldo, secndoselas lgrimas.

    Me parece que no es de tu incumbencia.

    Federico lo mir serio.

    Ah, vamos, no seas as. Vamos a estar aqudas exager Ubaldo.

    Tres horas ms solt Hansel, haciendo queambos lo miraran.

    Qu di jiste? pregunt Federico.

    Cmo lo sabes? pregunt Ubaldo a lamisma vez.

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    YAOI NIWA

    EL INTERCAMBIO 35

    Hansel se encogi de hombros. Federico y Ub-aldo lo miraron un rato en silencio, antes de queUbaldo volviera su mirada coqueta al hombre.

    Vas a dejar a tu esposa sola por un ao?No temes que te la roben?

    Federico levant una ceja, pero ni as contest.

    De acuerdo, si as es como quieres jugarUbaldo se le acerc, detenindose delante del. Hansel, no dejes que nadie coja mi puesto.

    Federico se cruz de brazos. Tpica pose defen-siva.

    Ubaldo sonri, mirndolo de arriba a abajo,rodendolo, haciendo que Federico quisieradarse la vuelta para que no le mirara el trasero,pero aguantndose para no incentivarlo ms.

    No tienes aro, tu ropa no huele a perfume demujer ni tiene rastros de lpiz labial. Ubaldole pas un dedo de hombro a hombro segn lorodeaba hasta volver a detenerse delante de l.

    Eso no signica nada. Federico sonri bur-ln.

    Oh, esa sonrisa. Esa sonrisa fue la que motiv aUbaldo a intentar descubrir todo lo que pudierade ese hombre.

    Hansel agarr su mochila y sac un pequeoradio. Aquella espera iba para largo y parecaque esos dos iban a estar en ese tira y jalatodas esas horas. Escuchar msica siempre lorelajaba.

    Qu haces? Ubaldo se asom por encimadel hombro de Hansel, haciendo que volviera asobresaltarse.

    Hansel le ense el radio.

    Ah, no, no, no. Para escuchar msica su-pongo que tendremos todo el largo y aburridovuelo. Cuntas horas o das crees que dure?Ubaldo hizo un gesto con la mano, restndoleimportancia a su propia pregunta. Estas horasson para conocernos. Le quit el radio de lasmanos.

    Eres un bully buf Federico, preguntndosesi de verdad los dos chicos eran amigos.

    Si ya te aburrimos, por qu no vas a hablar

    con Ubaldo mir la persona que estaba de-lante del hombre sin hogar... ese chico?

    Hansel abri la boca para negarse, cuando fuevolteado y empujado. Choc contra el hombre,que a su vez choc contra el chico delante del.

    Lo siento di jo Hansel y se rasc el cuello.El hombre se volte y gru, ensendole susdientes podridos y amarillos.

    Qu su-sucede? pregunt en voz baja elchico que vesta pantalones Dockers color cre-ma, camisa de manga corta de rayas blancasy azules, nuticos azul claro y espejuelos demontura negra. Miraba nervioso del malolientehombre sin hogar a Hansel.

    Hansel se encogi de hombros. Mi amigo meempuj.

    El chico frunci el ceo y baj la cabeza, vol-tendose para mirar hacia delante.

    Hansel suspir y se sali de la lnea.

    Oye! Qu haces? grit Ubaldo, que haba

    estado observando la interaccin, junto conFederico.

    Tengo sed di jo Hansel, comenzando a atra-vesar el estacionamiento para cruzar la carrete-ra y entrar a la cafetera del otro lado.

    De acuerdo, espera un minuto que yo tam-bin. Ubaldo sac dinero de su bolsillo, cuan-do se le ocurri otra brillante ideaOye, t,joven delante de la persona sin hogar. Llamsin discrecin alguna.

    El chico mir por encima de su hombro, asusta-do.

    Ubaldo sonri. Hola, soy Ubaldo. Este guapoes Federico. El que tiene sed es Hansel. Cmote llamas, y quieres algo de beber?

    Renato murmur por n el tmido chicomirando despus a Hansel. Podra de verdadpedir que le trajera algo?

    Renato, vuelto a nacer. Ubaldo mir concuriosidad al chico. Anda, pide en conanza.l te invita. Seal por encima de su hombroa Federico.

    Qu? Eres un comenz Federico.

    Shhh, lo vas a asustar. Ubaldo se volte y lomir hacindole muecas hacia el jovencito, queahora estaba avergonzado.

