1.- J. BOWLBY; Un enfoque etológico de la investigación en el desarrollo infantil.

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UN U~ EN E I\J ~ () (J lJ E ~'l- O L O G I e O LA 1NVEST IG/\CION EL DFSARI~OLL_O INFANTIL JOHN B0i4LBY Trabajo leido por el Dr. John BowZby en la conferencia anual de la Sociedad de psicologia Britanica;; Sto Andrews~ 29 ma:t'zo31957. Un problema central para la psicología social y clínica es la natura- lezay el desarrollo de las relaciones que el niño establece con los se- res que lo rodean. Los psicólogos tienden a adoptar dos enfoques distin tos: si tienen formación acadéEica y experimental, tienden a favorecer una u otra forma de teoría del aprendizaje; si:~::enen fomación clínica, tienden a seguir una u otra forma del psicoanalisis. Ambos enfoques han aportado trabajos valiosos. Sin embargo, los intentos de -relacionar am~ bos puntos de vista han sido infrecuentes y poco exitosos, mientras que la crítica y la desconfianza mutua han sido la regla. Desde el comienzo~ el psicoanalisis ha concebido las relaciones socia- les del ser humano como mediadas por instintos que tienen raiz biológi~ ca y que impulsan el sujeto a la acci6n. Gran parte de la teoria psico- analítica se ha ocupado de estos instintos, su aparición seriada.y gra- dual en la ontogenia, su progresiva y noaiempre exitosa organizacion para fo~rtotalidades más complejas, los conflictos que surgen cuando dos o más instintos son incompatibles e simultaneamente activos, la an- siedad y culpa que ocasionan, 13.sdefensas que entran en juego para ma- nejarlos. Interesados en estas pasiones humanas primitivas, los psicoa- nalistas se impacientan con el enfoque de la teoría del aprendizaje. En este marco referencial parece haber poco lugar para las motivaciones y los sentimientos humanos que surgen de profur..didcidesinconcientes e i- rracionales. Desde (.\1punto de vista cllnico el teórico del apnmd:i_zaje está siempretratanao infructuosamente de li¡:ri_tar la descordante natura leza humana aun' casillero' teo::.-ico. De la misma manera, losteóricos del aprendizaje c~itican el psicoanali siso Las definiciones del instinto son notoriamente ins.:.tisfac.t.orias, y tienden a perderse en lo alegórico. Las historias clínicas son volumino sas,'pero las observaciones sistemati7.adasno abundan. El método experI mental brilla por su auselí.ci.é:., Peor aún, las hipotesis son frecuenteme!;'"

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Traducción de un escrito del autor.

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UN

U~EN

E I\J ~ () (J lJ E ~'l- O L O GIeO

LA 1NVEST IG/\CION

EL DFSARI~OLL_O

INFANTILJOHN B0i4LBY

Trabajo leido por el Dr. John BowZby en la conferencia anual de la

Sociedad de psicologia Britanica;; Sto Andrews~ 29 ma:t'zo31957.

Un problema central para la psicología social y clínica es la natura­

lezay el desarrollo de las relaciones que el niño establece con los se­

res que lo rodean. Los psicólogos tienden a adoptar dos enfoques distin

tos: si tienen formación acadéEica y experimental, tienden a favoreceruna u otra forma de teoría del aprendizaje; si:~::enen fomación clínica,

tienden a seguir una u otra forma del psicoanalisis. Ambos enfoques han

aportado trabajos valiosos. Sin embargo, los intentos de -relacionar am~bos puntos de vista han sido infrecuentes y poco exitosos, mientras que

la crítica y la desconfianza mutua han sido la regla.

Desde el comienzo~ el psicoanalisis ha concebido las relaciones socia­

les del ser humano como mediadas por instintos que tienen raiz biológi~ca y que impulsan el sujeto a la acci6n. Gran parte de la teoria psico­

analítica se ha ocupado de estos instintos, su aparición seriada.y gra­

dual en la ontogenia, su progresiva y noaiempre exitosa organizacionpara fo~rtotalidades más complejas, los conflictos que surgen cuando

dos o más instintos son incompatibles e simultaneamente activos, la an­

siedad y culpa que ocasionan, 13.s defensas que entran en juego para ma­

nejarlos. Interesados en estas pasiones humanas primitivas, los psicoa­

nalistas se impacientan con el enfoque de la teoría del aprendizaje. En

este marco referencial parece haber poco lugar para las motivaciones ylos sentimientos humanos que surgen de profur..didcidesinconcientes e i­

rracionales. Desde (.\1punto de vista cllnico el teórico del apnmd:i_zaje

está siempretratanao infructuosamente de li¡:ri_tarla descordante naturaleza humana aun' casillero' teo::.-ico.

De la misma manera, losteóricos del aprendizaje c~itican el psicoanalisiso Las definiciones del instinto son notoriamente ins.:.tisfac.t.orias,ytienden a perderse en lo alegórico. Las historias clínicas son volumino

sas,'pero las observaciones sistemati7.adasno abundan. El método experI

mental brilla por su auselí.ci.é:.,Peor aún, las hipotesis son frecuenteme!;'"

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John Bowlby

te presentadas de tal manera que no pueden ser puestéa ~ ~~~~-~

fecto fatal para el progreso cierttífico. La teoría ¿~ ~~~=-~:,~

gún sus adherentes, define sus terminas, enuncia sus ~~=:~operacional, y procede a ptobarlas con e~perimentaci~ =:~--­señada.

