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DISCAPACIDAD VISUAL HOY APORTES SOBRE LA VISION DIFERENCIADA Monumento a Louis Braille

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DISCAPACIDAD VISUAL HOYAPORTES SOBRE LA VISION DIFERENCIADA

1809 - Louis Braille - 2009

Bicentenario de su Nacimiento

EDICIÓN ESPECIAL DICIEMBRE 2009

Monumento a Louis Braille

Foto de tapa

El monumento a Louis Braille está ubicado en la Avda. Presidente Soré, frente a la sede de la Prefectura de Macaé (Río de Janeiro).- La base es de granito de 5 m por 5 m, a tamaño natural y pesa 1200 Kg.- La estatua está construida en bronce y obedece criteriosamente a las costumbres de la época -Francia en el siglo XDC-

La escultura está representada por una mesa donde aparece Louis Braille sentado enseñando a dos niños el alfabeto de su creación.-

Los visitantes pueden participar de la escultura sentándose en la silla vacía que está colocada al lado de Louis Braille.- Allí el visitante podrá conocer un poco del método de lectura usado por las personas ciegas, porque, sobre la mesa están esculpidos tres textos en braille: El primero representa el alfabeto; el segundo es un Homenaje a tos 190 años del nacimiento del inventor del método y el último texto es una copia del Acta de Fundación de la AMAC (Asociación Macaense de Apoyo a tos Ciegos)

La obra fue realizada por el artista plástico y miembro de la Academia Brasilera de Bellas Artes, Joás Pereira dos Passos.-

Contenido• Editorial. Por Erna Montenegro de RoseII• La lectura en relieve. Por Julián Baquero• Braille 1809-2009. La escritura de 6 puntos y su futuro. Traducido por Pedro Zurita • Músicos ciegos y Louis Braille. Por Osvaldo Guzmán • La personalidad de Louis Braille• Braille por Louis. Por Enrique Elissalde• Un encuentro entre dos grandes. Por Virginia A. Pérez de Vallejo• Elogio al Braille. Por Carlos Alexis García • Importancia del sistema Braille en la Rehabilitación. Por Liliana Otero• El Braille en América Latina. Por Enrique Elissalde• La Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad y el sistema Braille• El Braille de cada día• Conferencia Iberoamericana del Braille• Invocación a Louis Braille. Por Pedro Rosell Vera • Dossier: Carta abierta a Louis Braille. Por Pedro Zurita Pliego central

EDITORIAL Con esta edición especial, queremos participar de los actos con que el mundo celebra el Bicentenario de Luis Braille y su genial sistema, tan vigente ahora como cuando fuera adoptado como el más eficaz instrumento para la lectoescritura de las personas ciegas.

El Sistema Braille marca un antes y un después en todos los ámbitos referidos a la vida de las personas ciegas, como expresan los autores de los artículos que acompañan esta edición. Antes y después en el acceso a la educación, al estudio de la música y las ciencias, al trabajo, a la comunicación, al uso del tiempo libre; antes y después en el camino a la dignidad.

Este sistema se sustenta en la combinación de seis puntos y en el umbral de percepción táctil de la yema del dedo. Fue concebido por un alumno del Instituto de Jóvenes Ciegos de París, con el método del ensayo y el error, sin otro subsidio que el apoyo de sus compañeros ciegos y el aliento del Dr. Pignier, director del establecimiento. El joven Braille comenzó sus investigaciones a los 12 años, y no claudicó hasta la publicación, años más tarde, de los códigos alfabético, matemático y musical.

En forma paralela, con la colaboración de un amigo ciego, Foucault, inventó un aparato para la correspondencia entre personas ciegas y videntes, al que denominaron "rafígrafo". A los 20 años publicó el "Nuevo procedimiento para representar por puntos la propia forma de las letras, cartas geográficas, caracteres musicales, etc., para el uso de los ciegos". Este método fue el que utilizó para escribir cartas a su madre y al Dr. Pignier.

El accidente que lo dejara ciego en la primera niñez, la enfermedad incurable contraída en plena juventud, la incomprensión de los profesores videntes del Instituto, que no aceptaban su sistema de puntos en relieve, fueron apenas contingencias terrestres, las coordenadas de un destino que alcanzaría la dimensión de los elegidos. Destino que le reservaba el reconocimiento de personas ciegas de todas las latitudes y un sitio de honor en el Panteón de los Hombres Sublimes de Francia.

Ema Montenegro de Roseli

DIRECTORA

La Lectura en RelievePor JULIÁN BAQUERO

Fundador de la Biblioteca Argentina para Ciegos (BAC)

La Dirección de la Revista de "Identificación Humana", desea agradecer muy particularmente

la gestión de los no videntes, señores Pedro Ignacio Rosell y David López, por intermedio de los cuales fue posible obtener la publicación del presente trabajo inédito de Julián Baquero, como feliz primicia para "Identificación Humana".

El autor, nacido en el pueblo de Nabalmoral de la Mata, localidad española de Toledo, el 16 de marzo de 1888, alumno destacado del Colegio de Ciegos de Carabanchel de los Bajos de Madrid, pasó rápidamente a continuar estudios superiores en el Colegio Normal de Madrid, hasta que, en 1909 el destino lo trasladó a Buenos Aires.

Aquí, su espíritu de empresa lo indujo a fundar en colaboración con otros ciegos y videntes;

la Biblioteca Argentina para Ciegos, institución privada de la cual fuera su creador y director-Igualmente su iniciativa le lleva a organizar y dirigir la primera Revista en sistema Braille con difusión en toda América Latina, la cual aún se edita en la Biblioteca Argentina para Ciegos, bajo el nombre "Hacia la Luz" y en la cual se destacaran sus trabajos de tiflología, poesía y cuentos.

Fundó la Asociación Luis Braille de la Argentina y creó la Unión Latinoamericana de Ciegos.

Este ilustre y emprendedor no vidente, falleció en Buenos Aires el 14 de julio de 1942. Su esposa doña Josefa Fuentes de Baquero, ha cedido los derechos de autor de este trabajo, por única vez a esta revista, en un noble gesto que particulariza su bondad.

La necesidad de leer en los ciegos

La necesidad de transmisión de los propios pensamientos a nuestros semejantes, es una derivación del instinto de sociabilidad del género humano.

(...) El hombre aspiró siempre a proyectarse hacia afuera, y una de las formas más decisivas para poder cumplir esta aspiración es la escritura.- Quien no lee se encuentra constantemente en desventaja con respecto al que posee este conocimiento y, cuando por una circunstancia física —como en el caso de los ciegos— el hombre se ve de repente privado de leer, se considera inmensamente desgraciado, sobre todo, si su cultura alcanzó un grado elevado de desarrollo.

En todas las épocas de la humanidad los hombres estuvieron expuestos a perder su facultad de ver por las muchas causas que obran sobre sus ojos de un modo desfavorable -enfermedades, accidentes, cansancio, deficiencias anatómicas, etc.- y estos hombres afectados por dolencias oculares, muchos de ellos poseyendo el conocimiento de la lectura y escritura cuando veían, añoraron tal privación con la misma fuerza que la pérdida de la propia visión.- Algunos, dotados de gran voluntad y de un ingenio superior, se debatieron en su impotencia por subsanar de alguna forma su necesidad de lectura, torturando su imaginación para conseguirse un medio de leer valiéndose de los sentidos sanos, principalmente del tacto y del oído. Los ciegos adinerados resolvían sus problemas contratando a un lector pago, y los que carecían de fortuna, pero que poseían talento e ingenio, se creaban un sistema de lectura sui generis, con el que en parte satisfacían su necesidad de leer.

Paralelos a estos esfuerzos realizados por los hombres que perdían su facultad de ver, hubo algunos pensadores y hombres de recursos ingeniosos que, tratando de aliviar de alguna manera la imposibilidad en que se encontraban los ciegos de poder leer y escribir, ensayaron tanteos y procedimientos más o menos afortunados que, pese a la buena intención perseguida, no lograron resolver el problema ni siquiera de una manera parcial.

Pero todos estos trabajos, tanto los realizados por los ciegos, como por los videntes, no quedaron consignados de un modo claro y fehaciente en textos y tratados de consulta, en los que el investigador pueda abrevarse. Así llegaron a nuestros tiempos como recuerdos o leyendas, arrojando poco de positivo para la historia de la evolución de la lectura en relieve, durante ese larguísimo período que comienza en los más remotos tiempos de la humanidad y termina en la aparición del sistema Braille, hecho que se produce en 1829. Vale decir, que para una prehistoria de muchos siglos, tenemos un período de poco más de cien años de conocimiento positivo de esta evolución.

Los primeros tanteos

(...) La historia de la lectura de los ciegos va hondamente vinculada con la de la cultura de los mismos. Ni Homero, ni Milton, ni tantos otros que perdieron su vista cuando ya su vida se encontraba en pleno desarrollo, pudieron realizar nada efectivo en este sentido.

Tales hombres leyeron y escribieron como videntes, y como tales siguieron obrando.-Cuando su imposibilidad física les impidió leer y escribir, la mano del amanuense trasladó al papel las ideas que aún brotaban de sus inteligencias lúcidas.

Los procedimientos legendarios de lectura y escritura para ciegos, los produjeron, por regla general, los propios ciegos, ya fueran de nacimiento o ya de la primera infancia, cuando el espíritu siente su más fuerte necesidad de penetrar en los dominios de la sabiduría ajena.

(...) Hasta el siglo XVI, es decir cuando Europa siente esa inquietud que se tradujo con el gran despertar del Renacimiento, es cuando algunos ciegos adquieren sólidos conocimientos en las diversas disciplinas del saber humano, activándose en ellos, como era natural, su deseo de dotarse de algún procedimiento de lectura y escritura.

Uno de estos ciegos fue Francisco de Salinas, español, que floreció durante el reinado de Felipe II. Salinas fue un gran matemático y sobre todo músico, graduado en la Universidad de Salamanca llegó a ser organista de la capilla real. Algunos autores hablan de un procedimiento que este ciego ideara para leer y escribir.

(...) Otro ciego que se preocupó de su propia lectura, fue el matemático inglés Saunderson, que mereció la alta distinción de ser nombrado profesor de la Universidad de Cambridge.- Saunderson no sólo se preocupó de la manera de poder leer, sino que ideó un tablero que le permitía realizar sus operaciones matemáticas.

En el siglo XVIII aparecen dos mujeres ciegas por igual interesantes y espirituales, que conquistan la atención de la sociedad de su tiempo. Son ellas, la francesa Melania de Salignac y la vienesa María Teresa de Paradles. Ambas poseen una refinada educación que les permite alternar con éxito en las más altas esferas sociales. La de Salignac habíase hecho construir mapas en relieve y sabía leer y escribir el alfabeto vulgar, formando las letras sobre el

papel, punteándolo con un alfiler. Igualmente la de Paradles formaba la letra vulgar clavando alfileres sobre una especie de acerico o almohadilla. Esta ciega vienesa visitó la corte de María Antonieta en 1785, esto es, en el momento preciso en que Valentín Haüy buscaba procedimientos nuevos para su escuela de ciegos creada el año anterior, por lo que, al ver los grandes resultados alcanzados por esta ciega, sintió extenderse el horizonte de posibilidades para la educación e instrucción de sus alumnos. Vale destacar que estas dos mujeres, con sus procedimientos de lectura y escritura, representando el alfabeto con puntitos producidos sobre el papel, con la punta de un alfiler, intuyen el verdadero sistema de lectura adecuado al sentido del tacto, que casi medio siglo después debería plantear de un modo definitivo el genial ciego Luis Braille.

El alfabeto vulgar y el alfabeto convencional

Adviértase que en todos los intentos de dotar a los ciegos de un sistema de lectura en relieve, se siguió un único propósito: colocar bajo la percepción del tacto las letras del alfabeto vulgar.

(...) Valentín Haüy, el primer hombre del mundo que sistematizó la instrucción de ciegos, dando origen a esa rama de la asistencia social que se ha dado en llamar tiflología, no se apartó en ningún momento de la tradición, haciendo leer a sus alumnos los caracteres vulgares impresos; mas, propuesto como estaba a sistematizarlo todo, no solamente logró que sus discípulos leyeran las letras vulgares, sino que hizo construir tipos de imprenta con perfiles fuertes como para producir relieves adecuados; y se dieron a la estampa los primeros libros en relieve para uso de los ciegos. El problema aparentemente quedaba resuelto, pero eran los propios interesados, los ciegos, los que debían decir la última palabra, y la dijeron, en efecto.

El alfabeto vulgar está destinado para las funciones visuales de la pupila.- En el ojo, la imagen de la letra se reproduce instantáneamente en todas sus partes porque la vista es el sentido de síntesis por excelencia.- No ocurre lo mismo con la sensación táctil o, hablando con más propiedad, ocurre el fenómeno opuesto.

El tacto es el sentido del análisis: debe recorrer sucesivamente las diferentes partes de la imagen, para que ésta se reproduzca totalizada luego en los centros cerebrales.- Una forma compleja como es la de muchas letras, con trazos arriba y abajo y con angulosidades intermedias, que el dedo lector debe recorrer poco a poco para alcanzar su determinación final, exige procesos psicológicos laboriosos que conspiran directamente contra la velocidad y la comodidad de la lectura.- El ciego, como el vidente, necesitaba un alfabeto adaptado al vehículo que debía servir de intermediario, y así se explica que a

pesar de todos los esfuerzos hechos por educadores y sociólogos, por espacio de tantos siglos, para hacer leer a los ciegos, por medio del tacto, el alfabeto de los videntes, fracasaron siempre, pese al buen empeño puesto, para que los ciegos no se vieran condenados a un exclusivismo tan preñado de serios inconvenientes, como es el alfabeto convencional, que aísla a quienes deben usarlo del resto de los mortales, pero exigido por las funciones peculiares del sentido del tacto; pudiendo decirse que los ciegos no supieron leer hasta que no contaron con la letra capaz de impresionar las papilas nerviosas de las yemas de sus dedos, de igual manera que lo hacen las del alfabeto vulgar en la pupila del ojo, esto es, de una forma rápida e integral.

(...) Otros procedimientos, todos ellos pintorescos e ingeniosos, consistían en valerse de cintas, cordones, de las hojas de un libro, hasta de legumbres, dando valores arbitrarios a las cosas coincidentes con el de las letras del alfabeto. Por ejemplo, si se quería trabajar con legumbres, una lenteja sería la letra A; dos lentejas, la B, y así se iría formando el alfabeto echando mano de los porotos, los garbanzos y las chauchas. Esto, que toca en el límite de lo ridículo, revela, sin embargo, una preocupación y un anhelo por hallar soluciones a esa infranqueable dificultad que representaba para el sentido del tacto, posesionarse del alfabeto vulgar.

A mediados del siglo XVIII hubo un ciego llamado Jacob, residente en la ciudad de Metra, Hesse, que se orientó en otro sentido muy distinto a los procedimientos seguidos hasta entonces. Cortaba, trocitos de madera y sobre ellos grababa con un cuchillo signos y trazos a los que daba valores ideográficos. Con tan extraño material, formaba colecciones que para él tenían el valor de verdaderos libros.

Este sistema de representación del pensamiento guarda el germen de un principio que, en el siglo XIX, aprovechó el misionero inglés Murray para adaptar el alfabeto Braille a las lenguas orientales, principalmente al chino, donde se imponía la escritura ideográfica. Y, finalmente del procedimiento Murray, el ciego francés Maurice de la Sizeranne dedujo la idea de la formación de una estenografía aplicada a la lengua francesa recurso notable que reduce el volumen de los libros en relieve y que luego fue seguido por todos los países de Europa, dando origen a las estenografías inglesa, alemana, española, sueca, etc.

