Post on 20-Sep-2018
DEPARTAMENT DHISTRIA MODERNA I CONTEMPORNIA
EL PESO DE LA NACIN.
NICOLA BOMBACCI, PAUL MARION Y OSCAR PREZ
SOLS EN LA EUROPA DE ENTREGUERRAS
TESIS DOCTORAL
Presentada por STEVEN FORTI
Dirigida por DR. PERE YSS SOLANES
Codirigida por DR. LUCIANO CASALI
Ao 2011
A mamma e pap
A te, che non ti vuoi
azzurra e lucente
NDICE
Abreviaciones ....... I
Introduccin .. III
CAPTULO I
Nicola Bombacci, Il conformista? ... 1
I.1. Nicola Bombacci, rara avis y ave fenix de la historia y de la historiografa 5
I.1.1. Un pasado que no quiere pasar o un pasado que pasa demasiado rpido?
La historiografa italiana frente a la cuestin del trnsito de la izquierda
al fascismo . 5
I.1.2. Trnsfugas, transformistas, oportunistas o pasionarios de la poltica? .. 17
I.1.3. Nicola Bombacci, el supertraditore .. 48
I.2. Los aos socialistas y comunistas (1913-1927) .. 51
I.2.1. El Kaiser de Modena (1913-febrero 1917) .. 52
I.2.2. El Lenin de Romagna (febrero 1917enero 1921) .. 56
I.2.2.a. El socialismo italiano entre Caporetto y Livorno ... 56
I.2.2.b. El lenguaje poltico de Nicola Bombacci en los aos de la
Revolucin victoriosa (1917-1921) 63
I.2.2.c. Comparaciones: el lenguaje poltico de los otros socialistas italianos ... 83
I.2.3. Dirigente y diputado comunista (enero 1921julio 1927) . 105
I.3. Los aos obscuros .. 118
I.3.1. Del silencio a la conversin (julio 1927abril 1936) . 118
I.3.2. Tiempo de conversiones 129
I.4. Un hombre devoto a Mussolini (abril 1936-julio 1943) 142
I.4.1. La lnea ortodoxa de una revista de (aparentes) heterodoxos
(abril 1936-agosto 1937) 147
I.4.2. O con Roma o con Mosc (agosto 1937-agosto 1939) .. 158
I.4.3. Intermezzo (septiembre 1939-mayo 1940) 179
I.4.4. Una guerra revolucionaria (junio 1940-junio 1941) .. 187
I.4.5. Una guerra santa en contra del bolchevismo (junio 1941-junio 1943) ... 203
I.5. Entre el 25 de julio y el 25 de abril 224
I.5.1. De la incertidumbre al compromiso total con el fascismo republicano
(julio 1943-diciembre 1943) .. 227
I.5.2. Volviendo a ser alguien (cuando nadie quiso serlo) (enero 1944-abril 1945) ... 232
I.5.3. La muerte de un conformista pasionario .... 245
CAPTULO II
El Voyage au bout de la nuit de Paul Marion 249
II.1. Un destino original? ........ 252
II.1.1. De alergias al fascismo y de derivas fascistas: la historiografa francesa
frente a Vichy y a los trnsfugas .... 252
II.1.2. Cuantas derivas fascistas? ..... 257
II.1.3. El muy poco extraordinario caso de Paul Marion .. 269
II.2. Pour une France proletarienne (1921- agosto 1929) ..... 272
II.2.1. Un joven brillante y fiel a la lnea de la Internacional (1923-1925) ... 276
II.2.2. Un prohombre del Partido comunista (enero 1926-octubre 1927) . 284
II.2.2.a. El frente nico ..... 288
II.2.2.b. La cuestin financiera ..... 300
II.2.2.c. A la cabeza del Agit-Prop Central ....... 303
II.2.3. De Paris a Paris, pasando por Mosc (octubre 1927-agosto 1929) .... 313
II.3. Entre dmocratie proletarienne y dmocratie populaire
(septiembre 1929enero 1934) ... 319
II.4. Refaire la France con las nuevas generaciones (febrero 1934-junio 1936) ... 327
II.5. Refaire la France con Jacques Doriot (julio 1936-enero 1939) ..... 336
II.6. Refaire la France: mais avec qui? (1939-1940) ..... 347
II.7. Refaire la France con el Marchal (1941-1944) .... 352
II.7.1. El proyecto totalitario del Secrtaire gnrale lInformation .. 357
II.7.2. El lenguaje poltico de Marion en la primera etapa de Vichy (1941-1942) ... 367
II.7.3. Entre el retorno de Laval y la liberacin de Paris (abril 1942agosto 1944) 377
II.8. Cest ne pas plus possible refaire la France (agosto 1944julio 1945) . 386
II.9. La crcel, la liberacin, la muerte (verano 1945marzo 1954) .. 387
CAPTULO III
Uno, nessuno e centomila Oscar Prez Sols .. 395
III.1. Oscar Prez Sols, poltico sui generis, ma non troppo ..... 398
III.1.1. Hubo trnsfugas en Espaa? Una cuestin aparentemente inexistente en la
historiografa espaola ....... 398
III.1.2. Huellas, rastros y sombras de los trnsfugas espaoles ..... 405
III.1.3. Oscar Prez Sols, el primero de la lista .... 419
III.2. Del Ejrcito al socialismo pasando por el anarquismo .. 421
III.2.1. Infancia, carrera militar y etapa anarquista (1882-1908) .... 421
III.2.2. Los primeros pasos en el socialismo vallisoletano (1909-1912) .... 424
III.2.3. Dirigente socialista en los campos de Castilla
(septiembre 1912-primavera 1920) ..... 443
III.2.3.a. La actividad poltica en la Agrupacin socialista vallisoletana . 447
III.2.3.b. El lenguaje poltico de un socialista de derecha .... 459
III.2.4. Entre Segunda y Tercera Internacional (noviembre 1919-abril 1921) .. 475
III.3. Lder del comunismo vizcano y espaol (abril 1921-diciembre 1927) . 488
III.3.1. Los primeros dos aos en Bilbao (abril 1921-septiembre 1923) 488
III.3.2. Lder del comunismo espaol (primavera 1924-diciembre 1927) .. 509
III.3.2.a. Reorganizando el partido entre Mosc, Bilbao, Pars y Barcelona
(abril 1924febrero 1925) ... 509
III.3.2.b. En lnea con la nueva direccin en la crcel de Barcelona y
en Valladolid (marzo 1925-diciembre 1927) .. 523
III.4. Ferviente catlico en el ocaso de la dictadura primorriverista y en la Repblica
(marzo 1928julio 1936) ........ 543
III.5. Falangista (julio 1936octubre 1951) ..... 567
Conclusiones . 585
Bibliografa ... 625
Resumen de la tesis en lengua italiana para la mencin Doctor Europeo .. 667
No es quin vivi aqu sino quin muri aqu;
y no se trata de cundo, sino de cmo;
no son los grandes conocidos
sino los grandes que murieron sin ser conocidos; no es
la historia de los pases
sino las vidas de los hombres. las fbulas son sueos,
no mentiras y
la verdad cambia como cambian los hombres,
y cuando la verdad no cambia los hombres
se convertirn en muertos
y el insecto
y el fuego y el diluvio
se convertirn en la verdad.
Madrigales de la pensin, Charles Bukowski
I
ABREVIACIONES
ACS Archivio Centrale dello Stato (Roma)
AHCB Arxiu Histric de la Ciutat (Barcelona)
AHN Archivo Histrico Nacional (Madrid)
AHPCE Archivo Histrico del Partido Comunista de Espaa (conservado en la
Biblioteca Histrica Marqus de Valdecilla de la Universidad
Complutense deMadrid)
APC Archivio Partito Comunista (Italiano)
APCF Archives du Parti Communiste Franais (actualmente conservados en los
Archives Dpartamentales de la Seine-Saint-Denis en Bobigny)
ASB Archivio di Stato di Bologna
ASMAE Archivio Storico Ministero Affari Esteri (Roma)
BCAB Biblioteca Comunale dellArchiginnasio (Bologna)
BCIM Biblioteca Comunale di Imola
BACS Biblioteca dellArchivio Centrale dello Stato (Roma)
BCRS Biblioteca delle Civiche Raccolte Storiche Museo del Risorgimento
(Milano)
BDDSB Biblioteca del Dipartimento di Discipline Storiche dellUniversit di
Bologna
BDIC Bibliothque de Documentation International Contemporaine (Nanterre)
BEUM Biblioteca Estense e Universitaria di Modena (Modena)
BMCR Biblioteca del Museo Civico del Risorgimento di Bologna
BNCF Biblioteca Nazionale Centrale di Firenze
BNE Biblioteca Nacional de Espaa (Madrid)
BNF Bibliothque National de France (Paris)
BPA Biblioteca Pblica Ars (Barcelona)
BPB-BdI Biblioteca Paolo Baffi Banca dItalia (Roma)
BPR Biblioteca del Pavell de la Repblica (Barcelona)
BSG Bibliothque Sainte-Genevive (Paris)
BSMC Biblioteca di Storia Moderna e Contemporanea (Roma)
II
BUB Biblioteca Universitaria di Bologna
CICU Biblioteca A. Cicu di Scienza Giuridiche dellUniversit di Bologna
CO Carteggio Ordinario
CPC Casellario Politico Centrale
CR Carteggio Riservato
DGPS Direzione Generale Pubblica Sicurezza
FCO Fondazione Casa di Oriani (Ravenna)
FGF Fondazione Giangiacomo Feltrinelli (Milano)
FIG Fondazione Istituto Gramsci (Roma) FLLB Fondazione Lelio e Lisli Basso Issoco (Roma)
FNQ Fondazione Nevol Querci - Archivio Storico e Iconografico del
Socialismo (Roma)
FPI Fundacin Pablo Iglesias (Alcal de Henares)
FUS Fondazione Ugo Spirito (Roma)
HMM Hemeroteca Municipal de Madrid
IBC Istituzione Biblioteca Classense (Ravenna)
IGER Istituto Gramsci Emilia Romagna (Bologna)
IHS Institut dHistoire Sociale (Nanterre)
PCM Presidenza del Consiglio dei Ministri
Pol. Pol. Polizia Politica
SPD Segreteria Particolare del Duce
TSDS Tribunale Speciale per la Difesa dello Stato
III
Introduccin
En el XXXII canto de la Divina Commedia, atravesando la Antenora, Dante golpea con
el pi a uno de los condenados, sepultado hasta el cuello en un lago congelado, el
Cocito. Interesado por saber quien es la persona que acababa de golpear, Dante se para
y pregunta cul es su nombre al condenado. Este, avergonzado por encontrarse en el
ltimo crculo del Infierno, no contesta. Resentido, Dante agarra por el pelo al
condenado con tanta violencia que le arranca un mechn. Finalmente otro condenado da
a Dante la respuesta que buscaba: el condenado es Bocca degli Abati, un noble de
Florencia que ha traicionado a su faccin los gelfos para pasar con todas sus armas
con los adversarios los gibelinos en la batalla de Montaperti de 1260.