Como persona que trata de ser a la vez clínico y h~~~a =2 C~estado siempre agudamente conciente de este conflictc. :=encontrado que el enfoque de Freud es más fructífer

pedo de procesos psicológicos de vigencia clínica ln-Eé~~~también sus conceptos de un inconciente dinamico ha 5~~ ~====~_practica y útil de ordenar los datos. Pero como honb~a ~a =~=sentido inquieto en cuanto al status poco confiable ea ~~. c: ­tras observaciones, la obscuridad de muchas de nuestras ~:-==;te todo, la falta de esa tradición que exige que las t:.::..:;:::::.a=::':;

estas a prueba. A estos defectos, creo yo, se deben

frecuentemente calurosas y estériles, que han caracter~z¿~: ~ ,­

del psicoanálisis. ¿ Como, me he preguntado, junto con ~:

podemos someter el psicoanálisis a mayor disciplina cie::.:.::.::':..­crificar sus contribuciones esenciales?

Fué con estas inquietudes in mente, que hace unos a5~sprimera vez con los trabajos de los etólogos. En seg~~-~atención. Había aquí un grupo de biólogos, estudianc

de animales salvajes, que estaban, no solo usando co:::c=:;:::..:;

to, conflicto y mecanismo de defensa, llamativamente :;::~~=~:~E~que' se usan en clínica humana, sino que también hac1~ :::¿=~::;c~,_ravillosamente detalladas de la conducta,' y que habl:- -=- ::-~:: .::

cas experimentales para poner a prueba sus hipótesis7" ~:- == :~''::,nezco tan bien impresionado como en ese momento. La e:.=:==A~está estudiando los hechos relevantes en una foma

..to estudia el desarrollo de la conducta social, y €S?=-c':" ;-.=- =:rrollo de relaciones familiares en especies animales ~~_~:7,~

que está estudiando conducta análoga, y muchas veces ~~Lc~ .~nos concierne en la clínica hUnk~na. En tanto usa

hipótesís con conceptos y experimentos operaciona--p-::~- '::==;-'';'::.:.:~tá usando un método científ::co riguroso. Claro estáJ E=~:I '::=-=;:;-==:0 :.=ser probado en el crisol de la investigación sabr~2 s~ =~--u.~~enfoque tan fructífero en los humanos como 10 ha s::..c.:: c=. ::<E .:-:--= .._­inferiores. Pienso que puede proveer los concep':c5 -~:-c..:::=:-':::E

tegrar y aprovechar datos e ideas provenientes ce

pecial los del psicoanálisis, de la teoría del a?=~'~~-==:.Y ~: ~~~a:..

Haciendo una breve revisión de las principales

foque etológico. comenzaré con el trabajo de De~- :--­que era etólogo antes de inventarse el término, S~G ~~=~:investigación básica de la etología es la evoluc~c~ ~a ~ ~_través del proceso de selección natural.

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Un enfoque etológico de la investigación en el desarrollo infantil.

En "El Origen de las Especies" que fue escrito hace exactamente un si­

glo, Darwin dedica un capítulo al Instinto, haciendo notar que cada es­

pecie esta dotada de su propio repertorio de pautas de conducta, de la

misma manera que esta dotada de sus propias peculiaridades de estructu­

ra anatómica. Enfatizandoque IIlos instintos son tan importantes como

las estructuras anatómicas para el bienestar de cada especie" él adelan

ta la hipótesis de que "todos los instintos mas complejos y maravillo­

sos" se han originado por el proceso de la selección natural, habiendo

preservado las variaciones que son biológicamente ventajosas. Ilustra

su'tesis haciendo referenciá a los rasgos de conducta de varias espe ­

cies de insectos, tales como las hormigas y abejas, y aves, tales comoel cuclillo. '

Desde la época de Darvrin, los zoólogos se han dedicado a describir y ca

talogar aquellas pautas de conducta que son características de una espe

cie, y que, aunque en cierto grado variables, son tan típicas como el

pecho rojo del petirrojo o las estrías del tigre. No podemos confundir

la conducta de puesta de huevos del cuclillo con la del ganso, la micci

ón del caballo con la del perro, el cortejo del colimbo con la,de las ~

ves de co:rral. En cada caso la pauta lleva el sello de la especie en c~estión, y por ende es especies-específic:a, usando un término poco ele­gante pero útil. Ya que estas pautas se ,desarrollan en formacaracterís

tica en casi todos los individuos de la ,especie, y aún en individuoscriados en aislamiento, es evidente que 'son en gran medida innatas y noaprendidas. Por otra parte, encontramos individuos donde estas pautas

no se han desarrollado, o lo han hecho en una forma particular, y pode­

mos concluir que el entorno juega también su rol. Esto nos recuerda que

en los organismos vivientes ni estructura nifuncion.se pueden desarro­llar salvo que exista un retornos y que por más fuerte que sea la heren

cia, la forma precisa que toman estructura y funcion depende de ta naturaleza de ese entorno~

Las pautas de conducta especie-específicas que nos interesan son frecu­

entemente muy complejas. No hay más que considerar el pájaro de cola

larga construyendo su hermoso nido abovedado, recubierto de liquen~Es­to involucra buscar un lugár, juntar'musgo y luego telaraña para cons ­

truir la plataforma, luego, gradualmente por medio de movimientos late­rales ,mientras el pájaro per~anece en la plataforma, hilar el musgo

hasta formar la copa. La cop~ crece en forma progresiva a medida que el

pájaro lo construye alrededor suyo, hasta que se completa la bóveda. Mi­

entras tanto se ha agregado liquen por afuera y se ha dejado un agujero

de entrada. Finalmente, se refuerza la entrada, y se forra el nido con

plumas. En esta sorprendente ejecución hay 14 distintos tipos de movi­

miento y combinación de movimiento, algunas comunes a ptras especies, a!

gunas específicas de esta especie, cada una adaptada al entorno de la p~

reja que anida, y todo tan organizado en tiempo y espacio que el result~do f±nal es u~a estructura coherente, distinta de las otras estructuras

que se (mcuentran en la naturaleza, que tiene una función vital en la su

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pervivencia de los paros como raza. (Tinbetgen, citado por _ _e,1956)

Otras pautas son mucho más simples. Cuando sacudimos el nido ¿e: =irlo

aparecen las cabezas de los pichones, cada cual con el pico a~ie=to de

par en par; cuando ponemos un pollito de veinte horas sobre I'~~ ~2SZ,frente a granos de alime-nto, picotea exitosamente. Pero aún es~GS ?au­tas simples son menos simples de 10 que parece a primera vista. :Zres­puesta de'·boqueo I de los mirlos pequeños es evocado y orie::ttaio?or

una gestalt visual, y no solo por sacudir el nido. El picotea ea: ?olli­

toestá tan organizado en tiempo y espacio que cada grano de ~~e::t:c esasido. Es evidente que estas conductas no pueden ser simples re=:e:os.&n

primer lugar su organización es mas compleja y esta dirigida a :a co~¿uc

ta en un nivel molar, en segundo lugar, una vez activadas pos

erza motivacional propia que cesa solo en determinadas circUC3-~-~i2S.

