Post on 28-Oct-2018
Universidad Autónoma de Tlaxcala
Facultad de Filosofía y Letras
Licenciatura en Filosofía
Presentación…………………………………………………...3
Exhortación…………………………………………………..4
Filosofía de la Alteridad…………………………………….8
Filosofía de la Educación………………………………...12
Filosofía Latinoamericana…………………………….16
Ontología……………………………………………...18
Filosofía Política…………………………………………22
Filosofía de la Religión……………………………….…….26
Sección Lúdica: Somos pocos, pero locos……………...…….30
El anillo de Giges es una revista no especializada sobre algunos
temas de la Filosofía. Somos estudiantes del Quinto Semestre de
la Licenciatura en Filosofía por la Universidad Autónoma de
Tlaxcala; y quisimos hacer esta revista para que tú, estudiante de
Preparatoria tuvieras una idea diferente de lo que es el estudio de
la disciplina más antigua del hombre, una disciplina que se re-
monta hasta la Grecia antigua o clásica, a principios de siglo VI
a.C.
Filosofía en griego es φιλοσοφία y significa amor a la sabiduría; y eso es lo que buscamos al presentarte esta revista, que ames y busques el conocimiento, la verdad y la sabiduría.
La revista está basada en las materias que tenemos en el quinto
semestre, y cada uno de nosotros ha preparado un texto con el cual te muestra que la filosofía se une con otras disciplinas; de hecho, la filosofía es considerada la madre del conocimiento y
por ende, de las demás disciplinas.
También te presentamos un apartado lúdico con diferentes jue-gos que complementarán lo que leas aquí.
¡Ten una maravillosa travesía filosófica!
El regalo del Olimpo.
Luis Alberto Delgado Roldán.
<<Oh, alma mía, no aspires a la vida inmortal, pero agota el
campo de lo posible>> (Píndaro, III Pítica)
¿Cuántas veces, cuando éramos unos niños, no nos entusiasmá-
bamos en demasía, cuando por sorpresa nuestro padre o nuestra
madre nos daban un precioso juguete?
Tal regalo era hermoso ante nuestros ojos y nuestra inocen-
cia. Pero, déjame contarte una historia tan parecida como este
pequeño relato que nos volverá a las épocas pasadas. No deses-
peres y préstame solo un momento de tu inigualable vida, quisie-
ra contarte sobre el origen de la filosofía, no, no es el origen que
ustedes conocen, no me remitiré a hablar del filósofo Pitágoras,
me limitaré a resonar mis pulmones a una consideración aún ma-
yor; el relato mítico.
Uno de los orígenes de la filosofía tan poco popular es el
hecho de saber que la filosofía es un regalo de los dioses. A ésta
la consideramos razón, intelecto y erudición, pero existe algo
más profundo en ello, a considerar que la filosofía se trata de un
acto divino.
¿Qué significa estudiar filosofía? Si alguien me preguntase
ello, le respondería sin vacilar: es una forma de vida.
El hombre siempre se ha preguntado por su quehacer
en el mundo: ¿Para qué existo?, ¿Hacia dónde voy? ¿Qué es
la vida? ¿Qué es la muerte? A tales preguntas sólo podría-
mos hacerle frente con la filosofía. Prueba majestuosa de
ello es el mito de Sísifo, héroe que fue capaz de evadir el
castigo divino e incluso la muerte. Sísifo es el más astuto de
los mortales y el menos escrupuloso, es quien logra evadir
la muerte engañando al dios Hades; dicho así, Hades permi-
te que regrese de los infiernos hasta su vejez.
Más tarde cuando Sísifo regreso por segunda ocasión
al inframundo fue castigado por Zeus y Hades. Su castigo
consistía en cargar una roca hasta lo alto de una pendiente,
apenas la roca llegaba a la cumbre, volvía a caer, y Sísifo
tenía que empezar de nuevo. Este castigo le fue impuesto
para la eternidad, para el fin de los días.
¿Acaso ves a Sísifo lamentándose, gimiendo, sufrien-
do o llorando? Déjame ampliar tu visión y veamos si puedo hacer que reconsideres tu visión del relato. Cuando uno es joven y se atreve a estudiar filosofía constantemente los pa-
rientes, amigos y conocidos le preguntan: ¿por qué filoso-fía? Pues bien, para algo tan divino no podría atreverme a responder con consideraciones tan cuadradas, por tanto, ca-
da que me preguntan del por qué de la filosofía, mi corazón y mis sentimientos quedan desnudos por completo. La filo-sofía es para darme cuenta de mi existencia, para dar una
razón al mundo y mi quehacer en él, les respondo: es para ser igual a Sísifo.
Algo curioso es que camino a la facultad de filosofía y le-
tras se encuentra una pendiente tan alta que uno llega a agotarse
solo subiendo la mitad. Todos los días antes de arribarme a la
caminata, suelo respirar un momento y pensar: yo soy Sísifo,
tengo sobre mis hombros algo muy pesado: el sentido de mi vi-
da. Entiendo que sí logró subir toda la pendiente me habré libra-
do de mi carga y podré quizá continuar con lo que sigue, pues
bien, sucede que no he logrado subir por completo, ni una sola
vez, pero no por ello me malgasto, gimo o lloro, es todo lo con-
trario: logro concentrarme pacientemente en mi carga y regreso a
la batalla.
