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Sociedad Teosófica en Chile
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FOLLETO TEOSOFICOFECHA:III / 2013
LA SOCIEDAD TEOSÓFICA existe para ofrecer las enseñanzas de la
Sabiduría Tradicional conocida como Teosofía. Fundada en 1875, es una
Organización Internacional, no sectaria, sin dogmas ni creencias
obligatorias. La Sociedad Teosófica está abierta a todos aquellos que
simpaticen con sus tres objetivos que son:
DIRECCIÓN: Grajales 1761, Stgo. Centro
Línea 1 del Metro, Estación Los HéroesLínea 2 del Metro, Estación Toesca
CELULAR: (09) 94783083
BLOG: sociedadteosoficachile.blogspot.comFacebook: Sociedad Teosofica en Chile
Twitter: teosofia2012E-mail: teosofiachile@hotmail.com
CONTENIDO
“¿CÓMO DEBERÍAMOS VIVIR? ”Radha Burnier, Revista Sophia
EL FARO DE LO DESCONOCIDOH.P. Blavatsky. (CW) (extracto)
EXTRACTOS SOBRE KARMA , DOCTRINA SECRETA , VOLUMEN IIH. P. Blavatsky
“EL CONOCIMIENTO DE UNO MISMO (Extracto del libro: El Lector Pingüino), Cap. IIIJ. Krishnamurti
LA PAZ DE LA MENTE, EL ÚNICO REMEDIO DEFINITIVOSamdhong Rinpoche
“LA BASE TEOSÓFICA DEL SERVICIOM. Kannan, Revista El Teósofo en español
AUTO-TRANSFORMACIÓNBeverley Champion, Revista El Teósofo en español
LO SAGRADO EN NUESTRAS VIDASPablo Sender
“REFLEXIONES, PENSAMIENTOS , POEMAS Y MAS…….
“MEDITACIONES” (Extracto Libro: “Meditaciones·”), J. Krishnamurti
¿CÓMO DEBERÍAMOS VIVIR?
Radha Burnier
Hay que pensar sobre esta pregunta en profundidad. Observad atentamente cómo actúa la mente, ved
cómo se mueven las corrientes, vigilad de qué forma condicionan nuestras acciones en la vida diaria,
cómo afectan nuestra percepción del mundo de nuestro entorno.
¿De qué forma miramos a los demás? ¿Cuál es nuestra relación con ellos? ¿Cómo reaccionamos a lo
que nos ocurre? ¿Lo valoramos todo según nuestros deseos, buscando solamente los objetos que
contribuyen a nuestro placer y rechazando vehementemente los que nos parecen obstáculos?
¿Emitimos juicios, mantenemos prejuicios, atribuimos valores?
Sin una buena reflexión sobre la forma que tenemos de llevar nuestra vida, sin observar honestamente y
objetivamente el modo de funcionar de nuestra mente, sin comprender la relación que hay entre nuestra
vida interior y el mundo exterior, no tendremos ni el más mínimo vislumbre de iluminación. Nuestra
preparación, pues, tiene que empezar aquí, con vichara, que significa pensamiento profundo, ser capaz
de ver todas las implicaciones. No basta con que aceptemos la posibilidad de tener uno o dos deseos y
después dejemos tranquilamente el tema de lado.
Si existe una cierta actitud dentro de la mente, hemos de examinar todas sus implicaciones. ¿Afectarán
a lo que veo? ¿Afectarán a mis relaciones? Y cuánto más atentamente observamos y pensamos, más es
capaz la mente de ver. Y cuando veamos que hemos estado viviendo en este tipo de oscuridad,
empezará a salir la luz. No tiene, pues, que existir ninguna sensación de logro ni de adquisición, ni
tampoco el apego resultante de las cuitas que hemos mencionado, sino una renunciación interna total.
No se trata de regalar vuestras posesiones, porque físicamente podéis darlo todo pero en la mente
persistirá el mismo proceso.
Ni tampoco se consigue mediante un acto de la voluntad; sólo se produce cuando se observa y se
comprende todo lo que está pasando, de la manera que hemos dicho. Todos estamos familiarizados con
listas de los estados internos que hay que cultivar o evitar. En Yoga se habla de Yama y Niyama, o el no
dañar y carecer de auto complacencia.
Después, la enseñanza habla de aparigraha o “no aferrarse”.
Sin esto no podemos empezar a meditar, ya que mientras quede alguna sensación de “adquisición”,
habrá perturbaciones. Hemos de ir más allá y ver qué es realmente esta ambición de la mente.
Supongamos que experimentamos algo hermoso que nos hace felices.
Es natural sentir felicidad ante la belleza. Pero ver y disfrutar de esa manera no pone punto final al
tema.
La mente dice: “Ésa fue MI experiencia. Éste fue MI disfrute”. Y entonces almacena su recuerdo. Y
ahora puede decir “Ése es MI recuerdo” y de vez en cuando lo rememora. Es, entonces, muy poco lo
que puede llamarse simple experiencia porque la mente lo coge y lo etiqueta. Añade la palabra “mi”
a todo. La palabra “renunciación” no es un término popular, puesto que es opuesta a la norma
aceptada en la civilización moderna.
Porque renunciación significa no aferrarse a nada, ni a una persona ni a las cosas o ideas. Cuando
se llega a esta etapa, la mente está tranquila y en calma. Sin tener la mente en calma, no se puede
penetrar en las profundidades de la vida. El Yoga se ha definido como el cese de las modificaciones
de la mente. Las modificaciones de la mente incluyen todas las cosas de las que hemos hablado y
más. Y cuando estas modificaciones o fluctuaciones de la mente terminan, queda el silencio. Esto es
lo que han dicho todas las personas que hablan de la meditación seriamente. A los pies del Maestro
habla de viveka, el discernimiento, y de vairagya, el desapego.
El Yoga habla de lo mismo. Sin comprender esta cuestión de “la sed” y “el apego” mediante una clara
observación (viveka), no puede existir esa paz de la mente definida por los términos de sama, dama
etc. Sin una base de auto observación y un mínimo de orden no es posible empezar a meditar
seriamente ni profundizar en la naturaleza de las cosas, percibiendo no sólo las formas externas, sus
cualidades y características con las que estamos familiarizados, sino también ser capaces de captar
el profundo significado y propósito de la existencia. Cuando la mente está vacía puede recibir la
verdad y obtener el mayor beneficio de ella.
PAZ
¿CÓMO DEBERÍAMOS VIVIR?
Radha Burnier
EL FARO DE LO DESCONOCIDO
H.P. Blavatsky. (CW) (extracto)
Hay Teosofía y Teosofía: la verdadera Teosofía del Teósofo y la Teosofía de un
Miembro de la Sociedad Teosófica.
¿Qué sabe el mundo de la verdadera Teosofía? ¿Cómo puede distinguirla entre la de
un Plotino y la de los hermanos falsos?
La Sociedad Teosófica posee más de la parte que le corresponde de estos últimos. El
egoísmo, la vanidad y la presunción de la mayoría de los mortales es increíble. Hay
algunos, para los cuales, su pequeña personalidad constituye el universo entero, más
allá de la cual no hay salvación. Trata de sugerir a uno de ellos que el alfa y la omega
de la sabiduría no se limitan a la circunferencia de su cerebro y que su juicio no podrá
considerarse salomónico; y, directamente, te acusará de tener una actitud anti-
teosófica. Has blasfemado contra el espíritu, pecado imperdonable en este siglo o en
el próximo.
Estas personas dicen: “yo soy la Teosofía”; así como Luis XIV dijo: “yo soy el Estado.”
Hablan de hermandad y de altruismo; mientras en realidad se interesan sólo en sí
mismos, en su pequeño “yo,” y no les importa el de nadie más. Su egoísmo los induce
a imaginar que son ellos los únicos representantes del templo de la Teosofía y que, al
proclamarse al mundo, están proclamando la Teosofía.
¡Ay! Las puertas y las ventanas de este “templo” son como unos canales a lo largo de
los cuales entran y raramente salen, los vicios y las ilusiones de las mediocridades e-
goístas. Estas personas son las hormigas blancas de la Sociedad Teosófica, las
cuales carcomen sus cimientos y constituyen una perpetua amenaza.
Es posible respirar libremente sólo cuando la dejan. Estas son las personas que
jamás podrán dar una idea correcta de la Teosofía práctica y, aun menos, de la
Teosofía trascendental, que ocupa las mentes de un pequeño grupo de elegidos.
Quienes quieren tener éxito en la teosofía, tanto abstracta como práctica, deben tener
presente que la desunión es la primera condición para el fracaso.
Que una decena de teósofos determinados se unan en grupos; que trabajen juntos, cada uno
siguiendo lo que le interesa, si así prefiere, en esta o aquella rama de la ciencia universal;
mas que cada uno se sienta en simpatía con su prójimo. Esto repercutiría positivamente aun
entre los miembros que no se interesan en las búsquedas filosóficas.
Si un grupo de este tipo, es escogido siguiendo las reglas esotéricas, se formara sólo entre
místicos, dedicándose a la búsqueda de la verdad y ayudándose compartiendo sus ideas
sobre el asunto, afirmamos que este grupo adelantaría más en la ciencia sagrada en un año
que una persona sola en diez. Lo necesario en teosofía es la emulación y no la rivalidad; de
otro modo, quien se ufana de ser el primero, llegará al último.
