Post on 06-Dec-2015
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Universidad Alberto Hurtado
Facultad de Psicología
Psicología Social I
Profesora: Evelyn Hevia
Ayudantes: Jair Carrizo y Denise Zamorano
El Suicidio
Integrantes:
Sergio Cortés
Constanza Esquivel
Paulina Leiton
Daniela Olivares
Javiera Palacios
Fecha de Entrega: 20 de Noviembre de 2014
Tabla de Contenido
Contenidos Pág
Presentación .……………………………………………03
Descripción y explicación del Fenómeno …………………………………………..05
Discusión entre líneas argumentales……………………………………………….
Reflexiones Finales
Referencias Bibliográficas
El Suicidio
I. Presentación
Día a día, y gracias a la globalización, somos bombardeados por información proveniente de todo el
mundo, esta puede ser buena o mala, gracias a esto, llega a nosotros la noticia de una joven que ha
decidido pedir ayuda y morir “dignamente”. Debido a esto, es que ha vuelto al tapete de la opinión
pública el tema del suicidio asistido. El caso de Brittany Maynard, una joven de 29 años que programó su
suicidio asistido para el día 1 de noviembre del presente año, debido a un cáncer terminal, diagnosticado
meses antes, abrió el debate sobre la eutanasia o “muerte digna”, naciendo múltiples opiniones tanto
positivas como negativas, algunos de ellas apoyan su decisión y respetan su libertad, mientras otros,
tachan de cobardía y poco digno este acto.
El presente trabajo tiene como objetivo el análisis crítico de un fenómeno social, el cual será analizado
desde una de las perspectivas psicosociales abordadas a lo largo del curso.
El fenómeno escogido es El Suicidio, el cual será abordado desde la perspectiva de las Representaciones
Sociales de Serge Moscovici, explicado por Jodelet, esto perteneciente a la corriente europea de la
psicología social, de la III unidad. Para luego ser contrapuesto con la Teoría de los Prejuicios de Myers,
correspondiente a la corriente Estadounidense, de la II unidad del curso.
Las razones de esta elección es la frecuencia con que hoy en día, se escucha de tal fenómeno, el cual está
presente a nivel mundial, y afecta a prácticamente todos los rangos etarios, convirtiéndose en un problema
social, el cual debe ser estudiado, para poder comprenderlo. Día a día escuchamos la palabra suicidio, no
hace mucho escuchamos de que Mick Jagger se encuentra con estrés postraumático por el suicidio de su
pareja, que estaría confirmado el suicidio del actor Robin William, o la noticia de que una joven había
reprogramado el suicidio asistido, y las críticas que con ello trajo. Los medios de comunicación realizan
análisis de tasas de mortalidad por suicidios, como estas crecen o decaen, las posibles causas, etcétera.
Nuestro enfoque estará puesto en la representación que tiene la iglesia respecto del tema, esto, por
ejemplo provocado por el caso de Brittany Maynard, analizando, como la postura católica ha ido
cambiando en cierta forma, siendo hoy en día no tan tajante al respecto, como antes cuando se decía que
los suicidas son pecadores que irían al infierno, los cuales no tendrán derecho a una ceremonia fúnebre.
Respecto a la corriente social escogida, nuestra decisión se basó en la oportunidad que nos entregaba la
psicología social europea para abordar el tema, pues esta se enfoca más en lo social, dándonos la
posibilidad de tratar no sólo al individuo “suicida”, sino a la sociedad que a este rodea, como es juzgado o
defendido por ella, por su parte la Teoría de las Representaciones Sociales nos permite distinguir y
clasificar de mejor manera la forma en que la sociedad observa y discute el fenómeno, y especialmente en
este caso como la Iglesia Católica, la cual, aunque en menor medida, hoy en día aún tiene mucha
influencia en la opinión pública.
