01 Liahona Enero 1966

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IJSUD Liahona Enero 1966

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  • ADA uno de nosotros tiene ciertas caractersticas, rasgos o hbitos indeseables que pueden clasificarse como desventajas. Los mLs-

    mos tienden a mermar nuestra efectividad y el valor de la ayuda que podemos prestar a nuestros semejantes y a toda la humanidad. Pero s adquirimos buenos hbitos y ios cultivamos, nuestro servicio a la huma-nidad uumenlar de valor notablcmonte-

    Me gustara detallar algunas cosas que pueden considerarse como ventajas, algunas caractersticas que ayudarn y depararn bendiciones en el viaje de la vida y aumentarn el valor de quienes las posean.

    Sin lugar a dudas la educacin es una gran ventaja, pero adems del conocimiento de los libros no descuidis el conocimiento de las Escri-turas. Saber llevarse bien con nuestros semejantes es otra gran virtud. la cual implica olvidarse de uno mismo y apreciar el valor de los dems-

    Otra cualidad es el valor. El valor de saber mantenerse firme ante los problemas que surgen diariamente.

    A stas debemos agregar el noble, carioso y devoto compaerismo entre el esposo y la esposa. La eleccin del compaero eterno es funda-mental en la vida de una persona. Determina los amigos, el ambiente en el hogar y especialmente la participacin y actividad en la Iglesia.

    AYUDANTE DEL CONSEJO DE LOS DOCE

    EN ESTE NUMERO L HOMBRE PUEDE SABER 1

    David O. McKay "POR TODAS ESTAS COSAS" 3

    Reed H. Bradford DOS NUEVOS CONSEJEROS 4

    Alberi L. Zobell. H. LA SANTIDAD Y LA LIMPIEZA 6

    Hazel S. Cannon NORMAS PERSONALES 7

    Alberla H. Christensen US BENDICIONES DE LA EXPERIENCIA 10

    Belle S. Spaiford EL PROGRESO DEL URUGUAY ,. 12

    lima Lewis EL RINCN DE LOS NIOS (Seccin Infantil; 12-A

    The Children's Friend LA PAGINA DE LA ESCUELA DOMINICAL 12-H

    The Instructor PAZ SERA EL GALARDN H

    Klea Evans Worsley LOS PROVERBIOS Y LAS PARBOLAS 16

    Lowell L. Bennion , SE HONRADO CONTIGO MISMO |g

    Manuel A. Sueldo LOS DERECHOS DEL NIO Y EL ESCULTISMO 20

    Viciar Rodrguez Blanco POR UNA JUVENTUD MEJOR ..... 2\

    FRUCTIFICAD Y MULTIPLICAOS Conttotaoo The Church News

    El presidente David O. McKay ha nombrado a los hermanos Jos Fielding Smrth y Thorpe B. Isaacson como Consejeros de la Primera Presidencia de la iglesia. Vase articulo en la pgina 4.

    (Placas cortesa de the Improvement Era elaboradas por ihe Deseret News Press)

  • por el presidente David O. McKay

    ECIENTEMENTE record un incidente que ocurri en un pueblito de Escocia

    mientras que cumpla all mi primera misin. Era una de las ltimas noches que pas en el campo misional.

    Cuando mi compaero y yo nos estbamos acercando al lugar en que realizaramos una reunin al aire libre, nos sali al encuentro una seora de aspecto maternal y nos dijo: "El ministro con toda su congregacin va a venir aqu esta noche para arruinar vuestra reunin, mantnganse bien juntos para que no se pueda meter dentro del crculo." Ella y algunos de sus amigos se unieron a nosotros para formar y mantener el crculo. * Cuando el primer orador comenz a testi-

    ficar de la veracidad de la restauracin del evangelio, el ministro grit: "Esos son los mor-rones." El misionero, que por primera vez haca uso de la palabra en el campo misional, se qued confuso, dijo unas cuantas palabras ms y se volvi a su asiento. Entonces el mi-nistro acapar la atencin del pblico y entre otras cosas dijo: "Estos hombres vienen de Salt Lake City, para llevarse vuestras hijas y atarlas all a un arado y tratarlas como es-clavas."

    Entonces le pedimos a un hermano de nuestra fe que hiciera uso de la palabra. Se puso de pie y dijo: "Mis compatriotas . . ." palabras que de inmediato pusieron de mani-fiesto que el ministro haba mentido al decir que todos ramos de Salt Lake City. Despus de esto, al hermano dio su testimonio y un excelente discurso. El ministro sigui ultra-jndonos casi hasta el final de la reunin, y para entonces la multitud se haba dado cuen-ta que el referido ministro tena el corazn lleno de animosidad. Lo hicieron que se ca-llara y escucharon el resto del mensaje de los lderes.

    Este hombre equivocado y sus seguidores, no se dieron cuenta de la importancia del men-saje que esos humildes jovencitosporque la mayora de nosotros ramos casi nioste-nan en su corazn. Pens, como tambin lo hicieron sus partidarios, que quienes organiz-bamos la reunin tenamos como propsito ofender a la comunidad. No saban que el mensaje que tenamos para el mundo era un

    mensaje de vida, una filosofa que contiene la verdadera ciencia del vivir.

    El evangelio de Jesucristo, como le fue revelado a Jos Smith, es en verdad el poder de Dios para salvacin. Pro-vee a todo hombre una vida perfecta aqu y en la eterni-dad.

    La vida es lo que ms apreciamos en el mundo. No hay nada que valoremos tan alto como nuestra propia vida. Por eso nos aferramos a ella. Queremos conservarla aqu y en la eternidad. La vida eterna es el don ms grande que Dios ha dado al hombre.

    Qu es la vida eterna? En la maravillosa oracin ofrecida por Jess, nuestro Redentor, antes de cruzar el torrente de Cedrn, y recibir el beso del traidor que lo entregara a manos de los soldados, encontramos estas palabras: "Y sta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el nico Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has en-viado." (Juan 17:3.) Conocer a Dios y su Hijo es la vida eterna. Es la nica llave. Deseo la vida eterna ms que ninguna otra cosa en el mundo, y la quiero para m, para los mos y para el mundo entero. Y en estas palabras del

    (pasa a la siguiente plana)

    ENERO DE 1966

    El hombre puede saber

    1

  • (viene de la pgina anterior)

    Redentor tenemos el secreto: Conocer al Padre y al Hijo es tener vida eterna.

    Pero, qu deberemos hacer para conocerles? Esta es la siguiente pregunta. Jess en alguna oca-sin contest esta pregunta? Si as lo hizo, quere-mos la respuesta porque es de vital importancia. Si escudriamos los registros que hemos recibido de quienes convivieron con El, encontraremos que en una ocasin ciertas personas que lo estaban escu-chando gritaron en su contra. Una voz se elev y dijo: "Cmo podemos saber que lo que nos dices es la verdad? Cmo podemos saber que tu profe-sin de ser el Hijo de Dios es verdadera?" Y Jess le contest de manera muy sencilla: "El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocer si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta." (Juan 7:17.) Esta prueba es profundamente filo-sfica y al mismo tiempo es el modo ms simple para obtener el conocimiento ms grande que la men-te humana pueda concebir. Hay que hacerla y ana-lizarla profundamente. Puede ser que vosotros no me podis convencer de algo que creis, pero vos-otros lo sabis porque lo habis vivido. Esta es la prueba que el Salvador indic a aquellos hombres que queran saber si la doctrina era de Dios o de los hombres.

    Cul es la "voluntad"? Al considerar la respuesta de Jess, surge otra

    pregunta: "El que quiera hacer la voluntad '. . .", pero, cual es la voluntad? Podemos ver cuales son las condiciones que dan como resultado la vida eter-na. Tenemos el testimonio escrito de que si hacemos su voluntad podremos saber, pero, cul es su vo-luntad? He aqu la esencia misma del evangelio de Jesucristo. Con la misma sencillez con que Jess defini la vida eterna, o cmo podemos conocerla, tambin expres su voluntad.

    Es imposible mencionar aqu todos los principios que constituyen su voluntad, pero son tan sencillos que, como dicen las Escrituras, el que anduviere en este camino, por torpe que sea no se extraviar.

    La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los ltimos Das, testifica al mundo que la voluntad de Dios se ha manifestado en esta dispensacin, que los principios del evangelio, los principios de vida se han revelado. Estn en armona con los principios que Cristo ense en el Meridiano de los Tiempos. Son los mismos porque son eternos, y son los mis-mos que se darn en cualquier dispensacin en el mundo: Fe, quin puede dudar que la fe es un prin-cipio eterno? No se puede vivir sin ella, es tan eter-na como el amor, y puede ser tan constante como la fuerza de gravedad que continuamente est en vi-gencia. Arrepentimiento. No solamente en las Es-crituras se menciona el arrepentimiento como un

    2

    principio eterno. Lead a Carlyle, vosotros que lo respetis como pensador y seguid sus razonamientos. Sabais que hablando del arrepentimiento hace el siguiente comentario?: "El hombre que no se puede arrepentir est muerto." Y tiene mucha razn. Sin-ti el elemento eterno de este principio salvador. Es parte de la vida. Es una tragedia llegar al punto de no poderse arrepentir. La "voluntad" es prestar servicio.

    Estos principios se pueden resumir de la siguiente manera: Despus de obedecer los principios y orde-nanzas del evangelio, la "voluntad" de Dios es que sirvamos a nuestros semejantes, beneficindolos y edificando un mundo mejor. Cristo se dio entero para que comprendiramos este principio, y dijo;. "De cierto os digo que en cuento lo hicisteis a uno de estos mis hermanos ms pequeos, a m lo hi-cisteis." (Mateo 25:40.)

    Este es el mensaje que Dios nos ha dado. Esta es la Iglesia de Dios, y est tan perfectamente orga-nizada que cada hombre, cada nio, puede tener la oportunidad de hacer algo para ayudar a los dems. Esta es la organizacin perfecta de nuestra Iglesia, y es la obligacin de todos los miembros del sacer-docioya sea los sumos sacerdotes, los setentas, lderes, presbteros, maestros o diconos, y la funcin de las organizaciones auxiliares, servir a Dios y hacer su voluntad. Si as lo hacemos, nos conven-ceremos ms y ms de que sta es la obra de Dios, porque estaremos probndola.

    Por lo tanto, haciendo la voluntad de Dios, lle-gamos a conocerle y acercarnos ms a El. Debemos amar a nuestros semejantes, y exclamar como 1Q hicieron los apstoles de la antigedad: "Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. . . ." (1 Juan 3:14.)

    Ruego que sinceramente tengamos el deseo de hacer lo que el poeta dice en uno de nuestro himnos:

    Quiz no sea en alta mar, Ni donde honor habr; Quiz no sea en lucha cruel, Do Cristo me mandar. Mas cuando su voz me llamar A sendas que yo no s Contestar con amor: Seor, Doquier que me mandes ir. Habr quiz en algn lugar, En vias de mi Seor, Do pueda yo con amor obrar, Por Cristo mi Salvador. Confo en ti sin vacilar, Y siempre te amar, To voluntad en verdad har, Y lo que me mandes ser. Ir do me mandes, ir, Seor, Sobre llano, montaa o mar, Y lo que me mandes dir, Seor, Y lo que me mandes ser.

