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2 BIOÉTICA / ENERO - ABRIL 2012 FILÓSOFOS CONTEMPORÁNEOS Jür ür ür ür ürgen Ha en Ha en Ha en Ha en Haber ber ber ber bermas mas mas mas mas N acido en 1929, Habermas es el más importante re presentante de la segunda generación de la Escuela de Frankfurt (Neo-marxistas) y constituye un referente imprescindible para la filosofía y las ciencias sociales de los últimos cincuenta años. Fue alumno de T. Adorno y ayudante de este, de HG Gadamer y E. Horxheimer, en- tre 1956 y 1959, en el Instituto de Investigación Social de Frankfurt. Fue profesor de esa Universidad de 1964 a 1971. Dirigió el Instituto Max Plank de Ciencias Sociales hasta 1982, cuando regresó a su cátedra de Frankfurt, en la que reanudó su labor docente hasta su jubilación. En su primera etapa, el pensamiento Habermasiano discurrió por la senda de la teoría crítica de la sociedad, que constituía el núcleo central del pensamiento de la Escuela de Frankfurt 1 : Es necesaria una crítica de la ra- zón instrumental, que adquiera la lucidez del conocimien- to, afirmando la denuncia de –y la renuncia a- la ilusión de los falsos ídolos. Habermas está convencido de que el desarrollo de las ciencias sociales las aproxima al ideal positivista de la ciencia, predominando en ellas un interés cognoscitivo de carácter puramente técnico. Enfocadas así, nos pueden indicar los medios para alcanzar los fines, pero no puede fundamentar estos. Al positivismo del co- nocimiento le corresponde el decisionismo de las eleccio- nes en el campo de la praxis. En sus obras publicadas en esta etapa (Conocimiento e interés y Ciencia y técnica como ideo- logía, en 1968; y Lógica de las ciencias sociales en 1969) Habermas critica la “mitología” positivista como un pe- ligro para las ciencias sociales e intenta demostrar que no existe un pensamiento totalmente desinteresado, ya que la capacidad cognoscitiva se encuentra condicionada por intereses y finalidades. Su objetivo declarado consiste en superar las limitaciones de las ciencias sociales en la di- rección de una orientación normativa, con la ayuda de un análisis histórico global. Para superar la ya mencionada dicotomía entre hechos y elecciones, propone la concep- ción dialéctica. A principios de la década de los años 70, Habermas comenzó a interesarse por la pragmática del lenguaje (in- fluido hasta cierto punto por la filosofía hermenéutica de Gadamer). Buscó entonces la solución a los problemas planteados por la teoría crítica de la sociedad sustituyen- do las referencias a la dialéctica marxista y hegeliana, por una teoría de los actos lingüísticos. Asimismo, se interesó por la democratización de los Estados modernos: no pue- de haber autonomía del sujeto, ni Estado de derecho, sin que la idea racional de democracia sea también una reali- dad. En la teoría política y la teoría del derecho, se divi- den el terreno planteamientos puramente normativistas y planteamientos sociológicos. Habermas despliega su in- vestigación sobre distintos objetivos teóricos -como el de comprender y re- construir elementos normativos- y dis- tintos procedimien- tos investigativos, entre los cuales re- salta la hermenéuti- ca y el método his- tórico-conceptual. La teoría de la acción comunicativa se propone, además, investigar la “razón” inscrita en la propia práctica comunicativa cotidiana y reconstruir, a partir de la base de validez del habla un concepto no reducido de razón. Si partimos del empleo no comunicativo de saber pro-posicional en acciones orientadas a la consecución de fines, tomamos una predecisión en favor de ese concepto de racionalidad cognitivo--instrumental, que a través del empirismo ha acuñado con tanta fuerza la autocomprensión de la modernidad. Este concepto de “racionalidad comunicativa” lleva consigo connotaciones que, en última instancia, se remontan a la experiencia central de la capaci- dad de aunar sin coacciones y de fundar consenso, que tiene un habla argumentativa en la que distintos partici- pantes superan la subjetividad inicial de sus concepciones y, merced a la comunidad de convicciones racionalmente motivadas, se aseguran simultáneamente de la unidad del mundo objetivo y de la intersubjetividad del plexo de la vida social en que se mueven. Sin duda, estamos ante uno de los intelectuales más des- tacados de nuestro tiempo. En su amplia bibliografía, ha tocado todos los temas que preocupan la conciencia del ser humano actual, de lo cual dan fe los propios títulos de sus libros; además de los ya señalados, se puede mencionar: El espacio público, Cultura y política, Problemas de legitimación en el capitalismo tardío, Teoría de la acción comunicativa (considera- da por muchos como su obra más importante), El discurso filosófico de la modernidad, La herencia de Hegel, Perfiles filosófico- políticos, El pensamiento postmetafísico, El discurso del Derecho: facticidad y validez; Más allá del Estado nacional. 1 Aunque es evidente la huella del pensamiento marxista (con cierta influencia del idealismo alemán y de las teorías de S. Freud) en esta Escuela, sus principales exponentes se apartan de la ortodoxia al rechazar el determinismo marxista y la teoría del reflejo ideológico, que no dejaría espacio para el pensamiento crítico. La teoría crítica de la sociedad, por su parte, no se basa en el primado absoluto de la economía, sino en la denuncia y el análisis de la así llamada “lógica del dominio”: el mecanismo social ha escapado al control del hombre, al que oprime y aplasta. La sociedad moderna, pues, se enfrenta a la persona humana y en ella predomina la lógica del dominio. La causa de todo ello es lo que se denomina razón instrumental. Este sistema destruye la creatividad y la capacidad crítica, convirtiendo al hombre en un mero instrumento del engranaje social.

