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NO. 0616 SP DISCUSSION PAPER Sistemas de Pensiones en América Latina: Conceptos y Mediciones de Cobertura Rafael Rofman Leonardo Lucchetti Noviembre de 2006

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  • NO. 0616S P D I S C U S S I O N P A P E R

    Sistemas de Pensiones enAmrica Latina: Conceptosy Mediciones de Cobertura

    Rafael RofmanLeonardo Lucchetti

    Noviembre de 2006

  • Rafael Rofman ([email protected]) es Especialista Lider en Proteccin Social en el Departamento de Desarrollo Humano, de la Oficina Regional de Amrica Latina y el Caribe (LCSHS, por su sigla en ingls), del Banco Mundial. Leonardo Lucchetti ([email protected]) trabaj en este proyecto como Profesional Asociado Junior en el Departamento de Desarrollo Humano, de la Oficina Regional de Amrica Latina y el Caribe (LCSHS), del Banco Mundial. Los autores agradecen a Alejandro Tamola por su ayuda con el procesamiento de algunas bases de datos, y a Fabio Bertranou, Marisa Bucheli, Ivan Cordero, Carmen Corral, Alvaro Forteza, Ramiro Gamboa, Carlos Grushka, Carmelo Mesa Lago, Eduardo Moron, Thomas Otter, Helena Ribe y Francis Suiga Gonzalez, por sus comentarios y orientacin. Gustavo Demarco, Robert Palacios y Fabio Bertranou aportaron excelentes comentarios, al igual que los participantes que asistieron a varios seminarios en Washington y Buenos Aires, donde se presentaron versiones anteriores del documento. Sarah Bailey y Maria Lourdes Noel proporcionaron un apoyo invalorable en la edicin del documento, y Stanislao Maldonado colabor en la revisin final de los datos. Por supuesto, la informacin y opiniones contenidas en este trabajo son exclusiva responsabilidad de los autores. Este documento fue originalmente publicado en ingles, en noviembre de 2006. La presente traduccin fue preparada por Mara Diaz Colodrero, bajo la supervisin de Rafael Rofman.

    Sistemas de pensiones en Amrica Latina: Conceptos y mediciones de cobertura

    Rafael Rofman y Leonardo Lucchetti Noviembre de 2006

    (esta versin, abril de 2007)

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    I. INTRODUCCIN Por lo general, el desempeo de los sistema de pensiones puede evaluarse considerando

    tres aspectos: cobertura, suficiencia y sostenibilidad. El primero se refiere a la proporcin de la poblacin de adultos mayores protegida por los sistemas (y, si se trata de un sistema contributivo, a la proporcin de adultos jvenes aportantes). La suficiencia hace referencia al nivel de beneficios y a la capacidad de quienes los reciben de mantener un nivel suficiente de consumo. Finalmente, la sostenibilidad se remite a la capacidad de la sociedad y el Estado de mantener los sistemas en funcionamiento sin ocasionar mayores inconvenientes en las cuentas fiscales.

    Este documento est centrado en el aspecto de la cobertura, analizando datos empricos en Amrica Latina. La cobertura de los sistemas de pensiones se ha transformado lentamente en un tema fundamental en el debate poltico de la regin. Despus de ms de una dcada de reformas y debates, el problema central de los sistemas de pensiones en Amrica Latina (cmo proteger a la mayora de los trabajadores y a sus familias de los riesgos econmicos causados por la edad y el retiro de la actividad laboral) contina sin resolverse, tanto en los pases en los que se implementaron reformas estructurales como en pases en los que slo se realizaron ajustes paramtricos y en otros en los que no se adoptaron reformas importantes. Las propuestas y los debates de la ltima dcada se vieron influenciados por posturas ideolgicas y objetivos no siempre relacionados con las metas centrales de los programas, y de ningn modo deberan ser la fuerza impulsora que modele los sistemas de seguridad social.

    Una buena prctica en el diseo de las polticas requiere una evaluacin rigurosa, que a su vez exige fuentes de datos confiables, comparables y coherentes a lo largo del tiempo. No obstante, muchos anlisis se ven seriamente afectados por la falta de estos datos, lo que disminuye la capacidad de los estrategas polticos de revisar y proponer reformas para los sistemas. Este problema es evidente con relacin a la cobertura y los impactos fiscales de los sistemas de proteccin de ingresos en la tercera edad, dado que las fuentes de datos tienen serias dificultades de definiciones, consistencia y comparabilidad, tanto en el tiempo como entre pases.

    Este documento constituye una nueva etapa en los esfuerzos de los autores por presentar una valoracin confiable de los indicadores de cobertura en la regin. El presente trabajo es una revisin y ampliacin de un anlisis previo elaborado en los aos 2004 y 2005 (Rofman y Carranza, 2005), ya que corrige algunos problemas metodolgicos y expande el marco temporal, de una nica observacin en el ao 2002 a una serie de datos comprendidos entre 1990 y 2006. Por supuesto, los datos an presentan brechas de informacin y los problemas de comparabilidad originados por diferencias en las fuentes todava existen, segn se describe en el anexo sobre aspectos metodolgicos.

    La literatura sobre sistemas de pensiones generalmente coincide en fijar como objetivos centrales de los mismos prevenir la pobreza en la tercera edad y garantizar un determinado nivel de consumo a lo largo de la vida de una persona. Adems, varios autores han focalizado sus anlisis en otros objetivos o aspectos secundarios que deben abordarse al disear los sistemas de pensiones, tales como sus efectos en el ahorro nacional, la acumulacin de capital, impactos en el mercado laboral o la situacin fiscal. La importancia relativa de cada uno de estos elementos (que incluyen el rol del Estado en el

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    diseo, la implementacin y la gestin de los sistemas) vara de acuerdo con la postura filosfica y poltica de los diversos autores. Hay quienes consideran que el objetivo principal debe ser el alivio de la pobreza en casos extremos. Otros proponen un enfoque ms amplio, otorgando al sistema de pensiones un papel fundamental en la poltica de redistribucin de ingresos de la sociedad. Un tercer grupo se concentra en el mercado laboral, entendiendo que los beneficios del sistema de pensiones forman parte de los acuerdos laborales en forma de salarios demorados y, por lo tanto, slo ser posible encontrar un sistema de pensiones eficaz en el contexto de un mercado laboral con productividad creciente. Esta controversia sobre el mejor modo de alcanzar los objetivos centrales est lejos de considerarse resuelta, y parecera que una mayor informacin sobre el estado actual y las tendencias recientes de cobertura y acceso clarificaran el debate.

    Contar con una buena definicin conceptual es una condicin necesaria pero no suficiente para garantizar una apropiada medicin emprica de la cobertura. Existen muchos problemas metodolgicos originados en las dificultades prcticas para implementar el concepto: la calidad de los instrumentos de recopilacin de informacin, la disponibilidad y el acceso a bases de datos y las cuestiones relacionadas con la comparabilidad entre diferentes pases y perodos.

    Durante la tarea de preparacin de este documento se obtuvo informacin sobre 17 pases, desde principios de la dcada de 1990 a mediados de la dcada del 2000. Reconociendo las dificultades que implica comparar la informacin disponible, este documento presenta un grupo de indicadores similares que posibilitan la medicin de la cobertura en varios pases, tanto de trabajadores activos como de adultos mayores. Adems, se introducen y analizan diversas caractersticas sociodemogrficas de la poblacin cubierta y sin cobertura, identificando diferencias relevantes. En el estudio se consideran las siguientes covariables: edad, rea geogrfica, sector de empleo, nivel de educacin, sexo, ocupacin, tamao de la empresa y quintiles de ingreso.

    El documento consta de cinco secciones, que incluyen esta introduccin, conclusiones finales y tres anexos. La segunda seccin analiza el aspecto conceptual de la cobertura del sistema de pensiones. La tercera seccin se centra en el enfoque metodolgico y aborda problemas y advertencias, mientras que la cuarta presenta los resultados comparativos de los 17 pases estudiados. Los dos anexos incluyen informacin detallada sobre la cobertura en cada pas, considerando los sistemas en forma integral (en el Anexo I) y slo los esquemas no contributivos para los pases con datos disponibles (Anexo II). Finalmente, el Anexo III ofrece una explicacin minuciosa de los aspectos metodolgicos.

    II. SISTEMAS DE PENSIONES, SUS OBJETIVOS Y HERRAMIENTAS

    Los sistemas de pensiones son programas de transferencias instituidos por el Estado, cuyo objetivo es proporcionar seguridad de ingresos a los adultos mayores en un contexto donde los acuerdos informales tradicionales se consideran insuficientes. Los fundamentos que sustentan la creacin de los sistemas de pensiones son claros. En las sociedades tradicionales, la manutencin de las personas mayores estaba a cargo de la familia o de redes sociales informales que compartan alimentos y bienes producidos por sus miembros, o bien los ancianos no reciban ningn tipo de sustento, vivan en la pobreza y estaban expuestos a altos ndices de morbimortalidad. Con el desarrollo econmico, la expansin

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    de los mercados laborales y la transformacin del trabajo asalariado en la principal fuente de ingresos en la mayora de los hogares, surgi la necesidad de una propuesta alternativa para este problema. Esta necesidad se intensific con el proceso de transicin demogrfica, debido a que el porcentaje de adultos mayores en la estructura familiar aument lentamente con respecto al de los adultos jvenes, haciendo menos sostenibles los antiguos acuerdos informales.

    Si bien, en general, hay acuerdo en cuanto al objetivo global, existen divergencias con relacin a los medios que se utilizan para alcanzarlo. Los debates se concentran en tres aspectos principales, sobre los cuales analistas y polticos no siempre coinciden. En primer lugar, existen algunas diferencias relacionadas con los vnculos entre los sistemas de pensiones y el mercado laboral; una cuestin que define quin tiene el derecho de recibir beneficios como principio general. La segunda rea de debate se refiere al origen de los recursos financieros del sistema, donde algunos son partidarios de la idea de exigir contribuciones de los futuros beneficiarios (por consiguiente, creando un sistema contributivo) y otros proponen mantener un sistema abierto a todos los individuos, por lo tanto, no contributivo. El tercer aspecto en discusin hace referencia al rol del Estado, en su carcter de facilitador, regulador o proveedor. Si bien existen otros debates (el ms notorio plantea si los sistemas de pensiones contributivos deberan contar con fondos propios acumulados capitalizados- o con un esquema de transferencias intergeneracionales de reparto), en general se remiten a problemas de segundo nivel, dado que no afectan los principios fundamentales de los sistemas, sino su forma de implementacin. A continuacin se presentan las tres controversias principales.