    LIAHONA

  • Undcimo de una serie de artculos sobre el nuevo Programa de la Noche de Hogar para la Familia.

    por Reed H. Bradford (Tomado de The Instructor)

    VENGO muy seguido a este lugar. Desde aqu puedo mirar hacia el valle con su alfombra de colores. Si tuviera que elegir una estacin del ao para venir, elegira el otoo. Los colores parecen combinarse en uno slo a semejanza de un arco iris. Para m ste es el smbolo de lo que debe ser una familia. Cada persona un individuo distinto, con libertad de progresar por s mismo. Pero al mismo tiempo, cada uno contribuye con algo a los dems. Cuando uno los ve a todos juntos, ve una serie de individuos, pero tambin se ve a la familia.

    Hay otra razn por la que me gusta el otoo. Es smbolo de la cosecha. Hay algo de satisfaccin al recoger la cosecha despus de una primavera y un verano de plantar y trabajar. Siempre pens que uno debe disfrutar los dorados aos de la juventud por la misma razn.

    Hace cuarenta aos que vine por primera vez a este lugar. Fue exactamente una semana antes de casarme. Rolando me explic que era parte de su vida venir a estas montaas. Encontraba el sitio muy adecuado para practicar lo que llamaba ''el arte de la contemplacin". Le gustaba pensar en la vida, su significado, las metas a que aspiraba, sus iraca-sos, sus xitos, su relacin con sus semejantes, y especialmente su relacin con nuestro Padre Celes-tial:. En esas ocasiones se senta ms cerca de El que nunca.

    Mientras caminbamos por el sendero que nos conduca a la cima de la montaa le dije: "No sera maravilloso si pudisemos caminar siempre por este camino sin ninguna otra preocupacin en el mundo?" Rolando me apret la mano y reflexion un rato antes de contestarme. Me di cuenta que estaba bus-cando la mejor manera de expresarme que no estaba de acuerdo conmigo. Cmo saba yo que no concor-daba con mis palabras? Esto se aprende despus de una larga y continua relacin con el esposo. Era tan sensible ante los sentimientos de los dems, que busc concienzudamente las palabras que expresa-ran que respetaba los pensamientos ajenos, pero que l lo vea de otra manera. Pareca que siempre esta-ba tratando de decir: "Entiendo perfectamente la razn por la cual has Hegado a esta conclusin, pero tendras la amabilidad de considerar un momento esta otra manera desenfocar el asunto?" Rolando nunca trat de imponer sus ideas a otra persona.

    Siempre daba la impresin de que sus experiencias le haban trado tanto gozo que deseaba que los dems comprendieran el significado de un deter-minado principio para que experimentaran la mis-ma alegra. Su amor por la humanidad le permita actuar de esa manera.

    Finalmente me dijo: "Es natural que el individuo quiera experimentar alegra en los diversos aspectos de la vida. El dolor no es agradable. Pero el grado de lo desagradable depende, segn mi manera de pensar, en la actitud del individuo hacia la vida. Me ha ayudado mucho mirar la vida como un examen o una prueba. Permteme que te lea lo que el Seor dice al respecto:

    Descenderemos, pues hay espacio all, y tomare-mos estos materiales, y haremos una tierra en donde stos puedan morar;

    Y as los probaremos, para ver si harn todas las cosas que el Seor su Dios les mandare, (Abraham 3:24-25.)

    "Un aspecto de esta prueba es descubrir los prin-cipios que nos traern el mismo gozo que experi-ment el Salvador. La comprensin y aplicacin de estos principios nos permitir adems lograr la Vida Eterna, Salvacin y Exaltacin.

    "Generalmente experimentamos dolor porque desconocemos la causa del mismo. Un nio pone las manos sobre el fuego sin darse cuenta de lo que las llamas le harn. Puede ser que una persona se de-sanime porque no obtiene determinado puesto en la Iglesia. Pero puede transformar su desaliento en alegra si logra cambiar de actitud. En vez de pen-sar que un cargo en la Iglesia es un smbolo de ala-banza, puede considerarlo como una oportunidad de prestar servicio. Entonces podr darse cuenta que no es necesario ocupar un puesto especial para com-partir sus habilidades con los dems. Encontrar oportunidades diarias de ayudar en el desempeo de sus tareas como esposo, padre, maestro o admi-nistrador.

    "De esta manera parte del dolor puede eliminarse adquiriendo un nuevo conocimiento. Pero no todo el sufrimiento es de esta clase. Tomemos un ejem-plo: La gente puede ofendernos por causa de su falta de madurez. El pueblo sufre generalmente

    (sigue en la pgina 24)

    ENERO DE 1966 3

    "Por todas estas cosas"

  • EL 29 de octubre de 1965, debido al rpido cre-cimiento de la Iglesia en el mundo, el presidente David O. McKay anunci la designacin de dos nuevos consejeros para trabajar en la Primera Pre-sidencia. Ellos son el presidente Jos Fielding Smith, del Consejo de los Doce y el presidente Thorpe B. Isaacson, Ayudante de los Doce desde octubre de 1961. El quorum de la Primera Presidencia est ahora formado por el presidente David O. McKay y sus consejeros, los presidentes Hugh B. Brown, N. Eldon Tanner, Jos Fielding Smith y Thorpe B. Isaacson.

    No es necesario presentar al presidente Smith ni al presidente Isaacson, ya que son ampliamente co-nocidos por todos los miembros de la Iglesia. Du-rante muchos aos, ambos han trabajado activamen-te en sus respectivos puestos en las distintas organi-zaciones, y han asistido a las reuniones de estaca de los santos todos los fines de semana.

    El hermano Smith naci en Salt Lake City, el 19 de julio de 1876. En esa fecha, su padre, Joseph F. Smith era miembro del Consejo de los Doce, despus form parte de la Primera Presidencia, y ms tarde lleg a ser el sexto presidente de la Iglesia.

    Despus de completar su educacin en la univer-sidad, el joven Jos cumpli una misin en Gran Bretaa. En 1906 se le llam al puesto de Ayudante del Historiador de la Iglesia, cargo que ocup hasta 1921, ao en el que pas a ser Historiador General de la Iglesia, y hasta la fecha est al frente de esta actividad.

    En abril de 1910 en la conferencia general, se le apoy como miembro del Consejo de los Doce, donde se uni al lder David O. McKay quien haba sido llamado al mismo cargo cuatro aos antes. Juntos han servido en la Iglesia por ms de cincuenta y cinco aos.

    El presidente Smith tiene amplia experiencia en el campo genealgico. Ha ocupado casi todos los puestos en la Sociedad Genealgica de la Iglesia, in-cluyendo el de presidene. Tambin ha estado en la presidencia del templo de Salt Lake City por casi veinte aos y como presidente del mismo por cuatro aos. i * . . ' .

    Adems es un magnfico escritor. Su conocido artculo "Yo quisiera saber . . ." que se ha publicado

    Dos nuevos en la Primera

    por Albert L. Zobell, H.

    en Liahona por muchos aos ha sido de gran ayuda para los lectores. Sera difcil encontrar un tema de la historia o la doctrina de la Iglesia sobre el cual el presidente Smith no haya escrito. Tambin ha sido miembro de la Mesa de Fideicomisarios de la Uni-versidad de Brigham Young por muchos aos.

    En abril de 1898 se cas con Louie Emyla Shurt-liff y qued viudo con dos hijas. En noviembre de

    1908 se cas con Ethel Georgina Reynolds quien le dio cinco hijos y cuatro hijas. Despus de su muerte, el presidente Smith se cas con Jessie Ella Evans, en abril de 1938.

    El presidente David O. McKay anunci que e presidente Smith mantendr su cargo como presi-dente del Consejo de los Doce.

    El presidente Isaacson naci en Efran, Utah, el 6 de septiembre de 1898, y sus antepasados fueron pioneros. Asisti a la Academia de Snow, a la Uni-versidad de Brigham Young, a la Universidad del Estado de Utah y a la Universidad de California.

    Fue maestro por varios aos y ha trabajado con mucho xito como ejecutivo en una compaa de seguros.

    Durante su juventud, el presidente Isaacson ocu-p el cargo de presidente del quorum de lderes y trabaj en la Asociacin de Mejoramiento Mutuo.

    En diciembre de 1946 comenz a trabajar de con-tinuo en la Iglesia cuando se le llam para que se hiciera cargo del puesto de Segundo Consejero del Obispo Presidente, hermano LeGrand Richards. En esos das era primer consejero en el obispado de un barrio de Salt Lake City. Posee un amplio conoci-miento de los intereses de la juventud (en la Acade-mia de Snow fue capitn del equipo de basquetbol y adems fue entrenador de los equipos de varios grupos de jvenes). Prest adems, un servicio in-apreciable: trabaj con los grupos mayores del sa-cerdocio Aarnico y les ayud a encontrar ms propsito en sus vidas.

    Ocup luego el cargo de primer consejero del hermano Joseph L. Wirthlin, despus que el herma-no Richards dej su puesto como Obispo Presidente para pasar a servir como integrante del Consejo de los Doce. Los miembros de la Iglesia an recuerdan sus brillantes declaraciones sobre temas tales como la oracin y el lugar de la mujer, durante las con-ferencias generales y de estaca.

    A. LIAHONA

  • CONSEJEROS

    Presidencia (Tomado de The Improvemvrit Era)

    Muchos obispos y presidentes de estaca se sin-tieron grandemente inspirados al escuchar al presi-dente Isaacson, en una conferencia de los domingos de maana, al hablar sobre las responsabilidades de los l'deres y la manera en que stos pueden hacer "el yugo fcil" y la "carga liviana".

    El presidente Isaacson sirvi durante doce aos como miembro de la Mesa de Fideicomisarios de la Universidad del Estado de Utah y fue electo siete veces como presidente de la misma. Tambin fue miembro de la Mesa Directiva de la Universidad de Utah.

    Ha dedicado su tiempo tanto a los asuntos cvicos como a los gubernamentales. Durante quince aos dirigi la Sinfnica de Utah. Hace algunos aos el gobierno lo llam para ocupar al cargo de Inspector

    * de Ayudas al Extranjero y en relacin con este pues-to visit Francia, Italia, Israel, el Lbano, Turqua e Irn. Recientemente se le nombro Consultor de la Comisin Americana de Educacin.

    En junio de 1920 se cas con Lula Maughan Jones y tuvieron una hija y dos hijos (uno de los cuales muri).

    .Liahona se une a los dems miembros de la Igle-sia para dar una especial bienvenida a los presi-dentes Smith e Isaacson como integrantes del cuerpo directivo de la Iglesia.

    La designacin de dos consejeros adicionales que el presidente McKay ha hecho, no es algo nuevo en la Iglesia. La historia est a veces compendiada, pero es maravilloso lo que se ha preservado.

    El nmero de hermanos que dirigen la Igle-sia nunca ha sido constante. Cuando se organiz la Iglesia en abril de 1830, Jos Smith recibi el cargo de primer lder y Oliverio Cowdery de segundo lder. El profeta Jos Smith fue apoyado como presidente del Sumo Sacerdocio en una conferencia realizada en Amherst, Ohio, el 25 de enero de 1832.

    Frederick G. Williams fue llamado por revelacin como consejero de Jos Smith en marzo de 1832. (Vase Doc. y Con. 81:1.)

    Se cree generalmente que la Primera Presidencia comenz a funcionar el 18 de marzo de 1833 cuando se apart a los lderes Sidney Rigdon y Williams como consejeros del Profeta. En realidad eran con-sejeros en la presidencia del Sumo Sacerdocio. Dicen los registros:

    "lder Rigdon expres que l y el hermano Wi-lliams deseaban ser ordenados para los cargos que ocupaban, como presidentes del Sumo Sacerdocio y tener igualdad en el llamamiento del hermano Jos Smith, de acuerdo a la revelacin recibida el 8 de marzo de 1833. (Vase Ibid., 90:6.) Por tanto, puse las manos sobre la cabeza de los hermanos Sidney y Frederick y los orden para que participaran con-migo en la administracin de las llaves del reino y para que ayudaran n la presidencia del Sumo Sa-cerdocio como mis consejeros. . . ." (DHC, 1, 334.)

