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[DEPARTAMENTO DE LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA] IES PONCE DE LEÓN 2013/2014
2º BACHILLERATO: Comentario de Texto
[1]
'Carpe diem'
Almudena Grandes
El País, 21 de mayo de 2012.
No es que no tenga temas sobre los que escribir. En realidad, lo único que sobra últimamente en España
son argumentos de ficción y no ficción, casi todos, por desgracia, del género de terror. Corralito sí,
corralito no, los recortes de los viernes, la prima por las nubes, la Bolsa por los suelos, la soledad del
banco azul, el talento de Rato, el porvenir del Estado de las Autonomías... Y así, hasta el infinito. Podría
escribir muchas columnas diferentes, todas de rabiosa actualidad. Pero la actualidad últimamente es tan
efímera, que las verdades como catedrales de hoy resultarían pasado mañana delirantes ensueños de
optimismo.
Por eso prefiero volver la vista atrás, hacia nuestros antepasados latinos, que para los bárbaros del Norte
eran un hatajo de holgazanes hedonistas y derrochadores, ensimismados en placeres estériles, tan
improductivos como la filosofía. Ellos nos lo enseñaron, disfruta del día, no desperdicies las horas de hoy,
porque son únicas e irrepetibles, porque son tuyas, y cuando vuelen, no las recuperarás.
Eso es todo lo que puedo decirles hoy, carpe diem, porque ni siquiera Merkel tiene poder para arruinar la
dulzura de la primavera en el sur de Europa, el aire fresco, crujiente, de estas mañanas que parecen
estrenar el universo entero en cada amanecer. Disfrútenlas, salgan a la calle, siéntense al sol y resistan en
el bendito nombre de la felicidad. Niéguense a acatar una angustia mucho más estéril, más improductiva
que el optimista hedonismo que nos reprochan, porque los que dicen que saben, no saben nada, porque
los que tenían la clave, no tienen ni puñetera idea, porque la verdad de ahora, será mentira mañana, pero
el día de hoy nunca volverá. Carpe diem. Piensen en latín, porque si alguien ha sabido alguna vez lo que
significa perder un imperio, fueron ellos, y sin embargo, aquí seguimos estando.
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2º BACHILLERATO: Comentario de Texto
[2]
Educación
Almudena Grandes
El País, 17 de diciembre de 2012.
Los resultados académicos de los niños españoles han hecho sonar, una vez más, las alarmas. Nuestros
estudiantes están por debajo de la media de la OCDE, pero no hay que preocuparse. El ministro Wert ya
ha dicho que su reforma lo va a arreglar. Me pregunto si estará tomando algún complejo vitamínico, y si
será el mismo que ha permitido a Rajoy declarar que 2012 ha sido un buen año para España en el ámbito
de la UE. Creo que muchos ciudadanos, que no recuerdan un año peor, pagarían con gusto un euro por
esa receta.
Vitaminas aparte, yo le recomendaría al ministro que intentara comprender la realidad de unos niños que
viven en un país que se desmorona. Que ven a diario cómo sus hermanos mayores, con un doctorado, dos
másteres y tres idiomas, se pegan por un trabajo en un bar de copas. Cómo sus padres, después de
trabajar toda su vida, se quedan en la calle con 20 días por año y la perspectiva de un desahucio
inminente. Cómo sus abuelos tienen que tirar de todos ellos con una pensión que cada vez vale menos. Y
cómo ese dinero que dicen que no había, aflora por doquier, en escándalos de corrupción que infiltran a
toda la sociedad, desde la Casa del Rey hasta la Pantoja, mientras siguen escuchando que su familia ha
vivido por encima de sus posibilidades.
El problema de los niños españoles no es el diseño de los programas, ni Educación para la Ciudadanía, ni
el castellano como lengua vehicular. El problema de los niños españoles es España, un país injusto, un país
inculto, donde los ricos no pagan los impuestos que asfixian a los trabajadores y nadie tiene nunca la
culpa de nada; donde las leyes, como los programas electorales, están para violarlas y el único horizonte
de los mejores es la emigración. Esa es la verdadera, trascendental reforma educativa que padecemos. Si
les han dejado sin futuro, ¿para qué van a estudiar?
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2º BACHILLERATO: Comentario de Texto
[3]
Dilo en Archisílabos
Aurelio Arteta
El País, 1 de abril de 2012.
Por fin he comprendido la razón de que los académicos de la Lengua reciban el sobrenombre de “inmortales”.
Se les llama así porque por ellos no pasa el tiempo o, quizá mejor, porque en nada afecta el tiempo a quienes
están destinados a la vida eterna. Les han hecho falta decenios para declarar que, además de erróneo, suena
fatal eso de cargos y cargas públicos/as..., que ha invadido hasta el lenguaje de los mudos. ¿Deberán
transcurrir otros cuantos decenios hasta que la Academia futura confeccione un catálogo de archisílabos que
conviene desterrar del habla común?
Puestos a engrosar la colección de estas prescindibles palabras kilométricas, empecemos por el estiramiento
de las que a diario se inventan las estiradas gentes de las finanzas. Los ‘frenar’, ‘desanimar’ o ‘disuadir’ se
esconden hoy bajo el desincentivar y los desincentivos arrinconan a ‘frenos’ y ‘obstáculos’. Es de suponer que
operacionalizar y operativizar significan volver algo operante u operativo, de suerte que operativización se
acercaría a lo dicho por ese hermoso término de efectivización. A duras penas he captado que en esa jerga
primarización quiere decir exportar bienes primarios, pero aún no pillo a qué se alude con el bancarizar y la
bancarización.
El afán de alargar el léxico, no tanto por el placer de alargarlo como por hacerse el interesante quien lo
pronuncia, se detecta en varios vocablos prestigiosos del momento. Habrán notado que lo ‘especial’ está
dejando paso a lo específico, y que los ‘especialistas’ son cada vez más los especializados en esto o lo otro. Aquí
y allá se introduce el ejercitamiento o la ejercitación en lugar del ‘ejercicio’, igual que el desfasaje pretende ser
el ‘desfase’. Ignorante de sus presuntas diferencias, no acierto a ver qué añaden dominancia y gobernanza (o
gobernancia) a ‘dominio’ y ‘gobierno’, salvo su mayor longitud y ‐me temo‐ cierta pedantería. Nos tropezamos
con el transicionar porque cae en desuso el ‘transitar’, lo mismo que el reciente ostentatorio traduce el
‘ostensivo’ o el ‘ostentoso’, según, con una sílaba más. Incrédulo ante lo sostenido por un profesor del
Instituto Tecnológico de Massachusets, desearía aprender dónde radica la mayor carga informativa de los
términos largos sobre los más breves. Me lo tendrían que explicar argumentativamente, claro está, no
‘argumentalmente’.
No olvidaré dejar constancia de ese curioso gusto del español contemporáneo por lo abstracto. Baste anotar
la emocionalidad, para referirse a la ‘emotividad’ o sencillamente a la ‘emoción’. Y nadie dudará de que la
‘potencialidad’ de algo sabe a poco comparada con su potenciabilidad.
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[4]
Muchos archisílabos proceden del afán de subrayar la acción que conduce a un resultado, más que el
resultado mismo. Así es como se procura la homogeneización entre cosas diversas, que sería sin más su
‘homogeneidad’; hay que facilitar la visibilización de las mujeres maltratadas, no su ‘visibilidad’. Por mucho que
a la izquierda abertzale le encrespe, ha de establecerse una jerarquización entre las víctimas del terrorismo,
mucho mejor que su correcta ‘jerarquía’. La espectacularización no dice más que la producción de
‘espectacularidad’ y la precarización del contrato laboral sólo indica su ‘precariedad’. La empleada de una
compañía teléfonica me detalló la tarificación de mis llamadas, sin duda porque le sonaba más redondo que su
‘tarifación’. Se trata de un mecanismo del que no se libran ni las impropiamente llamadas “lenguas propias”,
como lo probaría la revernacularitzaciò del valencià...
Resulta patética la rapidez con que el hablante español se ha dejado contagiar por el inglés (o por el
americano) a fuerza de parir adjetivos acabados en ‐al. Su atractivo más probable: que tal desinencia cuenta
como dos sílabas y prolonga así su pronunciación. Hasta al mismísimo ministro de Justicia se le escapó hace
poco una mención de la conducta delincuencial, en lugar de ‘delictiva’. Ya no existe un hecho ‘motivador’, sino
motivacional; ni un trabajo ‘aspirante’ al premio, sino aspiracional. Y, aunque no me crean, les juro que he
detectado un chirriante modificacional, y un vicarial, un suposicional y con mayor frecuencia todavía otro
civilizacional. Que luego se vea todo perspectivalmenteserá la conclusión natural de un mimetismo tan
entusiasta como necio.
Por si fuera poco, unos archisílabos se reproducen en otros afines. En la gran superficie lingüística ya pululan
los monitorizar y monitorizado, pero ahora disponemos asimismo del monitorear y monitoreado, todos ellos
equivalentes a ‘examinar’ o ‘evaluar’ y sus participios. Archisílabos cortos, todavía insatisfechos de su estatura,
originan archisílabos más largos. Aquel posicionar, que ya se ha quedado con nosotros, engendra el
reposicionar para decir ‘resituar’; otro tanto ocurre con el focalizar y la focalización, por ‘enfocar’ y ‘enfoque’,
una acción que al repetirse se transforma en refocalizar y refocalización. El modesto vehicular, que entre los
exquisitos suplantó a ‘transportar’ y otros, ha crecido hasta dar en vehiculizar.
¿Que por qué todo esto? “Cuando hay una brecha entre los objetivos reales y los declarados, se emplean casi
instintivamente palabras largas (...), como un pulpo que suelta tinta para ocultarse”. Igual que a Orwell,
también a uno le parece que el estilo inflado en el uso de la lengua es producto de la falta de sinceridad de los
hablantes.
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[5]
La moderna indignidad de viajar
Carlos Colón
Diario de Sevilla, 15 de septiembre de 2007.
En 1892 Henry James se quejaba de "la moderna indignidad de viajar: las promiscuidades y vulgaridades,
la estación y el hotel, la paciencia gregaria, la lucha por una pizca de atención, la reducción a la condición
de simple número". Han pasado 121 años y la masificación ha convertido el turismo a la vez en fuente de
riqueza y plaga, incuestionable avance social y amenaza para los paisajes naturales y las ciudades
históricas. Una amenaza desgraciadamente cumplida que ha arrasado litorales o desnaturalizado
ciudades.
La revolución de los medios de transporte inició la era turística. Citemos como hitos las primeras agencias
de viajes Williams Fargo American Express (1850) y Cook (1851), los veraneos elegantes puestos de moda
por la reina Victoria en Brighton (1837) y OsborneHouse (1845) o por Eugenia de Montijo en Biarritz
(1854) y la inauguración del Casino de Montecarlo (1878) como despegue de la Costa Azul. Pero no se
tuvo conciencia de que el turismo podía ser una amenaza hasta el boom turístico y la masificación del
veraneo a partir de los años 50 del siglo XX. Las costas se llenaron de rascacielos y las ciudades históricas
se degradaron. La Unesco empezó a preocuparse desde esa década por la gestión del turismo en sitios de
patrimonio natural o histórico. Pero la ola, al parecer, era imparable. Y la importancia del turismo en el
desarrollo regional y local convierte en músicas celestiales las voces de advertencia, aunque acabe
arruinándolos por sobreexplotación.
El resultado son paisajes y ciudades devastadas por esas langostas con forma humana que son (somos) los
turistas cuando se abalanzan sobre una ciudad de tamaño pequeño o medio que, además, no tiene
muchas otras alternativas para generar riqueza y empleo. Todo se somete al turismo hasta extremos de
prostitución. Como sucede en Sevilla que, en estos últimos años, ha consumado la conversión de lo que
va de Santa María la Blanca a la Avenida de la Constitución, y desde la Plaza Nueva a la calle San
Fernando, en un escenario en el que se acumulan iglesias (Catedral, Salvador) convertidas en museos,
bares, veladores, tiendas de recuerdos, negocios de comida rápida o restaurantes. Desnaturalizándose
definitivamente lo que hasta los años 80 había logrado aunar la explotación turística con la verdad de la
vida cotidiana. La anterior corporación no hizo nada por ordenar esta grosera prostitución; la actual,
tampoco. Y ya es demasiado tarde.
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[6]
Lenguaje Sexista La Real Academia denuncia los excesos de las guías, pero debería hacer más por la igualdad
Editorial El País, 11 de marzo de 2012.
Diferentes entidades y organismos públicos han elaborado en los últimos años diversas guías para evitar
el uso sexista del lenguaje. El informe Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer, aprobado por 26
miembros de la Real Academia Española, analiza varias de estas guías y sale al paso de lo que considera
una deriva peligrosa: la pretensión de imponer un lenguaje políticamente correcto que evite
determinadas estructuras muy arraigadas de la lengua, en favor de formas artificiosas destinadas a hacer
visibles a las mujeres.
Estos manuales son el resultado de un proceso de reflexión sobre el efecto que el uso sexista del
lenguaje tiene en la perpetuación de valores y estereotipos que perjudican los objetivos de igualdad de la
mitad femenina de la población. Someter ese uso sexista a revisión es una pretensión absolutamente
legítima. Otra cosa es el acierto de las propuestas que se formulan para evitarlo. Es cierto que algunas de
las recomendaciones contenidas en estas guías son extremas y resultan imposibles de aplicar porque
atentan contra reglas básicas como la economía del lenguaje. Cualquier imposición que suponga violentar
la libertad de los hablantes está condenada al fracaso. Pero, como reconoce de forma enfática el propio
informe, el lenguaje es fruto de una historia marcada por una visión androcéntrica del mundo que ha
discriminado a las mujeres y las ha condenado a la invisibilidad. Bienvenida sea la Real Academia al
debate de una cuestión que hasta ahora había ignorado. Es de esperar, además, que en adelante aplique
esta nueva sensibilidad en sus revisiones de la lengua para señalar los usos que considere sexistas y hacer
sus propias recomendaciones al respecto.
Tiene razón, en cualquier caso, la Real Academia al subrayar los excesos y las torpezas incluidos en estas
guías para dar visibilidad a la mujer, y que conducirían, si se aplicaran rigurosamente sus prescripciones, a
un habla impostada y ficticia, amén de dificultar la comunicación. Su certero diagnóstico sería mejor
entendido si los sillones de la RAE dejaran de ser patrimonio casi exclusivo de los hombres. En tres siglos
de historia apenas ha tenido siete académicas. Y entre sus 46 miembros, ahora mismo solo hay cinco
mujeres. En sus manos está corregir tan inaceptable desproporción y hacer que, cuando utilicemos el
término académicos, ese masculino plural actúe de verdad como género no marcado que incluye de
verdad tanto a los hombres como a las mujeres.
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[7]
Obama no la cerró
Editorial
El País, 12 de enero de 2012.
