Post on 07-Oct-2015
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colores y
ecos deLA COLONIAINDEPENDENCIALAINDEPE
colores y ecos de LA COLONIA INDEPENDENCIA
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LAINDEPE
Camilo Contreras Delgado n Rodrigo Fernando Escamilla Gmez n Olimpia Farfn Morales n Ismael Fernndez Areu n Luis Fernando Garca lvarez n Alejandro Garca Garca n
Mario Alberto Jurado Montelongo n Jimmie L. King n Juan Manuel Casas Garca Eleocadio Martnez Silva n Jos Juan Olvera Gudio n Lylia Isabel Palacios
Hernndez n Efrn Sandoval Hernndez n Vctor Ziga Gonzlez
colores y ecos de
LA COLONIAINDEPENDENCIALAINDEPE
Ecos y colores de la colonia Independencia
Primera edicin, noviembre de 2010
Los autores
Municipio de Monterrey
Museo Metropolitano de Monterrey
Zaragoza y Corregidora, Zona Centro,
Monterrey, N.L.
Col. Centro. C.P. 64000, Monterrey, Nuevo Len
(81) 8344-2503
dicultura@monterrey.gob.mx
Comisin Estatal para la Conmemoracin del
Bicentenario del inicio de la Independencia Nacional
y el Centenario de la Revolucin Mexicana
Antiguo Palacio Federal
Washington 648 ote. Octavo piso
Col. Centro. C.P. 64000, Monterrey, Nuevo Len
(81) 2020-6717
www.bicentenarionuevoleon.com
Colegio de la Frontera Norte
Carretera Escnica Tijuana-Ensenada, Km 18.5
San Antonio del Mar, C.P. 22709
Tijuana, B.C.
(664) 631-63-44
colefmonterrey@colef.mx
ISBN: PENDIENTE
Prohibida la reproduccin parcial o total de esta obra, a
menos que se cuente con la autorizacin por escrito del
titular de los derechos de la misma.
Impreso y hecho en Mxico.
Contenido
Presentaciones 7
Introduccin 9
Historia
Del barrio San Luisito a la Colonia Independencia 13 JUAN MANUEL CASAS GARCA
Vida cotidiana
Paisajes, querencias y apegos 31 ALEJANDRO GARCA GARCA
Arquitectura sin arquitectos: Imagen, forma y vida en la 43 evolucin de su entorno urbano
JIMMIE L. KING
Migracin
La puerta de Monterrey. La historia de Simona y las dos julietas 55 VCTOR ZIGA GONZLEZ
Los nahuas de Hidalgo 67 ISMAEL FERNNDEZ AREU
Religiosidad
Las danzas de Matachines y la Palma 77 OLIMPIA FARFN MORALES
Devocin guadalupana y trabajo comunitario con jvenes 89 LUIS FERNANDO GARCA LVAREZ
Oficios y comercio
El puente que siempre ha sido mercado 101 EFRN SANDOVAL HERNNDEZ /
RODRIGO FERNANDO ESCAMILLA GMEZ
El corazn del oicio zapatero en Monterrey LYLIA ISABEL PALACIOS HERNNDEZ /
ELEOCADIO MARTNEZ SILVA
Msica y sonidos
Los caminos de la vida son de migracin y diversidad 145 adems de la colombia JOS JUAN OLVERA GUDIO
Paisajes sonoros 167 CAMILO CONTRERAS DELGADO
Deporte
Del llano a los estadios 181 MARIO ALBERTO JURADO MONTELONGO
Bibliografa 195
Sntesis biogrficas 199
Crditos 203
PRESENTACIN
7
PRESENTACIN
DEL ALCALDE
LA COLONIA INDEPENDENCIA ES UNO DE LOS LUGARES ms emblemticos de la ciudad de
Monterrey y por consecuencia uno de los conos culturales, laborales y deportivos ms importantes
de la ciudad. En el marco de la celebracin del inicio de nuestra Independencia Nacional en este 2010,
celebraremos en conjunto, los primeros 100 aos de vida de este popular barrio, anteriormente conocido
como San Luisito.
El Municipio de Monterrey en conjunto con el Colegio de la Frontera Norte, y el Gobierno del Estado
de Nuevo Len, presentan esta obra, tan diversa y rica en contenidos e imgenes, que nos invita a
relexionar sobre la importancia del barrio en la cultura e idiosincrasia del regiomontano.
En este esfuerzo compartido, queremos mostrar al mundo los valores de trabajo, esfuerzo, dedicacin y
fervor religioso que no slo distinguen a los vecinos de la colonia Independencia, sino al regiomontano
en general. Esta obra est dedicada a todos los que nacieron en Monterrey y, a los que por azares del
destino, llegaron a esta ciudad buscando un nuevo horizonte de vida.
Que esta obra sea un homenaje a los hombres y mujeres que han contribuido con sus oicios,
manifestaciones artsticas y religiosas, su disciplina deportiva y formas de vida, para que la colonia
Independencia siga siendo, como desde antao, el corazn de Monterrey, orgullo de Mxico
FERNANDO LARRAZBAL BRETN
Presidente Municipal de Monterrey
PRESENTACIN
9
POR qU UN LIBRO de la colonia Independencia?
Puedo enumerar decenas de razones que suenen
ms o menos convincentes, pero me quedo con la
respuesta ms llana y directa: por puro gusto. Es
cierto que la colonia Independencia est cumplien-
do 100 aos de tener este nombre, razn por la
cual es parte de los festejos del Bicentenario de
la Independencia Nacional y el Centenario de la
Revolucin Mexicana, pero las conmemoraciones
llegarn y se irn, es la experiencia diaria de los
emancipados la que da sentido a esos festejos.
Este libro colectivo se imagin desde la Comisin
Estatal para la Conmemoracin del Bicentenario del
inicio de la Independencia Nacional y el Centenario
del inicio de la Revolucin Mexicana; sabamos
que queramos hacer un libro de esta colonia, pero
como en toda obra, no sabamos lo que resultara.
Al llamado acudieron socilogos, antroplogos,
lingistas, historiadores, arquitectos y gegrafos
de la Universidad Autnoma de Nuevo Len, el
Instituto Nacional de Antropologa e Historia, el
Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en
Antropologa Social, la Universidad de Monterrey
y el Colegio de la Frontera Norte. Se conform
un entusiasta equipo que puso a disposicin del
estudio de la colonia sus conocimientos, su tiempo,
sin condiciones de por medio. La respuesta y el
resultado inal son una muestra de generosidad y
reconocimiento de estos investigadores. Por eso
digo, el libro se hace por puro gusto.
Los 16 autores, sin excepcin, caminamos, pla-
ticamos, convivimos con la gente de la colonia en
eso que en la jerga acadmica llamamos trabajo
de campo. Cada quien se las arregl para obtener
informacin: con entrevistas y grabadoras, con
cmaras, observando y anotando. Desde el inicio
nos propusimos escuchar y relejar la voz de la
gente en cada uno de nuestros trabajos.
Y lleg lo bueno. Cada visita a los zapateros,
comerciantes, matachines, promotores del ftbol,
jvenes nahuas, sonideros, signiicaba no slo infor-
macin sino aprendizaje y recreacin de este enorme
asentamiento. Me atrevo a decir que transitamos
de investigadores extraos a curiosos conidentes.
Nos metimos a sus historias privadas, a sus lugares
de origen, a sus iglesias, casas y talleres y hasta a
sus cantinas. La generosidad de los investigadores
fue correspondida con ms generosidad de los
colonos.
Fue un reto transmitir el resultado de sus in-
vestigaciones en un lenguaje y estilo luido, no
conceptual. Todos los autores son especialistas en
la temtica que abordaron y estn acostumbrados
a escribir en un estilo formal por lo que en esta
ocasin se confrontaron con la sencillez que en
ocasiones tiene sus propias complicaciones. Vali la
pena pues el resultado son pinceladas de la colonia
que no por sencillas carecen de seriedad metdica.
Introduccin
colores y ecos de LA COLONIA INDEPENDENCIA
10
qu encontrarn los lectores en este libro?
En primer lugar una parte de la historia urbana
de Monterrey, pero sobre todo el pulso de la
vida cotidiana de uno de los asentamientos ms
emblemticos de la ciudad. En qu sentido es em-
blemtica esta colonia? Baste decir que no es posible
tratar de entender el pasado y presente del rea me-
tropolitana de Monterrey sin tener en mente a la
colonia Independencia. Este libro rene historias y
vivencias de la migracin, arquitectura, devocin
guadalupana, oicios, msica y otros sonidos propios
de esta zona. El libro destaca el apego de la gente a
su colonia as como aquello que les permite a diario
reproducir la identidad de barrio. Este es un tributo
por lo que la colonia Independencia ha compartido
y aportado a la ciudad n CAMILO CONTRERAS DELGADO
HISTORIA
HISTORIA
13
LA HISTORIA DE LA COLONIA Independencia se
remonta a tiempos muy pretritos, ms all incluso
de lo que muchos han aventurado y an sostenido.
Esto que vas a leer ahora no es una historia completa
sobre el desarrollo de este lugar, pero s al menos
un parte de ella que, creo, te ayudar a aclarar al-
gunas de las cuestiones ms relevantes sobre sus
orgenes.
qu es en realidad la colonia Independencia?
Es, en primer lugar, una muy dilatada extensin de
territorio, mayor al tamao de las viejas colonias de
Monterrey, e incluso de muchsimas actuales. Tiene
sus lmites oiciales en la avenida Ignacio Morones
Prieto al norte, y al oriente una lnea imaginaria
que sigue un curso sinuoso partiendo del cruce
de dicha avenida y la calle Baja California, tuerce
en la calle 16 de Septiembre hacia el oriente, topa
en la diagonal Durango sur y sigue hacia el sureste
hasta la calle 5 de Febrero, donde slo recorre unos
cuantos metros hasta tocar la calle Hilario Martnez,
baja por sta seis cuadras hacia el sur hasta topar
con la calle Lago de Ptzcuaro, tuerce al poniente
y avanza cuatro cuadras hasta Baja California otra
vez, slo para bajar una cuadra a la calle Nueva
Independencia y seguir avanzando dos cuadras al
poniente donde, torciendo en Tamaulipas, toma
hacia el sur por una cuadra (es decir, otra vez hasta
Lago de Ptzcuaro), se mueve una cuadra ms al
poniente (calle Nuevo Len) y de ah se sigue al sur,
hasta morir en la cresta de la Loma Larga.