El de Bocca degli Abati es uno de los pocos casos en que Dante es violento con los
condenados, a los que generalmente trata con compasin. Y, no por casualidad, Bocca
degli Abati era un traidor, confinado en el punto ms bajo del Infierno.1
No fue solamente Dante quien habl con profundo odio de los traidores. En la historia
de Occidente los traidores no han gozado nunca de buena reputacin. Hace algunos
aos Alberto M. Banti recordaba como entre los militantes del Risorgimento italiano no
poda existir nada de ms repugnante que la traicin, la peor de las divisiones posibles
entre los patriotas, tanto que lleg a calificarla como una paranoia.2 Los ejemplos
seran infinitos. Sea suficiente pensar en como los historiadores de la Grecia clsica
relataron los casos del tirano ateniense Hipias y del rey espartano Demarato, que
acabaron colaborando con los Persas. Lo que resulta interesante es ms bien quien habl
de forma distinta de los traidores. En un estudio sobre las repblicas de los piratas en el
Mediterrneo, Peter Lamborn Wilson, alias Hakim Bey, intent romper la clsica
interpretacin que de los piratas haban dado los cristianos en la poca moderna y que 1 Vase tambin la referencia en Alberto Manguel, La crudelt di Dante, La Repubblica, 15 agosto 2009, pp. 42-43. 2 Se la nazione era interpretata come una comunit compatta per i suoi caratteri naturali, etnici, culturali, storici e politici, niente poteva esserci di peggio delle divisioni, e tra le forme della divisione niente poteva essere pi abominevole del tradimento. Linterazione tra concezione olistica della comunit, che la lettura etnoculturale suggeriva, e la strutturazione della narrazione sulla base della diade cristologia santo-traditore dava alle reazioni, che i militanti risorgimentali palesavano nelle circostanze politicamente e militarmente avverse, uninclinazione che verrebbe da definire paranoica: ovunque la nazione avesse subito un insuccesso, la causa non poteva essere che il tradimento, fosse questa interpretazione giusta o sbagliata., en Alberto M. Banti, La nazione del Risorgimento. Parentela, santit e onore alle origini dellItalia unita, Trin, Einaudi, 2000, p. 177.
IV
ha llegado hasta nuestros das: unos renegados, unos apstatas, unos chaqueteros, unos
traidores. Avanzando la idea que la piratera fue tambin una forma de resistencia
social, Hakim Bey relat las historias de muchos europeos que se convirtieron al Islam
y se juntaron a la jihad musulmana en los siglos XVI y XVII. Fueron solamente unos
renegados y unos oportunistas? Hakim Bey apunt que
Una totale insincerit, dopotutto, piuttosto rara nella storia del cuore umano. La maggior
parte delle persone tende a giustificare le proprie scelte e azioni con un qualche appello a
idee e ideali e, prima di tutto, a giustificare queste azioni verso se stessi. Le ideologie
vengono facilmente assorbite quando linteresse personale e limmagine di s coincidono
con la retorica e gli scopi ideologici. Supporre che i rinnegati fossero tutti intriganti
machiavellici e poseur sarebbe dar loro troppo credito. Psicologicamente, molto pi
convincente immaginare che almeno alcuni di loro finissero per credere in ci che
professavano.3
Las vidas aventureras de Henry Morgan, sir Francis Verney o John Ward poco tienen
que ver con las vidas de Nicola Bombacci, Paul Marion y Oscar Prez Sols, que vamos
a relatar en estas pginas. Pero la referencia a los renegados de los siglos XVI y XVII,
de la misma manera que la referencia a los condenados del ltimo crculo del Infierno
dantesco, nos sirven para algo, aunque sea solamente anecdtico. Es decir, la mala
reputacin y la damnatio memoriae que generalmente sufrieron los que pasaron armi e
bagagli de una faccin a otra en la historia de Occidente. Un destino que no se
modificara en absoluto en el siglo pasado, llegando ms bien a radicalizarse, al
mezclarse con las pasiones polticas del Novecento.
La cuestin que se encuentra al principio de esta tesis doctoral es, al fin y al cabo, la
misma que se plante Hakim Bey cuando estudi el caso de los piratas en la poca
moderna. Fueron todos unos oportunistas y unos voltagabbana? O, hubo algo ms?
Es decir, el cambio de bando dependi solo y nicamente de razones pecuniarias?
Estos personajes fueron solo y nicamente unos traidores en el peor sentido de la
palabra? O, en cambio, factores ideolgicos, creencias personales, credos polticos o
religiosos influyeron o fueron centrales en la decisin de estos hombres? Los sujetos
acerca de los cuales se formula esta pregunta no son en nuestro caso los piratas, sino los
que comnmente se han llamado trnsfugas, pasados a la historia generalmente como 3 Peter Lamborn Wilson (Hakim Bey), Le repubbliche dei pirati. Corsari mori e rinnegati europei nel Mediterraneo, Miln, Shake Edizioni, 2008 (ed. or. Pirates Utopias. Moorish Corsairs & European Renegados, Brooklyn, Autonomedia, 1995), pp. 44-45.
V
unos traidores oportunistas. Segn el Diccionario de la lengua espaola de la RAE, el
trnsfuga es una persona que pasa de una ideologa o colectividad a otra. El trmino
trnsfuga es muy amplio y potencialmente indefinido, tanto en el espacio como en el
tiempo. En este trabajo se ha decidido acotar el campo de investigacin, limitndolo a la
Europa de entreguerras y ms precisamente a tres pases del area mediterrnea como
Italia, Francia y Espaa. Adems, se ha decidido centrarse en los dirigentes polticos,
dejando conscientemente fuera de la investigacin a los intelectuales y los militantes,
considerando que para un estudio de stos haran falta otros instrumentos analticos e
interpretativos.4 Los trnsfugas de los cuales se habla en las pginas siguientes se
podran definir, con una expresin poco concisa pero rigurosa, como cuadros polticos
de formaciones polticas de izquierda que pasaron a organizaciones polticas y
sindicales fascistas en el Viejo Continente entre la Primera y la Segunda Guerra
Mundial.
I. Por qu estudiar los trnsfugas?
Aproximadamente hace una dcada me regalaron un libro, Il comunista in camicia nera
de Arrigo Petacco, una vulgarizacin repleta de imprecisiones de la vida de Nicola
Bombacci.5 La verdad es que, ms all de la psima novelizacin histrica de Petacco,
el protagonista del libro me impresion y me fascin. Su trayectoria humana y poltica
entre el socialismo maximalista y el fascismo, entre la fundacin del Partido Comunista
de Italia y la Repblica de Sal, me pareci como mnimo extraa, aparentemente
inexplicable, ciertamente excntrica. Me puse poco a poco a investigar ms sobre
4 El estudio de las trayectorias de los intelectuales comprometidos con la poltica implicara la utilizacin de otras herramientas analticas. Por lo que concierne el caso de la relacin entre partidos comunistas e intelectuales resultan interesantes las reflexiones que hace unas dcadas hizo David Caute. Citando a los casos de Spengler, Shaw, Picasso, Gide y Sartre, entre otros, Caute pona de relieve que Fondamentalment lengagement du compagnon de route est un engagement distance, non seulement gographique, mais aussi affectif et intellectuel. La diferencia con un engagement como el de dirigentes de primer orden de los partidos comunistas (Bombacci, Marion y Prez Sols, por ejemplo) resulta notable. Se cita de la edicin francesa del libro de David Caute, Les compagnons de route, 1917-1968, Pars, Robert Laffont, 1979 (ed. or. The Fellow-Travellers. A Postscript to the Enlightenment, Londres, Weidenfeld & Nicolson, 1973), p. 14. La reflexin vale tambin para los intelectuales fascistas que se comprometieron con la poltica? Pinsese, para el caso francs, en los casos de Drieu La Rochelle, Cline y Brasillach. Sobre estas trayectorias, vase Tarmo Kunnas, Drieu La Rochelle, Cline, Brasillach et la tentation fasciste, Pars, Le Sept couleurs, 1972 (ed. or. 1971). 5 Arrigo Petacco, Il comunista in camicia nera. Nicola Bombacci tra Lenin e Mussolini, Miln, Mondadori, 1996.
VI
Nicola Bombacci y me di cuenta que la idea que haba tenido al principio Bombacci
fue un voltagabbana como muchos que vistieron la camisa negra cuando el fascismo
lleg al poder no tena consistencia tras un anlisis histrico mnimamente serio.
Despus de su abandono del comunismo en 1927, Bombacci vivi alejado de la poltica
hasta mediados de los aos treinta, cuando se le permiti publicar una revista poltica
La Verit, y, despus de la cada del fascismo y la fundacin de la Repblica Social
Italiana, decidi quedarse con Mussolini hasta el final, acabando fusilado a orillas del
lago de Como y colgado por los pies en la gasolinera de Piazzale Loreto, justamente al
lado del cadver del Duce. Qu clase de oportunista poda ser Bombacci? Si lo
miramos desde un enfoque puramente de clculo egosta, su decisin de quedarse
antifascista (o como mnimo afascista) durante toda la primera dcada del rgimen y
su ltima decisin de seguir a Mussolini hasta el pelotn de fusilamiento de los
partisanos no tiene sentido alguno. Si pensamos que uno de los fundadores del PCdI
acab en Piazzale Loreto, despus de no haber gozado de muchos favores durante el
ventennio, mientras que jerarcas como Dino Grandi, Galeazzo Ciano, Giuseppe Bottai
votaron en contra de Mussolini en la noche del 25 de julio o que el mismo Mariscal
Pietro Badoglio sustituy a Mussolini y lo hizo encarcelar tras veinte aos en los ms
altos escalafones del rgimen, algo no encaja. Por qu Bombacci decidi llegar hasta el
punto de morir por el fascismo? Por fe? Por ideologa? Por pasin?
Pero, Bombacci fue un caso excepcional? Segn la historiografa existente y segn las
vulgarizaciones periodsticas, Bombacci fue una rara avis y un caso border line, nico
y casi irrepetible. Leyendo ms e investigando ms sobre la cuestin, me di cuenta que
el caso de Bombacci no fue una excepcin y que su trayectoria tampoco fue tan extraa.
