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LA PINTURA ESPAÑOLA DEL RENACIMIENTO
DOMÉNIKOS THEOTOKÓPOULOS
(CRETA 1541 – TOLEDO, 1614)
EL GRECO
Creta dependía en aquella época de
Venecia. En 1560 el pintor se traslada a esta ciudad, atraído
por la fama de Tiziano y Tintoretto.
LA PINTURA MANIERISTA: CARACTERÍSTICAS GENERALES
• Arbitrariedad en el uso del color, prefiriéndose los colores fríos (verdes, azules, grises) y gustando de los contrastes fuertes y encendidos.
• Las proporciones se alteran a voluntad del pintor, a la búsqueda de nuevos valores expresivos.
• Las figuras se alargan y estilizan, adoptando siluetas filiformes, pero sin perder su humanidad, ahora más profunda por la expresión de los sentimientos. El canon anatómico se alarga por encima de 1/10.
• Priman las composiciones complejas, con figuras que adoptan posiciones serpentinas, y dislocadas, que potencian el desequilibrio y la inestabilidad. Gustan los escorzos de gran intensidad.
• Las figuras aparecen constreñidas por marcos estrechos, espacios cerrados y agobiantes, que acentúan la sensación de angustia.
• Se prefieren los fondos negros que permiten resaltar las figuras, valorando los efectos lumínicos, como un claro anticipo del tenebrismo barroco.
La dormición de la Virgen
antes de 1567Témpera y oro sobre madera,
61,4 x 45 cmCatedral de la Dormición de la Virgen, Ermoupolis, Syros
EL GRECO, Un pintor de formación bizantina
(hasta 1567)La tradición del ICONO RELIGIOSO marca su
formación inicial, caracterizada por la rigidez
propia de la plástica bizantina, el carácter
abstracto de las formas, que no han sido tomadas del
natural y el cromatismo sin intervención de la luz.
Bautismo de Cristo1568
Témpera sobre madera, 24 x 18 cm
Galleria Estense, Módena
Se traslada a Venecia, donde aprenderá el “color” de los
maestros venecianos (1567-1570). Tiziano, Veronés
y Tintoretto influyen en la utilización de un cromatismo
cálido, mórbido y encendido. El gusto por los escorzos atrevidos, las grandes
composiciones divididas en estancias, los choques brutales de color y el
nerviosismo ondulante del dibujo, aprendido, sobre todo, del Tintoretto, se incorporan a
su estilo.
La purificación del templo
1571-76Óleo sobre
lienzo 117 x 150
cm Institute of Arts,
Minneapolis(EEUU)
La estancia en Roma (1570-1575), le permite conocer la obra de Rafael y de Miguel Ángel, aproximándolo al poderoso estudio de la anatomía humana y a la
terribilitá miguelangelesca.
La purificación del templo (el mismo tema 25 años después) c. 1600 - Óleo sobre lienzo 106 x 130 cm - National Gallery, Londres
El Expolio1577-79
Óleo sobre lienzo, 285 x 173 cm
Sacristía de la Catedral de Toledo
La falta de oportunidades que Italia le ofrecía, indujo al Greco a instalarse en
España, con la intención de trabajar en Madrid al servicio de la Corte.
Habían pasado diez años desde su salida de Creta y
el pintor ya se había formado en la estética
manierista.
La túnica de Jesús, roja como la sangre, es el símbolo del calvario de Cristo, al que va
descendiendo acompañado por la multitud que lo insulta y
escarnece. A la izquierda las tres Marías, con la Virgen en el centro. A la derecha el personaje de verde está a punto de arrebatarle la túnica a Cristo, de ahí lo de El
Expolio. Cristo, en el centro de una composición de forma
romboidal, con el rostro vuelto al cielo. El rojo del sayón
destaca poderosamente sobre la multitud de figuras, en un
espacio agobiante y desequilibrado, fuertemente
expresivo y dramático .