El lmite poniente es poco menos complicado:
comenzando en el cruce de avenida Morones Prieto
y Serafn Pea avanza al sur por dos cuadras, y en
5 de Febrero tuerce una larga cuadra hacia el po-
niente, hasta la calle Po X, slo para volver a tomar
el sur por la calle J. R. Pea y seguir en ese rumbo
hasta terminar en la cresta del cerro. El lmite sur es
ciertamente indeinido: se disuelve en las barriadas
semi improvisadas que pululan en la cresta del
cerro de la Loma Larga, donde no existen calles pro-
piamente dichas, ni manera fcil de llegar a stas.
Tales son los conines de la colonia Independencia.
Pero es necesario decir que no siempre han sido
esos sus lmites. La evolucin de este lugar, desde
que los documentos lo consignan, ha variado, y
siempre en un crecimiento constante. Y a esto hay
que agregar algo que es capital para comprender
mejor el tema: la colonia Independencia ha estado
siempre histricamente unida a la Nuevo Repueblo,
al punto de atreverme a decir que casi son una y la
misma cosa. Surgieron (al menos a la cartografa)
al mismo tiempo, y como vecinas han compartido
glorias y penas similares. Lo que no tiene una, la
tiene la otra: La Independencia tiene una iglesia
antigua y una baslica de culto multitudinario, la
Del barrio San Luisitoa la Colonia Independencia JUAN MANUEL CASAS
colores y ecos de LA COLONIA INDEPENDENCIA
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Nuevo Repueblo tiene la nica plazuela arbolada
de la zona. La primera es complementaria de la
segunda. Son hermanas. Ambas se necesitan y se
son tiles.
En vista de que el tema est ligado al centro de
Monterrey, buena sera la comparativa si comen-
zamos por aqu. En la actualidad a la zona central
emblemtica de nuestra ciudad se le llama primer
cuadro. Se encuentra limitado por las avenidas Ve-
nustiano Carranza al poniente, Coln al norte, Flix
U. Gmez al oriente y Constitucin al sur (o, si se
preiere, el ro Santa Catarina). El primer cuadro
tiene una extensin aproximada de 766 hectreas.
A stas, sin embargo, habra que restarles las que
ocupa la colonia quinta El Mirador (13.8 hectreas)
y los Condominios Constitucin (9.68 hectreas),
que en rigor no pertenecen al espritu del resto
del centro, es decir, son urbanizaciones modernas
hechas ya en el siglo XX. As pues, del primer cuadro
seran en realidad unas 742 hectreas. Ello es la
extensin mxima de la ciudad, deinida y urbaniza-
da en la poca anterior al surgimiento de las co-
lonias, razn por la que es un error (muy comn, por
cierto) llamarle a esta zona colonia Centro, pues
el centro era toda la ciudad, y las colonias lo que se
fraccion a sus alrededores posteriormente, ya con
ines habitacionales.
La Independencia es un caso raro, pero compar-
tido con algunas otras colonias: originalmente era
un barrio ms de la ciudad. Ahora bien, como barrio
sin duda fue el ms populoso y extenso de toda la
historia local. Hoy esta colonia ocupa una supericie
de poco ms de 235 hectreas, lo que representa
el 31.7% de la supericie del primer cuadro. Podra
no sorprender mucho este dato, pero s lo har si
se le compara con las supericies de otras colonias
antiguas de los alrededores: la Nuevo Repueblo
ocupa 88 hectreas, y por lo tanto es la segunda ms
grande. La colonia Obrera tiene casi 44 hectreas,
la Terminal 47.63 hectreas y la Trevio 37.6 hec-
treas. Estas tres ltimas son fraccionamientos
modernos realizados en las dcadas de 1920 y
1930, principalmente para dar lugar a vivienda
de la creciente clase obrera, en plena expansin.
Ninguna de esas colonias, entre muchas otras
que se fraccionaron en esas dcadas, llega a ser
tan extensa como la Independencia, no teniendo
siquiera en conjunto ni la mitad de la supericie de
aquella.
Igual resultado tenemos si la comparamos con
la primera colonia formalmente fundada como
tal en Monterrey: la Bella Vista. Enclavada en una
estratgica zona central hoy da, detrs de la Cerve-
cera Cuauhtmoc y el ediicio de la Comisin Fede-
ral de Electricidad (ambas en la avenida Alfonso
Reyes), fueron adquiridos esos terrenos por el co-
ronel Joseph A. Robertson en 1891 con la intencin
de fundar una zona residencial, cosa que no logr
hasta 1908. La extensin actual de este lugar es de
aproximadamente 44 hectreas, es decir, menos de
una quinta parte de la colonia Independencia.
Al ir tomando conciencia de estas comparacio-
nes, surge la pregunta inevitable: Por qu es tan
grande la colonia Independencia? La respuesta
quiz se halle en los albores del siglo XIX, cuando
naci.
Hay un gran mito sobre su origen que, a fuerza
de repetirlo tanto, ya casi ha adquirido categora
de verdad histrica: que este lugar surgi como
resultado de la inmigracin de gran cantidad de
obreros de la construccin oriundos de San Luis
Potos; suponan ser sobre todo maestros en el
arte de labrar la cantera, bella piedra con que se
HISTORIA
15
aderezaba el Palacio de Gobierno de Nuevo Len
entre los aos de 1895 y 1908. La indicacin del
lugar de donde provena esa fuerza laboral ayuda
a sostener el mito: la colonia Independencia, como
es bien sabido, tena antiguamente el nombre de
barrio de San Luisito. Sin embargo, hay dos hechos
muy elocuentes que derriban este mito: Uno, los
documentos del Ayuntamiento de Monterrey ya
mencionan al barrio de San Luisito desde mucho
antes de 1895, y dos, en el directorio comercial de
Monterrey de 1901 que se custodia celosamente en
la Capilla Alfonsina de la Universidad Autnoma
de Nuevo Len, en su apartado de constructores
y albailes, no aparece nunca un domicilio en el
barrio de San Luisito.
Pero entonces, a qu se debe que ese barrio
haya llevado dicho nombre? Un mito, despus de
todo, tiene un mnimo porcentaje de realidad en
el ltimo de los casos. Por ejemplo, es verdad que
para la construccin del Palacio de Gobierno debi
haberse importado en algn momento mano de
obra potosina, pues cierto es que esas habilidades no
existan en Monterrey, pues ni siquiera esa cantera
es posible hallarla en parte alguna del Estado de
Nuevo Len. quines vinieron a trabajar desde tan
lejos, no slo en la construccin del Palacio, sino
en otras varias obras del periodo 1900-1910, poca
en que se puso de moda construir con esa cantera
(recordemos al Banco Mercantil, al ediicio La Rei-
nera o al Arco de la Independencia, por mencionar
lo ms conocido)? Desafortunadamente ninguno
de los documentos disponibles en el Archivo Ge-
neral del Estado de Nuevo Len, relacionados con
la construccin del Palacio de Gobierno, revela
nombres ni origen de los maestros constructores,
limitndose ms bien a indicarnos lo que de un
modo u otro ya sabamos: que el contratista de esa
El Palacio de Gobierno de
Nuevo Len fue construido de
1895 a 1908 con una estructura
primaria de muros de sillar, todo
recubierto con piezas de cantera
de San Luis Potos. Fue diseado
por el ingeniero capitalino
Francisco Beltrn, y construido
por el maestro de obras Marn
Pea Trevio.
colores y ecos de LA COLONIA INDEPENDENCIA
16
obra fue Marn Pea Trevio (por cierto, hermano
de Serafn Pea, uno de los pilares de la educacin
en el Estado), quien la realiz de acuerdo al diseo
del ingeniero Francisco Beltrn Otero.
Por otra parte, tampoco la cantera de San Luis Po-
tos fue usada por primera vez en Monterrey cuando
se construy el mencionado Palacio de Gobierno.
Baste como ejemplo el caso de la antigua casa de
Lorenzo Gonzlez Trevio, acaudalado comerciante
regiomontano (o reinero, como se deca antes) del
siglo XIX. l mismo cuenta en sus memorias cmo
a raz de un viaje de negocios que haba hecho a
la ciudad de San Luis Potos, qued muy admirado
de la belleza de sus ediicios, decidiendo desde ese
momento que su casa habra de construirse con esa
cantera. As lo hizo pocos aos despus. Esa casa,
ediicada en la dcada de 1860, estaba en pleno
barrio de Bolvar, en la esquina nororiente de lo que
ahora son las avenidas Padre Mier y Cuauhtmoc.
Aquella mansin seorial de dos pisos de altura
tuvo arqueras cuya inura slo fue posible con la
cantera de San Luis, pues el sillar nuestro era de-
masiado tosco como para permitir tallas esbeltas y
soisticadas. La casa de Lorenzo Gonzlez Trevio
fue demolida, en parte, durante las obras de en-
sanche de la vieja calle de Padre Mier, hacia los
aos de 1950-1951. El resto, si algo qued, acab por
desaparecer tras el gran ensanche que se practic
a la calle Cuauhtmoc en 1969 para convertirla en
la avenida que es ahora. As pues, hemos visto que
todo mito debe ser tomado con cautela, para no
caer en la ancdota simplista ni en las deiniciones
reduccionistas.
Pero entonces, de dnde proviene el nombre
de San Luisito para ese barrio? Una vez ms, un
pice del mito puede ser realidad. En primer lugar,
es muy elocuente que dicho barrio haya sido el
nico de Monterrey que tena su nombre en forma
diminutiva, como si se aludiera con ello a algo que
se recuerda con cario. Por lo tanto, no hemos
de descartar que los habitantes mayoritarios de
ese barrio hayan podido ser naturales de San Luis
Potos. (Como comentario al margen, recordemos
cierta proclividad de esa gente a nombrar algunos
lugares en forma diminutiva y cariosa, como por
ejemplo su clebre y tradicional barrio de San
Miguelito.) Ya por su parte, historiadores de re-
nombre (sin duda gente de ms autoridad moral
que la ma) han elaborado convincentes teoras
sobre el origen del nombre San Luisito. Acaso la
ms ejemplar sea la que ha expuesto el maestro
Hctor Jaime Trevio Villarreal, quien sostiene que
tal denominacin se debe a la gran cantidad de
gente que acompaaba a algn militar de alto rango
durante una de las varias campaas de guerra que
hubo en el noreste mexicano desde los primeros
aos de vida independiente. quin pudo haber
sido ese militar? Acaso Antonio Lpez de Santa
Anna en su expedicin de sometimiento a Texas,
por causa de su declaracin de independencia de
Mxico en 1835? Acaso Mariano Arista en calidad
de comandante del Ejrcito del Norte tratando de
recuperar (sin xito) Texas en 1846? Ambos pasaron
por Monterrey en sus marchas al norte. Las dos son
buenas posibilidades, juntas o separadas.
