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SEMINARIO DE POLITICAS CULTURALES Sábado 16 de Julio 2011, Salón de Conferencias, Arzobispado Metropolitano. Santiago de los Caballeros
Perfil de Política Cultural para el Municipio de Santiago
Reynaldo Peguero, MPH.
Director del Plan Estratégico “Santiago 2020”
Cultura: La política, los políticos y las políticas…
Este seminario debiera considerar tres conceptos clave: la política, los
políticos y las políticas. La política como teoría y praxis social es un
término griego que quiere decir “ciudadano”, “civil”, “relativo al
ordenamiento de ciudad. Es la actividad que tiende a gobernar o dirigir
la acción del Estado en beneficio de la sociedad. Una teoría que orienta
ideológicamente la toma de decisiones para lograr objetivos concretos.
Otra categoría son los políticos como actores estratégicos que
pretenden actuar de forma profesional y ética en el ejercicio de la
política para la toma y la conducción del poder. Y finalmente valoramos
las políticas, como el conjunto de líneas normativas, orientaciones
generales, mandatos y direccionalidades para que el Estado, como
superestructura jurídica concilie los intereses de todos los sectores
sociales de un territorio.
Está demostrado que en una sociedad o territorio concreto ordenar
estas tres categorías es complejo. En otras palabras, resulta difícil
armonizar que la política, como disciplina científica, sirva de apoyo a los
políticos para que estos como tomadores de decisión ejerzan sus
funciones con la debida referencia técnica, y mejor aún para que
embestidos de la debida responsabilidad de Estado, definan normas,
mandatos y orientaciones generales que aseguren el bien común.
Precisamente hoy estamos aquí para fortalecer una pretensión quizás
un tanto utópica, quimérica y riesgosa que desea alinear en una sola
dirección las ciencias políticas, a los políticos en el ejercicio del poder y
a las políticas públicas que habrán de surgir para apoyar la gestión, la
creación y el equipamiento cultural de Santiago.
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Varios autores consultados subrayan esta complejidad 1`2, señalando muchos que
la política y la cultura son dos campos adversarios, tanto para políticos como para
los artistas e intelectuales.
Los políticos muchas veces minimizan el sector cultura ante las tantas prioridades
inmediatas de las sociedades, y por su parte muchos artistas e intelectuales se
sienten incómodos, valorando la política como un territorio “ajeno y amenazante”,
indica el investigador García Canclini.
Lo cierto es que Santiago nueva vez ha tenido el “realismo mágico
garciamarquecino” de sentar en una mesa sus actores estratégicos.
También es un acto organizado, deliberado y calculado, de iniciativa donde se ha
tenido la osadía de cohesión social, personalidad e identidad, de poner en una
misma mesa o escenario, a la política3, a los políticos y a las políticas, para en este
caso impulsar una Agenda Estratégica de Cultura para el Municipio de Santiago.
Todavía nos faltan más actores, pero con los que hay avanzamos.
El pensamiento estratégico sobre cultura
El Centro Iberoamericano de Desarrollo Estratégico Urbano (CIDEU) ha demostrado
que el pensamiento estratégico sobre cultura es convergente con los principios de la
planificación estratégica urbana a mediados de los años 90.
Maravillas Rojos secretaria general del CIDEU, indica que si bien inicialmente se
consideraba que los planes estratégicos de cultura eran sectoriales respecto a los
planes estratégicos de ciudad, cada vez más los planes de cultura afectan otros
sectores más allá de su ámbito “tradicional”, siempre que cumplan una serie de
1 Harvey. E.R. Políticas Culturales: La política cultural en Argentina. Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. UNESCO. 1977. p.11-30 2 García Canclini N. Bonfil G. Brunner J., Franco, J. Landi O. y Micceli. S. Políticas Culturales en América Latina. Colección Cultura y Sociedad. P. 13-27 3 Von Beyne K. Teoría política del Siglo XX: de la modernidad a la postmodernidad. Ed. Alianza Universidad. España. 1991. p. 31-74
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valores previamente asumidos: centralidad de la cultura, valor estratégico de las
políticas culturales, transversalidad de las acciones y procesos culturales.