    Una de las responsabilidades ms grandes que tiene la Primera Presidencia en la actualidad es pre-sidir sobre el Sumo Sacerdocio.

    El nombre "Primera Presidencia" se us en una revelacin recibida en noviembre de 1831. (Doc. y Con. 68:15, 1, 22.) Y se comenz a emplear en la manera que lo usamos hoy da en agosto de 1835, cuando durante una "asamblea general" de la Igle-sia, en Kirtland, "Oliverio Cowdery y Sidney Rig-don, miembros de la Primera Presidencia (los presi-dentes Jos Smith y Frederick G. Williams estaban visitando a los santos en Michigan) . . . procedieron a organizar la asamblea." (DHC, 2, 243.)

    Haba cuatro hermanos en esta Primera Presi-dencia.

    En una conferencia de "toda la Iglesia" en Kirt-land, el domingo 3 de septiembre de 1837 se dijo lo siguiente:

    "El presidente Smith present a Signey Rigdon y a Frederick G. Williams como sus consejeros, los que junto con l constituan la Primera Presidencia de la Iglesia . . .

    "A continuacin el presidente Smith present a Oliverio Cowdery, Jos Smith (su padre), Hyrum Smith (su hermano) y a John Smith (su to) como consejeros ayudantes. Estos ltimos cuatro, junto con los tres primeros, deban ser considerados como la cabecera de la Iglesia. Aprobado unnimemente." (Ibid., 2, 509.)

    Cuando muere un presidente, el Consejo de los Doce toma el cargo y funciona en el mismo hasta que el quorum se rene y elije a un nuevo Presidente

    de la Iglesia, Despus del martirio del Profeta Jos (sigue en la pgina 13)

    ENERO DE 1066 5

  • Reunin de Labores

    LA SANTIDAD Y LA LIMPIEZA

    por Hazel S. Cannon

    Leccin correspondiente al mes de marzo de 1966

    Objeto: Mostrar que la limpieza es la base para edificar un ambiente familiar agradable.

    Introduccin Hay algo ms agradable que una casa limpia

    vidrios relucientes, frisos y rincones inmaculadamen-te limpios, camas tendidas y planchadas, pisos bri-llantes, etc.? La limpieza del hogar puede llevarse a cabo eficazmente cuando se ha planeado, se sabe cmo hacerlo y se trabaja arduamente.

    El trabajo en el hogar debe considerarse un pri-vilegio y una labor creadora. La habilidad para man-tener limpia la casa es un medio para asegurar como-didad, belleza y relaciones felices en la misma.

    Establzcanse las normas Para obtener buenos resultados, se debe contar

    con ciertas reglas. No es necesario decir que la salud y felicidad de la familia dependen en gran parte de la limpieza que hay en el hogar. Toda ama de casa miembro de la Iglesia de Jesucristo debe establecer ciertas normas de limpieza de las que pueda estar orgullosa, y que las mismas digan: "Amo a m hogar y deseo que mis hijos recuerden que crecieron en un hogar resplandeciente."

    El ama de casa debe tomar la iniciativa y deter-minar las normas que crea convenientes y aplicables a su caso particular. Las mismas dependern de: (1) Los miembros de la familiacantidad, edad, sa-lud, intereses, actividades y la manera en que las tareas se repartirn; (2) el tamao y las condiciones de la casa; (3) la estacin del ao y del clima; (4) la eficacia del equipo de limpieza con que cuenta materiales y mtodos.

    Traten de determinar las normas que debern establecerse en una familia como la siguiente: El padre es secretario de la rama; la madre es la direc-tora de la Reunin de Labores de la Sociedad de Socorro, Juan, que tiene diecisiete aos y juega basquetbol en la escuela, trabaja los sbados en un mercado y ayuda en la patrulla de los Boy Scouts; Anita, de quince aos, toca la guitarra en la orquesta de su escuela, tiene muchas actividades sociales re-lacionadas cor la misma y ensea una clase en la

    Primaria; David, de doce aos, trabaja entusiasta-mente para progresar en su patrulla de Boy Scouts; y Mara, de slo seis aos, adora tener animalitos domsticos y est en primer grado (ao) en la es-cuela primaria. Todos son muy sanos y estn de acuerdo en ayudar en la limpieza del hogar. La casa es vieja y modesta, pero adecuada a las necesidades de la familia, cuenta con una cocina de tamao regu-lar, una pequeo comedor, una sala, tres dormitorios y un bao. Tiene adems, un stano. La casa est en buenas condiciones pero necesita algunos arreglos. La poca del ao es casi al final del invierno o prin-. cipios de la primavera. Tienen una aspiradora que acaban de comprar, el resto del equipo de limpieza est en condiciones regulares y es de calidad inferior. La madre dice que no tiene tiempo para practicar nuevos mtodos de limpieza. (Limtese la discusin de la clase a cuatro minutos aproximadamente.) Hganse planes y rjase por ellos

    Una madre atareada que mantiene la casa limpia y brillante y an la sobra tiempo para dedicar a su esposo e hijos, enriquece su vida con actividades -en la Iglesia y cumple con sus responsabilidades cvicas nos dice que "El cuidado de la casa es un tarea insignificante si se considera en detalles, pero cuan-do se mira en conjunto es una pesada responsabiHV dad".

    Un plan de trabajo bien hecho, evitar muchas horas de limpieza afanosa. Uno de los casos tpicos es la cocina. Si se limpia diariamente, recogiendo las cosas que se vuelquen cada vez que esto suceda, y limpindola semanalmente, se evitar la aburrida y pesada tarea de fregar y limpiar la suciedad acu-mulada durante meses. Es probable que no siempre pueda uno mantenerse dentro del itinerario marcado, pero es importante que lo escribamos en un papel o cartn y lo consultemos diariamente. Te ayudar a pensar ms claramente y a encontrar mejores solu-ciones a tus problemas. Regirse por un plan ayuda a formar hbitos; y elimina el tomar decisiones cons-tantemente. Al hacer tus planes asegrate que tomas en cuenta la familia. Recuerda que puedes dominar

    LIAHONA 6

  • las situaciones. Debes tener un horario, pero no tienes que convertirte en su esclava.

    Al determinar tus planes, ten en cuenta: (1) Qu es lo que necesitas limpiar. (2) Cuan frecuen-te es necesario hacerlo. (3) Cunto tiempo necesita-rs, (4) El mejor orden a seguir. Repetimos que es necesario tener normas fijas y considerar las condi-ciones de cada hogar en particular. Sugerencias

    1. La administracin y enseanza son ocupacio-nes propias del ama de casa. Qu puedes hacer para que toda la familia colabore? Es responsabilidad de cada miembro de la familia ayudar a mantener la casa reluciente. Cmo puede usarse el perodo para discutir en la Noche de Hogar para la Familia, para tratar los problemas de limpieza en la casa?

    2. Altrnense los trabajos pesados con los livia-nos, y los que son divertidos con los aburridos.

    3. Analcense los mtodos de trabajo y trtese de mejorarlos.

    4. Siempre que se compren muebles y adornos, tngase en cuenta los problemas de limpieza que puedan acarrear.

    5. Limpese y ordnese la casa a medida que se trabaja. Resumen

    El Seor ha dicho: "Y hganse todas las cosas con limpieza ante m." (Doc. y Con. 42:41.)

    En qu forma puede un hogar limpio y agrada-ble aumentar la espiritualidad de la familia? Trata de ser una ama de casa imaginativa y creadora. Pien-sa con anterioridad, estudia y trabaja, y si el plan que has hecho te falla, intenta uno nuevo. Encuen-tra un mejor sistema para lustrar la platera, para mantener sin manchas el fregadero (pileta de los platos), para que los tapetes caseros luzcan siempre limpios. Trata de edificar un ambiente agradable que inspire a la familia, y vers cunta alegra te dar si lo logras.

    Pinsalo y hazlo Pide a cada hermana que analice cuidadosa-

    mente su plan de trabajo y que trate de solucionar uno o dos problemas de limpieza durante el prximo mes.

    CIENCIA SOCIAL-LA ENSEANZA DEL EVANGELIO EN EL HOGAR

    por Alberto, H. Christensen

    Leccin 15.Normas personales

    Objeto: Indicar la importancia de las normas personales en el desarrollo del carcter.

    Repaso de la Leccin 14 La sugerencia que se hizo al fin de la Leccin 14,

    para efectuarse en el hogar, fue releer la leccin de referencia. Las expresiones de los miembros de la clase sobre los puntos que les aclar esta segunda lectura, podran ser de utilidad a las dems hermanas. Introduccin

    La presente leccin se refiere a las normas perso-nales, y por fuerza tendr que ser introspectiva. Tiene por objeto llamar la atencin de todas a lo necesario y valioso que.es que cada persona examine sus propias normas personales en lo que se rela-ciona con los principios del evangelio y el desarrollo de su carcter. Esto es lo que podramos llamar el resultado o suma total de las creencias, actitud y hechos del individuo.

    La "autoimagen" Aunque no todas nos hayamos dado cuenta de

    ello, cada una de nosotras posee, dentro de la esfera de la mente consciente o subconsciente, una "autoi-magen". Esta es simplemente la imagen de la per-sona que creemos que somos o que nos gustara ser; la persona que esperamos que los dems vean en nosotros.

    Una manifestacin precoz y palpable de esta imagen es la del nio pequeo que finge que es po-lica, bombero, padre, o tal vez un amigo. Puede llegar a identificarse tan ntimamente con el objeto de su admiracin, que aun imita ciertos amanera-mientos que el otro posee.

    Sin embargo, los aos de experiencia pueden y . (pasa a la siguiente plana)

    ENERO DE 1966 7

  • (viene de la pgina anterior)

    deben disciplinar a la persona a adoptar una autoi-magen que concuerde un poco ms con la realidad de su vida particular. No obstante, es un hecho que la autoimagen pertiste, y que se somete a la influen-cia de los principios en que la persona cree y las normas de conducta que sus creencias dictan.

    Teniendo presente lo anterior, hasta qu grado puede esta "autoimagen" impulsar o restringir nues-tros hechos? Con frecuencia omos comentarios tales como:

    1. Yo nunca podra hacer eso. No est en m el hacerlo.

    2. Jams podra hacer tal cosa. Si lo hiciera, no podra volver a mirarme al espejo.

    3. Presto este servicio porque creo en su prop-sito y valor. El principio incorporado en ello es la trama y urdimbre de mi propio ser.

    No nos indican los comentarios anteriores cuan importante es el criterio para juzgar las cosas de valor que incorporamos en nuestra "autoimagen"? No nos desanimemos en esforzarnos por lograr la "autoimagen" ideal. Cmo reaccionaramos?

    Analicemos la siguiente situacin, y de acuerdo con nuestra propia norma personal, indquese con una "X" lo que haramos.

    Si se est calumniando a una persona que cono-cemos:

    A. Escucharamos en silencio sin comentar, aun-que sabemos que algunas de las cosas que se estn diciendo no son ciertas?

    B. Contribuiramos a la calumnia? C. Pondramos coto a la crtica llamando la

    atencin a una de las buenas cualidades que posee esa persona?

    Las cosas bsicas de valor Las normas personales del vivir cristiano deben

    basarse en los mandamientos del Seor. Son al mis-mo tiempo una fuente y definicin.