Diez años después de que los primeros presos de la guerra contra el terror de George W. Bush llegaran a
la base de Guantánamo, ese penal improvisado y que ha constituido un limbo legal sigue abierto. Obama
prometió al llegar a la Casa Blanca en 2009 que lo cerraría en un año. No ha podido cumplir su
compromiso, no solo por los problemas jurídicos que plantean algunos de los 167 detenidos ‐solo cuatro
de ellos han sido condenados y cumplen condenas‐ que aún permanecen allí, sino porque el Congreso,
con el apoyo tanto de republicanos como de demócratas, ha denegado los fondos para el traslado de los
que quedan a alguna prisión federal de Estados Unidos, como la de Illinois que proponía Obama.
La permanencia de este centro de detención, de máxima dureza en algunos momentos, en un territorio
arrendado a Cuba en 1903 sigue siendo una vergüenza para EE UU y para Occidente. Muchos Gobiernos
europeos se rasgan las vestiduras, pero colaboraron en los vuelos secretos de la CIA que transportaron allí
a presos de la guerra de Afganistán y de otros lugares. Y cuando Obama planteó sacarlos, fueron pocos los
países europeos que se abrieron a acogerlos en sus territorios ‐España se comprometió a cinco‐, y menos
aún los legisladores estadounidenses, nada dispuestos a trasladarlos a prisiones en sus distritos. Obama,
que prohibió las torturas o "técnicas extremas" de interrogatorio, y que mantiene su
intención de cerrar el centro de detención, no solo no ha logrado sus objetivos, sino que recientemente
aceptó, como le pedía el Congreso, prohibir el uso de medios militares para trasladar a estos presos a EE
UU o algún otro país, y autorizar al Ejército a detener por tiempo indefinido y sin juicio, dentro o fuera de
EE UU, a cualquier presunto terrorista. La cuestión no es solo Guantánamo, sino otros centros de
detención que EE UU usa en el mundo, en Afganistán u otros lugares remotos.
Solo la mitad de los detenidos que sigue en Guantánamo, entre ellos Jaled Sheij Mohamed, acusado de
organizar los atentados del 11‐S, son considerados realmente peligrosos. Y no deja de ser paradójico que
el centro se mantenga cuando EE UU ha abierto conversaciones con los talibanes sobre el futuro de
Afganistán. Es hora de cerrar este oprobio que socava el discurso occidental sobre los derechos humanos
y el Estado de derecho.
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[8]
Remedios en discusión El apagón de Wikipedia en EE UU visualiza la división de la industria ante las leyes antipiratería
Editorial
El País, 20 de enero de 2012.
La industria de Internet y la de contenidos audiovisuales mantienen una batalla desde hace tiempo. Después
del apagón del miércoles de algunos importantes sitios web en Estados Unidos contra dos proyectos de ley
antipiratería, ayer el FBI intervino Megaupload, una de las más importantes páginas web de intercambio de
archivos del mundo en una operación contra la piratería en Internet. La protesta digital ha provocado que
algunos legisladores se hayan decantado por repensar o posponer su aprobación para conseguir un mayor
respaldo. Sin embargo, el promotor de la norma que se discute en la Cámara de Representantes, la ley para
parar la piratería en la Red (SOPA) ‐el Senado tiene un proyecto paralelo para proteger la propiedad intelectual
(PIPA)‐, ha endurecido su postura después de que la pasada semana propusiera congelar su votación en busca
de un mayor consenso.
Es indudable que la piratería de contenidos ha de ser perseguida. El gran problema es la manera de hacerlo. La
industria de Internet está alarmada por el alcance de las nuevas medidas que contemplan los legisladores
estadounidenses. Particularmente preocupa que quieran proyectar la responsabilidad sobre los contenidos de
terceros a quienes los albergan y que, muchas veces, como en el caso de Wikipedia, se nutren de las
aportaciones de los internautas, o, en el caso de los buscadores, de algoritmos cuyos resultados pueden llevar,
sin saberlo, a páginas que ofrecen de forma gratuita contenido protegido por derechos de autor. Estas
industrias consideran que se busca instalar la impunidad en quienes puedan tomar la iniciativa de bloquear
sitios sospechosos. Si posteriormente se demuestra que el mismo no vulneraba ninguna ley, el operador que lo
hubiera bloqueado no tendría responsabilidad alguna por ello. Para Wikipedia, "esto podría llevar a una
censura sin el procedimiento adecuado". Además, dicen los críticos, podría alentar a regímenes autoritarios a
fomentar una mayor censura en la Red. Otro punto que preocupa es que las políticas de bloqueo de sitios y
dominios den a las autoridades estadounidenses una capacidad de intervención que repercuta más allá de sus
fronteras. Muchos registradores domésticos son los custodios de páginas extranjeras. ¿La licitud de las mismas
debe fijarla Estados Unidos o el país del propietario? Asesores de Obama ya han manifestado su preocupación
por las consecuencias que estas leyes puedan tener en la libertad de expresión y la innovación por culpa de un
miedo paralizante a la infracción, señalando que, si es así, el presidente no la firmará. Hollywood y las
discográficas han insistido mucho en la necesidad de combatir a los "ladrones extranjeros". EE UU quiere ser el
árbitro mundial de Internet y su convicción de que tiene las recetas para luchar contra la piratería ha hecho
que presione a terceros países, como España, para que adopte sus soluciones. Unos remedios, sin embargo,
que están en discusión en su propia casa.
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[9]
Sin presente ni futuro
Editorial
El País, 14 de septiembre de 2012.
Casi dos millones de jóvenes españoles entre los 15 y los 29 años ni estudian ni trabajan. Son los llamados
ninis. La cifra —1,9 millones exactamente— la recoge un reciente informe de la OCDE (Panorama de la
educación 2012) y corresponde al año 2010, por lo que no es arriesgado suponer que la situación ha
empeorado. Es una foto fija, en todo caso, que evidencia, además de los fallos del mercado laboral, las lagunas
que todavía sufre el sistema educativo español y que el proyecto de ley que prepara el Gobierno solo aborda
tangencialmente.
La tasa oficial de paro juvenil en España es del 53,28%, un porcentaje que, en Europa, solo es similar al de
Grecia. Que la proporción de los que tampoco cursan ningún estudio sea, sin embargo, muy superior indica
que aquí hay deficiencias educativas que es urgente corregir. Una de ellas es la escasa implantación de la
Formación Profesional. La otra es un sistema adecuado de coordinación entre la escuela y la empresa que
facilite el tránsito hacia el mercado de trabajo. Según el informe, una mayor participación en la Formación
Profesional suele ir acompañada de una menor inactividad entre los jóvenes. Pues bien, España es, junto a
Turquía, el país con menor porcentaje de diplomados en Formación Profesional de la OCDE. A ello se suman las
dificultades de enganche que tienen los jóvenes una vez que dejaron los estudios en un país que, aun con
mejoras, sigue exhibiendo un triste récord en abandono escolar.
Las reformas que prevé el borrador de la llamada Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa apenas si van
a tener incidencia en este problema. El proyecto recoge fundamentalmente cambios de corte político con una
clara tendencia a la recentralización de la enseñanza. El refuerzo en Lengua, Matemáticas y Ciencias está
contenido y era una necesidad. Respecto a la Formación Profesional, incorpora un nuevo ciclo temprano, pero
en el que persiste ese escollo de la dificultad de reengancharse. Volver al sistema de reválidas y adelantar la
edad en la que los estudiantes deben elegir es una opción polémica que no garantiza la mejora de la calidad
educativa, seriamente amenazada por los recortes dictados por este mismo Gobierno. Mientras en Francia se
libera al sistema educativo de los ajustes del gasto público y se trabaja por contratar a 60.000 nuevos
profesionales en los próximos cinco años, aquí se ha aplicado la tijera sin tener en cuenta que la educación es,
fundamentalmente, una inversión productiva de la que depende la competitividad del país.
El alto porcentaje de ninisregistrados en España coincide con la creciente huida de ciudadanos hacia otros
países (40.625 en el primer semestre de este año; un 44,2% más que en el mismo periodo del año anterior), lo
que supone, en parte, perder los beneficios de la inversión que España hizo en ellos. La descapitalización es
evidente y la falta de alternativas, dramática.
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Cuánto dura el verbo "me equivoqué"
Alex Grijelmo
El País, 15 de septiembre de 2013.
No todos los verbos duran lo mismo. Los gramáticos agarraron el cronómetro para examinarlos; y luego
los han agrupado con nombres divergentes, pero válidos en su conjunto para entender que sus acciones
ofrecen muy distinta condición temporal.
Así, podemos apreciar (mezclando conceptos y gramáticos, y en líneas generales) que los verbos
incoativos reflejan el comienzo de una acción (“partiré mañana”), los durativos implican que la acción
permanece una vez iniciada (“viene hacia acá”), los iterativos muestran una acción repetida (“martilleó
durante una hora”), los semelfactivos se reúnen como verbos de una sola acción (“encontré un anillo”),
los desinentes muestran algo que solo ocurre una vez (“nací en febrero”) y los permanentes carecen de
principio o final (“el oro brilla”).
Todo esto del desarrollo de la acción verbal importa mucho. Si oímos “el conductor duerme”, nos
quedamos tranquilos. Pero si nos dicen “el conductor se duerme”, nos pegamos un susto.
Y si alguien confiesa “me equivoqué”…, ¿en qué categoría de duración o frecuencia colocaríamos el verbo
“equivocarse”? ¿Cuánto dura esa acción errónea?
Recordemos las últimas equivocaciones que hayamos cometido: decir un nombre en vez de otro, calcular
mal una cuenta, marcar otro número, tomar un desvío incorrecto... El verbo “equivocarse” se aplica en
tales calamidades a ocasiones en las que el fallo se concreta en un momento determinado (no antes ni
después): en el acto de decidir. Desde ese punto de vista, el verbo dura poco: el instante en que hacemos
algo. Y para aplicarlo con rigor, hace falta que en el momento de esa acción no sepamos que nos estamos
equivocando.
¿Tenemos casos en que el acto de cometer una equivocación se pueda clasificar como iterativo o como
permanente?
Para empezar, no significaría lo mismo “estaba equivocado al nombrar a Fulano” que “me equivoqué al
nombrar a Fulano” o que “me equivoqué al mantener la confianza en Fulano”. En el primer caso (“estaba
equivocado”), la equivocación no reside en el nombramiento, sino en el juicio erróneo formado con
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2º BACHILLERATO: Comentario de Texto
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anterioridad a él. En el segundo (“me equivoqué”), el error puede darse al adoptar la decisión (al
nombrarle me equivoqué, porque el elegido era en realidad otro). Y en el tercero (“me equivoqué al
mantener a Fulano”; es decir, “he venido equivocándome”), la equivocación era continuada: por tanto, un
martilleo de errores que no refleja con exactitud un verbo que corresponde a un instante.
Esa elección (“en dos palabras”) de la forma “me equivoqué”, cuyo tiempo verbal (pretérito perfecto
simple) presenta además la acción como terminada hace mucho, modifica nuestra percepción subliminal
de lo ocurrido. Al ser expresada de ese modo, se reducen los daños al momento en que una persona
decide apoyar a otra porque confía en ella. Y se diluye la circunstancia de que el nombrado defraudó una
y otra vez esa confianza, y no de repente ni de forma inopinada, sino martilleando. Y a la vista de quien lo
nombró.
En definitiva, el verbo empleado como semelfactivo(semel en latín: por una vez) lo era realmente cuando
la acción se produjo: con el nombramiento de un tesorero, por ejemplo: al ejecutar el error. Pero ya había
dejado de tener esa aplicación cuando la frase “me equivoqué” fue pronunciada en las Cortes años más
tarde, pues para entonces solo habría sido exacta una fórmula con verbos durativos: “He estado
equivocándome todo este tiempo al tolerar lo que iba sabiendo”. Y en ese caso ya no se puede decir que
el autor se equivocaba sin saber que se estaba equivocando.
Podemos aplicar también todo esto al sinónimo “confundirse”: “Me confundí” de día, “me confundí” de
calle, “me confundí” de traje. Pero si uno se confunde de vivienda y reside tres años en una casa que no
es la suya, le resultará difícil convencernos cuando, al cabo de ese tiempo, y una vez descubierta la
“confusión” por todos, intente justificarse y diga con esta técnica de manipulación lingüística: “Lo
lamento. Me equivoqué de portal”.
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Intimidad
Juan Cruz
El País, 8 de septiembre de 2012.
Las redes sociales e Internet han ampliado las posibilidades del infierno, aunque también nos hacen sentir
en paraísos más o menos engañosos. Una mentira puede ser ahora una mentira global desde que se pulsa
el click. Un insulto es, asimismo, susceptible de alcanzar la dudosa gloria de la difusión mundial en cuanto
se emite. Y el ejercicio de la venganza tiene en el establecimiento global que proporcionan las nuevas
tecnologías un aliado que convierte en un juego de niños malvados aquel cuento de Juan Carlos Onetti, El
infierno tan temido.
En ese relato escalofriante del maestro uruguayo, alguien decide vengarse de su adversario y le va
enviando por correo (por correo postal, esa antigualla) recortes que van convirtiéndose en un puzle
diabólico que enloquece al enemigo hasta introducirlo directamente en el infierno tan temido. Ahora en
España hemos tenido la enésima escenificación de ese cuento, protagonizado en este caso, sin querer,
naturalmente, por una concejal socialista de un pueblo toledano, Los Yébenes, cuya intimidad sexual fue
cazada desde un móvil y reenviada al universo mundo por algún adversario que quería sacar la
despiadada tajada de la venganza. Lo ha logrado a medias, pues en efecto gente del pueblo de Los
Yébenes ha ido adonde ella se reúne, el pleno municipal, a decirle de todo, mientras que desde otros
lados de las redes sociales (las virtuales y las que no lo son) se la estimula a seguir como concejal y a no
dejarse amedrentar por los insultos que acompañan siempre a todo ejercicio eficaz de la represalia.
Estamos ahora a un click de ser carne de cañón mediático. La amenaza virtual ha afectado a famosos,
sobre todo, pero la escala es infinita, y los que saben de la existencia de estos instrumentos ya disparan
como les da la gana desde la impunidad que les da el anonimato, que a veces se manifiesta en pellizquitos
de monja y otras veces actúa para que el otro conozca las fauces del infierno. Juan Rulfo, amigo de Onetti,
decía que un pueblo chico puede ser un infierno grande. Ahora ya el pueblo chico es el mundo entero, y el
infierno puede alcanzar dimensiones incalculables.
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[13]
Dos españas
Elvira Lindo
El País, 5 de octubre de 2011.
En el Instituto Príncipe Felipe de Valencia trabaja la bioquímica Consuelo Guerri. La señora Guerri lleva 30
años investigando sobre las consecuencias que tiene el alcohol sobre el cerebro, no solo en el de un
consumidor adulto sino en un cerebro en formación, como el del feto. La señora Guerri recibió hace unos
días el premio alemán ManfredLautenschläger en reconocimiento a una labor brillante que ya ha dado
reconocidos frutos. Alguien, no ella, informó de que la investigadora había decidido donar los 25.000
euros de dotación del premio a su propio laboratorio, a fin de poder seguir contando con el equipo de
becarios sin cuya asistencia sería imposible continuar con un proyecto del que no se obtienen
resultados de un día para otro. La ciencia es lenta. Precisa de gente entregada y paciente, porque hay
experimentos a los que se dedica mucho tiempo y no dan el resultado anhelado. Hemos sabido también
que no es la primera vez que esta mujer de 60 años ha donado dinero para su laboratorio. En ocasiones,
los 3.000 euros que ha ganado por impartir una conferencia los ha destinado directamente a material de
trabajo. Guerri, sin echarse flores, sincera y parca, ha dicho que un año de parón en un proyecto puede
provocar un retraso de 10 años a nivel científico.