En la Italia del perodo de entreguerras no fueron pocos los dirigentes polticos y
sindicales de partidos de izquierda que se convirtieron al fascismo, sustituyendo el
internacionalismo proletario por el culto de la nacin, la lucha de clases por la armona
social, y el materialismo dialctico marxista por un fuerte antimaterialismo espiritualista
entrelazado a los valores cristianos. Algunos de ellos fueron unos oportunistas,
aprovechndose de las dinmicas polticas nacionales para llegar a posiciones de poder
poltico y econmico; otros no lo fueron, tomando unas decisiones que, como en el caso
de Bombacci, nos pueden parecer como mnimo ilgicas desde el punto de vista
econmico. La pregunta que estaba al principio de todo empezaba a tener ms
VII
importancia y la respuesta se haca paulatinamente ms complicada. Cunto peso se
deba dar a las razones ideolgicas en estos trnsitos de la izquierda al fascismo?
Cunto influy la pasin de la poltica y la pasin por la poltica en estos casos de
transfuguismo?
Al tener una visin ms o menos completa del panorama italiano de entreguerras se me
plante una pregunta ms: fue el caso de Italia una excepcin en el conjunto europeo?
O, ms bien, fue la normalidad? Las historiografas nacionales suelen poner de
manifiesto la originalidad de la historia de cada pas, subrayando ms las diferencias
que las analogas entre lo que pas en uno y otro pas. Si nos quedamos en la superficie,
no cabe duda que encontrar analogas entre un pas y otro del mismo continente europeo
resulta bastante complicado y si nos ceimos a los tres pases que se ha decidido
estudiar en esta tesis doctoral, la tarea no es para nada fcil. Mientras que Italia
particip en la Primera guerra mundial, sufri la que Gabriele DAnnunzio defini una
vittoria mutilata, vivi el que pas a la historia como biennio rosso y fue, en octubre de
1922, el primer pas en el que se instaur un rgimen de tipo fascista que fue derribado
solo al final de la segunda contienda mundial, Francia sali de la Gran Guerra como un
pas realmente ganador, vivi una alternancia democrtica en el marco de la Tercera
Repblica entre gobiernos de centro derecha y de centro izquierda durante las dos
dcadas siguientes hasta la derrota militar de la primavera de 1940, que signific la
ocupacin nazi y la instauracin de un rgimen fascista con capital en la ciudad
balnearia de Vichy. Al contrario, Espaa no particip en la primera contienda mundial,
tuvo una posguerra de protestas y huelgas pasada a la historia como trienio bolchevique,
vivi el desgaste del sistema del turno instaurado con la Restauracin, sufri un primer
pronunciamiento militar en septiembre de 1923 que dio vida a la dictadura del General
Primo de Rivera, vivi la instauracin de la Segunda Repblica en 1931 y los tres
dramticos aos de guerra civil que se concluyeron con la instauracin del rgimen
franquista, que, nica excepcin en Europa junto a Portugal, pudo sobrevivir al fin de la
Segunda Guerra Mundial.
Pero las similitudes no faltaron. Y justamente por esto se hace cada vez ms necesario
un enfoque de historia comparada. Efectivamente, si miramos con otros ojos los mismos
acontecimientos que se desarrollaron en los tres pases estudiados en los aos de
entreguerras nos podemos dar cuenta de ciertas analogas para nada desdeables. Por
VIII
ejemplo? El protagonismo que el movimiento obrero tuvo en Italia y en Espaa en la
primera posguerra (biennio rosso trienio bolchevique), la instauracin de una
dictadura autoritaria que se apoy en la monarqua en Italia en octubre de 1922 y en
Espaa en septiembre de 1923 (aunque de forma diferente: va legal, en un caso ,
pronunciamiento militar en el otro), la victoria electoral de una alianza electoral de
centro izquierda antifascista el Frente Popular en Espaa en febrero de 1936 y en
Francia en mayo del mismo ao, la conquista del poder por parte de movimientos
fascistas y la instauracin de un rgimen fascista en Italia en 1922, en Espaa en 1939 y
en Francia en 1940 (aunque de forma absolutamente distinta). El elenco podra ser
mucho ms detallado, sobre todo si nos fijamos en la historia del pensamiento poltico.
Como en cualquier otra etapa histrica, las ideas polticas se movieron incesantemente
de un pas a otro, creando una red de influencias y contra influencias difcilmente
desenredable. Y no solamente por lo que se refiere a la ideologa comunista donde la
centralidad del pensamiento marxista y leninista fue incuestionable, sino tambin por
lo que se refiere a las ideologas de la izquierda heterodoxa y de la derecha reaccionaria
y fascista. Pinsese en la influencia, respectivamente, del pensamiento de Georges Sorel
y Gustave Le Bon, de Anton Pannekoek y Rosa Luxemburg, de Charles Maurras y
Maurice Barrs, de Max Weber y Vilfredo Pareto en la Europa de la primera mitad del
siglo XX y en cmo las ideas de estos intelectuales se movieron del pas de origen a los
otros pases, modificndose y adaptndose a la nueva tierra de acogida.
Por lo que concierne la cuestin del transfuguismo, teniendo en cuenta las diferencias
cronolgicas y las distintas dinmicas nacionales, las analogas resultan ser ms
numerosas que las diferencias. Italia no fue una excepcin. En Francia hubo un nmero
semejante de casos de dirigentes polticos y sindicales de formaciones polticas de
izquierda que pasaron a las organizaciones fascistas en los aos veinte y treinta y en
Espaa el nmero de los trnsfugas en aquellos aos no fue para nada desdeable. Me
daba cuenta que la cuestin empezaba a tener una importancia y un peso bien diferente:
el intento de encontrar una respuesta al caso aparentemente estrafalario de Nicola
Bombacci haba llevado a plantearme una serie de preguntas sobre la historia poltica y
del pensamiento poltico de la primera mitad del siglo XX. Por qu hasta ahora no se
ha investigado seriamente la cuestin del trnsito de la izquierda al fascismo en la
Europa de entreguerras? Por qu en los raros estudios existentes acerca de trayectorias
IX
de este tipo y sobre todo en las referencias a estos personajes en las historias del
movimiento obrero de Italia, Francia y Espaa no se ha logrado en la mayora de los
casos ir ms all de juicios polticos ex post y de condenas morales (o ridculas
apologas)? O, en los mejores de los casos, sobre todo despus de 1989, no se ha ido
ms all la utilizacin de estas trayectorias como demostracin de la validez de la lgica
de los opuestos extremismos, cimiento de la teora del totalitarismo? Y, sobre todo,
qu han significado en la historia poltica y en la historia del pensamiento poltico de la
poca contempornea estos trnsitos de la izquierda al fascismo?
II. Una historia de la poltica y del pensamiento poltico
En 1986 se public en Francia La drive fasciste. Doriot, Dat, Bergery, 1933-1945 de
Philippe Burrin, una investigacin pionera en la cuestin que en esta tesis doctoral se
est abordando. Burrin estudi detenidamente las trayectorias de tres dirigentes polticos
franceses, Jacques Doriot, Marcel Dat y Gaston Bergery, que en tiempos y modos
distintos pasaron de una militancia de izquierda (respectivamente: comunista, socialista
y radical) a la colaboracin con el rgimen del Mariscal Ptain y con los nazis, despus
de un ms o menos paulatino proceso de fascistizacin.6
En la introduccin a su trabajo, el historiador suizo explic como las disidencias y los
cambios de posicionamiento poltico fueron un fenmeno tpico del universo poltico de
la poca democrtica a partir de la Revolucin francesa y como el trnsito de la
izquierda a la derecha dependi de causas evidentes de desencanto hacia un engagement
concebido como una posibilidad para la transformacin de la sociedad. Considerando
necesario ir ms all de un listado de casos singulares y buscar a travs de la variedad la
unidad del fenmeno, Burrin se propuso a) reconstruir la historia de estos itinerarios,
mostrando como stos fueron las derivas de sus respectivos pasados polticos, en la
medida en que estos polticos absorbieron los valores y los comportamientos de sus
partidos de origen; b) mostrar como las rupturas y los movimientos que estos polticos
crearon revelan la crisis de los partidos de izquierda y del sistema poltico francs del
perodo de entreguerras; c) sin olvidarse de las peculiaridades de cada itinerario, poner
de relieve el fenmeno de la deriva de algunos elementos de la izquierda hacia la 6 Philippe Burrin, La drive fasciste. Doriot, Dat, Bergery 1933-1945, Pars, Seuil, 1986. En estas pginas se cita de la edicin publicada en 2003 por la misma editorial.
X
colaboracin; d) reconstruir los procesos de fascistizacin de estos polticos de
izquierda, la vexata quaestio del fascismo en Francia y el significado y la importancia
de la confluencia de elementos de izquierda en los movimientos fascistas.
Afirmando que fueron una minora los casos de los dirigentes fascistas provenientes de
la izquierda de la misma manera que fueron una minora los militantes y los electores
de izquierda que votaron por el fascismo y criticando las interpretaciones que de la
cuestin del trnsito de la izquierda al fascismo dieron Gilbert Allardyce y George
Mosse (la motivacin se encontraba sobre todo en la experiencia de la Gran Guerra y en
el activismo de estos polticos), Emilio Gentile (el fascismo era un producto hertico del
marxismo), Eugen Weber (el fascismo fue la unin de socialismo y nacionalismo) y
Zeev Sternhell (el punto de partida estaba en la revisin del marxismo de los disidentes
de la izquierda), Burrin reconoci que el punto lgido estaba en la definicin que se
daba del fenmeno fascista.7 Oponindose netamente a la interpretacin propuesta por
Sternhell fundada en un anlisis del pensamiento poltico y de las ideas, el historiador
suizo subray de todos modos como no se deba dejar de lado la dimensin poltico-
ideolgica del fenmeno fascista. Segn Burrin, lo que resultaba indispensable era una
explicacin histrica de los itinerarios individuales que proporcionase tambin un
cuadro de comprensin del trnsito de la izquierda al fascismo: es decir, un anlisis al
mismo tiempo poltico e ideolgico, atento a la historia de las mentalidades, a la historia
de las representaciones y a los climas culturales y a las sensibilidades colectivas de un
determinado perodo histrico.
Considerando que la fascistizacin de elementos provenientes de la izquierda poda ser
posible solo y nicamente en el momento en que exista una ideologa de
reagrupamiento nacional, Burrin puso de manifiesto tres conjuntos de elementos que se
7 En un debate muy francs como el que desataron los estudios de Zeev Sternhell entre finales de los aos setenta y principios de los aos ochenta y que pas a la historia con el nombre de allergie franaise au fascisme del cual se hablar detenidamente en la introduccin del cap. II, Burrin se opuso al historiador israel, defendiendo de la mejor forma posible la tesis de la ausencia de fascismo en Francia. Las referencias a las interpretaciones citadas se encuentran respectivamente en las siguientes obras de los historiadores nombrados: Gilbert D. Allardyce, The Political Transition of Jacques Doriot, Journal of Contemporary History, 1, 1966, ahora con el mismo ttulo en George L. Mosse (ed.), International Fascism. New Thoughts and New Approaches, Londres, Sage, 1979, pp. 273-292; George L. Mosse, Towards a General Theory of Fascism, en Id. (ed.), International Fascism, pp. 1-41; Emilio Gentile, Le origini dellideologia fascista (1918-1925), Roma, Laterza, 1975; Eugen Weber, Nationalism, Socialism and National-Socialism in France, French Historical Studies, 3, primavera 1962, pp. 273-307; Zeev Sternhell, Maurice Barrs et le nationalisme franais, Pars, Colin, 1972; Id., La Droite rvolutionnaire, 1885-1914. Les origins franaises du fascisme, Pars, Seuil, 1978; Id., Ni droite, ni gauche. Lidologie fasciste en France, Pars, Seuil, 1983.