Desde que los ciegos dispusieron de un plan educativo integral al ser fundada la primera escuela especial en París -1784-, por el filántropo Valentín Haüy, se agudizó más y más su aspiración de poseer un sistema de lectura perfectamente adaptado a las condiciones peculiares de su tacto. En balde que su fundador y maestro imprimiera para ellos libros en relieve con los que sus alumnos leían con más o menos dificultad.- En vano que estos resultados

halagaran a todos menos a los ciegos, porque ponían ante los ojos de los profanos los adelantos alcanzados por la flamante escuela.- Todo aquello no tenía base sólida: allí se repetía el esfuerzo estéril de tantos hombres a través de tantos siglos de hacer leer por medio del tacto un alfabeto conformado esencialmente para la función visual. Además, nada se había adelantado con respecto a la escritura.- Es verdad que se les hacía escribir con la pluma, pero esto tampoco representaba ninguna solución práctica: el ciego continuaba en la antigua imposibilidad de constatar, corregir o ratificar sus propios escritos.

Fue así y en tales circunstancias que en 1822, aproximadamente, Carlos Barbier, oficial del ejército francés se presentó en la escuela de ciegos de París, para someter a la experimentación de los alumnos un procedimiento nuevo de lectura que él había ideado y con el que pensaba que los ciegos podrían valerse mejor que con los procedimientos empleados hasta entonces.

La lectura de Barbier consistía en grupos de puntos colocados en distintas posiciones dentro de un cuadro convencional. Estos signos representaban, no letras, sino conjuntos de letras, originando sílabas completas.- Es decir, que volvía a plantear otra vez la idea de la lectura estenográfica, idea aún no madura, por lo que no podía prosperar.

Entre los alumnos de la escuela se encontraba un niño de trece años, corto en edad, pero muy largo en buen sentido y observación. Este niño, que se llamaba Luis Braille, examinó como todos sus compañeros el sistema que el militar les presentaba. Con esa clarividencia genial de los hombres predestinados, el joven alumno intuyó que allí se encontraba la llave maestra que abriría el enigma de tantos siglos, y de inmediato se puso a combinar aquellos puntitos que Barbier le traía; analizó lógicamente la formación posible de todas las letras del alfabeto basadas unas en otras, llegando así a la constitución de un nuevo sistema de lectura absolutamente convencional pero que satisfacía plenamente las exigencias del sentido del tacto, pues reunía en sí todas las condiciones esenciales de simplicidad, impresión rápida sensorial y, sobre todo, independencia absoluta del ciego en las dos operaciones de lectura y escritura. Los ciegos pudieron leer y escribir desde aquel momento igual que lo hacían los que veían. El progreso que esto significó se tradujo en un aumento notable del grado de cultura de los ciegos.- Su instrucción contó desde entonces con el verdadero vehículo que es base fundamental de todo conocimiento y las escuelas pudieron tener sus bibliotecas, sus textos y hasta sus imprentas para producir el material de enseñanza impuesto por las necesidades educativas de sus alumnos.

Luis Braille combinó su alfabeto y enseguida lo sometió a la consideración de sus propios condiscípulos. Los ciegos quedaron convencidos desde el primer momento de su indiscutible utilidad: pero los profesores videntes lo

rechazaron de plano en el primer momento.-Basaban su repudio en las consideraciones desfavorables involucradas en su convencionalismo. Pero Luis Braille había coincidido con la letra adecuada a la fisiología propia del sentido del tacto, y todos sus condiscípulos, sometiéndose complacidos a la experimentación del nuevo sistema, descubrían sus enormes ventajas, la facilidad con que leían sus caracteres, lo rápido de su escritura, por lo que, extraoficial-mente y aún a escondidas de sus maestros y directores, lo utilizaron en privado para comunicarse entre sí, para tomar sus notas y aún para los apuntes en sus estudios.

Un condiscípulo de Luis Braille y su colaborador en muchos problemas derivados de la aplicación de su sistema, Foucault, le ayudó en la fabricación de la primera pizarra o pauta, y así, paso a paso, de experiencia en experiencia, transcurrieron muchos años, durante los cuales fue preparándose la consagración definitiva, rendidas todas las oposiciones por la evidencia incontrastable de sus ventajas.

Este hecho se produjo en 1850, año en el cual queda declarado como sistema oficial usado en todas las ramas que abarcaba la enseñanza impartida en la "Institución Nacional de Jóvenes Ciegos", de París.

Esta consagración no se produjo, empero, sin resistencias.- Antes eran los ciegos los que debían sufrir las desventajas de la adaptación al alfabeto vulgar, y ahora les tocaba el turno a los videntes.- La uniformidad de color en el sistema Braille, donde la letra no ofrece el contraste de color requerido entre ella y el fondo del papel, como ocurre en la escritura vulgar, y la poca oportunidad que el vidente tiene para hacer uso del sistema, es causa de que muy difícilmente llegue a dominar su lectura. Casi siempre le es antipático y solamente acepta tal sistema como un mal necesario. Esta oposición se manifestó - y aún sigue manifestándose - en cuantas oportunidades se creyó encontrar la más leve vislumbre de poder acercar la lectura de los ciegos al alfabeto empleado por todo el mundo; pero tales intentos, siempre loables y dignos del mayor aplauso, nunca han logrado superar al sistema Braille por la única razón ya apuntada de que su alfabeto está basado sobre la propia fisiología del sentido del tacto, vale decir que obra paralelamente con la propia naturaleza, cuyo comportamiento aprovecha para sus fines sensoriales.

Verificadas y constatadas por todos los educadores las innegables ventajas del sistema Braille, allí donde se fundaba una escuela especial para ciegos, se adoptaba de inmediato como medio de instrucción.- En 1831 ya se practicaba en Boston; en 1842, en Madrid; en 1851, en Río de Janeiro; en 1854 imprimen en la "Institución de Jóvenes Ciegos" de París, los primeros libros; en 1869 se

implanta en Inglaterra; en 1879 en Alemania, y en 1887 se enseña, por primera vez en la ciudad de Buenos Aires.- (...)

(Fragmento del Artículo publicado en la Revista de Identificación Humana Órgano del Instituto Dáctilo-gráfico Argentino Juan Vucetich. Año I Nº 1 - Enero - Febrero 1958)

Resoluciones del Coloquio

"Braille, 1809 - 2009 La escritura de seis puntos y su futuro"

Traducción al español: Pedro Zurita

París -4 al 8 de enero de 2009

Conmemoración del Bicentenario del nacimiento de Luis Braille. Bajo el Alto Patronato del Presidente de la República Francesa

Con apoyo de: UNESCO

Unión mundial de Ciegos (UMC)

Comité Internacional para la Conmemoración del Bicentenario del Nacimiento de Luis Braille. (CINAL)

Comité Nacional para la Promoción Social de las Personas Ciegas y con Baja Visión. (CNMPSAA)

Asociación "Les Auxiliares des Aveugles". En cooperación con la Comisión Nacional Francesa de la UNESCO

Resoluciones

Los participantes procedentes de 46 países y 5 continentes en el coloquio "Braille -1809 - 2009 - la escritura de seis puntos y su futuro", celebrado en París del 5 al 7 de enero de 2009 para conmemorar el nacimiento de Luis Braille hace 200 años, adoptan las resoluciones siguientes:

1. Instar a la Unión Mundial de Ciegos (UMC) y al Consejo Internacional para la Educación de las Personas con Discapacidad Visual (ICEVI) a que

promuevan la enseñanza del Braille lo más precozmente posible a los niños ciegos y a los adultos en consonancia con las necesidades de cada uno;

2. Instar a la UMC a que restaure el Consejo Mundial del Braille con la finalidad de unificar todos los elementos del Braille y los diversos códigos del mismo en la medida que ello sea conveniente y factible;

3. Instar a la UMC a que fomente la preparación de una tercera edición de la obra "El Braille en el mundo" en una entidad que disponga de los recursos humanos y materiales adecuados para la realización de esta tarea;

4. Instar a la UNESCO a que, en colaboración con la UMC, convoque una conferencia internacional para contribuir a la unificación del Braille;

5. Instar a la UMC a que promueva la utilización del Braille en los entornos públicos y en la señalización de productos de consumo;

6. Felicitar y agradecer a la Association Valentín Haüy (AVH) y al Instituí National de Jeunes Aveugles (INJA), en cooperación con la UMC y con otras entidades colaboradoras en Francia por la muy satisfactoria organización del coloquio internacional y de numerosos actos festivos para conmemorar el nacimiento hace 200 años de Luis Braille, nuestro máximo benefactor. Expresamos asimismo nuestra gratitud a la UNESCO por su gesto generoso al poner gratuitamente a nuestra disposición un excelente entorno físico de reuniones;

7. Expresar nuestra decepción y disgusto profundos por el hecho de que el gobierno francés no estuviese representado en este coloquio destinado a honrar a uno de los hijos más prestigiosos de Francia y manifestar la esperanza de que sí acuda con una representación de máximo nivel a la segunda conferencia celebrativa que tendrá lugar en Coupvray en junio de 2009. Esta resolución cuenta con el apoyo unánime de los cuatro presidentes de la UMC presentes en París en esta ocasión, tres ex presidentes y el presidente actual.

8. Decidir que se incluya en las actas del coloquio la invocación siguiente:

Querido Luis,

Tus hermanos y hermanas de todo el mundo, reunidos en París para conmemorar tu nacimiento en Coupvray hace doscientos años nos dirigimos a ti sin límites de tiempo para rendirte un sentido homenaje por el ejemplo permanente de tu vida y obra y te manifestamos humildemente nuestra gratitud por el don que nos has legado con tu código de seis puntos, que constituye ahora para nosotros la llave universal al conocimiento y a la independencia.

Músicos ciegos y Louis Braille: Un antes y un después

Por Dr. Osvaldo Guzmán- Concertista de Piano y Órgano

- Integrante del Coro Polifónico Nacional de Ciegos"Carlos Larrimbe"

Son muchos los ciegos que han escrito su nombre con letras de oro en la historia de la música. La primera pregunta que podríamos hacernos es ¿cómo y con qué método cimentaron su actividad profesional antes de la existencia de la musicografía Braille?

En muchos casos se destacaron como estupendos improvisadores, pero en el rubro de los compositores, seguramente necesitaron de otra persona para volcar el resultado de sus inspiraciones en el papel.

Se desconoce la fecha de nacimiento del célebre vihuelista ciego Miguel de Fuenllana, autor de la obra titulada Orfénica Lira, colección de piezas de diferentes autores, dedicada a Felipe II. Se cuenta que al venir de Francia Isabel de Valois, tercera esposa de Felipe, trajo consigo a un grupo de destacados instrumentistas; con ellos alternó Fuenllana y de esa manera sus obras transpusieron las fronteras de España.

Es importante la influencia de este músico ciego en la música española del siglo XVI, por su arte en encontrar los acordes mejores y el contrapunto apto para el acompañamiento de las melodías populares.

El tratadista y compositor Fray Juan Bermudo en su "Declaración de Instrumentos", lo señala como uno de los mejores "tañedores".

Se cree que su muerte acaeció alrededor de 1579.

Uno de los ejemplos más destacados es

Francisco de Salinas (1513-1590), compositor, intérprete, humanista y matemático español a quien Fray Luis de León cantara en su oda tercera:

"El aire se serenay viste de hermosura y luz no usada.

Salinas, cuando suenala música extremada

por vuestra sabia mano gobernada.a cuyo son divino

mi alma, que en olvido está sumida,torna a cobrar el tinoy memoria perdida

de su origen primero esclarecida".

No menos trascendente es la figura de Antonio de Cabezón (1510-1566), músico renacentista que estuvo al servicio de Felipe II durante cuarenta años. Viajó a Inglaterra con el monarca e influyó grandemente a los virginalistas ingleses.

Uno de los más importantes centros de peregrinación del siglo XVII en España fue Daroca, ciudad famosa por el misterio de los corporales, sus siete iglesias y sus siete conventos.

En ese ambiente de espiritualidad, nació y se formó como músico Pablo Bruna, (1611-1679), conocido históricamente como "el ciego de Daroca".

En su época surgió una polémica popular en la que se discutía si Bruna era mejor organista que Andrés Peris, ciego también él, titular de la catedral de Valencia. Sus contemporáneos, Rodríguez y Martel dicen que Bruna convierte la ceguera "en gozo y habilidad".

Muchos músicos de su época se formaron bajo su conducción; en el tema que nos ocupa se destaca Pablo Nasarre, (1650-1730), el organista ciego del Real Convento de San Francisco de Zaragoza.

No podemos olvidarnos de John Stanley, (1713-1786), relevante compositor y organista ciego londinense, graduado en Oxford y director de la banda del rey.

Wolfgang Amadeus Mozart queda impresionado musicalmente por dos mujeres ciegas: La pianista y compositora María Teresa von Paradis (1759-1824), a la que dedica su concierto ? 18 en Si bemol Mayor K. 456. En sus actividades de compositora, von Paradis utiliza una llamada "tabla de composición", creada para ella por Johann Riedinger.

La otra mujer en cuestión es Marianne Kirchgassner, ejecutante de la armónica de cristal o copófono, conjunto de recipientes con diferentes medidas de agua con una extensión de casi cuatro octavas que había sido perfeccionado por Benjamín Franklin. Kirchgassner es distinguida por Mozart al dedicarle su Adagio K. 356 y el Quinteto K. 617.

A través de la historia hay hechos, invenciones o descubrimientos de carácter delimitantes, capaces de establecer de un modo inequívoco, un "antes" y un "después". Así pues, el descubrimiento de la penicilina, la utilización de la electricidad, el primer trasplante cardíaco, la caída del muro de Berlín, etc., son algunos entre miles. Y por supuesto, Louis Braille y su sistema de lectoescritura y su musicografía establecen el paso de las sombras a la luz, de la incomunicación a la comunicación, de la ignorancia al conocimiento.

Braille cumplió funciones como organista en una iglesia de París, por lo que podemos deducir que fue el primer beneficiario de su propia invención.

EN EUROPA:

En las postrimerías del siglo XIX, surge la figura de Louis Vierne (1870-1937), compositor de fuste, brillante pedagogo y organista titular por más de treinta y seis años de la Catedral de Notre-Dame de París.

Él solía decir: "Mi objetivo como músico es despertar las emociones". El maestro murió en circunstancias muy especiales: Cayó sin vida sobre los teclados del órgano durante la ejecución de una Misa.

En Alemania, se destaca el maestro Helmut Walcha, organista de reconocida trayectoria, (1907-1991), del que pueden conseguirse en plaza sus grabaciones de la obra completa para órgano de Johann Sebastian Bach.

Al respecto tengo una anécdota personal: En mis primeras incursiones en el órgano, el descubrir a Walcha despertó en mí una gran admiración por sus interpretaciones. En mi fuero íntimo, entre admiración y rebeldía, repetía para mí y mis amigos: "Claro, con la partitura delante tocar toda la obra de Bach es mucho más sencillo". Esta afirmación se trocó en asombro, al saber que Helmut Walcha era tan ciego como yo, pero con una diferencia enorme a su favor, él era Helmut Walcha.

Volvemos en este recorrido imaginario nuevamente a Francia y mencionaremos a varios egresados de L'lnstitution de Jeunes Aveugles de París. Los reconocidos maestros André Marchal y Gastón Litaize, a quien tuve oportunidad de conocer personalmente en 1989, en la celebración de su cumpleaños ochenta. En la ocasión se reunieron sus alumnos para un concierto homenaje. Litaize era de una personalidad adusta, severa, casi irritante y en su participación como broche del encuentro, hizo gala de sus dotes de improvisador de una forma muy particular. Sus pies y su mano izquierda tocaban el órgano, mientras la derecha lo hacía en un piano de cola que le habían acercado lo más posible a la consola.

En esa velada escuché también a Louis Thiery, que además de ser ciego, había perdido dos dedos de su mano izquierda en un accidente en su infancia manipulando elementos de pirotecnia. Su interpretación fue brillante pese a su carencia física; pero más allá de mi observación personal vale lo dicho por Olivier Messiaen:

"Thiery es el mejor intérprete de mi obra para órgano" y esto en labios del compositor y organista de la Trinité, es una distinción singularísima.