María Dolores Amorós ha sido directora general de la Caja de Ahorros del Mediterráneo. Los que la
conocen no le conceden excesiva personalidad a su gestión, salvo en el detalle significativo de haberse
mantenido fiel al historial de irregularidades, trampas y despilfarro de sus antecesores, y de haberse
atribuido un sueldo de 600.000 euros al año y una pensión vitalicia de 370.000. Ni a ella ni a los otros se
les conocen intentos de renunciar a ese capital. Tampoco se sabe si no se les cae la cara de vergüenza
cuando leen una historia como la de Consuelo Guerri.
[DEPARTAMENTO DE LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA] IES PONCE DE LEÓN 2013/2014
2º BACHILLERATO: Comentario de Texto
[14]
El vicio
Elvira Lindo
El País, 18 de enero de 2012.
Por lo mucho que se practica, robar debe de ser una actividad íntimamente ligada a la naturaleza
humana. Por lo mucho que se incurre en eso de hacer propio lo ajeno este popular vicio aparece en el
ranking de los mandamientos de todas las iglesias. Por ser una tendencia poderosa en el ser humano
siempre hay un momento en la educación de una criatura en la que los padres deben enseñar al hijo a
devolver lo sustraído y pedir perdón. Pero hay padres, madres o adultos con edad de serlo que, por lo
visto, no aprendieron la lección. En realidad, se roba mucho más de lo que se admite. Hay gente que
razona con mucho salero que incluso hay objetos que están puestos ahí, como pidiéndote que te los
metas en el bolso, y que el hotel, el restaurante o el centro de trabajo ya cuentan con ello, es más, que
tienen una partida destinada a lo que los usuarios afanan. Hay honrados españoles que esquilmaron las
excavaciones arqueológicas de su pueblo. Y qué. Hay mucho patriota que defrauda a Hacienda. Y, por
supuesto, ha habido en estos años muchos que despilfarraron el dinero público y se metieron un
porcentaje en el bolsillo. Por una simple razón, porque era fácil y lo hacía todo el mundo, como dicen que
dijo el célebre duque en su descargo.
Hay momentos históricos que animan esa codicia. En cuanto a lo que ha sido la cultura reinante, la del
pelotazo intoxicó todas las artes humanas. Pero alguna enseñanza se podrá extraer de todo esto. Me
niego a que el desastre sea estéril. Sabemos ya, por ejemplo, que los políticos no pueden actuar sin un
severo control de los técnicos de la Administración. Nos convencieron de que lo democrático era que la
clase política ejerciera todo el poder económico, sin impertinentes funcionarios metiendo las narices en
sus cuentas. Pero el autocontrol no funcionó. Y está claro que no se les puede dejar solos.
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2º BACHILLERATO: Comentario de Texto
[15]
¡Emprendedor!
Elvira Lindo
El País, 24 de octubre de 2012.
Las palabras no tienen la culpa, desde luego, pero su utilización engañosa, el abuso con que aparecen en
el discurso de las personas públicas deteriora su sentido, aunque sea positivo. Así me sucede con la
palabra “emprendedor”. Pueden ser manías personales, lo asumo, pero esta palabra contiene, en el uso
actual, unas connotaciones ideológicas que detesto. Y es que justo cuando la crisis ata de pies y manos a
un porcentaje histórico de los jóvenes españoles, la palabrilla optimista salta como un chinche de la
publicidad de los bancos a los teóricos de empresa, de las promesas de los ministros del ramo a la
ingenuidad de jóvenes (los hay) que se han tragado el discurso de que todo en esta vida depende de la
voluntad, es decir, de la audacia con la que asumamos un proyecto, de nuestra capacidad psicológica para
ser emprendedores.
Lo inaudito es que la palabra se haya colocado en el top ten de términos que tienen como fin ennoblecer
cualquier discurso precisamente cuando a las personas jóvenes más difícil les resulta levantar de la nada
una empresa. No ya porque los bancos no den créditos, sino por la interminable burocracia que se ha de
sortear y sobre la que este periódico informaba ayer mismo con datos provenientes del Banco Mundial.
Por un lado, se extiende la idea de que del paro y la desesperación puede salir uno mismo si se atreve a
montar una empresilla original, rompedora, atractiva y medio artesanal; por el otro, la estructura legal de
este país no hace más que poner palos en las ruedas a quienes tratan de hacerlo.
Es un discurso muy americano ese que entiende que la salvación depende solo de uno mismo. La
diferencia es que allí esa feroz mentalidad capitalista cunde de manera mucho más coherente y la palabra
emprendedor cobra sentido: asumes riesgos pero el Estado no se dedica a castigarte por ello.
[DEPARTAMENTO DE LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA] IES PONCE DE LEÓN 2013/2014
2º BACHILLERATO: Comentario de Texto
[16]
A mí me sirve
Elvira Lindo
El País, 21 de diciembre de 2011.
Ha surgido en esta época un tipo de admirador de la neurociencia que establece con esta materia la
misma relación que el beato tiene con la fe o el fanático con una ideología absoluta. En realidad, siente la
misma necesidad imperiosa de creer en algo, y piensa, como cualquier creyente, que está en poder de la
verdad. Me resulta curioso no haber encontrado jamás entre los científicos que conozco esa concepción
de la ciencia como dogma. Tengo un amigo físico, que tras pasarse el día observando las correrías de unos
ratoncillos que han de ayudarle a entender la memoria espacial, recorre la ciudad de punta a cabo para
tumbarse en un diván y visitar, con la ayuda de un viejo psicoanalista, algunos pasajes de su memoria que
aún le hacen daño.
Alguna vez le he preguntado, ¿es compatible un trabajo tan riguroso con una terapia tan especulativa? Y
él me contesta de manera contundente, "a mí me sirve". Si quisiera, tendría a su disposición tratamientos
químicos para reducir la ansiedad, pero ha optado por la reflexión intelectual. Y es que hay algo
misterioso en el alivio del dolor. A veces, el dolor se atenúa con una visita al médico si el médico sabe
mirar a los ojos del paciente. Estos días, Sanidad ha concluido que de poco sirven las distintas disciplinas
naturistas o alternativas. Sin embargo, una de las investigaciones inconclusas y sorprendentes de la
ciencia consiste en entender la relación del enfermo con el placebo. La fe no mueve montañas pero, al
parecer, mejora considerablemente el estado de un paciente que deposita su confianza en un
tratamiento. No animo a dejarse engañar pero sí a no ser en exceso racional. A veces sirve. Como le sirve
al niño la mano de su madre cuando está febril. Ay, si esa mano se tuviera en la frente cuando tenemos
que enfrentarnos a la muerte, seguro que el trance no sería tan duro.
[DEPARTAMENTO DE LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA] IES PONCE DE LEÓN 2013/2014
2º BACHILLERATO: Comentario de Texto
[17]
Sin niños
Elvira Lindo
El País, 21 de noviembre de 2012.
Un país con pocos niños es triste. Una sala de cine vacía también lo es, aunque no sea comparable el
dramatismo de los dos escenarios. Los nacimientos decrecen en España. En las razones para este
descenso intervienen el aumento de la emigración y el descenso de la inmigración. Pero en los análisis
que se han hecho de esta mala noticia —mala, en un puro sentido económico; mala también en cuanto a
que provocará decadencia social— no encuentro que se contemple uno de los temores que desde hace ya
unos años paraliza la voluntad de tener descendencia: ¿es este el mundo que deseo para un hijo?, ¿podré
hacer frente a su educación?, ¿perderé mi trabajo?, ¿tendré dinero para una canguro?, ¿cuántas horas
podré estar con la criatura? Las parejas rumian todas esas cuestiones. Los hay que pueden
independizarse, también los hay que lo han conseguido, pero lo que ganan no les da para tener familia. La
pregunta es cómo se las apañaba la gente en la época del hambre, por ejemplo. Naturalmente, los hijos
venían en muchas ocasiones cuando menos se les esperaba. No había planificación familiar y el sentido de
la independencia y la intimidad en un hogar eran distintos. Ya no somos como éramos.
Cuando vuelvo a mi viejo barrio no puedo evitar que me invada la pesadumbre: no hay niños. El
entramado urbano nacido del optimismo social de los sesenta ha cambiado. Esas aceras por las que los
niños volvíamos de la escuela están ahora llenas solo de abuelos. Eso es lo triste: solo hay una edad, la
tercera. Recuerdo que los viernes decenas de niños hacíamos cola para la sesión doble infantil del cine
Moratalaz. El espectáculo éramos nosotros. Aquel cine ya no existe. Para colmo, la Comunidad de Madrid
anuncia que se acaba eso de que los abuelos paguen solo un euro los martes en las salas. O sea, que unos
no nacerán, y otros se van a morir de aburrimiento.
[DEPARTAMENTO DE LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA] IES PONCE DE LEÓN 2013/2014
2º BACHILLERATO: Comentario de Texto
[18]
No digan recortes, llámenlo amor
Amanda Mars
El País, 6 de marzo de 2012.
No teman, amigos, nadie pretende bajar su sueldo. Es más bien una “devaluación competitiva de los salarios”
lo único que proponen para España organismos internacionales como el Banco Central Europeo (BCE). Ya
saben, atravesamos una época de crisis ‐o de “severa desaceleración”‐ y son necesarios recortes ‐perdón,
quisimos decir “reformas” o, como mucho, “ajustes”‐ en varios ámbitos. Pero no hay que llevarse las manos a
la cabeza: Cataluña no ha planteado en ningún caso introducir el copago en la sanidad pública, en absoluto,
sino que trabaja en la idea de introducir “un tique moderador sanitario”. Y el Gobierno no ha subido el
impuesto sobre la renta ‐ya había prometido durante la campaña electoral que no lo haría‐, sino que ha dejado
bien claro la vicepresidenta primera que esa modificación del IRPF consiste en un “recargo temporal de
solidaridad”.
Dicen que este periodo de “crecimiento económico negativo” (la Gran Recesión, se empeñan en llamarla los
tremendistas) no ha pasado la misma factura a todos, que ha salido más cara a la clase trabajadora que los a
los pudientes. Esto no es sino “el impacto asimétrico de la crisis”. Así que muchos trabajadores han ido a
engrosar la lista del paro, no tanto porque sus compañías les hayan despedido, sino porque se hallan inmersas
en procesos de “racionalización de la red de oficinas”, por ejemplo, cuando se trataba de las cajas de ahorros
que se han fusionado.
Circunloquios, perífrasis, rodeos, ambigüedades, tecnicismos ininteligibles, anglicismos innecesarios... Es
viejo como el poder o como la seducción. El uso persuasivo del lenguaje forma parte del discurso público desde
que este existe y se mueve en esa delicada frontera entre el maquillaje y la máscara. Pero el uso de los
eufemismos se intensifica en tiempos de crisis, esas épocas de malas noticias y su abuso puede rayar en lo
cómico o lo grotesco.
La idea de fondo es aquella de que de la rosa lo que importa es el nombre, que las cosas existen en tanto que
se las nombran. El giro lingüístico explica que el lenguaje no es tanto un vehículo de expresión de un
pensamiento previo, sino de formación de pensamiento en sí mismo.
O, por entregarse al tópico, que al final, de tanto llamarlo amor, acaba uno por convencerse de que es eso,
amor, y no lo otro. Por eso lo llaman así.
“La guerra de las palabras gana a la guerra de las políticas y tiene un efecto anestésico, sobre todo en
periodos recesivos”, apunta Antón Costas, catedrático de Economía y Políticas Públicas de la Universidad de
Barcelona (UB). “Los eufemismos tienen esa función, que no virtud, de anestesiar, pero a partir de ahí se
puede abusar de ellos de forma cínica, grosera e incluso perversa”, añade.
[DEPARTAMENTO DE LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA] IES PONCE DE LEÓN 2013/2014
2º BACHILLERATO: Comentario de Texto
[19]
El riesgo de este abuso, advierte el catedrático, es que, como marca la ley de la física, a toda acción le
corresponde una reacción de la misma fuerza en sentido opuesto. O, siguiendo la imagen médica, “el lenguaje
eufemístico debe tener cuidado porque esas palabras pueden adormecer un tiempo, pero cuando el enfermo
despierte y vea lo que ha pasado puede dar un manotazo”.
Para Darío Villanueva, secretario general de la Real Academia Española (RAE), “hablar de crecimiento
negativo es el colmo de todo esto, es una antífrasis que representa el absurdo, es como decir huelo caliente.
Los poetas sí pueden jugar con eso y hablar de soledad sonora, pero hablar de crecimiento negativo es una
antífrasis”.
Luis de Guindos, el día se tomó los poderes como ministro de Economía el pasado 26 de diciembre, hizo una
primera demostración de su manejo del lenguaje. De Guindos advirtió, sin mentar por un momento la palabra
recesión, que España entraría en el año 2012 con una “tasa de crecimiento negativa” que iba “determinar el
perfil en el que nos adentramos” y que, cómo no, iba a ser “relativamente desacelerado” (sic). Pero esto no
debía ser sino un acicate ‐dijo‐ para emprender la “agenda de reformas”.
Poco después, se puso negro sobre blanco una de esas reformas, la laboral. Y al propio Guindos se le escapó
aquello de que la reforma iba a ser “extremadamente agresiva” en una conversación con el comisario de
Asuntos Económicos, OlliRehn, que fue captada por cámaras y micrófonos.
Fernando Esteve, profesor de Teoría Económica de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), recuerda que
la economía “no es una ciencia al uso, tiene elementos muy claros de persuasión y, según te expresas, logra
causar un impacto u otro”. Por ejemplo, “tú puedes decir medida de ahorro o de recorte para referirte a una
misma decisión, y la sensación que generas es diferente: ahorro hace pensar en algo bueno y prudente y
recorte en la pérdida de derechos”. Ahorro, por así decirlo, suena más a amor que recorte.
Cada época tiene sus palabras fetiche, como cuando los albores de esta crisis no eran más que una
“desaceleración” económica, como se empeñaba el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero. Y la burbuja
inmobiliaria ‐que solo fue reconocida como tal cuando pinchó, es lo que pasa con las burbujas‐ solo iba a
protagonizar un “aterrizaje suave de los precios”, por usar las palabras de algunos promotores.
Villanueva echa la vista aún más atrás: “Durante el franquismo también podíamos ver muchos eufemismos.
Democracia, por ejemplo, era una palabra tabú, pero con el tiempo se pudo empezar a utilizar y se decía que el
régimen era una democracia orgánica, la no orgánica era la mala. Las huelgas eran conflictos laborales y los
partidos políticos, asociaciones”, recuerda.
El riesgo de los eufemismos ‐al margen del peligro de que le cojan a uno en plan descarnado, con un
micrófono a traición‐ es que pierden su influjo con el paso del tiempo. Es algo muy teorizado por los lingüistas.
