Post on 05-Dec-2015
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a l p u l s o d e l a l e t r a
al pulso de la letra
Taller de escritura poética emergenteVV.AA1ª edición - Santiago, 2015137 pgs.; 18 cm x 11 cm Proyectó la edición: Lucas CostaSelección y edición: Lucas Costa y Cristian FoersterDiseño portada: Catalina Montes© Al pulso de la letratalleralpulsodelaletra@gmail.com
al pulso de la letra taller de escritura poética emergente
pescaderapablo apablaza azócar
8
señales luminosas
Ya no hay instrucciones.
Neblina satura la luz.
Se rebalsan figuras en la nave.
Gaviotas se rompen las patas.
Plumas hinchadas en la superficie del mar.
Entran gotas en línea de flotación.
El casco cenital muestra bocas.
Sin darme cuenta se grita
pero nadie mira la abolladura del estribor.
Carteles en la superficie.
Bolsas contaminan gargantas de peces.
El amanecer encendido aunque no ilumine.
Huesos astillados al paisaje.
Gusanos bajo el vidrio trasero.
Ojos con ronchas, saltones.
Puntos blancos atesoran
imágenes en movimiento.
Una bandada de tordos
se desliza en el muelle.
El lente como un cuerpo sediento.
9
extracción de retina
Nací a la hora del gallo y temo morir
picoteado por gaviotas.
Milagro si el agua no tira
y da vuelta la baranda de metal.
Envejezco desde los guantes
hasta las botas sin cubrir estas escamas.
Las nubes son la bruma que resguardo
para bailar frente a mi madre: el ridículo fuerza
cada ojo que sopla la herida.
Nada es preciso al avistar la playa.
No son gaviotas las que van a morir.
10
obsolescencia de la maquinaria
No parece otra cosa
el desierto con tonos rojizos
los pastizales verdes
el dolor de la sal por cada pizca:
es la cara de Cristo
pisando un panal
persignándose
al frente de la duna
que nos separa de la costa.
11
el mar es más pequeño que el cardumen
La arena hundida
bajo el olor del tendido eléctrico.
Sensaciones como
las del piure:
la embarcación
no sostiene vidas
en la punta del mástil.
12
a las seis en la pescadera
En el adolorido color de la sopa
brilla el velo de sus ojos:
el cuchillo, el plástico y la caña
convertidos en aspirina de niño.
Un milígramo no sirve
menos esconderse en los techos.
La nariz como callo en las patas
alumbra el hielo y el voltaje
de ampolletas coloradas
que calcinan redes de caza.
13
mejillones
No sé quién atravesó el puerto
ni quién armó su casa en un bote.
No sabría hablar de las valvas
ni del tiempo
cuando la arena de mis pies se desprende en escamas.
Los peñascos se resuelven a saltos, dicen
al hablarme del puerto
mientras las voces
se desplazan fuera de la casa. Nada refleja
los vidrios quebrados de la ventana
ni nada se entiende mejor que el brillo de la espuma
contorneada por los chapuzones de los niños.
No sé
quién atravesó el puerto descalzo
con las uñas a medio salir
y bebiendo de una teta.
Pude ser yo mismo, pero amanecí
bajo el faro sin reconocer al sol.
14
cuadro de honor
Me veo con los ojos fijos
bajo un aviso publicitario.
Quedé inscrito para limpiarme
la cara derrotada, las verrugas
los lunares
resarcirme de mi prontuario
y cortarme el semblante de revista.
La condición de tránsfuga
es hoy una muestra
de mis huellas dactilares
nada que ver con crímenes
ni imágenes perdidas
sino con reflejos en el agua
instantáneas que fuerzan la cenital
y no relucen la tranquilidad de una foto.
15
virgen costera
Sin premura, recorro tu vientre
me asomo a los pechos
mientras tu mano caliente me toca.
Apenas me besas, me trago el estuco.
Tu cara blanca se fragmenta y
busco a tientas cerrar los párpados
hasta que desapareces de la playa.
materia reunida
Al salir del bote
mover la mano y pillarlo
con la botella en la boca. Viene un hombre
que espanta a los chicos. La punta gris
del anaquel, cicatrices en la mano.
En puntillas se soban las narices para no hablar.
La entrada a las siete. La bruma desaparece a los perros.
A regañadientes juntan dos cordeles
que pinchan los dedos. Se trabaja a ahorcadas.
La pesca no se involucra con desapariciones:
respirar la foto
sonrientes.
16
playa tomada
Las aletas de los peces juntan aletas de otros peces
sacan lombrices respiradas a sí mismas
carne atravesada
no por sus huesos
sino por carne de paloma en venta
que arrastró mi lengua a la costa.
La barca pisa cormoranes
se quedan quietos, no se acercan a cubierta
excepto a redes sujetas a trapos
toallas, veraneos
recorridos de fantasmas: humo
y sábanas
delineadas por un solo pez.
17
crusis cristóbal cartes
20
montoncito
Poeta es alguien que tropieza.
De esa manera muere a cada instante.
A pesar del sueño no puede dormir.
Sobre él se acumulan cadáveres de pájaros
Ícaro, Altazor o Lucifer.
Sobre él se astro el mundo
y se desastro. Yo me arrastro
o eso intento
fuera del montón
pero mis piernas quedan atrapadas bajo el peso
entonces rendido
recostado sobre mi espalda
veo pasar por el cielo
un Copa, un LAN o un American Airlines.
21
descensión
Golpe seco sobre el techo.
Árabes pedazos de mujer
desparramados por las tejas
ese olor a edén junto a mi fosa
me informa que fue empujada
del cielo en cuerpo, en alma.
Recojo el destrozo celestial
en una bolsa Jumbo
manguereo el tejado
mojo el golpe.
coordenada equis
Un espacio cerrado con dos ventanas paralelas
no puede más que rebosar hacia ambos lados
sus vectores
y así: eco
luz trizada
multiplicarse horizontal
desde su centro.
Por las ventanas: pieza
tras pieza
vacía
encendidos cubos
tras cubos
silentes
shhh
Desde esta pieza oigo
en la treinta y cuatro
|siendo yo el de la cero|
una tele encendida
los pasos de mi padre
y en la más alejada
de todas
paseándose
a Dios.
