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DISERTACIONP O L I T I C A

S OB R E EL I N T E R E S

D E E S P A Ñ A ,

QUE D E D IC A A LA NACION

El Br. D , L D . T. ^ J .

§

VALENCIA:Por la Viuda de Maitin Peris,

i 8 ü 8 .

: i a

, , E s ju s to q ue el p ú b l ic o sepa qu an to ocurra en el dia , y sea i ineresance y verda­dero , ó á lo m en os p ro b ab le , y que de n a ­da carezca en esce p u n to en lo su ces ivo .“ O rd e n del Señor J u e z de Im p ren ta s inserta en el D ia t í o de M ad r id de l l o . de A g o s to de i $ o 8 .

P R E F A C I O .

j1 a rgum en to y plan de la p re ­sente D iser tac ión , es el que si­gue. M anifestando prim ero el d e ­bido reconocim iento a l G obierno y Juez de Im pren tas por sus sa­bios decretos acerca de la pub li­cación , licencia é im presión de pa­peles relativos á las presentes o c u r ­rencias po lí t icas ; y dando en nom ­bre de la nación bien merecidas alabanzas á los buenos C apitanes y p a t r ic io s , por cuyo m edio ha recobrado la E spaña su indepen­d e n c i a , poniendo despues en d e s - , cubierto la a s tu t ^ perfìdia del ti­rano N apo léon ; presenta por ú l ­t im o el A u to r estos tres puntos, q u e , á su m odo de pensar , h a ­rán la felicidad de la E spaña en lo ven idero : p rim ero , la p ron ta

ocupacìon de las fronteras por nues­tra s tropas : segundo , el restable­c im ien to de nuestras an tiguas C o r ­tes : te rcero , el de nuestro augus­to R e y F ernando ; y por cabo de obra una co r la salutación á los In ­gleses.

A M A D O S C O M P A T R IO T A S .

tan plausibles circunstanciasen que el sabio G ob ierno (*) ofre­ce una garantía á todo buen E sp a ­ñol , que llevado de su afecto a la patria , y por solo el bien de nues­t r a nación , d ifunda con sus escri­tos sus luces y conocim ientos re la­tivos á su mejora , exaltación y e n ­g randec im ien to , toleráf^donos a d e ­más ( p o r o tro efecto de su sab idu ­r ía ) para nuestra to ta l aquiescencia, aun los papeles a n ó n im o s ; co fin , to ­da aquella honesta l ibertad que han d e se a d o , y cod ic iarán s ie m p re , los

( * ) D ia r io de M ad r id a rr iba c i tad o , el del d ia n , y s igu ien tes de A g o s to p ió x im o p ása Jo ,

am antes de las l e t r a s ; en ta n bella y feliz é p o c a , r e p i to , ¿ q u é profe­s o r , qué am ante de las ciencias pre­ferirá el o lv ido de toda la posteri­d ad á su e terno agradecim iento , y a que no á la u tilidad de sus planes, á lo menos á sus rectos deseos de se rv ir en algo á su p a t r ia ? por ven ­tu ra la sirven , la adornan menos las ciencias que el cañ ó n ? Sabios Consejeros , i lustrado Juez , recibid m il salutaciones de mi parte ., pues solo vuestro acendrado am or á nues­t r a com ún patria os ha debido d ic ­ta r en la ocasion presente la líc ita , la honeí.ta libertad en ¡a repbúUca de las ciencias , sin w ín era r el go­bierno legítimamente establecido , la religión , ni las buenas costumbres.

Felizm en te vam os experim entan­do y a sus conseqüencias. L as m ul­tip licadas ten ta tivas de nuestros e ru ­d itos conc iu d ad an o s , sus incesan» tes tareas , la priesa de todos v ien ­do la situación en que se nalla la P a tr ia , en tras ladar al. papel sus pensam ientos , cada uno según sus

luces (*) poniendo en descub ie rto nuestras necesidades y sus autores, nuestras dolencias y nuestros rem e­dios , los sangrientos planes trazados sobre la España por el mas f ren é t i­co t irano eí insidioso N apo leon ; y po r ú lt im o , delineando con la m a ­y o r perfección el in teresante plan de un gobierno provisional de E sp a ­ña , merecen los m ayores encomios p o r sus afanes , y la benevolencia y g ra t i tu d de quancos tenemos el h o ­no r de fo rm ar sociedad con ellos.