La Trinidad(Procede del altar mayor de la iglesia de
Santo Domingo el Bueno, de Toledo; remataba el ático del retablo y fue el
encargo que le trajo a Toledo)1577
Óleo sobre lienzo, 300 x 179 cmMuseo del Prado, Madrid
La obra muestra una clara influencia de las formas miguelangelescas
(recuérdese la Piedad Rondanini) y del cromatismo veneciano. La
posición serpentinata de Cristo es un claro rasgo manierista, en un
conjunto donde predominan las líneas quebradas, en zigzag, así como la
sensación de Horror Vacui, que será ya una de sus señas de identidad.
Los colores ácidos e incandescentes impregnan la mística atmósfera de
esta obra.
El martirio de San Mauricio y la legión
Tebana1580-81
Óleo sobre lienzo, 448 x 301 cm
Monasterio de San Lorenzo, El Escorial
Pintada para el rey Felipe II, con la
intención de establecerse en
Madrid como pintor de la Corte, no gustó al
monarca, por lo que el pintor se trasladará a Toledo, donde fijará su taller y residencia hasta su muerte en
1614.
En la obra se narra el martirio de un general romano que se negó, juntocon toda su legión, a participar en la adoración de los dioses paganos.Los elementos claves de la composición:• Los oficiales del primer término.• La legión en un plano intermedio dispuesta para ser decapitada.• El ámbito celestial o mundo del más allá, donde se sitúan los ángeles con las palmas del martirio en agitados escorzos.Atentos al tratamiento estilizado de las figuras y a la serenidad de los rostros y actitudes, expresión de la espiritualidad visionaria y mística del pintor y del momento representado.La gama de colores fríos y el tratamiento del Tema no fue apreciado por el rey, lo que le Impedirá convertirse en pintor de la corte.
Retrato de hombre con la mano en el pecho
1583-85Óleo sobre lienzo, 81 x 66 cm
Museo del Prado, Madrid
El caballero pertenece a la Orden de Santiago y se llama
Juan de Silva, Marqués de Montemayor.
Sus retratos reflejan la austeridad y sobriedad de la
España de la Contrarreforma, imbuidos de una profunda
espiritualidad y severidad cromática. Son de gran
realismo y profundidad psicológica. La luz se
concentra en dos puntos: el rostro y la mano, subrayando la
intensidad religiosidad del personaje
Retrato de Caballero1580-85
Óleo sobre lienzo, 66 x 55 cmMuseo del Prado, Madrid
Sobre un fondo negro se destaca el rostro, que nos mira de manera intensa y expresiva. Sobre el cuello la golilla blanca, típica de la moda de la época, y la vestimenta negra, típica de la nobleza española, que cubre
la figura de medio cuerpo.
Retrato del Doctor Rodrigo de la Fuente
(El Médico)1588-89
Óleo sobre lienzo, 93 x 84 cm
Museo del Prado, Madrid
Sus retratos nos muestran a hombres severos, de aspecto huesudo y fibroso, encarnaciones de la
nobleza castellana, de rostros pálidos y
mórbidos. Son figuras estáticas y rígidas, casi
hieráticas.
Fray Hortensio Félix Paravicino
c. 1609 Óleo sobre lienzo,
112 x 86 cmMuseum of Fine Arts,
Boston(EEUU)
"Creta le dio la vida y los pinceles, / Toledo mejor patria, donde
empieza / a lograr con la muerte
eternidades“ (versos dedicados al pintor,
escritos por este fraile)
Retrato de Cardenalc. 1600
Óleo sobre lienzo, 171 x 108 cm
Metropolitan Museum of Art, New York
La calidad cromática de su paleta luce, con gran esplendor,
en la púrpura espejeada del cardenal. El dibujo va
desapareciendo para dar paso al color, en grandes
pinceladas cada vez más sueltas.
El entierro del Conde de Orgaz
1586-88 Óleo sobre lienzo,
480 x 360 cmSanto Tomé, Toledo
Esta obra constituye, sin duda alguna, la obra maestra del
retrato. El entierro del Conde de Orgaz se convierte en una excusa para retratar a los personajes más
importantes del Toledo de la época. Contiene, además, todos
los elementos propios de su estilo: el nivel terrenal y celestial,
el cromatismo encendido y contrastado, el agobio y la
confusión espacial, las figuras alargadas y la intensa
espiritualidad.
