Post on 03-Jul-2015
ESPACIO Y FUERA
DE CAMPO
Antonio Roca Villanueva María Lorenzo Dus
Julián Martínez Millá Gloria Montañés Garrido
María Asunción De las Mercedes Estévez del Águila Bárbara Moret Llorens
Índice
1. Índice.... … ……………….. ….. ….. ….. ….. ….. ….. ...….. .. .. .. .. .2 2. Conceptos clave .. . … ………………………………………............ . 3 3. Evolución del modo de representación del espacio.. .…………....5 4. Campo y fuera de campo en el espacio fílmico………………….....7 5. Antecedentes del fuera de campo en cine ………………………10 6. Justificación del fuera de campo ………….. …….. ………… .. 36 7. Aspectos teóricos del espacio audiovisual………………………. 41 8. Aspectos técnicos ………………………………………………….. 50 9. Técnicas de la formación del espacio fílmico ………………...... 63 10. Actas de reunión …………………………………………………….....72 11. Bibliografía ………………………………………………………...… 75
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• 1. Conceptos clave
Campo vs Cuadro
Si hablamos de CUADRO estrictamente nos referiremos a la figura
geométrica de cuatro lados que enmarca algo, el cual establece unos límites y
actúa como selector de una realidad, ya sea natural o ficticia. Por tanto, nos
referiremos al cuadro como marco de la imagen, o bien lo relacionaremos con
otro concepto audiovisual: el FRAME.
Partiendo de aquí, en el formato televisivo se conoce como CAMPO al
conjunto de líneas pares e impares que conforman la imagen de cada FRAME,
es decir, de cada cuadro. Por lo que deducimos que el concepto de CAMPO
parte del contenido visible de ese cuadro. Sus límites no son solo los extremos
físicos del cuadro sino que se extienden a dos más: detrás de lo visible
(horizonte) y detrás de la cámara.
Fuera de campo vs. Fuera de cuadro
A partir de los conceptos anteriores, podemos distinguir que el FUERA
DE CAMPO es todo aquello no visible en campo y su relevancia es dietética,
mientras que el FUERA DE CUADRO es aquel espacio que se escapa de los
cuatro límites básicos del cuadro y su relevancia corresponde más a una
necesidad física.
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FUERA DE CUADRO
CUADRO FUERA DE CUADRO
FUERA DE CUADRO
FUERA DE CUADRO
FUERA DE CAMPO
FUERA DE CAMPO CAMPO
FUERA DE CAMPO
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• 2. Evolución del modo de representación del espacio
2.1. Características del MRP (Modo de Representación Primitiva) Desde el nacimiento del cine hasta 1910. Teniendo en cuenta los textos de Burch, tenemos diferentes modelos dentro del MRP: -Lumière -Meliès -Edison -Escuela de Brithon
1. No existe clausura dietética. Hacía falta un comentador 2. Distancia entre la cámara y el objeto, como en un teatro a la italiana 3. Se privilegia el espacio/ tiempo de la sala al del film
MRP= EXTERIORIDAD # MRI= VIAJE
4. Cualidad no centrada de la imagen
5. Plenitud del encuadre; bidimensionalidad; poca profundidad (decorados pintados)
6. No linealidad= no existe causalidad en el cambio de encuadre
2.2. Características del MRI (Modo de Representación Institucional)
1. Los personajes se mueven por un espacio en dos dimensiones habitables.
2. Los acontecimientos ocurren a un tiempo análogo al tiempo real, a pesar
de las elipsis 3. La historia se mantiene y se cierra dietéticamente; sin necesidad de
narrador, el espectador se ve guiado por la misma historia 4. El punto de vista es omnisciente
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5. La imagen queda centrada buscando puntos de anclaje visual 6. El encuadre es ya el eslabón de una cadena significante. El espacio se
framenta sin que la historia pierda el estilo. 7. Se privilegia el espacio y el tiempo del film frente al del espectador en la
sala 8. La finalidad es conseguir la identificación del espectador con algún
personaje del film. 9. El Fuera de campo está justificado en una realidad virtualmente
mostrable 10. El racord une dando continuidad. El sintagma narrativo, secuencias o
series de planos, relaciona. 11. La Causalidad es el principio de la lógica narrativa. 12. Utilización del triángulo de luces( principal, relleno y contra) 13. Concepto de transparencia respecto a la perceptibilidad de los
movimientos de cámara 14. La escalaridad no debe dar grandes saltos entre un plano y otro. 15. Presenta las imágenes como una realidad. 16. El MRP presenta la realidad como una imagen. El MRI presenta la
imagen como una realidad
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• 3. Campo y Fuera de Campo en el Espacio Fílmico
En primer lugar, vamos a definir los conceptos de campo y fuera de
campo dentro del espacio fílmico, para poder profundizar en esta dimensión
paradigmática.
Debemos saber que en todo encuadre fílmico se realiza una selección
entre lo que se desea mostrar y aquello que se prefiere ocultar, es decir entre
el campo y el fuera de campo.
El campo es una porción de espacio imaginario contenida en el interior
de un cuadro fílmico y se manifiesta visualmente ante la mirada atenta del
espectador.
Sin embargo, el fuera de campo constituye lo ausente óptimamente de
lo que se constituye en significante, es decir, aquello que es sugerido. Se
presenta en el contexto de la visualización, está presente en ese espacio-
tiempo, pero hace referencia a lo ausente o no visible.
El campo y fuera de campo construyen conjuntamente el espacio fílmico, que actúa como discurso relacionando al mismo tiempo, una imagen
visualmente presente y otra ausente.
Siguiendo las consideraciones de Noel Burch, nos centramos a
continuación en el fuera de campo.
Burch divide el espacio fuera de campo en seis segmentos:
1. Los cuatro primeros segmentos se relacionan con los bordes del
encuadre.
2. El quinto lo determina la existencia de un fuera de campo detrás de
la cámara
3. Y el sexto viene representado por aquello que se sitúa detrás del
decorado fílmico.
Al mismo tiempo, el fuera de campo también presenta algunas
características que lo diferencian de lo que entra en campo, y la elipsis:
• Su relación con el encuadre
• Puede ser visualizado ( al contrario que la elipsis)
• Su presencia en el espacio-temporal
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Una vez explicado el fuera de campo y los espacios virtuales que lo
dividen, vamos a profundizar en su teoría asumiendo los comentarios de Burch
y de Pascal Bonitzar, para introducir una nueva alternativa, que se divide
principalmente en dos terrenos: el Convencional (que hace uso del Modo de
Representación Institucional) y el No Convencional (en el que se visualiza
cómo las formas de representación se alejan del modelo anterior).
De este modo, englobamos dentro del terreno Convencional tres
modalidades:
1. El contracampo, donde el espectador detecta la presencia de la
contraparte por el contexto y el juego de miradas. Los personajes están
relacionados por medio de un eje, y se presenta de forma alternativa
2. El contexto previamente mostrado: como bien indica su nombre, el
contexto donde los personajes actúan, ya ha sido mostrado mediante un
plano master. Por ello, el contexto donde participan los actores es más
amplio que el campo de visión
3. El Contexto del repertorio verosímil: el contexto no ha sido presentado,
pero puede asumirse por el espectador debido a un proceso perceptivo
que se basa en la experiencia vivida por el espectador.
Podemos considerar así pues, que estos tres espacios mantienen una
actitud de fidelidad frente al MRI, que se caracteriza por ocultar la enunciación
para conseguir la invibilidad del montaje. Otros rasgos que la caracterizaban
eran la circularidad espacial y narrativa y la coincidencia del lugar que abre y
cierra el relato.
Abandonando el terreno convencional, nos acercamos hacia lo no
convencional, donde nos encontramos en primer lugar con el espacio no
conocido, que se identifica como el espacio que no se encuentra presente en
campo, es decir, no ha sido mostrado anteriormente , sin embargo tenemos
conocimiento experiencial sobre él. Por tanto, nos empezamos a situar ya lejos
del MRI.
En segundo lugar, nos encontramos con el espacio-tiempo, que se divide a
su vez, en dos tipos de elipsis conceptuales:
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- La que permanece en el espacio escénico, es decir, aunque se
propusiera un salto espacio temporal, el lugar de la representación no
cambiaria. Puede que la acción evolucionara a través del tiempo, pero el
plano seguiría siendo el mismo.
- Y por último, nos encontramos con la elipsis que rompe con el espacio
escénico, que utiliza referencias espacio-temporales realizando una
ruptura absoluta con la linealidad del discurso.
Cabe comentar antes de finalizar este bagaje informativo sobre el fuera de
campo y el espacio fílmico que conforma, la importancia de aquello que
visualmente no es mostrado, pero no por ello, menos importante. Se podría
considerar que manifiesta una mayor fuerza expresiva en la lectura fílmica, lo
no mostrado que aquello que se puede ver, por lo que vamos a introducir una
cita de Pascal Bonitzer para concluir este apartado teórico:
“La imagen cinematográfica está perseguida por lo que no se encuentra en
ella”
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• 4. Antecedentes del fuera de campo en el cine
4.1. Las sombras chinescas
Para entender un poco mejor los orígenes del fuera de campo, debemos
remontarnos a los primeros años del cine, incluso, unos cuantos años antes del
propio cine.
Según el diccionario enciclopédico ilustrado del 2005, las sombras
chinescas o el teatro de las sombras es “aquel espectáculo en el que los
personajes son siluetas negras, fuertemente iluminadas por detrás, y que
aparecen en una pantalla transparente”.
Si nos adentramos históricamente en el origen de este teatro de las
sombras, nos tenemos que situar en la antigua China Imperial en la que este
teatrillo de claroscuros y de sombras era un auténtico entretenimiento para el
emperador y su corte. Sin embargo, dicho espectáculo no llegaría a nuestras
vidas hasta finales del siglo XIX.
El interés que tiene para nosotros este pequeño arte es su papel como
precursor del propio y cine y del fuera de campo. Llegados a este punto nos
podemos preguntar: ¿Qué tipo de nexo une al teatro de las sombras con el
fuera de campo en el cine? La respuesta es bien sencilla.
Tanto el cine como el teatro de la sombras tienen en común la utilización del
recurso del fuera de campo. Uno (el teatro de las sombras chinas) lo utiliza
como generador propio de las imágenes y el otro (el cine) cómo posible método
diegético.
En las sombras chinas, nos referimos con fuera de campo a que el espectador
únicamente puede contemplar la sombra proyectada por los títeres. En este
caso, el títere y su manipulación por los actores-titiriteros queda oculto a los
ojos de los espectadores. Todo el mecanismo de la puesta en marcha, y toda
traza del autor ha de quedar escondida a los ojos de los espectadores. Como
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ya vimos en una de las escenas de la película Drácula de Bram Stoker dirigida
por Coppola, como las sombras chinescas sirven para introducir socialmente
las imágenes como generadores de significados.
Así pues en las sombras chinescas, el espectador ve la consecuencia de
una acción que sucede en un espacio donde sus ojos no son capables de
descubrir.
En el cine, como ya hemos visto en apartados anteriores, el fuera de
campo cobra un mayor papel en lo que a la estructura del film se refiere. El
fuera de campo como recurso ha permitido al cine a “esconder” sus
limitaciones o simplemente para romper los modos de representación. En otras
palabras, podemos decir que el fuera de campo ha permitido a los cineastas
desarrollar nuevas formas de entender la narratividad de las imágenes.
El cine toma prestado del teatro de las sombras dicha característica.
4.2. La pintura
4.2.1 Técnicas del espacio
En el cine, además del movimiento, hay dos técnicas que ayudan a la
percepción de la profundidad: la perspectiva y la profundidad de campo.