N a c ió n Española , nación sabia y pundonorosa , reg o c i ja re , can ta con voz arm ónica los nacientes es­fuerzos , los ensayos pasmosos de tus hijos en las arm as y c ienc ias , c e ­lébralos con aquella circunspección, m agestad y pulso que te son in n a ­tos , y que confunden la a ltanería de tus vecinos de l N o r t e , de los in m o ra ­les F ranceses , que en la fabricación de sus infames redes , tend idas para

(♦) Non omnta poísum us om nti»

tu opre^ion , han sabido entre texer toda Ja ferocidad y barbarie de suá progenitores los Francónes. Ensalza sobic las nubes (vSobrada razón te a s is te ) á tus que idos h'jos , que al ver la angustia m orta l de tu ro s tro han arm ado sus firmes brazos en tu defensa , y han sabido tr iu n fa r de tu s cobardes opsesores , de tus viles t iranos los Franceses. E n ellos has t ̂ cado reunidas toda la astucia y avaric ia de los C artag ineses , la a m ­bición y la soberbia toda de los R o ­m anos , y m ayor ferocidad aun que la que de los V á n d a lo s , G o d o s y Suevos sufrieron por m a y o r tiem po nuestros inocentes padres.

P rep a ra tr ip les coronas de lau ­re l , de oro y de g ram a , con todos los honores del R o m an o t r iu n fo , á los ilustres vencedores , á los bene­m éritos de la p a t r i a , C u e s ta , P a la - fo x , C astaños, R e d in g , C e rb c l lo n , y ta n to s o tros C om andan tes de tus v a ­lientes exércitos , cuyos nonibies r e ­suenan y a en toda E uropa , y por siem pre se rv irán de adm irac ión y

respeto en las qua tro partes de l g lo ­bo. G óza te de sostener en tu m a te r­n a l seno los S aav ed ra s , Jovellanos, F lo r id a b la n c a s , y dem ás políticos p ro fu n d o s , o rnam en tos de las c ien ­c ia s , firmes co lum nas de tu poder. Su índice te ha señalado el círculo, cuyo g iro uniform e has co rrido con la m a y o r v e lo c id ad , an iqu ilando así á tus opresores , que llenos de o rg u ­l lo y confianza , in ten ta ron detener sus prim eras rotaciones, i R econoc i­m ien to e te rno á los ú lt im os y á los p rim eros !

T o m an d o con am bas manos los rem edios m ayores destinados á re­a n im ar te por ta n sabios maestros, has dado los prim eros pasos , has convalecido de tu postración. P e ro n ada mas ; estás m u y débil ; debes aun consultarlos para recuperar to ­das tus fuerzas. E n efec to , solo es­to falta para e l com plem ento de tu g rande obra. T u s im píos enem igos se confund irán , abandonarán sus p royec to s de invasión , y me a t r e ­v o á a n u n c ia r , que al ver tu re-

IOp cn tina resurrección h in ca rán la ro ­d i l la sup licándote la p a z , poseídos del a.-ornbro que ‘tu nueva o rg an i­zación deberá indefectib lem ente ins­p ira r le s : ap resú ra te á c im en ta r la . ÍSolo esto necesitas para co n v er t ir en h um o las asechanzas de B onaparte .

E s te cobarde , ni form ó ni s u ­po trazar en su ignoranc ia planes honestos de conquista ; su política es la de M aquiavelo ; todo le es per­m i t i d o , y de nada puede sonro jar­se ; habiendo en todas sus incursio­nes sem brado de an tem ano la d o ­rada d iscord ia en tre las clases y el soborno de los C ap itanes con tra r ios , de. 'pachando a l in ten to agentes ta n viles com o é l , ha podido conseguir sus efím eros tr iunfos : ¡ hom bre d e ­testable!; Q uando á tu a rr ibo á P a ­r í s , huyendo de E g ip to (q u e será e te rnam en te tu oprobio ) en tras en el D i re c to r io , y propones tan des ­caradam ente la reform a del G ob ie r­no , todo el m undo desde entónces conoció en t i a l fu tu ro t i rano de la F ranc ia . T u incom parable am bi- ■

IId o n y tu av i lan te z se h ic ieron pa­ten tes á todos desde este suceso , y los posteriores han hecho exécra- b le tu m em oria.