Los etólogos se dedican al estudio de estas pautas de conduc:E. es?ecie­

específicas. El término etólogo deriva del griego 'Ethos' que si5~::ica

'acerca de la naturaleza de la cosa'. Desde el tienpo de Dar~ ~ eelos principales propósitos de estos estudios es taxonómico: es ¿a~ir, el

ordenamiento de especies con referencia a sus parientes 2ás ?=é~--5, actuales o extintos. Se ha encontrado que a pesar de una variG3~~i¿ai ?tencia1, la fijeza relativa de estas pautas de comportamie::.:::::2:: "'",::¿i~tintas especies de peces y aves es tal que puede ser utiliz~c.::?ara fi­nes de clasificación, con tanta confiabi1idad como el de 1=.5 as:~.::turas

anatómicas. Visitando la estación de investigación de Konra¿ :~~~?enAlemania, quedamos impresionados por el interés que mantie:l2 :s::e a.utor

~n la revis·ion de la clasificación taxonómica de patos y g;::"'<:'::5USa:l.dcomo criterio las pautas de conducta. De la misma manera, e: ~terés Da

yor .de Niko Tinbergen es hacer un inventario descriptivo CQC?:etc en t~~minas de conducta de muchas especies de gaviotas. Yo enfat:..zoésto para

mostrarles hasta que punto estas pautas de conducta sen ES?ccícicas de

la especie, innatas, y tan características del organisco ca=c :0 sen sushuesos.

A esta altura me doy cuenta que algunos lectores pued~ estar

pacientes. Podrán decir: "Si, todo esto es muy interes~te

así en peces y aves, pero, estamos seguros. de si esto se a.

míferos no se caracteriza por su gran variabilidad y ?or a: gra

que juega el aprendizaje? Estamos seguros de que en los -~~í=erpautas de conducta heredadas? E1etologo contestara: Si, es verdad que

la conducta mamífera es más variable y que el aprendizaje jcega un rol

más importante, pero sin embargo cada especie exhibe co~ductas distinti­

vas, vinculadas a la locomoción, alimentación, cortejo, apareaoiento y

cuidado de la prole. Parece improbable que estas pautas sean totalmente

aprendidas. Además, Beach con ratas, y Collías y Blauvelt con chivos,

* - Para una discusión de los términos ver Tinbergen 1955

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Un enfoque etológico de la investigación en el desarrollo infantil

han demostrado ·que es productivo estudiar esta conducta por los mis~os

métodos, y conceptualizar los datos en la misma forma que ya se ha de­mostrado tan fructífera en el estudio de los vertebrados inferiores. En

cuanto a las pautas de conducta, no hay evidencia de un hiatus entre p~

ces, aves y mamíferos~ como no lo hay tampoco en cuanto a estructuras a

natómicas. Al contr.ario, pese a la apariciór. de aspectos nuevos, exis-­

ten todos los signos de un continuum evolutivo. Pautas in~atas de con­

ducta siguen siendo tan importantes en la medicación de los procesos

biológicos basicos en los mamíferos como lo son en las especies mas in­

fe~iores; y en tanto que el humano comparte los componentes anatómicos

y fisiológicos de estos procesos, con los mamíferos inferiores, seríallamativo que no comparta algunos de sus componentes conductuales.

A los efectos taxonónicos la descripcion de las pautas de conducta pue­

de ser suficiente, pero para las ciencias de la conducta, sin embargo,

denemos saber mucho DkqS. En particular, debemos saber, en tanto sea po­

sible, cuales son las condiciones, tanto internas como externas que go­

biernan la pauta ..

Los etologos han contribuído en forma importante a nuestros conOClmlen­

tos sobre los hechos relevantes externas .a1 organismo. Heinroth fuéel

primero en demostrar que las pautas de conducta especie-específicas eran

activadas por la percepción de gesta1ts áud1tivos o visuales a las cua-'les son innatamente sensibles. Un ejemplo conocido de esto es la resp'.l­esta de apareamiento del gasterósteo macho. Esto fue analizado por medio

de simulacros de varias formas y ·colores. La yespuesta es evoca.da por la

percepción de una forma parecida a la de la hembra preñada. Otros ejem­

plos son la respuesta de abrir e1 pico de pichón de gaviota,.evocado por

la percepción de un punto rojo parecido al que tiene el pico del adulto,

y la respuesta de ataque del petirrojo ~cho, evocado parla percepción

de un manojo de plumas rojas similares a los que se encuentran en el pe-·

cho del rival. En estos tres casos, la respuesta parece ser despertada

por la percepción de una gestalt simple, denominada 'estímulo signo'.

Una gran cantidad de investigación etológicaha sido destir.eda a la i~2ntifié~cion de los es~imulos signo que despiertan conductas especie-espe~

cíficas en peces y aves. En tanto muchas de estas pautas median conducta

s~cial (cortéjo, apareamiento, alimentación de los pic~oness seguimiento

de.los progenitores por los pichones) se ha arrojado luz sobre la nat~raléza del vínculo social. En muchas especies se ha demostrado que conduc­

tas con fines de apare&ffiiento y reproducción. son controlanas por la per­cepción de estímulos-signo presentados por uiembros de la micmE especie,

tales como la abertura en abanico de lacola~ el color del pico, el can­to, las características esenciales de estos estímulos s~endolas de ges­

talten simyLes. E3toS estímulos-signo se conocen por el nombre de 'desencadenadores sociales'.