• La perspectiva:
Perspectiva “es el arte de representar los objetos sobre una superficie
plana, de manera que esta representación se parezca a la percepción visual
que se puede tener de los mismos objetos”
A la hora de hablar de perspectiva es esencial fijarnos en el arte
pictórico. El uso del término perspectiva no aparecerá hasta el Renacimiento (el
francés la tomó del italiano “prospettiva”) y por ello se atribuye a estos pintores
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su aportación en el arte, sin embargo, auque bien es cierto que es en el
Quattrocento italiano donde cobra más importancia, no podemos olvidarnos de
otros pintores anteriores que ya comenzaron a aplicar esta técnica a sus obras.
De hecho, podría decirse que la ciencia de la perspectiva nació en el siglo XIII
con el pintor italiano Giotto (duecentto), ya que fue el primero que logró crear
una impresión de tridimensionalidad en sus obras. Un claro ejemplo lo
encontramos en “La anunciación de Santa Ana” y “El nacimiento de María”
ubicados en los frescos de la capilla Scrovegni en Pádua.
Como se observa, Giotto ha plasmado geométricamente el interior de la
casa, esto resulta interesante puesto que hasta ahora, las partes interiores de
las casas no se representaban sino que las personas protagonistas de la
acción aparecían sobre una montaña, un edificio… y se sobrentendía que la
acción transcurría dentro de ese lugar. Así mismo, debido al tamaño de los
objetos representados tales como baúles, bancos… se nos muestra también el
tamaño de la estancia. El ángel es también una figura interesante en la
composición pues aún tratándose de una figura incorpórea, parece que entre
con dificultad por la ventana; de esta forma, Giotto nos da otra pista del tamaño
de la ventana a la vez que porta realismo y verosimilitud a la escena.
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Fijémonos ahora en su obra “ Llanto sobre el cristo muerto” (1303 –
1305) en la parte inferior, los personajes se agrupan alrededor de un cuerpo sin
vida, que forma la única línea horizontal de la composición. Alrededor de cristo
se agrupan varias mujeres, dos de ellas de espaldas, formando unos bloques
tridimensionales. Así mismo, la posición escorzada de algunos personajes o la
línea diagonal del muro que divide la escena ayudan a crear esa impresión de
profundidad y perspectiva.
Sin ambargo, Giotto fue sólo un precesor de lo que vendría después,
pues con la llegada del renacimiento italiano, llegó el auge de la perspectiva
que permitía reflejar con fidelidad las tres dimensiones de la naturaleza sobre el
plano, y ésta, fue la gran innovación de la pintura renacentista italiana. Es por
tanto en, el siglo XV, cuando se descubre la “perspectiva artificiales” o
“perspectiva monocular”. Esta nueva técnica supone una emancipación de la
mirada del hombre del sistema de representación religioso, es decir, se
produce un cambio cultural del modo de ver y de representar pues las obras
están construidas científicamente y representadas matemáticamente.
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Sin embargo, la perspectiva artificiales presupone un mecanismo de
visión con un punto de vista único e inmóvil (distintas a las condiciones
naturales de la visión) y que además ignora la curvatura del campo visual. Esta
perspectiva lineal constituye una creación mental y abstracta, un “modo de ver”
que ha estado en vigor hasta la ruptura del espacio plástico en al modernidad.
Así, según Borrás, G. M. Teoría del arte I. Historia del arte.Conocer el
arte. Madrid 1996. Págs. 108-110.
“El sistema de representación de la perspectiva lineal se basa en la
intersección de la pirámide visual: se traza un haz de líneas constituyendo una
pirámide cuyo vértice es el punto de fuga de las mismas (el llamado punto
central); el eje de la pirámide une el ojo que percibe la realidad (llamado punto
de vista) con el vértice o punto de fuga; y la base de la pirámide es la resultante
de un corte por medio de un plano perpendicular al eje (plano de
representación que se concretaría en la superficie del cuadro). Como todas las
caras de la pirámide son triángulos, las diversas intersecciones posibles darán
siempre triángulos semejantes y de lados iguales y en los diversos planos de
profundidad el tamaño irá disminuyendo proporcionalmente a la distancia. Pero
el plano de intersección no existe como plano concreto (sería el cuadro) sino
que, para dar la ilusión de un espacio que se extiende en profundidad a partir
del plano del cuadro, se simula que el observador contempla la realidad como a
través de una "ventana abierta". “
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La perspectiva aérea
Frente a la validez de la perspectiva lineal, se empezó a
experimentar con engaños ópticos, que provocaran confusiones entre espacio
real y espacio representado y sembraran la duda sobre la identidad entre la
representación perspectiva y la percepción visual.
Tal vez el ejemplo más significativo de esta reacción frente a la
perspectiva lineal sea la práctica pictórica de Leonardo da Vinci. Para Leonardo
la representación según la pirámide visual es una abstracción mental, cuya
validez cuestiona, postulando el empirismo de la visión, que debe tener en
cuenta la sensación, la redondez misma del órgano visual (la "perspectiva
naturalis" de los antiguos) y el medio que se interpone entre el ojo y el objeto.
Este medio interpuesto entre el ojo y el objeto es el aire, un elemento
móvil y vibrante, de densidad variable, que condiciona el fenómeno de la visión.
Los objetos que vemos se encuentran inmersos en el aire y todas las
relaciones de luz, de color y de distancia, dependen de este elemento. La
visión empírica demuestra que la distancia, a causa del aire interpuesto y de la
agudeza visual, borra y modifica los contornos de las cosas; por su parte los
colores sufren "pérdidas" a medida que la distancia aumenta o el aire
interpuesto es más denso. Por ello, tal vez su famosa Giocconda sea una
crítica irónica a la perspectiva artificiales, pues como tal como se puede
observar, el fondo del personaje se encuentra borroso, dando esa sensación de
lejanía.
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Esto dará lugar a un nuevo modo de perspectiva, la "perspectiva
aérea". Así, Leonardo en su tratado insiste: "Hete aquí una otra perspectiva
que llamo aérea, pues por la variedad del aire podemos conocer las diversas
distancias de los diversos edificios... Habrás, pues, de pintar el edificio más
lejano, menos perfilado y más azulado".
La perspectiva aérea, definida científicamente por Leonardo, va a
ser desarrollada por la pintura de la Edad Moderna gracias a las posibilidades
expresivas de la técnica al óleo para representar el aire como una nueva
realidad plástica. La luz y el aire, interpuestos entre el ojo y los objetos,
difuminan los contornos y por tanto no deben ser representados con la misma
nitidez los objetos situados en primer plano del cuadro que aquellos que
ocupan el fondo; la línea y el modelado se diluyen y esfuman, acentuándose
los valores pictóricos y el color, que a su vez también se modifican con la
distancia. Además, la convergencia lineal no es tan acentuada porque
intervienen otros criterios de profundidad, ya que la transición entre los
diferentes planos del cuadro utiliza como vehículo de continuidad la atmósfera
o el aire.
Tras la escuela veneciana, la heredera de la perspectiva aérea será la
pintura barroca, en la que destacan grandes maestros como Velázquez y
Rembrandt.
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Si insistimos tanto en este recorrido por las diferentes perspectivas en la
historia del arte, es porque pensamos que la perspectiva fílmica es una
continuación de esta tradición representativa, así mismo, lo importante no es
tanto observar esa semejanza del cine con la pintura sino medir sus
consecuencias, por ello, “la perspectiva incluye en al imagen, a través de “un
punto de vista” , de que está organizada por y para un ojo colocado delante de
ella. Simbólicamente esto equivale a decir que la represntación fílmica supone
un sujeto que la mira, a cuyo ojo se asigna un lugar privilegiado”.
• Profundidad de campo
La nitidez de la imagen es otro elemento esencial en la representación.
La profundidad de campo es la profundidad de la zona de nitidez
(profundidad de foco).
Es una característica técnica de la imagen modificable mediante:
- La focal del objetivo: la profundidad de campo es más grande
cuando la focal es más corta.
- Abertura del diafragma: la profundidad de campo es más grande
cuando el diafragma está menos abierto)
Por tanto, lo que se define como profundidad de campo es “la distancia
entre el punto más cercano y el más alejado que permite una imagen nítida
(para un ajuste determinado).”
Si la profundidad de campo es grande, el escalonamiento de los objetos
sobre el eje vistos nítidamente vendrá a reforzar la percepción del efecto
perspectivo; si es pequeña, sus mismos límites manifestarán la “profundidad”
de la imagen (personaje que se vuelve nítido al "acercarse" a nosotros,
etcétera).
Además de su uso para acentuar la profundidad, también es interesante
fijarnos en su uso estético:
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Un ejemplo del uso de lentes cortas es el film “Ciudadano Kane” en el
que gracias a esta técnica, se produce un espacio muy “profundo” creando una
percepción de imágenes violentamente organizadas. Su mayor novedad visual
fue adoptar objetivos de gran angular que exageraban el espacio y permitían
una gran profundidad de campo, así como tomas en contrapicado que
permitían ver los techos. El hecho de no poder utilizar los techos para colocar
las pasarelas con las baterías de focos obligó a cuestionarse la iluminación y
encontrar nuevos modos de enviar la luz hacia el decorado.
Por el contrario, en los westerns de Sergio Leone se hace uso de lentes
de largo focal (grandes angulares) que “aplanan” la perspectiva y destacan un
solo personaje sobre un fondo borroso que le enmarca. Como se observa en
esta escena de la película “la muerte tenía un precio”, la mano del personaje
queda nítida mientras que el resto de la escena queda borrosa logrando una
escasa profundidad de campo.
El uso de la profundidad de campo ha variado a lo largo de la historia del
cine.
El cine primitivo de los hermanos Lumière tenía una gran profundidad e
campo, debido a la luminosidad e los primeros objetivos y a la filmación en
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exteriores muy iluminados. Desde un punto de vista estético, esta nitidez casi
uniforme de la imagen, sea cual sea la distancia del objetivo, no es indiferente y
contribuye a acercar estas primeras películas a sus ancestros pictóricos .
Pero la evolución posterior del cine complicó las cosas. Durante el
periodo del fin del cine mudo y principios del sonoro, la profundidad de campo
“desapareció” de las pantallas debido al cambio repentino de los aparatos
técnicos: se comenzó a rodar en estudio y los tapices pintados a modo de
decorado eran un recurso muy utilizado. Al utilizar la técnica del triangulo de
luces, la luz de relleno provoca un efecto plano, es decir, la imagen era mas
bidimensional que tridimensional puesto que eliminaba las sombras; por tanto
diremos que la ausencia de sombras propicia a una eliminación de profundidad
de campo.
Por ello, la utilización masiva de la profundidad de campo en ciertas
películas durante la década de 1940 como puede ser “ciudadano Kane” supuso
un redescubrimiento. El uso de bruscos contraluces hacía posible que la
Profundidad de campo fuese un elemento de gran impacto visual y
característico de esta película.
4.2.2. Meninas, impresionismo y fuera de campo
En este apartado nos dedicaremos a dar voz a todos aquellos teóricos
del cine y de la pintura que defienden que el cine es heredero de muchos de
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los principios estéticos de la pintura. De manera, que siglos sobre cómo ver y
reproducir la realidad, cómo fragmentarla, abstraerla, disolverla, documentarla
y reinventarla, se trasladan del lienzo a la pantalla de cine.
En la etapa anterior al Renacimiento, la pintura se usaba como medio de
representar simbólicamente la espiritualidad, principalmente la que se refería a
la religiosa o mitológica, y no como una representación de la realidad
propiamente dicha. Es decir, se trataba de representaciones idealizadas, sin
función histórica o informativa.