Aquella noche del 11 de diciembre de 1989, actuaron también Jean Pierre Legay, uno de los cuatro actuales titulares de la Catedral de Notre-Dame y André Pagenel, titular de la Catedral Saint-Étienne de Bourges, docente, organista y gran improvisador.

Ya en España, se alza la figura del gran Joaquín Rodrigo, del que sería superfluo agregar datos en este artículo por su conocida trayectoria.

Merece una mención especial, el trabajo del maestro ciego Juan Briz, de importante actividad en la Organización Nacional de Ciegos de España (ONCE), dedicado con ahínco a las transcripciones al Braille, actividad que alternaba con las de compositor y pianista.

EN NUESTRO PAÍS:

Muchos profesionales impulsaron a los ciegos a utilizar la musicografía Braille, como elemento fundamental de lectura y escritura musical, hecho que da por tierra con la creencia popular de que el ciego hace música solamente de oído.

Hay que resaltar al grupo de profesores del antiguo Instituto Nacional de Ciegos, con el profesor Cisneros en la cátedra de violín y el profesor Rodríguez Crespo en la de guitarra.

Egresado del Instituto, fue el músico ciego rosarino, Samuel Feldman, creador de la música del himno a Braille que con textos del ciego mendocino Carlos Roe, obtuviera el primer premio en el concurso organizado en 1952, con motivo de cumplirse el centenario de la muerte de Braille.

También en la Ciudad de Rosario, fue fructífera la labor de los profesores ciegos Julián González y Eugenio Aefelix y en la actualidad, la infatigable tarea del profesor Guido Maranzana.

La institución sucesora del antiguo Instituto, el Patronato Nacional de Ciegos en el que brillaron en la docencia profesionales de la jerarquía de

Ramón Vilaclara en cello, Pedro Napolitano en violín, Rafael González en piano, Raúl Torrado en Armonía y Contrapunto, Elda Corrado en teoría y solfeo y piano y Pascual de Rogatis, compositor de un hermoso himno del Patronato.

Es preciso mencionar al español Julián Baquero, verdadero impulsor del Braille y de su musicografía, violinista él, integrante de un dúo con su compatriota, el pianista ciego Segismundo Taladriz. Pero el mayor aporte de Baquero, fue la fundación de la Biblioteca Argentina para Ciegos, hecho acaecido el 18 de septiembre de 1924.

Desarrolló una interesante labor como músico Antonio Pegoraro, pianista y compositor ciego y, en la década del cuarenta, fueron verdaderos impulsores de la musicografía Braille el maestro Carlos Larrimbe, fundador del Coro Polifónico Nacional de Ciegos y el maestro Pascual Grisolía, creador de la Banda Sinfónica Nacional de Ciegos.

Dos verdaderos visionarios que con sus emprendimientos, legaron a los ciegos argentinos y de países limítrofes dos fuentes de expresión artística insuperables y posibilidades laborales dignas que son ejemplo en el mundo.

Profesores del Hogar-Escuela Manuel Belgrano, Hogar-Escuela Santa Cecilia y del Instituto Román Rosell, tales como Andrés Fourzans, Gustavo Wilkinson, Luis Cardozo, Santiago Colomna, Marina Género, Héctor Iglesias Villoud entre tantos otros.

Merecen figurar en esta humilde enumeración, el reconocido tiflólogo Pedro Ignacio Rosell Vera, luchador infatigable y la tesonera y altruista profesora Edith Sbako. De la mano de esta última surgieron la mayoría de los actuales integrantes del Coro de Ciegos y un importante número de músicos de la Banda Sinfónica.

Hay un caso encomiable en Córdoba: se trata de la pianista y docente Elvira Cebados. Su intensa actividad en la ciudad mediterránea y sus viajes periódicos a Ecuador para enseñar musicografía y otras materias a potenciales músicos ciegos y lo que es de remarcar, la instrucción de docentes con visión para apuntalar el trabajo iniciado por ella, la hacen acreedora de una mención especial.

Sin dudas, en esta enumeración de personalidades que impulsaron la musicografía Braille a nivel nacional, hay involuntarias omisiones; es intención de estas líneas al recordarlas aquí, traerlas a la consideración de las nuevas generaciones de modo de avivar el interés por la práctica de la música, pensada como profesión y como canal idóneo de expresión.

LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS:

Seguramente permiten a los ciegos navegar en el mar inconmensurable del saber.

pletórico de atrapantes revelaciones y desafíos.

La marcha avasallante del progreso en este campo, permite cargar en pequeños adminículos una cantidad de información imposible de trasladar y manejar en escritura Braille.

Los nuevos profesionales ciegos echan mano a estos maravillosos hallazgos de la informática, pero es de desear que no dejen de abrevar en las fuentes del sistema Braille, porque nada podrá reemplazar el gozo intelectual, espiritual y hasta físico que produce el contacto de nuestras yemas con ese signo generador de seis puntos, la lectura directa, el contacto íntimo con el libro, camino seguro para estructurar nuestros conceptos e ideas y para lograr una aceitada comprensión de los textos leídos.

Seis faros encendidos en 1825 y que permanecen cual antorchas votivas, iluminándonos... Por eso, ciegos del mundo: ¡Honremos a Braille!

La personalidad de Louis BrailleTraducción al español por Judith Varsavsky

Después de la obra, el hombre. Pero, ¿cómo adentrarse en esa personalidad? Por lo general el biógrafo va descubriendo en la correspondencia íntima lo más hondo del ser. (...). La vida modesta y cuasi claustral que llevó el inventor del alfabeto de ciegos no fue nada favorable para ese modo de expresión de pensar y de sentir. En el propio internado donde vivió la mayor parte de sus días tenía a todos sus amigos, y en la conversación con ellos fue donde descubría principalmente su alma. Sus vacaciones, las largas temporadas que tuvo que pasar en Coupvray o en alguna otra parte a causa de lo delicado de su salud, debieron dar lugar, sin embargo, a cierto intercambio de cartas. Pero, a sus amigos de la Institución, Braille debió escribirles sin duda "en braille", y este sistema que tanto abulta no se suele conservar. (...) Y además, ¿quién, en 1850, hubiera tenido la intuición de que podría algún día interesar a alguien lo que pensó y sintió aquel ciego humilde entre los humildes?

(...) Braille solía decir: "Nuestros procedimientos de escritura y de impresión ocupan mucho papel, así que tenemos que reducirlos, expresando el pensamiento en el menor número posible de palabras". (...) Al buscar claramente la perfección, va adquiriendo más soltura cada vez. (...)

Cuando preguntaban a Coquet, que fue profesor en la Institución de Ciegos de Nancy y que de niño había conocido a Braille: "¿Qué impresión dejaba, Braille? ¿Qué aspecto tenía?", contestaba, tras un ratito de duda que indicaba su escrúpulo de dar con lo que iba a decir una nota falsa: "II avait l'air béte" ("Parecía tonto"). Desde luego dejamos al que lo dijo la responsabilidad de semejante apreciación, tan chocante en su forma, y si la ponemos aquí es por entender que, en el fondo, no lo es tanto como parece. No sólo no contradice, sino que confirma en cierto modo los juicios que hemos recogido y los que ahora vienen. La verdad es que, bajo un aspecto exterior poco expresivo, debido a la precocidad de su ceguera, Braille tenía en reserva preciosas cualidades. (...)

Dentro de su misma sequedad, los textos que debemos a su punzón nos revelan desde luego uno de los aspectos de la personalidad moral de su autor: el hombre honrado, probo y recto aparece en ellos plena y naturalmente sin la más pequeña afectación. Contentémonos con recordar al lector las frases tan simples mediante las que, en la "Advertencia" que encabeza cada una de las dos ediciones de su "Procedimiento", rinde homenaje a Charles Barbier, su precursor. En 1839, a propósito de un sistema que no tenía gran cosa que ver con las concepciones del veterano capitán de artillería, escribe: "M. Barbier ha ideado la manera de representar los sonidos y las articulaciones por medio de grupos de puntos basadas en combinaciones ingeniosísimas, permitiendo después que yo modificase su procedimiento, y redujese el número de puntos de cada grupo, lo cual proporciona una nueva escritura muy difundida hoy entre los ciegos".

Braille no considera que el "yo" sea odioso, y lo usa con gusto, tanto en su forma de "yo" como en la de "mi", cuando habla de sus propias iniciativas, sin que jamás trate de eclipsar ni aun de debilitar o disminuir por ello los méritos ajenos. Al prologar la segunda edición de la Exposición de su sistema, escribe, como ya hemos dicho: "Aprovechamos esta oportunidad para añadir útiles observaciones y aplicaciones ingeniosas que debemos a una larga práctica y a la amabilidad de muchos ciegos distinguidos".

(...) Los colegas de Braille tuvieron claramente el presentimiento del valor de aquellos inventos, y por eso, así como por el afecto que a Braille profesaban, hubieran deseado para él la cruz de la Legión de Honor; pero su deseo nunca se cumplió y Braille murió sin haber recibido esa distinción.

Y además, ¿cómo habría recibido él ese honor? Seguramente con sencillez, como alguien que habiendo hecho resaltar debidamente los méritos

de los demás, tiene justa conciencia de lo que él ha aportado. "Si alguna vez, dice Coltat, deseó honores que, desde luego tenía bien merecidos por sus trabajos, no los quería por su interés personal, sino porque igualmente los habría reclamado para otro cualquiera y porque la gloria se reflejase sobre todo el cuerpo de profesores de la Institución al que se honraba en pertenecer".

(...) "En él la amistad era un deber de conciencia al mismo tiempo que un afectuoso sentimiento, y a ella habría sacrificado todo: su tiempo, su salud, su fortuna... Más de una vez lo probó. Por ejemplo, uno de sus mejores alumnos que acababa de salir de la Institución y no tenía lo suficiente para vivir recibió de él el puesto que venía ocupando como organista en una parroquia de París.

(...) Su espíritu observador ni siquiera se dejaba traslucir en la conversación habitual, pues ponía todo su cuidado en que no se le escapase nada que pudiera desagradar o contrariar. Sabía mantener el diálogo de manera interesante y variada. (...) Sus conversaciones pasaban insensiblemente de lo jocoso a lo serio, de la gracia a la severidad. Teniendo como tenía un espíritu muy positivo, no dejaba por eso de gastar bromas, siempre de buen gusto, dejando traslucir de cuando en cuando ocurrencias encantadoras, y hasta se permitía a veces lanzar alguna que otra chanza. Entre esas frases no faltaban las que se difundían entre sus amigos, que pasaban pronto de boca en boca, con la autoridad y los honores de proverbios.

Su palabra y el tono de su voz llevaban siempre cierto sello de finura que representaba muy bien su fisonomía, donde no era nada fácil discernir entre sus pensamientos y sus impresiones, puesto que sabía guardarlos en su interior por un esfuerzo constante de su carácter y su voluntad. Cuando había resuelto una cosa, la hacía, tanto si le era agradable como si no.

(...) Siempre se le pedía que tomase parte en los Consejos de las diferentes sociedades que se fundaban en favor de los ciegos, donde contribuyó de modo plenamente inteligente.

No se limitaba a la influencia beneficiosa de sus palabras, sino que unía a ella la acción y la entrega. Gustaba de servir y socorrer aliviando en lo que podía los sufrimientos de los desgraciados. Cuando hacía el bien, mostraba tanta sencillez y delicadeza que se escondía, digámoslo así, para que el beneficiado no viera la mano del bienhechor. Sabía que no basta con dar, sino que es menester hacerlo con ese espíritu de caridad cristiana que respeta ante todo la dignidad del alma humana en la persona del pobre. La profunda fe que le animaba le inclinaba a la nobleza de sentimientos, y como decimos, la religión que siempre había cultivado con tanta asiduidad como convicción le permitía contemplar la proximidad de la muerte si no sin emoción, al menos sin miedo".

Fragmento del Capítulo 6 "La personalidad de Luis Braille", de "La vida y la obra de Luis Braille", Pierre Henri, 1952.

Braille por Louis

por Enrique Elissalde- Ex Presidente de la Unión Latinoamericana de Ciegos.

- Ex Presidente de la Fundación Braille del Uruguay.

Es mucho lo que se ha escrito y se escribe sobre Braille.

Es poco lo que se ha dicho y se dice sobre Louis. Su imagen pública (Braille) es la que se conoce, se difunde entre adjetivos de admiración y superlativos de gratitud.

Pero del hombre privado, cotidiano, (Louis), poco se escribe, poco se dice. Donde estuvo el sentimiento de Louis ahora está el mármol de Braille. Es poco lo que se cuenta de cómo era, cómo vivía, cómo sufría y amaba.!...)

Fue el cuarto y más pequeño hijo de los Braille-Baron.

Su padre ya tenía 45 años y su madre 40.

(....) Es esta una oportunidad más que propicia para compartir algunas cartas escritas de su puño y letra. Las cartas están fechadas entre 1831 y 1835 en Coupvray, en su casa natal a la que, periódicamente se retiraba, cuando ya comenzaba el preludio de la tuberculosis, que tempranamente terminaría con su vida.

Todas las cartas tienen por destinatario al Dr. Pignier, Director del Instituto de Jóvenes Ciegos de París, del cual Louis fue alumno y profesor. Pignier comprendió y apoyó a Louis y a su sistema. Asimismo, dejó un retrato literario de Louis que lo muestra el día de " ...su llegada al colegio" con "cierta gravedad infantil que, por cierto, no iba mal con la delicadeza de sus rasgos y con el aire dulce y espiritual de su cara".

Vendrían, después del retiro de Pignier de la Dirección en 1840, los tan duros años de rechazo del sistema por la incomprensión de Dufau, el nuevo Director.

Antes de conocer estas cartas, sabíamos algo del Louis cotidiano, del Louis-persona, a través de su amigo Coltat, quien escribió que Braille "desarrollaba sus funciones con tanto entusiasmo y sagacidad, que para sus alumnos, el deber de asistir a clase, se había transformado en un verdadero placer".

Otras pinceladas del Louis cotidiano nos lo muestran encargado del órgano de la iglesia de Saint Nicolás des Champs.

Semana a semana concurrió a la iglesia para tocar el órgano.

Pero, enterado de que un compañero suyo del Instituto, estaba pasando serias penurias económicas, le dejó el cargo como forma de ayudarlo. Según el testimonio de Coltat "...en el órgano su ejecución era precisa, brillante, suelta y reflejaba a maravilla todo su aspecto personal".

Obviamente, el interés de estas cartas radica en que las escribió el propio Braille y son un puente hacia su vida privada, "en zuecos" como Él mismo escribió.

El Braille que se nos revela, es, por momentos, un hombre ansioso, impaciente: "Si no tengo respuesta para el lunes, ruego no tenga inconveniente en que yo regrese el martes a la institución". Es, muchas veces, un Braille atento, y atraído por la naturaleza: "sólo ha madurado la parra del jardín"; o "La campiña es mi única medicina"; o "sólo tenemos viento, niebla y lluvia como lo prueban los zuecos que calzo desde mi regreso".

En razón de las alternativas de su salud.

adquiere especial resonancia lo que sobre ella dice y cómo antepone "vivir" a "trabajar": "Conserve Ud. su salud para disfrutarla con sus hijos, primero vivir, luego trabajar: la salud es un tesoro cuyo precio no se conoce hasta que se lo pierde."

La vida cotidiana es dibujada en un rápido, ágil trazo: "Me leen, afino pianos, juego a las cartas y al ajedrez." Frente a la perspectiva de encontrarse con Pignier, habla de sí mismo. Nos ofrece un amable, ameno, divertido retrato de sí mismo: "verá a un hombre, ni obeso ni delgado, más delgado que obeso."

No deja de llamar la atención la ausencia de referencias a su sistema. En cambio, en más de una ocasión hace referencia a la escritura en tinta y se excusó porque "Al escribirle yo mismo" lo obligo a "descifrar" "estos garabatos".

Tomamos contacto con estas cartas en París en junio del pasado 1998. Fue en el marco de la II Conferencia "La historia de los ciegos y los ciegos en la historia", oportunidad en que el Instituto nos obsequió fotocopias de los originales de las cartas.