Recientemeilte, Beach, un psicologo americano, se ha ocupa¿~ de 16s estí-

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John Bowlby

___-E neo­::<:0 le es­

::r.:lclu­

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-------c_: _,.~-::;....,¡... -- ---------_ •...•..:::......0::.-- =- __ ~ .

mulos externos, tratando de determinar si son tan s";-?':sss:::':05 -:>~ífe

roscomo 10 son en peces y aves. Sus investigaciones so:::::-<: ::.~'.:Ct.e.s de

apareamiento de la rata macho, y de recuperación de ~ ~r=':s

bra, están basados en métodos y conceptos muy sí~ilarcs e .:=~cu ela europea de Etología. Beach y Jaynes (1956) he

siones que a primera vista parecen diferenciar La ré~~inferiores. Concluyen que ambas respuestas depe~~ ¿e :.~~~= es ;s~ÍJu;10 que son multisensoriales. Sin embargo Beac

sonal, ha apoyado la hipótesis avanzada por TiLbe=g~. _fragmenta la respuesta materna total de la he=br~ ~~~ ~ 32CC~=:::SS

individuales podría ser que cada elemento en le ?~~ -;=:~=.5::7E se¿ de

hecho controlada por una señal sensorial sÍC?:'e··. ~ .; -..;:::-~ ::=-r-,ica-.~ "L d d ~f . ~ - ~ - .cJ.on agrega: a con ucta e mann eros =.llY ]c:";;:''''"- ?=::r:.z -"-: ::~c:::es-

tar gobernada por controles sensoriales -~ .•.S~~':C5 ::s :'':.= :..~s::?C=anen los adu1tos".y que es más probable

tados por algo aproximado a un est~

viniendo de un investigador de lade que el enfoque etológíco ouece

La investigación tambien puede aclarar co~¿::c::~ss ~:c=-~5 a: ~r5~~is-

mo que son necesarias para la activació _

incluyen la mad~ración so~tica y del siste=a ne=-~oso c~:ra-. c==o en

el caso del vuelo en aves jóvenes; el balance enrlócr~o, c~ s= e': caso

de la conducta sexual en casi todos los vertebrados. Incluye =~~ié= la

activación reciente de la pauta de conducta, ya que es sabico que =uchasactividades instintivas son más difíciles de evocar si recient~te es­

tuvieron en actividad. En casi todos los animales es más difícil ¿esper­

tar la conducta sexual después de la copulación reciente. Esto, y otros

cambios comparables, son evidentemente debidos a un caQbio en el org2lli~mo mismo, y en muchos casos la investigación demuestra que este c~bioocurre dentro del sistema nervioso central. Para explicar esto Lorenz

(1950) postuló la existencia de una serie de reservorios, cada cual lle­

no de'energía específica de reacción' apropiada a determinada pauta de

comportamiento. Se postdlaba que cada reservorio era controlado por una

vívula, (el mecanismo desencadenador innato o MOI) que podía ser abiertapor el estímulo-signo apropiado, de manera que la energía específica de

reacción podría ser descargada en la ejecución de la conducta específi­ca. Cuando la energía se disipaba, la conducta cesaba. Posteriormente,

suponía el, la válvula se cerraba? la energía se acumulaba nuevamente ydespués de un tiempo el proceso se pod$a repetir. Este modelo psico-hi­

dráulico del instinto, con su reservorio y acumulación de 'energía' tie­ne un parecido obvio a la teoría de los instintos avanzada por Freud, yes probable que tanto Freud como Lorenz fueron llevados a postular mode­

los similares como resultado de intentar explicar conductas similares.

Sea como se, este modelo psicohidráulico ha caído en descrédito. No es

sostenido por Lorenz ni por Tinbergen, y por mi parte, yo espero quepronto será desechado por los psicoanalistas. No solo es mecanicamente

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Un enfoque etológico de la investigación en el desarrollo infantil

burdo. sino que no hace justicia a los.hechos. Investigaciones recientes

han demostrado que pautas de comportamiento cesan, no porque hayan qued~

do sin la hipotética energía, sino porque han sido apagados, 'amortigua­dos LO' extinguidos'. Ray varios procesos psicológicos que pueden llevara estos resultados. Uno de ellos es la habituacion, que afecta el compo~

tamiento a plazo largo. otra, afectandola,a plazo corto, es ilustrado

por investigación en perro esofagostomizados. Se ha demostrado que el ac

to de comer y beber son apagados por estímulos propioceptivos y10 inter~

ceptivos que surgen en la cavidad bucal, esófago y-estómago, que en elanimal intacto son resultados del acto en sí. En otras palabras, hay un

mecanjsmo de retroalimentación negativo. La cesación no es debido a fati

ga o saciedad; es ~l acto mismo que da lugar a estímulos de retroalimen­

tación que lo hacen cesar. ~para discusión ver Deutsch ¡953 y Rinde 1954)

De igual interés son las observaciones de los etólogos, que ·n08 mue~tran

que los estímulos exteroceptivos pueden no solo activar conductas, sinotambien terminarlos. Moynihan -(1953) ha demostrado que la pulsion incuba

dora de la gaviota cesa únicamente cuando empolla una nidada de huevosdispuestos en una forma particular. Si esta situación se mantiene, el a­

nimal empolla tranquilamente. Si se le quitan los huevos, o si son cam­

biados de lugar, se inquieta y tiende a hacer movimientos destinados a

construir el nido. Esta inquietud se mantiene hasta que experimenta nue­

vamente los estímulos provenientes de una nidada de huevos dispuestoscorrectamente. En foma similar, Rinde (1954) ha observado que en la pri­

mavera, la mera presencia: de la hembra U.eva a una reduccion de la con­

ducta de cortejo del pinzón macho, tal como el canto y la búsqueda. Cuan

do ella esta presente, él esta quieto, cuando ella se a~senta, el se po=­ne activo. En este caso, cuando una pauta de comportamiento de importan­

ciasocial es suprimido por estímulos-signo provenie~tes de un miembrode la misma especie, podríamos hablar de un IIsupresor social" como terroino paralelo al "desencadenadorsocialFl.