Recordemos que durante todo el siglo XIX las
constantes guerras civiles demandaron tal cantidad
de hombres que ello deriv en una deplorable
prctica militar, muy comn en todo ese tiempo: la
leva. sta consista simplemente en el secuestro de
cualquier persona que se encontrara en el camino
de los militares, con el in de integrarlo a sus fuerzas
armadas. Muchas veces la persona vctima de la leva,
en vista de su inevitable destino, era acompaada
por su mujer y aun por toda su familia, de modo
HISTORIA
17
que las expediciones militares eran un pintoresco
mosaico de la sociedad mexicana, sobre todo la
rural.
Pues bien, a su paso por Monterrey, buena
parte de esos variopintos contingentes debi irse
estableciendo tanto en la ciudad como en la mar-
gen derecha del ro Santa Catarina. Con el paso
del tiempo esos asentamientos humanos debieron
ser nutridos con ms inmigrantes y ello provoc
paulatinamente su consolidacin como barrio. Pe-
ro entonces, esos inmigrantes eran de San Luis
Potos? Es muy probable que la mayora s.
quiz la primera vez que un documento del
Ayuntamiento de Monterrey menciona por su
nombre a este barrio, haya sido en el acta de
cabildo del 17 de marzo de 1842. Sin embargo,
an el nombre es esquivo, pues no se menciona
el diminutivo, sino barrio de San Luis, que en los
siguientes aos se altern con el de Nuevo Re-
pueble (o Repueblo) de San Luis, ms usual sobre
todo en la dcada de 1850. Nuestra apreciacin
se inclina a razonar que acaso por ser el barrio de
reciente creacin, an no se perilaba el diminutivo
como de uso comn. Tal cosa no sucedera por
lo menos hasta la siguiente dcada. A inales de
aqulla, en 1869, las actas de cabildo ya comienzan
a mencionarlo como barrio de San Luisito, si bien
en realidad este nombre slo llegara a ser comn y
frecuentemente mencionado a partir de la dcada de
1880. En cualquier caso, y como ya es muy evidente,
las historias tanto del barrio como de su nombre
datan de tiempos muy anteriores a la construccin
del Palacio de Gobierno y la moda de la cantera.
Todo lo antes dicho apenas nos empieza a dar
una idea de los tiempos en que esa parte de la
ciudad comenz a revestir una importancia de ni-
vel urbanstico, es decir, que mereca mencin
frecuente en documentos oiciales. Pero si hemos
de hacer caso al sentido comn, podramos formular
la siguiente pregunta: qu habra impedido que se
ocupara la margen derecha del ro Santa Catarina
desde los tiempos del traslado deinitivo de la
ciudad de Monterrey a la margen izquierda, hecho
en 1611-1612? En realidad, nada. En otras palabras,
no es descabellado suponer que desde los albores
del siglo XVII haya habido algn tipo de ocupacin
de los terrenos que ahora llamamos colonia Inde-
pendencia, ya en forma de modestos jacales, ya
como un casero. Sin embargo, lo que haya habido
ah durante todo el tiempo del dominio espaol
debi ser tan modesto que no mereci jams re-
presentacin grica alguna n
Acta del Cabildo de
Monterrey levantada el 17 de
marzo de 1842. Este es quizs el
documento ms antiguo donde
se menciona al barrio de San Luis,
despus San Luisito.
colores y ecos de LA COLONIA INDEPENDENCIA
18
HISTORIA
19
DE ENTRE LA CARTOGRAFA conocida de la ciu-
dad de Monterrey la cual no es poca, gracias a
los hallazgos de los ltimos 15 aos, podemos
determinar que la primera vez que el barrio de
San Luisito es representado en mapas, acaso haya
sido en el plano annimo de 1854. Parece haber
sido dibujado con ines militares, pues la ciudad
se aprecia rodeada por varios fortines. Al sur del
ro Santa Catarina son muy claros dos caseros:
uno junto al camino para Huajuco (es decir, villa
de Santiago), y otro algo ms hacia el poniente,
ubicado junto a un camino sin identiicacin, y que
corre ms o menos del ro en direccin sur sureste;
este ltimo parece ser ms un derecho de paso
entre milpas que un verdadero camino. El segundo
casero mencionado, por la ubicacin aproximada
que nos deja ver el plano, debi estar en un punto
alrededor de las actuales calles de Zacatecas, 16 de
Septiembre y Guanajuato.
Llama an ms la atencin el casero primera-
mente mencionado. Como ya anotamos, se encon-
traba a la vera del camino a Villa de Santiago. Este
camino es un trazo diagonal, hecho empricamente
desde tiempos inmemoriales. Todos los mapas del
siglo XIX coinciden en algo: comenzaba en el in
de la actual calle de Mina, cuando sta mora en la
ribera del Santa Catarina. Como nuestro querido ro
nunca fue caudaloso a pesar de tener un lecho muy
dilatado, el paso al sur se haca de manera precaria,
a travs de piedras o maderos estratgicamente
colocados slo para salvar el hilo de agua. Una
vez ganada la otra orilla, el camino pasaba por el
casero mencionado (que para nuestro infortunio
no fue nombrado en este plano). Con el paso del
tiempo lleg al in el trazo cientico de las calles
para la zona sur del ro, pero el camino a Santiago
era tan importante que no hubo cientiicismo que
Pgina anterior:
Plano de la ciudad de Monterrey,
1854 [detalle]. Aqu se observa la
zona donde hoy se encuentran las
colonias Independencia y Nuevo
Repueblo, con notoria manifestacin
del antiguo camino al Huajuco (hoy
Santiago, Nuevo Len).
lo hiciera desaparecer. Ello es tan notable que an
hoy da el ordenado trazo reticular de las colonias
Independencia y Nuevo Repueblo se rompe capri-
chosa e inexplicablemente en un punto: la vieja
Plaza de Verea. La calle que la bordea por su parte
larga (o surponiente, para ser ms precisos) se llama
Durango sur; tiene una extensin de tres cuadras,
cortndose en la calle del 5 de Febrero. Pero si
observamos un plano moderno, veremos cmo tres
calles ms abajo esa diagonal vuelve a surgir, ahora
con el nombre de Ro Pnuco. No es casualidad.
El viejo camino a Santiago era tan importante que
aunque interrumpido por tres hileras de manzanas,
no pudo ser borrado del mapa por completo. Existe
por la colonia Ms Palomas una calle llamada an-
tiguo camino a Villa de Santiago; ste junto con
el que corra por la avenida Ro Pnuco era otro
ms de los varios caminos vecinales que se fueron
formando entre los siglos XVIII y XIX. La calle dia-
gonal de Durango sur, desde 1890 y por algunos
aos, tuvo el nombre de calle de Santiago, por todas
las razones ya expuestas.
El trazo reticular de las colonias Independencia y
Nuevo Repueblo ya estaba deinido de algn modo
desde la dcada de 1840 por lo menos, y si bien
ningn plano conocido de esa o la siguiente dcada
lo representan, en cambio s los documentos del
Ayuntamiento de Monterrey son prolijos en hablar
de las calles del Nuevo Repueble del sur o Nuevo
Repueble de San Luis y del Nuevo Repueble de Ve-
rea, que de todos esos modos y algunas variantes
ms se conoci respectivamente a las dichas colo-
nias a mediados del siglo XIX. Sobre la incoherencia
del camino a Santiago y la traza reticular, veamos un
extracto del acta de cabildo de Monterrey del 14 de
enero de 1856:
colores y ecos de LA COLONIA INDEPENDENCIA
20
[] cuando se deline este [Nuevo Repueblo
del sur] no se pens en que colocar las calles
paralelas [a la] antigua Ciudad sin ijar la aten-
cin en la posicin topogrica del terreno ni en
los puntos dominantes de que deba partir toda
delineacin de una nueva poblacin, razn por
[la] que el camino de la Villa de Santiago, que
no puede ser variado, est trozando el nuevo
repueblo diagonalmente, y una ininidad de
manzanas en tringulos de diferentes tama-
os que no pueden ser fabricados [es decir,
construidos] porque sus ngulos son muy
agudos y muy pequeos, y por lo mismo se
suplicaba se nombrase una comisin que con
vista del plano adjunto proponga a esta corpo-
racin lo que deba hacerse.
Si se nombr despus una comisin, es claro que
mucho no pudo hacerse; ese error en el trazo,
no obstante, le imprime al barrio de la Garita del
sur un aire particular, con sus calles quebradas
y sus rincones insospechados. El enclave de la
actual plazuela de Verea, corazn de la colonia
Nuevo Repueblo, est absolutamente deinido
ya para 1854, y su importancia como camino a
todas las poblaciones del sur (Santiago, Allende,
Montemorelos, Linares, etctera) habra de ser tal
que mereci el establecimiento de una garita ah
mismo. En otras palabras, era una de las entradas
y salidas estratgicas de la ciudad, y la plazuela
de Verea, su puerta. Esa garita estaba en algn
punto de la dicha plazuela; era una dependencia
municipal y, como las otras garitas de la ciudad,
funcionaba como una verdadera aduana, pues no
slo vigilaba la entrada y salida de personas, sino
que ms importante an para el erario signiicaba
un ingreso nada despreciable el cobro de piso,
es decir, de derecho por introduccin de las ms
diversas mercancas. A dichos impuestos en el siglo
XIX se les llamaba arbitrios (al menos en Nuevo
Len), y su reglamento se rein durante el ltimo
tercio de dicho siglo. Se cobr en pesos o en reales,
y variaba de acuerdo al tamao y cantidad de los
carretones que transportaban los productos. La Ga-
rita del sur era un puesto ya muy concurrido para
la dcada de 1870, y lleg a adquirir por s sola tal
relevancia urbana, que acab por dar nombre a la
zona aledaa a sta, de tal suerte que se le conoci
al entorno de la plaza de Verea como barrio de la
Garita del sur, ms o menos desde la dcada de
1880 a la de 1930. Parte de los terrenos del sur de
este barrio fueron convertidos en la colonia Ancira,
cuya iniciativa de creacin data de 1928. La Garita
del sur, como aduana municipal, dej de funcionar
en algn momento alrededor de la primera mitad
de la dcada de 1920. No obstante, el nombre del
barrio persisti varios aos ms, pues todava se le
menciona con frecuencia a mediados de los aos
treinta. Es ms antiguo el entorno de la plaza de
Verea que el resto de la colonia Nuevo Repueblo?
