Post on 24-Jul-2015
CAPÍTULO IVLA SAGRADA COMUNIÓN
LAS DISPOSICIONES PARA RECIBIR LA SAGRADA COMUNIÓN
[80.] El acto penitencial de la misa tiene la finalidad de disponer a todos para que celebren adecuadamente los sagrados misterio. Este carece de la eficacia del sacramento de la Penitencia, y bajo ningún caso la sustituye.
[81.] Quien sea consciente de estar en pecado grave no
celebre la Misa ni comulgue sin acudir antes a la confesión. Por motivo grave, cuando no hay oportunidad de confesarse; se está obligado a hacer un acto de contrición perfecta, que incluye el propósito de confesarse cuanto antes.
[82.] El objetivo de las normas en la participación
frecuente y fructosa del Sacramento, y determinar las condiciones objetivas en las que ha de administrarse.
[83.] Lo ideal es que todos los que participan en la Misa y
estén en condiciones reciban la Comunión; es un abuso el admitir de manera indiscriminada a todos a la Mesa.
LAS DISPOSICIONES PARA RECIBIR LA SAGRADA COMUNIÓN
[84.] En celebraciones multitudinarias o de grandes urbes se debe cuidar que no se acerquen a comulgar no católicos y no cristianos, sin atender las normas que la Sede ha dado al respecto.
[85.] Se administra lícitamente sólo a católicos, a tenor
de los can. 844 § 2,3,4 y 861 § 2. [86.] Se debe insistir en participar de la reconciliación
fuera de la misa, para su mejor administración y utilidad. Los que comulgan con frecuencia, conviene que se confiesen del mismo modo según la disposición de cada cual.
[87.] Antes de la primera comunión se debe dar la
primera confesión; siempre ha de ser administrada por un sacerdote, y nunca fuera de la Misa. No se recomienda que se celebre en jueves santo. Se admiten los niños en uso de razón o suficientemente dispuestos, si un menos es lo suficiente maduro e instruido para recibirla no se le debe negar a causa de la edad.
LA DISTRIBUCIÓN DE LA SAGRADA COMUNIÓN
[88.] Habitualmente se comulga en Misa, después de la comunión del celebrante a quien corresponde distribuirla ayudado por otros (si hay necesidad). La Misa prosigue hasta después de haber terminado la comunión.
[89.] Es deseable que los fieles puedan recibirla con hostias
consagradas en la misma Misa. [90.] Se comulga de rodillas o de pie, según determine la
Conferencia Episcopal. Si es de pie, hágase la debida reverencia, las cuales deben estar establecidas en las normas.
[91.] Cualquier bautizado católico, a quien el derecho no se lo
prohíba, debe ser admitido a la sagrada Comunión. No es lícito negar la sagrada Comunión a un fiel, por ejemplo, sólo por el hecho de querer recibir la Eucaristía arrodillado o de pie.
[92.] Todo fiel tiene siempre derecho a elegir si desea recibir la sagrada Comunión en la boca o en la mano (en los lugares donde la Conferencia de Obispos lo haya permitido) y debe sumirla frente al ministro. Si existe peligro de profanación, no se distribuya a los fieles la Comunión en la mano.
LA DISTRIBUCIÓN DE LA SAGRADA COMUNIÓN
[93.] La bandeja para la Comunión de los fieles se debe mantener, para evitar el peligro de que caiga la hostia sagrada o algún fragmento.
[94.] No está permitido que los fieles tomen la
hostia consagrada ni el cáliz sagrado por sí mismos, ni mucho menos que se lo pasen entre sí de mano en mano.
[95.] Se puede comulgar dos veces el mismo día
quedando a salvo lo que prescribe el c. 921 § 2».
[96.] No se repartan hostias no consagras durante,
antes o después de la Misa. Donde se distribuya pan después de la misa, se catequice de tal modo que no haya equívocos, y nunca se reparta hostias.
LA COMUNIÓN DE LOS SACERDOTES
[97.] El celebrante comulga en el altar. Los concelebrantes han de hacerlo antes que la asamblea, nunca después que termine de comulgar ella.
[98.] Los concelebrantes comulgan
siempre con hostias consagradas en la misma Misa, y bajo las dos especies, y cuando el diácono les distribuye la comunión dice nada.
[99.] La Comunión bajo las dos especies
está siempre permitida «a los sacerdotes que no pueden celebrar o concelebrar en la acción sagrada».
LA COMUNIÓN BAJO LAS DOS ESPECIES
[100.] Los laicos pueden ser admitidos también a la comunión bajo las dos especies. Se debe catequizar para evitar todo error sobre la presencia real en las especies eucarísticas.
[101.] Un criterio importante evitar cualquier riesgo,
aún mínimo, de profanación. La Conferencia Episcopal debe publicar normas, aprobadas por la Sede a través de la Congregación pro Culto Divino.
[102.] No se administra la comunión con el cáliz cuando
por la cantidad de fieles es difícil calcular la cantidad exacta de vino a consagrar, corriendo el riesgo que sobre demasiada Sangre de Cristo. Tampoco cuando se dificulte el acceso ordenado al cáliz, o donde por la cantidad de vino necesario no se puede conocer su calidad y procedencia; tampoco cuando no haya suficientes ministros para administrarla; tampoco donde una parte importante del pueblo no quiera participar del cáliz.
LA COMUNIÓN BAJO LAS DOS ESPECIES
[103.] Se administra la comunión con la Sangre del Señor: bebiendo del cáliz, por intinción, pajilla o cucharilla. Cuando sea por intinción se deben utilizar hostias más gruesas que lo habitual. En este caso la comunión siempre se da en la boca.
[104.] El comulgante no puede hacer la intinción, ni
recibir comunión en la mano. Siempre se debe administrar por intinción con hostias válidas y consagradas.
[105.] En la celebración se pueden usar varios cálices,
siempre debe haber uno principal y otros más pequeños.
[106.] La Sangre del Señor no se debe echar de un cáliz
a otro. Sólo se pueden utilizar recipientes que cumplas con las normas establecidas.