2 Trabajo de Tecnicas Artisticas
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UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS
FACULTAD DE LETRAS Y CIENCIAS
HUMANAS
LENGUA ESPAÑOLA II
Prof.
IMAGINERÍA AYACUCHANA
Zúñiga Becerra Leslie
LIMA - PERU
2013
A todos aquellos maestros artesanos, que difunden nuestra cultura y tradición a través
de su arte. En especial al maestro Jesús Urbano, por abrirnos muy amablemente las puertas de su taller,
y mostrarnos lo hermoso de la imaginería ayacuchana.
ÍNDICE
Introducción
Biografía de Jesús Urbano
Imaginería Ayacuchana
- El sanmarcos.
- El retablo costumbrista.
- La cruz de pasión.
Materiales
Procedimientos
Conclusiones
Apéndice
Bibliografía
INTRODUCCIÓN
A través de los años el arte popular andino ha ido evolucionando, cambiando y
mejorando, pero a pesar de ello su esencia sigue siendo la misma. Aquel arte que
plasma en sus obras esas costumbres y tradiciones del hombre andino, que son parte
importante de nuestra historia y cultura.
La imaginería es una de estas artes, y para el presente trabajo monográfico hemos decido
enfocarnos en aquella imaginería originaria de Ayacucho, en donde los cajones de
sanmarcos los retablos y las cruces del camino son su mayor expresión.
Uno de los máximos representantes de la imaginería ayacuchana es el maestro artesano
Jesús Urbano Rojas, a quien tuvimos el agrado y honor de conocer en persona cuando
nos recibió cordialmente en su casa- taller en Chaclacayo.
El profesor Urbano nos enseñó los secretos del retablo ayacuchano; los cuales aprendió
de su maestro, el reconocido primer retablista del Perú: Joaquín López Antay.
En base a datos obtenidos de libros sobre el tema, y a los recogidos durante nuestra visita
al Prof. Urbano hemos redactado esta monografía; cuyo fin esperamos sea promover el
arte popular peruano, en especial la imaginería ayacuchana.
BIOGRAFIA DE JESÚS URBANO
Jesús Urbano Rojas nació en Soqosqocha (Huanta, Ayacucho) el 11 de Noviembre de
1925. Sus padres eran campesinos, pero él tenía otros sueños, es por eso que a la edad
de doce años decide escapar de casa y tentar suerte en la ciudad de Huamanga
(Ayacucho).
Luego de pasar muchas dificultades durante sus primeros años en Huamanga, conoce al
maestro artesano Joaquín López Antay, de quien aprendería el arte del retablo
ayacuchano luego de haber sido aprendiz suyo durante ocho años.
En la década de 1960 abrió su propio taller en Huamanga. En 1968 fue coordinador
general de la “I Exposición de Arte Popular y Artesanía Ayacuchana” en la ciudad de
Ayacucho. En 1963 fundó la Escuela Particular de Artesanía, de la cual fue director hasta
1983 (fue removido injustamente del cargo por el hecho de no contar con un título
profesional).
A lo largo de la década de 1980 dictó el taller de retablos en el Centro de Desarrollo
Artesanal ubicado en las instalaciones del Centro Recreacional Huampaní (Chaclacayo),
es aquí donde conoce a su segunda y actual esposa: Doña Genoveva Núñez Herrera.
Entre 1988 y 1993 dictó clases de arte en el colegio nacional Felipe Santiago Estenós
(Chaclacayo).
En el año 1992 publicó, en coautoría con el historiador Pablo Macera, su autobiografía
titulada Santero y Caminante.
A finales de 1998 formó parte de la exposición Imágenes e Imagineros, organizada por el
Instituto Francés de Estudios Andinos y el Seminario de Historia Rural Andina en la Sala
de Cultura del Banco Wiesse, en la que se exhibió por primera vez una antología de su
producción artística. Con motivo de esta exposición, Raúl Zevallos Ortiz realizó el video
Ruraq Maki, sobre su vida y obra. En el 2007 tuvo su primera exposición retrospectiva
Jesús Urbano Rojas. Exposición Retrospectiva 1952 – 2007 realizada por el Museo de
Arte de San Marcos, Lima.