T odos los sabem os: en bien po­cos d í a s , adem ás de d e r ro ta r tus falanges , y cub rir te de ignom in ia los E s p a ñ o le s , han rasgado el velo de tu perfidia , y qu itádo te la m á s­cara de hipocresía , desnudándo te á los ojos de E u ro p a con sus escritos. E s bien no to rio el tra s to rn o de la C onstituc ión francesa quando abo- lis tes su a r is to c rá c ia , subsiituyendo un gobierno sem i-n ionárquico para ponerte á su f e n te , é in t i tu la r te coa un nuevo es t i lo , ignorado de todas las repúblicas presentes y p re té r i ­t a s , P r im e r C ó n s u l , que equivale á Gefe principal ( n a d i mas son los R e y e s y E m p e ra d o re s ) de la F r a n ­cia. N o lo es menos , que hac ién­d o te cosquillas la q u o - a d e lo . años de C onsu lado , acabados los quales ibas á vo lver pie a tras , entablastes su p e rp e tu a c ió n , y la fo r tuna íkvo- rec ió tus tram as.

13M as en lo que distes un golpe

m ag is tra l de tu ignorancia , h a s i ­d o en no con ten ta r te absolu tam ente con este d ic tado suprem o , y con la substancia y realidad del soberano poderío ; así que , exaltando mas tu locura el té rm in o Emperador , h i­c iste te se diese en lo sucesivo es­te tra tam ien to . » C iudadano C im b a - c e re s (d ice s al segundo C ó n su l) vues­t ro t í tu lo va á m udarse , pero no vuestras funciones.” ¿C ó m o no te aprovechaste» de esta lección que le d is te s? Si Cam baceres , s iendo A r - c h i -c a n c i l le r , ten d ría el m ism o po­derío , las mismas r e n ta s , la mism a consideración en F ran c ia que sien­do segundo C ó n su l , y lo mismo L e- f e b r e , á quienes rem itistes dos es­quelas con d ichas palabras (*) un poco ántes de tu a t e n t a d o , y por m edio de este a rgum ento ( que á la verdad no tiene rép lica ) les exiges

(* ) Fechas en Saint-Cloud á 18. de M a­y o de 1804.

una Ciega resignación en tu v o lu n ­ta d : tú que á los ojos del o rbe 11* te ra r io , en vez. de aum entar tu ran ­go , habías de baxar muchos esca­lones al d a r este p a s o , ¿cóm o no te con tienes? ¿có m o te des lum bras? P e ro veo que respondes : he q u e r i­do ev ita r guerras de sucesión á mis caros vasallos los Franceses , nom ­brando á mi familia heredera de es­ta C orona. Estas razones llevan co n ­sigo una fuerza irres is tib le que ha­rá enm udecer á tus enem igos. Y si estos tuviesen aun el descaro de pre­g u n ta r te ¿qué significaba aquel f ron­tispicio de tus ed ic tos , Napoleon, por h gracia de D ios , y por las constituciones de la república , E m ­perador de los Franceses , & c .? res­pondiéndoles con la v e r d a d , los de- xarás tam bién avergonzados : diles a s í ; Ese fue el pan que di á los Franceses en m i boda im p e ra tr iz : despues y a se lo convert í en pan de p e r r o , qu itando prim ero el t é r m i ­no república^ y por ú lt im o el cons^ titudones.