22
23
coordenada i griega
Parada sobre mi cabeza
mi hermana canta
mi mamá encima
de la suya toma
té. Yo me encuentro
encaramado
a una balanza
que intenta equilibrar
calidad con cantidad.
Hacia abajo
zurcida
la humanidad se agota
en una línea de cadáveres
atravesados por una aguja
y desde mucho más arriba
el ruido
de un portazo divino
nos desestabiliza
pero no caemos.
24
cinco mil cien
Introduje mi mano en la moneda
entré en el metal
la tomé del trarilonco
y saqué de allí
a la mujer mapuche.
Luego metí mi mano en el billete
entré en el papel plástico
la tomé del pelo
y saqué a la Mistral.
Las puse junto a una botella de pisco
un cuaderno de la misma marca
el mismo billete
y la misma moneda
ahora sin rostros
en una fila
y me pregunté
si seguían
valiendo
lo mismo.
25
disciplina
El cristianismo
es lo mismo
que el cartesianismo
pensé y el cielo
se inclinó
declinó mi vértice en vórtice
en tórax
y torcido
mi esqueleto
hasta el último cúspide de piel
crecieron los hoyos
negros de mi cuerpo
hasta colmar el espacio
volver al año 0.
26
cruce
Cruz
arte
de lado a lado
como una recta
que intersecta
recto
otra. Comprar
un foco
encenderlo
apuntando hacia mí
sentarme.
Ponte entre mí y el foco
ahora báilame
a la luz de tu silueta
como un eclipse
digo entonces
tirita un asco rico,
el ligamento frágil de mi vigor
se desestabiliza el nervio:
la destreza de tu solipsismo
y existimos ambos,
pico.
cúmulo
Acumula mis plumas en un saco
he inyéctalas dentro de tu tórax
así verás que ser feliz es tan difícil
como aves nadando bajo el agua
o ríos cansados de sonar.
Vuélveme costra de tu cardumen
hazme comer sangre de tu pelo
así verás que el dolor es más fácil
que todo lo demás
y que para todo lo demás
existe MasterCard.
27
28
sahumerio
Me dieron ganas de mear
fui al baño.
Allí
sujetando mi pene
me sorprendí
al ver
que en vez de pipí
salía un humo
rosado
amarillo
pasado
a perfume
de membrillo.
Así supe que te amaba.
29
culmen
Envolventes
disolutas
gruñen las pléyades
destilan facundas
las soflamas abonas
exudan gárrulas
los sudores linguales
justo ahí
donde crecen los bártulos
germinan los músculos
ligan segmentos
segmentan cavernas
venas culminan
rasgan los puntos
vente
ay
disolvente
envolvente
involuto
palatal.
cipselajoyce morales duarte
32
itinerario
Caminas con la sola certeza del paso
saturado de incesantes llamados a la cordura.
Vuelves al sitio desde donde siempre partes
a veces escribes, otras tantas duermes.
Insomne, pretendes captar en el papel
las sensaciones compuestas por el paso del tiempo
tu fragilidad
Tras sumirte en tales reflexiones
observas una multiplicidad de individuos
sometidos a la temporalidad
cristalizada
en las condiciones
de tu pulso y el mío.
33
dintel
La casa muere
pero siguen respetando
el rito de pasar por donde está permitido.
Parecen querer
perpetuar
el anuncio.
34
senderos
Puede que las pisadas
de las hojas
develen el estado de concentración
de ciertos árboles
al momento de desnudarse.
35
patrones
Hay pieles de animales
que se vuelven flora
cuando piensas en los cerezos
y los tapices de los parques.
pliegues
Observándonos con distancia milimétrica:
un movimiento que inscribe la figura de un óvalo
-como las órbitas-
giros de vals
o las pruebas de bolígrafos de tinta intermitente
al reverso.
Todo pasa y las curvas
los arcos lumbares
cervicales
sacros
dejan huellas
en las sábanas
de más de cien hilos
que resisten al flujo continuo
como las ondas telúricas.
Ondulamos
no buscamos la sombra
-no hace falta-
tenemos suficientes marcas
en la nuca
las manos
el contorno de los ojos
que delatan paseos a medio día
buscando tordos, mirlos
o cualquier otro pájaro
como nosotros.36
Los cuentas
trazas formas
como cuando unías los puntos
para descubrir figuras prediseñadas.
No sé cuál será el patrón
quizá las marcas
indicios de las zonas
que no cubrí suficientemente
Podemos ser la cinta de Moebio
o la precisión del mercurio
en oposición a la gravedad
inmortalizarnos
al dejarnos
caer.
37
38
izar
Si hay persianas
recuerdas la franja semitransparente
y flexible
por la que deslizaste las yemas
distinguías la consistencia de los materiales
juzgabas la tersura
la tonalidad de la luz en
las marcas
superpuestas, ranuras
membranas que te permitieron
traslucir el contenido.
Si hay cortinas
rememoras la dirección con que las ataste
para que no se introdujeran en tus ojos
impidiendo captar cuadros limpios
negativos
para revelar
cuando estés solo
y quieras volver
a sentir
como se cuela la sombra en las pestañas.
Quizá no querías saber tanto.
39
cartografía
En el tacto
intento trazar
un modo
de recorrer
sin dejar signos
que delaten
los intentos fallidos:
las pruebas
en páginas fútiles
Si piensas en los relicarios
suspendidos
esos aparatos que contienen fotos
que cuelgan del pecho
seccionando el tórax, equidistantes
superpuestos al esternón
perpendiculares a las clavículas
un relicario abierto
puede ser la radiografía de tus pulmones
exhibidos a contra luz
o una develación del corazón
una mancha de Rorschach
un durazno maduro.
Los filamentos metálicos
articulan las piezas del relicario, el esternón:
un meridiano
que indica
el punto
a colonizar.
40
negativo
No hizo falta esperar que el tiempo lo dijera
pagamos por adelantado
funciones de payasos y otros seres
que interrumpieron nuestras postales:
siempre que nos fotografiaron
no miramos al frente
No era prudente, te lo dije.
Y de saber no sabes más que anunciado.
Ahora el viento y las hojas, un flujo
todo pasa. La seriedad de las flores
los animales del bestiario:
tordos, gatos y chincoles
que se levantan
sin mediar aviso.
No era prudente, te lo dije.
41
para hablar de los naufragios
No es tan inútil esta mueca de náufrago
pese a que quizá nadie puede así calificarla.
