Post on 21-Aug-2015
María Royo BelestáVirginia Sánchez RomeroNoelia Salcedo Fernández
¿Cómo armonizar ciencia y fe?
2012 - 2013
¿Cómo podemos armonizar ciencia y fe?
Índice
Introducción pág. 2
Galileo, padre de la ciencia pág. 3
La matemática pág. 5
La relación entre la matemática y la fe pág. 7
Conclusión pág. 10
Opinión personal pág. 11
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¿Cómo podemos armonizar ciencia y fe?
Introducción
La matemática es una ciencia exacta y, a veces, se pone en oposición a Dios, como su
negación “científica” definitiva.
Este hecho nos lleva preguntarnos qué podemos hacer para que en la sociedad no
exista el pensamiento que hay de enemistad entre ciencia y fe.
Al hacernos esta pregunta hemos encontrado una carta al Santo Padre, Benedicto XVI,
de un estudiante de 17 años, Giovanni, del instituto “Giovanni Giorgio” de Roma, que
tiene las mismas inquietudes.
Le pido que nos ayude a entender mejor cómo pueden armonizarse la revelación bíblica
y las teorías científicas en la búsqueda de la verdad. A menudo nos hacen creer que la
ciencia y la fe son enemigas; que la ciencia y la técnica son lo mismo; que la lógica
matemática lo ha descubierto todo; que el mundo es fruto de la casualidad; y que si la
matemática no ha descubierto el teorema-Dios es simplemente porque no existe. Es
decir, sobre todo cuando estudiamos, no siempre es fácil descubrir en todas las cosas
un proyecto divino, inscrito en la naturaleza y en la historia del hombre. Así, a veces, la
fe flaquea o se reduce a un acto sentimental. También yo, Santo Padre, como todos los
jóvenes, tengo hambre de Verdad, pero ¿cómo puedo hacer para armonizar ciencia y
fe?
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¿Cómo podemos armonizar ciencia y fe?
Galileo, padre de la ciencia
Galileo, padre de la ciencia moderna, defendió la matematización de la naturaleza,
asentó el procedimiento científico y propició, para bien o para mal, el divorcio iglesia-
ciencia. Una parte importante de su trabajo está relacionado con la mecánica y fue el
primero en aplicar matemáticas para su análisis. Propuso la utilización de péndulos
como relojes y la ley de aceleración uniforme para cuerpos en caída libre. Trató con el
concepto de infinito y desarrolló conceptos, tales como el de
límite e integración, que conducirían a la legitimación del
cálculo infinitesimal. Galileo desarrolló el telescopio
astronómico, gracias al cual demostró que la Vía Láctea está
compuesta de estrelles. Sin duda, Galileo Galilei abrió el
camino para la Físico-matemática y la Física experimental de
los siglos posteriores.
Los descubrimientos astronómicos de Galileo apoyaban la teoría de Copérnico sobre
las órbitas planetarias y, por refutar los textos bíblicos, presagiaban serios problemas
con la Iglesia
El tipo de matemáticas que practicaba Galilei pretendían comprender el mundo físico.
Galileo consideraba las ciencias físico-matemáticas como parte legítima del estudio de
la filosofía natural, y por sus habilidades en éste tipo de actividad quedaba asegurado
para él un papel relevante en esta disciplina.
En sus estudios Galileo utilizó relaciones geométricas y aritméticas, para expresar
diversos aspectos de las cantidades de naturaleza cambiante o variable, justamente
aquellas que aun para Aristóteles constituían el tema de la física.
Su oposición al aristotelismo se convierte en un conflicto entre la ciencia y la fe.
En diversas cartas expresa que las Sagradas Escrituras solo tienen competencia en los
asuntos que son de fe; para el resto de cosas, que la <<experiencia sensible>> o las
<<demostraciones necesarias>> hacen evidente o verdadero, no debe acudirse a elles.
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¿Cómo podemos armonizar ciencia y fe?
A la Escritura le importa enseñar cómo se va al cielo, no cómo va el cielo. Galileo está
reclamando la libertad de pensamiento intelectual y la autonomía de la ciencia
respecto de la fe.