Sucede que cuando veo la cima encuentro a un Sísifo infe-
liz y desdichado, pues ha agotado su tarea de la vida, el cargar su
roca perdió el significado, ahora es un simple mortal. Observa
atentamente, pero, ¿qué hace? ¡Ah! Muy bien, volvió a cargar la
roca. No es que se trate de una condena, se trata de una forma de
vida.
La vida de un estudiante de filosofía es igual a un carnaval,
tiene demasiadas máscaras, unas veces es Sísifo, otra más Odi-
seo, hombre maravilloso que sale de Ítaca y que se topa con ma-
ravillosas travesías; conoce al gigante Polifemo quien intenta
devorarlo, a la diosa Calipso quien se enamora de él, etc.
Parecería absurdo el postrar esta mascara, pero no lo es, pues sucede que Odiseo en cada viaje que realiza vuelve a reen- contrarse consigo mismo.
En fin, mi vida en particular y la filosofía en su tarea
suelen ser un carnaval, solo pido que lo reconsideres y pien-
ses: ¿Quiero realmente ser feliz, bailar de felicidad? Pues
bien, ya sabes dónde está el carnaval, se llama: Filosofía. Este
carnaval es precisamente el regalo de los dioses, atrévete a
probar de los banquetes de néctar y ambrosia e identifiquémo-
nos con aquél hombre carismático y bonachón, nuestro queri-
do Sócrates, él es quien se dio cuenta de que la filosofía es un
susurro de la divinidad, un regalo del olimpo.
Para despedirme, quisiera dejarte a consideración esta
cita de Jámblico que me ayudo a repensar el origen de la filo-
sofía y sobre todo a emocionarme más con esta disciplina.
“En efecto, al haber sido transmitida aquella (la filoso-
fía) en un principio por los dioses, no se puede comprender más que con la ayuda de estos, porque además de ello, su be-lleza y grandeza sobrepasa la capacidad humana para captarla
de repente, solamente al menos, bajo la dirección de un dios benévolo se puede asir algo de ella, acercándosele poco a po-co, con suavidad*.
*Jámblico – Vida pitagórica, parágrafo primero, Gredos, 2003
¿A quién, que no soy yo?
Legna Muñoz Zárate
Hace poco escuche decir a un maestro que vivimos en tiempos difí-
ciles, está opinión es derivada de los acontecimientos ocurridos en
las pasadas elecciones Americanas, el hecho de que Donald Trump
haya ganado nos afecta tanto por los tratados de comercio y las deci-
siones que el presidente electo vaya a tomar en torno a los mismos,
así como por la inminente repatriación que van a vivir nuestros mi-
grantes y sobre todo por todo el discurso racista, homofóbico e into-
lerante ante el otro que es diferente. Esta situación me recuerda a lo
que se vivió en la Alemania Nazi en el marco de la segunda guerra
mundial; si nos remitimos a la película el “El pianista” justamente a
la escena donde los judíos son aislados de los alemanes por medio
de un absurdo muro, ¿Qué tan alejados nos encontramos de ese
tiempo? Después de esa masacre vivida en la segunda guerra mun-
dial, muchos intelectuales se hicieron preguntas por esos actos, otros
tantos lucharon uniéndose a resistencias, tal es el caso de Maurice
Merleau Ponty, este filósofo francés se ocupó de preguntarse por ese
que no soy yo pero que me es necesario para poder constituirme
como sujeto único, es decir, el otro. Porque para poder ser humanos
auténticos, necesitamos de los otros que son diferentes pues desde
pequeños nos vamos constituyendo debido a que convivimos con los
diferentes, las niñas nos preguntamos
¿Por qué ese niño tiene el cabello corto y yo largo? Los
niños se preguntan ¿Por qué a mí no me peinan como a
ella? A pesar de que ambos ejemplos son a partir de roles sociales
impuestos, esas diferencias nos van dando identidad ¿Qué si tengo?
Y ¿Qué si soy? Estás preguntas de orden tan primario, son básicas
para comprender al diferente, y son las mismas que por ambiciones
políticas y económicas se pierden, como paso durante el holocausto,
pues se buscaba la unificación de una raza pura, y gracias a esto es
que se extermino al diferente, millones de personas con conciencia,
comportamiento, sentimientos e intereses perecieron en nombre de
la unificación, no sólo fueron pedazos de carne biológicos, eran se-
res conscientes y diferentes.
Las reflexiones que se han planteado hasta aquí son las de un
pensamiento pos-guerra, no obstante, no nos son ajenas pues como
al principio se menciona el pensamiento de Donald Trump es muy
similar al de la Alemania Nazi.
Como estudiantes lo que nos compete hacer es fomentar el
diálogo con el otro, conocer y tomar conciencia de las diferencias y
no permitir que el discurso de odio hacia nuestra diferencia como
individuos y como integrantes de un país nos haga estragos, no invi-
to a un nacionalismo sino a una hermandad entre americanos, mu-
sulmanes, asiáticos, africanos, gays, heterosexuales; que nuestra
diferencia geográfica o de color de piel no sea el pretexto para la
destrucción.
¿Coopero o deserto?
Ma. Fernanda Algarra Chávez.
Cuando tenemos que hacer trabajos en equipo, es muy común obser-
var distintas situaciones, como los que sí trabajan conjuntamente,
los que relegan el trabajo a unos cuantos o los que no hacen nada.