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Biografía de Habermas

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2 BIOÉTICA / ENERO - ABRIL 2012

FILÓSOFOS CONTEMPORÁNEOS

JJJJJürürürürürgggggen Haen Haen Haen Haen Haberberberberbermasmasmasmasmas

Nacido en 1929, Habermas es el más importante representante de la segunda generación de la Escuela

de Frankfurt (Neo-marxistas) y constituye un referenteimprescindible para la filosofía y las ciencias sociales delos últimos cincuenta años. Fue alumno de T. Adorno yayudante de este, de HG Gadamer y E. Horxheimer, en-tre 1956 y 1959, en el Instituto de Investigación Social deFrankfurt. Fue profesor de esa Universidad de 1964 a 1971.Dirigió el Instituto Max Plank de Ciencias Sociales hasta1982, cuando regresó a su cátedra de Frankfurt, en la quereanudó su labor docente hasta su jubilación.

En su primera etapa, el pensamiento Habermasianodiscurrió por la senda de la teoría crítica de la sociedad,que constituía el núcleo central del pensamiento de laEscuela de Frankfurt1: Es necesaria una crítica de la ra-zón instrumental, que adquiera la lucidez del conocimien-to, afirmando la denuncia de –y la renuncia a- la ilusiónde los falsos ídolos. Habermas está convencido de que eldesarrollo de las ciencias sociales las aproxima al idealpositivista de la ciencia, predominando en ellas un interéscognoscitivo de carácter puramente técnico. Enfocadasasí, nos pueden indicar los medios para alcanzar los fines,pero no puede fundamentar estos. Al positivismo del co-nocimiento le corresponde el decisionismo de las eleccio-nes en el campo de la praxis. En sus obras publicadas enesta etapa (Conocimiento e interés y Ciencia y técnica como ideo-logía, en 1968; y Lógica de las ciencias sociales en 1969)Habermas critica la “mitología” positivista como un pe-ligro para las ciencias sociales e intenta demostrar que noexiste un pensamiento totalmente desinteresado, ya quela capacidad cognoscitiva se encuentra condicionada porintereses y finalidades. Su objetivo declarado consiste ensuperar las limitaciones de las ciencias sociales en la di-rección de una orientación normativa, con la ayuda de unanálisis histórico global. Para superar la ya mencionadadicotomía entre hechos y elecciones, propone la concep-ción dialéctica.

A principios de la década de los años 70, Habermascomenzó a interesarse por la pragmática del lenguaje (in-fluido hasta cierto punto por la filosofía hermenéutica deGadamer). Buscó entonces la solución a los problemasplanteados por la teoría crítica de la sociedad sustituyen-do las referencias a la dialéctica marxista y hegeliana, poruna teoría de los actos lingüísticos. Asimismo, se interesópor la democratización de los Estados modernos: no pue-de haber autonomía del sujeto, ni Estado de derecho, sinque la idea racional de democracia sea también una reali-dad. En la teoría política y la teoría del derecho, se divi-den el terreno planteamientos puramente normativistas yplanteamientos sociológicos. Habermas despliega su in-vestigación sobre distintos objetivos teóricos -como el de

comprender y re-construir elementosnormativos- y dis-tintos procedimien-tos investigativos,entre los cuales re-salta la hermenéuti-ca y el método his-tórico-conceptual.

La teoría de laacción comunicativase propone, además,investigar la “razón”inscrita en la propia

práctica comunicativa cotidiana y reconstruir, a partir de labase de validez del habla un concepto no reducido de razón. Sipartimos del empleo no comunicativo de saberpro-posicional en acciones orientadas a la consecución defines, tomamos una predecisión en favor de ese conceptode racionalidad cognitivo--instrumental, que a través delempirismo ha acuñado con tanta fuerza la autocomprensiónde la modernidad. Este concepto de “racionalidadcomunicativa” lleva consigo connotaciones que, en últimainstancia, se remontan a la experiencia central de la capaci-dad de aunar sin coacciones y de fundar consenso, quetiene un habla argumentativa en la que distintos partici-pantes superan la subjetividad inicial de sus concepcionesy, merced a la comunidad de convicciones racionalmentemotivadas, se aseguran simultáneamente de la unidad delmundo objetivo y de la intersubjetividad del plexo de lavida social en que se mueven.

Sin duda, estamos ante uno de los intelectuales más des-tacados de nuestro tiempo. En su amplia bibliografía, hatocado todos los temas que preocupan la conciencia delser humano actual, de lo cual dan fe los propios títulos desus libros; además de los ya señalados, se puede mencionar:El espacio público, Cultura y política, Problemas de legitimación enel capitalismo tardío, Teoría de la acción comunicativa (considera-da por muchos como su obra más importante), El discursofilosófico de la modernidad, La herencia de Hegel, Perfiles filosófico-políticos, El pensamiento postmetafísico, El discurso del Derecho:facticidad y validez; Más allá del Estado nacional.

1 Aunque es evidente la huella del pensamiento marxista (con ciertainfluencia del idealismo alemán y de las teorías de S. Freud) en esta Escuela,sus principales exponentes se apartan de la ortodoxia al rechazar eldeterminismo marxista y la teoría del reflejo ideológico, que no dejaría espaciopara el pensamiento crítico. La teoría crítica de la sociedad, por su parte, nose basa en el primado absoluto de la economía, sino en la denuncia y elanálisis de la así llamada “lógica del dominio”: el mecanismo social ha escapadoal control del hombre, al que oprime y aplasta. La sociedad moderna, pues,se enfrenta a la persona humana y en ella predomina la lógica del dominio.La causa de todo ello es lo que se denomina razón instrumental. Este sistemadestruye la creatividad y la capacidad crítica, convirtiendo al hombre en unmero instrumento del engranaje social.