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EDUCACIÓN, SOCIEDAD Y CULTURA: LA CONTROVERSIA EPISTEMOLÓGICA Jesús A. Valero Matas Universidad de Valladolid RESUMEN. El texto trata de acercarnos a la realidad social, donde hace un breve resumen de los cambios acaecidos desde los años 60 y, ver como los problemas antes considerados desviados se han ido superando. Sin embargo, esos modelos desviados aunque no son percibidos como tal, siguen ahí latentes, y su trayectoria social ha lle- vado a que emerjan otros condicionantes desviados, que están transformando nuestro espacio. Por esta razón, es necesario, la profesión de educador social, con todas sus variantes, educador intercultural, de la convivencia , de la tercera edad, etc. ABSTRACT. This paper sets out a view of social reality, giving a brief analysis of the social changes that have taken place from the 60s up to the present day. During this period, society has felt the need to develop and provide new social services, but these have so far failed to resolve existing problems. The paper argues that institutions should give grater priority to social education, since the number of people nneding help is now so overwhelming that those in the caring professions are failing to meet their needs or to solve these pressing social problems. Introducción Las transformaciones sociales acaecidas en las últimas décadas han llevado aso- ciadas una mejora de la calidad de vida de la sociedad española. Estos cambios a su vez, han venido precedidos de unas consecuencias económicas que potencialmente en unos casos y materialmente en otros, han marcado un distanciamiento entre los individuos y las clases sociales, y lo peor de todo, ha sido la incorporación de algu- nos colectivos a la franja de los excluidos sociales. En la España de los años 60, se produjo un crecimiento de las grandes urbes a causa del incremento de la economía española, lo que, significó una llegada masiva de personas a las ciudades prósperas procedente de las áreas rurales y ciudades con menos capacidad de desarrollo, y por lo tanto, con pocas expectativas laborales. Indu- dablemente, esta masificación y las estructuras urbanas existentes imposibilitaron su absorción, lo que supuso inconscientemente la creación de suburbios en las grandes áreas metropolitanas, que dieron lugar a dos consecuencias; por un lado, la aparición de grandes problemas sociales y, una segunda, el rechazo a estas clases sociales, por 239 CONTEXTOS EDUCATIVOS, 5 (2002), 239-250

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  • EDUCACIN, SOCIEDAD Y CULTURA: LA CONTROVERSIA EPISTEMOLGICA

    Jess A. Valero MatasUniversidad de Valladolid

    RESUMEN. El texto trata de acercarnos a la realidad social, donde hace un breveresumen de los cambios acaecidos desde los aos 60 y, ver como los problemas antesconsiderados desviados se han ido superando. Sin embargo, esos modelos desviadosaunque no son percibidos como tal, siguen ah latentes, y su trayectoria social ha lle-vado a que emerjan otros condicionantes desviados, que estn transformando nuestroespacio. Por esta razn, es necesario, la profesin de educador social, con todas susvariantes, educador intercultural, de la convivencia , de la tercera edad, etc.

    ABSTRACT. This paper sets out a view of social reality, giving a brief analysis of thesocial changes that have taken place from the 60s up to the present day. During thisperiod, society has felt the need to develop and provide new social services, but thesehave so far failed to resolve existing problems. The paper argues that institutions shouldgive grater priority to social education, since the number of people nneding help is nowso overwhelming that those in the caring professions are failing to meet their needs orto solve these pressing social problems.

    Introduccin

    Las transformaciones sociales acaecidas en las ltimas dcadas han llevado aso-ciadas una mejora de la calidad de vida de la sociedad espaola. Estos cambios a suvez, han venido precedidos de unas consecuencias econmicas que potencialmenteen unos casos y materialmente en otros, han marcado un distanciamiento entre losindividuos y las clases sociales, y lo peor de todo, ha sido la incorporacin de algu-nos colectivos a la franja de los excluidos sociales.

    En la Espaa de los aos 60, se produjo un crecimiento de las grandes urbes acausa del incremento de la economa espaola, lo que, signific una llegada masivade personas a las ciudades prsperas procedente de las reas rurales y ciudades conmenos capacidad de desarrollo, y por lo tanto, con pocas expectativas laborales. Indu-dablemente, esta masificacin y las estructuras urbanas existentes imposibilitaron suabsorcin, lo que supuso inconscientemente la creacin de suburbios en las grandesreas metropolitanas, que dieron lugar a dos consecuencias; por un lado, la aparicinde grandes problemas sociales y, una segunda, el rechazo a estas clases sociales, por

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  • parte de los individuos de las zonas urbanas ms acomodadas. Esta percepcin delespacio geourbano gener graves problemas de convivencia. A pesar de las transfor-maciones econmicas, educativas, culturales, etc, estos problemas no han sido sub-sanados y actualmente en algunas reas todava permanecen activos.