En la verdadera teosofía es siempre el más pequeño el que llega a ser el más grande. Sin
embargo, la Sociedad Teosófica cuenta con más discípulos victoriosos de lo que
generalmente se cree. Estos se mantienen en el anonimato y trabajan, en lugar de sacarse a
relucir. Son los teósofos más industriosos y más devotos.
Cuando publican un artículo olvidan su nombre, ya que recuerdan sólo su seudónimo. Hay
algunos que conocen el idioma de los Misterios perfectamente, capaces de leer, como un libro
abierto, alguna obra o manuscrito antiguo e indescifrable para nuestros eruditos, proclives a
considerarlo, también, un conjunto de errores contra la ciencia moderna.
Estos pocos hombres y mujeres devotos son las columnas de nuestro templo; los únicos que
paralizan el trabajo incesante de nuestras “hormigas blancas” teosóficas.
PAZ
EL FARO DE LO DESCONOCIDO
H.P. Blavatsky. (CW) (extracto)
Aquellos que creen en Karma tienen que creer en el Destino que cada hombre, desde el nacimiento
a la muerte, teje hilo por hilo alrededor de sí mismo, como una araña su tela; y este Destino es
guiado bien sea por la voz celeste del invisible Prototipo exterior a nosotros, o bien por nuestro más
íntimo astral, u hombre interno, que demasiado a menudo es el genio del mal de la entidad
encarnada llamada hombre.
Ambos guían al hombre externo, pero uno de los dos tiene que prevalecer; y desde el principio
mismo de la invisible querella, la inflexible e implacable Ley de Compensación interviene y sigue su
curso, acompañando fielmente a las fluctuaciones de la lucha. Cuando está tejido el último hilo, y el
hombre está aparentemente envuelto en la malla que él ha hecho, se encuentra por completo bajo el
imperio de este Destino por él mismo formado.
Éste, entonces, o bien lo fija a manera de concha inerte contra la inmóvil roca, o lo lleva como una
pluma en un torbellino levantado por sus propias acciones, y esto es – KARMA.
El Gran Ciclo abarca el progreso de la Humanidad desde la aparición del hombre primordial de
forma etérea. Él circula a través de los Ciclos internos de la evolución progresiva del hombre, desde
la etérea descendiendo a la semietérea y puramente física; baja a la redención del hombre de su
“vestido de piel” y materia, después de lo cual continúa su curso hacia abajo y luego de nuevo hacia
arriba, para recogerse en la culminación de una Ronda, cuando la Serpiente Manvantárica se “traga
su cola”, y han pasado siete Ciclos Menores.
son los Grandes Ciclos de Raza que afectan por igual a todas las naciones y tribus incluidas en
aquella Raza especial; pero dentro de éstos hay Ciclos menores de naciones, así como de tribus,
que recorren su curso independientemente los unos de los otros. Ellos son llamados en el
Esoterismo Oriental, los Ciclos Kármicos.
Desde que la Sabiduría Pagana fue repudiada por proceder y haber sido desarrollada por los
Poderes Tenebrosos que se suponía se hallaban en constante guerra contra la pequeña tribu de
Jehovah, toda la plena y solemne significación de la Némesis griega o Karma, ha sido
completamente olvidada en el Occidente. De no ser así, los cristianos habrían reconocido mejor la
profunda verdad de que Némesis no tiene atributos; que a la par que la temida Diosa es absoluta e
EXTRACTOS SOBRE KARMA , DOCTRINA SECRETA , VOLUMEN II
H. P. Blavatsky
inmutable como Principio, somos nosotros –las naciones e individuos– los que la ponemos en acción y la
impulsamos en su dirección. Karma–Némesis es el creador de las naciones y de los mortales; pero una vez
creados, son ellos los que la convierten en una Furia o en un Ángel que recompensa.
Sí; Sabios son los que rinden culto a Némesis(estaría mejor decir: “Los que temen a Karma–Némesis”.), como
dice el coro a Prometeo. E igualmente imprudentes aquellos que creen que pueden hacer a la Diosa propicia
por medio de cualesquiera sacrificios y oraciones, o hacer que su rueda se aparte del sendero que ha tomado.
“Las triformes Parcas y las siempre atentas Furias” son sus atributos sólo en la Tierra, y engendrados por
nosotros mismos.
No hay vuelta posible de los senderos trillados por sus ciclos; aunque esos senderos son de nuestra propia
confección, pues somos nosotros, colectiva o individualmente, los que los preparamos. Karma–Némesis es el
sinónimo de Providencia, menos el motivo, la bondad y todos los demás atributos y calificaciones finitas,
atribuidas tan poco filosóficamente a la última. Un ocultista o un filósofo no hablará de la bondad o crueldad de
la Providencia; sino que, identificándola con Karma–Némesis, enseñará sin embargo que guarda a los buenos
y vela sobre ellos en esta vida así como en las futuras; y que castiga al malvado –siempre, hasta su séptimo
renacimiento– por tanto tiempo, en efecto, como tarde en desaparecer el efecto causado por la perturbación
aun del más diminuto átomo en el Mundo Infinito de la Armonía.
Porque el único decreto de Karma –decreto eterno e inmutable– es la Armonía absoluta en el mundo de la
Materia como lo es en el Mundo del Espíritu. No es, por tanto, Karma lo que recompensa o castiga, sino que
somos nosotros los que nos recompensamos o castigamos, según trabajemos con, por y según las vías de la
Naturaleza, ateniéndonos a las leyes de que depende esta armonía, o las infrinjamos. Tampoco serían los
procesos de Karma inescrutables si los hombres trabajasen en unión y en armonía, en lugar de la desunión y
la lucha.
Porque nuestra ignorancia de estos procesos –que una parte de la Humanidad llama los caminos tenebrosos
e intrincados de la Providencia, mientras otra ve en ellos la acción de un ciego fatalismo, y una tercera
la simple casualidad, sin Dioses ni Demonios que la guíen– desaparecería seguramente si la atribuyésemos
EXTRACTOS SOBRE KARMA , DOCTRINA SECRETA , VOLUMEN II
H. P. Blavatsky
por completo a su causa exacta. Con conocimiento real, o por lo menos con una convicción firme de
que nuestros prójimos no se esforzarían en hacernos daño, más de lo que nosotros pensásemos en
hacérselo, las dos terceras partes del mal que hay en el mundo se desvanecerían.
Si ningún hombre perjudicara a su hermano, Karma–Némesis no tendría motivo ni armas para obrar.
La presencia constante entre nosotros de todo elemento de lucha y oposición, y la división de razas,
naciones, tribus, sociedades e individuos en Caínes y Abeles, lobos y corderos, es la causa principal
de los “procesos de la Providencia”.
Con nuestras propias manos trazamos diariamente las numerosas tortuosidades de nuestros
destinos, a la par que creemos seguir la línea recta en el camino real de la respetabilidad y del
deber, y luego nos quejamos porque tales tortuosidades son tan oscuras e intrincadas. Nos
desconcertamos ante el misterio por nosotros mismos elaborado, y los enigmas de la vida que no
queremos resolver, y luego acusamos a la gran Esfinge de devorarnos.
Pero a la verdad, no hay un incidente en nuestras vidas, ni un día infortunado, ni una desgracia,
cuya causa no pueda ser encontrada en nuestras propias obras en esta o en otra vida. Si uno
quebranta las leyes de la armonía, o como, lo ha expresado un escritor teosófico, “las leyes de la
vida”, debe estar preparado para caer en el caos que uno mismo ha producido.
Porque, según dice el mismo escritor …”La única conclusión a la que podemos llegar es que estas
leyes de la vida son sus propias vengadoras; y por consiguiente que todo ángel vengador es sólo la
representación simbólica de su reacción”. Por lo tanto, si alguien hay desvalido ante estas leyes
inmutables, no somos nosotros los artífices de nuestros destinos, sino más bien esos Ángeles,
guardianes de la Armonía. Karma–Nérnesis no es otra cosa que el efecto espiritual dinámico de
causas producidas y de fuerzas puestas en actividad por nuestras propias acciones.
Es una ley de la dinámica oculta que “una cantidad dada de energía desarrollada en el plano
espiritual o en el astral produce resultados mucho más grandes que la misma cantidad desarrollada
en el plano físico objetivo de existencia”.
EXTRACTOS SOBRE KARMA , DOCTRINA SECRETA , VOLUMEN II
H. P. Blavatsky
Este estado de cosas durará hasta que las intuiciones espirituales del hombre estén
completamente despiertas, y esto no tendrá lugar hasta que no desechemos del todo
nuestros groseros vestidos de materia; hasta que principiemos a actuar desde adentro,
en lugar de seguir siempre los impulsos de afuera, impulsos producidos por nuestros
sentidos físicos y por nuestro cuerpo egoísta y grosero.
Hasta entonces los únicos paliativos para los males de la vida, son la unión y la armonía,
una Fraternidad in actu, y el Altruismo no únicamente de nombre. La supresión de una
sola causa mala suprimirá no uno, sino muchos malos efectos.