Suicidio Visto como una Representación Social
II. Descripción y explicación del fenómeno:
Dentro de la ocurrencia general, el acto suicida ha sido un tema delicado en la sociedad establecida por la
fe Cristiana. La que tradicionalmente, se le conoce la opinión de un rechazo y/o condena, sobre todo
porque se estipula que los suicidas no obedecen al designio divino de mantener la vida que Dios otorga,
por lo que, al suicidarse, el sujeto termina condenado al infierno, ya que niega y deshecha la vida
“regalada”. Esto según el enfoque antiguamente designado.
Ahora, ¿Cuàl es la postura actual referente a èste tema? Haciendo un recorrido histórico, nos damos
cuenta de cómo el suicidio y su representación desde la comunidad Cristiana ha ido cambiando en cuanto
a las percepciones y creencias que se tienen de este, y por lo tanto a su imagen y sentido.
El enfoque que se tome en relación al suicidio, dependerá del contexto histórico y de las relaciones
sociales, puesto que bien sabemos, las interacciones sociales repercuten en diferentes posturas ideológicas
de cada sociedad, comunidad e individuo, por ser diferente al resto, tomando estas interacciones de forma
única. Deviniendo a través de los símbolos y las interpretaciones que se les dé.
Primeramente, en la Biblia no son muchos los relatos en los que aparece el suicidio, uno de lo más
renombrado es el caso de Judas, quien tras acusar y vender a Jesús a los sacerdotes y ancianos se suicida
por remordimiento y culpabilidad al entregar a un inocente. Esto último según la versión de la biblia y de
quienes la siguen. También se encuentra el ejemplo de sansón, quien se suicidó junto con los filisteo a
modo de venganza por haberle sacado los ojos. Todo tras haber descubierto su don otorgado por Dios.
A modo general los suicidios ocurridos dentro de los relatos del antiguo y nuevo testamento, son por
miedo a que los enemigos los maten, o para redimir sus actos ante Dios. También tomado como
sacrificios para salvar, en nombre de Dios y de la fe, al pueblo o a sí mismos.
Según la antigua Roma y Grecia, donde encontramos estos últimos casos de los suicidios en la mitología
griega, los cuales era acontecidos por el sufrimiento y dolor, característica que se presenta como una
generalidad típica del suicidio a través de los tiempos, se realizaban con la intención de permanecer en el
status en el cual se encontraban y por honorabilidad. Pero a su vez nos encontramos, que según su
contexto histórico, también eran brutalmente sancionados los familiares del sujeto suicida, los cuales eran
los castigados debido al acto pecaminoso del difunto.
En la época medieval, totalmente dominada por la Iglesia, era tomado como un pecado contra Dios, ya
que era visto igual que un homicidio. Dios es el único quien puede quitar la vida, siendo este mismo quien
la da. Y desde aquí se creó y fundó la creencia, de quien tome la voluntad de su vida decidiendo acabar
con ella, es pecador y merecedor del castigo eterno. Claramente hay culturas que no lo ven como tal, sino
como actos de valentía y honra, e inclusive como una demostración de hombría, pero dentro de las
creencias cristianas, específicamente la Católica, debido a su conjunto de significaciones y normas el
suicidio no podría ser otra cosa que un pecado.
Hoy en día nos encontramos con algo más bien diferente, sabemos que las personas que atentan contra su
vida, no están en todos sus sentidos sanas, sino que más bien se apela a los daños psicológicos que llegan
a tentar con la vida misma , y la iglesia lo ha tomado en cuenta por lo que ya no tiene estimado una
connotación tan negativa como antes. Según una entrevista, de la cual revisaremos un fragmento más
adelante. la creencia popular de que los sujetos, según sus méritos previos a la muerte, van al infierno,
purgatorio o cielo, fueron estimaciones acontecidas por un modo de “dominar” a las personas en ciertos
períodos del tiempo. La iglesia, como toda institución social, ha ido cambiando su visión a diferentes
enfoques, a modo de irse actualizando según los momentos y pensamientos que sus mismo fieles creen.