    Evolucin social

    En los aos 60, la demarcacin social foment la creacin de grupos de jvenes(pandillas) donde sus miembros buscaban un elemento de identificacin con el barrioy el grupo (intragrupo) como respuesta al rechazo de lo acomodado (extragrupo), conello, inquiran valores que no se correspondan con los de la comunidad. Esta situa-cin provocaba una desorganizacin social que llevaba a la perturbacin de los patro-nes sociales y de los mecanismos de las relaciones humanas1. La pertenencia a lapandilla tena sentido debido a esa bsqueda de identidad, al percibir estos colectivosun mundo que no era el suyo, producto de la desigualdad social, y que, transmita unrechazo a los comportamientos de su rea de influencia, bien familiar o de la comu-nidad. Estos jvenes no entendan como los miembros de su entorno se mantenanimpasibles y aceptaban la situacin en la cual estaban imbuidos. A su vez, rechaza-ban la actitud de sus mayores y optaban por adoptar un comportamiento desviadosocialmente, ocasionando graves problemas a ellos y a la colectividad.

    Actualmente, nos encontramos en una evolucin significativa, las pandillas noocupan el lugar de antao, y en sustitucin han aparecido otros colectivos con obje-tivos e intereses muy diferentes, y no localizados en un rea determinado, sino quehan ampliado su espacio. Estas tribus urbanas han invertido el sentido de las pandi-llas, pues el espacio no atiende a la significacin espacial, sino conceptual. Mientrasen las pandillas sus componentes venan acompaados de atributos territoriales con-cretos y demandas sociales, las tribus urbanas se apoyan en la territoriedad no comodefensa de su espacio, sino como elemento identitario, el yo y el otro. Aquellosque estn fuera del grupo son considerados forasteros, extraos e incluso enemigos.Parafraseando a Giddens, el advenimiento de la modernidad separa paulatinamenteel espacio del lugar al fomentar las relaciones entre los ausentes localizados a distan-cia de cualquier situacin de interaccin cara a cara2. Otro elemento de diferencia-cin lo encontramos en la ideologa. Mientras las pandillas rompan con la ideologadominante y sus aspiraciones estaban apoyadas en la modernidad, las tribus urbanasretornan a la defensa de los valores primitivos. Como sealan Costa, Prez y Troquea3,la prdida de capacidad cohesiva de una sociedad cada vez ms abstracta y aislacio-nista despeja el campo a la emergencia de unos grupos cada vez ms apasionados porlos lazos primitivos de identidad.

    Los suburbios ahora no producen ese efecto y estamos ante una ntida mezcla urba-na de clases sociales. En cambio han emergido problemas de otra ndole, los anterior-

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    1. Una aproximacin al sistema social, expuesta con brillantez lo encontramos en la obra de Par-sons,T., El sistema social, Revista de Occidente, Madrid, 1976.

    2. Guiddens, A., (1993) Las consecuencias de la modernidad, Alianza, Madrid. p.303. Costa,P-Prez,J.M.- Troquea, F., (1996) Las tribus Urbanas, Pados, Barcelona, p.32.

  • mente etiquetados como desviados sociales han desaparecido, empero han emergi-dos otras etiquetas4; problemas de integracin de jvenes, mujeres maltratadas, ancia-nos con pocos recursos, y un sin fin de casos particulares que pueden ser sealadoscomo productos de la incongruencia social de la comunidad econmica y urbana.

    Como expresin de justificacin a estas incoherencias sociales, aparecieron obser-vaciones como la de Robson5 donde manifestaba que resultaba imposible eliminar lapobreza en las sociedades capitalistas6. Aceptar como vlida esta disertacin, pone enla escena social tres estimaciones sobremanera importantes. Por un lado, el reconoci-miento de que el proceso endmico de las sociedades capitalistas impide poner frenoal mal de la pobreza. La segunda, desde una visin macro-social, transigir que enaquellos pases donde las posibilidades socioeconmicas son menores, como el ter-cer mundo, paliar la pobreza resultar imposible. La tercera, tomar como vlidas estasafirmaciones es sucumbir ante tan innoble virtud, y adems, supone negar esfuerzosa la condicin humana e institucional en ese intento de alcanzar un equilibrio socialque permita reducir al mnimo la desigualdad social no solo en nuestro pas, sino tam-bin en el mundo. Ahora bien, si se logra eliminar la desigualdad social, la preguntaser podrn los ciudadanos del mundo acceder a ese sueo de la calidad de vida?Como deca Anderson7 el mrito del hombre en la comunidad moderna depende engran parte de la capacidad para el trabajo. Hay individuos que por diversas razones,no pueden enfrentarse a requerimientos competitivos del trabajo. Sern enfermos,tullidos, ancianos o dbiles. Quizs necesiten ser preparados para otro tipo de traba-jo. Otros individuos sern desviados por deseo propio, y de conducta rapaz. Otrosms sern deficientes mentales o enfermos mentales y necesitaran ayuda psiquitri-ca. Es en este aspecto donde debe renacer la aptitud institucional y social para queel sistema pueda permanecer en equilibrio y, no caer en el sentido crematstico de losvalores sociales que acabaran internalizando la expresin slvese quin pueda. Porlo tanto, la misin radicar en encontrar unas medidas de reorganizacin social quetenga cabida para todos y cada uno de sus miembros.