El punto de inflexión coincide con el momento en que se descubre y
prolifera de forma generalizada el conocimiento de las leyes de la perspectiva,
de la cual se deriva la representación de la profundidad, en definitiva cuando se
empieza a concebir el lienzo como una ventana. Esto propicia pues, un cambio
sin precedentes en las formas de representación, pues a partir de ese
momento se sitúa al espectador ante el cuadro desde un punto de vista
diferente, que hace posible que este se haga presente en el mismo. De esta
forma se le permite al observador del lienzo ir al tiempo presente de la escena
representada. Esto lo corrobora el hecho de que no es hasta final del siglo XV
cuando aparecen los primeros retratos. En ellos la mirada directa que se clava
en el espectador, es una forma de romper toda barrera espacio-temporal,
ofreciendo al observador de la obra nuevas posibilidades interpretativas,
consiguiendo transmitirle una apelación directa y profunda a través del tiempo y
del espacio pictórico. Ahora el espectador del cuadro adquiere otras
dimensiones, ya no está frente a representaciones simbólicas e imaginarias,
ahora la obra va más allá y consigue hablarle, mirarle directamente a los ojos, y
transmitirle una realidad más allá del tiempo y del espacio.
Esta evolución que experimenta la pintura desde el Renacimiento,
alcanza su punto más álgido con la llegada del Impresionismo, difuminando la
distancia entre el espacio físico y el pictórico. Por lo tanto podemos decir que,
cuando nos referimos a que la pintura influyó considerablemente en el cine
estamos hablando de la pintura a partir del Renacimiento (aspectos como la
profundidad de campo, composición del cuadro…), pero principalmente a la
pintura de final del S XIX: el impresionismo.
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Y es que cine y pintura, desde esta perspectiva, tienen muchos aspectos
en común, tanto estéticos como técnicos. Pero no sólo son esos factores los
que influyeron. El contexto histórico que compartieron es una de las causas
más relevantes para su mutua influencia. Estamos hablando de unos años en
los que el Impresionismo predomina en el mundo de las artes plásticas, pero
está desarrollándose la fotografía y el cinematógrafo está consiguiendo
avances importantes. Esta confluencia de situaciones no pasará inadvertido.
En principio, el cine como arte recién nacido se verá obligado a importar
técnicas y estéticas del arte-madre que era la pintura (con el impresionismo
como máximo exponente). Aunque no fue esta la única fuente de la que bebió
el cine, es indiscutible que fue una de las más importantes.
Sin embargo, con el paso de los años lo que en principio era una
influencia unidireccional pasará a convertirse en simbiosis, verbigracia la
aparición del arte conceptual y las nuevas formas de expresión artística que
aparecen a lo largo del siglo XX.
“El matrimonio Arnolfini” (Van Eyck)
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“Anunciación” (Lorenzo Di Credi)
Aquí tenemos dos ejemplos de pintura Renacentista. En la obra de Van
Eyck podemos destacar el uso del fuera de campo que hace, impensable hasta
ese momento. Esto sumado a la mirada del hombre directamente al observador
deja constancia del cambio radical que se estaba produciendo a nivel plástico.
En el segundo ejemplo el elemento más sobresaliente es la profundidad de
campo con la que dota al lienzo. Cambia la concepción del espacio pictórico
para otorgarle, en la medida de lo posible, la tridimensionalidad de que carecía,
consiguiendo así una mayor sensación de realidad.
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“El pintor en su taller” (Menzel)
Menzel en esta obra dispone la cortina de manera que es el observador
del cuadro el que da la impresión de que la aparte para poder ver más allá y
descubrir al pintor trabajando. Se juntan así diferentes elementos: perspectiva,
profundidad de campo y el fuera de campo que crea en la parte superior
izquierda la cortina.
Obras como la de Menzel, en el Siglo XVII están a medio camino entre el
Renacimiento y el Impresionismo y dan fe del interés patente por continuar
innovando en las formas, y jugar con el espacio, no siendo esto algo exclusivo
de estas dos épocas anteriormente mencionadas. Su pistoletazo de salida fue
en el Siglo XV, pero abarca cinco siglos en los que los pintores demostraron
cada vez más habilidad en el manejo de los recursos espaciales.
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“Huérfana en el cementerio” Delacroix
Esta obra, que data de 1824, deja clarísima constancia de como el
uso del fuera de campo en pintura ha sido un recurso muy utilizado por los
artistas. En este caso concreto su uso le otorga al cuadro una expresividad
mucho mayor, centrando toda la atención en la niña, en la protagonista del
lienzo, dejando a un lado (nunca mejor dicho) todo lo que a su alrededor
ocurra, eso ya es trabajo de cada uno de los espectadores.
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Las Meninas
El cuadro que en 1651 pintó Velázquez esconde un misterio que aún no
se ha desvelado por completo. Muchos son los teóricos que han dedicado
folios y folios ha intentar entender los secretos que esconde. Nosotros
trataremos de dar una visión desde el punto de vista del espacio y el fuera de
campo.
Sobre lo que realmente ocurre en la escena no se ponen de acuerdo los
historiadores, para unos Velázquez está pintando a los reyes y, de repente, es
interrumpido en su labor por la infanta y su corte, por el contrario, para otros, lo
que recoge en el gran lienzo que ocupa el margen izquierdo del cuadro, es
precisamente el grupo de las meninas, y la interrupción es de los propios
monarcas, lo que es aprovechado por la infanta para tomar un poco de agua,
Ante la imposibilidad de saber qué estaba pintando en realidad el genial
pintor, trataremos de dar una visión de las dos posibles teorías en su relación
con el fuera de campo:
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• OPCION A: Velázquez pinta a los Reyes
La infanta y sus damas de compañía (meninas en portugués) irrumpen
en el estudio de Velázquez, pintor de cámara del rey Felipe IV, que se
encuentra pensativo y observa los modelos que se dispone a pintar: los reyes
Felipe IV y Mariana de Austria. Sin embargo, la mirada del pintor se dirige hacia
nosotros, sujetos fuera del cuadro, con lo que intuimos que los Reyes se
encuentran situados en el mismo lugar que nosotros nos encontramos en este
momento, es decir, fuera del cuadro. Por ello, se encarga de representarlos a
través de un espejo.
De este modo, si tomamos como modelos los Reyes, podemos decir,
que Velázquez en este cuadro (Las meninas) está pintando lo que no ve, pues los personajes representados en escena no son los Reyes (modelos de
su cuadro) sino la infanta y su corte.
Velásquez, de este modo, logra que en nuestra mente nos imaginemos
el resto de la escena (lo que él no ha pintado), es decir, el fuera de campo.
OPCIÓN B: Velázquez pinta a las meninas
Si tomamos la opción en la que Velázquez está en la habitación en la
sala pintando a las Meninas y son los Reyes los que interrumpen esa acción
entrando en la sala, se puede entender también que el cuadro “las meninas”
describe la acción de un grupo que está haciendo alguna cosa que es
interrumpida por otro acontecimiento que sucede fuera de los límites de la
pintura, es decir fuera de campo. En el momento en que los Reyes interrumpen
en la escena, todos los personajes empiezan a reaccionar mirando a éstos que
se encuentran fuera del cuadro, y por tanto, logra que estas miradas se dirijan
también hacía límites fuera de campo, logrando una confusión del objetivo de
las miradas, pues el espectador, desde su posición, no sabe si es a él al que
miran o a los Reyes.
Este cuadro, es considerado un “metacuadro” en el que la incógnita
reside en identificar los espejos y los reflejos, y saber por tanto, dónde termina
la realidad y donde empieza la ilusión. “Por ello, podemos interpretar Las
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Meninas en el contexto específico del ilusionismo barroco: al suprimir lo
esencial del cuadro, Velázquez muestra que todo es ilusión, que tan falso es el
pintor que nos mira, como el grupo que interrumpe su trabajo, como el espejo o
la puerta que multiplican los espacios, como las figuras que se reflejan en él,
como el propio espectador cuya imagen no se refleja en ningún sitio. “
Es por eso que este cuadro está lleno de misterios y teorías, que nadie
ha logrado resolver, de hecho, hasta el mismo nombre del cuadro es un
misterio, ya Velázquez llamó a este cuadro inicialmente “La familia de Felipe
IV” y la Familia del monarca estaba formada por Felipe IV, Mariana de Austria,
la infanta María Teresa y la infanta Margarita (el príncipe Baltasar Carlos había
muerto en 1645 ). Por lo que vemos en la escena, falta un personaje… ¿Dónde
está la infanta María Teresa?
De este modo, Velázquez opta por no incorporar "físicamente" a la
infanta en el lienzo, pero deja intuir su presencia (y su mirada) en el lado
opuesto al punto de convergencia de las principales líneas compositivas. La
infanta María Teresa sería, pues, la única que vería la escena tal como la ha
pintado Velázquez: el conjunto reflejaría, pues, lo que veían sus ojos,
convirtiendo así en visible la única figura invisible del cuadro”.
27
Por último comentar que a nivel compositivo y técnico, Velázquez logra
transmitir perfectamente la sensación de profundidad espacial con la
disposición de las figuras escalonadamente ya que se encuentran
representadas en distintos planos a lo largo de la sala que además se acentúa
con la puerta abierta al fondo (un recurso frecuente en la pintura holandesa de
interiores) permitiendo que nos imaginemos el espacio que continúa más allá
de esa puerta y que no se encuentra representado dentro de la escena.
Casi todas las miradas de los personajes del cuadro convergen hacia el
espectador, haciéndolo participar de la escena, aunque indudablemente no es
el foco de su atención, sino los reyes que tenían la posición que hoy ocupamos
nosotros, incluyendo de alguna manera también el espacio que queda fuera de
los límites del cuadro. Es curioso que sea algo que ocurre fuera del cuadro lo
que condicione la actitud de la mayor parte de sus personajes, y resulta
paradójico que los reyes, cuya presencia queda relegada a una imagen borrosa
proyectada sobre el espejo, sean precisamente los catalizadores de la acción.
28
El conjunto de perspectivas utilizadas es único y produce un efecto
“atmosférico” en el ambiente representado, como si el pintor hubiese pintado el
aire entre las figuras.
La primera perspectiva es la lineal, por la cual, diversas líneas
imaginarias o no (línea del techo-pared; cuadros colgados, el suelo…) guían
nuestra vista hacia el fondo y nos hacen creer en una fuerte tridimensionalidad.
Este asombroso efecto se refuerza con un suelo neutro, de moqueta, que
avanza hacia nuestra posición y, sobre todo, con unos espacios
alternativamente iluminados y en penumbra que subrayan el efecto de
alejamiento.
La segunda perspectiva es la aérea, que lo podemos observar en el
uso de un difuminado progresivo de los contornos así como en la degradación
de las gamas tonales. Por si fuera poco, Velázquez pone un agujero iluminado
en el centro (la puerta abierta) que da a una estancia donde no vemos el fin, es
decir, el cuadro tiene una perspectiva ilimitada.
29
El impresionismo
El impresionismo consiguió reelaborar tanto el espacio tridimensional
como la definición de las formas, obligando así al observador a realizar todo un
proceso de interpretación y reconstrucción de los datos sensoriales. Es decir,
dejaban el discurso abierto, para hacer imprescindible la visión de cada
observador en el proceso de creación del significado. Así, pintores como
Renoir, Manet, Monet, Pizarro o Degas plantean al espectador unas exigencias
interpretativas y una reelaboración cognitiva de las imágenes que se les
ofrecen.
El lenguaje del cine, como arte que abarca realidades espacio-
temporales siempre tuvo en cuenta, desde sus orígenes, la representación
pictórica como referente indispensable. Y es que, a la hora de encuadrar un
plano fílmico se siguen las mismas reglas que en el caso de la pintura, pues
ambos son artes plásticas bidimensionales que necesitan guiarse por los
mismos recursos representacionales.
Es a finales del siglo XIX cuando aparece la pintura en el cine como
referencia estética (encontramos películas bíblicas hechas con los primeros
cinematógrafos que así lo demuestran). Ejerció así la pintura impresionista un
gran influjo en el cine desde sus comienzos hasta los años 30. Fecha a partir
de la cual, no es que se alejen de la influencia pictórica, pues a otros niveles es
imprescindible, sino que se modifican las formas de narración, con la aparición
por ejemplo del sistema de géneros o la puesta en escena teatral.