“Cuando las personas ya se han acostumbrado tanto a esa palabra que lo asocian inmediatamente al concepto
que se quería edulcorar, deja de ser un eufemismo y hace falta buscar otro para taparlo”, explica el periodista
[DEPARTAMENTO DE LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA] IES PONCE DE LEÓN 2013/2014
2º BACHILLERATO: Comentario de Texto
[20]
y escritor Álex Grijelmo, presidente de la agencia Efe, que ha estudiado el campo del lenguaje eufemístico y
pone algunos ejemplos: “Campo de concentración fue, en principio, un eufemismo, o retrete, que era un lugar
retirado, o puta, que se utilizaba para esquivar la expresión mujer pública”.
Los medios de comunicación se suben la ola eufemística. “Están totalmente contaminados, ahora se habla de
servicios de información, cuando no deja de ser espionaje”, apunta. En el campo económico, Grijelmo coincide
en que “seguro que se podría establecer una correlación entre el PIB del país y el uso de eufemismos”. El autor
de obras como La seducción de las palabras presta otro ejemplo, como un titular del pasado noviembre, en el
Diario de Burgos: “Las entidades financieras redefinen su presencia en los pueblos pequeños”. O las firmas de
moda de alta gama, que nunca anuncian “rebajas” en las páginas de los periódicos, sino “ventas especiales”.
También se presentan como anuncios de “contactos” los de prostitución, e incluso a veces se sustituye la
palabra prostituta por “trabajadora sexual”.
La corrección política en el lenguaje ha alumbrado también eufemismos como “país en vías de desarrollo, en
vez de país subdesarrollado”, apunta en este sentido Darío Villanueva, y especifica el mecanismo: “Una forma
de afirmar algo malo es negar algo positivo”.
El uso de lenguaje económico con determinados fines viene de antiguo, abunda Fernando Esteve. “Fíjese
que, de toda la riqueza que crea una empresa, a los beneficios empresariales, se les llama excedentes
empresariales, que significa algo bueno, y al beneficio del trabajador se le considera coste laboral unitario”,
apunta. “Nadie quiere subir costes, por sentido común, y todos estaremos de acuerdo en que cuanto más
excedentes tenga una empresa, mejor”, añade. “Eso ya lo tenemos incorporado a nuestro lenguaje [y, por
tanto, a nuestro subconsciente]”, explica Esteve. Cuando se habla de educación o sanidad gratis, por ejemplo,
se puede llegar a olvidar que ya se paga con impuestos.
El profesor también encuentra un sesgo o fin muy persuasivo o en el uso de algunas metáforas. “Cuando un
político o economista se mete a dietista, échese a temblar”, alerta, “como cuando dicen: ‘Tenemos mucha
grasa, debemos hacer dieta y entonces volveremos a estar bien’. Si logras trasladar esa imagen a unos
ciudadanos que no saben de economía, confiarán ciegamente en que, en efecto, han estado comiendo
demasiado y ahora les toca adelgazar, y que esa dieta, aunque les duela, es lo mejor que les puede pasar”.
Lo mismo ocurre con la resaca. Utilizar esa imagen para la crisis es, de alguna forma, llevar a la culpa a quien
la sufre, por haberse emborrachado. “Para mí una de las cosas más cretinas de esta crisis es eso, hablar de
resaca. Implica que ahora lo pasas mal porque has cometido excesos, y no podemos caer en la trampa de estas
metáforas”, remata. Los periodistas, critica, “también se dejan llevar por la metáfora facilona”.
Los tecnicismos pueden convertirse también en grandes aliados del lenguaje edulcorado. Los expedientes de
regulación de empleo (ERE) como forma de referirse a los despidos colectivos de una empresa son un buen
[DEPARTAMENTO DE LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA] IES PONCE DE LEÓN 2013/2014
2º BACHILLERATO: Comentario de Texto
[21]
ejemplo. Otro es el “concurso de acreedores”, que fue la forma que la ley de 2003 escogió para referirse a la
antigua suspensión de pagos de las empresas, mucho más cruda y explícita.
La jerga financiera, que tan intrincada resulta a veces, también acaba teniendo un efecto nebuloso en la
comunicación. “Exposición” a la deuda o “activos adjudicados”, para referirse muchas veces a los inmuebles
que han embargado porque sus propietarios no podían pagar el crédito. Y, hace poco, la compañía aérea
Spanair anunció que dejaba de operar por “falta de visibilidad financiera”, es decir, que no tenía dinero y no
lograban que nadie se lo diera.
En este capítulo de la interminable crisis, no deja de oírse la palabra “sacrificio” cuando se habla de
programas de recortes (los que buscan la “consolidación fiscal”). El proyecto europeo se tambalea a cuenta de
los desequilibrios presupuestarios y la crisis de deuda soberana.
Es interesante acudir ahora a un análisis de Javier Pradera, publicado en este mismo periódico el 1 de agosto
de 1993. Más allá del eufemismo recogía las negociaciones de Gobierno y agentes sociales para un plan de
empleo. “Los bizantinos distingos del Ejecutivo para convencer a los españoles de que la convergencia con
Europa exigiría esfuerzos pero no sacrificios casi agotó sus reservas de pólvora verbal”, escribía Pradera. “La
inútil pugna semántica para determinar si el rigor de la política presupuestaria del nuevo Gobierno llevará a
cabo un recorte de los gastos sociales o procederá sólo a su contención tal vez distraiga los ocios veraniegos,
pero apenas ayudará a que la negociación progrese”, continuaba.
Y así presentó Miguel Boyer los presupuestos el 17 de mayo de 1983: “La lucha contra la inflación debe verse
facilitada por una actitud de moderación salarial”.
Este tipo de lenguaje no habita solo en la boca de los poderes públicos, apunta Antón Costas. “También los
sindicatos lo asumen cuando tiene que defender algunos pactos, como, por ejemplo los de moderación
salarial”. Y es que moderación viene de moderar: templar, ajustar, arreglar algo evitando el exceso.
Algunos debates y sus recursos lingüísticos perduran con el tiempo. Vendrán más años malos, diría algún
poeta melancólico. Los hombres de negocios, en cambio, esquivan los “problemas” en las entrevistas y suelen
hablar más de “retos” o “desafíos”. Vendrán recortes, para unos, o ajustes, o reformas, o medidas de
consolidación fiscal. Y otros lo llamarán amor.
[DEPARTAMENTO DE LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA] IES PONCE DE LEÓN 2013/2014
2º BACHILLERATO: Comentario de Texto
[22]
Doctor 'Lo'
Maruja Torres
El País, 12 de enero de 2012.
Desde aquello que dijo Dios de "Hágase la luz", no se había atribuido tanta concentración de poder a un
verbo transitivo. En la semántica mariana y sus asorayados productossubprime, hemos pasado del
"Haremos lo que tengamos que hacer" al "Estamos haciendo lo que tenemos que hacer" y el "Hemos
hecho lo que había que hacer, aunque no nos guste tener que hacerlo". No me cabe duda de que tarde o
temprano llegaremos al "Lo que tenía que hacerse está hecho. ¿Queda alguien vivo por ahí abajo?".
Entretanto, cabe preguntarse qué hemos hecho los, por así llamarnos, deshechos en el hecho. Es decir,
los perpetrados, los emprendidos, los consumados, los acometidos. Ni siquiera los votantes del PP
hicieron otra cosa que despojarse de la posibilidad de hacer, creyendo que lo que hacían era
arrebatársela al contrario. Los otros tampoco hemos hecho nada. No hacer nada es el rasgo más distintivo
de la sociedad que hoy componemos. El aprendizaje de la pasividad ha sido largo, pero no difícil. Hemos
abierto la boca y tragado las palabras que sustituyen a las verdades, y los eslóganes que violan y
descuartizan las ideas. Nos hemos dejado hacer, salvo arranques de indignación tardía ‐por otra parte,
perfectamente asumidos por el sistema y la fuerza pública, como se ha visto‐, despatarrados y, en
ocasiones, hasta gozosos. Hay un cierto deseo en nosotros, de vernos tomados de los pelos y arrastrados
por el fango, pues algo habremos dejado de hacer para merecer esto. Ah, si tan solo nos acordáramos de
qué era...
Así, hipnotizados por el transitivo verbo que anunciaba una milagrosa acción, los unos entusiásticos y los
otros asqueados, hemos pasado por alto la importancia de la partícula lo. De ese artículo neutro, humilde,
aparentemente aséptico que, en realidad, contenía toda la perversidad del programa.
[DEPARTAMENTO DE LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA] IES PONCE DE LEÓN 2013/2014
2º BACHILLERATO: Comentario de Texto
[23]
Locos bajitos
Maruja Torres
El País, 5 de enero de 2012.
Queridos niños: En esta fiesta de Reyes, en que empezamos a enterarnos de adónde fue a parar el roscón,
quiero dirigirme a vosotros para rogaros que, de mayores, no seáis como nosotros. Quiero pediros que no
tengáis miedo. Cuando os den una dosis de reajustes llamada de caballo, no permitáis que os la vendan
como si vosotros fuerais los únicos que tenéis que aceptar la inyección. No lo hagáis, porque, de
inmediato, os harán lo que los hombres que se sientan encima han hecho siempre con los caballos:
embridarlos, espolearlos, dirigirlos. Y colocarles ‐colocaros‐ un artilugio en la cabeza, para que vuestros
ojos no puedan captar la visión completa del asunto.
También quiero pediros, queridos amiguitos, que seáis buenos. Llegados a este punto necesito
ejemplos, y como solo me salen negativos, os expondré algunas cosas que no debéis hacer, por mucho
que insistan los compañeritos de clase tenidos por más espabilados y ocurrentes. No compréis más trajes
de los que podéis pagar, no hagáis más aeropuertos de los que necesitáis ‐pues luego se los comen los
conejos, y hay que gastarse una pasta pública contratando halcones para cazarlos‐, no abráis bancos ni los
cerréis ‐lo de atracarlos, ya es otro cantar‐, no revendáis hipotecas, no inventéis acontecimientos que no
sirvan para acabar con la miseria, y no cobréis comisiones.
Los anteriores consejos sirven para todos los sexos en vigor, pero el siguiente va dirigido especialmente
a las niñitas que salís partidarias de lo clásico. Por favor, cuando os caséis con un buen mozo, por
deportivo o deportista que parezca, controlad de dónde saca los dineros con que os obsequia con
mansiones y tiaras. Ni la gente más alta necesita inclinarse para distinguir las ventosidades del cónyuge. Y
eso es todo, queridos amiguitos que aún creéis en los Reyes... ¿Cómo era? Ah, sí. Magos.
[DEPARTAMENTO DE LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA] IES PONCE DE LEÓN 2013/2014
2º BACHILLERATO: Comentario de Texto
[24]
Tragar
Maruja Torres
El País, 31 de enero de 2013.
El informe de la OCU sobre la mala calidad de las hamburguesas nos llega en un momento en que, por lo
menos a mí, no me surte el menor de los efectos. Tengo el paladar insensibilizado a fuerza de tragar
ruedas de molino y una serie de camiones con tráiler. Por ejemplo, estoy tan curtida —esos suizos
avisando a Bárcenas de que se le estaba investigando, ese caballerete afín a las infantas insinuando, con
su presencia en las operaciones del yerno, que la Casa del Rey le apoyaba; tanta ocultación, tantos
enjuagues—, que empiezo a creer a pies juntillas que Gas Natural se propone dejar Doñana como un
queso, al tiempo que respeta la sostenibilidad del parque natural y la vida en libertad del muy preciado
lince ibérico. Es más, estoy decidida a admitir que los efluvios de gas que puedan producirse colocarán al
lince y le darán una vida mucho más agradable que la nuestra, que se produce a pelo, todos los días y sin
marihuana.
Por consiguiente, que decía Felipe González, estoy dispuesta a aceptar que el hecho de que el
expresidente socialista esté ahora en Gas Natural, aportando su ciencia infusa, no tiene nada que ver con
que hasta hace poco cultivara bonsáis, o lo que hiciera o hiciese, en el patronato de Doñana, por no
hablar de sus anteriores periodos vacacionales. En realidad, si una se mete en las páginas que la
mencionada multinacional energética mantiene en la Red, coge un violín y, haciendo sonar una melodía
bucólica, mira el apartado “Nuestro compromiso con el medio ambiente”, una descubre que aparece la
foto de unas manos sosteniendo una planta enana. ¿Es el propio Felipe?
De modo que, por mí, no se preocupen los fabricantes y expendedores de hamburguesas‐basura. Vivo
una vida basura. Trago mierda todos los días.
[DEPARTAMENTO DE LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA] IES PONCE DE LEÓN 2013/2014
2º BACHILLERATO: Comentario de Texto
[25]
Chusqueros
Juan José Millás
El País, 26 de octubre de 2012.
El lenguaje cotidiano ha devenido en una crónica de guerra. La semana pasada cayó Ricardo; este lunes
han herido a José; hoy mismo, alguien ha visto a Antonia mendigar con disimulo en la puerta de un
restaurante caro. Un grupo de familias ha sido víctima de una emboscada de Bankia. Caen como moscas,
pues los que no pierden el trabajo al pisar una mina antipersonal, pierden la casa o la salud o la cordura. A
los caídos no se les entrega ninguna medalla al mérito, no se les rinden honores, no se habla de lo
eficaces que fueron en su actividad, ni de su buena disposición, ni de su compañerismo. Nadie coloca una
bandera sobre sus ataúdes al tiempo que una banda de música ataca un tema patriótico.
Entre tanto, y como en todas las guerras, los generales, plácidamente acomodados en sus despachos con
moqueta, colocan banderitas sobre los mapas de los territorios conquistados mientras degustan un
coñac. Los generales de esta conflagración no llevan uniformes de campaña ni botas de montar ni gorra,
tampoco hablan nuestro idioma, nuestros idiomas. Son gente vestida (o disfrazada) de civil cuyos
cuarteles generales están en Nueva York, en Berlín, en Bruselas, desde donde, gracias a las nuevas
tecnologías, nos ven a usted y a mí atravesando las pantallas de sus monitores, como hormigas camino
del trabajo, y deciden liquidarnos económicamente o tendernos una trampa financiera mortal.
En la práctica, somos un país invadido por tropas extranjeras, un país cuyas autoridades locales, vendidas
al ejército invasor, hacen el trabajo sucio del sargento chusquero en el ejército de siempre. Un teatro de
operaciones, en fin, de apariencia democrática, en el que no corre la sangre ni se amontonan los
cadáveres, pero en el que cada día son expulsados fuera del sistema, que es tanto como decir fuera de la
vida, miles de inocentes.
[DEPARTAMENTO DE LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA] IES PONCE DE LEÓN 2013/2014
2º BACHILLERATO: Comentario de Texto
[26]
La conciencia
Juan José Millás
El País, 9 de mayo de 2008.
En la antigüedad teníamos más metros cuadrados que cosas. Ahora, en cambio, tenemos más cosas que
metros cuadrados. Hace años, podías recorrer un pasillo de 15 metros sin tropezar con un solo mueble.
Ahora no puedes dar dos pasos sin estrellarte contra una bicicleta estática, una vajilla de Chillida o la
armadura de una tienda de campaña. Mucha gente cambiaría los objetos por metros cuadrados; el
problema es que la mayoría de esos trastos sólo tienen un valor romántico, que no cotiza ni en los
mercadillos de pueblo. Ya me dirán para que sirve la maleta de madera con la que papá se fue a Alemania,
el televisor en blanco y negro que conservamos absurdamente debajo de una cama o la impresora portátil
que compramos hace 15 años por si acaso (¿por si acaso qué?).
