Sistema nervioso central: son el cerebro y la médula espinal.

Sistema nervioso periférico: que tiene dos componentes, el somático (transmite la entrada desde el mundo exterior al sistema nervioso central y dirige los movimientos voluntarios) y el autónomo (influye sobre las glándulas, vísceras y órganos del interior del organismo, se divide en: sistema nervioso autónomo simpático y parasimpático). Simpático: marcado por la acción de la adrenalina se

encarga alarma, excitación y defensa. Parasimpático: tranquilidad y calma.

Son células especializadas en transmitir y recibir impulsos nerviosos. Está formada por un cuerpo y ramificaciones o dendritas, y una fibra principal denominada axón (para transmitir y recibir información de una neurona a otra).

Todas nuestras sensaciones desde el placer al dolor son producto de la acción de neurotransmisores, que son adrenalina, histamina y serotonina principalmente.

El cerebro es el órgano que nos hace pensar, sentir, desear y actuar. El cerebro se divide en dos hemiferios, izquierdo y derecho, cada

uno indicado para un tipo de capacidades. Mientras que el hemisferio derecho es la parte creativa y la intuición, el hemisferio izquierdo es la parte racional.

Existen diferentes lóbulos en ambos hemisferios a los que se atribuyen diferentes funciones cerebrales: Lóbulo frontal: encargado de la conducta. Lóbulo parietal: encargado de las funciones sensitivas asociativas. Lóbulo temporal: encargado del asentamiento auditivo, la memoria

(gracias al hipocampo), el sistema emotivo inconsciente (sistema límbico) Lóbulo occipital: encargado de la visión.

Encontramos también el cerebelo, encargado del equilibrio, las funciones motoras; el tálamo, que recibe información sensorial y la distribuye, interviene en la alerta, el hipotálamo, responsable de las relaciones de excitación general, regula las reacciones emocionales, controla el sistema hormonal, y el tronco cerebral, encargado de las funciones ejecutivas.

Se pueden diferenciar tres grandes regiones Corteza órbitofrontal: se relaciona con el sistema límbico, se encarga del

procesamiento y regulación de emociones y estados afectivos, así como la regulación y control de la conducta. También detecta los cambios del entorno para realizar los ajustes necesarios en los patrones de comportamiento, esto es básico en la toma de decisiones.

Corteza frontomedial: participa activamente en los procesos de inhibición, en la detección y solución de conflictos, así como también en la regulación y esfuerzo atencional (Badgaiyan & Posner, 1997). Participa en la regulación de la agresión y de los estados emocionales

Corteza frontal dorsolateral: se subdivide en: Corteza motora y premotora: secuenciación de los movimientos, regula los músculos

estriados. Corteza prefrontal dorsolateral: procesa estímulos directos. Se subdivide en:

Dorsolateral: relacionada con la planificación, memoria de trabajo, fluidez verbal, solución de problemas complejos, flexibilidad mental, generación de hipótesis, estrategias de trabajo, seriación y secuenciación.

Anterior: se encarga de la autoevaluación y el ajuste..

Corteza prefrontal derecha: se relaciona más con la construcción y diseño de objetos y figuras, la memoria de trabajo para material visual, la apreciación del humor (Geschwind & Iacoboni, 1999), la memoria episódica, la conducta y la cognición social (Shammi & Stuss, 1999), así como en la detección y el procesamiento de información y situaciones nuevas (Goldberg, 2001). Son relaciones subjetivas poco relacionadas con la lógica, en momento y espacio que no son claros.

Corteza prefrontal izquierda: está más relacionada con los procesos de planeación secuencial, flexibilidad mental, fluidez verbal, memoria de trabajo (información verbal), estrategias de memoria (material verbal), codificación de memoria semántica y secuencias inversas (Morris, Ahmed, Syed, & Toone, 1993); así como en el establecimiento y consolidación de rutinas o esquemas de acción que son utilizados con frecuencia (Goldberg, 2001). Se relaciona con relaciones que tienen lógica en un espacio conocido.

Funciones ejecutivas: Se definen como un proceso o una serie de procesos cuyo principal objetivo es facilitar la adaptación a situaciones nuevas, opera por medio de la modulación o el control de habilidades cognitivas más básicas; estas habilidades o rutinas son procesos sobre-aprendidos por medio de la práctica o la repetición e incluyen habilidades motoras y cognitivas, como la lectura, la memoria o el lenguaje (Burgess, 1997).

Destacan las siguientes funciones ejecutivas: Planificación: se define como la capacidad para integrar,

secuenciar y desarrollar pasos intermedios para lograr metas a corto, mediano o largo plazo (Tsukiura, Fujii, & Takahashi, 2001).

Control conductual: es la capacidad de control sobre los demás procesos neuronales que se llevan a cabo dentro y fuera de la corteza prefrontal (Cohen, 1994), el control inhibitorio ejercido por la corteza prefrontal, en particular por la corteza frontolmedial, permite retrasar las tendencias a generar respuestas impulsivas, originadas en otras estructuras cerebrales, siendo esta función reguladora primordial para la conducta y la atención (Matthews, Simmons, Arce, & Paulus, 2005).

Flexibilidad mental: La capacidad para cambiar un esquema de acción o pensamiento en relación a que la evaluación de sus resultados indica que no es eficiente, o a los cambios en las condiciones del medio y/o de las condiciones en que se realiza una tarea específica, requiere la capacidad para inhibir patrones de respuesta y cambiar estrategias.

Memoria de trabajo: es la capacidad para mantener información de forma activa, por un breve periodo de tiempo, sin que el estímulo esté presente, para realizar una acción o resolver problemas utilizando información activamente (Baddeley, 1990), así como también para el curso de los procesos de pensamiento (Baddeley, 2003).

Metacognición: es el proceso con mayor jerarquía cognitiva y no se considera una función ejecutiva sino un proceso de mayor nivel (van den Heuvel et al., 2003). Es definida como la capacidad para monitorear y controlar los propios procesos cognoscitivos (Shimamura, 2000).

Mentalización: La capacidad de pensar lo qué otra persona puede estar pensando, pensará y/o reaccionará en relación a una situación o evento particular, se ha denominado mentalización y es una de las capacidades humanas más importantes para las relaciones interpersonales y sociales (Shallice, 2001).

Fluidez: La velocidad y precisión en la búsqueda y actualización de la información, así como en la producción de elementos específicos en un tiempo eficiente, es un importante atributo de la CPF y se relaciona con la función ejecutiva de productividad (Lezak et al., 2004).

Conducta social: Esta serie de capacidades se ha denominado: implementación de reglas, permitiendo que de forma flexible se alterne, seleccione, actualice y se ejecuten procedimientos efectivos de conducta en base a situaciones sociales determinadas (Bunge, 2004).

Cognición social: La capacidad de cognición social se ha propuesto para definir los procesos cognitivos que incluyen al sujeto (con sus motivaciones y valores) en un contexto social en donde hay que tomar decisiones personales (Stuss & Levine, 2000).

FLORES LÁZARO, J.C. y OSTROSKY-SOLÍS, F: Neuropsicología de Lóbulos Frontales, Funciones Ejecutivas y Conducta Humana. Revista Neuropsicología, Neuropsiquiatría y Neurociencias, Abril 2008, Vol.8, No. 1, pp. 47-58