Según una de las explicaciones de la Biblia Católica para Jóvenes, cuando hablan sobre el suicidio de
Judas el traidor, mencionan que el suicidio es utilizado por muchos jóvenes según las estadísticas,cifras
sacadas de dos estudios, uno realizado por la Universidad de Chile revisando la estacionalidad de entre
los años 1995-2000 y otro de Andrés Heerlein, miembro de la academia chilena de medicina en conjunto
con Carlos Téllez, jefe de la unidad de Psiquiatría de la Clínica Alemana, sobre la evolución del suicidio
en las últimas épocas, donde se explica que mientras más austral la zona, más suicidios ocurren, debido a
la dificultad de acceder a los centros de salud, cambios de luz reiterados, factores de alto grados de
alcohol que se ingiere, etc. Además se divisó que los hombres son los que más se suicidan. De cada
cuatro personas que hacen este acto, una es una mujer, explicado por el presidente de la Sociedad Chilena
de Salud Mental, Raúl Riquelme; según él, los hombres tienen menos capacidad de sublimar la angustia y
realizan esta acción pensando que es una forma de liberar el sufrimiento y de redimir los hechos o culpas
que a veces dicen sentir ,sin saber que la vida sirve y esta hecha para sanar, crecer, tener nuevas
relaciones y gozar de la vida que Dios entregó, además de ser ofensa contra él, al ser quien es que da la
vida, y por ende, el único con el poder de quitarla.
¿Ahora cómo podemos mostrar al suicidio como una representación social ?
Primero debemos partir explicando lo que es y significa una representación social. Para Moscovici, una
representación social es :
“Una modalidad particular de conocimiento cuya función es la elaboración de los
comportamientos y la comunicación entre los individuos. Es un corpus organizado de
conocimientos y una de las actividades psíquicas gracias a las cuales los hombres hacen
inteligible la realidad física y social, se integran en un grupo o en una relación cotidiana de
intercambios, liberan los poderes de su imaginación.” (1979: 17-18)
Según Moscovici, la representación es utilizada a modo de crear un tipo de comportamiento basándonos
en la comunicaciones de individuos, ¿cómo es posible que el suicidio se vea reflejado como tal?. Bien
sabemos que el suicidio no puede no ser causado por una cosa mera personal, tiene que ver con la
interacción entre individuos y como esta afecta a la persona psicológicamente. Por lo tanto se nos hace
válido el poder decir que, en el acto hay un componente de influencia social activo; Y dado que las
interrelaciones sociales del sujeto son un aspecto formador y estabilizador de él mismo, podemos aseverar
que pueden ser un factor determinante en el acto suicida.
Para esto nos podemos servir de infinidades de casos (cotidianos e históricos), llevados a cabo por la
influencia de la sociedad, tal como los casos de suicidio por Bullying que han salido a la luz en los
últimos años, o los sucedidos por abusos, abandono, sinsentido, etc. Todos aquellas interrelaciones en que
la sociedad no ofrece al sujeto más que desesperanza y poca importancia como ente perteneciente a la
sociedad.
Esto explicado según lo visto en cátedras el sujeto toma la realidad para sí, y la transforma a modo
personal, por ello, puede resultar ser un tipo depresivo que ve un sinsentido a la realidad en la que
pertenece, puede verse rechazado o en soledad, ya que podría sentirse inconforme con su ser y este ante
los demás. Se trata de una mera situación relacional, con la cual, el otro sujeto actúa como un mediador
determinante para un proceso de, nueva y desesperanzada aprehensión psíquica de sí y la realidad, que
desemboca en el acto final. Éste punto, también lo podemos ver enfocado con la perspectiva de Jodelet,
quien plantea que :
“La noción de representación social nos sitúa en el punto donde se intersectan lo psicológico y lo
social. Antes que nada concierne a la manera en que nosotros, sujetos sociales, aprehendemos los
acontecimientos de la vida diaria, las características de nuestro ambiente, las informaciones que
en él circulan, a las personas de nuestro entorno próximo o lejano. En pocas palabras, el
conocimiento «espontáneo», «ingenuo» que tanto interesa en la actualidad a las ciencias sociales,
ese que habitualmente se denomina conocimiento de sentido común, o bien pensamiento natural,
por oposición al pensamiento científico. Este conocimiento se constituye a partir de nuestras
experiencias, pero también de las informaciones, conocimientos, y modelos de pensamiento que
recibimos y transmitimos a través de la tradición, la educación y la comunicación social.”(1986,
Pág. 473).