    Cuando el fariseo intrprete de la ley le pregunt cul era "el gran mandamiento en la ley", Jess le respondi:

    "Amars al Seor tu Dios con todo tu corazn, y con toda tu alma, y con toda tu mente.

    "Este es el primero y grande mandamiento. "Y el segundo es semejante "Amars a tu prjimo como a ti mismo." (Mateo

    22:37-39.) Los Artculos de Fe enumeran muchas verdades

    particulares que los Santos de los ltimos Das tam-bin creen y aceptan. En el decimotercero de estos Artculos, leemos lo siguiente: "Creemos en ser hon-rados, verdicos, castos, benevolentes, virtuosos y en hacer bien a todos los hombres."

    Cul es nuestra posicin individual en lo que respecta a nuestra actitud y creencia hacia estas virtudes personales?

    Consideremos la virtud de la honradez personal. Indudablemente la honradez es una virtud personal que est comprendida en la norma moral de cada una de nosotras. Sin embargo, hasta qu grado so-mos honradas? Somos consecuentes en nuestra ma-nera de actuar? Somos honradas en nuestros tra-tos? en nuestra vida social? en nuestros hogares?

    Historia ilustrativa

    Roberto, de once aos de edad, vuelve de visitar a su amiguito con un juguete que l est seguro que su amigo ya no quiere. Su madre le explica que a menos que su amiguito le haya regalado el juguete, l no puede retenerlo. Insiste en que Roberto de-vuelva el juguete, y ste lo hace. Ella ahora est satisfecha de que su pequeo hijo entiende el signi-ficado de la honradez.

    Unas semanas despus Roberto le dice que se le ha pedido que d un discurso de dos minutos y medio sobre el tema, "Creo en ser honrado". La madre queda complacida al pensar en la oportuni-dad dada a su hijo de cumplir con este importante cometido. Hace hincapi en la necesidad de que hable claramente, que tenga una presentacin asea-da, y entonces le pregunta qu va a decir.

    "No sle contesta su hijopor qu no me haces el favor de escribrmelo?"

    Aqu llegamos al punto decisivo en cuanto a la honradez en este historia ilustrativa. Hay algunas alternativas para la madre:

    1. Si Roberto tiene la madurez sufiente para preparar su discurso sin ayuda, la madre debe im-pulsarlo a que lo haga. Por supuesto, ella querrn leer el discurso antes que l lo d, ya que esto le dara la oportunidad de ver si Roberto tiene el en-tendimiento correcto de la honradez, y aclarar cual-quier punto que necesite mayor explicacin.

    2. Si Roberto definitivamente necesita la ayuda de su madre para preparar su discurso ella podra decirle que el relato de sus propias experiencias o ideas acerca de la honradez, expresadas en sus pro-pias palabras, sera de utilidad a otros nios que tambin estn aprendiendo acerca de la honradez. Podra aadir que est dispuesta a ayudarle si l" se lo solicita, y al mismo tiempo recordarle que en vista de que su sermoncito ser sobre "Creo en ser hon-rado", sera propio que l expresara sus propios pen-samientos sobre el tema. Esta manera de proceded podra ayudarle a recordar lo que su madre reciente-mente le enseo en cuanto a la honradez, y de esta manera se recalcara la enseanza previa.

    Con esta ayuda, pensemos en el desarrollo que lograra Roberto al decir: "Mi discurso para hoy es sobre el tema 'Creo en ser honrado'. Mi madre me est ayudando a entender lo que significa ser hon-rado, y por qi es tan importante que todos lo sean. Me ayud a preparar mi discurso." Sera de mucho desarrollo para Roberto, y de sumo inters para el pblico.

    Qu diferencia encontramos entre la madre que escribe el discurso de su hijo, y el nio que est preparando su propio discurso con la orientacin de su madre?

    8 LIAHONA

  • Dicen y no hacen Cul es la importancia de que vivamos de acuer-

    do con lo que creemos? de que seamos leales a la norma personal que fijamos para nosotras mismas?

    Hay mucha prudencia en las lneas de Shakes-peare donde dice que "Ante todas las cosas, s leal contigo mismo, y el resultado de ello, tan infalible como que la noche sigue al da, es que a ningn hombre podrs traicionar". Sin embargo, no hay en toda la literatura, afirmacin alguna que se puede comparar con la forma en que el Salvador denunci a los que eran falsos a las creencias que profesaban. Refirindose a los intrpretes de la ley, los que se preciaban de ser los religiosos de su poca, el Seor dijo:

    "En la ctedra de Moiss se sientan los escribas y los fariseos.

    "As que, todo lo que os digan que guardis, guardadlo, y hacedlo; mas no hagis conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen." (Mateo 23:2, 3.)

    Entonces enumer sus hipocresas particulares: "Atan cargas pesadas y difciles de llevar . . .

    pero ellos ni con un dedo quieren moverlas. . . "Hacen todas sus obras para ser vistos por los

    hombres. . . . "Aman los primeros asientos en las cenas, y las

    primeras sillas en las sinagogas. . . . "Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipcritas!

    porque devoris las casas de las viudas, y como pre-texto hacis largas oraciones. . . .

    "Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipcritas! porque diezmis la menta y el eneldo y el comino, y dejis lo ms importante de la ley, la justicia, la misericordia y la fe. . . .

    "Guas ciegos, que colis el mosquito, y tragis el camello." (Mateo 23:4-6, 14, 23, 24.)

    No tienen igual aplicacin en la actualidad las palabras del Salvador, como cuando las pronunci hace casi dos mil aos?

    No somos todas nosotras culpables, hasta cierto grado, de fingir virtudes que realmente no poseemos?

    No colamos el mosquito y tragamos el camello?, es decir, amplificamos las imperfecciones pequeas y pasamos por alto los problemas de gravedad?

    Nos regimos por la letra de la ley, pagando el diezmo de la menta, el eneldo y el comino, y dejamos lo ms importante de la ley, es decir, descartamos la misericordia y la fe al juzgarnos unos a otros?

    Solemos olvidarnos de que cuando no vivimos de conformidad con lo que profesamos, podemos debi-litar o aun destruir la fe de otros. Las madres pue-den anular la importancia positiva de sus enseanzas, cuando no viven de acuerdo con sus 'creencias ex-presadas.

    Comntense los resultados que estas palabras podran producir:

    1. Madre a su hija: "Contesta la puerta y diles que no estoy."

    2. Madre a su hijo: "Acelera un poco la veloci-dad del auto, no hy/policas a la vista."

    Jess perdon al pecador humilde y arrepentido.

    Encomi a Natanael con estas palabras: "He aqu un verdadero israelita en quien no hay engao." (Juanl:47.)

    Por otra parte, censur a los que no cumplan los principios morales que afirmaban creer. La norma estancada versus la norma progresiva

    Nuestra prudencia crece no slo por medio de nuestras experiencias, sino tambin de conformidad con nuestro entendimiento de las leyes temporales y espirituales. En qu forma deber influir esto en nuestras normas personales? Sugerencia: Nues-tra creencia, as como lo que esperamos de nosotros mismos en cuanto a nuestra actuacin, debera ele-varse a un plano ms elevado. Sucede as siempre?

    Examnense y disctanse los siguientes comen-tarios que ilustran, por va de contraste, tanto la norma estancada como la progresiva:

    1. La seora Fulano a veces se porta como si todava fuese una adolescente. Cundo ir a crecer?

    2. Las experiencias por las que pas la Sra. Men-gano el ao pasado, deban haberle enseado a ser ms generosa con otros; pero aparente-mente no ha sido as.

    3. En un tiempo me pareci que nunca dara mi testimonio delante de un grupo de personas; no lo consideraba de importancia, y me sen-ta demasiado cohibida. Ahora he visto cmo aumenta la habilidad de las mujeres para ex-presarse cuando dan su testimonio repetidas veces. De modo que mi punto de vista ha cambiado; he recibido muchas bendiciones, y hoy estoy dando mi testimonio para agradecer las bendiciones de nuestro Padre Celestial, y volver a hacerlo.

    4. Ahora que soy miembro de la Iglesia han cambiado mis ideas sobre la conducta per-sonal. Es como si repentinamente se hubiera desarrollado dentro de m una conciencia nue-va; yahora ya no me siento satisfecha con mi actuacin anterior.

    Para hacer en el hogar Confrontacin personal

    1. Indquense las virtudes enumeradas en segui-da que sinceramente creemos que se aplican a nosotras.

    2. Subrayemos las que creemos que forman par-te de nuestra "autoimagen" sin suficiente jus-tificacin, sino ms bien porque quisiremos que fueran parte de nosotras.

    3. Tratemos, aun cuando sea slo en uno de estos rasgos de carcter, de aproximar ms nuestra manera de actuar al nivel de nuestra creencia.

    Me considero: honrada humilde obediente celosa

    conservadora (sigue en la pgina 17)

    ENERO DE 19 66 9

  • por Belle S. Spafford PRESIDENTA DE LA SOCIEDAD DE SOCORRO

    (Tomado de The Relief Society Magazine)

    Discurso pronunciado durante la Conferencia Gene-ral de la Sociedad de Socorro, realizada en Salt Lake City, Utah, el 29 de septiembre de 1965.

    LA historia de la Iglesia narra muchas de las tribulaciones y problemas que caracterizaron la vida del profeta Jos Smithelegido del Seor para comenzar esta dispensacin. Sin embargo, la narra-cin que revela con ms claridad las penalidades del Profeta, es la del encarcelamiento en la Prisin de Liberty, donde lo insultaron sin ninguna considera-cin.

    En medio de sus tribulaciones, or a Dios con apasionada insistencia, diciendo:

    "Oh Dios, en dnde ests? y dnde est el pabelln que cubre tu escondite?

    "Hasta cundo se detendr tu mano, y desde los cielos eternos ver tu ojo, los sufrimientos de tu pueblo y de tus siervos, y penetrarn sus llantos tus odos?

    "Oh Seor, extiende tu mano; ablndese tu cora-zn y conmuvanse tus entraas con compasin hacia nosotros." {Doc. y Con. 121:1-4.)

    Y Dios contestando el llamado del Profeta le dijo:

    "Hijo mo, paz a tu alma; tu adversidad y tus aflicciones no sern ms de un momento;

    "Y entonces, si lo sobrellevas debidamente, Dios te ensalzar; triunfars sobre tus enemigos.

    "Si te es requerido pasar tribulaciones; si te en-cuentras en peligro entre hermanos falsos; si corres peligro entre ladrones; si peligras en tierra o mar;

    "Si te acusan con toda clase de acusaciones fal-sas; si te acometen tus enemigos; si te arrancan del lado de tu padre, madre, hermanos y hermanas; si con la espada desenvainada te arrancan del seno de tu esposa y de tus hijos.

    "Si te echan en el foso o en manos de homicidas, y eres condenado a muerte; si el viento huracanado se hace tu enemigo; si los cielos se ennegrecen y todos los elementos se combinan para atajar la va; y si, sobre todo, las puertas mismas del infierno se abren de par en par para tragarte, entiende, hijo mo, que por todas estas cosas ganars experiencia, y te sern de provecho." (dem., 121:7-8; 122:5-7.)

    Esto nos conduce a preguntarnos: Qu es lo que el Seor quiere decir cuando haba de experiencia, y cules son los valores que la misma involucra, no slo para el Profeta sino para todos los hijos de nuestro Padre?

    La experiencia, segn mi opinin, es el beneficio que se obtiene de los acontecimientos; ya sea que causen gozo o sufrimiento, los cuales afectan directa-mente nuestros sentimientos, criterio y carcter. El diccionario dice que: "Experiencia es el conocimiento que se adquiere gracias a la prctica y la observa-cin." Tambin se ha dicho que la experiencia es "la madre de toda sabidura".