Ahora bien, ha habido metodologías que buscan articular y fortale-
cer estos elementos, peto también hay investigaciones que buscan
mostrar gráficamente las consecuencias de estos actos, uno de ellos
es la Teoría de juegos.
La teoría de juegos es una metodología filosófica matemática
que nos permite estudiar el comportamiento humano. Está basada en
teorías de elección racional que intenta explicar y predecir el com-
portamiento racional a base de teoremas axiomáticos. Estos juegos
están condicionados por elementos básicos que permiten formular la
muestra gráfica de alguna problemática:
Un conjunto de jugadores.
Estrategias posibles para la situación.
Información necesaria.
Recompensas para cada resultado del jugador.
¿Para qué nos sirve esto? Se puede aplicar a cualquier situa-
ción racional en donde se tengan en claro cuáles son las opciones a
escoger. Algo muy importante es que cualquier elección que haga el
otro jugador afecta directamente los resultados que yo obtenga. No
somos seres aislados ni tenemos hechos o resultados propios, el otro
es muy importante en mi vida y en las decisiones que se toman.
Para ilustrar esta idea, pondremos una situación concreta.
Juan y Diana deben hacer un trabajo en equipo. Sabe
mos que Diana nunca quiere hacer las cosas y deja que
Juan haga todo el trabajo; sin embargo, Juan le pide que haga
las cosas. ¿Qué recompensas tiene el trabajo dependiendo de
lo que haga Diana?
Estas son todas las situaciones racionales posibles, si ambos coope-ran para el trabajo, tendrán una recompensa de 2,2; si Juan coopera y Diana deserta tendrán 1,0 respectivamente; y lo mismo si fuese al revés. Y si los dos desertan, es decir si ninguno hace el trabajo su recompensa será de 0,0.
Con esto encontramos que, de las cuatro posibles estrategias, sólo una obtiene una recompensa viable para ambos, que es la de la cooperación de los dos. Si los dos quieren tener una buena nota, am-bos deben trabajar en lo que se les ha pedido.
Este es un juego básico con una situación simple, pero tam-bién existen de más complejidad y en donde no es tan fácil determi-nar cuál es la mejor recompensa para cada jugador.
De acuerdo a lo anterior visto, y afirmando que lo que el otro haga o responda de acuerdo a mis estrategias me compete y afecta directamente, ¿qué eliges tú? ¿Cooperar o desertar?
DIANA
JUAN Cooperar Desertar
Cooperar 2,2 1,0
Desertar 0,1 0,0
Filosofía de la Educación y Ontología
Margarita Isabel Ordóñez Giles.
La filosofía de la educación, según
Octavi Fullat, debe completar la insu-
ficiencia de las ciencias y de las tec-
nologías que se ocupan de la educa-
ción.
La actividad filosófica es mucho más inteligible desde
la conciencia en cuanto ésta es una intencionalidad. El sen-
tido de la realidad educativa, se constituye a partir de la ex-
periencia de ésta. Así pues, para Fullat, la filosofía de la
educación es un saber racional y crítico de las condiciones
de posibilidad de la realidad experimental educativa en su
conjunto.
A la filosofía de la educación no le importa ni cómo
ni con qué, ni en qué medio, sino más bien, quién es el suje-
to adecuado para educar, qué es la educación y para qué
existe. En una noción más ontológica, menciona lo siguien-
te: “el ser humano, comprendido como conflicto entre su
ser, su poder ser y su deber-ser, coincide con la educa-
ción”. Esto sucede porque la ciencia pedagógica sirve a la
pervivencia y realización del hombre.
La realidad de lo humano, está en conexión con lo
social y lo material, haciéndola ver como una trans-
formación que existe por sí misma, a partir de
algo que le está siendo dado.
La práctica, ―explica Karel Kosík― se entiende
desde un principio como un factor radical de socialidad, aunque a veces también se consideraba erróneamente como técnica. La práctica era básicamente, aquel poder o arte, que servía para la manipulación de las cosas y el material humano. En el marxismo, la práctica no es un concepto filo-sófico, sino más bien, una categoría de la dialéctica social. Sin embargo, no es posible conocer la naturaleza práctica, partiendo de la distinción entre el hombre teórico y el prác-tico, ni tampoco desde la practicidad y de la teoricidad. La existencia se forma desde dos vertientes: el obrar humano y la producción del hombre, en donde es capaz de contemplar a la realidad y, por tanto, acceder a ella.
El hombre está en la
evaluación de su trabajo. Esto quiere decir, que siempre que haga actividades, ―las cuales constan de la supervisión de un superior― procurará un mejo-ramiento previo a todas estas, haciendo que la producción sea siempre constante y acumulada.
La práctica, entendida de una forma menos conser-
vadora, la revelación del hombre como un ser onto-creador, ‘creador’ de la realidad en su totalidad, comprendiéndola y explicándola como sea entendida.
¿Qué hay de mi lenguaje y mi educación?
Leticia Romo Hernández.
La manera en que el hombre se relaciona consigo mismo y el exterior, viene
siendo una problemática desde la antropología filosófica y de aquí la misma
relación con el lenguaje, es decir, siendo el hombre un ser efímero y finito
tiende a tener diversas maneras de poder comunicarse con el mundo exterior;
la manera o forma más clara de encontrar ésta relación es con la palabra, des-
de ella podemos tener una vía de comunicación y relacionarnos con los otros.