Así según lo planteado, para que un hecho pueda ser tomado como representación social debe cumplir
con los siguientes requisitos:
Jodelet, 1986: (478):
A) Siempre es la representación de un objeto.
B) Tiene un carácter de imagen y la propiedad de poder intercambiar lo sensible y la idea, la percepción y
el concepto.
C) Tiene un carácter simbólico y Significante.
D) Tiene un carácter constructivo.
E) Tiene un carácter autónomo y creativo.
Según la cita anterior, la representación social se debe a un objeto, en este caso el objeto se sitúa desde el
cuerpo muerto de la persona que ha decidido terminar con su vida, lo cual se constituye como el acto del
suicidio. Este objeto es re-presentado en la mente, lo que le entrega un carácter simbólico y significante,
por lo que se crea una idea y una relación con respecto a este, en donde no es necesario que el suicida se
encuentre presente para tener una comprensión de lo que aquello significa, acompañado siempre de una
imagen que es adjuntada al objeto de nuestra Representación Social y con la cual se envuelve en una
relación que es indivisible . En el carácter constructivo que se genera desde el punto de vista de la Iglesia
Católica está ligado a la valorización negativa que se tiene del suicidio como un acto que atenta, no sólo
sobre la propia vida como regalo de Dios, sino que también a él mismo por ser quien ha creado al hombre
a su imagen y semejanza. Pero al ser al mismo tiempo una construcción, y que por ello el sujeto se
posiciona no desde un punto pasivo sino como transformador de aquella representación, es que podemos
ver como al pasar los años la Iglesia Católica ha ido transformando su visión con respecto al suicidio.
Esto se puede ver a continuación según las palabras de Sor Luisa Vargas Castillos, de 24 años,
perteneciente a la Congregación Salesiana abocada a los más jóvenes:
“El suicidio se consideraba un pecado pues se desprecia la vida que dios ha dado, pero eso fue
hace tiempo atrás, hoy en día ya no se habla así del suicidio, antes incluso no le hacían misa a la
persona que se suicidaba y decían que se iría al infierno. Hoy no hay nada de eso, por otra parte,
hay que ver el concepto de pecado: el "pecado" como tal solamente se da cuando se hay
consciencia de mal, hay voluntad de hacerlo y efectivamente se hace, el suicida primeramente no
tiene sus facultades mentales “al 100%”, ¿Como va a ser un pecador alguien que no capta si hace
algo bien o mal?, tal vez no tiene ni una mínima conciencia de sentirse pecador, porque no está
pecando según su entender, por tanto no hay pecado. (...) Eso de que el que se suicida va al
infierno o es un pecador, etc, etc, hoy ya no, y ha quedado como tradición, como mito…¡Ojo! La
iglesia no celebra que se suiciden, pero hay una comprensión más misericordiosa de ella”
Si bien el suicidio como representación social es una construcción desde los sujetos, también tiene un
carácter autónomo y creativo, lo que hace que su significado e imagen mantenga, lo que podríamos llamar
su esencia, haciendo que se entienda lo mismo para todos en cuanto al suicidio independiente de la
reconstrucción personal que se pueda tener de este, esto es provocado por ideas normativas integradas en
la sociedad y que sirven como elementos para entendernos en un espacio comunitario .
