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Un grupo de amigos decidió pasar un fin de semana de acampada en un monte cercano.

Llegaron, aparcaron la caravana y montaron las tiendas.

Uno de los amigos encendió una hoguera para comer churrasco.

Cenaron y se fueron a dormir.

De madrugada, uno del grupo se levantó a beber y vio que estaba ardiendo el bosque.

Llamó a sus amigos para que le ayudasen a apagar el fuego.

Uno de ellos tenía un móvil, pero no lo encontraba en la bolsa de acampada. Al cabo de unos minutos apareció y pudo, por fin, llamar a los bomberos, pero cuando salió de la tienda ya era tarde, las llamas estaban muy cerca y tuvieron que escapar corriendo.

Los bomberos no eran capaces de apagar el fuego. Después de unos días consiguieron sofocar el incendio totalmente. Los bomberos advirtieron a los chicos que no prendiesen el bosque, bajo pena de ir a la cárcel.

Los chicos se sintieron culpables de aquel desastre y, como arrepentimiento, tras ver el gran trabajo y peligro de los bomberos para apagar el incendio, decidieron repoblar el bosque con varias especies de árboles y con diferentes animales salvajes.

Cuidaron muy bien el bosque, llegando a haber tantos animales, que los gobernantes fueron a visitarlo y, muy satisfechos, decidieron proclamarlo Parque Natural, el único existente en aquella comarca.

Desde entonces visitaban el bosque muchos turistas, tanto nacionales como extranjeros,

y así fue como se hizo famoso en el mundo entero. Por ello las autoridades decidieron levantar un hermoso monumento en honor de los muchachos que consiguieron convertir aquel bosque en un lugar tan maravilloso. FIN 5º //