Como clarísimos ejemplos de influencia pictórica encontramos el caso
de Jean Renoir, o de Marçel L’Herbier. Y es que no es casualidad que a Luis
Lumière se le llamara “el último pintor impresionista”.
30
Cuando Lumière proyectó sus primeras películas, lo que más asombro
causó fueron los micromovimientos que conseguía de la naturaleza (hierba
meciéndose con el viento, hojas agitándose, o el fluir de las olas del mar) en
definitiva, esta plasmación de la dinámica de la naturaleza no hacía más que
colmar los deseos impresionistas (captar ritmos y flujos de luz cambiantes en
paisajes naturales) pero paradójicamente lo hacían en blanco y negro.
Quizás dos ejemplos clarísimo de la comunión entre impresionismo-cine
lo encontremos en 2 casos concretos que pasaremos a nombrar:
• Una vez finalizada la Primera Guerra Mundial, en el cine francés
nacerá lo que hoy llamamos “escuela impresionista”. Una de sus
figuras más representativas fue Marçel L’Herbier (“El Dorado”
1921) que, colocando gasas ante el objetivo de la cámara,
consiguió el llamado “Efecto Flou” que daba como resultado una
imagen vaporosa, difusa y nublada que recordaba a las obras
impresionistas.
• También en varias obras de Jean Renoir encontramos
referencias claramente impresionistas. Films como “Nana” (1921)
en la cual evoca obras de Emilie Zola, “Una partida da campaña”
(1936) en la que hace un claro homenaje a su padre Auguste
Renoir, o “Le déjeuner sur l’herbe” (1959) que ya en color,
recuerda una de las obras más famosas de Edouard Manet. Fue
un realizador que siempre tuvo muy presente el Impresionismo y
todo lo que este supuso, recordando tanto a su padre como a sus
coetáneos.
31
En definitiva, el impresionismo se convirtió en el referente por excelencia
del lenguaje cinematográfico. Así aspectos como la captación del movimiento, y
la apelación directa al espectador, como sujeto necesario en el proceso
cognitivo de las obras, son características idénticas en ambas artes plásticas.
Ejemplos:
“El bar del Folies Bergère” de Manet
En este cuadro se presenta una gran complejidad formal. La camarera
del bar nos mira directamente, poniendo al espectador en la posición del
cliente. Sin embargo, se produce una importante sensación de extrañamiento al
reflejarse en el espejo que está detrás de ella la situación fuera de campo. Y es
que a través del espejo descubrimos la realidad de la situación: está hablando
con un señor. Pero eso no es todo, lo verdaderamente importante es que el
32
reflejo del espejo, desde la posición en la que nos encontramos, se da en un
ángulo imposible.
“Bailarina” de Degas
En esta obra de Degas, lo más llamativo es la captura de movimiento
que consigue, elevando el grado de dinamismo a su máxima expresión
mediante pinceladas difusas y poco concretas. Aquí, la poca definición de las
líneas, hace que cada espectador sea necesario para concluir el discurso, sin
tener este una significación objetiva dispuesta por el pintor. Y es que esta es
una característica muy importante de esta corriente, que tiene mucho que ver
con el recurso del fuera de campo que estamos estudiando. Tanto la poca
definición de las formas, como el fuera de campo se relacionan con el
hecho de que sea necesaria la interpretación por parte del espectador
para cerrar el discurso pictórico y conseguir, al fin, una significación que
será cambiante en cuanto dependiente de la visión subjetiva de cada
mirada.
33
4.3. El teatro
El concepto de espacio es muy diferente cuando comparamos los
primeros films realizados por los Lumière o por Meliès con cualquier obra
audiovisual. Y es que, en primera estancia el MRP, como se ha denominado
posteriormente a su nacimiento y producción, entendía el espacio fílmico como
una selección fija del espacio de la realidad. Es decir, el encuadre de la cámara
consistía en la selección de una parte del espacio cuyos límites estaban
delimitados por los cuatro lados del cuadro.
Todo elemento susceptible de pertenecer a la diégesis narrativa debía
aparecer dentro de dicho cuadro.
Por ello, decimos que el MRP adopta la frontalidad propia del teatro: los
espectadores de las butacas saben que los límites de la escena son el
proscenio, las bambalinas, el telón principal y el de fondo. Lo mismo ocurría
con el MRP, no existía espacio fílmico más allá de los límites del cuadro y por
tanto, todo aquello que queda fuera del cuadro es irrelevante; todo lo que el
espectador debe saber aparece en el encuadre seleccionado.
Sin embargo, este tipo de modo de representación no es primitivo tanto
en la falta de conocimiento o experiencia cinematográfica como en la falta de
medios.
Lo que queremos destacar con esto es, que la evolución de los modos
de representación no hubiese sido posible sin un desarrollo adecuado de los
aspectos de tipo técnico y terminológico.
Gracias a la evolución de los medios audiovisuales podemos invertir la
fórmula anterior: de “cine teatral” a “teatro fílmico”.
Al decir “teatro fílmico” nos referimos aquellas representaciones de
teatro que han sido grabadas para su edición en soporte VHS, DVD o cualquier
otro formato para uso doméstico.
Queremos destacar, por tanto, la adopción de técnicas cinematográficas
en otras disciplinas audiovisuales como es el teatro.
La filmación de obras teatrales se hace actualmente mediante la técnica
multicámara, que consiste en la grabación de una toma master, normalmente
34
constituida por un plano general y una serie de cámaras distribuidas
dependiendo de la acción de los personajes.
Este tipo de grabación respeta fundamentalmente el eje y las cámaras
suelen adoptar la posición de los diferentes puntos de vista de los
espectadores como si de sus miradas se tratase, ya sea en cualquier punto del
patio de butacas o en alguno de sus palcos, con el fin de no hacernos olvidar la
naturaleza de la obra audiovisual.
Pero lo peculiar de esta técnica es, que nos permite ver detalles de la
acción a través de los planos cerrados , de tal modo que no sería posible
visualizar la obra de la misma manera que si nos encontráramos como
espectadores en un teatro.
Por tanto, el espectador de un “teatro fílmico2 es un espectador
privilegiado ya que conoce todo el espacio fílmico.
Sabemos que la diéresis narrativa no va más allá de los límites del
escenario y la vez, podemos visualizar detalles de la escena con planos
cerrados siendo conscientes en todo momento de lo que hay fuera de campo.
35
• 5. JUSTIFICACIÓN DEL FUERA DE CAMPO
Como vamos viendo a lo largo del trabajo, podemos decir que la
importancia del “fuera de campo” toma sentido, no sólo en el panorama fílmico
actual, sino que es utilizado como recurso ya en los primeros años del cine
sonoro. Todo esto se debe a dos principales motivos: la economía en recursos
a la hora de realizar un film y por la aparición del mismo cine sonoro.
5.1. El fuera de campo como ahorro en recursos
Hablar de ahorro de recursos es hablar de películas de serie B. Por eso,
antes de estudiar dicho punto, consideramos de vital importancia hacer un
breve análisis del contexto de donde surgió dicha categoría.
Para entender el “nacimiento” de las películas de serie B, tenemos que
situarnos en los Estados Unidos en los años de la depresión y tras el
sufrimiento del Crack financiero de 1929. El “Crack” no sólo supuso una crisis
para los ciudadanos americanos, sino que también afecto directamente a la
producción de películas de Hollywood. Así pues, la gente no veía el cine como
un elemento esencial para su supervivencia, preferían gastarse aquel dólar
veinticinco en otros fines.
Por aquel entonces, la industria cinematográfica estadounidense ya
empezaba a considerarse como una industria potente y especializada, En los
años 20 aparecieron el sistema de estudio o "studio system", el sistema de
estrellas o "star system", y el cine de géneros. Además, la llegada del cine
sonoro confirmó el oligopolio cinematográfico, absoluto control del mercado por
parte de un limitado número de empresas, las llamadas Majors: Warner Bros,
Metro Goldwyn Mayer (MGM), la Paramount, la RKO, la 20th Century Fox, la
Universal, la Columbia y la United Artists. Estas últimas sin producciones
propias, se encargaban de la distribución de películas de productores
independientes.
36
Dichas compañías justifican su hegemonía a través del control de la
producción, la distribución y su exhibición, siendo esta última la más rentable.
No obstante, los efectos de la crisis del 29 en los espectadores
supusieron una caída de la audiencia en las salas, provocando una necesaria
reformulación estratégica de las compañías. Entonces, comenzaron a
presentar funciones dobles además de los estrenos. En la primera gira, una
película era exhibida en teatros especiales de estreno. La entrada costaba más
cara que en cualquier otro cine. En las giras siguientes, el precio de la entrada
iba disminuyendo (entre 40 y 75 centavos), a modo de captar al público que no
podía asistir al estreno. Además, se comenzó a ofrecer una segunda función
que constaba de películas de Serie B.
Con el paso de los años y conforme remitía la crisis, la mayoría de
estudios cinematográficos ya habían adoptado este tipo de estrategia de
función doble. Incluso, los grandes estudios habían adoptado ya unidades
especiales que se dedicarían exclusivamente a producir dicho género de
películas, manejadas por productores que conocían la realización de películas
de bajo coste.
Así pues, para entender un poco mejor la utilización del fuera de campo
como recurso veamos un clásico de la serie B: “Cat people” o en su traducción,
“la mujer pantera”.
“La mujer pantera” fue una, por no decir la primera película de serie B,
que realizó la compañía RKO. Aunque se rodó con un bajo presupuesto, esta
película ha pasado en la historia de cine como un clásico del director Tourneur.
Como film de dicha categoría, este no destaca por su grandes presupuestos en
decorados, actores, atrezzo... Simplemente, la película está realizada en unos
pocos interiores y exteriores de estudio. En lo que al reparto de actores se
refiere, la película se basa en cuatro actores principales y unos pocos extras.
Sin embargo, la grandeza de este film reside en cómo Tourneur, rompe
con esa idea de que para que una película sea buena se ha de disponer de
grandes sumas de dinero en su realización. La genialidad se ve al comprobar
que con tan escasos fondos, el director y el productor lograron una obra que
37
seguramente, se podía equiparar a una película clase A. Podemos concluir que
en este caso, el arte supera a la industria .
“Cat people” está filmada completamente de noche, con predominancia
de las sombras, generando de esta forma un clima de tensión y misterio,
manteniendo en todo momento la diégesis del film.
Sin duda alguna, lo que marca a esta película Clase B como un clásico, es la
novedad que introduce en el género de terror, es decir, la forma en que se
trata. A través de “La mujer pantera” Tourneur no muestra, simplemente
sugiere. He aquí donde el fuera de campo cobra más importancia que nunca.
Impuesto por el presupuesto, Jacques Tourneur lo utiliza, no como una
debilidad, sino como una auténtica oportunidad para generar la esencia de la
película: lo que se intuye pero que en ningún momento se muestra al
espectador. Con esto nos referimos en el momento de la película en que Irena
(Simone Simon) es besada por su psiquiatra cumpliéndose así la maldición de
su pueblo: la transformación en mujer gato. El espectador “intuye” como la
transformación se efectúa a través de las sombras de la pared. Por lo tanto, la
transformación se lleva a cabo fuera del campo de visión del espectador. Como
si de una sombra chinesca se tratara.
En este film aparece la monstruosidad y no los monstruos. Todo resulta
ambiguo en esa atmósfera de sombras, el espectador está constantemente
estresado, intuye pero no ve. En todo momento, la amenaza de la maldición
está latente, no obstante, el peligro nunca está explicitado ni para los actores,
ni para los espectadores. Tourneur no muestra a la mujer convirtiéndose en
pantera, sólo las sombras y los rugidos texturas, angulaciones de cámara.
Todo ello, limitado y adaptado al recurso económico del cual se disponía.