Y si una Fraternidad, o aun varias Fraternidades, no pueden impedir que las naciones se
degüellen mutuamente en ocasiones, sin embargo la unidad de pensamiento y de
acción, y las investigaciones filosóficas en los misterios del ser, siempre impedirán a
algunas personas, que tratan de comprender lo que para ellas ha sido hasta entonces un
enigma, el crear causas adicionales de desdicha en un mundo tan lleno ya de mal y de
dolor.
El conocimiento de Karma da la convicción de que si …la virtud en la miseria y el vicio
triunfante Hacen a la Humanidad atea ( Dryden), es solamente porque la Humanidad ha
cerrado siempre los ojos a la gran verdad de que el hombre es por sí su propio salvador
y su propio destructor. No es preciso acusar al Cielo y a los Dioses, al Destino y a la
Providencia de la injusticia aparente que reina en la Humanidad
PAZ
EXTRACTOS SOBRE KARMA , DOCTRINA SECRETA , VOLUMEN II
H. P. Blavatsky
Los problemas del mundo son tan colosales, tan complejos, que para comprenderlos y resolverlos
hay que abordarlos de un modo muy sencillo y directo; y la sencillez y visión directa no dependen de
las circunstancias exteriores ni de nuestros prejuicios y estados de ánimo individuales.
Como ya lo he señalado, la solución no ha de encontrarse mediante conferencias o proyectos, ni
substituyendo a los viejos dirigentes por otros nuevos, y lo demás.
Es evidente que la solución está en el creador del problema, en el creador de la maldad, del odio y
de la enorme falta de comprensión que existe entre los seres humanos. El causante de estos daños,
el creador de estos problemas, es el individuo, ustedes y yo, no el mundo, como creemos.
El mundo es la relación con el otro. El mundo no es algo que existe aparte de ustedes y de mí; el
mundo, la sociedad, es la relación que establecemos o procuramos establecer entre unos y otros.
De suerte que ustedes y yo somos el problema, no el mundo; porque el mundo es la proyección de
nosotros mismos, y para comprender al mundo tenemos que comprendernos a nosotros mismos.
El mundo no está separado de nosotros; somos el mundo, y nuestros problemas son los problemas
del mundo.
Esto no puede repetirse con demasiada frecuencia, porque somos de mentalidad tan indolente que
no creemos de nuestra incumbencia los problemas del mundo; creemos que deben ser resueltos por
las Naciones Unidas o reemplazando los viejos dirigentes por otros nuevos.
Es una mentalidad bien torpe la que piensa de ese modo; porque nosotros somos responsables de
la horrible miseria y confusión que hay en el mundo, de la guerra que nos amenaza.
Para transformar el mundo debemos empezar por nosotros mismos; y lo importante al empezar por
nosotros es la intención. La intención tiene que consistir en comprendernos a nosotros mismos, y en
no dejar para otros el transformarse o producir un cambio modificado mediante la revolución, de
izquierda o de derecha.
CAPÍTULO III: EL CONOCIMIENTO DE UNO MISMO
J. Krishnamurti (Extracto del libro: “El Lector Pingüino”)
Es, pues, importante comprender que esta es nuestra responsabilidad, la de ustedes y la mía;
porque, por pequeño que sea el mundo en que vivimos, si podemos transformarnos, si podemos
hacer surgir un punto de vista radicalmente diferente en nuestra existencia diaria, entonces, tal
vez, afectaremos al mundo en general, las extensas relaciones de unos con otros.
Como lo he dicho, pues, vamos a tratar de descubrir el proceso de la comprensión de nosotros
mismos, que no es un proceso de aislamiento. No es el retiro del mundo, porque aislados no
podemos vivir. Ser es estar relacionado, y el vivir en el aislamiento es cosa inexistente. Es la falta
de verdadera convivencia lo que causa conflictos, miseria y lucha; y por pequeño que sea
nuestro mundo, si podemos transformar nuestras relaciones dentro de ese pequeño mundo, ello
será como una onda que se extiende constantemente hacia afuera.
Creo que es importante ver eso, o sea que el mundo es nuestra interrelación, por estrecha que
sea; y si ahí podernos producir una transformación -no superficial sino radical-, entonces
empezaremos activamente a transformar el mundo. La verdadera revolución no es conforme a
una norma determinada, de izquierda o de derecha, sino una revolución de valores, una
revolución que lleva de los valores sensorios a los que no son sensorios ni creados por
influencias ambientales. Para encontrar esos verdaderos valores que traerán una revolución
radical, una transformación o regeneración, es esencial que uno se comprenda a sí mismo.
El conocimiento de uno mismo es el principio de la sabiduría, y por lo tanto el comienzo de la
transformación o regeneración.
Para comprenderse uno mismo, tiene que existir la intención de comprender; y ahí es donde se
presenta nuestra dificultad. Porque, si bien la mayoría de nosotros estamos descontentos,
deseamos producir un cambio súbito, y nuestro descontento se canaliza hasta el mero logro de
cierto resultado; estando descontentos, o buscamos otro empleo o simplemente sucumbimos
ante el medio ambiente.
CAPÍTULO III: EL CONOCIMIENTO DE UNO MISMO
J. Krishnamurti (Extracto del libro: “El Lector Pingüino”)
De suerte que el descontento, en vez de encendernos, de inducirnos a poner en tela de juicio la vida
y todo el proceso de la existencia, se ve canalizado, con lo cual nos volvemos mediocres y
perdemos la energía y el empuje necesarios para descubrir todo el significado de la existencia. Por
consiguiente, es importante descubrir esas cosas por nosotros mismos, pues el conocimiento de
uno mismo no puede dárnoslo nadie ni habrá de hallarse en libro alguno.
Tenemos que descubrir, y para descubrir tiene que haber intención, búsqueda, investigación.
Mientras esa intención de descubrir, de inquirir hondamente, sea débil o no exista, la mera aserción,
o un deseo casual de investigar acerca de uno mismo, tiene muy escasa significación. La
transformación del mundo se efectúa, pues, por la transformación de uno mismo; porque el “yo” es
producto y parte del proceso total de la existencia humana.
Para transformarse, el conocimiento de uno mismo es esencial; porque sin conocer lo que somos,
no hay base para el verdadero pensar, y sin conocerse a ustedes mismos no puede haber
transformación. Uno debe conocerse tal cual es, no tal como desea ser, lo cual es un mero ideal y
por lo tanto ficticio, irreal; y sólo lo que es puede ser transformado, no aquello que deseen ser.
El conocerse uno mismo como uno es, requiere extraordinaria vigilancia de la mente; porque lo que
es sufre constante transformación, cambio, y, para seguirlo velozmente, la mente no debe estar
atada a ningún dogma ni creencia en particular, a ninguna norma de acción. Si quieren seguir algo,
de nada sirve estar atado.
Para conocerse a ustedes mismos, tiene que existir la vigilancia, la actitud alerta de la mente, en la
que se está libre de toda creencia, de toda idealización, porque las creencias e ideales no hacen
más que darles un color, pervirtiendo la verdadera percepción. Si quieren saber lo que son, no
pueden imaginar o creer en algo que no son. Si soy codicioso, envidioso violento, el mero hecho de
tener un ideal de “no violencia” de “no codicia”, es de escaso valor.
Pero el saber que uno es codicioso o violento, el saberlo y comprenderlo, requiere extraordinaria
percepción, ¿no es así?. Exige honestidad, claridad de pensamiento.
CAPÍTULO III: EL CONOCIMIENTO DE UNO MISMO
J. Krishnamurti (Extracto del libro: “El Lector Pingüino”)
Mientras que perseguir un ideal alejado de lo que es, resulta una escapatoria, les impide descubrir
y obrar directamente sobre lo que son. De suerte que la comprensión de lo que son: feos o
hermosos, perversos, dañinos o lo que fuere; el comprender sin deformación lo que son, es el
comienzo de la virtud.
La virtud es esencial porque ella brinda libertad. Sólo en la virtud pueden descubrir, pueden vivir,
no en el cultivo de la virtud, que sólo trae respetabilidad, no comprensión ni libertad. Hay una
diferencia entre ser virtuoso y hacerse virtuoso. El ser virtuoso proviene de la comprensión de lo
que son, mientras el hacerse virtuoso es aplazamiento, encubrimiento de lo que es con lo que
desean ser. Al hacerse virtuosos, evitamos obrar directamente sobre lo que somos.
Este proceso de eludir lo que es mediante el cultivo del ideal, es considerado virtuoso; pero si lo
observan de cerca y directamente, verán que no es nada de eso. Consiste simplemente en dejar
para después el enfrentarse con lo que es. La virtud no es llegar a ser lo que uno no es; la virtud
es la comprensión de lo que es y por lo tanto el estar libre de lo que es.
Y la virtud resulta indispensable en una sociedad que se desintegra rápidamente. Para crear un
mundo nuevo una nueva estructura alejada de la antigua, tiene que haber libertad para descubrir;
y para ser libre tiene que haber virtud, pues sin virtud no hay libertad. El hombre inmoral que
lucha por llegar a ser virtuoso, ¿puede jamás conocer la virtud? El hombre que no es moral no
podrá nunca ser libre, y por lo tanto no podrá nunca descubrir lo que es la realidad. La realidad
sólo puede encontrarse comprendiendo lo que es; y para comprender lo que es, tiene que haber
libertad, hay que estar libre del miedo a lo que es.