    Junto a este compendio de problemtica social arrastrada desde tiempos inmemora-bles y acucindose cada vez ms en los ltimos tres lustros, encontramos, que las propiasinstituciones econmicas en su desarrollo han dado lugar a una serie de consecuenciasimprevistas y no deseadas, ampliando el espacio del conflicto social. Tambin en estasecuencia social se han visto implicadas como consecuencia de los diseos no planifica-dos de las instituciones polticas, que planean programas de accin sin analizar su marcode desarrollo y sin valorar los posibles efectos contrarios8 derivados de su aplicacin.

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    4. Aquello que llamamos nuevas etiquetas antes tambin existan, sin embargo antes estaban laten-tes por cuestiones propias de la cultura, pero ahora, esas mismas cuestiones que antes no se manifes-taban en estos momentos lo hacen, y de ah, que hayan aparecido como nuevas problemticas de lasociedad.

    5. ROBSON,W.A.,(1976) Welfare Estate and Welfare Society, Londres,Allen&Unwin, p.1116. Al respecto existe un anlisis explicativo de Tom Bottomore (1990) The Socialist Economy The-

    ory and Practice, Hemel Hempstead , donde critica a Robson no por su forma de abordar el anlisissocial y encajonar de esa manera a la estructura social.

    7. ANDERSON,N., ( 1985) Sociologa de la comunidad urbana, FCE, Mxico, p.198. POPPER,K.R., (1993) Un mundo mejor, Paids, Barcelona,. En este punto Popper hace referen-

    cia a muchas instituciones que son creadas para solucionar un problema y al final produce un efecto

  • Para finalizar, una cuestin a no olvidar y tener siempre presente en el anlisissocial, es, que la llamada calidad de vida viene acompaada de paradojas y sinduda produce efectos desastrosos. Como medida de anticipo o en su defecto de con-tencin a esas consecuencias negativas, la sociedad civil y las instituciones deben par-ticipar en la vida cvica y, aunar esfuerzos para educar socialmente a los ciudadanospara que hagan frente a los mltiples defectos de las instituciones, las cuales se mue-ven en espacios muy alejados de los verdaderos problemas sociales.

    La nueva estructura social, inmigracin, envejecimiento de la poblacin,marginacin, dependencia, etc.

    En los ltimos veinte aos hemos sido espectadores de una metamorfosis social quetodava no ha finalizado. Por una parte, encontramos una importante revolucin de laestructura social donde los conceptos tradicionales se han ido solapando por nuevasformas de vivir en sociedad. Si en los aos 80 nos encontrbamos con una relativapoblacin joven y un ndice de poblacin mayor de 2,500,000, en el ao 2000 nues-tra poblacin ha envejecido, tenemos bajos nacimientos y cerca de 7,500,000 de per-sonas mayores de 65 aos. Este comportamiento que tantos ros de tinta lleva escritosnos anuncia que nuestra sociedad est herida, porque con su comportamiento no ase-gura el mantenimiento del equilibrio social y de seguir esta dinmica, nos aboca a unasituacin crtica donde habr que adoptar medidas alternativas para el mantenimientodel sistema social. Algunos de ellos han sido anunciados9 pero ciertos sectores socialessiguen cerrando los ojos y manteniendo actitudes indiferentes.