Paralelamente desde la planificación estratégica urbana, la cultura interviene
crecientemente en aspectos territoriales, sectoriales y de cooperación internacional.
Una lectura de los planes estratégicos de ciudad nos informa de la incorporación de
líneas estratégicas ya sean específicamente culturales o de contenido cultural
vinculado a estrategias de atractividad, marca ciudad, turismo o las apuestas por el
conocimiento o la creatividad.
En este contexto es de rigor expresar una clara voluntad de concurrencia entre las
políticas públicas culturales y las políticas urbanas. Maravilla llama a las ciudades
miembros del CIDEU y Santiago es una de ellas a que apuesten a un verdadero
dialogo entre la cultura y la ciudad.
Vincular la Cultura con la estrategia de ciudad tiene el objetivo de hacer convergencia
interdisciplinaria de las múltiples dimensiones del fenómeno cultural urbano. Es una
inspiración en los principios que expresa la Agenda 21 de la cultura, aprobada en
Barcelona en el año 2004, ya cumplió ocho años de aprobada, por lo que solicito una
venia de los presentes para que Santiago sea signatario de esta agenda mundial.
Actualmente el sector cultural local no puede contemplarse, únicamente, como un
sector generador de servicios culturales básicos: bibliotecas, centros culturales,
museos, teatros y otros. Este sector interactúa con el turismo, modela la sociedad del
conocimiento, mejora la calidad de vida y la creación de empleo e influye en la
regeneración urbana o la inclusión social.
CIDEU ha estudiado que los ayuntamientos tienen una limitada capacidad de
actuación en los diferentes ámbitos de la cultura. Por un lado, su incidencia es menor
en los sectores económicamente más relevantes como la industria cultural y mayor en
los sectores menos rentables como las artes tradicionales y los servicios
socioculturales. Se ha demostrado que el ámbito de intervención cultural propiamente
municipal es la difusión. Se tienen que buscar fórmulas para intervenir en las fases
del proceso cultural más desatendidas: la creación y la producción de la cultura.
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Se conoce que las políticas culturales propiamente dichas se desarrollan en Europa a
partir de mediados del siglo XX en paralelo al desarrollo del Estado del bienestar. En
los 50 la cultura fue vista como herramienta fundamental para la política de la
reconciliación y la afirmación democrática.
En los 60, el Estado francés populariza el concepto de la democratización de la
cultura, que consiste en posibilitar el acceso de toda la ciudadanía a la “alta cultura”.
Pero debemos decir que no hay baja ni alta cultura, hay cultura. Debe destacarse que
en Francia se afrontó este significativo “elitismo” como un peligro ético, que en
nuestro contexto podría resultar muy dañino. América Latina y el Caribe son otras
realidades culturales.
Enfatizamos que en todo el desarrollo de las políticas culturales actualmente se
observa una marcada tendencia hacia la descentralización y un mayor poder de las
políticas culturales locales.
En los 80, la crisis de las estrategias socializadoras de la década anterior y el
convencimiento de que la población expresa mejor sus deseos a través del mercado,
reforzó la legitimación de la acción a través de las industrias culturales. Así, toma
importancia la intervención pública sobre estas industrias con la voluntad que la
dimensión económico-lúdica dé apoyo a la dimensión estético-educativa.
También en esta época se empieza a rehabilitar el patrimonio histórico para crear
dinamismo económico en las ciudades; dando como resultado en muchos casos a la
privatización del patrimonio, lo cual es un error que debemos prevenir en Santiago.
En los 90, la preocupación de los poderes locales por la exclusión social retoma el
paradigma de la democracia cultural en la “teorización de la cultura de proximidad”.
Ésta enfatiza la dimensión social y convivencial de la cultura como elemento de
cohesión social, donde la acción cultural es transformadora.
En el siglo XXI la gestión cultural y las políticas culturales como políticas de desarrollo
han llegado para quedarse, no puede pensarse hoy en avanzar en un territorio sin
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incorporar la gestión y la creación cultural en el mismo centro de las ciudades y de las
sociedades. La cultura es fundamental y consustancial al desarrollo humano.