XI
podan considerar como pasarelas hacia el fascismo para dirigentes polticos de
izquierdas en una situacin de crisis nacional y/o durante una disidencia: a) un conjunto
de principios de organizacin y de mtodos polticos (el fascismo poda proporcionar un
tipo de actividad poltica cercana a la experiencia de los militantes de izquierda); b) un
conjunto de valores irracionales (la aspiracin a la comunin humana dentro de la
accin colectiva, la valorizacin del activismo y del dinamismo, la valorizacin de las
minoras, del herosmo, de la energa y de la violencia); c) un conjunto de valores
ideolgicos (una serie de adversarios compartidos: el liberalismo, el capitalismo, la
democracia parlamentaria).
El historiador suizo matiz tambin que en el estudio de estos casos no son suficientes
unos criterios exteriores fundados en las prcticas polticas, las estructuras de
organizacin o los comportamientos militantes; al contrario, es necesario basarse en las
concepciones ideolgicas que proporcionan los escritos y las decisiones polticas de
estos hombres polticos. De esta manera, Burrin lleg a reconocer los factores de una
sndrome fascista en un marco de creciente fascistizacin, trmino con el cual el
historiador suizo define todos los proyectos de trasformacin totalitaria de la nacin
segn unos principios de desigualdad y unos valores de comunin colectiva, fuerza y
dominacin.8
Aunque el autor de estas pginas no comparte en todo la interpretacin que de la
cuestin del trnsito de la izquierda al fascismo dio Burrin y sobre todo la definicin
que proporcion del fenmeno fascista en la Francia de entreguerras, se considera que
el trabajo del historiador suizo resulta ser un modelo fundamental para poder llevar a
cabo una comparacin transnacional de esta cuestin. Tanto por lo que concierne la
metodologa de anlisis historia poltica ms historia de las ideas ms historia de las
mentalidades como por lo que concierne la idea de las pasarelas potenciales hacia el
fascismo, el trabajo de Burrin es la referencia principal de esta tesis de doctorado, que
se propone ser una ampliacin al mbito de la Europa occidental y mediterrnea de La
drive fasciste. Sin entrar en detalles, como se explicar en el captulo dedicado al caso
francs, la eleccin de Paul Marion (y no de Jacques Doriot, por ejemplo) se debe al
mismo trabajo de Philippe Burrin. Efectivamente, al principio de su libro, el historiador
suizo cit un artculo de Lpoque de finales de 1945 en que se nombraban cuatro casos
8 Burrin, La drive fasciste, pp. 11-25.
XII
de dirigentes polticos de izquierdas que acabaron colaborando con Ptain y con los
nazis: Doriot, Dat, Bergery y Marion.9 Burrin estudi los primeros tres casos citados
por Lpoque, dejando olvidado el caso de Marion. Quin escribe estas pginas ha
considerado que el caso de Marion mereca la misma atencin que los casos de Doriot,
Dat y Bergery, con el objetivo y la esperanza que este estudio pueda llegar a ser no un
solapamiento o un intento de rectificacin, sino una integracin del estudio de Burrin
por el caso francs y una ampliacin a nivel europeo, siendo el primer intento de
estudiar la cuestin del trnsito de la izquierda al fascismo en el perodo de entreguerras
en ms de un contexto nacional.
II.1. Una puntualizacin
Despus del generalizado reconocimiento del fin de la Historia con la h mayscula, se
puede admitir que
non c storia se non come storia di: storia di una qualche configurazione problemtica
elaborata da ogni storico, anzitutto riflettendo su altre discipline quali leconomia, la
sociologia, il diritto, la filosofia, lantropologia10
La transdisciplinariedad puede realmente ser un fenmeno enriquecedor para la historia.
En las ltimas dcadas se ha incrementado el dilogo con otras disciplinas, favoreciendo
el nacimiento de nuevas perspectivas metodolgicas. El giro lingstico dio el input para
que la lingstica, la filosofa, la antropologa y las ciencias sociales empezaran un
fructuoso contacto con la historia. La existencia y el continuo desarrollo de nuevos
temas en la historia contempornea el gnero, las identidades, las cultura polticas,
entre otros se debe principalmente a esto.
Al comienzo de una investigacin, el historiador tiene la responsabilidad de declarar
pblica y rigurosamente de qu historia trata su historia, de lo contrario incurre
fcilmente en errores de interpretacin, generando confusin, mezclando conceptos y
categoras diferentes y llegando a un peligroso malentendido. El estudio de la cuestin
del paso de la izquierda al fascismo en la Europa de entreguerras que aqu se
9 La droite et la collaboration, lpoque, 7 diciembre 1945, citado por Burrin, La drive fasciste, p. 15. 10 Valerio Romitelli, Mirco Degli Esposti, Quando si fatto politica in Italia? Storia di situazioni pubbliche, Soveria Mannelli, Rubbettino, 2001, p. 10.
XIII
proporciona se inserta en el marco general de la historia de la poltica y del pensamiento
poltico y tiene como referencias intelectuales, especialmente, las investigaciones y las
reflexiones de Valerio Romitelli y de Alain Badiou.11
La poltica representa la sociedad, la manera en que la sociedad se organiza, se
gobierna, como decide regularse. Estudiar la poltica significa, por lo tanto, el estudio de
las formas en que una sociedad se auto-organiza. Estudiar los proyectos polticos y las
palabras de la poltica de los diferentes sujetos polticos partidos, movimientos,
corrientes de partido, actores sociales, etc. a fin de cuentas significa investigar un
proyecto de organizacin de la sociedad, de ordenamiento de una comunidad de seres
humanos, proponiendo una posible interpretacin.
La clave para poder abordar un tipo de investigacin histrica como la que aqu se
propone la representa la vuelta al valor y el real significado de los trminos. Es decir,
preguntarse qu es y qu se entiende con el trmino poltica. Como para cualquier
categora de interpretacin de la realidad existen mltiples significados de poltica:
resulta necesario definirla, aclarando con precisin que representa. En la primera parte
del siglo XX, Carl Schmitt dio la vuelta a la frmula acuada por el general prusiano
Carl von Clausewitz: de la guerra es la continuacin de la poltica por otros medios se
pas a la poltica es la continuacin de la guerra por otros medios.12 Una
interpretacin de este tipo llevaba a poner en relacin el trmino poltica con la palabra
griega , la guerra, mientras que, como aclar tambin Heidegger, el origen del
trmino poltica se encuentra en otra palabra griega, , la ciudad, el lugar de
encuentro, la comunidad de ciudadanos. Aunque, como se demostrar en los prximos
11 Valerio Romitelli, Storiografia, cronologia e politica. Ipotesi sulla modernit delle questioni del tempo, Npoles, Liguori Editore, 1993; Id., Sulle origini e la fine della Rivoluzione, Bolonia, CLUEB, 1996; Id., Degli Esposti, Quando si fatto politica in Italia?; Id., Storie di politica e di potere, Npoles, Cronopio, 2004; Alain Badiou, Peut-on penser la politique?, Pars, Seuil, 1982; Id., Letre et lvnement, Pars, Seuil, 1988; Id., San Paolo. Fondazione delluniversalismo, Npoles, Cronopio, 1999 (ed. or. Saint Paul. La fondation de luniversalisme, Pars, PUF, 1997); Id., La Comune di Parigi. Una dichiarazione politica sulla politica, Npoles, Cronopio, 2004 (ed. or. La Commune de Paris. Une dclaration politique sur la politique, Pars, Les Confrences de Rouge-Gorge, 2003); Id., Il secolo, Miln, Feltrinelli, 2006 (ed. or. Le sicle, Pars, Seuil, 2005). 12 Valerio Romitelli, Rovesciare Clausewitz?, en Romitelli, Storie di politica, pp. 95-118. Segn Clausewitz, la poltica es el exacto contrario de la guerra, ya que su objetivo final no puede ser otra cosa que la paz. Vase, Carl von Clausewitz, Della guerra, Miln, Mondadori, 1970 (ed. or. Vom Kriege, Berln, 1832). Mientras que Carl Schmitt en los ltimos aos de la Repblica de Weimar sostena que la guerra no es scopo, meta o anche solo contenuto della politica, ma ne il presupposto sempre presente. Se cita de la traduccin italiana: Carl Schmitt, Le categorie del politico. Saggi di teoria politica, Bolonia, Il Mulino, 1972, p. 117 (la edicin original en alemn Der Begriff des Politischen se concibi y public entre 1927 y 1932).