    Un segundo punto, recae en el sentimiento laboral. El trabajo ha dejado atrs lavieja interpretacin epistemolgica del pasado para abrazar un sentimiento de renta-bilidad econmica. Esa interpretacin tica de los valores humanos ha sido usurpadapor lo meramente monetario adoptando actitudes de desproteccin humana en el tra-bajo. La introduccin de robtica, tecnologas de la comunicacin , redistribucin delos recursos humanos, etc, tienen su contrapartida y su efecto negativo en la sociedad.Su aplicacin lleva asociado una reduccin considerable de mano de obra y porextensin, la necesidad de una mayor especializacin de los trabajadores, como biensealan Hernndez y Mercad10 . El fuerte impulso del desarrollo tecnolgico ha idoacompaado de la creacin de nuevos sectores de la poblacin que han visto empe-orar sus condiciones de trabajo o su situacin en el mercado laboral; las diversas fr-mulas de desajuste en el trabajo ( paro, subocupacin, ocupacin sumergida, etc) hangenerado mbitos de pobreza y fomentando el individualismo y la solidaridad . Este

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    contrario y de mayor dimensin que la funcin que fue creada. Al respecto ver Retricas de la intran-sigencia, de A.Hirsman donde explica los efectos desastrosos de la Ley de los Pobres de la era Victo-riana, no solamente no solucion el problema de los pobres sino que incremento el nmero de pobresen el pas.

    9. Dos son los puntos donde han hecho hincapi los demgrafos. Increment de la natalidad apo-yada por subvenciones o, la aceptacin y regularizacin de los inmigrantes necesarios para hacer posi-ble el equilibrio social.

    10. Hernndez,F-Mercad,F., Crisis econmica y desajuste en el mercado de trabajo, en Sociolo-ga de la empresa Garmendia, Navarro, Parra Luna, (1989) Aguilar, Madrid, 185.

  • comportamiento laboral est produciendo grandes cotas de desestabilizacin social yprdida de confianza en el sistema y de la propia estima, de manera que los sectoresafectados caen en el espacio marginal o intentan encontrar elementos de identifica-cin que solucionen su estatus social.

    La institucin familiar11no pasa ajena a los movimientos de la sociedad y est asis-tiendo a cambios profundos. La inviolabilidad del matrimonio ha quedado aparcadoen la concepcin emocional humana. Cada vez son mayores las rupturas matrimo-niales, los hijos nacidos fuera del matrimonio y la constitucin de familias monopa-rentales. En este anlisis no se trata de juzgar lo correcto o incorrecto de la moralmatrimonial, sino la falta de responsabilidad de los integrantes de esa nueva estructu-ra familiar y de las instituciones ante la ceguera de la nueva democracia familiar.Cerrar los ojos ante esta nueva percepcin social impide encontrar un modelo de solu-cin a los problemas derivado del mismo, impidiendo encontrar alternativas creativasal respecto. Un punto a analizar y tomar como referencia recae en la familiarizacinde la terminologa madre nica y padre ausente12. Partir de esta denominacinno conlleva acrecentar los problemas ni romper con la idea tradicional del matrimo-nio, tampoco pretende frenar el principio de libertad de accin en las sociedadesdemocrticas, sino evitar que lo nacido de esa desestructuracin incida en un incre-mento de los problemas y abandonos de sus actores.

    Otra cuestin que ha saltado a la vida pblica y se ha extendido como una estre-lla fugaz , son los malos tratos a mujeres. Esto no lo podemos concebir como algonuevo, como si fuera un mal del sistema actual, es un asunto que desde hace muchosaos viene sucediendo en nuestra sociedad. Anteriormente las mujeres se encontra-ban desprotegidas, el sistema dominante que imperaba en nuestra sociedad era desumisin. Para la mujer marcharse del nido familiar o denunciar al cnyuge suponacaer en desgracia dentro del sistema, adems del impedimento de medios econmi-cos para sobrevivir. Con este panorama la mujer tena muy difcil salir fuera de esemarco de accin y por tanto estaba obligada a aceptar los malos tratos, vejaciones,abusos, etc.

    La drogodependencia sigue siendo entre los jvenes uno de los principales fen-menos de marginacin. En Espaa, por lo general, se considera droga aquella queviene nacida de los estupefacientes, mientras el alcohol que es otro tipo de depen-dencia no est dentro del hilo de las drogas, quizs por su aceptacin social. Sinembargo, tanto una como otra suponen el rechazo social. A causa del alcohol muchas

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    11. Al respecto existe un estudio interesante sobre el desarrollo y futuro de la familia en PASTORRAMOS,G(1997)., Sociologa de la familia, Sigueme, Salamanca. El autor aborda el tema manifestan-do los cambios a los que se enfrenta la institucin. Slo se limita a comentar y argumentar que el cam-bio es momentneo remitindose al pasado. No da soluciones El se remite a que la institucin familiartradicional ha sufrido miles de altibajos y an pervive y, contina perpetundose en el lugar que haocupado y sigue ocupando en la actualidad . Aceptar este planteamiento es quedarse inmvil ante lasituacin que percibimos de la realidad social, con lo cual nos est diciendo que dejemos pasar el tiem-po y las cosas volvern a su sitio. Las personas que han pasado, pasan y pasaran por este trance lasolvidamos y las relegamos al espacio de los marginados. La solucin est en actuar ante lo que nosencontramos y cuando vuelva esa situacin que dice el autor hacer desaparecer lo creado.