Nina Liberman las tradujo del francés al español en un esfuerzo que mucho valoramos y agradecemos.

Al difundirlas queremos rescatar, aunque menos sea, un "pedacito" del Louis cotidiano y privado, a nuestro Louis de cada día.

Enrique Elissalde

Copia de las cartas originales (Instituto Nacional de Jóvenes Ciegos - INJA, 1998)

CARTAS DE LUIS BRAILLE al Dr. Pignier, Director de la Institución (1821-1840) Escritas a mano por Él mismo con ayuda de una guía entre 1831 y 1835

Lagny, 26 de agosto de 1831.

Estimado Señor:

Al escribirle por mi propia mano, me expongo a que no se me entienda, pero le ruego que se guíe por mis sentimientos y por mi intención puesto que pienso aquí como en París.

Todo en Coupvray, me trae recuerdos tristes a los que no me puedo sustraer. Mi salud no es peor que cuando estaba en la institución, pero el mal tiempo no me beneficia. Mientras me instalo en este lugar, Ud. se preocupa por la preparación de los premios. Si me hubiera quedado en París, sabría los resultados de los concursos de piano, compartiría las ocupaciones de mis compañeros y habría asistido con Ud. a la gran sesión de la academia. Era lo que planeaba, pero el hombre propone y Dios dispone. Me atrevo a esperar. Señor, que querrá honrarme con algunas líneas para hablarme de Ud., pues ya no podemos leer juntos a nuestro agradable moralista, y también de su Señorita hermana, que estaba enferma a mi partida. Si me atreviera, le rogaría que me contara del concierto. También me encantan esas señoras de la enfermería que lo secundan tan bien.

Mi madre me ha pedido que le presente sus respetos. Tenga a bien transmitírselos junto con los míos a la Srta. Pignier.

Su respetuoso y afectísimo alumno,

L. Braille

Coupvray, Io de septiembre, 1831.

Estimado Señor:

Tengo el honor de escribirle estas líneas para recordarle la promesa que me ha hecho de decirme qué día tendrá lugar el concierto.

Si no tengo respuesta para el lunes, ruego no tenga inconveniente en que yo regrese el martes a la institución. Disculpe, Señor, las molestias que le causa su afectuoso alumno. L. Braille

Me alegraría mucho, mi querido Sr. Pignier, que Ud. sólo hubiera perdido un cuarto de hora en descifrar la primera página de estos garabatos. No lea lo que sigue si tiene prisa puesto que ahora escribo por mi propio placer y para responder a su pedido, que tan bondadoso me parece.

Me había ido de Coupvray durante algunas horas cuando llegaron dos encantadoras cartas. De no haber sido por eso, mi segundo borrador se habría cruzado con la última suya.

Todo va bien por aquí, pero sólo ha madurado la parra del jardín. Al menos tengo la satisfacción de disfrutar de bellos senderos.

Ruego transmita mis recuerdos a su Señorita hermana.

Pienso en Ud. y en ...

L. Braille

Coupvray, 20 de setiembre de 1831.

Estimado Señor:

En esta carta, no tendré el honor de hablarle del Sr. Déchasait a quien tanto debo. Escribo hoy para alguien que bien lo sabe y cuyos intereses no me pueden ser indiferentes La persona que debía pagamos treinta francos por cantar está en Dijon desde hace algunos meses Debía haber visto a Trencheri, ya sea para entregarle la suma, para que se le rembolsara o para decir que el dinero no había sido reclamado. Pero el silencio de mi amigo debe dar la impresión de que el Sr. de Ruba ha recibido esa suma. Pero nunca me ha hablado de este tema, ni siquiera en su última carta. Por eso, yo tenía la intención de pedirá Trencheri una constancia firmada por Él o por la persona en cuestión y se la hubiera enviado a Ud. con el ruego de que adjuntara a la nota: lo que el Sr. de Ruba les debe a los alumnos Pero he cambiado de opinión y no haré nada al respecto. Es más razonable confiarle a Ud. el cuidado de esta

causa. Disculpe, Señor, la libertad que me he tomado de hablarle de algo que sólo me concierne en forma muy indirecta. Sin embargo, permítame que le diga en confianza que me haría feliz tener la dulce satisfacción de saber que mi preocupación coincide con la suya. Antes de mi partida, olvidé hablarle de Roustant a quien se podría recibir en la clase superior si Ud. lo juzga conveniente.

No me diga: Maldito parlanchín, ¿te aliarás? Todavía una palabra más antes de terminar, para pedirle la admisión de los nuevos en la dase de historia.

Redba los respetos de mi madre, de mi hermano y los míos También le rogamos transmita nuestras manifestaciones de aprecio a su Señorita hermana.

Tengo el honor de ser su muy respetuoso alumno,

L. Braille

Couprvay, 2 de octubre de 1831.

Estimado Señor:

Le ruego crea que no es por indiferencia que he demorado algunos días en responder a la gentil invitación que Ud. ha tenido a bien hacerme. Esperaba hacerle llegar mi carta por una persona que me contaría muchas cosas de la institución pero acabo de enterarme de que eso será imposible.

Agradezco la bondad con la que ha recibido el asunto pecuniario del que he tenido el honor de comentarle en mi última carta. Algunas personas de París me han hablado del Sr. Alar; también me han dicho que ya no vive allí. En cuanto a dos o tres cosas se podría encontrar un término medio, por no decir el punto justo; le ruego si fuera posible demorar la decisión hasta mi regreso.

El excelente Déchasait me ha conmovido e instruido mucho durante el viaje que he tenido el honor de hacer con Él. Me ha honrado con un lugar en su coche desde Lagny hasta Chessy. El obispo de Meaux llegó el mismo día que yo a Coupvray, los textos en cuestión son sin duda los versos del Sr. J. y el discurso de su amigo. ¿Podría, Señor, sin pecar de indiscreción, rogarle que me envíe las notas de historia?

Adiós, estimado Señor. Cuídese para disfrutar con sus hijos; primero vivir, luego trabajar: la salud es un tesoro cuyo precio no se conoce hasta que se lo

pierde. Son viejos lugares comunes pero siempre ciertos. Me hace muy feliz poder recomendarle las mismas cosas que Ud. me ha dicho a mí mismo tan a menudo. El campo es mi única medicina.

Estoy bien de salud y deseo que la presente lo encuentre igual, así como a su Señorita hermana.

L. Braille

Coupvray, 11 de octubre de 1831.

Estimado Señor:

Hace más de quince días que no tengo el honor de recibir noticias suyas Casi diría que estoy convencido de que Ud. me ha escrito y que tendré que reclamar también su carta en el correo. Pero no es eso lo que me inquieta: su salud sigue siendo alarmante, acaso asuntos que sin duda me resultan previsibles lo absorben a Ud. por completo. Ya no soy yo quien leerá con Ud. bellos textos Esos pensamientos me dan vueltas pero le confesaré sinceramente que no es esto último lo que me parece más probable.

Hasta aquí he pasado las vacaciones en las viñas y por los caminos, pero la humedad, la lluvia y los vientos me han hecho modificar mi rutina. Me leen, afino pianos, juego a las cartas y al ajedrez y me encuentro bien.

Ruego a Dios que conserve su salud y la de su Señorita hermana.

Su devoto L. Braille

Coupvray, 25 de octubre de 1831.

Estimado Señor:

Ud. sin duda sabía de mi intención de regresar a la institución a fin de mes, pero sólo ayer tuve esa certeza. Espero, pues, Señor, estar cerca de Ud. el lunes a la noche. No encontrará en mí un Sansón pero verá a un hombre, ni robusto ni delgado, más delgado que robusto y que goza de una salud satisfactoria. Gradas a sus más bondadosos afanes. Reciba la seguridad de los votos de nuestra familia y míos en particular por Ud. y su Señorita hermana.

Acabo de enterarme en este instante de la muerte del Sr. Velvincourt. No apruebo la política o la indiferencia que lleva a no darle lugar en nuestras plegarias públicas.

La recepción de su epístola me hace retomar mi carta para negar absolutamente el hecho que Ud. me imputa. Ignoro si puedo suplicarle sin molestarlo que me escriba aún algunas líneas, no de satisfacción sino de consuelo.

Coupvray, 22 de octubre de 1833.

Estimado Señor:

Hubiera querido poder darle algunos detalles sobre los placeres de la campaña durante los bellos días de otoño. Es por eso que he demorado en escribirle, pero renuncio a esta pretensión puesto que parece que sólo tenemos viento, niebla y lluvia como lo prueban los zuecos que calzo desde mi regreso. A pesar de todo eso, mi salud es buena y espero pasar nuestro próximo año lectivo en forma agradable y útil, sobre todo aprovechando la deferencia de su buena hermana quien ha prometido ayudarme en mis estudios. Todo me presagia un futuro satisfactorio sobre todo si mi doctor suaviza el régimen severo con el que me ha amenazado. Comprométalo a eso, mi querido señor, se lo suplico, pues es uno de sus amigos

Dentro de ocho días estaré con Ud., que tanto se ocupa de mí y con la Srta. Pignier que sabe tan bien allanarlo todo y en medio de mis compañeros que me han probado tan bien su amistad.

Bodoin está sin duda todavía a la par mía, ¡ay de mí! Pero, pobres chicos que somos, no tendremos su fortuna. Por mí, no sufro tanto este achaque como otros, pero no por ello es menos grande.

Basta de melancolía, pues. Con Ud., todo irá bien.

Su respetuoso y afectísimo alumno.

L. Braille

Extracto del Artículo publicado en el año 1999 con motivo de los 190 años de su nacimiento.-

DOSSIER

Carta abierta a Louis Braille

Por Pedro Zurita

- Ex Secretario General de la Unión Mundial de Ciegos

Querido Luis:

No faltan quienes me tachan de loco por esa manía que me ha entrado últimamente de escribir cartas a personajes que ya habéis pasado a otra dimensión.

Así es... en Noviembre pasado, hice llegar una misiva a Valentín Haüy, desde París, en la que compartía con él los éxitos y las dificultades que los ciegos disfrutaban y padecían en el campo del empleo en todo el mundo. Por cierto, yo creo que te alegraría conocerla y que te gustaría saber que en Marzo la publicó una revista francesa que lleva tu nombre. Voy a buscar la forma de transmitirte una copia, vía Internet, porque seguro que tú sí que tienes acceso a esa red, y no te dicen como a mí que te conectarán el mes que viene.

Luis, hay cosas que a veces me ponen triste y otras que, incluso, me irritan. Personas hubo, y aún hay, que no comprenden el valor de tu sistema y que están constantemente alerta para ver si sale algo que lo sustituya. ¡¡Serán estúpidos!! Yo te confieso que la primera vez que coloqué mis dedos sobre una hoja escrita con tu código (tenía a la sazón 10 años), llegué a asustarme, y dentro de mí pensé que nunca lograría descifrar aquel caos de puntos; pero a los pocos meses de estar en una de esas escuelas que llaman especiales, superé esa barrera psicológica y empecé a leer mediante el tacto con gran facilidad.

Es muy probable que, aunque no siempre se manifiesta explícitamente, se jerarquiza a las personas en función de su capacidad sensorial, y como el que ve es mejor que el que ve poco, y el que ve poco es superior al que nada ve, siempre que haya un resto visual, por pequeño que sea, se recomienda al niño o adulto que aprenda a leer en tinta, y en muchos casos no se informa ni a él ni a la familia de la existencia del braille. Justo es señalar, no obstante, Luis, que en aquel lejano tiempo en el que yo iba a la escuela, a niños que veían bastante los obligaban a leer tu código con los dedos y, claro está, como eso no les motivaba nada, preferían jugar al fútbol que dedicarse a estudiar.

Cuando, a principio de los setenta, apareció un aparato al que aún llaman Opta-con -de veras, Luis, era una cosa revolucionaria-, leí en muchas partes que había llegado el fin del braille. ¿Por qué tanta animadversión, Luis? ¿Acaso leer con los dedos tiene algo de obsceno...? Bien sé que tú, tras discutir horas y horas con Charles Barbier, te decidiste por que las combinaciones de seis puntos eran la mejor opción para la percepción táctil.

Es evidente que tú eras muy consciente de que el punto se adaptaba al tacto mejor que la línea.

Al presentar tu idea a la dirección de tu Instituto, a los profesores videntes tu hallazgo no les gustó. Pensaban que, por esa vía, los ciegos a lo único que podrían aspirar sería a inscribirse en los servicios secretos. Tu código -decían ellos- constituía una indeseable barrera para la comunicación entre los que ven y los que no. Soy consciente de que tú te esforzaste mucho por persuadirles de que con tu método la lectura podría ser mucho más rápida y que, consecuentemente, el acceso a la información llegaría a ser mucho más completo.

Pero lamentablemente, tuviste que irte de nuestro mundo sin la satisfacción de que la gente entendiera lo esencial de tu sistema.

Permíteme, Luis, que comparta contigo mi frustración, casi mi dolor, por el hecho de que, en un traslado de pertenencias de mi casa paterna, alguien hubiera utilizado como pasto de las llamas los libros escolares que transcribí a mano, bajo el dictado de mi padre, maestro, y algunos cuidadores de mi escuela, o simplemente copié yo mismo a partir de materiales que encontraba en los sitios más insospechados. ¡Cuántas horas robé en aquellos años de mi tierna adolescencia al tiempo que, naturalmente, hubiera debido dedicar el ocio a las comidas colectivas, para confeccionar, a fuerza de regleta y punzón, mi propia biblioteca infantil. Y ¿sabes, Luis, qué me respondieron cuando inquirí por qué habían hecho aquello...? «Porque ocupaban mucho sitio».

Y una cosa semejante me sucedió, tras las vacaciones del verano europeo, al regresar a mi residencia universitaria: todos mis volúmenes braille habían desaparecido. Al descubrir al autor de tamaña fechoría, lo que argüyó fue esto: «Es que eran tan grandes y tan feos...»

Y puesto que aludimos a la estética, que le pregunten (dicho sea de paso) a los amigos de la FBU de Montevideo si un libro Braille puede o no puede ser bonito.

Declaro solemnemente, Luis, que tu sistema es completamente ¡nocente del atentado al sentido común que supuso el que más de una persona me aconsejara que no leyera en braille en el autobús, en el tren o en el avión, porque eso llamaba demasiado la atención, y generaba una imagen negativa de mí.

Y, Luis, me gustaría que percibieras bien qué rebeldía interior experimenté cuando en el año 90, descubrí en Mongolia a un ciego, un matemático que gozaba de gran prestigio científico en aquel país, que había perdido la vista a los 30 años y había encontrado ciertas condiciones favorables para dedicarse a la docencia universitaria... ¡Cuánto me dolía, Luis, escucharle su relato de las horas que pasaba con un magnetófono memo-rizando reflexiones, conclusiones, fórmulas matemáticas...! Le habían dicho, Luis, en su momento que el Braille de nada le iba a servir. E, incluso, el viernes pasado, en el Líbano, un alto dignatario del Gobierno exhibía con orgullo en persona y por teléfono, a las personas ciegas que, gracias a su sensibilidad, habían encontrado ocupación en oficinas gubernamentales. ¡Qué pena, sin embargo, Luis, que la única persona que conocí directamente, fruto de los éxitos conseguidos en aquel lote de buenas intenciones, con quien tuve la oportunidad de hablar personalmente, respondiera negativamente a mi interrogante de si había aprendido Braille!

Y, quizás, Luis, baste ya de darte la lata con este tormento de injusticias cometidas contra tu sistema maravilloso, que -estoy dispuesto a admitirlo-, en la mayoría de los casos, fueron muy probablemente generadas por la pura y simple ignorancia o, incluso, en ocasiones, en nombre de la buena fe.