Es probable que los conceptos de supresor social y desencadenador social

tengan valor en el estudio de la interacciónsocial no verbal en los hu­

manos, y especialmente en la interacción que tiene matices emocionales;

me referiré a ellos nuevamente cuando trato las posibles aplicaciones de

estas ideas a la investigación del desarrollo infantil.

Nuestro modelo básico de la conducta instintiva. es, por lo tanto, una u­

nidad comprendiendo una pauta de comportamiento especie-específica,go­

bernada por dos complejos mecanismos: uno que controla gu activación, y

otro que controla su terminación. Frecuenteménte se descubre que un número de pautas distintas (cada una necesitando un estudio detallado) estánencadenadas a manera de resultar en conducta mas compleja, como construc

ción de nido, o cortejo. La función biológica de estos patrones y de su­

organizacion es de servir a los procesos vi~ales básicos de metabolismo

y reproducción, son la contraparti~a a nivel de comportamiento molar de

lo~ procesosfisiologicos .básicosde igual naturaleza, que han sido lar-

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John Bowlby

gamente estudiados por la fisiología. Como estas últ~lP5. e­

cie son hereditarias, y, co~o sugirió Darwin hace unos

riaciones hereditarias son tan susceptibles a la selecció~

cualquier otro rasgo hereditario.

--=a espe­va

-,o

Naturalmente, este modelo no es privativo de la etologÍG. == ~~~lar ha sido postulado por un psicólogo experiwental (Dechos de los datos experimentales vinculados al rol de los es=~~'~cs ~t~

roceptivos ha sido recolectado por psicólogos y fisiólogos. :2:= ~ ?ru~

bade que el enfoque etologico y psicologico se complec~~~. ~-S:E 7í­

lliam James en adelante, han habido psicólogos s~amente ~:e~;szi~selos fenómenos estudiados por los etologos. Alguncs, co~han hecho contribuciones notables. La co~tribución mas i=?o~~:E ~c ~os

etólogos ha sido la siguiente: el analisis de una compleja S~~~~~ de

conductas instintivas, como la construcción de nidos, corté:~ E:~. ~adu­

ciendolos a varias pautas complejas, cada cual gobernada por ~-=-~s-os

complejos, y organizadas para formar un ~odo de mayor enver5aC~Ej elaislamiento de aquellos aspectos de la ?auta que son hereCi~~=s, y edescubrimiento de que tanto en su activación c6~0 en su ter=~-=~~~_ los

estímulosexteroceptivos juegan un rol mayor,

Antes de considerar la aplica~ion de estos conCé,ptos a la in~és:i~E~ié~

en el desarrollo infantil, quiero referirillebrevemente a

a los cuales tanto los etólogoscomo los ps~cólogos han

ciones: Los conceptos de Fases Críticas del desarrollo yregulación de conflicto. Ambos conceptos son cruciales

sis, y nuestra creciente comprensión de ellos es de interés ?~E losclínicos •.

En el ser en desarrollo, las pautas de comportamiento eS?EC~E-é5?ec~=~­

cas atraviesan fases críticas de desarrollo, en las que ¿2:2=-~-=¿ZS ca­

racterísticas son fijadas permanentemente, o casi permanen~~-~:~. ~s

fases críticas, que ocurren com~nmente (aunque no necesE:~~

prano en el ciclo vital, afectan el desarrollo en cuatro a5JGC:os dis­tintos:

a) En si la respuesta normal se desarrolla OliO.

b) En la intensidad que se exibe en la vida posterior.

c) Enla forma motora que tema la respuesta,

d) en ~os estímulos que lo activan y que lo terminan.

a) Pautas que se desarrollan en todos los miembros de le e

se crían en el entorno habitual, pu~den no apa~ecer sien algún aspecto restrin8ído. Por ejemplo, la respuesta de picoteo que

esta presente en todo pollito de veinticuatro horas en un €:ltorno habi­

tual, no se desarrolla si el poJ_lito es sometido a la oscuridad total

durante los primeros catorce días de vida. (Padilla 1935). Da la mismamanera, la tendencia del pato silvestre a seguir ~n obje~J que se mueve,

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Un enfoque etológico de la investigación en el desarrollo infantil

que está más marcada alrededor de las dieciséis horas después de la sa­

lida del cascarón, no se desarrolla si el pato durante las primeras cua­

renta horas no tiene un objeto para seguir. (Weidmann 1956). En ambos ca

sos el período crítico para la 'movilización' de la respuesta ha sido

salteada, y por ende la respuesta no aparece.

b) En otros casos la pauta puede desarrollarse en la forma habitual, pe­

ro, debido a ú~a experiencia particular durante la infancia, se manifie~

taen el adulto con intensidad inusual. Un ejemplo bien conocido es la v~

riación que se produce en las conductas de almacenamiento de alimentos

en la rata adulta que ha sido sometida a algunos días de ayuno. Animales

que en su infancia habían sido sometidos a privación de alimentos tendí­

an a almacenar más granulos de alimento durante más tiempo que los que

no habían sufrido esa privación. Esta investigación, por supuesto, fué

hecha por un psicólogo experimental, Hunt (1941).

