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Crítica de Ignacio Valente La Extraña Poesía de Juan Luis Martínez HA muerto prematuramente Juan Luis Martínez, uno de los poetas chilenos más promisorios de su generación. Su único y memorable libro de poemas se titula La nueva novela; a despecho de su nombre, no tiene nin guna relación directa con la novela ni con el ensayo. Incluso llamar "poemas" a sus textos es pagar un tributo demasiado alto á la convención, ya que resulta evi dente su voluntad de ruptura con la tra dición poética. Martínez no quiere nada con el yo lírico, y busca el idioma imper sonal de los problemas físico-matemáti cos y aritméticos, los axiomas, las hipó tesis de ciencia-ficción o de metafísica- ficción, el juego del brícolage, los recor tes de prensa, el uso literario del espacio en blanco, los ideogramas chinos, la pre sentación de objetos físicos adheridos a la página —por ejemplo, pequeños an zuelos—, partituras musicales, diagra mas, etc. Sin embargo, la actividad formadora de este libro-objeto es esencialmente poe sía, y por eso, aun respetando el carácter visual de sus recursos, me ocuparé de sus resultados en cuanto leídos como poemas. Es verdad que el libro parece resistirse a este tratamiento, igual como el autor busca la desaparición de mismo y aun del concepto de autoría, y esto ya desde la portada, donde su nombre aparece ta chado. Pero, al fin y al cabo, es siempre el autor quien hace desaparecer al au tor: su única anulación posible es la gina en blanco. Y si bien hay muchos es pacios blancos en este libro páginas enteras o casi enteras esa "nada" vi sual sólo es operativa en función de los textos que rodea, anula, destaca, inte rrumpe, preside, etc. Por eso puedo per mitirme juzgar esos textos como la poesía que en último término pretenden ser. Los textos iniciales tienen la estruc tura del problema matemático: "Dados dos puntos, A y B, situados a igual dis tancia uno del otro, ¿cómo hacer para desplazar a B sin que A lo advierta?". Tanto la pregunta como su resolución in cluyen cierto toque de fantasía y de hu mor poético. Así la respuesta de este pro blema: "Plantéesele a A el siguiente pro blema: ¿Cómo haría A para desplazarse sin que B lo advierta? / (En el momento que A se concentre en el problema, B se desplaza rápidamente)". Si descompo nemos un texto como éste en sus meca nismos, literarios, nos encontramos con el recurso poético, en definitiva de dotar de conciencia a los que, en pri mera instancia, parecían ser puntos, es decir, entes matemáticos, lo que evoca lejanamente la teoría de Leibniz sobre las mónadas. En otros casos análogos, la pregunta es en si misma un enigma y ca rece de solución en el texto, pero su sólo planteamiento contiene algo de humor y una imagen poéticamente válida: "Fije en su mente, antes de dormirse, dos pun tos cualesquiera del espacio y calcule el tiempo que se necesita, durmiendo, para ir del uno al otro". Otro tipo de problema-juego consiste en tomar un texto poético celebre y plan tearlo al revés, en forma de pregunta o tarea a la cual el texto literario respon dería. Asi El desdichado: "Usted es el Tenebroso. Se ha quedado viudo y nece sita que lo consuelen. Por otra parte, es usted Príncipe de Aquitan ía y acaban de destruir su Torre. Considera melancóli camente su suerte. Pide que le restitu yan el Pausílipo y, de ser posible, el mar de Italia, con una flor y un parral, que le gustan mucho. Digalo en la primera per sona del singular. Haga lo que hiciere, dígalo siempre en la primera persona del singular". Como habrá comprendido el lector que conoce la poesía moderna, la "solución" al acertijo-tarea es el célebre soneto de Nerval: "Je suis le ténebreux - le veuf - i'inconsolé, / Le prime d' Aqui- taine a la tour abolie..". Piezas como és ta agregan, al simple ingenio del plan teamiento invertido, una feroz voluntad de sátira de la primera persona singular —del extraordinario ego del poeta lineo— y de los no menos sublimes aconteci mientos líricos que le suceden. No siempre la fantasía, el humor, el delirio teorizante y la sátira de Juan Luis Martínez obtienen un resultado lido. A veces el autor —sí, el autor— lo consigue una pirueta ingeniosa, ya sea textual, ya visual. Pero no faltan en es tas páginas los textos literariamente lidos. Por ejemplo, a propósito del "len guaje de las pájaros" y de diversas teo rías fonéticas al respecto, el poeta baraja cinco de ellas, de las cuales cito la pri mera y la última: "a. A través de su can to los pájaros / comunican -una comuni cación / en la que dicen que no dicen na da (...) e. Para la naturaleza no es el can to de los pájaros / ni su equivalente, la palabra humana, sino el silencio, / el que convertido en mensaje tiene por ob jeto / establecer, prolongar o interrum pir la comunicación / para verificar si el circuito funciona / y si realmente los jaros se comunican entre ellos / a través de los oídos de los hombres / y sin que éstos se den cuenta". Ignoro si el autor habrá sido consciente de la humorística analogía de esta última hipótesis con la teoría antropológica general de Claude Lévi-Strauss sobre el lenguaje y aun so bre el universo entero como lenguaje; después de todo, y al margen de esta analogía, hay una visible ' afinidad de fondo entre el intento antropológico de Lévi-Strauss y el intento "poético" de Martínez: liquidar al hablante humano como ego o conciencia, y convertir al lenguaje mismo en el verdadero prota gonista de la historia. En sus Tareas de poesía, Martínez renueva el viejo intento-límite de inven tar un léxico castellano posible pero ine xistente, por ejemplo: "Hoy que dulgen y ermedan los lalorios / Las oveñas pa- tizan el bramante / Y las fólgicas barlan los fiiorios / Tras la Urla que valiñan ristramente". En el antiguo juego prac ticado ya por Huidobro y Vallejo, y antes por Lewis Carroll, autor con el cual son tan afines las jugarretas matemático-ló gico-literarias de este libro. Es innegable el ingenio poético que Juan Luis Martí nez despliega en esta andanzas, pero no menos innegable es su límite: la falta de substancia humana interior al formalis mo de sus pases mágjoos/ Puede ser una carencia voluntaria una intencional abolición del yo pera no por eso es me nos carencia. La impersonalidad poética —un vivo anhelo de la- poesía actual sólo es poéticamente, eficaz como una for ma superior de revelar... lo de siempre: la experiencia humana. 4 0€ ABRIL 93/5