Es muy probable que s. Un casero en un espacio
abierto, de entrada y salida a una poblacin grande,
debi ser mayor incentivo que vivir tierra adentro.
No obstante, fue tan estrecha la relacin entre
los barrios de la Garita del sur y el de Verea, que
plantear una frontera entre ambas es una tarea ar-
dua. Baste saber que, por ejemplo, esta cercana
les hizo formar, en la dcada de 1920, la Junta de
Mejoras Materiales de los Barrios Unidos de la Ga-
rita del sur y el Nuevo Repueble (o Repueblo).
El plano de 1854 llama la atencin porque, a dife-
rencia de lo que otros documentos de esos aos
mencionan, las calles trazadas desde inales de la
dcada anterior aqu no se ven: toda la zona que
es ahora motivo de este libro aparece representada
como tierra labranta.
HISTORIA
21
En 1865 se public el Plano de Monterey y sus
egidos, escrito as, a la usanza antigua: el nombre de
nuestra ciudad con una sola r y la palabra ejidos
con g. Fue levantado y dibujado por el ingeniero
alemn Isidor Epstein durante el verano del ao an-
terior, a pedido del Ayuntamiento de Monterrey,
quienes urgidos de un plano coniable y actualizado
de la ciudad en donde aparecieran de una vez por
todas los escurridizos nuevos repuebles, hicieron
tal encargo con todas las facilidades que pudieron
otorgarle. Su nombre ya haba sido castellanizado
a Isidoro desde su arribo a nuestro pas, el ao
de 1851. Era un personaje muy peculiar, judo,
orgulloso integrante de la colonia alemana de
Mxico, miembro de la Sociedad de Geografa y
Estadstica y positivista consumado, que antes de
radicar aqu por algunos aos, ya haba trabajado
en Aguascalientes realizando diversos trabajos de
ingeniera y levantando algunos planos importantes.
Fue tambin catedrtico de matemticas en el anti-
guo Colegio Civil (aunque, al decir de uno de sus
alumnos, el insigne Miguel F. Martnez, no muy inte-
resante en el arte de ensear lo mucho que saba).
Isidoro Epstein leg para la posteridad una de
las mejores cartas que se hayan realizado en el si-
glo XIX regiomontano. Por primera vez podemos
ver ielmente dibujadas no slo las manzanas de
la ciudad de entonces, sino tambin los ensanches
llamados en ese tiempo repuebles, zonas para donde
debera crecer la ciudad. Hay tres: el Repueble del
norte (es decir, el rea actual del primer cuadro
entre las calles de Washington y Coln), el Repueble
del sur (en buena medida lo que hoy es la colonia
Independencia) y el Repueble de Verea (o sea, la
colonia Nuevo Repueblo). De cierto modo, Epstein
Plano de la ciudad de Monterrey,
1894 [detalle]. Aqu ya se aprecia la
consolidacin urbanstica del barrio
de San Luisito y del Repueble de
Verea, es decir, las actuales colonias
Independencia y Nuevo Repueblo.
Ntese que ambos barrios tenan su
propia plaza pblica.
colores y ecos de LA COLONIA INDEPENDENCIA
22
dibuj lo que a la postre habra de ser virtualmente
el nico plan de desarrollo urbano que en verdad
ha funcionado en toda la historia de esta ciudad.
La representacin de los repuebles del sur y
Verea en el plano de Epstein es la gnesis y dei-
nicin cartogrica de los barrios que existan
desde al menos 20 aos antes. En el Nuevo Len
del siglo XIX se le llamaba repueble (o repueblo)
a las zonas semi pobladas contiguas a una ciudad
o villa consolidada, y que estaban contempladas
para futura urbanizacin. Contrario a lo que el tr-
mino parece sugerir, estas reas no padecieron un
despoblamiento que luego pidiera repoblarse. De
ninguna manera. Eran reas con algunos asenta-
mientos entre lo rural y lo urbano que a partir de su
denominacin como repuebles quedaban destina-
das al orden y a ser consideradas parte de la ciudad.
El plano de 1865 no slo demuestra la irme intencin
de las autoridades municipales por lograr ese orden,
sino que tal cosa era ya en extremo necesaria en
vista de la numerosa poblacin al sur del ro Santa
Catarina que constantemente estaba demandando
soluciones a problemas de toda ndole catastral.
Llama en particular la atencin que el propio
Epstein hizo en su plano algo para el Repueble del
sur y el de Verea que no hizo para el resto de la
ciudad: dibuj algunos cuadritos negros, con toda
seguridad queriendo representar lo que ya estaba
formalmente construido para entonces. Y no es po-
ca cosa: dentro de los lmites de la actual colonia
Independencia seal 20 construcciones, tres de
ellas ms grandes; en el lado de la Nuevo Repueblo
marc ocho, una de ellas ms grande.
Si no fuera porque los documentos de poca di-
cen lo contrario, a juzgar por el solo plano de Epstein
se dira que en esa poca no haba ms intencin
de barrio que su puro trazo en manzanas cuadradas
de 100 por 100 varas (83.8 por 83.8 metros). Pero
como se ha explicado, no fue as. Algunas calles de
los barrios de San Luis (luego San Luisito) y Verea
ya existan, aunque de modo precario. La extensin
mxima que tuvieron esos trazos deinitivos fue as:
al poniente terminaban en la actual calle de Oaxa-
ca; al sur en la actual de Nueva Independencia; al
oriente en la actual de Sonora. Al norte, parte del
lmite era el cauce natural del ro, pero el otro lmite
era una hilera de manzanas al norte de la actual 16
de Septiembre, es decir, aproximadamente donde
corre la avenida Ignacio Morones Prieto.
Mencin especial merece el caso del Repueble de
Verea. La colonia Nuevo Repueblo es de las que ms
nombres alternativos ha tenido desde su creacin.
Es muy probable que su parte ms poblada en esta
poca haya sido la aledaa a la hoy llamada plaza de
Verea, o sea, el barrio de la Garita del sur, pero lo
cierto es que en la representacin de 1865 se indica
una extensin importante hacia el norte, donde sus
lmites los forma la ribera del ro Santa Catarina,
aproximadamente a la altura de las actuales calles
Pedro Martnez o Genaro Garza Garca. Hacia el
oriente terminaba en la misma calle donde lo haca
el Repueble del sur: Sonora. Isidoro Epstein es muy
claro al nombrar esta parte como Repueble de
Verea. Sin embargo, durante las dcadas de 1850
a 1920 se le llam de otros modos tambin: barrio
de Verea, Repueblo de Verea, Nuevo Repueble (o
Repueblo) de Verea, Repueble de oriente o Nuevo
Repueble (o Repueblo) de oriente. Ya en los tiempos
post revolucionarios era ms comn referirse a este
lugar como Nuevo Repueble de Verea, barrio del
Nuevo Repueble o simplemente Nuevo Repueble (o
Repueblo). De ah a ser constituido como colonia
HISTORIA
23
ya slo hubo un paso, sucedido hacia los aos
treinta.
El Repueble de Verea deba
su nombre a Francisco de Paula
Verea y Gonzlez, hombre de
iglesia nacido en Guadalajara
en 1813. Se le nombr obispo
de Linares a mediados de 1853,
tomando posesin de ese cargo
desde diciembre de aquel ao.
(Recordemos que la ctedra del
obispo de Linares en realidad
siempre estuvo en Monterrey.)
Fue muy apreciado por la fe-
ligresa reinera, y debido a
ello se le impuso su apellido
al barrio de que venimos ha-
ciendo mencin. Como sola
suceder con cada uno de
los obispos que en aquellos
modestos tiempos eran enviados a Monterrey,
el doctor Verea realiz varias obras materiales de
gran importancia para la ciudad. En particular se le
recuerda por ser el fundador del Colegio de Nias
en 1856, y el impulsor de la construccin del nuevo
templo de la Virgen del Roble, cuya conclusin en
1901 l no llegara a ver. Se gan la animadversin
de las autoridades de Nuevo Len al oponerse a
las Leyes de Reforma, lo que le vali ser expulsado
del estado por varios aos, de 1857 a 1864. El doctor
Verea ocup el obispado de Monterrey hasta el ao
de 1879, cuando fue nombrado obispo de Puebla,
lugar donde muri cinco aos ms tarde.
En 1894 el litgrafo regiomontano Ramn Daz
public el famoso plano de la ciudad de Monterrey
realizado por el ingeniero Florentino Arroyo, el
mismo que tres aos antes haba trazado las nuevas
calzadas de la Unin y del Progreso (es decir, la cal-
zada Madero y la avenida Pino Surez). En el barrio
de San Luisito ya hay una plaza, y lo que es ms
notable es que aparece con el nombre de plaza de
la Independencia. Este bautizo databa oicialmente
de nueve aos antes, tal como lo asienta el acta de
cabildo del 12 de octubre de 1885:
[] varios vecinos del barrio del Sur [otro de los
nombres con que se conoca al barrio de San
Luisito] desean que la plaza que da frente a la
Capilla de Nuestra Seora de Guadalupe se le
ponga el nombre de Independencia, siempre
que no hubiere obstculo alguno para ello. El
Seor Licenciado Cant, como Comisionado
de Ornato a quien deba orse sobre la anterior
iniciativa, dijo: que como no hay en la Muni-
cipalidad otra plaza con ese nombre, crea no
haber inconveniente acordar lo que desean
El entorno de la plaza de Verea,
corazn de la colonia Nuevo Repueblo,
an conserva parte de la atmsfera
y algunos vestigios arquitectnicos
de su valioso pasado. Sin embargo, el
descuido y la ignorancia han estado
haciendo un peligroso trabajo de
anulacin de la memoria, destruyendo
casas tan valiosas como la de dos
pisos que haba en la cuchilla de las
calles 16 de Septiembre y Durango sur,
vista aqu a la izquierda, en imagen
tomada en 1996. Demolida hace slo
unos aos, hoy slo hay un terreno
subutilizado.
colores y ecos de LA COLONIA INDEPENDENCIA
24
los vecinos del barrio del Sur y as lo propona.
Tomada en consideracin esta proposicin
y corridos los trmites de reglamento, fue
aprobada.