    - Salarios diferidos o derecho de los ciudadanos? Un debate central relacionado con los sistemas de pensiones plantea si stos deberan

    considerarse como la continuacin de un flujo financiero para trabajadores asalariados despus de su retiro o un beneficio para todos los ciudadanos. La primera propuesta se basa en que la necesidad de un sistema de pensiones se origina en la incapacidad de los individuos de continuar trabajando y percibiendo salarios despus de una cierta edad. En este caso sera necesario encontrar un esquema para compensar dicha prdida de ingresos. Dentro de esta lgica, no habra razn alguna para proporcionar beneficios a quienes no hayan percibido salarios antes de su retiro, dado que al retirarse no sufren ninguna prdida que deba ser compensada. De manera alternativa, la segunda propuesta postula que la sociedad no debera ocuparse de compensar ingresos, sino de garantizar una condicin de vida en la que no falte lo necesario para un grupo (los adultos mayores) que no puede generar ingresos a partir de su trabajo. Segn este punto de vista, todos los individuos deberan tener derecho a recibir beneficios, sin tener en cuenta su historia pasada, y el nico criterio de discriminacin admisible sera la existencia de fuentes de ingresos alternativas, como ahorros, ganancias de capital, etctera. Esta controversia generalmente se presenta como la oposicin entre los que apoyan los modelos Bismarckianos y quienes prefieren los esquemas Beveridgianos, aludiendo a los fundadores de los sistemas de pensiones en Alemania y el Reino Unido.

    - Contributivo o no contributivo? La segunda rea de debate aborda los principios financieros de los sistemas de

    pensiones. Esta discusin se relaciona con la anterior, pero es ms especfica, ya que la anterior se concentra en quin debera recibir los beneficios, y sta se refiere a quin

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    debera financiarlos. Los puntos de vista opuestos, en este caso, plantean si el sistema debera ser financiado por sus propios beneficiarios o por la poblacin en general, a travs de los impuestos. El primer enfoque se define como contributivo porque quienes contribuyen se ganan el derecho de recibir beneficios; el segundo, por oposicin, se denomina no contributivo.

    Por lo general, los partidarios de los sistemas de pensiones como mecanismos reguladores de ingresos laborales prefieren los esquemas contributivos, por su relativa simplicidad para vincular los beneficios a ingresos previos mediante contribuciones. De este modo, los trabajadores activos aportaran parte de sus salarios al sistema y luego recibiran un beneficio proporcional a los aportes y salarios anteriores. El efecto regulador puede lograrse a travs de distintos esquemas, que incluyen sistemas financiados con fondos propios o capitalizados (donde los trabajadores ahorran para financiar sus futuros beneficios) o sistemas financiados con transferencias intergeneracionales o de reparto (donde los trabajadores actuales financian a los jubilados actuales), as como tambin, sistemas individuales (donde cada trabajador se autofinancia) o sistemas colectivos (donde un grupo de trabajadores se financian entre s).

    Los enfoques no contributivos normalmente se concentran en las necesidades de los adultos mayores, sin tener en cuenta sus ingresos o aportes anteriores. En este contexto, la seleccin de la fuente de financiamiento se torna irrelevante, siempre que sea sostenible. Todos los adultos mayores reciben los beneficios (en modelos universales) o slo los que requieren asistencia (en modelos focalizados). La primera propuesta tiene algunas ventajas en trminos de economa poltica (los programas universales suelen contar con un apoyo pblico ms amplio dado que benefician a todos) y de costos administrativos, pero puede resultar innecesariamente costosa si los programas otorgan beneficios generosos a quienes ya contaban con medios suficientes para su sustento.

    Si bien los planes para la regulacin de ingresos suelen estar organizados como esquemas contributivos, esto no se debe a restricciones tcnicas. Es posible disear un esquema contributivo que alivie la pobreza de los adultos mayores, en forma universal o focalizada, y hay ms que unos pocos ejemplos a nivel mundial que lo corroboran. De manera simtrica, los sistemas financiados con recursos fiscales pero que pagan beneficios vinculados con registros de ingresos individuales tambin son habituales. No obstante, estas combinaciones son, por lo general, duramente criticadas desde la perspectiva de la economa poltica, ya que tienden a generar subsidios implcitos y, en ocasiones, no deseados, afectando la distribucin del ingreso.

    En la mayora de los pases, los sistemas de pensiones estn organizados como una combinacin de esquemas contributivo y no contributivo, dado que proporcionan alivio de la pobreza y estabilidad en los ingresos. En toda Amrica Latina, y tambin en el resto del mundo, estos sistemas tienen componentes que apuntan a reemplazar los ingresos y componentes cuyo propsito es proporcionar apoyo bsico a los adultos mayores. Esta combinacin se logr tradicionalmente de manera implcita, ya que los sistemas de pensiones eran formalmente contributivos y financiados en su totalidad a travs de los esquemas de reparto, aunque en la prctica la mayora contaba con pensiones mnimas o no contributivas y reciba cierto apoyo financiero proveniente de ingresos fiscales generales. Muchas reformas estructurales de la dcada del 90 introdujeron planes con mltiples pilares, cuyos componentes estaban separados de manera ms clara, ya que los pilares cero

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    y uno se concentran en metas distributivas y el dos y el tres en conseguir estabilidad en los ingresos a travs de ahorros individuales.

    - El rol del Estado Si bien los especialistas coinciden en la necesidad de garantizar los ingresos para los

    adultos mayores, hay importantes diferencias en cuanto al rol que debera desempear el Estado en estos sistemas, sea como regulador, facilitador o proveedor. La literatura es muy abierta y controvertida en esta cuestin. Algunos analistas sugieren que el Estado debera limitar su rol a la regulacin de los mercados financieros y de seguros, que podran proporcionar las herramientas financieras necesarias para la mayora de los individuos que intentan garantizar un determinado nivel de consumo a lo largo de sus vidas, permitindoles ejercitar sus propias decisiones con respecto a la estrategia para conseguirlo. Regulando adecuadamente los mercados, el Estado permitira que los trabajadores ahorren de acuerdo con sus preferencias durante sus aos de actividad y luego gasten estos fondos una vez que se jubilen, ya sea a travs de planes de ahorro regulares o mediante sistemas de pensiones. Un segundo enfoque propone un rol ms proactivo para el Estado, principalmente porque los incentivos del mercado pueden no estar totalmente alineados con el inters social. Por consiguiente, los gobiernos podran promover ahorros individuales, subsidindolos (por ejemplo, declarando los ahorros a largo plazo libres del impuesto a las ganancias), ofreciendo incentivos para las cuentas de ahorro, etctera. Finalmente, un tercer enfoque considera que estas medidas no son suficientes para resolver problemas tales como la asimetra en la informacin, la miopa y la incertidumbre, y que en consecuencia el Estado debe intervenir activamente proporcionando apoyo econmico mediante la administracin de un sistema de pensiones, con participacin obligatoria.

    La cobertura de los sistemas de pensiones es uno de los principales indicadores de eficacia de la poltica del Estado con relacin a la seguridad de ingresos, pero la forma en que se mide se ve afectada por el diseo de esta poltica. Adems, hay otros aspectos igualmente importantes, tales como la suficiencia de los beneficios o la sostenibilidad poltica y financiera. La cobertura es el primer indicador de inclusin, ya que un sistema que es sostenible y proporciona beneficios suficientes pero que no cubre a la mayora de los que se supone necesitan proteccin, sufre una falla seria en cuanto poltica pblica.

    Las definiciones de cobertura y su medicin se ven afectadas por los principios de poltica adoptados para el diseo del sistema. Por ejemplo, los sistemas que se centran en la participacin en el mercado laboral y que apuntan a mantener un flujo de ingresos despus del retiro, deberan ofrecer en general una cobertura ms baja que los que proponen una cobertura universal; esto no debera considerarse como una falla en el sistema, dado que el objetivo de la poltica es cubrir un sector ms pequeo de la poblacin. Surge un problema similar con relacin a la medicin de la cobertura en trabajadores activos. En trminos generales, la literatura considera que los trabajadores estn cubiertos si estn afiliados o si aportan a un sistema de pensiones. Sin embargo, si un pas tiene un sistema de pensiones universal financiado con rentas generales, todos estarn cubiertos sin que importe su afiliacin. De hecho, los problemas conceptuales y metodolgicos ms serios surgen cuando se considera la cobertura de los trabajadores activos, ya que la definicin de esta condicin no es clara.

    La definicin de cobertura ms frecuente en los programas de proteccin social se refiere a la proporcin de personas que reciben un beneficio dentro de un determinado

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    grupo de referencia, al que se considera poblacin objetivo. Esta definicin general requiere precisin cuando se consideran los sistemas de pensiones, ya que es necesario indicar a qu tipo de beneficio se hace referencia y cul es la poblacin objetivo que se considerar al evaluar el alcance del sistema. Segn Grushka (2001) y Bertranou, Grushka y Rofman (2001a, 2001b), es bastante frecuente que al analizar la cobertura de los sistemas de pensiones, se haga referencia a aquellos individuos que perciben una pensin o jubilacin. No obstante, la cobertura tiene dos fases. La primera se relaciona con el perodo en el que un trabajador aporta al sistema y acumula el derecho a percibir beneficios. Esta fase hace referencia a la cobertura de la poblacin econmicamente activa. La segunda est vinculada con los beneficios monetarios que el individuo percibe al alcanzar una edad avanzada, es decir, la cobertura de adultos mayores.

    Por lo general, los indicadores de cobertura para trabajadores activos se presentan como la relacin entre la poblacin cubierta y la potencialmente cubierta. Uno de los indicadores habituales es el porcentaje de afiliados a los sistemas de pensiones (es decir, las personas afiliadas a instituciones del sistema de pensiones) respecto de la poblacin econmicamente activa. Este indicador ofrece una ventaja importante: es relativamente fcil de calcular. De hecho, an en un sistema de pensiones con administracin muy deficiente es posible estimar el nmero total de trabajadores inscriptos y el tamao de la poblacin econmicamente activa tambin es sencillo de obtener. No obstante, este indicador presenta serios problemas al analizarlo con detenimiento, dado que muchos individuos que figuran como afiliados a los sistemas no son elegibles para recibir beneficios. Los registros de instituciones de sistemas de pensiones tienden a engrosar el nmero real de afiliados, ya que los registros errneos o duplicados casi nunca se corrigen. Un problema particular que se evidenci despus de las reformas de los sistemas de pensiones en Amrica Latina es que los trabajadores pueden inscribirse como afiliados pero sin realizar contribuciones (o efectuando slo unas pocas en el transcurso de su vida econmicamente activa), ya sea porque pierden su empleo o se retiran de la actividad econmica (pero sin solicitar beneficios al no cumplir con los requisitos legales) o, simplemente, porque dejan de aportar al sistema, unindose al sector informal, pero sin darse de baja. Este fenmeno de alternancia entre los estados de inactividad, desempleo, empleo informal y empleo formal en una poblacin econmicamente activa, origina un porcentaje de afiliados alto y en constante crecimiento que con el tiempo supera el 100%.1

    La Figura 1 ilustra la evolucin de este indicador en Argentina, Chile y Mxico, basndose en el nmero de aos transcurridos desde la implementacin de las reformas. El porcentaje tiende a crecer en forma uniforme en los tres pases, aun en perodos de recesin, simplemente porque los afiliados que dejaron de aportar durante las pocas de crisis mantuvieron su condicin de afiliados. Con el tiempo, el porcentaje tiende a alcanzar y superar la marca del 100%, indicando que hay ms afiliados que miembros de la poblacin activa en el pas (esto ocurri en Chile en 1995, 15 aos despus de la reforma). El problema con este indicador (la falta de relevancia del nmero de afiliados al sistema) tambin afecta a otro indicador que se utiliza con frecuencia en el anlisis de nuevos planes financiados con fondos: la relacin entre aportantes y afiliados, que tiende a declinar con el tiempo.