    12. Guiddens,A., (1999) Tercera va, Taurus Madrid, 112.

  • personas pierden su trabajo ante la imposibilidad de poderlo desarrollar con perfec-cin o atencin. Los dependientes de drogas procedentes de estupefacientes, en opi-nin de expertos, su incidencia tiene mayor dimensin social porque su campo deaccin es ms amplio. Tambin sabemos que ambas drogas mueven en el mercadocantidades ingentes de dinero. La cuestin est en la pregunta convienes erradicarel alcoholismo y la drogadiccin? ser mejor la legalizacin de todo tipo de drogas?

    El ltimo caso a tratar aqu - esto no quiere decir que nuestra sociedad no tengams males- recae en la inmigracin. Quiz entre los mencionados sea el de mayorimpacto en los ltimos aos. Desde hace un lustro nuestro pas est siendo invadi-do por inmigrantes que escapan a las malas condiciones de vida de sus pases de ori-gen, algunos por cuestiones polticas los menos- otros por razones racistas, pero lamayora buscando un mundo mejor aquel sueo que persiguieron muchos espao-les cuando marcharon en los aos 60 a otros pases del mundo. Lo cierto es quehemos pasado de ser un pas de inmigrantes a ser un pas receptor de inmigrantes13.Aun as y tras este bombardeo de las medios de comunicacin de las oleadas de pate-ras que llegan a las costas de nuestro pas, solamente tenemos un 3% de poblacininmigrantes frente a un 6% de Francia, el 9% de Alemania o el 26% de Luxemburgo14.Estos bajos ndices de inmigracin, a pesar de la alarma social, no alterarn nuestraestructura social y por lo tanto, no existe riesgo a esa preocupacin. A la sazn y conantecedentes como nuestros pases vecinos que tienen una trayectoria inmigrante msantigua y con antecedentes probados, seguimos sin aplicar ningn tipo de medidas deproteccin de las minoras de migrantes dentro de nuestro pas. Muchos de los ciu-dadanos extranjeros que vienen se encuentran desprotegidos jurdicamente, moral-mente y educativamente, de forma que les permitamos una integracin dentro denuestra estructura social. No tomar medidas, nos llevar a crear minoras marginales,y creo que tenemos suficiente marginacin para permitir la proliferacin de otrosespacios marginales. Ante esta tesitura ser cuestin obligada poner en escena diver-sos elementos que permitan hacer frente a esta problemtica. Entre las posibles, unaser la educacin intercultural. Esta resulta conveniente por dos razones, una, evitarcrear esferas de grupos marginales permitindoles entrar a formar parte de nuestrasociedad, y una segunda, frenar la proliferacin grupos radicales xenfobos y racistas.Con una educacin de la tolerancia podremos construir un mundo mejor.

    En este punto se podan abordar otros temas, los menores, la pobreza y excluidossociales, los abandonados, los discapacitados, pero nos ocuparan mucho ms espa-cio y extendemos en demasa el texto.

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    13. Un libro que aborda el proceso y nos adentra en las condiciones y problemas de la inmigra-cin en la Espaa actual est en la obra de IZQUIERDO,A., La inmigracin inesperada, Trotta, Madrid,1996. Aunque fue escrito hace cuatro aos y los problemas han adquirido otra dimensin, para acer-carnos a la realidad de la inmigracin est muy bien.

    14. Op.cit, p.231.

  • Enfoque alternativo: la educacin social.

    Por qu se hace necesario una alternativa a la vida cotidiana actual? La res-puesta desde la observacin superficial es sencilla, todava quedan muchos puntosque resolver para hacer posible que todos los individuos lleguen a beneficiarse de lallamada calidad de vida.

    La familia y la escuela, en un sentido amplio son canalizadores del aprendizaje eitinerario del individuo a lo largo de su experiencia de vida. La primera, como focoemisor y receptor desde el nacimiento y desarrollo del nio pasa a ser consideradacomo socializacin primaria. La segunda, desde su entrada en la escuela hasta la sali-da de la Universidad, tras pasar por el proceso marcado por el sistema educativo,hasta encontrar su primer puesto de trabajo, pasa a ser el agente principal de la socia-lizacin secundaria. Con estos componentes y tras el avance y desarrollo del sistemacapitalista nos hace partcipes de preservar los valores y aptitudes de la sociedad soli-daria, pero tambin, obliga, a que los individuos sean capaces de comprender suentorno social, poltico, econmico y cultural e integrarse de manera adecuada en elmismo15.

