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Las conclusiones de este proyecto de investigacin reflejan un avance en el
desarrollo del trabajo que adelantamos los integrantes del grupo de Sistemas
de produccin y conservacin. En este sentido no son definitivas ni categri-
cas, pero de todas formas aportan a nuestro juicio algunos elementos claves
para entender la dinmica de los sistemas de produccin familiares rurales. De
su viabilidad econmica, cultural y ambiental.
Tanto en Fmeque y Guane la actividad agrcola se basa predominantemente
en la pequea produccin familiar. La familia tiene un gran valor simblico y es
el eje primordial de referencia y significacin. A travs de la familia se partici-
pa en la produccin y todos los miembros contribuyen activamente en el soste-
nimiento del hogar segn una distribucin del trabajo bastante clsica en la que
la mujer toma parte en algunas tareas productivas, sobre todo en la recolec-
cin, y se hace cargo fundamentalmente de las tareas del hogar en tanto que elhombre tiene bajo su responsabilidad los cultivos. Sin embargo, la posicin de
la mujer es marcadamente diferente; en Guane se encuentra en general bajo
una situacin de subordinacin aunque esto est cambiando debido a la impor-
tancia que tiene para los hogares locales las entradas producto de la venta de
costales, un rengln productivo en el cual la actividad femenina es fundamen-
tal. En Fmeque las mujeres manejan niveles de independencia y autosuficien-
cia relativamente altos.
Para la retencin de los jvenes que es crucial para asegurar los requeri-mientos de trabajo se tienen en las dos zonas mecanismos similares: sistemas
de asociacin para la produccin, redes familiares de apoyo, solidaridad en el
trabajo. Sin embargo, es un hecho evidente que los trminos de produccin en
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Guane, al implicar mayor riesgo (por las condiciones medio ambientales) y meno-
res beneficios (por las condiciones de comercializacin) resultan menos atracti-
vos. Si bien no se tienen datos exactos es claro que el porcentaje de jvenes quepermanecen en esta regin es menor. Por otra parte la emigracin constituye en
este caso una herramienta clave para el sostenimiento de muchos hogares que
dependen de los aportes de los hijos que han partido. La experiencia de la migra-
cin es adems una tarea organizada, que compete a toda la familia y que se
realiza a travs de redes de conocidos. En cambio, en Fmeque, en general la
emigracin es una tarea individual, si bien se utilizan los vnculos familiares, y el
migrante muchas veces recibe ayuda econmica, al menos mientras se organiza.
Son pocos los casos en que deben aportar para el sostenimiento familiar, al partir
se desvinculan de las obligaciones econmicas con su crculo familiar.
Se observa, en todos los casos de Fmeque y en la mayor parte de los de
Guane, que el productor contrata niveles altamente significativos de mano de
obra asalariada y que se recurre con mayor frecuencia al trabajo asalariado que
a la mano vuelta. En ciertos casos como l de algunos productores de tomate
bajo invernadero de Fmeque, el productor parece actuar ms en calidad de
empresario que de trabajador. Esto se correspondera bastante aproximada-
mente con los trminos del modeloempresarial de agricultura familiar de LAMARCHE
(1992 y 1994) segn el cual la produccin se orienta fundamentalmente hacia lavalorizacin de los activos productivos. Pero hay que destacar que estos pro-
ductores tienden a emplear ms intensivamente la mano de obra familiar que
los dems. Aunque tienen recursos que les permitiran liberar a la familia del
trabajo agropecuario y apoyarse exclusivamente en jornaleros, las caractersti-
cas del proceso productivo no los dejan optar por esta alternativa. El trabajo de
la familia les garantiza la calidad de una serie de labores que exigen un cierto
virtuosismo y, sobre todo, un alto grado de compromiso para garantizar la cali-
dad de la faena y por tanto el rendimiento y la calidad del producto. A nuestro
juicio este caso se inscribe dentro del modelo de tecnificacin de gran parte delagro que, por un lado, implica una mayor utilizacin de mano de obra
(tecnificacin con baja o nula mecanizacin) y, del otro, tiende a conservar las
formas familiares de insercin al trabajo, muchas veces bajo un complejo teji-
do de interrelaciones entre familias rurales y empresarios agrcolas.