    1 En un anlisis del caso de Argentina, Paz (2004) estim que el 24% de la poblacin econmicamente activa flucta entre empleos con aportes, sin aportes y desempleo.

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    Figura 1. Relacin entre afiliados y poblacin activa, por aos despus de la reforma

    Argentina, Chile y Mxico.

    20%

    40%

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    80%

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    120%

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    % d

    e la

    PE

    A

    Chile

    Argentina

    Mexico

    Fuente: propia, basada en datos de Arenas de Mesa (2001), SAFJP (2005), CONSAR y ECLAC Para evitar estas distorsiones, varios autores prefieren comparar el nmero de

    aportantes (es decir, el nmero de personas que efectan aportes en un perodo determinado) con el nmero de trabajadores ocupados cobertura ocupacional o con la poblacin econmicamente activa (PEA) cobertura de la fuerza laboral a fin de proporcionar mejores estimaciones de la cobertura. A pesar de que esta medicin parece ms apropiada, es importante sealar que no est libre de algn margen de error ni de distorsiones. El problema radica en el significado no siempre claro de la definicin de estar cubierto para los trabajadores activos, segn se analiz anteriormente. Algunos trabajadores pueden estar cubiertos (esto significa que tienen el derecho de percibir beneficios una vez que se jubilan) incluso si no estn efectuando aportes, si califican para percibir beneficios no contributivos o si ya han realizado suficientes aportes a fin de calificar para percibir beneficios contributivos. Otros pueden no estn cubiertos aunque efecten aportes, un problema comn entre quienes viven en paises donde se requiere un perodo relativamente prolongado de contribuciones para adquirir el derecho de acceder a beneficios.

    La medicin de la cobertura de los adultos mayores presenta menos dificultades que en la poblacin econmicamente activa, dado que, en lugar de medir la acumulacin de derechos a percibir un beneficio potencial, los indicadores se basan en el nmero de individuos que efectivamente reciben beneficios. El indicador que se utiliza habitualmente es la proporcin de la poblacin de adultos mayores que perciben una jubilacin o pensin. Esta medicin tiene algunas limitaciones, ya que algunos adultos mayores pueden calificar para percibir una jubilacin pero prefieren continuar trabajando, y otros pueden contar con recursos alternativos suficientes de modo que no necesiten ni deseen solicitar una jubilacin. Bertranou, Grushka y Rofman (2001a) propusieron tres mediciones alternativas,

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    que consideraran estos factores, para la cobertura de adultos mayores. Por lo tanto, sera posible medir la cobertura individual, que calculara la proporcin de la poblacin que percibe un beneficio, la cobertura conjunta, que incluye a los cnyuges de beneficiarios entre los individuos cubiertos, o la cobertura ocupacional conjunta, que tambin incluye como cubiertas a aquellas personas que permanecen activas en el mercado laboral y a sus cnyuges. La importancia de este indicador final radica en que su complemento (es decir, aquellos que no estn cubiertos) est compuesto por las personas que no perciben ningn ingreso ni del mercado laboral ni de un sistema de pensiones. Por consiguiente, su superviviencia depende de sus ahorros o de transferencias familiares.

    III. PROBLEMAS METODOLGICOS Y ADVERTENCIAS: Fuentes de datos, comparabilidad y riesgos.

    Tradicionalmente, las mediciones de cobertura se han basado en datos de registro, dada la disponibilidad de las fuentes de datos. Se trata de un mtodo sencillo para supervisar las tendencias de la cobertura a lo largo del tiempo, ya que los organismos e instituciones de los sistemas de pensiones habitualmente publican cifras de afiliacin anualmente. Este mtodo tambin permite, si los registros son de alta calidad, analizar los antecedentes laborales de los individuos y observar la densidad de sus aportes, aspectos que no pueden medirse con exactitud por otros medios. No obstante, el uso de registros plantea ciertos problemas con respecto a la disponibilidad de informacin en los pases con mltiples sistemas independientes, a la calidad de los registros (en especial, dado que muchos sistemas de pensiones se ven afectados por la existencia de registros incorrectos o duplicados) y, por ltimo, a la determinacin de otras caractersticas sociodemogrficas de la poblacin con cobertura y sin cobertura.

    En los pases con varios subsistemas de pensiones, es habitual que los registros estn disponibles para los planes nacionales ms importantes, pero que no se brinde el mismo acceso para planes ms pequeos. Los problemas ms serios estn vinculados con los sistemas subnacionales (tales como las cajas previsionales provinciales en Argentina o estatales en Brasil y Mxico) o los sistemas que cubren una ocupacin especfica (tales como las cajas profesionales en Uruguay, Paraguay o Argentina, los sistemas de empleados pblicos en Per y Mxico, o los planes de jubilacin para militares y policas en casi todos los pases de la regin), ya que tales programas casi nunca ofrecen informacin actualizada y confiable. Ante esta situacin, el uso de los datos de encuestas de hogares ofrece una alternativa prometedora, que permite un anlisis ms detallado de la informacin y reduce la influencia de errores administrativos.

    Las encuestas de hogares renen informacin detallada sobre varias caractersticas sociodemogrficas y econmicas, permitiendo comparaciones cruzadas de variables y recopilacin de datos no disponibles en los registros oficiales. En los ltimos aos, se han publicado varios estudios con esta metodologa en la regin, pero stos casi nunca incluyen comparaciones internacionales. Entre ellos, se encuentran los estudios de casos en Argentina (Bertranou, Grushka y Rofman, 2003), Brasil (MPS, 2004), Ecuador (Banco Mundial, 2006), Paraguay (Cruces y Arca, 2003), Per (Banco Mundial, 2003) y Uruguay (Bucheli, 2004). Tambin se realizaron esfuerzos para recopilar informacin sobre cobertura basada en encuestas a nivel regional, reuniendo datos comparables publicados. Estas comparaciones representan un avance importante en el esfuerzo por obtener datos

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    internacionales, aunque rara vez aportan ms que una descripcin de los indicadores ms bsicos. Entre los trabajos ms importantes en esta rea se incluyen el informe publicado por la OIT (2000), una recopilacin de datos de encuestas publicadas por Packard (2002), y un estudio ms reciente basado en historias laborales de Gasparini (2004).

    Si bien los datos de encuestas de hogares son ms confiables que la informacin de los registros, no estn exentos de problemas relacionados con la consistencia y definicin que afectan la comparabilidad longitudinal e internacional. Estas dificultades surgen a partir de diferencias en cuanto a cobertura (algunas encuestas son nacionales, otras slo urbanas), elaboracin de preguntas (algunas formulan preguntas sobre afiliacin a planes de pensiones, otras sobre aportes efectivos; en algunos casos se les pregunta a las personas si son pensionados, en otros se les interroga sobre sus fuentes de ingresos, incluidas las pensiones), individuos entrevistados (en algunos casos, slo se interroga a trabajadores asalariados sobre su condicin, en otros, a todos los trabajadores) y, por supuesto, diferencias en el diseo de los sistemas.

    Este documento presenta el resultado del esfuerzo realizado a fin de recopilar, revisar y procesar encuestas de hogares en 17 pases de Amrica Latina en un perodo que abarca desde comienzos de la dcada del noventa a mediados de la del 20002. Se formularon series de datos para cada indicador que se presentan en un anexo estadstico. La cobertura se obtiene al medir la proporcin de la poblacin econmicamente activa mayor de 20 aos que efecta aportes a un sistema de pensiones como indicador de cobertura en la etapa econmicamente activa, y la proporcin de la poblacin mayor de 65 aos que percibe beneficios como indicador de cobertura en adultos mayores.

    Se seleccionaron y procesaron tres indicadores para trabajadores activos: (i) la razn entre los nmeros de aportantes y de personas econmicamente activas (ii) la razn entre los nmeros de aportantes y de trabajadores ocupados, y (iii) la razn entre los nmeros de aportantes y de trabajadores asalariados. Tambin se consideraron dos indicadores para adultos mayores: (i) la razn entre los nmeros de pensionados y de individuos mayores de 65 aos y (ii) la razn entre los nmeros de individuos de ms de 65 aos que residen en hogares donde hay al menos un beneficiario y de individuos mayores de 65 aos.

    En la seccin siguiente se presentan los indicadores y su evolucin. Adems, se calcularon los ndices de cobertura para los diferentes grupos por medio de tablas; las covariables principales a considerar son edad, rea geogrfica, sector de empleo, nivel de educacin, sexo, ocupacin, tamao de la empresa y quintil de ingresos3.

    Por lo general, los resultados presentados en este documento son coherentes con los datos publicados y no publicados provenientes de los registros de sistemas de pensiones nacionales en la regin. A pesar de que las cifras no son idnticas (y no deberan serlo, teniendo en cuenta la diferencia en las fuentes), las consultas informales con colegas y especialistas locales en los diferentes pases del continente indicaron que los datos presentados en el resto del documento son razonables y, con cierto margen de error inevitable, representan la situacin real de cada pas.

    2 El anlisis es similar al presentado por Rofman y Carranza (2005), pero ste incluye todos los datos disponibles entre 1990 y 2004 en lugar de analizar un momento determinado. 3 Para obtener una descripcin completa de los indicadores, la cobertura de cada encuesta, la descripcin de las covariables y las preguntas formuladas en todas las encuestas, ver anexo sobre aspectos metodolgicos.

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    IV. MEDICIN DEL NIVEL Y EVOLUCIN DE LA COBERTURA DEL SISTEMA DE PENSIONES EN AMRICA LATINA

    IV.1 Cobertura de Trabajadores activos La Figura 2 presenta los ndices de cobertura de los trabajadores activos a mediados de

    las dcadas de 1990 y 20004, utilizando los tres indicadores descriptos en la seccin anterior. Especficamente, muestra la cobertura de la poblacin econmicamente activa, de los trabajadores ocupados y de los trabajadores asalariados.