Finalmente, esto nos evidencia con una narratividad “económica” lo que está
fuera de campo; nos cuenta que lo que está más allá es algo sobrenatural.
38
5.2. El sonido en cine como liberación de la diégesis, fuera de la propia imagen.
Continuando con nuestro discurso acerca del fuera del campo, podemos
afirmar que dicho recurso cinematográfico irrumpe en la estructura del film con
la llegada y nacimiento del cine sonoro. Su antecesor, el cine mudo, requería
en todo momento la presencia del espacio y la imagen para que los
espectadores pudieran seguir la narratividad de la historia de forma coherente.
En todo momento, para poder encontrar al “espectador ideal” de la película,
todo debía aparecer en el campo facilitando así, la comprensión a los
receptores. Lo único sonoro que ayudaba al entendimiento y a la estructura del
film eran las orquestas de la propia sala que, aunque externas al propio film,
ambientaban la acción que transcurría en la pantalla.
Gracias a lo sonoro, la diégesis deja de limitarse a las fronteras de la
pantalla. Se empieza a “expandir”, incluso, sin aparecer en la propia pantalla.
Así pues, el fuera de campo permite flexibilidad a la hora de desarrollar la
propia coherencia del film. Veamos a continuación, las técnicas y estilos de lo
sonoro utilizados en el cine.
Podemos empezar nuestro estudio afirmando que, el sonido goza de la
cualidad de poder ofrecer significado al espectador tanto o igual que la propia
imagen. Técnicamente, ese encuadre sonoro vendría definido por la
multiplicidad de micrófonos, los filtros correctores, la utilización de absorción, la
estereofonía... En otras palabras, el sonido dependería de las técnicas a través
de las cuales podría tratarse, y que, al mismo tiempo, permitirían que éste,
fuera en acorde con la imagen visual..
Tras numerosas experiencias con la llegada de lo sonoro, los cineastas
se dieron cuento de que éste podía funcionar orgánicamente con la imagen.
Para ello se ha recurrido a nueva integración, teniendo en cuento la
coexistencia y correlación entre las tres categorías de sonido existentes: “in”,
“off” y “fuera de campo”. Veamos dichas categorías sonoras:
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El campo sonoro “in”:
El sonido “in” es aquel “sonido que tiene una correspondencia directa con la
imagen, es decir, una sincronía en cuanto a que se oye lo que se ve”.
El “fuera de campo” sonoro:
El fuera de campo sonoro es “aquel cuya causa no es directamente visible,
pero se sitúa en el mismo tiempo que la acción y en un espacio contiguo a
ésta.”
El campo sonoro “off”:
El campo sonoro “off” es “aquel que emana de una fuente invisible situada en
otro tiempo y /o en otro lugar, como es el caso de la música incidental o la voz
en “off”, que nos cuenta cosas del pasado.
Con estas tres categorías de sonidos, el cineasta permite establecer
códigos y significados múltiples, en los que el sonido jugaría un papel
estructural, creativo y diegético en el film.
Detengámonos pues para considerar un breve ejemplo:
En la película “Psicosis” del gran cineasta inglés Alfred Hitchcock ,
podemos contemplar como el sonido juega un papel fundamental en lo que a la
diegésis de la historia se refiere. Lo sonoro es un medio a través del cual el
propio director juega con el espectador y las interpretaciones. En una de las
escenas, podemos oír la voz de la madre Norman, sin que ésta aparezca en
escena. Este hecho lo podemos interpretar en que la madre existe, pero que
simplemente, se ubica fuera de campo sonoro y visual del espectador. Sin
embargo, aquello que “sonoramente” nos parecía existente pero fuera de
campo, resulta ser un campo sonoro “off” e inexistente, pues sólo se ubica en
la mente del protagonista.
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Para concluir dicho apartado, cabe reiterar la importancia del fuera
campo, tanto en lo sonoro como en lo visual, en lo que construcción de
significados en la propia película se refiere. Con esto queremos destacar que
no siempre lo que se ve es lo más importante, a veces, lo que se sugiere cobra
mayor relevancia que lo que se muestra. Este mero hecho, entre otros muchos
más, sería lo que legitimaría la cinematografía como séptimo arte,
convirtiéndolo en un espacio de desarrollo y experimentación del ser humano.
• 6. Aspectos teóricos del espacio audiovisual 6.1. Concepto de espacio
“El espacio es considerado como efecto de la acción de espaciar, es
decir, emplazar una constitución de lugar habitable, donde el hombre encuentra
un sentido del lugar. El deseo previo orienta la localización espacio-temporal y
motiva la construcción de un lugar”. (Heidegger, 1983)
“No hay representación del espacio sin representación de una acción,
sin diégesis. Así pues, el espacio se representa como espacio de una acción
virtual, como espacio de una puesta en escena”. (Aumont, 1992)
“La espacialización es una operación fundamental en el proceso de
transformación de una historia en un discurso mediante una estructura
narrativa. Consiste en la conversión del espacio de la historia en un espacio
verbal en el que se desenvuelvan los personajes y situaciones mediante
procedimientos técnicos y estilísticos entre los que destaca la descripción”
(Darío Villanueva, Comentario de textos
narrativos: la novela. Gijón: Ediciones Júcar)
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El espacio, desde un punto de vista fílmico, es el que se crea al montar
los diversos fragmentos que componen una película o film. Todos los
fragmentos o fotogramas reunidos crean la sensación de una acción unitaria.
Es también, la suma del campo y el fuera-de-campo, es decir, lo que se ve en
el cuadro, o pantalla, y lo que no se ve pero se sugiere o imagina.
6.2. Tipos de espacio de representación
Una vez satisfechas las necesidades funcionales del guión respecto a
los elementos básicos, se plantea la cuestión de cómo organizar los espacios –
pictórico, arquitectónico y fílmico- de modo que se produzca una escenografía
con sentido desde un punto de vista artístico, haciendo coherentes los
elementos profílmicos.
Eric Rohmer (1977), en su estudio sobre la organización espacial del film
distingue tres tipos de espacio (pictórico, arquitectónico y fílmico).
6.2.1. El espacio pictórico
En pintura, la nitidez de la imagen determinará la profundidad de campo,
que se conseguirá mediante la perspectiva. En primer lugar, en lo que respecta
al espacio pictórico, considera que la imagen cinematográfica es una
representación del mundo, en lo que tiene que ver con la puesta en escena
pictórica. La manera de iluminar sería comparable, permitiendo establecer
relaciones de similitud con estilos y pintores concretos.
El dibujo, entendido como presencia del trazo en el diseño de
personajes, objetos, decorados, etc. se puede relacionar con escuelas
pictóricas determinadas.
En lo que respecta a la organización dramática de las formas materiales
en el espacio de la composición, cabe destacar que una concepción dinámica
suscita una composición disimétrica.
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6.2.2. El espacio arquitectónico
El espacio arquitectónico, correspondería a las partes del mundo,
naturales o fabricadas, dotadas de una existencia objetiva en lo profílmico, es
decir, las formas o conjuntos de ellas propuestas a la mirada del espectador.
Es todo lo que constituye el diseño de producción. Los objetos son
considerados como símbolos respecto a los sentimientos de los personajes,
distinguiéndolos en utensilios y ornamentos, que son capaces de organizar y
desorganizar el espacio.
Es por ello que los decorados y el vestuario son vistos desde los puntos
de vista de la coherencia y la funcionalidad expresiva y son elementos de gran
importancia para entender las alteraciones de conducta y las metamorfosis de
los distintos personajes.
Por otro lado, el emplazamiento de los objetos en el escenario
cinematográfico será más significativo - en función del recorrido concreto de los
personajes por el plano -, que el estilo de los muebles que configura la puesta
en escena de la secuencia.
De esta manera, el espacio arquitectónico es descrito por el movimiento
del personaje, es decir, su circulación entre los objetos que lo amueblan y a los
que confiere un sentido, emocional y simbólico, bien preciso.
6.2.3. El espacio fílmico
El espacio fílmico es considerado como un espacio virtual, reconstruido
por el espectador de forma imaginaria, haciendo coherentes los elementos
fragmentarios proporcionados por el film, según la diégesis propuesta por el
discurso. El découpage (desglose en secuencias y planos) y el montaje
(ordenamiento y selección del material filmado) organizan la duración del film y
su espacio, estableciéndose relaciones entre diversos lugares de la acción.
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Es por ello, que el espacio fílmico, habitable imaginariamente por el
espectador, aunque no corresponda a ningún espacio profílmico real, unifica
fragmentos espaciales mostrados en campo con los sugeridos en fuera-de-
campo, por el montaje y el movimiento de los actores según direcciones
privilegiadas.
Para mantener una geografía clara en los espacios de la realización
cinematográfica y audiovisual se parte de una normativa muy precisa que se
articula a partir del eje escénico o de acción a la trayectoria que sigue en
pantalla cualquier elemento móvil.
Según J. Aumont, la imagen fija consta de dos características
fundamentales: la bidimensionalidad y su limitación. Esta limitación viene dada
por la existencia de un cuadro que se encarga de dotar al film de finitud.
De este modo, el formato de un film está compuesto por el ancho de la
película–soporte y las dimensiones de la ventanilla de cámara.
El papel del cuadro es esencial en la composición de la imagen,
sobretodo cuando permanece inmóvil (“paro de imagen”) o casi inmóvil (“plano
fijo”). Algunas películas, sobretodo del cien mudo, muestran un especial
cuidado en el equilibrio y expresividad de la composición del encuadre,
asemejado casi al de la pintura, es el caso de la película: “la pasión y muerte
de Juana de Arco” de Carl Theodor Dreyer (1928)
Una de las formas más comunes del reparto de la superficie del cuadro
es aquella en la que dicha superficie se divide en varias zonas (iguales o no)
que son ocupadas cada una por una imagen parcial; tal como se muestra en
esta escena de la película “Hard candy”, donde cada personaje ocupa un lugar
del espacio.
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Fotograma de “Hard Candy” de David Slade
Sin embargo, también existen ciertos procedimientos más complejos
como es el caso de la película “Playtime” de Jacques Tati ( 1967) donde varias
escenas “encuadradas” se desarrollan simultáneamente en el interior de una
misma imagen.
Ante esta imagen plana reaccionamos como si viéramos una porción de
espacio en 3D, de hecho, a pesar de sus limitaciones de color, presencia del
cuadro… esta imagen nos evoca una “impresión de realidad” que se manifiesta
tanto en la ilusión de movimiento como en la de profundidad.
Por ello, lo importante reside en destacar que “reaccionamos ante la
imagen fílmica como ante la representación realista de un espacio imaginario
que nos parece percibir; puesto que la imagen está limitada en su extensión
45
por el cuadro, nos parece percibir sólo una porción de ese espacio. Esta
porción de espacio imaginario contenida en el interior del cuadro es lo que
llamamos campo”.
Por tanto, definiremos campo como: “la parte visible de un espacio más
amplio que existe sin duda a su alrededor”
Así mismo, debemos comentar que la impresión de realidad que hemos
comentado anteriormente es tan fuerte que logra hacernos olvidar la
bidimensionalidad del plano, el color en películas en blanco y negro o el sonido
en una película muda… e incluso logra que nos olvidemos, no del cuadro, que
sigue presente en nuestra percepción, sino del hecho de que fuera del cuadro,
ya no hay imagen.
2.3.1. Tipos de espacio fílmico
Según Bordwell (1996), el espacio fílmico o escenografía imaginaria se
constituye a través de tres tipos de indicios (espacio de planos, espacio del
montaje y espacio del sonido).
Por lo que respecta al espacio del plano, cabe destacar que éste se
compone por contornos superpuestos, diferencias de textura, perspectiva
atmosférica, tamaños, luces y sombras, colores, perspectiva convergente,
movimiento de las figuras y movimiento de la cámara. Por otro lado, cabe
destacar que en films no clásicos, los indicadores pueden entrar en conflicto,
definiendo un espacio ambiguo: plano, barroco o distorsionado.