Ahora bien el lenguaje viene implícito en el hombre desde siempre,
sin embargo, no se le da la importancia que éste tiene. Como bien menciona
Germán Vargas en su “Tratado de epistemología”, ‘el lenguaje es un instru-
mento con el cual se logra la adaptación cultural a la que tiende la vida huma-
na en la experiencia social en la que se halla inmersa’. De este modo median-
te el diálogo se logra obtener experiencia a través del tiempo y de la relación
con los otros.
El propósito de ésta investigación está vinculada a la relación y unión
que tienen el lenguaje y la educación, así mismo estudiar lo que nos dirá Ger-
mán Vargas y Rafael Echeverría, puesto que Vargas nos lleva a un plano más
pedagógico y educativo, mientras que Echeverría es un estudio del lenguaje.
Considero que la relación o estudio de ambos autores nos llevan a unir desde
las acciones, la manera en que nos comunicamos, y la forma en que tomamos
o interpretamos el problema de comunicarnos y expresarnos.
En primer momento la relación que se encuentra es la comunicación y cómo
la filosofía va a problematizar dicha comunicación desde que se está
aprendiendo y transmitiendo conocimientos, ya que la educa-
ción tampoco da una respuesta a transmitir o enseñar al niño o
ser humano desde que es pequeño y de qué manera
tanto el lenguaje como la educación van a influir en el
desarrollo de dicho individuo hacía la relación en sociedad, y cómo o de qué
manera va a poder expresar la teoría que se da en las escuelas y la práctica
que no se ve reflejada hasta después de mucho tiempo o en algunas ocasiones
que ni siquiera se vuelve un conocimiento.
El hombre como ser en el mundo, está circunscrito a condiciones de
espacio y tiempo. Dichas condiciones le permiten tener relación con otros y
desarrollarse como individuo en dicho espacio establecido. El hombre no sólo
es cuerpo y presencia, nos dirá tanto Maturana como Rolando Camozzi, que
el hombre es emociones, sentimientos, instintos, sensibilidad, movimiento y
otras diversas formas de educarnos y comunicarnos. Ampliamente cabe una
relación entre hombre y mundo, en donde el hombre es quien experimenta y
aprende de su entorno. Si nos preguntamos por cómo transmitir el conoci-
miento desde una perspectiva pedagógica y didáctica, podríamos responder
en primer instante, desde la perspectiva del lenguaje como coordinador de las
acciones; en donde la pedagogía o didáctica tendrán lugar en la práctica. Re-
tomando a Maturana, es desde el ámbito de las emociones que dominan al ser
humano, es decir, desde el momento en que pensamos la idea de amor, no es
un sentimiento, sino una manera de dominar el conocimiento y de influir con
y para otros. De este modo, el conocimiento se transmite desde la práctica y
el diálogo con el otro. Partiendo de lo anterior, ¿te habías preguntado cómo es
que se da en primer momento el conocimiento?, ¿qué sería del hombre sin el
lenguaje?, no sólo se trata de una educación práctica, sino de ver qué es lo
que más influye en ella, algo que quizá ni siquiera te habías preguntado antes,
el lenguaje y tus emociones al relacionarte con los otros, el mundo y las co-
sas.
¿Qué es eso de filosofía latinoamericana?
Rodolfo Macías Moreno
¿Quién soy yo?... ¿de dónde vengo?... ¿Qué debo hacer?...
Preguntas que en filosofía toman forma y hacen desplegar el pensamiento, ele-
var el pensamiento, para responder de mejor manera a las preguntas de la vida.
Las preguntas que aparecen arriba plantean la fuerte problemática de la identi-
dad. Cabría preguntar, ¿cuál es nuestra identidad? Entiéndase, en este momento,
por identidad: aquello que somos nosotros mismos. Así que hace falta para
entender esta breve disertación una disposición, un atrevernos a mirar hacia
nosotros mismos, hacia nuestras profundidades.
Ese, el problema de la identidad, es ya constante en toda la historia
del pensamiento; no hay un solo filósofo o filosofía que no se hayan encargado
de dicho tema, desde sus principios hasta el día de hoy. Al ser un problema
común en toda la filosofía, el caso de Latinoamérica no es la excepción. Por sus
experiencias históricas, la filosofía latinoamericana se topa con la pregunta
¿Qué soy yo, si soy resultado de la confrontación entre pueblos originarios y
conquistadores?
Pensadores entienden el problema desde diferentes vertientes: algunos
observan que no hay conciencia de una filosofía propia, es decir, se asume la
filosofía de otros (Salazar Bondy); algunos ven que hay una mezcla de culturas,
filosofías, etc. (José Vasconcelos); otros, asumen que sí la hay y que es tan
propia como cualquier filosofía (Leopoldo Zea). Como se puede dilucidar, se
está entre dos posiciones, o hay filosofía en Latinoamérica o no la hay, es una
filosofía propia o no lo es. De ahí se desprenden dos cuestiones ¿Hay una filo-
sofía Latinoamericana? Y si la hay… ¿cuál es su responsabilidad para consigo
misma y con el mundo; es una filosofía separada de las demás o es una
filosofía que busca dar algo a lo universal?