    Seguro, yo invito. Federico se pregunt porqu estaba hacindole caso a aquel chico.

    Um, yo Renato mir de Ubaldo a Federicoa Hansel. Puedo pedir un t fro?

    Seguro, seguro le asegur Ubaldo.Federico asinti. Hansel se encogi de hombros,acercndose para coger el dinero de Ubaldo yde Federico.

    Treme una cerveza bieeeen fra pidi Ubal-do. Qu? pregunt al ver la reprobacin enel rostro de Federico. Hace calor.

    Puedes traerme una botella de agua fra? pidi Federico, ignorando a Ubaldo.

    Hansel asinti y se march con el dinero, apaso lento.

    Para cuando regrese, la cerveza estar ca -liente se burl Ubaldo. Ven ac, Renato. Nocreo que importe si vas antes o despus de l.

    El hombre sin hogar se volte y le gru, vol-viendo a mostrar su poco saludable dentadura.

    Ubaldo frunci la nariz. Federico tambin hizoun gesto de incomodidad.

    Renato lo pens unos minutos antes de agarrarsu bolso negro y acercarse. Lo cierto era queel hombre sin hogar lo asustaba bastante. Sepasaba murmurando cosas y, aunque no lashaba captado todas, las que s haba entendi-do, lo pusieron nervioso.

    Cuntos aos tienes, Renato? preguntUbaldo que le daba 18 como mximo, lo quehaca que no cualicara para el intercambio.

    Veinticinco murmur Renato, bajando lavista, pasando a mirar los coches.

    Qu?! El grito de Ubaldo volvi a atraervarias miradas: algunas de curiosidad y otrasde molestia.

    Disculpen di jo Federico, distrayendo a

    Ubaldo al alejarse de ellos y caminar hacia uncoche que entraba al estacionamiento.

    Ubaldo se ech a rer al ver a Mirta. Ella podraser la madre de Federico.

    Pens que haba llamado a su esposa, peroesa mujer puede ser su madre cotille Ubal-do, entre risas.

    Puede ser su esposa, si le gustan las mujeresmaduras seal Renato en voz baja.

    Ah, demonios, no haba pensado en eso refunfu Ubaldo, viendo a Federico abrir lapuerta trasera y sacar un elegante portatrajesantes de despedirse de la mujer. No la bes!seal triunfante.

    Renato se sonroj y desvi la mirada hacia lacafetera. Podra Hansel cargar solo todas lasbebidas? Quiz debi ofrecerse a acompaar-lo. Se debata entre cruzar la carretera o esperarall, cuando Federico se les uni en el momentoen que Hansel sala de la cafetera.

    Renato sonri al ver que Hansel vena abrazan-do con un brazo una bolsa pegada a su pecho,

    mientras beba del smoothie de CocaCola quetraa en la otra mano.

    As que te gustan las mujeres mayores, bienmayores di jo Ubaldo a Federico, que sololevant una ceja a modo de respuesta.

    Ah viene Hansel murmur Renato.

    Los otros dos se giraron a mirar al chico quecruzaba la carretera y el estacionamiento sinprisa alguna.

    Arg, no te lo dije? Ubaldo trot hasta al-canzarlo y le quit la bolsa de las manos.

    Para cuando Hansel lleg al lado de los otrostres, ya todos tenan en sus manos sus respecti-vas bebidas.

    Gracias di jo Renato en voz baja, mirandorpidamente a Hansel antes de bajar la vista.

    Hansel asinti y luego se encogi de hombros.

    S, gracias dijeron a la vez Ubaldo y Fede-rico.

    Oh, estamos sintonizados ronrone Ubaldo,

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    YAOI NIWA

    EL INTERCAMBIO 37

    ganndose una mirada ceuda del hombre.

    Disfrutaron en silencio sus refrescantes bebidas.Hansel recuper su radio. Renato se puso aleer uno de sus libros favoritos. Y Ubaldo siguiintentando sacarle informacin a Federico sobresu estado civil, sin xito.

    Ubaldo luego pas a interrogar a Hansel y aRenato. Descubri que Renato se haba criadocon sus abuelos, ambos ya fallecidos, porquesus padres eran del grupo Mdicos sin fronte-ras; y que Hansel se haba criado con su papy su hermano mayor, quienes trabajaban en elextranjero recolectando frutos, porque su mamfalleci cuando l tena once aos.

