Post on 05-Aug-2015
En el convento había como interna una monjita
muy ordinaria, terriblemente ordinaria...
Siempre que estaba conversando con
sus compañeras de cualquier cosa, decía malas
palabras o groserías de las más terribles.
Las demás monjitas estaban cansadas de ella y
de sus groserías. En una conversación que
tuvieron sin ella llegaron a la conclusión de que
cuando ella empezara con sus palabrotas, todas
se pararían de la mesa y la dejarían sola.
Se dió la ocasión que estaban conversando sobre
la guerra y sus consecuencias. Una de las
monjitas dijo: “Si yo pudiera, mandaría un camión
lleno de alimentos para toda esa pobre gente”.
Otra monjita dijo: “Si yo pudiera, mandaría un
camión lleno de medicinas para los enfermos y
heridos”.
Y dice la monjita ordinaria: “Si yo pudiera mandaría
un camión lleno de putas para los soldados”.
Acto seguido, al unísono se paran todas las monjas
tal como acordaron y se dirigieron a la puerta,... y la
monjita ordinaria les grita:
¡“Espérense cojudas,...todavía ni contrato el camión” !
“La risa es la mejor medicina para el cuerpo y para el alma.”
Hoy es sábado, 15 de abril de 2023
08:26:11 a.m.“El Mejor Día de tu Vida”
¡¡¡Disfrútalo!!!