Galileo consideraba a la filosofía natural
una actividad más importante y prestigiosa
que las matemáticas. Galileo dijo: “Las
matemáticas son el alfabeto con el cual
Dios ha escrito el Universo”.
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¿Cómo podemos armonizar ciencia y fe?
La matemática
La matemática es una ciencia formal que, partiendo de axiomas y siguiendo el
razonamiento lógico, estudia las propiedades y relaciones entre entes abstractos
(números, figuras geométricas, símbolos). Los matemáticos buscan patrones, formulan
nuevas conjeturas e intentan alcanzar la verdad matemática mediante
rigurosas deducciones. Éstas les permiten establecer los axiomas y
las definiciones apropiados para dicho fin.
La matemática no es un sistema intelectualmente cerrado, donde todo ya esté hecho.
Aún existen gran cantidad de problemas esperando solución, así como una infinidad
esperando su formulación.
Matemática no significa contabilidad. Si bien los cálculos aritméticos son importantes
para los contables, los avances en matemática abstracta difícilmente cambiarán su
forma de llevar los libros.
Matemática no significa numerología. La numerología es una pseudociencia que utiliza
la aritmética modular para pasar de nombres y fechas a números a los que se les
atribuye emociones o significados esotéricos, basados en la intuición.
Carl Friedrich Gauss2 se refería a la matemática como "la reina de las ciencias". Tanto
en el latín original Scientiarum Regina, así como en alemán Königin der
Wissenschaften, la palabra ciencia debe ser interpretada como (campo de)
conocimiento.
Lo que cuenta como conocimiento en matemática no se determina mediante
experimentación, sino mediante demostraciones. No es la matemática, por lo tanto,
una rama de la física (la ciencia con la que históricamente se encuentra más
emparentada), puesto que la física es una ciencia empírica. Por otro lado, la
experimentación desempeña un papel importante en la formulación
de conjeturas razonables, por lo que no se excluye a ésta de la investigación en
matemáticas.
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¿Cómo podemos armonizar ciencia y fe?
La matemática inventada por nosotros nos da realmente acceso a la naturaleza del
universo y nos permite utilizarlo.
El Papa Benedicto XVI contestando la carta de Giovanni dijo: “Hay una racionalidad
subjetiva y una racionalidad objetiva en la materia, que coinciden. Naturalmente ahora
nadie puede probar que ambas tuvieron
su origen en una única inteligencia, pero
me parece que esta unidad de
inteligencia, detrás de las dos
inteligencias es realmente manifiesta en
nuestro mundo. Y cuanto más podamos
servirnos del mundo con nuestra inteligencia, tanto más manifiesto será el plan de la
Creación”.
Por tanto, la razón subjetiva que es la verdad de cada uno y que no tiene porqué ser
demostrable y, la razón objetivada en la naturaleza que está destinada a conocer la
realidad, lo objetos que la rodean, son idénticas. Pero, esta coincidencia es un enigma
y un gran desafío, porque es “una” la razón que las une a ambas: nuestra razón no
podría descubrir la otra si no hubiera una idéntica razón en la raíz de ambas.
Las matemáticas son exactas, pero la exactitud no es la verdad.
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¿Cómo podemos armonizar ciencia y fe?
La relación entre la matemática y la fe
Sólo el hombre puede ampliar constantemente su conocimiento de la verdad y
ordenarlo sabiamente para su bien y el de su ambiente
El ser humano busca saber la verdad y eso le lleva a intentar comprender más el
universo, por eso sus investigaciones científicas están en constante expansión, pero
también hay una visión comprensiva de este universo en el que los seres humanos,
dotados de inteligencia y de libertad, están llamados a comprender, amar, vivir y
trabajar.
Actualmente, la disponibilidad de potentes instrumentos de investigación y la
posibilidad de efectuar experimentos muy complejos y precisos han permitido a las
ciencias naturales acercarse a los fundamentos mismos de la realidad material en
cuanto tal, aunque sin lograr comprender del todo su estructura.
La ciencia y la tecnología quieren reducir las diferentes formas de energía a una fuerza
única que cada vez es más compleja, si esta fuerza fundamental ya no parece ser tan
sencilla, esto desafía a los científicos a elaborar una formulación más amplia capaz de
abarcar tanto los sistemas más simples como los más complejos.