    Es en este sentido, las instituciones deben tomar para s una implicacin en su justamedida y a travs de los medios cognitivos el aprendizaje de los valores cvicos quehacen partcipes a los miembros de la comunidad en las necesidades sociales de suscomponentes. En el momento que los actores no entren a cooperar dentro del sistemaestamos produciendo grupos externos que darn lugar a insatisfacciones sociales, ypor prolongacin, a problemas sociales.

    Las instituciones deben saber hacer y formar a sus ciudadanos de manera cohe-rente y socialmente aceptada, dotndoles de los medios e instrumentos adecuadospara hacer frente a los problemas sociales. Tomando en consideracin las observa-ciones realizadas por Nohl, sobre la importancia que tiene la educacin primaria ysecundaria en la formacin del individuo, y que estas deben y tienen que estar abier-tas a nuevos espacios, porque el uso incorrecto y el cerrajn de la sociedad a un sis-tema esttico, puede producir espacios contrarios y no deseados. Debemos observarque muchos de los fenmenos que hoy vivimos tienen su punto de partida en losacontecimientos dinmicos de nuestra sociedad, pues est en constante cambio y seadelanta a nuestra visin espacial, de manera que debemos estar alerta para impedirque dichos acontecimientos adquieran la dimensin que entorpezca la marcha pac-fica y solidaria de nuestra sociedad.

    Para educar a los individuos y que stos comprendan, entiendan, reflexionen yparticipen como ciudadanos dentro de la comunidad, se hace necesario adoptarmedidas pedaggicas para la comunidad, en la comunidad y con la comunidad.Desde esta perspectiva no solamente instigamos a los miembros de la comunidad aimplicarse en los asuntos de la ciudadana, tambin al participar dentro de la mismareivindicando nuevos espacios educativos, reflexionando sobre su entorno que per-mita desarrollar la imaginacin y creatividad en favor de descubrir nuevas demandassociales. Para que este entramado interconectado de formas y pensamientos sea posi-

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    15. Petrus,A (1998)., Pedagoga social,Ariel, Barcelona, p.32

  • ble se necesita de especialistas implicados con la actividad social, y estos sern, loseducadores sociales16.

    La actividad social es compleja, es un conjunto de acciones y decisiones humanasque sitan al individuo en un espacio histrico que ha ido confeccionando un diseode clases sociales legitimado por la distribucin de funciones etico-morales de losindividuos dentro de la estructura social. Su desarrollo ha diseado un espacio paracada individuo y su construccin va marcando el proyecto de vida de los ciudadanos,de ah, dentro del plano social cada personaje debe conocer y saber cual es su papeldentro de la misma. Por esta razn, debemos plantearnos en ese mundo de la educa-cin la profundidad de los cambios sociales que se reproducen y los efectos que estostienen con la superposicin de planos en esa construccin social. Esto lleva a plante-arse que la educacin como exposicin cultural y social no debe reducirse a la expo-sicin de su aplicacin al mero marco de la educacin escolar. La educacin (social)transciende ms all de la representacin de un sistema educativo formal o reglado,es mostrar los condicionamientos de las estructuras de relaciones sociales, polticas,econmicas, religiosas, etc, por ello, nuestra sociedad necesita de mecanismos peda-ggicos que posibiliten el desarrollo de conocimientos tericos de los individuos fuerade la enseanza y, sean trasladados a un espacio real a travs de la prctica educati-va informal, expresin de la reproduccin del sistema de clases. La educacin no sola-mente es transmisin y adquisicin de conocimientos, sino es la enseanza de unsistema de particulares procesos de internalizacin y aprendizaje de papeles, la indi-vidualidad y la identidad del hombre moderno, es decir, que cada individuo dentrode su espacio sepa quin es y lo que puede esperar de la comunidad. Para poder com-prender y hacer posible una educacin integradora necesitamos observar que las rela-ciones humanas estn enfatizadas por la subjetividad, y est viene medida por lasacciones externas del individuo que son interiorizadas para posteriormente ser anali-zadas y proyectadas hacia el resto de congneres dando lugar a acciones internas quefomenten esa cohesin social. La materializacin de su identificacin con el conjun-to social tendr como expresin futura, nuevas formas educativas que subsanen ycubran las nuevas necesidades sociales.