P os te r io rm en te , ¿ á quién se le h^n ocultado tus infam es d ep red a ­ciones en N ápo les , I t a l i a , A lem a­nia , H o landa y P r u s i a , la inf«;liz P rusia , á quien por hiiberie dexado pasar por medio de su le rr iro rio ( á pesar de su declarada neu tra lid . .d ) á la división de tropas B ávaras des­tinadas á de tener por la Po lon ia la reunión de Rusos y A lem anes , é im ­pedirles su com unicación , fac ilitán­do te así la v ic to r ia de A uste r l i tz , d is tes en pago la batalla de Jena , desm em brándola después , m u ti lán ­dola , y robando las riquezas que m uchos años de paz la hablan aca r­read o ? Y q u é ? ¿ c o n esto solo se hubiera dado por sa tisfecha tu a m ­b ic ió n , á no ser por la in terposic ión de un M onarca mas poderoso que tú, cuyo poder te hizo t e m b l a r , cuyos exércitos , cuyos firmes soldados l le ­naron de consternación pánica á los tu y o s? ¿ Q u é hubieras hecho con ella á no haber sido por este m edianero? Y a te o y g o responder con ira : la h u ­biera reg e n e ra d o , no am putado .

P o r ú l t i m o , ¿ q u é has h ech o en E s p a ñ a ? ¿ Q ü á l ha s id o tu porte con tu cara a l i a d a , con esta noble na­c ió n , que tan generosam en te puso en tu m ano la p la ta y o ro de M é ­xico y P e rú , á tus órdenes su es- q u a d ra , á tu vo lun tad su E r a r i o , á tu d isposición su t rp p a de l ín e a ? T ú estás sin in d ia s , la F ra n c ia estaba y está sin num era r io : tus co n q u is ta s se han hecho á fu e rz i de m i l lo n e s ; de n inguna p a r te los sacabas s ino de E s ­paña ; con que has deb ido v iv i r r e ­conocido e te rnam en te á sus favore;?, no pudíendo pagarle lo que h a he­cho por ti.

» L a liga la tina (*) que había em- » p e z a d o T a rq u in o el m a y o r , y pcr- wfeccionó T a rq u in o el segundo , fue « e l fundam ento de la g randaza de » R o m a mas que todas sus v ic to r ia s . » C o n las fuerzas de los a liados Süb- » y u g ó las naciones vecinas que no

( * ) A i i teq u i l , com p en d io d e l¿t U ls to r ia V n iv . to m , 4« p á g , l o t .

»se habían querido ju n ta r con ellos. »D espues volv ió sobre las mismas »»Potencias a l ia d a s , venciendo las »unas con las o t r a s / ' E s te fue el p r inc ip io dom inador de la pérfida R o m a , para quien nada era malo, n ada p roh ib ido á las dem ás P o te n ­cias , s ino dexar de ay u d a r con t o ­das sus fuerzas á su engrandec im ien­to , apar ta rse de su a l i a n z a , ó no conven ir en sus proyectos de rapiña.

¡O d ioso N apo leon ! m ira tu re ­t ra to político ; he aquí el v ivo t r a ­sun to de tus estrechas confederac io­nes. Solo le falta un co lorido , una t in ta , que es la opaca som bra de tu d isfráz : aquella h ipocresía con que fingiendo m ira r á E spaña com o cosa p rop ia , su independencia p o ­lí t ica , sus intereses y sus enem igos com o t u y o s , engañando de acue r­d o con G o d o y (a b o r to de la E s ­paña , cuya alevosa am bición solo puede com pararse con la tu y a ) á nues tro sencillo M onarca C arlos IV . susc itando tú m ism o , por m edio de aquel p e r ju r o , la d isensioa en su

R eal é inocente F a m il ia , in t ro d u - xistes en ella ( al t iem p o m ism o que la ofrecías cu poderosa p ro te c ­ción ) el ac t ivo fuego de la d isco r­d ia , que (g ra c ia s á D ios y á los buenos patricios ) se d isipó por el mes de M arzo en Aranjuez : fa lta en una palabra á la m a y o r n a tu ra lidad del mencionado q u a d ro , quan tos h e ­chos recapitu lo (b ien á pesar m io ) en el sigu ien te párrafo ; a r t ícu lo que pasaría en silencio , si no fuese tan necesario para dem ostra r a l m undo todo la jus tic ia de n ues tra defensa, y la razón que asiste á m i am ada p a tr ia en rechazar á tan infame i n ­vasor , cuya conduc ta para con ella ha excedido en muchos grados ( y está d icho todo con esto ) la de la t i ran a R o m a , com o se deduce del para le lo a rr iba citado .