Para comprender ese proceso, es preciso que haya intención de conocer lo que es, de seguir
todo pensamiento, sentimiento y acción; y el comprender lo que es, es en extremo difícil porque lo
que es jamás está inmóvil estático; siempre está en movimiento. Lo que es, es lo que ustedes
son, no lo que les gustaría ser. No es el ideal, porque el ideal es ficticio; es en realidad lo que
ustedes hacen, piensan y sienten de instante en instante. Lo que es, es lo real; y para compren--
CAPÍTULO III: EL CONOCIMIENTO DE UNO MISMO
J. Krishnamurti (Extracto del libro: “El Lector Pingüino”)
der lo real se requiere alerta percepción, una mente muy vigilante y veraz. Pero si empezamos por
condenar lo que es, si empezamos por censurarlo o resistirle, no comprenderemos su movimiento. Si
quiero comprender a alguien, no puedo condenarlo; tengo que observarlo, que estudiarlo. Tengo que
amar la cosa misma que estudio.
Si queremos comprender a un niño, debemos amarlo, no condenarlo. Debemos jugar con él, observar
sus movimientos, su idiosincrasia, sus modos de conducirse; pero si no hacemos más que condenarlo,
resistirle o censurarlo, no hay comprensión del niño. De un modo análogo, para comprender lo que es,
hay que observar lo que uno piensa, siente y hace de instante en instante.
Eso es lo efectivo. Ninguna otra acción, ningún ideal o acción ideológica, es lo existente; es un mero
anhelo, un deseo ficticio de ser otra cosa que lo que uno es. Para comprender lo que es, se requiere un
estado de la mente en el que no haya identificación ni condenación, lo cual significa una mente que sea
alerta y sin embargo pasiva. En ese estado nos encontramos cuando deseamos realmente comprender
algo; cuando hay intensidad en el interés, ese estado mental se produce.
Cuando uno está interesado en comprender lo que es, el estado real de la mente no necesita forzarla,
disciplinarla ni controlarla; antes bien, hay entonces vigilancia pasiva y alerta. Este estado de alerta
percepción surge cuando hay interés, intención de comprender. La comprensión fundamental de uno
mismo no llega mediante el conocimiento o la acumulación de experiencias, lo cual es mero cultivo de
la memoria.
La comprensión de uno mismo es de instante en instante; y si sólo acumulamos conocimiento del “yo”,
es ese conocimiento lo que impide una comprensión más amplia. El conocimiento y la experiencia
acumulados, en efecto, llegan a ser el centro a través del cual el pensamiento enfoca y desarrolla su
existencia. El mundo no es diferente de nosotros y nuestras actividades, porque lo que somos es lo que
crea los problemas del mundo; y la dificultad, en lo que atañe a la mayoría de nosotros, está en que, en
vez de conocernos directamente, buscamos un sistema, un método, un medio operativo para resolver
los múltiples problemas humanos.
PAZ
CAPÍTULO III: EL CONOCIMIENTO DE UNO MISMO
J. Krishnamurti (Extracto del libro: “El Lector Pingüino”)
LA PAZ DE LA MENTE, EL ÚNICO REMEDIO DEFINITIVO
Samdhong Rinpoche
(Preguntas hechas por Trân-Thi-Kim-Diêu, Presidente de la Federación Europea, al
Venerable Profesor Samdhong Rinpoche, ex primer ministro del Gobierno Tibetano en el
exilio y ex Director del Instituto de Estudios Tibetanos Superiores de Sarnath, Benarés, y
también miembro de la ST de toda la vida, en el Congreso Europeo de Helsinki, 16 de julio de
2007). EXTRACTO
Pregunta: ¿Acaso la paz en el mundo, entre las naciones y entre los pueblos, tiene algo que
ver con la paz de la mente? Y ¿cómo alcanzar esta paz interior?
Samdhong Rinpoche: Si examinamos atentamente la historia de la humanidad, veremos que,
durante un noventa y cinco por ciento del tiempo, la humanidad ha estado en paz y que,
durante el cinco por ciento del tiempo, ha habido guerras. Los historiadores y, actualmente,
los periodistas buscan siempre lo inusual. No nos fijamos en las cosas habituales. En su
formación, a los periodistas se les enseña que si un perro muerde a un hombre, eso no es
una noticia, porque es algo frecuente.
Pero un hombre que muerda a un perro, ¡eso sí que es una noticia! En la historia de las
naciones, las guerras son ocasionales y no habituales, no son naturales para la humanidad.
Por esto los historiadores han escrito mucho sobre el tema.
Evidentemente, todos los conflictos son manifestaciones de un conflicto interno.
Esto es un hecho aceptado ahora, incluso por las Naciones Unidas, aunque se manifiesten
como laicos. No aceptan ningún tipo de espiritualidad ni ningún tipo de pensamiento religioso.
Pero también dicen que las guerras empiezan en la mente humana.
Si no erradicamos el odio, la cólera y las otras emociones negativas, las guerras, las luchas y
la violencia no terminarán nunca.
La paz de la mente es el único remedio definitivo para todo tipo de conflicto, pero la forma de
conseguirla es una cuestión compleja.
Todas las tradiciones religiosas hablan del método, del sistema o de los medios para
conseguir la paz de la mente.
Desde el punto de vista budista, la causa raíz de todas las emociones negativas es la
ignorancia de la Realidad o de la Verdad. A menos que la ignorancia sea erradicada, no
podemos erradicar las emociones negativas. Se pueden suprimir o reducir durante un
período de tiempo, pero volverán a surgir si no erradicamos su causa raíz, la ignorancia
de nosotros mismos y de los demás. Nosotros consideramos al yo como una entidad
independiente que existe fuera de su propia naturaleza y no comprendemos el concepto
de un origen interdependiente. Todo se desarrolla por un proceso interdependiente, que
nos da la apariencia de un yo para una entidad independiente, distinta a las otras, y eso
conduce al egoísmo.
¿Cómo podemos conocer al yo? Se requiere una doble práctica: la disciplina y la
concentración. Por medio de estas dos prácticas, se puede despertar la sabiduría.
Nuestra mente se dispersa en los objetos externos y no es capaz de concentrarse o de
mirar al interior.
Necesitamos una mente realmente concentrada y, para lograrlo, nos hace falta una
disciplina externa: cómo comportarnos, qué comer, cómo dormir y cómo establecer
relaciones con los demás. A esta disciplina también se le llama shila, lo que ayudará a
apaciguar la mente.
La meditación concentrada, o samadhi, y la meditación analítica, o vipassana, pueden
realizarse con una práctica continua.
Después de la práctica, la mente meditativa puede concentrarse sobre un objeto durante
cierto tiempo. Entonces las cosas se verán sin distorsiones, tal cual son: “Tú eres Eso” o
la “Totalidad”. En ese momento, ver el yo es disolver el yo. Cuando veamos al yo, ya no
habrá una entidad independiente llamada “yo”, todas las emociones negativas se habrán
disuelto, se habrán erradicado y se realizará la paz de la mente.
PAZ
LA PAZ DE LA MENTE, EL ÚNICO REMEDIO DEFINITIVO
Samdhong Rinpoche
LA BASE TEOSÓFICA DEL SERVICIO
M. Kannan
El Sr. M. Kannan vive en Adyar y trabaja en la TPH.
En el Bhagavadgitâ, el Señor Krshna dice “Habiendo impregnado todo este universo con un
fragmento de mí mismo, permanezco.”[1] En otra parte del mismo canto dice: “El yo, armonizado por
el yoga, ve el Yo que mora en todos los seres, todos los seres en el Yo, en todas partes ve lo
mismo.”[2] El Isâvâsya Upanishad afirma que el Yo es absoluto, el yo es su manifestación, y el Yo
continúa en su estado absoluto incluso después de manifestarse a sí mismo en el yo. Estas
verdades están relacionadas con la idea de la Fraternidad Universal que está implícita en el primer
Objetivo de la Sociedad Teosófica. La ciencia, de vez en cuando, ha explicado muchas de las leyes
de la naturaleza. Sin embargo, un gran número de éstas todavía permanecen sin haber sido
investigadas ni comprendidas. Es asunto de los teósofos mantenerse al corriente respecto a los
científicos que encuentran evidencia que corrobora las aún inexplicadas leyes de la naturaleza.
Patañjali en sus Yoga-sutra-s se refiere a ciertos poderes psíquicos llamados siddhi-s, y a los
métodos para adquirirlos. También habla de adquirir estos poderes por la intuición. Cuando una
persona alcanza ese estado, puede percibir la verdad directamente sin la ayuda de ningún
instrumento. Estas ideas se incorporan en el tercer Objetivo de la Sociedad Teosófica.
El término „Teosofía‟ tiene su raíz en el griego, y significa Sabiduría Divina, significando la
Sabiduría poseída por los seres Divinos, y se remonta al siglo tres a.C.[3]
El término „teosófico‟ ganó preponderancia a partir del nombre de la Sociedad Teosófica, desde la
fundación de la ST en 1875. El significado general que se buscó de esta palabra se puede ver si
miramos a los tres Objetivos de la ST:[4]
1.-Formar un núcleo de la Fraternidad Universal de la Humanidad, sin distinción de raza, credo,
sexo, casta o color.