En el nivel terrenal, de composición horizontal, los santos Esteban y Agustín entierranal conde, mientras que todos los hombres importantes de Toledo contemplan la escena.
El conde está representado mediante un profundo escorzo y vestido con armadura.
En el nivel celestial aguardan para recoger el alma del conde, transportada por el ángel,Cristo, San Juan, la Virgen María, Noé, Moisés, San Pedro y los Apóstoles.
El hijo de El Greco, Jorge Manuel,
nos señala el centrode la escena, retratado con la misma severidad
que los adultos que asistenal entierro.
Obsérvense los expresivos rostros de arrobo espiritual de muchos de los caballeros
retratados, la piel cerúlea de la cara y la extraordinaria calidad del detalle en la casullade San Agustín
Cristo cargando la cruz1580
Óleo sobre lienzo, 105 x 79 cm
Metropolitan Museum of Art, New York
Las obras de carácter religioso son, junto a los
retratos, las más abundantes de su
producción pictórica. La clientela estaba formada,
por lo general,por clérigos, aristócratas o burgueses, deseosos de
decorar sus capillas e iglesias.
La Sagrada Familiac. 1585
Óleo sobre lienzo, 106 x 87,5 cm
The Hispanic Society of America, New York
La Sagrada Familia con María Magdalena1595-1600
Óleo sobre lienzo, 132 x 100 cm
Museum of Art, Cleveland(EEUU)
La adoración de los pastores
1596-1600Óleo sobre lienzo,
11 x 47 cmGalleria Nazionale d'Arte
Antica, Roma
La Anunciación1597-1600
Óleo sobre lienzo, 114 x 67 cm
Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid
La forma vertical del lienzo viene
dada por la disposición de la composición en dos niveles (el
terrenal y el celestial), que
suelen engarzarse mediante la figura de algún ángel o,
como en este caso, de Espíritu Santo.
La Virgen de la Inmaculada Concepción
1608-13 Óleo sobre lienzo, 348
x 174,5 cmMuseo de Santa Cruz,
Toledo
La adoración de los pastoresc. 1614
Óleo sobre lienzo, 319 x 180 cm
Museo del Prado, Madrid
Los efectos lumínicos anticipan ya algunas de
las claves del tenebrismo barroco. El juego de luces y contraluces,
además de las múltiples perspectivas en un
mismo cuadro, aumenta la espiritualidad de la
escena.
San Martín y el mendigo1597-99
Óleo sobre lienzo, 193 x 103 cm
National Gallery of Art, Washington
(EEUU)
Pintura del altar de la Capilla de San
José, Toledo (1597-99).
Las pinturas de santos y mártires ocupan una parte importante de su
producción.
El apóstol San Andrés1610-14
Óleo sobre lienzo, 97 x 77 cm
Museo de El Greco, Toledo
Apostolados: de la Serie de Cristo y los Apóstoles (1610-14)
Una vista de Toledo1597-99
Óleo sobre lienzo, 121,3 x 108,6 cm
Metropolitan Museum of Art, New York
Los paisajes que pinta de Toledo nos remiten a un mundo
onírico de atmósferas
angustiadas y agobiantes, que serán muy valorados por
los pintores simbolistas del s.
XIX.
-Óleo sobre lienzo, 142 x 193 cm - National Gallery of Art, Washington (EEUU). Sobre el fondo paisajístico de Toledo se narra el episodio del sacerdote troyano Laoconte, con la aparición onírica del caballo de Troya transmutado en un caballo real que cabalga hacia la ciudad de
Toledo, oscurecida por un cielo plomizo de tormenta. Los desnudos filiformes, el frío cromatismo, el dinamismo compositivo de la escena y la lividez de los cuerpos subrayan la
desazón y el drama del momento.
Laoconte1610
La apertura del quinto sello:
la visión de San Juan de la resurrección de
los muertos1608-14
Óleo sobre lienzo, 222,3 x 193 cm
Metropolitan Museum of Art, New York.
La extraña modernidad de esta pintura, una de sus
últimas obras, sitúan al pintor en la línea de
los grandes e inclasificables genios
de la pintura.