    El talentoso escritor, Donald Culross Peattie, dice que la vida es una aventura, y "a medida que nuestros cabellos se vuelven grises, la experiencia nos hace prudentes."

    Otro escritor dijo que un hombre fuerte y bien constituido, digiere sus experienciascorrectas e in-correctasen la misma forma que digiere sus co-^ midas, an cuando tenga que masticar algunas por-ciones duras, stas le proporcionan alimento.

    Los Santos de las ltimos Das, sabemos que la vida es un terreno de prueba para los hijos de Dios; que todos pasamos por experiencias agradables y desagradables; que cada uno es probabo por las experiencias de su vida, y su carcter y logros sern medidos por el modo en que uno se enfrente a estas pruebas.

    Las Doctrinas y Convenios, seccin 136:31, nos dice: "Mi pueblo debe ser probado en todas las co-sas, a fin de que est preparado para recibir la gloria que tengo para l, an la gloria de Sin; y el que no aguantare el castigo, no es digno de mi reino."

    Recuerdo que hace algunos aos la Primera Pre? sidencia me llam para que entrevistara a una her-mana que formara parte de la Mesa Directiva de la Sociedad de Socorro. Era una mujer inteligente y talentosa, dedicada al trabajo en la Iglesia y en es-pecial a la obra de la Sociedad de Socorro. Su mente despierta capt de inmediato la importancia de su llamamiento y lo que en general se esperaba de ella como miembro de la Mesa Directiva y como lder de las mujeres de la Iglesia. No quera aceptar el pues-to porque consideraba que no tena experiencia su-ficiente como para comprender los problemas de las hermanas y saber aconsejarlas. Dijo que su vida haba estado casi desprovista de problemas y tema que su falta de afinidad con las experiencias de las otras hermanas, haran que stas no se sintieran atradas hacia ella, y esto no podra soportarlo. En-

    10 LIAHONA

    Las bendiciones de la experiencia

  • seguida agreg algo que no he olvidado a travs de los aos: "en lo concerniente a pruebas o problemas que ayudan al desarrollo de uno, mi vida ha estado desprovista de ellos."

    La hermosa mujer que en esos momentos con-sideraba su vida pobre en experiencia, era hija de uno de los lderes ms destacados de la Iglesia. Go-zaba del prestigio as como de otras ventajas pro-venientes de pertenecer a tal familia. Su esposo tambin tena un alto cargo en la Iglesia y haba triunfado tanto profesional como econmicamente. Tena una hermosa casa y una familia compuesta de nios inteligentes. Tena atractivo fsico y una mente saludable, y con ms cualidades que la mayo-ra de las mujeres. Sin embargo, se senta incompe-

    , tente para el cargo que la Iglesia le ofreca, a causa de la vida fcil que haba llevado.

    Le suger que aplazara su decisin por unos das, .que lo consultara con su esposo y su padre. A la maana siguiente volvi a mi oficina y humildemen-te acept el llamamiento. Nos dijo que su padre le haba dicho que no se preocupara por su falta de experiencia. Que ya le llegaran a su tiempo como a todos los dems hijos de nuestro Padre.

    Le haba recordado las enseanzas del Seor a Abraham, donde deca que haran una tierra donde los espritus que Dios haba creado pudieran morar, y los probara all, para ver si haran las cosas que el Seor su Dios les mandara. Nos dijo que su padre le haba dicho que el camino de tribulaciones haba sido marcado por Dios an para sus hijos ms pre-ciados. Es un medio de desarrollo y purificacin, una manera por la cual se prueba al hombre durante su vida terrenal. Para algunas personas, los problemas

    ; vienen a una edad temprana, y para otras llegan en los ltimos aos de su vida, pero vienen a todos a su debido tiempo. Su padre tambin le haba dicho que si aceptaba el llamamiento obtendra fuerza para sostenerse cuando vinieran las tribulaciones.

    Con el tiempo, la vida le depar a esta hermana una rpida sucesin de problemas, dolores, tristezas, disgustos y hasta dolencias fsicas. Se prob capaz de sobrellevarlas una a una haciendo uso de su fuerza y sobreponindose a ellas con paciencia, fe y firmeza, desprovista de amargura o de un espritu rebelde. De estas experiencias surgi una mujer ex-traordinaria, compasiva y llena de comprensin, sa-bia en sus consejos y un ejemplo para las mujeres de toda la Iglesia, por su manera de elevarse por encima de las adversidades; una lder amable y que-rida de la Sociedad de Socorro, un alma exquisita.

    Lo que realmente cuenta no es lo que nos acon-tece, sino la manera en que nos enfrentamos a los problemas. Una de las fuerzas ms grandes para enfrentarse a las dificultades es un fuerte testi-monio de la veracidad del evangelio, y un conoci-miento del plan de vida y salvacin. Este conoci-miento permite que el hombre determine los verda-deros valores de la vida y la encamine hacia el logro de lo que tiene valor eterno. Las adversidades, los problemas, las tribulaciones, grandes o pequeas, se ven entonces desde una perspectiva distinta, y uno se eleva sobre ellas y sigue adelante. El testimonio viene por el esfuerzo: estudiando las palabras y la voluntad que Dios revel, por medio de sus profetas;

    ENERO DE 1966

    orando, asocindonos con ios santos; participando en actividades de la Iglesia; obedeciendo los manda-mientos de Dios.

    La fuerza necesaria para enfrentarse a las adver-sidades viene por buscar el consejo de Dios, conte-nido en sus santas Escrituras. El consejo y el con-suelo proveniente de esta fuente estn siempre dis-ponibles. Es cierto que las Escrituras se dirigen a nosotros como si furamos un grupola Igles ia-pero tambin nos hablan como individuos. Debemos familiarizarnos con ellas, teniendo fe, aplicando la sabidura divina a nuestros problemas individuales.

    "Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirn consolacin" se dijo a los que sufren.

    A quien est hundido en el temor en cuanto a las adversidades que vendrn se ha dicho: ". . . No temis, rebaito; haced lo bueno; aunque se junten en contra de vosotros la tierra y el infierno, si estis edificados sobre mi roca, no pueden prevalecer." (Doc. y Con. 6:34.)

    A quienes tengan que tomar una decisin seria se ha dado este consejo: ". . . Tienes que estudiarlo en tu mente; entonces has de preguntarme si est bien; y si as fuere, causar que arda tu pecho den-tro de ti; por lo tanto, sentirs que est bien." (dem. 9:8.)

    Por lo tanto, sabia es la mujer que se fortalece con un amplio conocimiento de las Escrituras para enfrentarse a las vicisitudes de la vida.

    La inspiracin y el valor nos llegan por medio de la oracin. El Seor bondadosamente nos invita a depositar nuestras cargas a sus pies. En Alma 37:37 se nos dice: "Consulta al Seor en todos tus hechos, y l te dirigir para bien." Estas paabas no son del hombre. Son palabras del Seor a sus amados hijosa vosotros y a m.

    Al repasar nuestras vidas y las de los dems, nos damos cuenta que en general, hay un justo equilibrio entre las experiencias placenteras y las amargas en la vida; que a nuestra vida la enriquece la experiencia. Sabemos que las experiencias dif-ciles nos hacen ms comprensivos y tolerantes para con los dems. Nos damos cuenta que al ejercer el autodominio nos elevamos sobre las dificultades de la vida, el carcter se desarrolla, y adems sabemos que en ninguna tribulacin estaremos solos. El Se-or est siempre cerca para consolarnos, aconse-jarnos y sostenernos. Sabemos que tenemos que pasar por pruebas si queremos cumplir con el pro-psito de esta vida terrenal. Comprendemos la sa-bidura de las palabras del Seor cuando dijo tierna-mente al profeta Jos Smith: ". . . Entiende, hijo mo, que por todas estas cosas ganars experiencia, y te sern de provecho." (dem. 122:7.)

    Las madres en la Iglesia, obedientes a las man-damientos de Dios, siempre encontrarn consuelo en esta maravillosa promesa del Seor, ora caminen entre verdes praderas o entre sendas llenas de es-pinas. '

    "Y ahora, de cierto os digo, y lo que digo a uno lo digo a todos, animaos, hijos pequeos, porque estoy entre vosotros y no os he abandonado." (dem. 61:36.)

    Ruego que sta sea nuestra, bendicin.

    11

  • por lima Lewis

    (Tomado de The Church News)

    EL presidente de la rama, hermano Ariel Fedri-gott estaba muy orgulloso, porque en ese nublado domingo de maana, su hijito de un mes sera bendecido ante la congregacin que l presida.

    Mientras el sol apareca, filtrndose por entre las columnas de estilo colonial que decoran la rama de Carrasco ubicada frente al mar, este hermano nos deca que su vida ha cambiado radicalmente desde que se uni a la Iglesia Mormona.

    Era completamente indiferentenos deca, a pesar de que saba que tena que cambiar. Pero la nica iglesia que conoca no era suficiente.

    Si alguien llega a venir a hablarnos de religin le deca siempre a su esposallmame enseguida.

    Grupo de miembros pertenecientes a la rama de Carrasco, en Montevideo.

    Este hermano no saba nada de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los ltimos Das, hasta que dos jvenes misioneros llegaron a su hogar.

    Les escuch con atencin, pero no me conven-carecuerda el hermanopero su espritu me im-presion ms que sus palabras. Me di cuenta que estos muchachos me ofrecan lo que yo haba estado buscando por mucho tiempo.

    La conversin fue difcil para este militar de la ciudad de Carmelo, sobre el ro Uruguay.

    Uno debe obedecer el evangelioagreg, y record cmo sus amigos no comprendieron ni acep-taron su nueva forma de vivir, pero la felicidad y el amor por su familia aumentaron.

    Perd algunos amigos, pero encontr muchos ms, y especialmente logr paz y felicidad.

    Este hermano hall paz y felicidad enseando el evangelio a sus nios, y progres rpidamente en la Iglesia, y actualmente es presidente de la rama de Carrasco, en Montevideo.

    La referida rama cuenta con doscientos miem-bros, y fue fundada hace aproximadamente cuatro aos.

    El presidente Fedrigotti es uno de los 11.500 miembros de la Misin Uruguaya, donde laboran doscientos un misioneros. Ms de la mitad de la poblacin de la Iglesia se uni a ella durante ios ltimos cuatro aos.

    La obra misional comenz en el Uruguay, en el ao 1947, poca en la cual haba solamente unos 1.300 miembros en las misiones Argentina y Brasile-a, que eran las nicas en Sudamrica en ese enton-

    (siguc en la pgina 19)

    Una de las capillas ms nuevas en la Misin Uruguaya es la de la rama de Sallo en el norte del pas.

    La llamada "Manzana Mormona" es ampliamente conocida en todo el pas y es donde est ubicada la cabecera de la Misin.

    12 LIAHONA

    El progreso del Uruguay

  • ENERO DE 1966 12-A

    La carrera en la playa por Jean Gunn

    LOS nios y nias de diez a doce aos que estn participando en la competencia de natacin sobre tablas, coloqense en lnea por favor.

    La alegre voz de los jueces hablando en el altoparlante se oy por toda la playa. El lugar irradiaba color, alegra y bullicio con las competencias acuticas que se estaban realizando.

    Betty coloc su tabla de flotar en la lnea al lado de su ami-guita Irma.

    Cmo ests Betty?le pregunt su amigaests lista para ganar esta carrera tambin?