D esbara tado el p royec to de que C arlos IV . abandonase la E s p a ñ a , haciéndole em barcar para el nuevo C o n tin en te , y renunciada de grado la C orona en su p r im ogén ito el ino­cente F e r n a n d o , despues de t ra s la -

darse éste á M adrid , donde fue uni- versaln ien te aclam ado de tuda la C orre , y doíide v iv ia tranqu ilo y saúsfechü de sus vasallos, form a Bo- ñaparte en sa tenebroso cerebro ia baxísima idea de llam arle á F r a n ­cia , á pretexto de a r reg la r Jos in ­tereses de am bas C o r o n a s , y en ella ap ris ionaríb , para robarle el R ey n o : resuelto á hacer c u m p lir de g rado ó por fuerza su decre tado p royecto , ni o m ite los mas falsos h a |ag o s , ni perdona h s ra te r ías mas viJes , n i los em brollos mas soeces conducen­tes al in tento . E l cánd ido F ü r n a n d o no om ite medio a lguno al efecto de cu m plim en ta r le en su pre tex tado vía- ge á M a d r i d , hiiSta env iar en s j en­cuen tro á su a,mado herm ano el I n ­fan te D. Carlos ; y por fin , no tando su tardanza , no tiene á menos , p.i- ra su m a y o r obsequio , sa lir en su busca , y no detenerse hasta en co n ­t r a r al v ia ire io : llega á B u rg o s , se adelan ta á V ito r ia , ab an z i a Irun , y en íi. i a Bay-jna. A llí es ouáequia- do y regalado hasta la lícgada de

los R ey es padres y del p ro tervo G o ­d o y ; á pocos dias es obligado á re ­nunc ia r la C orona en C arlos IV . y éste á que nom bre L u g a r-T e n ie n te G eneral del R e y n o á M u rá t , cuyo tí tu lo recibió , habiéndose hecho con­decora r de an tem an o con la P res i­dencia de la J u n ta Suprem a de G o ­bierno , form ada por nues tro R e y FfiRNANDü : á M u r á t , cuya en trada en M adrid con el grueso de su exér- c ito , pocos d i i s antes de la ven ida de F ernando V I I . de Aranjuez., tra ía por objeto ob ligar á este M onarca á sa lir de su querido R e y n o , y d e v o ­rar á e'^te sobre la m arch a : a l f a ­cineroso M urár , cu y a vileza d e á n i ' m o y perve is idad de corazón son Ja a f e n í a de la na tu ra leza hum ana ; á M u rá t , que ordena sea quem ada t o ­da poblacion donde se encuen tre m u e rto un Soldado suyo (*). ¡Q ué G e n e ra l ! ¡Q u é V ire y ! ¡y qué d ia

C*) O rd e n inser ta en e l D ia r io de M a ­drid 4. de M a y o .

de M ayo , en el que la C orte leal de M a d r id , a l en tender la próxim a par­t id a de todas las P ersonas Reales á B a y o n a , dió una prueba de su n o ­bleza este soberbio!

¡O líneas de la h is toria de E s ­p aña , que habéis de tran sm iti r á la posteridad tales sucesos, qué de asom ­bro é indignación , qué de lágrim as haréis aparecer en el rostro de nues­tro s n ie tos! ¡ Y cóm o podrán resol­verse á creer á sus o jo s ! ¡ C óm o p res ta r su asenso á la veracidad de este re la to ! C on todo , v iendo com ­probada esta narrac ión por todos los h is toriadores del siglo X lX . , excla­m arán sob recog idos : ; D ios de nues­tro s m ayores , tu d iv ina bondad l i ­bre de ta n to m al á la generación p resen te ; mas si vuestra jus tic ia o r ­denare lo co n tra r io , que vues tra sa­bia providencia nos a t ienda , com o a tend ió á nuestros ab u e lo s !