XIV
captulos, Nicola Bombacci, Paul Marion y Oscar Prez Sols olvidaron ms o menos
conscientemente la aclaracin heideggeriana entrelazando peligrosamente la poltica
con la guerra, quin escribe estas pginas cree que es imprescindible en la introduccin
de una investigacin sobre la historia poltica y el pensamiento poltico del siglo XX
poner de manifiesto la diferencia substancial entre poltica y guerra. Como apunt
Valerio Romitelli, la poltica quando fatta e pensata in modo proprio, non
strumentale o equivoco, sempre fatta e pensata dalla massa dei suoi stessi protagonisti
i quali trovano in loro stessi le ragioni per farla e pensarla, mientras que la guerra
sempre fatta e pensata in riferimento ad altri, a partire dal fatto che si riconosce un
nemico, interno o esterno, vero o fittizio che sia. En estas pginas se concibe la
poltica como una attivit essenzialmente razionale, intellegibile, pensabile, seppur
spesso conflittuale.13
Para una perspectiva como la de la historia poltica, disciplinas como la sociologa y las
ciencias sociales pueden ser un til cimiento. Resultan interesante en este sentido las
reflexiones de Rafael Cruz sobre el concepto de masas en la historia contempornea
espaola14 y la aproximacin de Juan Francisco Fuentes a la historia de los conceptos
como biografa poltica. La propuesta de Fuentes y Javier Fernndez Sebastin para
revitalizar la historia conceptual la frmula es empirismo ms formato narrativo
podra ser una solucin a los peligros de este tipo de historia.15 De todos modos, se debe
13 Romitelli, Degli Esposti, Quando si fatto, pp. 16-17. La aclaracin heideggeriana se encuentra en un comentario a un texto de Sfocles en las clases que el filsofo alemn dio en la Universidad de Friburgo en verano de 1935. Las clases de Heidegger fueron publicadas solamente en 1953. Aqu se hace referencia a la edicin italiana: Martin Heidegger, Introduzione alla Metafisica, Miln, Mursia, 1979, p. 160. Una definicin novelizada de lo que se entiende por poltica la dio el mismo Valerio Romitelli en la novela Gli dei che stavamo per essere (Bolonia, Gedit Edizioni, 2004), dedicada al patriota bolos de finales del siglo XVIII Gioseffo Gioannetti: In fondo la buona politica non che questo: lattraversamento di quel mare che, mi ripetevano sempre i miei primi educatori, stava tra il dire e il fare, ove il mare metafora della stessa moltitudine del popolo, del chiunque, senza titoli, n propriet. Quel mare pu essere di una bonaccia desolante o in preda a procelle rovinose; in entrambi i casi nessuno potr riuscire a navigarci, se non un temerario, a rischio comunque di naufragio. I pi baderebbero solo a galleggiare, anche a prezzo di fare annegare il vicino. Vi sono, comunque, rade stagioni propizie nelle quali i venti e le correnti accolgono e sospingono marinai coraggiosi verso mete sconosciute che, una volta raggiunte, disegnano nuovi profili nella geografia dei diritti e della democrazia (pp. 78-79). 14 Rafael Cruz, La poltica de los instintos. Las masas en la Espaa contempornea, manuscrito presentado en el Seminario de Historia organizado por la Fundacin Jos Ortega y Gasset, curso 2008-2009, 82 pp. 15 Juan Francisco Fuentes, Totalitarismo: origen y evolucin de un concepto clave, Revista de estudios polticos, nueva poca, 134, diciembre 2006, pp. 195-218; Javier Fernndez Sebastin, Historia de los conceptos: nuevas perspectivas para el estudio de los lenguajes polticos europeos, Ayer, 48, 2002, pp. 331-364. Vase tambin el dossier coordinado por Javier Fernndez Sebastin y Juan Francisco Fuentes Aragons sobre historia de los conceptos en Ayer, 53, 2004.
XV
tener mucho cuidado en no confundir la historia poltica con la historia conceptual. La
escuela que tiene en Reinhart Koselleck su maestro busca casi obsesivamente la gnesis
de conceptos polticos en el pasado remoto. La historia de los conceptos lo acaba
reconduciendo todo a orgenes, tradiciones y corrientes, quitando a los diferentes
momentos polticos su propia singularidad. Siguiendo la perspectiva de historia de la
poltica propuesta por Romitelli, a los conceptos se tendran que sustituir las categoras
de interpretacin y las palabras de la poltica, las cuales tienen sentido slo enmarcadas
en su poca. Mientras que categora significa fragmento de un discurso, concepto
significa resultado de una concepcin del pensamiento. El simple reconocimiento de la
diferencia entre lo que precede y lo que sigue no da cuenta de la ruptura y la apertura
que una poltica produce. Desde esta perspectiva, lo que resulta importante non ci
che viene rotto, o i rottami che vengono lasciati, o il vuoto che resta, o gli echi infiniti,
ma come la rottura viene operata, come si crea ci che per porsi non pu non darsi
esteriormente che come frattura.16 En cualquier caso, no se tiene que olvidar que las
categoras sociolgicas, a menudo demasiado estrictas, no deben llegar a ser
imprescindibles. Como apunta el historiador italiano Alfonso Botti, los modelos
sirven, son tiles, dejan ver. Quizs se aprovecha mejor su potencialidad, tomndolos
sin rigidez y comprobando continuamente sus niveles de elasticidad y flexibilidad.17
III. Un anlisis en tres niveles
Teniendo en cuenta las referencias a la obra de Philippe Burrin y a las reflexiones de
Valerio Romitelli y Alain Badiou, la investigacin que se propone en esta tesis doctoral
se desarrolla en tres niveles: estudio de biografas, anlisis del lenguaje poltico e
historia poltica y del pensamiento poltico con un enfoque comparado. Es decir, que la
mirada con la cual se observa la historia de Europa en los aos de entreguerras tiene tres
ejes fundamentales: la historia biogrfica, la historia poltica y del pensamiento poltico
y la historia comparada.
16 Romitelli, Degli Esposti, Quando si fatto, p. 29. 17 Alfonso Botti, Cielo y dinero. El nacionalcatolicismo en Espaa, 1881-1975, Madrid, Alianza Editorial, 1992, p. 21.
XVI
El primer nivel concierne la investigacin biogrfica de Nicola Bombacci, Paul Marion
y Oscar Prez Sols. A travs de la consulta de fuentes documentales primarias, se ha
procedido al conocimiento de sus trayectorias humanas y polticas. El enfoque
biogrfico intenta acercar a una cuestin particular y limitable la investigacin,
permitiendo una profundizacin del anlisis y evitando simples generalizaciones
deductivas. Teniendo en cuenta el debate europeo acerca de la naturaleza y uso en la
historiografa de la biografa, la prosopografa y las historias de vida,18 se puede
plantear que a travs de un sujeto es posible percibir y descifrar parte de la cultura de
una poca. Como apunt Sergio Romano, el individuo llega a ser el nico lugar
histrico en el cual se dan encuentro ms all de cualquier esquematismo
historiogrfico, todas las fuerzas econmicas y morales que contribuyen a hacer la
historia.19 El personaje anot Serge Noiret no tiene que ser oggetto sociologico
senza nome: de tal manera, se deja espacio a lo particular, a lo individual, a la
complejidad de factores a veces poco coherentes entre ellos que puedan explicar los
comportamientos del personaje y, a continuacin, localizar algunas caractersticas de la
cultura de la poca.20 Estudiar la vida de un personaje puede ser la ocasin para
deshacer nudos histricos ms grandes que l y con los cuales el personaje interactu.
La historia biogrfica, a fin de cuentas, acaba encontrndose con la micro-historia,
haciendo posible un acercamiento ideal a la historia local y regional. El posible riesgo
de un exceso de localismo y de una historia encerrada en su microcosmos desaparece
debido a una perspectiva de histrica comparada que se preocupa por tener en cuenta las
dinmicas nacionales y europeas.
18 Giovanni Levi, Les usages de la biographie, Annales E.S.C., n. 6, noviembre-diciembre 1989, pp. 1325-1336; Franco Ferrarotti, Storia e storie di vita, Bari, Laterza, 1981; Pierre Bordieau, Lillusion biographique, Actes de la Recherche en Science Sociales, n. 62-63, junio 1986, pp. 69-72; Jacques Le Goff, Comment crire une biographie historique aujourdhui?, Le Dbat, n. 54, marzo-abril 1989, pp. 48-53; Daniel Roche (ed.), Journal de ma vie. Jacques-Louis Mntra compagnon vitrier au 18e sicle, Pars, Montalba, 1982; Juan Jos Pujadas Muoz, El mtodo biogrfico: el uso de las historias de vida en ciencias sociales, Madrid, CIS, 1992; Antonio Morales Moya, Biografa y narracin en la historiografa actual, en Problemas actuales de la historia. Terceras jornadas de Estudios Histricos, Salamanca, Universidad de Salamanca, 1993. 19 Sergio Romano, Biografia e storiografia, Risorgimento, n. 1, 1981, p. 97. Franco Ferrarotti, en su fundamental Storia e storie di vita, apunt como el individuo no es nunca un individuo solitario, sino una sntesis, un signo cultural estenogrfico. 20 Serge Noiret, Massimalismo e crisi dello stato liberale. Nicola Bombacci (1879-1924), Miln, FrancoAngeli, 1992, p. 21.
XVII
El segundo nivel de la investigacin concierne el anlisis del lenguaje poltico de los
personajes estudiados. La peculiar trayectoria de los trnsfugas y el hecho que la
mayora de ellos no fueron en absoluto unos tericos, sino unos propagandstas, implica
que una tradicional interpretacin del pensamiento poltico no sera la adecuada. La
bsqueda de una lgica implcita y de la evolucin de un pensamiento no tendra una
particular utilidad heurstica para la investigacin, ms all de confirmar la habitual
condena moral de unos aparentes oportunistas y chaqueteros. Considerando necesario
salir de un encasillamiento hecho a posteriori y segn categoras inapropiadas, ms all
de un estudio tradicional del pensamiento poltico y del discurso poltico en esta tesis se
propone un anlisis de las palabras.21
Entre los aos setenta y ochenta, Gareth Stedman Jones puso de relieve que el anlisis
del lenguaje tena que ver tanto con la relacin entre la sociedad, el lenguaje y la
poltica como con el estudio del contexto lingstico en el cual se utiliza un trmino.
Con el objetivo de devolver su importancia a la poltica, el historiador britnico propuso
tambin de estudiar los cambios en el comportamiento poltico a partir de los cambios
en el propio discurso poltico es decir, estudiar la historia poltica a partir del anlisis
de la estructura discursiva del lenguaje poltico, explorando la relacin sistemtica entre
trminos y proposiciones del lenguaje y las consideraciones acerca de la relacin entre
mensaje y destinatario en el lenguaje poltico es decir, la estrecha relacin entre lo que
se dice y a quin se dice, que tendra que concebirse como una construccin de una
posible representacin.22
En aquellos mismos aos, repensando crticamente las propuestas interpretativas del
linguistic turn y sobre todo las reflexiones de Michel Foucault, tambin Roger Chartier
y Lynn Hunt proporcionaron nuevas lneas para la investigacin histrica del lenguaje
poltico. Planteando superar la fractura entre historia de las subjetividades e historia de
21 Fundamental resulta el enfoque propuesto por la revista Mots. Les languages de la politique y por lo que aqu nos interesa sobre todo los n. 69 (julio 2002), 73 (febrero 2004), 76 (noviembre 2004). Interesantes tambin las reflexiones de Fabrice dAlmeida en Fabrice dAlmeida, Alceo Riosa, Parole e mediazione. Leloquenza politica nella societ contemporanea. Francia e Italia a confronto, Miln, FrancoAngeli, 2004. 22 Gareth Stedman Jones estudi, entre otros, el trmino clase, una palabra incrustada en el lenguaje y propuso la diferenciacin entre un lenguaje de clase y un lenguaje de pueblo (es decir, populista). Vase, Gareth Stedman Jones, Lenguajes de clase. Estudios sobre la historia de la clase obrera inglese (1832-1982), Madrid, Siglo XXI, 1989 (ed. or. Languages of class. Studies in English Working Class History, 1832-1982, Cambridge, Cambridge University Press, 1983). Sobre esta cuestin vase tambin Umberto Eco, Lector in fabula: la cooperazione interpretativa nei testi narrativi, Miln, Bompiani, 1979.