Pero hay que preguntar qué es la filosofía para algunos filósofos lati-
noamericanos y cuál es su deber, tomando algunas citas de sus obras:
José Vasconcelos (1882-1959): “El descubrimiento de los primeros
principios, de las entidades primarias, siempre ha sido el proble-
ma capital de la filosofía. Toda metafísica se ocupa de las aque-
llas ‘existencias’, llamémoslas así de una vez, de aquellas reali-
dades indudables que pueden surgir de punto de partida para
explicar el conjunto de las cosas y sucesos” (Tratado de metafísi-
ca). “Los iberoamericanos nos hallamos como en el cruzamiento
de todos los caminos. Los recién llegados de la historia, pero
también los herederos de todas sus experiencias, de toda su sabi-
duría, somos como el grano reconcentrado en el cual todas las
especies de plantas hubieran puesto se esencia. De semejante
concentración de gérmenes saldrá todo un nuevo reino de vi-
da” (Necesidad de una filosofía Iberoamericana).
Leopoldo Zea (1912-): “tratar de alcanzar una verdad válida para
todos los hombres, aunque de hecho no sea lograda. No hay que
considerar lo americano como fin en sí mismo, sino como límite
de un fin más amplio” ”Nuestra filosofía, si lo vemos desde este
aspecto, resultaría una filosofía comprometida con su reali-
dad” (La filosofía americana como filosofía sin más)
Salazar Bondy (1925-1974): “… una filosofía es varías cosas: es
análisis, es iluminación, es unificación de la experiencia con la
vida” […] “… la filosofía como tal es un producto que expresa la
vida de la comunidad, pero que puede fallar en esta función y, en
lugar de manifestar lo propio de un ser, puede desvirtuarlo o
encubrirlo, (…) caso de una filosofía inauténtica” (¿Existe una
filosofía de nuestra América?)
¿Alguna vez has tenido esa inquietud que no te deja dor-
mir?
La pregunta inevitable por Dios
¿Qué es Dios?
¿En verdad existe?
Tina Guevara González.
A lo largo de nuestra vida tenemos la inquietud de cuestio-
nar nuestro origen, buscamos una orientación que permee
nuestra estancia en la tierra, nos sentimos en la necesidad
de obtener una respuesta aquí de forma concreta, y cuando
esta se encuentra sin salida buscamos algo mas allá, si bien
la filosofía nace como este intento del espíritu humano por
comprender su mundo en la totalidad, mediante explicacio-
nes razonables, ¿pero que pasa cuándo la razón no puede
explicarlo todo?
Es ahí cuando se abre la veta a la libertad de pensa-
miento y con ayuda de este explorara este rubro de su
vida y llegara a cuestionarse de esta manera: ¿si
existe algo superior a mí por lo cual fui creado?
¿Qué nombre tiene? ¿Dios existe? La filosofía como
quehacer humanista se preocupará por dicho indaga miento,
curiosidad, de querer cubrir estas necesidades de pensa-
miento, regresemos a la unión, no perdamos esta conexión
bellamente experimental, más que filosofar vivimos la filo-
sofía, solo de esta manera regresaremos a los principios
eternos y sublimes que alguna vez gobernaron la vida del
hombre para que de esta forma retornemos a vivir más hu-
manamente.
Y revindiquemos el camino de la humanidad, que
esta semilla de dudas, germine en un brote hacia la verdad y
orientación hacia lo trascendente a lo cual nos debemos.
La perversión de la belleza.
Alejandro Hernández Gracia.
Cuando hablamos de la perversión de la Belleza, no nos referimos a una
depravación, sino, a la corrupción de la Belleza en el sentido de trans-
formación, pues a lo largo de los siglos, este concepto se ha ido modifi-
cando según los cánones establecidos por cada época, no obstante en la
actualidad, observamos que la belleza solo se utiliza para un fin comer-
cial, sin tomar en cuenta que la belleza no es solo para vender mercan-
cía, observamos como en los spots de la radio, la televisión, inclusive
en los anuncios que se ven en la calle, las personas, en especial las mu-
jeres se muestran como un objeto que se puede vender.
Cuando alguien menciona la palabra Belleza, inmediatamente
pensamos en algún modelo o artista de la televisión que nos parece
“bonito”, pero en realidad no nos damos cuenta que esta simple palabra
rige gran parte de nuestra vida, incluso influye en nuestras decisiones,
por ejemplo, cuando le pedimos a alguien que sea nuestra novia/o es
porque nos parece bonito/a, cuando escogemos algún tipo de ropa, una
casa, un auto, en todos los casos se toman decisiones de acuerdo a lo
que se considera Bello o no Bello.
Lo importante y realmente interesante es saber el ¿Por qué? Se
toma determinada decisión, es decir, si esa decisión se toma por moda,
por imitación, consciente o inconscientemente o simplemente por que-
rer agradarle a alguien. El mundo Globalizado en el que nos encontra-
mos, exige producción y por lo tanto busca
convertir a las personas en objetos con una vi-
sión materialista del mundo,
sin embargo, si revisamos la historia podemos encontrar que la concep-
ción de Belleza en la Grecia clásica, en especial para Sócrates no era
como en la actualidad, ya que lo bello era aquello que se adaptara a
algún fin; por ejemplo, la armadura de un guerrero era bella porque
protegía a la persona, del mismo modo para los griegos de la época la
belleza incluía a los valores morales. Con el paso del tiempo las con-
cepciones de Belleza se han ido modificando hasta llegar a nuestra épo-
ca, donde como ya se mencionó todo es mercancía incluyendo a las
personas.