E fec tivam ente , ¿quién no ve aquel ojo pene tran te que vela en la c o n ­servación de todas sus c r ia tu ra s , la san ta y adorab le prov idencia de núes-

t ro D ios en tan la rga cadena de f r a ­casos aparentes destinados á d a r la v ida á E s p a ñ a ? [Q uan tas batallas, o tras tan tas v ic to rias ! C onfundios, F ranceses , que preciándoos de m i l i ­ta res in v en c ib le s , habéis sido d e r ­ro tados com pletam ente por exérc i- tos visoños de E sp añ o le s , por unos vo lun tarios alis tados casi á vuestra v is ta sin tác t ica m ili ta r a lguna ; á ellos, habiendo luchado con vosotros p o r su p a tr ia é independencia , les ha costado poco el d e rr iba r á t ie r ­ra vuestras aves de rap iña ; vosotros os abatía is , y ellos se honraban en ta l c o n t ie n d a : con esto han en sa l­zado mas y mas su an tigua g loria , j N apo leon inhum ano , m ira tus so ­berbias huestes cómo huyen d e s p a ­voridas por toda E spaña , buscando los P irineos para la salvación de un corto núm ero de miles , resto de t a n ­tos com o has enviado! jC ú b re te el ro s tro con am bas manos para no v e r lo , para no m irar am enazando y a tu cruel pecho el puñal mismo que d irig is tes con tra E sp : .ña , y quando

este f a l t a s e , la E spaña toda , la E s ­paña ag rav iada , con un m illón de Jeones , y o tros de reserva que co r- r ren á tu destrucción ! ¡ tieoibias! A h ! E s te fue el p ro a g iu de la ru i­na del g ran C< loso de Roda«.

¡D esg rac iad o C orso! te propusis­te ei robo* y el saqueo universal de ]a E spaña , y aum en tar el núm ero de tus satélites con sus na tu ra les : el ex term in io hecho por estos en aq u e ­llos en tan breves dias , es , para una farsa , el lance mas gracioso que se pueda im aginar. ¡Q uién lo hu ­biera creido ! ¿ Aunque nos hubié ra­m os echado á a d iv in a r , hubiéram os podido d a r en e l lo ? N o puede ser. H a s venido por lana , y (c o m o dicen m is paisanos) has vuelco trasqu ila ­do. E n una pahibra , te ha sucedido lo que al dueño la g a l l in a , que íinge la fabula le ponía huevos de o r o , él la m ata para sacar de una vez el tesoro escondido , y se encuen­tra Sin huevos de o ro y sin gallina, i Dichoso tú en esce viejo m u n d o , si el oro del nuevo no hub ie ra eiiáí-

tado ta n to tu cabeza , com o debió aca lo rarse la del héroe de Esopo.

N ac ió n Española : acabas de ver en com pendio el diseño horro roso de tu opreííor ; con arreg lo al plan que m e he p ropuesto en este d iscu rso , he procurado pa ten tiza r la jascicia que te asiste , en repeler cor> la fuerza ( único m edio de hacer respeta r lo ju s to á los t i r a n o s ) la dom inación despótica y m ili ta r de Bonaparte . T om em os en la m ano aquel hilo que dcxam os pend ien te , por la odiosa auncu3 necesaria exposición de la conducta pública de este usurpador, re la tivo á cu reforma.

L a J u n ta Suprem a de E spaña é Ind ias (q u e supongo ya es tab lec ida) p rov idenc ia rá en breve la ocupacion de los P irineos por nuestras tropas. M “ parece este asunto de ta n ta c o n ­s id e rac ió n , que por lo ta n to lo he anunciado , y lo tengo por el pun­to de m ayor e n t id jd . 'f ra tá n d o se de ob ligar de un modo ú o tro a Liona- parte á que nos devuelva á F i-rnan- Do , nada es mas conducen te al efec-

