Post on 23-Nov-2015
CURSO : FE CRISTIANA Y COMPROMISOPASTORAL
DOCENTE TITULAR : Lic. Eva Mercedes Portilla Urresti
DOCENTE TUTOR : Mg. Enrique W. Chaffo Cspedes
ALUMNO : CASTRO AYALA, ERICSON CESAR
CICLO : I (GRUPO A)
AYACUCHO PER
2014
II. Presentar su informe aplicando el Mtodo Teolgico Pastoral
2.1. Ver
Cul es tu realidad personal, familiar y religiosa respecto a tu vivencia de fe? (10 lneas)
En lo personal
El Papa que me ha mostrado el camino, que ha afianzado mi fe y cambiado mi vida, quedan algunas
impresiones imborrables, fuertemente relacionadas con San Juan Pablo II y que precedieron casi
todas.
En lo familiar
Hoy me corresponde dar gracias por el privilegio de estar all en la misa junto a mi familia, aunque
quizs la emocin fue ms fuerte el da de la beatificacin, aunque es difcil expresar el orgullo que
siento que esta ceremonia del Domingo de la Misericordia del 2014 estuviese presidida por el Papa
Francisco.
En lo religioso
El nuevo santo ha dejado un testimonio indeleble advirtiendo de aquellos peligros en sus escritos
desde su temprana juventud; ms tarde en homilas y discursos pre pontificado y ya como Pontfice,
especialmente durante sus viajes a su patria.
2.2. Juzgar
Despus de haber participado de la Actividad Pastoral elegida, describa su experiencia vivida a la luz
del evangelio. (10 lneas)
Si pensamos en la gente que queremos que hace mucho tiempo que no los vemos y en estos
momentos vienen a la iglesia para vernos, y encontrarnos, pues experimentamos cuando nos
encontramos con nuestro amigo(a) emocin, alegra, felicidad ganas de estar juntos, esperanza,
ganas de vivir amando a Dios padre, liberacin, vida, esperanza, conmovedor y ejemplar, difcil
expresarlo en palabras fuerte, un sacudn para el alma, una caricia al corazn
PersonalEl Santo papa Juan Pablo II es para m un testimonio vivo y ejemplar de cmo vivir nuestra fe. El no
regatea nada, no se apega a sus propios planes sino que desde su libertad se lanza al cumplimiento
de la misin que Dios le pide.
l supo acrecentar en su vida el don de la fe, encarnndola en todos los aspectos de su vida
cotidiana: los nios del albergue son creyentes en quien resplandece la fe como don, apertura,
respuesta y fidelidad. Es el perfecto discpulo que se abre a la Palabra y se deja penetrar por su
dinamismo.
Mi compromiso es ahora vivir intensamente mi fe a cada instante y con aquellos que verdaderamente
nos hace sentir y palpar que
Por su fe es la Virgen fiel, en quien se cumple la bienaventuranza mayor: feliz, la que ha credo" (Lc 1,
45).
Familiar
Por convivir unos con otros de una forma intensa, nos ayudamos en la vigilancia personal, en la
asctica de los momentos difciles y de renuncia al excesivo confort y bienestar. Nos apoyamos
mutuamente en la resolucin de los buenos propsitos, hacia una conversin cada vez ms profunda.
De esa forma, en oracin y en amistad, mi familia es testigo de un signo patente de la fuerza del
Espritu Santo en el mundo, que renueva todas las cosas, y se vuelven "misioneras", comunicando
con alegra nuestra fe viva en el Seor Jess.
. Religiosa
Una fe sin obras es una fe estril, "muerta", como nos recuerda el apstol Santiago. Es
sobretodo por la fe actuada, con gestos de caridad en la verdad, como la familia va descubriendo y
madurando en el Amor de Dios. En la familia, el amor natural y humano -que en s mismo es frgil-
tiene la oportunidad, cuando se vive desde la fe, de transformarse en amor cristiano, duradero, capaz
de soportar toda prueba. No cabe duda de que la fe vivida desde el seno de la familia es una cantera
de buenos cristianos, de vocaciones consagradas y sacerdotales, y de futuros santos.
Personal
Familiar
Religiosa
2.4. Celebrar
Oh Jess, Rey y Seor de la Iglesia: renuevo en tu presencia mi adhesin incondicional a tu
Vicario en la tierra, el Papa.
En l t has querido mostrarnos el camino seguro y cierto que debemos seguir en
medio de la desorientacin, la inquietud y el desasosiego.
Creo firmemente que por medio de l t nos gobiernas, enseas y santificas, y bajo su cayado
formamos la verdadera Iglesia: una, santa, catlica y apostlica. Amen
III. Evidencias