2.-Promover el estudio comparativo de la Religión, la Filosofía y la Ciencia.
3.-Investigar las leyes inexplicadas de la Naturaleza y los poderes latentes en el hombre.
LA BASE TEOSÓFICA DEL SERVICIO
M. Kannan
Es necesario que no sólo dupliquemos el trabajo de otros sino que permanezcamos en una
posición de pensamiento de avanzada, y que seamos pro-activos en nuestro enfoque. Esto es un
desafío constante y debe ser la cualidad de nuestro trabajo, ya lo llamemos servicio, deber o
sacrificio.
Los tres términos „Servicio‟, „Sacrificio‟ y „Deber‟ transmiten el mismo significado. Se superponen
en sus implicancias y principios subyacentes.
El servicio incluye sacrificio o el abandono de lo que ya poseemos, y no de lo que vamos a
obtener. Un ejemplo: Un grupo de voluntarios se acercó a un terrateniente pidiéndole una
donación de fondos para la construcción de un edificio escolar. El acaudalado individuo dijo: “Por
favor, vengan el 14 de diciembre y donaré una suma de 100.000 rupias.” Los voluntarios pensaron
que era un día auspicioso para él para hacer caridad, y le preguntaron por curiosidad del porqué
del 14 de diciembre. El hombre respondió: “Compré un billete de lotería que me dará 500.000
rupias, y el resultado se conocerá el 4 de diciembre, y yo tendré el dinero a la semana siguiente de
conocer los resultados. De modo que podré hacer la donación el 14 de diciembre.”
En el Râmâyâna hay una escena en la que el Rey Dasaratha anuncia la coronación del Príncipe
Râma. Kaikeyi cambia la situación por consejo de su mucama Mantara. Bharata va a ser coronado
como el sucesor al trono y Râma va a pasar catorce años en el bosque y regresará a su hogar al
concluir este lapso. En este punto Râma alegremente acepta la orden y parte hacia el bosque
seguido de Lakshmana y de Sitâ. Al regresar a Ayodhyâ, Bharata no acepta la corona que está a
punto de ser colocada sobre su cabeza, y va a buscar a Râma con la intención de traerlo de
regreso a Ayodhyâ para que se haga cargo del reino. Aquí vemos que Bharata está sacrificando el
reino que ya es suyo, y Râma renuncia a un derecho futuro del reino. Las escrituras indias hablan
de varios servicios, como formando parte de la rutina diaria del hombre. De éstos, servicio hacia
los reinos animal y vegetal, o „Bhuta Yajña‟, y servicio a la humanidad, o „Manushya Yajña‟, son los
más importantes. El deber debe ser considerado como una obligación impuesta sobre nosotros
por nuestras acciones kármicas. Habiendo sido puestos en el nivel más elevado de la jerarquía
evolutiva, tenemos un deber hacia nuestros hermanos menores, que fueron puestos por el
Todopoderoso en nuestras manos, a nuestro cuidado.
LA BASE TEOSÓFICA DEL SERVICIO
M. Kannan
El hombre fue creado con lo que se llama intelecto, que está ausente en los reinos animal, y en los
inferiores. Él es capaz de discernir entre lo recto y lo incorrecto. Puede usar su intelecto y superar los
deseos. Pero en la mayoría de los casos no lo usa de modo lógico y completo. Su intelecto le dice
que actúe de una manera, pero sus deseos le ordenan actuar de modo totalmente opuesto. Al final, la
fuerza del deseo gana y falla en usar su intelecto adecuada y totalmente.
Annie Besant dice que estamos aquí para ayudarnos los unos a los otros, para amarnos y
enaltecernos mutuamente.[5]Podemos inferir que su consejo es ayudar a nivel físico, amar a nivel
emocional y enaltecernos en el nivel espiritual.
El Hno. C. Jinarâjadâsa dice que el servicio no sólo es el modo de ayudar a otro, sino que es
especialmente una forma de ayudarnos a nosotros mismos. Cada estudiante teosófico jamás debe
olvidar que el bienestar de sus semejantes, entre quienes su karma lo ha colocado, es más
importante que su propia salvación personal. El peligro para su salvación surge de su egoísmo y
auto-centrismo.[6]
El Hno. N. Sri Ram dice que el espíritu en el que se hace el trabajo, es más importante que la
técnica que usemos. La actitud mental que traemos al trabajo y nuestros motivos al desempeñarlos,
son más importantes que el talento de cualquier clase. En el grado en que el trabajador se borre a sí
mismo, la verdad que está en él, se manifestará.[7]
El servicio incluye el deber sin apego. Cuando la ilusión de posesión o apego entra en juego,
perturba nuestro juicio de lo que es correcto, y de lo que no lo es. Podemos comprender esto con
ejemplos: Un hombre sale a caminar una tarde de invierno. Al salir de la casa su esposa nota que se
lleva un chal abrigado para protegerse del frío. Al regresar de la caminata, el chal no lo lleva puesto.
Su esposa inmediatamente le pregunta qué hizo con él. Él responde: “Cuando caminaba por la calle
vi un hombre sentado en la vereda, temblando de frío. No tenía ropas, y también se lo veía afiebrado
y tosiendo dolorosamente. Me sentí tan conmovido que me saqué el chal, lo doblé y lo puse en mi
bolso. Aquí está”, y ¡le da el bolso a ella! Su apego al chal le impidió hacer lo correcto.
En el Mahâbhârata, Arjuna, en varias ocasiones, depone sus armas y se rehúsa a luchar.
LA BASE TEOSÓFICA DEL SERVICIO
M. Kannan
La ilusión o mâyâ de sus apegos se interpone a su deber como soldado. En contraste
encontramos que Karma continúa la lucha incluso después que aprendió de Krishna que Kunti es
su madre y los Pândava-s son sus hermanos. John Algeo deduce una diferencia entre los grandes
principios de la Teosofía y sus aplicaciones particulares. Él advierte del peligro de enfocarse
exclusivamente en la mecánica de la Teosofía y nos aconseja mantener siempre en mente sus
grandes principios. Continúa diciendo que hay otros aspectos de la Teosofía, en particular,
interiorizarse de sus grandes principios por la meditación y exteriorizarlos en la práctica. Su
énfasis no es sólo conocer o comprender, sino hacer y vivir.[8]
Finalmente un consejo del Hno. G. S. Arundale: “No busques los frutos de tu servicio, ni te
sientas desdichado cuando no llegan palabras de gratitud de quien has ayudado. Es al alma a
quien sirves, no al cuerpo, y tú siempre puedes ver la gratitud del alma, aunque los labios
permanezcan en silencio.”[9]
Hagamos un esfuerzo sincero para traer el espíritu correcto al trabajo; si alguien no lo puede
hacer, será mejor que deje a la Teosofía sola.
PAZ
Referencias[1] BG, 10-42.
[2] BG, 6-29.[3] Blavatsky, H. P., La Clave de la Teosofía, p.1.[4] The Theosophist, Feb. 1950, p.327.[5] Las Leyes de la Vida Superior, 2006, p.43.[6] The Theosophist, Feb. 1950, p.345.[7] Desde la Atalaya, Adyar, 1966, p.508-9[8] Living Theosophy, Adyar Pamphlets, New Series Nº 1, 1998.[9] The Theosophist, Nov. 1912, p.200.
AUTO-TRANSFORMACIÓN
Beverley Champion
La Sra. Beverley Champion es un miembro de la Rama Adelaide y fue Secretaria General de la
Sección Australiana de la ST.
Como miembros de la Sociedad Teosófica, con su objetivo de promover la Fraternidad, somos
conscientes que cualquier energía dirigida a lograr este elevado ideal sólo puede realizarse por un
esfuerzo individual en el viaje personal de la Auto-Transformación, que es el proceso por el cual
ganamos nuestro propio progreso espiritual.
En La Doctrina Secreta (vol.I) H. P. Blavatsky, en su comentario a la Stanza seis, dice:
Nacido en las inconmensurables profundidades del Espacio, de los Elementos homogéneos llamados
Alma del Mundo, cada núcleo de materia cósmica, lanzada de pronto a ser, comienza la vida bajo las
circunstancias más hostiles. Por una serie de edades incontables, tiene que conquistar por sí mismo,
un lugar en lo infinito.
Nuestra tercera Proposición Fundamental afirma el peregrinaje obligatorio, a través del Ciclo de
Necesidad, haciendo nuestro peregrinaje dependiente del esfuerzo auto-inducido y auto-concebido,
sin privilegios o dones especiales, excepto aquéllos ganados por el valor y mérito personal. Leemos
en Las Cartas de los Maestros que incluso un Adepto “se hace, no nace”. Ese título se debe ganar.
Entonces, ¿qué es lo que cada uno debe desarrollar por sí mismo? Desarrollar algo implica que ya lo
poseemos como facultad latente pero necesitamos liberarlo. Por supuesto que preferimos que alguien
nos diga cómo hacerlo realmente, pero ciertamente esto no es posible. Otra persona sólo puede girar
sobre la periferia, hablando del tema, mientras que la realización del potencial individual es un
esfuerzo personal. Los escritos teosóficos nos dicen que los seres vivos están en un estado de
constante movimiento (metafísico), y que ese „auto-impulso‟ constituye la esencia misma de la vida. El
movimiento constante, perpetuo, es una Ley Oculta de desarrollo progresivo.