Lo bueno, ahora lo comprendemos, eran los metros cuadrados. No hay cosa mejor que cien o doscientos
metros cuadrados, todos juntos, sin más objetos que la foto del abuelo en la pared del pasillo y una
alacena en el comedor. Construir viviendas pequeñas por sistema es como escribir frases cortas por
obligación. La frase corta funciona bien como desván, como cuarto trastero, como altillo en el que
introducir una o dos ideas pequeñas (las que caben en una columna, por ejemplo). Pero para vivir, para
respirar, para estar a gusto, nada como un piso de seis o siete habitaciones, cuatro exteriores y tres
interiores, además de la cocina, el baño y los aseos. Ahora, dada la escasez de metros cuadrados y la
abundancia de cosas, ha aparecido un negocio nuevo, el de los trasteros que guardan toda esa basura
doméstica. Hemos vendido el alma (o los metros cuadrados) a cambio de cosas que brillaban, de
espejuelos con los que no sabemos qué hacer. Deberíamos regresar a la frase larga, a la oración
compuesta, al pasillo de 15 metros de largo. A la conciencia.
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2º BACHILLERATO: Comentario de Texto
[27]
Desahucio
Juan José Millás
El País, 1 de julio de 2011.
Los expertos llevan años asegurando que el precio de los pisos bajará. Y también que no bajará. Ahora
toca que bajará, pero dentro de un mes que no bajará. Y si esperamos hasta septiembre volverá a bajar.
Lo de los pisos vale para la velocidad en carretera, para los brotes verdes y para la fecha de las
elecciones generales, por poner cuatro ejemplos, que en realidad son tres. La lógica y la democracia, que
se inventaron en Grecia, han empezado a desmoronarse por Atenas. Pero lo importante es el diferencial
de la deuda de aquí, al que le viene de perlas que Grecia se pegue un tiro en la boca. Mientras Papandreu
apretaba el gatillo, los jóvenes eran apaleados sin orden ni concierto en la plaza de Syntagma. Otro
atentado contra la lógica, si pensamos en el significado del término sintagma, y una cruz más para los
profesores de lengua. Y para los de literatura, porque del mismo modo que se ha roto la sintaxis, se ha
roto el relato. El capítulo titulado "Nuevo plan de ajuste" no tiene ni pies ni cabeza porque implica el
desahucio entero de un país. Nos hemos presentado con nuestros agentes judiciales y nuestros guardias
de la porra y les estamos poniendo los colchones en la calle. Quiere decirse que los griegos son ya turistas
de su propio país, lo que tiene un lado bueno: quizá eso les ayude a descubrir la Acrópolis como los que
vivimos en Madrid descubrimos el Guggenheim y, los que viven en Bilbao, el Museo del Prado. El mejor
modo de conocer un sitio es no ser de él, y los griegos han dejado de ser de Grecia. Ahora son del FMI o
de los mercados, esa versión contemporánea de los dioses. Gracias al sacrificio de la lógica y de la
democracia griegas, los españoles podremos seguir siendo españoles (y quizá demócratas) durante un
tiempo, el que decida Zeus. Por cada muerto de hambre en Atenas, sube un punto el Ibex 35.
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2º BACHILLERATO: Comentario de Texto
[28]
Desgobierno
Juan José Millás
El País, 20 de enero de 2012.
En efecto, del Costa Concordia se decía lo mismo que de nuestra banca: primero, que era imposible que
un buque de esas características se hundiera; segundo, que, de hundirse, era imposible, dados sus
modernos sistemas de salvamento, que hubiera víctimas; tercero, que, de haber víctimas, la primera sería
el capitán. Pero resulta que se hundió, que hubo víctimas y que el capitán salió por piernas abandonando
a los pasajeros a su suerte.
Nos dijeron que era imposible que nuestra banca tuviera problemas; que, de tenerlos, era imposible que
hubiera víctimas; que, de haberlas, las primeras serían sus directivos. Pero nuestra banca tuvo problemas,
hubo víctimas y los directivos fueron los primeros en abandonar la nave con indemnizaciones millonarias.
La diferencia entre un asunto y otro es que el capitán del Costa Concordia está preso mientras que los
capitostes de los bancos encallados o hundidos se encuentran en paradero desconocido, disfrutando del
dinero que se llevaron al tiempo de gritar sálvese quien pueda.
Dinero de nuestras comisiones, claro, pero no solo de ellas. Durante los llamados años de bonanza
vendieron productos bancarios incomprensibles a personas que confiaron en el director de la sucursal de
su barrio y que ahora han perdido todos sus ahorros; concedieron a sus clientes más vulnerables créditos
que no podrían devolver a sabiendas de que no los podrían devolver, prevaricando hasta el paroxismo,
signifique lo que signifique paroxismo; sobrevaloraron los inmuebles por los que se otorgaban las
hipotecas, infravalorándolos luego a la hora de ejecutarlas. Realizaron, como el capitán del Costa
Concordia, todas las maniobras desaconsejadas por los manuales de navegación y fueron los primeros en
ocupar los botes salvavidas. Fiscales, jueces, defensores del pueblo, ¡suban a bordo y hagan algo, coño!
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2º BACHILLERATO: Comentario de Texto
[29]
El destino
Juan José Millás
El País, 13 de enero de 2012.
Los hombres y mujeres caviar seguirán entrando y saliendo de las tiendas de moda, de los clubes, de las
marisquerías, de la ópera, de los coches de lujo (de alta gama, les dirán, para disimular el boato). Dentro
de la masa de pan de nuestros sesos harán túneles, en cambio, proyectos a los que no nos subiremos,
hijos o nietos que ya no alumbraremos, estudios que nunca emprenderemos. Compraremos al Estado
lotería que no tocará, haremos cola en hospitales públicos sin quirófanos y perderemos la vida frente a
mostradores de facturación de aeropuertos fantasmas. Por entretenernos, reservaremos mesa en
restaurantes imposibles y luego cancelaremos la reserva, como secretarios de nosotros mismos. Nos
llamaremos desde el teléfono móvil al fijo y desde el fijo al móvil dejándonos mensajes en los dos. No
mensajes desesperados, ni amenazantes, ni raros, mensajes de no me esperes a cenar, cariño, o llegaré
más tarde, amor, o han vuelto a suspenderme la Física, mamá, o al niño le ha subido la fiebre, abuela.
Mensajes dóciles, de los de ya estoy en casa, me han hecho otro ERE o se ha estropeado la calefacción. En
las marquesinas de los autobuses nos sentaremos junto a mujeres de tobillos gruesos, con bolsas de la
compra por las que asomará un manojo de puerros. Comeremos en las cafeterías de los tanatorios los
restos que abandonen los deudos: migas de sándwiches de mortadela seca y culos de cerveza caliente y
trozos de tristura a la plancha, muchas veces fingida. Dormiremos con la cabeza en el lado de los pies y
con los pies en el lado de la cabeza, a veces también debajo de la cama, con los ojos abiertos. Cada poco,
nos agacharemos a atarnos los cordones de los zapatos, para no pisárnoslos, y así caerán las noches y los
días y las estaciones y los años. Después del 15 de enero, las tardes comenzarán a ser más largas.
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2º BACHILLERATO: Comentario de Texto
[30]
¡Era tan normal!
Juan José Millás
El País, 9 de marzo de 2012.
Los sabios proclaman con énfasis que la lengua es un ser vivo y luego le niegan el principal atributo de los
seres vivos: el sexo. Nos quejamos de que la gente confunda el sexo con el género, pero ni los gramáticos
ni los biólogos se dignan explicar las razones de dicha confusión. Prefieren despacharla como un problema
de ignorancia colectiva en el que no vale la pena detenerse. Está además ese raro empeño de los
gramáticos en demostrar que el pensamiento dominante de la tribu no deja rastros en sus usos
lingüísticos, lo que choca con la experiencia de todos los días. Miren, el discurso de una persona triste
suele también ser triste. Pero bueno, podría ser, podría ocurrir, vale, que en un país donde no hay apenas
directoras de periódicos, ni presidentas de bancos, ni académicas de número, en un país donde las
mujeres cobran por el mismo trabajo menos que los hombres, o donde las tareas del hogar, según las
encuestas, continúan fatalmente repartidas, podría suceder, decíamos, que la corriente de pensamiento
que ha conducido a tal situación no se reflejara para nada en el vehículo de las ideas, que son las palabras.
En tal caso, deberíamos deducir que la lengua, además de un ser vivo sin sexo, sería una psicópata, al
modo de los asesinos en serie capaces de disimular su condición hasta el punto de pasar por gente
encantadora. ¡Era tan normal!, exclaman los vecinos cuando la policía detiene al muchacho que llevaba
meses cocinando las vísceras de su novia, previamente descuartizada y congelada.
A ver si un día de estos nos levantamos y tenemos que decir lo mismo de nuestra lengua: ¡era tan normal!
Entre tanto, sería estimulante que los peritos, en vez de calificar de idiotas a quienes de un tiempo a esta
parte sienten cierta incomodidad al hablar o ser hablados, se preguntaran por las razones de tal
desasosiego.
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2º BACHILLERATO: Comentario de Texto
[31]
Marcas blancas
Juan José Millás
El País, 7 de septiembre de 2012.
Distinguimos con la expresión cine de autor una serie de películas poseedoras de un sello especial, que las
diferencia del resto porque su director también es único. Habría así, por entendernos, unas películas
equivalentes a lo que en los productos del supermercado llamamos “marcas blancas”, cuya autoría sería
intercambiable, y unas películas con etiqueta de prestigio. La idea funciona también en relación a la
comida (cocina de autor) y a la arquitectura (arquitectura de autor). Pero jamás se dice, por ejemplo,
novela de autor,como si todas las novelas, incluso las menos originales, fueran responsabilidad del que las
firma.
Ahora mismo estoy en la cola de la pescadería, observando a la gente, preguntándome si entre quienes
esperamos que nos llegue el turno hay alguna biografía de autor. La expresión hacerse a sí mismo evoca
el concepto de autoría. El pescadero, por lo que sé de él, pertenece a esta clase de gente hecha a sí
misma. También hay quienes se deshacen a sí mismos. Está más valorado socialmente hacerse, pero
deshacerse tiene su mérito, no basta con dejarse llevar. Deshacerse a lo grande vendría a ser como
desdirigirCiudadano Kaneo desescribirMadame Bovary. Dos tareas colosales que nadie ha sido todavía
capaz de emprender. Los boquerones forman una masa indiferenciada, como si no hubiera entre ellos
ningún pez de autor. Las lubinas son de piscifactoría, lo que significa que, lejos de hacerse a sí mismas,
han sido hechas por la técnica. Observo, en cambio, sobre el mostrador un rape enorme, con cara de
muerto, que merecería ir firmado. Pero no sabemos de quién es. Tampoco sabemos de quién es El
lazarillo de Tormes, un libro de autor donde los haya. Cuando me llega el turno, pido unos boquerones
que freiré rebozados en harina y huevo. Un plato del montón para un jueves sin marca, como el champú.
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2º BACHILLERATO: Comentario de Texto
[32]
¡Qué descanso!
Juan José Millás
El País, 12 de septiembre de 2013.
Incluso para quienes hemos seguido de reojo la aventura delirante de Madrid 2020, resultaba excesiva la
hinchazón retórica de las autoridades y medios. Hinchazón que, como suele suceder, se ha resuelto en un
pedo que ha aliviado al paciente, aunque también, paradójicamente, le ha hecho daño. Es muy duro
acudir a urgencias convencido de que tienes un ataque de angustia existencial y que te diagnostiquen una
flatulencia. Pero, por Dios, hombre, ¿no ve que yo soy un filósofo o un pintor o un poeta de la
experiencia?, ¿no comprende, doctor, que cuando a una persona de mi categoría le duele el pecho es por
miedo a no saber quién es y todo eso? Pues no, dice el doctor, no era pánico.
En efecto, al paciente le ha desaparecido el nudo del pecho tras la liberación gaseosa, pero le ha asaltado
la sospecha de que quizá sea un idiota. A los madrileños, incluido Álvarez del Manzano, que formaba,
increíblemente, parte de la comitiva, se nos ha ido la desazón de los días previos al dictamen del COI
(¡qué descanso, porque era un sinvivir!), pero se nos ha quedado cara de tontos. De modo que vamos a
Buenos Aires con el 80% de las infraestructuras realizadas y con el 98% de posibilidades de ganar, y
caemos a la primera. ¿Por qué? Porque eran gases. No había más que auscultar al enfermo para detectar
los vapores retóricos asociados a una inflamación patriótica de la peor especie. En cuanto a lo de Ana
Botella, la señora que Ruiz Gallardón nos puso de alcaldesa para hacerle la pelota Aznar, inenarrable,
aunque francamente graciosa. Solo esperamos que ella también se haya desinflado, adquiriendo
conciencia de su verdadera estatura, y que el fiscal actúe de oficio para que los golfos apandadores
devuelvan lo que se gastaron en ese 80% de infraestructuras que, como el aeropuerto de Castellón, nos
tenemos que tragar usted y yo.
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2º BACHILLERATO: Comentario de Texto
[33]
El negro
Rosa Montero
El País, 17 de mayo de 2005.
Estamos en el comedor estudiantil de una universidad alemana. Una alumna rubia e inequívocamente
germana adquiere su bandeja con el menú en el mostrador del autoservicio y luego se sienta en una
mesa. Entonces advierte que ha olvidado los cubiertos y vuelve a levantarse para cogerlos. Al regresar,
descubre con estupor que un chico negro, probablemente subsahariano por su aspecto, se ha sentado en
su lugar y está comiendo de su bandeja. De entrada, la muchacha se siente desconcertada y agredida;
pero enseguida corrige su pensamiento y supone que el africano no está acostumbrado al sentido de la
propiedad privada y de la intimidad del europeo, o incluso que quizá no disponga de dinero suficiente
para pagarse la comida, aun siendo ésta barata para el elevado estándar de vida de nuestros ricos países.
De modo que la chica decide sentarse frente al tipo y sonreírle amistosamente. A lo cual el africano
contesta con otra blanca sonrisa. A continuación, la alemana comienza a comer de la bandeja intentando
aparentar la mayor normalidad y compartiéndola con exquisita generosidad y cortesía con el chico negro.
Y así, él se toma la ensalada, ella apura la sopa, ambos pinchan paritariamente del mismo plato de
estofado hasta acabarlo y uno da cuenta del yogur y la otra de la pieza de fruta. Todo ello trufado de
múltiples sonrisas educadas, tímidas por parte del muchacho, suavemente alentadoras y comprensivas
por parte de ella. Acabado el almuerzo, la alemana se levanta en busca de un café. Y entonces descubre,
en la mesa vecina detrás de ella, su propio abrigo colocado sobre el respaldo de una silla y una bandeja de
comida intacta. Dedico esta historia deliciosa, que además es auténtica, a todos aquellos españoles que,
en el fondo, recelan de los inmigrantes y les consideran individuos inferiores. A todas esas personas que,
aun bienintencionadas, les observan con condescendencia y paternalismo. Será mejor que nos libremos
de los prejuicios o corremos el riesgo de hacer el mismo ridículo que la pobre alemana, que creía ser el
colmo de la civilización mientras el africano, él sí inmensamente educado, la dejaba comer de su bandeja
y tal vez pensaba: "Pero qué chiflados están los europeos".