Tres aos despus, la plaza ya luca tres glorietas
que la sacaban de ser un baldo para convertirse en
verdadero paseo para la gente del barrio. La plaza
de la Independencia conserv este nombre, por lo
menos como uso popular, hasta ya bien entrado
el siglo XX, en cuya tercera dcada an se le deca
as, alternndolo con el de plaza de Guadalupe, que
tambin tuvo popularidad en las dcadas de 1910 y
1920. Finalmente, fue rebautizada oicialmente en
1929 con el nombre del poeta veracruzano Salvador
Daz Mirn, fallecido en junio del ao anterior. La
plaza ya no existe: desde hace tres dcadas ocupa
su lugar el ediicio moderno de la Baslica de
Guadalupe.
Esta es la primera vez que un plano oicial de la
ciudad, publicado, consigna los nombres de las calles
de los barrios de San Luisito y Verea. quin les puso
esos nombres a sus calles, y por qu? La histrica acta
de cabildo del 29 de diciembre de 1890 consigna que
la tarea fue encomendada a los regidores Seplveda
y Margin, quienes para el efecto presentaron un
plano de toda la urbanizacin al sur del ro Santa
Catarina, indicando todos y cada uno de los nombres
que habra de llevar. Sorprendentemente coinciden
casi todos. Comenzaron por el extremo poniente, a
cuya ltima calle bautizaron con el nombre de calle
de Occidente (justo el que an conserva hoy da).
Despus, enumeraron la sucesin de calles de ah al
oriente, tal como estn ahora: Morelia, Campeche,
Tabasco, Colima, Tlaxcala, Oaxaca, Veracruz, Yuca-
tn, quertaro, Zacatecas, Guanajuato, Jalisco, San
Luis Potos, Nuevo Len, Tamaulipas, Coahuila, Baja
California, Chihuahua, Durango, Michoacn, Aguas-
calientes, Sinaloa, Sonora, y Chiapas; la que sigue al
oriente hoy se llama Tepic, pero en aquel entonces,
como lmite mximo en aquella direccin, recibi
muy atinadamente el nombre de calle de Oriente.
Plano de la ciudad de
Monterrey, 1894 [detalle].
Aqu ya se aprecia la
consolidacin urbanstica
del barrio de San Luisito y
del Repueble de Verea, es
decir, las actuales colonias
Independencia y Nuevo
Repueblo. Ntese que ambos
barrios tenan su propia plaza
pblica.
HISTORIA
25
Por qu si se usaron en ese entonces slo 23 de
los 31 estados y territorios del pas, no se escogi
otro nombre para la calle Morelia, toda vez que el
tema era nombres de estados de la Repblica y no
capitales? La piia no pareci haber sido advertida
en aquella sesin de cabildo, y ha persistido hasta
nuestros das, acompaada tres aos ms tarde con
el rebautizo de la calle Oriente por el de Tepic, que
tambin es una capital. Agregado luego el estado de
quintana Roo, quedaron fuera y para siempre los
nombres de siete estados: cinco de ellos Hidalgo,
Guerrero, Morelos, Mxico y Puebla porque ya en
esa poca identiicaban cntricas calles de la ciudad;
los otros dos fueron los grandes desairados: Na-
yarit y Baja California Sur (que aunque no era an
estado sino territorio, tena la misma categora de
quintana Roo en la poca poririana).
Las calles de norte a sur coinciden casi todas: 16
de Septiembre, 5 de Febrero, 2 de Abril y Libertad
tienen sus nombres originales. La actual Castelar
fue propuesta con el nombre de calle del 27 de
Septiembre; Tepeyac haba sido propuesta con tal
nombre, y Nueva Independencia, siendo la ltima
del trazo, recibi el apropiado nombre de calle
del Sur. Para 1894 la actual Castelar en realidad
recibi el nombre de Tepeyac. (El nombre de la
calle Nueva Independencia no aparece sino hasta
aproximadamente en 1940). Pero hubo ms calles al
norte de 16 de Septiembre; cuatro, para ser exactos.
En 1890 pareca haber slo tres, y fueron nombradas,
de norte a sur, calle de San Luisito, calle de la Inde-
pendencia y calle de la Constitucin. Luego se agre-
gara la calle de la Repblica. La gran inundacin
de agosto de 1909 (sin duda la peor tragedia de su
tipo para Monterrey en todo el siglo XX) arras por
completo 18 manzanas del barrio de San Luisito, y
da severamente otras 41. Esa zona literalmente
borrada del mapa era la que tena las mencionadas
calles de Repblica, Constitucin, Independencia y
San Luisito, pero tras la reconstruccin de la ciudad
ya nunca ms se volvi a contemplar la urbanizacin
de las anchas riberas del veleidoso ro Santa Catarina,
que aparentemente inofensivo, de vez en cuando
hacer notar a los desmemoriados regiomontanos
que slo est dormido, pero no muerto.
El plano de la ciudad de
Monterrey publicado en
1901 nos muestra a los
barrios de San Luisito y
Nuevo Repueble sur con dos
tonos, como para indicar qu
manzanas estaban realmente
pobladas y qu otras slo en
trazo. No obstante, hemos de
entender que esto slo hara
referencia a consolidaciones
oiciales, pues toda la zona
estaba poblada de un modo
u otro.
colores y ecos de LA COLONIA INDEPENDENCIA
26
Como se habr visto, mucho antes de inalizar el
siglo XIX el barrio de San Luisito ya tena una plaza
de la Independencia y una calle de la Independencia.
Acaso seran preiguraciones de su destino e iden-
tidad? No. Slo fueron grandes casualidades. Al
barrio se le cambi el nombre con motivo de las
iestas del Centenario de la Independencia. El da
5 de septiembre de 1910 el presidente de la Junta
de Mejoras del barrio de San Luisito, Arnulfo Tamez
Rodrguez, solicit a nombre de los vecinos del ba-
rrio que se le cambiara el historiado nombre que ya
se haba estado usando popularmente desde haca
unos 70 aos, por el de barrio de la Independencia,
para ir acorde a los tiempos de celebracin. Fue
aprobada la solicitud de inmediato. As se elimin
una nomenclatura y naci otra que, justo en este
ao, ya ser centenaria.
Hay algo que admirarle a los vecinos del
San Luisito de 1910: su inlamacin patritica les
hizo escoger el nombre que ms les gust para
rebautizar su querido barrio. En los tiempos que
corren esto sera un privilegio insospechado: los
vecinos de muchas zonas populares se han tenido
que conformar con que alguien ms, por motivos
muy alejados de cualquier sentimiento levemente
patritico, bauticen sus colonias con los nombres
de los ms impresentables polticos.
Durante la primera mitad del siglo XX hubo un
interesante proceso de suma arquitectnica a lo que
se haba heredado desde el siglo anterior. Mientras
que la predominancia en el XIX fue el jacal de carri-
zo, de adobe o de madera, ya desde los tiempos del
gobernador Bernardo Reyes (1885-1909) el auge
econmico del estado permiti
tambin la sustitucin de esas
construcciones por otras de si-
llar, es decir, un material ms
duradero. As se form la cara
ms conocida del Monterrey
antiguo, incluyendo estos
barrios del sur. Esa fue la ar-
quitectura verncula, signo
ms fuerte y reconocible
de la identidad local, y de la
cual hoy quedan bastante
menos sobrevivientes de
los que quisiramos.
Despus de la Revolu-
cin Mexicana otras ten-
dencias arquitectnicas
se impusieron en la
ciudad, y las colonias
Independencia y Nuevo
Libro de actas del Cabildo
de Monterrey que muestra la
levantada el da 5 de septiembre
de 1910. Asienta la solicitud hecha
por Arnulfo Tamez Rodrguez, en
representacin de los vecinos del
barrio de San Luisito, para cambiar
el nombre de ese barrio por el de
Independencia, unindose as a
la celebracin del centenario de
dichas iestas patrias.
HISTORIA
27
Repueblo no fueron repelentes a ello. Magnicos
ediicios del Movimiento Moderno (lenguaje arqui-
tectnico desarrollado en las dcadas de 1930 a
1960) se construyeron aqu, principalmente escuelas
(como la Jess M. Montemayor, la Abelardo L. Ro-
drguez o la Eliseo B. Snchez) y dependencias
hospitalarias (como los ediicios del Instituto Mexi-
cano del Seguro Social). A dicho movimiento se
sum tambin la tendencia ms conservadora del
Estilo Californiano, que es ms reconocible por
la aplicacin de ornamentos de inspiracin co-
lonial, tendencia de moda durante las dcadas ya
sealadas.
La falta de comprensin del valor que tienen
las viejas construcciones de las pocas que he-
mos mencionado, agregada al ms daino afn
comercial, hace que esas arquitecturas que forman
parte importante de la identidad de las colonias
Independencia y Nuevo Repueblo estn siendo
destruidas. Ello ha provocado un empobrecimiento
constante del paisaje urbano y una prdida irrepa-
rable de los elementos de identidad de la zona,
porque adems, generalmente nada mejor las
sustituye. De nada servirn las leyes mientras los
ciudadanos no se convenzan de las ventajas de con-
servar esas arquitecturas.
quizs el barrio de la Independencia siempre
fue demasiado extenso para ser slo un barrio. De
hecho, no lo pudo ser ni en sus pocas de apogeo,
cuando todos lo conocan como San Luisito. Ah,
entre ste y el barrio del Nuevo Repueble de Verea
todava hubo manzanas, distancia y espacio para
enclavar otros dos barrios, el de la Garita del sur y
el de Cuesta Blanca. Curiosamente, este ltimo y
no mencionado hasta ahora, es el que, por nombre
al menos, tiene ms antigedad que los otros
En la esquina norponiente de las
calles 16 de Septiembre y Jalisco se
encontraba la casa de salud mental
fundada por el Dr. Manuel Camelo
Camacho en 1937. Por dcadas el
Manicomio del Dr. Camelo (como
era conocido popularmente) fue
un referente urbanstico y social de
Monterrey, hasta el punto de hacer
de su apellido un virtual sinnimo
de todo lo que tuviera que ver con
conductas extraas o inusuales.
Clausurado en 1972, el ediicio
abandonado an sobrevivi casi tres
dcadas, hasta ser demolido.
colores y ecos de LA COLONIA INDEPENDENCIA
28
tres. Ya desde tiempos tan remotos como 1822
los documentos del Ayuntamiento de Monterrey
hablan de este lugar, aunque no en los ms honrosos
trminos:
Reclam tambin el mismo Seor Procura-
dor el desorden que se advierte en la Cuesta
Blanca por la reunin de diversas gentes vagas
y desarregladas que se juntan a cometer sus
delitos, sobre lo que pide el remedio y as
mismo que se vea con qu ttulo o facultad
estn avecindados ah.