Cultura es modo de vida y expresión del tejido social
Hoy es una obviedad pero hace 50 años era crítico y casi un atrevimiento,
entender la “cultura” como se concibe actualmente: el modo de vida de una
sociedad, comunidad o territorio concreto; sus rutinas cotidianas y la expresión de
su tejido social.
Se entiende la cultura como “modo de vida de una sociedad” desde hace más de
100 años, pero el elemento conceptual relativamente nuevo, es la relación cultura-
cohesión social, pero esto, se orienta mejor con el concepto “identidad cultural”
aquí se empieza a entender la relación cultura-cohesión social, en el que la
identidad es otro componente de gran contribución a la cohesión social local.
La ley de cultura 41-00 establece que por cultura debe entenderse “el conjunto de
rasgos distintivos, espirituales, materiales, intelectuales y emocionales que
caracterizan los grupos humanos y que comprenden además de las artes y las
letras, los modos de vida y convivencia, los derechos humanos, el sistema de
valores y símbolos, tradiciones y creencias, asumidos por la conciencia colectiva
como propios”.
Son esas formas y contenidos generales de ser, que nos hace santiagueras y
santiagueros. Próximo a esta definición está el proyecto en formulación para
Santiago, de la Agenda Estratégica de Cultura, como eje del Plan Estratégico
“Santiago 2020”4.
Si en Santiago queremos entonces echar a andar políticas culturales debemos
armonizar la gestión, la creación y la estructura cultural, teniendo como punto
de partida el modo de vida y la identidad social con este territorio.
4 Consejo para el Desarrollo Estratégico de la Ciudad y el Municipio de Santiago INC. CDES. Plan Estratégico “Santiago 2020”. Ed. Premium. Santiago 2010.
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De ahí que es muy coherente con este abordaje, el conjunto de intervenciones
que desde el ministerio de cultura, la dirección de cultura del ayuntamiento, la
gobernación y las entidades de la sociedad civil como el Centro Cultural León,
Casa de Arte, el Instituto de Cultura y Arte, ente otras, realizan en comunidades,
barrios y escuelas para generar ese encuentro creativo con el modo de vivir,
valores, tradiciones y creencias de las y los santiagueros.
Si la cultura y su gestión social se valoran así, es decir como un catalizador del
desarrollo humano, es porque podemos utilizar ese acervo de hábitos, rituales y
modos de vida, y la constante capacidad creadora, en el crecimiento y el progreso
de Santiago de los Caballeros y su entorno regional.
Si sabemos aproximarnos incluyentemente a las originalidades y pluralidades de
las diversas manifestaciones culturales que tienen y caracterizan a las y los
santiagueros, los visitantes locales e internacionales darán más importancia a sus
modos de vivir, sus valores, y tradiciones, los cuales se expresan también, en su
cotidianidad, su arte y sus letras.
Dado que aceptamos la cultura como las maneras mediante las cuales la
ciudadanía de un territorio vive junta, entonces la perspectiva y el enfoque
estratégico de trabajo deberían asegurar que las entidades culturales públicas y
privadas se acerquen a esas prácticas, tradiciones y valores para lograr impactar
en la mejora de la calidad de vida de Santiago.
Remachamos, la cultura y su planificación estratégica, deben asumirse como
catalizador del desarrollo local. Se trata entonces de sumar, rescatar y aprovechar
las actitudes y hábitos saludables, constructivos, empáticos y de ciudadanía
solidaria que expresan cotidianamente las y los santiagueros, y fomentarlos en
una verdadera política pública.
No hay posibilidades de impulsar creativamente la armonía del Sistema Cultural
de Santiago en una Agenda Estratégica, si no iniciamos las labores de impulso por
la base de este sistema cultural, en el barrio, en la familia y la escuela.
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Es en el barrio que encontramos los tesoros culturales de un concurso de
chichiguas, los más de 10 retozos de bellugas que son posibles practicar en la
calle, todos los juegos barriales como el Pañuelo, la Cantarita, las “Escondías”, la
Peregrina y las Cortinas del Palacio, la Estatua, entre otros. En este orden, se
destaca la gestión barrial que realiza el Ayuntamiento al respecto. No obstante,
son innumerables los hábitos y modos de vivir y gozar, que son culturalmente
rescatables y replicables.