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2º BACHILLERATO: Comentario de Texto
[34]
Mirar y ver
Rosa Montero
El País, 27 de diciembre de 2011.
Poco antes de Navidad murió Manuel Jalón. Era aragonés, tenía 86 años y fue el inventor de la fregona.
Ingeniero y oficial del Ejército de Aire, en los cincuenta observó que los hangares militares de Estados
Unidos se fregaban con un trapo atado a un palo y un pesado cubo con rodillos. Esa fue la chispa. La
fregona apareció en 1956 y liberó a millones de mujeres de la penosa y humillante tarea de lavar los
suelos de rodillas. Todo esto sucedió porque Jalón supo ver. Por lo general se considera que un visionario
es aquel que intuye lo que todavía no está en este mundo, lo que la realidad aún no ha dibujado. Pero hay
otro tipo de visionario que es mi preferido, y es aquel que logra ver lo que sí existe pero nadie tiene en
cuenta, porque permanece oculto bajo el velo de la rutina, del desamparo y del prejuicio. Como ese triste
enjambre de mujeres que se agrietaban las manos y se desollaban las rodillas.
Para inventar algo tan sencillo y atinado hay que ponerse en el lugar del otro. Y en la España machista y
franquista de los cincuenta no creo que fuera muy habitual ser hombre e ingeniero como Jalón y meterse
en el pellejo de las mujeres humildes. ¡Si llevaban siglos fregando así! ¿Por qué no iban a seguir 10 siglos
más? Con lo fácil que era pasar junto a ellas sin reparar en su presencia, porque quedaban por debajo de
la línea visual. Sí, me encantan esas personas que logran percibir las necesidades sociales más básicas y
que aplican su imaginación para paliarlas. Como Muhammad Yunus, el banquero de los pobres, que creó
el microcrédito, otro invento simple y eficaz. Pero para eso hace falta ser capaz de ver la realidad. Ahora
mismo hay en España 560.000 hogares sin ningún ingreso y en la pobreza más absoluta. Un 63% más que
antes de la crisis. Necesitamos visionarios que se pongan a mirar con ingenio y corazón ese agujero.
[DEPARTAMENTO DE LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA] IES PONCE DE LEÓN 2013/2014
2º BACHILLERATO: Comentario de Texto
[35]
'Superglue'
Rosa Montero
El País, 6 de diciembre de 2011.
Ya se sabe que el Hombre siempre tropieza con la misma piedra. La Mujer también. Pensé en esta perla
de la sabiduría popular hace dos días, cuando cometí mi enésimo estropicio causado por los pegamentos
instantáneos. Soy un caso desesperado con los superglues: cada vez que los utilizo, sucede una catástrofe.
Intentando componer una cajita rota, pegué sin querer la madera al asiento de un sofá nuevo de cuero, y
al arrancarla rasgué la piel. Hace dos días quise arreglar un jarro de cristal y la base rota se soldó para
siempre jamás con la bonita encimera de mi cocina. Por no hablar de cuando se me quedaron pegados
dos dedos entre sí y solo la tenaz laboriosidad de las células epiteliales consiguió, tras varios días de
esfuerzo, renovar la dermis y liberarme. Pero lo más pasmoso es que, pese a los repetidos fracasos, sigo
recurriendo incomprensiblemente al superglue. Lo cual me ha hecho pensar si esto no sería una buena
metáfora de la condición humana (los articulistas siempre estamos a la caza de metáforas para llenar
nuestros textos).
Un símbolo de esa inquietante falta de memoria y cordura que, por ejemplo, nos lleva a recurrir a los
pirómanos para apagar un fuego. Y así, resulta que en lo más profundo de la crisis acabamos de descubrir
a los famosos tecnócratas, unos señores a quienes estamos entregando alegremente nuestros destinos en
todo el mundo: en Grecia, en Italia, en Estados Unidos. Y lo hacemos sin pararnos a pensar que esos
tecnócratas son los mismos banqueros y financieros que nos han metido de cabeza en el hoyo. Y
perdónenme la ligereza de este artículo: es por no echarme a llorar, como la ministra de Trabajo italiana
(pavor dan esas lágrimas). Maldita sea, ¿es que no nos damos cuenta de que se nos van a volver a pegar
los dedos? Pero el Hombre no parece aprender de sus errores. Y la Mujer, tampoco.
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2º BACHILLERATO: Comentario de Texto
[36]
Fin
David Trueba
El País, 20 de diciembre de 2012.
No todos los días podemos darnos el lujo de escribir la crónica del fin del mundo. Hasta las televisiones
han nutrido su programación de reflexiones y brindis por el apocalipsis, en vista de que estaba
programado para el 21 del 12. Palíndromos aparte, el anuncio del fin del mundo es un hábito. Antes era
más habitual y un tipo desde el púlpito o un iluminado a voz en grito podían acongojar al peatón con más
facilidad que ahora las leyendas urbanas. En realidad los medios se han tomado esto del fin del mundo a
chirigota, no como Paco Rabanne en el anterior apocalipsis, y la chirigota es el nutriente feliz de los
medios. La chirigota y el drama, con eso llenamos la programación y pasamos factura a los anunciantes.
Por desgracia para el negocio ningún anunciante ha querido comprometerse a patrocinar el fin del mundo
previsto para hoy. Habría sido una campaña estupenda. Algo así como esos locales que arañan algunos
euros con la liquidación por cierre de negocio. Incluso para el Gobierno ha funcionado muy bien la
promesa del fin del mundo, porque la rebaja de salarios, el despido general y la degradación de las
pensiones se aceptan mejor sabiendo que hoy se acaba el mundo.
Pero este fin del mundo de hoy lo que nos ofrece es una oportunidad maravillosa para celebrar los
pequeños fines del mundo de cada día. Porque el mundo no se acaba nunca con un paffo un persistente
olor a gas, sino que se le acaba cada día a mucha gente. Y ahora más que nunca. Se le acaba a quien
pierde el empleo, a quien le quita la casa un banco, a quien le abandona la salud o se encuentra en el
desamparo sin haberlo perseguido. Son esos fines del mundo a los que nadie concede ni la menor
importancia, a los que apenas se les dedican películas de catástrofes. Porque esos sí que dan miedo y
asco. No son carne de chirigota ni de película angustiosa a la que poner un final feliz para que funcione la
taquilla. Porque nadie es presa del pánico porque el mundo se acabe hoy. Pero sí porque cualquier
mañana se te acabe el mundo a ti.
[DEPARTAMENTO DE LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA] IES PONCE DE LEÓN 2013/2014
2º BACHILLERATO: Comentario de Texto
[37]
Histeria
David Trueba
El País, 10 de diciembre de 2012.
Que la sociedad se mueve por arreones de histeria es algo que debería preocuparnos. Lo hemos visto con
la desgraciada broma de una radio australiana que suplantó la voces de la reina de Inglaterra y su hijo
para sonsacar información sobre el estado de salud de Catalina Middleton a unas enfermeras del hospital
donde estaba ingresada. El asunto no mereció más que el divertimento general, por lo tosco y eficaz de la
estratagema, pero al día siguiente, el suicidio de la enfermera propició titulares candentes y la indignación
popular, expresada con la retirada del programa y mensajes fieros de los oyentes contra los locutores. El
error en establecer la gradación crítica sobre el acto nos muestra una cara ridícula de nosotros mismos. Si
la broma nos resultó indiferente, la consecuencia dramática nos llevó a equiparar a sus autores con
homicidas.
Por esa regla de tres valoramos los actos en función de su resultado final. No consideramos el acoso como
un delito grave salvo cuando ocasiona una tragedia. Y la puesta en circulación de imágenes íntimas sin el
consentimiento de sus protagonistas alimenta nuestra curiosidad morbosa, salvo si las consecuencias son
dramáticas. Estuvimos dos años sin una mísera corrección institucional de las leyes que amparan el
desahucio y bastó un suicidio para que los políticos corrieran a apagar el fuego. Pero la indignación ya no
duraba cuando la ley resultante aprobada de urgencia ni tan siquiera hubiera podido aplicarse en el caso
concreto de la mujer que se suicidó. Pero hasta los medios ya habían dejado de pisar el acelerador.
Relacionar la llamada falsa de la Reina con el debate de control de la prensa británica es tan disparatado
como esas legislaciones redactadas bajo el choque emocional de un caso reciente. De la prensa nos tienen
que proteger las leyes generales y el último suceso en la BBC, con la equivocada acusación de pederastia a
un político retirado, nos proporciona dos claves interesantes. El medio actuó con presteza, acordó una
compensación económica para la víctima y forzó la dimisión de su jefe de corporación. Al otro lado, los
miles de tuiteros que revelaron el nombre y causaron un daño evidente, pretenden evadir su
responsabilidad. Todo arreones, entre sístole y diástole, de la histeria a la indiferencia.
[DEPARTAMENTO DE LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA] IES PONCE DE LEÓN 2013/2014
2º BACHILLERATO: Comentario de Texto
[38]
Osmótica
David Trueba
El País, 17 de diciembre de 2012.
Gracias al ministro Wert la educación ha vuelto a la primera línea de juego. Quizá a costa de malos
entendidos y peores titulares, pero si es cierto eso que dicen de que le pierde el ego, a mí me encanta que
los ministros de Educación sean ególatras, porque estoy harto de que todo el ego de nuestra sociedad se
lo quede la economía o la industria o las infraestructuras. Aunque agitar las aguas de Catalunya te regala
vino en otras circunscripciones electorales, el ministro reconoce que el castellano no corre peligro en
ningún lugar de España porque nuestra lengua se comparte por ósmosis. Y tiene razón, por eso la
polémica es absurda y distrae de lo esencial, que no es la política lingüística pese al juego que da.
La educación es algo mucho más intangible que los colegios y el plan de estudios, presa de valores
generales que hasta en ocasiones se engarzan con la programación habitual de las televisiones. ¿No
tocaría hablar de canales públicos y su misión fundamental? La educación no es un microbio que aislar al
microscopio, de ahí el fracaso perpetuo de tantas reformas, que han sido experimentos de laboratorio,
calentones de pedagogo con ideas transplantadas de los sistemas favoritos. Pero ningún transplante
tendrá éxito si antes no se prepara el organismo para recibirlo. Finlandia no se importa de sopetón.
Crecimiento y nivel educativo van parejos, por eso fallamos al no identificar la educación con nuestro
futuro. Convertirlo en prioridad pasa por sumar a una consejera válida y preparada como es Irene Rigau y
no restarla. Y los afanes reformistas tienen que poseer la ambición de reformar la sociedad no solo
colocar directores afines en los institutos, proteger los centros religiosos y magnificar las bondades del
elitismo. El ego del ministro, más que barrer de su lado y fomentar el navajeo entre pandillas ideológicas,
en este confuso WertSideStoryque vivimos, ha de servir para que trascienda la importancia de la
educación más allá de la Ley de Educación. Hasta un lugar que inunde todos los ámbitos, porque si algún
día reinan en nuestras aulas los valores de conocimiento, esfuerzo, creatividad y honestidad será por
ósmosis con el resto de la sociedad.
[DEPARTAMENTO DE LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA] IES PONCE DE LEÓN 2013/2014
2º BACHILLERATO: Comentario de Texto
[39]
Pesadilla
David Trueba
El País, 2 de enero de 2013.
La política ha cambiado. Aquellos tejedores de sueños colectivos han dejado paso a profesionales
aplicados. Primero fueron gestores, palabra que robó a la vocación política toda su aureola de sueño y
grandeza. El político como gestor tiene algo tan desilusionante como ir a un campo de fútbol a animar al
árbitro. Uno va a allí a vibrar, a emocionarse, no paga la entrada para satisfacerse cada vez que se aplica
el reglamento con puntillosidad o se fijan los minutos de descuento con precisión suiza. Pero aceptamos
al político gestor como un mal menor. Frente al iluminado, el tahúr y el vendedor de crecepelo, optamos
por el contable riguroso. Dejamos de soñar con princesas para tener sueños donde el jefe nos abronca o
la panadera nos reprende, así la política quedó liberada de tentaciones.11
Pero la cosa ha ido a más. Ahora el político ya no trabaja para nosotros, sino para una ambición distinta. El
ministro de Defensa vende armas en el mercado internacional, el de Salud aplana el terreno para
inversores, el de Cultura busca mecenas y el de Educación que alguien monte universidades, yo pongo el
terreno. Estaba claro que después del político gestor, llegaría el político viajante de comercio, que en la
maleta de muestras ofrece el país mismo. Quédeselo, señora, que está a muy buen precio. Los bienes del
Estado ofertados en la lonja.
Lo que ha pasado con la sanidad en Madrid es la más contundente aplicación de la política cuando no
contiene sueños ni vocación de servicio público ni afán de proteger lo colectivo. Van a lo suyo y si pierden
un poquito de prestigio y popularidad, no se aflijan, serán compensados en la vida futura, que es lo bueno
de los profesionales de la gestión. Siempre les guardarán un buen puesto en los grandes consejos de
administración, esos tan ventajosos donde, según han narrado en los juzgados durante el caso Bankia,
firmas lo que te ponen delante sin preguntar como un cobardica, pero cobras como un machote dietas y
emolumentos. Con razón durante las votaciones parlamentarias miran para otro lado o juegan al Tetris.
Ay, es lo malo de dejar en creer que los sueños son posibles: la realidad se convierte en una pesadilla.
[DEPARTAMENTO DE LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA] IES PONCE DE LEÓN 2013/2014
2º BACHILLERATO: Comentario de Texto
[40]
Querellas
David Trueba
El País, 28 de noviembre de 2012.
En verano murió una de las profesionales de la crítica de cine más contundentes y respetadas de Estados
Unidos. De Judith Crist dijo Billy Wilder que invitarla a ver una de tus películas a un pase de prensa era
como contratar al estrangulador de Boston para que te masajeara el cuello. Pero aún más dañino que una
crítica es propiciar un entorno sin criterios subjetivos, donde se impongan los datos de venta o audiencia
como una verdad fría muy cómoda para la empresa. Telecinco vivió en conflicto desde que una iniciativa
en las redes sociales terminó con su programa La noria. La cadena reclamó tres millones de euros por
daños y perjuicios a Pablo Herreros, que promovió la campaña para que las marcas comerciales retiraran
su publicidad del programa con la intención de forzar a que no se emitieran entrevistas pagadas con
delincuentes o sus familiares.
El asunto llegó incluso al Parlamento, que con la mayoría popular echó atrás la posibilidad de que se
regulara por ley el fin de un limbo que permite que un delincuente gane dinero por traficar con su delito
en las cadenas de televisión. Hace poco un juez ordenó embargar los pagos que Julián Muñoz tenía que
percibir por ganar algunas querellas a cadenas. Es habitual que personas a las que la Justicia reclama
compensaciones económicas frecuenten programas de televisión sin que el fisco tenga acceso a esos
ingresos.