Habría que naufragar primero, dirán los ortodoxos.
Si acaso los gestos son comprensibles unívocamente
habría que erradicarlos por completo del poema
con tal de resguardar la autonomía del lector
su visión del asunto
y las preguntas y respuestas a generar
frente a la fragua que comienza a elevarse o decaer.
Podemos enunciar esta escena:
describir minuciosamente los pliegues de los dedos
al sentir la humedad prolongada
o un corte en alguna parte de la primera falange
(que siempre es más doloroso,
quizá por la distancia con la palma y
sus líneas trazadas a destiempo)
La cuestión es cuán implicados estamos:
cómo hemos de hacer
para operar
sin ser descubiertos.
42
[Ella se había sentado en la cama, dispuesta a insultar]
La silueta de un Gomero
recortada contra el horizonte
define su condición de árbol.
Hogar de pájaros:
su trayectoria vital
afilada en corteza.
Tocar una hoja
permite distinguir
diferencias de texturas:
combate de derecho y revés
clorofila y terciopelo.
El roce de las palabras
sale de la boca:
pisas hojas descalza,
sincronizas los latidos
con la luz,
los quiebres
las tonalidades
desmadejándose en el suelo.
Observas como
se descompone
tu sombra:
deseas
construir una casa
donde descansar.
camastrodiego calabrano
reencarna metal
atamos
sopa de placenta
caliente
almidón
de muladar
los artificios
rebotan
orilla de córnea
la longitud
de su cuero
son cesáreas
buscando
escarlata
de peces
excreta
garganta leve
que se azota
contra el marco
46
abrir los párpados
entre síntomas:
tono yugular
la apatía
del mármol
adorar
tornillos
hasta perder
objetan su semen
jalan
vapor viejo
se condensa
47
48
tal vez perdonan
los sexos
en tarro bucal
ácaros caldean
el cemento
lees
los diarios:
“cáncer
de los anillos
en saturno”
arqueo
en éxtasis
se corona
de moscas
y vellón
49
los ha alcanzado
tropiezan
con un hombre
venoso
que cuelga
de sus dientes
un triángulo
rompe
el labio
arriba
padecer viento
recoge
geometría del agua
50
sal
villa
con vidrio difuso
recorre
sibilancia medular
codiciamos
la grasa senil
sobando
sillones
estornudar
y sentir vergüenza
vuelo de tontos
(esto último
debe ir
en mayúscula)
la rabia
51
va doblando la calle
levitamos con drogas
piloteamos polillas
sobre luces
nada
los pies escapan
del asfalto
en las líneas
de pintura
lo oxidado
carteles
mirar
los botones
52
quizás
coserlos
patrones
del piso
caras que forman
o algún animal
herramientas
con cemento
esperan día
abren
tuerce
53
una capa
basura en cerrojo
reventándose
la cara
sin cabezael vestido es otro cuerporodrigo rodríguez merino
56
A altas horas de la madrugada, un sujeto no identi-
ficado atacó al desnudo que bajaba la escalera, por fragmentos
de tiempo que no han sido determinados. Los médicos forenses
hablan de una precisa disección debido al uso de bisturí y la
calidad de las incisiones con que se arrancó el movimiento al
desnudo. Si bien se ha dicho que este bajaba la escalera, hay
razones para pensar que en realidad iba subiendo de espalda.
Hecho que complica radicalmente la resolución del caso. El des-
nudo terminó arrastrándose, manteniendo una posición fetal al
momento de su deceso.
Las capas arrancadas dejaron una extraña pregunta al
descubierto ¿cómo vestirás tu cuerpo de mañana? la cual estaba
escrita en braille y solo fue descubierta cuando el perito ciego
levantó al desnudo. Esto ha generado tantas hipótesis como in-
terrogantes, dejando el caso como un misterio aún no resuelto.
Actualmente, la pregunta se exhibe en el salón de la
Familia junto a una réplica de la escena en miniatura. Por otro
lado, no ha habido consenso en si cubrir al desnudo ni con qué
hacerlo, el cual permanece estático en la escalera apoyado en 5
muletas de palo.
(Fragmento, Gradación de lo Erótico, M.S)
57
Un cerro de órganos
al escrutinio del público
más exigente
Expuesto en los principales museos y bienales del mundo,
como el Grand Palais de París y la Bienal de Venecia.
Cuenta con entrañas de las colecciones del MOMA Nueva
York, Tate Museum de Londres, y el Centre Georges Pompi-
dou de París, además la Familia ha colaborado con el ojo iz-
quierdo de la madre, lo que se considera la guinda de la torta.
Donde se lanzan los órganos / se juntan buitres
58
Repta
hasta el Álbum Familiar
de los mutilados
a contraluz
los negativos
no revelan muecas
inventa colores
en el matiz
del negro
Madame X – 1981
la fascinación
estremece
su lengua
con bufidos
no controla
la res
piración
que cor
ta casi
ahoga
Desde su cintura
caen pliegues
la gran sábana blanca
cubre muslos
59
hacia abajo
talones
pareciera en un pedestal
por el largo de sus piernas
se derraman
ondas que no esconden
el miembro casi se le escapa
torrente de saliva
el vello se mezcla con el fondo
desnuda
la tersa piel del vientre
hasta los senos
labios se deslizan
por los hombros
sus clavículas al vacío
apuntan
y ya no hay dónde
sostener la lengua
el cuello firme
da paso al rostro
más bello
que pudiera imaginar.
60
X.- La colección no tiene fin. Mezcla texturas, tamaños, colores. Una vez al año aumenta siguiendo la antigua sucesión. Su unión crea el instrumento musical que tanto impresiona.
H.- Al igual que la distribución de las hojas en un tallo, las tetas de la Familia, la floración de una alcachofa, o un cáncer cual-quiera.
V.- Quizás todo se relacione con el árbol genealógico del hijo, el cual no tiene padre pero sí una madre, dos abuelos que son los padres de la madre, tres bisabuelos, ya que el padre de la madre no tiene padre, cinco tatarabuelos, ocho trastatarabuelos y así sucesivamente.
M.- Dicen que es la belleza, consciente o inconsciente, la que les impulsa.
C.- ¿Cuándo comenzó esto que ahora acabará con mi asesinato?