Ha participado en numerosas exposiciones a nivel nacional e internacional, y se
encuentran en importantes colecciones, entre las que destacan el Museo Nacional de la
Cultura Peruana, Lima; Museo del Banco Central de Reserva, Lima; Colección John
Davies, Lima; Colección Olga Fish, Quito, Ecuador; Museo de la Universidad Católica,
Santiago de Chile; Museo Internacional de Arte Folclórico, Santa Fé, Colombia; Memorial
de América Latina, Sao Paulo, Brasil; Colección Alexander Girard, Nuevo México, México;
Colección Braniff Internacional, Dallas, EE.UU; Colección Midelin, Londres, Inglaterra;
Colección José Luis Sert, Barcelona, España; Instituto de Arte Hispano Peruano, Madrid,
España.
En 1957 y en 1959 obtuvo el primer premio en la Exposición Ferial de Artes Populares de
Ayacucho. En 1964 ganó el Primer Premio Latinoamericano de Arte Popular en Santiago
de Chile y el primer premio en el Festival Mundial de Artesanía realizado en Tokyo, Japón.
En el mismo año fue condecorado con la Orden del Sol en el grado de Caballero por el
Gobierno del Perú, debido a su destacada trayectoria. En 1968 obtuvo nuevamente el
primer premio en el Festival Mundial de Artesanía realizado en la ciudad de Los Ángeles,
Estados Unidos.
En 1995 fue reconocido con el Premio Nacional Gran Maestro de la Artesanía Peruana
concedido por el Ministerio de Industria, Turismo, Integración y Negociaciones
Comerciales Internacionales. En el año 1996 fue destacado con el Grado de Gran
Maestro de la Artesanía Peruana por el gobierno peruano. En 1998 recibió el Doctorado
Honoris Causa por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. En el año 2000 obtuvo
el primer puesto en el Festival Internacional de Narradores en París, Francia. Desde el
2003 hasta la fecha dicta el Taller de Retablos Ayacuchanos en el Museo de Arte de la
Universidad Nacional Mayor de San Marcos. En el año 2006 fue declarado Patrimonio
Cultural Vivo por el Instituto Nacional de Cultura.
Actualmente vive y trabaja en Huampaní Alto (Chaclacayo, Lima).
Jesús Urbano Rojas, Chaclacayo, 2013.
IMAGINERÍA AYACUCHANA
CAJÓN DE SANMARCOS
Como ancestros del retablo andino pueden asociarse distintas creaciones artísticas,
casi todas ellas apelando a la función de difundir el cristianismo. Entre los principales
tenemos:
El Sarcófago Paleo Cristiano, se remonta al Egipto del antiguo imperio, la Creta
Minoica y en la Grecia Clásica, pero en es Roma (siglo II) que las representaciones
cambian, la mitología es reemplazada por escenas de la vida cotidiana. La mayoría de
sarcófagos cristianos son del siglo IV; las figuras de Cristo y sus apóstoles (440-450)
fueron desplazadas por modelos decorativos en tabernáculos con cruces de madera,
procesiones de corderos, etc. Se utilizaron para depositar los restos de los primeros
mártires cristianos, al igual que para ritos de culto.
Los dípticos, llamados así en Roma, eran tablillas articuladas de dos tapas que se
cerraban una sobre otra y tenían el interior cubierto de cera para la escritura. Ya
alrededor del siglo IV aparecen los dípticos consulares; hechos a base de marfil,
poseía tallados en las caras interiores que rememoraban acontecimientos notables de
las autoridades civiles. Posteriormente la temática fue reemplazada por motivos
religiosos (siglos XIII Y XIV), formando parte del equipaje de los viajeros y peregrinos.
Los Iconos Bizantinos como imágenes sagradas y portátiles, adornan las iglesias
cristianas y son objeto de culto en los siglos VI y VII. Ya hacia fines del medioevo su
influencia marcara los dípticos del estilo gótico, flamenco y renacentista.