Ahora bien, la Belleza es parte fundamental para el desarrollo
integral de los seres humanos, es hacer consciencia de que tanto las
ideas como las decisiones humanas están regidas por este concepto, es
también tener en cuenta que si no existiera el concepto de feo la Belleza
no tendría sentido ya que tampoco la conoceríamos, Belleza es darse
cuenta que necesitamos tanto las cosas positivas como negativas para
dar sentido a lo que somos.
Es importante darse cuenta que la Belleza no existe solamente en
un cuerpo bonito ya que se reduciría a algo banal y simple, pues, como
ya nos dimos cuenta la belleza no es mercancía sino, es parte funda-
mental de la existencia humana, y podemos disfrutar de ella en un pai-
saje, en una emoción, en una persona, en una decisión.
¿Democracia para qué?
Arturo García Sosa
¿De qué sirve la democracia, en un país donde la ciudadanía es un
juego?
Vivimos en un país lleno de sueños rotos y promesas incum-
plidas, del que somos merecedores al dejar nuestro derecho como
ciudadano al azar.
La ciudadanía como menciona Aristóteles en la “Política” es
una amistad entre extraños, que son igualmente libres y la cual nos
da el derecho a participar en la cosa pública, en otras palabras nos da
el poder de elegir nuestro gobernante.
Este poder tendría que ser asumido con responsabilidad, debi-
do a que se buscará el bien común pero esto, no es así de sencillo.
En México esta gran oportunidad llega a los 18 años, cuando
se cumple la mayoría de edad y se supone que se pueden tomar de-
cisiones.
Pero no todos esperan esta edad para cumplir el deber del
ciudadano prueba de ello, es que en nuestra sociedad es muy común
que la mayoría de los jóvenes esperen con deseos impetuosos cum-
plir 18 años para tener mayores libertades, como poder entrar a cen-
tros nocturnos o poder comprar alcohol.
Sin darse cuenta que al cumplir la mayoría de edad y
tener en sus manos tan ansiado reconocimiento
(credencial de elector) tiene un nuevo rol en su vida, nuevas respon-
sabilidades, en pasan a formar parte de la ciudadanía del país.
Con ello se abre una nueva puerta, tal vez desconocida, que
es la participación democrática, el cual es uno de tus principales
derechos al ser ciudadano.
Como ciudadano libre e igual se debe de participar en las de-
cisiones políticas del país, en aras del bien común, esto es lo que se
busca en todos los ciudadanos. En los últimos años encontramos un
desencanto, un olvido de la participación democrática.
Debido a varios aspectos, como la incapacidad de los gober-
nantes de cumplir propuestas, el nulo progreso en el que nos encon-
tramos, o también, se llega a participar, pero con los ojos cegados
por héroes tristes de papel.
Esto es un riesgo ya que algo tan importante como es la de-
mocracia queda en manos de pocos y estos pocos no buscan el bien
común sino el individual, se está perdiendo el verdadero fin por el
que se implantó la democracia, el de la participación del pueblo para
el bien del pueblo y no solo eso también perdemos nuestra identidad
ciudadana.
Te preguntarás qué debemos hacer, la respuesta es sencilla,
utilicemos la mejor arma que tenemos, el pensamiento racional.
Seduciendo lo verdadero con lenguaje político.
Lorenzo Fernando Solís Manrique
Vamos a situarnos en el siglo V a.C. en Grecia, periodo de suma importancia
para esta y otras culturas venideras, es la denominada época clásica o como
suele conocérsele el gran “periodo dorado” o también si se lo prefiere el
“siglo de Pericles”.
Fue una época que permitió a gran escala el florecimiento de diversas
artes como la arquitectura, escultura, literatura, (por mencionar algunas) pro-
movidas por Pericles quedando inmortalizado en el devenir histórico y con él,
Atenas en general. Sin embargo no todo pintaba color de rosas como se apa-
rentaba, pues permítanme dar vuelta a la otra cara de la moneda. Vivió dos de
las guerras más significativas en carne propia, como lo fueron las llamadas
“guerras médicas” y la “guerra del Peloponeso”.
Agregaremos también que fue el “siglo de Sócrates”, y su puesta en
escena del habitante de la tierra (el hombre) como problemática central en su
pensamiento, que por decirlo de algún modo, se encargaba de que los hombres
se conocieran así mismos (gustos, disgustos, virtudes, defectos, etc.) esto gra-
cias a su método que en filosofía se conoce como “mayéutica” y que, en pala-
bras simples no es otra cosa que la pregunta y respuesta a lo que se pregunta.
Para algunos a simple vista no parezca un problema. Pero antes de con-
tinuar es importante hacer esta aclaración, existen registros que señalan la
dualidad de Sócrates. Lo que sucede es que así como los denominados preso-
cráticos (filósofos anteriores a Sócrates) y hasta el mismo Sócrates, no se tie-
ne evidencia concreta de escritos empuñados por ellos, de echo sabemos de la
existencia de algunos gracias a que gran parte de información que encontra-
mos es de fuente de filósofos posteriores, haciendo referencia a ellos.
Dicho esto, de Sócrates conocemos en gran parte mediante sus discípu-
los, aquí particularmente tomaremos el de Aristócles o
mejor conocido como Platón.
Ahora bien, partiendo de este supuesto en donde al hablar de Sócra-
tes, nos estaremos refiriendo al personaje Sócrates, me explico, Platón a
diferencia de su maestro (Sócrates) el si deja testimonio por escrito tanto
de él obviamente, como de su maestro y otros personajes. Platón deja para
su legado por escrito, una filosofía en diálogos, una forma de transmitir
conocimientos de filosofía específicamente, innovadora para la época.