D.- Fríos, húmedos y silenciosos, arrastrándose con su baba pegajosa, solo basta tocarlos para que se enrosquen y se escon-dan. Así también los ciegos.
Y.- Cierra / una sección añade / la nueva cámara al crecer, siendo / más grande que la anterior por un factor / constante forma la espiral de ocres / variados que tanto se aprecia / desde tiempos que nadie.
P.- En algún momento, alguien notó su capacidad de producir óvulos y espermatozoides, característica que puede ser el origen de la fascinación por estos seres.
K.- Una vez por año comienza la recolección en el patio de la Familia. Destensar los músculos es imprescindible durante el proceso.
61
Q.- Primero introduce un clavo y luego la sal, tantas veces como sea necesario. Se debe desprender sin rasgar. Utiliza la versión en miniatura de las herramientas egipcias para ex-traer el cerebro.
U.- Su resistencia puede durar desde horas hasta días, todo depende de la capacidad de anular la emoción.
G.- Este sistema, para obtener el objeto de colección, es nece-sario. De forma natural quedaría gris y frágil, agujereado, como una uña criadera de hongos.
F.- Habiendo arrancado la masa visceral tírala al w.c. Luego une el elemento a la serie.
A.- Si soplas y pasas los dedos sobre el artefacto, el aire gi-rará por la espiral creando una resonancia. Sonidos que bien pudieran ser palabras.
62
Entre sábanas
el cisne
sobre la Venus
de Willendorf
Enjoyada en plástico
una reina persa
contorsiona
su cadera desorbitante
La extremidad embutida
acaba en un muñón
goce que introduce
por el Danubio o el Mapocho
La persiana
crea un claroscuro
malla que corta el jamón
sobre la cama
A media noche
un crudo budín de glándulas
mantiene su pezón
erecto.
63
Último modelola máquina de la limpieza
con mayor versatilidad en el mercado
Su cuerpo insensible al tactoreforzado por una columna de titanio
otorga una anatomía innovadoradotada de un grupo aspirante de fusión aluminio de tipo soplante a canal lateralque al no poseer sistema de transmisión
reduce el desgaste y la manutención
El sistema de aspiración frontaly posterior permite desarrollaruna caída de presión muy alta
Se han cortado las cuerdas y suavizadolos tejidos en el conducto de aire
otorgándole el silencio de una cucaracha
Lava platos, Lava manospisos, vidrios, niños
multiuso solo
rellene de agua una vez al día
El color a gusto del cliente
La inteligenciaartificial
No olvide quitar los dientes
para que pueda chupar.
64
En la textura de la costra
importa la fisura
donde se abre
carne viva
65
[Mi quiltro viejo
quítame la tiña a mordiscos
que mi piel parece un mapa
de rosadas islas
entre océanos negros
solo tú me quedas
luego de lamer
tanto epitafio
me chuparon el pelo
porque di leche como loca
hasta 12 bebieron
al mismo tiempo
luego limpié / con mi pubis / sus rostros
ahora
sobre el velador
acaricio moscas en mi cuero cabelludo
Acércate
toma esta larva gruesa
Dime qué ves
cuando levanto mi piel
como una cortina]
66
Audiovisual:
Escuchar
el interior
observar
desde el punto de vista
privilegiado
de una cámara
en miniatura
situada en la punta
del aparato
mientras penetra.
(ZZK: 12)
Presiona y experimenta
el hedor en pequeñas dosis
destempla
los sentidos
¿Cómo adentrarnos en la Familia?
67
[Aunque el óvalo en la arena
no recuerde la huella
de mi camino hacia el mar
Y la sal corroa
este esqueleto
de triciclo roto
Me tiraré de cabeza
para al fin dejar
de sentir la gravedad]
dromedaria (fragmento)sergio guerra
70
al calor de incendios forestales
se bronceó la joroba
jalan
anzuelos
el cerdo teje su borda
me lanzó de cabeza;
a sombras de cosechas secas
brazadas machetes la móika corbatas
de botella en botella
sucumben ferrocarriles
golosinas de dolor
anexadas sus ropas a la inundación de la tierra virgen
dejan sudor y sangre
refluyen templos leviatán
con los cinco sentidos abrochan el sostén de sus madres
infiltran en sus bolsos dinamita mojada amenazando a medio mundo
nada dejan para el último invitado interno conectado
sobrevuelan moscas se posan en la calva translucida
techumbre vidriosa torbellino y tempestad
71
·
tras las cortinas del motel
atravesaron dromedarios de horizontes tamaños
y soltaron cerros montañas de sus belfos los ojos expulsaron
cordilleranos buches de arena y sal
secó su rajadura
volcó el cerdo su ancla
que enlazó la pelada
dromedaria perdida la afición a viajar por altamar
buscó otros oficios dejó curriculums y de maquilladora de modas laburó
nos forjó el rostro a su imagen
en el poster dinámico siete mil millones de máscaras desfiló
tras la tibieza que barrió los barrios
la pura escoba quedó
en el vacío
giró su eje
dromedaria buscó un oasis en tu jardín
72
·
¿florecerá el cuerpo
despedazado en el desierto?