Respecto al espacio de montaje, cabe destacar que construye el espacio
entre planos mediante la constitución de un gran número de imágenes fijas,
llamadas fotogramas, dispuestas en serie sobre una película transparente, que
al pasar por un proyector se convierte en una imagen ampliada y en
movimiento, que a su vez, compone el formato del film.
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Por su parte, el espacio del sonido modela una perspectiva sónica
relacionando en profundidad el habla –en primer plano auditivo- con el ruido de
fondo. Actualmente, sirve para reforzar y acrecentar los efectos de lo real y
apoyar los elementos visuales.
En definitiva, el espectador asume un nexo directo entre la claridad
acústica, la importancia narrativa y la coherencia espacial.
Por otro lado, y según Nöel Burch (1985), existen seis segmentos o
espacios virtuales, los cuales no comparten la misma naturaleza ya que los
cuatro primeros y el sexto pertenecen al lugar del enunciado, recuperable en el
nivel diegético, por lo que la vocación del espacio fuera-de-campo, situado en
el lugar del enunciado, es acceder al espacio en campo, por montaje o por
construcción imaginaria del espectador. El quinto segmento correspondería al
enunciador, desde el que se emite el discurso fílmico.
Por otro lado, considera el espacio continuo y homogéneo, aceptando
como natural una relación causal metonímica en la sucesión de planos que
propone el montaje. Es decir, la ausencia significante que llamamos fuera-de-
campo es reducida, sincrónicamente, al fuera-de-cuadro, lo que supone ignorar
la ausencia diacrónicamente, entre-dos-planos.
2.3.2. El espacio teatral VS. el espacio fílmico En primer lugar, cabe destacar, que el espacio teatral es un lugar por
construir, y el espacio fílmico viene dado en la narración audiovisual.
El espacio teatral es limitado y circunscrito, mientras que el espacio en el
cine disfruta de posibilidades infinitas, cuyas limitaciones son la imaginación y
los recursos del equipo técnico.
El dramaturgo no puede obviar las limitaciones arquitectónicas y
escenográficas con las que se encontrará el director de escena al llevar a cabo
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la representación. Ha de adecuarse a unas medidas, a unas posibilidades
técnicas, a una comunicación sala-escenario. Por tanto, los cambios espaciales
en las obras teatrales, no pueden ser tan atrevidos como en la novela o en el
cine.
2.3.3. El valor del encuadre y del campo cinematográfico en el espacio fílmico.
La imagen está limitada por el cuadro, es por ello que nos parece
percibir sólo una porción de ese espacio. Esta porción de espacio imaginario
contenida en el interior del cuadro es lo que llamamos campo, que es la única
parte visible de un espacio más amplio que existe a su alrededor.
De esta manera, podremos decir que el encuadre, implica una escisión
del espacio, entre lo que es mostrado y lo que es ocultado. De esta manera se
establece el paradigma campo/ fuera-de-campo. Tanto el campo como el fuera-
de-campo, pertenecen a un mismo espacio imaginario y homogéneo, llamado
espacio fílmico o escena fílmica.
Se considera campo la porción de espacio imaginario contenida en el
interior del cuadro fílmico. Éste remite al fuera-de-campo, debido a su carácter
centrífugo, el cual está ausente ópticamente y del que se constituye en
significante. Se define como espacio invisible que prolonga lo visible y que se
compone de un conjunto de elementos (personajes, decorados, etc.) que aun
no estando incluidos en el campo, son asignados imaginariamente por el
espectador.
Podemos decir que el campo es un manifiesto visualmente y el fuera-de-
campo es sugerido. Ambos constituyen un espacio ambivalente y homogéneo,
el espacio fílmico. A su vez, podemos destacar que es un espacio que se
constituye como discurso o texto, puesto que su origen está en la relación
significante entre una imagen visualmente presente y otra ausente, significada.
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El sentido de su relación sólo puede ser analizable en un texto concreto, según
las sugerencias de su escritura.
El cuadro juega, en diversos grados según los filmes, un papel muy
importante en la composición de la imagen, en especial cuando ésta
permanece inmóvil (paro de imagen) o casi inmóvil (encuadre invariable o
plano fijo).
Uno de los procedimientos más evidentes del trabajo en la superficie del
cuadro es el reparto de la superficie en varias zonas, iguales o no, ocupadas
cada una por una imagen parcial.
Por supuesto, la experiencia, por pequeña que sea, de la visión de
películas basta para demostrar que reaccionamos ante esta imagen plana
como si viéramos una porción de espacio en tres dimensiones, análoga al
espacio real en el que vivimos. A pesar de sus limitaciones (presencia del
cuadro, ausencia de la tercera dimensión, carácter artificial o ausencia del color,
etc.), esta analogía es muy viva y conlleva una "impresión de realidad"
específica del cine, que se manifiesta principalmente en la ilusión del
movimiento y en la ilusión de profundidad.
La impresión de analogía con el espacio real que produce la imagen
fílmica es tan poderosa que llega normalmente a hacernos olvidar el carácter
plano de la imagen, la ausencia del color (en un film en blanco y negro), del
sonido (si es una película muda), y el hecho de que más allá del cuadro ya no
hay imagen, es decir, el fuera-de-campo, que depende del campo, puesto que
existe en función de éste.
49
• 7. Aspectos técnicos
7.1. Espacio real y fílmico
7.1.1. Espacio real
Concebimos el espacio real a partir de la percepción humana. Debemos
saber, pues, que esta percepción es aprendida y está basada en nuestra
experiencia, lo que denominaríamos empirismo. Somos capaces de reconocer
el espacio, entendido como un elemento tridimensional, y los volúmenes que
en él se contienen porque hemos educado la visión. Es decir, el sentido de
tridimensionalidad no es algo innato en las personas.
En realidad, los seres humanos solo somos capaces de ver en dos
dimensiones (altura y anchura). Sin embargo hablamos de una tercera
dimensión porque existen ciertos parámetros de forma y de escalaridad que
nos permiten reconocer o intuir distancias y volúmenes.
Por tanto, diremos que la concepción del espacio se conforma por la extensión
de los objetos y sus articulaciones.
Mitry reflexionó sobre la relación entre espacio fílmico y espacio real,
destacando dos aspectos:
a) La naturaleza del espacio fílmico es igual a la del espacio real.
La visión global de un acontecimiento será obra de una recopilación de
datos escogidos del recuerdo. En el cine, el espectador construye su propio
espacio imaginario: ILUSIÓN DE CONTINUIDAD.
En nuestro campo perceptivo somos nosotros los que inconscientemente
fragmentamos el espacio. En una obra audiovisual lo hace el director.
b) El espacio es relativo; percibimos movimiento porque percibimos
espacio estable.
50
Un ejemplo práctico de esto sería cuando viajamos en tren y no
sabemos realmente si se está moviendo el vagón de la vía contigua o
nuestro tren, pero lo que sí sabemos es que una de las dos posibilidades
está estática y a menudo la realidad no se corresponde con nuestra
percepción.
7.1.2. Espacio fílmico
Concepto: es un espacio abierto, móvil y variable, compuesto por infinidad de
cuadros y planos.
El Relato fílmico es, en términos estrictos, es el producto resultante de
hacer de lo visible el tema central del relato. A diferencia de la lengua oral u
otro modo de comunicación, en un film se pueden dar todas las informaciones
de un acontecimiento de una sola vez; esto es lo que llamamos una
presentación simultánea de elementos informacionales.
Sin embargo, la visibilidad puede concentrar su complejidad en un
elemento capital al cual llamaremos “instrumento ocular” (cámara
cinematográfica). Este instrumento cumple funciones que no se limitan a lo
puramente técnico y que, por ello mismo, abren un horizonte de comprensión
visual que explora constantemente los límites y las lógicas de lo visible en la
constitución del relato fílmico. Nos estamos refieriendo, por ejemplo al
contracampo, raccord, fuera de campo, encuadres y desencuadres... Una serie
de funciones o técnicas que otorgan significación al campo y que remiten al
reconocimiento de una instancia más sutil y evanescente más allá de este.
Por ello, queremos destacar la importancia del uso de una serie de
estrategias visuales por las cuales, lo que no se alcanza a ver por completo,
estructuran el sentido del relato fílmico en su posible totalidad. Se recurre
normalmente a estas estrategias dada la dificultad de abstraer la acción de su
51
cuadro situacional ya que, como hemos señalado antes, la interpretación más
directa de lo visible es decodificarlo como tema central del relato.
7.2. Estrategias para abstraer la acción de su cuadro situacional
1- La acción puede producirse en la oscuridad, momentáneamente, y así
privar al espectador de algunas coordenadas espaciales.
2- La imagen pasa a negro dentro de un origen diegético (paso de un tren
por un túnel, por ejemplo).
3- Planos muy cerrados. El decorado se abstrae, solo se imagina el
espacio.
4- Sucesión de planos cerrados cambiando de lugar. Priva al espectador
de numerosas coordenadas espaciales.
Crítica a “HARD CANDY” (la utilización de planos cerrados y su significado):
<< En la forma de enfocar el problema juega un papel decisivo la técnica, la
plasmación por parte del director del ambiente opresivo que el guión detalla.
Así, lo primero que llama la atención es la decisión de utilizar planos cerrados,
primeros planos, en las continuas conversaciones entre los dos personajes.
Las caras transmiten una especie de refuerzo emocional al entramado
dialéctico de cada escena y, en parte, ayudan a canalizar de una manera más
acertada el amplio espectro de emociones contenidas en cada uno de los dos
actores. >> Óscar Brox para www.pasadizo.com
52
7.3. El fuera de campo
El campo se percibe habitualmente como la única parte visible de un
espacio más amplio que existe sin duda a su alrededor. Esta idea traduce de
forma extrema la famosa fórmula de André Bazin al calificar el cuadro de
"ventana abierta al mundo". Si, como una ventana, el cuadro deja ver un
fragmento de un mundo (imaginario), ¿por qué éste debería acabarse en los
límites del cuadro?
(Estética del Cine, J. Aumont y otros)
El fuera de campo está creado inevitablemente a partir del campo. Este
espacio invisible que prolonga lo visible está esencialmente ligado al campo,
puesto que tan sólo existe en función de éste; se podría definir como el
conjunto de elementos (personajes, decorados, etcétera) que, aun no estando
incluidos en el campo, sin embargo le son asignados imaginariamente, por el
espectador, a través de cualquier medio.
En el cine nos encontramos con un gran número de medios y técnicas para
la constitución del fuera de campo desde el interior del campo:
1- Entradas y salidas de campo (en la imaginación del espectador):
Normalmente se producen lateralmente, aunque en muchas
ocasiones pueden producirse por arriba o por abajo del cuadro (como
sería el caso de un ascensor pasando por un piso o altura). Sin
53
embargo, otra modalidad de entradas y salidas se dan a través del
desvanecimiento del elemento móvil con la ayuda de la profundidad de
campo o bien por acercamiento a la cámara cubriendo todo el cuadro y
campo de visión y desapareciendo del mismo posteriormente. Estos
serían los límites por “detrás y por “delante” del campo.
A su vez, este último límite, “delante” del campo, tendría dos variaciones
que harían cambiar tanto la estructura estética o técnica como el
significado de la diéresis:
- La primera de ellas, la salida por delante del cuadro “evitando” el
objetivo. En este caso la presencia física de la cámara queda
denotada por la propia acción del elemento móvil, y el campo de
visión no quedaría bloqueado por falta de esta, por lo que esta salida
en principio no supondría una desviación de la atención sobre lo que
está sucediendo en el cuadro. Técnicamente, si el personaje llega a
evitar el objetivo de la cámara para no chocar con ella la salida se
produciría más bien por un lateral. Es una “falsa salida por delante”
del cuadro.