    Figura 2. ndices de cobertura de la poblacin econmicamente activa (a) Poblacin econmicamente activa

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    BO PY PE NI GU CO EC SA VE MX AR BR UY CL CR

    1990s 2000s

    4 Los datos presentados en forma de cifras en esta seccin representan los aos ms cercanos a 1995 y 2004, ya que los aos disponibles no son idnticos en los distintos pases. Los aos utilizados son: Argentina 1995 - 2006; Bolivia 1999 - 2002; Brasil 1995 - 2002; Chile 1996 - 2003; Colombia 1996 - 1999; Costa Rica 1995 - 2004; Ecuador 2000 - 2004; Guatemala 1998 - 2000; Mxico 1998 - 2004; Nicaragua 1998 - 2001; Paraguay 1999 - 2004; Per 1999- 2003; El Salvador 1995 - 2003; Uruguay 1995 - 2004; Venezuela 1995 - 2004.

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    Figura 2. ndices de cobertura de la poblacin econmicamente activa (continuacin)

    (b) Trabajadores ocupados

    0

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    30

    40

    50

    60

    70

    80

    BO PY PE NI GU CO EC SA VE MX AR BR UY CL CR

    1990s 2000s

    (c) Trabajadores asalariados

    0

    10

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    30

    40

    50

    60

    70

    80

    90

    BO PY PE NI GU CO EC SA VE MX AR BR UY CL CR

    1990s 2000s

    Fuente: propia, basada en Encuestas de hogares. Nota: Para conocer los aos exactos que se muestran, ver nota al pie 4

    Esta figura muestra que casi la mitad de los pases de la regin tienen ndices bajos o muy bajos de cobertura, con menos del 30% de la fuerza laboral cubierta por los sistemas de pensiones. Los nmeros mejoran algo para los trabajadores ocupados y asalariados, indicando que el desempleo y la baja cobertura en los trabajadores independientes constituyen un problema en la mayora de los pases, pero an as la cobertura contina siendo baja. Slo tres pases proporcionan proteccin previsionalpensiones a ms del 70% de sus trabajadores asalariados. No slo los niveles actuales son bajos sino que la evolucin

  • 12

    en los ltimos aos ha sido negativa en 10 de los 15 pases con datos disponibles, incluidos los 6 pases ms grandes de la regin.

    La Figura 3 presenta el nivel de cobertura segn la rama de actividad para los dos perodos en anlisis. La poblacin activa se divide en tres grandes ramas de actividad: agricultura, industria y servicios (en la figura denominados sectores primario, secundario y terciario respectivamente). La cobertura es menor para los que se desempean en el sector primario con relacin a los otros dos sectores y la diferencia es considerable para aquellos pases con una cobertura relativa ms baja en conjunto. Esta diferencia es previsible dada las dificultades experimentadas por los sistemas de pensiones tradicionales para cubrir las reas rurales. Las diferencias entre los sectores de la industria y de servicios son relativamente menores. La figura tambin indica que la pobre evolucin general de la cobertura en los trabajadores ocupados se debe principalmente a una disminucin constante de la cobertura en el sector de la industria en casi todos los pases. La figura 4 muestra que ste es el caso de Chile, donde la cobertura en los sectores primario y terciario ha sido estable a lo largo del tiempo, mientras que la cobertura del sector de la industria disminuy gradualmente.

    Figura 3. ndices de cobertura de trabajadores ocupados, segn sector de la economa

    01020304050607080

    BO PY PE NI

    01020304050607080

    GU CO EC SA

    01020304050607080

    VE MX AR BR0

    1020

    30405060

    7080

    UY CL CR

    Fuente: propia, basada en Encuesta de hogares. Nota: Para conocer los aos exactos que se muestran, ver nota al pie 4

    Primario 1990s Terciario 2000s

    Terciario 1990s Secundario 1990s

    Primario 2000s Secundario 2000s

  • 13

    Figura 4. Chile ndices de participacin de trabajadores ocupados segn sector de

    la economa.

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    1990 1992 1994 1996 1998 2000 2003

    Primario Secundario Terciario

    Fuente: propia, basada en Encuesta de hogares.

    Tambin es importante considerar la cobertura de los trabajadores asalariados, segn se desempeen en el sector pblico o privado. Aunque seria razonable esperar que quienes trabajan en el sector pblico tuvieran una cobertura total; sin embargo, la Figura 5 muestra que la realidad es bien distinta. En algunos casos, la cobertura en el sector pblico es menor al 80%, como en Argentina, Bolivia y Per. A pesar de que parte de esta brecha podra deberse a errores en la informacin, el bajo ndice de cobertura de muchos de los pases en el sector pblico podra estar relacionado con un verdadero problema de informalidad del sector (que est creciendo con el tiempo en algunos casos, como el de Argentina). No obstante, la cobertura en el sector pblico en la mayora de los pases supera el 80% y manifiesta una evolucin favorable en el tiempo5. ste es el caso de Brasil, donde el promedio estable est ocultando una ligera disminucin de la cobertura en el sector privado y un aumento en el sector pblico.

    5 En el caso de Uruguay, la medicin de cobertura sigui la metodologa adoptada por Marisa Bucheli (2004), quien parte del supuesto de que todo el sector pblico est cubierto. Si bien ste no es el caso, se aproxima a la situacin real de este pas.

  • 14

    Figura 5. ndices de cobertura de trabajadores ocupados, segn tipo de empleador

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    BO PY PE NI0

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    GU CO EC SA

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    VE MX AR BR0

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    100

    UY CL CR

    Fuente: propia, basada en Encuesta de hogares. Nota: Para conocer los aos exactos que se muestran, ver nota al pie 4

    Figura 6. Brasil ndices de participacin para trabajadores ocupados segn tipo

    de empleador.

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    100

    1992 1993 1995 1996 1997 1998 1999 2001 2002Publico Privado

    Fuente: propia, basada en Encuesta de hogares.

    Privado 2000s

    Privado 1990s Pblico 1990s

    Pblico 2000s

  • 15

    Es de pblico conocimiento que existe una alta correlacin entre la cobertura de los trabajadores asalariados y el tamao del establecimiento en el que se desempean. Si se consideran tres grupos segn el tamao de las empresas establecimientos pequeos (cinco o menos trabajadores), medianos (entre 6 y 50 trabajadores) y grandes (ms de 50 trabajadores)6, resulta evidente que las empresas ms grandes ofrecen mayor cobertura a sus trabajadores. Casi todos los pases tienen una cobertura superior al 60% para quienes se desempean en empresas grandes y una cobertura inferior al 20% para trabajadores de empresas pequeas. Esto respalda la idea de que las empresas grandes tienden a ser ms formales, mientras que sucede lo contrario en los establecimientos pequeos en cuanto al nmero de trabajadores. Muchos de los pases muestran durante la ltima dcada una cobertura constante (o incluso un aumento) para quienes se desempean en empresas medianas o grandes, mientras que existe una disminucin casi generalizada para los trabajadores de establecimientos pequeos. ste es el caso de Uruguay, segn lo indica la figura 8 (donde se advierte un salto en todos los indicadores en 2001, debido a un cambio metodolgico).

    Figura 7. ndices de cobertura de trabajadores ocupados, segn tamao de la empresa

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    BO PY PE NI0

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    100

    GU CO EC

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    VE MX AR BR0

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    VE MX AR BR

    Fuente: propia, basada en Encuesta de hogares. Nota: Para conocer los aos exactos que se muestran, ver nota al pie 4

    6 Debido a diferencias entre las encuestas, no es posible utilizar la misma divisin para todos los pases, por lo que en algunos casos la definicin de tamaos presenta algunas variaciones. Para obtener una descripcin completa con relacin al tamao del establecimiento, ver anexo sobre aspectos metodolgicos.

    Pequea 1990s Grande 2000s

    Grande 1990s Mediana 1990s Pequea 2000s Mediana 2000s

  • 16

    Figura 8. Uruguay - ndices de cobertura de trabajadores ocupados, segn tamao

    de la empresa 1995-2004

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    1995 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005

    Pequea Mediana Grande

    Fuente: propia, basada en Encuesta de hogares.

    Las caractersticas de la relacin laboral y las del empleador provocan un impacto significativo en el nivel de cobertura. Asimismo, las caractersticas sociodemogrficas de los individuos constituyen un factor determinante. En este anlisis, se tiene en cuenta el sexo, la edad, el nivel de ingresos y la educacin de los trabajadores.

    No se manifiestan diferencias sistemticas e importantes en la cobertura de los trabajadores activos segn el sexo en ningn momento del perodo observado. Por otro lado, los datos muestran un claro patrn al considerar la edad de la poblacin que aporta a los sistemas de pensiones. En la mayora, la cobertura por edad tiene forma de U invertida para la poblacin activa. Lo que es ms importante, esta forma se va manifestando con mayor claridad con el transcurso del tiempo, indicando una disminucin en la cobertura de los trabajadores ms jvenes y mayores.

    Figura 9. ndices de cobertura de la poblacin econmicamente activa, segn sexo

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    BO PY PE NI GU CO EC SA VE MX AR BR UY CL CR

    Varones 1990s Varones 2000s Mujeres 1990s Mujeres 2000s

    Fuente: propia, basada en Encuesta de hogares. Nota: Para conocer los aos exactos que se muestran, ver nota al pie 4

  • 17

    Figura 10. ndices de cobertura de trabajadores ocupados, segn edad

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    BO PY PE NI0

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    GU CO EC SA

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    VE MX AR BR0

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    UY CL CR

    Fuente: propia, basada en Encuesta de hogares. Nota: Para conocer los aos exactos que se muestran, ver nota al pie 4

    La cobertura por nivel de ingresos es un aspecto de especial inters para analistas y estrategas polticos. Uno de los principales objetivos de los sistemas de pensiones es proteger de la pobreza a los trabajadores retirados. Para alcanzar este objetivo, un esquema contributivo requiere que los sectores ms pobres participen en el programa durante su vida econmicamente activa, para luego percibir beneficios una vez que se jubilan. La Figura 11 presenta los ndices de cobertura de la fuerza laboral por quintiles de ingresos per cpita. En casi todos los pases los ms pobres estn prcticamente excluidos del sistema. La situacin es similar si se considera la poblacin activa, demostrando que los sistemas de pensiones presentan importantes problemas de equidad en cuanto al acceso, incluso sin tener en cuenta el impacto de las diferencias en el desempleo. Los ndices de cobertura superan el 50% para el quintil ms rico en la mayora de los pases, pero ninguno de ellos presenta un ndice que supere ese porcentaje para los ms pobres. La reciente evolucin de la cobertura por quintiles demuestra que la inequidad ha aumentado. Esto indica una creciente desigualdad en la cobertura en trminos de ingreso per cpita. El ejemplo ms claro es el caso de Argentina, como se muestra en la Figura 12.