colgados de eléctricas torres
espantajos de hilos curado,
vientos asterisco dromedario
mecen arrullan
volteados periódicos de la plaza
en primera plana dromedaria a la alfombra roja
con ventiladores su intimidad
las páginas revelan
pliegues culiformes dromedaria
de eléctricas torres los trapos sucios de la vecindad
mecidos a la sombra de la joroba exuda sus karmas por su barba lunfarda
velas en las extremidades de sus extremos
dejan viejitas enclenques
el cerdo le limpia la mandíbula
con billetes jabonados
del fondo monetario declamó
andróginas vibraciones crecientes cuchilladas ventosas cimbre-
antes anamándricas de tus ínrricas violencias marchaste rechi-
nando grúmulos celestes grillados cuadraste luminares límenes
domaste acequias alambradas locales lobeznos criaste la gloria
borraste carnes supliste laminares secciones de tu rictus cuajaste
alimañas en dameros blanqueaste
73
· de tinta negra brotadas rama tatúa la corteza se yergue acaricia
las patas peladas y le proyecta su picardía
en el poster dinámico,
la familia chilena
sintoniza al cerdo que teje a dromedaria dopada
al plató servida en su tinta ríe
entrevistada por el cerdo contra farol
policialmente correcta las sombras de su contorneo
baila zamacueca sacude las celdas
arpegios tramados en la secuencia piramidal
recalienta sus pantis se broncea la joroba y vuelve
entreabierta y húmeda desgarra cuencas
se inyecta su dosis duerme
así misma ve dentro de universales corolas
carcomidas por los ácaros del cerdo
renace cual venus de Botticelli
después de veintiún choques
74
·
así sostuvo las bóvedas de los cielos matrices
anclada a la mecedora su estructura
fue objeto de vaticinio catastrófico para recalcitrantes traukos
comandados por tarantantán
se dieron a la confección de molos en damajuanas
catapultadas estallaron
peta zetas astilladas sus lampiñas patas
mientras ‘la muy putona y mal parida’
baila samba vestida de vaquero
morisquetas encumbró
con hilo curado cortó
de cuajo los ruedos de cueca
sacó la cuchilla
destelló el carril de muelas
y la aguafiestas deshidrató
globitos de challa y le hizo la cama
al cerdo que baila entre cuatro dientes
para la dinámica posteridad
tejió una coronta de choclo
y ensortijó a dromedaria
75
·
en el tiempo de su celo la hallarán
jeremy, 2:24 a.m.
con la mano desde el balcón inclinada
mostró sus tetas dromedaria
su rostro descomunal se expandió
hacia los pícaros que entraron
por sus orificios balando;
abundancia de cachas marcianas
charchetas colgantes de tutti frutti
la plaza frente al palacio
de líquidos cremosos se inundó
y en ellos nadaron desnudos
acólitos de dromedaria hasta que llegó
el cerdo con lentes oscuros
en su lancha de carne navega
surfea las nalgas dromedaria
con su látigo de espinas golpea
le deja cachetes rosados
le teje una chalina le deja
postrada a la mecedora de palo
frente al poster dinámica amnesia
76
·
la carrocería en las calles refleja
el baile de dromedaria en el caño
acosados por su sexualidad bestial
el cerdo teje un forrito
y le chantó la cabeza
con pan y vino reciben
a los primos dromedarios
futboleros y devotos del redbank comparecieron
sentados a la mesa olieron la nariz del cerdo
el banquete conectado a la inanición de la tierra sin sol
afila una cuchilla en el nuesni
corta la manzana de la boca al cerdo
barnizada en anís se reparte entre los fieles
y los huesitos por la ventana
a las ratas enferma
·
dromedaria vistió de enfermera
a las ratas ha ido a sanar
la mini le descubre las nalgas
alegres ch iflan las ratas
locos santos y profetas
sobre la mesa bailan
al son de la refalosa
las barras bravas le daban
bombo en fiesta batucada
son las cuatro de la madrugada
le coronan emperatriz y al otro día
con huevos la llenan en la plaza
el cerdo con malicia coalicionó
con los traukos recalcitrantes
sobrevolando en ‘sea harrier’
a dromedaria alzaron
con pinzas a la mar le llevan
el chapuzón platinó el horizonte
77
78
·
de vuelta enfiestada y kocoroka
en catedrales el mambo se armó
el asado de costillar de cerdo
el cura tato en la parrilla ofició
santa dromedaria hizo el pebre
en el mortero cuajaron los traukos
cielos matrices picoteados
se desprendieron del techo a pedazos
se tejió el mapa en la piel del cerdo
por el cual traukos y traukas caminan
79
·
incorporaron ortopedias a su esclavitud
clamaron eternidades
tartamudas manos visitan tarots
tragamonedas revueltos insectos volvieron sobre sus pasos
aceptaron salarios la programación satelital confines de causa
rayaron la cruz cotizaron cirujano
para la lobotomía
devoraron a sus colegas
escondieron la mano en puntos ciegos
saltaron a la joroba
así sus alas se achicharran en la silla eléctrica
libros tras libros devorados
sin salir de sus dilemas derraman la vida entera
plumas más plumas hasta no volar
tachaduras de tinta
de un lado al otro de la ciudad como bestias enjauladas
en poses eruditas y calientes
se quiebran las piernas
desfondadas carcasas se sacuden las celdas
variaciones del sueñogabriel huentemil ortega
82
(1+8)
todos piensan que se trata de aguase quejan entra el aire por sus bocaspocos sienten la llamarada del desafío
el Maestro no necesita aguano es esonos haceme hace recorrer los 415 escalones que hay de bajada y los muchos más que hay de subidapara llenar baldespulmones
no es mero entrenamiento es sacar el alma y ponerla cara al sol es echar por tierra todo lo que sabíamos su bastón se derrite ante mis pantorrillas sus gritos no me doblegansé en que está pensando Marta y yo nos sonreímos al subir y bajarambos somos el principal blancode su disciplina
sin derramar una gotasin lanzar un quejidosin suspirar sin dudas sin caer sin chistar siquiera
Maestro si quiere aguaagua le daremoscomenzaremos a subirlos baldes de a cuatro
83
(1123581321)
el Maestro me eligióde entre muchos el entrenamiento fue arduola primera prueba cavar un agujero cilíndrico seis metros de diámetro y quince de profundidad no todos lo logramoscortar un árbol de quince metros preparar el troncosacar una varaponerla en el huecono todos lo logramoscolarse en la cavidad subir por el postepararse en la puntano todos lo logramospermanecer en perfecto equilibrio sobre la vara de maderaparados de sol a solno todos lo logramosya puesto el sol con músculos agarrotadossaltar sin caerno todos lo logramosrecitar un haiku no todos lo logramosrecibir un katana hecha a medidasolo Marta y yo lo logramos
en el pozo de mi corazón nuestros destinos se cruzan
84
87
sentados frente a frente habla muchode sí mismopor sobre todas las cosaslas piedras negras son míasabro el juegoexige que no le ceda ventajahago una jugada que copiacomo si la otra mitad del tablero fuera un espejojuego y copiaperfecta simetríaen 45X48ya no se alaba tantoopta por tratarme como un par somos amigos dice me tiene afecto dice gusta de mi estilo de juego dice congelando la piedra negra cedo el turnobebo téme abanicohago caligrafíaleo MADCaszely patea un penalescarbo mi narizrostro impotenteduda se desespera ante mi decisión insistemantengo mi postura.se amilana y muestra cobardíapide consejos pensando que yo estoy enojado o resentido con él
85
adopta una postura rastrera que me produce ascoestamos jugando se suponetodos sus problemas son eso sus problemas no pedí ser desafiado ni quiero serlo
comienza a llorar empieza a quejarse como si los ojos se le quemarany es eso lo que está pasandolágrimas de ácido corrompen su cara que se destruye gradualmente destrucción sobre las piedras la cara desfiguradalos dedos calcinados espasmos incontrolablescarcomen su espíritu
¿podría yo haber impedido tal destrucción?