Las ciencias no son mundos intelectuales separados uno del otro y de la realidad, sino
que están unidos entre sí y orientados al estudio de la naturaleza como realidad
unificada, inteligible y armoniosa en su indudable complejidad. Esta visión está
relacionada con la visión del universo adoptada por la filosofía y la teología cristianas,
con el objetivo de que cada criatura, dotada de su propia perfección, también
participe de una naturaleza específica, y esto dentro de un universo ordenado que
tiene origen en la Palabra creadora de Dios. Precisamente esta organización «lógica»
y «analógica» de la naturaleza anima la investigación científica e impulsa la mente
humana a descubrir la coparticipación horizontal entre seres y la participación
trascendente por parte del Primer Ser.
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¿Cómo podemos armonizar ciencia y fe?
El universo no es caos o resultado del caos, sino más bien aparece cada vez más
claramente como complejidad ordenada. A pesar de que los primeros instantes del
cosmos y de la vida que evitan todavía la observación científica, la ciencia puede
reflexionar sobre una serie de procesos que revela un orden de constantes y de
correspondencias evidentes y sirve de componente esencial de la creación
permanente.
El uso de la analogía (relación de semejanza entre cosas distintas) en la filosofía y en la
teología, se ha utilizado como estímulo para la reflexión creativa en un plano
trascendente más elevado. Precisamente gracias a la noción de creación el
pensamiento cristiano ha utilizado la analogía no sólo para investigar las realidades
terrenas, sino también como medio para elevarse del orden creado hacia la
contemplación de su Creador, con la debida consideración del principio según el cual la
trascendencia de Dios implica que toda semejanza con sus criaturas necesariamente
comporta una desemejanza mayor.
La fe en el Espíritu creador es un contenido esencial del Creador cristiano. El dato de
que la materia lleva en sí una estructura matemática, está llena de espíritu, es el
fundamento sobre el cual se apoyan las modernas ciencias de la naturaleza. Sólo
porque la materia está estructurada en modo inteligente es que nuestro espíritu está
en la capacidad de interpretarla y de
remodelarla activamente. El hecho de que esta
estructura inteligente proviene del mismo
Espíritu creador que nos ha donado el espíritu
también a nosotros, comporta juntamente una
tarea y una responsabilidad. En la fe sobre la
creación está en el último de nuestra
responsabilidad por la tierra. Ella no es
simplemente propiedad nuestra que podemos
usufructuar según nuestros intereses y deseos.
Es más bien don del Creador que ha diseñado
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¿Cómo podemos armonizar ciencia y fe?
sus ordenamientos intrínsecos y con ello nos ha dado las señales orientadoras a las
cuales atenernos como administradores de su creación. El hecho de que la tierra, el
cosmos, reflejen el Espíritu creador significa también que sus estructuras racionales,
que más allá del orden matemático, en el experimento se hace casi palpable, llevan en
sí también una orientación ética. El Espíritu que les ha plasmado es más que: es el Bien
en persona que, mediante el lenguaje de la creación, nos indica el camino de la vida
recta”.
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¿Cómo podemos armonizar ciencia y fe?
Conclusión
La razón matemática no puede negar a Dios ni tampoco probarlo. Pero acerca a Él, y
muestra que Dios es una mejor opción. Porque la matemática se basa en leyes, las
cuales se cumplen porque hay un orden, si hubiese caos no se cumplirían. Este orden
existe gracias a una inteligencia creadora, Dios.
La razón pura puede llegar a probar la existencia de Dios a partir de las cosas creadas
pero, no se puede razonar hasta límites insospechados sin tener en cuenta la fe, por
que el razonamiento humano es limitado. Gracias a la razón se han conseguido
resultados y conocimientos formidables, pero siempre y cuando ésta esté vinculada
con la fe.
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¿Cómo podemos armonizar ciencia y fe?
Opinión personal
Este trabajo nos ha aportado mucho conocimiento ante la vinculación que hay entre
las matemáticas, la razón y la fe.
Ya sabíamos que la razón era limitada pero no, que ésta junto a la fe podía favorecer el
razonamiento haciéndolo llegar a límites insospechados.
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