Los barrios siempre suelen ser ms pequeos. Es
muy probable que por esa razn ya en el siglo XX el
Plano que reconstruye a
grandes rasgos la extensin
aproximada y nombres de los
cuatro barrios que haba al
sur del ro Santa Catarina
desde el siglo XIX y hasta la
dcada de 1920.
siglo de las soisticaciones y compartimentaciones,
de la desesperante especiicidad se haya decidido
que no sera ms un barrio de la ciudad (es decir,
un barrio del ahora centro de la ciudad), sino una
colonia por s misma. Cundo sucedi esto? Los
documentos oiciales no parecen consignarlo es-
pecialmente. Desde mediados de la dcada de
1920 ya se hablaba de la colonia Independencia.
Sin embargo, la costumbre generalizada hizo que
an hasta principios de los treinta se le siguiera lla-
mando barrio tambin. En la actualidad (y desde
hace varios aos), el uso cotidiano identiica a dicha
colonia simpliicndola con un mote ms corto y
familiar: La Indepe n
VIDA COTIDIANA
29
VIDACOTIDIANA
colores y ecos de LA COLONIA INDEPENDENCIA
30
VIDA COTIDIANA
31
Es objetivo de este texto, es el de mostrar al-
gunos rasgos de este territorio de la cultura e
imaginario urbanos que se condensan en la
colonia Independencia, que son parte de su ca-
rcter particular, de su rostro frente a otros ms
en el encuentro cultural que es nuestra rea metro-
politana. Su pasado, ha creado un ambiente actual
de enorme diversidad, un microcosmos que sintetiza
la historia de por lo menos los ltimos 100 aos de
la ciudad de Monterrey.
Una colonia con casi un siglo de fundada, es una
pieza de abolengo que debemos proteger, es la tierra
de una autenticidad sin isuras. Luego de ms de un
siglo de ser habitada la zona, existen capas sobre
capas de formas de signiicacin, unas en ruinas,
otras perdidas o rescatadas, otras ms ocultas tras
nuevas apariencias. El pasado de muchos hombres y
mujeres sigue anclado a los barrios y las calles de la
colonia, a sus personajes, a los recuerdos de todos
y los individuales, esos que aseguran hoy que antes
ah existi otra ediicacin, hubo otro dueo, y que
aun desaparecido permanece en lo que actualmente
recordamos.
Sabemos que pretender hacer uso generalizado
del nombre colonia Independencia es un error. Hay
una enorme diversidad cultural, tanta que tratar de
hacer un solo retrato, una sola imagen de toda esa
abigarrada concentracin de barrios, es una tarea
imposible. Es alternando algunos aspectos de este
gran escenario, que fue posible acercarme a este te-
rritorio tan lleno de historia, presencia y futuro.
El ro Santa Catarina
El ro, adems de ser una frontera natural entre dos
espacios con formas de vida diferenciadas cultural y
econmicamente, histricamente ha sido un actor
protagonista de la tragedia; en la inundacin de 1909
parte de los terrenos de la colonia fueron arrancados
por el ro, desapareciendo varias manzanas aledaas
a las mrgenes del ro, otras desgracias en donde
el actor principal volvi a ser el ro fue el huracn
Gilberto y Alex, este ltimo borrando una buena
parte de las avenidas Constitucin e Ignacio Mo-
rones Prieto.
Los hermanos Ramrez, personas de la tercera
edad, habitantes de la colonia desde su infancia,
narran que con las inundaciones era imposible pasar
los cuerpos de las personas que moran en la colonia
y enterrarlos en los panteones de Monterrey, por
lo tanto los muertitos eran sepultados a un lado
del Santuario. En el caso de los heridos, la mayora
moran, pues no haba servicios de salud en esta
Paisajes, querencias y apegos
ALEJANDRO GARCA GARCA
colores y ecos de LA COLONIA INDEPENDENCIA
32
parte de la ciudad de Monterrey, tardaba mucho
en llegar cuando era posible la ayuda mdica. La
otra faceta del ro, la grata, tambin es comentada:
[...] luego de tiempo, quedaban unos charcos grandes,
bastante agua pasaba, segua corriendo, yo creo ve-
neros de all de la sierra, despus estaba cristalina,
muy bonito, porque la gente iba a lavar, a baarse []
Ah, los ines de semana la Independencia sale
de sus terrenos, hacia uno de sus ambientes ex-
ternos: el mercadeo informal. La pulga asentada
precisamente en el lecho del ro Santa Catarina, bajo
el llamado puente del Papa, es una prolongacin
natural de las actividades de los habitantes de la
colonia. Tambin el lecho del ro fue el lugar donde
se jugaba futbol gratis, de cualquier forma, antes de
privatizar y formalizar estas reas.
Sus barrios
La coniguracin de los asentamientos en la zona
que hoy es conocida como la colonia Independencia,
fue desde antes de su fundacin, a partir de barrios.
El barrio de San Luisito, fue dando paso a otros
ms: Cuesta Blanca, la Faja de Oro, poblados por
inmigrantes bsicamente de los estados de San Luis
y/o Zacatecas.
El sentido de apropiacin territorial e identidad
generada por los barrios, la lucha por defender sus
fronteras, ha sido motivo principal de rias viejas y
nuevas en el lugar. A diferencia de colonias como
Mitras o Cumbres, aqu existen delimitaciones
internas que rompen con la homogeneidad, que
fragmentan el territorio y crean un fuerte sentido
de pertenencia en cada uno de los grupos.
Este apego de los pobladores a algunas de sus
calles, mucho ms que a otras, es una forma de
lograr un sentido de pertenencia pleno, que reta,
que se niega a slo ser un puado de calles ms en-
tre otras muchas.
Deca don Rodolfo Garca en una entrevista
realizada en su oicina por la calle de Tamaulipas,
VIDA COTIDIANA
33
hace unos aos residente de la colonia toda su
vida, hoy ya fallecido,
[] para m, en lo personal, aqu en la zona
sur, este barrio donde vivimos, estas calles de
aqu a Castelar, yo pienso que nunca en la vida
volveramos a tener nosotros otro lugar donde
vivir y pudiramos encontrar las gentes con las
que podamos convivir como lo hemos hecho
aqu, porque aqu nos vemos todos como
una familia, todos convivimos con todos, en
los momentos difciles, en las buenas y en las
malas ah estamos.
Sus calles
La accidentada topografa de la loma, condiciona las
formas de traslado a pie o en vehculo, casi siempre
se est subiendo o bajando, las escaleras estn
por todos lados: en banquetas, en los accesos a las
viviendas y como nica forma de hacer camino en
la parte alta, donde lo pronunciado del terreno no
permite paso de vehculo automotor alguno.
En la colonia se baja al trabajo y se sube a la
casa, el arriba es descanso, apoyo, el abajo es dis-
criminacin, explotacin. Hay generalmente un es-
fuerzo fsico al subir, mayor o menor, compensado
por el sonido producido por el abrir de la puerta de
la casa, del nuevo contacto con el centro personal,
punto de partida y retorno.
En las calles, especialmente por las maanas, el
saludo de la vecina, la pltica que se alarga mientras
se barre la banqueta, la convivencia prolongada
por generaciones da vitalidad a lo cotidiano, le da
un lugar en el espacio, la convivencialidad est
presente.
En algunas calles el intenso trico de la colonia,
contrasta con la paz de otras, detenidas en un
permanente domingo, en una degustacin por lo
inmediato que rebasa los membretes (martes, jue-
ves, lunes) colocados sobre este soleado o nublado
da.
Todos, pero especialmente los ancianos de la
colonia, no slo han visto los drsticos cambios
sucedidos en su ambiente inmediato, tambin, por
su situacin visual, han observado cambiar al cen-
tro de Monterrey, de ese Monterrey que quiere
ser moderno. El contraste es grande, mientras que
sus calles se mantienen en el olvido, el centro de la
ciudad cambia con la llegada de cada gobernador
o alcalde, el cambio de las avenidas cercanas a la
plaza Hidalgo a calles peatonales, la Macroplaza
y la destruccin anterior de las viviendas que ah
se encontraban, la aparicin del Barrio Antiguo,
el Paseo Santa Luca, Cintermex, son slo algunos
de los ejemplos recientes de estos cambios, vistos
desde la loma por los habitantes de la colonia.
En todo este ambiente, es al medioda cuan-
do entre ruidos y colores de la publicidad que
envuelve literalmente a los camiones del trans-
porte pblico, los nios y los jvenes salen de las
escuelas integrados en grupitos, llenando con los
colores de sus uniformes estas calles ya bastante
combinadas de colorido. Son ambientes cotidianos
donde los gritos, el correr para subir al camin de
casi 20 muchachos y muchachas, rompe con toda
monotona, con toda visin esttica de la colonia y
su vida cotidiana.
Aqu en la Indepe lo cotidiano no es sinnimo de
rutinario, lo cotidiano est cargado de esfuerzos, de
colores y ecos de LA COLONIA INDEPENDENCIA
34
lucha, de resistencia y tambin de excesos regulares,
de extraordinarios eventos violentos, que invitan al
temor a quien tiene otra forma de vida.
Viviendas
La historia de la ciudad, a manera de la contraparte,
puede leerse en la diversidad de tipos de vivienda
y aislarse por un momento en la colonia Inde-
pendencia. La aparicin de nuevos materiales, las
nuevas concepciones sobre lo que es o debe ser una
vivienda para la familia y el individuo, estn plas-
madas en el crecimiento de esta zona popular de
la ciudad.
Por si esta complejidad estilstica no fuera sui-
ciente, debemos sealar nuevamente la accidentada
topografa del terreno de la loma. Hay viviendas que
estn asentadas bajo el nivel de la calle, llegando a
ellas a travs de escaleras que permiten descender;
por otro lado, estn las viviendas que han requerido
contar con banquetas-escaleras, que necesitaron
construir para subir varios metros y poder entrar a
su casa.
En la colonia Independencia todo diseo y
materiales son posibles y aceptables si se trata de
una vivienda. Existen casas muy antiguas, con ma-
teriales que difcilmente hoy podemos obtener
como el adobe, el sillar y cierto tipo de piedras; se
trata de una historia de la arquitectura popular de
Monterrey que ha dejado destellos aislados aqu
y all, mezclndose todos ellos en una amalgama
actual que poco permite reconocer un paisaje
homogneo.