Son tantas las potencialidades e innovaciones que se encuentran en las semanas
culturales de las escuelas, en los concursos populares de poesía y cuentos,
también en las competencias de redacción y ortografía, en los concursos de
Caretas del Carnaval impulsadas por el Ministerio de Cultura.
Qué gran cantera de creatividad popular y unidad barrial tienen las ornamentos,
atavíos y embellecimientos barriales y populares de las navidades que el Centro
León comienza a rescatar cada año, o el relanzamiento de las fiestas Patronales
de Santiago Apóstol, que la Arquidiócesis Metropolitana ha venido trabajando para
su puesta en valor; o los Festivales de Arte Vivo de Casa de Arte, o la Feria de
teatro escolar que impulsan 37 por las Tablas y la Oficina Senatorial.
Esto ha sido tan significativo que incluso este seminario sobre políticas públicas
culturales se ha puesto en operación en el marco del programa de fiestas y
celebraciones del Patrón Santiago Apóstol, lo cual es una magnífica señal del
interés de los diversos actores comprometidos con este proceso.
También hay que destacar las auténticas y creativas acciones culturales que se
promueven desde los clubes culturales en los barrios, que aunque son hasta
ahora muy bajamente apoyadas, pero son una preocupación y respuesta local por
entretener, educar y fortalecer la identidad del barrio y de la localidad.
Entendemos que este modo de vivir de la ciudadanía conforma el sistema
cultural de Santiago y entendemos que este por si mismo es un yacimiento
cultural invaluable, pues definitivamente la cultura le aporta al ser humano y muy
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en especial las y los santiagueros, la capacidad de reflexionar sobre si mismo, la
condición de considerarse un ser inacabado y en constante reflexión.
La estrategia y la agenda de cultura
El punto de partida de cualquier agenda o plan es que sus actores estratégicos5 se
pongan de acuerdo en el principal problema que pretende resolverse y la visión
concurrente del desarrollo de la cultura de Santiago. Pero lo primero de lo primero
es responder quién es un “Agente Estratégico Cultural”
Es cualquier entidad o persona física, organización social o empresa que tenga
apreciación, influencia y control sobre un tema cultural de Santiago. Influencia para
facilitar o para entorpecer. Son sectores de poder para el avance o la inmovilización
de cualquier proyecto.
En el Consejo Estratégico, en las reuniones, talleres y encuentros que hemos
efectuado al respecto, así como en la Tesis de Grado que personalmente presenté
5 Centelles, J. Los Líderes de una ciudad. Documento de trabajo y capacitación. Centro Iberoamericano de Desarrollo Estratégico Urbano (CIDEU), Universidad Corporativa. Barcelona. 2007
Fuente: Reynaldo Peguero. Enfoque Gráfico al Proyecto Agenda Estratégica Cultural. CDES-PES 2020.
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al Centro Iberoamericano de Desarrollo Estratégico Urbano (CIDEU) en Barcelona,
hemos encontrado que el problema principal detectado por el conjunto de actores
estratégicos convocados es que en Santiago todavía no hay una política pública de
gestión cultural.
Esta situación condiciona la baja concurrencia de las instituciones culturales y de
sus programas, lo que a su vez debilita la participación masiva de la ciudadanía y
de sus sectores invitables locales e internacionales en la creación, recreación y
promoción cultural, reduciendo como resultado la poderosa y potencial contribución
de la cultura a la mejora integral de la calidad de vida
No existe además un diagnóstico participativo del sector cultural municipal de
Santiago y de su entorno, faltando estudios concretos como el nivel de satisfacción
de Santiago con los servicios culturales que se le ofertan o el análisis del Mercado
Cultural (oferta, demanda, distribución y consumo) de los servicios culturales,
provistos por empresas, instituciones y organizaciones culturales.
Necesitamos una Política Pública Cultural Local definida y establecida por las
instituciones públicas y coherentemente reconocidas por el Ayuntamiento del
Municipio de Santiago, el Consejo Municipal de Regidores y el Congreso de la
República Dominicana.