III. Discusión entre al menos dos líneas argumentales:
Como se pudo apreciar anteriormente, nos fue posible describir un tema tan relevante como es el suicidio
a través de la perspectiva Europea de la Psicología social, específicamente con la teoría de las
representaciones sociales. Es importante mencionar que la perspectiva Europea se enfoca principalmente
en el cognitivismo, es decir en la acción de comprender a la sociedad en interacción. Es por esto que
surge la teoría de las representaciones sociales, la cual enfoca su centro en que la “representación incide
directamente sobre el comportamiento social y la organización del grupo y llega a modificar el propio
funcionamiento cognitivo” (Jodelet,1985,Pàg.470); Centrándonos en el fenómeno social que en esta
oportunidad hemos escogido, es decir, El Suicidio y mirándolo desde la perspectiva de la Iglesia Católica,
se puede apreciar que, algunos años atrás, la Iglesia manifestaba (y aún manifiesta, pero en menor
medida) una representación social hacia el suicida que no era muy integrativa, ya que consideraban que
esta acción -la de quitarse la vida- “pone en peligro la sana doctrina” ya que incluso en versículos de la
biblia se menciona que esta acción es un pecado o es algo que no corresponde hacer ante los ojos de Dios,
un ejemplo claro es el siguiente versículo de la biblia: “Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y
homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago de
agua y azufre, que es la muerte segunda” (Ap. 21:8). Con respecto a este versículo el Pastor José A.
Holowaty, adopta una postura bastante crítica hacia al suicidio, ya que plantea que este es un acto
cobarde, ya que la vida es un regalo que Dios ha otorgado y que por ende hay que cuidar, y que el hecho
de suicidarse implica un abandono de las oportunidades, sentenciándolos como personas que no merecen
entrar al “reino de los cielos”. (2014)
Con el tiempo, esta representación que la Iglesia Católica tenía y trató de manifestar a la gran mayoría de
la población en diversos países, cambió, ya que podemos apreciar que en la actualidad una persona que se
suicida no es con tanta amplitud enjuiciada, pues se ha formado una pluralidad de formas de ver e
interpretar internamente a esta acción, ya que podemos ver representaciones de distinta índole .
A pesar de que las representaciones sociales fueron fundamentales para poder explicar con mayor
determinación y especificidad se nos hace necesario preguntarnos ¿Solo con esta teoría y unidad se puede
explicar este fenómeno social? La respuesta para nosotros fue que no, ya que este tema puede ser también
abordado desde una perspectiva Estadounidense, específicamente con la teoría de los prejuicios planteada
por Myers pero ¿Porque? porque este fenómeno social llamado suicidio, aparte de tener un fuerte valor
crítico en las representaciones sociales en años anteriores, también sufrió muchos prejuicios y juicios
hacia las personas que se quitaban la vida y sus familias, sea cual sea el motivo y/o razón que haya
llevado a tomar esta decisión.
Lo que le aporta validez para explicar este fenómeno por medio de los prejuicios, es que esta acción, o sea
la de pre-juzgar, no se ve solo en el pasado, sino que en el presente, es normal ver y escuchar a las
personas de diverso nivel etario, económico, etc., poseedoras de sus propios juicios y/u opiniones con
respecto a este tema, comentar que por ejemplo: “Es cobardía” o al contrario “Es valentía”, además por
otro lado, comentar que “es un pecado”, y que por el deberá pagar.