c) En muchos casos, el aspecto motor de la pauta es susceptible de vari~

ción a través de procesos de aprendizaje, y en algunos casos se ha encon

trado que esta susceptibilidad existe so16 en un periodo de tiempo limi­

tado. Uno de los ejemplos más estudiados es el aprendizaje del canto en

los pinzones. Thorpe (1956) ha demostrado que, mientras ciertas caracte­rísticas del canto aparecen aún en el pinzón criado en ais~amiento,

otros son aprendidos, y este aprendizaje se cumple unicamente durante el

primer año de vida del pájaro. El canto que aprende en esa época será elque cantará toda la vida.

d) Los estímulos que activan o terminan una pauta de conducta pueden alprincipio ser generales, y luego, a traves de un proceso de aprendizaje,

restringirse. Este período de restricción también puede operar solo en

determinados momentos del ciclo vitae El famoso trabajo de Lorenz (1935)sobre pichones de ganso es bien conocido: en una primera instancia el pi

chón seguirá cualquier objeto móvil dentro de ciertos amplios límites de

tamaño, pero después de algunos días, sigue unicamente aquellos objetos

a los que se ha acostumbrado, sea la gansa o un ser humano, y 10 sigue

sin tener en cuenta si ha recibido o no alimento o reaseguramiento delobjeto. Otro ejemplo cCRocido es el cordero guacho que se ha criado con

humanos, que queda "fijado" a ellos y posteriormente fracasa en entablar

relaciones sociales con ovejas.

Finalmente, quiero hacer les notar que en la vida diaria del animal se

presentan situaciones conflictivas constantemente. Ya pasó la época enque se creía quedsolo el humano padecía de impulsos conflictivos; ahora

sabemos que animales de toda índole los padecen. Hemos aprendido además

que el resultado de tales conflictos es muy variado y puede ser tan de­sadaptado en los animales como en el humano. No es necesario confrontar

los animales '/':'t~ con tareas insuperables para que hagan cosas tontas;

en situa~ionescorrientes ya las hacen; la madre mamífera en el posparto

tiene impulsos potencialmente conflictuales: por un lado devorar la pla-

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John Bowlby

centa, por el otro cuidar de su crío. A veces se disloca ~l ¿elicado ee­

canismo de control que regula estos impulsos conflictivos, llevándola a

devorar la placenta y también e$ crío. Yo creo que hay =uc~o ~s para a­

prender sobre la forma en que el conflicto es regulado en::'os :>.=:!;....,;:\le5,y las condiciones que lleva al individuo a adoptar una t: o:-::a =or=a de

pauta desadaptada. Mi propia expectativa es que aquí tp~~~~ ~contrere­masque hay fases críticas del desarrollo, y el resulta¿o de es:-as deter­

mina el modo de regulación que el animal individual adopte c€ ~h~ en ad~lante. Es hacia estos problemas, fases críticas y oodos ¿e ::c~a= el

conflicto que me gustaría que se dirijieran las inves:-iga

pienso que la solución de este problema nos dará le C"~e

prensión de los orígenes de las neurosis. En taLt0 y 5c~~. ~~ ~c se leha prestado mayor atención.

Aplicación de conceptos etológicos a la .

desarrollo infantil.

Estos por lo tanto, son los conceptos?r~Ci?~2S ?CSC;¡-P~CS ~r :05 e­

tólogos. En conjunto presentan un enfo~ue 3U7 ¿i5:~:O é. é.~~c::~s de la

teoría del aprendizaje o del psicoanálisis. q~~ ~~ ~~gc. ~c es icompatible con aspectos substanciales de éDhos. QucCz por ~=sc si este

enfoque puede llevar a una mejor comprensi6n de los hechos ~ el deserr~110 infantil, y si puede proveer un estíeulo para una i~vescigac~ón ~­

joro Evidentemente, nos presenta un punto d~ viste distinto, que nos permite ver los hechos en otra luz. Vaya ilustrar esto a través del an21i~sis de dos rasgos bien conocidos de la conducta social de los lectactes;

La sonrisa, la tendencia (a los seis meses aproximadamente) a formar unvínculo intenso con la figura materna •.

James Barrie (autor de 'Peter Pan') nos d~ce que cuando sonrió el primerniño, su aonrisa se hizo añicos, y de cada partícula nació un hada. La

sonrisa del lactante es cosa poderosa, cautivando a la madre y dejandolahechizada. ¿Quien puede dudar que el niño que mas gratifica a la medre

con su sonrisa es el mas cuidado y querido?

En esta introducción he hecgú una descripción etológica de la sonrisa

del bebe. Se los he presentado como un 'desencadenador social', una pau­

ta de ~onducta probablemente especie-específica al humano, que en cir­

cunstancias habituales madura en las primeras seman5s de vida, una de c~yasfunciones es evocar conducta maternal en la madre. He sugerido quese ha desarrollado en la evolución del género humano a través de una ta­

sa de sobrevivencia diferenc~al favoreciendo aquellos bebés que sonreíanbien. Desde este punto de vista, me interesa identificar las condiciones

internas y externas al bebé que son nec~sarias para despertar la sonrisa,y que llevan a su terminación. En particular me interesa saber si es

una respuesta a estímulos-signo visuales y auditivos, y s~ no esta suje-

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Un enfoque etologico de la investigación en el desarrollo infantil .

to a fases críticas de desarrollo. Esperaré encontrarlo actuando como

componente en la organización jerarquicamente mas compleja de pautas deconducta que forman 'conductas de vinculación' ('attachment behaviour')

en el niño mayor. Es decir, las conductas complejas que unen el niño a

la figura materna. Investigaciones en este sentido se estan llevando acabo en la Clínica Tavistock por mi colega Anthony Ambrose.

Este enfoque, que se integra con la teoría del aprendizaje, contrasta

con un enfoque que esta rigurosamente RESTRINGIDO por la teoría del a­

prendizaje.