Para el caso de Fmeque queda claro que la insuficiencia de ingresos est
condicionada fundamentalmente por las limitaciones extremas en el tamao
del rea cultivada ya que una familia logra el ingreso base de subsistencia (dos
salarios mnimos) con un poco menos de 1.5 ha sembradas. Para los productores
de Guane aunque de sus fincas alcanzan ingresos mucho ms bajos, sus sistemas
productivos les generen una remuneracin del trabajo familiar tambin supe-
rior al salario mnimo. Dicho en otras palabras, para los productores familiares
es mejor negocio trabajar en sus fincas que en otras actividades toda vez que
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los ingresos agropecuarios, que les arroja su sistema de produccin, son mayo-
res que su costo de oportunidad.
La evidencia emprica recogida por esta investigacin muestra claramente
que los campesinos de Fmeque, altamente integrados al mercado y con siste-
mas de produccin que involucran cultivos de altsima intensidad en la incorpo-
racin de tecnologas agroqumicas, obtienen por cada da trabajado en su par-
cela una remuneracin muy superior al salario mnimo 1.0 y 7.6 veces (vase
captulo V). Pero ms an, los sistemas de produccin de los campesinos de
Guane, que fueron seleccionados para nuestro estudio porque representan los
productores familiares que estn en condiciones ms precarias, arrojan tam-
bin un resultado similar aunque un poco ms modesto: la remuneracin de sutrabajo familiar est entre 0.7 y 2.1 salarios mnimos (vase captulo V). De
manera que tanto los productores de Fmeque como los de Guane han logrado
arreglar sus sistemas productivos en forma tal que les resulta mejor negocio
trabajar en sus propias parcelas que jornalear por fuera de ellas.
Segn el DANE, en el perodo 1988-1997 slo en dos, de los ocho aos, los
campesinos obtuvieron en sus parcelas ingresos por encima del salario mnimo:
1,33 salarios mnimos en 1989 y 1,05 en 1992. A partir de este ao las cosas
parecen haberse empeorado de tal forma que en 1997 un campesino ganaba en
su parcela apenas el 60% del salario mnimo97. Estos datos son contraevidentes
con nuestros resultados. Planteamos al principio de este libro que las diferen-
cias pueden surgir de las serias limitaciones que tiene el sistema de encuestas
para captar ingresos de los campesinos. De ser as el panorama econmico de la
produccin familiar es muy diferente al que estn en los datos oficiales. Nues-
tras cifras muestran, por el contrario, que los sistemas de produccin de los
campesinos tienen un potencial productivo enorme y una enorme capacidad de
generarles ingresos por encima de muchas otras actividades.
Expliquemos: si los sistemas de produccin pueden generar un ingreso rela-
tivamente alto por cada unidad de trabajo invertida, la pobreza rural se explica
ms por la falta de una dotacin adecuada de los factores productivos que por
la pretendida inviabilidad de los sistemas de produccin de los campesinos. Sin
entrar en los detalles sobre la altsima concentracin de la tierra en Colombia,
quiz la ms alta del mundo, debemos aadir que nuestros datos confirman la
limitacin estructural que significa el acceso precario a la tierra para los pro-
ductores campesinos. En primer lugar, de acuerdo con nuestros datos, los pro-
ductores al no tener tierra suficiente no pueden emplear sino una fraccin de su
97. Segn el procesamiento de las Encuestas rurales de hogares del DANE hecho por LPEZet al(2000).
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mano de obra en el trabajo agropecuario lo cual significa que la mano de obra
sobrante se emplea en actividades menos remunerativas o permanece inactiva.
Y en ltimas, muchos jvenes que no pueden ocuparse terminan por migrardefinitiva o parcialmente. En segundo lugar, mediante diversas formas de aso-
ciacin, los campesinos con poca tierra logran acceder a este recurso. Estas
asociaciones distan mucho de la aparcera tradicional de las antiguas haciendas
en la medida en que el socio, por lo regular otro campesino, aporta parte de los
costos monetarios de manera que se constituye en un inversionista y no sola-
mente en un perceptor de la renta de la tierra. Pero de todas formas, el propie-
tario recibe una parte de las cosechas superior proporcionalmente a la parte de
los costos que aporta. Esta relacin asimtrica en la cual el propietario tiende a
aportar entre el 20% y el 40% de los costos y a recibir el 50% de la cosecha, pesafuertemente sobre los ingresos de su socio a quien se le disminuye
significativamente la remuneracin (hasta en la mitad) en relacin a quien, con
las mismas condiciones tecnolgicas, produce en su propia tierra.