    40-49 (1990s)

    40-49 (2000s) 30-39 (2000s)

    30-39 (1990s) 20-29 (1990s)

    50-59 (2000s)

    50-59 (1990s)

    20-29 (2000s)

    60-69 (1990s)

    60-69 (2000s)

  • 18

    Tabla 11. ndices de cobertura de la poblacin econmicamente activa, segn quintil de ingresos del hogar

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    BO PY PE NI

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    BO PY PE NI

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    BO PY PE NI

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    BO PY PE NI

    Fuente: propia, basada en Encuesta de hogares. Nota: Para conocer los aos exactos que se muestran, ver nota al pie 4

    Q-III (1990s)

    Q-III (2000s) Q-II (2000s)

    Q-II (1990s) Q-I (1990s) Q-IV (2000s)

    Q-IV (1990s)

    Q-I (2000s)

    Q-V (1990s)

    Q-V (2000s)

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    Figura 12. Argentina ndices de cobertura para trabajadores ocupados segn

    quintil de ingresos del hogar

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    1992 1994 1996 1998 2000 2002 2004 2006

    Quintil 1 Quintil 2 Quintil 3 Quintil 4 Quintil 5

    Fuente: propia, basada en Encuesta de hogares.

    Ocurre una situacin similar en trminos de educacin. La Figura 13 muestra la evolucin por pas de la cobertura de trabajadores ocupados, considerando sus logros educativos. La mayora de los pases estudiados presenta una cobertura muy baja en la poblacin con una educacin inferior y las brechas son ms altas en aquellos pases con una cobertura relativamente baja en conjunto. Adems, la situacin empeora con el tiempo para la mayora de los pases.

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    Figura 13. ndices de cobertura de la poblacin activa, segn nivel de educacin

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    BO PY PE NI0

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    BO PY PE NI

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    BO PY PE NI0

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    UY CL CR

    Fuente: propia, basada en Encuesta de hogares. Nota: Para conocer los aos exactos que se muestran, ver nota al pie 4

    IV.2 Cobertura de adultos mayores La medicin de cobertura provisional ente los adultos mayores es relativamente simple,

    ya que slo es necesario verificar si los individuos efectivamente perciben beneficios. La Figura 14 muestra la cobertura de adultos mayores en Amrica Latina y su evolucin en el pasado reciente. La cobertura es extremadamente baja en muchos pases, y slo en Costa Rica, Argentina, Bolivia, Chile, Uruguay y Brasil los ndices son de un 60% o ms. Es evidente que con el transcurso del tiempo la situacin empeor para algunos pases. Argentina tiene el peor desempeo relativo en este indicador, dado que la cobertura disminuye del 77% en 1995 a menos del 69% en 2004. Otros pases como Colombia, Venezuela, Costa Rica y Panam, tuvieron una evolucin ms favorable.

    La cobertura esta generalmente limitada a esquemas contributivos en los pases con participacin relativamente baja. No obstante, la importancia de los beneficios no contributivos es relevante en algunos pases con cobertura alta. Uruguay y Argentina tienen pequeos beneficios contributivos que cubren a algunos individuos pobres de 70 aos o ms que no califican para percibir beneficios jubilatorios contributivos. Brasil cuenta con

    Primary 1990s Superior 2000s

    Superior 1990s Secondary 1990s

    Primary 2000s Secondary 2000s

  • 21

    un amplio sistema de carcter cuasi no contributivo que cubre a los trabajadores rurales7. Otros pases, como Mxico, cuentan con algunos esquemas no contributivos a nivel subnacional. Los datos disponibles de encuestas de hogares no ofrecen una distincin entre beneficiarios contributivos y no contributivos en la mayora de los casos, pero en las encuestas de Bolivia, Ecuador, Chile y Costa Rica hay preguntas especficas sobre estos programas. En estos casos, aquellos que perciben solamente beneficios no contributivos representan el 58%, 17%, 14% y 21% de los adultos mayores, respectivamente.

    Figura 14. ndices de cobertura de adultos mayores

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    GU DR SA PY CO MX PE VE EC PA CR AR BO CL UY BR

    1990s - No cont. 2000s - No cont. 1990s - Cont. 2000s - Cont.

    Fuente: propia, basada en Encuesta de hogares. Notas: Para conocer los aos exactos que se muestran, ver nota al pie 4. La seccin ms clara de las barras representa a los beneficiarios que reciben nicamente pensiones no contributivas.

    Los ndices de cobertura tomados en conjunto ocultan diferencias importantes. La figura 15 muestra los ndices segn el sexo. En todos los pases los ndices relativos a las mujeres son ms bajos, y las diferencias son importantes, excepto en el caso de Uruguay. En muchos casos, los ndices de cobertura para los hombres duplican el valor de los de las mujeres, indicando un serio problema de acceso al sistema de pensiones para las mujeres en general.

    7 Si bien el sistema de pensiones rural brasileo es formalmente contributivo, los aportes no estn vinculados a los salarios o ingresos individuales, sino a la produccin rural. Los beneficios se definen con relacin al salario mnimo, no estn relacionados con aportes anteriores, y el sistema recibe importantes subsidios. (para obtener un anlisis detallado, ver Schwarzer y Querino, 2002)

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    Figura 15. ndices de cobertura de adultos mayores, segn sexo

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    GU DR SA PY CO MX PE VE EC PA CR AR BO CL UY BR

    Varones 1990s - No Cont. Varones 2000s - No Cont. Mujeres 1990s - No Cont. Mujeres 2000s - No Cont.Varones 1990s - Cont. Varones 2000s - Cont. Mujeres 1990s - Cont. Mujeres 2000s - Cont.

    Fuente: propia, basada en Encuesta de hogares. Nota: Para conocer los aos exactos que se muestran, ver nota al pie 4. La seccin ms clara de las barras representa a los beneficiarios que reciben nicamente pensiones no contributivas.

    Los diferenciales segn la edad tambin son importantes. Los ndices de cobertura tienden a aumentar con la edad en algunos pases, especialmente en aquellos con una cobertura mayor, ya que algunos trabajadores retrasan el momento de su jubilacin ms all de la edad mnima segn la ley, pero, finalmente, solicitan los beneficios. La brecha en la cobertura entre los grupos de edades est creciendo a medida que pasa el tiempo en los pases con una mayor cobertura. ste es el caso de Uruguay, segn se muestra en la figura 17. En otros casos, la cobertura parece no verse afectada por la edad, o incluso se evidencia una disminucin cuando los individuos son mayores. Esto puede deberse a la falta de madurez de algunos sistemas que se introdujeron o expandieron recientemente, generando una mejor cobertura para los cohortes ms jvenes.

  • 23

    Figura 16. ndices de cobertura de adultos mayores, segn la edad

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    GU DR SA PY

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    CO MX PE VE

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    EC PA CR AR

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    BO CL UY BR

    Fuente: propia, basada en Encuesta de hogares. Nota: para conocer los aos exactos que se muestran, ver nota al pie 4. La seccin ms clara de las barras representa a los beneficiarios que reciben nicamente pensiones no contributivas.

    Figura 17. Uruguay ndices de cobertura de adultos mayores segn edad, 1995 - 2004

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    1995 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005

    60-64 65-69 70-74 75-79

    Fuente: propia, basada en Encuesta de hogares.

    65-69 (1990s) 65-69 (2000s)

    60-64 (1990s) 70-74 (2000s) 70-74 (1990s)

    60-64 (2000s) 75-79 (1990s) 75-79 (2000s)

  • 24

    La mayora de los aportantes a los sistemas de pensiones son residentes de zonas urbanas, dado que los mercados laborales estn mejor organizados en las ciudades y los organismos de gobierno tienen mayor poder de supervisin. En consecuencia, la mayora de los beneficiarios tambin son residentes de zonas urbanas. La Figura 18 representa los ndices de cobertura de adultos mayores segn el rea de residencia, demostrando que existe una brecha considerable que favorece a los residentes de zonas urbanas. Los cambios en la ltima dcada no parecen haber afectado a los adultos mayores en forma diferente. Brasil es la excepcin en este caso, debido a que cuenta con un importante sistema de pensiones de carcter cuasi no contributivo para reas rurales.

    Figura 18. ndices de cobertura de adultos mayores, segn la regin

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    GU DR SA PY CO MX PE VE EC PA CR AR BO CL UY BR

    Rural 1990s - No Cont. Rural 2000s - No Cont. Urbano 1990s - No Cont. Urbano 2000s - No Cont.Rural 1990s - Cont. Rural 2000s - Cont. Urbano 1990s - Cont. Urbano 2000s - Cont.

    Fuente: propia, basada en Encuesta de hogares. Nota: Para conocer los aos exactos que se muestran, ver nota al pie 4. La seccin ms clara de las barras representa a los beneficiarios que reciben nicamente pensiones no contributivas.

    Figura 19. Brasil. ndices de cobertura de adultos mayores segn la regin, 1992 -

    2002

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    1992 1993 1995 1996 1997 1998 1999 2001 2002Rural Urbano

    Fuente: propia, basada en Encuesta de hogares.

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    Los beneficios del sistema de pensiones proporcionan un importante flujo de dinero para los hogares con adultos mayores. El impacto de estas transferencias sobre la distribucin de ingresos es fundamental, pero resulta difcil de medir, dado que estos beneficios afectan la distribucin de ingresos observada. Adems, dado que las jubilaciones en hogares con adultos mayores constituyen un componente importante del ingreso total, la medicin de la relacin entre pobreza y cobertura arrojara datos confusos, ya que es ms probable que quienes no gozan de cobertura sean pobres, en parte porque no reciben jubilacin.

    La Figura 20 representa los ndices de cobertura de adultos mayores, segn los quintiles de ingresos per cpita. La figura indica una inclinacin evidente hacia la cobertura de los grupos ms ricos en casi todos los pases, un resultado coherente con la literatura. Al parecer, existen tres categoras definidas de pases al respecto. El primer grupo incluye seis pases (Guatemala, Repblica Dominicana, El Salvador, Ecuador, Paraguay y Mxico) que ofrecen baja proteccin (ndice de cobertura menor al 40%) a todos los grupos sin importar el nivel de ingresos, lo que lleva a algunas faltas de equidad. Esta cobertura de sistemas de pensiones grupales podra caracterizarse como universalmente baja e inequitativa. El segundo grupo incluye cuatro pases (Colombia, Per, Venezuela y Panam) que proporcionan una mejor proteccin a los adultos mayores ricos, pero su incidencia entre los pobres es mnima. La cobertura en estos pases podra caracterizarse como razonable para los ricos, mnima para los pobres. Finalmente, el tercer grupo est integrado por aquellos pases que protegen a la mayora de los adultos mayores ricos y de ingresos medios (Costa Rica, Argentina, Bolivia, Chile, Uruguay y Brasil), y si bien existen ciertas desigualdades en cuanto al acceso, la cobertura de los ms pobres es significativa, en parte debido al impacto de los beneficios no contributivos. La cobertura de este grupo podra definirse como razonable, con algunas inequidades8.