La escultura románica, estructura monumental cuyas imágenes poseen una forma
arquitectónica. Tuvo un inmenso desarrollo en la escultura sobre madera; su difusión
repercute en el desarrollo de la imaginería y retablería monumental hispana. La cara
anterior de los altares era adornada con esculturas sobre madera o relieve de estuco
pintados llamados frontales o antipedios. Los antipedios son reemplazados por los
retablos monumentales en el siglo XIII.
Retablo es la estructura arquitectónica, pictórica y escultórica que se sitúa detrás del
altar en las iglesias católicas (en las ortodoxas no hay una función semejante, dada la
presencia del iconostasio, y en las protestantes suele optarse por una gran reducción
de la decoración). La etimología de la palabra proviene de la expresión latina retro
tabula ("tras el altar"). Para designar el mismo término se emplea frecuentemente la
expresión "pieza de altar".
Con el nombre de retablo mayor se designa particularmente al que preside el altar
mayor de una iglesia; dado que las iglesias pueden tener otros retablos situados tras
los altares de cada una de las capillas. El término "tabla" hace referencia al soporte de
las pinturas (que también puede ser el lienzo), y su multiplicidad se indica con los
términos díptico, tríptico o políptico (disposición que también pueden tener obras
devocionales de menor formato no destinadas a un altar, como El jardín de las
delicias).
La capilla de Santero en la España del siglo XVI, reúne las características de todos
sus antecesores. Su uso fue religioso, doméstico o ambulatorio; son de madera
tallada, recubierta de tela enyesada sobre la cual se esculpe y modela. Llega a
nuestro territorio con la conquista y es allí donde sufrirá diversas variaciones llegando
a ser el famoso “cajón de sanmarcos”.
Llegada del Sanmarcos al Perú
Con la llegada de la conquista se busca la forma de adoctrinar a los indígenas y
convertirlos al catolicismo. Debido a esta problemática y al hecho de que el pueblo
indígena era muy reacio a dejar de lado su religión y cultos, celebrados a través de
milenios. Los religiosos proponen el uso de imágenes para catequizar, haciendo que
el proceso de aprendizaje o adoctrinación, sea más dinámico y accesible a la
población.
Para esto se utilizó como medio de comunicación: la pintura, la arquitectura, la
escultura, entre otros; todos provenientes de España. Siendo la Capilla de Santero
una de las más utilizadas.
En los últimos años del siglo XVIII, cuando la producción de las capillas de
Santero quedó en manos de los artistas y artesanos indígenas y mestizos,
estas obras fueron sufriendo una paulatina pero profunda transformación. Se
introdujeron nuevos elementos como: Santos, personajes del marcado
acento campesino, animales salvajes y domésticos. Con el transcurso del
tiempo se irá definiendo el aspecto característico del cajón de sanmarcos.
(Ignacio López, 1999. Pág. 5)
El sanmarcos es utilizado por los campesinos o pastores, para la fiesta de la
herranza o marcación del ganado. Es celebrada en los meses de julio y agosto, se
realiza una ceremonia donde la caja es paseada por el campo y luego puesta en un
altar por el dueño del ganado. Allí le cantan, bailan y ponen ofrendas a su
alrededor, todo esto para que el ganado joven –el cual será marcado- no muera y
que su nuevo año de ventas sea productivo.
Mas no es la herranza la única fiesta en la que se saca este colorido cajón; los
huamanguinos también lo utilizan para “el llamamiento de los pongos a los cerros y
también para la cosecha”.
“La composición tradicional de los “sanmarcos” es esa. Los santos patrones de
los animales en el piso alto, colocados en un retablo con columnas y otras formas
de ornamentación inspiradas en los retablos de las iglesias. En el piso de bajo la
Pasión y la Reunión a que se refiere Don Joaquín cuyo personaje central es el
Hacendado, El patrón que castiga al pastor y recuenta el ganado. Parece evidente
la vinculación de esta escena central con las costumbres de la herranza, pero la
presencia de animales no domesticados, y la reproducción de otras escenas sin
revelación alguna con la herranza, explican el empleo de los “sanmarcos” como
objeto religioso y mágico al mismo tiempo.” (José María, Arguedas, 1958)
Sanmarcos. Pasta y madera. El primer piso muestra la imagen
de los cinco Santos del ganado, en la parte inferior se muestra la ceremonia de la marcación.