Para comprender de mejor forma esta visión desde el prejuicio, debemos saber ¿Qué es el prejuicio?, el
conocimiento común sobre este término es que es una opinión o emisión de alguna postura de forma
anticipada, sin saber previamente sobre lo que se está comentando. Este caso se presenta constantemente
en el suicidio, ya que una vez que la persona ha dado término a su vida, en la prensa y las personas en
general comienzan a comentar sobre este hecho, incluso antes de saber las razones de peso que hubiesen
originado este hecho, e incluso las doctrinas católicas hace un par de décadas e incluso en la actualidad
emiten estos tipos de juicios al sentenciar de “cobardes” o de frases como “Merecen las penas del
infierno” , a pesar de que se respaldan bajo el texto bíblico, no deja de ser un prejuicio puesto que,
constantemente estos juicios se realizan sin siquiera saber de qué persona se trata ni qué motivos tuvo
para hacerlo. Un ejemplo claro se puede apreciar con la noticia publicada en la revista electrónica “Nueva
Herald” en donde se habla de una joven que realizó un suicidio asistido debido a una enfermedad terminal
que ella poseía ya que no quería seguir sufriendo, y aun así se formaron diversos prejuicios religiosos de
que esto no era correcto aun cuando quizás las razones si tuvieran peso.
Pero el prejuicio no es algo que tan solo queda ahí, ya que el prejuicio tiene varias fuentes y por ende
muchas funciones como lo son las funciones sociales, fuentes emocionales y fuentes cognitivas (Myers,
2004)
En el caso del suicidio el enfoque funcional está estrechamente ligado a las fuentes emocionales,
“Aunque el prejuicio está alimentado por situaciones sociales, los factores emocionales con frecuencia
echan leña al fuego: la frustración puede alimentar el prejuicio” (Myers, 2004, Pág. 223), lo anteriormente
citado nos da cuenta de que el prejuicio no causa efectos tan sólo a nivel social, sino que también y
principalmente a nivel emocional, ya que en el mismo caso de Brittany Maynard, los prejuicios hechos
por el Vaticano, dan cuenta de que fueron originados por una frustración al ver cómo otras personas no
respetan lo establecido en los textos religiosos y en las doctrinas católicas, un claro ejemplo se ve en esta
afirmación “el suicidio no es una muerte digna, la dignidad es otra cosa que poner fin a la propia vida"
(Revista Corrientes hoy,2014).
IV. Reflexiones Finales
El suicidio es un tema que sin ser mencionado con recurrencia, para muchas conformaciones sociales
enmarcadas en el desarrollo capitalista, pareciera ser un problema de aquellos que han de ser tratados en
silencio y sin mucho escándalo; sin embargo, el problema del suicidio, en el mundo globalizado de hoy
resulta ser uno de los problemas de primer orden. Con sus implicancias médicas y terapéuticas, políticas y
económicas, aunque lo más visible de encontrar en esta “enfermedad social”, es que el suicidio resulta ser
una situación con las cual nos podemos encontrar a diario. Por ejemplo, los casos más cercanos son los
que suceden con la gente que decide tirarse al metro, encontrándose como el modo más rápido con el cual
quitarse la vida.
Otras formas apreciables, actualmente, de forma más prominente, según lo que se conoce generalmente y
se ve en las noticias, son los jóvenes que se medican para solucionar de forma mas rápida la soledad a la
que están sometidos por diversos factores socioculturales (casi todos propios del Sistema Económico-
Cultural en el que se inscribe la sociedad modernas), ocupando éstos medios farmacológicos como una
salida ante la poca atención e integración que la sociedad les brinda.
Tal resulta ser la seriedad de éste problema social moderno, que distintas facciones sociales se han dado a
tratar el asunto desde diversas posiciones, a veces contrarias y curiosas, tanto como indiferentes o
denunciantes de la sociedad moderna. Tratar el ¿Qué motiva a una persona al suicidio? o el ¿Cuales son
las más importantes causantes del acto de suicidarse? Resulta una tarea de magna complejidad dada la
evolutiva opinión social acerca de este hecho. Así como además el posicionarse juiciosamente respecto al
tema. Es en donde, por ejemplo, el Catolicismo nos sirve como un buen ejemplo influyente de opinión
respecto a la problemática del suicidio
El suicidio es tomado por la fe católica como una forma más misericordiosa comparado con los años
anteriores. Tal cual nos compartió una de las Sor que nos contribuyó con su opinión desde la perspectiva
religiosa y como profesora de Religión básica y media, la cual nos comentaba que hoy en día, ya no se
juzga como un pecador al sujeto que se suicida y que por hacer este acto, está condenado a irse
directamente al infierno, sino que más bien, y lo podemos notar en caso de ir a misa, los sacerdotes miran
esta situación como un problema psicológico, lo cual lo atribuimos a la carga social que el sujeto toma
para sí.