Afortunadamente, vista la situación desde el aquí y ahora, esa genial herramienta liberadora que tú nos legaste tiene también una historia alentadoramente luminosa, y los que la valoran, la entienden (incluso, la aman) son hoy legión y, entre ellos, Luis, sin duda alguna, están todos los que en este momento tienen la paciencia de escuchar esta carta que con tanto entusiasmo y cariño, desde Montevideo, te hago llegar. Tu sistema -lo llamamos por tu apellido, el braille- se enseña en los Estados Unidos, cada vez más en los muy últimos meses, porque, aún a pesar de la obstinación de algunos, otros lucharon por que en las leyes de muchos estados de la Unión se plasmara el principio de que quien lo quiera debe conocerlo como un derecho humano más.

Tu Braille hoy se produce a costes inimaginablemente inferiores y en cantidades espectacularmente superiores en relación con lo que sucedía hace poco tiempo. Y eso es así, Luis, porque muchos, ciegos y videntes, creyeron que valía la pena consagrar imaginación e inteligencia a buscar fórmulas que hiciesen posible aplicar a su producción los descubrimientos de la informática y de la electrónica. De veras, Luis, la tecnología no está haciendo superfluo tu código, tan extraordinariamente sencillo, sino que está potenciando sus posibilidades. Para mí y para otros muchos, ya no es una utopía consultar, a través de él, voluminosos diccionarios y enciclopedias, utilizando CD roms y otros mecanismos de acceso electrónico. Tampoco tengo ya que preocuparme de la viabilidad de hacer mi biblioteca personal, que, en realidad, será mi biblioteca Braille, pues el problema del almacenamiento ahora es obviable merced a los sistemas de memorización electrónica.

Y quisiera, Luis, que tuvieras la indulgencia de seguir prestándome atención para que te enteraras de algunas anécdotas que reflejan actitudes diametralmente opuestas a las que figuraban en la parte inicial de mi carta.

Me refiero a lo que me sucedió con aquel profesor de semántica que, cuando en 1971 hacía un curso de verano en Cambridge (Inglaterra), al enterarse de que yo iba a estar entre sus alumnos, se le ocurrió, ni más ni menos, que la loable ingeniosidad e ingenuidad de tener preparados para el inicio del correspondiente taller, todos los diagramas con un relieve que él había conseguido producir con un bolígrafo. No faltaban, incluso, Luis, las letras correspondientes, hechas precisamente con tu código, basándose en un alfabeto que alguien me había pedido misteriosamente sin yo saber para qué.

El caso de aquella señorita del aeropuerto de Tokio, en Diciembre pasado, que, mientras intentaba resolver los problemas prácticos relacionados con el abordaje del avión que habría de llevarme a España de regreso, con indisimulada alegría, me dijo: «Señor, aquí tiene las hojas que se olvidó en el avión hace una semana». Y piensa, Luis, que mi intención había sido que el destino las llevara a la basura, porque yo ya no las necesitaba. Gracias a los medios modernos, puedo, Luis, hacer eso con frecuencia.

Esa señora a cargo de un servicio de comida a domicilio que, hace tan sólo muy pocas semanas, se interesaba por averiguar cómo me las arreglaba para distinguir la enorme variedad de platos que componían el almuerzo dietético que con ellos había contratado. «No demasiado bien». (Y te ahorro, Luis, los detalles del incidente en que incurrí, pues me fallaron mis habilidades olfativas de reconocimiento). ¡Qué hermoso constatar la reacción que ella tuvo! «Voy a ver qué puedo hacer». La próxima vez los recipientes venían con pegatinas, mediante las cuales ella hizo una convención para que un redondel fuera el postre, una cruz el plato principal, y una raya el aperitivo. Lo malo era que quiso ir tan lejos que también puso en su concepto de escritura en relieve los nombres de cada cosa. Y, entusiasmada, volvió a ponerse en contacto conmigo para evaluar el resultado de su intento integrador. Ante tamaña positividad, me atreví a proponerle que inmediatamente le enviaba tarjetas adhesivas para escribir Braille con un punzón y una pequeña regleta, en cuyo dorso figuran visualmente las letras de tu alfabeto, y el reto no la asustó en modo alguno.

A partir de entonces, sin ningún error, todo viene etiquetado en tu sistema. De esta forma, ya puedo distinguir sin dificultad, el aliño de ensalada de la salsa de la carne. ¡Qué alegría, Luis, por haber conseguido transformar su inicial actitud benefactora, tipo Valentín Haüy, en otra mucho más emancipadora, que es, en realidad precisamente, Luis, la que tu sistema posibilita!

Estoy seguro, Luis, de que vas a creerme si te digo que yo no quiero, de ninguna manera, ser ni excepcional ni privilegiado; qué anhelo, de verdad, que todos esos niños y adultos que aún me encuentro en Asia, en África, en América Latina, dedicando un esfuerzo y un tiempo preciosos a copiar a mano los libros que otros fácilmente podrían producirles, tengan acceso a las herramientas y materiales básicos que hoy ya existen. No dudo, Luis, de que me apoyarás en la petición que formulo a un tal David Blyth, que me han dicho representa a los ciegos de todo el mundo, y a una señorita, muy elocuente e inteligente, llamada Norma Toucedo, a la que, según me he enterado, han encomendado que promueva la mejora de oportunidades de alfabetización, para que, uno y otra, hagan cuanto esté en su mano, para que mi ferviente deseo no quede en un sueño quimérico.

Y ¿sabes qué te digo, Luis?... Que, desde hace bastante tiempo, me importa un comino lo que algunos piensen de mi imagen. Exhibo con orgullo tu invento en cualquier parte. Leo material escrito como tú diseñaste, de pie, tumbado, sentado..., como sea. Y, en mi bolsillo, nunca falta esa regletita que puse a disposición de la señora de mis postres y alimentos. Y es que tu código, Luis, a muchísimas personas ciegas -y a mí también, por supuesto- nos ha otorgado dignidad, libertad, autonomía y muchas horas de incomparable disfrute espiritual.

Te prometo solemnemente serte fiel, aunque sé que, al fin y al cabo, sea por el camino que fuere, en una u otra forma, si alguien algún día encuentra algo que supere el sistema que tú propusiste al mundo en 1825, tú, yo y todos nosotros nos alegraremos sobremanera.

Tuyo afectísimo,

Pedro Zurita

Montevideo, 27 de Marzo de 1996.

Nota de editores:

Pedro Zurita, ex Secretario General de la Unión Mundial de Ciegos, escribió esta carta en 1996, durante una visita a Montevideo, Uruguay. Desde entonces, la carta ha sido traducida a diversos idiomas y publicada en todo el mundo. A pesar de haber sido escrita hace 13 años, la carta conserva un mensaje de fundamental importancia, y debe ser leída por todos los que estamos comprometidos con la educación de personas con discapacidad visual.

Un encuentro entre dos grandes

Prof. Virginia A. Pérez de Vallejo

- Profesora en Educación y Rehabilitación de Ciegos

Miles de kilómetros han separado sus vidas, pero compartieron, sin saberlo los mismos altos ideales, y la pasión puesta en alcanzarlos.

Con la dedicación y la vocación docente como fieles armas, han luchado por derrotar al mismo enemigo: la ignorancia, y seguramente sin tener conciencia

de la real dimensión

de sus actos, han logrado transformar las perspectivas vitales de millones de personas en todo el mundo... compartiendo con los más desprotegidos, los

privilegios que brinda la única fortuna que conocieron: la del saber...

Domingo Faustino Sarmiento trabajó arduamente para crear las condiciones necesarias que permitieran una educación accesible a todos*, y Luis Braille, no descansó hasta dar a las personas ciegas como él, la herramienta perfecta que les abrió de par en par las puertas de la cultura, la educación y la integración...

Sólo porque el destino, no lo tuvo previsto, nunca llegaron a conocerse.

Sin embargo, ese encuentro, ha sido posible, en la imaginación de otro docente como ambos, que deja estas humildes líneas en sencillo homenaje a sus obras,

y en especial, a los 200 años del nacimiento de Luis Braille...

Como todas las tardes, un niño y su madre, comparten la pequeña mesa de la cocina, preparando las tareas para el día siguiente....Ella es maestra en una escuela para ciegos... él, cursa 6to grado...

Hace días que ella intenta encontrar una idea especial, para el Acto que organiza su escuela, en homenaje a los 200 años del nacimiento del creador del Sistema Braille.

Ya escribió varios borradores, pero ninguno le gusta tanto como para presentarlo....

El niño, se encuentra en un problema similar. .. su maestra, ante la proximidad del 11 de septiembre, pidió a todos que leyeran sobre la vida de Domingo Faustino Sarmiento y que escribieran de ella, un pasaje poco conocido... El trabajo elegido, sería representado en el Acto conmemorativo del Día del Maestro...

A medida que el niño lee, anota en un rincón de una hoja algunos datos que le parecen interesantes: "nace en 1811"..., "a los 15, maestro rural..." "entre 1845 y1847, viaja a Europa para investigar los sistemas educativos", "crea la primera Escuela Normal de América Latina", "algunas de sus ideas son resistidas"...

Su madre, entonces, hace lo mismo y en otro rincón de la misma hoja comienza a anotar: "1809, nacimiento", "pasa su vida en el Real Instituto de Jóvenes Ciegos de París" "es ayudante de profesor a los 16", "inventa un nuevo sistema de lectura y escritura", "sistema resistido"...

A medida que las palabras escritas aumentan; los datos comienzan a mezclarse, aunque no se mezclan tanto como para impedir que ella descubra la impresionante correspondencia entre las palabras y las fechas extraídas de las vidas de cada uno de los dos personajes...

Eso es!!! Ya lo tengo!!! Ya lo encontramos, hijo!!! - dice, e inmediatamente, toma una hoja en blanco y comienza a escribir, como si alguien le dictara al

oído. De vez en cuando, se detiene y busca datos en alguno de los libros que tiene apilados sobre la mesa. Incluso busca en uno que está escrito en Braille... Se la ve tan entusiasmada que hasta hace sonreír al niño, aunque aún no comprende qué es lo que ella encontró para los dos...

Fue así, que la maestra entre su lectura y la investigación de su hijo, halló la punta del ovillo que permitió que se produzca el encuentro imaginario entre estos dos grandes e irrepetibles maestros: Braille y Sarmiento...

Luis Braille se encontraba en el salón, impartiendo su clase de música, cuando la voz del Director, rompió el silencio de los niños concentrados en la lectura de sus partituras...

- Buenas tardes Señor Braille... le ruego sepa disculpar mi interrupción...

- Buenas tardes. Señor Dufau... ¿Qué sucede?....

- Vengo a decirle que ha llegado a la Institución una persona muy importante que viene de América e insiste en conocerlo... Si está de acuerdo, le diré que lo aguarde en la oficina del Señor Pignier

- Por supuesto. Señor Dufau. Lo atenderé en cuanto termine la clase. ¿Cómo podría negarme? ¡Con más razón si viene desde tan lejos!!!

- Muchas gracias, Profesor Braille... Durante los minutos que transcurrieron hasta el final de la dase, Luis Braille, no pudo imaginar siquiera un motivo para recibir semejante visita. Sin embargo, estaba ansioso, y acudió con prisa a encontrarse con el viajero-

- Bien... Aquí ya está el profesor Braille, Sr. Sarmiento

Los presento: el Señor Luis Braille, el Señor Domingo Faustino Sarmiento...

- Mucho gusto. Señor Sarmiento...

- No, por favor. Sin dudas, el gusto es mío, y es un orgullo y un anhelo largamente esperado, poder conocerlo...

El Director Dufau, se retira, no sin antes sugerirle a Braille que si lo desea, le ofrezca al visitante, recorrer las instalaciones del flamante edificio inaugurado apenas dos años atrás.

-Bueno, Señor Sarmiento, usted dirá qué se le ofrece. Entenderá que no es común para nosotros, recibir visitas desde tan lejos... Estimo por ello que algo muy importante, lo trae hasta nuestra Institución... aunque no puedo imaginar de qué se trata...

-Veo que mi presencia lo toma por sorpresa, Sr. Braille. Lo lamento. Pero le aseguro que apenas el Gobierno de Chile, me encomendó este viaje a Europa, a fin de observar y analizar los sistemas educativos aplicados en esta parte del mundo, no dudé en enviarle una carta, manifestándole mi deseo de conocerlo.- Es evidente que mi carta no le ha llegado...

- Ah! Si... Si. He recibido una carta hace dos días... Aquí la tengo, Señor Sarmiento. Como habrá podido observar, aquí casi todos somos ciegos, y mi querida amiga Nanet, nuestra cocinera, que es la que diariamente intenta alejarme de mis estudios para hacerme probar algún bocado, mientras compartimos alguna pequeña charla, no ha podido leérmela, ya que ella a pesar de ver perfectamente, es analfabeta al igual que el resto del personal de servido... Es ésa la razón, por la cual aún no conozco el contenido de su carta.. .justamente pensaba solicitar al Señor Director Dufau que hiciera el favor de leérmela...

-Sí. Efectivamente, ésa es mi carta... discúlpeme por no haber considerado que le costaría encontrar aquí quien se la leyera... -Por supuesto que lo disculpo, señor... pero, dígame... ¿Por qué razón querría conocerme una persona de su importancia?

- Al igual que usted, desde muy joven, sólo una idea ha orientado mi vida y mi trabajo: la de lograr el acceso de los pueblos a la educación sin restricciones ni diferencias... Soy maestro de vocación, y escritor por placer y creo fervientemente que no hay libertad posible sin educación... He nacido en la Confederación Argentina, aunque actualmente, por motivos que no tienen que ver con el tema que nos ocupa, resido en Chile.- Estoy totalmente convencido de que para rescatar del analfabetismo a todas las personas por igual, independientemente de su origen o situación económica es necesaria la creación de muchísimas escuelas e imprescindible, dotarlas de docentes excelentemente formados. Por ello, hace pocos años, he logrado fundar la Primera Escuela formadora de maestros de América Latina...

Tengo entendido, que lucha usted por una causa similar... no es así señor Braille?

- Por supuesto Señor... no está usted para nada equivocado... sólo que yo lucho por la libertad intelectual de una minoría que se encuentra en absoluta oscuridad, y no me refiero sólo a nuestra imposibilidad de ver... Me refiero a la oscuridad en que las personas ciegas nos encontramos sumidas, víctimas del mismo enemigo contra el que usted lucha: el analfabetismo, que apresa a todas las mentes, pero castiga aún con más saña, a quienes se encuentran limitados también por la falta de visión...

Usted, encuentra la solución en la creación de escuelas y en la formación docente...yo, la busco en la instauración de un sistema sencillo y eficaz que

pueda ser utilizado por las personas ciegas para expresar sus ideas y para conocer las de los demás....

-Así es... tiene razón........Desde que inicié mi lucha, como maestro rural a los 15 años, he mantenido mi conciencia en paz, ya que a pesar de haberme dedicado a otras actividades, siempre he destinado algún momento de mi día a enseñar.... sabiendo que de ese modo, estoy contribuyendo al logro de mis ideales.

- Sin embargo, hace un tiempo, se acercó a mí, un hombre ciego de 50 años, a pedirme instrucción.-

- Debo serle franco Señor Braille.... La incertidumbre de no saber qué hacer, me ha tenido desvelado unos cuantos días.

- Felizmente, un buen amigo, que sabía de mi desasosiego, me comentó que personas que conoce, aseguran que usted, ha encontrado el modo de enseñar a leer y a escribir a las personas que no pueden ver... e incluso, han dicho que ya existe un ejemplar de la Historia de Francia, escrito en el sistema de puntos, creado por usted.

-Es así, mi estimado... es así...

-El destino, quiso traerme a Francia, y nunca me perdonaría no aprovechar esta oportunidad para conocerlo, felicitarlo por su lucha y su invento, y para rogarle que me enseñe su sistema y me indique de qué manera puedo ayudar a través de él, a las personas ciegas en América...

- Señor Sarmiento, no se imagina lo orgulloso que me hace sentir, saber que comentarios acerca de mi obra han viajado hasta tan lejos, fundamentalmente, porque lograr que el sistema sea oficialmente aceptado aquí mismo, me ha llevado más de 15 años... y muchas más de 15 lágrimas...

- Por ello, será para mí un enorme placer, compartir con usted mis hallazgos, y enseñarle cómo aplicarlo con sus alumnos de América....