En trminos de la viabilidad ambiental, se puede plantear la hiptesis, a
partir los resultados de la valoracin ecosistmica, que para el caso de Guane,
cuyo deterioro es evidente, la recuperacin es viable y muy favorable para los
productores. Emprendiendo una revegetalizacin de bajos costos se podran
obtener una mayor oferta de agua aprovechable para regar cultivos, con am-plios beneficios econmicos netos.
Si bien Fmeque difiere en gran medida de este panorama no est exento de
problemas. Hay problemas medio ambientales aunque menos severos y mejor
manejados que en Guane, pero tambin hay posibilidades de recuperacin y
aprovechamiento de la oferta hdrica aunque los resultados econmicos no se-
ran interesantes para los cultivadores.
Esto nos seala que en la medida en que se les ofrezca la posibilidad deconstruir sistemas tecnolgicos alternativos que amortigen los posibles efec-
tos negativos ecosistmicos y que les garanticen una remuneracin razonable
ellos acogern y recrearn estas propuestas. De hecho algunos productores ya
estn trabajando con xito en esta direccin. El pas debe entender que tiene
unas potencialidades enormes en la economa familiar agropecuaria y que tiene
que invertir los recursos necesarios para construir no para imponer las tec-
nologas adecuadas a nuestros productores.
En Fmeque y en Guane no obstante las difciles condiciones locales de
esta ltima zona encontramos que persiste un gran sentido de pertenencia y
arraigo. En Fmeque el discurso parece negarlo, en ocasiones, mientras que en
Guane hay una mayor coherencia entre el discurso y sus representaciones pro-
fundas. Pero en ambos casos, hasta donde hemos podido averiguarlo estas
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representaciones privilegian la vida en el campo sobre la de la ciudad. Esta
conclusin a la cual llegamos por medio del trabajo etnogrfico fue confirmada
por una encuesta a la cual los entrevistados, adultos, jvenes y nios, manifes-taron mayoritariamente (en ms del 80%) que prefieren la vida y el trabajo en
el campo a habitar y laborar en la ciudad.
Todo esto nos lleva a plantear, que culturalmente hay una potencialidad
enorme para el mantenimiento de la produccin rural en estas dos zonas en las
cuales los horrores de la guerra son todava una realidad, que aunque cercana,
no los implica directamente. En otras palabras, con los resultados que a la vez
arroja el anlisis econmico y ambiental esta investigacin muestra evidencias
sobre la viabilidad de la sociedad rural en Colombia.
Por ltimo, hemos extendido el anlisis a un espacio ms amplio con los
datos de otras siete zonas rurales andinas. Aunque sera exagerado afirmar que
con estos estudios hemos armado una muestra totalmente representativa de los
sistemas de produccin andinos colombianos, s podemos asegurar que nuestros
casos no son de ninguna manera excepcionales y que corresponden a sistemas
de produccin desarrollados en condiciones adversas en cuanto al tipo de tie-
rras y el acceso a los dems factores productivos.
En este orden de ideas, estos datos aunque no demuestran que todos los
campesinos alcanzan en el pas niveles de remuneracin altos en relacin con
otras opciones laborales, dan indicios muy firmes de que es posible alcanzarlos.
Favorecen la hiptesis de que, en trminos econmicos, los sistemas de produc-
cin campesinos son viables, si se garantiza un mnimo acceso a unas mnimas
condiciones productivas.
El problema central de la economa rural no est, por lo tanto, en los mode-
los productivos, ni en una supuesta falta de competitividad, sino en las restric-
ciones en el acceso a los factores que permitiran al productor desarrollar sus
potencialidades. En otras palabras se puede plantear, que la eventual inviabilidad
de la produccin familiar colombiana hay que buscarla en el acceso y distribu-
cin de los factores y no en la naturaleza misma de la produccin campesina.
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