XVIII
las estructuras, Chartier propuso de volver a la nocin de representacin colectiva, la
cual
pu produrre una storia culturale del sociale che si dia per oggetto la comprensione delle
figure e dei motivi o, per dirla altrimenti, delle rappresentazioni del mondo sociale che,
senza che gli attori sociali ne siano coscienti, traducono le loro posizioni e interessi
affrontati nella loro oggettivit, e che, al tempo stesso, descrivono la societ quale essi
pensano possa essere, o quale essi vorrebbero che fosse,23
mientras que, en su ensayo sobre la Revolucin francesa, Hunt se centr en el momento
y en la poltica, criticando los estudios centrados prevalentemente sobre los orgenes y
los resultados,24 y renov el anlisis del lenguaje poltico proponiendo estudiar il
discorso rivoluzionario come testo alla maniera della critica letteraria: un estudio no
verticale, sino orizzontale, donde se presta atencin a los discursos mismos de los
revolucionarios. Segn la historiadora estadounidense,
il linguaggio politico non fu la semplice espressione di una posizione ideologica
determinata da interessi sociali e politici sottostanti. Il linguaggio stesso contribu a
modellare la maniera in cui quegli interessi venivano concepiti, e quindi lo sviluppo delle
ideologie. In altri termini il discorso politico rivoluzionario era retorica; era uno strumento
di persuasione, un modo di ricostituire il mondo sociale e politico.25
Las metodologas de anlisis y las lneas de investigacin propuestas por Stedman
Jones, Chartier y sobre todo por Hunt resultan de particular utilidad para un estudio de
la poltica y del lenguaje poltico en la Europa de entreguerras ceido a la cuestin de
los trnsfugas. Sobre todo, resulta de importancia capital la centralidad otorgada al
momento conjuntamente a la crtica de la geneaologa de la cual escribi Foucault
23 Se cita de la edicin italiana: Roger Chartier, La rappresentazione del sociale. Saggi di storia culturale, Trin, Bollati Boringhieri, 1989, pp. 14-15. Del intelectual francs, vase tambin en castellano, Id., Escribir las prcticas: discurso, prctica, representacin, edicin de Isabel Morant Deusa, Valencia, Fundacin Caada Blanch, 1998. 24 Hunt puso de manifiesto como se neg la importancia de vedere chi fossero e che cosa pensassero i rivoluzionari. Consecuentemente, la politica come oggetto di studio perde interesse. En su crtica a las que defini las posiciones marxista, toquevilliana y durkheimiana de los estudios sobre la Revolucin francesa, Hunt puso de relieve que Poich la Rivoluzione non ha realizzato le intenzioni dei rivoluzionari, queste contano poco: dedicando tutta lattenzione alle origini e agli esiti si fatta apparire non pertinente lesperienza rivoluzionaria stessa. Perci le innovazioni rivoluzionarie che riguardano le forme e i significati della politica appaiono spesso predeterminate, o viceversa totalmente accidentali. Se cita de la edicin italiana: Lynn Hunt, La Rivoluzione francese. Politica, cultura, classi sociali, Bolonia, Il Mulino, 1989 (ed. or. Politics, Culture and Class in the French Revolution, Berkeley, University of California Press, 1984), p. 16. 25 Hunt, La Rivoluzione francese, p. 32, 31.
XIX
hablando de la chimera dellorigine26 y el anlisis horizontal del lenguaje poltico
propuestos por la autora de Politics, Culture and Class in the French Revolution.
Ms recientemente, Fabrice dAlmeida, poniendo de relieve como se haba estudiado
poco el lenguaje poltico, apunt que il Novecento stato il secolo della parola
trasformata in linguaggio. Tutto doveva permettere alle parole di incontrare le masse.
El historiador francs subray una cuestin clave para la cuestin que se est estudiando
en estas pginas:
Lunico potere delluomo politico risiede nella capacit di produrre proseliti, seguaci e
imitatori, ma per fare questo deve adattarsi ai codici di comunicazione della lingua
popolare. Parlare col popolo suppone parlare come il popolo. In tal modo la storia del
linguaggio suppone quello della storia delle societ.
El historiador francs consider que con la Primera guerra mundial se acab el
paradigma retrico litrgico y se abri la etapa simblico-mgica por lo que concierne
la propaganda poltica. Las nuevas elites polticas empezaron a compartir la idea que era
posible condicionar las masas: la propaganda cambi de significado, alejndose de la
retrica y la elocuencia y acercndose al smbolo y la reflexin condicionada. De la
pedadoga y la liturga, la propaganda pas a repetir ininterrumpidamente las consignas
del momento, inventando enemigos y utilizando las imgenes ms negativas del
adversario que se proyectaban en la sociedad. Segn dAlmeida, uno de los efectos ms
evidentes del encuentro de la sacralidad de tipo mgico con las masas concierne la
generalizacin y la extensin de la poltica a toda la sociedad:
Il linguaggio politico perde, allora, le caratteristiche di un linguaggio cultuale per
trasformarsi in poco pi di una superficiale vernice dellanima, che invade le relazioni
private e svuota la conversazione della sua sostanza. Si tratta, in sostanza, del trionfo del
conformismo e della paura di sbagliare, del timore di non dire ci che si tenuti a dire.27
Una caracterstica que resulta evidente en la trasformacin del lenguaje poltico de los
personajes que en esta tesis se estudian.
26 Michel Foucault, Nietzsche, la genealogia, la storia, en Id., Microfisica del potere, Turn, Einaudi, 1978 (ed. or. en italiano, 1977), p. 34. 27 Fabrice dAlmeida, La trasformazione dei linguaggi politici nellEuropa del Novecento, en Maurizio Ridolfi (cur.), Propaganda e comunicazione politica. Storia e trasformazioni nellet contemporanea, Miln, Bruno Mondadori, 2004, pp. 25-39. Las citas en las pginas 27, 28 y 33. Acerca de la creacin de la figura del enemigo y de su centralidad en la propaganda poltica del siglo XX, vase Angelo Ventrone, Il nemico interno. Immagini e simboli della lotta politica nellItalia del 900, Roma, Donzelli, 2005.
XX
Dos cosas ms vale la pena poner de relieve acerca de la palabra en la poltica y de la
propaganda. En primer lugar, la importancia de la propaganda socialista de principios
de siglo como modelo de referencia sobre todo, pero no solamente, por lo que
concierne el caso italiano28 y la mayor fuerza de los opsculos y de los artculos en los
peridicos respecto a los libros y de la propaganda hablada respecto a la propaganda
escrita29 y, en segundo lugar, la peculiaridad de la lengua fascista, producto de una serie
28 Hablando de la propaganda poltica en la Italia contempornea, Emma Mana subray la importancia de la figura del propagandista socialista que se form a finales del siglo XIX y que modific sustancialmente la manera de hacer poltica y la difusin del lenguaje poltico entre las masas. Vase, Emma Mana, La democrazia italiana. Forme e linguaggi della propaganda politica tra Ottocento e Novecento, en Maurizio Ridolfi (cur.), Propaganda e comunicazione politica. Storia e trasformazioni nellet contemporanea, Miln, Bruno Mondadori, 2004, pp. 147-164. En un breve ensayo dedicado a la oratoria de los socialistas publicado en 1911, un terico y propagandista socialista como Arturo Labriola apuntaba que el socialismo ha creato un ambiente particolare di simpatia alla comunicazione del pensiero per mezzo della parola, eccitando nelle masse il bisogno di occuparsi delle cose loro y que el socialismo era una forza che si appoggia alle masse. Per muoverle bisogna o persuaderle ed ha minore importanza o eccitarne i pi nobili sentimenti. Consecuentemente, Labriola poda afirmar que Spesso nelle parole dun oratore popolare ho sorpreso un senso cosmico e nel suo gesto risoluto un impeto della natura operante. Queste sono cose che n laccademia, n il parlamento possono capire []. Loratore socialista entra in contatto con la massa in momenti particolarmente critici della vita di essa, in occasione di qualche sciopero, di qualche agitazione politica, di qualche altro movimento collettivo. [] Innanzi allo spettacolo della massa agitata da una passione, la patina che copre il suo spirito con la forma ricevuta dellarte, si scioglie o si sfalda. Il suo spirito, commosso dalle stesse sensazioni, si libera incontro allo spirito della massa, e lo esprime e lo esalta. Chi segue pi gli svolgimenti preordinati delle forme grammaticali? Quello che nellattimo colpisce la rapida intuizione del sentimento collettivo da parte delloratore. E chi meglio riesce a cogliere questa palma [] lultimo operaio, lignoto componente di quella folla anonima, en Arturo Labriola, Loratoria dei socialisti, en Leloquenza. Antologia critica-cronaca, Roma, julio 1911, pp. 377-387. Las citas en las pginas 378, 379 y 382. Sobre la propaganda socialista y la utilizacin de la retrica entre los revolucionarios de principios de siglo, vase el interesante libro, pero criticable en sus conclusiones, de Marco Gervasoni, Speranze condivise. Linguaggi e pratiche del socialismo nellItalia liberale, Marco, Lungro di Cosenza, 2008. 29 A principios de siglo, el socialista italiano Ettore Ciccotti puso de manifiesto la centralidad de la propaganda escrita, a travs del peridico y del panfleto y, sobre todo, de la propaganda oral, a travs de mtines y conferencias pblicas. Ciccotti anot que La scarsa preparazione, il poco tempo disponibile, la poca abitudine alla lettura, la spesa costituiscono tanti impedimenti alla diffusione del libro. Ma lopuscolo breve, di poche pagine, a buon mercato, si fa via con tutta facilit, penetra dovunque, si fa leggere, si commenta ne circoli e nei convegni privati; e, fatto talora in forma suggestiva, simprime nella mente, e, connesso a tutta una serie dimpressioni, di pensieri di esperienze e di memorie che rievoca o suscita, finisce per lasciare in chi lo legge una durevole traccia. El socialista italiano coment de una forma inmejorable un idealtipo de conferencia socialista de principios de siglo, reconociendo como el lenguaje poltico de la propaganda oral pierda gran parte de su fuerza en el momento en que se lee en un libro y reconociendo las similaridades con las ceremonias religiosas: Una conferenza, specie se tenuta da qualche persona molto in vista, implica uno stato di attesa, quasi di sospensione, per cui tutto lanimo volto a un intento e un argomento. A questa auto-suggestione, poi, che ciascuno esercita su s stesso, si esercita quella reciproca del pubblico spesso affollato, pi spesso eccitato, qualche volta entusiasmato o commosso. I segni di assenso, gli applausi, tutta quella corrente viva che nella maggior parte de casi si stabilisce tra loratore e gli uditori elevano il diapason dellambiente, innalzano la facolt ricettiva di ciascuno, ne moltiplicano la forza di percezione, fanno dellascoltatore come un cooperatore; e cos una conferenza ottiene un risultato che non spiegato, n giustificato dal semplice suo contenuto e che non si saprebbe intendere da chi leggesse a mente riposata le stesse cose. Queste adunate hanno ciascuna un carattere a s, secondo il luogo e gli ascoltatori; secondo che siano tenute in citt o in campagna, in locale chiuso, o, come talora accade, allaperto, in un orto, in un cortile, in una spianata. Chi
XXI
interminable de mestizajes lingsticos, y su capacidad de reutilizar palabras
provenientes de otras tradiciones polticas.30
A fin del reconocimiento de las palabras clave para un anlisis del lenguaje poltico es
imprescindible la lectura de las obras cruciales del pensamiento poltico de las dcadas
aqu estudiadas. Las palabras de Kautsky, Lenin, Sorel, Weber, Pareto y Michels, entre
otros, son el modelo de referencia para poder pensar y hacer poltica, debido a su
planteamiento de cuestiones y, en algunos casos, su invencin de algo nuevo.