    8 La inclusin de Bolivia en este grupo se debe al esquema no contributivo (BONOSOL), que cubre casi un 75% de la poblacin de una manera muy equitativa. Si se considerara nicamente el esquema contributivo, entonces Bolivia formara parte del primer grupo (cobertura universalmente baja con faltas de equidad).

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    Figura 20. ndices de cobertura de adultos mayores, segn quintil de ingresos del hogar

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    GU DR SA PY

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    BO CL UY BR

    Fuente: propia, basada en Encuesta de hogares. Nota: Para conocer los aos exactos que se muestran, ver nota al pie 4. La seccin ms clara de las barras representa a los beneficiarios que reciben nicamente pensiones no contributivas.

    La disminucin en la cobertura general indicada anteriormente parece afectar a la mayora de los grupos ms pobres, mientras que el quintil de los ms ricos ha mejorado su cobertura. Argentina representa un ejemplo particularmente dramtico de esta tendencia, como se muestra con ms detalle en la figura 21, que pareciera desplazar al pas de la tercera a la segunda categora, aunque se ha recuperado algo desde el 2003.

    Q-III (1990s)

    Q-III (2000s) Q-II (2000s)

    Q-II (1990s) Q-I (1990s)

    Q-IV (2000s)

    Q-IV (1990s)

    Q-I (2000s)

    Q-V (1990s)

    Q-V (2000s)

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    Figura 21. Argentina - ndices de cobertura de adultos mayores, segn quintil de ingresos del hogar

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    40

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    80

    100

    1992 1994 1996 1998 2000 2002 2004 2006Quintil 1 Quintil 2 Quintil 3 Quintil 4 Quintil 5

    Fuente: propia, basada en Encuesta de hogares.

    Una forma de evitar el problema que presenta la medicin de cobertura segn el nivel de ingresos cuando tener cobertura afecta los ingresos de los individuos, consiste en utilizar un sustitutivo que represente los ingresos de por vida, como por ejemplo la educacin. Los adultos mayores alcanzaron su nivel educativo mximo aos antes de jubilarse, y la literatura ha demostrado que hay un fuerte vnculo entre los logros educativos y los ingresos de toda una vida. Segn lo esperable, en la mayora de los pases los sistemas de pensiones ofrecen una mayor cobertura a los individuos con un nivel de educacin ms elevado. En este aspecto, las brechas y tendencias de la cobertura observadas con relacin a los niveles de ingresos son similares, pero las diferencias son menores. An as, los tres grupos de pases descritos anteriormente pueden identificarse con facilidad en la figura 22. Curiosamente, a pesar de que la disminucin en la cobertura observada en los pases con ndices de cobertura ms elevados afect en su mayora a individuos de bajos ingresos, el impacto debido a logros educativos fue ms uniforme en Uruguay, segn se muestra en la figura 23.

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    Figura 22. ndices de cobertura de adultos mayores, segn nivel de educacin

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    100

    GU DR SA PY

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    100

    CO MX PE VE

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    80

    100

    EC PA CR AR0

    20

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    80

    100

    BO CL UY BR

    Fuente: propia, basada en Encuesta de hogares. Nota: Para conocer los aos exactos que se muestran, ver nota al pie 4. La seccin ms clara de las barras representa a los beneficiarios que reciben nicamente pensiones no contributivas.

    Figura 23. Uruguay - ndices de cobertura de adultos mayores, segn nivel de

    educacin

    0

    20

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    60

    80

    100

    1995 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004

    Primaria Secundaria Superior

    Fuente: propia, basada en Encuesta de hogares.

    Primaria 1990s

    Superior 2000s

    Superior 1990s Secundaria 1990s

    Primaria 2000s Secundaria 2000s

  • 29

    Los beneficios que reciben los individuos cubiertos por el sistema de pensiones normalmente son utilizados para financiar su consumo y el de los dems integrantes de su familia. Adaptando una definicin utilizada originalmente para Argentina por Bertranou, Grushka y Rofman (2001a), una medicin alternativa de cobertura podra incluir como individuos cubiertos a quienes, a pesar de no recibir beneficios por s mismos, residen en un hogar donde hay al menos un beneficiario. Este enfoque permite considerar a los cnyuges y dependientes de individuos cubiertos como beneficiarios. El indicador (cobertura conjunta) representa el porcentaje de adultos mayores que reside en un hogar en el cual se percibe al menos un beneficio del sistema de pensiones.

    La Figura 24 muestra, con fines comparativos, las coberturas individual y conjunta de cada pas. Como es esperable, la cobertura conjunta es un poco ms elevada que la individual, ya que incluye a todos los beneficiarios y sus familiares de ms de 65 aos. El efecto es similar en casi todos los pases, con aumentos en el porcentaje de la cobertura que varan de 2 a 12 puntos. La evolucin de ambos indicadores, segn se prev, tambin es similar con el transcurso del tiempo.

    Figura 24. Cobertura individual y conjunta

    0

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    GU DR SA BO EC PY CO MX PE VE CR PA CL AR UY BR

    Individual 1990s Individual 2000s Conjunta 1990s Conjunta 2000s

    Fuente: propia, basada en Encuesta de hogares. Nota: Para conocer los aos exactos que se muestran, ver nota al pie 4.

    Finalmente, de acuerdo con lo analizado en secciones anteriores, la cobertura es tan slo un aspecto para evaluar la eficacia de un sistema de pensiones. Una cobertura alta con beneficios extremadamente bajos origina una proteccin con ingresos insuficientes para los adultos mayores. Un mtodo indirecto para evaluar la suficiencia de los beneficios del sistema de pensiones consiste en considerar la proporcin del ingreso total en el hogar proveniente de pensiones, en el caso de hogares integrados por pensionados. La Figura 25 muestra las proporciones para cada pas, en el caso de hogares compuestos exclusivamente por adultos mayores y hogares integrados por jvenes y adultos mayores (en el que al menos uno de ellos sea pensionado)9. La importancia de los beneficios del sistema de 9 Esta figura slo se refiere a beneficios contributivos, debido a que los datos sobre beneficios no contributivos son incompletos en la mayora de las encuestas.

  • 30

    pensiones en el presupuesto de una familia es menor cuando los individuos ms jvenes viven en el hogar, debido a que algunos de ellos cuentan con otras fuentes de ingresos. An as, en muchos pases la proporcin de estos hogares es superior al 50%, demostrando que los beneficios de los sistemas de pensiones desempean un rol importante para financiar el consumo de los individuos ms jvenes. En hogares compuestos solamente por adultos mayores, las proporciones son altas, ms del 70% en la mayora de los pases, con excepcin de Repblica Dominicana y Per, donde los beneficios parecen ser relativamente bajos en comparacin con otras fuentes de ingresos.

    Figura 25. Proporcin de ingresos por pensiones en el total de ingresos del hogar, segn tipo de familia

    0

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    100

    GU DR SA BO EC PY CO MX PE CR PA CL AR UY BR

    Total 1990s Total 2000s Slo Ancianos 1990s Slo Ancianos 2000s

    Fuente: propia, basada en Encuesta de hogares. Nota: Para conocer los aos exactos que se muestran, ver nota al pie 4.

    V. CONCLUSIONES Y FUTUROS DESAFOS Este documento presenta los resultados de un importante esfuerzo por recopilar, revisar

    y procesar informacin de encuestas de hogares en Amrica Latina, con el fin de medir la cobertura de los sistemas de pensiones y algunas covariables relevantes. Despus de revisar los datos existentes, se seleccion un grupo de diecisiete pases (quince contaban con informacin sobre trabajadores activos, diecisis sobre jubilados) y se procesaron datos disponibles desde comienzos de la dcada del noventa.

    Si bien el objetivo de este documento no es desarrollar un marco analtico que explique los determinantes de la cobertura o que intente identificar causalidades, el mismo proporciona una cantidad importante de datos comparables que permite formular algunas generalizaciones sobre la cobertura de los sistemas de pensiones en Amrica Latina:

    - El ndice de cobertura entre los trabajadores activos es bajo en la mayora de los pases, dado que menos del 40% de la fuerza laboral efectu aportes regulares a sistemas de pensiones en 11 de los 15 pases estudiados a mediados de la dcada del 2000. Esto se debe, en parte, al alto nivel de desempleo y a la baja

  • 31

    participacin de trabajadores independientes, pero aun considerando nicamente los trabajadores asalariados, nueve pases tienen ndices del 50% o menos.

    - Los problemas son mayores entre los trabajadores del sector primario y las empresas pequeas, donde la cobertura es casi inexistente, con unas pocas excepciones. Los sectores de la industria y de servicios estn en una situacin ms favorable y las empresas grandes (50 trabajadores o ms) tienen ndices muy altos.

    - Como es esperable, la cobertura es alta entre los empleados del sector pblico. No obstante, en la mayora de los pases este ndice est lejos del 100% (en algunos casos, como en Per, Nicaragua, Guatemala y Argentina est por debajo del 80%), demostrando que los problemas en el cumplimiento tambin afectan al sector pblico.

    - Los sesgos en cuanto al sexo tienden a ser menores entre los trabajadores activos, pero son mayores en los jubilados. En ocho pases los ndices de cobertura entre las mujeres son menores que entre los hombres; mientras que en siete pases los ndices de cobertura entre las mujeres son ms altos. En todos los casos, las diferencias son pequeas, y no han cambiado significativamente desde la dcada de los noventa. Curiosamente, las diferencias en cuanto al sexo en la cobertura entre adultos mayores son muy grandes, superando el 100% en algunos pases. Los datos parecen indicar que el sesgo con relacin al sexo en la cobertura de adultos mayores no se debe a la diferencia en el acceso de las mujeres que trabajan a los sistemas contributivos, sino a las diferencias en el acceso al mercado laboral. Adems, a pesar de que los cambios en la cobertura de trabajadores activos desde la dcada de los noventa parecen haber sido menores, es posible que existieran diferencias ms importantes antes de dicho perodo, y esas diferencias ahora se reflejan en los ndices de cobertura de los adultos mayores.

    - Los trabajadores pobres tienen poca o ninguna participacin en los sistemas de pensiones contributivos, con la excepcin de dos o tres pases. En 13 de los 15 pases en los que se recopilaron datos, la cobertura del quintil ms bajo era inferior al 20% a mediados de la dcada del 2000, mientras que los ndices del quintil ms alto eran entre tres y cuarenta y cinco veces ms elevados. Desde la dcada del noventa, las desigualdades en lo relativo al acceso han aumentado en los pases con cobertura alta y ha disminuido en los pases con cobertura ms baja.

    - La cobertura de los sistemas contributivos entre adultos mayores es muy baja en la mayora de los pases de la regin, ya que 12 de los 16 pases con datos disponibles proporcionan pensiones al 40% o menos de sus adultos mayores. La baja cobertura del sistema pblico de pensiones afecta ms seriamente a los individuos que viven en reas rurales, a los ms pobres y que tienen el nivel ms bajo de educacin.