86
XII
saco las llaves apunto a la chapa del 415que aún no existela puerta se abrede par en pardentro habita la muertecon su predecible aromaen el suelo dos cuerpos
un hombre tiene una venda en los ojosla lengua roídacabeza taladradapies descalzos cubiertos de musgola pierna con grilleteuna mano atada con cadenasal calefactor
colorina la mujer con vestido azul marinopuntos blancos encimalos dientes podridos gusanos en la barrigaque me saludan con reverencias
se cierran las puertas
no volveré al 415
87
A)
estamos comiendo los tresa orillas del lago y compartiendoPaloma desisteAbdón pone cara de pena cuando la escuchaestamos comiendo los cuatro Marta aparece los niños se alegran ¿necesitas ayuda? acaricia mi cabellome tranquilizame arrullacomemos los cinco Brian Jones y su sitar suenan para que me concentre equilibrio en blanco y negroestamos comiendo los seis mi maestrofallecido hace añosunta su pan en mi platoverlo es recordar ¿qué habría hecho él en esta situación?estamos comiendo los siete Brigitte Bardotlápiz de carbón sobre papel de arroz pone en mi mano un dibujoson la mujer y su maestrocarencia de ojosbocas desproporcionadasmanos sin dedoscráneos abiertosen carne vivaato los cabos sueltos
estoy comiendo solosiendo naturaleza a orillas del lago
N° 20.773 (D.O.: 09.09.93)
estaba muertay me sonríees preciosa sin dudame encantaban sus ojos antes de la opacidad del desgastedel vidrio empañado
me acerco el cabello dorado es una pelucacon olor a naftalinadescomposición evidenteen las manosel estómago habitado por gusanos
por curiosidad la toco pongo un dedo en la superficie lanza una frase al aire (una obvia mentira) y antes de cerrar la última vocal se ha deshecho en una arena negruzca y gruesa
el viento no se la lleva juega con ella en pequeños remolinos siempre fue arena solo arena y nada más
88
en el 415
lo detuvieron fui de visitasentado estaba en una sala oscura a su alcance una gran espadamiré sus ojos nada dentro ni detrásinhumanocasi de cerarespirandohablaba en lenguas muertassupuestamente esposadotomó el armala técnica era deficientereaccionéseparando la cabeza de ese cuerpo desgastadoel corte limpio degolló el airerodaba por el suelola cabeza dijo
¿qué importa que recuperes tu identidad si tu familia ya no sabe quién eres?
89
suelo drapeadoàlvaro gaete
1.1
Proyectar la distribución espacial sobre un terreno
llano. Acomodar la coordenada. Estirar la superficie
y sus hilos para poner encima el corpúsculo. La arbi-
trariedad en la disposición debe obedecer no solo al
amor propio, también a la idea fija. Remarcar la figura
principal con otro color: (sin olvidar dejar espacio para
anotaciones posteriores). Recalcar la figura de la casa,
los trazos de la infraestructura por sobre los que rep-
resentan la instalación eléctrica. Así, hasta desligar
el trozo dibujado, de la hoja. (Los guardapolvos des-
dibujan la construcción, plantean una autonomía en-
tre pisos -revisar a.1-). Cuando haya situado el punto,
divida la ciudad en dos, quedando usted en medio.
92
93
1.2
Disponer en el suelo todo lo pre-estableci-
do: materialidades y también implementos.
Tapiar el llano antes de que cambie su forma.
Si el cemento llegara a abrirse, rellene el espa-
cio ajeno a la grietas con trozos de loza. Entre una
cerámica y otra, dejar respiración para las grietas.
Erguir el encofrado, uniendo vértices. Llamar-
le primero concreto y luego hormigón. La mezcla
debe ser homogénea sin ripio por medio. Rellenar.
Tantear la homogeneidad del muro. La precisión en la tersu-
ra afectará directamente su identidad y percepción. Luego
de un momento, la región de la extremidad superior a la que
llamamos dedo perderá sensibilidad por algunos segundos.
94
1.3
Piensa entonces: la vivienda son cuatro muros. Si a un
determinado espacio en el interior le adjudicamos dos
muros, significa una nueva habitación. Desarmar la idea
preestablecida de la contención que ejercen los cuatro
muros. Los dos inherentes al habitáculo, pertenecen
a algo mayor. Interrumpir el paisaje con una ventana.
*Una mosca se para en medio del tabique
a3. Muro que delimita el proyecto.
Consultar sobre mosquitos y su rel-
ación con viviendas hechas en simetría axial.
95
1.3-2
No lo ha notado hasta el momento pero, debido a que el dibujo
del proyecto se desligó de la hoja, el resultado final presentará
cierto declive en ambas direcciones (derecha e izquierda).
No afectará en sus procesos cotidianos.
Perder altura al acercarse a los extremos. Hay dos puntos
de fuga que se juntan en el centro de la construcción. Estos
pudieron haber comenzado en la almohada o peluche del
hijo de su vecino o bien en el jardín de la casa contigua, del
otro lado. El declive hará más fácil agregar la techumbre.
96
1.4
Sobre su cabeza se sostiene el cielo falso, o raso.
Dispuesto sobre el forjado a la altura de dos met-
ros. No olvidar, la ampolleta es otro tornillo.
El proyecto se hace pequeño en cada paso. Dejar
un espacio entre el cielo raso y el techo. Si la hume-
dad y el frío han limitado su espacio, dele un lugar.
97
1.5
A esta altura la casa debiese soportar un corte longitudinal,
sin abrirse en gajos. Eres parte de un paisaje, que se ha recon-
figurado por completo. Haz puesto aislante en los diques.
El siguiente paso son los muebles que irán in-
tramuros, ocultos de la morada misma.