Una direccionalidad que permita darle coherencia al accionar de la política como
ciencia, de los políticos en su rol de conducción de la cosa pública y de los
proyectos e intervenciones expresados en normas ordenanzas y leyes.
En este orden subrayamos nueva vez que la estrategia general a nivel cultural
debería contemplar el desarrollo de políticas públicas que articulen un verdadero
sistema cultural a nivel municipal.
En este orden técnica y éticamente deberíamos preguntarnos ¿existe un armónico
sistema cultural en Santiago? Esta es una de las preguntas clave que debemos
hacernos, si aspiramos a erigir entre todas y todos, las iniciativas estratégicas
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necesarias para hacer de la cultura una centralidad para el desarrollo del Santiago.
El Plan Estratégico “Santiago 2020” es una manera de responder esta pregunta.
Creemos que la respuesta es sí, que Santiago tiene un sistema cultural institucional,
pero el mismo está desarticulado, disperso y disfuncional. En Santiago acumulamos
evidencias, actividades y hechos de los que consideramos son los componentes
claves de este sistema: i) de gestión cultural, ii) de creación cultural y iii) de
equipamiento e infraestructuras urbanas de servicios culturales.
En este sistema cultural, las evidencias y hechos que existen en forma de
“actividades culturales”, y muchas veces expresadas en programas, no tienen
carácter sistémico y ordenado, tampoco incitan al caos, entendiendo este caos como
una forma alternativa de buscar el orden. Estamos en un activismo cuantitativo
importante, pero creemos que ha llegado la coyuntura, ha surgido el momento de
pasar del activismo, del afán, el y del diarismo, a un verdadero sistema cultural.
En correspondencia con nuestras revisiones bibliográficas y consultas en el marco del
Centro Iberoamericano de Desarrollo Estratégico (CIDEU), un sistema de cultura se
considera el conjunto de componentes, instancias y procesos de gestión, desarrollo
institucional, creación, innovación, información e infraestructuras y equipamiento
urbano de cultura que generan productos, servicios y bienes culturales en un territorio
En Santiago tenemos todos los elementos de este sistema cultural, pero los flujos, las
dinámicas, las entradas y salidas de esta acción institucional y cuerpo social no han
sido estudiados, medidos y aprovechados en su justa dimensión.
En el sistema cultural de Santiago, como en muchos municipios iberoamericanos, de
acuerdo al experto CIDEU Félix Manito, historiador, geógrafo, gestor cultural y
presidente de la Fundación Kreanta; www.kreanta.org, operan diversos niveles de
creación, atención y servicios culturales.
El primer nivel, es el que está en la base del sistema, que inicia en la familia y en el
barrio, y que en el caso de Santiago, lo forman los 108 centros comunitarios de los
diferentes barrios para actividades culturales y deportivas lo conocemos muy poco,
pero sabemos menos aún de los grupos comunitarios culturales, y de aquellos que
conocemos, funcionan con escaso apoyo, no tienen una política municipal, ni nacional
de soporte, y sus labores de creación se encuentran huérfanas, sin ningún tipo de
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sostén. Tenemos bienales y concursos de cultura locales y nacionales, pero la base
cultural de Santiago está desolada.
Pero el nivel más alto de atención, servicios y creación cultural de Santiago estamos
mejor. Las entidades culturales que laboran en gestión y creación cultural crecieron
significativamente en actividades y equipamiento cultural en el período del primer
PES, o sea en la primera década del Siglo XXI.
El vice-ministerio de cultura de Santiago, además de sus nuevas oficinas en el
Palacio Consistorial de Santiago, registró sólo en el año 2010, unas 228 actividades
culturales con casi 40 mil beneficiados y una agenda mensual de trabajo. Es la
estructura de mayor rango en política cultural de la región, y sus actividades van
desde la gestión hasta la creación cultural. Pero también el Gran Teatro del Cibao
tiene su agenda mensual, lo mismo el Centro de la Cultura, Casa de Arte, la 37 por
las Tablas, el Instituto de Cultura y Arte (ICA) y el Centro León, entre otras entidades.