Conjuntamente con estas obras capitales del pensamiento poltico del siglo XX, resulta
indispensable el anlisis de las referencias polticas e ideolgicas ms prximas a los
personajes aqu estudiados en algn momento de sus trayectorias (por ejemplo, Benito
Mussolini en el caso de Nicola Bombacci o Henri De Man en el caso de Paul Marion) y
las referencias culturales constantes a lo largo de toda sus vidas (por ejemplo, Joaqun
Costa y Ricardo Macas Picavea en el caso de Oscar Prez Sols). De esta manera, se
han detectado al menos tres palabras clave partido, guerra y revolucin, las cuales son
vigentes en toda la primera mitad del siglo XX y se ha intentado ver como fueron
utilizadas por parte de los trnsfugas. La importancia de estas palabras clave se ha
medido a travs de la comparacin con otras palabras y otros sintagmas trabajo, ha visto qualcuna di queste adunate, specialmente ne centri pi popolosi di campagna e in qualche borgata, ne conserva un ricordo indimenticabile. Vinte le prime incertezze, la gente vi trae in massa, e su quellaccolta di uomini, di donne, che accorrono avendo in braccio i loro figlioli, aleggia come unaria di lontani ricordi evangelici. [] Anche le conferenze sono di vario genere, a base di retorica o di sentimento, o di carattere pratico, sostanziate di fatti, a base di osservazioni e sorrette da un felice intuito dello scopo e dellambiente; e, secondo che sono meglio accordate alloccasione e allambiente e meglio sanno trovare laddentellato nellanimo degli uditori, riescono pi efficaci. Ma, oltre quello che possa essere lefficacia loro di propaganda e la loro virt di conversione, esse vanno considerate anche da un altro aspetto, in quanto rispondono a un intimo bisogno dello spirito e a quello di una unione temporanea. Sono per ciascuno un mezzo di rivelare a s stesso quello a cui crede, un mezzo di suggestione reciproca; e, sotto un certo aspetto, tengono il luogo che per i credenti hanno le funzioni e le cerimonie religiose, sono una occasione per tenere viva la fede, di veder riflesso allesterno il sentimento dellanimo proprio, di sapere altri consenzienti con s e di vivere in unatmosfera artificiale in cui il pensiero si eleva, quasi ritualmente, agli argomenti di fede. Las de Ciccotti representan unas consideraciones de extrema utilidad si tenemos en cuenta la importancia que los opsculos y los mtines (y los artculos en la prensa) tuvieron en la actividad propagandstica y poltica de los personajes que aqu se estudian. Vase, Ettore Ciccotti, Psicologia del movimento socialista. Note e osservazioni, Bari, Laterza, 1903, pp. 95, 99-101. 30 En un estudio dedicado al lenguaje poltico durante los plebiscitos del fascismo italiano, Enzo Fimiani puso de relieve como Perfino gli esecrati mondi demo-liberale, cattolico o anti-monarchico (socialista, repubblicano e pure anarchico) videro i loro patrimoni di parole politiche trascolorirsi, sfigurarsi, tanto da divenire restii al riconoscimento e da ultimo assidersi, ripuliti e allapparenza pacificati, nel pantheon del linguaggio fascista. Il regime era riuscito a profittare della crisi delle democrazie, che si rivelava anche crisi del lessico politico tradizionale. De esta manera, Si verificava la commistione, eloquente, di parole provenienti da lidi diversi della storia, esasperando peraltro propensioni gi presenti nel fascismo, en Enzo Fimiani, I linguaggi politici del fascismo al tempo dei plebisciti, en Maurizio Ridolfi (cur.), Propaganda e comunicazione politica. Storia e trasformazioni nellet contemporanea, Miln, Bruno Mondadori, 2004, pp. 183-208. Las citas en las pginas 186 y 202.
XXII
justicia social, nuevo orden, etc. que son tambin constantes en estas dcadas y que en
muchos casos resultan de capital importancia en el lenguaje poltico de los dirigentes
polticos aqu estudiados. El objetivo que se ha puesto es entonces notar lo que queda y
lo que se modifica (por sus propias razones) en el lenguaje poltico de Bombacci,
Marion y Prez Sols en el paso de la izquierda socialista y/o comunista al fascismo
(tanto en la versin italiana, como en la versin francesa y espaola). De hecho, el
lenguaje poltico de ex-dirigentes del movimiento obrero, a travs de la sustitucin-
sublimacin de la categora de Clase con la de Nacin, pone de manifiesto tanto la
construccin de un discurso nacionalista a partir de la pertenencia a un partido poltico
de la clase obrera como la (re)construccin de una identidad de clase (obrera) en el
marco de un rgimen fascista y de su proyecto corporativista.
El tercer nivel es la historia poltica de los tres pases con un enfoque comparado.
Teniendo en cuenta lo que se ha planteado en la explicacin de los precedentes niveles
de la investigacin (descomposicin de las biografas de los personajes estudiados y
anlisis del lenguaje poltico prestando atencin al contexto europeo de entreguerras), es
imprescindible el conocimiento del contexto poltico y cultural (adems que social y
econmico) de Italia, Espaa y Francia, con una atencin particular a la evolucin de
los partidos polticos y a la circulacin y radicamiento de las ideas y del pensamiento
poltico. Tambin por esta razn, resulta heursticamente interesante comparar las
trayectorias humanas y polticas y el lenguaje poltico de Bombacci, Prez Sols y
Marion con otros trnsfugas italianos, espaoles y franceses con el doble objetivo de
demostrar como el mal llamado transfuguismo a nivel de cuadros polticos no fue en
absoluto una rara avis y como existan dinmicas nacionales (y, en algunos casos,
internacionales) a las que hasta ahora no se les ha dado suficiente relevancia.
Efectivamente, lo que la comparacin con las trayectorias de estos otros trnsfugas pone
de manifiesto es la distinta manera que en los tres contextos nacionales cada uno de
ellos se acerc e incorpor al fascismo. En la gran mayora de los casos, en Italia el
trnsito fue directo (del socialismo, del comunismo o del sindicalismo revolucionario al
fascismo), mientras que en Espaa y en Francia el trnsito se produjo a travs de un
factor de mediacin (el catolicismo en el primer caso, el socialismo y el planismo en el
segundo).
XXIII
Recapitulando: este trabajo se plantea como el primer intento de estudio transnacional
de la cuestin del trnsito de la izquierda al fascismo en el perodo de entreguerras,
abordando los casos de Italia, Francia y Espaa y acotando la investigacin a un
dirigente poltico por caso nacional, sin perder de vista otras trayectorias similares. La
historia que se propone hacer es una historia de la poltica y del pensamiento poltico,
atenta, de todos modos, a las dinmicas culturales, econmicas y sociales, y el anlisis
se desarrolla en tres niveles: el biogrfico, el del lenguaje poltico y el de la historia
poltica comparada.
IV. Las fuentes
Como se ha puesto de manifiesto en esta introduccin y como se subrayar en la
introduccin de los captulos dedicados a los casos italiano, francs y espaol, hasta
ahora casi no existen estudios sobre la cuestin del trnsito de la izquierda a la derecha
en los aos de entreguerras. La bibliografa secundaria existente en los tres pases es
generalmente escasa y las referencias a esta cuestin y a estas trayectorias en obras de
mayor alcance como los diccionarios biogrficos del movimiento obrero o las historias
de los partidos hasta ahora publicadas, por ejemplo resultan en muchos casos
imprecisas. Teniendo en cuenta que, por obvias razones cronolgicas, no ha sido posible
entrevistar ni los mismos personajes que aqu se estudian ni personas de su entorno, se
hizo necesaria, por lo tanto, la bsqueda y la consulta de fuentes documentales
primarias, que han venido a ser los fundamentos de la investigacin que se ha llevado a
cabo en esta tesis doctoral.
La mayora de las fuentes consultadas consiste en los escritos de Nicola Bombacci, Paul
Marion y Oscar Prez Sols: de libros y opsculos a artculos en peridicos y revistas e
intervenciones en congresos, asambleas y reuniones en las que stos personajes
participaron. En muchos casos, no ha resultado fcil consultar este material, debido a la
prdida de un nmero no despreciable de opsculos y publicaciones peridicas de los
aos anteriores a la Segunda Guerra Mundial, a su mal estado, a su difcil localizacin y
a los obstculos que, a veces, ponen algunas de estas bibliotecas y de estos archivos. De
todos modos, debemos agradecer la atencin y la disponibilidad demostrada por la gran
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parte del personal de las bibliotecas y los archivos en que hemos trabajado, que han
facilitado nuestra investigacin. Si en Francia y en Espaa la Bibliothque National de
France (BNF) y la Biblioteca Nacional de Espaa (BNE) a las cuales se pueden aadir,
respectivamente, la Bibliothque de Documentation International Contemporaine
(BDIC) ubicada en la Universit Paris X de Nanterre y la Hemeroteca Municipal de
Madrid y la Fundacin Pablo Iglesias de Alcal de Henares permiten llevar a cabo una
investigacin suficientemente completa respecto a todo lo publicado en cada pas, lo
mismo, lamentablemente, no puede decirse para Italia. Aparte el material conservado en
la Biblioteca Nazionale Centrale di Firenze (BNCF), resulta imprescindible la
localizacin del material conservado en distintas bibliotecas pblicas y privadas en
varias ciudades de la pennsula italiana. Algunas de stas bibliotecas, que disponen de
una notable cantidad de material un material adems del que se facilita la consultacin
y la reproduccin, nos han sido de gran utilidad para los fines de nuestra investigacin.
Queremos mencionar, como mnimo, la Biblioteca delle Civiche Raccolte Storiche y la
Biblioteca de la Fondazione Giangiacomo Feltrinelli en Miln, las bibliotecas del polo
universitario de Bolonia, la Biblioteca di Storia Moderna e Contemporanea y la
Biblioteca Paolo Baffi en Roma y las bibliotecas de una serie de fundaciones todas
ubicadas en Roma: la Fondazione Istituto Gramsci, la Fondazione Lelio e Lisli Basso, la
Fondazione Nevol Querci y la Fondazione Ugo Spirito.