Geoffrey Barborka sugiere en El Plan Divino que esta enseñanza de identidad esencial es la Ley de
Evolución, pero el significado original de la palabra „evolución‟, desafortunadamente se perdió, y se
volvió demasiado asociado al aspecto forma de los seres, al aspecto del vehículo que la Mónada0
AUTO-TRANSFORMACIÓN
Beverley Champion
Espiritual debe poseer con el propósito de manifestarse en la esfera terrenal. Continúa diciendo que el
uso de la palabra „evolución‟ ya no expresa el desenvolvimiento de potencialidades de la yoidad
inherente de un ser. Explica que el término „evolución‟ proviene de la palabra latina „volvere‟ que
significa girar o desenrollar; en otras palabras, desenvolver como una flor despliega las potencialidades
envueltas dentro del capullo. Es el Gran Misterio, y es la energía eterna, increada, que impele a toda
entidad a expresarse por medio del Auto-desenvolvimiento.
Barborka cita La Doctrina Secreta: que la nota clave específica para comprender este Auto-
desenvolvimiento, está contenida en la palabra sánscrita svabhâva, compuesta de sva, que significa Yo,
y bhâva que es el ser, un estado del ser. Da el significado del diccionario como “estado propio del ser,
disposición innata, espontaneidad inherente, naturaleza inherente, impulso innato”. También sugiere
que todo esto expresa la idea de que es una necesidad inherente para expresarse con su
propia característica, es decir su identidad esencial, una potencia que impele a la entidad a buscar esta
Auto-transformación. “Esta ley pertenece a todos los reinos de la Naturaleza, por lo tanto la flor de la
rosa muestra las características de una rosa y no de una violeta. De modo similar cada bellota posee la
posibilidad de transformarse en un roble.”
Tomamos como un hecho este gran misterio, que pequeñas semillas tengan tal potencial dentro de su
envoltura; la semilla obedece a un impulso interno de Auto-transformación. Esto es por supuesto una
Ley kármica. Toda causa produce un efecto y todo efecto genera a su vez otra causa, y así una y otra
vez.
Respecto a los humanos, este proceso es la parte del aprendizaje de la Auto-transformación, y
también es el sendero hacia la comprensión final que somos responsables de nuestros pensamientos,
palabras y acciones. Somos el único nivel de manifestación en este mundo que tiene la libertad de
elegir su propio sendero, de usar la Auto-consciencia. Esto es lo que nos define como humanos y
requiere ser considerado al explorar el viaje de la Auto-transformación.
Es en el nivel de Manas o la Mente que tenemos la capacidad del pensamiento auto-reflexivo, la
habilidad de examinar totalmente el aspecto dual de la Mente y comprender plenamente las funciones
AUTO-TRANSFORMACIÓN
Beverley Champion
del giro hacia fuera, la mente inferior de deseos, y el giro hacia el interior, de la Mente Superior que
aspira a Buddhi, el asiento de todo amor, sabiduría y creatividad. Esto no significa desmerecer la así
llamada mente inferior, tan necesaria para funcionar en el mundo físico, pero permanecer siempre en
ese nivel inferior es apartarnos de la transformación real de nuestra consciencia, separarnos de nuestro
verdadero potencial. Esta es una magnífica visión para la humanidad, la visión de lo que podemos llegar
a ser, ¡pero necesita una comprensión de lo que ya somos! Esta maravillosa visión sólo se puede lograr
por el esfuerzo individual. Citando las sabias palabras de Jonathan Livingston Seagull, “Podemos
elevarnos a nosotros mismos, podemos ser libres, ¡podemos aprender a volar!”
Todo este esfuerzo para transformar nuestra propia consciencia no es, por supuesto, para nosotros
mismos, sino que es altruistamente en beneficio de toda la oleada de vida. El desafío es comprender
que, por nuestra propia humanidad, podemos producir la transformación, no sólo nuestra, sino que si un
número suficiente de nosotros lo intenta, también podemos cambiar el mundo.
En la Carta 120 de Las Cartas de los Maestros, leemos:
El único objetivo hacia el que hay que esforzarse es el mejoramiento de la condición del hombre
mediante la difusión de la Verdad adaptada a los varios estados de su desarrollo, así como al de la
nación en que vive. La Verdad no tiene etiqueta y no sufre por el nombre bajo el cual es promulgada, si
el objetivo indicado es alcanzado.
En la Carta 126 el Adepto nos dice:
Nuestro conocimiento y ciencia no pueden ser proseguidos, con métodos baconianos. No se nos
permite, suceda lo que suceda, ofrecerlos como un remedio contra la sospecha o para curar de ella a las
personas. Esas personas deben ganarlos por sí mismas, y aquel al que nuestras verdades no
despierten un eco en su alma y en sí mismo, tiene pocas posibilidades de éxito en Ocultismo.
Sabemos que nuestras almas están constantemente pidiéndonos vivir en armonía, no sólo con otros
humanos, sino también con nuestro medioambiente, pero nuestra personalidad, el vehículo del alma,
tiene otras ideas, y como se nos dice, el alma es responsable de las travesuras de su personalidad,
entonces no nos sorprendamos de escuchar el término „una pobre alma‟.
AUTO-TRANSFORMACIÓN
Beverley Champion
En el mundo material de la actualidad existe una gran verdad en la afirmación “El hombre es un
buscador del máximo grado de comodidad, con el menor gasto necesario de energía”. Sí disfrutamos de
nuestro confort, y muchos dirán, ¿por qué no?, pero no olvidemos que es en el nivel del vehículo
material, donde nuestro trabajo de auto-transformación comienza realmente. Cualquier progreso hacia la
Auto-Realización, sin embargo, depende de un motivo mucho más profundo y espiritual.
A menudo escuchamos que nuestras almas son música, y que nuestros cuerpos son los instrumentos,
y que la música existe sin el instrumento, pero que no se puede hacer oír sin un intermediario material.
Annie Besant nos estimuló a esforzarnos por la perfección y dijo que podemos ser un violín de Paganini,
o un mero instrumento barato y resquebrajado.
Otras palabras alentadoras que nos ayudan en nuestro viaje de Auto-transformación se encuentran
en El Hombre, la medida de todas las cosas:
El hombre es quien experimenta la totalidad. La Cosmogonía es el Hombre expresado a mayor escala
en el firmamento. La verdad está en su corazón. No hablamos de tales hombres potenciales, como
estamos ahora, aunque incluso nosotros, solos entre todos los seres, tenemos en nuestros corazones el
poder de atrapar el cosmos en nuestros puños, de fundir nuevamente la masa de esplendor diseminado,
en una perla reluciente dentro del corazón.
En nuestro viaje de Auto-transformación estamos constantemente transformando nuestra consciencia
intentando abarcar la íntegra unidad de toda la Naturaleza. Consideren la marcada diferencia entre las
estaciones de invierno y verano, y luego consideren que la primavera es la transición de una a la otra. La
primavera es el despertar de la vida, una nueva consciencia. La primavera es la Naturaleza demostrando
una respuesta a un pedido interno de transformación.
HPB nos recordó que existe un poder detrás de la Sociedad Teosófica que nos dará la fuerza que
necesitamos, que nos permitirá mover el mundo sólo si nos unimos y trabajamos como una mente, como
un corazón. Como miembros, tenemos el desafío de la idea de que es mucho mejor tener una división
amistosa que una unidad forzada.
AUTO-TRANSFORMACIÓN
Beverley Champion
Tal vez el futuro desarrollo de la humanidad no sea tanto nuestro „objetivo‟ sino „eso que es nuestro
destino.‟ Comprendemos que la evolución continuará a pesar de nuestro comportamiento humano en
cualquier etapa, pero el verdadero progreso hacia un mundo armonioso sólo se puede ayudar por un
esfuerzo individual.
Podemos ayudar promocionando una comprensión mucho mejor de las Leyes Universales que
gobiernan ese progreso hacia el desenvolvimiento de una consciencia cada vez mayor. La expresión
Fraternidad Universal, no es una frase inútil.
La Sociedad Teosófica fue un experimento para ayudar a promover la Fraternidad pero también para
ayudar a cambiar la consciencia de la humanidad.
HPB en Recopilación de Escritos (Collected Writings, vol.XIII) expresó:
Una Verdad eterna y un Espíritu de Amor único, infinito e inmutable, la Verdad y la Sabiduría en el
Universo, como una Luz para todos, en la que vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser… todos
somos Hermanos.
Entonces, amémonos, ayudémonos y defendámonos mutuamente contra cualquier espíritu de
falsedad o decepción, sin distinción de raza, credo o color.
Esto se escribió en 1887, pero todavía está vigente como un faro para el camino por el que nos
conducimos hoy.
Puede haber sólo un sendero espiritual, pero cada persona que lo intenta, camina con su único e
inherente movimiento para avanzar, y cada uno deja su única y propia huella.