    Logr que Federico les contara que era el ma-yor de una familia de seis, incluyndose. Todossus hermanos estaban felizmente casados ycon hi jos. Ubaldo no logr descubrir si el hom-bre tambin estado casado.

    l, por su parte, les cont que se cri con sumadre soltera y dos hermanos mayores, geme-los fraternos. Su madre segua soltera, y sushermanos llevaban varios divorcios a cuesta.

    Descubri adems que Renato era un geekde computadoras, que Hansel era simple, queFederico trabajaba en la Bolsa de Valores, y quel era segn Renato un friki por su obsesincon todo lo relacionado a los aliengenas.

    Tres horas despus, tal como haba predichoHansel, llegaron a la puerta del edicio, cansa-dos y muertos de hambre. El hombre sin hogarentr y no sali.

    Lo aceptaron? preguntaron Ubaldo yFederico con cara de disgusto, por diferentesrazones.

    El siguiente dijo un guardia de seguridad

    humano.

    Renato mir hacia atrs a sus acompaantesde las ltimas horas. Tena miedo, no iba a ne -garlo.

    Nos vemos all dentro lo anim Ubaldo,abrazndolo impulsivamente.

    Renato se paraliz y luego se sonroj.

    Suerte di jo Federico estrechndole lamano.

    Hansel asinti y le apret un hombro.

    Renato respir profundo y sigui al hombrede seguridad al interior de aquel edicio quesignicara un giro de 360 grados en la vida detodos los aceptados.

    **********

    Hansel sinti algo acolchonado debajo de l yfrunci el ceo. Se haba dormido? Si era as,dnde? Abri los ojos lentamente y mir a su

    alrededor. Estaba solo en una habitacin blan-ca. De hecho, todo era blanco. Paredes, piso, elcolchn donde estaba acostado, la manta quelo cubra, e incluso la ropa que llevaba puesta.Ropa que no era la suya.

    Por qu estaba durmiendo? Por qu no tenasu ropa puesta? Dnde estaban los dems? Y,ms importante an, dnde se hallaba?

    Lo ltimo que recordaba era haber sido acepta-do para el intercambio tras una corta y extraaentrevista con dos aliengenas y dos humanos.Haba estrechado sus manos, agarrado sumochila y seguido a otro guardia de seguridadque lo llevara al saln donde se hallaban los

    otros hombres aceptados.

    Hansel, en realidad, no recordaba ms que laespalda del guardia de seguridad. Se sent,rascndose el cuello, y volvi a mirar a su alre-dedor. No, su mochila no estaba all. Adems,aquel lugar no tena ni puertas ni ventanas.Cmo y por dnde entr all? Tena que haberalgn medio de entrada y salida.

    Se levant, agarr la manta y se envolvi conella. Senta fro, a pesar de que la ropa eragruesa. Estara en un hospital aliengena? Pero,por qu? Le constaba que gozaba de buenasalud. A menos que fuera parte del intercambiopasar por una evaluacin mdica. De ser as,

    por qu no lo recordaba? Le habran borradola memoria? Pero, con qu propsito?

    Hansel se detuvo en medio de la inmaculadahabitacin. Nombre? Hansel. Edad? 21aos. Familia? Un padre y un hermano traba-jando en el extranjero en la recoleccin de culti-vos. Empleo? Gondolero en un supermercado.Su memoria estaba intacta hasta el momentoen que sala del saln de entrevistas detrs delguardia de seguridad.

    Se acerc a las paredes, tocando, buscando

    una rendija, algo. Nada. Tena hambre y sed.Con un suspiro, se recost de una de las pare-des y pens que quera salir

    Se qued sin respiracin por el golpe recibidoal caer en el suelo de otra habitacin. Cmosupo que ya no estaba en su habitacin? Pordos razones: Primero, la pared haba desapa-recido detrs de su espalda, y segundo, habacado sobre alguien que estaba gritando.

    Hansel se sent y volte para mirar la personaque haba aplastado. En el colchn estaba Ub-aldo, agarrando la manta con fuerza, gritandohistricamente. Pareca no haber notado queHansel estaba all, a pesar de estar casi encimade l.

    Ubaldo di jo Hansel, haciendo una muecaporque los gritos lo ponan mal. Soy Hansel,por qu gritas?

    Cuando Ubaldo no r