    Hasta el momento hemos tratado el tema desde la relacin interindividual, pero laproblemtica social no solamente se reduce a este campo, porque la necesidad deimplicar a los educadores sociales en el complejo espacio social tiene parte de su rea-lidad en la modernidad. Desde la acuacin del trmino modernidad, los tericos dela sociologa han buscado denodadamente el estado de bienestar. Los profetas de laproduccin de un nuevo hombre moderno ha tenido y sigue teniendo enfoques muydistintos. Unos, la explicacin desde la lucha de clases, otros, anteponiendo la nece-sidad de un estado asistencial, otros, analizando su implicacin con el trasfondo de laracionalidad, pero todos independiente de su lnea de investigacin intentan llegar ala misma conclusin, cubrir las necesidades humanas.

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    16. Al respecto y sobre la importancia de los educadores sociales para nuestra sociedad, as comola formacin y todo cuanto est relacionado con la misma, ha aparecido hace poco un libro muy inte-resante y con mucho contenido que nos aborda la cuestin. PETRUS,A.,Y OTROS., De profesin edu-cador(a) social. Paids, Barcelona, 2000.

  • Durkheim seal que la educacin no educa hace algo mucho ms esencial, con-tribuye a crear particulares tipos humanos, individualidades y conciencias17. Pero ensu intento de encontrar y localizar las posibles soluciones a la desigualdad social, per-cibi que las sociedades actuales son dependientes del trabajo, y ste mediatiza el sis-tema de relaciones sociales, con lo cual, cuando ahond en las distintas derivacionesdel trabajo en el entramado social. Descubri que la divisin del trabajo social dabaorigen a dos cuestiones contradictorias pero necesarias, una variacin en la concien-cia colectiva y dos, la ruptura de las relaciones corporativas de los miembros. Sinembargo, el trabajo crea una mayor interdependencia entre los hombres y les obligaa fundar colectivos que cubra las necesidades derivadas que van apareciendo.

    La referencia analtica de Durkheim pone de manifiesto que la evolucin del tra-bajo, la democratizacin del sistema y el proceso de cambio del sistema social traenconsigo nuevas necesidades y desigualdades sociales. El abanico de necesidades naci-das de la evolucin social han hecho que muchos de los problemas pasen a un segun-do plano y, el estado y sus instituciones pasen por alto la realidad de nuestra sociedad.

    Hoy en cualquier espacio de nuestra geografa encontramos individuos con seriosproblemas de convivencia. En diversas publicaciones podemos leer las incontinenciasde la educacin. Un diario describa uno de los tanto problemas de nuestra sociedad,y hablaba del alto porcentaje de jvenes de la ESO que presentan serios problemas deadaptacin, as como la prdida de respeto hacia los mayores18. Asuntos de este tipolleva a reflexionar sobre la necesidad de introducir en los centros educativos la figurade educadores de la convivencia.

    Las personas mayores es un colectivo que en los ltimos tiempos debido a lasmejoras en las condiciones de vida hemos visto incrementarse. Su situacin personalse ha visto relegada al mero campo de los asilos, geritricos, etc,. Nos hemos olvi-dado de la humanidad y pensamos en dejarles en estos centros hasta el fin de su tra-yectoria vital, porque finaliza la carga y hemos realizado lo conveniente. Nodebemos incluir a este colectivo en el mismo cajn, pues muchos de ellos se sientenactivos y estn capacitados para trabajar. Esta razn, lleva a disear planes de accindonde los ancianos se sientan activos y participen en la esfera socio-cultural, y suproyecto de vida no se reduzca a ser meras cargas sociales, como es interpretado enmuchos casos. La edad avanzada ensea, educa, muestra, narra, etc y representa susexperiencias de vida, las cuales son muy constructivas para el avance humano. Noobstante un porcentaje significativo de ciudadanos piensa que las experiencias de losancianos son batallas del pasado19. No olvidemos que estas personas estn en el lti-mo tramo de la vida y, es responsabilidad de la sociedad poner en funcionamientolos medios adecuados para que la ltima etapa de su vida sea la mejor posible.

    Otro tema a tratar reside en el boom de la inmigracin y las minoras tnicas. Nohay un da que los medios de comunicacin no hablen de los problemas existentes enlos colegios debido al rechazo de los padres blancos a ciertas minoras. Una medi-

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    17. DURKHEIM,E., (1971) La educacin, Akal, Barcelona, p.13518. EL PAS, Domingo 5 de noviembre de 2000, p.31. 19. Para un anlisis ms profundo de las necesidades y enseanzas de la tercera edad, ver: A.

    Petrus, Pedagoga Social, op.cit.