EL RETABLO COSTUMBRISTA
Uno de los mayores representantes del retablo y de las manifestaciones culturales
andinas fue Don Joaquín López Antay. Este artista, junto con la pintora y coleccionista
Alicia Bustamante fueron los impulsadores y creadores de los retablos que vemos hoy
en día. Agregaron al viejo sanmarcos una temática nueva, representando costumbres
fiestas, leyendas y danzas, lo que lo hizo más atractivo a los turistas, los cuales lo
denominaron “retablo”.
Antes de 1941, esta pieza artística era desconocida, pocos los artesanos que la
producían. Por lo que estaba destinado a desaparecer, pero con la intervención de
Alicia Bustamante -la cual mando a fabricar un retablo representando a la cárcel de
Huancavelica- esta artesanía recobra su importancia y ahora es un símbolo que
representa la ciudad de Ayacucho.
Don Joaquín alcanzó una perfecta una perfecta adecuación de sus medios técnicos y
de su inspiración a las nuevas necesidades del oficio, a la nueva y compleja clientela
que ganó sorpresivamente en la capital sin haberle alcanzado a la obra del artista
ningún otro cambio esencial.
“La nueva clientela ha inducido a Don Joaquín; como a los demás “Escultor” de
Huamanga, a trabajar de “otro modo”. Ningún artista popular de Huamanga ha
mantenido su equilibrio, su integridad cultural, como Don Joaquín, ante la influencia
perturbadora del cambio de la demanda.
Se trata del caso de un artista a quien se muestran, por el mismo hecho de su calidad
personal, las virtudes características de los hombres de su cultura. Decimos “virtudes”
por denominar normas de conductas, ajuste armonioso de tales normas, adecuación
plena interior y práctica, a las tradiciones que rigen la comunidad a la cual pertenece”.
(José María Arguedas, 1958)
Uno de los discípulos más conocidos de Don Joaquín López Antay. Este retablista,
ahora con ochenta años de edad sigue ejerciendo su oficio de artesano, y debido a su
trayectoria artística sumado al aporte que le dio a esta manifestación cultural de arte
popular, fue condecorado con la medalla de la orden del sol. Otros grandes retablistas
Son Mardonio López, hijo de Don Joaquín, que siguió con el legado de su padre,
Florentino Jiménez, uno de los primeros artesanos en retratar la vida política y el
terrorismo en un retablo; y Julio Urbano, hermano de Don Jesús Urbano. Todos ellos
participaron en el proyecto para la educación artística de los jóvenes, formando
nuevos artesanos.
A partir de la década de 1960 se crean escuelas de artesanía para enseñar las
tradicionales artes huamanguinas: cerámica, textilería, hojalatería, talla en
piedra e imaginería. Unas con apoyo estatal, otra producto de la destacada
iniciativa del maestro imaginero Jesús Urbano Rojas, contaron con una plana
de destacados artesanos como profesores […], quienes fomentaron el
conocimiento de las artesanías tradicionales y el aprendizaje a los jóvenes.
(IEP, 1992)
El formato del sanmarcos no varía, el retablo sí. El artista puede moldear o pintar
libremente la temática que él desea o esta puede ser elegida a pedido del cliente.
Las costumbres que vemos reflejadas constantemente son: La pascua de
resurrección, los nacimientos o belenes, las “Reuniones”, el Carmonte, las fiestas de
las cruces o la procesión de Semana Santa. Algunas veces podemos ver reflejada la
cosmovisión del mundo mágico andino. Aunque actualmente una nueva generación de
retablistas decoran sus cajas con escenas de la vida diaria (noticias, conversaciones,
música, etc.).
“Nosotros plasmamos la realidad del pueblo. La gente va a una cosecha con sus
burros, sus perros; lleva picos, palas, costales, etc. Todo eso lo representamos.
Una vez nos pidieron escenas de la batalla de Ayacucho y lo hicimos.
Modelamos las imágenes que solicitan.” (Comentario tomado de Manos que
hablan, 2012).
La producción del retablo ha variado con el pasar de las décadas al igual que su
forma. Aunque en un inicio la demanda de estos era solo para los campesinos; con
la producción de los retablos con nuevas temáticas, los clientes de la capital,
provincias y turistas extranjeros también mandaban a producir sus retablos.