    Ya lo creocontest la niaquiero batir el rcord del ao anterior. Hace un ao gan cuatro premios y el anterior tres,

    (pasa a la siguiente plana)

  • {viene de la pgina anterior)

    as que deber ganar cinco este ao. Betty, Irma y Juanita haban jugado jun-

    tas en la playa desde muy pequeas, pero con la ayuda de sus padres y de Toms, su her-mano mayor, Betty haba sido la primera en aprender a nadar, a zambullirse y a nadar sobre la tabla.

    Cuntos premios has ganado ya este ao, Betty?le pregunt otra de las nias.

    Ya gan las tres competencias anterio-res, nada ms me quedan por ganar sta y la de saltos de altura.

    Es lo que t crees, pero eso est por versedijo una voz a espaldas de las nias.

    Betty se dio vuelta y vio a Luis. Flacucho y tostado por el sol, el nio sostena entre sus brazos su tabla de madera. La familia de Luis no era gente criada en la playa. El seor Vrela trabajaba todo el ao en una mina para sostener a su familia. Luis ven-da peridicos en la playa durante el verano para poder ganar algn dinero y ser miembro del club de natacin.

    Eso est por verserepiti Luis. Betty le dirigi una mirada de enojo.

    Saba que el nio tena razn. El era el nico que realmente poda ser un rival para ella. Luis pasaba cada momento libre en la playa, nadando sobre su tabla. Pero Betty tena doce aos y Luis slo diez, eso podra ayu-darla.

    En sus marcas! Listos! Ya!- grit el juez.

    Diez tablas de diferentes colores se des-plazaron y comenzaron a avanzar hacia la meta.

    Betty llev la delantera desde el principio y se mantuvo en primer lugar durante un buen trecho. Poco despus una tabla azul se acerc a ella. La nia mir hacia atrs y vio que Luis se le estaba acercando. Todos los dems nios haban quedado atrs.

    Betty trat de mover sus pies ms rpi-damente y su tabla se adelant un poco ms. Nad con, todas sus fuerzas y volvi a mirar hacia atrs. Luis tena los dientes apreta-dos y gotas de sudor le corran por la frente, pero no perda de vista la meta; la nia se dio cuenta qu Luis muy pronto la pasara.

    Al pasar la segunda marca, la tabla de Luis qued al alcance de Betty. Sin pensar lo qu haca-- Betty estir a mano y empuj al nio hacia atrs tan fuerte como pudo, lo cual le dio cierta ventaja.. 12-B

    Luis casi me lleva por delantese dijo la nia a s misma, mientras se acercaba a la meta.

    Aqu llega Betty Salinas en primer lugar!dijo el juezParece que Betty es la ganadora de todas las competencias. Y aqu llega Luis Vrela en segundo lugar!

    Betty me empuj, Betty me empuj! protest el nio.

    No debas haberte cruzado en mi ca-mino, Luisdijo Betty, y luego agreg diri-gindose a su familia:

    No se vayan todava, sigue la competen-cia de los varones y luego la de saltos de al-tura, y sta la voy a ganar tambin.

    Distradamente observ a los varones mientras competan y escuch sin poner mu-cha atencin a la conversacin de sus padres.

    Ojal que Luis gane esta competencia murmur su madreEs tan luchador y aunque pierda no pierde el nimo.

    S, eso es lo importanteagreg su pa-drees luchador. Cuando pierde lo hace hon-rada y limpiamente, y sigue adelante. Luis es un buen deportista.

    Betty se sinti como si las nubes se hu-bieran amontonado sobre su cabeza cubriendo el sol. Le dio fro. "Luis pierde honrada y limpiamente", pero ella haba ganado "hon-rada y limpiamente"?

    Las nias que van a competir en los saltos de altura dirjanse al trampolndijo el juez por el micrfono.

    Betty, no es esa la prxima compe-tencia en que vas a intervenir? Vamos, dor-mida, despierta, de aqu no podrs saltar le dijo su hermano.

    Ya voy, no te preocupes, estaba dis-tradacontest la nia.

    Todo el entusiasmo de la competencia se haba desvanecido, una y otra vez las pala-bras de su padre volvan a su mente: "Luis pierde honrada y limpiamente" "Luis es un buen deportista", estas frases sonaban como una acusacin contra ella. Acaso su padre la haba visto cuando empuj al nio? . . . Pero Luis no tena ningn derecho a acer-carse a e l la . . . .

    Pero si estaba tan segura de haber actua-do con justicia, por qu tena ese sentimien-to de culpa? Media hora antes estaba segura de que tena derecho a ganar la competencia de saltos de altura. Despus de todo para eso su hermano Toms se esmer tanto en

    LIAHONA

  • ensearla. Mientras miraba saltar a sus amiguitos, se pregunto por qu nunca se le habra ocurrido invitarlos a que tomaron parte en las lecciones que le daba Toms.

    Subi despacio al trampoln y automti-camente se tir cortando el agua con elegan-cia, saliendo luego a la superficie. "Luis pierde honrada y limpiamente" repeta men-talmente.

    Los jueces han elegido a Betty como la ganadora del certamen de saltos de altura. Esta nia es una verdadera campeona de las competencias acuticas este aose oy la voz en el altoparlante.

    Mientras Betty se diriga al lugar donde estaba su familia, iba pensando cmo podra aceptar el premio como ganadora de la com-petencia de carreras sobre la tabla de madera. Pero tampoco podra rechazarlo. .. .

    Cuando la competencia termin, Betty tuvo que subir al estrado para recibir sus cinco premios.

    El juez la elogi mucho y dijo: Para nuestra futura campeona olm-

    pica, un premio por la competencia de carre-ras, otro por estilo de pecho, otro por estilo de espalda, otro por la carrera en la tabla y otro por salto de alturay cada vez que men-cionaba un premio, colocaba una insignia en la banda que entregara a la nia.

    Betty tena la garganta seca y le ardan los ojos, entonces dijo al juez:

    Seor juez, acerqese un poco por fa-

    vor, tengo algo que decirley susurrando al odo le dijo:

    La carrera en la tabla no la gan lim-piamente, no puedo aceptar ese premio.

    Cmo que no lo ganaste?susurr al odo de la niaTodos vimos que llegaste primero, por qu dices que no ganaste.

    Nodijo la niaempuj a Luis cuan-do pas a mi lado, y lo desplac a propsito hacia atrs. Me estaba alcanzando y cuando lo empuj retrocedi hasta quedar al lado de Irma. No puedo aceptar ese premio.

    Con una mirada seria el juez le dijo: Espera un momento pequea. Los jueces cuchichearon entre s y mo-

    mentos despus el juez se adelant hacia el micrfono y dijo:

    Betty no slo es una excelente nadadora sino tambin una verdadera deportista. Me pidi que la descalificara de la competencia de carreras en la tabla porque considera que el verdadero ganador es Luis Vrela. Luis, quieres acercarte por favor?

    Betty baj del tablado con los cuatro pre-mios en sus manos. Quera ir a su casa. No quera ver a nadie, qu avergonzada estara su familia! Ni bien baj a la arena, una mano se apoy en su hombro.

    Levant la vista y vio a su hermano To-ms, en su cara no haba muestras de enojo o censura, haba orgullo.

    Mam y pap quieren que te apures, te estn esperando. Levanta l cabeza y sonre, eres una verdadera campeona!

  • ESTE'gatito ha perdido el ratn que caz. Sin cruzar ninguna lnea, puedes ayu-darlo a llegar hasta el ratn?

    12-D LIAHONA

  • EL ratn del campo estaba muy contento porque su primo de la ciudad haba aceptado su invitacin a cenar. Agasaj a su primo con la mejor comida con que con-taba, granos de maz y de trigo y cascaras de pan.

    El ratn de la ciudad trat de no demos-trar cunto le disgust la comida y comi un poquito de cada cosa para no quedar mal. Sin embargo, despus de cenar, le dijo a su primo:

    Cmo puedes soportar esta comida? Yo creo que aqu en el campo no conocen nada mejor, por qu no vienes a mi casa a la ciudad? Y una vez que hayas probado las cosas deliciosas que como todos los das, no querrs volver aqu.

    El.ratn del campo no slo perdon de buena gana a su primo porque no supo apre-ciar su cena, sino que acept gustoso acom-paarlo a la ciudad esa misma noche.

    Llegaron ya obscuro. El ratn de la ciu-

    FABULA DE ESOPO

    dad, como anfitrin, llev a su primo a una gran sala donde se haba servido una cena.

    Debes estar cansadole dijodescan-sa mientras voy a buscarte algo de comer. Poco despus regres con nueces, dtiles, pe-dazos de pan y fruta. El ratn del campo encontr tan deliciosa la comida que pens que le gustara quedarse en el lugar.

    Pero antes de tener oportunidad de abrir la boca para decir algo, oy un espantoso ru-gido y mirando hacia arriba, vio a una cria-tura monstruosa que entraba como un rayo en la habitacin. Casi loco de susto, el ratn del campo salt de la mesa y corri y corri alrededor del cuarto tratando de encontrar un lugar donde esconderse. Finalmente en-contr un lugar seguro.

    Mientras se repona del susto, decidi volver a su casa tan pronto como pudiera salir de all. Y se dijo a s mismo: "ES ME-JOR COMER COMIDAS SENCILLAS EN LUGAR SEGURO, QUE NUECES Y D-TILES EN MEDIO DEL PELIGRO."

    ENERO DE 1966 12-E

    El ratn de la ciudad y el ratn del campo

  • ABIA una vez una gallinita roja que viva en una granja junto con un pato,

    un gato y un cerdo. Un da la gallinita encontr un grano

    de trigo. Cloc, clocdijo la gallinitaquin

    quiere plantar este granito de trigo? Yo nodijo el gato. Yo tampocodijo el pato. Ni yodijo el cerdo. Muy bien, entonces lo plantar yo

    elijo la gallinita. Y lo plant.

    El sol brill y vinieron las lluvias. El granito creci y se transform en una her-mosa planta; Despus de cierto tiempo, el trigo estaba listo para cosecharse.

    La gallinita llam al gato, al pato y al cerdo y les pregunt

    Quin de ustedes va a cortar este trigo?

    Yo nodijo el gato. Yo tampocodijo el pato. Ni yodijo el cerdo. Muy bien, entonces lo cortar yodijo

    la gallina. Y lo cort. Despus que hubo cortado el trigo, la

    gallinita pregunt: Quin va a trillar este trigo?

    Yo nodijo el gato. Yo tampocodijo el

    pato. Ni yodijo el cerdo. Muy bien, entonces lo

    har yodijo la gallinita. Y lo hizo. Despus que trill el trigo,

    era necesario llevarlo a un molino para que al molerlo se transformara en harina, entonces la gallinita pregun-t:

  • Quin va a llevar este trigo al molino para que lo muelan?

    Yo nodijo el gato. Yo tampocodijo el pato. Ni yodijo el cerdo. Bueno, entonces lo llevar yodijo la

    gallinita roja. Y as lo hizo. La pobre gallinita llev la pesada bolsa

    de trigo al molino donde la transformaron en harina, y cuando regres a la granja pre-gunt nuevamente:

    Quin va a amasar la harina para hacer el pan?

    Yo nodijo el gato. Yo tampocodijo el pato. .Ni yodijo el cerdo. Muy bien, entonces lo har yo. Y la gallinita roja hizo el pan. Cuando hubo terminado su trabajo, y

    sac un hermoso pan del horno, pregunt: Quin se va a comer este pan? Yo me lo comodijo el gato. No, es para mdijo el pato. No, lo comer yoagreg el cerdo. No, amiguitos, ustedes no comern na-

    dadijo indignada la gallinita rojael pan lo comer yo.

    Y la gallinita roja se sent a la sombra a comer el pan con sus pollitos.