Regresando un poco a la respuesta de lo que se pregunta, decía que
no es cosa fácil como parece, en el diálogo Teeteto de Platón por ejemplo,
nos pone la muestra de cómo Sócrates quien decía que al igual que su ma-
dre que era comadrona (partera) el también ayudaba a las personas a parir
ideas (conocimientos) mediante esta dialéctica de pregunta y respuesta
(mayéutica).
Por otro lado no era esta la única preocupación de Sócrates, sino
que además tenía que hacerles frente a cierto grupo de pensadores mejor
conocidos como “Sofistas” que emergieron como alternativa de instruir a
hijos de terratenientes, ricos mercaderes, en fin, de clase pudiente para pa-
garles y así enseñar el bello arte de la oratoria y retórica, es decir, tener
presencia por escribir y hablar bien, deleitando, conmoviendo y persua-
diendo a su audiencia, esto cayó como anillo al dedo en política, área de
mayor concentración de estas disciplinas.
Protágoras y Gorgias se consideran los más sobresalientes de esta
corriente y no es para menos, ya que incluso Platón tiene dos diálogos que
llevan por nombre a estos.
Esto de enseñar oratoria y retórica a los jóvenes para finalidades
personales a costa de otros, chocaba con lo que Sócrates predicaba, recuer-
den que él, si se lo prefiere, tenía la obsesión de llegar hasta las últimas
consecuencias en aras de la verdad en si misma de las cosas. El no admitirá
que los sofistas enseñen solo de tener presencia por escribir y hablar bien,
aunque carezcan de veracidad sus argumentos.
El concepto de Dios en Aristóteles
David Ordóñez Teomitzi
La pregunta por Dios es inevitable, pues por naturaleza el
hombre tiene el deseo de explicar todo aquel suceso que le
rodea. En la filosofía se busca, se piensa y se reflexiona a
Dios, no un Dios cristiano, judío o islámico, etc. Sino uno
que de razón a lo existente. No hablo de una deidad a la
cual se le debe dar tributo o adoración, sino que debe de dar
una explicación racional, y no sobrenatural. En este escrito
se hablará del pensamiento aristotélico, sin embargo, para
poder comprender la idea aristotélica de Dios, hay que par-
tir acerca de lo que estudia Aristóteles en su Filosofía pri-
mera o Metafísica. La filosofía primera para Aristóteles es
la ciencia que estudia al ser en cuanto es, estudia una no-
ción genérica y universal del ser.
Aristóteles prueba la existencia de Dios utilizando
argumentos de orden lógico y racional, y no por medio del
método científico en el sentido actual. En primer lugar, él
hace la distinción entre lo contingente (aquello que puede
existir o no) y lo necesario (lo que debe existir), esto impli-
ca que debe haber inexorablemente una causa necesaria de
la cual se derivarían todas las causas contingentes.
Aristóteles considera que lo contingente es el movi-
miento, no un movimiento físico sino un devenir, es decir,
el cambio de las cosas, tomando como influencia el pensa-
miento de Heráclito, en suma, nada puede ser permanente
excepto el ser necesario, es decir, excepto Dios.
Por vía negativa, la permanencia es una caracte-
rística fundamental de Dios.
Por ende, Dios, es un ser inmóvil e inmutable, es
decir, que en ningún caso podrá alterarse o moverse,
pues, si lo hiciera, sería contingente dejaría de ser inmóvil,
sin embargo, no es así. El ser inmóvil es una caracteriza
fundamental de Dios, ahí su nombre, como “motor inmóvil”
teniendo la característica de mover sin ser movido, es decir,
es la causa de lo contingente.
Si Dios es lo contrario a lo contingen-
te, entonces todas sus características serán tam-
bién contrarias a ello. Por ende, si lo contingente es móvil,
lo necesario (Dios) es inmóvil, y si lo contingente es mate-
rial, lo necesario ha de ser inmaterial, y así por medio de
argumentos lógicos se llega a otra característica de Dios
que es inmaterial. En suma, podemos decir que el ser nece-
sario es permanente, no contingente, inmaterial, inmóvil e
inmutable.
Si Dios es inmaterial, no puede tener características de
aquello que es material. Lo material cambia permanente-
mente, y lo distinguimos entre un pasado y futuro, por
ejemplo, cuando se es niño se era un bebe y se será un adul-
to. Si Dios es la antítesis de lo material, no puede tener ni
un pasado ni un futuro, es decir, Dios es estricto y fijo pre-
sente. No es por alguien más, sino que es por sí mismo.
Aristóteles lo denomina como acto puro, es lo que causa lo
contingente. Dios al no ser material no tiene la característi-
ca de potencia (llegar a ser), por ende, Dios sólo puede ser
y serlo lo convierte en un ser permanente e
inmutablemente, digamos que Dios es presente
continuo e infinito.
Un acercamiento a la Filosofía de la Religión.
Luis Alberto Delgado Roldán
Entre una de las tantas ramas de la filosofía, se encuentra una que deno-
minamos filosofía de la religión; esta es aquella que se ocupa de manera
seria y rigurosa sobre la conducta o el hecho religioso, tomándose como
un acercamiento a esta disciplina, no estudia una religión en particular
como lo sería el cristianismo o el judaísmo, no, la filosofía no se con-
tentará con ello, ella, desea, todavía, ir más allá.