    - Cuatro pases (Chile, Argentina, Uruguay y Brasil) tienen ndices de cobertura altos para los adultos mayores, del 60% o ms. Otros dos pases, Costa Rica y Bolivia, se unen a este grupo cuando se tienen en cuenta beneficios no contributivos. Si los adultos mayores que viven en hogares donde al menos un

  • 32

    miembro percibe un beneficio tambin se consideran cubiertos, entonces los ndices superan el 70% en Chile y Argentina y el 90% en Uruguay y Brasil.

    - Se han manifestado diversas tendencias en la cobertura de adultos mayores desde la dcada de los noventa. Diez pases presentaron pequeos aumentos en sus ndices, mientras que seis sufrieron disminuciones. La lentitud de estos cambios es esperable, dado que los individuos suelen vivir muchos aos como jubilados. En algunos pocos casos, existe una tendencia de disminucin en los ndices que es preocupante, ya que se origina principalmente en un flujo menor de nuevas jubilaciones. Por ejemplo, en Argentina, el ndice de cobertura de la poblacin de 65 a 69 aos disminuy un 28% en una dcada.

    Si bien los hallazgos descritos en este documento son tiles para comprender mejor los sistemas de pensiones en la regin, an queda mucho por hacer. Por un lado, los datos presentados en el documento y su anexo seguramente requieran una evaluacin ms exhaustiva, debido a que posiblemente se identifiquen problemas de definicin, incoherencias y comparaciones una vez que los datos se utilicen para fines analticos. Adems, la serie cronolgica debera continuarse, dado que se cuenta con ms encuestas y se incorporan nuevos pases e indicadores. En este sentido, el documento presenta un trabajo en progreso, que se continuar en el futuro.

    De acuerdo con lo mencionado en la introduccin, el desempeo de los sistemas de seguridad de ingreso en la tercera edad puede analizarse considerando tres aspectos bsicos: cobertura, suficiencia y sostenibilidad. Este documento se concentra en el primero, mostrando el estado actual y la reciente evolucin de los indicadores de cobertura en varios pases de Amrica Latina, dejando la tarea de recopilar informacin comparable sobre suficiencia y sostenibilidad para el futuro. En el primer caso, sera importante contar con informacin sobre los beneficios de los jubilados actuales. Adems, como la mayora de los sistemas siguen siendo contributivos, la cuestin de los montos de los aportes y de los derechos acumulados de los trabajadores activos es fundamental para predecir la cobertura y la suficiencia de los beneficios en el futuro. Analistas de varios pases de la regin han estado trabajando sobre este tema durante un tiempo, y pudieron recopilar datos comparables, con algunas restricciones. Por ltimo, el debate sobre sostenibilidad siempre debe estar presente. Durante algn tiempo, se han utilizado indicadores de sostenibilidad financiera a largo plazo, como la deuda implcita del sistema de pensiones, que resultan adecuados para estas comparaciones; pero deben recopilarse y analizarse otros indicadores a ms corto plazo. stas son tareas pendientes, que los analistas de la regin deberan abordar a fin de avanzar en una comprensin ms integral de los sistemas de pensiones, su desempeo y posibles mejoras.

  • 33

    REFERENCIAS Arenas de Mesa Alberto y Hernndez Snchez, Hctor (2001) Anlisis, evolucin y

    propuestas de ampliacin de la cobertura del sistema civil de pensiones en Chile, en Cobertura Previsional en Argentina, Brasil y Chile. Oficina Internacional del Trabajo, Santiago, Chile.

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    Bertranou, Fabio; Grushka, Carlos y Rofman, Rafael (2001b) La previsin social en la Argentina: una mirada integral de sus instituciones, las polticas pblicas y sus desafos. En Informe de Tercera Edad en la Argentina, Secretara de la Tercera Edad y Accin Social, Buenos Aires.

    Bertranou, Fabio; Grushka, Carlos y Rofman, Rafael (2003) De la reforma a la crisis: El Sistema de Pensiones de la Argentina. En Revista Internacional de Seguridad Social, ISSA [International Social Security Association], Ginebra.

    Bucheli, Marisa (2004) La cobertura de la Seguridad Social en el Empleo, 1991-2002, en Proteccin Social y Mercado Laboral, Oficina Internacional del Trabajo, Santiago.

    Gasparini, Leonardo (2004) Amrica Latina: Estudio de la proteccin social y el empleo sobre la base de encuestas de hogares, en Proteccin Social y Mercado Laboral, Oficina Internacional del Trabajo, Santiago.

    Gill, Indermint, Packard, Truman y Yermo, Juan (2004) Keeping the Promise of Social Security in Latin America. Banco Mundial, Washington.

    Grushka, Carlos (2001) La cobertura previsional en Argentina a fines del Siglo XX. En Socialis, No. 4. Rosario, Argentina.

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    Mesa Lago, Carmelo (2001) La cobertura de pensiones de seguridad social en Amrica Latina. Antes y despus de la reforma previsional. En Socialis, No. 4. Rosario, Argentina.

  • 34

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    Packard, Truman (2002) Are there Positive Incentives from Privatizing Social Security? A Panel Analysis of Pension Reform in Latin America, Journal of Pensions, Economics, and Finance, Vol. 1, No. 2.

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    Banco Mundial (2004) Per: Restoring the Multiple Pillars of Old Age Income Security. Washington.

    Banco Mundial (2006) Ecuador: Policy Options for the Social Insurance System. Publicacin pendiente, Washington.

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    ANEXO I Estadsticas bsicas

    1. Argentina

    Tabla A1.1. Argentina ndices de cobertura de la poblacin econmicamente activa y adultos mayores

    Ao Aportantes / Poblacin

    econmicamente activa

    Aportantes / Ocupados

    Aportantes / Asalariados

    Aportantes / Empleadores - Independientes

    Beneficiarios / Edad de la

    poblacin 65+

    1992 46.76 49.71 72.44 . 78.09 1993 44.22 47.98 71.26 . 77.16 1994 45.45 50.86 73.67 . 77.60 1995 41.41 48.68 69.26 . 77.74 1996 40.51 48.06 67.09 . 76.34 1997 41.28 47.28 65.66 . 75.19 1998 41.09 46.22 64.36 . 73.38 1999 39.99 45.93 63.81 . 73.31 2000 39.04 45.28 63.24 . 70.70 2001 36.88 44.65 62.97 . 71.59 2002 34.08 40.93 57.00 . 69.44 2003 32.98 38.29 51.94 . 68.26 2004 34.95 39.45 53.26 . 67.83 2005 37.69 41.62 55.91 . 68.91 2006 39.18 43.43 57.67 . 68.80

    Fuente: propia, basada en Encuesta permanente y continua de hogares. Base de usuarios expandida.

    Tabla A1.2. Argentina ndices de cobertura de trabajadores ocupados, segn la edad

    Ao 20-29 30-39 40-49 50-59 60-69 1992 52.89 52.17 51.01 48.17 31.71 1993 52.46 50.72 48.49 45.77 27.92 1994 53.75 55.04 49.61 49.43 30.65 1995 48.49 53.97 48.84 46.92 34.48 1996 52.06 52.35 47.20 44.07 30.98 1997 49.50 52.38 47.07 44.28 32.10 1998 46.80 51.31 47.36 42.98 33.31 1999 46.81 50.61 46.71 43.56 33.14 2000 44.87 50.42 46.94 42.45 33.29 2001 43.67 49.47 46.63 43.02 33.26 2002 35.49 46.43 43.66 41.48 35.09 2002 26.97 40.42 37.44 35.77 29.40 2003 25.79 39.77 38.51 34.08 27.03 2004 37.05 44.95 41.88 39.05 28.70 2005 41.03 45.67 45.16 39.75 30.80 2006 40.97 49.02 46.60 42.39 33.03

    Fuente: propia, basada en Encuesta permanente y continua de hogares. Base de usuarios expandida.

  • 36

    Tabla A1.3. Argentina ndices de cobertura de adultos mayores, segn la edad

    Ao 60-64 65-69 70-74 75-79 1992 65.59 79.98 85.09 91.69 1993 64.12 80.90 84.83 89.83 1994 65.86 80.40 86.17 88.50 1995 65.99 80.41 85.96 88.71 1996 63.23 80.41 85.34 86.89 1997 61.07 75.34 86.73 88.56 1998 58.41 74.15 82.96 90.63 1999 56.44 72.56 84.54 90.99 2000 51.42 71.07 83.54 88.71 2001 53.08 69.84 82.97 89.91 2002 54.46 68.39 76.33 87.35 2003 49.95 66.42 79.54 86.67 2004 48.28 67.52 78.53 84.87 2005 48.56 67.92 81.96 85.40 2006 47.60 67.57 82.08 87.76

    Fuente: propia, basada en Encuesta permanente y continua de hogares. Base de usuarios expandida.

    Tabla A1. 4.Argentina ndices de cobertura de la poblacin econmicamente activa, trabajadores ocupados y adultos mayores, segn sexo

    Aportantes / Poblacin econmicamente activa Aportantes / Ocupados

    Beneficiarios / Edad de la poblacin 65+ Ao

    Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres 1992 47.60 45.35 50.50 48.39 84.39 73.86 1993 45.73 41.83 49.01 46.31 85.46 71.50 1994 46.66 43.53 51.39 49.98 85.68 72.58 1995 42.34 39.99 48.80 48.49 86.61 71.89 1996 42.02 38.20 48.88 46.73 85.24 70.55 1997 42.82 38.96 48.05 46.05 80.82 71.60 1998 41.99 39.73 46.74 45.42 80.61 68.62 1999 40.71 38.96 46.28 45.40 79.00 69.67 2000 39.77 37.98 45.61 44.78 74.88 68.01 2001 36.80 37.01 44.86 44.35 76.34 68.56 2002 33.48 34.90 40.13 42.02 73.39 66.96 2003 34.92 30.48 39.83 36.24 74.26 64.24 2004 36.92 32.37 41.05 37.29 73.23 64.32 2005 39.30 35.60 42.73 40.11 73.06 66.31 2006 41.48 36.18 45.07 41.19 73.90 65.44

    Fuente: propia, basada en Encuesta permanente y continua de hogares. Base de usuarios expandida.