Las marcas publicitarias y los medios establecen un pacto transparente, ni manchan ellos al programa en
que se anuncian ni el programa los mancha a ellos. Pero Telecinco, al llevar a los tribunales una iniciativa
popular, forzó la situación de nuevo. Seguramente solo pretendía amedrentar a futuros justicieros, pero
la opinión pública se posicionó de manera crítica y ciertas marcas se sintieron incómodas al ser asociadas
a la acción de la cadena. Así que en vez de retirar un programa esta vez ha tocado retirar una querella. La
fina línea entre la inocencia y la culpa de los anunciantes en la calidad de la oferta televisiva no admite
demasiada agitación. Está España muy sensible a los motivos que la han arrastrado a ser el país que es, y
que ya no le gusta ni a quienes vivían felizmente de él y su ignorancia.
[DEPARTAMENTO DE LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA] IES PONCE DE LEÓN 2013/2014
2º BACHILLERATO: Comentario de Texto
[41]
Compro oro El mendigo solo buscaba esa clase de tesoros que nadie en el mundo te puede arrebatar
Manuel Vicent
El País, 7 de septiembre de 2013.
Podía ser un poeta loco aquel mendigo de barba florida, semejante a Walt Whitman, que se paseaba por
una calle muy concurrida con un gran cartel colgado del cuello, donde con letras mayúsculas había
escrito: compro oro. Toda la ciudad estaba plagada con esta clase de anuncios que incitaban a vender el
oro que muchas familias guardan en las gavetas de la cómoda o en la caja fuerte de los bancos, pero el
mendigo no servía de reclamo para ninguna casa de empeños. Este mendigo era dueño de un extraño
negocio. No le interesaban los relojes, pulseras, collares, monedas, lingotes y medallas que muchos
empeñan o malvenden para remediar alguna necesidad en tiempos de crisis. Al mendigo la crisis
económica le traía sin cuidado. Un día se le acercó alguien para ofrecerle sus muelas de oro: “No tengo
nada que comer. Se las cambio por un pollo frito”, suplicó. El mendigo le dijo: “Solo busco el oro que no
tiene precio”. Este hombre‐anuncio podría comprar el oro que se extiende en el mar en un centelleante
amanecer, el oro cegador que deja en los rastrojos la siega del trigo en agosto, el oro que madura en los
membrillos por San Martín en noviembre, el oro podrido de las hojas muertas de otoño que se lleva el
viento. Como era un viejo enamorado también hubiera comprado la trenza de oro que le partía la espalda
a aquella muchacha que se llamaba María Berenguela y cada uno de los pelillos de melocotón que
brillaban al trasluz en sus brazos y muslos tostados en la playa este verano. El mendigo solo buscaba esa
clase de tesoros que nadie en el mundo te puede arrebatar, el de los cofres de los piratas que solo
existían en los cuentos de niños; también mendigaba el oro de cualquier sillar románico cuando el sol lo
enciende a media tarde y la luz de oro que emerge de algunos cuadros de Klimt o de Matisse, el de las
letras capitulares de los códices de vitela, pero no el oro de las mitras de los papas ni el de las coronas de
los reyes. Compraba el oro que nos envuelve como una dádiva, el que se nos hace sabios al contemplarlo:
el mosto que fluye de la uva al final de la vendimia y que el crepúsculo dora en la copa de vino que tienes
en la mano, ese oro que vuelve siempre a brillar sobre la vida cuando sale el sol cada mañana.
[DEPARTAMENTO DE LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA] IES PONCE DE LEÓN 2013/2014
2º BACHILLERATO: Comentario de Texto
[42]
Cuerpos
Manuel Vincent
El País, 9 de septiembre de 2012.
Una joven atractiva, mientras se maquilla ante el espejo del cuarto de baño para ir a trabajar, recita una
nueva versión del monólogo de Hamlet: ser o no ser, esta es la cuestión, levantarse todos los días a las
siete de la mañana y tener que aguantar a un jefe despótico, machista e incompetente, todo por mil y
pico euros al mes, o renunciar a esta lucha agotadora y quedarme en la cama para dormir, tal vez soñar,
junto a un marido vulgar, a quien con un poco de maña puedo dominar a mi antojo. Este dilema aciago
parece haber arraigado en buena parte de la juventud femenina. Frente a aquella generación de mujeres,
que en los años sesenta del siglo pasado decidió ser libre y realizó un arduo sacrificio para equipararse a
los hombres en igualdad de derechos e imponer su presencia en la primera línea de la sociedad, cada día
es más visible una clase nueva de mujer joven, incluso adolescente, que ha elegido utilizar las clásicas
armas femeninas, que parecían ya periclitadas, la seducción, la belleza física y el gancho del sexo para
buscar amparo a la sombra de su pareja y recuperar el papel de reina del hogar. Puede que la moral de la
iglesia católica se haya aliado con la crisis económica para imbuir tenazmente en la mujer la idea que
vuelva a casa, críe hijos, se ponga guapa y complazca en todo a su marido. Si una chica acude a diario a
machacarse en el gimnasio, si se atiborra de silicona, si camina sobre unas plataformas increíbles, si
decora su piel con toda suerte de tatuajes, ¿busca sentirse saludable y fuerte para luchar por sus
derechos o, tal vez, solo trata de convertir su cuerpo en un objeto de deseo, en un arma de combate
frente a los hombres? Ser o no ser. ¿Qué es mejor, soportar a un jefe tirano que me explota o a un marido
mediocre que me llevará a París si le hago un mohín de gatita? Puede que el dilema no sea tan rudo, pero
aquellas mujeres que en el siglo pasado lucharon como panteras por su dignidad, sin tiempo para pintarse
los labios, tienen ahora unas nietas hermosas, siliconadas, tatuadas con serpientes y mariposas,
dispuestas a claudicar en sus derechos, con tal de ganar la otra batalla, el viejo sueño de sentirse
adorables y tener al macho de nuevo a sus pies en la alfombra.
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2º BACHILLERATO: Comentario de Texto
[43]
Diáspora
Manuel Vincent
El País, 27 de enero de 2013.
Ningún cerebro humano es mejor que otro al nacer, en cualquier rincón del mundo. El cerebro es, sin
duda, la principal fuente de riqueza, la única energía realmente sostenible, renovable e inagotable.
España se ha permitido el lujo de tirar cerebros a la basura durante siglos, lo que equivale a un crimen
histórico contra la inteligencia, el mismo delito que se comete hoy cuando se recorta el presupuesto de
educación. Recuerdo a algunos compañeros de escuela en el pueblo, cuyo talento fue desperdiciado por
la pobreza y la incuria de la posguerra. Eran inteligentes, despiertos, ávidos por aprender. Pudieron haber
sido ingenieros, médicos, científicos. A varias generaciones de niños como aquellos con los que yo jugaba
en el recreo, la España negra solo les dejó las manos para trabajar. En pleno franquismo tres millones
tuvieron que irse de peones a Europa. Sucedió lo mismo cuando en plena fiebre del ladrillo España se vio
inundada por oleadas de inmigrantes. Nuestro territorio se hallaba situado en el lugar geográfico ideal: a
solo 11 kilómetros de África, con la ventaja del mismo idioma para los latinoamericanos y un sol de
invierno radiante contra el frío de los países del Este y encima en este caso tampoco se requería ninguna
preparación, ninguna ciencia, solo las manos para subir al andamio, servir copas, recoger fruta y limpiar
retretes. El desprecio de nuestro país por la inteligencia ha producido varias diásporas. En el siglo XV los
cristianos expulsaron a los judíos; la Inquisición llevó a la hoguera o metió en las mazmorras a quienes se
atrevían a investigar. Los sucesivos espadones del siglo XIX llenaron Francia e Inglaterra de liberales
españoles que huyeron para salvar el pellejo, entre ellos Goya y Blanco White, pero eso no fue nada si se
compara con el medio millón de republicanos que fueron brutalmente condenados al exilio al final de la
Guerra Civil junto con nuestros mejores intelectuales, escritores y científicos. Ahora llega la última
diáspora. La desidia y el desprecio por la inteligencia están produciendo una fuga de cerebros. Jóvenes
científicos, biólogos, ingenieros, tenazmente preparados aquí, cuya energía intelectual es la única fuerza
genuina para salir de la crisis, se van fuera a dar sus frutos. La maldición de siempre.
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2º BACHILLERATO: Comentario de Texto
[44]
Heroísmo
Manuel Vincent
El País, 1 de abril de 2012.
Los santos y héroes antiguos, además de realizar grandes sacrificios, tuvieron que soportar la
incomprensión, el desprecio o la burla de sus contemporáneos. Esos seres de bronce o escayola, hoy
encaramados en altares o en pedestales urbanos, en su época fueron tomados por locos, ingenuos o
estúpidos. Su genio consistía en llevar siempre la contraria. En medio de la molicie hacían restallar el
látigo de la disciplina; contra el placer de la carne auguraban el terror de las postrimerías; cuando todo el
mundo nadaba en la abundancia, se iban al desierto y ayunaban; en plena decadencia, navegaban mares
desconocidos, descubrían tierras y realizaban hazañas imposibles; si la gente despilfarraba los bienes
heredados, amenazaban con la llegada de una próxima miseria; en medio de la abundancia y de las
costumbres disolutas predicaban una austeridad de esparto. El pesimismo antropológico era su divisa. En
cambio hoy ser un héroe o santo laico consiste en todo lo contrario, en promulgar el optimismo y la
alegría de vivir como la única salvación personal. Esta solución obliga, como antaño, a ir a contradiós. En
medio de la depresión social, cuando todo parece venirse abajo, un héroe realmente actual debería
levantarse cada mañana dispuesto a anunciar por radio, prensa y televisión la suerte inmensa que
tenemos de estar vivos. Lejos de flagelarse en público como hacen ahora los políticos, los analistas, los
moralistas y los contertulios rompeguitarras, que esparcen a diario el desánimo como una peste
medieval, el nuevo heroísmo estriba en repetir una y otra vez la consigna de que mañana saldrá el sol y
habrá trabajo, remontará la economía, las tarjetas de crédito recobrarán la energía en los cajeros
automáticos y pronto volverá el lujo del brazo de la codicia. El optimismo es hoy, a la vez, una virtud
heroica y el último oxígeno. Como es lógico, quien propugne este ingenuo entusiasmo será tomado por
idiota. No importa. Cuando en el futuro levante la crisis y vuelvan las arcas a llenarse de esplendor, el
optimista de hoy, sin duda, habrá sido escarnecido e inmolado, pero siempre quedará alguien que le
llamará visionario, le levantarán un pedestal y pasará a los libros de historia como el economista que
estaba en el secreto de las pasiones humanas.
[DEPARTAMENTO DE LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA] IES PONCE DE LEÓN 2013/2014
2º BACHILLERATO: Comentario de Texto
[45]
La sombra
Manuel Vincent
El País, 9 de diciembre de 2012.
Una masiva y hasta ahora pacífica rebelión se está desarrollando ante nuestros ojos. Nadie conoce la
mano que en la sombra mueve los hilos y que a la hora de asaltar la calle pone de acuerdo a médicos,
jueces, funcionarios, profesores, estudiantes, pensionistas, discapacitados y gente anónima en el paro,
que se suma a las pancartas desde las aceras. Nadie acierta a descubrir dónde se encuentra el embrión de
esta cólera colectiva.
Una mujer, alto cargo de Sanidad, recién salida de la peluquería con el pelo cardado, collar de perlas y
blusa de seda, ha dicho que la crisis obliga al Gobierno a tratar con quimioterapia el cuerpo enfermo de
nuestra economía. La quimioterapia es un tratamiento de choque, que destruye bacterias, virus, hongos y
células cancerosas, con efectos secundarios muy dolorosos. La metáfora es de una crueldad extrema,
puesto que equipara a los individuos más débiles de la sociedad, parados y pensionistas, con las células
malignas que habría que eliminar para que vuelva el bienestar al país. Pero más allá de la crisis
económica, el foco de esta epidemia parece ser de otra índole. Está en todas y en ninguna parte, como
sucedió en el Mayo del 68, que no fue una revolución social, sino la llamarada estética de una rebeldía
juvenil, producto del cansancio de unas formas ya gastadas. La llamarada duró apenas un mes, lo
suficiente para que se derrumbara el Viejo Mundo.
El joven del Mayo del 68 se enfrentó al padre, al maestro, al político, al clérigo y les gritó a la cara: no
quiero ser como tú, rechazo tu cátedra, me repugnan tus leyes, no creo en tu Iglesia. Seré yo quien
fabrique a mis dioses, elija a mis profetas, cree mis propios mitos y los celebre con mis ritos. Aquella
rebelión inauguró una forma distinta de vivir, de amar, de crear, de morir. Tal vez el 15‐M es nuestro
Mayo del 68, el que fermenta las uvas de la ira española. Es un poder sin estructura ni jerarquía, una
energía volátil y consistente, invisible e inmanente como un flujo que todo lo impregna. Habrá que
imaginar que nada será igual después de esta crisis. Nada se tendrá en pie sin que esta rebeldía difusa de
los jóvenes cree una nueva moral, otra justicia, un nuevo estilo de vida.
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2º BACHILLERATO: Comentario de Texto
[46]
La verdad
Manuel Vincent
El País, 24 de junio de 2012.
Ciertamente, quien busca la verdad corre el riesgo de encontrarla. ¿Pero, adónde hay que ir a buscarla?
Sin duda el método socrático más moderno para llegar a ella es el TAC, la tomografía axial computarizada.
La verdad ya no es propiedad de ninguna filosofía, porque tantas doctrinas contrapuestas, al final,
conducen al escepticismo. Tampoco se halla en ninguna iglesia. Todas las creencias son, en el fondo, el
reflejo humano de la pelea entre dioses enemigos. Puede que la verdad anide en el alma intransferible de
cada uno, pero solo existe un camino para alcanzarla: se trata de hacerse un chequeo médico completo y
para eso hay que pedir hora en una clínica, no en un templo ni escuela. El riesgo de encontrar la verdad es
proporcional a la edad de quien la busca. A los jóvenes que llevan una vida sana, salvo casos raros, este
asunto no les va nada, pero a medida que uno envejece la verdad se esconde en algún lugar del cuerpo,
forma parte del alma y solo en contadas ocasiones asoma por el rostro. La forma de llegar al alma
empieza por un análisis de sangre. Aparecen los leucocitos, los hematíes, la glucosa, la urea, la creatinina,
el hierro, el ácido úrico, las enzimas, los triglicéridos, los marcadores tumorales. En este caso, si la verdad
no da la cara, uno respira tranquilo. Pero a continuación la verdad te exige más sacrificios: placas por si
aparecen sombras de sospecha en los pulmones, una colonoscopía para detectar pólipos en los intestinos,
un tubo que habrá tragarse buscando sus huellas en el estómago, una prueba de esfuerzo por si la verdad
fuera ese trombo que pudiera obstruir la aorta y después, ecografías, resonancias magnéticas, contrastes.
Cada uno de estos chequeos requiere previamente que firmes tu responsabilidaden el caso de que
mueras en el empeño. Finalmente, si uno se pone exigente, el médico te pedirá que ofrezcas tu cuerpo
entero a una máquina infernal cuyo diabólico rodillo irá dividiendo en rodajas todo lo que la existencia ha
ido dejando en cada una de tus mucosas más secretas hasta el tamaño de una lenteja. Si al final de este
proceso no has encontrado la verdad, entra en el primer bar, tómate un par de cervezas y luego, como
King Kong, súbete al Empire State con tu novia en brazos.