No se ocupa de una religión como tal pues no requiere caer en
dogmatismos o adoctrinamientos, es una autorreflexión seria de la ra-
zón humana sobre la conducta religiosa y es como tal una propuesta al
libre pensamiento, a la libre elección de religión o en casos muy singu-
lares a la negación de ella, o sí se prefiere a una manera distinta de vivir
la religiosidad. Por supuesto estoy diciendo que el hombre tiene esa
necesidad de trascendencia pues al ser él finitud buscará impaciente-
mente si infinitud, al ser mortal, buscará la inmortalidad. De esto va la
necesidad religiosa, el trascender a nuestra condición humana.
Ahora bien, tomemos como referencia el concepto latino de Ci-
cerón en torno a la religión, derivada de la palabra religió la utiliza co-
mo verbo activo “relegere” que significa: observar o leer atentamente.
Aquí se entiende la religión, (y espero ser claro pues en ningún
momento hablo sobre Dios para que no se piense que quiero dog-
matizar con este escrito, y a dar cuenta de un problema que también le
atañe a la filosofía pero que no se verá en este momento) como una
“cuidadosa observancia y la guarda exacta de todo cuanto pertenece
al culto de los dioses”.
Nótese que en la época de Cicerón radicaba el politeísmo, es de-
cir, la existencia de muchos dioses, por lo cual no importaba y no se
daba por sentado la existencia de un único Dios. Pero, hablemos de
nuestra época, la época moderna donde todo es sometido a crítica y a la
duda, donde todo, debido al auge del positivismo, tendría que ser verda-
dero si pasaba las pruebas que el método científico le mostraba: compro-
bación, análisis, experimentación, explicación, etc.
Este planteamiento de las ciencias intenta ver y explicar las cosas
y proceso del mundo, inclusive el acto o hecho religioso. Pues bien, hay
que saber que una intelectualización de la religión, en el sentido que
acabamos de ver, equivale a su muerte. Con ello correría peligro la con-
ciencia humana y el plano estable del sentido estaría roto, pues sí muere
la religión, moriría en gran parte el sentido. Es Immanuel Kant (1724-
1804) quien inaugura la filosofía de la religión y él, muy estrictamente
nos dice al respecto de ella: <<Nuestra época es ciertamente la época
especifica de la crítica a la que todo debe someterse. A la religión con su
santidad, sus leyes y su majestad, se la quiere en general liberar de esa
crítica. Pero después suscita la sospecha contra si justificadamente y no
puede pretender un respeto sincero, que la razón solo otorga a lo que es
capaz de sostener su examen libre y abierto>>.
Este examen libre de la razón para-con la religión es un impulso que deberá tomarse, lo más estrictamente posible, para considerar a la religión como un fortalecimiento de la humanidad, una humanidad que
es capaz de regirse por su razón, sin olvido de lo esencialmente humano: la cultura, el arte, la poesía, la música, la escultura, la literatura, la filo-
sofía, la religión, etc., todo eso que es esencialmente humano. Es claro que a parir de la época de Kant todo será sometido a juicio, y la religión
si quiere fortalecerse tendrá que pasar por ese examen. Por eso, al finali-zar este escrito, quedan muy bien asentadas las palabras de Josef Schimtz respecto a ello: <<Ante la razón humana la religión, tiene más
bien que acreditarse como una forma de vida que merece asentimiento bajo el aspecto de la humanidad general.>>
Educa tu lenguaje
Ofíeemr omoc brmohe
—————————————————
Aiglu raom a iidmono
—————————————————
Y gujenlea óncciedua
——————————————————
Sloaífof ocmo áogildo
———————————————————
Completa las letras que faltan en los espacios, para formular palabras:
___ I ___S
___ E___ S___M___EN___ ___
L___BE___T___ ___
T___AS___E___DE___T___
Con las 5 palabras que creaste, formula una oración:
_______________________________________
Solución crucigrama pág. 31
Actividad individual (Filosofía Latinoamericana)
¿Qué es la filosofía latinoamericana y cuál es su identidad?
¿Cuál de las descripciones y propuestas anteriores es de tu agrado
(piénsalo y justifícalo)?
Actividad existencial:
¿En qué me sirve lo aprendido, es decir, cómo ha aterrizado en mi
existencia como individuo y como perteneciente a un grupo, a un
país, a un continente?
Cómo puedo responder ahora a las preguntas de nuestro inicio:
“¿Quién soy yo?... ¿de dónde vengo?... ¿Qué pue
do hacer?”
Responde correctamente las preguntas y encuentra los
nombres de los filósofos en la sopa de letras.
1.- Fue el maestro de Platón. ___________
2.- Es conocido como el príncipe de las verdades eternas. ___________
3.- Uno de sus libros es titulado Crítica de la razón pura. ___________
4.- Murió de manera trágica arrojándose al monte Etna. ____________
5.- Es famosa su cita titulada: Cogito ergo sum “pienso, luego existo”.
_____________
6.- Fue capaz de predecir un eclipse. ____________
7.- Escribió un libro titulado: “El elogio de la locura.” . ___________
8.- Es el padre del existencialismo y escribió un libro titulado: “Diario de
un seductor.” ___________
A) Kant.
B) Empédocles.
C) Sócrates.
D) Tales de Mileto.
E) Kierkegaard.
F) Descartes.
G) Aristóteles.
H) Erasmo de Róterdam.