    ENERO DE 1966 12-G

  • Himno de prctica para el mes de marzo

    "Dulce es la Obra"letra de I. Watts, msica de John J. McClellan, pgina 189 de los Himnos de Sin.

    Este es un himno ideal en todo sentido. Primera-mente, porque es una oracin directa al Seor. En segundo lugar, su texto expresa que el trabajo en la Iglesia es dulce. Isaac Watts escribi este himno mucho tiempo antes de que el evangelio fuese res-taurado en nuestros das, pero expresa con fervientes palabras, las gracias, la verdad, la luz, el triunfo, la paz, la alegria y la dulzura de estar embarcado en la obra del Seor. Creo que todos los que trabajamos activamente en la Iglesia sabemos perfectamente lo que esto significa.

    "Sabidura ante todo; adquiere sabidura"dice el proverbio (Proverbios 4:7), por qu razn desea-mos "saber" en cuanto a este himno? Lo principal que queremos comprender es su mensaje, sta es la razn por la que lo cantamos.

    No cantemos por rutina. Dejemos que el director de msica nos inspire, dirigiendo este himno en el tiempo asignado. Estemos atentos y aprendamos la mejor manera de cantar esta ferviente oracin a Dios, nuestro Rey.

    Para los directores de msica

    En general este himno es bien conocido por la congregacin. Pero saben todos los versos de memo-ria? Primeramente ensee la primera estrofa, luego se debern cantar las otras tres. El director de msica decidir si es conveniente o no tocar un interludio a mitad del himno. Para el organista

    El organista puede tocar este himno en un tono moderado. Elimine el trmolo porque es demasiado aflautado, y las notas patticas interferirn con el espritu de serenidad y exaltacin de la msica.

    Debe usarse un tiempo medio. La indicacin de ochenta y cuatro tiempos por minuto es correcta, lo que equivale a veintin tiempos cada quince segun-dos, o sea siete cada cinco segundos, lo cual puede controlarse con el reloj. Practquese el tiempo en la reunin de preparacin, pidiendo a alguien que tom el tiempo mientras el organista toca.

    Las nicas dificultades tcnicas son las notas de tenor que aparecen en la ltima lnea. Deben tocarse todas, y si la mano izquierda no puede alcanzarlas al mismo tiempo en el bajo, utilice la mano derecha.

    Himno de Prctica, para el mes de ma^rzo Escuela Dominical de Menores

    "Me gusta Pensar en el Seor"letra de Jemima Luke, msica de Leah A. Lloyd, pgina 23 de Los Nios Cantan.

    Este himno tiene un mensaje muy importante y fue escrito especialmente para los pequeos. La com-posicin comienza sugiriendo que los nios lean acerca de Jess, que estudien las Escrituras. Luego habla de su amor hacia los nios, y lo importantes que son para El. Tanto es as, que se pueden comu-nicar con El por medio de la oracin. Y termina con una maravillosa promesa que todos deben com-prender: "Si soy obediente, cumplido y fiel, en ver-dad yo ver al Seor."

    Obsrvese que se usa el pronombre "yo" durante toda la cancin y esto se ha hecho para destacar que los nios son responsables de sus acciones y que no

    pueden culpar a los dems por sus propios errores. El premio que reciban ser de acuerdo con sus obras.

    La meloda y las palabras encajan perfectamente en este himno. Cada palabra o slaba corresponde a una nota separada y los acentos estn marcados generalmente en las notas que se acentan. Esto no slo hace el mensaje ms distintivo, sino que simpli-fica su aprendizaje. A los Directores de Msica;

    Los versos deben cantarse primero sin acompa-amiento, para beneficio de los nios. Si el director de msica canta con sinceridad y de memoria, crea-r el ambiente apropiado e inculcar en los nios que siempre debemos buscar a Jess si deseamos obtener los galardones que El nos ha prometido.

    12-H L I A H O N A

    La pgina de la Escuela Dominical

  • El himno tiene cuatro frases cada una de las cuales tiene una meloda diferente, y comienza con un movimiento hacia arriba. Esto es algo compli-cado para los nios, ya que estn acostumbrados a seguir el modelo ordinario de direccin de himnos. Cuando la mayora de los nios ya pueda cantar el himno, agregese el acompaamiento y luego dir-jase usando dos tiempos por comps.

    Si los nios se acostumbran a que siempre se dirijan los himnos de la misma manera, cuando crez-can tendrn problemas para cantar al asistir a la Escuela Dominical para mayores. A los Organistas:

    Obsrvese que las notas ms bajas que se han

    j o y a Sacramenta l par e l mes de marzo Escuela Domin ica l

    "Por tanto, prubese cada uno a s mismo, y coma as del pan, y beba de la copa."

    (/ Corintios 11:28.)

    DOS NUEVOS CONSEJEROS (viene de la pgina 5)

    Smith, dicho perodo abarc treinta meses. Desde la muerte del presidente Wilford Woodruff, y de acuerdo con una revelacin recibida por el presi-dente Lorenzo Snow en esos momentos, se debe nombrar el nuevo presidente y la nueva organiza-cin de la Primera Presidencia en unos pocos das.

    Casi al final de la 43a. conferencia general de la Iglesia, en abril de 1873, se anunci que Brigham Young sera el nuevo Presidente, y con los siguientes hermanos como consejeros: George A. Smith, Daniel H. Wells (estos hermanos haban sido consejeros desde 1863 y 1857 respectivamente), Lorenzo Snow, Brigham Young H., Albert Carrington, John W. Young y George Q. Cannon. Antes de su llamado, el presidente Young dijo: ". . . tiene ahora dos con-sejeros que lo ayudarn como Presidente de la Igle-sia, y tiene pensado elegir a cinco ms. De acuerdo con el orden de la Iglesia, tiene el privilegio de con-tar con siete hermanos en dicho cargo." (Millennial Star, 35 [13 de mayo de 1873], 22.)

    En la conferencia de octubre de 1873, se nom-br a Brigham Young como "Profeta, Vidente y Revelador, y Presidente de Ja Iglesia de Jesucristo de los Santos de los ltimos Das, en todo el mundo.

    "George A. Smith, Daniel H. Wells, Lorenzo Snow, Brigham Young, H., Albert Carrington, John W. Young, y George Q. Cannon, eran consejeros

    escrito para tocarse con la mano derecha, son parte de las teclas correspondientes a la mano izquierda. Son el fondo o base de la meloda y deben tenerse en cuenta como tales. Esto hace que la meloda est separada a pesar de que se toca simultneamente con las distintas teclas. Debe hacerse lo ms clara posible, especialmente cuando se toca para nios pequeos.

    La meloda debe tocarse suavemente, acentuando el primer y cuarto tiempo del comps, porque las palabras ms importantes estn comprendidas en estas notas.

    Analicemos un momento la impresin que este himno dejar en nuestros nios.

    Mary W. Jensen.

    Joya Sacramenta! pa r el mes de marzo Escuela Domin ica l de Menores

    "Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de m."

    {Lucas 22:19.)

    ayudantes del presidente Brigham Young." (Ibid., 9 de mayo de 1874, p. 1.)

    En octubre de 1876, despus de la muerte del presidente George A. Smith, "John W. Young y Daniel H. Wells" fueron presentados como "Conse-jeros del presidente Brigham Young". Esto redujo los ayudantes a cuatro. (Ibid., 6 de octubre 1876, pg. 2.)

    Despus de la muerte del presidente Brigham Young, los lderes John W. Young y Wells pasaron a ocupar el cargo de "Consejeros de los Doce Aps-toles". (Ibid., 6 de octubre de 1877, pg. 2; de abril de 1878, pg. 1.) Los cuatro restantes consejeros pasaron al Consejo de los Doce: lderes Snow, Brig-ham Young, H., Carrington y Cannon.

    Los lders John W. Young y Wells ocuparon por muchos aos el cargo de "Consejeros de los Doce Apstoles". lder Young se ausent por un tiempo al Este por cuestiones de negocios, pero fue reelegido. lder Wells fue nombrado por ltima vez en octu-bre de 1890, y en la conferencia de octubre de 1891, "el hermano (George Q. Cannon) declar que haba recibido una carta del hermano John W. Young pi-diendo que en esa oportunidad no se presentara su nombre." (Ibid., 6 de octubre de 1891, pg. 3.)

    En junio de 1961, el presidente David O. McKay tambin nombr un consejero adicional a la Primera Presidencia, cuando llam al hermano Hugh B. Brown a su cargo. El presidente Brown pas a ser segundo consejero cuando muri el presidente J. Reuben Clark, H., en octubre de 1961.

    ENERO DE 19 66 13

  • por Klea Evans Worsley (Tomado de The Improvement Era)

    LDER Merrill Keller se dirigi a la plataforma de la estacin del ferrocarril, como lo haba hecho en los ltimos cinco das. Se qued

    observando las vas hasta que se perdan de vista en los lejanos cerros austracos. Los guardias nazis ya sospechaban algo, pero en el prximo tren probable-mente llegaran su hermano Larry y los otros misio-neros.

    Varias veces haba decidido que el prximo tren seria el ltimo que aguardara, pero su preocupacin por Larry y sus compaeros, y su conviccin instin-tiva de que tomaran ese camino, lo mantenan esperando el prximo tren.

    El buen hermano Dusseldorn lo estaba esperando en su viejo camin bajo el puente cercano a dos cuadras de distancia, y Merrill se haba aprendido de memoria todos los caminos y villas que deberan recorrer para llegar a la cercana frontera Suiza y alcanzar la libertad.

    Su compaero y los otros lderes haban partido una semana antes. Le haban dicho claramente que no tena objeto que se quedara. Una y otra vez in-sistieron en que no haba ninguna seguridad de que su hermano y los otros misioneros vendran por ese camino. Quiz ya haban partido, pues haca varios das que los misioneros haban recibido rdenes de abandonar el pas. Merrill comprenda que los misio-neros tenan razn, pero no poda partir hasta estar seguro de que su hermano estaba a salvo.

    Mientras pisaba los gastados tablones, record lo mal que se haba sentido cuando vio que su com-paero y los otros lderes se dirigieron al camin del hermano Dusseldorn. Los sigui con la vista hasta que el camin desapareci en el camino que iba a la frontera. Tambin record el alivio que haba sen-tido cuando vio regresar el camin y el hermano Dusseldorn le dijo sonriendo que los misioneros hab:an cruzado la frontera y estaban a salvo. Hasta aquel momento no tena todava ningn plan para avisar a Larry y los otros lderes que los estaba es-perando en la estacin, pues de seguro ellos pensa-ban que haba partido con los otros misioneros.

    Haba estado buscando el modo de avisarles que estaba all. Los oficiales nazis que venan en cada tren, de ninguna manera le permitiran subir al tren para buscarlos. Y aunque se lo permitieran, el tren slo se detena en la estacin por tres minutos, tiempo insuficiente para revisar los cinco o siete vagones de cada tren.

    Sus pensamientos al fin dieron con la solucin el primer da que sali del hotel por la maana para dirigirse a la estacin. Silbara una cancin.

    Si cantaba llamara la atencin. Especialmente

    si las palabras eran en ingls. Pero poda silbar y los guardias no sospecharan nada. La siguiente pre-gunta fue, cul sera la cancin. Acaso el himno norteamericano? Lo rechaz inmediatamente, ya que sera un desafo a los nazis si stos reconocan la tonada. Necesitaba silbar algo relacionado con la Iglesia para que los jvenes recibieran el mensaje inmediatamente y tuvieron tiempo de bajarse del tren.

    Pens en varios himnos hasta que hall la solu-cin, cantara "Oh Est Todo Bien!".