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"El crítico está en la cuerda floja: tiene queganarse el puesto todos los días."

cado que vayan a ejercer una influenciadañina, desproporcionada con relación a

su calidad, en cuyo caso tengo que intervenir y decir por qué es malo. Prefiero hablar de libros que me gustan.

—A nivel global, ¿eómo son los críticos españoles?

.,. Pues yo diría que somos un virus,pero el virus contagia. Yo creo que nuestra labor es de contagiar a la gente y en

venenarla para que lea libros.—¿Piensa que el número de críticos

que hay es suficiente para el voluminosomercado?

—Yo creo que no, que harían faltamás. También harían falta mejores poetasy mejores novelistas. En España tenemosun panorama crítico bastante variopinto.Yo creo que podría sacarse ahora un plantel de catorce o quince buenos críticos. Yeso lo encuentro positivo porque, ai parecer, Uds. no tienen más que a uno, lo cualno es bueno para Chile, podrían habermás...

—¿Se refiere aValente, supongo?—Yo digo que sí, que es Valente el

crítico chileno.—¿Tiene algún juicio sobre la crítica

literaria de nuestro país?—No la conozco, salvo el caso de Ig

nacio Valente, quien me parece un gran

crítico, muy bien dotado. Tiene su propiapostura, que la expone, pero es capaz de

poner bien libros que no coinciden con su

posición, lo cual me parece honestísimo.

V; "El pecado de la critica es la

corrupción"

—¿Y usted, se ha preocupado de formar escuela?

■—No, porque este es un trabajo de

francotirador. No se puede enseñar a es

cribir.—En general ¿cuál es el pecado de la

crítica?—Primero no leer. Después leer apre

suradamente, luego acceder a las solicitaciones de los amigos o de los editores. Enfin, el pecado de la crítica es la corrupción: el amiguismo o el enemiguismo.

—¿Cómo lleva sobre sus espaldas la

responsabilidad de ser uno de los críticosmás renombrados de España?

—¡Fatal! Bien mal, Prefiero escaparme. No quiero serlo. Yo creo que es un resultado. Si soy Presidente de la Asociación Española de Críticos Literarios es porantigüedad, como los militares. Pero quéculpa tengo, creo que me voy a jubilar, metoca el retiro...

—Ud. es jurado en algunos premiosimportantes...