El acto suicida va acompañado de diversos sentimientos, tal y como lo plantea la psicología social,
siempre existe un otro implícito o imaginario que regula nuestras actividades, es una forma de interpretar
y dar significado al actuar de los demás, como lo menciona Blumer, los sujeto nos sometemos a
interpretar las acciones ajenas, y según el significado que le doy actuó ante ello. Es a modo de una
segunda conciencia, haciéndonos seguir normas estandarizadas. Unido a ésto además, van las
obligaciones que rige la iglesia, específicamente el Vaticano, que según este, el suicidio no solo causa
daño a sí mismo, y de este mismo modo a Dios, sino que a todo los sujetos que los rodea:
“2281 El suicidio contradice la inclinación natural del ser humano a conservar y perpetuar su
vida. Es gravemente contrario al justo amor de sí mismo. Ofende también al amor del prójimo
porque rompe injustamente los lazos de solidaridad con las sociedades familiar, nacional y
humana con las cuales estamos obligados. El suicidio es contrario al amor del Dios vivo.”
En sí, el hombre no es propietario de su propio cuerpo. Volviendo a lo anterior, el sentimiento de tener
miedo, arrepentimiento ante algún suceso pecaminoso bien pueden condicionarnos a tomar dicho acto.
¿La iglesia podría con sus leyes parar este fenómenos?
Al momento de actuar, dejamos de lado toda noción y uso de la razón, nos enfocamos en nuestro propio
ser y sufrimiento,es el estado de egoísmo que la persona presenta. Pero si, se podria ver mayor
condicionado por esta percepción de la Iglesia con el suicidio
Referencias Bibliográficas
1. Corrientes Hoy. (2014, 04 de noviembre). El Vaticano condenó el suicidio asistido de Brittany
Maynard. Corrientes Hoy. Recuperado desde http://www.corrienteshoy.com/vernota.asp?
id_noticia=171605#.VG16HPmUdun
2. EFE. (2014, 02 de noviembre). Muere joven enferma terminal que planeó su suicidio asistido. El
Nuevo Herald. Recuperado desde
http://www.elnuevoherald.com/noticias/estados-unidos/article3531243.html
3. Jodelet, D. La representación social: fenómenos, concepto y teoría, en Moscovici, S. (1985).
Psicología Social I, Pp. 469-494.
4. Moscovici, S. (1961). Capítulo I: La representación social: un concepto perdido (27-54) El
psicoanálisis, su imagen y su público (La psychanalyse son image et son public). Buenos Aires:
Editorial Huemul, S.A.. (1979)
5. Myers, D. (2004) Exploraciones de la psicología social. Madrid: Mc Graw Hill. Módulo 23: “Las
raíces del prejuicio”, pp. 217 – 233
6. Sepúlveda, P. (2014, 26 de agosto). Estudios que detectan preocupante alza de suicidios en Chile.
La Nación. Recuperado desde http://www.latercera.com/noticia/tendencias/2014/08/659-592996-
9-estudios-detectan-preocupante-alza-de-suicidios-en-chile.shtml
7. Vargas, L. (comunicación directa, 19 de noviembre de 2014) explica el significado que le
da la Iglesia al acto del suicidio.
8. Vaticano (Extraído el día 20 de noviembre de 2014) rescatado desde
http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/p3s2c2a5_sp.html