Hace unos veinte años, Dennis (1935) notó que bebes de 7 a 16 semanas.

sonreían frente a la voz y el rostro humano. Como teórico del aprendiz~

je, confiaba que estos no podían ser el estímulo no condicionado, y portanto ideó experimentos para identificar el estímulo no condicionado

que provocaba la conducta. Su método fué criar a los bebes de tal mane­

raque en tanto fuera posible no vieran el rostro humano o sintieran la

voz humana. Su esperanza era encontrar que estímulo desencadenaba lasonrisa del lactante. Sus resúltados, sin embargo, no confirmaron~ps

esperanzas; 10$ bebes criados de esta manera seguían sonriendo al~irel rostro humano, y ningún otro estímulo era tan eficaz. El hizo notar,

por: lo tanto, que no había encontrado evidencia de .un estímulo no condicionado que desencadenara la respuesta sonrisa~ al cual se había condi=cionado el rostro humano.

Sin embargo, él mismo no pudo creerlo. No tenía conocimiento de loatr.§!

bajos de Heinroth y Lorenz, y por ende descartó la posibilidad de que elrostro humano fueee el estímulo no apre':ldidoefícaz, ya que (erróneamen­

te) creía que no habíaevidenci? de especificidad similar en el control

sensorial de respuestas no aprendidas en 108 animales. Finalmente avanzó

la hipótesis de que la sonrisa es despert9,da por "Cualquier estímulo queanuncia el alivio del sufrimiento en el be.be". Es evidente que ,su exclu­

siva dependencia de la teoría del'aprendizaje le impedían darIe cr~dito

a sus propios descubrimientos, y a sus explicacionesalternat:ivas.

Diez años más tarde, Spitz y Wolf (1946) publicaron ·trabajos experimen­

tales sobre la.sonrisa;del bebe. Usando una serie de mascaras distintas

demostraron que en el lactante de 2-6 meses de edad, de distintosent0.E.

nos raciales y socioculturales, la sonrisa era evocada por la configura

ción visual que se asemeja al rostro humano. Aseveraron que esta confi=

'guración tenía que poseer como elementos los dos ojos en posición fron-

tal y en movimiento. Estas observaciones han ~ido ampliamente confirma~

das por Ahrens (sin fecha) que también demostró que la configuració ne­cesaria para producir la sonrisa aumentaba en complejidad con la edad.

n.e manera que ambos inve3tigadores aceptan que uno de los estímulos ex­

teroceptivos que evoca la sonrisa en un lactante de 2 a 3 meses es una

gestalt visual relativamente simple. Por ende nos sorprende descubrirque a pesar del componente motor de la sontisa,' Spitz no lo considera

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ersonales

éprendida

él apren­'e fone-

JOhn Bowlby

una pauta especie-específica hereditaria. En comunicacio~as

ha aclarado que 10 considera una respuesta motora que ha 5"como resultado de condicionamiento instrumental. Asemeján

dizaje del habla á través de una selección y uso especia:i~~'

mas innatos, Spitz dice:

liLa selecci.ón se cumple a traves de una supresión progresivé. ea las pau­

tas no adaptadas a metas, y por el res fuerzo progresivo ¿e '~: ~ctas a­

daptadas a metas. Esto es lo que significo cuando digo que la so-~-isa es

una pauta de conducta adquirida en respuesta a los cuida¿os =z:e~os; está ahí desde el principio, como muchas otras pautas fisio~6=:~~:, pero­

cristaliza de estas respuestas a los cuidados maternos, es caci=. al co­

mienzo de las relaciones objetales".

No le es facil aceptar la idea de que puede ser inherente a: jajÉ ~~­

no, y estar ya organizado a la edad de 6 semanas para poder se= ~ocado

por los estímulos apropiados.

Sin embargo, no hay nada mas plausible. Grandes riesgos ~ siCc ~~dosen la evolución del ser humano. En su bagaje la balanza ha si¿c ~clina­da a favor de la flexibilidad de las conductas, y por ende el é?=~iza­

je, y no a favor de pautas fijas hereditarias. Sin embargo se_~~ :l~tivo que se hubiera abandonado del todo la seguridad biológica ¿e ~~~ ?8U­

tas fijas. El llanto, la succión y la sonrisa sospecho yo, srr= algunasde las muchas pautas hereditarias, y representan la defensa ea lE. ~tura

leza contra dejar todo al azar ·del aprendizaje.

Reconozco que esto no se ha probado y que es·posible que ~c se ¿ruabe

nunca. Además, quiero enfatizar que no hay nada 'en este en=G~ ~ua pre­

sento que sea incompatible con la idea de que e1 aprendizaje :~;l~yeenla sonrisa. Al contrario, tenemos razones para creer todo :0 c~trario.

Recientemente Brackbill (1956) ha informado una experiencia ~ qua dos

grupos de bebes entre 14 y 18 semanas fueron sometidos, dur~te dos s~

nas a·dos grados de 'premios' distintos a sus sonrisas, est2 '?r~orconsistía en cuidados extra por parte del investigador. Al :~~~:izarelperíodo de dos semanas ambos grupos diferían significa~iva=ente) en el

sentido que uno supondría, en su conducta de sonrisa. La conc:usión de

que el sonreir es influenciado por condicionamiento inst~en~al parece

por sus resultados estar bien fundamentad0. Pero suponer que depende 80­lo de esto nos parece improbable. Que el caminar y el correr se perfec­

cionen por ensayos repetidos no nos lleva a concluir que se adquierenunicamente a traves del aprendizaje.

l~

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Un enfoque etológico de la investigación en el desarrollo infantil.

La forma en que conceptual izamos la sonrisa del bebé tiene

sus projecciones.

Nuestro enfoque conceptual frente a la sonrisa del bebé tiene su impor­

tancia y sus projecciones, las investigaciones sobre el desarrollo soci­

al tendrán un enfoque distinto, todo nuestro marco'de referencia concep­tual acerca de las interaccinnes sociales humanas será distinta~ las

técnicas educacionales y clínicas que usemos serán enfocadas desde un

purito de vista distinto. Consideraremos brevemente como afectará la in­

vestigación en el campo del desarrollo social temprano.