—Me mego a formar parte de juradoscon intereses económicos dentro. No he si

do jurado ni del Nadal, ni del Planeta, nide ninguno de esos. Sólo he sido jurado delos premios institucionales: del Nacionalde Literatura, del Príncipe de Asturias,del Nacional de las Letras. Y últimamente, he formado parte del jurado del Premio de Literatura de la Comunidad Económica Europea.

—¿Manifiesta algún tipo de placer alensalzar o destruir alguna obra?

—Cuando leo un libro que me gustasiempre me produce exaltación. Sin em

bargo, procuro dominarla cuando escriboel artículo. Por el contrario, cuando el libro es malo, me viene una deflación y absoluta tristeza.

—¿Cuál es la ética en la crítica?—Considerar una obra, desde el punto

de vista de la creación de belleza por medio de la palabra, que conduzca al perfeccionamiento del hombre.

—¿Ha sido criticado usted?—Sí, sí, por escrito, por palabra, por

todas partes y me parece muy bien. Criticar al crítico es un noble deporte.

—¿Le gusta la polémica?—Mucho, yo soy muy polémico, entro

en todas las discusiones.

—¿Piensa que a más de alguien le haquitado las ganas de seguir escribiendo?

-—Nunca llego a esos extremos. Nuncahe afirmado: mejor dedícate a otra cosa.

El cuerpo del libro debe salir vivo de ma

nos del crítico. Lo que suelo aconsejar es:"hazlo mejor por esto..." Nunca me heatrevido... Bueno sí, una vez, a un escritorque vende muchísimo le dije ¡ay que ho

rror; otra vez! Fernando Vizcaíno Casas,hace un tipo de literatura muy barata, humorística, sentimental, boba. ..Y sin em

bargo, no me oye. Como vende mucho considera que me ha vencido, lo cual es ver

dad.—Usted dice que es un crítico inde

pendiente ¿cómo defiende esa libertad

frente a las presiones?—Me defiendo como puedo, como gato

panza arriba. Pero creo que si el «ABC»

me ha llamado es porque ha considerado

que soy un crítico independiente.—A nivel personal ¿cómo se critica

ría a sí mismo?—Tengo demasiada buena conciencia

y eso es malo. A veces hay que pararse ydecir: "No, señor. Lo que haces no sirve

para nada."—Finalmente, ¿piensa que lo aman o

que lo odian?—Yome siento halagado por la impor

tancia social de mi trabajo. Creo que ese

es un resultado histórico de los momentos

que ha vivido España, y de los lugares im

portantes donde he trabajado. Nome siento odiado, porque el odio no me toca y se

olvida. En verdad, me siento amado y soy

muy feliz.

Críticade Ignacio Valente

La Extraña

Poesía de

Juan Luis Martínez

HAmuerto prematuramente Juan

Luis Martínez, uno de los poetaschilenos más promisorios de su

generación. Su único y memorable librode poemas se titula La nueva novela; adespecho de su nombre, no tiene ninguna relación directa con la novela nicon el ensayo. Incluso llamar "poemas" asus textos es pagar un tributo demasiadoalto á la convención, ya que resulta evidente su voluntad de ruptura con la tradición poética. Martínez no quiere nadacon el yo lírico, y busca el idioma impersonal de los problemas físico-matemáticos y aritméticos, los axiomas, las hipótesis de ciencia-ficción o de metafísica-ficción, el juego del brícolage, los recortes de prensa, el uso literario del espacioen blanco, los ideogramas chinos, la presentación de objetos físicos adheridos a

la página —por ejemplo, pequeños an

zuelos—, partituras musicales, diagramas, etc.

Sin embargo, la actividad formadorade este libro-objeto es esencialmente poesía, y por eso, aun respetando el caráctervisual de sus recursos, me ocuparé de susresultados en cuanto leídos como poemas.Es verdad que el libro parece resistirse aeste tratamiento, igual como el autorbusca la desaparición de sí mismo y aundel concepto de autoría, y esto ya desdela portada, donde su nombre aparece tachado. Pero, al fin y al cabo, es siempreel autor quien hace desaparecer al autor: su única anulación posible es la página en blanco. Y si bien hay muchos espacios blancos en este libro —páginasenteras o casi enteras— esa "nada" visual sólo es operativa en función de lostextos que rodea, anula, destaca, interrumpe, preside, etc. Por eso puedo permitirme juzgar esos textos como la poesíaque en último término pretenden ser.