La heterogeneidad de estilos, es elemento per-
manente en sus calles, las viviendas son nicas, no
hay repeticiones interminables en las perspectivas,
hay expresiones particulares que se conjugan en
ambientes de cohesin como la cuadra. Es notable
el uso de colores muy saturados: rojos, combinados
con amarillos y celestes, verdes con anaranjados.
Adems, casi siempre estn las expresiones de los
graiteros en los muros, mensajes entre pandillas,
para todos, para alguien en lo particular, un len-
guaje a veces en sombras para los adultos, slo
comprensible por ellos mismos.
Insistimos en que es perceptible tambin la
combinacin de varios materiales en la ediicacin
de una misma vivienda, asentados, suponemos, en
momentos de acceso familiar a este mejoramiento
de la vivienda: block de concreto, madera, ladri-
llo, sillar, pueden ser combinados de manera
audaz, buscando centralmente la respuesta a pro-
blemas como mayor espacio, goteras, isuras, de-
rrumbamientos, etctera.
Luego de ms de 100 aos de ser habitada
la colonia, existen capas sobre capas de formas
de signiicacin, unas en ruinas, otras perdidas
o rescatadas, otras ms ocultas tras nuevas apa-
riencias. Y en otros casos, ediicaciones que, por
ejemplo, mueren lenta pero heroicamente, como
una muestra pura del pasado que nos saluda an-
tes de desaparecer, dignamente, como muchos
tejabanes, casas de sillar o adobe, llenas de historia,
de motivos que amalgamados, constituyen el refu-
gio domstico familiar, su carcter, su lenguaje o
decir arquitectnico.
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colores y ecos de LA COLONIA INDEPENDENCIA
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FALTA PIE DE FOTO
colores y ecos de LA COLONIA INDEPENDENCIA
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Mercados sobre ruedas
Me gustan esos paisajes de toldos de colores, mo-
vindose, protegiendo del sol a los compradores que
pasan y a los vendedores ubicados temporalmente
en los mercados sobre ruedas. Cada da de la semana,
uno se instala en algn sitio de la colonia y resulta
un excelente pretexto para que la gente salga de
sus casas, para comprar o no poco importa, para
verse s, para salir, especialmente se lleva a los
ancianos y a nios pequeos que casi no salen de
sus viviendas por una u otra razn. Ah se juega a
la lotera, se compra algn juguete barato para el
nio, se pregunta por el cuidado de una planta o
algn pjaro, se escucha la msica de los negocios
que venden discos, se sabe de las nuevas pelculas,
de lo que pasa, ms all de sus cuatro paredes.
Este bullicio generado por los vendedores de
discos, pelculas, fruta, comida, conforman un
caleidoscopio que enriquece sus formas cada vez
que volvemos a mirar en l. Y mientras la ciudad
vive un lunes vspera de la quincena, aqu en el
mercadito huele siempre a domingo y la barbacoa
y el menudo estn calientes.
Aparte de estas compras semanales, est un
personaje que ha recorrido las calles de la colonia
por casi 30 aos, llevando hasta las puertas de su
casa: verduras y frutas. Mientras su yerno empuja
un carretn con las mercancas, l va gritado al
frente, repetidas veces en cada cuadra si hay, si
hay!, para ser identiicado por sus clientas. Este
encuentro propicia tambin formas de cohesin
y comunicacin entre vecinos, que son ya poco
comunes. Ese seor es una tradicin, nos dice uno
de los vecinos, que desgraciadamente no record
en ese momento el nombre de nuestro personaje.
VIDA COTIDIANA
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colores y ecos de LA COLONIA INDEPENDENCIA
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Templos
Como contraparte a la dinmica de violencia real
o imaginaria que los regiomontanos le adjudican a
la colonia, la irradiacin del Santuario y Baslica a
la Virgen de Guadalupe, fomentan el peregrinar y
el asentamiento temporal de muchos, pero espe-
cialmente de ancianos abandonados, enfermos
mentales, desempleados, muchachos expulsados
de sus hogares, grupos de excluidos que se acogen
a esas paredes, a la piedad de las personas que se
asisten a esos templos religiosos.
La arquitectura religiosa clsica del Santuario,
frente a la moderna propuesta arquitectnica de
Pedro Ramrez Vzquez en la Baslica. La primera
hecha tambin con trabajo de los propios habitantes,
lo menciono porque en conversacin personal, re-
corriendo las calles de la colonia y si no recuerdo
mal, Daniel Sifuentes, comentaba que se tiene re-
ferencia de que en los tiempos en que se inici la
cimentacin del Santuario, la gente de la colonia
suba por piedras a la parte alta del cerro, llevando a
sus hijos pequeos que tambin colaboraban segn
su edad, arrojndolas luego en los grandes pozos
hechos para la ediicacin, todo ello como un acto
de contribucin personal o familiar y tambin de
econmico paseo dominical.
Sus alrededores, han sido y son uno de los
refugios ms importantes de la poblacin de indi-
gentes, cobijo contra una sociedad donde el dinero
mueve todo y aquel que no se ajusta a este ritmo
donde el tiempo es dinero, es expulsado sin
piedad alguna. Aqu el indigente no es tolerado, sino
comprendido, asumida su presencia como parte de
la vida cotidiana, de la gente, no es rechazado o
sacado por la polica de sus calles.
Como sitios esenciales del guadalupanismo a
nivel regional, acogen la llegada de los creyentes,
son los sitios de la calma, lugar del sentimiento
religioso, del acto de fe. Caminando por all, se per-
cibe una organizacin fuerte de los vecinos para
cuidar las instalaciones de ambas ediicaciones y no
permitir su mal uso.
Como sabemos, desde el 12 de octubre y hasta
el 12 de diciembre, la parte baja de la colonia es
un festejo permanente, las calles se adornan con
banderillas de colores llamativos que cuelgan
en cables de lado a lado de la calle, a lo largo del
recorrido al interior de la colonia que hacen las
procesiones a los templos por parte de grupos de
personas encabezados por sus danzantes o mata-
chines, generalmente haciendo tronar sonoros
cohetes al aire y claro, est la venta de dulces,
aiches guadalupanos y toda clase de mercanca que
al visitante se pueda ofrecer. Incluso, las banquetas
cercanas al Santuario y la Baslica se vuelven
temporalmente lugar de negocios ambulantes o
algunas personas alquilan la cochera de su casa
para que alguien venda ah. Son los festejos a la
Vrgen de Guadalupe, cerrando todo el ritual el da
12 de diciembre con grupos distintos de mariachis
entonando Las Maanitas ante el altar con un
templo lleno a reventar.
El seor Ramrez comenta respecto a la tradi-
cin religiosa vinculada a la historia del Santuario:
Todava [] en tiempo de semana santa, el
viernes santo, se juntan ciertas gentes can-
tando unas alabanzas tan antiqusimas,
posiblemente enseadas por los primeros
evangelizadores espaoles, antiqusimas las
alabanzas, pero bien preciosas y la gente que...
muy antiguita, se las saben y se hace un seor
VIDA COTIDIANA
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coro!, vale la pena orlo, grabarlo... el viernes
santo. [Y su hermana agrega] No son voces
educadas, les sale el canto con amor, con
dolor, con todo, eh.
Esta dedicacin y vida de los habitantes en torno a
estos templos, radica en mucho en el esfuerzo de
un personaje determinante, monseor Jos Ochoa,
quien desde 1932 inici su labor en el Santuario,
dndole forma a los organismos religiosos y piado-
sos incados en la labor de la gente: seoras, mu-
chachas, adolescentes. Segn conversaciones de
gente mayor, gustaba de salir y recorrer la colonia,
aun hasta las partes ms altas, como al llamado
Tanque Guadalupe, donde se practicaban deportes
o las personas asistan a hacer ejercicio. Comenta el
seor Ramrez al preguntar por el padre:
Conoca a todo el mundo y todo mundo lo
conoca, por qu? Porque ya anciano y todo
le gustaba mucho caminar, cuando ya no lo
pudo hacer en la calle, caminaba en su patio,
la gente lo vea y se le amontonaba Padrecito,
cmo est?! Usted me bautiz, usted me
cas, pero as de gente, y luego una memoria
tan prodigiosa que tena: t eres mengana,
t eres fulana, una memoria prodigiosa que
tena a pesar de su ancianidad. Bautiz a miles
de gentes, cas a miles de gentes, confes a
miles de gentes tambin, del 32 casi hasta que
falleci. Y ese padre tena unas relaciones tan
tremendas!, desde con el ms humilde, hasta
con el ms millonario de Monterrey.
El trabajo del padre Ochoa, a cargo del Santuario
durante varias dcadas, permiti que las personas
encontraran en aquellos lugares y en su palabra, lo
que necesitaban. Un reposo para sus desvelos, un
sitio para confesar lo ms personal e ntimo, para
coniar entre sus paredes en un futuro deseable
para los queridos y para ellos mismos.
Msica
La Independencia sabe tocar y danzar bien, muy
bien, sabe acogerse a la msica. Es la comunidad
riberea al lado de nuestro gran ro, sus paisajes
y sus terribles sorpresas, ahora seco a fuerza de
canalizar su caudal, pero que fue y puede mostrar
nuevamente ser, un poderoso factor de inluencia
en la vida de los habitantes de la colonia y de la
propia ciudad. Es una hiptesis arriesgada, pero
no deja de ser curioso que en sus calles se viva un
nivel de permisividad que es muy frecuente en las
comunidades costeras, adems de su gusto por la
msica tropical.
La msica, ha formado parte de ese carcter par-
ticular de la colonia. Desde los corridos y boleros
con fara-fara (conjunto de bajo sexto, acorden y
tololoche), hasta los sonideros del disco de acetato
y de all al llamado MP3. No olvidemos, por favor,
que nos referimos a la Indepe-Colombia, al lu-
gar donde se asientan los poderes nacionales del
vallenato colombiano y vive por ah muy cerca su
rey: Celso Pia. Este gusto por la msica conlleva la
danza, el juego colectivo, en parejas (que no nece-
sariamente son hombre y mujer) o grupos como la
llamada rueda de la cumbia, evento de interaccin
cara a cara que pareciera retornar en sus movimien-
tos a las fuentes africanas, los orgenes del sentido
en el uso del cuerpo que rompe, que detona y que
no miente.