Si nosotros adoptamos exclusivamente el punto de vista de la teoría del

aprendizaje, llegaremos a que el humano es un animal que carece de res­puestas sociales innatas. Entonces tendremos que reconocer, como Heat­

hers (1955) y Gerwitz (1956) que no podemos explicar el vínculo materno

infantil, con sus fuertes matices emocionales, que está plenamente desa­

rrollado a los 7 - 8 meses. Nuestras investigaciones se dedicarán a tra­tar de explicar como el desarrollo de este vínculo ha ocurrido a través

de procesos de aprendizaje basadas en la satisfacción de necesidades fi­siológicas •.

Si adoptamos el enfoque etológico, procederemos de una manera muy distin

ta. En primer lugar, estaremos a la búsqueda de numerosas pautas de con­

ducta especie-específicas, que co~o la sonrisa sustentan la función de

interacción con la madre. {Dos que podrían tener estas características .

y que esperamos estudiar en la Clínica Tavistick son el llanto y la ten­

dencia del niño a extender los brazos, éosa que siempre es interpretadopor los adúltos como el deseo de ser levantado en brazos.) Una vez iden

tifica.das las pautas, trataremos de analizar los estímulos desencadenan­

tes y ~upresores que los gobiernan'_ Esperaremos encontrar que estos estt

mulos por 10 general estan presentes en la madre, y los buscaremos en su

tono de voz, apariencia, presión de sus brazos. Estaremos buscando las

fases críticas de estas respuestas, tanto en lo que tiene que ver con su

maduración como sus componentes aprendidos. Estaremos a la búsqueda deprocesos por los cuales varias respuestas sociales son organizadas para

formar un todo mas complejo; situaciones donde estan en conflicto conrespuestas incompatibles tales como hostilidad o huída; para situaciones

traumaticas que pueden llevar a su desintegración transitoria o permanen

te, para..sus efectos sobre la conducta materna, etc.

Es evidente que estos dos programas de investigación son muy distintos.

Dejando de lado el hecho de que el punto de vista etológico coincide con

conceptos psicoanalíticos y otros extraídos de la experiencia clínica,

.la razón principal para preferir10 es que ya se ha demostrado útil en el

análisis del desarrollo e interacción social en otras especies. La teo­

ría del aprendizaje, (ya Gerwitz 10 hizo notar) ha sido elaborada para

explicar fenómenos más simples, y por 10 tanto todavía tiene que probar

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John Bowlby

su viab ilidad.

En esta preferencia del enfoque etológico~ espero que sez ~-~?~esari

repetir que no descar~amos el enfoque de la teoría de: a?~?-~;zaje. ~contrario, es indispensable para la comprension de los ~i=s ~ue su­

fren las pautas instintivas 9 por ende complementa. el ~~o~~ e~o15gico.

En forma sir:lilarel trabajo de Piaget (1937) es también c__::,,_

Aún siendo correcto suponer que en los primeros mese.s de ~.-::z :'cs estí­

mulos deséncadenantes y supresores de la conducta socia:. S~ ~~ :i?D

de gestalts simples, esto posteriormente no es así. A les 6 -?~23ce vi­da los estímulos mediatizando la conducta social inc1uy~ ~=~2~:C5 c~

plejos, miéntras que en el segundo año comienza a desar~c~·~-5: el p¿usamiento simbolico, que extiende enormemente los estímulos

social. En la comprensión de estos cambios los conceptos

indispensables. Sin embargo, a pesar de esta capacidad ¿e ~::·:zc= ?er­

ceptos más complejos, es probable que el sujeto sigue si

do por los estímulos prim:;'tívos. Es ',más, es probable qu.e z::.s::.~-Z.~onesde ansiedad y stress seamos todos sensibles a estímulos ?r:-':~705, co­

mo los monos descriptos por Yerkes (1943, pago 35-6).

s.con-

quee::¡cia

, ega-

Esto nos t:-ae a los vínculos de la eto10gía con el psic::"'7::"<"''':.s.~7Í­denter:lente, en tanto se ocupa del humano como animal ut::;z~== ~e s~

bolos, dotado de grandes capacidades para el aprendiza:e

paz de disfrazar y distorsionar la.expresión de respues~~~ :~~=i=:ivas,

el psicoanálisis explora una región adyacente y cOr:lpla-F~=a=~ a :z ato­

logía. Pero en tanto explora las respuestas instintivas ~ 5~ .~~~~ es

probable que las dos disciplinas se superponen·. En este sc.¡:,:~;;. es in­teresante recordar lo que expreso Freud hace más de cuz~zc~ ~=,(Freud, 1915) que para comprender el instinto la psicolc3~" ::==­valerse de la biología. Como resultado de los desarrollos

de la etología, firmemente arraigada en la biología, cr­

do el momento de réformular la teoría psicoanalítica daEsta no es la ocasión para entrar en detalle en un te=2 ­

troversial. Sinerrbargo9 es evidente que se dejaríandos conceptos, como por ejemplo los del narcisismo pri=2rio y c~trol

del instinto solamente como resultado del aprendizaje socia:., y se daría

más peso a otros: el concepto de relaciones objetales p~~~~~ias, la ine­

evitabilidad del conflicto intrapsíquico; defensas contre '-·;>"1era5de

regular el conflicto. Uno de los resultados de tal refor=u:zcicn podríaser un marco teorico menos frondoso y más coherente.

La investigación empf.rica que sustente estas corrientes de pens~ento

sera la tarea de toda una generación. Que se haga o no en este país;

dependerá del 'clina de opinión en la psicología Británica, de si esta

reconoce que estos enfoques tienen valor9 de que son outuamente comple-

'mentarios, y de que por lo ta.nto, deben ser enseñadas a nivel de bachi-ller y posgrado. (traducción: S.Henderson)

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