t o , que el presentarle cien m il v a ­lientes guerreros Españoles , de quie­nes sabe y le consta , bien á pesar suyo , su invencible valor. T ra tá n d o ­se adem ás de despejar la E sp añ a , y ponerla á cub ierto de los Franceses, ¿ q u é p rov idenc ia mas adequada pa­ra el in te n to ? A un prescindiendo de una guerra ofensiva con muchas ven­tajas in ternándose en la misma F r a n ­c i a , y de la facultad que nos daba d icho exército en d icho punto de po­ner en exercicio el derecho de re ­presalias que nos ha dado la recien­te cruel conducta de los Franceses en nuestro p a i s , y dem ás que el G obierno cen tra l estim e por conve­n ien te , se perciben o tra s , muchas ventajas de la d icha reunión de núes- t ra s tropas. Toca á los miem bros de la J u n ta su p rem a , y en especial á nuestros famosos G enerales y d e ­más m i l i t a r e s , íixar el com peten te núm ero de exército en aquellos p u n ­tos , in tb rm an d o , mejor que puedo y o , á la J u n ta del m ovim ien to que se le debe d a r , y demás oportunas

disposiciones. A m í solo correspon­de dem ostrar qce este es y d<.be ser el p rim er p aso , la prim era p ro ­v idencia de la süprema J u n t a ; por­que de ello pende , en prim er lu ­g a r , la salvación de la patria : en segundo , su tranqu ilidad y union in- t e r i o r , expeliendo de su seno á sus enem igos; en te ice ro (aca so ) la v e ­n ida de nuestro caro R e y ; y en una palabra , mil y m il ven t- jas que v ie­nen fácilm ente a la im aginación de qualqu ier E s p a ñ o l , en quien elan*or á la independencia de su pa tria ha­ble im periosam ente á su corúzon.

E l segundo pun to de mi ciáer- tac ion versa acerca de las Corres. E s te baluarte de nuestra libertad c i­v il ; esta potestad leg is la t iv a , resi­d en te en las tres órdenes ó clases del E s ta d o , N o b le z a , Eclesiásticos y R ep resen tan tes del pueb lo ; estas asam bleas an tiquísim as de nuestra n a c ió n , cuyo origen toca con la pri­m era cons ti tuc ión de nuestro estado c iv i l , con Jos i ig íos mas rem otos de nuestra h is toria p o l í t ic a ; cu ^ as d e ­

liberaciones eran en cuerpo co lec ti­vo , y sus decisiones en todos los asuntos á p lura lidad d e v o t o s ; cuyo p o d e r se ex ;endia sobre todos los ra­mos de la adm in is trac ión pública, y sobre todas las clases del Estado, sin cuyo voto no se podían echar contribuciones , pechos , ni monedas, n i o tros t r ib u to s (*) ni resolver los fechos grandes y árduos (**); en ta n ­to g rado , que en el R e y n o de A r a ­gón no se podía , s in ¡a perm isión de los Estados generales , im poner co n tr ib u c io n e s , declarar g u e r r a , h a ­cer la paz , acuñar m oneda , ó a l te ­ra r la acuñada , aum en tando ó d is ­m in u y en d o su valo r , teniendo el d e ­recho de reveer los p ro c e so s , exá- m in a r los juicios de todos los T r ib u ­nales , velar sobre todos los d ep a r ­tam en tos de la ad m in is tra c ió n , r e ­fo rm ar qualquiera clase de abusos, y h ace r jus tic ia á los que apelaban

( * ) L . I . t i t . 7 , ¡ib. 6 . de la R ecopilación,

D . J u a n I I . en M a d r i d , año 141^.

á ellos creyéndose oprim idos ; esta asamblea n a c io n a l , repito , debe re­s u c i ta r , debe restablecerse com o ley fundam enta l en la M onarquía E spa­ñola. Si en nuestros dias hubieran estado en práctica las leyes que las o rd e n a n , ¿hub iera G o d o y ascend i­d o lo que ascendió , se hubiera d a ­do m árgen á sus t r a m a s , hubieran ten id o á lo menos tan infausto éxi­to á la nac ión? ¿ h u b ie ra este per­verso a tropellado tan á su s a lv o , y tan m ultip licadas veces , la inocen­cia de nuestro ju rad o P r ín c ip e , hoy nuestro augusto R e y ? ¿ h u b i e r a : : : : pero no cxáiicm os el furor de todo el m undo al referir las acciones de este m onstruo , y con ten tos con Ja franca exposición de nuestro p a re ­cer , no m anchem os con tan execra­ble nom bre , páginas dedicadas al bien de la patria . Así q u e , r e p i­tiendo o tra vez la renovación de la^ C o r t e s , y a ñ a d ie n d o , que ellas en ad e lan te deben form ar por una ley constitucional la del R e y n o , pase ­mos al te rcero y ú lt im o p u n t o , c u ­