  • da de erradicacin de este tipo de comportamientos vendra de la mano de la educa-cin de personas mayores hacia la tolerancia y aceptacin de otros grupos tnicos20.En otros casos estamos obligados a la educacin intercultural basadas en el binomioeducacin-integracin evitando la conciencia de rechazo.

    El sistema educativo est siendo cuestionado por muchos de los expertos, comoconsecuencia del foco y metodologa de aplicacin. Carlota Sol, hace unos aosdenunciaba que el sistema no se adecuaba a la integracin sociocultural alternativocomo medida de prevencin para construir una sociedad intercultural. Al respectodeca: la idea de enseanza compensatoria postula la deficiencia parcial o temporaldel alumnado, al que hay que compensar en su formacin a fin de que pueda alcan-zar las cotas ms altas de educacin de los autctonos. Implcitamente se postula lanecesidad de asimilacin, es decir, de absorcin de la poblacin inmigrante en lasociedad de acogida, a travs de un sistema educativo que garantiza la hegemona yuniformidad cultural. Est ausente la idea de diversidad e intercambio en pie de igual-dad de elementos culturales a partir de la escuela21.

    El problema sigue teniendo de teln de fondo la soberana de una cultura sobreotras, y bajo ese punto de prdida de identificacin de la cultura nacional, se intentahomogeneizar a la poblacin, sin tomar en consideracin las cultura de las minorasy sin prever las posibles consecuencias. Bajo este sistema impositivo se acaban con-fundiendo con integracin diversos modelos de dominacin cultural: asimilacin,segregacin y apartheid. Como anuncia Salcedo22, cuando se aplica a la situacin quese da entre dos culturas o ms bien diferenciadas ( y desiguales ) ha sido siempre sin-nimo de asimilacin o destruccin de una cultura por otra y nunca de integracin real

    Los mltiples intentos por tericos y profesionales de la educacin en disear pro-gramas de integracin sin producir agravios a ninguno de los grupos tnicos de unestado multinacional no han tenido suerte. Quiz porque muchos de ellos vienendeterminados por la formalidad del sistema sin detenerse a valorar la raz del asunto,que en la mayora de los casos est siendo solucionado por la educacin social infor-mal y no mediatizada por las reglas del sistema educativo.

    El punto de partida independiente de la opcin formal o informal debe venir de lamano de la comunicacin intercultural. El programa de integracin ha de dirigirsetanto a las minoras inmigrantes como a las mayoras autctonas, basando la comuni-cacin entre culturas en la igualdad y el respeto a la diferencia23.

    Conclusin

    Lipovestsky diagnosticaba que vivimos en una poca de descivilizacin, indivi-dualismo y marcado narcisismo, pero esto no puede ser aceptado y tomado como pie-

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    JESS A. VALERO MATAS

    20. FETSCHER,I.,(1994) La tolerancia, Gedisa, Barcelona. Realiza un anlisis exhaustivo de la tole-rancia tanto tomando como referencia textos religiosos, educativos, polticos, etc.

    21. SOL,C., La educacin intercultural, en LAMO DE ESPINOSA,E., (ED.) (1996) Cultura, Estadoy ciudadanos. Alianza, Madrid, p.245

    22. SALCEDO,J., Migraciones intencionadas y teora social en Res 14:7-923. MUOZ SEDANO,A., Educacin intercultural, Escuela Espaola, Madrid,1997, p.29.

  • dra filosofal y decir, bueno esto es lo que hay y debemos aceptarlo como es. Todo locontrario, debemos encontrar los mecanismos adecuados va educacin para frenar lamarcada desigualdad social. Aunque la educacin no sea la panacea, si es el mejormtodo de reduccin de desigualdades y de comprensin de los males que asolannuestra modernidad.

    Para que la educacin alcance su objetivo no debe entenderse nicamente comomecanismo de mediacin para resolver los problemas existentes, sino debe y tieneque servir, para educar a los individuos como parte activa del sistema social. Mientrasno adoptemos para s esta concepcin de la educacin estaremos poniendo parchesen nuestra sociedad.

    Para finalizar, la educacin social como alternativa a nuestro complejo y desigualsistema es la medida adecuada para solventar los problemas de los ciudadanos, siem-pre y cuando reflexione sobre la sociedad y sus problemas, as como, conocer losmtodos adecuados para intervenir en el asunto, y tenga la suficiente capacidad paraanticiparse a los hechos. No puede caer en el mismo error de otras disciplinas de per-manecer inmvil esperando que surjan las demandas. No se debe olvidar que la edu-cacin social es transmisora de conocimiento pero ante todo es socializadora.

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    JESS A. VALERO MATAS