El estudio de las biografas de los personajes estudiados y no solo de su lenguaje
poltico nos ha llevado a la consulta de otras fuentes primarias que han resultado de
extrema importancia para el conocimiento de las trayectorias polticas de Nicola
Bombacci, Paul Marion y Oscar Prez Sols. En especial modo, se han consultado
algunos fondos del Archivio del Partito Comunista Italiano (actualmente conservado en
la Fondazione Istituto Gramsci de Roma), el Archivo Histrico del Partido Comunista
de Espaa (actualmente conservado en la Biblioteca Histrica Marqus de Valdecilla de
la Universidad Complutense de Madrid) y los Archives du Parti Communiste Franais
(actualmente conservados en los Archives Dpartamentales de la Seine-Saint-Denis en
Bobigny). Para el caso italiano, que se ha podido trabajar ms a fondo, han resultado
imprescindibles tambin los fondos del Archivio Storico Ministero Affari Esteri de
Roma y, sobre todo, del Archivio Centrale dello Stato (ACS), ubicado en la misma
capital italiana. Efectivamente, fondos como los del Casellario Politico Centrale, de la
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Polizia Politica, de la Segreteria Particolare del Duce, del Confino Politico y del
Tribunale Speciale per la Difesa dello Stato todos conservados en el ACS
proporcionan una cantidad inimaginable de informaciones sobre la vida de dirigentes y
militantes polticos de la primera parte del siglo XX.
V. Estructura de la tesis
Este trabajo se estructura en tres grandes captulos, cada uno de ellos dedicado a un caso
nacional. Cada captulo est organizado de la misma manera para facilitar al lector la
comparacin y para poner de relieve analogas y diferencias entre los tres contextos
nacionales. La primera parte de cada captulo se centra en una contextualizacin
histrica e historiogrfica: a un apartado dedicado al estado de la cuestin en la
historiografa de cada pas, sigue otro en que se relatan las trayectorias humanas y
polticas de los otros trnsfugas y un ltimo en que se presenta brevemente la biografa
del personaje estudiado. De esta manera, se quiere poner de relieve tanto el poco inters
prestado por la historiografa de cada pas a esta cuestin y las maneras en que las
historiografas nacionales se han acercado cuando lo han hecho a esta temtica, como
la no excepcionalidad de los casos de Nicola Bombacci, Paul Marion y Oscar Prez
Sols en la Italia, la Francia y la Espaa de entreguerras.
En los siguientes apartados que ocupan aproximadamente las tres cuartas partes de
cada captulo se presenta un estudio de la trayectoria humana y poltica de cada uno de
los tres trnsfugas seleccionados, prestando particular atencin al anlisis del lenguaje
poltico. Gracias a la utilizacin de fuentes primarias (fondos archivsticos,
publicaciones peridicas, panfletos y opsculos), se ha profundizado en el estudio del
trnsito de Nicola Bombacci del socialismo maximalista al fascismo mussoliniano,
pasando por el comunismo (cap. I), del trnsito de Paul Marion del comunismo al
colaboracionismo vichyssois, pasando por el neosocialismo y el Partido Popular Francs
(cap. II), y del trnsito de Oscar Prez Sols del socialismo democrtico al falangismo,
pasando por el comunismo y el catolicismo social (cap. III).
Como se ha puesto de relieve en las pginas anteriores, la historia que aqu se propone
es una historia de la poltica y del pensamiento poltico, cuyos principales referentes se
encuentran, respectivamente, en las obras de Valerio Romitelli y en los estudios de
XXVI
Gareth Stedman Jones, Roger Chartier y Lynn Hunt. De esta manera, a la atencin
prestada a la biografa del personaje imprescindible para conocer las posibles razones
que estan en la base del trnsito de un colectivo y de una ideologa poltica a otra se
junta el anlisis del lenguaje poltico, que se considera un recurso fundamental para
poder explicar estas trayectorias. Con el objetivo de demostrar como el lenguaje
utilizado por Bombacci, Marion y Prez Sols no se diferenci particularmene de sus
respectivos entornos polticos (tanto los de partida como los de llegada y los de paso),
se ha intentado ampliar el mbito de la investigacin, incluyendo referencias a los
lenguajes polticos de otros trnsfugas y tambin sobre todo por el caso italiano que se
ha podido estudiar ms detenidamente de otros dirigentes polticos que no son
catalogables como trnsfugas.
En las conclusiones se presentan, en primer lugar, unas primeras consideraciones sobre
los tres casos estudiados, poniendo de manifiesto analogas y diferencias, en segundo
lugar, unas reflexiones comparativas sobre la cuestin del trnsito de la izquierda al
fascismo en la Europa de entreguerra y, en tercer lugar, una propuesta de interpretacin
ms general: la pasin de y por la poltica. Finalmente, en un amplio apartado
bibliogrfico se favorecen las fuentes consultadas, subdivididas por caso nacional y por
tipologa (archivos; peridicos; textos de contemporneos; bibliografa secundaria).
*
Durante estos cuatro aos de mi vida Nicola Bombacci, Paul Marion y Oscar Prez
Sols han sido mis compaeros de viaje, con sus aventuras, sus pasiones y sus
extravagancias. Pero no han sido los nicos, todo lo contrario. Han sido muchos mis
compaeros de viaje entre aquel lejano verano de 2006 y esta soleada primavera de
2011. Y, como los compaeros de viaje, tambin las deudas que he contrado son
muchas. Y probablemente hara falta otra tesis doctoral para poderlas explicar con la
debida calma.
En primer lugar quiero agradecer la ayuda, el apoyo y el cario que me han demostrado
constantemente los dos directores de esta tesis, el profesor Pere Yss Solanes y el
profesor Luciano Casali, que me han dado confanza, han sabido escucharme y me han
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dirigido desde el primero hasta el ltimo da de la mejor forma posible. Si poco a poco
he aprendido el oficio de historiador y si esta tesis ha llegado a buen puerto es en buena
medida gracias a ellos. Por tanto, a ellos van en primer lugar mis agradecimientos.
El profesor Valerio Romitelli ha sido un maestro para m y sigue sindolo, adems de
un amigo: a las largas charlas que hemos tenido en estos aos debo buena parte de las
reflexiones que se encuentran en la base de este trabajo. El profesor Ferran Gallego me
ha demostrado toda su amabilidad, compartiendo conmigo sus inestimables
conocimientos y proporcionndome en cada momento sugerencias y consejos. El
profesor Serge Noiret me transmiti gran parte de la fascinacin que hace tres dcadas
le llevaron a escribir la primera biografa de Nicola Bombacci: lamento su ausencia en
este tribunal, del cual habra tenido que ser miembro, y espero que pueda recuperarse
rpidamente de la operacin que no le ha permitido presenciar a la defensa de esta tesis.
Un agradecimiento especial va tambin al profesor Antonio Rivera: sin su apoyo y sin
el material que tan amablemente me ha facilitado, el captulo dedicado a Oscar Prez
Sols no se hubiera podido completar. Asimismo, quiero agradecer el constante apoyo
que me ha demostrado la profesora Carme Molinero, una verdadera fuente de
optimismo y entusiasmo, y los profesores Renato Moro y Michel Ralle, que me han
permitido realizar unas provechosas estancias de investigacin en las universidades de
Roma Tre y de Paris IV-Sorbonne, respectivamente.
La participacin en diversos proyectos de investigacin en el marco de las actividades
llevadas a cabo por el Centre dEstudis sobre les poques Franquista i Democrtica
CEFID de la Universitat Autnoma de Barcelona, ha significado una ayuda
inestimable para el avance de este trabajo. La pertenencia al Grup de Recerca sobre la
poca Franquista permiti al autor de estas lneas ser beneficiario de una beca FPU del
Ministerio de Educacin del Estado espaol, sin la cual este proyecto no hubiera sido
posible. Los miembros del CEFID con los cuales he compartido las largas jornadas en
el campus de la UAB y que, da cada da, me han demostrado su amistad, apoyndome
en los momentos en que los estmulos para seguir investigando parecan haber
desaparecido, merecen un especial agradecimiento. Quiero recordar aqu sobre todo a
Mart Marn, Xavier Domnech, Ricard Martnez, Laura Zenobi, Aram Monfort, Anna
Snchez, Pau Casanellas, Ivan Bordetas, lex Amaya, Andrea Geniola y Rodrigo
Araya.
XXVIII
En segundo lugar quiero agradecer a todos aquellos historiadores que han dedicado un
poco de su tiempo para escuchar mis dudas, para contestar a mis preguntas y para
mostrarme nuevos caminos en la investigacin, adems de proporcionarme
informaciones indispensables para la redaccin de esta tesis. Aunque algun nombre
quedar sin duda en el tintero, quiero recordar aqu a Pepe Labandeira, Paco Erice,
Ismael Saz, Rubn Vega, Xos M. Nez Seixas, Paco Morente, Mauro Canali,
Mariuccia Salvati, Dianella Gagliani, Pascal Mercier y Christine Rancon. Y a otros
jvenes historiadores, con los cuales, aparte de largas charlas, he compartido momentos
memorables en diversos congresos histricos: Julin Sanz, Claudia Cabrero y Miguel
ngel del Arco, adems de los amigos de PRAXISAsociacin de Jvenes
Investigadores en Historia y Ciencias Sociales, entre los cuales quiero recordar
especialmente a Andreu Espasa y Tommaso Nencioni. Asimismo, merece ser recordada
la gran labor desempeada por todos los trabajadores de aquellas instituciones en las
que se ha desarrollado buena parte de este trabajo, sean archivos, bibliotecas,
departamentos universitarios o centros de documentacin de Espaa, Italia y Francia.
Finalmente, no puedo no agradecer la dura labor de revisin de esta tesis llevada a cabo
por muchos amigos de habla hispana. Sin las correcciones de Eli Escoto, Ivn Segovia y
Diego Daz, sobre todo; pero tambin de Elena Carnero, Oriol Albalate, Sergio Palomo
y Georgia Loukas esta tesis hubiera estado plagada de italianismos y de muchos
pequeos errores que habran convertido su lectura en una insoportable agona. A
Gianpaolo Rende tengo que agradecer la paciencia en ayudarme en preparar la portada.
A Eli Escoto, y a una de nuestras tardes de caas en el Resolis, debo tambin la
sugerencia del ttulo que lleva esta tesis doctoral: El peso de la nacin.
Last, but not least, quiero expresar toda mi gratitud a las personas que han estado cerca
en estos aos, empezando por mis padres. A mamma e pap quiero dedicar esta tesis. El
agradecimiento hacia ellos no puede ser expresado con palabras. Ellos lo saben, pero a
veces vale la pena intent