En muchos casos la comercialización perjudicó al producto, pero en otros la
introducción de nuevas técnicas y temáticas contemporáneas han sido
provechosas como testimonio de vida social.
La mirada atenta revela que, aunque las formas han cambiado a despecho de
los puristas en el fondo el mundo andino sigue vivo, con las huellas de las
continuas vejaciones que ha sufrido y sus heridas todavía abiertas. (IEP, 1992)
Cortamonte. Retablo. Pasta y madera. Jesús Urbano Rojas. Siglo XX
.LAS CRUCES DE CALVARIO
La cruz como primer símbolo del catolicismo fue impuesta durante y después de la
conquista española a América. Se colocó sobre la huaca destruida por los
evangelizadores y se dieron explicaciones legendarias acerca de su presencia en
nuestro continente. Pero la forma de esta imagen cristiana no fue extraña a los
indígenas quienes lo relacionaron con la constelación de la cruz del sur que era
venerada desde tiempos remotos. Precisamente, los catequizadores se aprovecharon de
ello e implantaron la festividad de las cruces en mayo, mes en el que dicha constelación
alcanza su cenit, por tanto, época de cosecha. De ahí que la cruz está estrechamente
relacionada con el ciclo agrícola y esto lo vemos expresado en las creencias y
costumbres tradicionales. Así, la cruz se popularizó y difundió en los andes, siendo
objeto de ceremonias de origen prehispánica mezcladas con las católicas.
El tres de mayo se considera comúnmente el día central de la festividad, aunque
también son celebradas en carnavales, semana santa y en los meses de enero, junio,
julio, agosto y setiembre de acuerdo a las costumbres de cada localidad.
Estas obras ayacuchanas también llamadas de la Pasión, y que reproducen en pequeño
formato a las cruces de camino, son colocadas al interior de las viviendas como signo de
protección contra los malos espíritus y daños (brujerías). Tuvieron en un principio un uso
sólo religioso, que con el cambio de clientela pasaron a ser decorativas, comerciales y
se hicieron de mayor tamaño y recargada ornamentación.
El material empleado en su elaboración es madera pintada de rojo, verde o amarillo con
y sin diseños ondulados y florales. Para el rostro de Cristo, así como para una parte de
los símbolos de la Pasión (sol, luna, clavos, martillo, tenazas, gallo, columna, dados,
túnica, cáliz con hostia, cráneo con tibias cruzadas, farola, látigo) y otros elementos
complementarios .
Joaquín López Antay pues modelaba a pulso la cabeza de Cristo coronado de espinas,
que podía estar, en ocasiones no, dentro de una urna generalmente cubierta con vidrio
en la parte frontal, y todos los otros elementos lo moldeaba. Los otros instrumentos
Pasionarios como la escalera, la lanza, la caña con la esponja y en algunos casos los
cuatro rayos que salen del crucero son de carrizo y madera. Además, estas cruces
presentan una peana de dos a más escalones sobre la cual puede estar, a veces no,
representada una escena campesina referida a la misma temática de los cajones
sanmarcos (castigo de un abigeo rodeado de campesinos, animales y un santo).
Cruz del camino, Jesús Urbano. S. XX
MATERIALES
En la imaginería ayacuchana se utilizan diversos materiales, tanto naturales como
industriales. En este caso detallaremos los materiales que utiliza el maestro Jesús Urbano
en su taller.
Papa blanca:
La papa (nombre científico: Solanum tuberosum), es una planta perteneciente a la
familia de las solanáceas, originaria de América del Sur. En la imaginería
ayacuchana, se sancocha y se mezcla con el yeso para conseguir la masa inicial.
(fig. 1)
Yeso en polvo:
Sulfato de calcio que ha sido deshidratado con calor, y ya seco, se reduce a polvo.