98
2.1-
El idioma en las instrucciones
cambia el resultado como
también el concepto, casa.
sepiajorge nuñez riquelme
102
I
Desembocan en estas raíces
pasos sigilosos
huyen
desde toda respuesta
En rutas aledañas
no importó
el peso del sepia
de ecos prismáticos
Todo lo que diga es un balbuceo inefable
todo lo que diga
no permuta
Trazos se borran entre cabizbajos
Embarcaciones prorrogan pliegues
acechando
flote asegurado
Sus anclas fatigadas
sumergen y persisten
la pesquisa:
Tierra a la vista
[Aunque se me rompan las cadenas]
103
II
En las estepas un Rey
de médanos hierra
al caminar por coágulos proletarios
que fueron látigos en brotes
y no discriminaban
entre pieles sedientas o abrasantes
Selladas las hormigas
metálicas habitan un alarde
vértice coreado cardinal
Les contaron en venda:
un puñado que se ciega
labra el desierto
mientras florece
104
III
Entonces
una coreografía
7 décadas celestes
a paso laudo
Se mueven así:
misóginos
predilectas máscaras
o marcial obediencia
porque no componemos melodías
a netos reflejos paternos
Los que dejan
mujeres escarpadas
heredados en la sangre
son cronómetros huecos
despertando el oro
105
IV
Nunca hemos sido cercanos al fuego
leemos esta vida en páginas
llagas coraza
cuando todavía untamos piel muerta
[pedimos/rezamos la pena lejos
por encima de anuladas mareas]
Nuestro ciclo de sembrado:
permanente cosecha
alargar la sangre
por decreto interno
[Pero el mar es un hogar inacabado
razón misma para habitarlo]
Todo es distinto
cuando despojamos miseria
riéndonos a trasluz
[En este errante señalar
descansamos domingos, en camas matrimoniales]
106
V
Habían momentos buenos,
cosas mínimas que nos sacaban
[las palabras
de nuestro Padre]
llenaban lágrimas los ojos,
donde no conocíamos
[la sangre]
el lejano asfalto;
todos esos objetos que olían a Santiago
y a muchedumbre como tierra virgen.
No lo teníamos claro,
es como si hubiesemos estado solos,
perteneciendo a un país ajeno.
La dignidad era cosa de edificaciones
y no de frutos
[nos convencía].
Perder melodía en la voz
era parte del trato.
Regir el cuerpo. Otras ropas.
[En el fango
nuestras hermanas juegan al restaurant]
Desde acá, uno puede reír
otras especies volar
pero no salen del monte
[las alondras,
cerca de nuestras camas]
Nada podría impedir marchas,
excepto una muerte primaveral de lunes
107
108
trébol en cáliz
No por nada
nuestra defensa más alta siempre los espera
A ellos les faltó jugar en el barro,
Los pantanos
sin diálogo
De las calles en blanco, no hablar.
Las noches,
todos quieren un bautizo.
Hijos
reciclan instrucciones.
[Arru rru, mis niño
Arru rru, mi sol
Arru rru, pedazos de mi corazón]
Todos leyeron la instrucción:
el cobijo en cadena.
109
IV
Vértigo al síndrome
o pavor de altura; soy la sangre
Guardé del barro códigos
arrasan mi árbol o algo parecido
Atavismo cruza raíz
también mis moradas azules y desbocadas
[penumbra una plegaria
reflejo de legado]
Soy alivio parental
excepto en hoteles de pampa
crujen los ecos
se lavan
tintura roja
El asco
soy la sangre y el asco o algo parecido
el alivio no dura nada
al rodar los arrecifes
recepción de documentoscristián leal
112
la casa Que construiremos mañana
Ya estÁ en el pasado Y no eXiste
Martínez
113
I
Los sueños
en el mismo camastro
duermen.
La elocuencia con la mirada
con su sonrisa de
vuelta en vuelta
Pasillo izquierda
-descanso
Lo que se ve aquí
es distinto
-me sonrojo
Peldaño tras escalera
114
Instituciones cumplen con su deber
La casa bajo el primer árbol
La casa bajo el silencio (de las aves) o ruido
La casa en la punta del desierto
La casa en el cementerio verdoso pehuenche
La casa bajo la miseria de otras casas
- Donde nos toque llegar
Volver a bajar
a trabajar
molestarse al paso
de las cosas
115
Espera para el salón de espera
La palabra no sirve
ni el verbo
que podría determinar el instante
‘’En la televisión
el comentarista habla
sobre el nivel de ventas
del disco a la moda
los críticos lloran
como el niño
agazapado a la teta materna’’
La mujer esperanzada
mira la colección de juego
‘’por la razón o la fuerza’’
sobre la cara del presidencial
116
La manilla del reloj
no se detiene
preferiría recorrer su cara
pero no tengo vocación de héroe
ni gestor público
-¡no pretendo engañarte!
pero tienes que tocar fondo
estás en la capital de la muerte
Resuena el número
-vuelva en marzo-
117
II
Construido a base
de la regla del experto
o la orden del pan
hace el espacio
con nuestros monos y sus navajas
Juntar porotos con lentejas
pa’ ver si se arregla el sabor
de todas estas cosas
mire señor: yo ni cagando me compruebo la pobreza
la miseria la tengo en la cara.
118
Una mujer hermosa
conocía todas las variantes, todas las posibilidades.
Con la mano en tu sexo
eres guardia y deseo
del funcionario.
No fumes en mi cama
Las cenizas no me borran
Nuestro trágico destino
siguiendo con tu cuerpo
tus ministerios
cumpliendo con todo esto
ni soy el hombre de vino tinto
ni el que te mancha de ceniza el vestido
III
Ventanilla
Que inhiba
corto punzante
el disparo
Retraiga
el reflejo
de niños y niñas
no se le confunda con puerta
ni sol de verano
que quema nuestra piel
evitando manchar de vecino
con los ojos
No confundir con vidrios
estas bolsas serán retiradas
119
Mi casa es maciza
esta bajo un cielo hegemónico
(solo veo el techo)
Música es otra casa
piedrazos a la ventana
Foto izquierda por cables al aire
no combina
con nuestra fachada
de vulcanita
desvestirse al paso
Esta casa
totalmente inundada
120
Calzones y calzoncillos
Humedeciendo más
amarrados a la primera cuerda
que encontramos
En este salón
ante sala de otro salón
culmina con la cúspide
Al fondo a la derecha
baño
nuestra casa de aire
que termina un dia que nunca empieza
un dia que no será
pero pudo ser
solo nos queda contemplar
la estructura.
