Post on 27-Mar-2016
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OH, LIBIA! #2 (2012)
Oh, Libia! volvemos con un nuevo disco "Oh, Libia! #2", de nuevo con la aportación de Ken Stringfellow y masterizado por Christian Wright en los mitiquisimos estudios londinenses de Abbey Road. Es una colección de canciones en la que se mezclan psicodelia, rock y un poco de synth pop que en un principio no buscábamos pero que acabo casando a la perfección con el espíritu del disco. Son 12 canciones creadas en
un momento importante de nuestras vidas y estamos realmente orgullosos del resultado. Seria excesivo hablar detalladamente de lo que vas a encontrar en cada canción. Nosotros solo podemos desear que tengas ganas de acompañarnos en el viaje y que acaben gustándote tanto como a nosotros.
Oh, Libia!. 2011
OH, LIBIA! #2 CREDITS:
J.T. Prewitt: vocals, guitars, synths, sitar Victor Ramirez: vocals, guitars John Joe Clausell: piano Paul G. Berry: drums, perc, vocals
John Lawrence: bass Bambi Martynenko: monotribe, glockenspiel, tambourine
Mike Matallin: guitars, vocals Cècile Ó: keyboard, synth Tristan Richman: guitars Ken Stringfellow: synth, perc, vocals
David Acevedo: trumpet in "Summer Fields"
Pepe Tigruss: bass in "Drugs In Pools"
Recorded in Tigruss Studios (Gandía) 2012
Engineered by Pepe Tigruss
Mixed by Ken Stringfellow
Mastered by Christian Wright at Abbey Road Studios
Produced by J.T. Prewitt
All songs by J.T. Prewitt & Victor Ramirez
OH, LIBIA! #2 RECORDING DIARIES:
REC#1: http://vimeo.com/34148542 REC#2: http://vimeo.com/37467088 REC#3: http://vimeo.com/43851475
VIDEOCLIP “DRUGS IN POOLS”:
https://www.youtube.com/watch?v=tSGY6z3KU1U&feature=player_embedded
CONTACT:
jap.f.records@gmail.com
ohlibiamusic@gmail.com
http://ohlibia.bandcamp.com
OH, LIBIA! (2010)
Cuento la historia tal y como la viví. A J.T. Prewitt le conocí por casualidad hace tres
años. Era un chico de Alicante de veintitantos años, educado, creativo e hipersensible.
Una mezcla de Nick Drake, Peter Doherty y William Reid. Daban ganas de abrazarle
todo el rato porque bordeaba siempre el desastre. Se convirtió en una costumbre verle
cuando tocaba en Madrid, sólo, con su guitarra, y era rara la vez que no pasaba algo
imprevisible. Algunas situaciones eran cómicas, como cuando no se presentó a tocar
en Zamora, simplemente pasó de ir, y al día siguiente apareció una crónica del
concierto que no había dado en la prensa local. Otras, no tanto.
En uno de sus bolos madrileños, extrañamente tranquilo, en la Wurlitzer, abría el
concierto un chavalín valenciano que aún no había cumplido los 18, al que me
presentaron como Víctor. Me asombró su voz, muy parecida a la de Robyn Hitchcock.
Se lo comenté, y él nunca había oído hablar del músico inglés. Era fan a muerte de
Blur. Y una esponja. Ansioso por aprender. Una de esas personas que sabes que lo
están tragando todo. Unas semanas después de aquella conversación me escribió
para decirme que había escuchado a Hitchcok y que le encantaba. Bendita
juventud.
Pasaron los meses y, a través de internet, me iba enterando de las novedades. Víctor y
J.T. habían formado un grupo juntos. El grupo se llamaba Oh, Libia!. Al grupo se había
unido Oscar, un amigo de J.T. que es la bondad personificada detrás del aspecto de
Jesucristo Superstar. Un tipo de gustos musicales excéntricos, amigo de todo cacharro,
electrónico o analógico , que meta ruido. También había entrado en la banda la
tímida Elena Martynenko, 19 años y venida de Ucrania. Puro estilo tocando el theremin
y el xilófono. Y finalmente una última pieza, JohnJoe Clausell al piano, serio y con
formación musical.
Ni en mis mejores sueños se me hubiera ocurrido una banda con tan buen aspecto.
Una suma de personalidades tan distinta pero que pudiera funcionar tan bien. Daba
gusto verles juntos. Lo suyo es auténtica amistad, de esa que nace del respeto. Así que
cuando empezaron a colgar canciones en MySpace y sonaban como si Elliott Smith
hubiera venido del espacio exterior, tuve la corazonada de que esta vez iban en serio.