ya utilidad propusimos.£1 Abate D e n in a , en su discur­

so apologetico del merito literario ác España , dice expresamente : lo <̂ ue impoíta á dicha nación, que tan­to ha padecido, y tan poco papel ha rcpresenrado en la Europa despues de siglos de dominación de Reyes extran- gcios , lo que la haiia renacer y re­cobrar su antiguo esplendor, seria ca- balmenie un Piíncipe hijo de la pa­tria , un Rey español ; y yo no pue­do menos de dcciilc , que este su pen­samiento lleva tal fuerza consigo mis­mo , y difunde tanta luz y tal ver­dad , que él mismo es su mejor apo­logía ; yo no quieio ridiculizarme com­probando tan bello principio. Solo ha* ic sobie él una elucidación acerca de mi in ten to , un comentario.

• Lo que importa á la España (aho . la mas que nunca) es un Rey espa­ñol , que como ta l , no solamente agra­dezca , sino que ame los servicios, la íidclidad tan acrisolada, y las perso-

ñas mismas de sus súbd ito s , cuyos bienes , cuyos m ales, cuya indepen­dencia y derechos, como propiamen­te suyos , los grabe en su corazon: un R ey español, que siendo solo por es­te título adorado de sus vasallos, sea por tanto á estos mas accesible la ma- gestad de su trono; un R ey español, para quien los tesoros y rentas de los vastos dominios de su Corona sean un material sagrado^ producto dé los afa­nes de sus hijos el mas á propósito pa­ra ennoblecer á nuestra patria España: un R ey español, cuyo objeto favori­to sea la paz y la abundancia univer­sal en todo su Im p e r io : un Rey es­pañol::; un F e r n a n d o S é p t i m o . ¿ Q u é otro había de ser ? ¿ Por quien suspi­ra España ? ¿ En quien , sino en t í , au­gusto jüven , se encuentran juntas tan­tas y mayor número de cxcclcnres qua- lidades? Tú eres lo que llevo dicho: amas á tus Españoles, los llenarás ba- xo tu levísimo yugo de toda« las «̂ a- tiifacciones, de todos lo<? placeres, uti­

lidades y ventajas que proporcionaron al mundo un Marco Aurelio, un T ito , u n T ra ja n o ; t ú , en fin , jurando muy gustoso la nueva constitución (* ) , eri« gida al bien futuro de la España, nos harás rebosar de júbilo reynando en medio de nuestros corazones,

(* ) D e dichas C ortes generales.

S A L U T A C I O N A L A I N G L A T E R R A .

S a lv e , nación pensadora , patria de N e w to n , morada dichosa de la paz y de las ciencias, dechado de la gene­rosidad mas em inente, escoll# del ene­migo del o rden , explendor del comer­cio y de la buena fe , norma del go­bierno peifecto. U ne para siempre tu invicto pavellon al de mi patria, pro­sigue en su ayuda, resarciéndola con usuras los menoscabos q u e , por causa del mas vil tirano , has ocasionado á

SU comercio ; que sus enemigos y ami­gos sean los tuyos en adelante , una tu prosperidad y la suya , recíprocos los bienes y los males. ¡ Execración perpetua á Bonaparte, eterna gloria á Ingleses y Españoles coligados ! que el tridente de los unos y heroísmo de los o tros, sean la fuerte baila de! trans- gresor de todos los derechos, del per­seguidor de los justos, del defensor de los iniquos. Vamos de acuerdo à ani» quitarle y tendremos la gloria de dar a l Universo la p a z que tiene interrurnpim da por tantos años este hombre pertur» hador, y se glorificará el Omnipotente con esta gloria común*

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