121
puertosedith castro
124
El desfile de hormigas voladoras en la bisagra
no era lo mismo que los bichos tornasoles de mi infancia.
Les temía.
125
desierto
Las piedras hablan,
deambulan según el ánimo trazado
y el coraje del sol.
Carga magnética de
esculturas mudas en un palpitante Do sostenido hacia delante,
Do bemol hacia atrás.
Apachetas mensajeras
esqueleto terráqueo
alimento habitual
de cráneos insolados durante el día
es el litio.
Durante la noche, un montón de huesos entumecidos
sólo el adobe podría entibiarlos.
126
winka
La resonancia de las cascahuillas espanta ánimos insolentes
(generalmente aparecen a mediodía, no de noche
como en las películas gringas)
la dualidad es necesaria
déjalos pasar
cubriremos la cabeza, sellaremos también la planta de los pies
y la frente con líquido herbolario,
medicina recolectada según la fase lunar.
Los sueños revelan
cuatro direcciones
los latidos sincronizados con el kultrún
son ecos distintos para cada uno de los que conformábamos el círculo.
La tierra bebe primero
nosotros después.
127
postal
Las casitas de colores se aferran tanto
hematites magnéticas al barro nuevo
suspendidas como gruesas partículas de aerosol marino.
Simultáneamente, los guarenes toman sol a las rocas
con sus trajes platinados
se beben los meados en época de festejo patrimonial.
El líquido amarillo alcoholizado serpentea astuto
Interminables escaleras
cerro abajo
infinitamente,
llega
al mar.
128
tiña
Los mismos viejos que beben tinto en el bar
los mismos pliegues, pero aún más agrietados
(por defecto o efecto de la edad)
los mismos perros vagos, a quienes les he otorgado un mismo nombre
los mismos parásitos, costras y ulceraciones en sus cuerpecitos.
La misma escasez de la sociedad
exactamente igual.
129
caverna
No tropezar nunca con el hermano gemelo del calcetín guacho
la yema del ovo se desparrama punzante en el sartén
las abejas se liquidan
que no puedas venir hoy,
ni mañana jueves.
No encontrar basureros en las esquinas, sí cultivos macrobiológicos
de farmacias.
Sumergirse además, en el caldo espeso de extremidades ajenas
hurguetear visual e involuntariamente la cavidad nasal de la
persona que está enfrente
[no hay paréntesis]
márgenes
somos ganado bovino tras la carreta con vagones color celeste piscina.
130
las montañas rusas con sus loops omitidos
De los tiempos de las marionetas (poco me acuerdo)
te burlabas de los calzones con lunares
pero no sabías, ellos también se reían de ti
graznidos de pelicanos rollizos
vino derramado en la alfombra
Crujir como la madera cuando existe fricción
ese sonido áspero, intenso, fortísimo
que remueve lo más recóndito y lúbrico del corpus
rasgarse como si fueras un instrumento tocado con furia
un objeto, un mueble, una cosa mosqueada.
Caminatas extensas
pausas extenuantes
tenía vértigo
me quise bajar.
131
hogar
Los zapatos azulfatados repartidos por la casa
aroma dulce
a descomposición de fruta áspera alrededor de tu cuello.
Desde ese trazo cartilaginoso,
aplicaría cortes taxidermistas hasta el final de tus vértebras amarillas
llevaría la piel al revés
a exhibición
al principal museo de osos pardos.
Manos huesudas, no paran de tocar el piano para nosotras
dedos puntiagudos - y fríos cuando habitan lugares torpes,
de esos que no sabes si realmente quieres habitar
estar ahí por esos días esbozados de recuerdos infantiles musgosos,
con el niño mudo que guiaba mis paisajes.
Tu bigote falso con rastrojos de comida casera
es lo más acertado en este lugar.
132
homeless
Las luces de la autopista me recuerdan que estoy próx-
ima a desembarcar en el mismo vuelo de casi todos los días.
El tráfico regular de aviones nunca se detiene, tampoco
el sonido de los enormes pájaros de acero provistos de alas.
La voz de la señorita misteriosa que seduce los pasillos anun-
ciando los vuelos como los números de las pelotitas en sorteo
de lotería aparece y desaparece. Los peinados, los tacones
los trajes bicolores, los ojos achinados de tanto extender el
cabello, la perfección desnaturalizada. Los pilotos, su gorra
naviera, su insoportable levedad de entenderse en las nubes
y no en la tierra.
Un universo de paralelos que está de paso, que fluc-
túan entre el origen y el destino, que conviven juntos en un
sinfín de aterrizajes y despegues, aunque existan mentes que
siempre habitan otro lugar sin necesidad de desplazarse. Las
comidas plásticas, los cambios de divisa, las lenguas aislan-
tes, las aglutinantes, las polisintéticas.
Saco los metales y secretos de mi bolsillo, los de-
posito en el recipiente plástico para que la banda deslizante
pruebe su inocencia, los rayos X en mi cuerpo y el detector
133
de metales son invasivos pienso - desnudan, invaden, dejan al
descubierto. Afortunadamente, alma, cráneo y pensamientos
están a salvo.
La madrugada en el aeropuerto alberga a los bellos
y durmientes pasajeros, desparramados como leprosos en sus
ingeniosos lechos de viaje hasta la hora de la partida.
La única plaza no itinerante era la de la homeless
suspendida en el aire, congelada con estadía permanente por
dos largos años en aquellas instalaciones, aquí la cotidianidad,
la rutina, el ejercicio doméstico de convivir con lo existente
infringieron los límites de su patología, haciéndola creer que
cada rincón era de su propiedad imaginaria como dueña y ama
del aeropuerto, no aceptó la ficción real de haberse convertido
en nuestra vagabunda en tránsito.
Este libro fue impreso durante el mes de marzo del 2015, pero fue dando forma durante un año por una cantidad fluctu-ante de talleristas que participaron en “Al pulso de la letra”, dictado en Juventud Providencia. La tipografía utilizada para el interior como el exterior fue Australis, creada por Francisco Gálvez. Este libro puede ser copiado, rescrito o traficado. Pero costó trabajo hacerlo: no lo botes.