No fui el único. Un día J.T. me contó que habían contactado con ellos desde un club
de París. Querían que tocasen allí. En el Pop-In, un garito del que ya había oído hablar
y que tenía muy buena pinta. Aceptaron y un día de febrero de 2009 nuestros
protagonistas montaron en el coche de J.T. con todos sus cacharros y aparatajes y así
recorrieron los 1.186 kilómetros que separan Alicante de París. Una noche de carretera,
un día en la capital francesa jugando con la nieve como críos y llegó la hora del
concierto.
A la hora señalada todo estaba preparado. Sólo faltaba una cosa: el público. No
había ido nadie. Bueno, eso no es exacto, en el desolado local había un americano
con una cámara de vídeo, que al ver la confusión de Oh, Libia!, decidió presentarse.
Hubiera dado lo que fuera por ver la cara de nuestros protagonistas cuando el tío les
dijo: “hola, soy Ken Stringfellow”. El cantante de The Posies les había conocido por
internet y les dio el primer consejo profesional de sus carreras. Si se va a un sitio a tocar,
se toca. Aunque no haya nadie. Y eso hicieron. E impresionaron tanto a Stringfellow
que al final se ofreció a producirles un disco.
Ha pasado un año y medio desde entonces. Soy tan poco dado a los halagos como a
escribir en primera persona, pero por Oh, Libia! me salto estas reglas. Este disco está
muy por encima de mis expectativas. Es hermoso y delicado. Tiene algo de Beach
Boys, de Zombies y Barrett. Algo del ya mencionado Elliott Smith (la cabra tira al monte,
ya sabes), tiene un toque marciano a lo Mercury Rev, y tiene la querencia a las
melodías de The Posies.
Porque Stringfellow cumplió su promesa. Viajó a Alicante aquel verano. Se hospedó en
la casa de la playa de J.T. Cada mañana se levantaban, se bañaban en el mar y
desayunaban juntos en un bar, antes de ir a grabar a un pequeño estudio en el que
tenían una grabadora de cinta del mismo modelo que la que usaron Fleet Foxes para
grabar su álbum. O eso les dijo Ken, que lo sabía porque era él el que se la había
vendido a los folkies. Quizás por eso las guitarras acústicas suenan tan bonitas.
Se me olvidaba un detalle. En primavera de 2009 J.T. conoció por azar a Trevor Murrell,
un señor inglés nacido en Barbados que roza la cincuentena y que, com tantos
compatriotas, vive en la costa alicantina. Murrell le vio cara a J.T. de tocar en un grupo
y le confesó que él era batería profesional “¿Ah sí? ¿Y con quién has tocado?”, le
preguntó J.T. Agarraos: fue el batería original de Wham! y después de la banda de
Sade. Había participado también en grabaciones de álbumes de George Michael,
Joe Cocker o los Bee Gees. Se ofreció a tocar en la grabación de Oh, Libia! Como
para decirle que no. Stringfellow al enterarse dijo algo así como “perfecto, esto es
como si un grupo folk de los 60 hubiese fichado al batería de Led Zeppelin”. Nada más
que decir.
Para rematar, han fichado a tres jóvenes más: Pablo García-Mora, Joan Lorenzo y
Tristán Rico. Así que para el directo suman la bonita cifra de 8 personas, casi una
orquesta.
Voy a quedar como un cursi, pero da igual. Este es un disco a la antigua usanza: lleno
de amor. Suena atemporal, completamente alejado de las modas. Un hijo deseado.
Oh, Libia! lo ha creado y cuidado. Ken Stringfellow lo ha amamantado y criado. Como
buen producto artesano no es perfecto, ni falta que hace. Pero si, por lo que sea, Oh,
Libia! se disolviese mañana podrían estar muy orgullosos de lo que han hecho. Yo sólo
puedo recomendarlo.
Iñigo López-Palacios. 2010 EP3 El País
OH, LIBIA! (by Oh,Libia!) CREDITS:
J.T. Prewitt: vocals, guitars, theremin
Victor Ramirez: vocals, guitars Ó: synth Elena Martynenko: xylophone, tambourine, vocals
JohnJoe Clausell: keyboards, accordion Ken Stringfellow: bass, guitars, keyboards, percussion, vocals Trevor Murrell: drums
Recorded at Monophonic Studios
Produced and mixed by Ken Stringfellow
Mastered at RFICD Seattle by Rick Fisher
OH, LIBIA! VIDEOCLIPS:
LAST FRIDAY GIRL: http://www.youtube.com/watch?v=Pa9CbhQ_2Uc
OPEN GRAVES: http://www.youtube.com/watch?v=dJ-_GZdsE_U
CONTACT:
jap.f.records@gmail.com
ohlibiamusic@gmail.com
http://ohlibia.bandcamp.com