Entrando en algunos detalles metodológicos y técnicos, que debieran ser ampliados
posteriormente, nos atrevemos, fundamentados en el marco legal nacional y la
Agenda 21 de Cultura6, a realizar un intento de definir los componentes del sistema
cultural de Santiago. El sistema como tal debiera partir de la Visión Concurrente de la
Cultura de Santiago.
6 Jordi. P. Ideas clave sobre la Agenda 21 de la cultura. Plan Estratégico de Cultura de Barcelona. Marzo. 2006. 1era. Ed. Nous accents.
Fuente: Reynaldo Peguero. Enfoque Gráfico al Proyecto Agenda Estratégica Cultural. CDES-PES 2020.
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Estos serían expresión de sus estrategias culturales potenciales:
Una Estrategia en Gestión Cultural: para orientar y normar la administración
de los procesos y recursos de las instituciones e industrias culturales de un
territorio con el objetivo de que ofrezcan bienes y servicios culturales accesibles
y de calidad al mayor número de ciudadanas y ciudadanos, procurándoles
satisfacción, identidad, recreación y calidad de vida. Gestión es planificar,
organizar, dirigir, desarrollar recursos humanos y evaluar los servicios
culturales de Santiago.
Una Estrategia de Creación Cultural7´8: que fomente y disponga recursos
frescos y líneas de trabajo para la generación de bienes y productos culturales,
a partir de la praxis, imaginación, la sensibilidad, el pensamiento y la invención.
Que promueva las expresiones creadoras, como manifestaciones libres del
pensamiento humano, para generar identidad, personalidad, sentido de
pertenencia y enriquecimiento de la diversidad cultural del territorio.
Que se fundamente en el diagnostico de la situación de la creación cultural de
Santiago, pero que también incentive los concursos literarios, artísticos, que
aporte líneas generales para la creación cultural y la innovación.
Una Estrategia para la Estructura-Equipamientos Urbanos y los Servicios
Culturales: para asegurar que todos los usos de suelo que en el territorio del
municipio tienen la función de acoger, facilitar e incubar la gestión y la creación
cultural, sea coherente con la identidad santiaguera y con su base ecológica.
Es para darle sentido de coherencia e integralidad a todos los espacios que
permiten dinamizar y expresar la cultura, sus productos y servicios en espacios
territoriales, museos, teatros, bibliotecas, archivos, centros, parques, plazas,
casas de cultura, clubes culturales, centros ceremoniales, banquetas y
escuelas de artes, entre otros.
7 Jones, A. Williams; L. Lee N.; Coats D.; Cowling, M. Ideopolis: Knowledge City-Regions. Work Foundation. 2007 8 Marcet X. Ciudades Creativas: ciudad, talento, innovación. Documento de Trabajo. CIDEU. 2009
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Debemos destacar que esta gestión, creación y equipamiento cultural podría ser
organizado a tres niveles9:
Finalmente enfatizamos que estamos confiados de lograr que todos los entes
culturales, desde la base del sistema hasta el vértice cultural de la gestión y la
creación, asuman la articulación y desarrollo de un sistema cultural concurrente.
Con una buena gobernabilidad interna y un programa de actividades
concurrentes lúdicas, artísticas y creativas, con recursos y proyectos dinámicos.
Si en esto nos involucramos, entonces necesitamos como fundamento
verdaderas políticas públicas municipales, que sean cumplidas y
observadas por los políticos y la ciudadanía, y se fundamenten en el
conocimiento real de la cultura de Santiago.
9 Manito F. Cultura y Estrategia de Ciudad: La centralidad del sector cultural en la agenda local. CIDEU. 2007.
Fuente: Reynaldo Peguero. Enfoque Gráfico al Proyecto Agenda Estratégica Cultural. CDES-PES 2020.
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Estas políticas públicas culturales tienen que ser presentadas y aprobadas en el
Consejo Municipal de Regidores del Ayuntamiento y ser legitimadas en la
comunidad, donde la agenda estratégica cultural, logre que Santiago teniendo
una Visión Concurrente de la Cultura, innove, cree y goce bien.
Donde la cultura sea una centralidad del desarrollo local y un impulso decisivo
en la permanente mejoría de la calidad de vida, la alegría y la felicidad del
Santiago, que tanto amamos y hemos jurado defender.
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