- Me da usted una alegría inmensa, señor Braille.... Tengo previsto permanecer aquí en París, algo más de una semana, y a pesar de tener organizada una agenda de trabajo bastante nutrida, estoy seguro que encontraré los momentos necesarios para ser su más aplicado alumno... y si me permite, y su amiga Nanet lo desea, en retribución a su generosidad, le enseñaré a leer y escribir a ella...

- Por supuesto, que así será, Señor Sarmiento... no le quepa duda de ello... Si lo desea, y tal como lo sugirió el señor Director, lo llevaré a conocer nuestras flamantes instalaciones. Con seguridad, encontraremos a Nanet en la

cocina y le haremos la propuesta que acaba de mencionarme... Por favor, sígame Señor Sarmiento...

De esta manera, se desarrolló el encuentro entre dos grandes... Lamentablemente, sólo ha sido un encuentro imaginario, que de haber ocurrido en realidad, hubiera, sin dudas, adelantado el inicio de la educación de las personas ciegas de Latinoamérica, al menos, cuatro o cinco décadas...

* Domingo Faustino Sarmiento fue el primero que habló en nuestro país de "un sistema de puntos en relieve apto para la lectura de los ciegos".-

Elogio al Braille

por Carlos Alexis García- Estudiante de Letras

- Secretario de la Biblioteca Argentina para Ciegos- Integrante del Coro Polifónico Nacional de Ciegos

"Carlos Larrimbe"

I

El signo ya violenta la lisura de la hoja y quiebra la monotonía de la página en blanco tan parecida a las nubes de polvo indiferentes que se agitan en el horizonte.

Entonces se alza un brote sutil: con él la imaginación abre un sembradío de texturas y palabras.

Anda la mano en la porosa huella de las letras.

Y en cada cúmulo punzante gravita el aire de sombras amadas.

Depresiones y alturas del terreno: puntos hundidos, chuecos, flojos y esos otros, felices, redondos, altivos, que levantan la cabeza como diciendo: "estamos acá".

En la raíz del punto hay una mano que descubre el relieve de sus pasos cuando en la mente el signo va calando y encuentra su divisa más preciada:

memoria, imaginación, promesa de futuro, tacto que se distingue en la plenitud del presente y modela la figura de su obra con la yema complacida en el deleite.

II

La relación entre el braille, el papel y la mano es sensual: baste mencionar el delicado roce de las yemas al dar vuelta una página, el relieve y sus matices, la distracción con las roturitas de las hojas, las distintas encuadernaciones y el grosor de sus lomos comparables, la posibilidad de leer en la cama para que el libro se adecué a la postura del cuerpo. Incluso el desgaste del material llama a la sensibilidad exploradora. Tacto que tropieza, resbala, se adhiere, se aparta, se afina, se afianza y prosigue la marcha.

Hendiduras, perforaciones, espesor.

El braille depara felicidades inhallables en otros soportes: como esa de tomar un libro ya leído buscando alguna página, a ver si el azar de la lectura nos trae un sentido que antes, cuando estábamos más atentos a la continuidad del discurso, no se nos había revelado; o aquella otra consistente en sacar de la biblioteca algún libro desconocido y curiosearlo sin objeto definido (tiempo después sabremos que ese devaneo era ya una primera lectura inadvertida).

Lo magnífico del braille es que permite una lectura interna.

Independientemente de que nos agrade o no leer en voz alta, lo significativo es que prescinde de toda mediación mecánica.

III

Leer, sí, hasta tener los dedos mochos, achicharrados. Hasta que los puntos que hoy sentimos separados, incongruentes, absurdos como un simple agujero en la planicie, se reúnan en una flor acunada

Importancia del Sistema Braille en la Rehabilitación Funciona

por Liliana Otero- Lic. en Gestión Educativa,

- Operador en Psicología Social,- Directora del Centro de Día para Adultos Ciegos y Disminuidos Visuales de

San Fernando

El lenguaje

La palabra no surgió como un accidente de la especie humana y es parte del sujeto. En la historia de la humanidad el hombre, una vez que descubrió su capacidad para emitir sonidos con sentido, fue seducido por el lenguaje que le permitió acceder a intrincados procesos para así llegar a hablar y a escribir con fluidez.

El lenguaje es una conquista que le permitió transformar los sonidos que emitía al principio de su origen y será por medio del lenguaje, que se relacionará dando cuenta de los procesos y las etapas por los que atraviesa, compartiendo lo que siente y que aparece reflejado en lo que dice y en cómo lo dice. Durante las etapas de su crecimiento irá articulando desde las primeras palabras sin sentido, hasta apropiarse de un instrumento que le permitirá relacionarse con sus semejantes y expresar lo que piensa, necesita y siente.

Cómo se dice y cómo se escribe nos atraviesa. Según Lacan "sujeto barrado", antes de que hable el lenguaje lo preexiste. El Otro, alteración radical, es el compañero del lenguaje, y ese lenguaje implica que lo que se dice va dirigido a otro.

Perarson y Jonson (1978), consideran como exigencia básica para el discernimiento, "la posibilidad del lector de construir puentes entre lo nuevo y lo conocido" y que " la experiencia del lector está en el corazón de la comprensión"

La escritura

Los sistemas de escrituras se pueden clasificar según sus diferentes orígenes y sistemas, en cuanto a grafismos y a fonación. Pese a la notable variedad que existe, valorativamente, no se puede considerar que una práctica es mejor que otra, dado que estos sistemas perduran y se siguen empleando, porque cumplen las funciones que le dieron origen:

1 - Acceso a la memoria cultural.2 - Un elemento que permite comunicación con los demás.3- Integración en el cuerpo social.

Confirma esta hipótesis, la vigencia del sistema del Braille, ideado por el francés Louis Braille a mediados del siglo XIX y que continúa en la actualidad sin haber surgido ningún otro sistema de escritura similar que lo suplante y supere en eficiencia para ser utilizado por las personas ciegas.

Lacan dice: "... lo importante, es la referencia de la escritura; la palabra no alcanza para dar cuenta... Sólo la escritura tiene acceso directo al referente". La función de la fonación, no es el sonido, es función de soporte del significante.

¡Vaya si es importante para el desarrollo humano el hablar y el escribir!.

Cuando el niño alcanza la simbolización, comprende que cada palabra representa algo, hace sentido, y es así que se estructura como sujeto y se forja su yo.

¿Y cuál es el sentido de la letra?, lo que la experiencia psicoanalítica descubre es que habrá que buscarlo más allá de la palabra; es toda la estructura del lenguaje. Por lo que acceder a la escritura y la lectura nos marca como sujetos, y es desde este lugar, no es lo mismo saber escribir y leer que no haber desarrollado esa posibilidad.

El Sistema Braille y la Rehabilitación Funcional

Es indudable la validez del Sistema Braille en el aprendizaje de un niño ciego. Incorporarlo a edad adulta puede suponer algunas dificultades. Es interesante destacar que, como ocurre con la mayorías de las capacidades, no todas las personas cuentan en forma innata con facilidades y dones que les permiten desempeñar en forma exitosa algunas habilidades, como por ejemplo el aprendizaje de un idioma o un sistema con nuevos grafismos.

El Sistema Braille es más sencillo para los que lo aprenden de pequeños o son jóvenes aún, y presentan mayores dificultades, generalmente para las personas adulta, que empleaban otro grafismo cuando veían y a lo que se les suma, muchas veces el duelo por la pérdida de la visión por un lado, y la disposición personal para su aprendizaje por el otro

Si bien para las personas que nacieron ciegas es irreemplazable, existe la posibilidad que los que pierden la visión de adultos, encuentren algunas compensaciones a través de la moderna tecnología. Es de destacar la importancia del Sistema para el uso de la máquina de Braille hablado, pero debemos reconocer que hay software que prescinde de su uso y son muy efectivos para quienes aprenden su manejo.

Braille y Rehabilitación Profesional:

Una discapacidad implica sumar y no restar. El desafío será investigar los recursos y las posibilidades individuales con que cada persona cuenta; el desafío es no cerrarse y trabajar con los aspectos aptos para el crecimiento, descubriendo el acceso a la normalización de las conductas sociales, laborales, familiares, etc.

"E. es una persona rehabilitada e independiente, integrada laboralmente, nunca le interesó leer Braille o escribir en la pizarra, pero no se encerró en sus gustos personales y al quedarse ciego por un accidente inesperado, se obligó a abrirse a las diferentes posibilidades que el entorno le ofrecía. Todos los días recurre a este sistema cuando usa su máquina de Braille hablado. No malgastó su energía y capacidad a la espera de soluciones mágicas, aceptó el desafío y sale todos los días apostando al logro de una vida común a la de todos".

Braille y Rehabilitación Integral

Comunicarse, es uno de los tantos inconvenientes con que los seres humanos nos encontramos, tanto al escribir como al hablar, ser adulto implica decidir cuál es la mejor forma para alcanzar aquello que deseamos. Optar será la decisión personal de cada persona adulta.

Las instituciones deben ofrecer la posibilidad a todos, el criterio será respetar el momento y la posibilidad individual, tratando siempre de ampliar las oportunidades.

En la actas del Congreso Estatal sobre Prestación de Servicios de España, en setiembre de 1994, en un trabajo sobre cómo favorecer la integración profesional Phillipe Chazal dice:

"...Es absolutamente necesario un buen conocimiento de las técnicas paliativas de la minusvalía: braille, movilidad, dactilografía, presentación en un nuevo empleo, utilización de la memoria... En todos estos campos el papel de las instituciones especializadas sigue siendo fundamental... La formación debe tener en cuenta los deseos y las capacidades de cada individuo..."

Bibliografía consultada

• Revistas sobre ceguera y deficiencia visual: INTEGRACIÓN y Revistas de la ONCE: PERFILES.

• Actas del Congreso Estatal sobre Prestaciones de Servicios para Personas Ciegas y Deficientes Visuales: ÁREA INTERACCIÓN LABORAL, volumen № 6.

• LO QUE SE ESCRIBE DE LA INTERPRETACIÓN, de Editorial "Ediciones del Cifrado": "El equívoco de la escritura" de Ingrid Allicker, "Descifrar lo imposible" de Olga González Molina "Apuntar a la letra", de Leonor Roistacher.

• PRODUCCIÓN DE TEXTOS - Estrategias del escritor y recursos del idioma. De Fundación Universidad a distancia "Hernandarias". De Mabel S. Marro y Amalia B. Aellamea

• UNA INTRODUCCIÓN A LACAN de Editorial Lugar Editora, de D'Angelo - Carbajal - Marchilli

El Braille en América Latina. Balance y perspectivas

por Enrique Elissalde- Ex-Presidente de la Unión Latinoamericana de Ciegos

- Ex-Presidente Fundación Braille del Uruguay.

La historia de la educación de las personas ciegas en América Latina comienza con el sistema braille. No hubo otro sistema de lectoescritura y se dio simultáneamente la llegada del braille con el comienzo de la alfabetización y educación, la instalación de imprentas y de bibliotecas.

En la región latinoamericana (que abarca a más de 500 millones de habitantes que viven en una superficie de alrededor de 20 millones de Km. cuadrados, que se extiende desde el hemisferio norte -México- al hemisferio sur -Argentina-), no hay casi referencias a la vida de las personas ciegas en la época precolombina y durante la Colonia. Apenas algunas vasijas de barro, ("huacos" en quechua), procedentes de los primeros 500 años de la Era Cristiana y pertenecientes a la cultura indígena mochica, (actual Perú) poseen decoraciones basadas en personas ciegas. Como en nuestros días, y tal como lo razonó el italiano Romagnoli, al hablar del péndulo, esas personas ciegas oscilaban entre la alta consideración social y la más deplorable mendicidad.

A propósito del Imperio Inca cabe mencionar que se relacionó a las personas ciegas con el sistema contable de cuerdas anudadas y coloreadas de diferente extensión que servía para recordar distintas cantidades. Algunos estudiosos indicaron que ese sistema era reconocible y manejado al tacto. De ahí, la referencia a los ciegos.

En tiempos de la Conquista española, hay testimonios (en lo que hoy es Ecuador), de la existencia de hechiceros e indios ciegos que tejían cestos con

fibras de plata. Los habrían visto los integrantes de la misión de Lope de Aguirre, (1518-1561) dramático y extraño, personaje que traicionó, entre otros, a Pizarro, recorrió el Amazonas en una balsa y terminó muriendo por un disparo de arcabuz.

Ya en el siglo XVIII y en la Lima virreinal, se destacó Fray Bernardo del Castillo (1716-1770), ciego desde pequeño y que fue uno de los teólogos, dramaturgos y poetas más importante de la época. Entre otras compuso para el teatro: 5 obras dramáticas extensas y 7 breves. Ricardo Palma, en sus "Tradiciones Peruanas" lo evoca como el "Ciego de la Merced" ya que perteneció a dicha orden religiosa.

Aparte de éstas y otras pocas circunstancias, todas aisladas en el tiempo, sin coordinación ni continuidad históricas, la educación de los ciegos comenzó, efectivamente, en 1854. Fue al regresar de París - donde estudió 6 años- que el joven ciego José Alvarez de Azevedo, con la ayuda del Dr. Xavier Sigaud -médico de la Corte- y de su hija logró interesar al Emperador Pedro II en la educación de los ciegos. El Emperador, creó en diciembre de 1854, el Instituto Imperial para niños ciegos, (hoy Instituto Benjamín Constant de Río de Janeiro) y la primera imprenta braille de toda América Latina. Cuando aún Europa debatía sobre ventajas y desventajas del sistema braille, ya en América Latina se lo incorporaba como base de la enseñanza.

Pocos años después. Sarmiento -quien fuera Presidente de Argentina- en una reseña de viaje escrita en los primeros años de la década de los sesenta, se refirió a un "sistema por puntos que permite la lectura a los privados de vista".

Pero el sistema braille ingresó a Argentina poco más de una década después. En lugar de ingresar a través del Imperio (como en Brasil), lo hizo por medio del Asilo de Huérfanos. En 1887, la Sociedad de Beneficencia contrató al maestro ciego Juan Lorenzo y González, recién llegado de España, para enseñar a los ciegos en el Asilo. Otro extranjero, Francisco Gatti, lo sustituyó poco tiempo después. Gatti era un destacado ciego italiano que llegó al Río de la Plata en 1890. Tras una breve estadía en Montevideo -donde no pudo reunir el número de ciegos mínimo para instalar un Instituto- marchó a Buenos Aires donde pudo cumplir sus propósitos. Luego de enseñar en el Asilo, en 1902 creó su propia escuela y en 1908 estuvo íntimamente ligado al nacimiento del Instituto Nacional de Ciegos.

Fue por el Oriente que en la segunda mitad del siglo XIX apareció el sistema braille en las costas atlánticas latinoamericanas: Río de Janeiro (1854), Buenos Aires (1887), México (1875) y Cuba (entonces colonia española) -intentos de Segura y Escolano 1877 y Luis Biosca y Cornelias 1889.

Chile y Uruguay recibieron al sistema braille en los comienzos del XX. Luego su itinerario continuó desde el sur hacia el centro y norte de la región, por la costa del Pacífico. En 1925 y 1926 surgieron las dos primeras escuelas en Colombia: Medellín con Francisco Luis Hernández y Bogot, con Antonio Pardo Ospina. Educación y sistema braille irrumpen en el Perú hacia 1931 (Unión Nacional de Ciegos y llegada de las hermanas franciscanas). Venezuela, en 1936 con Mevorah Florentín incorpora el braille y crea su primer Instituto. Luego el proceso siguió por América Central y el Caribe, Guatemala (1942, Manuel Solórzano) fue uno de los primeros en este proceso fundacional que se extendió hasta la década de los cincuenta y sesenta.

Antes de que Inglaterra y Estados Unidos en 1932 culminaran su "guerra de los puntos", el sistema braille se enseñaba y usaba en varios países latinoamericanos, en su forma literal, abreviada, códigos matemático-científicos y musicografía. En muchos casos fue traído por ilustres maestros europeos a muchos de los cuales ya hemos mencionado.