  • 37

    Tabla A1.5. Argentina ndices de cobertura de la poblacin econmicamente activa, trabajadores ocupados y adultos mayores, segn la regin

    Aportantes / Poblacin econmicamente activa Aportantes / Ocupados

    Beneficiarios / Edad de la poblacin 65+ Ao

    Rural Urbana Rural Urbana Rural Urbana 1992 . 46.76 . 49.71 . 78.09 1993 . 44.22 . 47.98 . 77.16 1994 . 45.45 . 50.86 . 77.60 1995 . 41.41 . 48.68 . 77.74 1996 . 40.51 . 48.06 . 76.34 1997 . 41.28 . 47.28 . 75.19 1998 . 41.09 . 46.22 . 73.38 1999 . 39.99 . 45.93 . 73.31 2000 . 39.04 . 45.28 . 70.70 2001 . 36.88 . 44.65 . 71.59 2002 . 34.08 . 40.93 . 69.44 2003 . 32.98 . 38.29 . 68.26 2004 . 34.95 . 39.45 . 67.83 2005 . 37.69 . 41.62 . 68.91 2006 . 39.18 . 43.43 . 68.80

    Fuente: propia, basada en Encuesta permanente y continua de hogares. Base de usuarios expandida.

    Tabla A1.6. Argentina ndices de cobertura de la poblacin econmicamente activa, segn quintil de ingresos del hogar

    Ao Quintil 1 Quintil 2 Quintil 3 Quintil 4 Quintil 5 1992 39.49 47.99 50.60 57.74 52.68 1993 34.26 43.11 51.16 50.28 50.07 1994 30.22 43.94 50.59 52.01 56.38 1995 22.28 39.46 44.48 52.55 53.42 1996 17.57 41.46 43.78 50.96 53.10 1997 20.92 38.07 45.16 52.13 54.37 1998 19.48 36.19 45.19 53.33 54.61 1999 18.20 35.04 44.52 50.43 55.50 2000 14.97 32.53 43.87 51.26 55.62 2001 9.50 29.74 41.16 50.09 56.18 2002 5.32 24.65 36.52 45.54 57.39 2003 4.49 21.32 35.32 46.87 56.01 2004 6.08 23.31 36.53 48.65 57.36 2005 7.40 26.04 41.44 51.94 60.06 2006 8.64 28.42 42.51 53.31 61.17

    Fuente: propia, basada en Encuesta permanente y continua de hogares. Base de usuarios expandida.

  • 38

    Tabla A1.7. Argentina ndices de cobertura de trabajadores ocupados, segn quintil de ingresos del hogar

    Ao Quintil 1 Quintil 2 Quintil 3 Quintil 4 Quintil 5 1992 48.08 51.87 54.64 58.15 54.23 1993 43.79 49.13 53.96 52.72 51.11 1994 42.55 52.67 55.43 55.09 57.79 1995 36.48 49.70 52.11 59.62 55.03 1996 33.01 51.94 52.51 55.83 56.49 1997 31.15 48.02 51.66 56.80 56.46 1998 29.15 42.87 51.73 57.74 55.51 1999 27.98 43.69 50.78 55.56 58.87 2000 24.00 43.18 51.34 55.56 58.86 2001 21.59 40.87 51.61 57.65 58.83 2002 11.41 35.54 46.87 53.90 60.04 2003 8.92 30.17 44.62 52.34 59.67 2004 9.58 30.93 44.00 53.77 59.39 2005 11.43 33.07 47.16 55.58 61.81 2006 13.30 35.02 48.36 57.57 63.43

    Fuente: propia, basada en Encuesta permanente y continua de hogares. Base de usuarios expandida.

    Tabla A1.8. Argentina ndices de cobertura de adultos mayores, segn quintil de ingresos del hogar

    Ao Quintil 1 Quintil 2 Quintil 3 Quintil 4 Quintil 5 1992 63.43 84.09 83.63 83.90 80.11 1993 62.39 79.72 86.41 79.37 82.07 1994 58.65 82.00 80.46 85.17 84.41 1995 58.10 79.23 82.92 85.24 86.67 1996 59.26 79.15 82.21 84.05 80.58 1997 57.67 77.20 83.79 83.41 77.49 1998 56.81 72.97 80.32 80.63 79.03 1999 57.50 71.60 79.41 80.85 81.20 2000 50.77 67.20 77.55 80.52 80.87 2001 50.05 67.64 81.34 79.80 81.45 2002 51.67 65.30 75.40 78.88 80.86 2003 33.23 62.87 79.22 79.80 80.26 2004 34.07 63.69 74.97 80.46 79.00 2005 36.58 63.87 78.29 80.06 80.44 2006 39.90 61.96 80.87 78.36 77.81

    Fuente: propia, basada en Encuesta permanente y continua de hogares. Base de usuarios expandida.

  • 39

    Tabla A1.9. Argentina ndices de cobertura de trabajadores ocupados, segn rama de actividad

    Rama de actividad Ao Primaria Secundaria Terciaria

    1992 36.61 53.29 48.61 1993 37.70 51.12 47.05 1994 40.98 51.05 51.01 1995 32.84 49.38 48.68 1996 49.05 46.40 48.66 1997 51.84 45.97 47.80 1998 33.95 43.33 47.40 1999 39.14 43.06 46.94 2000 32.28 41.63 46.52 2001 40.89 39.24 46.23 2002 34.85 33.68 42.89 2003 27.08 32.26 40.08 2004 35.28 34.45 41.00 2005 37.58 36.76 43.08 2006 38.86 38.02 45.11

    Fuente: propia, basada en Encuesta permanente y continua de hogares. Base de usuarios expandida.

    Tabla A1.10. Argentina ndices de cobertura de trabajadores ocupados, segn tamao de la empresa

    Tamao de la empresa Ao

    Pequea Mediana Grande 1992 13.73 74.53 93.48 1993 12.57 74.59 91.64 1994 15.90 75.19 93.51 1995 12.75 71.26 90.14 1996 12.99 70.61 89.09 1997 12.32 67.80 88.12 1998 11.81 67.08 87.58 1999 11.78 66.06 87.39 2000 12.35 66.77 88.18 2001 10.90 68.75 89.06 2002 10.52 57.07 85.22 2003 9.78 51.27 81.29 2004 9.67 53.09 84.07 2005 10.35 56.22 85.16 2006 10.84 58.00 86.10

    Fuente: propia, basada en Encuesta permanente y continua de hogares. Base de usuarios expandida.

  • 40

    Tabla A1.11. Argentina ndices de cobertura de

    trabajadores ocupados, segn sector

    Sector Ao Pblico Privado

    1992 94.14 67.66 1993 95.95 66.02 1994 96.20 69.69 1995 94.71 62.13 1996 94.42 59.53 1997 88.09 59.36 1998 88.62 57.13 1999 87.82 56.73 2000 86.21 56.24 2001 85.46 55.61 2002 66.18 53.29 2003 64.21 47.72 2004 68.35 48.67 2005 74.25 50.85 2006 75.95 52.36

    Fuente: propia, basada en Encuesta permanente y continua de hogares. Base de usuarios expandida.

    Tabla A1.12. Argentina ndices de cobertura de la poblacin activa y trabajadores ocupados, segn nivel de educacin

    Aportantes / Poblacin econmicamente activa Aportantes / Ocupados Ao

    Primario Secundario Superior Primario Secundario Superior 1992 37.28 49.29 59.68 39.94 52.50 62.41 1993 34.78 46.98 54.70 38.26 51.17 57.97 1994 36.97 46.44 57.65 41.81 52.72 62.05 1995 33.74 42.17 51.77 40.65 50.29 57.53 1996 30.39 42.57 51.78 37.01 50.68 58.98 1997 30.53 41.97 54.24 35.65 48.46 59.97 1998 29.34 41.80 55.16 33.95 47.32 59.41 1999 28.33 40.68 52.80 33.10 47.18 58.64 2000 26.61 38.94 53.99 31.80 45.70 59.60 2001 23.39 36.61 52.63 29.45 45.22 59.52 2002 20.28 33.72 49.40 24.69 41.39 56.93 2003 20.04 31.20 48.44 23.62 36.56 54.82 2004 21.22 33.99 50.00 24.14 38.90 55.11 2005 22.94 36.95 52.11 25.44 41.51 56.18 2006 25.48 37.43 53.76 28.18 42.19 58.57

    Fuente: propia, basada en Encuesta permanente y continua de hogares. Base de usuarios expandida.

  • 41

    Tabla A1.13. Argentina ndices de cobertura de adultos mayores,

    segn nivel de educacin

    Beneficiarios / Edad de la poblacin 65+ Ao Primario Secundario Superior

    1992 76.94 82.12 81.86 1993 76.69 80.76 73.26 1994 76.34 79.19 87.30 1995 76.28 80.36 86.05 1996 74.86 79.58 82.68 1997 74.51 77.58 75.09 1998 72.05 77.90 73.75 1999 72.44 74.25 79.67 2000 69.44 74.35 74.73 2001 70.01 74.76 77.86 2002 67.54 73.83 72.73 2003 66.13 70.38 78.81 2004 65.89 69.01 77.86 2005 67.69 69.33 75.97 2006 66.70 70.83 77.60

    Fuente: propia, basada en Encuesta permanente y continua de hogares. Base de usuarios expandida.

    Tabla A1.14. Argentina - Proporcin del ingreso total en el hogar por pensiones con relacin al ingreso total en el hogar, segn tipo

    de familia

    Ao Slo adultos mayores Jvenes y adultos

    mayores Al menos un adulto mayor

    1992 92.75 48.47 70.29 1993 92.17 49.72 69.67 1994 93.98 48.91 71.78 1995 93.19 49.82 72.36 1996 93.31 51.56 72.62 1997 91.71 52.67 72.90 1998 91.18 51.48 71.81 1999 91.50 50.68 71.05 2000 91.21 52.55 72.30 2001 93.21 54.27 74.89 2002 94.88 55.25 76.00 2003 86.64 54.05 71.98 2004 86.34 52.20 71.21 2005 84.77 50.34 69.20 2006 86.98 50.25 69.90

    Fuente: propia, basada en Encuesta permanente y continua de hogares. Base de usuarios expandida.

  • 42

    Tabla A1.15. Argentina Otras definiciones de pensiones

    Ao Definicin (1) Definicin (2) 1992 88.77 93.80 1993 89.13 94.34 1994 88.88 93.45 1995 89.17 93.29 1996 88.39 93.79 1997 85.98 93.00 1998 85.22 92.33 1999 85.25 92.34 2000 82.15 90.32 2001 83.57 90.71 2002 81.67 89.60 2003 81.01 88.99 2004 80.37 89.44 2005 80.90 90.84 2006 81.06 90.21

    Nota: La Definicin (1) se refiere a la Cobertura conjunta que representa el porcentaje de adultos mayores que reside en un hogar en el cual se percibe al menos un beneficio de la seguridad social. Por otro lado, la Definicin (2) se refiere al porcentaje de adultos mayores que reside en un hogar en el cual se percibe al menos un beneficio de la seguridad social, o en el que una persona de ms de 65 aos est en actividad. Fuente: propia, basada en Encuesta permanente y continua de hogares. Base de usuarios expandida.

  • 43

    2. Bolivia

    Tabla A2.1. Bolivia. ndices de cobertura de la poblacin econmicamente act