Es domingo, media maana, desde la intermi-
nable hilera de escalones all arriba, se escucha una
cumbia rebajada, el volumen es alto, todos comien-
colores y ecos de LA COLONIA INDEPENDENCIA
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zan a despertar. Un nimo menos depresivo tambin
se enciende en otros chantes y con ello el centro de
resonancia de una decena de vallenatos, de cumbias,
de siempre y de hoy, saliendo de una y otra vivienda,
despertando en un dilogo sonoro que llena la atms-
fera. El dilogo se prolonga por muchas horas, hasta
que algunas familias comienzan a media tarde a salir
a dar el paseo dominical.
La colonia Independencia es un ambiente de
posibilidades de expresin cultural autntica, est
nutrida por una historia y personajes intensos, que
no dejan lugar a lo anodino o lo neutral. Es lugar
donde se toman decisiones, buenas y malas, con
efectos mltiples, la homogeneidad es propiamente
inexistente en trminos urbansticos, la diversidad de
grupos sociales que ah se congregan es una prueba
del reto que signiica pensar efectivamente en una
multiculturalidad, en sus bondades y sus riesgos.
A manera de cierre
Estos paisajes urbanos, adems de las viviendas,
cuentan como elementos no comentados aqu,
pero dignos de mencin, indispensables en la vida
de la colonia y sus barrios: las tiendas y abarrotes,
escuelas, templos, cantinas, plazas, talleres, cines,
eventuales llegadas de circos al lecho del ro, sus
viejas y nuevas canchas deportivas, todos escenarios
de una interaccin social que ha llegado a ser nica,
que tiene un carcter tal, que en el imaginario
urbano es un ambiente de vida, un lugar inevitable
de mencionar si se trata de hablar de la ciudad de
Monterrey n
VIDA COTIDIANA
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Hace aproximadamente 15 aos, cuando por primera vez llegu a Mxico como emigrante de
los Estados Unidos, caminaba en el rea de la
Macroplaza admirando la arquitectura del lugar,
observando a los oicinistas y a los jvenes caminar
por la plaza. Recuerdo haber pensado, este es el
centro del poder poltico, econmico y social, este
debe ser el verdadero Mxico!. Pero despus mir
ms all del ro Santa Catarina y vi una rea que
despus identiiqu como la colonia Independencia
y comenc a preguntarme, si mi deinicin de lo que
era el verdadero Mxico haba sido muy apresurada
(posteriormente, con el tiempo, descubr que M-
xico tiene facetas muy complejas que desafan su
deinicin). Armado con estas dudas y mi cmara,
camin por las calles de la Independencia e inclusive
sub ms all de la colina, al rea de la Risca, para
ver cmo se apreciaba desde el otro lado del ro
la Macroplaza, el Palacio Municipal, la Catedral y
las oicinas. Encontr que las calles de la colonia
Independencia eran muy diferentes de aquellas,
menos espectaculares, pero llenas de vida y vibra,
dndole un interesante sentido de ritmo y textura,
con puestos de comida en cada esquina, personas
sentadas en los escalones de sus puertas y vecinos
platicando en la calle.
Antecedentes histricos
Sobre el origen de la colonia Independencia hay
diferentes versiones, una de ellas es la que se
presenta en este libro, sin embargo la ms conocida
hasta ahora es la que sostiene que fue fundada
por inmigrantes de otros estados de Mxico,
principalmente de San Luis Potos y Zacatecas. A
inales de 1800, Monterrey experiment una era
de prosperidad y desarrollo econmico ganando
importancia a nivel regional. El gobernador Bernardo
Reyes comenz en 1895 la construccin de un nuevo
Palacio de Gobierno, terminndolo 13 aos despus
en 1908. Para el Palacio, el gobernador preiri
una formalidad esttica del estilo neo clsico, y
adecuado a este estilo, el ediicio fue adornado en
sus fachadas con revestimientos de cantera rosa
al igual que sus columnas y detalles. Sin embargo
la roca de cantera rosa era slo encontrada en el
estado de San Luis Potos y por consiguiente fue
importada y transportada por ferrocarril. Al mismo
tiempo, los artesanos, famosos por su habilidad
para tallar y cincelar la roca, se encontraban en San
Luis Potos y Zacatecas y en busca de trabajo fueron
atrados hacia Monterrey.
Arquitectura sin arquitectos: IMAGEN, FORMA y VIDA EN LA EVOLUCIN DE SU ENTORNO URBANO y ESPACIOS DE INTEGRACIN SOCIAL.
JIMMIE L. KING
colores y ecos de LA COLONIA INDEPENDENCIA
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Los trabajadores que llegaron junto con sus fa-
milias, construyeron casas temporales colindantes
al ro Santa Catarina, de manera que se estuviesen
cerca del Palacio. La colonia fue conocida como el
barrio de San Luisito y en sus inicios, llamada Re-
pueble del sur, cobijando trabajadores con una am-
plia variedad de habilidades artesanales incluyendo
la zapatera, carpintera, tlapalera, albailera entre
muchas otras. Esta rica mezcla de culturas folclricas
regionales, hicieron a la colonia famosa no slo por
todos sus talleres de artesanos, sino tambin por la
msica y comida local, culminando como la cuna
del vallenato y la cumbia regiomontana.
La colonia Independencia hoy
Como comnmente sucede, lo temporal se vuelve
permanente y la Independencia se ha vuelto una de
las colonias ms grandes en Monterrey. Muchas de
las casas y pequeas tiendas han sido construidas y
diseadas por maestros y albailes locales y, por la
falta de una planeacin formal, la colonia carece to-
talmente de parques, plazas, reas de juego y otros
espacios pblicos abiertos requeridos para todo
plan maestro urbano colonial y contemporneo.
No pasa inadvertido el despojo de las nicas reas
deportivas con que contaba: el lecho del ro Santa
Catarina.
La Independencia es considerada actualmente
como un rea conlictiva, con un problema latente
de pandillas relacionadas con el crimen. Urbanistas
y socilogos atribuyen este problema a la carencia
de espacios pblicos en los cuales los nios podran
jugar, los adolescentes podran practicar algn de-
porte, caminar, conocer amigos y dems actividades.
Este reporte no es acerca de los problemas que en-
frenta la colonia, sino cmo la gente usa las calles
como espacios comunales en respuesta a la falta
de otras oportunidades y cmo este factor deine
el carcter y personalidad de la colonia. Al mismo
tiempo podemos ver como esta vibrante actividad
peatn-calle y la interaccin social es un resulta-
do que promueve un entorno urbano sustentable
orientado a las personas.
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Imagen forma vida
Cualquier ciudad, no importa que tan bien este dise-
ada, desde un punto de vista esttico, no puede
ser exitosamente planeada sino se toma primero en
consideracin a las personas que habitarn el es-
pacio urbano, sus necesidades, deseos y patrones
de comportamiento.
Es importante considerar la naturaleza de nues-
tros ediicios y calles y cmo esto afecta el compor-
tamiento de las personas, la manera en que nos
sentimos con nosotros mismos y lo ms importante,
cmo convivimos con los dems. La colonia Inde-
pendencia nunca fue realmente diseada o planeada
por planiicadores profesionales, esto podemos
verlo con la falta de espacios pblicos abiertos, sin
embargo los habitantes han transformado las calles
en una forma espacial que incita a interacciones
sociales que conllevan a la formacin de amistades
de por vida y una identidad y amor por su colonia.
Colonia Independencia y su lenguaje
especial, forma y estructura
La Independencia est ubicada geogricamente
entre el ro Santa Catarina y las faldas del cerro
de la Loma Larga. La traza urbana estructural est
basada en una red ortogonal compuesta totalmente
por calles locales con una notable excepcin de
la avenida Ignacio Morones Prieto. Las entradas
vehiculares que llevan a la colonia son limitadas,
evitando la integracin de la Independencia con
otras colonias, a excepcin de los barrios populares
ubicados en la cima del cerro. Un aspecto positivo,
es que con este tipo de calles estrechas se mantiene
el trico limitado en el lujo vehicular y as como
su velocidad, permitiendo a los peatones usar las
calles como nodos de actividad social e incluso ser
temporalmente cerradas para un partido de futbol
rpido.
La calle como nodo de actividad social
Las calles de la colonia Independencia, se convirtie-
ron en parques, plazas, y comedor de la comunidad.
Es donde los nios juegan, los vecinos platican y
pasan los chismes, en ocasiones tambin se convierte
en un rea de conlictos entre los jvenes.
A continuacin se presenta una entrevista con
dos residentes de la Independencia, que crecieron
en la colonia y exponen un punto de vista especico
de la calle como parte de su niez.
Antonia (seora de 45 aos):
Crecer en la colonia Independencia, fue una
de las etapas de mi vida que recuerdo con ms
gusto de mi niez, el siempre jugar, princi-
palmente salir a la calle esperando que dieran
las 6:00 de la tarde. La salida comenzaba con
un amigo que sala a juntar a los dems pre-
guntando casa por casa si saldran a jugar, la
mayora salamos, el que no, era porque su
mam le dijo que no saldra hasta que terminar
la tarea. Nos juntbamos alrededor de 10 nios
de varias partes de la cuadra, comenzbamos
platicando y no faltaba aquel que estuviera pe-
loteando ansioso por empezar a jugar. Nunca
nos faltaban juegos, voto, futbeis, carreritas
bulldog, andar en bici, futbol, las escondidas
o aquel juego que inventramos, acaparando
toda la calle, obstruyendo siempre la calle a los
carros, corriendo siempre a mover las piedras
de la portera o de las bases y esperar a que
los carros las esquivarn. Al dar la hora de la
colores y ecos de LA COLONIA INDEPENDENCIA
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cena uno a uno se iba metiendo a sus casas con
una cita de volvernos a ver al da siguiente. El
jugar en la cuadra era una sensacin de libertad
y proteccin, porque era tu calle, tu espacio de
juego, a la par que siempre haba quien estu-
viera cuidndonos desde lejos.
Betty (seora de 28 aos):
Ahora es muy diferente [la colonia Indepen-
dencia] a como era en el pasado, ahora slo
hay pandillas en las esquinas. De la niez pue-
do recordar cmo jugar en la calle, las porteras
de piedras que haba que quitar cada que pasa-
ban los carros, salir en bici y ponerle botes de
Frutsi en las llantas para hacer ruido de moto,
aventar tenis en los cables, retas de futbol, dos
contra tres, jugar al voto, perseguirse uno a
otro, el congelado, la bebeleche rayando en el
pavimento con gis o yeso y que las nias regu-
larmente jugaban adentro de la casa. Cuando
era pequea, pocas personas tenan televisin,
as que siempre haba un grupo de nios
a