- La segunda variación de salida por “delante” se produce mediante el
acercamiento del elemento móvil hasta el objetivo de la cámara,
llegando a bloquear la visión del campo y logrando un “negro” en
pantalla. Este recurso es generalmente utilizado para cambiar de
plano, escena o secuencia, es decir, a cualquier unidad espacio-
temporal que requiera una ruptura espacio- temporal. El paso a
“negro” mediante este recurso marca claramente dicha ruptura y
otorga un fuerte significado al relato, ya sea estética o
dietéticamente. Sin embargo nos encontramos de nuevo con el
dilema anteriormente nombrado: esta es también una “falsa salida
por delante” del cuadro ya que el personaje logra tapar el objetivo
con su cuerpo y, por tanto, choca con él. Técnicamente la cámara no
es transparente y supone un obstáculo en el recorrido del personaje,
por lo que este no llega a salir realmente del cuadro.
54
La conclusión que sacamos de esto es que las salidas por “delante”
del cuadro son técnicamente imposibles. Sin embargo, con el desarrollo
de recursos discursivos se ha logrado educar al espectador haciéndolo
partícipe del lenguaje cinematográfico. De este modo, el espectador
como receptor es capaz de decodificar el significado de la acción e
interpretar ambos recursos, anteriormente nombrados, como salidas de
campo por “delante”.
2- Interpelaciones directas entre los dos campos:
Es en el caso del campo- contracampo, generalmente entre el
diálogo de dos personajes. El recurso más utilizado es el raccord de
miradas, dígase también “mirada fuera de campo”, aunque también
hacen su papel las palabras y los gestos.
3- Movimientos de cámara:
Cualquier movimiento de cámara transforma el campo en fuera de
campo y viceversa. Pensamos comúnmente en desplazamientos de
cámara o movimientos sobre el eje como son los travellings o las
panorámicas. Estos consiguen dicha transformación campo- fuera de
campo mediante la mostración de espacios cambiantes, distintos
escenarios, el resto de lo que no hemos visto anteriormente por defecto
técnico (el campo de visión es limitado por los bordes del cuadro). Sin
embargo tenemos otro tipo de movimiento de tipo focal, el “zoom in” y el
“zoom out”, que lo que hace es limitar conscientemente el campo de
visión.
Si estamos viendo un plano muy cerrado la imagen se encontrará
considerablemente descontextualizada. Si realizamos entonces un
“zoom out” la imagen cobrará significado dentro de un contexto ya que
se nos mostrará todo aquello que rodeaba a la primera imagen. Esta
técnica puede ser de carácter sorpresivo o engañoso para el espectador,
55
ya que en un primer momento se le está ocultando parte de la
información, la cual se encuentra en fuera de campo.
Puede suceder lo contrario, que tengamos un plano general o de
conjunto y se produzca un “zoom in”. En este caso sí conocíamos el
espacio y éste se convierte ahora en fuera de campo. Generalmente
este recurso es utilizado con un fin emocional o dramático. De esta
forma se consigue centralizar todo el peso del discurso en un detalle o
en un personaje, ya que esto nos indica que el elemento enfocado es
especialmente relevante para el significado de la diégesis.
Abre los ojos. A. Amenábar
4- Insinuación del fuera de campo:
Nos referimos a todo elemento que aparece en parte en campo,
especialmente los personajes. El hecho de que solo podamos visualizar
parte de ellos nos lleva reconstruir las figuras, completar la visualización
y, por tanto, entender que la parte que no vemos se encuentra
necesariamente fuera de campo. Esto obedece a la teoría de la
percepción humana y al empirismo, todo acto basado en una experiencia
previa.
56
5- El sonido OFF:
Aquí hay que distinguir entre “fuera de campo sonoro” y “campo
sonoro off”.
En el primero, el sonido no es directamente visible, pero que se
sitúa en el mismo tiempo que la acción y en un espacio contiguo. El
“campo sonoro off”, sin embargo, emana de una fuente invisible situada
en otro tiempo y/o en otro lugar, como es el caso de la música incidental
o la voz en "off " que nos cuenta cosas del pasado o actúa como
narrador del relato.
(NATALIA MORANTE SÁEZ y PILAR GARCÍA MERINO. Aportaciones
del cine actual a la integración de la banda sonora [en línea]. Cuadernos
documentación multimedia- UCM [Consulta: 28 de Noviembre del 2006].
Disponible en:
http://www.ucm.es/info/multidoc/multidoc/revista/num8/anexo/bso.html )
6- Distinción entre “fuera de campo concreto” y “fuera de campo
imaginario”:
A pesar de que hay entre ellos una diferencia importantísima (el
campo es visible, el fuera de campo no), se puede considerar en cierto
modo que campo y fuera de campo pertenecen ambos, con todo
derecho, a un mismo espacio imaginario perfectamente homogéneo, que
denominamos espacio fílmico o escena fílmica. Parece un poco extraño
calificar por igual de imaginarios el campo y el fuera de campo, pese al
57
carácter más concreto del primero, que está sin interrupción ante
nuestros ojos; por eso algunos autores (Noél Burch por ejemplo, que se
ha preocupado de esta cuestión con interés), reservan el término
imaginario al fuera de campo, e incluso únicamente al fuera de campo
que no se ha visto nunca, y califican justamente de concreto el espacio
que está fuera de campo después que se ha visto.
(Estética del Cine, J. Aumont y otros)
58
7.4. Los tres ejes del espacio
EJES DE LA ORGANIZACIÓN CATEGORÍAS ANALÍTICAS
In: Espacio presente en el interior de los
bordes del cuadro.
Off: Espacio forzado, fuera de campo
In: Se relaciona con 6 segmentos del
F.C. (4 referentes a los bordes del
encuadre, 1 tras la cámara y otro
tras el decorado).
Off Percibido
Imaginable
Definido
Estático
Dinámico
E. FIJO: Su extremo es el Frame –
Stop.
E. MÓVIL: Estatismo de la cámara y
movimiento de las figuras.
D. DESCRIPTIVO: Movimiento de la
cámara en relación con el de las
figuras.
D. EXPRESIVO: La cámara decide
lo que hay que ver. La imagen toma
sentido a partir de los movimientos
de cámara.
IN/ OFF
ESTÁTICO/ DINÁMICO
59
Orgánico: Espacio conexo y coordinado.
Plano
Unitario
Centrado
Cerrado
Inorgánico: Espacio desconectado y
disperso.
Profundo
Fragmentado
Excéntrico
Abierto
PLANO/ PROFUNDO (debido al tipo
de iluminación)
UNITARIO/ FRAGMENTADO
(espacio que presenta un alto grado
de accesibilidad/ espacio que
presenta barreras internas de
lugares distintos)
CENTRADO/ EXCÉNTRICO
(depende de la justificación del
punto de vista del plano: frontalidad
vs. escorzos)
CERRADO/ ABIERTO (depende de
si referencia a un contracampo)
ORGÁNICO/ INORGÁNICO
(D. CASSETTI. Cómo analizar un film.)
60
7.5. Tipos de relación espacial
ARTICULACIÓN ESPACIAL
ENTRE 2 PLANOS
IDENTIDAD
ALTERIDAD CONTIGÜIDAD
DISYUNCIÓN PROXIMAL
DISTAL
7.5.1. Identidad espacial
- Articula dos segmentos del espacio diegético.
- Básicamente consiste en un cambio de escala, una selección del
plano precedente.
- Ejemplo: PM PP PM
- Pertenecen a esta categoría la panorámica y el travelling.
7.5.2. Alteridad espacial
1. CONTIGÜIDAD
- Cuando dos planos muestran informaciones análogas que inducen a
una contigüidad entre ellos. Esto se establece a partir del raccord.
- La figura tradicional es el campo- contracampo.
2. DISYUNCIÓN
2.1. Disyunción Proximal
61
♣ 3 casos en los que se da:
o Siempre que el espectador pueda suponer una posibilidad de
comunicación visual o sonora no amplificada entre dos
espacios no contiguos.
o Cuando la cámara nos muestra dos espacios adyacentes
separados por un muro.
o Cuando se advierte un proceso de comunicación sectorizada
(por un desplazamiento, o acercamiento entre dos sujetos)
entre dos segmentos espaciales no contiguos.
2.2. Disyunción Distal
o Todo aquel espacio independiente del plano precedente.
o En las películas comerciales los raccords de miradas, de
movimiento o de dirección pueden establecer una continuidad
visual entre planos independientes.
o El sonido contribuye a la construcción del espacio. En muchas
ocasiones éste no se corresponde con el lugar visualizado,
solo anticipan el lugar proximal. (Fuera de campo sonoro).
62
• 8. Técnicas relacionadas con la formación del espacio
fílmico
8.1. El Efecto Kulechov
En una primera instancia podría parecer que el efecto Kulechov poco o
nada tiene que ver con el tema que nos preocupa, al estar asociado
íntegramente con el montaje. Sin embargo, nada más lejos de la realidad, pues
el montaje tiene como consecuencia la creación de un tiempo y un espacio
fílmico determinado.
Al hablar de los antecedentes de la estética del cine, no podemos pasar
por alto a la escuela rusa, en la que estudiosos como Kulechov consiguieron
interesantes aportaciones al séptimo arte. Y es que como dijo Hugo
Munstenberg (1916) el cine es: “El arte de la mente”. De forma que el montaje
tiene que ver con la memoria y la imaginación “[…] condensando o ampliando
el tiempo, los ritmos…”.
El efecto Kulechov es un concepto que surgió a raíz de una investigación
llevada a cabo por el realizador del mismo nombre, el cual, basándose en el
aspecto artístico (y no en el documental) del cine, investigó acerca de la
importancia del montaje en el proceso cognoscitivo de un film. De dicho estudio
pasaremos a explicar el experimento más representativo, en el que se
ejemplifica dicho efecto a la perfección.
El experimento: Kulechov proyectó a un grupo de personas una secuencia formada por 5
planos:
1º.- Un joven camina de izquierda a derecha.
2º.- Otro joven camina de derecha a izquierda.
3º.-Ambos se encuentran.
4º.- El joven se gira y señala un fuera de campo
5º.- Suben juntos una escalera blanca.
63
Al ver estos planos, los espectadores lo interpretaron como si de una
secuencia en continuidad se tratara:
Unos jóvenes que caminan en direcciones opuestas se encuentran, se
saludan, y él la invitaba a ella a visitar un edificio monumental. Ella aceptaba y
ambos se disponen a entrar en el edificio.
Pero por el contrario, habían sido rodadas con diferentes actores en
incluso en diferentes continentes. Esto pone de manifiesto el carácter artificial y construido en el proceso de significación de las imágenes.
Esta investigación fue completada por su discípulo más aventajado,
Pudovkin. El cual, en esta misma línea realizó un experimento en el cual filmó
un primer plano muy largo del rostro completamente inexpresivo de un famoso
actor. Y más tarde, en el montaje, dicho rostro lo fragmentó en 3 planos más
breves, a continuación de cada uno de los cuales, añadió 3 imágenes:
1º.- Primer Plano inexpresivo de la cara, seguido de un plato humeante
2º.- Primer Plano inexpresivo de la cara, seguido de una mujer desnuda.
3º.- Primer Plano inexpresivo de la cara, seguido de un cadáver.
El público tras la visión de los 3 montajes quedó admirado ante los
matices expresivos del actor ante cada una de las situaciones. Sin embargo,
eso no fue más que el resultado de su interpretación subjetiva, ante la
necesidad de obtener un significado concreto a lo que visionaron. Todo fue
fruto de su imaginación, que interpretó las imágenes en función de sus
experiencias y conocimientos previos.