El sistema que predominó (código y pedagogía) y que más influencia tuvo fue el de origen francés. Además de Álvarez de Azevedo en Brasil, también Domínguez Sans (España), impuso en Argentina las tendencias francesas. Mevorah Florentín, por su parte, antes de llegar a Caracas, había aprendido el braille en París por consejo de su oftalmólogo, ya que era discapacitado visual (también auditivo). En el caso del catalán Domínguez (transitoriamente radicado en Buenos Aires en 1912, para instalar la imprenta del Instituto), la emprendió contra el sistema braille que en ese entonces había impuesto Gatti. El italiano introdujo signos de puntuación y hasta algunas letras de su propia cosecha, en lugar de las formas francesas. Según testimonio de Antonio Pegoraro -alumno del Instituto y destacada figura argentina-, Domínguez logró que, en un remedo de la hoguera de los libros de caballería de Don Quijote, se quemaran en el patio del Instituto los copiados con el braille de Gatti. Por lo demás, Domínguez Sans introdujo la estenografía y las técnicas de ediciones braille de origen francés. Aprendió y difundió la estenografía que, desde la década de los '80, ideó y promocionó Maurice de la Sizeranne a través de la Asociación Valentín Haüy. Domínguez Sans siguió la versión adaptada a la estenografía española por Emilio Liado, modelo que predominó en Argentina hasta los años cuarenta. Tuvo lugar entonces el Congreso de Instituciones Argentinas de 1944. Fue cuando surgió el Tratado Argentino de Braille Grado 3 (Estenografía Superior) que terminó con la influencia francesa y convirtió al sistema en definidamente de habla española.

El otro aporte de Domínguez Sans, el relativo a la imprenta, fue también de signo francés. Había estudiado música en el Instituto de Jóvenes de París donde también se interiorizó de los trabajos de Garin y Balquet, quienes perfeccionaban la tipografía y la matrización mecanizada. También estaba informado Domínguez de lo que sucedía en Suiza (impresión a rollo) y en

Inglaterra (tipos pequeños). Libros de solfeo, historia, química y otros textos, fueron impresos en interpunto en la Vahugan, pequeña máquina a cilindro y manivela.

También en Argentina, pero casi dos décadas después, se produjo el nacimiento de la primera revista hispanoamericana: Hacia la luz, creada por el español Julián Baquero quien, con un grupo de colaboradores, fundó en 1924 la Biblioteca Argentina para Ciegos (institución privada).

Según el testimonio de Rosa D. de Hustaix, (joven alumna del Instituto), Hacia la Luz "surgió, como un fuego de artificio" que durante muchos años fue el único mirador por donde nos asomábamos al mundo (...) porque aquélla no era la época del cine hablado, la noticia al minuto, el grabador, el libro parlante y las lectoras voluntarias". De acuerdo al editorial "Nuestro aniversario" (publicado en el número 37 correspondiente a octubre de 1931), se proclamaba: "Queremos que "Hacia la luz" guarde sin rubor el puesto que le corresponde entre las publicaciones Braille del mundo entero. Hay que barrer con el prejuicio de que para que un periódico tiflológico sirva para algo debe estar editado en Francia, Inglaterra o Alemania".

La década de los treinta fue activa en la circulación de material braille. Desde España llegaban a América Latina revistas españolas: "Revista Braille hispanoamericana" (1922); "Ayúdate" (1927); "El tiflófilo" (1933) y "Rumbos" (1939). Desde París se sumó la versión castellana de "Correo Braille Hispanoamericano", editado por American Braille Press entre 1930 y 1933 (34 números). En esta labor editorial intervino el excéntrico español ciego, Don Antonio Las Heras Hervs quien, en la segunda mitad de los veinte, estuvo en México y en varios países centroamericanos para dictar conferencias sobre el braille y su propuesta de "casas" para resolver el problema laboral de los ciegos. Por esos años circularon las revistas braille de Colombia: "El faro", (Instituto Colombiano para ciegos, dirigida por Pardo Ospina) y "Esfuerzo y triunfo" (1936, Medellín, a cargo de Francisco Luis Hernández). En Venezuela se editó "Entre nosotros", dirigida por Florentín. Apareció entre los años 1939 y 1942, en Caracas.

Este movimiento periodístico que difundió el sistema braille por América Latina, se interrumpió con la Segunda Guerra que tuvo sus efectos negativos en la vida económica de la región.

En la postguerra América Latina participó en los movimientos educativos, asociativos y de difusión del braille nacidos de la conferencia de Oxford (1949) y que, entre otras concreciones, dio origen al del Consejo Mundial para la Promoción Social de los Ciegos y el Consejo Mundial del Braille. En especial ahora nos interesa este último que surgió a raíz de la preocupación del Prof. Humayun Kabin, Ministro de Educación de la India, alarmado ante la multiplicidad de alfabetos para ciegos. Trasladó esta inquietud a la UNESCO y

ello determinó que, a partir de 1948, Clutha Mackenzie desarrollara con la UNESCO y el Consejo del Braille una intensa labor a nivel mundial para la unificación y promoción del sistema.

Una de las primeras acciones tuvo lugar en Montevideo (Uruguay) en noviembre de 1951. En la ocasión se analizaron el braille Grado II español y portugués y su respectiva unificación. Se inició así un proceso de unificación del sistema que ocupó a América Latina durante varias décadas. La unificación estenográfica debió ser uno de los temas más polemizados. A los latinoamericanos siempre les agradó discutir estos temas en congresos y seminarios como, luego de alcanzada la unificación, parece agradarles en demasía la discusión de los estatutos de organismos internacionales que se modifican con mucha frecuencia. En el campo del braille Grado II español la unificación se alcanzó en la Conferencia Estenográfica Hispanoamericana de Montevideo en 1964 donde representantes de la región y del Consejo del Braille aprobaron la estenografía aún vigente (aunque poco aplicada en nuestros días). En 1973, en la Conferencia Iberoamericana de Buenos Aires se abordó otra unificación braille: el código matemático-científico. Se actuaba en consonancia con la iniciativa de unificación mundial de estos códigos impulsada por el Consejo Mundial para la Promoción Social de los Ciegos. En la oportunidad no se logró acuerdo y el mismo se obtuvo en 1987 en Montevideo cuando Argentina (de larga tradición en la materia) llegó a puntos de coincidencia con España. Surgió así el Código matemático-científico para la lengua castellana que hoy se utiliza en la región.

También América Latina tuvo participación técnica en el propio Consejo Mundial del Braille. En la década del cincuenta Pardo Ospina (Colombia) y Alejandro Meza (México) tuvieron una activa intervención en debates y acciones del Consejo. En cuanto a la labor coordinada de imprentas braille latinoamericanas, existió entre 1969 y 1979 la Asociación de Editoras para Deficientes Visuales (ADEVIA). Se creó en San Pablo (Brasil) y en la propia San Pablo se disolvió una década después para integrar el cuerpo a la Comisión de Cultura del WCWB, lo que no produjo resultados prácticos. En cambio sí fue fructífera la existencia de ADEVIA: integró a las imprentas en una asociación única que planificó un único catálogo regional, estableció criterios de intercambio técnico y de materiales, etc. Desde 1993, por iniciativa de la Unión Latinoamericana de Ciegos se impulsó la creación del Consejo Iberoamericano del Braille. Fue, finalmente, constituido en Buenos Aires (1997). Agrupa la zona iberoamericana siguiendo la tradición de ADEVIA: España, Portugal, Brasil y los países hispanoamericanos. Este Comité es aceptado como la autoridad iberoamericana para el sistema braille: conjuga criterios, uso del braille en la enseñanza, en la edición, etc. Es un ámbito bilingüe donde se plantean y resuelven aspectos normativos del braille.

Mientras tanto, desde 1974 se intentó informatizar la producción braille. La Fundacao para o Livro do Cegó (San Pablo, Brasil) llevó a cabo este intento (que no dio resultado). Se apoyaba en equipos de computación de la Universidad que usaba cintas perforadas. La informatización, al menos en la zona de habla hispana, se inició regular y eficazmente a partir de 1985-1986 en Montevideo. La Fundación

Braille del Uruguay alcanzó positivos resultados. La propia Fundación produjo un editor de textos (DÚO) que, además de las conversiones necesarias para el idioma español, ofrece herramientas para una diagramación cuidada y atractiva.

También la Fundación Braille del Uruguay impulsó desde 1975 la renovación de las ediciones braille, en particular las destinadas a niños. Su libro-juguete recorrió toda América Latina y otras zonas del mundo, con su propuesta de sustituir los formatos tradicionales por formatos representativos de animalitos, medios de transporte, objetos cotidianos, viviendas del hombre. Estas ediciones tuvieron gran aceptación entre los niños, sus familiares y maestros. Se incorporó simultáneamente braille y tinta como forma de integración y mejor relacionamiento del niño con su medio.

También el manejo del braille conoció novedades en cuanto a su diagramación y presentación. Igualmente la Fundación Braille del Uruguay llevó a cabo la experiencia de editar un semanario común al mismo tiempo de su edición en tinta. El hecho tuvo lugar durante todo 1994, año en que cada viernes junto con la edición común de "El Observador" se distribuía en quioscos y puestos de venta callejera, la versión braille.

Junto a éstas y otras realizaciones, cabe llamar la atención sobre algunas carencias de América Latina con respecto al sistema braille. Una de ellas se refiere a las bibliotecas que siguieron un itinerario geográfico-pedagógico similar al del sistema braille. Fue con regleta y punzón, ocasionalmente con máquinas Perkins y más esporádicamente con Thermoform o, incluso, con pequeños equipos informatizados, que se nutrió y se nutre de libros América Latina. Entre otros medios, como el Centro de Copistas Santa Rosa de Lima, (Argentina, 1935), cabe señalar que se apeló a los presos en cárceles de Argentina (Penal de Olmos- La Plata), cárcel "El Obispo" (Caracas, 1942) y Penitenciaría de Punta Carretas (Uruguay, 1956).

Según una encuesta efectuada en 1983 por la Fundación Braille del Uruguay, sobre 65 respuestas recibidas de 14 países, 60 declaraban tener biblioteca. Dentro de esta cifra solamente había 6 que funcionaban específicamente como tales. Las 54 restantes eran básicamente escuelas o centros, o asociaciones que, como un servicio complementario, disponían de biblioteca. Por la ligazón, o dependencia de las escuelas, la organización, estructura y funcionamiento de los servicios bibliotecarios no siempre

responden a los criterios propios. Antes que nada son prolongaciones del servicio educativo y siguen sus lineamientos. Entre otras consecuencias, es escaso el número de bibliotecólogos e igualmente escasos los estímulos para su capacitación; predomina el libro de texto en oposición al libro meramente recreativo. Hemos llevado a cabo un muestreo en 1993 entre 10 bibliotecas organizadas y conducidas como tales que pertenecen a 8 países: Argentina, Brasil, Colombia, Cuba, Chile, México, Nicaragua y Uruguay.

El número de obras de las bibliotecas braille oscilaba entre un mínimo de 130 (ciudad de México), 150 (Estado de Nuevo León, México), y 209 (Cuba), hasta un máximo de 3.210 y de 5.115 (Biblioteca Argentina para Ciegos y Biblioteca Braille do Centro Cultural, Sao Paulo, Brasil, respectivamente), pasando por 946 (Colombia), 1.000 (Uruguay) y 2.500 (La Plata, Argentina). Poco caudal bibliográfico en pocas bibliotecas de pocos países, un desafío, sin duda, que deberá afrontar América Latina y resolver.

Al terminar este siglo, 3 hechos merecen destacarse en América Latina acerca del sistema braille:

a) La tecnología abrió insospechadas posibilidades para el uso, enseñanza y producción. En los últimos años, gracias al aporte del Fondo de Cooperación con Iberoamérica ONCE/ULAC, ingresaron diferentes equipos informatizados para empleo de personas ciegas. El acceso a INTERNET no es ya un secreto para los braillistas latinoamericanos ni tampoco la existencia de páginas WEB de organizaciones de la región.

b) En contraste con esta apertura, se opera cierta resistencia al sistema braille por parte de algunos profesionales de la baja visión. Si bien los principales expertos recomiendan ambos sistemas (caracteres comunes agrandados y braille) hay algunos profesionales que, equivocadamente se oponen a la inclusión del braille.

c) En América Latina es alto el porcentaje de población indígena. La Unión Latinoamericana de Ciegos prepara un programa para investigar la situación de los ciegos en tales poblaciones. A modo de referencia y en defensa de las posibilidades reales de los ciegos indígenas de nuestra América, citemos el caso de Miguel Ángel Jusayú, indio guajiro ciego declarado en 1993 por la Universidad de Zulia, (Venezuela) profesor honorario, en reconocimiento a su labor de escritor y gramático guajiro. Su aporte es significativo en cuanto a lengua y literatura guajira. Por supuesto, utiliza el sistema braille, con el cual desarrolla todos sus trabajos académicos.

Es voluntad de la Unión Latinoamericana de Ciegos favorecer el mayor uso del sistema braille entre los más desposeídos, postergados y hasta ignorados ciegos y discapacitados visuales de la región. De este modo, se alcanzará la dignidad humana de un sector de la población en el cual hace ya 150 años se

conoce el sistema de lectoescritura.- Es preciso ampliar y motivar cada vez más su conocimiento para el ejercicio pleno de los derechos y la consagración de la igualdad de oportunidades para quienes no ven.

La Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad y el Sistema Braille

Esta Convención, aprobada por la Asamblea General de la ONU el 13 de diciembre de 2006 alude al Sistema Braille en el contexto de cuatro artículos, hecho que reviste una importancia fundamental añadida a todo el progreso que conlleva su contenido general

Artículo 2

Definiciones:

"La COMUNICACIÓN incluirá los lenguajes, la visualización de textos, el Braille, la comunicación táctil, los macrotipos, los dispositivos multimedia de fácil acceso..."

Artículo 9

Accesibilidad:

d) "Dotar a los edificios y otras instalaciones abiertas al público de señalización en Braille y en formatos de fácil lectura y comprensión;"

Artículo 21

Libertad de expresión y de opinión y acceso a la información:

b) "Aceptar y facilitar la utilización de la lengua de señas, el Braille, los modos, medios y formatos aumentativos y alternativos de comunicación y todos los demás modos, medios y formatos de comunicación accesibles que elijan las personas con discapacidad en sus relaciones oficiales;"

Artículo 24

Educación:

a) "Facilitar el aprendizaje del Braille, la escritura alternativa, otros modos, medios y formatos de comunicación aumentativos o alternativos, y habilidades de orientación y de movilidad, así como la tutoría y el apoyo entre pares".

Celebremos y saquemos el mejor partido posible de este documento primordial para las personas con discapacidad visual.

El Braille de cada día

Por Marta Traína- Integrante del equipo que inició Tiflolibros, la primera biblioteca electrónica para lectores con discapacidad visual.- Encargada del área de prensa y comunicación de la Asociación Civil Tiflonexos.

El sistema de lectoescritura táctil creado por Braille no sólo no ha perdido vigencia sino que resulta irreemplazable. Se trata de la herramienta para la comunicación escrita, y su utilización no queda limitada a ámbitos educativos o literarios. El braille está presente en el devenir cotidiano de personas con ceguera, permitiendo identificar objetos de manejo habitual. En el entorno personal, cada quien puede rotular etiquetas en braille de forma manual, y distinguir así sus credenciales, documentación, cajas de discos, etc. Pero también hay varios productos disponibles ya en sistema braille. Se reseñan en la siguiente lista algunos materiales. No pretende ser exhaustiva, y es posible, también deseable, que este listado se vaya enriqueciendo poco a poco.

En el ámbito de la ciudad de Buenos Aires existe una reglamentación que obliga a bares y restaurantes a ofrecer un menú impreso en braille.

Las facturas de los servicios de agua, energía eléctrica, gas, impuestos municipales y telefonía fija pueden solicitarse impresas en braille. Banco Nación y Santander-Río emiten información en braille a clientes que lo solicitan.