PAZ
LO SAGRADO EN NUESTRAS VIDAS
Pablo Sender
En la literatura teosófica (y en la literatura espiritual seria, en general) encontramos frecuentemente
la referencia de que es muy importante cómo empezamos el día. La mayoría de las personas se levanta
corriendo y desayuna a toda velocidad para comenzar con sus actividades cotidianas; y en medio de esa
agitación continúa todo el día. Salimos de nuestra casa y atropellamos a quien está delante, en cada
acción la mente está hecha un torbellino de ideas, deseos y necesidades, y en los pocos momentos de
quietud, ésta se vuelve asfixiante, atemorizante, y buscamos nuevamente algo para hacer: ver televisión,
escuchar radio, leer, etc.
Nuestros días transcurren de este modo y la vida con sus experiencias se escurre entre nuestros
dedos, en medio de una semi-conciencia. Al vivir de este modo, poco a poco las actividades se tornan
rutinarias, aburridas, fastidiosas; y entonces la ambición, la búsqueda de placer, y cosas por el estilo se
vuelven muy importantes, se convierten en el motor de nuestras actividades, el motivo por el que vivimos.
Así, la vida se torna superficial, sin sentido, y sentimos que debemos llenarla con algo, darle un
significado. Entonces vamos a la iglesia, o compramos cuadros de valor y asistimos a las exposiciones, o
buscamos alguna actividad “distinguida” que nos haga sentir especiales. O si no, nos sumergimos en la
búsqueda constante, infinita, de placer y autosatisfacción; y ya sabemos cómo acaba todo esto. Pero a
menos que descubramos algo verdaderamente sagrado en nuestra vida –no una idea, una creencia
sobre lo sagrado, sino aquello que es el sentido del universo– estamos condenados a dar vueltas en
círculos cada vez más profundos de insatisfacción, o nos tornamos completamente insensibles a todo,
estando muertos en vida.
¿Cómo podemos encontrar lo sagrado en nuestras vidas? En las filosofías serias de Oriente y
Occidente se habla a menudo de la necesidad de la absoluta calma mental para descubrir aquello que es
Eterno, Sagrado, Inconmensurable. Pero una mente calma no es algo que se puede adquirir como
adquirimos algún objeto, por lo tanto debemos descubrir cómo puede producirse ese estado en nosotros.
Obviamente hay muchos aspectos en esta cuestión, pero voy a referirme a uno de ellos. Pienso que es
muy importante cómo empezamos el día; porque si lo empezamos del modo correcto y podemos dar con
algo que está más allá de la vulgaridad de nuestras vidas, esa fragancia se extiende durante el resto de
nuestra actividad.
Muchas veces se recomienda la meditación matutina; pero esa meditación debe ser algo distinto
de lo que hacemos durante el día, y no el eco de nuestro modo ordinario de vivir. Si la meditación no
es más que la búsqueda de un resultado, el seguir una disciplina para sentirse seguro, o especial,
etcéteras, me temo que no es meditación, que no es más que la continuación de nuestras
actividades autocentradas, y entonces nuestro día comienza y sigue como siempre, en medio de la
ambición y de todo lo que venimos hablando. Pero podemos convertir ese espacio de la mañana en
algo sagrado, en aquél momento que esperamos especialmente, en la esencia de todo nuestro día, en
la significación de nuestra vida; y entonces, esa significación se difunde en toda actividad. Ese
momento de la mañana pues, puede ser cuando nos conectemos con lo más profundo en nosotros, en
la vida. Pero si vemos ese momento como algo que genera conflicto, que genera lucha pero que es
soportada con la esperanza de que produzca un bien futuro, estamos caminando por los mismos
trillados surcos: hacemos algo que no nos gusta, esperando obtener el resultado, y de este modo, no
daremos con algo que está más allá porque actuamos con los condicionamientos de siempre. Si
observamos, en la mayoría de los casos es por esta razón que trabajamos, que mantenemos ciertas
relaciones, que forzamos nuestro carácter en cierto sentido... estamos educados a actuar por el
premio, por la recompensa. Pero ¿cómo podemos actuar sin que el resultado sea lo importante, de
modo que no sea la ambición el motor de nuestra acción? Cuando hay gozo en lo que se hace, cuando
hay expansión, cuando se siente el valor intrínseco de algo, entonces el resultado no tiene importancia,
porque el resultado es la acción misma. Entonces, no hacemos las cosas por disciplina, pero somos
muy disciplinados, no hacemos las cosas por un supuesto desarrollo ulterior, pero “crecemos como
crece la flor, inconscientemente”.
Si empezamos los días de este modo, toda nuestra vida puede ir cambiando. Pero si intentamos
de empezar el día así, sin descubrir su valor, sólo con la esperanza de que de ese forma la vida
cambie, entonces estamos otra vez en lo mismo. Uno puede levantarse de modo que le quede al
menos media hora libre, o lo que sea, pero será un tiempo dedicado a intentar descubrir lo sagrado; un
LO SAGRADO EN NUESTRAS VIDAS
Pablo Sender
LO SAGRADO EN NUESTRAS VIDAS
Pablo Sender
tiempo sin reglas preconcebidas, las reglas –si así podemos llamarles– irán apareciendo por sí mismas,
y con gran vitalidad. Podemos sentarnos quietamente y leer algo que nos agrade, desde una poesía
hasta un libro “espiritual”, ponernos en contacto con nuestro cuerpo y dejar que se relaje, disfrutar del
placer de estar relajado, sentir su belleza. Quedarnos muy quietos, leyendo, mirando nuestros
pensamientos, escuchando los sonidos de alrededor, sin un modo predeterminado. Entonces la mente
puede tornarse calma, y la meditación se gesta por sí misma, en su modo particular, no en el sentido que
imaginamos que debe ser, y que puede ser totalmente erróneo (sea por falsa interpretación, por
incapacidad etc.).
Si aparecen pensamientos, podemos seguirlos, mirarlos, escuchar lo que nos dicen: “no hice cierta
tarea” escuchémoslo, profundamente, si así lo hacemos, veremos que mañana la cumpliremos como
debe hacerse, entonces ya no molestará. Entremos en contacto con lo que somos, miremos qué surge,
sin intentar modificarlo; entonces la mente se ordena, y de ese orden surge la acción correcta. Los
intereses contrapuestos generan desorden en la psiquis. Podemos fortalecer un interés más que el otro,
y que el primero subyugue al segundo, pero en la raíz sigue estando el desorden, y éste surgirá de un
modo u otro. Pero si no hay controlador, sino un Testigo de todo el movimiento de la psiquis, entonces
ésta se ordena, porque el productor del desorden (el controlador) ha desaparecido.
De este modo, puede llegar el silencio, la calma, la quietud. Llegará cuando deba hacerlo; si
intentamos generarla eso introduce nuevamente el desorden, la ambición, la frustración... y comenzamos
nuestro día en el mismo modo de siempre. Pero si disfrutamos de leer, o quedarnos tranquilos sentados,
o reflexionar sobre algo por el gozo que da el proceso de mirar y comprender, o imaginar la figura de
algo sagrado por el sentido de unidad y beatitud que eso produce, entonces la mente se torna clara,
calma, no busca resultados, no visualiza una deidad para obtener cierta bendición.
Cuando hacemos algo que tiene significado, que disfrutamos, nos entregamos a ello totalmente,
sin luchar, sin tener el ojo puesto en el futuro, estando por entero presentes, y ese estado de calma
extraordinaria se produce.
Y esa calma se mantiene durante el día, en lo profundo del corazón, aún en medio de la actividad,
del hablar, del correr de la mente superficial, porque hemos tocado ese espacio que siempre está allí, y
éste ha difundido su fragancia.
Durante el día, esa calma vuelve una y otra vez a nuestra conciencia, tal vez por breves
instantes, pero si no la sofocamos y le damos espacio para crecer, echará raíces en nosotros. Entonces
al otro día, en nuestro momento sagrado, retornamos a aquello, fácilmente, sin buscarlo, como una
consecuencia, y este estado de quietud se profundiza y está en nuestro trasfondo en cada actividad,
aunque no nos demos cuenta de él.
Puede que en ciertos períodos esta quietud produzca en nosotros tormentas, porque se
derrumban falsas concepciones que estábamos sosteniendo, pero aunque momentáneamente nos
encontremos envueltos en la tormenta, bajo las oscuras nubes, el sol está del otro lado, límpido,
intocado, brindando en forma invisible su calor.
Ése es el silencio de lo Sagrado que inunda nuestra vida, tanto en el radiante día, cuando lo
vemos y lo sentimos en nuestro rostro, como en la oscura tormenta, cuando creemos haberlo perdido;
pero si alineamos nuestro ser y vivimos ese espacio de las mañanas correctamente, se va produciendo
un gran sentido de orden en nuestra vida.
“Si uno no tiene ese orden, no puede estar silencioso; y cuando lo tiene, cuando la mente está de
veras quieta, entonces existe una real belleza y comienza el misterio de las cosas. Eso es verdadera
religión.”
PAZ
LO SAGRADO EN NUESTRAS VIDAS
Pablo Sender
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PILATES PARA EL CEREBRO
¿SUFRES DE OLVIDOS?
Yo ya no me acuerdo si los sufro¿Cómo se llama esa película en la que sale esta artista que es guapísima, muy linda?... ¡Sí, hombre!, la alta, de pelo negro, que salió alguna vez con este actor maravilloso que se llama …, que salió en una obra de teatro muy famosa ….¿ya sabes cuál digo, no?
