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“ETIQUETAS”: LA SALSA COMO EXPRESIÓN DEL CAPITAL ERÓTICO
Mesa Integradora: Educación, escuela y Cultura
Lina marcela silva Ramírez
Estudiante convenio Débora Arango
Noviembre de 2013
ASPECTOS INICIALES
Pensar el cuerpo en el contexto actual es considerar las múltiples etiquetas que lo atraviesan, lo marcan y lo definen
El “capital erótico” es definido por la socióloga Katherine Hakim como la unión entre la belleza, el atractivo sexual, la vitalidad, el saber vestirse bien, el encanto, el don de gentes y la competencia sexual.
Utilizando los conceptos definidos por Pierre Bourdieu, la autora analiza el fenómeno erótico como un aspecto importante en la actualidad, en especial del lado del mundo femenino “aunque solo sea porque la demanda masculina de ocio sexual parece inagotable”
¿LA SALSA Y EL CAPITAL ERÓTICO?
• La salsa como expresión de los ritmos
afrocubanos encuentra espacios
únicos en la ciudad que no solo son
visitados por los habitantes de la
misma sino por quienes buscan el
ideal o la “etiqueta” del cuerpo latino,
erótico, entregado al placer.
¿CUÁLES SON LOS SITIOS?
La oferta salsera de Medellín tiene
territorios definidos; así, lo que se
denomina “agenda cultural de la salsa”
ofrece a los visitantes la posibilidad de
asistir a la celebración de la salsa de
lunes a domingo, en una suerte de “ruta”
a través de la cual los sonidos
estridentes, el sudor, el sabor y la droga
están a pedir de boca.
Los territorios salseros son visitados por
quienes saben de salsa y quienes no, pero
que se aventuran a percibir una experiencia
estética que puede o no resultar placentera.
Poco a poco los “bares” de la ciudad han ido
perfilando su audiencia y se les puede
clasificar según los ritmos de la música que
programan, muchos de ellos cuentan con sus
propios docentes de baile que acogen a
propios y extranjeros en sus talleres. El Tíbiri, el Eslabón – cuyo nombre es
Papayera pero que nadie reconoce como
tal-, el Suave, Cienfuegos, el Cuchitril,
Sonhavana son algunos de los más
resonados sitios pero existen momentos
“indicados” en los cuales la fiesta alcanza
altos niveles de expresión.
El “eslabón
prendido”
Además de buscar drogas y
sexo, los extranjeros asisten con
la idea de contagiarse de estos
cuerpos, su sudor, su
movimiento parece extraño a
toda la lógica que ellos mismos
han aprendido en los cursos. Son
observadores, en tanto que las
mujeres se esfuerzan por bailar
“arrebatado” y por encontrar un
momento clímax en medio de la
pista.
Es uno de los sitios más
visitados los días martes, de
manera particular, el cuerpo
erótico es asociado en este caso
a un cuerpo “latinizado” cuyas
principales características son
los movimientos sensuales de
cadera y la agilidad en las
“vueltas” y “giros”
•
El capital erótico circula por el lugar, hombres y
mujeres juegan a la seducción y cualquiera puede
ser el arma; el contacto íntimo y el esfuerzo por
seguir los tambores que tocan en vivo genera un
notable cambio el ambiente; parece que entre más
lleno está el sitio más llamativo se vuelve para todo
aquel que siente el llamado de la salsa.
No es necesario tener técnicas ni saber a
profundidad las cualidades del movimiento;
entre la “exotización” del cuerpo y la
identificación de los o las “colombianas”
como llenos de sabor, el baile aflora
naturalmente y en ciertos momentos
deviene competencia, fuga, intimidad. Lo
que antes era observado como una
vergüenza – como las mujeres bailando
entre sí- hoy aumenta ese capital erótico
puesto inicialmente en un solo cuerpo.
Y DEL CUERPO EN EL BAILE
No es necesario tener técnicas ni saber a profundidad las cualidades del
movimiento; entre la “exotización” del cuerpo y la identificación de los o las
“colombianas” como llenos de sabor, el baile aflora naturalmente y en ciertos
momentos deviene competencia, fuga, intimidad. Lo que antes era observado como
una vergüenza – como las mujeres bailando entre sí- hoy aumenta ese capital erótico
puesto inicialmente en un solo cuerpo.
La multitud, la proxemia, los silencios y el alto ruido obligan a el cuerpo a esforzarse, a
comunicar lo que las miradas no pueden evitar.