Algunos medicamentos traen el nombre en braille en la cajita de cartón (laboratorio Roemmers y otros)

Hay unas golosinas, caramelos masticables Menthos, también en cajita de cartón que traen impreso el sabor en braille. Asimismo, puede encontrarse, rotulados en braille los envases de cartón de diferentes productos alimenticios.-

Se edita desde la ciudad de Córdoba una revista de interés general en braille y se distribuye por suscripción.

Hace unos días se habían rotulado los pilares de las paradas de ómnibus en la localidad de Lanús, provincia de Buenos Aires. Eran cartelitos realizados en aluminio, pero... ¡ya se los robaron!

Hay edificios públicos, de oficinas, y de servicios de salud que han rotulado los ascensores.

Las escaleras nuevas del subterráneo (el metro) tienen indicado en braille la calle hacia la que conducen para que la persona ciega pueda leerlo sobre el barral antes de ascender.

La cadena de supermercados Jumbo realizaba el rotulado braille a pedido del comprador, y publica el folleto de ofertas en braille, también.

El Jardín Zoológico de Buenos Aires tiene carteles con información sobre cada animalito, impresas sobre planchas en un braille que, por la medida, más bien parecen cabecitas de tornillos, ¡debe ser para leer de lejos! O será que, dado que las placas están a la intemperie, han previsto que se desgasten.

El Museo de Ciencias Naturales de Buenos Aires ha rotulado en braille los nombres de las piezas exhibidas y, en algunos casos, también tienen una réplica pequeña de metal para que el visitante pueda tocar, y conocer así la forma.

En el Parque Nacional Iguazú se ofrece una maqueta a escala, y folletería en braille.

Esta pequeña muestra da cuenta de que hay empresas y organizaciones trabajando para un mayor acceso a la información y un mejor desenvolvimiento cotidiano de las personas ciegas.

Conferencia Iberoamericana del Braille

Buenos Aires,14 al 17 de septiembre de 1999

RESOLUCIONES Y CONCLUSIONES

Considerando:

a) Que el sistema braille constituye una de las bases de la identidad de las personas ciegas; que refuerza su autoestima, asegura su independencia y posibilita su integración;

b ) Que por la significación que tiene en la personalidad e identidad de la persona ciega, el libre ejercicio del sistema braille es un derecho que debe protegerse y volverse accesible a todos;

c) Que tanto Luis Braille como quienes promovieron la introducción del sistema por él inventado en los distintos países iberoamericanos y se esforzaron para lograr su difusión entre las personas ciegas deben ser considerados auténticos "libertadores" más que benefactores;

d) El papel decisivo que juega la familia en la orientación, guía y educación de los niños;

e) Que entre las herramientas básicas para esa orientación, guía y educación figura el sistema braille;

f) Que como los docentes, rehabilitadores y dirigentes juegan un rol trascendente en la concienciación y transmisión del sistema braille a las personas con discapacidad visual, deben valorar la real dimensión de este sistema;

g)Que los tiempos actuales requieren tecnologías nuevas que posibiliten una mayor integración con el mundo en que les toca vivir y que dispositivos como las computadoras coadyuvan en el desarrollo y afianzamiento de los procesos de aprendizaje y comunicación, en los que el sistema braille tiene un papel fundamental;

h) Que las publicaciones periódicas constituyen un medio para informar y facilitar la actualización en todo lo que signifique avances culturales, sociales y educativos;

i) Que el diseño y la diagramación braille en idioma español han tenido un desarrollo cualitativo importante en el transcurso de los últimos 25 años;

j) Que las innovaciones y experiencias han dado como resultado el creciente aumento de los lectores por efecto de una mejor y más actualizada presentación del sistema braille;

k) Que estos adelantos no fueron recogidos por manuales o guías para la producción, transcripción y preparación de material braille;

I) Que no en todos los países de Iberoamérica existen monumentos, plazas o calles dedicados a Luis Braille;

m) Que la inclusión en el nomenclador ciudadano, además de hacer justicia a la obra de Braille, es un eficaz y permanente medio de promoción e integración;

n) Que la Unión Mundial de Ciegos procura que el 4 de enero sea reconocido mundialmente como Día de Luis Braille y que proyecta crear el Consejo Mundial del Braille sobre la base de consejos de las diferentes áreas lingüísticas;

ñ) Que es fundamental el esfuerzo integrado de los países de habla portuguesa y española en la promoción del braille;

o) Que la discapacidad visual tiene características específicas que crean necesidades especiales específicas;

p) Que por razones de mal entendida economía se observa una alarmante tendencia cada vez más generalizada en los gobiernos a reunir a diferentes discapacidades en un cuerpo único de adopción de políticas y prestación de servicios;

q) Que "El braille nos sigue integrando en el tercer milenio" según el lema de este encuentro,

La Conferencia Iberoamericana del Braille celebrada en Buenos Aires del 14 al 17 de septiembre de 1999.

RESUELVE:

1.- Recomendar al Consejo Iberoamericano del Braille (CIB)

1.1.- Que se dirija a la Unión Mundial de Ciegos (UMC) para expresar su apoyo a la propuesta de que el 4 de enero sea el Día Mundial de Luis Braille así como su acuerdo con la creación del Consejo Mundial del Braille en el cual el Consejo Iberoamericano del Braille (CIB) representará a nuestra región.

2.- Recomendar al Consejo Iberoamericano del Braille (CIB)

2.1.- Que se dirija a la ONCE, a ACAPO y a ULAC para que en aquellos países iberoamericanos donde no haya monumento, o plaza, o calle con el nombre de Luis Braille, se lleven a cabo las gestiones pertinentes con el asesoramiento y apoyo técnicos necesarios;

2.2.- Que tanto ONCE, como ACAPO y ULAC tomen una actitud decidida y copatrocinen estos emprendimientos y realicen la mayor difusión posible a través de la prensa nacional, regional y mundial.

3.- Recomendar al Consejo Iberoamericano del Braille (CIB)

3.1.- Que promueva la investigación sobre diferentes aspectos vinculados con el sistema braille, tales como Identidad y sistema braille. Autoestima y sistema braille, Integración y sistema braille, Igualdad de oportunidades a través del sistema braille, Las barreras y el sistema braille, etc.;

3.2.- Que a tales efectos establezca Manualmente el "Premio Iberoamericano de investigación sobre el sistema braille" cuyo tema variará en cada convocatoria a fin de cubrir paulatinamente los temas mencionados en el inciso 3.1;

3.3.- Que el concurso esté abierto a personas ciegas, de baja visión y videntes que residan en alguno de los países iberoamericanos;

3.4.- Que el CIB elabore las bases del concurso, designe el jurado y solicite a las organizaciones que componen el Consejo el respectivo patrocinio y auspicio del concurso.

4.- Recomendar al Consejo Iberoamericano del Braille (CIB)

4.1.- Que promueva la estructuración de una disciplina que abarque todos los aspectos vinculados con el sistema braille, tales como Su historia y la de quienes lo han introducido y difundido en Iberoamérica, Análisis y caracterización del mismo como código táctil. Conocimiento de los distintos códigos específicos (científicos, musicográficos, estenográficos, informáticos, etc.). La preocupación pedagógica por su enseñanza, El impacto de las nuevas tecnologías. Su difusión en ámbitos universitarios. Las necesidades en materia de bibliografía completa y rica;

4.2.- Que esta asignatura se incluya en las carreras de grado de los docentes especiales, en cursos de dirigentes de asociaciones de ciegos, etc., a fin de lograr la formación integral de los profesionales y dirigentes y, en consecuencia, la de las personas con discapacidad visual hacia las que va dirigida su acción.

5.- Recomendar al Consejo Iberoamericano del Braille (CIB)

5.1.- Que se cree en los educandos y rehabilitandos una conciencia plena del valor del sistema braille en todas aquellas actividades que emprendan;

5.2.- Que se instrumenten medidas de apoyo para que los padres y familiares de niños con discapacidad visual tengan la oportunidad de conocer y aprender el sistema braille;

5.3.- Que en los cursos de capacitación docente se revalorice el braille para que de esta forma se desarrollen y evalúen procedimientos que empezando por el trabajo corporal y los juegos desde las etapas de estimulación temprana y preescolares, el contacto precoz con el sistema, etc., permitan el aprendizaje simultáneo de la lectoescritura en sistema braille y la motivación de los niños y familiares, sin utilizar la escritura a renglón separado por un prolongado período. Las estrategias que se aborden deben tener en cuenta los factores sociales y personales de cada educando;

5.4.- Que se promuevan y difundan programas de alfabetización de adultos.

6.- Solicitar al Consejo Iberoamericano del Braille (CIB)

6.1.- Que revise las legislaciones nacionales e internacionales y gestione la sanción de disposiciones que directa o indirectamente promuevan la libre y amplia difusión del braille;

6.2.- Que se propongan normas a los estados y a los organismos internacionales que favorezcan la financiación de la enseñanza, investigación, producción y distribución del braille en todas y cada una de sus formas (literatura, ciencia, música, etc.) o en los distintos formatos tradicionales o computarizados;

6.3.- Que se promueva la adopción de disposiciones legales por las que se conozcan y reconozcan en total igualdad de condiciones, los títulos docentes, técnicos y profesionales obtenidos por personas ciegas;

6.4.- Que se defienda la vigencia de las franquicias postales para los materiales impresos en sistema braille (cecograma);

6.5.- Que se respeten y cumplan las normas ya establecidas con respecto a la importación de dispositivos auxiliares especiales para ciegos (Acuerdo de Florencia, Protocolo de Nairobi, etc.).

7.- Recomendar al Consejo Iberoamericano del Braille (CIB) que inste a los gobiernos para que formulen políticas activas

7.1.- Que permitan el acceso de las personas discapacitadas visuales a dispositivos tales como computadoras, sintetizadores de voz, scanners, impresoras braille, etc. a través de los mecanismos apropiados;

7.2.- Que faciliten la producción y provisión de materiales braille variados en su contenido y dirigidos a diversos grupos de interés.

8.- Solicitar al Consejo Iberoamericano del Braille (CIB)

8.1.- Que designen grupos de trabajo con la misión de preparar un manual con las innovaciones incorporadas a la diagramación, diseño y maquetación braille y que en el mismo figuren las numerosas innovaciones surgidas en revistas y publicaciones del área que han modernizado al sistema braille.

8.2.- Que se elaboren criterios de normalización en cuanto al uso de tablas comunes y el código informático braille;

8.3.- Que la Comisión Técnica correspondiente estudie el código estenográfico y trabaje en la elaboración de un manual actualizado para su enseñanza y aplicación;

8.4.- Que se estudien las adaptaciones de la signografía braille necesarias para el ejercicio de diversas profesiones (locución, teatro, etc.).

coordinación entre las diferentes imprentas y editoriales braille para evitar la duplicación de esfuerzos;

9.- Recomendar al Consejo Iberoamericano del Braille (CIB)

9.1.- Que promueva la circulación y difusión de manuales actualizados que abarquen las signografías específicas del sistema braille (musicografía, ciencias, etc.) y la formación de transceptores y correctores de las mismas;

9.2.- Que se recupere e incentive la enseñanza de la música y su código específico especialmente por parte de profesionales ciegos;

9.3.- Que en cuanto a la musicografía, se respeten las directivas emanadas del Subcomité de Notación de Musicografía de la Unión Mundial de Ciegos.

10.- Recomendar al Consejo Iberoamericano del Braille (CIB)

10.1.- Que se promueva la publicación de revistas en sistema braille y formatos alternativos en las que se integren colaboradores discapacitados visuales y con vista;

10.2.- Que se garantice la capacitación permanente de quienes trabajan en la línea de producción braille;

10.3.- Que se establezca una adecuada

10.4.- Se reivindique la importancia de la estenografía y consecuentemente se produzcan materiales en que se la utilice.

11.- Recomendar al Consejo Iberoamericano del Braille (CIB)

11.1.- Que promueva la introducción del sistema braille en todos los aspectos posibles de la vida cotidiana y comunitaria (guías de transporte, señalización de paradas de vehículos públicos, facturas de servicios, rotulación de productos, folletos, etc.) en forma normalizada;

11.2.- Que sean las personas discapacitadas visuales con experiencia en la materia a través de sus organizaciones quienes asesoren y orienten acerca del mejor uso del sistema braille.

12.- Recomendar al Consejo Iberoamericano del Braille (CIB)

12.1.- Que se defienda con la máxima energía la consideración individualizada de las políticas a adoptar en relación con la discapacidad visual;

12.2.-Se promueva la prestación de servicios específicos para personas con discapacidad visual en los que la enseñanza del braille conserve su importancia fundamental.

Invocación a Louis Braille

Por Pedro Rosell Vera

- Ex Presidente de ASAERCA- Ex Director de la Ecuela Hadley

para Ciegos y de la Biblioteca Julián Baquero -Ex Profesor del Instituto del Profesorado de Educación

Especial de La Platay de la Escuela para ciegos San Martín

"(....) Para los que, con perniciosa y lamentable cortedad de visión e ignorancia supina, se empeñan en ver y hacer ver que el sistema braille está obsoleto y que debe ser reemplazado por las nuevas maravillas tecnológicas de la comunicación, afirmamos que en pareja torpeza incurrirían quienes conjeturasen la inutilidad de la literatura, la filosofía, la poesía y las artes tradicionales tras el advenimiento de la cinematografía y la televisión, o que el ejercicio de la matemática se ha vuelto inoperante porque ha llegado su majestad la computadora.

La alfabetización universal de los ciegos a través del sistema braille ha despojado ya a éste de la connotación casi mítica de los puntitos mágicos que son cosechados por los dedos alucinados de aquéllos, para convertirlo en el asociado natural precisamente por su intrínseca estructura matemática, de la

maravilla y el ingenio tecnológico de nuestro tiempo, como lo atestiguan los diversos prototipos de braille computarizado.

No permitamos que se confunda la especialización profesional en el campo de la ceguera, así como en otras áreas similares, con el fácil "boom" de las modas o la fruición primaria que destila el uso indiscriminado de nuevas técnicas y nuevos léxicos. Seamos prudentes. Reflexionemos: investiguemos. Aprendamos idiomas para acudir más rápida y seguramente a las fuentes de la experiencia, la investigación y el saber universales en la materia.-

Contra la inercia, contra el estancamiento, contra la regresión que tan a menudo nos desconciertan, nos deprimen y nos sublevan; contra la condescendencia cómplice de la mediocridad y el quietismo cómodo o acomodaticio; contra todo lo adverso, sea la presencia simbólica de nuestro monumento a Luis Braille el tónico preventivo, el antídoto, el remedio, el acicate o la merecida y oportuna fustigación moral.

Por un cambio inteligente de actitud en nuestro medio social hacia las reales posibilidades de las personas ciegas; por la concientización profesional de nuestros docentes y representantes de las demás disciplinas que concurren en la labor de educar, rehabilitar y promover a quienes han tenido el innegable infortunio de perder la visión física o de carecer de ella; (...) por los mismos ciegos, dispersos o agrupados, desorientados o apasionados en su causa, a los indecisos y los indiferentes, a los remisos y los pesimistas a fuerza de frustrados empeños y desarbolados ideales, para que encuentren cohesión y estímulo; porque el entendimiento mutuo entre los que ven y los que no ven armonice esfuerzos y nos redima a unos y a otros del desacuerdo intelectual, de la caridad inútil, del resentimiento empedernido, de la profesionalidad especulativa, de la disensión inoperante, de las veleidades meramente oportunistas o tecnocráticas.."

Por todo ello... Luis Braille... que tu presencia desde hoy en esta cuatro veces centenaria Santa María de los Buenos Aires, sea la venia permanente, la voz pacificadora, aglutinante y convocadora de la realidad de estos premonitores sueños.

Fragmento del Discurso pronunciado por el Profesor Pedro Ignacio Rosell Vera en el acto de inauguración del monumento a Luis Braille, el día 16 de mayo de 1980, en la Plaza Francia, de Buenos Aires