A partir de los treinta años, por lo general, empiezas a notar que tienes pequeños olvidos:
•¿Cómo se llama este hombre? Lo conozco muy bien. •¿A qué hora era la cita, a las 5:00 ó 5:30? •¿Esto cómo me dijeron que funcionaba? •Mis llaves. ¿dónde las dejé? •¿En qué piso me aparqué?
Pero nada como cuando exclamamos ¡Me robaron el coche!, sin darnos cuenta de que salimos por la puerta equivocada del centro comercial.
30
Aunque estos pequeños olvidos no afectan nuestra vida, nos producen ansiedad.
Con terror, pensamos que el cerebro empieza a convertirse en gelatina y nos preocupa quedar como la tía Anastasia , que recuerda con lujo de detalles
todo acerca de su niñez, pero no puede acordarse de lo qué hizo ayer o esta misma mañana.
Si esto te suena familiar , no te preocupes, hay esperanza.
Existen muchos mitos en los que las personas equivocadamente relacionamos la edad con la falta de memoria.
Los neurocientíficos han comprobado que:
La pérdida de memoria de corto plazo no se debe a la edad o a que lasneuronas se mueran y no se regeneren, sino a la reducción del número deconexiones entre sí de las neuronas o dendritas (ramas de las neuronas)
Esto sucede por una sencilla razón: falta de uso. Es muy sencillo, así como se atrofia un músculo sin uso, las dendritas también se atrofian si no se conectan
con frecuencia, y la habilidad del cerebro para meter nueva información se reduce.
Es cierto, el ejercicio ayuda mucho a alertar la mente; también hay vitaminas y medicinas que aumentan y fortalecen la memoria.
Sin embargo, nada como hacer que nuestro cerebro fabrique su propio alimento:
Las neurotrofinas.
LAS NEUROTROFINAS Son moléculas que producen y secretan las células nerviosas, y actúan comoalimento para mantenerse saludables.
Entre más activas estén las células del cerebro, más cantidad de neurotrofinasproducen y esto genera más conexiones entre las distintas áreas del cerebro.
¿QUÉ PODEMOS HACER?
Lo que necesitamos es hacer Pilates con las neuronas:
•estirarlas,•sorprenderlas, •sacarlas de su rutina,•presentarles novedades inesperadas y divertidas a través de las emociones, del olfato, la vista, el tacto, el gusto y el oído.
¿El resultado? El cerebro se vuelve más flexible, más ágil y su capacidad de memoria aumenta.
PROBABLEMENTE PIENSES…
Yo leo, trabajo, hago ejercicio y mil cosas más durante el día, así que mi
mente debe estar muy estimulada. La verdad es que la vida de la mayoría de nosotros se lleva a cabo dentro de una
serie de rutinas.
Piensa en un día o semana común y corriente:
¿Qué tan diferente es tu rutina de la mañana, tu ruta hacia el trabajo, la hora en la que comes o regresas a la casa? ¿El tiempo que pasas en el coche? ¿El tiempo y los programas que ves en la televisión?
LAS ACTIVIDADES RUTINARIAS SON INCONSCIENTES
Hacen que el cerebro funcione en automático y requieren un mínimo de energía.
Las experiencias pasan por las mismas carreteras neuronales ya formadas.
No hay producción de neurotrofinas.
ALGUNOS EJERCICIOS QUE EXPANDEN SUSTANCIALMENTE LAS DENDRITAS Y LA PRODUCCIÓN DE NEUROTROFINAS:
1. Intenta, por lo menos, una vez por semana ducharte con los ojoscerrados. Sólo con el tacto, localiza las llaves, ajusta la temperaturadel agua, busca el jabón, el shampoo o crema de afeitar. Verás cómotus manos notarán texturas que nunca habías percibido.
2. Utiliza la mano NO dominante. Come, escribe, abre la pasta, lávatelos dientes, abre el cajón con la mano que más trabajo te cuesteusar.
3. Lee en voz alta. Se activan distintos circuitos que los que usas paraleer en silencio.
4. Cambia tus rutas toma diferentes caminos para ir al trabajo o a tucasa.
5. Modifica tu rutina. Haz cosas diferentes. Sal, conoce y conversa conpersonas de diferentes edades, trabajos e ideologías. Experimentalo inesperado. Usa las escaleras en lugar del ascensor. Sal al campo,camínalo, huélelo.
6. Mejora la ubicación de algunas cosas. Al saber dónde está todo, elcerebro ya construyó un mapa. Cambia, por ejemplo el lugar del bote dela basura; verás la cantidad de veces que arrojas el papel al viejo lugar.
7. Aprende una habilidad. Cualquier cosa; puede ser fotografía, cocina,yoga, estudia un nuevo idioma. Si te gusta armar rompecabezas o cochestápate un ojo para que pierdas la percepción de la profundidad, por loque el cerebro tendrá que confiar en otras vías.
8. Identifica objetos como monedas. Pon en tu coche una taza con variasmonedas diferentes y tenlas a la mano para que, mientras estás en el altodel semáforo, con los dedos trates de identificar la denominación decada una.
¿Por qué no abrimos la mente y probamos estos ejercicios tan sencillos que, de acuerdo a los estudios de Neurobiología del Duke University Medical
Center, amplían nuestra memoria?
Con suerte, nunca más volveremos a preguntar:
¿Dónde dejé mis llaves?
………Y no te olvides de pasar un día ….. DISTINTO…..
EL ELOGIO DE LA LENTITUD
De: Carl Honoré
“Vivir de prisa no es vivir, es sobrevivir”.
Carl Honoré, uno de los principales teóricos de la Filosofía Slow,
famoso por su premiado libro Elogio de la Lentitud, sostiene que la
hiperactividad actual nos lleva a dedicar nuestras energías a otras
metas que nos hacen olvidar las cosas importantes de la vida.
Sufrimos la Enfermedad del Tiempo creyendo que todo se debe
hacer rápido. Intentemos decrecer el ritmo alocado en qué vivimos
para no degradarnos nosotros mismos. Simplemente reduzcamos
la marcha y busquemos el tiempo justo para cada cosa;
saboreemos cada momento priorizando lo imprescindible.
No tengas miedo al silencio. Al principio te será difícil,
luego notarás los beneficios.
Pasa tiempo a solas contigo mismo, en silencio. Escucha tu voz interior. Medita sobre la vida en
general.
Escucha los sueños de la gente que amas,
sus miedos, sus alegrías, sus fracasos, sus
fantasías y problemas.
No creas que tus hijos
pueden seguir tu ritmo.
Eres tú quien debe
desacelerar e ir al ritmo de
ellos.
Escucha música con calma y verás que es bellísima. No te quedes frente al televisor
porque sí.
Cuando estés con tu pareja y tus hijos, o con
tus amigos, apaga el celular y desconecta el
teléfono.
No te aturdas con ruidos o mires televisión como si
fueras una medusa petrificada.
No dejes que tu agendate gobierne. Muchas cosas que te planteas ahora son postergables. Prueba y
verás.
El trabajo es importante y debemos
hacerlo, pero medita y notarás que no es lo
más importante de tu vida.
La meditación es una de las
mayores artes de la vida, tal vez la
más grande, y es del todo imposible
aprenderla de nadie. Esa es su
belleza. Carece de toda técnica y,
por consiguiente, de toda autoridad.
Cuando usted aprende sobre sí
mismo, se observa, observa su
forma de andar, cómo come, lo que
dice, la murmuración, el odio, los
celos, si se da cuenta de todo eso
en usted y sin elección alguna, eso
forma parte de la meditación.
De modo que la meditación puede
tener lugar sentado en un autobús,
caminando por los bosques llenos
de luces y sombras, escuchando el
canto de las aves o contemplando el
rostro de su esposa o de su hijo.
Es curioso lo absolutamente
importante que se vuelve la
meditación; no tiene ni principio ni
fin. Es como una gota de lluvia: en
esa gota están contenidos todos los
arroyos, los grandes ríos, los mares
y las cataratas; esa gota alimenta la
tierra y el hombre; sin ella, la tierra
sería un desierto. Sin meditación el
corazón se convierte en un desierto,
en un yermo.
LIBRO MEDITACION
J. Krishnamurti
La meditación consiste en
averiguar si el cerebro, con todas
sus actividades y experiencias,
puede estar absolutamente
callado. No forzado, porque en el
momento en que se fuerza hay
dualidad. La entidad que dice:
«Me gustaría tener experiencias
maravillosas, por lo tanto debo
obligar al cerebro a que se
aquiete, no lo conseguirá nunca.
Pero si empieza a observar, a
escuchar, a indagar en todos los
movimientos del pensamiento, en
su condicionamiento, sus
empeños, sus temores y placeres,
si observa cómo funciona el
cerebro, entonces verá que este
se vuelve extraordinariamente
sereno; esa quietud no es la
quietud del sueño, sino que está
sumamente activa y, por
consiguiente, en silencio. Una
gran dinamo que esté
funcionando perfectamente
apenas emite sonido; solo hay
ruido cuando hay fricción.
Silencio y espacio van juntos. La inmensidad
del silencio es la inmensidad de la mente en la
que no existe un centro.