Kulechov le daba una importancia primordial al pensamiento como
principal elemento expresivo, empleando el montaje como medio para llevarlo a
cabo. Es decir, el realizador del film trabajaría la realidad de una forma muy
determinada (mediante el montaje) y a partir de ahí el sentido del film
64
dependerá única y exclusivamente de la experiencia del espectador. Y es aquí
donde encontramos un doble lazo de unión entre el efecto Kulechov, el espacio
fílmico y el fuera de campo:
- Por una parte porque el montaje afecta de forma directa e indiscutible al
espacio fílmico
- Por otra parte porque tanto en el Efecto Kulechov como en el fuera de
campo, se concibe la idea de que será el espectador el que acabe por
darle un sentido final al film mediante su experiencia o conocimientos.
Es decir, ambos conceptos (Efecto Kulechov y fuera de campo)
comparten una ausencia de vinculaciones formales explícitas, de forma que
llevan al espectador a suplir las ausencias del film y las referencias
explícitas, con la experiencia y los conocimientos previos. Por lo tanto, para
el efecto Kulechov, lo importante no es tanto el contenido de los planos
como la manera de combinar estos.
Puede definirse entonces como cualquier serie de planos que en
ausencia de un plano de situación, lleva al espectador a deducir todo
el espacio de la visión solamente con porciones de ese espacio. Este
“relleno” de las ausencias por parte de los espectadores, y el juego
con el espacio, es lo que le vincula de forma tan importante con el
fuera de campo.
65
8.2. Fuera de campo diegético
Tras haber estudiado en profundidad la temática del fuera de campo, se
nos ocurrió ir un poco más allá de las teorías que ya conocemos, (usos,
recursos, funciones…) para plantearnos hasta qué punto se usa el “no ver algo”
en un film.
Una “no conversación entre personas dentro de una secuencia”, puede
que esconda a menudo mucho más que un fuera de campo. Y es que, si
analizamos ciertas películas como “El sexto sentido” o “saw” nos damos cuenta
de que se juega, ya no con un fuera de campo técnico (referente al espacio
fílmico), sino que en todas ellas aparece el elemento de mostrar algo, dárselo
al espectador dentro de campo en el espacio fílmico, pero que sin embargo
desde el punto de vista diegético, pasa totalmente inadvertido.
Recursos como puede ser: el mostrar algo de fondo o el representar
situaciones en las que en apariencia no hay nada extraño y que a larga (o bien
al final del film, o bien minutos más tarde), el espectador descubre que aquello
que estaba en plano pero no vio, tenía más relevancia diegética de la que
pudiera haber imaginado.
Por lo tanto, creemos que el fuera de campo es un recurso que, como
todo, ha evolucionado. Tras el paso de los años, y como consecuencia del afán
por sorprender, se ha ido jugando cada vez más con el no ver algo, dejar que el
espectador haga un proceso cognitivo determinado, para más tarde
sorprenderle y demostrarle el poder manipulador del cine. Muy a menudo, cada
vez con más frecuencia, encontramos estos “juegos” con lo que no se ve.
Ahora la duda está en si considerar o no algo que está en campo, pero
que sin embargo no se ve, como un fuera de campo. Y es que si muchas
veces el fuera de campo muestra más de lo que esconde, otras veces la
situación se invierte para no mostrar algo que está ahí, en campo. Técnicamente no es un fuera de campo, pero desde el punto de vista de la
historia, de la diégesis, se nos aporta quizás mucha menos información con
elementos que se muestran en el espacio fílmico que con otros que se
esconden del campo.
66
8.3.Mise en abîme
La mise en abîme es una figura retórica tomada de la heráldica, donde
designa un dibujo en el centro del escudo de armas que reproduce, en menor
escala, los contornos exactos de ese mismo escudo.
Todas las artes tienen su mise en abîme. En literatura es ya clásico citar
la escena del Hamlet en la que se representa el asesinato del rey: teatro dentro
del teatro. En pintura no es menos famoso el cuadro de La familia Arnolfini de
Van Eyck, donde un espejo refleja en miniatura a todos los personajes. Las
muñecas rusas, unas dentro de otras de manera decreciente, son un ejemplo
más. Por último, el diseño publicitario nos proporciona en las cajas redondas
del queso La vaca que ríe una sonrisa bovina que disminuye hasta el infinito.
67
Es frecuente que una película presente extractos de películas. Esto
puede ser un medio de evocación de hechos pasados, por ejemplo cuando un
personaje representa en su papel a un actor o ha participado en un
acontecimiento llevado al cine ( En Cantando bajo la lluvia Gene Nelly
representa a un especialista y finalmente a un actor de musicales).
La inclusión de películas en una película permite efectos de flashbacks,
de intertexto y puede servir también para realizar efectos cómicos (el personaje
de La Rosa púrpura del Cairo que sale de la pantalla, la interpretada por
Woody Allen en Zelig que se encuentra al lado de celebridades de su tiempo) o
nostálgicos.
La utilización de películas en una película puede emparentarse también
con una variante de la voz off. En otras casos la mise en abyme se puede
presentar como la toma de conciencia del relato por parte de uno de los personajes.
(PETRONA RODRÍGUEZ-PASQUES, Universidad de Buenos Aires)
El cineasta Jean- Luc Godard utilizó abundantemente el concepto de
mise en abyme en sus películas.
68
En otro formato audiovisual, la serie animada de los Simpson hace
numerosas referencias a películas o series; cada episodio hace al menos una
referencia cinematográfica (personajes, escenas cultos, música). Otra serie
actual en la que se está utilizando mucho este recurso narrativo es Padre de
familia. Utiliza discursos fácilmente reconocibles por el espectador (intertexto)
que parecen paliar las duras críticas hacia la sociedad norteamericana a través
de un registro humorístico.
Padre de familia. Capítulo en el que referencia claramente la historia de Charlie
y la fábrica de chocolate, denunciando los hábitos de consumo alimenticio
estadounidense.
8.3.1. Tipos de Mise en abîme
A través de un filme en el filme
- Inclusión diegética de un filme 2º en el principal
- Inclusión como cita
- Inclusión de filme en el filme siendo el mismo (múltiples niveles)
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En definitiva, el film de Scary Movie se compone en su totalidad de
referencias cinematográficas que han sido éxito de taquillas en la cartelera de
terror.
A través de otros medios audiovisuales (pintura, teatro, cómic,
televisión, guiñol, ordenadores, etc.)
El famoso cuadro de Renoir, Almuerzo Campestre, se ve representado en el
film de Ámelie de Jean-Pierre Jeunet, alcanzando gran importancia en la
diégesis de la historia.
70
A través de espejos: Reduplicación múltiple (hasta infinito)
Francisco Javier GÓMEZ TARÍN. Algunos estilemas en la obra de
THEO ANGELOPOULOS: mise en abîme, elipsis y fuera de campo. Dpto.
Teoría de los Lengua. Universidad de Valencia
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• Actas de reunión
Día 9 de Noviembre 2006 Lugar: Biblioteca de la UJI Motivo: Búsqueda de información Tiempo dedicado: 16.00 a 20.30H Resumen: El grupo decide hacer la primera toma de contacto con el trabajo que tenemos que realizar, autores, ejemplos, ideas… No se llega a ninguna conclusión efectiva. Día 15 de Noviembre 2006 Lugar: Biblioteca de la UJI Motivo: Búsqueda de información Tiempo dedicado: 14.00H a 16.30H Resumen: El grupo se reúne para aclarar dudas surgidas de cómo abordar el trabajo, por dónde empezar, la metodología… Se sacan libros de la biblioteca para leer y hallar la información que nos interesa a la hora de tangibilizar nuestro trabajo. Ese mismo día de 21.30 a 04:00h se visiona la película “funny games” en grupo para contrastar ideas y entender el funcionamiento del fuera de campo. Se leen lecturas de textos en voz alta, y se aclaran y discuten varios conceptos clave para una posterior comprensión del tema. Se establecen distintos tipos de fuera de campo y se preven los diferentes ejemplos que ilustrarán las ideas recogidas. Surgen, en pleno “éxtasis creativo” las ideas de las Meninas como fuera de campo, el fuera de campo diégetico (denominado así por nosotros) y por la misma vía, el fuera de campo técnico.
72
Día 16 de Noviembre 2006 Lugar: Borriol Motivo: Conclusiones del día anterior Tiempo dedicado: de 12.OOH a 13.30H Resumen: Reunión de los miembros del grupo para aclarar conceptos y redacción de la estructura del trabajo: nace el primer guión ( que con el tiempo sufrirá cuantiosas modificaciones. Día 27 de Noviembre 2006 Lugar: UJI Motivo: llevar a cabo el trabajo Tiempo: de 15.00H a 19.00H Resumen: Nos reunimos y seguimos discutiendo acerca del trabajo. Día 28 de Noviembre de 2006 Lugar: UJI Motivo: seguir discutiendo Tiempo: de 15.00H a 19.00H Resumen: Surge la idea de la “mise en âbyme” y del “efecto kulechov”. Día 29 de Noviembre de 2006 Lugar: Tutoría de Gómez Tarín Motivo: plantear dudas Tiempo: 15.30H a 15.45H Resumen: Planteamos todas nuestras dudas a Fco. Javier Gómez Tarín que resuelve.
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En cuanto acabamos con la tutoría nos volvemos a reunir en un mesa de la facultad para reestructurar de nuevo todo el trabajo. Posteriormente nos dividimos las partes. Día 4 de Diciembre de 2006- Lugar: cafetería de Valencia capital Motivo: resultados Tiempo: 17.00H a 19.00H Resumen Volvemos al trabajo para que cada uno exponga sus conclusiones, se resuelvan dudas y se vuelva a reestructurar el trabajo. Día 12 de Diciembre de 2006 Lugar: UJI y LABCAP Motivo: Unificación material del trabajo Tiempo: 15.00 a pronto Resumen: En el LABCAP, todos nos reunimos para unir nuestras respectivas partes del trabajo en word y en power point. También, cortar las películas y preparar la exposición oral del próximo jueves día 14 de Noviembre de 2006.
74
• Bibliografía
D. CASSETTI., DI CHIO., (1991): Cómo analizar un film. Barcelona: Paidós.
De Wikipedia, la enciclopedia libre
Arthur Lyons, Death on the Cheap: The Lost B Movies of Film Noir El pequeño larousse del 2005. Tourneur, cat people, 1941 Darío Villanueva, Comentario de textos narrativos: la novela. Gijón: Ediciones Júcar
VILA, Santiago (1997:21-41), La escenografía. Cine y arquitectura, Madrid, Cátedra. FERNÁNDEZ DÍEZ, F. Y MARTÍNEZ ABADÍA, J. (1999): Manual básico de lenguaje y narrativa audiovisual, Barcelona, Paidós.
AUMONT, Jaques y otros (1985): Estética del cine, Barcelona, Paidós. PÉREZ PICO, S., Espacio dramático y espacio fílmico: la adaptación de “Breve encuentro” (David Lean, 1945), Universidad de Vigo.
FERNÁNDEZ, A. BARNECHEA, E. HARCO, J. “El impresionismo”. En: Historia del arte. Barcelona: Editorial Vicens-Vives, 1999.
BORNAY, Erika. Historia del Arte. Madrid: Editorial Planeta, 2002 ORTIZ, A., y PIQUERAS, MJ. (1995): La pintura en el cine. Cuestiones de representación visual. Barcelona, Paidós PABLO PONS, J., (2006) “El cine y la pintura: una relación pedagógica”, en Revista de comunicación y nuevas tecnologías. Vol. 7 FOUCAULT, M., (1999): Las palabras y las cosas. Madrid, Siglo veintiuno editores.
75
AUMONT, Jaques (2004): Las teorías de los cineastas. Barcelona, Paidós. http://cv.uoc.es/~991_04_005_01_web/fitxer/perc71.html http://cv.uoc.edu/~04_999_01_u07/meninas/body_hiper06.html http://www.ucm.es/info/multidoc/multidoc/revista/num8/anexo/bso.html
www.ucm.es/info/multidoc/revista/num8
ÓSCAR BROX para www.pasadizo.com
www.realidadliteral.net
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