Los textos iniciales tienen la estructura del problema matemático: "Dadosdos puntos, A y B, situados a igual distancia uno del otro, ¿cómo hacer paradesplazar a B sin que A lo advierta?".Tanto la pregunta como su resolución incluyen cierto toque de fantasía y de humor poético. Así la respuesta de este problema: "Plantéesele a A el siguiente problema: ¿Cómo haría A para desplazarsesin que B lo advierta? / (En el momentoque A se concentre en el problema, B se

desplaza rápidamente)". Si descomponemos un texto como éste en sus meca

nismos, literarios, nos encontramos con

el recurso —poético, en definitiva— de

dotar de conciencia a los que, en primera instancia, parecían ser puntos, es

decir, entes matemáticos, lo que evoca

lejanamente la teoría de Leibniz sobre

las mónadas. En otros casos análogos, lapregunta es en si misma un enigma y carece de solución en el texto, pero su sólo

planteamiento contiene algo de humor yuna imagen poéticamente válida: "Fijeen su mente, antes de dormirse, dos puntos cualesquiera del espacio y calcule el

tiempo que se necesita, durmiendo, parair del uno al otro".

Otro tipo de problema-juego consisteen tomar un texto poético celebre y plantearlo al revés, en forma de pregunta o

tarea a la cual el texto literario respondería. Asi El desdichado: "Usted es el

Tenebroso. Se ha quedado viudo y necesita que lo consuelen. Por otra parte, es

usted Príncipe de Aquitan ía y acaban dedestruir su Torre. Considera melancólicamente su suerte. Pide que le restituyan el Pausílipo y, de ser posible, el marde Italia, con una flor y un parral, que legustan mucho. Digalo en la primera persona del singular. Haga lo que hiciere,dígalo siempre en la primera persona delsingular". Como habrá comprendido ellector que conoce la poesía moderna, la"solución" al acertijo-tarea es el célebresoneto de Nerval: "Je suis le ténebreux -

le veuf - i'inconsolé, / Le prime d'Aqui-taine a la tour abolie..". Piezas como ésta agregan, al simple ingenio del planteamiento invertido, una feroz voluntadde sátira de la primera persona singular—del extraordinario ego del poeta lineo—y de los no menos sublimes acontecimientos líricos que le suceden.

No siempre la fantasía, el humor, eldelirio teorizante y la sátira de JuanLuis Martínez obtienen un resultado válido. A veces el autor—sí, el autor— sólo consigue una pirueta ingeniosa, ya seatextual, ya visual. Pero no faltan en es

tas páginas los textos literariamente válidos. Por ejemplo, a propósito del "lenguaje de las pájaros" y de diversas teorías fonéticas al respecto, el poeta barajacinco de ellas, de las cuales cito la primera y la última: "a. A través de su canto los pájaros / comunican -una comunicación / en la que dicen que no dicen nada (...) e. Para la naturaleza no es el canto de los pájaros / ni su equivalente, lapalabra humana, sino el silencio, / el

que convertido en mensaje tiene por objeto / establecer, prolongar o interrumpir la comunicación / para verificar si elcircuito funciona / y si realmente los pájaros se comunican entre ellos / a travésde los oídos de los hombres / y sin queéstos se den cuenta". Ignoro si el autorhabrá sido consciente de la humorísticaanalogía de esta última hipótesis con lateoría antropológica general de ClaudeLévi-Strauss sobre el lenguaje y aun sobre el universo entero como lenguaje;después de todo, y al margen de esta

analogía, hay una visible'

afinidad defondo entre el intento antropológico deLévi-Strauss y el intento "poético" deMartínez: liquidar al hablante humanocomo ego o conciencia, y convertir al

lenguaje mismo en el verdadero protagonista de la historia.

En sus Tareas de poesía, Martínezrenueva el viejo intento-límite de inventar un léxico castellano posible pero inexistente, por ejemplo: "Hoy que dulgeny ermedan los lalorios / Las oveñas pa-tizan el bramante / Y las fólgicas barlanlos fiiorios / Tras la Urla que valiñanristramente". En el antiguo juego practicado ya por Huidobro y Vallejo, y antespor Lewis Carroll, autor con el cual sontan afines las jugarretas matemático-lógico-literarias de este libro. Es innegableel ingenio poético que Juan Luis Martínez despliega en esta andanzas, pero no

menos innegable es su límite: la falta desubstancia humana interior al formalismo de sus pases mágjoos/ Puede ser unacarencia voluntaria —una intencionalabolición del yo— pera no por eso es me

nos carencia. La impersonalidad poética—un vivo anhelo de la- poesía actual—

sólo es poéticamente, eficaz como una forma superior de revelar... lo de siempre:la experiencia humana. ■

4 0€ ABRIL 93/5