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2º BACHILLERATO: Comentario de Texto
[47]
Panteísmo
Manuel Vincent
El País, 7 de octubre de 2012.
Así habla el Dios de Spinoza: deja de rezar y disfruta de la vida, trabaja, canta, diviértete con todo lo que
he hecho para ti. Mi casa no son esos templos lúgubres, oscuros y fríos que tú mismo construiste y que
dices que son mi morada. Mi casa son los montes, los ríos, los lagos, las playas. Ahí es donde vivo. Deja de
culparme de tu vida miserable. Yo nunca dije que eras pecador y que tu sexualidad fuera algo malo. El
sexo es un regalo que te he dado para que puedas expresar tu amor, tu éxtasis, tu alegría. No me culpes
de lo que te han hecho creer. No leas libros religiosos. Léeme en un amanecer, en el paisaje, en la mirada
de tus amigos, en los ojos de un niño. Deja de tenerme miedo. Deja de pedirme perdón. Yo te llené de
pasiones, de placeres, de sentimientos, de libre albedrío. ¿Cómo puedo castigarte si soy yo el que te hice?
Olvídate de los mandamientos que son artimañas para manipularte. No te puedo decir si hay otra vida.
Vive como si no la hubiera, como si esta fuera la única oportunidad de amar, de existir. Deja de creer en
mí. Quiero que me sientas cuando besas a tu amada, acaricias a tu perro o te bañas en el mar. Deja de
alabarme. No soy tan ególatra. Así habla el Dios imaginario de Baruch Spinoza, filósofo panteísta del siglo
XVII, judío sefardí, fundador de una escuela mística, de la que se han nutrido jipis, gurús, vendedores de
semillas de calabaza y otros profetas de la moderna espiritualidad. Si existiera un Dios tan esteta y se
hiciera visible, se le podría exigir que explicara el dolor de tantos inocentes, los millones de niños que
mueren de hambre, la violenta depravación de muchos hombres con las mujeres, el instinto de matar que
ha inscrito en las entrañas del ser humano. El Dios de Spinoza fluye sobre los verdes valles, sobrevuela las
cumbres de nieve, se confunde con los ríos incontaminados, con los delfines azules, con las risas de los
niños. Pero el mal no se corresponde con esa belleza. Ese Dios nos dice: dejad de pedirme cosas. ¿Me vais
a decir a mí cómo hacer mi trabajo? Yo soy puro amor. Entonces, tendrá que explicarnos por qué allá
donde vuelves el rostro no encuentras en este perro mundo más que maldad, guerras, basura moral,
lágrimas y sangre de inocentes, que también forman ríos y mares.
[DEPARTAMENTO DE LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA] IES PONCE DE LEÓN 2013/2014
2º BACHILLERATO: Comentario de Texto
[48]
Secuestro
Manuel Vincent
El País, 9 de septiembre de 2012.
En el periodismo español las mejores palabras, las más limpias, están secuestradas por la política. Es una
maldición. Antes, el periodista que sintiera cierto amor por el oficio podía escribir el pormenor de un
crimen o de un viaje, el análisis de un acometimiento internacional, una crónica parlamentaria al estilo del
fino Azorín o del cáustico Josep Pla o relatar la minuciosa sangre que sigue a un bombardeo y las palabras
discurrían libres, limpias, incontaminadas. Otras veces las palabras se detenían en torno a un pequeño
suceso de la vida cotidiana, reflejo de una pasión que servía de ejemplo moral. Hoy la mayor parte del
periodismo español está cautiva de la baja política, que fluye como un río contaminado y cuya corriente
genera unos remolinos que se tragan las palabras más puras hasta el fondo del légamo. Díganme si no es
una desgracia tener que escribir inevitablemente, un día tras otro, de un gobierno inútil, de una oposición
inoperante, de un reiterado caso de corrupción, de una crisis económica que no cesa, de la prima de
riesgo, del jodido rescate, de ese tornado de miles de millones de euros que todo el mundo espera y que,
tal vez, ni siquiera existe. Díganme si no es una tortura verse condenado a ensalivar las tertulias
comentando la idiotez que ha soltado un político inane recién salido de una reunión en Bruselas, reiterar
el lugar común de la Europa invertebrada, de una Alemania que se comporta con los países del sur como
un gorila en la cama. Es exactamente lo que estoy haciendo ahora mismo, escribir palabras inútiles,
consabidas, previsibles, mil veces repetidas, con la certeza que no van a servir de nada. Díganme si no es
un aciago destino el del periodista que, después de haber estudiado una carrera, se ve obligado a vincular
para siempre su talento literario o su pensamiento elaborado, con verbos y predicados muy escogidos, a
la trayectoria de políticos mediocres, que se irán por el sumidero y en breve pasarán al absoluto
anonimato. He aquí el dilema. Si escribes de la política diaria las palabras más bellas que uses se llenarán
de basura; si tratas de huir de esa miseria y te subes al puente sobre ese río contaminado algunos te
insultarán con desprecio llamándote poeta.
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2º BACHILLERATO: Comentario de Texto
[49]
Sortilegio
Manuel Vincent
El País, 26 de septiembre de 2010.
En el interior de un cuarto oscuro permanece el retrato de Dorian Gray. Mediante el pacto que el pintor
ha hecho con las leyes secretas de la belleza se produce un sortilegio. El propio Dorian Gray de carne y
hueso, que le ha servido de modelo, permanecerá siempre joven a la luz del día y toda la ruina física que
regala el paso del tiempo la asumirá el retrato y en él se reflejarán los vicios, caídas y deseos frustrados de
la vida. En el cuarto oscuro la figura representada se irá degradando. Sus ojos se inundarán de linfa
amarilla, la piel tomará un color de tierra, la cabeza lentamente se cubrirá de ceniza, aparecerán manchas
ocres en el dorso de las manos y bajo las sedas ajadas de la camisa y de los pantalones de terciopelo ya
raídos se le caerán flácidas las carnes, mientras el joven Dorian Gray con el atractivo inalterable en el
rostro, la mirada brillante, la tensión en los músculos, seguirá seduciendo, bebiendo y bailando en fiestas
interminables. Este relato de Oscar Wilde es solo literatura. En la vida corriente de cada uno el sortilegio
de Dorian Gray se produce al revés. El cuarto oscuro es nuestro pasado y en él permanecen intactos el
niño, el joven, el adulto, el ser fuerte y tal vez indomable que fuimos un día. Mientras a pleno sol nuestro
cuerpo con los años se va destruyendo, esos seres maravillosos que nos habitaron sucesivamente, si uno
no los ha asesinado, siguen vivos en el espacio oscuro de nuestra memoria. Conservan la primera
inocencia, la turbulenta pubertad, los deseos juveniles de cambiar el mundo, la limpia ideología de
comprometerse por los demás, el derecho a equivocarse, la firmeza del cuerpo y el mismo espíritu de
libertad. Si no hubiera espejos nadie conocería su propio rostro. Solo envejeceríamos en la mirada de los
otros. Ese sería un juicio inapelable. Pero esos seres vivos del pasado tan puros que llevamos dentro son
también un espejo velado y la verdadera destrucción espiritual se produce cuando uno no reconoce la
propia imagen al reflejarse en ellos. En este caso Dorian Gray ya viejo con todos esos seres muertos a
cuestas irá en un descapotable rojo a una fiesta. Con una copa en la mano, lleno de melancolía, verá
bailar en el jardín a las muchachas cubiertas de flores y esa será su condena.
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2º BACHILLERATO: Comentario de Texto
[50]
Telaraña
Manuel Vincent
El País, 13 de enero de 2013.
He aquí la versión actual del hombre nuevo, aquel que, de una u otra forma, ha sido siempre el sueño de
todas las revoluciones. Se trata de un ser que, adonde quiera que vaya, nunca tiene cobertura y por tanto
permanece incontaminado, a salvo de cualquier basura mediática. Después de un esfuerzo heroico ha
logrado eludir el humillante destino de llegar a este mundo con la única misión de ser un hombre‐antena,
un repetidor humano solo apto para recibir y trasmitir llamadas, mensajes, correos electrónicos. Este
hombre nuevo se niega de raíz a contribuir a la contaminación del espacio con una cháchara idiota, como
un insecto más en la telaraña. Las personas privilegiadas, como esta, son todavía escasas, ya que en ellas
se realiza el mito platónico de la invisibilidad, un don de los dioses. Ya no hay playas desiertas ni existen
parajes preservados. Todo el planeta ha sido conquistado y sometido a la red social. Es inútil buscar un
lugar inaccesible donde refugiarse. La jodida telaraña lo envuelve todo, desde la gélida estratosfera hasta
el íntimo sudor del petate y a través de la almohada penetra en el subconsciente desguarnecido de los
humanos. Pero el individuo sin cobertura no tiene necesidad de huir, puesto que él es su propio refugio.
El mito del hombre invisible, ese sortilegio que llenaba la imaginación de nuestra niñez, que te confería el
poder de atravesar las paredes, de estar a la vez en todas y en ninguna parte, equivale a esa invisibilidad
platónica que ostenta hoy el hombre sin cobertura. Se acerca el día en que lo más snob será que digan de
ti: no ha llegado todavía, ya se ha marchado, no se le espera, no lo llames, nunca contesta, está y no está,
no existe, esa es su naturaleza. ¿Qué ha hecho este individuo preclaro para merecer el privilegio de estar
envuelto en una atmósfera intangible y ser absolutamente real?. Su móvil vibraba cada minuto
reclamando más papilla. Ese aparato se había convertido en un testigo de sus miserias, en un delator al
servicio de sus enemigos. De pronto un día se sintió perseguido y acorralado en la red por una multitud de
seguidores y amigos que trataban de devorarlo. Cortó por lo sano, arrojó el móvil a un pozo y comenzó a
vivir por dentro como un hombre nuevo, no como un insecto capturado.
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2º BACHILLERATO: Comentario de Texto
[51]
Todo azul
Manuel Vincent
El País, 18 de noviembre de 2001.
En una celda del corredor de la muerte de un penal de Texas un preso escribió en la pared: 'aquí estuvo
Walter B. Harriott la noche antes de que lo achicharraran en la silla eléctrica.' En las letrinas de una
perdida estación de un ferrocarril de Castilla, entre dibujos obscenos, alguno de ellos trazado a dedo con
excrementos, había un número de teléfono seguido de esta súplica: 'me siento muy solo, no importa si
eres un asesino, por favor, llámame'. En las mazmorras del fuerte de Cartagena de Indias donde duermen
cabeza abajo racimos de murciélagos hibernados, todavía pueden leerse a la luz de una vela las
blasfemias que dejaron escritas los soldados españoles en un castellano del siglo de oro. Frente a esta alta
literatura de túnel cerrado, te consolará contemplar en una columna del templo de Poseidón colgado en
un cabo sobre el mar Egeo esta inscripción rayada en el mármol: ' por aquí pasó lord Byron, poeta'. Y uno
puede purificarse imaginando que aquel día el mar estaría muy azul. Se escribe siempre para ahuyentar
los terrores de la soledad y de la muerte, y también para dar testimonio, en medio de la crueldad, de la
memoria de los días felices. Cuenta Jenofonte que el ejército griego volvía abatido después de una
derrota y al ganar la cumbre de un monte, los guerreros vencidos arrojaron las lanzas y abrazándose
comenzaron a gritar: ¡el mar! ¡el mar! De pronto habían descubierto que ya estaban en casa. En el
corredor de la muerte, en cualquier letrina, en todas las mazmorras siempre hay una luz azul. Si el
condenado de Texas hubiera continuado escribiendo pudo haber contado que una vez de niño sus padres
lo llevaron al muelle de madera de Atlantic City y lo último que sintió en el instante de recibir en su seno
una descarga de 10.000 voltios fue el sonido de aquellas gaviotas confundido ya con la muerte. Si el
usuario de las letrinas del ferrocarril se hubiera parado a pensar un poco más tal vez habría recordado la
mirada cálida de aquella joven pasajera que en otro de sus viajes le abrió un espacio de esperanza que no
supo aprovechar. En las mazmorras de Cartagena de Indias había unas aspilleras altas por donde salían los
murciélagos a la caída del sol para volar sobre la bahía y regresaban muy cerrada la noche convertidos en
brazas doradas por el crepúsculo para iluminar a los prisioneros. Lord Byron también escribió: 'para mí tu
dulce voz como música en el agua'. Y, no obstante, me encuentro aquí deprimido tomando una cerveza.
[DEPARTAMENTO DE LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA] IES PONCE DE LEÓN 2013/2014
2º BACHILLERATO: Comentario de Texto
[52]
Una solución
Manuel Vincent
El País, 2 de diciembre de 2012.
Un día en el café Gijón sorprendí a un poeta maldito, absorto en sus pensamientos. Le pregunté si la
gravedad de su rostro obedecía a que estaba elaborando algún verso insigne. “Así es”, me contestó. “En
este momento me debato en la duda de pegarme un tiro en la boca o tomarme un helado de fresa”. En el
monasterio de Kopan, en el valle de Katmandú, me dijo un Maestro Venerable: si quieres saber hasta qué
punto eres feliz y no lo sabes, cómprate una libreta y apunta en ella cada noche cinco pequeños hechos
agradables que te hayan sucedido durante el día. Anota solo las sensaciones placenteras insignificantes,
las alegrías ínfimas, no los sueños desmesurados. Esta mañana me ha despertado el sol en la ventana y he
comprobado que esta vez no me dolía la espalda. El perro me ha saludado con el rabo. El dueño del bar,
donde suelo desayunar hojeando el periódico, hoy se ha negado a cobrarme la ración de churros. He leído
la crónica deportiva: ayer ganó mi equipo. El autobús ha llegado puntual y en la parada me han
conmovido las palabras de amor que una madre le dirigía a su niña que se iba al colegio. Le he preguntado
al médico por los análisis y me ha dicho que todo está bien. Al llegar a casa después del trabajo me
arrellano en el sillón para ver una película en la tele mientras me tomo un gin‐tonic.El Maestro Venerable
aseguró que después de un tiempo en esa libreta se habrá formado un tejido básico de actos felices, de
sutiles placeres efímeros, muy consistente, que sin darnos cuenta sustenta firmemente toda nuestra vida
y de paso resuelve la duda del poeta. De momento bastará con un helado para evitar que se pegue un
tiro. Puede que esto no sea más que esa charlatanería que se expande mientras arden las consabidas
barritas de almizcle e incienso y que solo sirve para olvidar la terrible crueldad e injusticia que nos rodea.
Pero el Maestro Venerable, en medio de aquel aire transparente que bajaba del Himalaya, dijo que todas
las flechas aciagas que la vida nos lanza casi ninguna da en el blanco. Caen a nuestro alrededor y somos
nosotros los que las arrancamos del suelo y nos las clavamos en el corazón, en la mente o en el sexo. Tal
vez esta enseñanza podría servir al poeta para enhebrar uno de sus versos más excelsos: sale el sol, estoy
vivo.