    Y as, con sus maletas en la parte de atrs del camin, y una o dos horas de descanso entre cada tren, haba continuado la vigilia. Cuando un tren se detena, recorra el andn de un extremo a otro silbando el himno con toda la fuerza de sus pul-mones. Era verano, y por lo tanto las ventanillas del tren venan abiertas y esto lo ayudaba a que las notas del himno penetraran de un lado a otro del tren.

    Entre uno y otro tren, la hermana Dusseldorn le traa unas rebanadas de pan negro y a veces un pedazo de queso.

    La falta de alimento y el poco descanso estaban empezando a surtir efecto. Repentinamente se sin-ti tan dbil que pareca que las piernas no lo sos-tendran. Lleg al final de la plataforma y consult su reloj. Faltaban quince minutos para el expreso de las dos de la tarde.

    Un arrogante soldado en la puerta del depsito de equipajes, lo miraba insistentemente. Los guardias no le haban dicho nada hasta ahora, pero saba que en cualquier momento lo podran llamar para inte-rrogarlo. Tema que lo llamaran en momentos en que vena el tren.

    Mientras caminaba, sus pensamientos volaron dos aos atrs y record la despedida de Larry. Ni l ni su hermano haban salido nunca de su hogar en una granja, con la excepcin de un viaje a Califor-nia y otro a Yellowstone Park para las vacaciones. Austria era la tierra de su padre y record la alegra de Larry cuando abri el sobre y vio que su llama-miento era para Austria. Seis meses despus tambin llamaron a Merrill para que fuera misionero en la tierra de su padre. Todava recordaba al obispo hablndole de las bendiciones que traera a la fami-lia el tener dos hijos en el campo misional.

    Dos aos antes no haba siquiera rumores de guerra, nadie se imaginaba que Hitler intentara conquistar el mundo.

    Sus pensamientos quedaron interrumpidos con el ruido de los rieles. Ya haba perdido la cuenta de las veces que haba escuchado el mismo sonido en

    14 LIAHON A

    "Paz ser el galardn..."

  • los ltimos cinco das. Se apresur hacia el andn donde generalmente se detena el primer vagn. Su corazn siempre palpitaba ms rpido cuando vea el tren y se aproximaba a l. Enseguida que el ruido de los rieles contra las ruedas se detuvo, llen sus pulmones de aire y comenz a silbar y a recorrer el andn al lado de los vagones.

    "Hacia el sol, do Dios lo prepar, Buscaremos lugar . . ."

    Las palabras siempre acudan a su mente. Y hasta cambiaba de versos mentalmente para man-tener el nimo. Una vez comenz a silbar la ltima estrofa: "Aunque morir nos toca sin llegar . . ." pero inmediatamente cambi de verso.

    Ahora, sin embargo, toda su atencin estaba cen-trada en los ocupantes del tren. Caminaba rpida-mente y con la vista recorra cada una de las ven-tanillas, tratando de que su meloda penetrara bien adentro. Lleg al ltimo vagn y oy el silbato que indicaba la partida del tren. Aspir hondamente y casi corri el resto del vagn que le faltaba, haciendo su silbido an ms agudo para que se sintiera a pe-sar del ruido de la locomotora.

    "Ceid los lomos con valor, Jams os puede Dios dejar . . ."

    El tren comenz a andar y se desvaneci su nimo. Ya no tena valor. Afloj los hombros mien-tras recorra el camino de regreso. La hermana Dus-seldorn le traera algo de comer al camin. Se dio cuenta que estaba muerto de hambre. Faltaban dos horas para la llegada del prximo tren, quiz pudiese dormir un rato. Adems de hambriento se senta muy dbil. Quiz no haba ninguna razn para es-perar a Larry. Tal vez su hermano haba tomado la ruta del sur. Hasta era posible que Larry y el resto de los misioneros estuvieran esperndolo en Suiza para ir juntos a Copenhague, punto de reunin de todos los misioneros evacuados. O quiz viajaran por Alemania hasta Dinamarca, lo que sera suma-mente arriesgado.

    Pareca que el himno le resonaba en la mente todo el da:

    "Jams os puede Dios dejar . . ." Despus de almorzar, se recost en el duro asiento

    de cuero del camin y dormit. Se despert asustado, temeroso de hacer perdido el tren, pero slo haba dormido veinte minutos. Todava tena que esperar cuarenta y cinco minutos. Decidi volver a la esta-cin del ferrocarril porque en tiempos de guerra no se poda confiar en la exactitud de la llegada de los trenes. Cuando se estaba acercando, vio que dos guardias estaban conversando y uno de ellos lo se-al. Aunque no poda oir de qu hablaban, se dio cuenta que sus caras mostraban enojo.

    El corazn le empez a latir fuertemente. Hasta ahora haba tenido suerte, pero tena la impresin de que su buena racha haba terminado. Uno de los oficiales se le acerc y le dijo:

    Americano, mejor te vas de la estacin si no quieres que te lleve al capitn para que te interrogue.

    Esto sera desastroso, no slo perdera el tren, sino que podan detenerlo por tiempo indefinido. Po-

    siblemente lo mejor era obedecer aunque fuese momentneamente.

    Muy bien, oficialdijo, y se alej del lugar. Evidentemente se le haba terminado la buena

    suerte. De cualquier manera quiz estuviese per-diendo el tiempo. Quiz lo mejor era que el her-mano Dusseldorn lo llevara hasta la frontera. Si estaba esperando aqu mientras su hermano ya esta-ba a salvo en Copenhague, sera arriesgarse y perder tiempo.

    En esos momentos se acord de la vez en que l y su hermano estaban nadando y a l se lo comen-z a. llevar la corriente. Larry se zambull y lo ayud arriesgando su propia vida. Tambin record las muchas veces en que Larry haba dejado a un lado sus propios estudios para ayudarlo con sus tareas de matemticas para que no fracasara. Tena que esperar algunos otros trenes a pesar de que estaba arriesgando su seguridad.

    Ni bien los guardias entraron a su oficina, cuando apresuradamente se dirigi a un pequeo edificio que se hallaba en la esquina de la estacin. Desde all podra observar a los soldados que estaban en la estacin. Si cambiaban la guardia antes de que llegase el tren, quiz los nuevos soldados no supie-sen nada de la amenaza que pesaba sobre l.

    Mir el reloj. Faltaban seis minutos para que llegara el tren. En unos momentos los rieles comen-zaran a sonar y el tren se vera a lo lejos. Los ofi-ciales de la estacin eran los mismos.

    Mir otra vez el reloj, y mientras lo haca co-menz el ruido que anunciaba la llegada del tren.

    Los mismos guardias estaban an en la plata-forma. Si comenzaba a silbar cuando llegara el tren, lo detendran de inmediato. Se sinti desam-parado, y sin embargo necesitaba hacer algo.

    Repentinamente mir hacia las vas. Oa el ruido del tren pero no lo vea. Mir hacia el otro lado y vio un tren que vena del oeste. Esta era la segunda vez que en cinco das vea un tren que vena del oeste.

    Vio que un oficial abra bruscamente la puerta del saln de comunicaciones y daba rdenes. Inme-diatamente todos los hombres que controlaban la estacin se abalanzaron dentro del tren. Evidente-mente pasaba algo grave. Luego desaparecieron de vista en el interior del tren.

    Entonces Merrill oy que vena el tren del este. Suspir con una oracin de agradecimiento y corri hacia el andn para estar listo en el momento en que el tren se detuviera. Qu verso haba silbado la ltima vez? Pero, por qu se preocupaba por un asunto tan trivial? Qu importaba el verso?

    "Seor, permite que est en este tren", or en su corazn, y comenz a silbar el conocido himno. Corri casi a lo largo del primer vagn, a pesar de que an no se haba detenido por completo. Algo le haca poner un nfasis especial en las notas del himno mientras silbaba,

    "Aunque cruel jornada sta es . . ."silb mien-tras pensaba que sta era su ltima oportunidad.

    Quedaban solamente dos vagones. "Mas si la vida Dios nos da . . ."

    (sigue en la pgina 17)

    ENERO DE 1966 15

  • Vigsimosegundo do una serie de artculos sobre el Perfeccionamiento de la Enseanza

    Los proverbios y las parbolas por Lowell L. Bennion

    (Tomado de the Instructor.)

    J OSEPH Klausner, destacado erudito judo, re-chaza la divinidad de Cristo, pero reconoce que es un Maestro en el uso de proverbios y parbolas. En este artculo examinaremos brevemente los pro-verbios y parbolas usados por Jess y considerare-mos su valor como instrumentos en la enseanza del evangelio. Los proverbios de Jess

    Se define el proverbio como "una mxima ex-presada con pocas palabras, y de uso popular." Esta sencilla definicin es suficiente ya que contiene los elementos principales del mismo. Un proverbio es breve, conciso, fcil de recordar y repetir; encierra sabidura, sustancia y prudencia. Como cualquier otra obra clsica, atrae la atencin de la gente por un largo perodo de tiempo. Podemos decir que con-tiene la sabidura de nuestros antepasados, resumida en una corta y vivida expresin.

    Todos tenemos nuestros propios proverbioslos chinos, ingleses, espaoles, alemanes o hebreos. En los das anteriores al desarrollo de la prensa y de la ciencia, los proverbios jugaron un papel mucho ms importante del que desempean hoy da.

    En nuestra tradicin religiosa, asociamos comn-mente los proverbios con el libro del mismo nombre que se encuentra en el Antiguo Testamento. Esta coleccin, sin embargo, no consiste slo de prover-bios. Contiene tambin exhortaciones, sermones cor-tos y poemas, as como tambin citas de carcter proverbial, la mayora de las cuales son muy largas para poderlas recordar fcilmente. Por ejemplo: "Instruye al nio en su camino, Y cuando fuere viejo no se apartar de l." (Proverbios 22:6.) Un proverbio genuino dentro de esta coleccin sera: "La blanda respuesta quita la ira . . ." (Proverbios 15:1.)

    Citamos a continuacin algunos de los proverbios usados por el Salvador:

    . . . El espritu a la verdad est dispuesto, pero la carne es dbil. (Marcos 14:38.)

    . . . Todos los que tomen espada, a espada pere-cern. (Mateo 26:52.)

    . . . No hay profeta sin honra, sino en su propia tierra . . . (Mateo 13:57.)

    . . . No slo de pan vivir el hombre . . . (Mateo 4:4.)

    . . . Basta a cada da su propio mal. (Mateo 6:34.) . , No echis vuestras perlas delante de los

    cerdos . . . (Mateo 7:6.)

    . . . Deja que los muertos entierren a sus muer-tos. (Mateo 8:22.)

    . . . Los sanos no tiene necesidad de mdico . . . (Mateo 9:12.)

    . . . Toda casa dividida contra s misma, no per-manecer. (Mateo 12:25.)

    . . . Todas las cosas son posibles para Dios. (Marcos 10:27.)

    . . . Porque muchos son llamados, y pocos es-cogidos. (Mateo 22:14.) Los proverbios y la enseanza

    Los proverbios cumplen la misma funcin que las ilustraciones o historietas, son fciles de recordar. Al mismo tiempo son el punto en que se puede co-menzar, condensar o desarrollar una leccin. No es fcil impresionar a la gente con ideas generales o abs-tractas, es necesario concretarse a un tema y comen-tarlo con los dems. Los proverbios estn llenos de colorido, despiertan los sentimientos y la imagina-cin a la vez que la lgica. Son motivo de influencia en la conducta.

    El fallecido hermano James E. Moss, estimado profesor de seminario, siempre us proverbios en sus enseanzas. Sus alumnos todava re