Al mezclarlo con agua, este sulfato de calcio se cristaliza, endureciéndose y
adquiriendo firmeza conforme el líquido se va evaporando, lo que da como
resultado un bloque algo poroso y compacto. (fig. 2)
Tiza en polvo:
La tiza se elabora generalmente mezclando yeso con agua y algunos otros
materiales tales como caolín. (fig. 3)
Moldes:
Moldes hechos con la misma mezcla de papa y yeso. Usados para obtener los
personajes o figurillas. (fig. 4)
Cajones/Cruces de madera:
La madera que se usa para armar estas cajas o cajones es el Tornillo, es el mejor
debido a su sabor amargo, que no agrada a las polillas y demás insectos xilófagos.
(fig. 5)
Cola de Carpintero:
Este pegamento de origen animal que se obtiene de los cartílagos, tendones y
despojos de pieles de vaca, oveja y cabra. Al secar es bastante fuerte, forma una
capa dura y poco flexible. (fig. 6)
Anilinas:
Es un tipo de tinte de origen químico e industrial. Soluble en agua, es resistente a
varios factores como humedad y calor. También se puede sustituir por alguna
tempera corriente, pero en palabras del maestro Jesús Urbano “se pierde la estética y
la tradición”. (fig. 7)
PROCEDIMIENTO
Retablos y cajones de Sanmarcos:
1) Elaboración de la masa:
Utilizando el rodillo se aplasta la papa sancochada hasta convertirla en puré. Luego
se agrega yeso y se amasa la mezcla, hasta conseguir una pasta de consistencia
elástica y modelable. (fig. 8)
2) Moldeado y modelado de los personajes o figuras:
Utilizando un molde (hecho con la misma masa de papa y yeso) se procede a
conseguir los personajes: aplastando la masa contra el molde y luego cortando con
el cuchillo los excesos o imperfecciones. En el caso del cajón de Sanmarcos los
personajes (personas y animales) son hechos a molde. Por otro lado, en el retablo
costumbrista se acostumbra usar personajes modelados. (fig. 9)
3) Blanqueado y pintado de los personajes:
Se deja secar los personajes, y luego se blanquea utilizando una mezcla de cola de
carpintero y tiza en polvo. Cuando la base está seca, se procede a agregar la
pintura. (fig. 10)
4) Fabricación del cajón:
El retablista prefiere construir sus propios cajones en su taller, aunque en algunos
casos utilizan los servicios de un carpintero. Una vez elaborado el cajón, se pinta la
base blanca con la mezcla de cola de carpintero y tiza en polvo. Luego se procede
a pintar el diseño, escogiendo colores vivos muy llamativos, representativos de
zona andina. Finalizado el pintado, se deja secar y se barniza. (fig. 11)
5) Diseño del cajón o retablo:
Se colocan y pegan los personajes en el cajón utilizando la misma cola de
carpintero. Se arman las escenas (retablo costumbrista) empezando con el primer
piso, hasta el último. (fig.12)
Cruces del camino:
El procedimiento es muy parecido al de los cajones:
Las figuras o detalles, y la cabeza de Cristo se hacen con la misma masa de papa y yeso;
se blanquean, para luego pintarlas. La cruz se trabaja con la misma madera, el tornillo.
También se utiliza la misma cola de carpintero para pegar las figuras a la cruz y
finalmente se barniza todo.
Conclusiones
El sanmarcos, el retablo costumbrista y la cruz de pasión han ido sufriendo cambios a
lo largo de la historia. Cumplieron con variadas funciones, asignadas en distintas
épocas y por distintos artesanos que le adjudicaron a estos cierta parte de su esencia.
Pero una de las funciones más importantes fue la de comunicar, reflejar a través de
sus esculturas, aquellas tradiciones y leyendas pasadas de generación en generación;
Estas piezas de imaginero son la representación de las creencias del pueblo
huamanguino, si llegaran a desaparecer este pueblo perdería su identidad.
Es por eso que promover para la conservación de estas piezas y que los conocimientos
y técnicas se sigan aplicando, se debe educar a la nueva generación, preparar a los
jóvenes y formarlos como los nuevos artesanos.
APÉNDICE
a) Materiales
Fig. 1
Fig. 2
Fig. 3 Fig. 4
Fig. 5 Fig. 6
Fig. 7
b) Procedimientos
Fig. 8 Fig. 9
Fig. 10. 1 Fig. 10.2
Fig. 11.1 Fig. 11.2
Fig. 12
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